BIENVENIDOS A NUESTRA CLASE 2
Estimados Colegas
Nuevamente bienvenidos, seguimos recorriendo juntos estos espacios “virtuales”. La tecnología nos permite en esta oportunidad acercarnos y poder reflexionar sobre esta clínica que nos convoca. Abordaremos en esta clase las siguientes temáticas correspondientes al MÓDULO 1: El cuerpo en la vejez: El cuerpo y el ideal. El cuerpo perdido. Lo real en el cuerpo.
El cuerpo en la vejez. Estigmas de la vejez. El rol social. La crisis de la vejez.
Últimas consideraciones de organizaciones internacionales sobre el impacto social
de la enfermedad.
El cuerpo en la vejez:
El cuerpo y el ideal. El cuerpo perdido. El rol social. Lo real en el cuerpo. El cuerpo
en la vejez.
Las temáticas que presenta el subtítulo fueron también esbozadas en la
clase anterior. Haremos un entrecruzamiento de lo explayado hasta ahora con
esta última parte del Módulo 1. A su vez quiero exponer un trabajo que fue
presentado en el “II Congreso Argentino de Salud Mental”, organizado por la
Asociación Argentina de Salud Mental. Posteriormente fue seleccionado para su
publicación en un libro de la misma Asociación.
Este trabajo relata la experiencia en una residencia geriátrica especializada en el
tratamiento de personas con condiciones neurológicas. La institucionalización de
una persona, sus causas y sus consecuencias serán abordadas posteriormente.
Cuando un cuadro demencial de una persona se agrava, cuando su vida cotidiana
se ve afectada en su funcionalidad, o por la decisión de su entorno, se presenta
una decisión por tomar: se realiza una internación domiciliaria o el paciente es
internado en una institución. En la actualidad un alto porcentaje de personas con
demencias son cuidadas por integrantes de la familia, situación que
frecuentemente está relacionada con aspectos económicos. Nos dedicaremos
también a estas consideraciones.
Las personas añosas y las personas con cuadros demenciales con frecuencia
deben concurrir a consultas médicas. Recordemos que las Demencias son la
primera causa de discapacidad y dependencia en las personas mayores.
Ante complicaciones clínicas o cuadros consecuentes a la patología en cuestión,
con mayor asiduidad que personas de menor edad o personas mayores que no
transitan una vejez patológica, deben realizarse prácticas médicas que pueden
exponerlos ocasionalmente a vivencias de lo traumático. Observando el vínculo
establecido con profesionales médicos y pacientes en la institución mencionada,
surgió el siguiente trabajo titulado: “La escucha significativa del médico en el
tratamiento del paciente añoso”:
Asistimos a una época donde la palabra escasea y también el contacto. Las
personas mayores concurren más al médico que el resto. La medicina también
hoy está tecnificada y entre paciente y médico median: resultados de estudios y
aparatología. La precisión de éstos ha permitido la pronta detección y buen
tratamiento de muchas patologías. A su vez ha facilitado, como el resto de la
tecnología, la pérdida del contacto humano y la pérdida del símbolo como
mediador entre los sujetos.
“Nuestra época está caracterizada por la fragmentación. Ya no podemos hablar
del ser humano como una totalidad, sino como un sujeto cambiante e incierto.
“Las ciencias, el arte y las formas de vida se han fragmentado en la pluralidad, la
discontinuidad y la dispersión”1
A estas formas de escisiones compartidas por el ser humano en general, el viejo le
agrega la vivencia de la fragmentación de sí mismo. Las causas de ésta son
múltiples y se relacionan con distintos aspectos:
Aspecto social: Somos sujetos constituidos por las prácticas sociales de la época
en la que vivimos y por los discursos imperantes. Vivimos en la era de la
informática, de la conexión, de lo virtual, de la rapidez y de la inmediatez. Nos
relacionamos y nos comunicamos a través de mensajes digitales. Nuestras formas
de relación están mediatizadas por la tecnología; el contacto con el otro es
mayormente digital, perdiéndose el valor de la escucha, de la mirada y del
contacto físico. Esta era de la conexión afecta también la identidad, que puede ser
1 Díaz Esther. Posmodernidad, Buenos Aires, Biblos, 2005, p.46
cambiante: hoy pertenecemos a bancos de datos y podemos cambiar nuestros
nombres para relacionarnos virtualmente.
En su mayoría los ancianos quedan excluidos de esta nueva realidad virtualizante.
Ellos intentan reivindicar su época y recuerdan con nostalgia un pasado mejor
donde lo cotidiano y su mundo relacional era distinto.
Como valores sociales hay ciertas cualidades que el ser humano debe poseer: ser
exitoso, tener un cuerpo perfecto, disponer de líneas de crédito para satisfacer
inmediatamente sus necesidades y estar eternamente conectado, ya que la
información es la base que sustenta lo económico y lo social. El viejo, al no poder
alcanzar estos valores, pierde su rol social.
Aspecto científico: En las últimas décadas el saber científico se ha
especializado. La especialización produjo como efecto positivo un mayor saber
sobre cuestiones específicas. Sin embargo, cuando cada ciencia construye su
objeto lo recorta, y también desampara o deconstruye otros objetos. Esto ocurre
por ejemplo en lo concerniente a la salud física y mental. En nuestras prácticas
seccionamos, dividimos, escindimos el saber repartiéndonos lo humano en
distintas partes: psiquismo, cultura, genes, organismo, etc.
La ciencia separa al sujeto de su cuerpo. “El sujeto en cuestión sigue siendo el
correlato de la ciencia, pero un correlato antinómico puesto que la ciencia se
muestra definida por el no-éxito del esfuerzo para suturarlo”.2
La ciencia busca la eficiencia y para esto depende de la tecnología. La tecnología
a su vez funciona como objeto mediador entre el médico y el paciente creando una
distancia fundamental donde tocar al paciente para revisarlo ya no parece ser
necesario. La ciencia médica corre el riesgo de olvidar al sujeto y de obviar la
escucha dejando la revisión sintomática a cargo de la técnica.
Todo esto apunta a hacer desaparecer el lugar privilegiado que tenía el médico
capaz de escuchar la demanda de su paciente. La disponibilidad de innumerables
recursos tecnológicos tiende a hacer obnubilar al médico, provocando la pérdida
de atención a la demanda inicial.
“...Hay quienes aceptan la deshumanización como un obligado tributo al progreso
científico, de modo que la dimensión humana del arte médica debe ceder su lugar
a la eficiencia y al desarrollo de la propia técnica. Pero hay quienes también no se
resignan frente al fenómeno...La medicina es, fundamentalmente, ciencia y arte
del hombre”.3
Aspecto Subjetivo: El ser humano, gracias al progreso científico, ha podido
franquear una enorme barrera, la de crear vida, e intenta a través de todos los
medios posibles, ejercer un total control sobre la naturaleza y toda forma de vida,
2 Lacan Jacques. 1 de diciembre de 1965 3 Caponnetto M. El hombre y la medicina..Scholástica Buenos Aires. 1992. pp 120-121
inclusive la humana. A esta forma de poder hay algo que se le escapa, la muerte.
El hombre actualmente intenta a través de la bioinformática, la genética y la
farmacopea antioxidante trascender esa materialidad. El ser humano, en tanto que
es de carne y hueso, es perecedero y muere. Estas características son obstáculos
para los ideales actuales.
El carácter orgánico del ser humano molesta, hoy el hombre enfrenta una batalla
contra la temporalidad de la carne, nuestro aspecto material.
En el caso de las personas mayores, al dolor de la existencia propio del ser
humano se suman: la percepción del deterioro físico y psíquico, los duelos por
pérdidas de seres queridos y del rol familiar y social. El encuentro con la
enfermedad, y cada una de esas pérdidas remiten a pérdidas anteriores y a la
pérdida primordial, a saber, la castración. Esta, como vivencia que nos marca y
nos constituye como sujetos, nos abre el camino a la existencia. Lo que hagamos
con esa pérdida, en tanto falta, es lo que nos marcará en la vida. Toda pérdida,
toda vivencia de incompletud, toda idea cercana a la finitud de la existencia nos
remonta a aquella vivencia inicial.
“El sujeto se constituye como tal en el mismo acto en que el universo narcisista se
desestabiliza, despuntando el pánico angustioso…El vacío abismal impacta con
violencia al sujeto, cuestiona su existencia misma y despierta por ende la vivencia
horrorosa de la posibilidad de aniquilación. Este momento cero de la subjetividad
marcará para siempre el antes del mítico y esplendente paraíso del narcisismo
perdido, y el mundo de la diferencia y el deseo incolmable. Todo trauma aludirá y
evocará, de un modo u otro, este acontecimiento fundamental, del cual emergió el
sujeto dividido”.4
En nuestra cultura hay una búsqueda imaginaria de completud, no se soporta la
pérdida. El viejo, como representante de la pérdida, es excluido. La idea de la
muerte se transita sólo simbólicamente, y nuestra sociedad se caracteriza por
cierta ausencia de lo simbólico. La enfermedad orgánica y las intervenciones
médicas exponen a las personas mayores a una vivencia cercana a lo real. Se
suma a esto la vivencia cercana a lo real en el aspecto social.
La escucha médica. A manera de conclusión. Desde el lugar del médico,
atender a la demanda del paciente implica escuchar, dentro de lo posible, todo lo
que dice el paciente, y tener en cuenta que éste no se expresa sólo con palabras.
Además del síntoma en sí mismo, existe un efecto que ese síntoma produce en el
sujeto. La consideración de lo puramente orgánico deja de lado al sujeto, lo
escinde y lo despersonaliza. Intenta curar el órgano enfermo, pero fracasa en la
resolución del problema en sus distintas dimensiones, entendiendo que el ser
humano no es una suma de órganos, sino una interrelación de distintos aspectos.
4 Milmaniene José E, La castración y sus vicisitudes, Kargieman, Buenos Aires. 1993, pp 20-21.
Esta institución geriátrica, alberga personas con distintas condiciones de salud.
Desde la incorporación de una médica a la institución se observó un aumento
progresivo de la demanda de atención, que los pacientes atribuían al hecho de ser
escuchados, de recibir alivio (“Ella me escucha, me da tranquilidad y alivio”) Al ser
interrogados al respecto, los pacientes destacaron el hecho de haber sido
evaluados en forma integral, y valoraron que se interrelacionaran sus múltiples
síntomas con su estado anímico. (“Escucha de una forma atenta y concentrada,
cualquier malestar es importante para ella, ella lo toma, lo desmenuza y lo asocia
con otros síntomas”; “Está atenta al bienestar físico y emocional, ella me revisa
toda”; “Otros médicos que me trataban me daban una pastilla recetada pero no me
sentía contenida para nada”)
Interpretamos que a través de su intervención, diferente al modelo médico
conocido, la profesional es ubicada en el lugar del Otro, produciendo efectos en la
escena existencial de los pacientes. Hablamos del lugar del Otro en el sentido de
aquella instancia de los cuidados primordiales, de la relación con un Otro a quien
se acude para que calme, para que alivie y a quien se le demanda aún en su
ausencia. Esto mismo ocurre con los pacientes de la Institución.
A su vez interpretamos que la sensación de alivio es a consecuencia de una
intervención médica distinta que funciona como un lazo o sutura del sujeto
fragmentado.
La fragmentación se evidencia en los distintos aspectos de la vida humana. En
relación al aspecto científico y su especificidad creciente es imposible pensar en
una disciplina generalizadora que abarque todos los saberes. La especialización
es necesaria. Para el ser humano es angustiosa la idea de las partes, es
tranquilizador pensar en el todo. Sabemos que hoy en día el todo es imposible. Lo
incierto, lo imprevisible, lo caótico y el nuevo orden que surge del caos es lo
cotidiano. Podemos aceptar la fragmentación como característica actual de
nuestra existencia y el abandono de la utopía de la concepción de la totalidad para
la vida y la naturaleza como característica de épocas precedentes. A su vez
proponemos la vuelta al sujeto, la escucha que interrelaciona los fragmentos y la
escucha significativa que hace símbolo a través de la palabra.
La demanda de nuestros pacientes en relación a sus dolores corporales está
puesta en la médica de la institución. Una escucha significativa interrumpe la
distancia entre el médico y su paciente, sutura al sujeto y resguarda lo
esencialmente humano.”5
5 Casal Passion V., Fox, B.L. y otros. La escucha significativa del médico en el tratamiento del
paciente añoso. II Congreso Argentino de Salud Mental. Seleccionado para su publicación.
Auspiciado por la Asociación Argentina de Salud Mental. Marzo de 2007. Buenos Aires, Argentina.
El cuerpo y el ideal. El cuerpo perdido.
Cuando hablo del cuerpo perdido no me refiero a la discapacidad, aunque la
incluye ya que allí también hay pérdida. Me refiero a la pérdida simbólica, a aquel
cuerpo que se duela, a aquel que se va dejando y va trascendiendo, en esta
clínica que estamos abordando, según pasan los años. Me refiero aquí también a
ese esquema corporal que según transcurran los años iremos “concientizando”,
transitando en sus cambios o haciendo experiencia de él, en el mejor de los casos.
¿Cuál es el ideal de cuerpo, forma
humana que hoy se privilegia? Hoy
se privilegia aquel cuerpo, forma
humana que sea compatible con la
digitalización. Profundizando para
seguir avanzando en otros temas, así
lo analiza la antropóloga Paula
Sibilia: “Es decir: aquellos tipos
humanos que fomentan su
reproducción opulenta y complaciente, reduciendo al mínimo la producción bugs y
fallas de cualquier índole. Nada mejor, para eso, que digitalizarlos, tornándolos
compatibles con toda la parafernalia teleinformática que dirige el mundo.
Subyugados por la retórica y por las novedosas prótesis teleinformáticas y
biotecnológicas, los organismos contemporáneos se transforman en cuerpos
conectados, ávidos y ansiosos, cuerpos sintonizados. Y también sin duda cuerpos
útiles. Acoplados a la tecnología digital, estimulados y propulsados por un
instrumental siempre actualizado de dispositivos no-orgánicos, cuerpos cuya
esencia se considera inmaterial: pura información compuesta de energía eléctrica
que podría ser transferida a un archivo de computadora, o bien alterada en su
base genética para corregir eventuales errores corregidos en su código, o bien
hibridizada con los bits de otros organismos o con los más diversos dispositivos
electrónicos. Una transmutación que apunta, siempre, al upgrade en nombre de la
eficiencia.
De modo que ya no se trata de aquellos cuerpos laboriosamente
convertidos en fuerza de trabajo, esculpidos en largas y penosas sesiones de
entrenamiento y disciplina para saciar las demandas de la producción industrial; ni
tampoco de aquellas almas dolorosamente sometidas a los sondeos
psicoanalíticos, impelidas al autoconocimiento profundo de su ser íntimo y oscuro.
En lugar de esas configuraciones ahora emergen otros tipos de cuerpos y
subjetividades: autocontrolados, inspirados en el modelo empresarial, instados a
administrar sus riesgos y placeres de acuerdo con su propio capital genético,
evaluando constantemente el menú de productos y servicios ofrecido en el
mercado, con toda responsabilidad individual necesaria en un mundo donde
impera la lógica automatizada del self-service y donde la exterioridad visible
sofoca la interioridad oculta. Cuerpos permanentemente amenazados por la
sombra de la obsolescencia –tanto de su software mental como de su hardware
corporal- y lanzados al torbellino de la actualización constante, intimados a
maximizar su flexibilidad y su capacidad de reciclaje. ”6
En esta época en que la interioridad se hace visible, que se externa la subjetividad
y se cristaliza en las pantallas; en la época en que todo debe ser bello, elongado,
saludable, casi efímero, ¿cómo posicionarse, cuál es el lugar de las personas
mayores? Sí, vemos en las pantallas algunas excepciones que son mostradas y
felicitadas: un hombre que dice tener 95 años y parece de 50, una señora de más
de 80 años que se presenta en concursos de baile, etc, etc. Esto es más que
positivo ya que son formas saludables y/o la representación de la salud activa en
en las personas mayores. La pregunta aquí es cuando la vejez no se transita de
una forma saludable. La Organización Mundial de la Salud exhortó a todas las
Naciones un 1 de octubre (Día Internacional de las Personas de Edad) con el
llamado: “venzamos el edadismo” (estigma contra la vejez).
En esta época de la hiperconexión, ¿dónde se ubica a quienes tienen un deterioro
cognitivo ó una demencia…aquellos que están “desconectados”? ¿Qué ocurre
cuando a la vivencia de la exclusión se le agrega el declinar biológico de este
momento de la vida o una condición neurodegenerativa?
Sabemos que el sujeto evolutivamente transita diferentes crisis y el momento de la
vejez también es una de ellas. ¿A qué pérdidas estamos expuestos? ¿Hacia
dónde vamos? Yo deseo llegar a vieja, todavía soy joven pero mi cuerpo ya
muestra el paso de los años. ¿Cómo me sentiré dentro de 10, 20 años? Esto
depende de muchos factores: sociales, genéticos y hábitos de vida.
¿Ustedes? ¿Cómo se sienten, cómo se sentirán? ¿cómo nos harán sentir…las
pantallas, los espejos en los que nos miraremos? ¿Vuelvo a preguntar: hacia
dónde vamos, en qué nos convertimos?
En la época de lo visible, a la vejez se la esconde, no hay que verla. Los cuerpos
viejos son la muestra de lo que el ser humano aún no logra: trascender la
materialidad de la carne, vencer la muerte.
6 Sibilia, P. El hombre postorgánico. Ed. FCE. Conclusiones. Buenos Aires, 2005.
Estigmas de la vejez. El rol social.
“La edad se apodera de nosotros por sorpresa”
(Goethe)
“La vejez…Como todas las situaciones humanas, tiene una dimensión existencial:
modifica la relación del individuo con el tiempo,
por lo tanto su relación con el mundo y su propia historia.
Por otra parte, el hombre no vive jamás en estado de naturaleza;
en su vejez, como en cualquier edad, su condición le es impuesta
por la sociedad a la que pertenece”
(Simone De Beauvoir. La Vejez)
En la actualidad se evidencia un cambio
significativo en la estructura poblacional. Nos
encontramos atravesando a escala mundial
un proceso de envejecimiento poblacional. El
envejecimiento poblacional es el aumento de
la proporción de personas mayores en el total
de la población. Según las Naciones Unidas
se considera como límite los 60 años.
La República Argentina es el país de
Sudamérica con mayor población de adultos
mayores. Mientras que en el país la población mayor de 60 años asciende a 13,44
por ciento; en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a 21,95 por ciento.
Desde el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Ministerios y Secretarías
Nacionales en la Argentina se llevan adelante planes en beneficio de los adultos
mayores. La Organización Mundial de la Salud opina que las medidas adoptadas
aún no alcanzan.
La OPS (Organización Panamericana de la Salud) posee en su agenda como una
de sus prioridades a los adultos mayores.
La población es cada vez más longeva y la enfermedad de Alzheimer es
considerada ya una epidemia. La OMS y la OPS impulsan a los gobiernos del
mundo a tener en cuenta este padecimiento como prioridad para la salud pública.
Las resoluciones y acciones de las instituciones hacen a las metáforas, los
estigmas y los discursos.
Hemos hablado ya anteriormente acerca del sujeto/persona mayor y la exclusión.
Hay diversas formas de exclusión. Una de ellas es la separación, escisión entre
salud y enfermedad. Los sujetos enfermos quedan fuera de ciertas convenciones
simbólicas. A la vez que quedan excluidos de estas formas simbólicas, la
enfermedad otorga un rol social. La misma OMS reconoce el estigma de la vejez y
la patología mental. Recordemos también que el 7 de abril de 2017 (Día Mundial
de la Salud) instó a “hablar de depresión” como prioridad de agenda.
La exclusión a su vez incluye; el excluido se auto incluye frecuentemente en otros
sistemas, así se forman asociaciones o movimientos de lucha por: la Esclerosis
Múltiple, el Parkinson, el Alzheimer y multiplicidad de asociaciones que ofrecen
ayuda a quienes padecen diferentes patologías. Éstas luchan contra el estigma, se
ponen al servicio de mandatarios y legisladores e impulsan también leyes
nacionales en beneficio de las personas. Estas asociaciones conforman grupos de
ayuda, grupos en los que las personas se identifican con otros que padecen las
mismas patologías, la misma crisis o etapa de la vida.
Como mencioné, la enfermedad otorga también un rol social y la enfermedad en
algunas sociedades también se transforma en metáfora. “Susan Sontag analiza
estigmas metafóricos como el cáncer o el sida, que pasan a ser, en nuestra
cultura, metáforas letales del miedo. Pero ¿qué pasaría –pregunta- si esas
enfermedades pudieran ser vistas sin todos los significados (metafóricos)
agregados? Como antes ocurría con la tuberculosis, están cargadas de
connotaciones entre misteriosas e indeseables y en torno de ellas brotan temores
generales que tejen una red de complicadas relaciones, las que finalmente no
hacen sino dificultar la comprensión de la dolencia tanto como su cura.
Observa Sontag: “Da la impresión de que algunas sociedades tuvieran la
necesidad de algunas enfermedades para identificar (metafóricamente) con el
mal”, a tal punto que éste ni siquiera puede ser nombrado. Es frecuente que en las
necrológicas se diga de alguien que sufrió de cáncer que murió de una larga y
penosa enfermedad, sin llegar a designársela”7 La no mención, la ausencia de
nombre favorece el estigma.
La metáfora se transforma así en salvadora, nos distancia de lo intolerable. ¿Qué
ocurre con la vejez?, ¿qué ocurre con los deterioros cognitivos? ¿qué ocurre con
las demencias? ¿se las tolera? La presencia de cuadros demenciales se asocia
indefectiblemente a la vejez, como dentro de lo previsible, lo esperable. Si la
persona mayor olvida, si se pierde…es normal, está viejo. Esa previsibilidad
décadas anteriores estaba asociada a la arteriosclerosis, en la actualidad a la
enfermedad de Alzheimer y otras demencias. Aclaremos que hay casos de
cuadros demenciales de aparición temprana y aclaremos por sobretodo que no
toda vejez se presenta con una enfermedad asociada.
La ciencia médica cada vez más y con mayor preocupación está investigando los
déficits en memoria. Cada vez más desestima que la vejez está indefectiblemente
relacionada a la enfermedad.
Los estigmas metafóricos a los que se refiere Sontag salvan de lo intolerable, la
enfermedad no se tolera y se la transforma. Insistimos, no se tolera la enfermedad
y la muerte. La muerte es una idea intolerable, se intenta simbolizar esta idea de
diversas formas en el transcurso de la vida, dado que lo real de la muerte es
7 Olivares, E. La metáfora en el arte. Pag. 14. Ed. Emecé. Buenos Aires. 2007
irrepresentable. Pero en esta época, cuyas características ya hemos abordado,
las ideas de la muerte y la enfermedad se han hecho más intolerables, por eso la
metáfora.
El temor a la muerte y a la enfermedad se transforman en metáfora salvadora, así
surge la preferencia de no nombrar lo intolerable: la enfermedad.
Hay otros estigmas. Cuando una persona añosa muere, se lo concibe dentro de la
normalidad, e inclusive el dolor de sus allegados pareciera que debiera no ser
intenso, ya que el difunto ya era viejo, debía morir, “ya vivió su vida”. El horror es
ante la inexplicable muerte joven, espanta la muerte joven o espanta que lo joven
muera, que la juventud se relacione a lo perecedero y sea capaz de morir.
En menor medida que años anteriores pero aún ocurre, los profesionales que
trabajan y trabajamos con personas mayores, ancianidad y personas con
deterioros cognitivos, hemos experimentado acciones o discursos desvalorizantes
en relación a nuestro quehacer. El edadismo también se refleja en círculos
profesionales. ¿Podemos pensar por qué? Las respuestas las encontramos en el
por qué se excluye a estos sujetos de lo social y las actitudes defensivas de sus
otros.
El Dr. Leopoldo Salvarezza relata algunas posibles razones por las cuales algunos
profesionales se resisten a tratar personas viejas. “- los viejos estimulan a los
terapeutas temores sobre su propia vejez
- reactualizan en los terapeutas conflictos reprimidos en relación con sus propias figuras parentales
- los terapeutas piensan que no tienen nada que ofrecer a los viejos porque creen que éstos no van a cambiar su conducta o porque sus problemas están relacionados con enfermedades cerebrales orgánicas intratables
- los terapeutas creen que no vale la pena hacer el esfuerzo de prestar atención a los psicodinamismos de los viejos porque están muy cerca de la muerte; algo similar a lo que ocurre en el sistema médico militar de urgencia, en el cual el más grave recibe menos atención porque es menos probable su recuperación
- el paciente puede morir durante el tratamiento, lo cual afecta el sentimiento de importancia (¿omnipotencia?) del terapeuta
- los terapeutas se sienten disminuidos en su esfuerzo por sus propios colegas. Habitualmente se escucha decir que los gerontólogos o geriatras tienen una preocupación morbosa por la muerte; su interés por los viejos es o enfermizo o, por lo menos, sospechoso”8
Más allá de estas apreciaciones del reconocido Dr. Salvarezza, en los últimos
años dados el aumento de la prevalencia de la enfermedad de Alzheimer y la
8 Salvarezza, L. Psicogeriatría. Teoría y clínica. Pp: 26-27 Ed. Paidos. Buenos Aires.
alarmante proyección de la misma, ha sido forzoso el interés, la investigación
médica y la ocupación del Estado.
Reflexionemos a continuación sobre la
concepción que se tenía de la vejez en
otras épocas, algunas se conservan, otras
no. A continuación transcribo algunas
frases del De Senectute de Cicerón, para
que ustedes mismos reflexionen. Se trata
de un diálogo entre Escisión, Lelio y
Catón el Mayor. Éste es interrogado por
los primeros acerca de la ancianidad.
Algunos de los puntos importantes del diálogo son:
- “Una costumbre excelente es el hecho de que cuando alguien supere a los otros en edad tiene prioridad de voto
- Hay algunos ancianos irascibles, malhumorados, ansiosos, intratables y avaros, pero esos son defectos de su carácter, no de la vejez. Estos defectos tienen alguna excusa: creen que son menospreciados, postergados, ridiculizados. Por otra parte, tratándose de cuerpos debilitados, cualquier desaire es doloroso.
- Mientras nosotros estamos encarcelados en estas articulaciones del cuerpo cumplimos con una dura tarea y con exigencias del destino, pues el alma, de celestial origen ha sido expulsada de una sede elevadísima y hundida en tierra, un lugar contrario a su eternidad y naturaleza divina.
- Cualquier edad es gravosa para los que no tienen en sí mismos ningún recurso para vivir bien y dichosamente; en cambio para los que por sí mismos exigen de sí todos los bienes, no puede parecer malo nada que imponga la ley de la naturaleza. Dentro de este orden está la vejez, a la que todos desean alcanzar; pero una vez alcanzada todos le hacen reproches.
- Si fue necesario que existiese –en la vida- un momento final, caduco, como tratándose de las bayas de los árboles. Esto debe ser soportado por el sabio.
- Las armas más apropiadas de la vejez son el cultivo y el ejercicio de las virtudes, la que, si han sido cultivadas durante toda la edad obtienen magníficos frutos, viviendo uno largo tiempo; no sólo porque no nos abandonan nunca, ni siquiera al final de la vida, sino también porque la conciencia de una vida bien vivida y la recordación de muchas buenas acciones son felicísimas.
- Es dulce y plácida la vejez de una vida vivida juiciosamente, con tranquilidad y pureza
- Cuando a Giorgias se le preguntó por qué quería permanecer en la vida tanto tiempo dijo que nada tenía que reprochar a la vejez
- Los insensatos hacen recaer su propio vicio y su propia culpa sobre la vejez - Encuentro cuatro causas por las cuales la vejez parece desafortunada:
o Porque nos apartaría de los asuntos que deben atenderse. Pero hay ocupaciones seniles que deben atenderse por el espíritu
o Porque volvería más débil el cuerpo o Porque nos privaría de casi todos los placeres o Porque no distaría demasiado de la muerte”
La crisis de la vejez
El Dr. Rodolfo Fahrer en su Manual de Psiquiatría sostiene que una crisis “es una
forma de stress severo e interpretado por el individuo como traumático”. Una crisis
es un disturbio interno que resulta estresante para el sujeto o una amenaza sobre
sí mismo. Las causas de las crisis pueden ser:
- un acontecimiento que implica una pérdida o privación fundamental, la que es percibida como amenazante para la autoestima e integridad personal
- una amenaza real o imaginaria para el bienestar físico o psicológico de la persona
Los mecanismos de defensa habituales para el individuo se hacen ineficaces
durante la crisis y el sujeto experimenta un desequilibrio y aumento de la
ansiedad.
Según Fahrer existe un estado de crisis y el sujeto presenta las siguientes
características:
- el sujeto desarrolla la sintomatología relacionada al stress: “Hay rupturas significativas en las respuestas afectivas, cognitivas, comportamentales, sociales y/o fisiológicas. Estas rupturas, producen una sensación de gran incomodidad.
- Se perciben estados subjetivos de inadecuación, desesperanza e impotencia
- Las actitudes prevalentemente desplegadas son agitación y retraimiento La agitación se revela como resultado de la actividad improductiva utilizada en el
intento de descargar la tensión extrema.
El retraimiento, como un refugio para el sentimiento de dolor, es manifestado
como aislamiento social. Por ejemplo: la persona puede recurrir a dormir por
períodos prolongados, etc.”9
Las crisis según sostiene Fahrer pueden ser madurativas, situacionales o
accidentales.
Las crisis madurativas son las llamadas evolutivas o vitales, corresponden al
desarrollo del sujeto y son transitorias. Cambios importantes durante la vida
producen estos períodos de crisis, por ejemplo: el ingreso a la escuela para un
niño, los cambios de la adolescencia, el casamiento, el momento de la jubilación.
Estas crisis para la psiquiatría conforman factores de stress.
9 Fahrer, R. Manual de Psiquiatría, pag 16 Ed.La Prensa Médica Argentina, 2000
El comienzo de esta crisis es gradual, conforman un período de cambio o
transición a una nueva etapa de la vida. El ser humano evoluciona atravesando
diversas crisis. La resolución también es gradual y al finalizar ésta el sujeto
experimenta nuevos roles y conductas mientras intenta adaptarse eficazmente
para alcanzar un nuevo control y madurez.
“Durante esta clase de crisis, el individuo experimenta un período de desequilibrio
interno y comportamiento desorganizado concomitante, con rupturas cognitivas y
afectivas que pueden tener un efecto adverso sobre los roles y las relaciones
interpersonales”10
Se pueden observar durante el período de crisis madurativas oscilaciones en el
humor y manifestaciones distintas al comportamiento habitual.
Si el sujeto no logra adaptarse a esta crisis esto daría lugar a una detención en el
desarrollo con la consecuente formación sintomática.
Las crisis situacionales son causadas por un hecho específico, interno o externo
al sujeto, que perturba su equilibrio psicológico. Ejemplos: pérdida del trabajo,
divorcio, muerte de un ser querido, enfermedad, migración, etc.
El sujeto se enfrenta con una experiencia que irrumpe repentinamente.
Las crisis accidentales son ocasionales, infrecuentes e inesperadas, pueden ser
causadas por múltiples pérdidas o cambios profundos del medio ambiente como:
incendios, accidentes nucleares, catástrofes climáticas. Ocasionan un estrés
severo y no ocurren en la vida de todas las personas.
Las crisis accidentales y las situacionales son azarosas, impredecibles, son una
irrupción traumática en la vida del sujeto, lo desorganiza ocasionando que los
mecanismos de defensa que habitualmente utilizaba resulten ineficaces.
Repetimos que el sujeto evoluciona atravesando diferentes crisis, ubicamos
a la vejez dentro de las crisis madurativas y tal cual lo expresamos la enfermedad
conforma una crisis situacional.
Últimas consideraciones de organizaciones internacionales sobre el impacto social
de la enfermedad
Todos los Organismos Internacionales consideran a la enfermedad de Alzheimer como una epidemia internacional. Se estima que 500.000 personas padecen Demencia en Argentina. La proyección de aumento de casos es alarmante. El
10 Fahrer, R. Manual de Psiquiatría, pag 17 Ed.La Prensa Médica Argentina, 2000
número es estimado ya que ante la ausencia de un Plan Nacional, en Argentina no hay estadísticas certeras.
Reviste una situación urgente y necesaria que los gobiernos coloquen como
primordial en su agenda de salud pública la enfermedad de Alzheimer. Así lo dice
la OMS en su comunicación de octubre de 2016: "La demencia es un síndrome
que implica el deterioro de la memoria, el intelecto, el comportamiento y la
capacidad para realizar actividades de la vida diaria, no constituye una
consecuencia normal del envejecimiento. En el mundo entero hay unos 47,5
millones de personas que padecen demencia, y cada año se registran 7,7 millones
de nuevos casos. Es una de las principales causas de discapacidad y
dependencia entre las personas mayores en el mundo entero. Tiene un impacto
físico, psicológico, social y económico en los cuidadores, las familias y la
sociedad. Se prevé que el número total de personas con demencia pase de 75,6
millones en 2030 a 135,5 millones en 2050".
En la Argentina A.L.M.A. (Asociación Lucha contra el Mal de Alzheimer y
Alteraciones Semejantes de la República Argentina) es referente zonal e
internacional. Así lo expresa Elsa Ghio (Presidenta de la Comisión
Directiva)…”caminando en un espacio de cooperación donde el punto de
coincidencia es lograr la mayor calidad de vida posible para los familiares,
cuidadores y las personas con demencia, en encuentros que construyen.
En función de generar el deseado contexto en el que todos los afectados
puedan vivir dignamente su existencia, y al igual que otras Organizaciones de la
Sociedad Civil, además de prestar servicios directos a la comunidad, nuestra
asociación cumple también la misión de aportar a la construcción de lo público,
participando en redes y espacios de concentración intersectoriales e
interinstitucionales, con ideas y soluciones para enfrentar la problemática de las
demencias.
Así transitamos desde encuentros donde se requiere una muy atenta
escucha personal para orientar; al apretar con compresión manos de alguien que
sufre y busca apoyo, hasta la participación en congresos conferencias, charlas y
compromisos institucionales desarrollados en distintos planos de acción…”11
Compartimos las palabras de Sandra Huenchuan, editora del informe de la CEPAL
(Comisión Económica para América Latina y el Caribe) de las Naciones Unidas,
Envejecimiento, personas mayores y Agenda 2030 para el desarrollo sostenible.
Perspectiva regional y de derechos humanos: “A nivel mundial, entre 2015 y 2030
la población de 60 años y más se elevará de 900 millones a más de 1.400 millones
de personas. Ello supone un incremento del 64% en tan solo 15 años, siendo el
grupo de edad que más crece. En términos relativos, el porcentaje de población de
60 años y más pasará del 12,3% en 2015 al 16,4% en 2030. Aunque la situación
11 Revista Anual ALMA. Año 2016 – N 7. Elsa Ghio.
de las regiones es marcadamente distinta, y Europa es y seguirá siendo el
continente más envejecido del mundo, en nuestra región el proceso de
envejecimiento se produce de manera más rápida, pasando de 70 millones de
personas mayores a 119 millones en el mismo período, lo que supone un aumento
del 59%. América Latina y el Caribe se encuentra además en la antesala de un
cambio sin precedentes en su historia: en 2037 la proporción de personas
mayores sobrepasará a la proporción de menores de 15 años. En valores
absolutos, la población de 60 años y más, compuesta en la actualidad por unos 76
millones de personas, tendrá un período de amplio incremento que la llevará a
alcanzar las cifras de 147 millones de personas en 2037 y 264 millones en 2075.
Si bien la región en su conjunto está entrando en una etapa de envejecimiento
acelerado, en la mitad de los países —algunos de los cuales corresponden a los
más pobres— el proceso es incipiente y moderado, y los mayores cambios
ocurrirán de aquí a 2030.
El envejecimiento en nuestra región ocurre en paralelo a la estabilización numérica
de la población, que dejará de crecer alrededor del año 2060. Si bien las
proyecciones aún indican un aumento de la población de unos 730 millones de
personas en 2050, se prevé que hacia el final del siglo XXI se haya reducido a
cerca de 690 millones de personas. A raíz de esta tendencia en la evolución de la
población regional, al terminar el siglo esta representará en el mundo casi la
misma proporción que representaba en la década de 1950 (6,8%), mientras que
en 2030 el 8,4% de la población adulta mayor mundial vivirá en nuestra región.
Más allá de las cifras, lo más inquietante para la región es el escenario en el que
ocurre el envejecimiento poblacional, caracterizado por la desigualdad, la pobreza,
el agotamiento de un modelo de crecimiento económico insostenible, y el avance
del desempleo y del empleo de baja productividad. Frente a ello, la planificación
basada en los escenarios demográficos es más importante que nunca puesto que,
aunque existan variaciones, ofrece un marco que permite la adopción de
decisiones trascendentales para el desarrollo de los pueblos. Desde hace más de
20 años, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha
insistido en que, además de tener en cuenta el crecimiento de la población de
edad avanzada —los llamados baby boomers en los países anglosajones—, hay
que preocuparse de la cohorte que será la encargada de sostener los principales
cambios demográficos a partir de la segunda mitad del presente siglo. Ello,
aunado a otros factores, particularmente aquellos relacionados con las decisiones
económicas y sociales de los Gobiernos, muestran que el cambio de estructura
por edades de la población es uno de los elementos fundamentales para definir y
ahondar en las reformas necesarias para alcanzar el bienestar de los países y sus
ciudadanos. En la agenda internacional, y pese a su importancia, los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM) hicieron caso omiso del envejecimiento y las
personas mayores, concentrándose en otros asuntos relacionados con la
transición demográfica y epidemiológica. Su omisión limitó su inclusión en las
metas e indicadores para medir el éxito de los ODM y, como corolario, el tema fue
excluido de las prioridades de apoyo técnico y financiero de varios fondos y
programas de las Naciones Unidas. Esto influyó en que, durante los primeros 15
años de este siglo, los asuntos de las personas mayores transitaran un camino
distinto, a veces paralelo, con logros importantes referidos a la visibilidad de sus
derechos humanos. Ejemplo de lo anterior fue la aprobación de la Convención
Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas
Mayores en 2015 y su ratificación, hasta ahora por seis países: Argentina, Bolivia
(Estado Plurinacional de), Chile, Costa Rica, El Salvador y Uruguay.
Asimismo, en el ámbito de las Naciones Unidas, la labor del Grupo de Trabajo de
Composición Abierta sobre el Envejecimiento ha permitido dar mayor visibilidad a
las personas mayores en la agenda de desarrollo social y los derechos humanos
en el mundo. Por su parte, en el Consejo de Derechos Humanos, la creación y
vigencia del mandato de la Experta Independiente sobre el disfrute de todos los
derechos humanos por las personas de edad está facilitando el examen de
situaciones en países específicos y un análisis más a fondo de los asuntos de las
personas mayores. En 2015, con la adopción de la Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible, las personas mayores, la edad, o ambas, se incluyeron
explícitamente en algunos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), lo que
sirvió de puerta de entrada para incorporarlas en la implementación de la Agenda
y en el seguimiento de los ODS. Esta incorporación no fue al azar: fueron las
mismas organizaciones de la sociedad civil, que están trabajando en favor de los
derechos humanos de las personas mayores, las que generaron un debate y
propuestas para incluirlas en la Agenda 2030. Su acción permitió que la consigna
de que “nadie se quede atrás” comprendiese a las personas mayores. Los
cambios demográficos tendrán implicaciones para alcanzar los ODS. En
comparación con el resto del mundo, las tendencias demográficas descritas en
este libro también pueden favorecer a la región. La caída de la fecundidad y la
disminución de la relación de dependencia de niños constituyen una oportunidad
inédita para que varios países de la región aprovechen el primer bono
demográfico. Y, en el caso de los países más envejecidos, el segundo bono
demográfico en ciernes crea una nueva coyuntura donde el envejecimiento de la
población se puede transformar en un factor impulsor del desarrollo. En efecto,
teniendo en cuenta que la esperanza de vida aumenta para una cantidad
considerable de personas en edad avanzada, ello puede redundar en un mayor
ahorro durante el ciclo vital —en particular en las edades en que se produce más
que lo que se consume—, para financiar el consumo en la vejez, lo que a su vez
se traduciría en una capacidad superior de inversión productiva y social. Con la
disminución del tamaño de la fuerza laboral, los países tendrían que apoyarse más
en la productividad y en fomentar una mayor participación de grupos específicos
de población en el mercado del trabajo, como las mujeres y los jóvenes.
Asimismo, habría una menor presión para financiar la educación, lo que
representa una oportunidad única para mejorar tanto la enseñanza en todos sus
niveles como la formación en el puesto de trabajo. La reducción del tamaño de la
población más joven (15 a 24 años) facilita el financiamiento de políticas
destinadas a mejorar sus calificaciones, lo que favorece la transición de la escuela
al trabajo, y el aumento de su productividad en el futuro.
La realización del segundo bono demográfico no es automática —al igual que lo
que ocurre con el primer bono–, porque depende, entre otras cosas, de la
inversión en capital humano, el empleo productivo, la educación, la innovación y
los entornos inclusivos. No obstante, la diferencia principal con la utilización del
primer bono demográfico es que las condiciones para que se realice el segundo
son plenamente compatibles con la implementación exitosa de la Agenda 2030.
…Nuestra región necesita dedicar más tiempo a pensar y analizar los temas
relacionados con el envejecimiento y las personas mayores. En las páginas
siguientes se abordan temas que fueron escogidos sobre la base de la experiencia
de trabajo de la CEPAL en los países de la región. Por supuesto, no todos los
temas que hoy se debaten en la agenda regional han sido objeto de análisis, pero
los más importantes están presentes. Uno de ellos es la desigualdad ante la
muerte, la que debe ser visibilizada y constituirse como un asunto público. Aunque
todavía persisten en el mundo posiciones encontradas acerca de la mejor manera
de asegurar la muerte digna desde la perspectiva de derechos humanos, es
preciso valorar los crecientes esfuerzos desplegados en nuestra región por
conceptualizarla como parte de la autonomía y dignidad de las personas mayores.
Para algunas de ellas los cuidados paliativos ayudan a dejar esta vida sin dolor
por medio del acceso a los tratamientos modernos que permiten humanizar la
muerte. Para otras, los cuidados paliativos ofrecen la oportunidad de recuperar la
autonomía, es decir, devuelven la posibilidad de decidir sobre los tratamientos, su
aplicación o no y el derecho a que se respete la voluntad de la persona.
Lamentablemente, ambas dimensiones de los cuidados paliativos continúan
siendo un privilegio y no están asegurados para todos aquellos que no tienen
tiempo para esperar. En definitiva, los contenidos del libro nos invitan a reflexionar
sobre nosotros mismos, sobre la vida que queremos y la sociedad que anhelamos
(más solidaria, más interdependiente, donde nadie sobra) y sobre lo que
podríamos hacer para dar cabida en ella, con toda justicia y en pie de igualdad, a
las personas mayores con total respeto a su autonomía y dignidad.”
Alicia Bárcena Secretaria Ejecutiva Comisión Económica para América Latina y
el Caribe (CEPAL)
Fragmento del prólogo del libro “Envejecimiento, personas mayores y Agenda
2030 para el Desarrollo Sostenible Perspectiva regional y de derechos
humanos”.12
A su vez ADI (Alzheimer’ s Desease International) en su informe anual del 2018
realiza una profunda reflexión. En su prólogo, Paola Barbarino, Consejera
12 SANDRA HUENCHUAN Editora. Naciones Unidas. CEPAL. 2018. ?? http://bit.ly/2LK4rMR
delegada de ADI reflexiona sobre la necesidad de mayor investigación: “…Hemos
tratado de responder varias cuestiones complejas que teníamos en mente en
Alzheimer’s Disease International (ADI). En general, el informe trata de clarificar si
nuestra solicitud de más financiación para la investigación sobre la demencia
sigue siendo relevante y cuánta relevancia tiene. Y verdaderamente lo es: en
comparación con el número de personas que desarrollan demencia, una cada 3
segundos, las cantidades que se dedican a la investigación son minúsculas. Para
empezar no existe suficiente investigación original. El índice global de
publicaciones sobre enfermedades neurodegenerativas en comparación con el
cáncer es de un increíble 1:12. Al mismo tiempo, no hay suficientes personas
participando en la investigación sobre la demencia. Aunque esto se debe a
muchos motivos, no resulta sorprendente, ya que han pasado 40 años sin que se
haya producido ningún avance significativo. En tercer lugar, a pesar de un gran
número de conferencias y ocasiones para el intercambio de información debemos
plantearnos la siguiente pregunta: ¿los investigadores y académicos de verdad
comparten, utilizan y divulgan la información y usan los registros de la mejor
manera posible? ¿Hay suficiente participación de personas de los países de renta
baja y media (PRBM) en el proceso de investigación?
Muchos países carecen de herramientas diagnósticas, no tienen acceso a los
ensayos clínicos y poseen pocos médicos e investigadores especializados, o
ninguno. Cuando existen, es posible que no dispongan de los medios necesarios
para viajar y comunicar sus ideas. ¿Y esto tiene sentido cuando los mayores
aumentos de la demencia se producen en los PRBM? ¿No deberían los gobiernos
de esos países tratar de contribuir a la investigación para beneficio de sus
poblaciones en lugar de depender del liderazgo de otros países, como los Estados
Unidos o el Reino Unido? Algunas de las mejores y más ilustres mentes en la
investigación sobre el Alzheimer y la demencia han sido entrevistadas por la
renombrada periodista Christina Patterson, que ha sufrido de primera mano los
dramáticos efectos de la demencia en su familia. Esperamos que este informe sea
una lectura interesante, tanto para los que trabajan en el sector como para
aquellos que se preguntan qué está ocurriendo en la investigación y por qué no se
está hallando una solución más rápidamente. Eso no quiere decir que la solución
tenga que ser estrictamente científica; la demencia es una enfermedad compleja y
la solución debe ser también política y socioeconómica.
De hecho, la investigación no solo se realiza en laboratorios bajo los microscopios.
En ausencia de una solución médica, necesitamos más investigación e innovación
en lo que respecta al cuidado de las personas con demencia, especialmente en el
hogar, área que crecerá por necesidad y también por ser la opción preferida donde
vivir después del diagnóstico. Se necesitan más análisis, más investigaciones,
más innovaciones y más iniciativas empresariales para hallar soluciones.
En resumen, esperamos que esta sea una lectura interesante, que invite a la
reflexión, tanto si trabaja en el sector como si no, y agradecemos a todos los
participantes el tiempo que nos han dedicado para aportar sus enormes
conocimientos a este informe. Nuestra esperanza, al igual que ocurre con todo lo
que hacemos, es que aumente la concienciación sobre la enfermedad de
Alzheimer y la demencia, y se inicie un debate que anime a más gobiernos a
dedicar fondos y a centrarse en ayudar a las personas con demencia y sus
familias a vivir unas vidas mejores. ADI propone que, a nivel nacional, un 1 % de
los costes sociales de la demencia debería destinarse a financiar la investigación
en: ciencia básica, mejoras del cuidado, prevención y reducción de riesgos,
desarrollo de medicamentos y salud pública. Sin una inversión considerable en
estas áreas de la investigación sobre la demencia no podremos adentrarnos en
nuevas fronteras.” 13
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Podrán descargar de nuestra aula virtual:
- Informe CEPAL, Naciones Unidas
- Informe ADI 2018.
Hasta la próxima Colegas.
Valeria Casal Passion.
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13 Paola Barbarino Consejera delegada de Alzheimer’s Disease International. Informe ADI 2018.
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