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ORIENTACIONES PARA DIRECTIVOS Año 2 - Jornadas Bloque III
LOS PRINCIPALES DESAFÍOS DE LOS NIVELES DEL SISTEMA EDUCATIVO
Les damos la bienvenida al Bloque III “Los principales desafíos de los niveles educativos”.
Es conocido y reconocido el trabajo que cada uno de ustedes está llevando adelante para
que el Programa Nuestra Escuela tenga un lugar en la historia de la política educativa de
nuestro país.
Las experiencias recogidas durante el primer año nos muestran que -contra algunos
pronósticos- nuestra escuela no está quieta ni conforme, sino que continúa creciendo en
aprendizajes y saberes construidos colectivamente para mejorar las realidades educativas.
Muestra de ello han sido las primeras sistematizaciones de los procesos de evaluación
institucional formativa y participativa iniciados en cada rincón de la Argentina.
En los bloques anteriores hemos trabajado el lugar que cada institución educativa debe
asumir en términos de su obligación y responsabilidad en el desarrollo y la conducción del
proyecto educativo de su escuela de acuerdo con las normativas vigentes en Argentina
para garantizar el derecho a la educación.
Fuimos analizando el posicionamiento de directores/as y equipos de conducción en este
contexto con las implicancias y tensiones que trae aparejado asumirnos como agentes del
Estado. Analizamos, junto con los/as docentes, en las jornadas institucionales realizadas,
que la participación activa y organizada resulta necesaria para fortalecer la tarea educativa
que se requiere para torcer "aquellos destinos" que parecen establecidos de antemano.
Convencernos de que podemos cambiar el rumbo hacia horizontes con mayor justicia
educativa es parte central de la tarea en el recorrido que estamos transitando.
Analizamos la necesidad imperiosa de que las escuelas se sepan capaces de protagonizar
las transformaciones que ellas mismas evalúan como necesarias. Mirar, reflexionar y
actuar para mejorar las prácticas educativas en cada una de nuestras escuelas es la tarea
para la cual nos estamos formando junto con nuestros colegas. El lugar clave que los/las
directivos van asumiendo en este proceso para impulsar, favorecer y facilitar el mejor
proyecto posible que cada equipo en cada escuela pueda llevar adelante, en diálogo con la
comunidad se configura cada vez con mayor claridad.
Es importante destacar que durante todo el recorrido iremos recuperando el trabajo
iniciado de organización, sistematización, análisis y uso de la información disponible en las
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escuelas como parte del proceso de evaluación institucional, formativa y participativa que -
por supuesto- no está acabado sino que será parte sustancial del recorrido de formación.
Hemos organizado las jornadas, a veces solos, a veces con otros colegas de la institución,
otras veces con los directivos de otras escuelas; otras, con ayuda del
capacitador/facilitador/acompañante/tutor. Pusimos sobre la mesa temas que nos
preocupan, que están presentes, pero que tal vez, no habíamos tenido la posibilidad de
trabajar entre todos, pensando juntos, poniendo nuestro trabajo como objeto de análisis,
interpelando nuestras prácticas educativas. Hoy, la reflexión y el análisis colectivo de
nuestras prácticas, como así también, la búsqueda de estrategias de trabajo compartidas,
se tornan parte constitutiva de nuestro trabajo cotidiano, de nuestro trabajo docente y,
gradualmente, de la cultura de nuestra escuela.
En definitiva, trabajamos en el fortalecimiento de la capacidad de las instituciones para
aprender de sus propias prácticas, para modificar aquellas que no favorecen el alcance de
las metas previstas y, en ese camino, para construir saber pedagógico y luego compartirlo
con otras escuelas y con la comunidad como ha sucedido en las primeras jornadas
interinstitucionales que se realizaron.
Estamos caminando... El Programa Nuestra Escuela puso a rodar (y lo seguirá haciendo)
materiales, orientaciones, propuestas, preguntas y se propone facilitar condiciones para
que el diálogo y el intercambio entre colegas tenga lugar: las jornadas, las reuniones que en
cada territorio y jurisdicción se organizan, los encuentros en donde los programas, las
áreas, los niveles, etc. fortalecen el trabajo conjunto, el campus virtual como espacio de
encuentro entre capacitadores, directivos y equipos de distintas escuelas.
No negamos la existencia de tensiones y conflictos que son propios del hacer; pero
sabemos que lo que se va tejiendo es una potente trama, rica en sentidos, deseos e intentos
de producir mejoras en nuestras escuelas. Ver y saber que la diversidad de ese andar es
grande y compleja nos alegra; lo que buscamos y promovemos es que cada andar sea único
y particular. Porque lo más importante es que el movimiento en las escuelas se exprese,
que esté siendo, que no se detenga y que, como buscaremos en las jornadas de este bloque,
podamos ayudar a canalizarlo de tal modo que se llene de sentido para la escuela y su
comunidad.
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Introducción al tercer y cuarto bloque del recorrido de Formación
Iniciamos el Bloque III del recorrido de formación acerca de los desafíos que tiene cada
uno de los niveles y el sistema educativo en su conjunto, en nuestro país. Temas como el
acceso, la permanencia, la obligatoriedad, la calidad de las propuestas de enseñanza, la
reorganización institucional, la continuidad de las trayectorias escolares, la articulación
entre niveles y modalidades, los temas que atraviesan la vida de las escuelas y que deben
entramar el proyecto educativo como la educación sexual integral, la convivencia escolar,
la memoria, las políticas socioeducativas, etc. son algunos de los contenidos centrales que
estructuran esta etapa del recorrido. Las resoluciones específicas para cada uno de los
niveles y modalidades del Consejo Federal de Educación serán las normativas
articuladoras de los desafíos que trabajaremos durante esta etapa.
En el Bloque IV, en complementariedad con los temas planteados en el párrafo anterior, se
profundizará el análisis sobre la centralidad de la enseñanza en cada nivel y modalidad
específica, la organización curricular para el cuidado de las trayectorias escolares,
diferentes formatos y nuevos modos de reorganización institucional como parte de la
agenda de trabajo de directivos y docentes. También, la evaluación de los aprendizajes y su
vinculación con los procesos de enseñanza.
Estos son los grandes temas que debemos abordar en las jornadas que realizaremos este
año, de las cuales una -al menos- será interinstitucional.
Nos proponemos ahora, en este tercer bloque del recorrido de formación:
Profundizar la mirada y las prácticas de evaluación de la propia institución
teniendo como horizonte poder garantizar el real ejercicio del derecho a la
educación.
Focalizar esa mirada y esas prácticas en los desafíos propuestos para el nivel
de pertenencia -inicial, primario, secundario, superior- pero sin perder de
vista las trayectorias escolares que son las que nos tienen que convocar a
fortalecer el trabajo con los otros niveles y modalidades y con la comunidad
de nuestra escuela.
Construir un Plan de trabajo para la mejora de la inclusión y la calidad
analizando y promoviendo cambios concretos que puedan redundar en
mejores condiciones institucionales y pedagógicas para el alcance de
aprendizajes significativos de chicas/os, jóvenes y adultos.
Para que este proceso alcance estos propósitos, como ya venimos sosteniendo, es
fundamental la tarea de conducción realizada por el directivo o el equipo directivo en cada
escuela, tanto en la organización de las jornadas como así también en su tarea diaria. Para
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ello tendrán a disposición en esta primera parte del año los siguientes materiales:
Agenda de Bitácora 2015 que nos permitirá recoger las
principales vivencias a lo largo de este año y nos acompañará en
el trabajo cotidiano, de la mano de personalidades emblemáticas
de la historia social, política y educativa latinoamericana.
Cuadernos de trabajo Nro.31, correspondientes al Bloque III.
En este material se desarrollan en profundidad los temas centrales
del presente bloque del recorrido formativo y estructuran los
temas que se abordan en las jornadas.
Orientaciones para Directivos - Jornadas Bloque III (es el
presente documento). Encontrarán aquí algunas ideas, pautas,
sugerencias para la planificación y desarrollo de las jornadas.
Clases (4) que corresponden al Recorrido de formación de
directivos Bloque III. Permitirán profundizar el anclaje conceptual
de los temas que abordamos en este tercer Bloque del recorrido
formativo, contribuir al fortalecimiento de la función directiva,
abrir nuevos horizontes para recrear, resignificar y transformar o
mejorar el proyecto de la propia institución. Además, a partir de
mayo podrán transitar los primeros Seminarios optativos
correspondientes al recorrido para Directivos.
Libro de normativas Nro. 4.
Presenta las diversas leyes y resoluciones del Consejo Federal de
Educación que constituyen los principales lineamientos de la
política educativa de nuestro país.
Banco de recursos digitales
Ofrece una variedad de materiales audiovisuales y bibliográficos
para planificar y utilizar en el desarrollo de las jornadas, así como
también en los espacios entre jornadas.
1 El Cuaderno de trabajo Nro. 3 será distribuido entre los participantes de las Jornadas en el marco del Programa
Nacional de Formación Permanente “Nuestra escuela”.
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1. La tarea centrada en el Plan de trabajo para la mejora de la
inclusión y la calidad a partir del proceso de evaluación
institucional
Como venimos diciendo en materiales previos, los proyectos educativos en el marco de
nuestras escuelas tienen un horizonte definido, y que tanto la Ley de Educación Nacional
26.206 como el Plan Nacional de Educación Obligatoria y Formación Docente 2012 - 2016
(Res CFE 188/12) -entre otras normativas federales y jurisdiccionales- ya explicitan con
claridad los objetivos, las líneas de acción y los logros esperados para los diferentes niveles
y modalidades del sistema educativo argentino.
Ahora bien, el gran reto para las/los directivos consiste en "traducir" los principales
desafíos de las políticas educativas en objetivos institucionales concretos y generar las
mejores estrategias para transitar el camino hacia ellos en sus propias escuelas.
Si releen el Cuaderno de Trabajo del Bloque II podrán advertir que se propone la
construcción de un "Plan de trabajo educativo para la mejora de la inclusión y la calidad".
Este plan no pretende ser más que la revisión y recreación del proyecto institucional sobre
el que la escuela ya viene trabajando. No nos referimos aquí solamente al proyecto como
aquello que está escrito, sino también al proyecto como aquello que la escuela hace
cotidianamente, a sus objetivos para el año, a las formas de concretarlos, a los modos de
trabajo que nos damos, a la organización de los tiempos, espacios y agrupamientos de la
escuela. No planteamos armar un nuevo proyecto, plan o programa de trabajo, sino revisar
los que ya tenemos y ponemos en juego todos los días, a la luz de lo transitado en el
proceso de evaluación institucional iniciado el año pasado.
Pongamos algunos ejemplos. En el caso de las escuelas de nivel secundario, puede ser
trabajado en relación con el Plan de Mejora Institucional en vínculo con IMESA. En las
escuelas primarias podría tomarse el PIIE, el proyecto de extensión de la jornada o ambos.
En el nivel superior, podrá revisarse el plan de trabajo institucional. En fin, cada escuela
podrá partir de su propia realidad expresa y/o práctica, cruzarla con la evaluación
colectiva iniciada y pensar un plan de trabajo para mejorarla y fortalecerla en función de
los objetivos que compartimos en el Cuaderno de trabajo 3.
Para dar este paso -que tenemos que habilitar en las jornadas de este año- consideramos
que el proceso de evaluación institucional, formativa y participativa es una herramienta
fundamental. Recordemos que el proceso iniciado en el Bloque II no buscaba -solamente-
desarrollar un contenido de formación o producir una serie de actividades para dar cuenta
de algún saber adquirido. El mayor anhelo fue y, sigue siendo, que los procesos de
evaluación, desde el posicionamiento trabajado, se constituyan en prácticas institucionales
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indiscutibles y que, poco a poco, se vayan convirtiendo en prácticas cotidianas del trabajo
docente.
Por esta razón decimos que la concreción de este Plan de trabajo educativo para la mejora
de la inclusión y la calidad -que será el eje vertebrador de las jornadas de este año- debe
partir de la recuperación de aquellos temas, preguntas, preocupaciones, deseos, que con
mayor frecuencia e intensidad surgieron a lo largo de las jornadas institucionales ya
realizadas. También es importante recuperar, no sólo lo surgido en las jornadas, sino
también los temas que aparecen en otras instancias del cotidiano escolar donde se
reflexiona, se dialoga y se proyecta. Porque recordemos que, sea cual sea el proyecto de la
escuela, no lo concebimos como una instancia inaugural -no se trata de empezar algo desde
cero- sino de recuperar aquello que estamos haciendo, para realizarnos nuevas preguntas,
buscar nuevos datos y explicaciones y, finalmente, probar estrategias de abordaje que
permitan alcanzar lo que nos proponemos.
Como recordarán, ya en el Bloque II, comenzamos a trabajar sobre el sentido de este Plan
para la mejora de la inclusión y la calidad en el marco de la evaluación institucional
formativa y participativa. Allí ya problematizamos el sentido de los proyectos en las
escuelas y recuperamos diferentes denominaciones y siglas que suelen utilizarse -
Proyecto Educativo Institucional/PEI, Proyecto Curricular/PC, Proyecto de Escuela/PE,
Plan de Mejora/PM, etc.- y tras ellas múltiples y diversas experiencias. Lo que nos parece
fundamental compartir aquí es la concepción que tiene este plan de trabajo para el
Programa Nuestra Escuela, ya que tiene que quedarnos claro que no es un proyecto
nuevo y tampoco es un proyecto más, este plan no es más que la revisión desde una
mirada renovada del proyecto de nuestra escuela. Ahora, el armado de este Plan de
trabajo es una propuesta que nos exige, sí, revisar nuestro proyecto escolar y analizarlo en
función de las metas y de los desafíos del nivel y/o modalidad que están vigentes en
nuestro país. Recordemos que cuando hablamos del proyecto de la escuela nos referimos a
aquello que tenemos escrito sobre lo que vamos a hacer, pero, especialmente, el proyecto
de la escuela es -y aquí nos vamos a centrar- lo que hacemos a diario y las formas en que
hacemos eso que hacemos.
Por eso, este Plan deberá integrar lo que ya hacemos, lo que aprendimos y nos tiene que
ayudar a desarrollar diversos modos de identificar aquello que nos falta, aquello que aún
no sabemos y que tenemos obligación de mejorar. También el Plan nos tiene que ayudar a
seguir pensando y construyendo otras formas posibles para llevar adelante y buscar
aquello que necesitamos lograr y/o mejorar.
La imagen de una escuela que aprende en la medida que hace, que aprende en la medida
que prueba, que se pregunta, que dialoga, que escucha, que se equivoca y además, que
puede darse cuenta cuándo y por qué se equivoca, y que en función de ello traza un plan de
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trabajo con diversas estrategias... Una escuela que aprende haciendo… Son estas las
imágenes que los invitamos a construir.
Para lograr transformaciones que se expresen en mejoras institucionales, necesariamente
tenemos que armar equipos y trabajar con otros. Se trata de conformar gradual y
sostenidamente, el colectivo de la escuela; lo que implica no sólo que nos sintamos parte de
un objetivo común, sino que seamos parte de la definición de este objetivo.
Promover una lógica de trabajo organizada y genuinamente participativa requiere clara
direccionalidad, tiempo y esfuerzo. Es un proceso que -si es nuevo en la escuela- necesita ir
construyéndose de a poco, sobre la base sólida de la confianza entre los colegas y en torno
a la tarea compartida.
Es por esto que consideramos que la evaluación institucional, formativa y participativa -tal
como la concebimos y expresamos en el bloque anterior- resulta clave para esta etapa.
Estos procesos, como veremos, no tienen fecha de vencimiento, no terminan, debieran
constituirse en tareas inherentes a las prácticas indiscutibles de las escuelas, como son las
de planificar, las de enseñar y organizar las reuniones para las familias, entre tantas otras.
En coherencia con las orientaciones del Bloque anterior y porque, como ya dijimos, esta
tarea es una continuidad del proceso iniciado, es que les sugerimos revisar los proyectos
en diálogo con los problemas trabajados haciendo foco y poniendo la mirada en: las
trayectorias escolares de las chicas y chicos, jóvenes y adultos que transitan nuestras
instituciones, nuestras prácticas pedagógicas y la organización institucional que dispone
las condiciones de enseñanza en nuestras escuelas.
2. Jornadas institucionales y espacios/tiempos de trabajo
interjornadas
Este segundo año de formación tiene previstas la realización de 7 jornadas. Cada
jurisdicción definirá el mejor modo de distribuirlas en el cronograma escolar. De cualquier
manera, generalmente, se establecen 3 o 4 para cada uno de los bloques que se desarrollan
en este segundo año de recorrido. Recordemos que, al menos, una de las 7 será
interinstitucional.
Las orientaciones, expresadas en el presente documento, no son más que eso:
orientaciones. Luego cada directora, director o equipo directivo, en diálogo con su
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capacitador/ facilitador/tutor las planificará en función del proceso en que se encuentre y
de las necesidades propias, siempre en vínculo con los contenidos establecidos por el
Programa Nuestra Escuela.
También nos parece importante expresar con claridad aquí que el desarrollo del Programa
Nuestra Escuela no se reduce a la realización de una serie de jornadas institucionales y/o
con otras escuelas. La propuesta formativa se basa, se nutre y adquiere sentido en función
del proceso de evaluación institucional ya en marcha. Además es importante organizar los
puentes entre los diferentes espacios de encuentro y de trabajo. Por ejemplo, el Plan de
trabajo a desarrollar durante esta etapa requerirá planificar acciones no sólo para realizar
durante las jornadas, sino también acciones para realizar entre jornada y jornada. O sea,
qué acciones van a ser desarrolladas, sistematizadas u observadas en particular en función
de lo que en el plan se estén proponiendo realizar. Recordemos que no deben ser
actividades ficticias, simuladas, diferentes a las tareas que tenemos que hacer en la escuela,
no son ejercicios para poner a prueba nuestros conocimientos nuevos. Son las acciones que
el equipo de la escuela, coordinado por sus directivos, se pone por delante para ser
llevadas a cabo en función de la evaluación realizada con el fin de mejorar sus propias
prácticas.
Además, el Programa se estructura y complementa con diversidad de propuestas: jornadas
institucionales e interinstitucionales, recorrido de formación virtual de directivos,
materiales de lectura, banco de recursos digitales, reuniones de trabajo junto con su
capacitador/ tutor/ facilitador/ acompañante2, reuniones entre directivos de instituciones
de distintos niveles y modalidades, acompañamiento de los supervisores, etc. Todos estos
recursos están puestos, nada más y nada menos, que al servicio de la mejora de la escuela
para que todas y todos puedan estar allí, aprendiendo.
2 Según las diversas denominaciones con la que cada jurisdicción nombra a los miembros del equipo del
Programa.
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Propuestas y sugerencias para el trabajo en las jornadas
1. El marco de las jornadas
La organización de las jornadas
Como ya saben, las jornadas se realizan poniendo a la institución en el centro de la escena.
Esto quiere decir que la tarea concreta y situada en nuestra escuela es aquella que debe
estructurar las actividades a realizar en las jornadas, por supuesto en vínculo con los temas
que el recorrido formativo propone y que el banco de recursos digitales ofrece.
Recordemos que las jornadas se realizan en el tiempo de trabajo, en servicio, en ejercicio.
Resulta entonces fundamental reunir a todo el equipo de la escuela para compartir el
espacio de formación. Espacio que cobra sentido cuando el directivo /equipo directivo lo
hace parte del trabajo institucional, le da un marco de trabajo colectivo y lo pone al servicio
de la mejora y/o el cambio de la escuela. Recordemos algunas propuestas para las escuelas
de personal único, tal como fue planteado el año anterior que, por supuesto, no anulan
ninguna de las alternativas que puedan ser generadas a partir de las prácticas que ya
vienen realizando y de las posibilidades reales de concreción. Algunas de ellas serían:
Encuentro entre colegas de distintas instituciones que se reúnen en algún
punto intermedio para poder pensar juntos desde la realidad que atraviesa
cada una de sus escuelas.
Encuentro entre el directivo/docente/personal auxiliar con las familias, las
organizaciones de la comunidad, las chicas y los chicos de la escuela.
Espacios virtuales de encuentro entre directivos de distintas instituciones,
siempre y cuando los recursos (computadora, internet) estén disponibles.
(DE ORIENTACIONES DIRECTIVOS NRO 2)
2. Las jornadas del Bloque III: Propósitos y planificación
Nos proponemos ahora, acompañarlos con algunas sugerencias para que puedan planificar
las jornadas del presente Bloque sobre los desafíos de los niveles educativos. Habrá
jornadas de carácter institucional y alguna/s será interinstitucional.
Les sugerimos que tanto directivos como docentes tomen el Cuaderno de trabajo Nro.3
como punto de partida, dado que este material será la base del trabajo compartido.
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Cuestiones y preguntas que orientan la mirada, la reflexión y el análisis de nuestra escuela
En las Orientaciones para Directivos del Bloque II les presentamos algunas preguntas que
nos sirvieron para iniciar el proceso de evaluación institucional y que retomaremos y
profundizaremos a lo largo de los Bloques II y IV3. Como decíamos allí “Cada nivel
educativo y cada modalidad del sistema adecuarán estas preguntas a su especificidad, pero
entendemos que en esta etapa inicial de camino del Programa, muchas de ellas entrelazan
aquello que resulta de la construcción de lo común. Aquello que une, distingue y construye la
identidad de las instituciones del sistema educativo argentino”.
Las preguntas4 -organizadas en función de los objetivos y de las líneas de acción
planteados en el Plan Nacional de Educación Obligatoria y Formación Docente 2012-2016-
nos ayudarán en esta etapa para la búsqueda y construcción de nuevas estrategias y
formas de abordar aquellas cuestiones que hemos definido como problemas y que deberán
ser parte del Plan de trabajo para la mejora de la inclusión y de la calidad.
Habiendo iniciado el proceso de mirar, reflexionar y analizar juntos/as nuestra
escuela real y concreta estamos llamados a construir objetivos específicos, situados,
como también modos para mejorar y/o transformar aquellos aspectos, cuestiones
y/o prácticas que resultan injustos, que reproducen las desigualdades, que no logran
garantizar la inclusión ni los aprendizajes de las/los estudiantes.
Buscamos, entonces, desde aquí compartir algunas orientaciones para la tarea que les
proponemos en este tercer bloque, tal como ya fuera expresado.
3 Ver en Cuaderno de trabajo Nro.2 “Cuestiones y preguntas que orientan la mirada, la reflexión y el análisis de
nuestra escuela”
4 Estas preguntas nos deben servir para pensar entre todos. Podemos empezar a abordarlas en estas primeras
Jornadas y continuar trabajándolas en el marco de nuestra tarea cotidiana o profundizándolas en las próximas. Además, se proponen orientar la reflexión, abriendo la posibilidad de construir nuevas preguntas que nos permitan seguir edificando una mirada compartida sobre la situación de nuestra escuela.
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3. Algunas ideas y pautas para trabajar en las jornadas
Recuperando lo trabajado y para facilitar el armado de las jornadas es que les sugerimos
tener en cuenta los siguientes aspectos:
Previo a las jornadas resulta necesario volver a mirar los resultados del proceso de
evaluación institucional, formativa y participativa y detenerse en aquellos
problemas que quisieran priorizar durante el presente año. Por supuesto que estos
problemas tienen que tener relación directa con los desafíos del nivel o de la
modalidad que corresponda a su escuela en función de la Resolución 188.
Sugerimos dedicar el tiempo de las dos primeras jornadas para construir -con el
equipo de la escuela- el Plan de trabajo para la mejora de la inclusión y la calidad en
función de los problemas definidos en su escuela en el marco de la evaluación
institucional realizada, con el objetivo de que puedan ser abordados durante el año
dando cumplimiento a los desafíos específicos del nivel y/o modalidad que
corresponda.
Es importante que la tarea esté centrada en la revisión de aquellos problemas
identificados por el colectivo docente analizando las posibles causas. En ese
proceso de reflexión sobre los motivos de los problemas que tenemos, tratemos de
no quedar ajenos como educadores/as y como colectivo docente, de las
responsabilidades que sin duda tenemos, también, en dichas causas. Pensarnos
como agentes del Estado para la tarea de educar implica, también, asumirnos como
responsables de los logros pero también de las dificultades y fracasos que existen
en toda escuela. En la medida en que podamos comprender y asumir este
posicionamiento, seremos mejores profesionales capaces de hacernos cargo de las
consecuencias de nuestras decisiones y de nuestras acciones educativas. En la
medida en que nos vamos sintiendo parte responsable de los problemas que
tenemos -casi simultáneamente- vamos a poder pensar qué y cómo hacer para
revertir, modificar, mejorar, cualquier experiencia educativa que evaluemos como
insatisfactoria.
Tenemos que buscar nuevas formas y estrategias para encarar nuestros desafíos
haciendo un esfuerzo por no quedarnos en los lugares ya conocidos, haciendo lo
que ya venimos haciendo o de la misma manera si los resultados no son los
esperados. Partiendo de lo que ya aprendimos y sabemos podemos pensar -juntos
en la escuela- nuevas formas para abordar la mejora de las realidades que no nos
satisfacen. ¿Cómo? probando nuevas formas, por ejemplo, para organizar la
distribución de los tiempos en la escuela, el uso de los espacios en función de su
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sentido, la organización del trabajo docente para potenciar lo que tenemos, el
diálogo con las familias y con la comunidad, entre otras.
Es importante que todo el equipo vuelva a leer el documento del Proyecto de
su escuela (PEI, PCI, Plan de Mejora, etc.) a la luz de las nuevas reflexiones
que se vienen dando. Quizás haya que considerar la inclusión o la
modificación de algún aspecto allí expresado para fortalecerlo y también para
que el Plan de trabajo a desarrollar pueda dialogar concretamente con dicho
Proyecto. De nada serviría que el proyecto de la escuela nada tenga que ver
con el Plan de trabajo para la mejora de la inclusión y la calidad. Además,
debemos revisar las prácticas diarias, no escritas ni explicitadas, pero que
definen nuestro trabajo cotidiano. Recordemos que el Plan de trabajo no es
un proyecto más, sino que es una herramienta para planificar acciones
educativas que faciliten el alcance de las metas establecidas para superar los
problemas identificados y que es deseo y responsabilidad del equipo de la
escuela poder revertir y/o mejorar. Por ejemplo, si en el proyecto
institucional de mi escuela primaria se expresa como desafío prioritario el
desarrollo de estrategias para disminuir el fracaso escolar en el primer ciclo
del nivel, el trabajo del armado del Plan requerirá la definición de las
acciones concretas y viables a realizar para alcanzar esa meta, estableciendo
con claridad un cronograma que coloque esas acciones en un tiempo y en un
espacio concreto. También se deberá establecer en el Plan y de manera
explícita, las responsabilidades del equipo a cargo, las condiciones necesarias
para su implementación y los resultados esperados, con el fin de poder ir
reconociendo sobre la marcha la necesidad de realizar ajustes y evaluar para
redefinir el Plan, las veces que sea necesario.
Sugerimos especialmente, tal como ya fue planteado, que se detengan a mirar los
problemas identificados en su escuela a la luz de los siguientes aspectos:
o las trayectorias escolares de las y los chicos, jóvenes y/o adultos que
transitan la escuela
o las prácticas pedagógicas que se desarrollan
o la organización institucional y su relación con las condiciones para la
enseñanza.
Seguramente aquellos problemas que preocupan y ocupan al equipo de su escuela,
al ser mirados y analizados considerando estos aspectos, puedan ser trabajados en
su complejidad y así facilitar también una planificación integral de las nuevas
estrategias en el marco del Plan de trabajo, puesto que la búsqueda de alternativas
y nuevas formas de enseñar para lograr garantizar el derecho a la educación no va
a ser logrado si se pone la mirada sólo en una dimensión. Los problemas complejos
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requieren de propuestas integrales, sistemáticas, creativas y colectivas para su
abordaje.
Luego de armado el Plan de trabajo y de la puesta en marcha de las primeras
acciones del mismo, sugerimos planificar las siguientes jornadas para trabajar
acerca de cómo se está llevando a cabo la implementación del Plan, qué ocurre en
la escuela a partir de su desarrollo, qué ajustes hay que realizar para continuar y
definir de qué modo van a ir registrando y monitoreando lo que va sucediendo en
la escuela en relación con el o los problemas planteando inicialmente. Se trata
entonces, de explorar alternativas de mejora e ir produciendo cambios en nuestras
prácticas y conocimiento sistemático sobre lo que hacemos.
El trabajo de las jornadas de esta primera parte del año, recuperará como insumo
fundamental, los desafíos planteados en el Cuaderno de trabajo Nro. 3. No obstante, nos
parece importante poner en relieve algunas orientaciones específicas para cada uno de los
niveles del sistema educativo.
En el caso de las Instituciones de nivel inicial nos vamos a proponer garantizar la
obligatoriedad de las salas de 4 y 5 años. Si bien la cobertura de la sala de 5 años está cerca
de universalizarse, tenemos desafíos aún pendientes. Los avances en cobertura de la sala
de 4 han sido muy significativos en los últimos años. Sin embargo, frente al reto de la
obligatoriedad, el trabajo de la escuela en el marco del Programa estará centrado en poder
poner un ojo dentro de la institución y otro ojo en el seno de la comunidad, con el fin de
garantizar la entrada y bienvenida a aquellos/as chica/os que aún no se han incorporado al
sistema educativo.
Con la mirada, situada en el jardín, nos dispondremos a conocer, revisar y resignificar los
múltiples recursos5 con los que contamos para incorporarlos al trabajo educativo cotidiano
en la búsqueda de mejores formas de enseñar.
Por otra parte, pondremos en discusión y reflexión la centralidad del juego en las
propuestas para el nivel y la construcción de los necesarios vínculos con las familias de la
comunidad, integrándolas efectivamente en los proyectos de trabajo.
Las instituciones de nivel primario tienen, entre los desafíos para el presente año el
fortalecimiento y ampliación de la inclusión de las TIC a las prácticas pedagógicas e
institucionales. Primaria digital es una política educativa que busca saldar la brecha digital
entre la población infantil de nuestro país y en este sentido resulta una oportunidad
privilegiada para incluirla entre las líneas de trabajo de las jornadas institucionales en el
marco del diseño del Plan de trabajo para la mejora de la inclusión y la calidad.
5 Bibliotecas, ludotecas, canal infantil Pakapaka.
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El acceso a las tecnologías es un derecho de los niños y niñas a una educación de calidad y
en este sentido la inclusión de las TIC a las tareas pedagógicas no son una opción
voluntaria sino una política nacional que establece la responsabilidad de cada uno de
nosotros.
La inclusión de las TIC le demanda a la escuela un profundo replanteo de los formatos
clásicos del trabajo pedagógico, por ejemplo en las formas en que circula el conocimiento,
en las formas en que se construye, en los cambios que se producen en los procesos y ritmos
de aprendizaje y en la consecuente revisión por parte de las instituciones de sus prácticas
pedagógicas. Porque estas revisiones están en juego a partir del proceso de evaluación
institucional iniciado es que consideramos que las escuelas que ya cuentan con Primaria
Digital, como también aquellas que serán incluidas en este año, tienen en manos una
oportunidad para profundizar estas prácticas y reflexiones. Consideramos que Primaria
Digital resulta una oportunidad para pensarla en articulación con el desarrollo del Plan de
trabajo para la mejora de la calidad y la inclusión ya que la integración de las TIC no se
reduce al uso del aula móvil en función de una grilla de horarios preestablecidos para cada
grado. Por el contrario, implica una transformación quizás lenta pero profunda que
fortalezca la enseñanza incorporando nuevos modos de ver y de hacer. Esto no supone un
proceso lineal ni un trayecto único. Por el contrario, cada escuela deberá hacer su propio
recorrido en función de su propio contexto.
El aprovechamiento de las TIC en manos de la escuela irá facilitando la construcción de
nuevos ambientes, entornos y procesos de enseñanza y de aprendizaje. Se trata asimismo,
de ir construyendo caminos posibles para que los equipos directivos intervengan en los
procesos de transformación y de institucionalización de las TIC en las diferentes
dimensiones de la gestión y de la vida escolar.
Si bien no todas las escuelas recibieron aún sus aulas digitales móviles, en el transcurso del
año irán llegando y el trabajo y la planificación que podamos ir adelantando contribuirá al
momento de recepción e instalación.
En el caso de las instituciones de nivel secundario tenemos que realizar una distinción
entre las escuelas que están aplicando el Índice de Mejora de la Educación Secundaria
Argentina- IMESA6 y las que aún no han iniciado este proceso.
6 IMESA es un índice integrado por varios indicadores, un resumen de una situación compleja. Es útil para
comparar en distintas instancias a lo largo del tiempo. Las dimensiones que considera son:
a- Regularidad de la trayectoria: tiempo medio para concluir los estudios.
b- Terminación de los estudios: tasa de egreso.
c- Resultados de la evaluación de desempeño nacional en Matemática y Lengua – ONE.
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Como ya fue expresado en el documento de Orientaciones del Bloque II las escuelas
secundarias que han recibido su IMESA7, deberán considerarlo como insumo básico para el
proceso de armado del plan de trabajo. Este índice de mejora de la escuela secundaria
argentina aborda: los resultados de aprendizaje que surgen del desempeño de los
estudiantes en el ONE8 (que se encuentra en proceso de actualización), el tiempo medio de
culminación de estudios y la tasa de egreso. El IMESA se constituye entonces, en una
herramienta más con la que cuentan las escuelas del nivel para diseñar y desarrollar el
Plan de trabajo para la mejora de la inclusión y de la calidad, o sea, acciones y estrategias -
de carácter institucional- para propiciar condiciones educativas que garanticen el derecho
a la educación.
En el caso del grupo de escuelas que aún no están aplicando el índice IMESA sugerimos
retomar y tener en cuenta las preguntas desarrolladas en el documento del Bloque II para
avanzar en el mismo sentido que se viene planteando y poder desarrollar el Plan de trabajo
siempre en articulación con los Planes de Mejora.
Relean las preguntas que orientan la mirada, la reflexión y el análisis sobre la escuela.
Recordemos que están organizadas en función de los tres ejes que venimos planteando,
tanto para mirar las prácticas en la escuela como para reflexionar en equipo y pensar
estrategias para actuar y mejorar la realidad escolar en términos de garantizar el derecho a
la educación para todas/ os.
Como ya fue planteado, las preguntas no deben ser respondidas, son sólo una estrategia
para facilitar el proceso de reflexión institucional y pensar en las propias prácticas,
facilitando el desarrollo del plan de trabajo en función de los problemas identificados y
definidos en su escuela.
Cabe destacar la importancia de poner en juego durante este proceso de evaluación y
diseño de un plan de trabajo, la integración de las TIC como parte de una política educativa
indiscutible para la garantía de los derechos en el marco de la educación secundaria.
En el caso de los Institutos Superiores de Formación Docente sugerimos que se
considere el armado del cronograma de las jornadas de tal manera de establecerlas
posteriormente del inicio en las escuelas del resto de los niveles educativos. Consideramos
que esta orientación es importante (y necesaria) para el desarrollo de los planes de
7 IMESA es el índice de Mejora de la Educación Secundaria Argentina, que se propone conformar una línea de base y
monitorear los resultados en el nivel de cada escuela, de los departamentos y de cada una de las Jurisdicciones en torno a los objetivos estipulados para el Nivel, especialmente: “que los alumnos completen sus estudios y que adquieran los conocimientos esperados para cada una de las etapas de su trayectoria”. El Índice abarca tres aspectos del desempeño escolar de los alumnos: la regularidad de la trayectoria, la finalización de los estudios y los resultados de evaluación de desempeño. (IMESA, Documento de trabajo, Dirección Nacional de Educación Secundaria). 8 Operativo Nacional de Evaluación.
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trabajo en diálogo con las escuelas asociadas en función de los niveles para los que forme.
Para que la planificación de las jornadas correspondientes al presente bloque, así también
como las acciones entre jornada y jornada, sean potentes para avanzar en el diseño del
Plan de trabajo institucional, resulta fundamental profundizar la articulación entre los
institutos de formación docente y las escuelas asociadas. Es por esta razón que
proponemos se establezca una distancia temporal óptima entre el cronograma de las
jornadas de los niveles en relación con las de cada instituto.
Sería deseable que los equipos de los institutos puedan dialogar con los directivos de las
escuelas asociadas para poder establecer el sentido y la necesidad de que los institutos
participen de las jornadas de las escuelas, como así también, que los directivos de las
escuelas puedan participar de la de los institutos. Pensemos juntos/as en las ventajas de
establecer estos acuerdos en el marco de las necesidades que tenemos los institutos
formadores/as para avanzar hacia el cumplimiento de nuestras metas en función de los
problemas que se identificaron.
Necesitamos diseñar planes de trabajo que ayuden a fortalecer la mejora de la formación
docente para acercar a los estudiantes las necesidades y problemas de las escuelas
concretas en las cuales estarán trabajando en pocos años. Conocer más de cerca los
desafíos de cada nivel y saber cuáles son los que las escuelas de la comunidad están
priorizando y por qué, resulta un insumo fundamental para el trabajo de los institutos de
formación docente en la coyuntura actual. Creemos que concretar esta posibilidad
permitirá, seguramente, repensar algunas de las líneas de trabajo y actividades comunes,
tales como el apoyo a escuelas, los espacios de la práctica docente, la integración de TIC al
trabajo pedagógico, las propuestas de investigación y formación permanente.
4. Uso del Banco de recursos digitales.
El Banco de Recursos Digitales (BRD) está organizado para el Bloque III en función de tres
ejes, cuyas propuestas temáticas son:
1- Fortalecer trayectorias escolares
2- Revisar las condiciones de enseñanza
3- Interpelar la organización institucional
Como en los bloques previos, el Banco ofrece una amplia variedad de materiales:
materiales de lectura y videoteca (materiales audiovisuales). El material de lectura
disponible está categorizado en “Material sugerido” y “Material ampliatorio” con el
objetivo de contribuir a su selección y uso.
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También en esta oportunidad, encontrarán en NORMATIVAS las principales resoluciones
que recibirán luego las escuelas, en los Libros de Normativas. Además, incorporamos las
principales normativas del nivel superior.
En un botón aparte encontrarán los materiales sobre Primaria Digital que se irán
actualizando a lo largo del año. Estos recursos estarán disponibles para todas las escuelas y
permitirán incorporar paulatinamente el trabajo con TIC en las propuestas de enseñanza.
En fin, con mucho para trabajar y seguir aprendiendo durante este 2015, seguimos
andando.
TRA
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