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ANOTACIONES SOBRE EL CUERPO DE INGENIEROS DE LA
REPÚBLICA DE ANTIOQUIA
Darío Valencia Restrepo
Se ha considerado que el Cuerpo de Ingenieros de la República de Antioquia, fundado y
dirigido por Francisco José de Caldas a instancias de don Juan del Corral, es la primera
escuela de ingenieros que funcionó entre nosotros. Dicho Cuerpo inició actividades en
1814, en Rionegro, y poco después se trasladó a Medellín.
Sin embargo, antes de ocuparnos de algunos aspectos de dicha escuela, conviene señalar
que con anterioridad hubo propuestas para fundar un cuerpo de minería, un tribunal
general de minería y una escuela de minas en la Nueva Granada. Así mismo, es posible
citar otros antecedentes relacionados con la ingeniería durante la época colonial.
1 ANTECEDENTES
1.1 En Cartagena
Señala el investigador Gabriel Poveda Ramos que existió en Cartagena de Indias una
academia de matemáticas cuyo objeto era preparar en tres años a jóvenes oficiales en las
técnicas de la ingeniería militar (1). Fue fundada por el ingeniero militar español Juan
de Herrera y Sotomayor y duró hasta la muerte de este en 1732. Agregamos que Herrera
y Sotomayor es considerado también fundador de la Escuela Hispanoamericana de
Fortificación.
Señala también Poveda Ramos (2) que el ilustre militar e ingeniero cartagenero
Antonio de Narváez y La Torre (1733-1812), Gobernador de Santa Marta, Riohacha,
Panamá y Cartagena, así como firmante de la Declaración de Independencia de
Cartagena el 11 de noviembre de 1811, abrió en Cartagena una presunta Escuela de
Ingenieria Militar que duró pocos años.
1.2 Intentos para crear una institucionalidad minera en la Nueva Granada
José Celestino Mutis, Fausto Delhuyar y Ángel Díaz hicieron grandes esfuerzos para
crear en la Nueva Granada una institucionalidad semejante a la de Nueva España, donde
se había alcanzado un gran desarrollo de la minería gracias al establecimiento de un
Tribunal General, un Cuerpo de Minería y una Escuela de Minas (3).
Se sabe que la Corona de España estaba muy preocupada por el mal estado de la minería
en América, y por ello decidió enviar al continente a los hermanos Juan José y Fausto
Delhuyar, junto con su cuñado Ángel Díaz, todos ellos muy familiarizados con la
explotación minera. Los Delhuyar son conocidos por haber descubierto el wolframio o
tungsteno en 1783, cuando lograron aislar el nuevo elemento. Fausto desarrolló una
trascendental labor en Nueva España, y posteriormente en su país una vez regresó de
México. Tanto Juan José como Ángel Díaz fueron enviados a la Nueva Granada.
El autor de estas líneas obtuvo en el Real Jardín Botánico, de Madrid, copia de unos
manuscritos de mucho interés, todos ellos relacionados con los intentos anotados.
2
Un primer manuscrito empieza como se muestra a continuación:
El manuscrito consta de 20 páginas, está incompleto y no tiene autor ni fecha. El texto
habla de la importancia de la minería, el atraso en cuanto a las técnicas de explotación,
el abandono de minas y los efectos negativos de la supresión de la Mita. Señala también
los adelantos que puede experimentar el laboreo de minas cuando se aplican las ciencias
útiles, al igual que destaca el trabajo de los mazamorreros en los aluviones y se lamenta
del no aprovechamiento de la riqueza de las minas de veta.
Para el fomento de la minería en el virreinato, propone el establecimiento de un real
cuerpo de minería, con frecuencia recurriendo al ejemplo de Nueva España, donde
existe dicha institución desde 1777 y donde también existe un Tribunal General que se
ocupa de los litigios mineros. Dicho cuerpo debe proveerse de un fondo pues es notoria
la ausencia de numerario para el laboreo de las minas.
El manuscrito permaneció anónimo durante más de 200 años. Con ayuda del libro de
Vicente Restrepo titulado Estudio sobre las minas de oro y plata de Colombia (4), el
autor de estas líneas pudo demostrar que el documento es de Juan José Delhuyar, tiene
como fecha el 15 de abril de 1789 y fue firmado en el Real (de Minas) de Santa Ana.
Un segundo manuscrito se relaciona con Mutis, consta de siete páginas, está completo,
fue fechado en Santafé el 24 de diciembre de 1804 y empieza así:
3
Se trata de un informe autógrafo de Mutis al virrey de la Nueva Granada, Antonio José
Amar y Borbón, y de uno de sus apartes se puede deducir que no ha sido atendida la
reiterada solicitud para la creación de un cuerpo de minería. En particular, solicita que
se le dé trámite al mencionado proyecto de Juan José Delhuyar.
1.3 El enigma del tercer manuscrito: propuesta para crear una escuela de
ingeniería mineralógica o de minas en la Nueva Granada.
El último de los manuscritos que mencionaremos, muy relacionado con Francisco José
de Caldas, tiene el siguiente título:
El manuscrito parece completo pero no tiene autor ni fecha. En sus 44 páginas propone
la creación de un cuerpo militar de ingenieros mineralógicos en el virreinato. La
caligrafía parece indicar que se trata del trabajo de un copista. El manuscrito incluye un
Reglamento que describe el cuerpo de ingenieros como una organización militar. Los
directivos y profesores debían tener grados especificados y los estudiantes serían
considerados como cadetes. Ver transcripción del documento en (5).
Resulta sorprendente que el documento no hable de aprovechar recursos de instituciones
como la Expedición Botánica y el Colegio Mayor del Rosario. Se deduce que se trataba
de crear una escuela de minas en paralelo, o inclusive en oposición, a lo entonces
4
existente. Si se piensa en las limitaciones locales para encontrar personal militar
ilustrado con destino a la docencia en la escuela, no debe descartarse que dicho plan
tuviese respaldo en sectores militares de la metrópoli.
Se ve con claridad en qué dirección apunta la propuesta, si se considera el siguiente
párrafo:
Mientras que no se reformen nuestras escuelas, sustituyendo en ellas el estudio de las ciencias
naturales al de la peripatética que solo sirve para hacer cavilosos y díscolos a los que estudian…
Y con el siguiente extracto queda claro que el deseo es implantar la filosofía natural, es
decir, básicamente Newton:
…de suerte que una vez establecidos los Ingenieros mineralógicos veremos infaliblemente
propagarse con rapidez las luces de la Filosofía natural y con ellas la inteligencia en el laboreo de
las minas que harán abundar el numerario que tanto escasea…
No le faltaba ambición al autor del Plan pues el ámbito de los ingenieros mineralógicos
no se debía limitar a minas como las de oro. Su labor podría incluir las fábricas de
salitre y pólvora. En el párrafo siguiente se señala que las salinas deben confiarse a las
manos inteligentes de dichos ingenieros:
Las fábricas de salitre y pólvora hoy del todo abandonadas (acaso por falta de inteligentes que las
manejen) pueden también confiarse a los Ingenieros mineralógicos, y en sus manos producirán
mucha utilidad; porque abaratándose…
Dicha propuesta nunca tuvo aplicación, al punto de que no se conocen menciones o
reacciones a la misma.
El texto del documento fue atribuido erróneamente a Francisco José de Caldas durante
casi un siglo, según se pudo verificar en múltiples fuentes consultadas.
Pero un profesor de la Universidad Nacional de Colombia, José Antonio Amaya, fue el
primero en afirmar, en un artículo de 2004 (6), que el manuscrito no es de Caldas. Sus
argumentos se basan en tres puntos: el manuscrito se refiere en pasado a la visita de
Humboldt a Santafé (1801); cita el monto total de los diezmos correspondientes a 1801,
los cuales fueron consolidados en 1802; y señala que se ha mantenido sin ejercicio la
cátedra de matemáticas del Colegio del Rosario, vacancia que termina con el
nombramiento de Jorge Tadeo Lozano el 5 de noviembre de 1802. O sea, el manuscrito
data de 1802. En ese año tan temprano, Caldas no se había interesado en la ingeniería,
ni en la minería ni en la milicia.
En efecto, lo anterior es corroborado por dos largas cartas de Caldas, de 1801, en las
que resume sus actividades hasta la fecha. La primera, dirigida a su amigo Santiago
Arroyo, es del 5 de agosto; y la segunda, dirigida a Mutis, también es del mismo día.
Podría señalarse que de ellas se desprenden las siguientes actividades: astronomía,
geografía y cartografía, hipsometría, botánica, fitogeografía y climatología. Esas dos
cartas fueron publicadas con los números 40 y 41 en el libro Cartas de Caldas,
auspiciado por la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y
editado por Alfredo D. Bateman y Jorge Arias de Greiff (7).
5
Pero basta leer un párrafo para saber en forma contundente que el manuscrito no puede
ser de Caldas. En ese párrafo el autor del manuscrito demerita la obra de Mutis,
responsabiliza a Juan José Delhuyar de haber gastado una gran suma de dinero en minas
sin obtener resultados y descalifica gravemente la Expedición Botánica. En aquellos
años de comienzos del siglo XIX, Caldas no tenía tampoco la preparación ni la
disposición para tamaña crítica. Basta recordar que por esos años Caldas enviaba cartas
a Mutis con el tratamiento de padre.
El autor de ese enigmático manuscrito permanece en el anonimato.
2. APERTURA DE UNA ESCUELA DE INGENIEROS MILITARES
Gran controversia ha existido sobre el lugar y la fecha de iniciación de actividades de
una escuela de ingenieros militares fundada y dirigida por Francisco José de Caldas, a
partir de instrucciones de don Juan del Corral. Todas las fuentes consultadas coinciden
en que ello ocurrió en 1814, pero hasta ahí llega el acuerdo pues, con respecto a la
fecha, las fuentes señalan meses del segundo semestre de dicho año y, con respecto al
lugar, algunos afirman que fue en Rionegro y otros que en Medellín.
Favorecidos han sido Medellín y el mes de octubre de 1814 porque dice lo siguiente don
Lino de Pombo, primer ingeniero colombiano, aunque graduado en el exterior, discípulo
de Caldas y su primer biógrafo (8):
No existía ya el Dictador Corral cuando se abrió en Medellín por Caldas, en
octubre de 1814, el primer curso de estudios de la Academia de Ingenieros, con un
extenso discurso inaugural en que, dando brevemente idea del total plan de
enseñanza, se dilataba bastante especificando, definiendo y recomendando a sus
jóvenes alumnos las cualidades propias de un buen militar republicano.
Ese favorecimiento del mes de octubre lo corroboró la Asociación Colombiana de
Facultades de Ingeniería cuando celebró, el pasado 20 de octubre de 2014, la
conmemoración del bicentenario del llamado Discurso Preliminar de Francisco José de
Caldas para dar comienzo a una Escuela de Ingenieros Militares, ya que esas palabras se
consideran como la primera cátedra de ingeniería en Colombia, tal como se verá más
adelante. En esa fecha, el autor de este texto pronunció en el Paraninfo de la
Universidad de Antioquia unas palabras que fueron publicadas por el periódico El
Mundo, de Medellín, acompañadas de varias imágenes entre las cuales pueden verse
mapas, nivelaciones de plantas y esquemas de fortificaciones del propio Caldas, estos
últimos en las vecindades del río Cauca con el fin de enfrentar la Reconquista española
pues se suponía entonces que vendría por el sur de Antioquia (9)
Por su parte, el cuerpo de Ingenieros Militares de Colombia celebró el pasado 4 de
octubre de 2014, en Rionegro y no en Medellín, el bicentenario de la iniciación de
actividades en la escuela fundada por Caldas.
2.1 Las acciones de don Juan del Corral
El 10 de diciembre de 1813, el presidente dictador de la entonces República de
Antioquia, don Juan del Corral, dictó un decreto con el nombre de “Plan y nuevo
arreglo general de la fuerza armada permanente para la República de Antioquia”,
6
mediante el cual ordenó establecer en la ciudad de Rionegro un plan para reorganizar las
fuerzas armadas de esa república y ordenó la creación de una Maestranza de Artillería y
un Cuerpo de Ingenieros Militares (10, pág. 56). Todo ello en consideración a una
posible invasión de tropas realistas.
Encargó a Francisco José de Caldas de la dirección de ambas instituciones pues el
neogranadino era ya conocido por antecedentes en la ingeniería militar. Caldas se
encontraba en Antioquia como refugiado, ya que había hecho parte del ejército de los
federalistas, perdedor en la guerra civil contra los centralistas.
La Maestranza se dedicó a fabricar armamento para el ejército y también a construir las
máquinas de acuñación para la Casa de Moneda que Del Corral ordenó abrir en
Medellín. La fundición de cañones fue posible al aprovechar el bronce de las campanas
de iglesias, y al respecto señala Poveda Ramos (2) que uno de los dos primeros cañones
fue marcado por Caldas con el nombre de "Mariano Montilla", el militar venezolano
que acababa de llegar fugitivo con Bolívar a Cartagena, y allá se lo envió al puerto.
Montilla le escribió una expresiva carta de agradecimiento.
Por su parte, las tareas preparatorias del cuerpo de ingenieros pudieron empezar
preliminarmente con tres cadetes, cuya actividad tal vez estuvo centrada en la práctica,
pero las labores académicas formales solo se iniciarían más tarde, como se verá
después, cuando a los tres cadetes se agreguen nueve más.
Más adelante, el mismo Del Corral escribe el 28 de febrero de 1814 una relación
dirigida a los representantes de la República de Antioquia, en la cual dice textualmente
(10, pág. 57):
Desembarazado de las atenciones del gobierno, bajo el mando de mi sucesor, y
como un inspector general de las tropas de la Republica, yo podré contraherme
exclusivamente á la dirección de una Escuela teorica y practica de ynfanteria en este
Departamento, que sin embargo de mis convinadas ocupaciones, pienso abrir antes
de seis días, y por cuyo modelo deben establecerse otras dos en Medellin y [Santafé
de] Antioquia. El Coronel Yngeniero General Ciudadano Caldas, actualmente
ocupado en la parte occidental de la Republica, debe fixarse en esta ciudad [de
Rionegro], y abrirá inmediatamente á su regreso la Escuela militar de cuerpos
facultativos que está á su cargo.
Quiere ello decir que el presidente dictador pensaba abrir en Rionegro, hacia principios de
marzo de 1814, una escuela teórica y práctica de infantería, a la vez que ordenaba a Caldas
establecerse en Rionegro y abrir en forma inmediata una escuela militar de cuerpos
facultativos.
2.2 Una carta aclaratoria de Caldas
En la cuestión de definir la fecha y el lugar de la escuela que abriría Caldas, al parecer
muchos historiadores han ignorado una carta de Caldas que aparece en el libro Cartas de
Caldas, de Alfredo D. Bateman y Jorge Arias de Greiff y publicado por la Academia
Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Se trata de la carta No. 188, incluida
en las páginas 348 y 349 de dicho libro (7), tal como aparece más abajo en reproducción
facsimilar.
7
En esa carta, Caldas cita un decreto que lo autoriza a completar con nueve cadetes más los
tres que ya tenía, a la vez que le señala a un futuro cadete:
Y lo comunico a usted para su inteligencia y satisfacción, debiendo presentarse en la
Escuela establecida en esta ciudad el día 13 del corriente en que se da principio a las
lecciones militares.
Como dicha carta está fechada el 6 de junio de 1814 en Rionegro, queda entonces claro
que las lecciones militares se debieron iniciar allí el 13 de ese mismo mes y año. De interés
es anotar que entre los futuros cadetes se encuentra José María Córdoba.
8
Obsérvese la nota final de la reproducción en facsímil. Los autores del libro indican que la
Escuela de Ingenieros Militares se inició en Rionegro y que más tarde se establecería en
Medellín.
Esa misma carta había sido transcrita antes por el doctor Jorge Arias de Greiff en un
artículo titulado “Algunos documentos, desconocidos unos, y poco conocidos otros,
pertinentes a don Francisco José de Caldas y Tenorio” y publicado en 1974 en el Boletín
de Historia y Antigüedades (11).
Dada la trascendencia de dicha carta, el autor de este trabajo intentó obtener copia de la
carta autógrafa de Caldas, lo que por fin logró gracias a la amable e intensa búsqueda
efectuada por el doctor José Manuel Restrepo Ricaurte, gerente del Archivo Histórico
Restrepo. La misma hace parte de la Colección José Manuel Restrepo de dicho archivo con
la signatura que se indica en las Referencias (12). A continuación, una imagen del
documento en cuestión:
Más abajo, una transcripción de esta carta con respeto de su ortografía:
El Secretario de Guerra y Hacienda con fecha 3 del presente me comunica lo que
sigue.
Vista por el Supremo Gobierno de la Republica la propuesta de los cadetes, que con
oficio 27 del pasado le dirixe V. S., ha pronunciado el decreto siguiente. Palacio del
Supremo Gobierno de la Republica. Antioquia Junio 3 de 1814. Se aprueba la
propuesta que hace el Ingeniero General de los nueve individuos para el
complemento de los doce cadetes del cuerpo, a saber: los CC. Pedro Uribe, Alejandro
Velez, Manuel Lopez, Hermenegildo Correa, Indalecio Mejia, Alejo Escobar, Felix
9
Escobar, Jose Maria Cordova, y Luis Salazar. Y se autoriza al mismo Ingeniero
general para que les comunique este Decreto que servirá de titulo bastante, mientras
que con el auxilio de la imprenta, se les despacha por el Departamento
correspondiente = Hay una rubrica = Ulloa Secretario =
Y lo comunico a usted para su inteligencia y satisfaccion, debiendo presentarse en la
Escuela establecida en esta ciudad el dia 13 del corriente en que se dá principio a las
lecciones militares.
Dios guarde a usted. Rionegro Junio 6, de 1814.
Francisco de Caldas
C. Alejandro Velez.
2.4 Sitio de apertura de la Escuela
Como vimos, el decreto de don Juan del Corral, correspondiente al 10 de diciembre de
1813, organizó la Maestranza de Artillería con el fin de fundir cañones, fabricar fusiles y,
en general, pertrecho militar. Allí despachó Del Corral hasta su muerte en abril de 1814.
Es bien posible que en la Maestranza Caldas inició prácticas con los primeros tres cadetes,
antes de la apertura de la Escuela con un total de 12. También es posible que en el mismo
lugar empezara actividades este plantel. Una antigua fotografía obtenida en el Archivo
Histórico de Rionegro da cuenta de ese hecho en el pie de la foto:
10
Izquierda, dos pisos (aún existe) “La Casa de la Maestranza”. En 1811, declara
independencia Del Corral y allí murió. Luego en ella fundó Caldas la primera Escuela de
Ingenieros Militares. Por ella pasó Córdova y fue de José María Uribe Uribe, la heredó
Estanislao Uribe Ruiz, padre de Belen. Derecha enseguida iglesia, fue de Jesús Restrepo
Cadavid y María el Carmen Posada, padres de Isaac. Su coqueteo en 1899 fue de balcón a
balcón.
No ha sido posible encontrar la procedencia y la fecha de esa foto, pero en todo caso la
misma fue tomada antes de 1892, pues en este año se inicia un cambio de las dos torres de
la catedral mostradas en la foto en cuestión.
2.3 Traslado de la Escuela de Rionegro a Medellín
Un documento encontrado en el Archivo Histórico de Rionegro, con fecha 29 de agosto de
1814 y cuyos renglones iniciales aparecen más abajo en copia facsimilar, dice en uno de
sus apartes:
En atencion a que el C. Pedro de Arrubla como capitan de Ingenieros, no puede
trasladarse a la ciudad de Medellin lugar destinado para la Academia de esta
profesión…
11
Es una comunicación que acepta la renuncia del capitán de ingenieros Pedro de Arrubla
porque este no puede trasladarse a Medellín y debe permanecer en Rionegro como
comisario interino del ejército. Al señalar el documento que Medellín era la ciudad
destinada para la academia de ingenieros, se deduce que en ese momento, 29 de agosto de
1814, se sabía que la Escuela tendría que trasladarse, o haberse trasladado, a Medellín.
Pero en el mismo libro Cartas de Caldas (7) aparecen las cartas Nos. 189 y 190, siguientes
a la No. 188 antes mencionada y con fechas respectivas 9 y 12 de agosto de 1814, las que
ponen de presente que en esas fechas Caldas se encontraba ya en Medellín. En esas dos
cartas, desde Medellín, Caldas se dirige a Francisco Montoya, comisario interino de guerra,
con el fin de reclamarle que con urgencia le haga llegar el cobre y las latas antes
solicitadas. Como sin Caldas la Escuela no habría podido funcionar en Rionegro, podemos
deducir que es probable que la Escuela de Ingenieros Militares se encontrase ya en
Medellín en los primeros días de agosto de 1814.
Como hacia fines de 1815 Caldas fue llamado a Bogotá para que fundara una escuela de
ingenieros militares semejante a la de Antioquia, y para que completara su ya iniciado atlas
12
de la Nueva Granada, la escuela fundada en Rionegro solo alcanzó a funcionar un año y
medio, aproximadamente.
2.4 Discurso preliminar de Caldas
Vemos más abajo la portada de ese discurso, según publicación que se hiciera del mismo
en Medellín en 1815. Se trata del “Discurso preliminar que leyó el c. coronel Francisco
José de Caldas el día en que se dio principio al curso militar del Cuerpo de Ingenieros de la
República de Antioquia”. El texto completo de esa publicación también fue generosamente
enviado en copia facsimilar por el mencionado doctor José Manuel Restrepo Ricaurte. Su
signatura aparece en las Referencias (13).
Si recordamos que en la carta de Caldas que convocó a un cadete dice: “…en que se da
principio a las lecciones militares.” En esta portada se emplea un giro similar: “…en que se
dio principio al curso militar del cuerpo de ingenieros…” Como lamentablemente en dicha
portada no se indica la fecha ni el lugar del discurso, podría pensarse que esos dos giros
similares hacen plausible que el discurso se pronunciara cuando comenzó la Escuela el 13
de junio de 1814 en las instalaciones de la Maestranza de Artillería.
Pero hay otros hechos que parecen confirmar lo anterior. En su discurso, Caldas hace el
encomio de su protector don Juan del Corral, ya fallecido en abril de 1814, y también tiene
13
palabras amables para el sucesor de éste, Tejada. Como la sede del gobierno de la
República de Antioquia se encontraba en Rionegro, era apenas natural que esas palabras
tuvieran pleno sentido allí, en la casa de la Maestranza.
Si aceptamos lo anterior, para inaugurar la Escuela de Ingenieros Militares, Caldas
pronunció en la Maestranza de Rionegro un discurso el 13 de junio de 1814. En la versión
publicada del discurso, que se extiende a lo largo de 28 páginas, se ocupa de virtudes
militares como el honor, la lealtad, la obediencia… y solo en las últimas dos habla del
currículo.
Las circunstancias de una guerra inminente obligan a que Caldas se dirija a los cadetes en
su doble carácter de soldados y ciudadanos. En razón de lo primero, les inculca un odio a
los españoles y un carácter cruel y guerrerista que sorprenden por ser exhortaciones ajenas
a su temperamento. De ese Discurso se desprende una lección de indudable importancia en
la actualidad: con claridad y convicción se pregona allí el imperativo ético que debe
presidir un ejercicio de la profesión signado por la responsabilidad, el sentido de grandeza
y la finalidad del bien común.
2.5 Profesores y plan de estudios de la Escuela de Ingenieros Militares
Si bien Caldas era el director y principal profesor de las materias teóricas, también fue muy
importante en ella el coronel Manuel Roergaz de Serviez, quien era ingeniero graduado en
la Escuela Militar de Brienne, y venía de servir en los derrotados ejércitos de Napoleón.
Según información suministrada por Poveda Ramos (2), dicho coronel era el director de
estudios militares con los siguientes temas: Gimnasia, Orden cerrado, Orden abierto,
Artillería de campaña, Esgrima, Tiro y Servicio en campaña.
Con respecto al plan de estudios, en el Discurso preliminar Caldas menciona seis tratados
sin contar con los preliminares de Aritmética, Geometría, Trigonometría, Algebra y el
conocimiento de la Parábola. Los tratados son: Arquitectura militar o Fortificación,
Artillería, Arquitectura hidráulica, Geografía militar, Táctica y Arquitectura civil. De esta
última indica que levanta templos al Señor, palacios a la autoridad pública, casas risueñas
al ciudadano, construye puentes, calzadas, caminos para la utilidad general, y llena la vida
de bienes y comodidades.
Termina recordando al ilustre Del Corral, quien fundó esta Academia, y a su digno
sucesor, el humano, ilustrado y pacífico Tejada, quien la aumentó con nuevas plazas de
cadetes.
2.6 ¿Dos inauguraciones de la Escuela?
Sí se acepta que el discurso preliminar se pronunció en Rionegro, cabe la posibilidad de
que, al trasladarse el plantel de Rionegro a Medellín, hubiera tenido lugar una segunda
inauguración y una repetición del discurso, algo justificable dada la importancia relativa de
esta última ciudad.
Sobre la apertura de la Escuela de Ingenieros Militares, es del caso citar un artículo del
distinguido historiador militar y general (r) Camilo Riaño, titulado “El coronel Francisco
José de Caldas” y publicado en el bello libro de gran formato Francisco José de Caldas,
14
cuyo comité editorial estuvo integrado por Luis Carlos Arboleda, Santiago Díaz Piedrahita
y Rosario Molinos (14).
AGRADECIMIENTOS
El autor de este trabajo quiere destacar el decidido apoyo brindado por el Real Jardín
Botánico, de Madrid, cuando tuvo oportunidad de visitar dicha institución en mayo de
2015 y obtener copia en facsímil de documentos mencionados en esta ponencia. Además,
de gran provecho fueron las discusiones en ese momento y las posteriores con la
funcionaria Esther García Guillén, Jefa de la Unidad Biblioteca y Archivo.
Especial reconocimiento merece el Archivo Histórico Restrepo pues de su Colección José
Manuel Restrepo Vélez fue posible obtener copia en facsímil de la histórica carta de
Caldas, ya analizada, y también copia en facsímil del Discurso Preliminar de Caldas, así
mismo comentado antes en el presente trabajo. Todo ello fue posible gracias a la diligencia
del doctor José Manuel Restrepo Ricaurte, gerente del Archivo Histórico Restrepo.
Los profesores Luis Javier Villegas y Jaime Aguirre, de la sede Medellín de la Universidad
Nacional, proporcionaron valiosa información para el desarrollo de la presente ponencia.
Finalmente, el autor destaca el paciente apoyo brindado por la historiadora Luz Elena
Rendón, directora del Archivo Histórico de Rionegro, cuando estuvo allí en la búsqueda de
algunos documentos de interés. Igualmente, agradece la colaboración que para la finalidad
anterior, así como para el tratamiento de las imágenes, le brindó el licenciado en educación
musical Juan Andrés García Bedoya.
REFERENCIAS
1. Poveda-Ramos Gabriel (2012), Historia de las matemáticas en Colombia, pág. 19,
Ediciones UNAULA, Medellín.
2. Poveda-Ramos Gabriel (2014), comunicación personal del 25 de agosto, Medellín.
3. Valencia-Restrepo, Darío (2015), “La minería en la Nueva Granada”, Revista Aleph,
No. 175, pp. 38-53, Manizales.
Ver http://tinyurl.com/DValencia
4. Restrepo, Vicente (1888), Estudio sobre las minas de oro y plata de Colombia, segunda
edición, págs. 306 y 315, Imprenta de Silvestre y compañía, Bogotá.
Ver http://tinyurl.com/VRestrepo
5. Anónimo (1802), Obras completas de Francisco José de Caldas, pp.
375-382 y 415-429, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.
Ver http://www.bdigital.unal.edu.co/79/
6. Amaya, José-Antonio (2004), “Cuestionamientos internos e impugnaciones desde el
flanco militar a la Expedición Botánica”, pág. 31, nota 5, Anuario colombiano de
historia social y de la cultura, No. 31, Bogotá.
Ver http://tinyurl.com/AmayaJose
15
7. Bateman, Alfredo D. y Arias de Greiff, Jorge (1978), Cartas de Caldas, Academia
Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Bogotá.
Ver http://tinyurl.com/caldascartas
8. Pombo, Lino de (1852), “Francisco José de Caldas. Biografía del Sabio”, en Francisco
José de Caldas, suplemento de la Revista de la Academia Colombiana de Ciencias
Exactas, Físicas y Naturales, pp. 1-49, 1958, Bogotá.
9. Valencia-Restrepo, Darío (2014), “Francisco José de Caldas como precursor de la
ingeniería en Colombia”, suplemento Palabra & Obra del Periódico El Mundo, edición
del 25 de octubre, Medellín.
Ver http://www.valenciad.com/files/CaldasPrecursorIngenier_a.pdf
10. Suárez-Lozano Iván-Felipe (2013), “Francisco José de Caldas y la geografía militar en
la provincia de Antioquia (1813-1815)”, Revista Apuntes 26 (1), Pontificia
Universidad Javeriana, Bogotá.
Ver http://revistas.javeriana.edu.co/index.php/revApuntesArq/article/view/9235
11. Arias de Greiff, Jorge (1974), “Algunos documentos, desconocidos unos, y poco
conocidos otros, pertinentes a don Francisco José de Caldas y Tenorio”, Boletín de
Historia y Antigüedades, Volumen LX1, No. 704, p. 195, Academia Colombiana de
Historia, Bogotá.
12. Carta de Francisco José de Caldas (desde Rionegro, 6 de junio de 1814), AHR
(Archivo Histórico Restrepo), Colección JMRV (José Manuel Restrepo Vélez), Fondo
II, Volumen 44, Folio171, Bogotá.
13. Discurso Preliminar de Caldas (1814, publicado en 1815), AHR (Archivo Histórico
Restrepo), Colección JMRV (José Manuel Restrepo Vélez), Fondo XII, Volumen 2,
Folios 108 a 121, Bogotá.
14. Riaño, Camilo (1994), “El Coronel Francisco José de Caldas”, en Francisco José de
Caldas, Colciencias y Fondo de Empleados Docentes de la Universidad Nacional, pp.
147-153, Bogotá.
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