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El Bien-Te-Veo VOLUMEN XIX - NÚMERO I - EDICION ESPECIAL
REVISTA OFICIAL DE LA SOCIEDAD ORNITOLOGICA PUERTORRIQUE ÑA, INC .
Simposio de Ornitología Simposio de Ornitología
José A. Colón LópezJosé A. Colón López
©Al-©Alcides Morales
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El Bien-Te-Veo
¡Sé Parte de SOPI!
www.avesdepuertorico.org
Publicacio n trimestral de la Sociedad
Ornitolo gica Puertorriquen a, Inc.
Editores
Adele Mouakad
Jose A. Colo n Lo pez
Sergio A. Colo n Lo pez
Rau l Pe rez Rivera
Editor Gráfico
Gabriel Lugo
======================
Junta SOPI
-Presidente-
Israel Guzma n
-Vicepresidente-
Javier Biaggi
-Tesorero-
Pedro W. Santana
-Secretaria-
Ivelisse Crespo
-Vocales-
Nathaniel Gonza lez
Julio Salgado
Adele Mouakad
=====================
-Web Master-
Gabriel Lugo
La Sociedad Ornitolo gica Puertorriquen a, Inc. (SOPI, es una organiza-
cio n sin fines de lucro dedicada al estudio, conservacio n y aprecia-
cio n de las aves en Puerto Rico. Establecida en 1995, la Sociedad es
reconocida como un recurso objetivo e independiente en asuntos re-
lacionados a la avifauna puertorriquen a.
Misión SOPI
La Sociedad Ornitolo gica Puertorriquen a Inc. (SOPI) promovera la
preservacio n, conservacio n, restauracio n y manejo sostenible de lu-
gares de importancia para las aves en Puerto Rico mediante el estí -
mulo al estudio, la apreciacio n y la proteccio n de las aves, aportando
alternativas de cara cter te cnico y cientí fico para aquellas acciones
que puedan tener un impacto significativo en las aves.
Visión SOPI
La Sociedad Ornitolo gica Puertorriquen a Inc. (SOPI) sera reconocida
como la entidad no gubernamental lí der y portavoz esencial de la
conservacio n, el manejo y todo asunto relacionado a las aves en Puer-
to Rico. Como organizacio n vital en pro de la conservacio n del am-
biente, la SOPI basara sus opiniones en la mejor evidencia cientí fica
disponible y participara activamente liderando esfuerzos para crear
conciencia de la necesidad de proteger, restaurar y manejar las a reas
de gran importancia para las aves.
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El Bien-Te-Veo V O L U M E N X I X - N Ú M E R O I - E D I C I O N E S P E C I A L
En esta edición de
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©Ernesto Burgos Pág 18Pág 18
©Gabriel Lugo
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MENSAJE DEL PRESIDENTE MENSAJE DEL PRESIDENTE P 3P 3
ENFOCANDO ENFOCANDO
José A. Colón López P 5José A. Colón López P 5
SIMPOSIO DE ORNITOLOGÍASIMPOSIO DE ORNITOLOGÍA
La Biota P 8La Biota P 8
El Cepillo de Botella P9El Cepillo de Botella P9
Dispersión de Semillas P11Dispersión de Semillas P11
Fenología de Árboles P12Fenología de Árboles P12
Paloma Sabanera P14Paloma Sabanera P14
Paloma Turca P16Paloma Turca P16
Reinita de Bosque Enano P18Reinita de Bosque Enano P18
Salinas de Cabo Rojo P20Salinas de Cabo Rojo P20
Bosque de Guajataca P22Bosque de Guajataca P22
Pág 9Pág 9
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Israel Guzma n—[email protected]
Mensaje del Presidente
Como saben muchos de ustedes, recientemente el cuerpo directi-
vo de mayor jerarquí a de esta organizacio n me ha asignado la
responsabilidad de dirigir los trabajos de la Junta.
El honor de poder saludarlos desde este foro me ha hecho refle-
xionar sobre la razo n por la que llegue a SOPI hace ya ma s de diez
an os. Para mí , que aspiraba a practicar el arte de la talla en ma-
dera de aves, era importante conocerlas de una manera ma s í nti-
ma. No bastaba solo con saber de que color se verí a mi modelo
sino que era necesario saber co mo se moví a, cua les eran sus ha -
bitos, que comí a, y conocer su relacio n con el ecosistema al que pertenecí a.
Co mo hacerlo fue un proceso que envolvio a varios protagonistas: mi profesor de talla, Javier Bravo, Don Virgi-
lio Biaggi por via de su libro Las aves de Puerto Rico; y por u ltimo, una visita a pajarear al Bosque Cambalache
dirigida por Frank Gonza lez, presidente en aquel momento, y guiada por Sergio Colo n. Esto me llevarí a even-
tualmente a conocer a Jose Colo n durante una visita al Bosque de Maricao.
Dema s esta decir que para los que nos iniciamos en el pajareo es casi imposible conocer a Sergio Colo n sin que
esto nos haya llevado a conocer a Jose Colo n.
Conocer a Jose Colo n, una vez te has iniciado en SOPI, es como encontrar a esa ave que tienes en turno para tu
lista de vida. Es un proceso tan natural como el aprendizaje de los polluelos en una bandada. Este “anciano ver-
de de Ciales”, este hombre que simplemente es “ ambientalista porque respira” es el motor ma s capaz que haya
tenido el movimiento conservacionista en Puerto Rico.
Por sus luchas, sus logros y, sobre todo, su desinteresada pasio n por transmitir su conocimiento a todo el que
se le acerca se llevo a cabo el primer Simposio Jose Colo n, una iniciativa del Dr. Rau l Pe rez y otros amigos que
han sido impactados de una u otra forma por la sabidurí a y consejos de Jose .
Los invito a disfrutar de esta edicio n especial del Bienteveo donde tendra n la oportunidad de conocer a Jose
Colo n a trave s de las disertaciones de colegas que tuvieron a bien participar de este evento en celebracio n de la
magní fica aportacio n de Jose , a lo largo de su vida, al conocimiento de nuestra avifauna.
Israel Guzma n
Presidente Junta SOPI
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Jose Antonio Colo n Lo pez, mejor conocido por Jose , a veces tambie n por Goyo, ha sido un propulsor incansable
de la observacio n, conservacio n, y estudio de las aves de Puerto Rico.
No sabemos bien co mo fue que se intereso por la aves, pero algo tuvo que ver que se crio en los campos de Ba-
rranquitas, y que estudio biologí a
y ecologí a a principios de los 60,
una e poca cuando ese campo em-
pezaba a ganar relevancia. Inter-
nacionalmente arrancaba el mo-
vimiento ambiental, y en Puerto
Rico eso a penas se sabí a lo que
era.
Si Jose es inquieto a los 69 an os,
imagí nense a los veinte! No me lo
imagino, como no me lo imagino
sin su legendaria barba. Le dio
esa bienaventurada maní a de ha-
cer de la conservacio n su estilo de
vida. Y de así promoverla. Vivien-
do dando ejemplo y adelanta ndo-
se a sus tiempos.
Los que lo conocen y han visto
saben que es un hombre de mu-
chos talentos, que se ha puesto
muchos sombreros… y eso de los sombreros es tanto literal como figurado.
Entre sus mayores contribuciones se destaca:
Fundo la Fundacio n Puertorriquen a de conservacio n junto a Hilda Dí az Soltero, Jose Vivaldi, y Jaime Collazo. En
ese proceso, fue el que identifico – y promovio arduamente– para que se reconociera a las salinas de Cabo Rojo
como un lugar importante para las aves y se protegiera. Por ma s de una de cada colaboro en el estudio de aves
limí colas (o playeras) ahí en Cabo Rojo, junto a Jaime Collazo, Bryan Harrington, y otros ornito logos y muchí si-
mos voluntarios. Yo lo conocí en esa e poca y participe en esos proyec-
tos siendo un mocoso de 13 an os. Esos estudios demostraron la impor-
tancia que tiene las salinas a escala hemisfe rica para aves migratorias,
cosa que facilito la creacio n de la reserva. Y au n, Jose es el que ha esta-
do ahí machaca que machaca haciendo censos de aves playeras, por
ma s de 30 an os sin parar, de forma mensual.
El 16 de abril de 1981 por su iniciativa llevo a la recie n inaugurada se-
cretaria de Recursos Naturales, Hilda Dí az Soltero, a ver las lagunas
que se habí an formado en Humacao cuando se dan aron las bombas
que drenaban lo que era una cie naga natural, pero que na-
die conocí a porque llevaban tanto tiempo secas que se ha-
Tomás A. Carlo
José A. Colón López
©Toma s A. Carlo
©Toma s A. Carlo
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Continuación
José A. Colón López bí a olvidado que estaban ahí . Por y a partir de ese viaje, Hilda comienza una lucha para cambiar la posicio n ofi-
cial del gobierno ante una demanda desarrollista federal para mantener esas lagunas secas.
Temprano en los an os 80, Jose participa como perito en biodiversidad en los primero estudios que se hacen en
el Can o Tiburones. Esta es una historia similar a la de las lagunas de Humacao: el cuerpo de ingenieros de los
Estados Unidos se dedicaba desde principios del siglo XX a drenar nuestras cie nagas de agua dulce. Dicho sea
de paso, todaví a nos quedan dos o tres por rehabilitar: la laguna de Gua nica y la laguna del Anegado. Pero la
proteccio n del Can o Tiburones fue un poco ma s difí cil y tardo ma s. Necesito de un movimiento comunitario pa-
ra lograrlo. Y Jose juega un papel importante en el proceso que culmina con la creacio n de la reserva del Can o
Tiburones.
Jose es fundador junto a Abel Vale y otros, de
Ciudadanos del Karso. Una ONG que ha librado
y sigue dando candela en importantes batallas
ambientales. CDK ha protegido centenares de
cuerdas de bosques de Karso hu medo, y que
sigue batallando para que se protejan nuestra
zona de mogotes y sus bosques. Esa lucha es
tanto por la biodiversidad como por los acuí fe-
ros que se encuentran allí .
Jose fue socio fundador de la Sociedad Ornito-
lo gica de PR. La primera reunio n se da en su
casa. Luego es esa sociedad que da pie a que
se funde la Sociedad Ornitolo gica del Caribe.
Tambie n fue uno de sus fundadores.
Jose es nuestro primer gran foto grafo de naturaleza. Son las fotos de Jose las que empiezan a mostrarnos por
primera vez nuestras especies de plantas y animales. Jose es un artista. El legado fotogra fico de Jose no tiene
precio, tanto visual como por su documentacio n histo rica (es por la antigu edad). Incluye especies ya extintas
como el coquí dorado – y dicho sea de paso – las mejores fotos de ese animalito las tomo el. Ojala y aparezca un
dí a otra vez. Mientras tanto, vive en las fotos de Jose .
En resumidas Jose ha sido un eslabo n fundamental esencial y extraordinario para lograr la conservacio n en
Puerto Rico.
Es fundador y sacerdote de la Iglesia Panteí sta “Defensores de la Creacio n”. Nos recuerda que si se ha de creer
en Dios, entonces hay que creer en la naturaleza como creadora.
Mentor de muchos. Yo no serí a lo que hoy si no te hubiese conocido Jose .
Y bueno, la lista es larga que larga.
Para ir cerrando quiero decir las siguientes rimas para Jose :
Viejo Guaraguao
Tu cuchillo y machete siempre amolaos
Igual que tu palabra
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José A. Colón López Continuación
Eres un aguzao
Por ti todo esto esta aceitao (con aceite sinte tico)
Un quijote de la nobleza
De la e tica
La mano a todos nos tendiste
Nos ensen aste como se agarra el martillo
Los binoculares siempre al cuello
Constante como el aire
Presente-presente
A tiempo
Madrugando
Andando
Nos guiaste
Cueste lo que costase
No escatimaste
Nos lo regalaste
Nos lo prestaste
Nos lo arreglaste,
Y no lo cobraste
¡Gracias Jose !
©Toma s A. Carlo
©Toma s A. Carlo
©Alcides Morales
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El nu mero de especies introducidas en Puerto Rico ha aumentado significativamente desde los an os 60, princi-palmente por la intensidad de actividad humana y los cambios en cobertura de la Isla. El nu mero de especies en los grupos principales de plantas y animales es mayor hoy a lo que fue histo ricamente debido a las introduc-ciones de especies por el ser humano, la naturalizacio n de las especies introducidas y la baja tasa de extincio-nes que han ocurrido en Puerto Rico. Hoy, el 75 por ciento de los bosques de la Isla contienen especies de a r-boles introducidas y si se incluyen los animales es posible que ningu n bosque en Puerto Rico tenga una biota enteramente nativa, incluso los bosques primarios de El Yunque donde abejas, mamí feros y lombrices introdu-cidos forman parte de la biota.
Como la presencia del ser humano no va a disminuir en el futuro cercano, es necesario adaptar los enfoques de conservacio n si es que queremos mantener todos los ecosistemas de Puerto Rico y los servicios ecolo gicos que derivamos de ellos. Un nuevo paradigma de conservacio n considera todas las tierras y todos los organismos. No se debe limitar la conservacio n solamente a las a reas protegidas y las especies ende micas o en peligro de extincio n.
Lo extraordinario del proceso de cambio en los ecosistemas que observamos en Puerto Rico es su adaptacio n y respuesta a la presencia del ser humano. Los ecosistemas que tenemos hoy evolucionaron naturalmente ante los efectos de las actividades antropoge nicas y ameritan su conservacio n. La Isla y el planeta esta n sujetos a cambios ambientales sin precedente y nuestras herramientas principales para manejar el cambio ambiental son: la resiliencia de los ecosistemas, la auto-organizacio n de la biota, la creatividad y teso n de la gente y el en-tendimiento cientí fico. Ya nuestros ecosistemas han demostrado los primeros dos y Jose Colo n a traves de su vida, el tercero. Nos queda el entendimiento cientí fico como la base de nuestras acciones. Como Jose siempre ha tenido curiosidad cientí fica y ha dedicado mucho esfuerzo a la investigacio n, presento a continuacio n algu-nos asuntos fundamentales que ameritan investigacio n para asegurar que la conservacio n en Puerto Rico este so lidamente fundamentada en el conocimiento de la realidad natural de la Isla.
Build it and they will come: La idea de que cuando se establece un nuevo ha bitat u oportunidad ecolo gica, las especies se auto-organizan, colonizan el ha bitat o toman ventaja de la oportunidad ecolo gica. Las 19 especies naturalizadas de graní voros en Puerto Rico es un ejemplo del aprovechamiento del establecimiento de pastiza-les en el paí s.
Adaptacio n ra pida versus trampas de la evolucio n: La abundancia de especies en las ciudades se atribuye a su adaptacio n o a que quedan atrapadas en un ha bitat novel. ¿Cua l es la realidad?
La erradicacio n versus la conservacio n de especies naturalizadas: Algunos abogan por eliminar especies no na-tivas, otros como yo, a conservarlas. ¿Co mo justificamos una u otra alternativa?
La calidad del ha bitat versus la deuda de extincio n: La abundancia de fauna en las zonas urbanas, ¿responde a la calidad del ha bitat o esta n en proceso de extincio n?
Invasio n de comunidades versus generadores de comunidades: La abundancia de especies naturalizadas en el entorno del paí s, ¿se debe a invasiones de especies o al desarrollo de nuevas comunidades de organismos?
Posicio n tro fica versus los resultados de las introducciones: ¿Afecta la posicio n tro fica de una especie su e xito al incorporarse a un ambiente novel? ¿Hace diferencia si es carní voro, herbí voro o planta?
La homogenizacio n versus la diversificacio n de ha bitat: El ser humano, ¿homogeniza o diversifica el entorno?
La hipo tesis del follaje apetecible versus la hipo tesis de la falta de depredadores: cuando se introduce un ave a un nuevo entorno, ¿Co mo afecta lo apetecible de los alimentos disponibles vs el hecho de que no tenga depre-dadores en el nuevo ecosistema?
Quiza s otra generacio n de bio logos pueda dilucidar estos asuntos y mover la conservacio n hacia una nueva era libre de prejuicios infundados que se originan en la falta de conocimiento.
Ariel E. Lugo—Instituto Internacional de Dasonomí a Tropical USDA Forest Service, Rio Piedras, PR
El CONTEXTO EN EL CUAL SE CONSERVA LA BIOTA HA CAMBIADO DESDE QUE
JOSÉ COLÓN COMENZÓ SU CARRERA
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Continuación
El CONTEXTO EN EL CUAL SE CONSERVA LA BIOTA HA CAMBIADO DESDE QUE JOSÉ COLÓN
COMENZÓ SU CARRERA
Agradecimientos
Este artí culo se redacto en colaboracio n con la Universidad de Puerto Rico. Reconocemos la cooperacio n de Mildred Alayo n y Maribelí s Santiago quienes mejoraron el documento final.
Literatura Recomendada
Lugo, A.E., T.A. Carlo, and J.M. Wunderle Jr. 2013. Natural mixing of species: novel plant-animal communities on Caribbean Islands. Animal Conservation 15:233-241.
Beltra n, W. and J.M. Wunderle Jr. 2013. Determinants of tree species preference for foraging by insectivorous birds in a novel Prosopis-Leucaena woodland in Puerto Rico: the role of foliage palatability. Biodiversity Con-servation 22:2071-2089
Marie A. Rodrí guez Marrero y Rau l A. Pe rez-Rivera - Departamento de Biologí a, Universidad de Puerto Rico-Humacao - [email protected]
La Importancia del Exótico Australiano Cepillo de botella rojo
(Callistemon citrinus - Myrtaceae) para las Aves de Puerto Rico El Cepillo de botella rojo (Callistemon citrinus) es un
arbusto o a rbol pequen o ende mico de Australia. Esta
planta es fa cil de propagar, requiere poco manteni-
miento, tiene amplios lí mites de tolerancia y sus flo-
res son preciosas. Por lo tanto, se ha utilizado como
ornamental en distintas partes el mundo, particular-
mente en ha bitats urbanos. En a reas urbanas de
Puerto Rico, se ha sembrado mucha vegetacio n exo ti-
ca, y sus criterios de seleccio n esta n basados en el
precio de la vegetacio n, el cuidado que necesiten, sus
atributos como ornamento y si sus frutos se pueden
consumir. En campus universitarios, los criterios
principales parecen ser el este tico, particularmente,
que la vegetacio n produzca flores a trave s del an o y
sombra, para que podamos sentarnos bajo su cobertura. En la gran mayorí a de los entornos urbanos, no se to-
ma en consideracio n el valor que tenga la vegetacio n para la vida silvestre, en particular las aves. En Puerto
Rico, se han hecho muy pocos estudios sobre el valor de la vegetacio n como recurso para las aves. En el 1972
Leck, estudio las aves que utilizaban el Yagrumo hembra (Cecropia peltata). En el 1980 Cruz trabajo las aves
que hací an uso del Yagrumo hembra y del Jagu ey blanco(Ficus laevigata). Por su parte Carlo, Collazo y Groom
en el 2003 y en el 2004, estudiaron las especies principales de plantas que utilizaron algunas de especies de
aves en lugares forestados y adema s las especies principales que producen sombra en los cafetales, respectiva-
mente. El uso que nuestras aves le dan a las especies exo ticas, ha sido, au n, menos estudiado. En el
2000, Pe rez-Rivera estudio el uso que le daban las aves urbanas al muy conocido y popular Cruz
de Malta (Ixora coccinea). Sin embargo, no conocemos ningu n estudio en Puerto Rico, sobre plantas
10
La Importancia del Exótico Australiano Cepillo de botella Continuación
que su principal recurso, para las aves, sea el ne ctar como lo es el caso del Cepillo de botella rojo.
Los objetivos de este trabajo fueron: a) producir
un listado de las aves que utilizan diferentes recur-
sos en el Cepillo de Botella, b) determinar cua les
de las aves que residen en el campus de la UPR-
Humacao utilizan la planta, c) describir los patro-
nes de conductas exhibidos por las aves que utili-
zaron la planta y d) determinar la relacio n entre la
fenologí a de la planta y los patrones de conductas
exhibidos por las aves.
El estudio se llevo a cabo en Carolina, Caguas y
principalmente en el campus de la UPR-Humacao.
El pueblo de Humacao esta localizado en la regio n geogra fica que se conoce como parte de los valles costaneros
del este de Puerto Rico (18°8’57.59’’N, 65°50’18.29’’W). El a rea es principalmente llana y presenta alturas me-
nores a 328 pies sobre el nivel del mar. La precipitacio n promedio y la temperatura es de 80 pulgadas y 25.6°C,
respectivamente. El campus de la UPR-Humacao, tiene unos 40 an os de establecido y previamente era una fin-
ca en donde se sembro can a de azu car. Aunque hay un pedacito de bosque secundario, en la parte posterior del
recinto, en el resto de este se han sembrado unas 50 especies de plantas, la mayorí a exo ticos.
Las observaciones se llevaron a cabo de 7:30am y 4:30pm en lapsos de al menos una hora, de 2-3 veces a la se-
mana. Se utilizaron binoculares para la observacio n de las aves. Se utilizo el me todo de Fournier (1974) para
estudiar la fenologí a de la planta. Para el ana lisis estadí stico, se utilizo el programa Statixtix 1.0 Copyright c
1996, Analytical Software (‘Spearman Rank correlation’) para establecer una relacio n entre la entre la fenolo-
gí a de la planta y las conductas exhibidas por las aves.
Observamos 22 especies de aves utilizando diferentes recursos del Cepillo de botella, de las cuales 20 son resi-
dentes y dos migratorias. Los paseriformes fue el grupo que ma s utilizo los recursos en la planta (14 especies),
siguie ndole los Columbiformes (cuatro especies) y los troquí lidos (cuatro especies). Catorce especies utilizaron
el a rbol para libar ne ctar de las flores (61%), 14 para posarse y acicalarse (61%), 12 para descansar (54.5%),
ocho para alimentarse de los insectos en la planta (36%), cinco para anidar (22%) y una para ingerir frutas y
semillas (4.5%). El ave que mayor uso le dio a la planta lo fue la To rtola aliblanca (Zenaida asiática), seguida de
la Reinita comu n (Coereba flavoela), el Mozambique (Quiscalus niger) y el Pitirre (Tyrannus dominicensis, res-
pectivamente. De las 33 especies de aves informadas para el campus de la UPR-Humacao, 12 (36%) se observa-
ron utilizando los recursos del arbusto. La mayorí a de las aves se observaron libando ne ctar (44.4%), y en se-
gundo lugar quedo el percharse y descansar sobre esta (37.8 % n=1317). Se observaron aves alimenta ndose de
ne ctar, descansando y acicala ndose en la planta durante todo el an o pero principalmente durante los meses de
marzo a mayo. Encontramos una correlacio n directa entre la floracio n y la ingesta de ne ctar, la floracio n y el
descanso y la floracio n y el acicalamiento. La Reinita fue el ave que principalmente utilizo el Cepillo
de Botella, para libar el ne ctar de sus flores, seguida de los zumbadores. Abril fue el mes con mayor
frecuencia en el uso de ne ctar y diciembre, el menor. En Humacao, solamente la Reinita y la To rtola
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La Importancia del Exótico Australiano Cepillo de botella Continuación
aliblanca utilizaron la planta para anidar. Sin embargo en Ca-
guas, la planta fue utilizada por la To rtola cardosantera (Zenaida
aurita), la Rolita (Columbina passerina) y el Chamorro Prieto
(Tiaris bicolor). Adema s la Paloma turca (Patagioenas squamo-
sa), arranca ramitas del Cepillo de botella, para construir su nido
en otros a rboles. En Humacao no se observaron aves utilizando
el ave para pernoctar. Sin embargo en Caguas, la Reinita, la To r-
tola cardosantera y la Rolita, pernoctaron en el Cepillo de bote-
lla.
El Cepillo de botella rojo, es sin lugar a dudas, de gran utilidad
para las aves urbanas, especialmente para el grupo de las palo-
mas y las nectí voras.
©Kitty Aponte
La dispersio n de semillas es un proceso que regula de forma importante la regeneracio n de bosques en zonas
deforestadas. Hoy dí a, ma s del 60% de los bosques tropicales en el mundo son bosques que han crecido de for-
ma natural en lugares previamente deforestados. Dichos bosques cobran una importancia tremenda al conser-
var y proveer agua potable, y para conservar y sostener poblaciones de innumerables especies de flora y fau-
na. Sin embargo, los procesos, como la dispersio n de semillas, que ensamblan los bosques desde un principio,
no son conocidos. Particularmente desconocido es el papel que juegan las aves como dispersoras de semillas a
zonas deforestadas, y la relacio n entre ese proceso y el establecimiento inicial de vegetacio n len osa. Con el fin
de elucidar el rol de las aves en la regeneracio n, realizamos un estudio de dos an os (2010-2012) en la finca
Montan a de la UPR-Mayagu ez en Aguadilla, Puerto Rico. Construimos diez parcelas experimentales en pastiza-
les. En ellas medimos la actividad de la comunidad de aves, la dispersio n de semillas, y el resultante estableci-
miento y desarrollo de las plantas. Para ver el efecto de las aves, en unas parcelas excluimos las aves usando
redes, mientras que en otras usamos perchas para atraer las aves. Encontramos que en un periodo de dos an os
las aves dispersaron el 70% de todas las especies de planta en la finca Montan a, de las cuales la mayorí a son
a rboles. Ma s del 50% de todas las semillas de las plantas dispersadas por las aves lograron establecerse en las
parcelas experimentales. Al cabo de dos an os, las parcelas con aves mostraban bosques incipientes dominados
por plantas len osas de una diversidad similar a la de los bosques aledan os, mientras que las parcelas en donde
se excluyo experimentalmente a las aves au n mostraban comunidades de plantas herba ceas. Este estudio
muestra que las aves son clave para acelerar la regeneracio n boscosa en Puerto Rico, así como para construir y
mantener comunidades de plantas ma s diversas.
Tomás A. Carlo
La importancia de la dispersión de semillas por aves en la
regeneración de bosques en Puerto Rico
12
Odalys J. Torres-Luquis, Raúl Pérez-Rivera y Marcos J. Ramos – Departamento de Biología,
Universidad de Puerto Rico-Humacao – [email protected]
Fenología de especies de árboles comunes en el Recinto de la UPR-
Humacao y su importancia para aves residentes
Fenologí a es el estudio de eventos, tales como la floracio n y produccio n de frutos, que se produce en la vegeta-
cio n a lo largo del an o (van Schaik et al. 1993). Adema s de arbustos, helechos y bromelias, existen alrededor de
50 especies de a rboles plantados en el campus de la UPR-Humacao. La mayorí a de estos a rboles producen ali-
mentos, refugio y lugar apropiado para la anidacio n, de unas 20 especies de aves. (Pe rez-Rivera, sin publicar).
Se estudio la floracio n y produccio n de frutos de 295 individuos, pertenecientes a 21 familias y 38 especies de
a rboles para compararlos con el consumo de aves y su reproduccio n. Los objetivos de este trabajo fueron: a)
determinar los patrones de floracio n y fructificacio n de 38 especies de a rboles, b) asociar la floracio n y la pro-
duccio n de frutos con el patro n de precipitacio n, y c) asociar los altos rendimientos de floracio n y fructificacio n
con los usos por parte de las aves.
El estudio se llevo a cabo en el campus de la UPR-
Humacao. El pueblo de Humacao esta localizado en
la regio n geogra fica que se conoce como parte de
los valles costaneros del este de Puerto Rico (18°
8’57.59”N, 65°50’18.29”W). El a rea es principal-
mente llana y presenta alturas menores a 328 pies
sobre el nivel del mar. La precipitacio n promedio y
la temperatura es de 80 pulgadas y 25.6°C, respec-
tivamente. El campus, tiene unos 40 an os de esta-
blecido y previamente era una finca en donde se
sembro can a de azu car. Aunque hay un pedacito de
bosque secundario, en la parte posterior del recin-
to, en el resto de este se han sembrado unas 50 es-
pecies de plantas, la mayorí a exo ticas.
Se realizaron observaciones semanales de los 295 individuos para determinar las proporciones de flores y/o
frutos que producí an. Como parte de los materiales y me todos, se crearon tablas mensuales que estaban dividi-
das segu n las semanas del mes, y las secciones de ubicacio n. En estas tablas los datos recolectados fueron anali-
zados segu n la escala de cinco puntos establecida por Fournier (1974), la cual se basa en las siguientes propor-
ciones: 1) cero—ausencia de la caracterí stica estudiada (ej. flores o frutos), 2)uno—presencia de las caracterí s-
ticas con un rango de 1-25%, 3) dos—presencia de las caracterí sticas con un rango de 26-50%, 4) tres—
presencia de las caracterí sticas con un rango de 51-75%, y 5) cuatro—presencia de las caracterí sticas con un
rango de 76-100%.
Para producir las gra ficas se utilizo la fenologí a total de todas las especies, clasificadas por el me todo de la mo-
da, que es el valor que tiene mayor frecuencia absoluta.
De las 38 especies estudiadas: cuatro produjeron flores (Conocarpus erectus, Ixora coccinea, Lagers-
Ylan-ylan
©Adele Mouakad
13
Continuación
Fenología de especies de árboles comunes en el Recinto de la UPR-Humacao y su
importancia para aves residentes
troemia speciosa y Thespesia grandiflora) y ocho
produjeron frutos (Bauhinia monandra, Calliste-
mon citrinus, Cananga odorata, Casuarina equi-
setifolia, Conocarpus erectus, Delonix regia, Ter-
minallia Catappa y Thespesia populnea) en cada
mes. El mayor rendimiento de flores fue produ-
cido por Bauhinia monandra, Lagerstroemia spe-
ciosa y Bougainvillea glabra. El mayor rendi-
miento de frutos fue producido por Bauhinia
variegata, Bougainvillea glabra, Callistemon ci-
trinus, Chrysalidocarpus lutescens, Delonix regia,
Ficus microcarpa, Pterocarpus indicus, Termina-
lia catappa y Thespesia populnea. La mayorí a de
las plantas produjeron flores y/o frutos durante
octubre o despue s de la temporada de huracanes, correlacionando el aumento de precipitacio n con las propor-
ciones ma s altas de flores y frutos. La Cruz de Malta (Ixora coccinea) que es utilizada por 17 especies de aves
urbanas, y el Cepillo de botella rojo (Callistemon citrinus) que es usado por ma s de 20 especies de aves, y es
gran importancia para las aves nectí voras, no produjeron un alto rendimiento de flores durante el periodo de
estudio. Sin embargo, el ne ctar de las plantas fue utilizado por colibrí es (Eulampis holosericeus y Anthracotho-
rax dominicus) y la Reinita comu n (Coereba flaveola). A pesar de que Ixora coccinea no tuvo un alto rendimiento
de flores o frutos, en comparacio n con las otras especies, fue utilizado en gran medida debido a que produce
flores y frutos todo el an o, incluso durante la estacio n seca, cuando la mayorí a de las plantas no esta n produ-
ciendo alimento para las aves. El ne ctar del Cedro blanco
(Tabebuia heterophylla) fue utilizado por los colibrí es y la
reinita cuando producí a un alto rendimiento (rango de 4).
Las semillas del cedro fueron consumidas por colu mbidos,
como la To rtola aliblanca (Zenaida asiatica) y la Tortola car-
dosantera (Zenaida aurita). De las 24 especies que esta n in-
formadas como que usan los recursos de la Palma real
(Roystonea borinquena), al menos 12 consumieron ne ctar o
frutas. El anidamiento de Eulampis correlaciono con el alto
rendimiento de las flores. En el mes de octubre se encontra-
ron cinco nidos de la especie y dicho mes fue el de mayor
produccio n de flores.
El mayor rendimiento de flores fue producido por 3 (8%) de las especies de plantas y el mayor rendimiento de
frutos fue producido por 9(24%) de estas (n=38). Hubo una correlacio n positiva entre la lluvia y la floracio n.
La vegetacio n del campus de la UPR-Humacao, parece producir flores, frutos y otros recursos (ej. insectos en
las plantas) para mantener, permanentemente, 2/3 partes de las aves informadas para el campus.
web/Adele Mouakad
web/Adele Mouakad
14
La Paloma sabanera de
Puerto Rico(Patagioenas
inornata wetmorei) es una
subespecie ende mica, que
desde su re-descubrimiento
en el 1963, se le ha conside-
rado una especie en peligro
de extincio n. Sus bajos nu -
meros poblacionales propi-
ciaron, en la de cada del
1980, un programa de pro-
pagacio n en cautiverio que
produjo ma s de 125 indivi-
duos. En la de cada del 1990,
comenzaron una serie de
liberaciones experimentales,
con el objetivo de desarro-
llar la mejor metodologí a
para establecer poblaciones adicionales de sabaneras fuera de la parte central de la Isla.
Los primeros tres grupos de aves se liberaron en Cidra, lugar con grandes pastizales y ae reas abiertas y otros
dos en el Bosque de Carite, que es un bosque secundario de unos 70 an os y particularmente con ha bitat cerra-
do. Se construyeron protocolos para seleccionar las aves a liberarse, para el cuidado de las aves en las jaulas de
liberacio n y las condiciones del ha bitat para liberar las aves. Las condiciones de las aves a liberarse incluí an
que estas nunca se hubieran enfermado, que hubieran sido criados por otras sabaneras, que fueran aves fuertes
y alertas, y que pudieran hacer una ra pida transicio n entre comida compactada y comida natural a encontrarse
en el estado silvestre. En las jaulas de liberacio n (30 x 20 x 8 pies de alto) se seleccionarí an aves, que aprendie-
ran ra pidamente a comer de ramas con frutos, que no perdieran ma s del 10% de su peso, que su estado de sa-
lud fuera excelente y que su plumaje se mantuviera en buenas condiciones al final de seis semanas de acondi-
cionamiento. Las condiciones del lugar a liberar aves, incluí an, que el ha bitat fuera apropiado para la especie,
que al momento de liberarlas hubiera suficiente alimento en este, y que hubiera una buena probabilidad de que
las aves liberadas encontraran a miembros silvestres de su propia especie. A las aves a ser liberadas se les colo-
co un radiotransmisor de 7gms, colocado en un arne s de pla stico y cerrado con hilo dental, para que en aproxi-
madamente cuatro meses, el hilo se rompiera y las aves se pudieran liberar del aparato.
El primer grupo consistio de 8 individuos criados por sus propios padres, cuya edad fluctuaba entre 2-3 an os, y
el 50% sobrevivio al menos por 3 meses; dos de las aves, aparentemente se aparearon con individuos silves-
tres. Otras dos palomas fueron presa de Guaraguaos (Buteo jamaicensis) y dos fueron cazadas fur-
tivamente. Del segundo grupo de 18 individuos colocados en la jaula de acondicionamiento, se pu-
Pe rez-Rivera - Dept. de Biologí a, Universidad de Puerto Rico-Humacao - [email protected]
Errores, al liberar al estado silvestre, Palomas sabaneras de Puerto
Rico (Patagioenas inornata wetmorei) criadas en cautiverio
15
dieron liberar 15 de los cuales, 6 fueron criados a mano y dos por nodrizas. De estos 5 se movieron fuera del
alcance del receptor, 7 fueron cazadas o
depredadas y tres fueron capturadas en
el patio de residencias. En tres semanas
no quedo una paloma en el a rea, que fue-
ra detectada por el recibidor. Para este
grupo no se siguio el protocolo construi-
do, y se liberaron las aves a las 4 sema-
nas (en vez de en seis), se liberaron aves
mansas que habí an perdido ma s del 15%
de su peso y cuando no habí a suficiente
comida en el estado silvestre. El tercer
grupo consistio de 8 individuos criados
por sabaneras y dos por nodrizas
(palomas collarinas). De este grupo ocho
murieron depredadas o cazados, una se
salio fuera del a rea de recepcio n y tan
solo una sobrevivio . Tampoco se siguio el protocolo y se liberaron aves mansas, a las 4 semanas, de las cuales
dos tení an el plumaje en malas condiciones. Este grupo no se alimento adecuadamente durante los fines de se-
mana. El cuarto grupo consistio de 12 aves criadas por sabaneras y cuya edad sobrepasaba los 8 an os. Se libera-
ron en Carite, para ver si se solucionaba el problema de la cacerí a ilegal y si las aves en bosque cerrado se po-
dí an proteger mas adecuadamente de los guaraguaos. De las 11 liberadas, 9 se salieron del bosque, e indivi-
duos solitarios fueron localizados en Cayey, Guayama y el campus de la UPR- Humacao. Dos de las aves se que-
daron en el Bosque y fueron monitoreadas por 45 dí as. Con este grupo no se siguio el protocolo de salud, las
aves se liberaron en la e poca de lluvia (en dos ocasiones se encontro dan ada la comida compactada), el grupo
no se alimento apropiadamente los fines de semana, se liberaron aves que habí an pasado mucho tiempo en
cautiverio (al menos 8 an os), habí a poca comida en el estado silvestre y muy pocos individuos silvestres en el
bosque. El quinto y u ltimo grupo consistio de 8 individuos criados a mano, de ma s de 8 an os de edad. Al segun-
do dí a de haber sido liberadas, las siete se salieron del bosque y posteriormente individuos solitarios fueron
encontrados en Cayey (a 5 millas del lugar de liberacio n), Comerí o (a 15 millas de Carite) y Cabo Rojo (a 65 mi-
llas de distancia). Las primeras dos se monitorearon al menos por 40 dí as y la ultima se observo con frecuencia
por espacio de un an o alimenta ndose en un patio junto a pollos dome sticos. Con este grupo no se siguio el pro-
tocolo de salud, se liberaron aves sumamente mansas, que habí an pasado mucho tiempo en cautiverio, algunas
de las cuales habí an perdido ma s del 15% de su peso y habí a poco alimento en el estado silvestre.
En resumen, estimo que de 51 individuos liberados, solo el 20% sobrevivio en el estado silvestre, siendo los
principales problemas en Cidra, la depredacio n de parte del Guaraguao y la cacerí a furtiva. En Carite, la gran
mayorí a de las aves abandono el bosque en muy poco tiempo debido, probablemente, a que no pudieron con-
seguir alimento. La sabanera en lugares como Cidra y Comerí o se encuentra en ha bitat abierto y en bordes. Es
probable que el ha bitat cerrado que ofrece el Bosque de Carite, no sea el ma s apropiado para la especie. El poco
e xito de estos experimentos es atribuible a no seguir los protocolos establecidos y a errores de juicio de í ndole
administrativa.
Continuacio n
Errores, al liberar al estado silvestre, Palomas sabaneras de Puerto Rico (Patagioenas
inornata wetmorei) criadas en cautiverio
16
La Paloma turca (Patagioenas squamosa) esta amenazada por la cacerí a en todo su a mbito o territorio en el Ca-
ribe. Aunque el ave es abundante en Puerto Rico, nos preocupa el alto nivel de caza observado entre el 2008 y
2013; y, por lo tanto, consideramos que el desarrollo de una estrategia de cacerí a, que sea sostenible, es una
prioridad de manejo. El objetivo de la estrategia es regular la caza y mantener un taman o poblacional mí nimo
(Nm) > 260,000 de palomas. La estrategia tiene tres opciones: 1) regulacio n esta ndar ( > Nm; 5 palomas/
dí a, 42 dí as); 2) regulacio n restrictiva ( = 200,000-260,000; ejemplo, tres palomas/dí a, 12 dí as); y 3) veda
de la cacerí a ( < 200,000). Las opciones 2) y 3) son por dos an os, o hasta que mediante monitoreo se de-
termine que el estimado de taman o poblacional es mayor que el taman o poblacional mí nimo (ejemplo, > Nm). La regulacio n esta ndar se ha mantenido desde 1986.
Para facilitar el desarrollo y
la implementacio n de la es-
trategia de caza efectuamos
un monitoreo (1986-2013)
mediante varios me todos
(ejemplo, muestreo de dis-
tancia mu ltiple-covariado)
para estimar taman o pobla-
cional (regio n = 749,000 ha,
esfuerzo = 1,375 puntos), y
mediante encuestas de caza-
dores usando un muestreo
aleatorio simple para esti-
mar el total de palomas ca-
zadas anualmente (ejemplo,
586 de 3,519 cazadores re-
gistrados brindaron infor-
macio n sobre la actividad de
caza en el 2011).
Utilizamos los datos de monitoreo y un modelo estado-espacial bayesiano para estimar para metros poblaciona-
les (ejemplo, tasa intrí nseca de crecimiento poblacional ma ximo) y de manejo (ejemplo, cosecha ma xima soste-
nible), para predecir el taman o poblacional en el 2014 en funcio n de la caza en el 2012 y 2013. El modelo esta-
do-espacial bayesiano toma en cuenta nuestra incertidumbre sobre el proceso ecolo gico (ejemplo, crecimiento
poblacional logí stico con denso-dependencia lineal) y la observacio n (ejemplo, conteos incompletos por causa
de una probabilidad de deteccio n imperfecta). Para ma s detalles sobre la metodologí a, vea Rivera-Mila n et al
(2014, “Journal of Wildlife Management”, en imprenta).
El promedio del taman o poblacional fue 264,550 palomas (intervalo de confianza de 95% = 224,076-299,560)
en abril-junio 1986-2013 y el promedio del total cazado anualmente fue 40,760 palomas (IC = 28,082-57,915)
en septiembre-noviembre 1986-2012. La tasa intrí nseca de crecimiento poblacional ma ximo ( ) fue 0.442
(intervalo de credibilidad de 95% = 0.215-0.779), la capacidad de carga poblacional ( ) de
524,900 palomas (IC = 362,400-824,800), y el cosecho ma ximo sostenible ( ) fue 57,988 pa-lomas (IC = 29,010-87,960). Sin embargo, se cazo ma s del doble de la cosecha ma xima sostenible
N̂2014
N̂2014
N̂2014
N̂2016
r̂
K̂ˆr̂K / 4
Frank F. Rivera-Mila n, Servicio de Pesca y Vida Silvestre, Laurel, MD ([email protected]); Alexis Martí nez,
Departamento de Recursos naturales y Ambientales, Rí o Piedras, PR ([email protected])
Dinámica poblacional de la Paloma turca: monitoreo, modelado, y decisiones
17
en el 2012 y 2013 y la prediccio n de taman o poblacional ( ) fue 216,000 palomas (IC = 87,500-435,900). Aunque existe gran incertidumbre (lo es
reflejado en el IC), sobre la probabilidad
de que ≤ 260,000 es 0.682. De acuerdo a esta probabilidad y una fun-
cio n de utilidad lineal que restringe el
valor de la caza, en base al taman o pobla-
cional esperado, es posible que se reco-
miende una regulacio n restrictiva en el
2014.
En conclusio n, mediante la integracio n
del monitoreo, modelado, y toma de deci-
siones tenemos disponible un proceso
pragma tico que balancea nuestra preocu-
pacio n por un alto nivel de caza con el
deseo de no imponer cambios regulato-
rios innecesarios. Adema s, estamos lle-
vando a cabo un manejo proactivo, basado en la teorí a de cosecho poblacional y el ana lisis de decisiones, aun-
que tenemos solamente control parcial sobre la caza anual de palomas, un conocimiento incompleto de su eco-
logí a y dina mica poblacional, y no podemos predecir el paso de los huracanes. Un huraca n implicarí a la veda
automa tica de la caza tal y como ocurrio en el 1989 (Hugo) y 1998 (Georges). Por u ltimo, el mismo esquema
metodolo gico esta siendo aplicado al manejo de otras especies de caza y no caza en Puerto Rico.
Agradecemos el apoyo brindado por nuestras respectivas agencias. Sin embargo, nuestros resultados y conclu-
siones no necesariamente representan los puntos de vista, las determinaciones, y la polí ticas pu blica del Depar-
tamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico DRNA) y el Servicio Federal de Pesca y Vida Sil-
vestre (FWS por sus siglas en ingle s).
N̂2014
N̂2014
Continuacio n
Dinámica poblacional de la Paloma turca: monitoreo, modelado, y decisiones
18
Carlos A. Delannoy y Gustavo Gonza lez, Departamento de Biologí a, UPR-RUM. [email protected]
Distribución y abundancia de la Reinita de Bosque Enano (Setophaga
angelae) en el Bosque de Maricao y áreas adyacentes
La Reinita de Bosque Enano (Setophaga angelae) es un ave ende mica cuyos adultos tienen el plumaje negro con
un anillo blanco incompleto alrededor de ambos ojos un par de barras blancas en ambas alas y un par de man-
chas blancas debajo de la cola. Los jo venes tienen el plumaje verde oliva con un anillo crema incompleto alrede-
dor de ambos ojos y un par de barras crema en ambas alas. Su distribucio n histo rica incluye los bosques de El
Yunque, Carite, Toro Negro y Maricao. La bu squeda sistema tica de esta especie en los bosques antes menciona-
dos y a reas adyacentes en 2003-2004 y repetidos en 2012-2013 revelo la presencia de dicha especie u nicamen-
te en El Yunque y Maricao. La poblacio n de esta especie en Puerto Rico se estimo en 1800 parejas. El objetivo
de este estudio fue determinar la distribucio n y abundancia de la RBE en el Bosque de Maricao y a reas adyacen-
tes.
La bu squeda y conteos de la RBE en el
bosque de Maricao y a reas adyacentes se
realizaron mensualmente entre agosto de
2003 y diciembre de 2006, aprovechando
veredas estrechas y caminos de tierra
dentro del Bosque de Maricao y terrenos
privados fuera de dicho bosque. Los con-
teos se extendieron hasta una distancia
de 10km desde el centro del bosque de
Maricao hasta el municipio de las Marí as
en el norte, poblado Rosario de San Ger-
ma n y municipio de Mayagu ez hacia el
oeste, barrio Guama de San Germa n al
sur, y Bosque de Susu a en el municipio de
Sabana Grande hacia el sureste. Los con-
teos se iniciaron 30 minutos despue s de amanecer y hasta las 11:00 am. Las 361 estaciones de conteo se sepa-
raron a una distancia de 200m una de otra para reducir la posibilidad de duplicidad de RBE contadas. Los con-
teos eran abortados si estaba lloviendo y/o con ventolera. Los conteos y detecciones de RBE se hicieron asisti-
dos de vocalizaciones grabadas del ave. Pruebas para determinar la distancia de propagacio n de la vocalizacio n
grabada y respuesta de la RBE se realizaron en marzo, abril y mayo de 2003, antes de comenzar el estudio. La
propagacio n de la vocalizacio n fue 100% efectiva en provocar respuesta de la RBE hasta una distancia de 72m.
El uso de la grabacio n en los conteos una vez por mes no reflejo habituacio n de la RBE al estí mulo auditivo. Las
respuestas de la RBE (adultos y jo venes) a las vocalizaciones grabadas fue cantar emitiendo trinos y llamadas
continuamente y acerca ndose a corta distancia de la grabadora. Esto facilito la deteccio n y poder determinar la
cantidad de RBE. La abundancia se expreso como nu mero promedio de RBE por estacio n de conteo.
Encontramos diferencias notables y considerables en los conteos asistidos por grabaciones vs. conteos sin gra-
baciones en 65 estaciones muestreadas antes de iniciar este estudio entre los meses de marzo a mayo de 2003.
Los conteos sin el uso de grabaciones comparados con aquellos con grabaciones subestimaron la
abundancia en todos los casos entre 14 y 40%. Este hallazgo fue determinante para inclinarnos
por el uso de vocalizaciones grabadas de la RBE para llevar a cabo los conteos durante el periodo
19
de duracio n de este estudio. De nuestro estudio se des-
prende lo siguiente:
El patro n de distribucio n de la RBE que surge en el
oeste de P.R. es de una especie limitada al Bos-
que de Maricao y algunos ha bitats a corta dis-
tancia de su perí metro. No encontramos al ave
en el Bosque de Susu a.
Su abundancia decae considerablemente a medida
que nos alejamos (distancia y elevacio n) del
Bosque de Maricao.
Existe una probabilidad ma s alta de encontrar RBE
en algunos puntos de conteo que en otros. Esto
revela la naturaleza agregada de su distribu-
cio n.
La abundancia ma s alta de la RBE en el Bosque de
Podocarpus no guarda proporcio n con lo reduci-
do y pequen o en extensio n de este ha bitat (79
de las 4150 hecta reas del Bosque de Maricao).
Esto indica que hay preferencia de esta especie
por este tipo de bosque. Este tipo de ha bitat es
esencial y crí tico para asegurar la sobrevivencia de esta especie.
La baja abundancia de la RBE en fincas de cafe al raso, bosques de galerí a, a reas rurales residenciales, bos-
que seco en pendientes, y pastizales, indican que estos son ha bitats subo ptimos y marginales para la es-
pecie.
La abundancia moderada de la RBE en bosques secundarios maduros, jo venes, y en fincas de cafe de som-
bra, indican que estos son ha bitats adecuados
e importantes para la proteccio n y conserva-
cio n de esta especie.
Factores como variaciones en abundancia de
alimento, depredacio n, y e xito reproductivo
entre ha bitats deben estudiarse, pues tal vez
puedan tener influencia en la abundancia y
seleccio n de ha bitats de la RBE.
Agradecemos al Servicio Federal de Pesca y
Vida Silvestre de los E.U.A. por apoyar econo -
micamente esta investigacio n y a los estudian-
tes sub-graduados que nos asis-
tieron en el trabajo de campo.
Continuacio n
Distribución y abundancia de la Reinita de Bosque Enano (Setophaga
angelae) en el Bosque de Maricao y áreas adyacentes
Reinita de Bosque Enano juvenil
20
Colo n-Lopez, Ciales, Puerto Rico ([email protected]); Jaime A. Collazo, U.S. Geological Survey, North
Carolina Cooperative Fish and Wildlife Research Unit, Department of Applied Ecology, North Carolina State
University, Raleigh, North Carolina ([email protected])
Conteos, avistamientos y la conservación de las Salinas de Cabo Rojo
La conservacio n de las Salinas de Ca-
bo Rojo, hoy dí a el Refugio Nacional
de Cabo Rojo (Servicio de Pesca y
Vida Silvestre Federal), fue el pro-
ducto de mu ltiples esfuerzos a lo lar-
go de 14 an os (1985-1999). Este tra-
bajo resalta uno de los pilares sobre
el cual se formulo el raciocinio para
proponer y justificar la conservacio n
de las Salinas—su valor nume rico y
funcional. Estos valores se despren-
den de informacio n ba sica--conteos
y avistamientos de playeros marca-
dos. Aunque resumo informacio n
sobre la comunidad de playeros, ha-
go e nfasis en una de las especies ma s
abundante en el a rea, el Playerito
gracioso (Calidris pusilla).
Las Salinas se encuentran en el extremo suroeste de la isla, justo antes del Faro de Cabo Rojo. Las mismas con-
sisten de dos lagunas—Fraternidad (este a oeste) y Candelaria (norte a sur). Cada una de las lagunas tiene un
a rea de cuajadores o cristalizadores para la extraccio n de sal. El a rea protegida, que incluye parcelas de tierra
firme aledan as a las salinas, es de aproxi-
madamente 1249 cuerdas. Las lagunas
son hipersalinas y entre los invertebra-
dos ma s abundantes esta n los remeros
(Trichocorixa spp) y Artemia (Artemia
salina).
Para los conteos, dividimos las lagunas en
secciones dentro de las cuales se anoto el
nu mero de aves observadas por especie.
Los conteos se hicieron cada dos semanas
del 1985 al 1992 y del 2000 al 2007. Los
mismos no son ajustados por probabili-
dad de deteccio n, por lo tanto se conside-
ran nu meros mí nimos. Como esfuerzo
paralelo se usaron redes de niebla para
atrapar Playeros graciosos del 1989 al
1992. A los individuos capturados se les tomo el peso (en gramos) y largo de ala (en milí metros)
informacio n que se uso para determinar el porcentaje de grasas en su cuerpo. Antes de ser libera-
dos, se les anillo con una banda de metal (USFWS) y una combinacio n u nica (permuta) de anillos
Playero gracioso
Playero Occidental
21
de color. Durante los conteos se tomo nota de
los individuos marcados, produciendo un cu -
mulo de datos de captura (redes) y recaptura
visual. Estos datos se utilizaron para estimar
supervivencia anual y residencia
(probabilidad de sobrevivir de un dí a a otro
en las salinas). Finalmente, comparamos los
conteos hechos en las salinas con 22 otras
a reas en Puerto Rico y el Caribe en aras de
determinar la importancia de las salinas en
un contexto geogra fico.
El periodo migratorio en las Salinas de Cabo
Rojo, corre de agosto a diciembre-enero, sien-
do los conteos promedios ma s altos en agosto
(~3,000 aves). Las salinas proveen ha bitat para por lo menos 27 especies de playeros migratorios y 4 residen-
tes. El grupo ma s abundante en las salinas son los playeros del ge nero Calidris (Gracioso, Occidental y Menu-
do). La localidad, es el a rea ma s importante, nume ricamente, cuando se compara con 22 otras a reas en Puerto
Rico y el Caribe, albergando casi 30% de los playeros encontrados en la regio n (excepto Cuba y Repu blica Do-
minicana). Los playeros llegan a las salinas con un bajo contenido de grasas (~3%), pero en meses aumentan a
~12%, demostrando que estas proveen alimentos para mejorar su condicio n fí sica (valor funcional). La proba-
bilidad de supervivencia anual del Playero gracioso es de 62% (65% adultos; 55% juveniles). Los playeros re-
siden en las salinas un promedio de 110 dí as, convirtie ndolas en parte del a mbito geogra fico en donde los gra-
ciosos pasan el invierno anualmente (valor funcional).
En conclusio n, datos de conteos y avistamientos de aves marcadas, tomados en forma estructurada y guiada
por objetivos claros, fueron el andamiaje para justificar la adquisicio n y proteccio n de las Salinas de Cabo Rojo.
La informacio n tambie n se utilizo para justificar la designacio n de estas como parte de la Red Hemisfe rica de
Reservas para chorlos y playeros. Estos logros
sirven de ejemplo y testimonio a la membrecí a
de SOPI— que el trabajo voluntario es valioso
y fundamental para adelantar la conservacio n
en Puerto Rico.
Agradecemos el apoyo brindado por agencias
federales y estatales, voluntarios y organiza-
ciones de conservacio n, y universidades en
particular a Manomet Center for Conservation
Sciences, Earthwatch y Trust for Public Land,
por su rol en la jornada que culmino con la
proteccio n de las Salinas de Cabo
Rojo.
Continuacio n
Conteos, avistamientos y la conservación de las Salinas de Cabo Rojo
Playero Menudo
Chorlito Blanco
22
Adrianne G. Tossas Cavalliery, Departmento de Ciencias Naturales, Universidad de Puerto Rico, Aguadilla
EVALUACIÓN DE CINCO AÑOS DE LAS POBLACIONES DE AVES EN EL BOSQUE
ESTATAL DE GUAJATACA (2009-2013)
Las aves en las islas tropicales son sumamente vulnerables ante eventos naturales que perturban sus ha bitats,
debido a su limitada distribucio n y pequen os taman os poblacionales. La isla de Puerto Rico, es impactada regu-
larmente por huracanes que afectan a las aves directamente al disminuir su supervivencia e indirectamente
cuando los recursos de los que dependen para su subsistencia (i. e., forrajeo, dormidero, anidaje) son destrui-
dos. Por lo tanto, el monitoreo a largo plazo es necesario para obtener datos sobre las dina micas poblacionales
en an os sin huracanes, especialmente porque se espe-
ra que la frecuencia e intensidad de los huracanes au-
mente con los efectos de los cambios clima ticos.
En este trabajo evalue la diversidad de aves en el Bos-
que Estatal de Guajataca, una reserva en el noroeste
de Puerto Rico, con la intencio n de iniciar un punto de
partida para monitoreo a largo plazo. Este bosque
subtropical hu medo consiste de 927 ha dentro de la
franja de zona caliza del norte, con elevaciones sobre
el nivel del mar que varí an entre 150 y 300 m. Los
objetivos especí ficos fueron comparar la riqueza y
abundancia de especies: (1) entre dos estaciones de
un an o (primavera vs. oton o 1999), (2) con poblacio-
nes de otros dos bosques de Puerto Rico (Maricao y
Gua nica, abril 1999), y (3) a trave s de un perí odo de
cinco an os (2009 – 2013).
Realice 213 censos de punto en las veredas de Guajataca entre 2009 y 2013, an os en los cuales este ha bitat no
recibio impacto de huracanes u otros eventos natura-
les mayores. Se anotaron todas las especies de aves
observadas o escuchadas durante 10 min en parcelas
circulares de radio ilimitado separadas por 200 m.
Veinticuatro especies, incluyendo 12 ende micas, fue-
ron reportadas. Las cinco especies ma s comunes fue-
ron el Comen ame (Loxigilla portoricensis), Julia n Chiví
(Vireo altiloquus), Bienteveo (Vireo latimeri), Reinita
Mariposera (Setophaga adelaidae), y Reinita Comu n
(Coereba flaveola). El gremio alimentario ma s abun-
dante y diverso fue el de los insectí voros (13 espe-
cies), seguido por los frugí voros (6 especies), nectarí -
voros (3 especies), y omní voros (2 especies).
Al comparar las especies entre primavera y oton o, se encontro un total de 20 y 21 especies, respectivamente,
aunque la composicio n de especies vario entre estaciones. Por ejemplo, la Calandria (Icterus portoricensis) y
Tordo Lustroso (Molothrus bonariensis) u nicamente se registraron en primavera, mientras que las especies mi-
gratorias (Setophaga spp.) se registraron principalmente en oton o. Trece especies disminuyeron
de primavera a oton o, nueve aumentaron y una especie permanecio igual. Estos cambios fueron
Bienteveo
Julian Chiví
23
Continuacio n
EVALUACIÓN DE CINCO AÑOS DE LAS POBLACIONES DE AVES EN EL BOSQUE
ESTATAL DE GUAJATACA (2009-2013)
significativos para nueve especies.
En la comparacio n de la avifauna entre tres bosques se encontro la mayor diversidad en Maricao (26 especies),
seguido por Gua nica (23 species) y Guajataca (20 especies). La Reinita de Bosque Enano (Setophaga angelae),
Llorosa (Nesospingus speculiferus) y Zumbador Verde (Anthracothorax viridis) se reportaron u nicamente en
Maricao, mientras que el Turpial (Icterus icterus) y Juí Blanco (Elaenia martinica) so lo se encontraron en Gua ni-
ca. Un ana lisis de las 12 especies ma s abundantes demostro que ocho variaron significativamente en la canti-
dad de individuos registrados entre los bos-
ques, siendo la Reinita Mariposera ma s abun-
dante en Gua nica, el Julia n Chiví en Guajataca y
el Bienteveo en Maricao.
El ana lisis de las ocho especies ma s abundan-
tes en Guajataca en cinco an os revelo que las
poblaciones fluctuaron en taman o, sin embar-
go, estos cambios no fueron significativos. Las
variaciones detectadas en la mayorí a de las
especies (i. e., Julia n Chiví y Perdiz Rojiza Geo-
trygon montana) podrí an estar relacionados a
leves diferencias en e xito reproductivo entre
temporadas, o a diferencias en detectabilidad
causadas por variaciones en el inicio de su con-
ducta de canto/ reproduccio n entre an os.
Los resultados demuestran que debido a los
diferentes patrones de canto entre temporadas, las especies se registran diferencialmente a trave s del an o, no
necesariamente son cambios poblacionales reales. Sin embargo, la diversidad entre diferentes bosques es un
reflejo de las condiciones microclima ticas tí picas de cada ha bitat. Finalmente, ante la ausencia de eventos natu-
rales de gran impacto, las poblaciones de
aves se mantuvieron estables a trave s del
tiempo.
Agradezco al Departamento de Recursos
Naturales y Ambientales el acceso al Bos-
que Estatal de Guajataca para estudiar las
aves, al Departamento de Ciencias Natu-
rales de la Universidad de Puerto Rico
por permitirme reclutar estudiantes para
asistir en el campo, y a la Dra. Judith
Toms por facilitar los datos de censos del
Bosque Estatal de Gua nica.
©Gabriel Lugo Reinita Mariposera
Comen ame ©Gloria Archilla