LA FUNDACIÓN DE ATLETICO NACIONAL
Cuenta el señor Carlos Serna, escritor antioqueño, que en 1947 Alberto Villegas Lopera, un ex
presidente de la Liga Antioqueña de fútbol, lideró la fundación de una sociedad comercial
destinada a estimular los deportes y establecer el fútbol y el baloncesto profesional en Antioquia.
La sociedadinició labores con $50.000 aportados por 500 socios en acciones de $100 pesos cada
una, pagaderas en un primer contado de $20 pesos al momento de ingresar a la sociedad y los $80
restantes en un máximo de 12 cuotas mensuales. Así pues, el viernes 7 de marzo de 1947 se
consolidó el nacimiento de la nueva institución bajo el nombre de Club Atlético Municipal de
Medellín. La escritura pública de la nueva sociedad se realizó el 30 de abril de 1947 en la notaría
primera de Medellín. En 1950 se cambió el nombre por Atlético Nacional y desde allí siempre ha
sido el mismo. El origen nacionalista, cuenta Serna en su libro sobre el elenco Verdolaga, viene de
la fusión de dos equipos como Unión e Indulana que participaban con ruido en los torneos de la
Liga de Fútbol de Antioquia de ese entonces, pero realmente el 30 de abril de 1947 está
establecida como la fecha en que se comenzó esta linda historia.
Era un sueño ambicioso. Se trataba de convertir al Atlético Nacional en un equipo que hiciera
honor a su nombre, integrado únicamente por jugadores colombianos. Un cuadro criollo
protagonista del torneo colombiano y que poco a poco pudiera avanzar en el afianzamiento de un
estilo propio que nos abriera amplios horizontes en el futuro. Hoy, medio siglo más tarde de su
aparición, con el nombre de Atlético Municipal, vemos con satisfacción que buena parte de los
objetivos se han cumplido. Sesenta años a lo largo de los cuales el equipo verde y blanco de
Antioquia se ha consolidado como el verdadero símbolo del fútbol colombiano. Seis décadas llenas
de logros y satisfacciones. Diez estrellas en el torneo de la Dimayor. La primera en el 54 cuando
apenas se consolidaba el fútbol nuestro, superada la etapa del Dorado.
SORBO DE LA COPA POSTOBÓN
Atlético Nacional consiguió el título de la Copa Postobón al derrotar a Deportivo Pasto por
marcador de 2-0 en condición de local en el estadio Atanasio Girardot y sumó de esta forma su
título número 18 de su historia.
La coronación ante su público fue linda tras un torneo en el que solamente perdió una vez en 18
fechas y en el que en las últimas ocho jornadas de eliminación directa no perdió nunca, empató
dos juegos y ganó seis. Merecimientos absolutos.
Por Ramón Fernando Pinilla Hurtado.
Atlético Nacional provocó nuevamente el delirio popular ganando no solo la Copa Postobón sino
también la clasificación a la Copa Sudamericana de 2013. Con el triunfo 2-0 ante Deportivo Pasto,
mediante anotaciones conseguidas por el delantero Fernando Uribe y el volante Juan David
Valencia, ambas en el período complementario, los verdolagas consiguieron su título número 18
de la historia y ason los más ganadores de nuestro territorio.
Con la conquista de la Copa Postobón, el torneo alterno del balompié patrio, y tras haber ganado
la Superliga Postobón en este mismo semestre, los verdes ahora van por la triple corona cuando
con su participación en cuadrangulares fortalezcan su historia.
Los futbolistas de Atlético Nacional, bicampeones en el mismo semestre, algo impensado en la
historia del balompié colombiano, vivieron la noche del 7 de noviembre una jornada bastante
especial al triunfar en la Copa Postobón con el frenesí con el público, la fiesta en el Atanasio
Girardot, la premiación, las simpatías con el entorno y una nueva vuelta olímpica, que le
entregaron a estos jugadores el exquisito manjar de la eternidad.
Ahora, superados los dos torneos ya ganados y que reposan en las vitrinas de la Institución, la
meta es la triple corona ganando la Liga Postobón y dejando una huella profunda en nuestro
rentado. La gente de Atlético Nacional acudió al llamado que se hizo desde la Institución
Verdolaga para brindar un entorno de apoyo total a su equipo y eso ayudó en la conquista de una
nueva luminaria para el firmamento más estrellado del balompié colombiano.
Los hinchas verdolagas fueron llegando poco a poco al Atanasio Girardot y se dejaron contagiar de
la felicidad extrema que se sintió cuando Macnelly Torres el capitán alzó la corona número 18 de
la historia.
Felicitaciones a todos los hinchas del elenco más laureado de nuestro territorio y gracias por
semejante obra como la de ayer que hizo erizar la piel del plantel profesional, el Cuerpo Técnico, la
Institución y todos sus allegados. En Colombia se gritó nuevamente Nacional Campeón, un alarido
repetitivo que no nos cansamos de largar.
SUPERLIGA POSTOBÓN DE COLOMBIA
Atlético Nacional ganó la primera Superliga de Colombia.
Atlético Nacional ganó la primera Superliga Postobón el 22 de julio de 2012 tras vencer en ida y
vuelta a Junior de Barranquilla por un marcador global de 6-1. Tras el 3-1 obtenido en la ida en el
Metropolitano, los verdes ganaron, gustaron y golearon en su casa y rubricaron una nueva gloria
en su afamado salón de copas con un 3-0 que sentenció totalmente a favor el nuevo campeonato
alterno de Colombia.
Jefferson Duque, recién llegado de Deportivo Rionegro y John Freddy Pajoy, fueron las figuras
incuestionables del nuevo título que ya reposa en las vitrinas nacionalistas de un equipo que tuvo
además en Avilés Hurtado, Macnelly Torres, Cristian Bonilla y Alexander Mejía a figuras
incuestionables de la nueva leyenda nacionalista.
Un dato para la anécdota quedó en el partido en Barranquilla cuando los dos arqueros de Nacional
se lesionaron en el mismo partido y tanto Gastón Pezzuti como Franco Armani no pudieron
sentenciar en Medellín una nueva vuelta olímpica, al menos jugando el compromiso. Juan Carlos
Osorio, en apenas dos meses, consiguió su primer título para los verdes de la montaña que con 17
en su historial son los que más veces tocaron el cielo con las manos en Colombia en nuestro país.
1954: EL BAUTIZO
Corría el año de 1954 y se desarrollaba apenas el séptimo campeonato de fútbol colombiano. Ya
habían sido campeones Santa Fe, Caldas, y Millonarios, este último en 4 oportunidades y llegaba el
año verdolaga.De la mano de Humberto “Turrón” Álvarez, el cuadro verdolaga vencía a
Independiente Medellín 1-0 en la última fecha y daba la vuelta olímpica frente a su tradicional
rival. Había acabado de concluir la famosa Época del Dorado que trajo tantas figuras a nuestro
balompié y los verdes conseguían su primera estrella en Colombia. El torneo arrancaba de la mejor
forma para los dirigidos por el argentino Fernando Paternóster.
Las primeras 16 fechas del campeonato, los verdolagas estuvieron invictos, hasta el partido contra
Boca Juniors donde se perdió el juego, no el destino. Se trataba de la única derrota del campeón
en ese año. De un campeón que comenzó a mostrarle el destino a las nuevas fgeneraciones de
jugadores que se pusieron semejante camiseta.
Y con “Turrón” jugaban algunos ídolos inolvidables del firmamento verdolaga como Gabriel Mejía,
Ulises Terra, Atilio Miotti (primer extranjero en la historia de Nacional), Hernán Escobar, Nicolás
Gianastasio, Ignacio Calle, Domingo Alberto Pepe, Miguel Angel Zazzini, Casimiro Avalos, y el
goleador Carlos Gambina quien con 21 tantos llevó a Atlético Nacional a la cúspide del torneo
patrio por primera vez en la historia. Era también la primera ocasión en que un jugador verdolaga
quedaba como cañonero del rentado. De esta forma el Atlético Nacional hacía su bautizo como
campeón del fútbol colombiano. Ya todos sabemos que luego vendrían los demás sacramentos del
principal equipo colombiano de todos los tiempos.
1973: CAIDA EL VIACRUSIS
Luego de una sequía de 19 años que amagaba infinita, Atlético Nacional conquistaba su segundo
campeonato bajo las órdenes de César López Fretes. Se trataba de un equipo que priorizó el trato
de la pelota y el juego fluido como mecanismos de triunfo.
Y desde aquellas épocas el paladar del hincha verdolaga se convirtió en el gusto por el buen fútbol,
por el buen trato de la pelota y por la perfecta elaboración de jugadas ataque para ganar y
gustarle a la gente. Era un equipo que ganaba en cualquier cancha. Tenía experiencia en sus
jugadores, jerarquía en sus líderes, astucia en sus individualidades y potencia en su columna
vertebral. Por donde se mirara a ese equipos, estaba dos escalones más arriba que el resto de sus
oponentes y por eso consiguió no solo el título, sino que por primera vez en nuestra historia, lo
hizo por fuera de Medellín y en un reducto ingobernable como el Pascual Guerrero de Cali.
Tonificaban una linda historia para Nacional: ganar en cualquier latitud, y ante cualquier camiseta.
Y no era para menos. Con solo mencionar los nombres de aquella gesta, el lector de estas letras
debería sacarse el sombrero: Gerardo Moncada, Gilberto Salgado, Tito Gómez, Abel Álvarez,
Francisco Maturana, Teofilo Campaz, Víctor Campaz, Hugo Horacio Lóndero, Raúl Navarro, Jorge
Hugo Fernández y Gustavo Santa. De pie señores. Nacional conquistaba el título el domingo 16 de
diciembre gracias a un triunfo en Cali ante Deportivo Cali con gol de título para Hugo Horacio
Lóndero a los 20 minutos de la parte complementaria. Por primera y única vez en la historia el
cuadro verdolaga daba la vuelta en el estadio Pascual Guerrero. Se terminaban casi dos décadas
de sufrimiento. 20 años infames para el sentimiento verdolaga que a partir de esa fecha nunca
dejó de celebrar.
1976: LA TRIPLE CORONA
Manizales se convertía en el epicentro de un nuevo festejo verdolaga gracias a que en el estadio
Palogrande los verdolagas derrotaban a Caldas 2-0 (El primero de Jorge Ortíz y el segundo de
Eduardo Emilio Vilarete). Tan solo habían pasado 3 años del segundo título y el hincha verdolaga
se acostumbraba a festejar seguido.
Gracias, especialmente, a la mística que le imprimió al equipo (y al fútbol colombiano) un sabio
llegado de argentina para dirigir al campeón: Oswaldo Juan Zubeldía. “El Troesma” llegó en agosto
a Nacional, lo encontró del décimo puesto para atrás, le descubrió las debilidades, le potenció las
virtudes y en cuatro meses lo sacó campeón. Un grande en toda la dimensión de la palabra. Como
lo necesitaba Atlético Nacional para pulir su historia. Como lo requería la historia verdolaga.
Nombres como los de Jorge Ortiz, Eduardo Julián Retat, Jorge Olmedo, Gerardo Moncada,
Francisco Maturana, Iván Darío Castañeda, Eduardo Emilio Vilarete, Gilberto Salgado, Ramón
César Bóveda, Hugo Horacio Lóndero, Raúl Navarro yy Jorge Peláez nunca serán olvidados por los
aficionados verdolagas, especialmente aquellos nacidos entre 1960 y 1970. Porquer fueron ellos lo
que tuvieron la fortuna de observar a uno de los mejores nacionales de todos los tiempos. Y para
la historia registraron un hecho sin precedentes en el fútbol colombiano: en menos de 18 horas
llenaron dos estadios, uno el Palogrande en Manizales el día del título, y dos el Atanasio Girardot
para ovacionar a los campeones el lunes siguiente. Y si a eso se le suma que también se
abarrotaron en el aeropuerto Enrique Olaya Herrera, podemos decir a ciencia cierta que desde
hace mucho tiempo, Atlético Nacional es el club más popular del fútbol patrio.
1981: TETRA CAMEON
De la mano nuevamente del sabio argentino Oswaldo Juan Zubeldía, Atlético Nacional conquistaba
su cuarta estrella colombiana y comenzaba a erigirse en uno de los más grandes clubes del fútbol
patrio. Con su sabia conducción, el cuadro verdolaga sepultó a todos sus rivales en el cuadrangular
final y ni Junior, ni América ni Tolima pudieron acercársele siquiera en la lucha por el título.
Con jugadores inolvidables como César Cueto, Hernán Darío Herrera y Lorenzo Carrabs, además de
Pedro Sarmiento, Héctor Dragonetti, Guillermo La Rosa, Luis Fernando López, Carlos Maya, Víctor
Luna y Eduardo Vilarete, más el famoso “Kinder de Zubeldía”, que era el mote con que nombraban
a los jóvenes talentos verdolagas que apenas hacían sus primero pinitos en el fútbol colombiano
como Norberto Peluffo, Carlos Ricaurte, Gabriel Jaime Gómez y otros más, los verdes llegaban al
olimpo del balompié nacional y los miraban a todos desde arriba. Gracias a una victoria 1-0 ante
América de Cali en el Atanasio Girardot, mediante gol de cabeza de Pedro Juan Ibagüen ante cobro
de tiro de esquina de César Cueto, los verdolagas sacaron a pasear el carro de bomberos por toda
la ciudad que enloquecida vitoreó a sus ídolos. Para la historia quedó registrada la pierna izquierda
del mejor jugador que se ha vestido de verde: César Cueto.
1991: SOLO COLOMBIANOS
La mejor década de la historia comenzaba con Hernán Darío Gómez posesionado como técnico
verdolaga. Y con él como guía de puros colombianos, Nacional alcanzaba su quinta corona,
primera vez que solamente jugadores nacionales alcanzaban tal logro en la historia.
“Bolillo” le impuso temple y personalidad al equipo y Nacional, que a seis fechas del octogonal
estaba eliminado, puso garra y coraje para encasillar 18 fechas históricas que terminaron con la
coronación luego de dos cuadrangulares complicados. Con jugadores de la talla de Andrés Escobar,
Giovannis Cassiani, Diego Osorio, León Villa, Luis Fernando Herrera, Omar Franco, Gabriel Jaime
Gómez, Ricardo Pérez, Mauricio Serna, Alexis García, Luis Alfonso Fajardo, John Jairo Tréllez,
Rubén Darío Hernández, más la exquisita aparición de la dupla más recordada de la historia de
Nacional conformada nada ni nada menos que por Faustino Asprilla y Víctor Hugo Aristizábal, los
verdes se ceñían una nueva corona al escudo y catapultaban la alegría de le gente que festejó el
título sin parar. Merced a una victoria por marcador de 2-1, nuevamente ante América de Cali, y
gracias a dos anotaciones conseguidas por Alexis García de penalti y Luis Alfonso Fajardo de
soberbio disparo, se pudo voltear un marcador adverso a favor de América y despedir el año con
un nuevo título que tiene precisión calendaria en el 20 de diciembre de 1991. Si a todo esto se le
suma que con esto se despidió al doctor Gabriel Ochoa Uribe de la dirección técnica en el fútbol, el
logro trasciende aún más. Nacional era pentacampeón. Su pueblo no paraba de celebrar.
1994: EL TITULO DE RENE
Ya Atlético Nacional no tenía la constelación de estrellas de años anteriores. El grupo se había
mermado en calidad y en cantidad. Habían salido Francisco Maturana y Hernán Darío Gómez de su
seno hacia la Selección Colombia y las riendas del equipo las había agarrado el jericoano Juan José
Peláez. Nacional no despertaba favoritismos de nadie. Interiormente, el equipo sabía a qué
jugaba.
Poco a poco se fue conformando una nómina interesante. Y Nacional iniciaba con pie derecho su
participación. Campeón del torneo Apertura, del Finalización, del primer cuadrangular y del
segundo cuadrangular, hecho que solamente había realizado en una ocasión América de Cali. Los
verdes ganaron todo lo que jugaron y se coronaron campeones el 19 de diciembre de 1994 gracias
a un gol agónico de Juan Pablo Ángel ante Medellín. Y entre los monstruos de aquella faena estaba
nada más ni nada menos que René Higuita quien conseguía su único título colombiano luego de
pasar un año tras las rejas, soportar la muerte dolorosa de Andrés Escobar, observar el retiro por
amenazas de Gabriel Jaime Gómez y regresar para decir que era el mejor. Además de él, estaban
Nixon Perea, Víctor Marulanda, Edgar Cataño, Víctor Aristizábal, Alex Comas, Daladier Ceballos,
Luis Fernando Herrera, Mauricio Serna, Alexis García, José Fernando Santa y Alirio Serna, entre
otros. Nacional bajaba del firmamento su sexta corona, la colgaba del escudo y acostumbraba a
sus feligreses a celebrar a menudo. Nuevamente con solo colombianos, los verdolagas daban la
vuelta olímpica frente a sus seguidores y sus rivales, y se mimetizaba de leyenda.
1999: DE NUEVO ANTE AMERICA
Otra vez un 20 de diciembre, Atlético Nacional se coronaba campeón del fútbol colombiano. Otra
vez ante América de Cali, los verdes daban una vuelta olímpica. Por séptima vez en 42 torneos
patrios, el cuadro verdolaga terminaba como campeón, esta vez de la mano de Luis Fernando
Suárez quien agarraba al equipo en agosto (primero estaba el argentino Reinaldo Merlo quien por
su fútbol defensivo no conquistó al aficionado verdolaga) y lo sacaba campeón en diciembre.
Ya no existía la definición de cuadrangular todos contra todos sino que el campeón de junio se
enfrentaba al campeón del Finalización. Y el campeón del torneo del segundo semestre fue
Nacional, quien en una final apretada ante Independiente Medellín lo derrotó por marcador de 1-0
mediante tanto conseguido por Wílmer Ortegón, apeó a su tradicional rival de la final y ante
América de Cali a partidos de ida y vuelta logró la séptima coronación de la historia. El primer
partido en Cali concluyó igualado a un gol y el tanto del empate providencial lo conquistó Oswaldo
Mackenzie sobre la hora en el partido en el Pascual que tuvo en Miguel Calero al protagonista del
partido en una jugada en la que “El Tigre” Castillo lo desbordaba para anotar el segundo tanto y el
portero verdolaga lo derribaba fuera del área para ser expulsado. De no haberlo hecho, el título se
quedaba en Cali. Aparte de Calero, estaban jugadores como Robinson Martínez, Wílmer Ortegón,
Ever Palacios, Pedro Álvarez, Víctor Marulanda, Leiner Orejuela, Alex Comas, Dúmar Rueda, Carlos
Castro, Lucio España, Henry Zambrano y otros más. Todos ellos se encargaron al final del siglo de
entregarle la corona al conjunto más representativo del balompié nacional en el siglo que se
marchaba para siempre. Juntos, arañaron parte del espacio sideral y bajaron otro lucero para el
escudo verdolaga.
2005-I: HEROES DE LEYENDA
En 2005 Atlético Nacional repetía vuelta olímpica y convertía a dos de sus jugadores históricos en
héroes de leyenda puesto que ambos se convertían en los únicos futbolistas que pasaron por el
club y le dejaron 3 títulos colombianos: Mauricio Serna y Víctor Hugo Aristizábal.
Ellos en compañía del argentino Hugo Morales, el venezolano Jorge Rojas, más Aquivaldo
Mosquera, Humberto Mendoza, Andrés Saldarriaga, Camilo Zuñiga, Felipe Chará, Héctor Hurtado,
Edixon Perea, José Amaya, Jair Rambal, Oscar Echeverry y Carlos Díaz, entre otros, llevaron al
éxtasis a la afición más popular de Colombia y posibilitaron un carnaval sin precedentes en el país.
Esa noche de junio de 2005 la ciudad enloqueció y el carnaval se presentó en cuanto sitio y
esquina existiera en Medellín. Bajo la sabia conducción de Santiago Escobar y Juan Jairo Galeano,
Nacional llegaba a ocho coronas nacionales, se acercaba a América con doce y Millonarios con
trece y lograba enterrar dos finales perdidas de forma consecutiva que herían profundamente el
sentimiento verdolaga. La final contra Santa Fe fue una prueba fehaciente de la grandeza que
había alcanzado el club puesto que para la final, por suspensiones y lesiones, los verdes no
pudieron contar con siete jugadores titulares (Chará, expulsado en el 0-0 del partido de ida en
Bogotá, Perea y Rojas por lesión, y Amaya, Hurtado, Mendoza y Mosquera por sanción) y con cinco
elementos de los reservistas (Juan Carlos Mosquera, Hugo Soto, Robinson Muñoz, Carlos Álvarez,
Cristian Marrugo) venció a un Santa Fe timorato que quería los penaltis para llevarse la gloria pero
que a falta de 10 minutos para el final del partido se le complicó el destino cuando Carlos Díaz y
Oscar Echeverry le entregaron a Nacional una nueva felicidad, la octava en su historia al embocar
en el mismo arco de las alegrías del 99 y el 91, una nueva estrella patria.
2007-I: SE ALEDANTO LA NOVENA
Usted, que todavía anda en celebraciones: ¿recuerda cómo inició esta historia? Pocos creen que
fue desde diciembre en los días en que se elegía el equipo. Y la verdad es que fue ahí, aunque ya lo
haya eyectado de la memoria. Quintabani se sabía capaz y fue el fogonero de la maquinaria. Y en
ese entonces estuvo tan sereno como el domingo del infierno y la consagración.
Desde antes había sido el artífice, en compañía del Presidente Víctor Hugo Marulanda Velásquez,
del cambio que trascendía los maquillajes ocasionales de un torneo nuevo en disputa. Expuso sus
ideas y comenzó a diferenciarse de sus antecesores. Se hizo amigo de los jugadores. Pero con
rasgos de humildad y de colectividad como no permitir que los futbolistas llegaran por separado a
los entrenamientos, sino todos juntos en el bus desde la sede administrativa. Sitio en donde todo
el personal se encargaba de motivar diariamente a los jugadores, inyectándole a cada uno, ese
toque de clima laboral perfecto que se vive por estos meses en la institución. El primer round
estaba ganado. Su mensaje fue bien recibido, y pudo aposentarse en el escalón de confiabilidad y
respeto que deben tener los guías naturales. Por eso se convirtió en un trasmisor de ideas desde la
sugerencia. Convencido y convincente. Y con esos ingredientes pudo armar un equipo que siempre
supimos a qué jugaba. A ser generoso y solidario con el espectáculo. A progresar por abajo, a
dejarse tentar por las triangulaciones. A agradar a la tribuna gracias a la forma en que se
conquistaban los goles. A sorprender con el cambio de ritmo y las llegadas por el costado diferente
a por donde se iniciaban las jugadas. A perforar por afuera y rematar desde adentro. Y gracias a
que Nacional no se traicionó durante el semestre, ni siquiera cuando las cartas llegaron mal
barajadas tras la derrota en Armenia y el empate en el minuto 93 contra Pasto de local, se pudo
llegar con fe al ascenso del rendimiento. Aquél lejano día de la fiesta de los 60 años contra
América, cuando a pesar de tres lesiones (Galván, Murillo y Echeverri) Nacional ganó 4-0 y disparó
su convicción. Y la feligresía. Hasta llegar al día de los globos, las banderas y el éxtasis. La tarde-
noche de los extintores, el papel picado, los gorros y algunas bengalas. Unos chorizos verdes y
blancos que transformaron las tribunas del Atanasio en una pancarta verdolaga. Hasta que el
temblor contagioso de las 17:21 del domingo 17 de junio nos invadió a todos, cuando Víctor
Aristizábal asomó su cabeza por el túnel encabezando la última fila triunfal, hasta la fecha, de
Atlético Nacional en su historia. La historia dirá que apenas sobre la hora Nacional redondeó el
título con el gol épico de Diego Toro que ya está en la videoteca de todo el pueblo verde.
Seguramente no tendrá memoria para indicar que en los últimos 20 minutos Nacional se arrimó
con peligro de gol en 8 ocasiones, mientras el Huila solamente llegó una vez. La ansiedad, la
presión y la sed de leyenda no permitían ni pensar ni tener paciencia. El partido era para haberlo
definido mucho antes. Por esas cosas del fútbol, solamente se pudo hacer a falta de 3 minutos
para el final. Espacio pequeño para comenzar a festejar en grande. Para levantar la copa y brindar
por tantas y tantas cosas. Pero sobre todo por entender que no alcanzaba con saberse el mejor
como en muchas ocasiones, sino que había que demostrarlo. Por ganar tres puntos cuando no
había méritos para ganarlos, demostrando que la mística es propia de nuestra historia. Como
antes, los partidos cerrados se resolvieron favorablemente, entregando ese plus de antaño que
hacía que los hinchas fueran tranquilos a cualquier latitud. Por eso se instalaron en el escalón de
las deidades verdolagas. Porque acaban de ingresar al hall de la fama labrando una bella historia.
Nacional campeón 2007. De aquí a la eternidad.
2007 II: PORFIN BICAMPEONES
Atlético Nacional en el semestre fue un equipo infartante cuando Carmelo explotaba, Aristizábal
se enchufaba y Aldo Ramírez tenía juego armónico. Hay un axioma del deporte que es hasta más
viejo que el fútbol: cuando se juntan los que saben, se potencian los rendimientos. Y eso sucedió
con Nacional 2007. El cuadro que hizo delirar a su afición con la consecución del primer
bicampeonato de su historia y de la historia de los torneos cortos en nuestro país.
Luego de casi cabalgar el torneo regular con 38 puntos de 54 posibles, llegaron los cuadrangulares
que comenzaron de la peor forma: Aristizábal lesionado el resto de su carrera deportiva y gol para
el triunfo de Galván en clara posición adelantada que comenzó a tejer cualquier tipo de historias
en contra de Nacional. Las telarañas obviamente las ponían los rivales, especialmente la prensa
caleña y bogotana que se resistían a ver otra coronación nacionalista. Pero nunca tuvieron en
cuenta que si a Nacional le dieron, también le quitaron. ¿O acaso escucharon a alguien decir que
antes del gol de Galván hubo penalti de Vanegas sobre Muñoz? Ninguno. La influencia de la suerte
es igual a la de los árbitros: hoy te hace perder, mañana ganar. Lo que pasa con la suerte es que
hay que buscarla al frente con criterio y no esperar a que favorezca atrás encerrados. Ahora,
cuando se lesionó Aristizábal y los rivales creyeron que Nacional se venía abajo, el cuadro
verdolaga dejó su impronta, ratificó su método, recreó su búsqueda y pateó el tablero de aquellos
que sospechaban que el gigante iba a ser fisurado por el peso de las circunstancias adversas. Se
equivocaron. Nacional acostumbró a las Empresas Varias de Medellín a recoger la grandeza del
club cada que concluye un semestre. Y toca agradecer porque nos tocó ser aficionados de un
equipo en cuya paleta de colores no existen los grises. Todo es arco iris. Concluyó un año que no
merece esta crónica sino que merece un canto. Y todos los hinchas decimos que la alegría la
sentimos en el alma. Y es muy probable que la definición no resulte estrictamente académica. Ni
nada técnica. Pero es rigurosamente exacta. Todos estamos soñando el mejor sueño que nos
podamos imaginar: el de la mágica realidad. Y se recuerda la fiesta de toda esa gente verdolaga a
la que para dar todo les alcanza con casi nada. Por eso envolvieron en cuestión de 72 horas, dos
estadios en un óvalo en populares, preferencias y orientales, con la pintura espectacular de los
colores vigentes: el verde y el blanco. Y ahí es donde uno piensa que en la calle dicen que la barra
de Nacional es la mejor. Pero se quedan cortos. Los hinchas están hoy por hoy con tanta gloria
conjunta, motorizados a alentar en una especie de reflejo condicionado del fisiólogo Iván Pavlov,
es decir, juega Nacional, hay que gritar. Los gritos estaban cargados de felicidad y solo los
escuchaba Dios. El único que escucha cuando habla el alma. Un equipo es una fuerza colectiva
confiable, inteligente, sólida, equilibrada y capaz de imponer sus virtudes individuales aún en los
pasajes desfavorables, mientras que un equipo inmaduro se equivoca donde no lo debe hacer (en
las dos áreas), duda, se deja ganar por la inseguridad y no sabe como monitorear o poner en órbita
un partido que viene torcido o se presenta complejo. Por eso tantos festejos en 2007. Nacional no
ha necesitado un maquinista de emergencia porque la locomotora nunca estuvo fuera de control.
Ese equipo recuperó la auténtica mística verdolaga de ir tranquilo a cualquier cancha. Porque ganó
partidos que venían torcidos como el de Cúcuta. Y por eso la afición de Nacional se mimetizó con
una de las más impresionantes óperas de gratitud a sus colores y a sus jugadores en ese 19 de
diciembre que entró en la memoria de todos. NACIONAL BICAMPEÓN. Pucha, ¡qué lindo suena! ¡¡¡
NACIONAL BICAMPEÓN!!!
2011: DE NUEVO SATIAGO ESCOBAR”SACHI”
La Temporada 2011 del Atlético Nacional es la temporada 63 en la Categoría Primera
A colombiana. Como hecho destacado se dio el regreso del técnico Santiago "El Sachi" Escobarque
había sido campeón con el equipo en el 2005.1 Durante esta temporada participó en el Torneo
Apertura, el Torneo Finalización y la Copa Colombia. El club ganó el Torneo Apertura, logrando así
su 11º título en la Primera División del Fútbol Profesional Colombiano.
Ladrillo tras ladrillo
Avanza lentamente Atlético Nacinal en este 2011. Pero con pasos firmes y seguros y exhibiendo
muestras de que la edificación puede tomar el color que se pretende. Los partidos bien jugados
ante América de Cali y Junior por Liga Postobón y Once Caldas por Copa Postobón, sumado a la
garra y el pundonor puesto en 180 minutos de juego en la capital de la república ante Equidad y
Santa Fe para traerse dos empates, demuestran que el coctel Verdolaga en este 2011 trae varios
ingredientes.
Por Ramón Fernando Pinilla H.
La construcción del arquitecto Santiago Escobar Saldarriaga va por buen camino. Sus diversas
formas de crear múltiples tipos de estructuras avanzan sin prisa pero sin pausa en busca de una
consolidación. La obra se dirige hacia los terrenos pretendidos por muchos y tocados por pocos:
jerarquía, extirpe y filosofía. Todo ello a partir de la recuperación de una identidad que escaseó
por las paredes de la Institución los últimos tres años.
Poco a poco Atlético Nacional muestra otra cara. Desde el debut con derrota ante Envigado hasta
hoy, se viene avanzando en las pequeñas sociedades, la triangulación en ataque se hace cada vez
más efectiva, Carlos Rentería es el goleador del torneo, algo que no sucedía desde el primer
semestre de 2007 con Sergio Galván y, además, la defensa se consolida sacando importantes ceros
en su arco como ante Caldas por Copa y Santa Fe por Liga.
La coordinación de todas estas dimensiones no es fácil para esta ingeniería moderna que se quiere
practicar en el elenco Verdolaga. Encontrar patrones estándar que disminuyan los errores y las
malas construcciones, hicieron parte de un trabajo en el que participó directamente el Comité
Ejecutivo de Nacional además de las altas esferas de Postobón y la OAL para reinventar el camino.
Sería una pena no recordar a casi tres meses de la toma de decisiones, que se acertó el camino
desde diciembre y no ahora en plena competencia. Por eso la idea de resetear los últimos meses y
convertir el futuro en un nuevo presente, debe ser recordada como la primera piedra. La
contratación de Santiago Escobar fue el primer paso y a partir de allí llegaron los demás: la
contratación de Macnelly Torres, Édgar Zapata, Román Torres, Carlos Rentería, Yovanny Arrechea,
John Valencia y Danny Aguilar, la acogida que tuvieron las Divisiones Menores y que hoy tienen en
Primera División a Juan David Duque, Sebastián Pérez, Steffan Medina, Carlos Múnera y varios más
y la salida de más de 15 jugadores del elenco verde de la montaña entre quienes están Humberto
Mendoza, Carlos Barahona, Francisco Delgado, Carlos Pérez, Eduardo Blandón, Sergio Santín y
varios más. Todo fue diferente a años cercanos. Esta vez, se notó la gestión, y el grupo quedó
saneado.
No es fácil hacer todo esto que se realizó en tan solo un mes de trabajo. Lo logró la dirigencia
Verdolaga con el aval del técnico contratado para la construcción de un nuevo Nacional. Y todo
parece ir por un buen camino, más allá de una derrota o un partido mal jugado. Porque en la
elaboración de algo complejo, siempre va a importar más el fin que algún paso mal realizado.
Porque lo que se pretende es que Atlético Nacional vuelva a tener autoridad futbolística en
nuestro país y se le contrató al arquitecto un grupo de obreros idóneos para realizar tal obra.
Volver a hacer que Nacional sea campeón, dejando una huella imborrable en su historia, no es
poco. Llegar a lograr ese diploma inoxidable, esa consagración definitiva y dejar esa marca como la
condecoración infinita en el Olimpo de los intocables, es la meta. Y para lograr tal edificación se
cuenta con todo: respaldo institucional, credibilidad de los medios y la afición, calidad técnica del
plantel, sabiduría del Cuerpo Técnico, apoyo administrativo, generación de futbolistas desde la
base. ¿Qué más se pide? Tiempo, sincronización, adaptación, trabajo, disciplina y hambre.
Conseguir la sumisión irrestricta al juego asociado lleva tiempo. Pero cuando existe el tipo de
jugadores que tiene Nacional, pueden verse espectáculos atractivos como ante Junior con goleada
a bordo. Valorizar la estética como arma letal y contundente no se logra de la noche a la mañana.
Pero con Macnelly Torres, John Valencia, Juan David Duque, Dorlan Pabón, Steffan Medina, Édgar
Zapata, Jairo Palomino, Carlos Rentería y demás, se alcanzan juegos como ante los tiburones que
disparó el sentimiento por el Club. Todo lo que se vive debe ser amparado en un proceso largo,
genuino y avalado por la credibilidad y confiabilidad de todas las patas de la mesa: Directivos,
Cuerpo Técnico, Jugadores y Medios de Comunicación y afición. Alcanzar el respeto inmaculado
por la pelota, entonces, es el camino que se pretende para recuperar la gran filosofía que hizo que
Atlético Nacional fuera dueño del continente y siga siendo el equipo más respetado y temido de
Colombia a nivel internacional.
Atlético Nacional avanza hacia el sitio en donde no todo se justifica por un resultado. Un lugar
especial determinado por el paladar del hincha y de la historia. Cachetea a su paso la mejilla de
quienes intentan vulnerar el proceso porque además del fin, existen otros mecanismos viables de
éxito, valorados en su justa medida: orden defensivo, equilibrio, perfeccionamiento de la pelota
parada y contundencia. Poco a poco Atlético Nacional deja lejana esa molesta sensación de que se
trataba de una sensacional colonia de cangrejos, que caminaba orgullosamente hacia atrás. ¿Lo
logrará? Existen serias señales de que sí. El tiempo lo dirá…
Y El tiemo lo dijo de nuevo atlético nacional campeón de la liga postobon muchos lo dudaban
pocos lo creían, pero si atlético nacional de nuevo enfrentándose contra seguros la equidad
repitiéndose aquella final del 2007 NACIONAL CAMPEON!!!
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