Canarias en la Antigüedad Clásica
Concepción del mundo en la Antigüedad
Los antiguos griegos concebían el mundo como
un disco plano
Concepción del mundo antiguo según Hecateo de
Mileto
Mare Nostrum
El entorno del Mar Mediterráneo era el mundo conocido y el límite de éste para los navegantes era el estrecho de Gibraltar.
Más allá estaba un mar desconocido por todos, el Océano tenebroso, considerado como el Fin del Mundo, Finis Terrae.
El dios Océano Según la tradición
mitológica el dios Océano era un titán, hijo de Urano y Gea, considerado el padre de ríos y arroyos.
Pasó a representar las aguas desconocidas y extrañas del hoy llamado océano Atlántico, mientras que Poseidón era el señor del Mediterráneo.
Representaciones de Océano y Poseidón
Non plus ultraEl estrecho de Gibraltar
era el punto más occidental del mundo
conocido por los navegantes, y allí se erigían las llamadas
columnas de Hércules, límite del mundo, que
dio origen a la expresión non plus ultra, “no más allá”.
Diversos son los componentes Diversos son los componentes relacionados con Canarias, comorelacionados con Canarias, como
1.1. La idea del límite de las tierras (La idea del límite de las tierras (finis terrae, non plus ultrafinis terrae, non plus ultra).).2.2. Diversas leyendas mitológicas asociadas a héroes clásicos Diversas leyendas mitológicas asociadas a héroes clásicos
(Heracles, Medusa, el Jadín de las Hespérides).(Heracles, Medusa, el Jadín de las Hespérides).3.3. El mito de la Edad de Oro.El mito de la Edad de Oro.4.4. Diferentes teorías escatológicas relacionadas con el mundo Diferentes teorías escatológicas relacionadas con el mundo
del más allá y de la muerte (Las Islas de los Bienaventurados, del más allá y de la muerte (Las Islas de los Bienaventurados, Los Campos Elíseos).Los Campos Elíseos).
5.5. Las ideas de un paraíso y lugar ideal, que corresponde a una Las ideas de un paraíso y lugar ideal, que corresponde a una utopía, un utopía, un locus amoenus locus amoenus y también al Jardín del Edén y al y también al Jardín del Edén y al Paraíso terrenalParaíso terrenal..
Finis Terrae: El límite de las tierras
Se sabe que algunos pocos navegantes llegaron a Canarias en la Antigüedad, pero como la corriente de Canarias fluye en dirección suroeste y luego gira al oeste, arrastraba las embarcaciones hacia lo que durante siglos se creyó el fin del mundo.
Aquellos pocos fenicios, griegos y romanos que llegaron a las islas y que consiguieron regresar para contarlo, las rodearon de un halo de magia y de leyenda.
Así, según las historias de marineros que circulaban por el Mediterráneo, el Océano Atlántico estaba lleno de monstruos de todo tipo que destruían las naves y devoraban a sus tripulantes.
Además, en cualquier momento era posible encontrar gigantescos remolinos y tempestades provocadas por airados dioses o, incluso, un abismo como fin del mundo.
Multitud de leyendas están relacionadas con Canarias:
Algunas entran en la historia mitológica de algún héroe, como Heracles o Perseo.
Pero otras, constituyen leyendas en sí mismas, como son la de las Islas de los Bienaventurados o la de San Borondón.
Leyendas mitológicas asociadas a héroes
clásicos
Las leyendas de Heracles
Hay tres leyendas muy conocidas de Heracles que hacen referencia a esta parte del mundo situada en esta zona occidental:
• su aventura con el rebaño de Gerión,
• la visita que realizó al país de las Hespérides,
• o su viaje al Inframundo, para coger a Cerbero.
Perseo y Medusa
Conocida, también, es la leyenda que sitúa en esta
zona occidental, en los confines de la Noche, a
las tres hermanas monstruosas llamadas las Gorgonas, (Esteno,
Euríale y Medusa).
Perseo y Medusa
El héroe Perseo tuvo que matar a la que era mortal, Medusa, con la
ayuda de la diosa Atenea.
La Edad de OroUna de las leyendas
relacionado con Canarias es la de la Edad de Oro,
bajo el reinado de Saturno, época en que la humanidad vivía feliz, la naturaleza daba todo por sí misma y no había ni trabajo, ni guerras, ni
enfermedades.Se creía que este paraíso se
encontraba en Canarias, posiblemente por lo
bueno de su clima y de su naturaleza.
El mito es de Hesíodo, de su libro Los Trabajos y los Días
Islas de los Bienaventurados -Mακάρων νῆσοι-
Otras leyendas de carácter religioso están relacionadas con Canarias. Se creía en la existencia de unas islas que estaban destinadas a ciertos
semidioses y héroes para que moraran allí y cuya entrada estaba prohibida al resto de
los mortales. Este mundo sería como continuación de su vida
terrenal y muchas veces asumía la forma de un
Paraíso.
Hesíodo, Los trabajos y los días, 153 ss: “a otros el padre Zeus Cronida los estableció en los confines de la tierra, habiéndoles concedido a parte de los
hombres vida y morada. Y éstos viven con un corazón despreocupado en las islas de los Bienaventurados, junto al Océano de remolinos profundo, héroes felices, para quienes la tierra, que da trigo, produce un fruto dulce como la miel que florece tres
veces al año. Lejos de los inmortales; entre los cuales reina Crono.”
Los Campos Elíseos El Elíseo hace su aparición en
la literatura en un pasaje de la Odisea del poeta Homero,
donde se profetiza a Menelao que será enviado a los
extremos del mundo para que lleve una vida eterna, por ser
pariente de Zeus y estar casado con Helena.
Por tanto, el Elíseo viene a ser una morada más allá de la muerte, distinta del Hades. Allí irían a parar las almas de los héroes y de todos aquellos que han sido virtuosos y su
localización sería por Occidente.
Homero, La Odisea, canto III: “Allí los hombres viven dichosamente, allí jamás hay nieve, ni invierno largo, ni lluvia, sino que el Océano manda siempre las brisas del Céfiro, de sonoro soplo, para dar a los
hombres más frescura...”
Mitos relacionados con Canarias
El Jardín de las Hespérides Las Hespérides eran
hijas del gigante Atlas, que vivían en las islas más occidentales, con un clima y naturaleza muy benigno.
Ellas cultivaban un jardín que producía unas manzanas de oro guardadas por un dragón.
Dichas manzanas se las dio la diosa Gea a Zeus y Hera como regalo de bodas.
Hesíodo, Teogonía, 508-521
Isidoro de Sevilla, Etimologías, XIV, 6, 10:“Las islas de las Hespérides se denominan así por la ciudad
Hespéride que estuvo en los confines de Mauritania. Se hallan más allá de las Gorgadas, en el límite del Atlántico, hacia donde
comienzan los abismos marinos. En sus jardines -según cuentan las leyendas- había un dragón que vigilaba las manzanas de oro. Se dice
que allí se origina del mar un estuario tan anfractuoso por sus recortadas orillas, que quienes lo contemplan desde lejos creen ver
las espirales de una serpiente.”
Locus Amoenus
El locus amoenus o “lugar placentero” es un tópico
literario muy comentado por los autores clásicos como Homero, Virgilio y Horacio, que designaba a un lugar ideal, lleno de paz, con
bosques abiertos y sombreados, arroyos
cristalinos y parajes seguros.Este lugar idílico y placentero
se ha pretendido situar, también, en las Islas Canarias por lo generoso de su clima y
de su naturaleza.
Las Islas Afortunadas Las Islas Afortunadas (Fortunatae
insulae) aparece por primera vez en “Las tres monedas” de Plauto y el término corresponde a la traducción latina de las islas paradisíacas de los griegos, conocidas como makáron nêsoi,
Así designaban las leyendas clásicas al lugar donde iban a parar las almas puras de los mortales, para convivir por toda la eternidad junto con los dioses inmortales.
Este mito enlazaba con el de la Edad de Oro y con el paisaje ideal (locus amoenus).
Se pensaba que estas islas estaban situadas en el Océano Atlántico y muchos autores las han identificado con Canarias.
La Atlántida
Según narra Platón, la Atlántida fue una isla situada más allá de las Columnas de Hércules.
Era dominio del dios Poseidón y sus habitantes, los atlantes, tenían una civilización muy avanzada.
Una gran erupción volcánica seguida de un maremoto la destruyó, hundiendo palacios, puertos y edificios.
Muchos consideran a las islas Azores, Madeira, Canarias y Cabo Verde como las cumbres de las montañas del continente perdido.
Horacio, Épodo XVI, 42-56:
“Nos espera el Océano que fluye en derredor de la tierra: las campiñas, busquemos las feraces campiñas y las islas afortunadas, donde la tierra cada año hace entrega de Ceres sin haber sido arada y sin haberla podado florece siempre la viña: renueva sus brotes también el ramo de olivo gris sin nunca frustrar esperanzas, y el higo morado engalana el árbol en el que nació; mieles manan de la hueca encina. Otras muchas maravillas, además, contemplaremos felices: cómo ni el Euro lluvioso erosiona los campos con aguaceros continuos, ni las fértiles simientes se abrasan en la gleba seca, equilibrando los dos extremos el rey de los celestes moradores.”
Plutarco en su biografía de Sertorio (Vidas, VIII-IX) dice acerca de estos mitos:
“… pasando el Estrecho Gaditano dobló a la derecha y tocó en la parte exterior de Iberia, poco más arriba de la desembocadura del Betis,
que confluye en el Atlántico, y da nombre a la parte que baña esta región. Diéronle allí noticias unos marineros, con quienes habló, de
ciertas islas del Atlántico, de las que entonces venían. Estas son dos, separadas por un breve estrecho, las cuales distan de África (Libia) diez mil estadios, y son llamadas de los Bienaventurados. Las lluvias en ellas son moderadas y raras, pero los vientos, apacibles y provistos de rocío,
hacen que aquella tierra fértil no sólo se preste para arar y sembrar, sino que espontáneamente produzca frutos, que por su abundancia y
buen sabor basten para alimentar sin esfuerzo a aquel pueblo ocioso. La bonanza en las estaciones, y la suavidad de su cambio son el rasgo
característico de estas islas… de tal manera que se ha extendido hasta aquellos bárbaros la firme creencia de que allí están los Campos Elíseos
y la mansión de los Bienaventurados que cantó Homero.”
Plinio el Viejo en su Historia Natural dice sobre Canarias: “Juba averiguó sobre las Afortunadas lo siguiente: que también están
situadas bajo el Mediodía (hacia el Sur), cerca del Ocaso, a 625.000 pasosde las Purpurarias, de suerte que hay que navegar por encima del Ocaso 250.000 pasos y a continuación se busca el Orto durante 375.000 pasos. Que la primera, sin rastro alguno de edificios, se llama Ombrion; que tiene
entre los montes una charca y unos árboles parecidos a la férula de los que se obtiene agua exprimiéndolos, de los negros amarga y de los más blancos
agradable de beber; que la segunda se llama Junonia; en ella hay un pequeño templo construido únicamente con piedras, que muy cerca está la isla menor del mismo nombre, a continuación Capraria, repleta de lagartos;
que a la vista de ellas está Ninguaria, que ha recibido su nombre de sus nieves perpetuas, cubierta de nubes. Que la más cercana a ésta se llama
Canaria por la cantidad de canes de enorme tamaño, de los cuales le trajeron dos a Juba; que en ella (Ninguaria) aparecen ruinas de edificaciones. Que si
bien todas abundan en cantidad de frutos y de aves de toda clase, ésta (Ninguaria) asimismo abunda en palmeras productoras de dátiles y en
coníferas; que hay abundancia de miel y que también se crían papiros y siluros en los ríos; que estas islas están infestadas de monstruosos animales
marinos en putrefacción que el mar arroja a tierra frecuentemente”.
Fin de Canarias en la Antigüedad
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