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Aplicaciones TICen el sector Textily Calzado
¿Existe el traje tecnológico a medida?
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INTRODUCCIÓN
Un reciente spot publicitario de una empresa de telecomunicaciones
formula una pregunta al aire: ¿Recuerda cuando llamaba a un núme-
ro de teléfono en un lugar determinado y no a una persona? La tec-
nología e Internet han llegado, se han introducido en nuestras vidas
y lo han hecho para quedarse, ocupando un lugar muy importante
dentro de ellas y alterando nuestros comportamientos casi sin que
nos haya dado tiempo a ser conscientes de ello.
Pero, ¿qué es lo que realmente se esconde bajo las Tecnologías de
la Información y la Comunicación o TIC, como se las denomina más
habitualmente? Las TIC son servicios como la telefonía, el correo elec-
trónico, la banca electrónica o la transferencia de datos a través de
Internet. Su característica primordial es la conectividad y la posibili-
dad de acceso a todo tipo de información y desde cualquier lugar y
a cualquier hora.
Es importante recordar que su verdadera importancia no radica en la
propia tecnología sino en el hecho de que permite el acceso al co-
nocimiento y a la información y la utilidad que ésto proporciona. Al-
gunas de estas ventajas son:
Una gestión más cómoda y más rápida
Nos va a permitir realizar diferentes trámites y procedimientos con la
administración, con un importante ahorro de tiempo y costes.
Toda la información siempre disponible
Las TIC facilitan a nuestro negocio el acceso a la
información en todo momento, estemos o no en
nuestro establecimiento. Algunos dispositivos co-
mo las agendas personales o PDA son como or-
denadores personales de bolsillo que nos per-
miten la recogida de datos de forma libre o
mediante formularios previamente definidos,
además de información relacionada con clientes y
pedidos.
Fomentar la relación entre y con las personas
clientas
Con un programa informático adecuado y a través
de correo electrónico podemos lanzar campañas de
fidelización para nuestros clientes, de forma rápida
y con muy poco coste. Además, los sistemas de
gestión de clientes nos facilitan la localización in-
mediata de datos, así como el envío personaliza-
do de nuestras comunicaciones a través de In-
ternet.
índice
Introducción 03
Cómo la tecnología e Internet pueden facilitar la gestión de
nuestro comercio, facilitando su control y disminu yendo sig-
nificativamente el tiempo dedicado a ello 05
Una pequeña aplicación de control de remesas puede fa-
cilitar la gestión de artículos defectuosos 05
El uso de la tecnología simplifica algunas de las tareas ruti-
narias de los comercios 09
Cómo Internet y las tecnologías proporcionan un nuevo canal
de comunicación con mis clientes, ampliando, a un bajo coste,
el catálogo de servicios 15
Un programa reproductor de música permite crear la atmósfe-
ra adecuada para conseguir la complicidad de los clientes 15
Las TIC puede proporcionar útiles herramientas para los esca-
parates de los comercios 18
Cómo la tecnología puede facilitar el establecimiento de rela-
ciones de colaboración entre diferentes colectivos, aumen-
tando las sinergias entre los mismos 23
Las tecnologías te permiten estar conectado a tu sector 23
La tecnología y la cooperación entre comercios como me-
jora de mi empresa 27
Conclusiones 31
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CÓMO LA TECNOLOGÍA E INTERNETPUEDEN FACILITAR LA GESTIÓN DENUESTRO COMERCIO, FACILITANDOSU CONTROL Y DISMINUYENDOSIGNIFICATIVAMENTE EL TIEMPODEDICADO A ELLO
En muchas ocasiones, las personas que dirigen o gestionan los pe-queños negocios desarrollan diferentes tareas simultáneamente, te-niendo que compaginar la atención prestada a la clientela y a su pro-pio negocio. La necesidad de distribuir el tiempo y la energía entrediferentes cometidos hace imprescindible optimizar su uso para queninguna de las actividades se vea afectada o desatendida. La tecno-logía puede proporcionar herramientas que faciliten esa optimización.Los dos casos siguientes ilustran este tema:
Una pequeña aplicación de control de remesaspuede facilitar la gestión de artículos defectuosos
Sabin siempre se había sentido atraído por el mundo de los piratas,
aquellos personajes con parches en el ojo, patas de palo, aros en las
orejas y garfios en lugar de manos. Piratas que respondían al poe-
ma La canción del pirata, de José de Espronceda, cuando dice:
“[...] que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.”
Le gustaba aquella sensación de no estar atado a con-
vencionalismos, arquetipos sociales o a los usos y costumbres
de la encorsetada sociedad en la que vivía. Libertad en estado
absoluto y a toda vela. Cuando creciera quería ser pirata, no le
importaba haber nacido con 300 años de retraso en la década de
los 70 y en Tafalla: él soñaba con la Isla Tortuga y el momento de
esplendor de la Hermandad de los Hermanos de la Costa.
Pero, poco a poco y a medida que iba conociendo la realidad
histórica en la que se movían sus ídolos, se dio cuenta de que, a
aquéllos que desarrollaban las mismas actividades (robos y se-
cuestros) en tierra firme, la sociedad les consideraba ladrones,
secuestradores o asesinos y conforme asimilaba esta realidad
–superada la primera sensación de frustración–, fue
desterrando del olimpo de los héroes a aquellos
“hermanos de la costa” que hasta entonces le
habían invitado a soñar con grandes batallas
navales, riquezas, actos heroicos y algún que otro es-
Servicios disponibles las 24 horas
El acceso a los servicios de banca electrónica en cualquier momen-
to aporta flexibilidad a la gestión de nuestro comercio, así como in-
formación “en tiempo real” sobre nuestra tesorería, fechas de venci-
mientos o movimientos de caja, información muy importante para
tomar decisiones y anticiparnos a cualquier situación.
Teniendo en cuenta los cuatro factores que caracterizan el sector de
Textil y Calzado: fidelización a nivel de tipo o tribu social al que per-
tenece la persona y la imagen de ropa asociada a cada una; estacio-
nalidad en los productos y en la producción de los fabricantes; su-
puesta baja calidad de los artículos de las grandes superficies no
especializadas y la gran presencia de las cadenas de franquicias, es-
pecialmente en aquellos municipios con masa crítica de potenciales
clientes, las tecnologías, o las TIC, nos llevan a plantearnos las si-
guientes preguntas: ¿Qué son las TIC y cuáles son sus ventajas?
¿Pueden ayudarme a proporcionar más servicios a mis clientes? ¿Có-
mo pueden favorecer el conocimiento y la fidelización de mis clien-
tes? ¿Cómo pueden facilitarme la gestión de mi pequeño comercio?
¿Cómo pueden ahorrarme dinero en mi negocio?
Esta guía y los casos prácticos que relata pretenden dar algunas res-
puestas a las anteriores cuestiones.
Una pequeña aplicación de control de remesas puede facilitar la
gestión de artículos.
El uso de la tecnología simplifica algunas de las tareas rutinarias de
los comercios.
Un programa reproductor de música permite crear la atmósfera
adecuada para conseguir la complicidad de los clientes.
Las TIC pueden proporcionar útiles herramientas para los escapa-
rates de los comercios.
Las tecnologías te permiten estar conectado a tu sector.
La tecnología y la cooperación entre comercios como mejora de mi
empresa.
APLICACIONES TIC EN EL SECTOR TEXTIL Y CALZADO 0504 APOYO TÉCNICO A COMERCIO MINORISTA SERVICIO DE GABINETE TÉCNICO COMERCIAL
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–El sábado pasado a esta misma hora –res-
pondió el chaval mientras le tendía el papelito
amarillo doblado–. Aquí está el resguardo.
Sabin comenzó a buscar el trabajo repa-
sando todos los pedidos preparados
para entregar. Pero no encontraba
el correspondiente al resguardo del
muchacho. El número de referencia
del pedido estaba casi borrado...
Justo cuando la paciencia del chaval
estaba llegando a su límite y el sudor
frío comenzaba a hacer aparición en
la frente de Sabin, apareció la prenda
buscada: una minifalda escocesa a la
que había ajustado un poco el tiro de
la cintura. Un suspiro de alivio salió de
la boca de Sabin. Volvió al mostrador y
tendió la faldita al chaval para que ob-
servara el trabajo realizado. El chaval hi-
zo una mueca de desaprobación.
–¿Qué pasa? –le preguntó Sabin–.
¿No te parece que el arreglo se haya he-
cho correctamente?”
El chaval cogió la minifalda escocesa, le dio un par de vueltas y
respondió:
–No, no es eso. El trabajo está muy bien hecho, pero...
–¿Pero qué? –el suspense mataba al bueno de Sabin.
–Pues que yo había dejado un pantalón vaquero para recoger los
bajos –respondió el chaval con sorna–, y ésto o está muy, pero que
muy arreglado, o no es un pantalón vaquero...
Sabin le arrebató la prenda y el resguardo y verificó el número de
serie del mismo. La faldita tenía una pequeña etiqueta de cartón gra-
pada con el número 12341 escrito a mano. El número del resguardo
estaba casi borrado pero parecía que el número era 12341... O pue-
de que 12347 ó 72341 ó 72347... Imposible saberlo; eso sí, en cual-
quier caso quedaba claro que aquello poco o nada tenía que ver con
un pantalón vaquero.
Sabin pidió disculpas y volvió a la trastienda en busca de los fa-
mosos pantalones. Todo fue inútil, no aparecieron. Lo peor del tema
era que no se trataba de un trabajo realizado por él y tampoco sabía
a qué taller había cedido el encargo. Respiró hondo y volvió al mos-
trador a explicar la situación a su joven cliente. Después de un rato
de tira y afloja, el chaval se marchó disgustado y Sabin se quedó pen-
sativo, reflexionando sobre cómo podía haberse montado semejan-
te desastre.
El procedimiento que seguía para el control de los trabajos a rea-
lizar era sencillo: el cliente llegaba con la prenda al establecimiento;
Sabin acordaba el trabajo a realizar y marcaba la prenda grapando
un pequeño cartón con una referencia numérica; entregaba un res-
guardo en papel de calco al cliente y decidía si el encargo lo llevaría
a cabo él mismo o lo subcontrataría; una vez elegido el taller proce-
carceo amoroso con muchachas jóvenes y de buena cuna... que-
dando en el olvido.
De sus ensoñaciones rescató dos pasiones que marcaron su fu-
turo: sus ansias de viajar por el mundo y su admiración por la liber-
tad del vestuario pirata. La primera le llevó a visitar lejanos países co-
mo Maldivas, Micronesia, Costa Rica o Vietnam. La segunda se
convirtió en su profesión: la mejor forma de vestir a su aire era crear
sus propias prendas. Y se hizo sastre.
“La aguja dorada” era una pequeña tienda-taller en la calle de Ba-
rasoain, una calle peatonal entre el río Cidacos y la avenida de Seve-
rino Fernández. Sabin era un enamorado de su trabajo y rezumaba
cariño y orgullo profesional por el mismo. Era bien conocido por lo
cuidadoso y delicado de sus trabajos y contaba con una clientela ex-
tremadamente fiel. Había vestido a varias generaciones de tafalleses:
abuelos, padres, hijos, nietos... Todos los procesos del taller eran ab-
solutamente artesanales, el tiempo que necesitaba para atender a
cada persona era importante pero su clientela lo entendía y tenía pa-
ciencia suficiente para esperar su turno. El resultado siempre mere-
cía la pena.
Cerca de “La aguja dorada” se inauguró una nueva galería co-
mercial, con tiendas, establecimientos hosteleros y ocho pequeños
cines donde se proyectaban las últimas películas de la cartelera. El
éxito de la nueva galería fue considerable, mucha gente acudía a ha-
cer sus compras y a disfrutar de sus ratos de ocio. El negocio de Sa-
bin también experimentó un importante empujón ayudado por “el ti-
rón” de la nueva galería. La gente aprovechaba la visita al multicentro
para hacer sus compras, comer en los alrededores y ver alguna de
las películas que se proyectaban. Muchas de esas personas tam-
bién llevaban sus prendas de vestir a arreglar al taller de Sabin.
Fruto del casual maridaje de su establecimiento y la galería, el
número de encargos fue creciendo considerablemente hasta lle-
gar al punto de saturar la capacidad de trabajo de Sabin. El vo-
lumen era tal que no disponía de horas suficientes para atender a
todos sus clientes. Los plazos de entrega se iban alargando y algu-
nas personas llegaban a plantearle quejas por primera vez. Así, el
descontento comenzó a cundir entre sus clientes y él era cons-
ciente de que su negocio dependía en gran medida de su satis-
facción. Algo había que hacer...
Sabin no podía permitirse el lujo de contratar a más gente en
el taller pero sí podía ceder parte del trabajo al taller de algún ami-
go de confianza. Los encargos de menor enjundia los cedía a sus co-
laboradores externos y aquéllos de mayor responsabilidad los aten-
día personalmente. Sabin consiguió enderezar la situación y la
satisfacción volvió a florecer entre su clientela.
Una mañana de octubre, un sábado frío y soleado, un chaval jo-
ven que no hacía mucho había dicho adiós al acné juvenil, entró en
“La aguja dorada”.
–He venido a recoger ésto –le dijo a Sabin mientras le enseñaba
un trozo de papel doblado.
–¿Cuándo lo dejaste? –preguntó el sastre.
Las siglas RMA provienen del
inglés (Return Merchandise
Authorization) y responden al
código de identificación y a los
procesos usados por
distribuidores y talleres para la
recogida y administración de
productos defectuosos y su
posterior reparación,
sustitución o reembolso de su
precio cuando no hay solución
posible.
Si el volumen de casos a
atender es relativamente
grande, como ocurre en el caso
de Sabin, la gestión del servicio
de RMA puede convertirse en
un verdadero problema. El uso
de una aplicación que controla
todo el proceso y registra
información de cada operación
del mismo, identificando al
comprador, taller, producto,
problema o circunstancia que
padece, y la fecha y hora en la
que sucede, proporciona tres
ventajas principales:
Mayor control
Toda la información generada a
lo largo de la operación queda
registrada indicando quién, qué,
cómo y cuándo se ha realizado.
Mayor agilidad en respuesta
El ordenador puede dar
respuesta instantánea a
cualquier consulta sobre el
artículo a reparar.
Menor tiempo de gestión
Es la consecuencia lógica de
las dos ventajas anteriores, al
disponer de una herramienta
rápida y libre de errores, el
tiempo dedicado a la gestión
RMA se minimiza
considerablemente.
APLICACIONES TIC EN EL SECTOR TEXTIL Y CALZADO 0706 APOYO TÉCNICO A COMERCIO MINORISTA SERVICIO DE GABINETE TÉCNICO COMERCIAL
Dado el carácter de los
establecimientos tipo de este
sector, en caso de producirse
alguna anomalía o defecto en
los productos, o como en el
caso de Sabin, el simple arreglo
de los mismos, el comercio
debería ser capaz de gestionar
adecuadamente la recepción,
solución y devolución del
artículo al cliente final. Las TIC
ofrecen programas de
ordenador adecuados para
controlar todo el flujo de
productos, que proporcionan
una trazabilidad adecuada y
garantizan, en todo momento el
control de toda la transacción,
sabiendo que articulo es, quién
es el cliente, a quién y cuándo
se ha enviado, cuándo se
espera su devolución...
Textil-Calzado +:Maquetación 1 12/11/07 01:56 Página 06
Una vez terminado todo el proceso, y nuevamente a través del mis-
mo código de barras, se registra en el programa la devolución de la
prenda desde el taller que ha asumido el encargo y, por último, cuan-
do el cliente vuelve en busca de su prenda, el ordenador puede indi-
car en qué sitio exacto del almacén se encuentra.
En caso de problemas, una rápida consulta al ordenador median-
te la lectura del código de barras y unos pocos “clicks de ratón” se
puede averiguar con todo detalle el aspecto de la prenda, en qué con-
siste su arreglo, a quién se le ha encargado el trabajo y en qué punto
del proceso se encuentra.
Sabin quedó convencido y Pilar le ayudó a adquirir e implantar se-
mejante maravilla informática. Hoy en día el éxito de “La aguja dora-
da” sigue en aumento y nunca se ha vuelto a confundir un pantalón
vaquero con una minifalda escocesa. Además, Sabin ha descubier-
to que, con tanto control, puede averiguar el tipo y la frecuencia de
encargos de cada cliente. En definitiva, conoce mejor a sus clientes
y está dispuesto a sacar provecho de esta información, aunque aún
no sabe muy bien cómo.
El uso de la tecnología simplifica algunas de lastareas rutinarias de los comercios
Soraya y Laura, Laura y Soraya: dueto inseparable como Faemino y
Cansado, las Báccara, Laurel y Hardy, Abbot y Costello, Fred Astai-
re y Ginger Rogers, Paul Simon y Art Garfunkel, Spencer Tracy y Ka-
tharine Hepburn, sal y pimienta, jamón y queso, papel y lápiz, punto
y coma, Ramón y Cajal, Espoz y Mina...
Se conocieron el primer día de colegio, ése en el que –según la
irrepetible Mafalda– se echa por la borda toda una vida dedicada al
analfabetismo y, desde entonces, nada ni nadie había conseguido se-
pararlas. Compartían todo: clases, deportes, juegos, música y hasta
algún que otro noviete. Una de sus aficiones preferidas consistía en
colarse en la habitación de una de sus madres, cerrar la puerta des-
de dentro y disfrazarse con su ropa. Mil y una combi-
naciones, mil y un disfraces, mil y una tardes en-
cerradas. Les apasionaban los vestidos pero lo
que más les gustaba eran los complementos: cin-
turones, collares, pendientes, diademas, pañue-
los, anillos...
Cuando llegaron a ese momento de la vida en
el que hay que ganarse el pan con el sudor de la
frente, decidieron seguir juntas y vivir de su pasión
por los complementos. Compraron un local en Tudela,
en la calle de las Verjas, cerca del Palacio del Marqués
de San Adrián, y montaron una tienda de complemen-
tos.
Algo que caracterizaba a las dos amigas era el orden,
el celo y la disciplina con la que atacaban su trabajo. Con-
vertían en cierto y aplicado a su negocio aquel dicho de un te-
levisivo cocinero: no es limpio el que limpia sino el que no en-
sucia. Otro de sus rasgos característicos era el total y absoluto
día al envío de la prenda y esperaba su devolución. Por último, el clien-
te recogía su encargo perfectamente arreglado.
Lo peor de la situación es que no era la primera vez que ocurría el
problema. Muchas veces acababa preguntando al cliente por el as-
pecto de la prenda y, en base a sus indicaciones, la buscaba entre
todas las que estaban colgadas en la percha de trabajos terminados.
Había que cambiar de sistema. Las etiquetas se perdían, los res-
guardos se borraban y, aunque al principio recordaba perfectamen-
te qué prenda iba a cada taller, el volumen de encargos superaba su
memoria. Necesitaba un cambio en la gestión de los arreglos de ro-
pa cuanto antes o podría caer en el riesgo de morir de éxito.
Recurrió a Pilar, una de sus mejores amigas e ingeniera de organi-
zación. Le explicó lo sucedido y ella le respondió pro-
nunciando tres únicas letras: RMA. Sabin
se quedó exactamente igual, no entendía
nada, esa combinación de tres letras no
tenían significado alguno para él.
Pilar le explicó que las siglas RMA res-
ponden en inglés a Retorno Autorizado de
Material, nombre que recibe el proceso a
través del cual las empresas reciben los ar-
tículos defectuosos o averiados de sus clien-
tes, solucionan sus problemas técnicos y los
devuelven a sus dueños originales.
–¿Tienes ordenador? –le preguntó Pilar.
–Sí, tengo uno desde hace varios años pe-
ro no lo uso demasiado respondió Sabin–. Lo
compré mediante ayudas del gobierno. La ma-
yor parte del papeleo lo llevan desde la gestoría
de un amigo mío.
–Podrías sacarle un poco más de partido y solu-
cionar tu problema –Pilar comenzaba a plantear su so-
lución.
–¿Cómo?
–Utilizando un pequeño programa que gestione todo. Des-
de que llega la prenda a tus manos hasta que la devuelves a las del
cliente –respondió Pilar.
Y a continuación le explicó qué tipo de prestaciones tenía este ti-
po de programas. Al recibir una prenda se le asigna un número de re-
gistro, se imprime el albarán de recepción y una etiqueta. Ambos tie-
ne un código de barras que los relaciona y se puede leer con cualquier
lector de códigos. El ordenador guarda dicho código junto con los
datos del cliente, la fecha y la hora de la recepción de la prenda y la
fecha estimada de entrega, y esta información puede consultarse en
cualquier momento.
El envío de la prenda al taller subcontratado, a través del código
de barras, queda registrado en el ordenador, de forma que siempre
se sabe a quién se ha encargado el trabajo y cuándo se ha enviado.
El programa permite llevar a cabo un seguimiento del trabajo y avisar
a Sabin cuando se acerque la fecha de entrega de cada prenda.
APLICACIONES TIC EN EL SECTOR TEXTIL Y CALZADO 09
En la actualidad, en las
compañías tienen lugar muchos
procesos susceptibles de
integración, cooperación e
incluso desaparición. Las TIC
permiten la optimización de los
mismos, eliminando pasos
intermedios e intercambio de
formularios en papel soporte
documento.
08 APOYO TÉCNICO A COMERCIO MINORISTA SERVICIO DE GABINETE TÉCNICO COMERCIAL
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caz hacer ejercicios con regularidad que sólo de vez en cuando o
cuando se tema que se va a presentar el dolor.
–Puede que tengas razón –convino Soraya–, pero practicar a dia-
rio requiere mucho tiempo y yo tengo un negocio que atender.
–Entonces tú eliges –la mirada inquisitorial de César rayaba con la
amenaza y no dejaba lugar a réplica–: tu negocio o tu espalda.
Soraya contó a la otra devotion lo que ocurría. Laura intentó tran-
quilizar a su amiga:
–No te preocupes. Sales todos los días antes, vas al polideporti-
vo municipal de Elola y haces tus ejercicios.
–Ya, pero no te puedo dejar sola con los cierres diarios –respon-
dió Soraya apesadumbrada–. No me parece justo.
–Don’t worry be happy! –la animó Laura zanjando la discusión–.
Akuna matata!
Las devotions siguieron un tiempo con su nueva dinámica asimé-
trica. Soraya se encargaba de abrir la tienda y se marchaba a las 18:30
horas y Laura entraba un poco más tarde y luego se quedaba a car-
go del negocio hasta su cierre.
Una noche de verano, durante el Baile de la Era en las fiestas pa-
tronales de Santa Ana, Laura conoció a Félix. Félix era un mocetón
bien plantado, de ojos verdes y un tupido cabello negro cortado a ce-
pillo. Vivía en Sartaguda y estaba pasando las fiestas en casa de su
hermana. Dicen que con el roce se hace el cariño y no fue diferente
en el caso de Laura y Félix. Durante casi dos años, Félix esperaba pa-
cientemente a Laura. A diario, ella cerraba el negocio; a diario, él la
recogía en la puerta de la tienda y a diario también, daban un paseo
por la zona.
Una de esas tardes grises y plomizas de invierno, en las que pa-
rece que cuesta más moverse, Félix acudió a su cita diaria con Lau-
ra. Durante el paseo ella le notaba apesadumbrado, preocupado, ca-
si hasta arrastraba los pies.
–¿Qué te pasa cariño? –le preguntó.
–Nada –respondió él.
–Ese nada no suena muy convincente.
Félix respiró hondo y le explicó que no estaba muy
contento con el derrotero que estaba tomando su re-
lación. Le dijo que llevaban dos años y que estaba
locamente enamorado de ella, pero que necesitaba
más. No estaba dispuesto a seguir recorriendo ca-
si 120 kilómetros diarios para dar un paseo cogi-
dos de la mano.
–Tienes que entenderlo, es mi negocio –le dijo
ella, con todo el cariño que era capaz de expresar.
–Sí, es tu negocio y parece que lo prefieras a mi
compañía –la mirada de Félix era tan triste como el
gris del cielo–. A veces parece que estás casada
con la tienda y yo no soy más que tu amante, el
otro...
–¡No seas tonto! –exclamó Laura temiendo lo
peor–. Sabes que no es verdad.
rechazo hacia las tecnologías; posiblemente eran las dos
únicas personas de la localidad que no utilizaban te-
léfono móvil.
Fruto directo de ambas circunstancias era el sis-
tema que utilizaban para la gestión de su negocio:
ordenado, detallado y totalmente manual. Lleva-
ban un registro detallado de cada pedido, cada
venta y la situación del almacén y todo en una
serie de cuadernos perfectamente ordena-
dos, sin un sola tachadura y con una cali-
grafía perfecta. Su meticulosidad llegaba
al extremo de pegar en cada caja una
imagen en papel fotográfico de su conteni-
do para facilitar su identificación.
El orden en el negocio era perfecto, a pesar de la au-
sencia de tecnología alguna más allá de cuadernos de papel, bo-
lígrafos transparentes de punta normal, una regla y una pequeña cal-
culadora. Evidentemente, su tiempo era el precio que pagaban por el
esfuerzo invertido en este derroche de pulcritud. Para las devotions,
como las apodaban en la ciudad, el tiempo no suponía un problema.
Vivían por y para el negocio, acudían al establecimiento una hora an-
tes de abrir para preparar todo lo necesario y abandonaban el local
varias horas después de su hora de cierre, después de haber cua-
drado perfectamente la caja y las salidas del almacén, y así día tras
día, de lunes a sábado. Además, con cierta frecuencia, pasaban par-
te del fin de semana en la tienda, especialmente cuando registraban
entradas de nuevo género a principios de cada temporada. Curiosa-
mente, el único momento del año en el que se separaban eran las va-
caciones, ya que se alternaban para que la tienda siempre estuviera
abierta.
El negocio funcionaba y su sistema de gestión era altamente sa-
tisfactorio e, incluso, envidiado por el resto de los negocios de los al-
rededores y algún que otro consultor de comercio que las había visi-
tado. Pero el tiempo no pasa en balde para nadie y los esfuerzos
laborales complicaron la salud de Soraya que sufría dolores crónicos
de cuello y espalda. Empezó a tener dificultades para aguantar jor-
nadas enteras de pie y sin caminar y, a pesar de su resistencia, de vez
en cuando sufría episodios agudos de dolor y se veía obligada a pa-
sar días enteros en cama sin poder moverse. No tuvo más remedio
que acudir a un especialista, un traumatólogo muy conocido llama-
do César que, después de realizarle un gran número de pruebas de
difícil pronunciación, le recomendó practicar ejercicio con regulari-
dad para fortalecer su espalda y conseguir un tono muscular que vol-
viera a poner todo en su sitio.
–Deberías comenzar nadando poco a poco y después continuar
con una tabla de ejercicios que yo mismo te voy a preparar: dorso-
lumbares, cérvico-dorsales, estiramientos... En un programa de ejer-
cicios para la columna vertebral lo más importante no es el entusias-
mo inicial, ni tampoco el ritmo con el que va progresando al principio.
Lo esencial es la constancia –le explicó Cesar–. Es mucho más efi-
TPV es el acrónimo de Terminal
Punto de Venta y hace
referencia a los programas que
resuelven las tareas de gestión
de un comercio. El sistema se
compone de una parte
hardware (dispositivo físico) y
otra software (programa)
Hardware
Monitor táctil
Teclado
Impresora de tickets, etiquetas
y documentos
Cajón Portamonedas
Lector de código de barras
Lector de banda magnética
Software
Desde el punto de vista de
exclusividad existen dos grupos
bien diferenciados:
A MEDIDA
Proporcionan un programa que
se adapta específicamente a la
realidad del comercio pero son
más caros y sus procesos de
desarrollo y depuración de
errores pueden resultar largos y
pesados. >>
APLICACIONES TIC EN EL SECTOR TEXTIL Y CALZADO 1110 APOYO TÉCNICO A COMERCIO MINORISTA SERVICIO DE GABINETE TÉCNICO COMERCIAL
Textil-Calzado +:Maquetación 1 12/11/07 01:56 Página 10
–Puede que Félix no esté del todo equivocado.
No tengo ningún interés especial en averiguar el
color de los calzoncillos del mecánico de la úl-
tima revisión, pero si usar un ordenador va a
facilitar las tareas de la tienda y nos va a
proporcionar más tiempo libre, bienveni-
do sea.
La sentencia de Soraya quedó enci-
ma de la mesa y acordaron buscar ayu-
da e información sobre el tema. Hicie-
ron una visita a CEIN en Pamplona.
CEIN está especializado en difundir la
tecnología y ayudar a las empresas a
optimizar sus procesos mediante el uso
de la misma. Les explicaron que existía
una serie de programas de ordenador lla-
mados TPV que podrían facilitar la gestión
de la tienda. Un mismo programa permitiría
gestionar la caja, el almacén, sustituir las cos-
tosas fotos por modernos códigos de barras,
organizar los pedidos a los diferentes proveedo-
res y todo en menos tiempo. Además, les mostraron
algunos de los programas de ayudas económicas, en for-
ma de subvenciones, a las que se podrían acoger. Tendrían
que formarse adecuadamente para utilizar el ordenador y el famoso
programa pero no parecía una dificultad insalvable. Los tres queda-
ron convencidos y se pusieron manos a la obra.
Hoy en día Soraya y Laura disponen de un ordenador en la tienda.
Le llaman “Cepillín II” en honor a Félix y la memorable cena en la que
se planteó la solución. Siguen teniendo un exhaustivo control de su
negocio, pero han conseguido vivir del negocio y no para él. “Cepi-
llín” ha encontrado un nuevo trabajo en un gran taller de automoción
en Tudela y él y Laura están buscando un piso en el que vivir juntos.
Y como la forma de llevar la tienda se ha simplificado mucho con el
nuevo inquilino, las dos socias están pensando en contratar a una
persona para que la atienda durante parte del verano mientras ellas
se marchan de vacaciones juntas por primera vez. ¡Temblad, que vuel-
ven las devotions!
–Si por lo menos pudiéramos salir algún fin de
semana... –respondió él sin mirarle a la cara–, pe-
ro, claro, también hay que estar en la tienda...
–Eso no es cierto, a veces nos vamos un
fin de semana entero.
–¿Sí? –le preguntó Félix desafiante–.
Entonces, díme dónde fuimos la última
vez... ¿Te acuerdas?
Él había ganado la partida porque
Laura no lo recordaba. Hacía tanto tiem-
po de aquéllo... Pasaron el resto del pa-
seo cogidos de la mano y en silencio.
Aunque Laura no quisiera reconocer-
lo, en su fuero interno sabía que Félix te-
nía razón. Tendría que valorar su vida y de-
cidir qué era más importante, su negocio
o su relación con “cepillín”, tal como llama-
ba a Félix en los momentos más cariñosos. Y
no tuvo que dar muchas vueltas al tema, la de-
cisión fue rápida y rotunda. “Cepillín” le importa-
ba mucho más, de manera que tendría que replan-
tear el negocio y sacar tiempo libre para su relación
de pareja. Debía hablar urgentemente con Soraya.
Después de muchas vueltas al asunto, ambas acordaron
buscar la forma de dedicar menos tiempo al negocio sin perder ni un
ápice de control sobre el mismo. El dilema estaba servido, solamen-
te había tres opciones: contratar a otra persona, cambiar la forma de
funcionar para hacer las tareas lo más rápido posible o la suma de las
dos opciones anteriores.
Una noche de sábado, mientras Félix, Laura y Soraya cenaban en
un restaurante en el centro de Tudela especializado en verduras, apa-
reció la solución:
–Yo soy mecánico –expuso Félix–. Antes, arreglar coches casi era
cosa de arte. Tenías que estudiarlo bien, oír sus ruidos lastimeros, es-
cudriñar sus tripas y, con un poco de suerte y un mucho de olfato, en-
contrar la avería y saber repararla.
–¿Y eso qué tiene que ver con nuestro problema? –le preguntó
Laura.
–¡Mucho! Antes, todo dependía de la mano del artista y se nece-
sitaba bastante tiempo para estudiar las averías. Ahora enchufas el
ordenador portátil al coche, hablan entre ellos y en unos segundos
aparece en la pantalla el nombre de la avería. El ordenador casi es ca-
paz de decirte el color de los calzoncillos del mecánico que hizo la úl-
tima revisión. Y seguro que existe algún sistema similar para las tien-
das de complementos.
–¡Y tú qué sabrás! –le espetó Laura– Qué tendrá que ver un motor
con una tienda de ropa, ¿eh?
Soraya se había mantenido al margen, más le parecía una dispu-
ta entre enamorados que una conversación de negocios. Después
de un rato de silenció decidió tomar la palabra y para sorpresa de sus
socia, le dio la razón a Félix.
APLICACIONES TIC EN EL SECTOR TEXTIL Y CALZADO 1312 APOYO TÉCNICO A COMERCIO MINORISTA SERVICIO DE GABINETE TÉCNICO COMERCIAL
COMERCIALES
Proporcionan soluciones más
económicas, normalmente
personalizadas para un
subsector del comercio
específico, pero no admiten
grandes cambios ni
personalizaciones en la
realidad concreta del comercio
en cuestión.
Las principales funciones que
desempeña un TPV estándar
son: generación de tickets y
códigos de barras; gestión de
proveedores: compras,
albaranes y facturas; gestión de
clientes mediante facturas,
compras y tickets de ventas;
gestión de almacenes y
maestro de artículos, gestión de
caja, gestión de
usuarios/empleados y gestión
de “tallas y colores”.
Son cuatro las principales
ventajas que se obtienen al
utilizar un TPV: se agilizan las
tareas y transacciones; se
optimizan costes y gastos,
minimizando errores; se mejora
la gestión integral del negocio y
se evitan esperas y colas
innecesarias.
Textil-Calzado +:Maquetación 1 12/11/07 01:56 Página 12
CÓMO INTERNET Y LAS TECNOLOGÍASPROPORCIONAN UN NUEVO CANAL DECOMUNICACIÓN CON MIS CLIENTES,AMPLIANDO, A UN BAJO COSTE, ELCATÁLOGO DE SERVICIOS
Una vez resuelto el problema de la gestión interna del propio taller o
comercio, habría que pensar que el principal objetivo de la misma no
es su auto-gestión, sino los servicios y beneficios que debería pro-
porcionar a los clientes. Los siguientes ejemplos ilustran cómo la tec-
nología y los sistemas de información pueden ayudar a conseguir sa-
tisfacer dicho objetivo principal.
Un programa reproductor de música permite crearla atmósfera adecuada para conseguir lacomplicidad de los clientes
Desde muy niña, Eva era fan del delfín Flipper. En realidad era fan de
cualquier animal que apareciera en una serie de televisión: la mona
Chita, la mula Francis, el cerdito Babe, la orca Willy, el caballo Furia,
la perra Lassie, el perro Rintintín... Pero su favorito era Flipper.
Flipper era aquel delfín, delfina en realidad, que protagonizaba una
serie de TV de su infancia y que trataba sobre una familia que vivía en
un paraíso de aguas azul turquesa, playas de arena blanca, palme-
ras y cocoteros; un lugar en el que hay que ser muy tarado para no
ser feliz, a pesar de las innumerables aventuras que los personajes
protagonizaban capítulo a capítulo.
Eva había nacido en Olejua, un pequeño pueblo cerca de Los Ar-
cos con menos de 60 habitantes, un lugar poco –más bien nada– pa-
recido al paraje de la serie de Flipper.
Tenía cosas interesantes como la
Iglesia de Santiago, pe-
ro no abundaban los
cocoteros ni las pla-
yas de arena blanca; y lo
que era peor, no tenía mar. Decidi-
damente, Eva había nacido en el lugar in-
correcto. Desde que sus padres la llevaron por
primera vez a San Sebastián se quedó prendada
del mar, aquella inmensa cosa azul que no paraba de
moverse y le inspiraba sueños de aventura y libertad.
Pero lo que más le llamó la atención y terminó por marcar el res-
to de su vida, fueron aquellos chavales, en la playa de la Zurrio-
la, que con sus tablas cabalgaban obstinadamente una y otra
vez sobre las olas. Eva había descubierto el surf.
APLICACIONES TIC EN EL SECTOR TEXTIL Y CALZADO 15
Dos aspectos que caracterizan
y definen a una tribu social son
su forma de vestir y su música.
En un comercio de textil y
calzado se pueden aunar
ambos y conseguir una mayor
identificación con la clientela
potencial.
Textil-Calzado +:Maquetación 1 12/11/07 01:56 Página 14
Contactó con una amiga especialista en
temas de comercio, Yolanda, y le contó su ex-
periencia en la transformación de su tienda. Su
respuesta fue clara y concisa:
–¡Claro, mujer! Lo que ocurre es que, además de
serlo, hay que parecerlo.
–¿¡Cómo!? –exclamó Eva
–Verás, empieza por ponerte en el
lugar de una persona que camina por
la calle buscando una tienda surfer –le
planteó Yolanda–. ¿Crees que se fijaría
en la tuya?
–Creo que no –Eva bajó los ojos, aver-
gonzada de no haberse dado cuenta de al-
go tan evidente–. Desde el exterior no hay
demasiados detalles que indiquen que se
vendan este tipo de artículos.
–Entonces, ¿cómo esperas que com-
pren si no hay nada que les induzca a en-
trar? –Yolanda terminó su comentario de
forma tan rotunda como había empezado.
Eva comprendió así la diferencia entre tener una tien-
da con complementos surferos y una verdadero comercio especiali-
zado en surf. Tenía que conseguir que su establecimiento rezumara
olor a mar y la gente casi sintiera la arena en sus zapatos al salir del
local. Mientras se tomaba una cerveza en la Plaza de los Fueros, pen-
só en el tema e intentó analizar qué era lo que le provocaba la sen-
sación placentera de beber una cerveza y lo que le inducía a tomar
una de vez en cuando. La respuesta fue sencilla: el sabor, el olor, la
sensación de frescor... En realidad, los cinco sentidos se veían afec-
tados y con todos ellos disfrutaba la bebida: vista, oído, olfato, tacto
y gusto. Una luz se encendió dentro de su cabeza: algo semejante
debía conseguir en su tienda.
El sentido de la vista era relativamente fácil de satisfacer: en un pri-
mer momento bastaría con cambiar el color neutro de las paredes, y
estanterías por otros más refrescantes y renovar la distribución de los
expositores para lograr el protagonismo de los artículos propios del
surf. Lo del oído pasaba por la música pero, hasta la fecha, había de-
dicado sus ahorros a viajar en lugar de adquirir música de forma líci-
ta, de manera que su discografía solamente podía escucharse sin
riesgo en su reproductor de MP3. Además, su único equipo de mú-
sica estaba instalado en su habitación preferida. Una vez más acu-
dió a su infalible amiga Yolanda, pero esta vez no fue tan eficaz co-
mo ella esperaba.
–No controlo muy bien lo de la música, ni en el plano legal ni en el
técnico, pero podrías llamar a Maite, de CEIN, que entiende de tec-
nología y de cables. Seguro que ella te puede ayudar.
Efectivamente, tal como había vaticinado Yolanda, Maite le aten-
dió con una sonrisa en la boca y una buena disposición.
–Eva, ¿tienes ordenador en la tienda? –le preguntó Maite.
Poco a poco fue introduciéndose en el mundo que rodea a este
deporte: la música de los Beach Boys, películas como El Club de las
Olas (Step into liquid), sudaderas, chanclas o go-slowers según la ma-
rina estadounidense y una estupenda tabla BIC-9’0’’ Classic Long
Board que le costó buena parte de sus ahorros, pero que hacía sus
delicias cada vez que se escapaba a algún punto de la costa cantá-
brica a cabalgar sobre las olas.
Siendo ella una niña, sus padres abandonaron su querido Olejua
y se trasladaron a la cercana Estella buscando un futuro mejor para
la familia. Poco tiempo después de instalarse inauguraron una tien-
da de ropa, la primera que se abría en el pueblo dedicada exclusiva-
mente al comercio textil y por ello era conocida como “LA tienda de
ropa”. Eva fue creciendo a la misma velocidad que sus padres y la
propia Estella, hasta que el futuro de la tienda llegó a sus manos. Sus
padres decidieron que era el momento de jubilarse y descansar, des-
pués de haber dedicado toda su vida al negocio. Eva se hizo cargo
de la empresa, lo cierto es que no tenía más alternativa. Hasta el mo-
mento había compartido su vida entre el estudio, “LA tienda” y, có-
mo no, el surf, y pensaba que era justo continuar con un negocio del
que había comido durante gran parte de su vida.
Para entonces, Estella se había convertido en la quinta población
con mayor número de habitantes de Navarra y hacía tiempo que “LA
tienda” había dejado de ser “LA” para convertirse en “UNA” tienda
de ropa igual al resto de las que proliferaban en la localidad. Eva sa-
bía que tenía que hacer algo para que volviera a ser única, tal vez bus-
car éso que su profesor de la asignatura de empresas llamaba “el he-
cho diferencial o ventaja competitiva”.
Una mañana de domingo y viento sur en la playa de Bakio, mien-
tras observaba a sus compañeros atrapando olas, se quedó obser-
vando a la gente que pasaba por el recién estrenado paseo marí-
timo. Muchas de las personas que veía vestían de acuerdo a la
inconfundible estética surfer. Ella misma llevaba un atuendo si-
milar, al estilo de su “tribu”, una imagen que iba calando
entre muchos de los jóvenes de hoy en día.
Pensó que en algún sitio ten-
drían que adquirir la ropa
y los complementos, de
hecho, ella misma tenía que
emplearse a fondo y aprovechar sus escapadas a la
costa para comprar los artículos que deseaba. Ha-
bía encontrado el famoso hecho diferencial: iba a
reconvertir “una tienda de ropa” en “LA única tien-
da de ropa surfer” de Estella.
El primer paso fue contactar con proveedores
de ropa y complementos de línea surfista. No resul-
tó difícil porque Eva disponía de un buen número de re-
laciones en el sector, fruto de su carácter abierto y su asidua asis-
tencia a campeonatos y concentraciones de su tribu. El segundo
paso consistió en iniciar la propia comercialización y aquí se com-
plicaron las cosas. Después de varios meses el resultado no fue el
esperado y Eva no tenía muy claro por qué.
APLICACIONES TIC EN EL SECTOR TEXTIL Y CALZADO 1716 APOYO TÉCNICO A COMERCIO MINORISTA SERVICIO DE GABINETE TÉCNICO COMERCIAL
Una de las armas de que
dispone el pequeño comercio
frente a otro tipo de
establecimientos con más
recursos es la personalización.
Eva encuentra en la
personalización la forma de
volver a ser “LA” en lugar de
“UNA más”. La tecnología en
forma de música le ayuda a
concretar esa personalización e
identificar su negocio con una
imagen determinada, sacando
mayor partido a los aparatos
tecnológicos de los que ya
dispone y convirtiéndose en
una referencia entre las
personas que integran la tribu
surfer.
Textil-Calzado +:Maquetación 1 12/11/07 01:56 Página 16
Por esas razones que nadie
entiende pero confirman que el
mundo gira a su aire y que no
siempre controlamos nuestros
destinos, terminó por regentar una
zapatería en la Avenida de Ron-
cesvalles, en Pamplona. Cuando
se hizo cargo del establecimien-
to tenía el mismo aspecto
con el que se había inaugu-
rado cincuenta años antes:
inmensas estanterías llenas de
cajas rectangulares y un esca-
parate en el que se alienaban, a modo de soldados ejerci-
tando la instrucción militar, un innumerable surtido de zapatos. Ne-
gros y marrones para ellos y alguna que otra licencia de color para
ellas, pero nada más allá de un tono crema o gris rompedor. El mar-
co del escaparate y la puerta de entrada eran de madera, pintados
de un marrón neutro que pasaba desapercibido hasta para las per-
sonas más observadoras del barrio.
El tiempo pasaba despacio por delante del escaparate. Más que
una tienda parecía una máquina del tiempo. Fuera todo evoluciona-
ba, los ciclos anuales se repetían una y otra vez: el frío y las lluvias del
invierno, la alegre primavera, el caluroso verano y el melancólico y
nostálgico otoño se sucedían una y otra vez, como una rueda sin fin.
La gente cambiaba su forma de vestir: la longitud de las faldas de las
chicas subía y bajaba como si de una marea se tratara, los colores
del arco iris iban saltando de persona en persona sin posarse ni una
sola vez en el marrón neutro de la tienda de Iñaki. Parecía que el tiem-
po transcurría a zancadas por delante del escaparate, pero también
parecía que no tenía ningún interés en detenerse y hacer una visita a
su zapatería.
Iñaki contaba con una clientela extremadamente fiel que, presa de
sus costumbres, siempre adquirían los mismos zapatos, las mismas
zapatillas, una y otra vez, año tras año... Iñaki observaba que esa
clientela envejecía poco a poco y que el tiempo, que se negaba a en-
trar en su establecimiento, se la llevaba al mismo ritmo cansino pero
implacable.
Su negocio navegaba rumbo a la desaparición. El volumen de sus
clientes y sus ventas disminuía lenta pero incesantemente. Algo te-
nía que hacer...
Su amigo José Martín, además de incondicional del Athletic, tam-
bién era un asiduo de la zapatería de Iñaki. Una tarde de primavera
acudieron juntos a las inmediaciones de El Sadar, vestidos de gala
para la ocasión, comieron un suculento chuletón y, tras una reñida
partida de mus, fueron al campo de fútbol a ver a su equipo que ju-
gaba como visitante contra Osasuna. En el descanso, el Athletic per-
día por 1-0 y mientras procedían a dar cuenta del bocadillo y el puro
de turno, Iñaki le planteó a su amigo lo precario del estado de su ne-
gocio.
–El problema es evidente –le explicó José Martín–. ¿Cómo espe-
ras que alguien entre en tu zapatería si está igual que en la posgue-
–Sí, claro, lo utilizo para llevar las cuentas, las ventas y el almacén
–respondió Eva–. Me resulta un cacharro muy útil.
–Podrías utilizarlo para reproducir la música en la tienda. Tiene va-
rias ventajas: te ahorras un nuevo reproductor de CD, “ampli” o mi-
nicadena; la calidad del sonido es igual a la de la mayoría de los equi-
pos de música de gama media; las canciones se almacenan en el
disco duro del ordenador y no tienes que manipular los compactos
de un lado a otro y, además, hay programas de ordenador, algunos
incluso gratuitos, que permiten ordenar las diferentes canciones por
grupos y reproducirlos en función de las condiciones que a ti te inte-
resen: hora, mes, estación...
–Qué bien, Maite, pero ¿esto es legal? –el tema generaba una gran
inquietud en Eva.
–Siempre que adquieras la música legalmente no hay problema
–puntualizó Maite–. Si quieres ahorrarte algo de dinero al adquirirla
podrías comprarla por Internet. Es más barata porque no tienes que
pagar el coste del propio CD ni el de la distribución. Además, la al-
macenas directamente en el ordenador y la dejas lista para su repro-
ducción. También tendrás que pagar algo por utilizarla en tu negocio
pero no es demasiado dinero.
Hoy en día, la tienda de Eva es el centro de la comunidad surfer de
la comarca, no sólo porque proporciona artículos y complementos
de este tipo de indumentaria, también porque en ella se puede en-
contrar información y noticias de interés sobre el tema. Si alguien
quiere saber cuándo se va a celebrar el próximo “Billabong pro” de
Mundaka o cuál es la previsión de olas en la Zurriola para el próximo
fin de semana, la tienda de Eva es el lugar donde averiguarlo.
Eva está trabajando ahora en el sentido del olor. Se dio cuenta de
que una leve corriente de aire salía de la tienda y pensó que a los vi-
sitantes les resultaría inolvidable que, unido al flujo de aire pudiera in-
tuirse el aroma del mar, el olor del salitre y la crema de protección so-
lar; y aún sorprendería más si pudiera captarse desde la misma acera.
No tiene muy claro lo que dicen las ordenanzas municipales sobre el
tema y está depurando el mecanismo de difusión del olor a playa, pe-
ro ninguna de las dos cuestiones parece una dificultad insalvable que
vaya a detenerla.
Las TIC pueden proporcionar útiles herramientaspara los escaparates de los comercios
Iñaki había estudiado derecho y había elegido las leyes porque era
de aquellas personas que opinaban que se podía cambiar el mundo
desde dentro, aunque nunca llegó a ejercer de “picapleitos”. Había
nacido en Bilbao, bilbaíno de pro, socio y compromisario de su ama-
do Athletic Club de Bilbao y buen amigo de sus amigos, siempre es-
taba dispuesto a echar un “pote” y un cable al que se lo demandara.
Algunos de sus inseparables, con mucho cariño, le apodaban Igna-
tius O´Reilly por el protagonista de La conquista de los necios. Él nun-
ca lo había entendido; al fin y al cabo poco tenía que ver con seme-
jante personaje, pero lo aceptaba con vehemencia y con el mismo
cariño con el que le habían atribuido dicho apodo.
18 APOYO TÉCNICO A COMERCIO MINORISTA SERVICIO DE GABINETE TÉCNICO COMERCIAL
Dado el carácter estacional y
los diferentes periodos de
ofertas y rebajas, disponer de
una herramienta informática
que permita el cambio
dinámico y bajo demanda del
contenido de un escaparate
hasta convertirlo en un punto
de información del propio
sector, puede agilizar y
flexibilizar la relación con el
cliente potencial y hacer mucho
más atractiva la imagen del
negocio a un precio realmente
competitivo.
APLICACIONES TIC EN EL SECTOR TEXTIL Y CALZADO 19
Textil-Calzado +:Maquetación 1 12/11/07 01:56 Página 18
Buscando una posible solución llegó
el partido de vuelta; Osasuna devolvía la
visita al Athletic y allí estaban Iñaki y Jo-
sé Martín para presenciarla. La liturgia
se había repetido al pie de la letra: po-
teo por el casco viejo, chuletón y
partida de mus en el txoko de
José Martín y partido en la tri-
buna principal. En aquella
ocasión “los leones” estaban
dando buena cuenta del
equipo navarro: 4-1 en el
descanso. El bocadillo y el
puro hicieron acto de presencia y
también la conversación sobre la
zapatería.
–¿Qué, Iñaki, has encontrado la forma de ha-
cer que el tiempo entre en tu tienda y no pase de largo? –le pregun-
tó José Martín.
–Más o menos...
“Ignatius” le puso al día sobre sus investigaciones y le explicó que
necesitaba encontrar “algo” que llamara suficientemente la atención
y que cambiara de forma casi permanente, pero que no había dado
con ello todavía. José Martín le comentó que, cerca de su vivienda,
había una tienda de música de las de antes, no tenían CD, ni DVD, ni
música enlatada. Se dedicaban a vender instrumentos, partituras e,
incluso, ofrecían conciertos para bodas y celebraciones. Lo que lla-
maba la atención de José Martín no era el tipo de artículos que ven-
dían –nunca había sido muy aficionado a la música clásica– si no que
el escaparate entero era una pantalla plana de televisión.
–Sí, esa idea ya la he visto –convino Iñaki. Y añadió socarrón–:
¿Qué tipo de contenidos podría ofrecer en la zapatería? ¿Quizá la pe-
lícula El gato con botas?
José Martín siguió con su explicación sin caer en la provocación
de “Ignatius”. La gran pantalla de la que hablaba, además de ofrecer
imágenes de actuaciones, como la del último concierto de Año Nue-
vo de Viena y su inseparable Marcha Radetzky, también servía para
publicitar los diferentes artículos y servicios musicales que ofertaba
la tienda e informar a los transeúntes sobre la agenda de conciertos
y actividades musicales de la ciudad.
–Pero para averiguar lo que a mí me interesa tendría que esperar
pacientemente a que apareciera –le interrumpió Iñaki–. Si dispones
del suficiente tiempo libre quizá puedas pasar las horas muertas mi-
rando y esperando...
A José Martín empezaban a ponerle nervioso las protestas de su
amigo pero se repuso y siguió con su explicación. La realidad era bien
diferente a la que dibujaba Iñaki: la gran pantalla de la tienda de mú-
sica estaba pegada al cristal del escaparate y era táctil.
–¿Táctil? –la pregunta de Iñaki estaba más dirigida a sacar de qui-
cio a su amigo que a obtener una respuesta concreta.
José Martín respiró hondo.
rra? Tienes que permitir que la influencia del tiempo afecte a toda la
tienda y que ésta evolucione al ritmo de las modas y las tendencias.
–Puede que tengas razón, pero no sé cómo hacerlo –respondió
Iñaki, mientras exhalaba una enorme bocanada de humo azulado–.
Al fin y al cabo los zapatos, zapatos son.
El Athletic consiguió terminar el partido en un empate ramplón a
un gol y con reparto de puntos. Aquel encuentro no iba a quedar im-
preso ni en la retina ni en el recuerdo de Iñaki, pero sí la conversación
con José Martín. Decidió emplear un tiempo en observar el funcio-
namiento de otros establecimientos del barrio. Después de dar mu-
chas vueltas encontró tres casos que le llamaron la atención.
Una farmacia cercana abrió sus puertas en la misma época que la
zapatería pero había sabido envejecer mejor que ésta. Su escapara-
te, al igual que el del negocio de Iñaki, no había sufrido apenas cam-
bio alguno desde que se fundó. Pero cada generación de pamplo-
neses que pasaba por delante se detenía a contemplarlo. ¿Qué era
lo que les llamaba tanto la atención? La respuesta era una maqueta
de anatomía, a escala natural, una reproducción del cuerpo humano
cuyas vísceras se venden por entregas, una semana el hígado, otra
el intestino, el cráneo y, por último, la carcasa transparente con for-
ma de persona que sirve para protegerla y dejar que se vea su inte-
rior. Toda una tradición en Pamplona, todo pamplonés que se precie
conocía la farmacia del “cuerpo humano” y cualquiera sabía ubicar-
la en caso de necesidad.
También le llamó la atención una tienda de televisores, equipos de
música y electrónica de gran consumo. Tenían expuesto un enorme
televisor de plasma de 43 pulgadas que llenaba casi todo el escapa-
rate, un aparato que casi todo el mundo desearía tener en su casa,
aunque más por el hecho de tener una casa de las dimensiones ade-
cuadas para albergarlo. El televisor siempre estaba encendido, pro-
yectando alguna película en su pantalla y, siempre también, había
alguien mirándola, especialmente la chavalería del barrio. Hiciera
el tiempo que hiciera pasaban las horas muertas mirando la pan-
talla. Es cierto que no se cobraba entrada por ver la película, pero
también estaba claro que se acordarían de la tienda la próxima
vez que tuvieran que comprar un MP3 o un discman.
El último ejemplo lo encontró en un viaje a Madrid. Mientras es-
peraba la llegada del próximo tren, se encontró mirando una pan-
talla de televisión que colgaba del techo en la mitad del andén. So-
lamente proporcionaba información sobre el servicio de metro, la
meteorología, imágenes de las noticias y algunos anuncios publici-
tarios, y todo en el más absoluto silencio. Miró a su alrededor y mu-
chos de los pasajeros se encontraban en la misma tesitura, mirando
casi sin pestañear la silenciosa pantalla aunque repitiera, una y otra
vez, los mismos contenidos.
El caso del muñeco de anatomía era difícilmente transplantable a
su negocio, no veía cómo un enorme zapato medio descuartizado iba
a llamar la atención de su futura clientela. En Pamplona tampoco ha-
bía metro, sólo la futura estación de autobuses. Así que se quedó con
la segunda opción, necesitaba algo que llamara la atención y que
cambiara casi permanentemente, pero ¿qué?
20 APOYO TÉCNICO A COMERCIO MINORISTA SERVICIO DE GABINETE TÉCNICO COMERCIAL APLICACIONES TIC EN EL SECTOR TEXTIL Y CALZADO 21
Textil-Calzado +:Maquetación 1 12/11/07 01:56 Página 20
CÓMO LA TECNOLOGÍA PUEDEFACILITAR EL ESTABLECIMIENTO DERELACIONES DE COLABORACIÓNENTRE DIFERENTES COLECTIVOS,AUMENTANDO LAS SINERGIAS ENTRELOS MISMOS
La filosofía del asociacionismo se basa en la agrupación de diferen-
tes compañías con un interés común que aúnan sus energías, recur-
sos, tiempo e ilusión en busca de la creación de una masa muscular
más desarrollada que permita satisfacer esos mismos intereses de
forma sencilla, rápida y barata... Pero si el asociacionismo tiene unas
ventajas tan claras, ¿por qué no aplicar esa misma filosofía entre di-
ferentes colectivos? Crear un “tejido” extra-negocio puede generar
un “músculo” extra también. Las tecnologías de información y co-
municación constituyen una buena herramienta para fomentar el cre-
cimiento y el fortalecimiento de esta musculatura, sin correr el riesgo
de caer en el doping.
Las tecnologías te permiten estar conectadoa tu sector
Begoña tenía una larga cabellera rubia que le llegaba más allá de sus
hombros. La longitud de su pelo era herencia de su madre y el color
rubio de su padre. Éste había nacido en Espoo, un pueblo al oeste de
la capital de Finlandia, Helsinki.
Le gustaba la velocidad, sentir el viento en el rostro y que és-
te hiciera flamear su cabello como si fuera una ban-
dera. Esta combinación de factores hacía que
practicara deportes como el esquí y la nave-
gación a vela. Podría haber optado por el
motociclismo pero el uso del casco termi-
naría por arruinar su melena. Begoña tam-
bién era un poco vaga y por eso prefería el
esquí alpino y la navegación en crucero. Del
primero decía que es mejor que te suban a tener
que sudar para subir una misma, y del segundo,
que la vela ligera era demasiado húmeda para su
gusto.
Begoña regentaba una tienda especiali-
zada en material y ropa de esquí. Estaba
situada en la calle de La Mañueta, cer-
ca del Palacio del Marqués de Rozale-
jo. Además de la tienda, dirigía un pe-
queño taller de reparación de
esquís en el que trabajaba
–Una pantalla táctil es un artilugio que, en lugar de usar teclado o
ratón, mediante pulsaciones digitales sobre la pantalla se puede na-
vegar por los diferentes menús del programa. Por ejemplo, solamen-
te tendría que pulsar el botón “conciertos” para que apareciera el lis-
tado de todas las actuaciones. Y si pulsas sobre una de ellas, se
mostraran todos los datos que tenga el programa sobre la misma.
–Bueno, ahora en serio. Lo que me estás diciendo es que tienen
algo así como la pantalla de un cajero automático pero en mayor ta-
maño y que, en lugar de usar un teclado, el cliente pulsa directamente
sobre ella para seleccionar el apartado en el que está interesado. Y
que, además, lo hace desde la calle simplemente tocando el cristal
del escaparate. ¿Es así?
A Iñaki le pareció una buena idea, podría poner una pantalla táctil
en su tienda. Tendría algo diferente, no le ocuparía mucho espacio y
podría provocar algo parecido al efecto “tienda de televisores”.
El siguiente encuentro entre “Ignatius” y José Martín marcó una
nueva vuelta de tuerca en el escaparate de la zapatería, esta vez en
un partido de copa. Iñaki le explicó a su amigo que el tema de la pan-
talla táctil había funcionado bien durante varios meses. La gente se
detenía, jugaba con el aparato y, a veces, hasta entraba en el esta-
blecimiento y terminaba comprando... Pero dejaron de hacerlo.
–Claro, a la gente le llama la atención la novedad, pero si cada vez
que lo utilizas recibes siempre la misma información, entonces se
aburren y dejan de prestar atención. ¿Qué harías tú si cada vez que
ves el telediario te contaran siempre las mismas noticias?
–Pues que dejaría de verlo, claro –respondió “Ignatius”.
–Tienes que conseguir que la información que proporcione la pan-
talla sea útil, agradable, interesante y, sobre todo, siempre esté ac-
tualizada –sentenció José Martín.
–Vale, pero eso supone un trabajo de mantenimiento...
La respuesta de José Martín no fue otra más que un “obvio”, acom-
pañado por una encogida de hombros.
Hoy en día “Ignatius O´Reilly” ya no está en la zapatería, la panta-
lla táctil sigue en su escaparate proporcionando información de inte-
rés sobre la moda, sucesos del barrio y nuevas tendencias, y los co-
lores de los zapatos que se muestran varían notablemente con cada
nueva temporada, aunque siempre hay algunos elegantes pares de
color negro para ocasiones especiales que, según las enseñanzas de
“Ignatius”, siempre han de ocupar un sitio en el fondo de armario. “Ig-
natius O´Reilly” goian bego.
APLICACIONES TIC EN EL SECTOR TEXTIL Y CALZADO 2322 APOYO TÉCNICO A COMERCIO MINORISTA SERVICIO DE GABINETE TÉCNICO COMERCIAL
El escaparate interactivo
convierte en escaparate en un
sistema de información y
promoción de los productos que
ofrece el comercio. De esta
forma, el escaparate tendrá un
enfoque comercial e
informativo más amplio, debido
a que con este equipo y un solo
dedo, los clientes podrán tener
toda la información necesaria a
su alcance. Este sistema es el
único que puede reflejar toda la
información durante 24 horas y
365 días sin ninguna
interrupción, aunque su
empresa esté cerrada.
Algunas de las ventajas que
proporcionan los escaparates
interactivos son:
Promociona productos y servicios
durante 24 horas al día
Aumenta la difusión de los
productos, ya que se usa
directamente en la calle.
Facilita las acciones
promociónales.
Proporciona información sobre las
preferencias de los clientes.
Refuerza la imagen del comercio.
Muestra información actualizada.
Soporta el formato multi-idioma.
Textil-Calzado +:Maquetación 1 12/11/07 01:56 Página 22
El sentimiento de frustración se hacía más patente mientras col-
gaba el auricular. No tenía ni idea de cómo plantearle la situación al
caballero. No sabía cómo explicarle la situación después de haberle
hecho esperar todo este tiempo. Su abuelo le había enseñado a ha-
cer las cosas de cara y, recordando el viejo refrán “lo bueno, si bre-
ve, dos veces bueno”, se armó de valor y le llamó.
–Hola, soy Begoña, de la tienda de material de esquí. ¿Recuerdas
que tienes encargado un mono negro?
–Ah, sí, ya recuerdo –contestó él– ¿Qué me cuentas?
–Lo siento, no tengo buenas noticias. He hecho el pedido y me han
comentado que, precisamente ese artículo, está descatalogado y es
imposible conseguirlo...
Un grave silencio se adueñó de la línea. Bego no sabía si se había
cortado la comunicación o si él había colgado. Después de unos se-
gundos, que a Bego le parecieron horas, el caballero respondió:
–Es una auténtica pena. Y lo es por dos motivos. Primero, por ha-
ber estado esperando tanto tiempo, antes buscándolo y luego con-
fiando en su llegada. Y segundo, porque hace algún tiempo, en un
viaje por París encontré uno igual en una pequeña tienda del barrio
latino, cerca de la Plaza de Saint Michel, y no lo compré porque ya te
lo había encargado a ti...
–¡Cuánto lo lamento! –se derrumbó Begoña–. No sé cómo podría
compensarte...
–No te preocupes, ya encontraremos alguna solución –la tranqui-
lizó él amablemente–. Puede que entre lo que te haya llegado para
esta temporada haya algo que se parezca.
Afortunadamente para Begoña, la forma de actuar del cliente se
correspondía con la imagen de caballero de que hacía gala su as-
pecto y la sangre no llegó al río.
Ella entró en el almacén y se quedó mirando las estanterías don-
de reposaban los artículos en espera de que llegara el momento de
su venta. Había dos grupos de prendas bien definidas: las que llega-
ron esa misma semana para la nueva temporada y las que sobraron
de la anterior. El segundo grupo se hacía más voluminoso a medida
que transcurrían los años y las nevadas.
Justo en ese momento se escuchó la vocecilla de Rubén desde
de la puerta del taller.
–¿Qué te pasa? ¿Por qué tienes esa cara de preocupación?
Ella le contó lo ocurrido con el “caballero azabache” y que el mon-
tón de material de temporadas pasadas crecía sin control sin posibi-
lidad de darle salida. Había realizado campañas de promoción, re-
bajas y saldos pero nada parecía suficiente. El montón seguía
creciendo. Así pues, tenía dos problemas: artículos que le demanda-
ban pero que ya se habían agotado y artículos sobrantes de la tem-
porada anterior de venta muy complicada.
Resultaba obvio que si hubiera pedido más de lo primero y menos
de lo segundo no se le habría planteado el problema, pero ella no era
adivina y no conocía a ninguna.
Rubén, que además de ser un apasionado del esquí era un chala-
do de Internet y de los ordenadores, le planteó la solución.
–Podrías recurrir a Internet.
APLICACIONES TIC EN EL SECTOR TEXTIL Y CALZADO 25
Rubén, un muchacho que tenía tanta habilidad para manejar las ma-
nos como los esquíes.
La liturgia anual empezaba mucho antes del comienzo de la tem-
porada invernal. Se contactaba con los diferentes fabricantes de
equipamiento de esquí y se hacía un único pedido a cada uno de
ellos para toda la temporada. Los vaivenes de la moda regían el
sector y la renovación anual de todos los muestrarios era casi
total. A medida que se iba acercando el momento y cuando el
aire de los Pirineos comenzaba a oler a nieve en polvo, la gente co-
menzaba a aparecer por su establecimiento, algunos en busca del
último grito en monos y otros con la idea de reparar sus tablas. Pe-
ro, en definitiva, todos con el “mono” de volver a deslizarse sobre
la nieve.
Un año, casi a final de temporada, un hombre bien parecido
con barba y pelo negro azabache entró en la tienda. Se marcha-
ba a esquiar a los Alpes y necesitaba un nuevo conjunto. Des-
pués de dar muchas vueltas y revisar de arriba a abajo todo lo
que había en la tienda, no encontró nada de su agrado. En rea-
lidad sí había un mono negro que daba respuesta a lo que bus-
caba el caballero, pero no quedaba la talla adecuada a su com-
plexión. Se dirigió a Begoña:
–¿Podrías buscarme uno de mi talla?
–Podría intentarlo –respondió ella–, pero tal como funcio-
na el asunto de los pedidos, si no lo tienen en almacén me
temo que habrá que esperar a la temporada que viene.
Además, es un mono que se ha vendido muy bien y du-
do que aún haya existencias.
–Ok, de acuerdo –convino él–. Me ha gustado mucho, llevo varios
años buscando algo parecido y por fin lo he encontrado. Te agrade-
cería que hicieras la gestión. Espero a que me cuentes algo, ¿vale?
Begoña intentó la misión pero sin éxito alguno: fracaso total. No
quedaba ninguno en el almacén, de manera que si el caballero seguía
estando interesado no le quedaría más remedio que esperar a la pró-
xima temporada. Se puso en contacto con el cliente y le expuso las
circunstancias. Él aceptó la propuesta y decidió esperar. Pasados los
seis meses llegó el momento de comenzar a pensar en la nueva tem-
porada y Bego no había olvidado al cliente de barba y cabello aza-
bache. Como todos los años preparó el pedido e incluyó el deseado
mono negro. Después de varios días recibió una llamada telefónica
del proveedor:
–Hola, Begoña –le saludó una señorita al otro lado de la línea tele-
fónica–. Hemos recibido tu pedido, pero una de las prendas ya está
descatalogada y no podemos enviártela.
–¿Cómo? ¿Cuál de ellas? –preguntó Bego temiendo lo peor.
–Es una referencia correspondiente a un mono negro de esquí de
caballero....
–¡No puede ser! ¡Justo ése no! –Bego se lamentaba desespera-
da–. Mi cliente lleva desde final de la temporada pasada esperando.
¿No habría alguna forma de resolverlo?
–Imposible, créeme que lo siento.
24 APOYO TÉCNICO A COMERCIO MINORISTA SERVICIO DE GABINETE TÉCNICO COMERCIAL
Los negocios que trabajan con
artículos de temporada pueden
encontrarse ante grandes
desfases entre la oferta y la
demanda, viéndose obligados a
dar salida a todo aquel material
de las temporadas anteriores
para no verse desbordado por
el mismo o a buscar partidas de
artículos desfasados o
descatalogados. Internet y los
portales B2B ensanchan
significativamente el horizonte
de potenciales clientes,
fomentando la relación de
comercios del mismo sector de
forma ágil y segura.
Los portales B2B, webs que
permiten los negocios entre
empresas, permiten la
comercialización de lotes de
productos entre empresas y
profesionales.
Para los compradores:
Disponen de un motor de
búsqueda ordenado por
sectores que facilita la
localización del proveedor
o del artículo deseado
de forma rápida y efectiva.
Para los vendedores:
Este tipo de plataformas
permiten dar a conocer los
productos y servicios de forma
ágil y sencilla, proporcionando
una gran visibilidad, así como
indexación en los principales
buscadores. También
proporcionan utilidades para la
creación de ofertas y campañas
promociónales.
El componente estacional es
grande, tanto a nivel de ventas
como de producción. Los
fabricantes llegan a la
primavera seis meses antes
que el resto del mundo y al
Corte Inglés justo después de
las rebajas de enero. Esta
circunstancia hace difícil el
reabastecimiento de productos
fuera del periodo de pedidos de
temporada. Las TIC e Internet
proporcionan herramientas y
recursos adecuados para
agilizar y facilitar estos pedidos
asíncronos o fuera de plazo.
Textil-Calzado +:Maquetación 1 12/11/07 01:56 Página 24
La tecnología y la cooperación entre comercioscomo mejora de mi empresa
Allá por los lejanos años 70, RTVE, la mejor televisión que podía dis-
frutarse entonces, emitía un programa llamado El conseguidor, al que
acudían personas con las más diversas y peregrinas peticiones. El
conductor del programa, también llamado “el conseguidor”, las aten-
día en función de lo estrambótico de la solicitud y del impacto que
pudiera causar en la audiencia y, de paso, hacía realidad algunos de
los sueños de los espectadores del espacio.
Alberto apenas tenía cuatro años cuando se emitía El consegui-
dor, pero tenía la capacidad innata de desempeñar el mismo papel.
En su grupo de amigos de la infancia le apodaban “el trapis” porque
era capaz de conseguir las cosas más raras a precios ventajosos y
siempre estaba en disposición de mercadear o trapichear con cual-
quier tipo de servicio u objeto.
Alberto, además de ser “el trapis” en su grupo de amigos, también
compartía con ellos dos amores tan bien definidos como ab-
sorbentes: el fútbol y la montaña.
Su sueño hubiera sido vivir de alguna de sus grandes pa-
siones. Tenía facultades para haberse convertido en un buen
jugador de fútbol, pero una lesión en de tobillo en su adoles-
cencia le dejó fuera de juego. Y así, el futuro hizo de su se-
gunda pasión, la montaña, su medio de vida. Fruto de
su propia experiencia en esta actividad, comercia-
lizaba prendas de montañismo, como forros po-
lares, chaquetas y pantalones impermeables-
transpirables, sacos de dormir de pluma y
cualquier artículo que le llamara la atención.
Su afición a la montaña y su capacidad inna-
ta para el mercadeo le conviertieron en em-
presario.
Las prendas y artículos de montaña que
comercializaba daban respuesta a necesida-
des concretas, eran productos extremada-
mente técnicos, tanto por su diseño de alta ga-
ma como por los materiales empleados en su
fabricación.
Gracias a la labia que le hacía famoso entre sus ami-
gos y a la calidad de sus productos, conseguía ven-
der el total de lo que almacenaba en una pequeña
tienda que había montado junto a su domicilio.
Podría vender más todavía, pero para ello ten-
dría que comprar más producto y fue precisa-
mente en ese punto en el que se vio frenada en se-
co la progresión de su floreciente negocio. El volumen de sus pedidos
a los diferentes proveedores era muy pequeño en comparación con
los que habitualmente manejaban; por eso, los precios que le oferta-
ban no resultaban demasiado ventajosos, al igual que los plazos de
entrega. Tampoco podía acceder a promociones u otro tipo de be-
neficios al alcande de los clientes preferentes y, en este caso, su la-
APLICACIONES TIC EN EL SECTOR TEXTIL Y CALZADO 27
–¿Y qué hay en Internet? –preguntó Bego sorprendida.
Rubén le contó que en la red hay páginas web que sirven de pun-
to de encuentro para empresas.
–Unas ofrecen la mercancía que les sobra y otras la compran. Tam-
bién buscan artículos descatalogados en el stock de varias empre-
sas: puede que a alguna de ellas les sobren unidades (por ejemplo,
el dichoso mono negro) y otras, como es tu caso, estén dispuestas a
comprarlas. Es un gran bazar de saldos dentro de la Red, abierto 24
horas al día y que no exige que te muevas de tu casa. Algunos llaman
a este tipo de sitios B2B.
Bego no entendía muy bien el asunto, ella sólo utilizaba Internet
para intercambiar correo electrónico, leer el periódico, consultar la
cartelera de cine y poco más. Rubén le propuso hacer la prueba. Se
conectaron a Internet y en uno de los buscadores teclearon “compra
venta saldo textil”. En unos instantes apareció una lista de web B2B.
Seleccionaron una de ellas y comenzaron la búsqueda del mono ne-
gro de esquí. Bego no podía creer lo que veían sus ojos: una empre-
sa de Argentina tenía un excedente de ellos porque allí ya había lle-
gado el final de la temporada. Pidió un par de ellos y cerraron el
negocio; en menos de 72 horas tenía al mensajero en la puerta.
Rápidamente llamó al caballero de pelo negro y enorme paciencia
y le explicó que había resuelto el asunto y que podía pasar en cual-
quier momento a recogerlo.
Han pasado algunos meses de aquel suceso y Bego ha vuelto a
utilizar el sistema B2B. Ha vendido parte del excedente de las tem-
poradas anteriores y ha encontrado artículos que figuraban como
agotados. Y también ha ido a esquiar un par de veces con el caba-
llero de la barba y el pelo negro, aunque ésa es ya otra historia...
26 APOYO TÉCNICO A COMERCIO MINORISTA SERVICIO DE GABINETE TÉCNICO COMERCIAL
La cooperación entre pequeños
comercios es una buena
herramienta para luchar contra
las grandes superficies y las
franquicias. Se trata de poner
en práctica la máxima de
“juntos venceremos”, tanto en
el plano de intercambio de
productos como en el de aunar
los pedidos de diferentes
comercios hacia el mismo
proveedor, en uno sólo.
Textil-Calzado +:Maquetación 1 12/11/07 01:56 Página 26
cios. Tal vez tenía la solución delante de sus ojos. Si consiguiera una
aplicación informática que permitiera solicitar los pedidos desde ca-
da tienda y sin desplazamiento alguno; almacenar los datos de todas
las tiendas y crear un pedido absoluto; controlar y validar el encargo
conjunto y generar las pertinentes órdenes de entrega en cada tien-
da; y, para terminar, controlar los pagos de cada proveedor y el sal-
do de cada tienda asociada. Así se conseguiría un ahorro de tiempo
y energía importante y su coste se vería casi reducido a cero.
Solicitaron la ayuda y se pusieron en contacto con una empresa
que les desarrollara la aplicación de software a medida. Después de
un tiempo y unas cuantas reuniones consiguieron el objetivo.
Hoy en día, la aplicación les permite una gran agilidad en la ges-
tión de los diferentes pedidos, además de que los grandes fabrican-
tes de material de montaña les conocen por su nombre, sin necesi-
dad de buscarlos en la agenda. Han añadido también un control de
almacenes distribuidos, lo que les facilita el intercambio de material
de forma fácil y rápida.
Últimamente, “el trapis” esta barruntando ampliar el uso de la apli-
cación a pedidos no relacionados específicamente con el
mundo de la montaña. Si pueden obtener mejores pre-
cios para comprar forros polares, ¿por qué no para ad-
quirir otro tipo de productos que interesen a todas las
tiendas asociadas? Una pata de jamón para Na-
vidad, una caja de vino tinto del 91... “El
e-conseguidor” cabalga de nuevo.
APLICACIONES TIC EN EL SECTOR TEXTIL Y CALZADO 29
bia y su capacidad para engatusar no tenían efecto algu-
no. Podría llegar a morir de éxito, después de todo.
La respuesta a su problema se la proporcionó su
amiga María.
–Tú, que consigues de todo, ¿no podrías agru-
par las necesidades de varios comercios pequeños
en un solo pedido al mayorista?
La idea, a priori, no parecía demasiado des-
cabellada y se puso manos a la obra. Con-
tactó con algunos de los comercios de su
sector y les propuso la idea. La colabo-
ración les permitiría defender sus inte-
reses con mayor posibilidad de éxito
que cada uno por su lado. El objetivo
estaba muy claro: aglutinando los pedi-
dos de todas las tiendas socias para emi-
tir un único pedido por proveedor lograban
las ventajas a las que antes no tenían acce-
so. A mayor volumen de compra, precios más
asequibles, mejores ofertas, más atención y
plazos de entrega más ajustados.
Llegó el momento de poner en práctica lo acordado.
Todos los pedidos llegarían a la tienda de “el trapis”, éste
los unificaría en uno sólo y se encargaría de gestionar todo lo refe-
rente al mega-pedido: recepción, distribución, reenvío, pagos, co-
bros... Todo funcionó a la perfección, cada tienda recibió su mercan-
cía en el plazo fijado y al precio estipulado, de manera que los
empresarios asociados estaban más que satisfechos. Todos... me-
nos Alberto. Él, como el resto de los comercios, también había reci-
bido el material solicitado y también había obtenido condiciones de
facturación satisfactorias, pero el tiempo y el esfuerzo invertidos en
la operación no se veía compensado con los logros. Como promotor
de la idea se había hecho cargo de la coordinación y la canalización
del nuevo sistema central de pedidos voluntariamente, es decir, “por
amor al arte”. Y Alberto se dio cuenta de que el tiempo dedicado a la
gestión del proceso era excesivo y no le permitía atender adecuada-
mente el resto de sus ocupaciones, ocupaciones de las que depen-
día su negocio y su propia existencia.
Por otro lado, la gestión era imprescindible, ya que de su efectivi-
dad dependía gran parte de su competitividad. Y, por último y no me-
nos importante, no tenía recursos para contratar personal dedicado
exclusivamente a la coordinación y mantenimiento del nuevo siste-
ma central de pedidos. Estaba claro, pues, que tenía que encontrar
la forma de hacer el mismo trabajo en menos tiempo y sin añadir per-
sonal extra... ¿Misión imposible IV?
Una mañana de sábado, mientras desayunaba su zumo de apio y
sus cereales con frutos rojos, leyó un pequeño anuncio en el periódi-
co local. El gobierno local financiaba a aquellos grupos de comercios
que quisieran contratar la realización de una aplicación informática a
medida. La financiación podría llegar al 100% del coste y la única
condición consistía en que fuera utilizada por un mínimo de comer-
28 APOYO TÉCNICO A COMERCIO MINORISTA SERVICIO DE GABINETE TÉCNICO COMERCIAL
Apoyos necesarios para la puesta
en marcha de nuevos servicios
Proporciona los apoyos que de
otra forma hubieran sido
impensables o, por lo menos,
altamente costosos en tiempo
y/o dinero. Un buen ejemplo de
este tipo de servicios consiste
en la central de compras que
describe el caso de “el trapis” y
su grupo de comercios de
material de montaña
Como dice el refrán, “el dinero
no da la felicidad, pero ayuda a
conseguirla”. La tecnología, por
su parte, no fomenta el espíritu
asociativo o cooperativo, pero sí
proporciona las herramientas y
utilidades necesarias para
desarrollarlo y consolidarlo.
Estas herramientas ofrecen
servicios que permiten
compartir información
actualizada como pedidos,
citas, almacenes, ofertas,
noticias, catálogos y toda
aquella información de interés
y susceptible de ser compartida
El beneficio que se obtiene de
su utilización es claro y
descansa en dos ejes
claramente diferenciados:
Reducción drástica del tiempo
empleado en la gestión del propio
comercio
Punto importantísimo teniendo
en cuenta la dimensión y los
recursos (tanto humanos como
materiales) de los que este tipo
de negocios suele disponer. >>
Textil-Calzado +:Maquetación 1 12/11/07 01:56 Página 28
CONCLUSIONES
En el primer capítulo de esta guía se pretendía dar algunas res-
puestas a una serie de preguntas y éstas son algunas de las cla-
ves que han contribuido a su respuesta.
Una pequeña aplicación de control de remesaspuede facilitar la gestión de artículos
El taller de confección de Sabin estuvo a punto de morir de éxito al
verse obligado a distribuir una parte importante de los encargos en-
tre otros talleres del ramo. La gestión de este tipo de problemática
puede complicarse de forma geométrica, en función del volumen de
trabajos a intercambiar. Las TIC proporcionan herramientas adecua-
das para la resolución correcta y ordenada de estas dificultades, evi-
tando errores y sinsabores entre los clientes.
El uso de la tecnología simplifica algunas de lastareas rutinarias de los comercios
La gestión diaria de un comercio supone un gran esfuerzo, casi una
tarea hercúlea, absorbiendo gran parte de la jornada laboral y no la-
boral. El caso de Laura y Soraya es un ejemplo muy claro, vivían por
y para su tienda de complementos, hipotecando el resto de sus ac-
tividades en función de las necesidades de su negocio. Las TIC pro-
porcionaron las herramientas necesarias para ganar tiempo al tiem-
po y aligerar el peso de la responsabilidad diaria, descargando al
empresario de tareas pesadas, tediosas y más o menos mecánicas.
Un programa reproductor de música permite crearla atmósfera adecuada para conseguir lacomplicidad de los clientes
Eva decide volcar su negocio en su colectivo preferido, el de los afi-
cionados al surf, y convertirse así en su referencia dentro de la co-
marca. Para ello tiene que impregnar su establecimiento de las señas
de identidad de la tribu. Además de la comercialización de artículos,
específicamente diseñados y fabricados de acuerdo a la liturgia y es-
tética surfer, es necesario dotar de cierta personalidad al propio co-
mercio. La música, adquirida y difundida legalmente, es uno de los
elementos disponibles para crear la atmósfera requerida.
Las TIC pueden proporcionar útiles herramientaspara los escaparates de los comercios
“Ignatius” necesitaba introducir su zapatería en el siglo XX y lo hizo
de golpe en el XXI mediante un escaparate interactivo que consiguió
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Textil-Calzado +:Maquetación 1 12/11/07 01:56 Página 30
que los traseúntes se detuvieran a observar su escaparate y a inter-
actuar con su pantalla táctil. Al principio, la novedad fue suficiente
para captar la atención de los clientes potenciales e inducirles a en-
trar al local. Pero, una vez concluida la fase sorpresiva, tuvieron que
ser los contenidos actualizados que se proyectaban en la pantalla,
los que mantuvieran la curiosidad de los paseantes. De esta forma,
la zapatería adquirió el protagonismo necesario para ocupar un es-
pacio destacado en el tejido comercial del barrio.
Las tecnologías te permiten estar conectadoa tu sector
Bego debía encontrar una forma de dar salida al material excedente
de cada temporada. Los mecanismos tradicionales, como saldos y
rebajas, no proporcionaban solución suficiente al problema. Por otro
lado, muchas veces dejaba de servir adecuadamente a sus clientes
por no disponer de artículos con tallas suficientes para todos ellos y
por falta de capacidad para reponerlos en plazos reducidos de tiem-
po. Internet y las web B2B permiten a Bego ensanchar el campo de
juego y establecer relaciones comerciales con otras empresas y co-
mercios del ramo y solucionar los dos problemas. Inconvenientes pro-
pios de negocios, como el de Bego, que cuentan con un componen-
te estacional elevado.
La tecnología y la cooperación entre comercioscomo mejora de mi empresa
“El trapis” e Internet ponen en marcha una central de compras que
permite aunar los pedidos de diferentes comercios afines y alcanzar
el volumen necesario para hacerse atractivos a los ojos de los gran-
des fabricantes y mayoristas. Alberto aporta la idea, la iniciativa y el
empuje necesario para poner en marcha la central e Internet le pro-
porciona los medios y las herramientas para conseguirlo de forma rá-
pida, sencilla y segura.
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