René Antezana
TELARTES
Una herramienta que hace posible el desarrollo cultural. En otras palabras, es la capacidad de una sociedad y de sus instituciones para administrar los procesos artísticos y culturales -dinámicos y creativos- en su territorio; y que tiene como propósito asegurar la cohesión social (convivencia), la interculturalidad y la participación social, el ejercicio de derechos culturales a partir de su diversidad cultural, contribuyendo al desarrollo local a partir de políticas culturales mediante la gestión de programas y proyectos que son parte de las manifestaciones culturales que la población expresa, participa y demanda.
Su rol central es crear canales que impulsen
la participación de la comunidad
promoviendo y estimulando un conjunto de
acciones vinculadas a la cultura
(artes, folklore, industrias
culturales, espectáculo, ferias y otros) que
son parte de los procesos culturales que vive
una comunidad.
Contribuye además, a buscar un equilibrio
con las lógicas del mercado, de las culturas
dominantes y los efectos perversos de la
globalización.
La UNESCO señala que “más allá de los debates teóricos, la finalidad de la gestión cultural está centrada en promover todo tipo de prácticas culturales de la vida cotidiana de una sociedad que lleven a la concertación, al reconocimiento de la diferencia, a la invención y recreación permanente de las identidades y al descubrimiento de razones para la convivencia social. Gana terreno la acción cultural de los gestores como factor contributivo al mejoramiento económico y desarrollo social, en tanto promueve prácticas que le otorgan horizonte y sentido a los fines de un desarrollo integral.”
Por tanto, para la realización plena de una Gestión Cultural se requiere al menos:
VISION DE DESARROLLO DESDE LA CULTURA
POLITICAS CULTURALES COMO MARCOS NORMATIVOS Y LINEAMIENTOS ESTRATEGICOS
PLANIFICACION CULTURAL ESTRATEGICA Y OPERATIVA
RECURSOS ECONOMICOS
RECURSOS HUMANOS CALIFICADOS
PARTICIPACION ACTIVA DE LOS SUJETOS DEL DESARROLLO CULTURAL
ARTICULACION DE ACTORES, REDES, INTERCAMBIOS
Los enfoques y las visiones son parte de los imaginarios de las sociedades. Respecto de la relación de la cultura y el desarrollo, el debate está abierto; en Bolivia más aún, considerando el proceso social, político, económico y cultural que estamos viviendo. Sin embargo debemos subrayar que, en general, la visión de desarrollo que el Estado Boliviano mantiene, más allá de los discursos actuales, es “economicista” que se traduce en parte en un “obrismo” o la inversión en cemento, infraestructura. No es integral ni sostenible.
El enfoque de desarrollo basado únicamente en el crecimiento económico y en las fuerzas del mercado tienden a negar la diversidad cultural de los pueblos y naciones, sometiéndolos a una tendencia homogeneizadora a favor de una cultura dominante. Prácticamente niega los rasgos distintivos de una sociedad o cultura, de sus artes, de sus modos de vida y, por tanto también sus derechos y su identidad. Lo que no contribuye ni a la convivencia pacífica, ni a la cohesión social y menos al desarrollo integral de las personas y al ejercicio de sus derechos y desarrollo de sus capacidades creativas, etc.
Como respuesta a esta situación la UNESCO se
planteó la necesidad de buscar otro modelo de
desarrollo que tome en cuenta otros factores
complementarios para un DESARROLLO
SOSTENIBLE , expresado en el siguiente cuadro.
GOBERNABILIDAD
A esta visión propuesta de la UNESCO se complementan las Conferencias sobre Diversidad Creativa, Diversidad Cultural y otros que fundamentalmente recomiendan a los Estados del mundo, el considerar a la cultura como la base y fin del desarrollo. Por lo que deben realizar un cambio en sus enfoque tradicionales y en sus políticas culturales.
Nuestro Estado en todos sus niveles está aún lejos de esto. Lo delatan sobre todo los planes departamentales y municipales y presupuestos que veremos luego.
Tenemos como marco general la nueva CPE, el Plan Nacional de Desarrollo, la legislación nacional en temas diversos como patrimonio arqueológico, cine, derechos de autor y otros que tienen más de 20 años de vida. Son pocas las legislaciones nuevas que el Estado está promoviendo ya que la Ley de Culturas que es clave aún está en borrador, lo mismo la Ley de Mecenazgo o Promoción Cultural, la Ley del Cine, etc. Para ello se han promovido las Jornadas Culturales cuyos resultados aún no se han operativizado. En algunas Gobernaciones y Municipios se han emitido leyes y ordenanzas a favor del desarrollo cultural que no son suficientes.
Una política importante impulsada por el
Estado ha sido la creación de los Consejos
Departamentales de Cultura que están en
funcionamiento sólo en algunos
departamentos. Esta es una línea que debe
ser profundizada y ajustada. Hay Consejos
que sólo realizaron la actividad de elecciones
y nada más. Su rol puede ser importante para
potenciar la gestión cultural de sus regiones
y asegurar la participación ciudadana en los
procesos culturales.
Cabe resaltar que además de las instancias
mencionadas, un ausente estatal de gran
importancia en el desarrollo cultural de
todos los países del mundo, es la Universidad
Pública. Son pocas las que realmente
destinan no sólo recursos sino que carecen
una agresiva política de desarrollo cultural
comenzando por la creación de carreras en
Gestión y Desarrollo Cultural, Artes y otros.
A diferencia del Estado, en la medida en que el país
ha ido cambiando y pasamos a un país con mayoría de
población urbana con fuertes lazos con lo rural, donde
hay mayor flujo de información mediante los medios y
por efecto del impacto de las telecomunicaciones, el
internet, etc. la sociedad civil ha desarrollado
múltiples emprendimientos artísticos y culturales, la
mayoría autogestionarios, y con poco o ningún apoyo
público o privado. Cada una de estas iniciativas tienen
su enfoque sobre lo que entiende por cultura y sus
políticas, obviamente de distinto tamaño. En este
sentido, es la sociedad civil la que está a la vanguardia
de la gestión cultural respecto del Estado.
En el caso del sector privado, nos referimos a
las empresas privadas fundamentalmente, se
han alineado dentro de lo que se denomina
como Responsabilidad Social Empresarial (RSE).
Y en función a ello, algunas de las empresas
apoyan iniciativas de gestión cultural pero su
participación es muy pequeña dado que
privilegian el marketing antes que a la RSE como
tal. Es así que destinan más recursos a
concursos de misses, festivales masivos y
otros, que al desarrollo de iniciativas que
requieren plazos más largos para su desarrollo.
Y por otro lado, aún no cuenta con una Ley de
Mecenazgo que favorezca sus inversiones en
cultura a cambio de deducción de impuestos.
A nivel de Estado encontramos debilidades y limitaciones notables en cuanto a planificación:
La mayoría de Gobernaciones y Municipios del país carecen de Diagnósticos Culturales y , por tanto, de planes estratégicos en cultura. Conocemos algunos casos aislados como el Municipio de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz (el eje) donde sí cuentan con planes estratégicos con enfoques interesantes que promueven la interculturalidad, la protección y salvaguarda del patrimonio cultural, el desarrollo de industrias culturales, etc. Posiblemente hay algunos más pero la mayoría realiza una planificación operativa de acuerdo a los recursos asignados previamente.
Asimismo, la planificación, ademas de condicionada por su presupuesto, está desconectada de las dinámicas y de los procesos artísticos y culturales de su territorio, salvo aquellas afincadas en la tradición y en la cultura popular, en festivales y eventos ya consolidados, donde por ejemplo, las propuestas emergentes de las nuevas generaciones no son tomadas en cuenta.
Finalmente, es una planificación desarticulada de otros territorios y con poca conexión rural-urbana, con redes nacionales e internacionales, con circuitos culturales, etc.
En el sector de la sociedad civil encontramos
también un mayor desarrollo en planificación
estratégica y operativa, contactos nacionales
e internacionales, intercambios, etc. Aunque
existen aún grandes limitaciones en cuanto a
articulaciones locales, redes locales y
nacionales, capacidad de organización e
incidencia
PRESUPUESTO GENERAL MIN. CULTURAS %
145.900.000.000 35.747.288 0,025
NIVEL NACIONAL
Comparativamente: Min Defensa tiene 502
millones, Fundacion Banco Central 44 millones, Min
Salud y Deportes 323 millones, YPFB 55mil 615
millones, COFADENA 46 millones, Bolivia TV 37
millones
NIVEL
GOBERNACION
PRESUPUESTO
TOTAL
FOMENTO
CULTURA %CHUQUISACA 637.747.288 1.500.050 0,235
LA PAZ 732.549.210 1.078.000 0,147
TARIJA 3.011.828.999 1.500.000 0,050 otros 4.100.000
ORURO 410.963.401 545.855 0,133 Turismo 7.900.000
SANTA CRUZ 1.287.122.233 2.025.958 0,157 otros 2.227.161
NIVEL
MUNICIPIO
PRESUPUESTO
TOTAL
DESARROLLO
CULTURA %
SUCRE 470.445.376 4.700.000 0,999
LA PAZ 1.628.329.411 8.668.041 0,532
ORURO 471.414.691 2.872.623 0,609
COCHABAMBA 994.659.541 16.338.404 1,643 Casa Cultura 6.209.800
TARIJA 578.339.657 1.491.000 0,258
MUNICIPIO
PRESUPUESTO
TOTAL
DESARROLLO
CULTURA % Habitantes
MONTEAGUDO 39.957.545 220.000 0,551 26.504
POROMA 24.346.000 45.000 0,185 16.960
TIAHUANACU 21.475.353 76.000 0,354 11.309
MOROCHATA 26.463.378 192.260 0,727 34.134
CARAPARI 164.636.946 1.831.517 1,112 9.035
YUNCHARA 20.280.720 68.000 0,335 5.173
SAMAIPATA 9.391.065 220.000 2,343 9.739
CHALLAPATA 43.474.223 444.502 1,022 24.370
Hoy en día la gestión cultural ya no puede
estar en mano de operadores que carecen de
formación (esto no cuestiona a los gestores
autodidactas). Lamentablemente, en una
gran mayoría de las instancias de cultura del
Estado, son cargos no institucionalizados y
destinados al favor político del partido de
turno. Por tanto, se puede tener
enfoque, políticas, plan y recursos
ecónómicos pero si fallan los recursos
humanos, no hay calidad en la gestión y
tampoco continuidad en los procesos.
A esto se suma la ya mencionada ausencia de
la Universidad en procesos formativos en
Gestión Cultural, Políticas
Culturales, Desarrollo Cultural, Carreras de
Artes, etc. y la presencia insuficient de
políticas de titulación así como de de cursos
de los que luego, aunque hubieran, no se
traducen en empleos para los nuevos
especialistas por la situación señalada.
Hemos mencionado a los Consejos
Departamentales de Cultura y a las Jornadas
Culturales como mecanismos de participación
ciudadana. Pero estos son incipientes.
La ciudadanía no participa de la planificación
cultural de sus municipios salvo bajo la
modalidad de plantear necesidades y
demandas (herencia de la Participación
Popular). Por tanto, no se siente incluida y
menos asume un control social sobre el
desarrollo cultural de su municipio.
No se conoce la capacidad instalada de Bolivia en términos de infraestructura, espacios, equipamiento y tecnología. TELARTES está iniciando un Mapeo de Espacios cullturales en 8 ciudades de Bolivia.
Tampoco se cuentan con políticas de recuperación y resignificación del espacio, sea este urbano o rural : plazas, calles, plazuelas, barrios, etc.
Es difcíl establecer si es suficiente. Aparentemente es insuficiente por el testimonio de gestores y artistas.
Si bien es la población en general el sujeto
principal de la gestión cultural, porque sin su
participación no se generaría desarrollo
cultural, existen sujetos dentro de la misma
fundamentales que garantizan la dinámica
cultural, con Estado o sin el. Estos son: los
artistas, los gestores culturales y las
inciativas o emprendimientos culturales sean
colectivos, asociaciones, instituciones, comu
nidades, etc.
La situación de la mayoría de estos sujetos del desarrollo cultural y claves para la gestión cultural es de precariedad. Varios diagnósticos, entre ellos el de FAUTAPO, PROMETA y últimamente el de TELARTES, nos dan cuenta de ello. Son muy pocos los que logran una sostenibilidad digna para sus propuestas. Esto se debe a todos los factores señalados pero sobre todo a la ausencia de mercados del arte, de políticas de mecenazgo atractivas, de fondos concursables, de mecanismos de cooperación, intercambio y de nuevas iniciativas para el estímulo, fomento y desarrollo cultural con sostenibilidad como la experiencia brasilera de los Puntos de Cultura.
Y por tanto hay múltiples ejemplos
dramáticos de la debacle y paralización (sino
desaparición) de iniciativas importantes.
Como ejemplos están: En Sucre: El
FIC, Pachamama, Museo Tanga Tanga. En
Oruro: FUNDESCO. En La Paz:
Taipinquiri, Galeria Nota y otros. Y así en
todo el país. Un diagnóstico nos daría un
cuadro quizá aún más dramático. Y no
escapan a esta realidad emprendimientos en
el área rural.
Uno de las mayores limitaciones tanto en el
Estado como en la Sociedad Civil es creer
que se puede generar procesos de desarrollo
cultural y gestiones culturales eficientes y
sostenibles desconectados en el mismo nivel
local (cada uno con su proyecto) y con los
niveles nacionales e internacionales. Hoy en
día no es posible pensar una Gestión Cultural
sin articulaciones, redes, contactos, alianzas.
La buena gestión cultural cuenta con estos
elementos claves pero por ahora son casos
excepcionales.
Desconectados entre nosotros, con el país y
con el mundo, no hay posibilidad de
proyección y desarrollo.
Como aliados, la Cooperación internacional
también cumple un aporte importante que
lamentablemente, por la crisis, está
dismuyendo notablemente.
Algunos programas importantes de las
Oficialías de La Paz, Cochabamba, Santa
Cruz.
Alianzas público privadas en festivales como:
Festival de Musica Barroca de Chiquitos y
Festival Internacional de Teatro de Santa
Cruz (APAC), FITAZ en la Paz y otros.
Proyecto COMPA – TRONO de el El Alto
El proyecto Martadero en Cochabamba
Festival de Arte y Vino en Tarija
Escuela Nacional de Teatro (UCB-HN) y otros
Una eficiente gestión cultural depende de
varios factores, como hemos visto. Pero
fundamentalmente depende de la posibilidad
de superar viejas taras en los actores
culturales para generar procesos de
articulación, redes e incidencia en políticas
públicas que cambien el estado actual de
situación en el país. La autocrítica es
necesaria ya que no se puede seguir
atribuyendo toda la responsabilidad al
Estado.
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