CAPÍTULO 2. MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO
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ÍNDICE DEL CAPÍTULO
2. MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO ......................................................................................2-1
2.1. Modelos de simulación del vertedero existentes ........................................... 2-1
2.2. Modelos hidrológicos ..................................................................................... 2-6
2.2.1. Introducción.............................................................................................. 2-6
2.2.2. Balance hidrológico superficial................................................................. 2-7
2.2.2.1. Introducción..................................................................................... 2-7
2.2.2.2. Modelos de simulación de la evapotranspiración............................ 2-8
2.2.2.3. Escorrentía superficial..................................................................... 2-10
2.2.3. Flujo en el interior del vertedero............................................................... 2-11
2.2.3.1. Introducción..................................................................................... 2-11
2.2.3.2. Modelos de flujo de humedad en el residuo.................................... 2-16
2.2.3.3. Modelos de variación de los parámetros hidrológicos. ................... 2-22
2.3. Degradación de los residuos en el vertedero................................................. 2-26
2.3.1. Introducción.............................................................................................. 2-26
2.3.1.1. Procesos de descomposición del residuo ....................................... 2-26
2.3.1.2. Factores que influyen en la descomposición. ................................. 2-30
2.3.2. Estudios sobre la biodegradabilidad de los residuos ............................... 2-31
2.3.3. Modelos de biodegradación del residuo existentes ................................. 2-34
2.3.3.1. Caracterización matemática de la degradabilidad del residuo........ 2-39
2.3.3.2. Etapas de degradación ................................................................... 2-41
2.3.3.3. Velocidad de degradación del residuo ............................................ 2-43
2.3.3.4. Modelización de los factores que influyen en la degradación ......... 2-51
2.4. Referencias .................................................................................................... 2-54
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2. MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO
2.1. MODELOS DE SIMULACIÓN DEL VERTEDERO EXISTENTES
Desde hace cuarenta años ha habido numerosos intentos de modelizar los
fenómenos que afectan al residuo en el vertedero. Se han desarrollado formulaciones
matemáticas para reproducir el movimiento del agua en el seno de la masa de
residuos, la producción de biogás a que ésta da lugar, su biodegradación y
asentamiento.
Los modelos iniciales trataban cada fenómeno de manera independiente,
intentando abordarlos simplificadamente. Se extendió entonces el uso de modelos de
generación de biogás a lo largo del tiempo que no tienen en cuenta las variaciones de
humedad, modelos de aparición de lixiviados que sólo consideran la parte hidrológica,
etc. A partir de ellos se realizaron programas de uso extendido entre las entidades
explotadoras de vertederos, como el E-PLUS (Slevin y Banerji, 1997), para evaluación
del potencial de generación de biogás, o el HELP (Schroeder et al., 1994) para
estimación del caudal de lixiviados, ambos distribuidos gratuitamente por la agencia de
medio ambiente de Estados Unidos. Este tipo de expresiones puede ser de gran
utilidad en estudios parciales del lugar de vertido: cuando se trata de analizar
únicamente la viabilidad del aprovechamiento energético del biogás, dimensionar la
red de drenaje de lixiviados o diagnosticar la estabilidad geotécnica de la masa. Si se
pretende abarcar conjuntamente varios de estos aspectos (evaluar las potenciales
emisiones, tanto líquidas como gaseosas, diagnosticar la estabilidad “ambiental” del
residuo) o tratarlos con más detalle (de cara al diseño de instalaciones o estrategias
para optimizar la gestión del vertedero) es imprescindible acoplar distintas expresiones
matemáticas y considerar las interacciones entre fenómenos.
No son pocos los trabajos que tratan de integrar distintos efectos y
manifestaciones en el residuo, pero muchos de ellos surgen del análisis de
experiencias de laboratorio o campo y no llegan a generalizarse para su aplicación en
vertederos. Entre los modelos de simulación de instalaciones completas algunos se
centran en la biodegradación (Findikakis et al., 1979; El Fadel et al., 1996), acoplando
las descripciones de generación y transporte de gas y calor sin tener en cuenta el flujo
de agua que provoca, además, transporte de sustancias. El resto tiene su fundamento
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en las ecuaciones de conservación de la masa con transporte en el agua, añadiendo
cada uno distintos términos de transformación del residuo como fuente de
contaminación. En estos últimos se distinguen los que simulan liberación química de
sustancias que da lugar a sales disueltas (recopilados por El-Fadel et al., 1997a;
Demirekler et al., 1999; Barina et al., 2001) de los que incluyen la biodegradación, con
generación de contaminantes orgánicos y biogás. MODUELO (Lobo et al., 2002a y
2002b) se encuentra entre estos últimos.
En la Tabla 2.1 y Tabla 2.2 se reúnen los trabajos de este último tipo publicados
por otros autores, especificando los objetivos de cada uno, sus características
principales y los casos a que han sido aplicados. Como se observa, todos ellos se
desarrollan en busca de una herramienta de comprensión y empleo en vertederos
“reales”, pero todavía no han sido aplicados a realidades más complejas que celdas
experimentales. Entre estos modelos se distinguen de nuevo dos tendencias: una que
trata de facilitar el cálculo y limitar el uso de parámetros difíciles de establecer
experimentalmente mediante parámetros estocásticos (Zacharof y Butler, 1999 y 2001)
y otra basada en la integración de los modelos que tratan más pormenorizadamente y
de forma determinista cada fenómeno.
Zacharof y Butler (1999) proponen un método que aúna un modelo simplificado de
degradación del residuo con uno hidrológico y de transporte de contaminantes de tipo
estocástico. Con él realizan simulaciones teóricas (Zacharof y Butler, 1999) y de
celdas experimentales (Zacharof y Butler, 2001) en las que logran aproximaciones
esperanzadoras. Pero esta clase de herramientas son difícilmente aplicables en fase
de predicción, pues por su propia naturaleza no es posible la calibración sin
observaciones de campo previas.
Sólo a comienzos de esta década se empiezan a publicar avances sobre estudios
de modelos “integrados” de empleo directo en diseño y seguimiento. Son trabajos que
todavía se están desarrollando y no han sido contrastados en simulaciones de casos
reales, salvo en el caso de MODUELO. Todos se estructuran de forma similar. Se
establece una representación “ideal” del terreno y su relleno que depende del
esquema elegido para resolver las ecuaciones de transporte. Sobre él se plantean las
ecuaciones de continuidad del agua, sustancias gaseosas, sólidos disueltos, calor,
etc., según las variables elegidas en la simplificación del vertedero. Los términos de
transporte también se idealizan despreciando la interacción entre gases y líquido, o los
términos de dispersión y/o difusión. En cuanto a las condiciones de contorno las
diferencias aparecen en la formulación del balance hidrológico superficial para
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establecer las entradas de agua en la masa de residuos, en la simulación del cambio
de dominio a lo largo del tiempo (crecimiento del vertedero) y en el contacto con el
vaso exterior, que puede simularse impermeable o no. En los términos de
transformación de la masa interviene el modelo de biodegradación, que será de una o
varias etapas y podrá incluir la generación de calor en las reacciones y/o reacciones
químicas como la adsorción.
En la línea descrita se sitúan los trabajos de White et al. (2001), Hanel et al.
(2001) y, como se ha señalado, los del Grupo de Ingeniería Ambiental de la
Universidad de Cantabria con MODUELO. Los autores de las dos primeras referencias
presentan las bases del modelo que proponen, pero no llegan a desarrollarlo. Se
resume a continuación el planteamiento de cada uno.
White et al. (2001) presentan el planteamiento de un modelo numérico
“espacialmente distribuido” dirigido a contener y unir distintos submodelos para simular
la degradación del residuo sólido y la generación de gas en el vertedero. El modelo se
estructura en elementos discretos de volumen constante vinculados entre sí y
agrupados en “pilas” verticales, e “incluirá la simulación del transporte del lixiviado y
los gases así como la consolidación del sólido”.
Hanel et al. (2001) describen las bases de un modelo para predecir las emisiones
globales de lixiviado y gas, así como las variaciones temporales de temperatura y
sustancias disueltas y gaseosas en distintos puntos de la matriz del vertedero.
Emplean el método de elementos finitos para describir un modelo tridimensional de
flujo multifásico y de transporte de sustancias y calor. En él “considerarán los
transportes difusivos, dispersivos y advectivos y la degradación aeróbica y anaeróbica
de las sustancias orgánicas”, cuya modelización inicial publican Haarstric et al. (2001).
MODUELO se desarrolla como herramienta para la “evaluación ambiental” del
vertedero. Pretende predecir el caudal de lixiviado, su contaminación orgánica y el
biogás generado en vertederos de residuos urbanos como consecuencia de la
penetración de agua y los procesos de biodegradación. Es un programa desarrollado
en C++ que representa el vertedero como una malla en tres dimensiones de celdas
paralelepipédicas cuyos puntos centrales constituyen los nodos de un esquema de
diferencias finitas. En él se plantea el flujo de agua, transporte advectivo de sustancias
orgánicas y los procesos de degradación biológica que dan lugar a la contaminación
del lixiviado y al biogás. La versión inicial,”vigente” hasta este trabajo, fue presentada
por Lobo et al. (2002a y b) y se describe en el capítulo 3 de esta memoria.
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Tabla 2.1. Resumen de las referencias encontradas sobre otros modelos “integrales” de simulación del vertedero que incluyen biodegradación (I).
REFERENCIAS OBJETIVO CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES APLICACIÓN
VINCENT et al. (1991)
“Modelo conceptual para describir el comportamiento hidráulico, químico y biológico de los residuos”.
Flujo y transporte de contaminantes en medio poroso no saturado. Disolución y consumo del contaminante en el lixiviado. Unidimensional
En columnas experimentales.
LEE et al. (1993) Predecir la producción de metano y
dióxido de carbono
Flujo y transporte de contaminantes en medio poroso no saturado Hidrólisis, acidogénesis y metanogénesis biológicas. Unidimensional
Lisímetro
AL-YOUSFI y POHLAND (1998)
POHLAND y AL-YOUSFI (1995)
Simular la cantidad y contaminación del lixiviado y biogás con y sin recirculación durante la estabilización del vertedero como base para el diseño de estrategias de operación.
Flujo y transporte de contaminantes en medio poroso no saturado Hidrólisis, acidogénesis y metanogénesis biológicas. Predicción del pH e influencia en metanogénesis. Unidimensional
En celdas experimentales
BUTLER et al. (1999) ZACHAROF y BUTLER (1999) ZACHAROF y BUTLER (2001)
Representar la heterogeneidad espacial del vertedero y sus efectos sobre la generación de gas y lixiviados.
Modelo hidrológico y de transporte de contaminantes de tipo estocástico Hidrólisis, acidogénesis y metanogénesis biológicas simplificadas. Unidimensional
Teórica y en celdas experimentales
Tabla 2.2. Resumen de las referencias encontradas sobre otros modelos “integrales” de simulación del vertedero que incluyen biodegradación (II).
REFERENCIAS OBJETIVO CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES APLICACIÓN
HANEL et al. (2001) HAARSTRICK et al. (2001)
Predecir la vida útil del vertedero para su “seguimiento y predicción de la seguridad funcional a largo plazo”.
Flujo multifase y transporte advectivo, difusivo y dispersivo, de sustancias y calor. Degradación aerobia y anaerobia Predicción de pH y temperatura y su efecto en la degradación Tridimensional
Teórica
LEE et al. (2001)
Predecir la contribución de la biodegradación a la atenuación de la contaminación y su concentración en el lixiviado a lo largo del tiempo.
Flujo y transporte de contaminantes en medio poroso no saturado Hidrólisis y degradación aerobia y anaerobia. Simulación del oxígeno disuelto Unidimensional
Teórica Análisis de sensibilidad
WHITE et al. (2001)
Base para investigaciones sobre la compresión, consolidación y estabilización de los residuos mediante recirculación y tratamiento de lixiviados.
Estructurado en elementos de volumen constante agrupados en pilas. Base para la acogida de distintos submodelos. Tridimensional
Teórica
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En todo caso, independientemente del algoritmo de representación del vertedero
y de los modelos específicos que se incorporen al programa, todo modelo “integrado”
de simulación del vertedero deberá incluir el planteamiento de un balance hidrológico
con dos componentes, el balance superficial y el movimiento del agua en el residuo, y
de las transformaciones de descomposición de los residuos. En este capítulo se
presenta una revisión de los modelos que se han aplicado en cada tema.
2.2. MODELOS HIDROLÓGICOS
2.2.1. Introducción
Para cuantificar los lixiviados que se generan en el vertedero puede emplearse un
balance hidrológico global, que no es más que el recuento de todos los aportes y
consumos y salidas de agua del vertedero para, teniendo en cuenta la capacidad de
retención de los residuos, hallar la cantidad correspondiente al lixiviado. El balance
admite distintos modelos para cuantificar cada uno de sus términos y por eso surgen
distintas formulaciones para aplicarlo. El planteamiento básico del método es que todo
el agua que se infiltra a través de la capa superficial del vertedero y no se
evapotranspira acabará apareciendo como lixiviado, lo que sólo ocurrirá en realidad
cuando el vertedero haya cubierto su capacidad de retención de humedad, que puede
tardar varios años. Su aplicación más generalizada se ha realizado a través de
programas como el HSSWDS (“Hydrologic simulation on solid waste disposal sites”),
desarrollado por la agencia estadounidense de medio ambiente (EPA) [Perrier y
Gibson, 1980].
La evaluación del balance hidrológico en el vertedero surgió para aplicación a
períodos de tiempo del orden del ciclo hidrológico. A partir de este planteamiento
inicial se crean modelos que pueden hacer la evaluación en períodos más cortos,
gracias a la incorporación de expresiones deterministas que calculan el caudal de
lixiviado a través del residuo. El más conocido es el modelo “para la evaluación
hidrológica del vertedero” (“Hydrologic Evaluation of Landfill Performance”, “HELP”),
desarrollado también por la EPA y descrito, entre otros, en Schroeder et al. (1994). En
El-Fadel et al. (1997a) se describen los modelos hidrológicos del vertedero de tipo
balance global (como el HSSWDS) y deterministas (como el HELP) publicados por
diferentes autores, que no han encontrado tanto eco como los dos mencionados.
Posteriormente aparecen otros modelos que, también con balances “a corto
plazo” (generalmente diarios), tratan de simular el caudal de lixiviado mediante
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expresiones empíricas. Es el caso de los modelos publicados por Guyonnet et al.
(1998) y Butler et al. (1999).
En este apartado se presentan los modelos adoptados en el HELP, como
programa actual de referencia en la evaluación hidrológica de vertederos que
incorpora además las expresiones necesarias en el balance global. Además se
describen las expresiones adoptadas en FILL (“Field investigation for landfill
leachate”), aplicado por Khanbilvardi et al. (1995) en un vertedero de Nueva York,
como ejemplo de modelo alternativo al HELP en su misma línea, y en MOBYDEC
(Guyonnet et al., 1998), ejemplo de modelo empírico.
2.2.2. Balance hidrológico superficial
2.2.2.1. Introducción
Se ha denominado “balance hidrológico superficial” al reparto del agua que llega a
la superficie del vertedero entre los distintos fenómenos que puede abastecer.
Del volumen que llega a la capa superficial del área de vertido una fracción
penetra hacia el interior del vertedero (“infiltración”), mientras que la fracción restante
queda almacenada sobre la superficie formando charcos (“almacenamiento
superficial”), o escurre hacia otras zonas (“escorrentía superficial”). Una porción del
agua infiltrada que queda retenida en las zonas menos profundas volverá a la
atmósfera por evaporación, o evapotranspiración en caso de existir capa vegetal en la
superficie.
La expresión analítica de este balance se obtiene por aplicación de la ecuación de
continuidad en la unidad elemental de volumen que puede ser el vertedero en su
totalidad, las celdas de trabajo en el mismo o las celdas resultantes de una
idealización del relleno. En cualquier caso el balance superficial puede expresarse
según la ecuación (2.1), que permite conocer la variación de la humedad almacenada
(∆ALM) en el volumen de control, que condicionará el flujo de lixiviado (humedad)
entre unas celdas y otras durante el paso de tiempo posterior
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∆ALM(t) = P(t) – [EVPT(t) + ESC(t) + FLJ(t)] (2.1)
P: precipitación sobre el área superficial del volumen considerado; ESC(t): volumen
escurrido superficialmente; EVPT: volumen de agua evapotranspirado; FLJ : “flujos”,
volumen de agua transportado hacia elementos adyacentes.
Se debe conocer previamente el valor del resto de términos que aparecen en (2.1). La
obtención de estos valores depende directamente de la información meteorológica de
que se disponga. En todo caso siempre se partirá de las series precipitación – tiempo
(P(t)) y otros registros a partir de los cuales pueden estimarse, con mayor o menor
aproximación, las variables restantes. Para ello se han empleado distintos modelos
matemáticos, de entre los cuales los más extendidos se describen a continuación.
2.2.2.2. Modelos de simulación de la evapotranspiración
Para cuantificar el agua evaporada desde la superficie del vertedero se emplea
siempre una combinación de modelos desarrollados por otros autores para aplicación
sobre todo en estudios agrícolas. Como ejemplo y referencia de esta combinación se
describe en los párrafos siguientes la forma en que HELP realiza estos cálculos. Este
programa fue fundamentalmente diseñado para simulación de vertederos clausurados,
y por eso recoge modelos muy detallados de los fenómenos gobernados por la
vegetación en la capa de cobertura.
En el HELP la evapotranspiración resulta de la suma de tres fenómenos: la
evaporación de agua acumulada en la superficie, la evaporación de agua almacenada
en los poros de la capa superficial de suelo y la transpiración de las plantas. El modelo
empleado está basado en la modificación de Ritchie (1972) a los trabajos de Penman
(1963).
La energía disponible para evapotranspiración, que se calcula diariamente, tiene
un componente “de radiación” y otro “aerodinámico”. El primero de ellos representa el
suministro de energía procedente de la radiación neta para proveer el calor latente de
vaporización a la masa de agua. El segundo tiene en cuenta la capacidad de
transporte del vapor fuera de la superficie de evaporación, variable según la velocidad
del viento y el gradiente de humedad en el aire sobre la misma.
La evapotranspiración potencial en un día viene dada por la relación entre la
energía disponible y el calor latente de vaporización correspondientes. La cantidad
evapotranspirada en cada paso de tiempo dependerá, además, del volumen de agua
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existente en las distintas formas susceptibles de evapotranspiración. La energía de
evapotranspiración se va empleando sucesivamente en evaporación del agua
superficial, evaporación subsuperficial y finalmente transpiración. La energía
disponible va disminuyendo a medida que se desarrollan estos fenómenos hasta
quedar anulada o bien agotar el agua disponible en el intervalo de tiempo considerado.
Evaporación del agua superficial
El volumen de agua que puede ser evaporado superficialmente es la suma del
agua interceptada y la almacenada en la superficie. Sobre él actúa toda la energía
disponible.
Evaporación del agua subsuperficial
Se establece una “profundidad máxima de evaporación”, profundidad de suelo a
lo largo de la cual el agua presente puede ser evaporada, que queda limitada por las
características del terreno (su conductividad hidráulica en concreto) y la zona climática
donde está situado el vertedero (temperatura, humedad y régimen de lluvias). En la
misma se distinguen además dos zonas: una superior en la que el fenómeno de
evaporación está gobernado por la disponibilidad de energía y otra, por debajo de esta
primera, en la cual la velocidad de ascenso del agua es limitante en el proceso.
En la zona superior la demanda ejercida depende de la energía restante del
proceso anterior y se limita además teniendo en cuenta que la presencia de biomasa
reduce el efecto aerodinámico del viento. Evaporada todo el agua disponible en esta
profundidad (se limita siempre a que el suelo alcance la humedad del punto de
marchitez), habiendo energía disponible, se produce el ascenso de agua en la otra
zona, en un volumen que depende de la conductividad hidráulica del suelo y el tiempo
durante el cual el propio proceso lleva desarrollándose.
Transpiración
La máxima cantidad de agua transpirable por la vegetación es una fracción de la
energía total disponible, que depende del área climática y la cantidad de biomasa
activa presente en el momento considerado. El programa incluye, para su cálculo, un
módulo de simulación de la evolución de la vegetación de la cobertura del vertedero a
lo largo del tiempo. El volumen transpirado no será mayor que el susceptible de
evaporarse con la energía de evaporación de agua subsuperficial remanente tras la
evaporación previa, ni que el veinticinco por ciento del agua no drenable disponible
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para las plantas (la humedad correspondiente a la capacidad de campo menos la del
punto de marchitez).
2.2.2.3. Escorrentía superficial
Tanto el HELP como el MOBYDEC calculan la escorrentía como dato auxiliar
para, a través del balance superficial, hallar la infiltración. Sólo el FILL entre los
modelos de vertederos, simula el transporte de agua en superficie detalladamente.
El HELP calcula la escorrentía superficial para cuantificar la infiltración (por
balance). Emplea el método empírico del número de curva del SCS (Soil Conservation
Service, 1972) modificado. El caudal de escorrentía superficial producido por
determinada altura de lluvia se calcula en función de un parámetro “de retención” que
representa la capacidad del terreno de recibir agua sin producir escorrentía. Esta
capacidad se establece en relación al contenido previo de humedad del suelo, las
características hidrológicas del mismo (capacidad de campo, punto de marchitez y
humedad de saturación) y, a través de un parámetro denominado “número de curva”, a
las cualidades del vertedero como cuenca hidrológica (vegetación, longitud de drenaje,
pendiente y tipo de suelo). Las expresiones y parámetros empleados han sido
obtenidos a partir de numerosas experiencias en Estados Unidos, relacionando
valores de lluvia diaria con volúmenes de escorrentía producido en cuencas con
distinto tiempo de concentración y distintas condiciones iniciales. La escorrentía
estimada por el modelo al final es el resultado de multiplicar la resultante de este
método por un “porcentaje de escorrentía”, que representa la parte de superficie en la
que, por sus pendientes, el agua de lluvia puede escurrir. Todo el resto será agua
infiltrada.
El FILL hace una aproximación más detallada que el HELP, teniendo en cuenta
explícitamente, y no sólo a través del número de curva, la pendiente y rugosidad de las
superficies de vertedero. Emplea el modelo analítico de onda cinemática para ir
calculando horariamente el caudal en cada segmento de la discretización (los
segmentos tienen una longitud variable entre 40 y 80 m). El incremento de flujo a
propagar es igual a la altura de precipitación menos la infiltrada.
En el MOBYDEC, basado en la aproximación clásica al balance de agua
(Thornthwaite y Mather, 1955), del agua precipitada que no ha sido evapotranspirada
se toma una fracción (a través de un coeficiente de escorrentía) como escorrentía
superficial, que se resta del total para estimar la cantidad infiltrada.
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El programa SWMM (Huber y Dickinson, 1988), diseñado específicamente para
simular la cantidad y calidad del agua asociada a escorrentías urbanas y redes
unitarias de saneamiento, simula el hidrograma de cada cuenca (caudal escurrido a lo
largo del tiempo) mediante el “modelo de embalse no lineal”, basado en la fórmula de
Manning y la ecuación de continuidad. El área total se divide en varias subcuencas,
según la disposición de la red de drenaje. Cada subcuenca se caracteriza por el área
superficial, una anchura equivalente (B), pendiente (S), coeficiente de rugosidad de
Manning (n), tasa de infiltración y una altura de detención o encharcamiento1 (Dd). La
lluvia se añade al volumen de agua acumulada en cada subcuenca de acuerdo con el
hietograma especificado por el usuario. De éste se descuenta la infiltración, quedando
una nueva altura de agua en superficie, D2. Si D2 es mayor que Dd se calcula el caudal
de escorrentía con la ecuación de Manning (2.2).
( )n
BSDtDtQ d ..)()(
2/13/52 −
= ( 2.2)
La nueva altura de agua sobre la superficie se calcula por continuidad (2.3).
tAtQtDttD ∆−=∆+ .)()()( 2 ( 2.3)
2.2.3. Flujo en el interior del vertedero
2.2.3.1. Introducción
El agua que se incorpora al interior del vertedero como humedad del residuo
depositado o proveniente de la precipitación sufre una serie de procesos antes de ser
recogida como lixiviado. Parte de la misma será devuelta a la atmósfera en forma de
humedad evaporada o evapotranspirada, parte es empleada por los microorganismos
en las reacciones de degradación del propio residuo y parte queda retenida en la masa
del vertedero durante períodos más o menos prolongados.
Para estudiar la formación de lixiviados hay que tener en cuenta que la masa de
residuo compactado no es una unidad homogénea, sino que está compuesta por
1 El “almacenamiento superficial en depresiones” representa en este modelo el volumen de agua que humedece la superficie y puede quedar encharcada antes de generar escorrentía, y que sobre superficies permeables queda disponible para infiltración y evaporación mientras que sobre impermeables sólo lo está para evaporación.
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materiales de muy diversa procedencia y características. El agua se almacena
fácilmente entre los residuos de papel y cartón o madera, en los macroporos formados
entre residuos compactados, sobre las capas impermeables de cobertura o las
formadas por restos de bolsas de plástico, entre otros, mientras que por otras zonas
resulta más difícil que se mueva. En el vertedero se pueden distinguir (Landva y Clark,
1990) huecos intraparticulares (propios de los residuos depositados) e interparticulares
(entre los constituyentes), y es posible que haya zonas donde la porosidad
intraparticular esté saturada permaneciendo secos los espacios interparticulares y
viceversa.
Según la hidrología agronómica, referida habitualmente a terrenos homogéneos,
el agua retenida entre los poros no fluirá hasta haber alcanzado una determinada
humedad, por debajo de la cual el terreno es capaz de retenerla frente a la acción de
la gravedad. Este umbral de humedad, característico de cada tipo de terreno, se
denomina “capacidad de campo”. Estrictamente la “capacidad de campo” se define
como el contenido de agua en el suelo 48 horas después de un riego o lluvia
abundante y suele estimarse midiendo el contenido de agua que tiene una muestra de
suelo en equilibrio con una presión de 33 kPa.
Para cuantificar la capacidad de retención de humedad de los residuos antes de
producirse la lixiviación se ha adoptado este mismo concepto de “capacidad de
campo” al vertedero. Así, se ha observado mediante experimentación en laboratorio
(Bengtsson, 1994) que la humedad de capacidad de campo de los residuos sólidos
urbanos puede alcanzar el 40% (vol/vol). Sin embargo en muchos vertederos los
lixiviados aparecen antes de alcanzar este valor, con humedades globales del 25 –
30%. Esta liberación “prematura” de líquido desde los residuos puede ser debida a
varios fenómenos:
1. La propia heterogeneidad del vertedero que hace que, mientras en algunas zonas
todavía la humedad no ha alcanzado la capacidad de campo, en otras ésta ya ha
sido rebasada.
2. La presencia de vacíos más o menos continuos (“macroporos”) cuya conductividad
hidráulica es mucho mayor que la de la matriz que los rodea. El fenómeno es
similar a la tubificación en presas o muros, formación de canales o fisuras por
donde el agua discurre en flujo preferencial frente al resto de la masa sólida
porosa.
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3. La existencia de movimiento del agua, flujo hacia las zonas inferiores, aun cuando
no se ha alcanzado la capacidad de campo. En este sentido hay que recordar que,
a pesar de que la simplificación puede ser válida, el transporte de humedad no es
un fenómeno discontinuo que comience tras el umbral de la capacidad de campo,
sino que, de forma más o menos despreciable, tiene lugar siempre que exista agua
en el terreno.
A medida que el vertedero “envejece”, acumula años de explotación, la aparición
de los lixiviados se hace más constante a lo largo del año. El vertedero va acumulando
agua hasta alcanzar su capacidad de campo y parece como si los macroporos
perdieran “efectividad” en el transporte de agua, de manera que éste se aproxima más
a un flujo a través de una matriz sólida (Bengtsson, 1994).
De las observaciones anteriores se concluye que en los vertederos “jóvenes” el
transporte de agua a través de canales preferenciales tiene mucha mayor importancia
que en vertederos más antiguos. En los primeros todavía no se ha alcanzado la
humedad de “capacidad de campo” de la masa total: el flujo esperable sería de tipo no
saturado y sin embargo las respuestas a las lluvias son más rápidas que en un terreno
sin saturar. Al pasar el tiempo se supera la capacidad de campo y la transmisión del
líquido parece más uniforme.
Hay que considerar, sin embargo, que estas variaciones pueden verse atenuadas
en gran medida en vertederos formados por distintas tongadas de residuo,
independientemente de la presencia de capas de cobertura intermedia. El lixiviado que
va llegando al pie del vertedero o a los sistemas de drenaje correspondientes, ha fluido
a través de todas las capas de residuo, unas veces a través de una “estructura
matricial”, saturada o no, y otras por caminos preferenciales, de manera que la teoría
de medio homogéneo no reproducirá exactamente las condiciones de transporte
cuando se trata de grandes volúmenes, como suele haber en los vertederos. En
presencia de capas de cobertura intermedias de menor permeabilidad, éstas
condicionarán, frenándola, la transmisión del flujo entre unos estratos y otros. Y en
todo caso el caudal de lixiviado global será el resultado de flujos con la respuesta
inmediata propia de los caminos preferenciales, frenados por las coberturas
intermedias, por la tortuosidad introducida en la estratificación, etc.
Esta variación entre unos vertederos y otros e incluso en un mismo vertedero
entre distintas zonas o a lo largo del tiempo ha dado lugar a registros muy dispares en
Desarrollo de MODUELO 2 ___________________________________________________________________ C2-13
MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO __________________________________
trabajos experimentales de caracterización hidráulica de los residuos y a modelos de
transmisión de la humedad en los mismos también sensiblemente diferentes.
En la Tabla 2.3 se reúnen los valores de la capacidad de campo, humedad de
saturación y permeabilidad (o “conductividad hidráulica saturada”) de los residuos
publicados por varios autores. La amplitud de los rangos en que varían estos
parámetros es prueba de la gran variabilidad de las condiciones hidráulicas
encontradas en distintos vertederos. Este hecho hace también que surjan expresiones
matemáticas tratando de representar el flujo de humedad en los residuos de tipo muy
diferente, como se muestra en el apartado siguiente.
C2-14 ___________________________________________________________________ Desarrollo de MODUELO 2
Tabla 2.3. Valores de los parámetros hidráulicos del residuo en vertedero observados por otros autores.
REFERENCIA Hum. satur. (vol/vol)
Capac. campo (vol/vol)
Permeabilidad (m/s) Comentario
Bleiker et al., 1993 10-5’8 a 10-8’0 Muestras de campo
Oweis, 1990 0’4 – 0’5 0’20 – 0’35 1’5.10-6 a 10-5 Ensayos in situ
Manassero et al., 1997 10-5 Orden de magnitud a partir de revisión bibliográfica
Schroeder et al., 1994 0’671 0’168
0’292 0’073
10-5 Residuos “normales” Residuos con canalizaciones
Huitric et al., 1980 0’065 – 0’397 Ensayos de laboratorio
Bengtsson et al., 1994 0’25 – 0’40 Revisión de casos
Korfiatis et al., 1984 0’5 – 0’6 0’20 – 0’30 1’3.10-4 – 8.10-5
En columnas de laboratorio
Koda y Zakowicz, 1998 0’3 - 0’4 a
0’5 – 0’7
0’32 - 0’38 a
0’51 – 0’56 5’3.10-4 – 1’11.10-6 Ensayos in situ
MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO __________________________________
2.2.3.2. Modelos de flujo de humedad en el residuo
A pesar de ser tan heterogéneo y presentar tanta variabilidad los modelos de
movimiento del agua en el seno de los residuos se basan en las teorías de flujo
subterráneo en el terreno, una de cuyas hipótesis es la homogeneidad del medio. Los
que tienen en cuenta el flujo preferencial son modelos “de calibración”, que incluyen
formulaciones muy simplificadas con parámetros sin sentido físico directo. Esta clase
de modelos no puede aplicarse para estimaciones “a priori” porque sólo cobran sentido
al ser calibrados con datos reales. En HELP, por ejemplo, la existencia de
canalizaciones se simula con el mismo modelo de medio homogéneo, aumentando los
valores de permeabilidad (haciendo más rápido el flujo de agua) y disminuyendo la
capacidad de campo (capacidad de retención de la humedad).
Se han publicado numerosas formulaciones matemáticas de este tipo para
cuantificar el caudal de lixiviado afluente a la red de drenaje (Wong, 1977; McBean et
al., 1982; Demetracopoulos y Korfiatis, 1984; Korfiatis y Demetracopoulos, 1986;
McEnroe, 1989; Moore, 1983) o el transporte de contaminantes (muchos descritos en
El-Fadel et al., 1997a), pero pocas se han empleado para simular diferentes
vertederos reales. Unas son fórmulas que tratan de acotar valores de caudal como
ayuda al diseño de los vertederos y otras modelos para interpretación de celdas de
laboratorio o casos reales concretos. Destaca entre todas las del HELP, las únicas que
son aplicadas en simulación de vertederos en todo el mundo. Aquí se incluye un
resumen del planteamiento teórico de HELP para resolver el flujo de humedad hacia
los conductos de evacuación de lixiviado que permite su contraste con el modelo que
se presenta en este trabajo. Seguidamente se presentan los reunidos en el FILL y
finalmente los empíricos de MOBYDEC y el modelo propuesto por Butler et al. (1999).
Los dos primeros modelos dividen el vertedero en volúmenes elementales y permiten
calcular las necesidades de transporte de lixiviados en distintos puntos del mismo,
mientras que los segundos pueden aplicarse en todo caso para estimación de los
volúmenes globales a recibir en las instalaciones de tratamiento o almacenamiento de
los mismos.
El modelo HELP
HELP es un modelo “cuasi-bidimensional”: “cuasi” porque el vertedero se
discretiza unidimensionalmente dividiendo su altura en varias capas a través de las
C2-16 ___________________________________________________________________ Desarrollo de MODUELO 2
__________________________________ MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO
cuales va calculando el flujo de humedad y “bidimensional” porque incluye un modelo
de flujo horizontal hacia los conductos de drenaje.
El vertedero se describe en el programa mediante superposición de capas con
distintas propiedades hidráulicas. Existen cuatro tipos: de percolación vertical, de
drenaje lateral, capa impermeable mineral (barrera de suelo) y capa de
impermeabilización con geomembranas.
El programa calcula en primer lugar el flujo vertical entre capas, desde la superior
a la que representa el vaso de vertido, realizando un balance de agua para determinar
el almacenamiento y flujo a través de cada una. Sólo se calcula movimiento horizontal
en las capas de drenaje lateral apoyadas sobre una impermeable, que permite la
formación de un espesor saturado. Para ello se realiza una primera evaluación de los
caudales lateral y de percolación vertical, determinando la altura saturada media
correspondiente a ambos. Si ésta no coincide con la supuesta se repiten los cálculos
hasta lograr la convergencia. En las capas impermeables se asume que la humedad
es constante, igual a la de saturación.
El movimiento vertical del agua se simula a partir de la ecuación de Darcy para
flujo saturado en medio poroso, en la que se introduce la expresión de “conductividad
hidráulica no saturada” propuesta por Campbell (1974). El caudal por unidad de
superficie normal al flujo, q, se calcula con la fórmula
iKqr
rS ..
23λ
θφθθ
+
⎥⎦
⎤⎢⎣
⎡−−
= (2.4)
KS (L.T-1): conductividad hidráulica saturada; θ (vol/vol): humedad del residuo; rθ
(vol/vol): humedad residual; φ (vol/vol): porosidad total; λ : índice de distribución del
tamaño de poros, adimensional; i: gradiente hidráulico, adimensional.
Con esta expresión se calcula el flujo vertical en función del contenido de
humedad de la capa. En función de la recarga vertical, la capacidad de
almacenamiento y, en su caso, el agua evapotranspirada se evalúa el flujo hacia las
capas inferiores realizando iteraciones hasta que el valor hallado se corresponda con
el de almacenamiento medio de agua en la capa.
La percolación a través de capa impermeables se calcula a partir del mismo
planteamiento aplicado al caso saturado si se trata de una barrera mineral. El flujo a
Desarrollo de MODUELO 2 ___________________________________________________________________ C2-17
MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO __________________________________
través de geomembranas se calcula mediante fórmulas empíricas tomadas del trabajo
de Giroud y Bonaparte (1989), siempre función de la altura media de espesor saturado
en la capa superior.
El modelo de drenaje lateral se obtiene a partir de la ecuación de Boussinesq, que
introduce la ley de Darcy en el balance de conservación de la masa de agua,
empleando las hipótesis de Dupuit-Forcheimer: el flujo de gravedad hacia un sumidero
somero es paralelo a la capa inferior, y la velocidad es proporcional a la pendiente de
la superficie libre e independiente de la profundidad del flujo. Esto implica que la
pérdida de carga por flujo normal a la superficie es despreciable, lo que es aplicable en
capas de drenaje de permeabilidad alta y profundidades de flujo pequeñas, mucho
menores que la longitud de drenaje. La ecuación de Boussinesq puede escribirse:
( ) Rlhsenlh
lK
thn De +⎥⎦
⎤⎢⎣⎡
∂∂
−∂∂
=∂∂ .... α (2.5)
ne: porosidad drenable (porosidad menos capacidad de campo), adimensional; h (L):
altura de la superficie freática sobre la capa impermeable al borde del dren; t: tiempo;
KD (L.T-1): conductividad hidráulica saturada de la capa de drenaje lateral; L (L):
distancia a lo largo de la superficie en la dirección de drenaje; α: ángulo de inclinación
del fondo impermeable; R (L.T-1): recarga neta (aportación vertical de agua menos
filtración).
Suponiendo que el estado estacionario puede representar el fenómeno transitorio,
se asume:
0=∂∂
th
(2.6)
Rdx
dQD = (2.7)
QD (L2.T-1) = qd.L: caudal de drenaje lateral por unidad de anchura de dren en cualquier
x.
Expresando la ecuación en función de un eje horizontal x:
⎟⎠⎞
⎜⎝⎛==
dxdhy
dxdKqR DD .cos. 2 α (2.8)
C2-18 ___________________________________________________________________ Desarrollo de MODUELO 2
__________________________________ MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO
Siendo:
αtan.xhy −= (2.9)
Sustituyendo “h” por “y” y haciéndola adimensional, la ecuación queda:
αα 2
2
2
2
cos*
**tan
**
**.* Dq
dxdy
dxdy
dxydy =+⎟
⎠⎞
⎜⎝⎛+ (2.10)
y* = y/L, profundidad de saturación sobre la superficie “impermeable” adimensional; x*
= x/L, distancia horizontal adimensional y qD* = qD/KD, tasa de drenaje lateral
adimensional.
Asumiendo que el gradiente hidráulico es unitario a la altura del dren (flujo
vertical), y que la altura de saturación en el extremo más alejado de la longitud de
drenaje es mayor que cero se llega a:
α2cos*)(*)(* xqxy D= (2.11)
Esta ecuación se resuelve simplificándola e integrando entre x*= 0 y x*=1 para dos
casos: caudales pequeños o pequeñas alturas medias de saturación en la capa
(qD*<(sen2α)/4 ó *y >0’2.tanα) y para el caso opuesto. Se obtienen así las relaciones
entre la altura media de saturación de la capa y el caudal qD recogido lateralmente.
αα cos..2**
senqy D= para α2.4'0 senqD <
ó (2.12)
*.cos..2* ysenqD αα= para αtan.2'0* <y
y
⎥⎥⎥⎥⎥
⎦
⎤
⎢⎢⎢⎢⎢
⎣
⎡
⎟⎟⎠
⎞⎜⎜⎝
⎛⎟⎠⎞
⎜⎝⎛
⎟⎟⎠
⎞⎜⎜⎝
⎛=
πα
παπ
4'02ln.2
1
.4'0*
4'0.2.cos.4
*.*
senq
D
D
qy para (2.13) α2.4'0 senqD ≥
Desarrollo de MODUELO 2 ___________________________________________________________________ C2-19
MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO __________________________________
Estas ecuaciones (una de ellas según el caso) se aplican iterativamente en cada
capa calculando a la vez la filtración hacia capas inferiores y el almacenamiento de
humedad hasta hacer coincidir la altura media de saturación resultante de unos y otros
cálculos.
Modelo FILL
Khanbilvardi et al. (1995) describen el planteamiento teórico y aplicación a la
sección 6/7 del vertedero de Fresh Kills (en Nueva York) del modelo FILL. El modelo
de flujo de humedad en los residuos que se aplica al estudio de la variación del
espesor saturado de agua sobre el fondo del vertedero para cuantificar los caudales
de lixiviado y la percolación vertical a través de la capa de impermeabilización del vaso
es bidimensional no estacionario.
Para hallar la recarga vertical del “nivel freático del vertedero” emplean la
expresión de Korfiatis y Demetracopoulos (1986) obtenida a partir de las ecuaciones
de flujo no estacionario de humedad en la zona no saturada planteadas por otros
autores.
zDKNt ∂
∂−=
θθθ ).()( (2.14)
tN (L.T-1): recarga vertical del espesor saturado; θ : humedad; )(θK : conductividad
hidráulica no saturada, para la que adoptan también la expresión de Campbell (1974);
)(θD : difusividad de la humedad en el residuo, expresada a partir de las fórmulas de
Bristol y Williams (1987) y Rogowski (1971):
1
.).(.)(+
⎟⎠⎞
⎜⎝⎛
⎟⎟⎠
⎞⎜⎜⎝
⎛=
bs
s
eKbDθθ
θψθθ (2.15)
sθ : humedad de saturación; b: constante característica del material; eψ : carga de
succión de entrada de aire.
El drenaje lateral hacia los conductos de drenaje y a través del vaso es función del
espesor saturado (altura del nivel freático del vertedero), según la expresión obtenida
por Demetracopoulos (1988) aplicando las leyes de Darcy y de conservación de la
masa al volumen diferencial de control.
C2-20 ___________________________________________________________________ Desarrollo de MODUELO 2
__________________________________ MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO
thn
ddhKN
xhhK
x ectS δδα
δδ
δδ ..tan.. =⎟
⎠⎞
⎜⎝⎛ +
−+⎥⎦
⎤⎢⎣
⎡⎟⎠⎞
⎜⎝⎛ − (2.16)
Ks (L.T-1): conductividad hidráulica saturada de los residuos; h (L): altura de lixiviado
sobre el fondo del vertedero; α: ángulo de inclinación de la superficie del fondo; Kc
(L.T-1): conductividad hidráulica del material de impermeabilización del vaso; d (L):
espesor del material del vaso; ne: porosidad efectiva del residuo.
En FILL la ecuación se resuelve numéricamente con un esquema implícito de
diferencias finitas que describen Khanbilvardi et al. (1995). Estos autores también
comparan los resultados obtenidos con los de otros modelos aplicados al mismo
vertedero. A falta de datos de campo detallados, los autores concluyen que el modelo
dará una mejor estimación de los caudales de lixiviado que los modelos de flujo
estacionario (Darcy), de balance global (sin movimiento de agua dentro del vertedero)
y el HELP porque describen la realidad de manera más realista.
Modelo MOBYDEC
Según el modelo de Guyonnet et al. (1998) parte del agua que atraviesa la capa
superficial del vertedero pasa rápidamente a través de los residuos por caminos
preferenciales, mientras que el resto es absorbido por los residuos, que luego la van
liberando con una cinética de primer orden (2.17).
).(2ln
5'0cTt
θθδδθ
−−= si cθθ ≥ (2.17)
θ : humedad del residuo; cθ : “humedad crítica”, a partir de la cual aparece el lixiviado;
T0’5: vida media de descenso del lixiviado.
El modelo calcula para cada paso de tiempo el volumen de agua que aparece
instantáneamente en el lixiviado y el que es liberado lentamente en función de la
humedad acumulada. Conociendo la permeabilidad del vaso de vertido se calcula el
caudal infiltrado a través del mismo (suponiendo un gradiente unidad). El caudal de
lixiviado recogido en el sistema de evacuación será la suma del instantáneo más el
liberado, menos el infiltrado en el fondo. Se trata de un modelo empírico cuyos
parámetros α (proporción del agua infiltrada que circula por los caminos
preferenciales), T0’5 y θc deben determinarse por ajuste de los resultados a los
caudales observados.
Desarrollo de MODUELO 2 ___________________________________________________________________ C2-21
MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO __________________________________
Guyonnet et al. (1998) presentan varias aplicaciones de este modelo, en las que
se comprueba que los parámetros varían según el estado de los residuos, lo que
implica que no son adecuados para simulaciones a largo plazo, pues variarán a lo
largo del tiempo en un mismo vertedero.
Modelo de Butler et al. (1999)
En Butler et al. (1999) se presenta un modelo simplificado de vertederos que
acopla una expresiones simplificadas de la degradación de los residuos con un modelo
estocástico que representa la hidrología y transporte de los contaminantes en el
vertedero.
Para representar el movimiento del lixiviado se emplea una aproximación
estadística basada en la hipótesis de distribución logonormal de las velocidades
verticales de flujo con media µ y desviación estándar σ. Butler et al. (1999) determinan
la expresión de la probabilidad de que Tb, el tiempo de viaje de un contaminante en el
interior del vertedero desde su punto de generación, esté en el intervalo [t, t+δt]. A
partir de esta expresión puede obtenerse la distribución de tiempos de viaje desde
cualquier punto del vertedero hasta la base, e integrarla con los modelos de
contaminación. Resuelven así el problema hidrológico con el parámetro “media de las
velocidades” (que puede obtenerse mediante un balance general de agua en el
vertedero y estimando su capacidad de campo) e introduciendo el efecto de
heterogeneidad por caminos preferenciales o zonas estancadas mediante el valor de
la desviación estándar, “único parámetro indeterminado”.
2.2.3.3. Modelos de variación de los parámetros hidrológicos.
Como se deduce de lo expuesto en el apartado 2.2.3.1, para representar
adecuadamente los fenómenos hidráulicos en el vertedero a lo largo de su historia hay
que considerar dos fenómenos principales: la variación en los parámetros de retención
de humedad al pasar el tiempo y la modificación de las condiciones de transporte de
esta humedad. Surgen para ello modelos de variación de la capacidad de campo y de
la permeabilidad, que no han llegado a implementarse en programas de simulación del
vertedero anteriores a MODUELO.
.- La capacidad de campo
Como se ha adelantado, un vertedero sometido a flujo de agua a su través
incrementará su humedad hasta alcanzar la correspondiente a su “capacidad de
C2-22 ___________________________________________________________________ Desarrollo de MODUELO 2
__________________________________ MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO
campo” (CC), momento a partir del cual permitirá la circulación libre del agua que
entra. Este concepto representa una simplificación de los fenómenos reales, pues en
realidad la liberación de agua por el residuo es mucho más compleja (Vorster, 2001),
pero es habitualmente manejado en los modelos hidrológicos.
La capacidad de campo depende de la textura y estructura del material. En una
primera aproximación puede relacionarse con la granulometría del mismo. Así, un
terreno arcilloso es capaz de retener, en el punto de capacidad de campo, un 40% de
su peso en agua, uno limoso el 20%, mientras que las arenas conservan
aproximadamente un 10% (Cosandey y Robinson, 2000).
La capacidad de almacenamiento de humedad de los residuos dependerá de su
composición, edad, estado de degradación y sobrecarga a la que están sometidos. La
capacidad de campo decrece al aumentar la densidad del residuo o la sobrecarga que
actúa sobre el mismo (Campbell, 1983; Holmes, 1980; Huitric et al., 1980). Koda y
Zakowicz (1998) estudiaron la variación de la capacidad de campo en varias zonas de
un vertedero según la edad de los residuos y su profundidad, llegando a establecer
una influencia conjunta de la compactación (cambia la estructura del residuo) y la
degradación (con el tiempo parece reducirse también la capacidad de campo).
Las fórmulas desarrolladas a partir de estos resultados experimentales suelen
simplificar estas relaciones, expresando la capacidad de campo en función de una
única variable que representa la influencia de los dos fenómenos mencionados. Las
variables adoptadas por los distintos autores han sido bien el peso específico, bien la
sobrecarga sobre la capa considerada. Ambas tienen relación directa con los
fenómenos de compactación (una causa de los mismos es la sobrecarga y con ella
aumenta el peso específico) y descomposición (la consolidación secundaria que
provoca aumenta el peso específico y además el residuo con mayor grado de
descomposición y por tanto mayor antigüedad generalmente estará sometido también
a mayor sobrecarga).
La fórmula (2.18), propuesta por Huitric et al. (1980), relaciona los valores de
capacidad de campo expresada como porcentaje de humedad respecto al peso de
sólido (peso seco) con la sobrecarga a que está sometido el residuo.
CCi= CCa - (CCa - CCb)(1/(1+CCc/Wi)) (2.18)
Wi: presión sobre la celda “i” debida al peso de las celdas situadas encima; CCi:
capacidad de campo de la celda "i", expresada como porcentaje de humedad respecto
Desarrollo de MODUELO 2 ___________________________________________________________________ C2-23
MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO __________________________________
al peso de la capa; CCa = capacidad de campo inicial de los residuos, cuando no están
sometidos a presión (corresponde a la máxima humedad que puede retener un
residuo); CCb = capacidad de campo mínima, que corresponde a la humedad que
podría retener un residuo cuando está sometido a una presión infinita (Wi= ∞); CCc =
un parámetro de calibración, como el anterior, que define la variación de la CC con la
profundidad entre los valores extremos CCa y CCb. En el modelo original se proponían
unos valores del 60%, 5% y 10000 kg/m2 para cada uno de los parámetros
mencionados.
.- La permeabilidad de los residuos.
Para determinar la permeabilidad de los residuos en el vertedero se han
empleado ensayos de varios tipos: lisímetros y ensayos de laboratorio, ensayos de
bombeo y de descenso del nivel piezométrico (“falling head test”), estimación a partir
de datos de campo, etc. Por supuesto este parámetro depende totalmente del tipo de
residuo, grado de compactación, estado de degradación, etc., pero como aproximación
suele compararse con la permeabilidad de una arena fina limpia, del orden de 10-5 m/s
(Manassero, 1997).
A partir de datos experimentales (Bleiker, 1993; Jang, 2000; Landva y Clark 1990;
Landva, 1998; Oweis, 1990), se han propuesto varios modelos (Bleiker, 1995;
Demirekler et al., 1999; Powrie y Beaven, 1999; Rowe y Nadarajah, 1996) que tratan
de reproducir la disminución de la permeabilidad al aumentar la profundidad de
confinamiento de las capas de residuo.
Bleiker (1995) desarrolló un modelo de compresión-asentamiento de aplicación a
cada capa de residuo. A partir de él estima la conductividad hidráulica como función
del asentamiento sufrido por la capa (ecuación 2.19).
).exp(. 021 H
HHCCK −−= (2.19)
Ci: constantes del modelo; H0: espesor inicial de la capa considerada; H: espesor de la
capa en el momento considerado, que varía exponencialmente con el tiempo y
linealmente con el esfuerzo efectivo.
Demirekler et al. (1999) incluye, en un modelo tridimensional con el que simula la
cantidad y salinidad del lixiviado a lo largo del tiempo, un modelo de variación de la
C2-24 ___________________________________________________________________ Desarrollo de MODUELO 2
__________________________________ MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO
permeabilidad con el esfuerzo vertical total a que está sometido el residuo (2.20),
basado en datos de laboratorio y de campo.
).exp(. iWbaK −= (2.20)
“a” y “b” son constantes a calibrar; Wi: esfuerzo vertical total, igual al peso del material
(incluida el agua) sobre la capa.
Powrie y Beaven (1999) establecieron un modelo (2.21 y 2.22) que relaciona los
valores de la densidad del residuo, ρs y la permeabilidad con el esfuerzo efectivo (σ -
p) a través de cuatro coeficientes empíricos (A, B, n y m).
(2.21) ns pA ).( −= σρ
mpBK ,).( −= σ (2.22)
Rowe y Nadarajah (1996) desarrolla a partir de los datos medidos en el vertedero
de Fresh Kills de Nueva York, un modelo similar más sencillo, que expresa la
permeabilidad en función de la profundidad considerada (2.23), y obtiene las
constantes correspondientes.
).269'0exp(.00018,0 zK −= (2.23)
Donde z es la profundidad (m).
Landva (1998) realizó una serie de ensayos en campo y laboratorio con cuyos
resultados confirmó la gran variabilidad de K según la escala estudiada, la escasa
diferencia entre Kv y Kh y la aplicabilidad del modelo de Rowe y Nadarajah como
expresión aproximada de la tendencia del parámetro.
Desarrollo de MODUELO 2 ___________________________________________________________________ C2-25
MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO __________________________________
2.3. DEGRADACIÓN DE LOS RESIDUOS EN EL VERTEDERO
2.3.1. Introducción
2.3.1.1. Procesos de descomposición del residuo
Los residuos sólidos urbanos que van a parar al vertedero constituyen una mezcla
de materiales orgánicos e inorgánicos de características diferentes. Según su
composición y naturaleza estos materiales serán degradados por efecto de procesos
físicos, químicos y/o biológicos, dando lugar a la contaminación del lixiviado y gases.
Entre los contaminantes que aparecen en el mismo destacan por un lado los
compuestos tóxicos inorgánicos (metales pesados entre otros) y por otro las
sustancias orgánicas. El impacto causado por los primeros es debido al daño que
provocan aun encontrándose en pequeñas concentraciones, mientras que las
segundas son problemáticos fundamentalmente por las elevadas concentraciones que
alcanzan. Estas últimas son consecuencia de la descomposición de la fracción
orgánica del residuo, debida principalmente a su consumo como sustrato por parte de
microorganismos. El resultado de esta biodegradación es la liberación al lixiviado de
compuestos inicialmente sólidos y la generación de gas como producto final de las
transformaciones biológicas.
La descomposición de la materia orgánica compleja suele describirse como una
serie de etapas de degradación anaerobia en que participan varias especies
biológicas. Han propuesto varias teorías que incluyen distinto número de etapas de
descomposición. Una de las más extendidas es la que se resume en la Figura 2.1. En
primer lugar se produce la hidrólisis del sólido orgánico, dando lugar a polímeros más
simples como proteínas, carbohidratos y lípidos que a su vez son hidrolizados y
forman azúcares, aminoácidos y ácidos grasos volátiles de alto peso molecular. Los
aminoácidos y azúcares son transformados en productos intermedios (propiónico,
butírico y otros ácidos volátiles) o se fermentan directamente produciendo ácido
acético: en ambos casos se genera además amonio. Los ácidos grasos de cadena
larga se descomponen en subproductos intermedios como los mencionados e
hidrógeno. Los productos de degradación final son dióxido de carbono y metano.
Si se observa el proceso de descomposición en un volumen de residuo urbano
aislado, haciendo un seguimiento de las emisiones a que da lugar, pueden distinguirse
cuatro fases en las que se inscriben las etapas de descomposición anaerobia
C2-26 ___________________________________________________________________ Desarrollo de MODUELO 2
__________________________________ MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO
enumeradas arriba: un “ajuste” a las condiciones anaerobias, una fase “ácida”, una
“metanogénica” y una fase de “maduración” final (Figura 2.2).
PRODUCTOS INTERMEDIOS(Propionato, butirato, etc) + H2
MATERIA ORGÁNICA COMPLEJA
POLÍMEROS BIOLÓGICOS COMPLEJOS
PROTEÍNAS CARBOHIDRATOS LÍPIDOS
AMINOÁCIDOS + AZÚCARES ACIDOS GRASOS + ALCOHOLES
ACETATO H2 + CO2
CH4 + CO2
H idrólis isBacterias ferm entativas e hidro lít icas
H idrólis isBacterias fe rm enta tivas e hidro líticas
Ferm entac iónBacterias fe rm enta tivas
M etanogénesis reductivaM etanógenas reduc toras de C O 2
M etanogénesis acetoclásticaM etanógenas aceto fílicas
H om oacetogénesisAcetógenas consum idoras de H 2
76%
52%
28%
4%
72%
20%24%
AcetogénesisAcetógenas productoras de H 2
AcidogénesisBacterias ferm enta tivas
Figura 2.1. Esquema de las reacciones en la digestión anaerobia de materiales poliméricos (adaptado de Zehnder, 1982, Gujer y Zehnder, 1983 y Zinder, 1984).
Durante la “Fase de ajuste” (I y II en la figura), que tiene una duración reducida en
el proceso global de descomposición, se producen transformaciones de tipo aerobio y
seguidamente anóxico hasta eliminar el oxígeno disponible primero y los nitratos y
sulfatos que actúan como aceptores de electrones después. Como consecuencia de
estas reacciones (fuertemente exotérmicas las aerobias) se registrará un aumento de
la temperatura y cierta liberación de CO2, N2, SH2 y ácidos orgánicos que disminuyen
el pH del lixiviado. Esta etapa no suele incluirse en los modelos de degradación del
Desarrollo de MODUELO 2 ___________________________________________________________________ C2-27
MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO __________________________________
vertedero por su limitada importancia relativa frente a otras tanto temporal (abarca
períodos del orden de un mes) como en la magnitud de la degradación producida.
Figura 2.2. Evolución en el tiempo de las emisiones del vertedero. Fases “de ajuste inicial” (I y II), “ácida” (III), “metanogénica” (IV) y de “maduración” (V). (Tchobanoglous
et al., 1994)
La “Fase Ácida” (III en la figura) engloba los procesos de descomposición previos
a la generación de metano. Los compuestos de elevado peso molecular son
hidrolizados: aparecen compuestos orgánicos más simples (aminoácidos, azúcares,
alcoholes, ácidos grasos) que dan lugar a ácidos grasos volátiles (“acidogénesis”),
acetato (“acetogénesis”), desprendiéndose CO2 y, en menos cantidad, H2. El pH del
lixiviado entonces puede descender por debajo de 5. La contaminación aumenta a la
vez que el contenido en metales pesados y algunos nutrientes esenciales (Fe, Mn, Zn,
C2-28 ___________________________________________________________________ Desarrollo de MODUELO 2
__________________________________ MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO
Ca, Mg, etc.), cuya solubilidad crece en condiciones de acidez. Se producen también
elevadas concentraciones de amonio, resultado principalmente de la degradación de
materiales proteínicos. Esta fase, que genera los lixiviados con mayor carga
contaminante (gran concentración de metales pesados y compuestos orgánicos y pH
ácido) puede prolongarse durante años, incluso décadas. El pH alcanzado depende de
la cantidad de ácidos orgánicos que se hayan producido, los cationes disueltos que
contrarresten su carga, y la presión parcial de dióxido de carbono en contacto con el
lixiviado. El amonio es el único compuesto generado biológicamente con importancia
en el balance de alcalinidad, pero no es suficiente para equilibrar las cargas. Para ello
es fundamental la presencia de cationes metálicos procedentes de la materia
biológicamente inerte, fundamentalmente Na+, K+, Ca2+ y Fe2+ (Young, 1995).
Durante la siguiente etapa, “Fase de generación de metano” (IV), los organismos
metanogénicos transforman unos el ácido acético (organismos acetoclásticos) y otros
(hidrógenotróficos) el dióxido de carbono e hidrógeno presentes en el residuo en
metano y dióxido de carbono. El pH del lixiviado aumenta descendiendo el contenido
orgánico del lixiviado y su conductividad. Disminuye también la presencia de metales
pesados y otros componentes inorgánicos, que no se mantienen en disolución a pH
elevado. La concentración de amonio puede ser elevada todavía.
Por último en la “Etapa de maduración” se siguen descomponiendo los materiales
de degradación lenta, apareciendo lixiviados ácidos recalcitrantes (denominados
habitualmente “compuestos húmicos”). Sustancias inorgánicas como el Fe, Na, K,
sulfatos y cloruros pueden continuar lixiviándose durante largo tiempo.
Las curvas mostradas fueron elaboradas por los autores a partir de otras
publicadas por Farquhar y Rovers (1973), Parker (1983) y Pohland (1987 y 1991). Uno
de los trabajos más completos en este sentido fue el presentado por Pohland et al.
(1985). A partir de resultados experimentales de un reactor de laboratorio donde se
aceleró la estabilización del residuo urbano mediante recirculación de lixiviados
dibujan las curvas de variación del contenido en DQO, ácidos grasos volátiles, pH y
potencial de oxidación – reducción del lixiviado y de la generación y composición (CO2
y CH4) del biogás. Como la experiencia comienza cuando ya se ha generado el primer
lixiviado los datos sólo abarcan desde la etapa “de transición” hasta la de “generación
de metano”, aunque las curvas se prolonguen a derecha e izquierda. Estos autores
presentan además una estimación de la curva de proporción de hidrógeno en el gas
generado a partir de referencias de otros autores, ya que ellos no lo miden.
Desarrollo de MODUELO 2 ___________________________________________________________________ C2-29
MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO __________________________________
En la fracción orgánica de residuo urbano “fresco” predominan los carbohidratos
y las proteínas (Barlaz et al., 1990), siendo poco significativa la ruta metabólica
descrita para los lípidos. Por otro lado, en un vertedero las etapas descritas no
estarán tan claramente definidas (menos cuanto mayor sea su vida útil). Los residuos
van siendo vertidos a lo largo del tiempo y los procesos de descomposición los afectan
de manera diferente según varios factores (“antigüedad”, condiciones de vertido como
compactación, trituración, humedad). Así mientras en las nuevas áreas de vertido se
están produciendo reacciones de tipo aerobio en otras zonas la materia orgánica
presentará un estado de degradación metanogénica muy avanzado. Las
características de lixiviados y biogás en cada momento serán consecuencia de ese
conjunto de distintos procesos que están teniendo lugar.
2.3.1.2. Factores que influyen en la descomposición.
Son muchas las variables que condicionan el proceso de descomposición del
residuo: las características del propio residuo (composición, densidad, tamaño de
partícula), la presencia de humedad, la temperatura, pH, la disponibilidad de nutrientes
y presencia de microorganismos, la existencia de factores inhibidores como son el
oxígeno, metales, sulfatos. Se han realizado muchos estudios, de campo y laboratorio,
para observar la influencia de estos parámetros, pero casi siempre las relaciones
establecidas han sido sólo cualitativas.
La variable fundamental al estudiar la degradación en el vertedero es la naturaleza
de los residuos: materiales que lo componen, composición química y estructura de los
mismos. Y precisamente estas características son difíciles de conocer en detalle y
establecer con seguridad de cara a la descripción matemática del residuo, por la
naturaleza heterogénea de los vertidos. En el apartado siguiente se presentan distintas
aproximaciones a este problema, que condicionan las posibilidades de simulación.
Los investigadores coinciden en señalar que, a igualdad en la naturaleza de los
residuos, la humedad parece ser el parámetro que más condiciona la velocidad de
descomposición en el vertedero (Barlaz et al., 1990; Young, 1995; El-Fadel et al.,
1996d y 1997b). Otras variables importantes en la degradación anaerobia como son
temperatura y pH no muestran un efecto tan pronunciado, porque los rangos en que se
mueven en las instalaciones de vertido no llegan a ser inhibitorios (El-Fadel et al.,
1996a).
C2-30 ___________________________________________________________________ Desarrollo de MODUELO 2
__________________________________ MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO
La presencia de agua no sólo proporciona el medio de transporte de nutrientes y
microorganismos facilitando que ambos entren en contacto, sino que a la vez tiene
otros efectos favorecedores de la degradación, como es la dilución de las sustancias
inhibidoras, por ejemplo. Y su efecto depende mucho del tamaño del residuo pues éste
condiciona la superficie expuesta directamente a la degradación (Barlaz et al., 1990).
2.3.2. Estudios sobre la biodegradabilidad de los residuos
Los estudios sobre biodegradación del residuo en vertedero que tienen como
objeto su modelización parten siempre de una representación ideal de sus
características para poder definir sobre ella las transformaciones que interese. Las
características del residuo en descomposición condicionan el desarrollo del propio
proceso, así como los productos finales a los que da lugar. Por este motivo cobre
importancia la forma de caracterización del mismo.
El parámetro más extendido al caracterizar el comportamiento del residuo ante los
fenómenos de biodegradación es el potencial bioquímico de metano (PBM), que
cuantifica la cantidad de metano a que puede dar lugar la unidad de masa del material
por descomposición anaerobia. Existen y se van creando distintas técnicas para
determinarlo (Adani et al., 2001; Cossu et al., 2001; Harries et al., 2001a y 2001b:
Heerenklage et al., 2001; Laquidara et al., 1986; Owens y Chynoweth, 1993), pero
todavía no se ha normalizado ningún ensayo. Los datos de biodegradabilidad
publicados surgen de distintas condiciones experimentales (diferente humedad,
trituración, incluso naturaleza del residuo...). Esto hace imposible en muchos casos la
comparación entre unos y otros. Y muy comprometida resulta también su
extrapolación a las condiciones del residuo en el vertedero, difícilmente reproducibles
en laboratorio.
En la Tabla 2.4 se reúnen los valores obtenidos por varios autores para la
biodegradabilidad de distintos materiales de la corriente general de residuos sólidos
urbanos. Tchobanoglous et al. (1994), frente a los otros autores referidos, definen esta
característica como una proporción de la masa total de residuo (%B), función de su
contenido en lignina y sólidos volátiles. La transformación de los valores de PBM a %B
se realiza sin más que aplicar la fórmula de conversión total a metano (2.24) al
residuo, compuesto por C, H, O y N en la proporciones recogidas en la tabla.
CCbHHbOObNNb + [(4Cb – Hb – 2Ob + 3Nb) / 4] H2O → [(4Cb + Hb – 2Ob – 3Nb) / 8] CH4 +
+ [(4Cb–Hb+2Ob+3Nb) / 8] CO2 + Nb NH3 (2.24)
Desarrollo de MODUELO 2 ___________________________________________________________________ C2-31
MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO __________________________________
Si en este caso se producen desviaciones considerables entre los valores propuestos
por distintos autores, que pueden ser debidas, entre los factores comentados, a las
diferencias entre el propio material analizado (existen muchos tipos de “papel”, por
ejemplo), el problema es mayor cuando se trata de caracterizar materiales
previamente vertidos (determinar una “foto fija” del vertedero, no describirlo “por
componentes”). En esta dirección se han realizado estudios que tratan de relacionar el
PBM con otras variables observables de manera más inmediata, como el contenido en
sólidos volátiles (SV), carbono orgánico total (COT), la demanda química de oxígeno
(DQO), contenido en celulosa, (Bertanza et al., 2001; Cossu et al., 2001; Harries et al.,
2001b; Martín, 1997). Con este tipo de relaciones se puede estimar la cantidad total de
biogás que podría generarse en vertedero sin necesidad de prolongar la
experimentación hasta lograr la degradación completa del material. Queda por definir
todavía a qué velocidades se producirá.
En la definición del residuo “por componentes” estimar las velocidades de
degradación a partir de estudios previos no resulta especialmente complicado, pues la
estructura de cada material condiciona el tiempo necesario para su descomposición.
Mucho más dificultoso es el caso de “foto fija”. Parámetros como la DQO o los SV no
aportan información sobre la facilidad con que los compuestos se reducen a metano.
Es necesario determinar los compuestos orgánicos que aparecen en la mezcla. Barlaz
et al. (1997), entre otros autores, estudian la relación entre la aparición de celulosa,
hemicelulosa y lignina en la masa y su estado de degradación, llegando a concluir que
no puede establecerse una relación directa, porque intervienen otros factores como el
grado de acceso de la biomasa al residuo y su “lignificación”. En estos casos podría
resultar de gran ayuda a los ensayos experimentales específicos simular procesos de
degradación de un residuo original con distintas proporciones de material degradable a
diferente velocidad hasta determinar aquella que más se aproxime al PBM observado.
C2-32 ___________________________________________________________________ Desarrollo de MODUELO 2
Tabla 2.4. Biodegradabilidad de los principales componentes del residuo urbano según varios autores.
Componentes del residuo PAPEL CARTON RESIDUOS DE ALIMENTOS
RESIDUOS DE JARDÍN MADERA TEXTIL GOMA_CUERO
C 43’50 44’00 48’00 47’80 49’50 55’00 69’00
H 6’00 5’90 6’40 6’00 6’00 6’60 9’00
O 44’00 44’60 37’60 38’00 42’70 31’20 5’80
N 0’30 0’30 2’60 3’40 0’20 4’60 6’00
Composición media (1)
S 0’20 0’20 0’40 0’30 0’10 0’15 0’20
Fracción gasificable (MODUELO 1) 12% 11% 22% 10% 8% 5% 6%
Fracción biodegradable (1) 44% 38% 58% 45% 61% 40% 0%
PBM (mLCH4/g seco) correspondiente 184 161 281 207 294 222 0
PBM (mLCH4/g seco) (2) 74 - 217 152 301 31 - 144 63 - -
Fracción biodegradable correspondiente 19% - 56% 39% 70% 7% - 34% 14% - -
PBM (mLCH4/g seco) (3) 93 - 249 183 16 – 94* 91- 235 14-158 94-142 -
Fracción biodegradable correspondiente 30% - 40% 44% 20% - 51% 3% - 33% 17 – 25% -
fbio adoptado en MODUELO 2 40% 41% 64% 35% 17% 32% 0% (1) Tchobanoglous et al. (1994) y Bonori et al. (2001). El PBM se obtiene aplicando la reacción de descomposición total a la “fórmula química”
correspondiente; (2) Barlaz et al. (1997); (3) Harries et al. (2001a). * Incluye residuos de jardín
MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO __________________________________
2.3.3. Modelos de biodegradación del residuo existentes
Si en cuanto a modelización hidrológica del vertedero existe un programa
ampliamente utilizado, no ha ocurrido lo mismo con los intentos de representar la
degradación del residuo y la generación de biogás. Sí que se han desarrollado, desde
mediada la década 1970-1980, expresiones para simular la degradación en el
vertedero y sus consecuencias (El-Fadel et al., 1997b), casi siempre con los objetivos
de cuantificar las potenciales emisiones contaminantes o evaluar la viabilidad del
aprovechamiento energético del biogás. Hasta muy recientemente las publicaciones
en referencia a modelos para evaluar los efectos ambientales a que pueden dar lugar
distintas alternativas de diseño u operación eran escasas (Vincent et al. (1991),
PITTLEACH-2 [Pohland y Al-Yousfi, 1995; Al-Yousfi et al., 1998], HEAT-GAS [El-Fadel
et al., 1996b, 1996c y 1996d]). Ha sido en los últimos años cuando la búsqueda de
estas herramientas ha experimentado un gran impulso en distintos grupos de trabajo
(Butler et al., 1999, Hanel et al., 2001, Haarstrick et al., 2001a y 2001b, Lee et al.,
2001, McDougall y Philp, 2001, Shelley et al., 2001, White et al., 2001, Zacharof y
Butler, 1999 y 2001). En la Tabla 2.5, Tabla 2.6 y Tabla 2.7 se resumen varios
modelos de biodegradación del residuo urbano en el vertedero descritos por otros
autores.
Algunos de los trabajos publicados, incluso entre las expresiones más sencillas
planteadas inicialmente, lograron reproducir de forma adecuada las emisiones
observadas en un caso particular, pero ninguna ha alcanzado una aceptación y
empleo general de la magnitud alcanzada por el HELP. Las razones para este
“retraso” respecto a la modelización hidrológica son por un lado la complejidad de los
fenómenos que se intenta representar y por otro la escasa disponibilidad de datos de
campo históricos e incluso actuales, que permitan calibrar, validar y mejorar los
modelos que se van proponiendo.
Entre las expresiones que cuantifican la degradación del residuo en el vertedero
se pueden diferenciar dos tipos: “globales” y “biocinéticas”. Las denominadas
“globales” agrupan todos los fenómenos de degradación en expresiones sencillas,
generalmente de tipo exponencial, que calculan la cantidad de biogás generado en
función del tiempo y algún parámetro de calibración experimental, generalmente la
tasa de generación y la producción total de gas. El problema que presentan es que
muchas veces el modelo surge del intento de ajuste de los datos de recuperación de
gas en una instalación específica y por tanto no es generalizable a otras
circunstancias. En todo caso los parámetros han de ser calibrados en cada caso
C2-34 ___________________________________________________________________ Desarrollo de MODUELO 2
__________________________________ MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO
particular a partir de datos de campo, de manera que no pueden emplearse para
estimaciones “a priori”. Frente a estos los “biocinéticos” estudian el vertedero como
biorreactor y establecen formulaciones más complejas, basadas en la modelización de
la digestión anaerobia, en las que intervienen sustratos y biomasas además de los
productos finales. Al simular el propio fenómeno de degradación, si bien de manera
más o menos simplificada, es de esperar que su validez sea extensiva a otras
instalaciones. Por otro lado el número de parámetros a validar será mucho mayor, al
tratarse de expresiones más complejas. Últimamente se han planteado también
análisis matemáticos que van más allá del concepto de reactor biológico y entran a
describir cómo se desarrolla la degradación del residuo desde la zona superficial hacia
el interior asimilando cada partícula de residuo a un “microrreactor” (Martin y Potts,
2001), lo cual aumenta sobremanera el número de variables a manejar en el estudio
del vertedero.
Los modelos desarrollados son de “etapa única” o bien “secuenciales”, que
establecen distintas fases de degradación previas a la generación de biogás. Los
últimos, más detallados, implican la aparición de un mayor número de parámetros a
fijar aumentando entonces la dificultad de su aplicación, sobre todo en los modelos
“biocinéticos” en los que aparecen distintos tipos de biomasa y productos intermedios.
El modelo se complica aún más cuando se incluyen los fenómenos de generación
y transporte del calor y transporte del biogás. A la formulación biocinética se añaden
expresiones termodinámicas y de equilibrio químico que han de resolverse
conjuntamente con los fenómenos biológicos, dando lugar a algoritmos de cálculo
cada vez más complejos.
Entre los modelos más sencillos (“globales de una etapa”) y los “biocinéticos”
basados en expresiones de tipo Monod surgen otros que consideran distintos
fenómenos de degradación consecutivos pero huyen del uso intensivo de parámetros
empíricos y emplean fórmulas simplificadas o de otro tipo. La calibración de estos
modelos puede basarse en el ajuste de las curvas de producción de biogás
observadas, como en Zacharof y Butler (2001) o en fundamentos biocinéticos, como lo
están los propuestos por McDougall y Philp (2001), Manna et al. (1999) y el mismo
modelo MODUELO.
Desarrollo de MODUELO 2 ___________________________________________________________________ C2-35
Tabla 2.5. Modelos de biodegradación de residuos urbanos en el vertedero publicados por otros autores (I).
REFERENCIA ETAPAS CONSIDERADAS (Modelo) DEFINICIÓN DEL RESIDUO CARACTERÍSTICAS
(componentes/influencia parámetros) APLICACIÓN
BONORI et al. (2001) Hidrólisis (P.O.) Metanogénesis (P.O.)
Por componentes (lentamente y rápidamente biodegradables)
Generación de biogás Vertedero real (0D)
EL-FADEL et al. (1996b), a partir de FINDIKAKIS y LECKIE (1979)
Hidrólisis (orden 1) Acidogénesis (Monod) Metanogénesis (Monod)
Lentamente. Moderadamente y rápidamente Khi
Generación y transporte de biogás y calor
Influencia de T y pH
Vertedero real (1D)
HAARSTRICK et al. (2001)
Hidrólisis (orden1), 2 Acidogénesis (Mon) Acetogénesis (Mon) Metanogénesis (2)
Fácilmente
Lentamente Hidrol. (Khi)
Generación de gas y calor y contaminación del lixiviado
Influencia de T y pH
Celda teórica (0D) A integrar en modelo
real 3D
LEE et al. (1993)
Hidrólisis (orden 1) Acidogénesis (Monod) Metanogénesis (Monod)
Global, BDM (material biodegradable, en g/g), que es el que se hidroliza
Generación de gas y contaminantes y transporte de contaminantes
Experimental (1D)
LEE et al. (2001) Hidrólisis (orden 1) Degradación aerobia o
anaerobia (Monod) Global (masa transferible al
líquido)
Generación y transporte de contaminantes, pérdida de masa sólida
Influencia de oxígeno disuelto
Celda teórica (0D) Análisis de sensibilidad
Tabla 2.6. Modelos de biodegradación de residuos urbanos en el vertedero publicados por otros autores (II).
REFERENCIA ETAPAS CONSIDERADAS (Modelo) DEFINICIÓN DEL RESIDUO CARACTERÍSTICAS
(componentes/influencia parámetros) APLICACIÓN
MANNA et al. (1999) Metanización (P.O.) Por componentes: cada uno
fracción biodegradable y velocidad de degradación
Generación de biogás Influencia de T
Vertedero real (1D)
McDOUGALL y PHILP (2001)
Hidrólisis (orden 1, con w, digestibilidad, inhibición)
Metanogénesis (Monod) Global, caracterizado por
digestibilidad
Biodegradación Influencia de la humedad e
inhibición por productos de la hidrólisis
Celda teórica (0D) A integrar en modelo
real 3D.
AL-YOUSFI y POHLAND (1998)
Hidrólisis (orden 1 y 0’5) Acidogénesis (Monod) Metanogénesis (Monod)
Global: fracciones lentamente y rápidamente biodegradables
Generación de biogás y generación y transporte de contaminantes
Influencia del pH
Experimental (1D)
SHELLEY et al. (2001) 14 posibles rutas de
degradación Global: velocidad de generación
de glucosa por unidad de superficie
Generación de biogás y contaminantes
Celda teórica (0D)
SWARBRICK et al. (1995) y SWARBRICK y LETHLEAN (2001)
14 posibles rutas de degradación
Global: velocidad de generación de glucosa
Generación de biogás y contaminantes, pérdida de masa sólida (estudio de biodegradación)
Celda teórica (0D)
Tabla 2.7. Modelos de biodegradación de residuos urbanos en el vertedero publicados por otros autores (y III).
REFERENCIA ETAPAS CONSIDERADAS (Modelo) DEFINICIÓN DEL RESIDUO CARACTERÍSTICAS
(componentes/influencia parámetros) APLICACIÓN
VINCENT et al. 1991) Disolución de componentes Global Generación y transporte de contaminantes en el lixiviado Experimental (1D)
ZACHAROF y BUTLER (1999)
ZACHAROF y BUTLER (2001)
Hidrólisis (orden 1) Acidogénesis (exponen) Metanogénesis (expon)
Global, aunque proponen: Carbohidratos (CH2O)3n
Grasas C55H104O6
Proteínas C53H117O22N11S
Generación de biogás y contaminantes
Celdas teóricas y experimentales (0D)
YOUNG (1995)
Hidrólisis (orden 1) Acidogénesis (orden 1) Acetogénesis (orden 1) Metanog. acetof. (Monod) Metanog. Hidrog. (Monod)
Carbohidratos lenta, moderada y rápidamente biodegradables
Grasas lenta, moderada y rápidamente biodegradables
Proteínas lenta, moderada y rápidamente biodegradables
Generación y transporte de biogás y contaminantes
Influencia del pH, T, humedad e inhibición por presencia de productos.
Celda teórica (0D)
__________________________________ MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO
En los apartados que siguen se presentan los modelos con base biocinética
existentes, atendiendo primero a su forma de conceptuar el residuo y después a las
etapas con que representan su degradación.
2.3.3.1. Caracterización matemática de la degradabilidad del residuo
Las características del residuo en descomposición condicionan el desarrollo del
propio proceso, así como los productos a los que da lugar. En los modelos objeto de
esta revisión se consideran más o menos detalladamente según la complejidad de los
mismos.
En las expresiones simplificadoras ”globales” las propiedades degradativas
quedan implícitas en las constantes de simulación: se trata la basura como una unidad
homogénea con velocidad de degradación uniforme.
En el planteamiento biocinético las cualidades del residuo se reducen a dos
principales: la composición, de la que dependen los subproductos de degradación, y la
facilidad con que puede ser descompuesto, expresada en forma de tasa. Casi todos
los autores resuelven las particularidades del residuo en la primera etapa del modelo:
se caracteriza la basura en estado sólido según distintos criterios, como se detalla a
continuación, y se asume que los productos a los que da lugar son fijos, con
propiedades biocinéticas definidas. De nuevo los productos y su forma de degradación
varían según el modelo considerado.
.- El residuo como entidad homogénea
Los modelos que representan la basura en estado sólido como una entidad
homogénea, la caracterizan por su “digestibilidad” o facilidad de degradación
(McDougall y Philp, 2001; Manna et al., 1999), por el contenido en materia orgánica
biodegradable y su velocidad de hidrolización (Lee et al., 1993) o por la tasa de
generación de subproductos, generalmente glucosa (Shelley et al., 2001; Swarbric y
Lethlean, 2001).
McDougall y Philp (2001), al igual que Lee et al. (1993), lo describen con su
contenido en materia biodegradable, que se degrada en dos etapas según velocidades
de degradación propias de toda la masa. Mientras Lee et al. expresan la fracción
biodegradable “BMD” en kg/kg, McDougall y Philp simulan una “fracción de sólidos
orgánicos” cuantificada en mg/L.
Desarrollo de MODUELO 2 ___________________________________________________________________ C2-39
MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO __________________________________
Swarbric y Lethlean (2001) lo caracterizan por su potencial de producción de
glucosa (“en trabajos posteriores esta definición se extenderá a proteínas, grasas y
celulosa”). Su velocidad de degradación viene dada por la de producción de glucosa, a
partir de la cual se plantean las ecuaciones de equilibrio químico (hasta 14) para el
resto de subproductos.
Shelley et al. (2001) modelan el vertedero como un conjunto de esferas orgánicas
e inorgánicas. La cantidad de esferas biodegradables depende de la “fracción orgánica
de los residuos”. La degradabilidad se expresa también mediante una velocidad de
producción de glucosa, esta vez por unidad de superficie.
.- El residuo por componentes
Una clasificación comúnmente empleada es la que atiende a la velocidad con que
se produce la hidrólisis de cada material. Los distintos componentes de la corriente
general de basura se dividen en varios grupos según el valor de su tasa de
hidrolización (lenta, moderada y rápida (El Fadel et al., 1996); lenta y rápida (Martin y
Potts, 2001; Haarstrick et al., 2001). Esta opción facilita mucho el empleo de los
modelos en vertederos reales, donde es más probable encontrar registros de las
cantidades vertidas de distintos materiales o “componentes” (papel, cartón, residuos
de alimentos, etc.) que estudios específicos de su biodegradabilidad.
Zacharof y Butler (2001) en uno de los análisis más complejos, dividen la materia
orgánica del residuo en las tres grandes categorías: carbohidratos, grasas y proteínas,
llegando a asignar, además de diferentes velocidades de descomposición, una fórmula
química específica a cada grupo.
Young (1995) profundiza en esta línea: además de establecer la división entre
grasas, proteínas y carbohidratos fracciona dichos grupos en residuos de degradación
lenta, moderada y rápida. Así del tipo de compuesto dependen los productos de
descomposición, aunque distintas fracciones se degraden a diferente velocidad.
Manna et al. (1999) distinguen entre las distintas clases tradicionales (orgánicos,
jardín, papel, madera, textiles y cuero), les asignan un contenido en carbono orgánico
total en masa/masa (0’06558, 0’00771, 0’050196, 0’003196, 0’003875) y una velocidad
de degradación a metano en años-1 (0’693, 0’231, 0’0577, 0’03465, 0’0462). La
fracción de carbono realmente biodegradable depende de la temperatura.
C2-40 ___________________________________________________________________ Desarrollo de MODUELO 2
__________________________________ MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO
2.3.3.2. Etapas de degradación
Entre los modelos biocinéticos se distinguen modelos de una etapa, de dos, de
tres y de más de tres etapas.
Las expresiones monoetapa son las más simplistas. El gas se produce como
consecuencia directa de la degradación del residuo para lo que han de definirse unos
coeficientes de producción de biogás a partir de la basura (Manna et al., 1999). Estos
autores proponen cinéticas de primer orden respecto a la materia orgánica por
degradar, que aplican a cada clase de residuo.
Los modelos siguientes en orden de complejidad son los que dividen el proceso
de descomposición en dos etapas. De este tipo es el propuesto por McDougall y Philp
(2001) y el adoptado en Moduelo, que se describirá más adelante. En ambos casos las
dos etapas son la hidrólisis y la metanogénesis. La “hidrólisis enzimática” de
McDougall y Philp transforma el residuo sólido en ácidos grasos volátiles disueltos en
la fase líquida con una tasa máxima adaptada a partir de la propuesta en Straub y
Lynch (1982), afectada por tres factores reductores: uno de digestibilidad relativa o
“parámetro de transformación estructural”, uno de inhibición por los productos de la
hidrólisis que tiene en cuenta la ralentización por presencia de ácidos volátiles y uno
de contenido de humedad. La metanogénesis tiene forma de cinética de Monod
función de la concentración de metanógenos, quedando éstos afectados además por
una tasa de muerte.
En el modelo de Lee et al. (2001) se establece una hidrólisis del sólido y una
degradación, aerobia o anaerobia según el contenido de oxígeno, del contaminante
disuelto. La hidrólisis también sigue la tasa propuesta por Straub y Lynch (1982) y
Demetracopoulos et al. (1986). Las otras degradaciones son de tipo Monod con factor
de inhibición (en el caso anaerobio) o saturación (aerobio) por oxígeno.
Los modelos de tres etapas incorporan una intermedia de formación de ácidos
entre la hidrólisis y la metanogénesis. Lee et al. (1993) en LEAGA-I proponen una
hidrólisis de primer orden que da lugar al sustrato para la biomasa acidogénica. Esta
biomasa crece, al igual que la metanogénica, según una cinética clásica de Monod.
Incluyen una metanogénesis acetofílica y una utilizadora de hidrógeno llevadas a cabo
por la misma biomasa (con distintos coeficientes de producción).
El- Fadel et al. (1996) adoptan el modelo de Halvadakis (1983) en GAS-HEAT.
En este caso la hidrólisis de primer orden tiene diferente velocidad para el residuo
Desarrollo de MODUELO 2 ___________________________________________________________________ C2-41
MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO __________________________________
lentamente, moderadamente y rápidamente hidrolizable. Todos ellos se transforman
en “orgánicos en fase acuosa” que constituyen el sustrato para la biomasa
acidogénica. El acetato representa todos los productos de la acidogénesis, que la
biomasa metanogénica transformará en metano y dióxido de carbono, parte del cual
se genera también en el paso anterior. Acidogénesis y metanogénesis tienen lugar
según cinéticas de tipo Monod.
En PITTLEACH Al-Yousfi y Pohland (1998) suponen una hidrólisis de primer
orden respecto a la materia rápidamente biodegradable y de orden mitad respecto a la
lentamente biodegradable. Tanto la acidogénesis como la metanogénesis siguen
modelos de Monod con inhibición, ambas afectadas por una función del pH.
Buscando simplificar la obtención de parámetros característicos, Zacharof y Butler
(2001) modelan la hidrólisis que transforma los carbohidratos en azúcares y alcoholes,
los lípidos en ácidos grasos y glicerol y las proteínas en aminoácidos con velocidades
de tipo exponencial. De esta misma clase son las velocidades de conversión de los
productos mencionados en ácido acético primero y metano después.
La inclusión de más etapas en el modelo permite considerar más detalladamente
distintas rutas metabólicas para cada compuesto. Haarstric et al. (2001) muestran que
tanto el residuo fácilmente biodegradable como el lentamente biodegradable, que
identifican con celulosa y lignina respectivamente, generan glucosa en su hidrólisis.
Este compuesto genera ácido acético como representante de los productos
intermedios y dióxido de carbono e hidrógeno que, junto con el acético, darán lugar a
la metanogénesis. Todas las transformaciones siguen cinéticas de tipo Monod.
Considerando también cinéticas de Monod, en las que interviene la biomasa,
Shelley et al. (2001) consideran 19 posibles transformaciones en el proceso de
degradación del residuo, especificando la fórmula de cada compuesto origen y
producto salvo en la hidrólisis inicial. Swarbric y Lethlean (2001) parten también de
una tasa de liberación de glucosa, único parámetro empírico de su modelo
“termodinámico” que junto con la velocidad de retirada del gas condiciona la velocidad
de los procesos. Para modelizar la degradación de los carbohidratos proponen 14
ecuaciones de degradación de compuestos químicos que se resuelven estableciendo
el equilibrio químico termodinámico en cada paso de tiempo.
Young (1995) incluye ocho reacciones de degradación que corresponden a cuatro
etapas de descomposición, según los compuestos implicados. Bajo el nombre
“descomposición primaria” se agrupan las distintas vías de fermentación, hidrólisis y
C2-42 ___________________________________________________________________ Desarrollo de MODUELO 2
__________________________________ MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO
glicólisis, que tienen lugar según cinéticas de primer orden de tasa variable con el pH,
la humedad y la temperatura. La “degradación secundaria” comprende la acidogénesis
a partir de azúcares y alcoholes provenientes de los carbohidratos y la acetogénesis
de los ácidos grasos. Ambas se desarrollan a una velocidad proporcional a la
presencia del reactivo en cada caso, estando la acetogénesis afectada por un facto de
control de la sintrofía en el sistema que depende de la concentración de hidrógeno,
acetato y ácidos grasos. Finalmente define dos vías de metanogénesis, la
hidrogenotrófica y la acetofílica, ambas representadas por leyes de Monod afectadas
por términos de pH y temperatura.
2.3.3.3. Velocidad de degradación del residuo
Determinar una cinética general de degradación de sustancias complejas
presenta gran dificultad, sobre todo cuando se trata de sustratos tan heterogéneos
como el residuo urbano. Las experiencias realizadas con este objetivo no son pocas,
pero no siempre coinciden en las condiciones experimentales (sustrato, condiciones
ambientales, etc.) o en las expresiones matemáticas que se toman de referencia, y por
ello es difícil extrapolar conclusiones de unos estudios a otros.
La información publicada sobre velocidad de descomposición de residuos sólidos
en el vertedero o aparición de los productos de la misma puede clasificarse en tres
grupos: recopilaciones de datos sobre emisiones en vertederos, experimentos con o
sin ajuste posterior de leyes cinéticas y calibración teórica de modelos.
1. Recopilaciones de datos sobre emisiones en vertederos.
Existen varios estudios en todo el mundo sobre la evolución del biogás emitido o
la contaminación del lixiviado a lo largo del tiempo en distintos vertederos de residuos
urbanos. La Tabla 2.8 reúne alguno de sus resultados. En ellos se extraen
conclusiones de tipo “global” sobre la vida media de las emisiones, tiempo necesario
para la estabilización del vertedero. El problema de estos datos es que difícilmente se
concretan las condiciones específicas que se dan en cada instalación estudiada.
Desarrollo de MODUELO 2 ___________________________________________________________________ C2-43
Tabla 2.8. Tasas de producción de biogás por descomposición de residuos sólidos urbanos publicadas por varios autores.
REFERENCIA GENERACIÓN TOTAL TASA MÁXIMA (MEDIDA EN UN DÍA) TASA MEDIA COMENTARIO
Barlaz et al. (1989b) Hasta 152 LCH4/kgMS 1000 LCH4/kgMS/año _ Residuo triturado, en laboratorio, con recirculación y neutralización de lixiviado
Barlaz et al. (1990) - 127 – 343 LCH4/kgMS/año
10 – 40 Lgas/kgMS/año Residuo triturado, en laboratorio, con recirculación
Pohland et al. (1980) 7’1 Lgas/KgMS
3’7 LCH4/KgMS
47 Lgas/kgMS/año (57% CH4)
16 Lgas/kgMS/año Residuo triturado, en celdas experimentales, con recirculación de lixiviado
Ehrig y Kruempelbeck (2001)
185 Lgas/kgMS
(vida media 3’5 a 6 años)
17 – 45 Lgas/kgMS/año
1’32 Lgas/kgMS/año a los 15 – 20 años
Recopilación en vertederos alemanes
Elaboración propia a partir de Martín (1997)
100 – 170 Lgas/kgMS - - -
__________________________________ MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO
Entre estos estudios destacan los trabajos publicados por Stegmann y Ehrig
(1989) y Ehrig y Kruempelbeck (2001) sobre varios vertederos alemanes. Stegmann y
Ehrig estudiaron la relación lluvia/lixiviado y la calidad del mismo (DQO, DBO,
nitrógeno y cloruros) a lo largo del tiempo. En la publicación referida recopilan datos de
estudios anteriores y establecen rangos esperables de variación de la concentración
de distintos contaminantes en el lixiviado. A partir de los datos reunidos proponen
leyes para predecir las emisiones de nitrógeno orgánico, cloro y DQO a largo plazo.
Ehrig y Kruempelbeck (2001) estudian la contaminación producida en el período
postclausura. En su estudio llegan a acotar el valor de las concentraciones de DQO,
AOX, NH4, Zn, y producción específica de gas en el tiempo (Tabla 2.8), una vez
cerrado el vertedero.
2. Experimentos.
La literatura sobre experimentación y modelización de la digestión de residuos
sólidos es bastante amplia, en contraste con la referida a la degradación del residuo
en vertedero.
Henze y Harremoes (1983) recopilaron valores encontrados hasta entonces para
las constantes cinéticas de crecimiento de bacterias acidogénicas y metanogénicas en
la digestión anaerobia. Sus tablas han servido como referencia en muchos trabajos de
modelización de la biodegradación en el vertedero. Recientemente García-Heras
(2002) ha publicado los rangos en que se encuentran las constantes descritas por
otros autores, que aquí se muestran en la Tabla 2.9 y Tabla 2.10. Se observan
intervalos muy dilatados de variación de los parámetros cinéticos, pero estos rangos
incluso se amplían al trasladar las cinéticas al vertedero.
Tabla 2.9. Constantes de hidrólisis de primer orden para distintos compuestos. (García-Heras, 2002)
Tipo de compuesto kH (d-1)
Carbohidratos 0’5 – 2
Lípidos 0’1 – 0’7
Proteínas 0’25 – 0’8
Desarrollo de MODUELO 2 ___________________________________________________________________ C2-45
MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO __________________________________
Tabla 2.10. Constantes cinéticas de Monod para distintos procesos en la digestión anaerobia de residuos urbanos (García-Heras, 2002).
Acetogénesis Metanogénesis Parámetro Fermentación
monómeros Ácidos cadena larga
Ácidos cadena corta Acetoclástica Hidrogenotróf.
µmax (d-1) 3 - 9 0’1 – 0’5 0’3 – 1’3 0’1 – 0’4 1 – 4
Kmax (gDQO/gDQO/d) 24 – 120 2 – 20 5 – 20 2 – 7 25 – 35
KS (mgDQO/L) 300 – 1400 100 – 4000 100 – 4000 50 – 600 0’01 – 0’1
Y (gSSV/gDQO) 0’1 – 0’06 0’04 – 0’1 0’02 – 0’07 0’02 – 0’05 0’04 – 0’1
Kd (d-1) 0’02 – 0’3 0’01 0’01 – 0’04 0’02 – 0’04 0’01 – 0’04
Entre las experiencias sobre degradación de residuos en condiciones de
vertedero (distintas a las de reactor de biometanización en laboratorio) destacan, de
cara a la obtención de valores paramétricos, las descritas en Pohland (1980), Williams
et al. (1987), Barlaz et al. (1989a y 1989b), Lee et al. (1993) y El- Fadel et al. (1997).
Pohland (1980) realizó un estudio sobre la degradación de residuo urbano
triturado mediante el seguimiento de dos celdas experimentales de 3 x 3 x 3 m3
aproximadamente. Pohland (1980) presenta la evolución de las concentraciones de
contaminantes (DQO y cloruros) en el lixiviado y la producción y composición del
biogás generado, en condiciones de recirculación del lixiviado. En la Tabla 2.8 se
muestran las tasas de generación de gas obtenidas. A partir de estos datos
experimentales presenta junto con otros autores en Pohland et al. (1985) las curvas
sobre la evolución del pH, DQO, concentración de ácidos volátiles, producción y
composición del gas comentadas en este capítulo, que han sido luego extrapoladas
como representativas de los cambios cualitativos en el lixiviado y biogás durante la
estabilización del vertedero, como proponían los autores del trabajo. En el mismo se
enuncian también las conocidas cinco fases en el ciclo de vida del vertedero (“ajuste
inicial”, “transición”, “fase ácida”, “metanogénica” y “de maduración”).
Williams et al. (1987) ajustan un modelo de reactores en serie con degradación
anaerobia en tres etapas a datos experimentales de laboratorio obtenidos por otros
autores en columnas con y sin recirculación del lixiviado. En el trabajo presentan los
resultados de cuatro calibraciones: una teniendo en cuenta todas las series de datos
(“global”, en la Tabla 2.11 y Tabla 2.12 “G”), otra sólo considerando la experiencia sin
C2-46 ___________________________________________________________________ Desarrollo de MODUELO 2
__________________________________ MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO
recirculación (“SR”) y dos en condiciones de recirculación (“R”). Los autores destacan
de sus resultados el valor de la constante de hidrólisis, muy por debajo de lo publicado
hasta entonces, pero también muy influenciado por la cantidad de sustrato
biodegradable supuesto como condición inicial, cuyo valor real no es fácil de
determinar.
Barlaz et al. (1989b) estudiaron la descomposición de residuo urbano triturado en
condiciones de laboratorio con y sin recirculación y neutralización. Barlaz et al. (1989a)
realizan un balance de masas de los compuestos orgánicos que forman el residuo y
sus productos de degradación. Presentan datos sobre la contaminación del lixiviado en
el tiempo y llegan a determinar la potencial producción de metano del residuo
estudiado (Tabla 2.8). Barlaz et al. (1989b y 1992) caracterizan la biomasa presente
en el sistema experimental.
Estos mismos autores, Barlaz et al. (1990), revisan la literatura existente hasta
entonces sobre producción de metano a partir de residuos urbanos. En este artículo
abordan los procesos microbiológicos en el vertedero y los efectos de las condiciones
ambientales sobre los mismos, para repasar finalmente distintos métodos para evaluar
el grado de descomposición en que se encuentra el residuo y la tasa de producción de
metano en vertederos (rango mostrado en la Tabla 2.8).
Lee et al. (1993) desarrollan una experimentación con muestras obtenidas en tres
vertederos de Corea en la que observan la pérdida de masa biodegradable y la
producción y composición del biogás, además de variables de otro tipo en las masas
sometidas al paso de agua como en condiciones de vertido. Para análisis de los datos
desarrollan un modelo hidráulico – biológico que incluye tres etapas de degradación.
Basados en la información de Williams et al. (1987) llegan a los valores de calibración
que se muestran en la Tabla 2.11 y Tabla 2.12.
El-Fadel et al. (1996b, 1996c y 1996d) desarrollan su modelo de generación y
transporte de gas y calor en vertederos y lo aplican al vertedero experimental de
Mountain View, del que poseen datos previos. Luego realizan un análisis de
sensibilidad de los parámetros del modelo, variando sus valores a partir de los
“básicos” que son los recogidos en la Tabla 2.11 y Tabla 2.12.
Desarrollo de MODUELO 2 ___________________________________________________________________ C2-47
Tabla 2.11. Valores cinéticos obtenidos en calibración de modelos de degradación del residuo en vertedero: etapas de hidrólisis (primer orden) y acidogénesis (Monod).
Referencia / Parámetro
Williams et al. (1987)
Lee et al. (1993) Young (1995) (1) El-Fadel et al.
(1996b) (1)McDougall y Philp (2001)
Shelley et al. (2001)
Haarstric et al. (2001)
Hidrólisis
kH(d-1) 0’0001 (G),
0’0008 (SR), 0’0005 (R)
0’0008 0’00274 (RB),
0’000548 (MB), 0’00000113 (LB)
0’00002 (RB), 0’000003 (MB), 0’0000006 (LB)
-
_1 (RB),
0’075 (LB)
Acidogénicos
µmax (d-1) 3’2 (G y SR), 3’5 (R) -
- 0’5 - 0’5 2
KS (mgDQO/L) 200 4500 - 0’05 - 1 0’025
Y (gSSV/gDQO) 1’0 (G y SR), 0’5 (R) 0’14 - 0’9 - 0’1 0’05
Kd (d-1) 0’5 (G y SR), 1’0 (R) 0’1 - 0’05 - 0’5 -
G: global; SR: sin recirculación; R: con recirculación. RB: rápidamente biodegradable; MB: moderadamente biodegradable; LB: lentamente biodegradable. (1) En condiciones óptimas de degradación (pH y T). (2) Expresado en gC/gC
Tabla 2.12. Valores cinéticos obtenidos en calibración de modelos de degradación del residuo en vertedero: etapa de metanogénesis.
Referencia / Parámetro
Williams et al. (1987)
Lee et al. (1993) Young (1995) (1) El-Fadel et al.
(1996b) (1)McDougall y Philp (2001)
Shelley et al. (2001)
Haarstric et al. (2001)
µmax (d-1) 1’9 (G), 1’5 (SR y R) - 1’86 (AC), 8 (H) 0’25 0’02 0’5 0’4
KS (mgDQO/L) 500 10000 172 – 869 (AC), 0’005 (H) 0’6
4000 1 0’6 (AC), 0’00062 (H)
Y (gSSV/gDQO) 0’02 (G), 0’028 (SR), 0’03 (R) 0’039 0’3 0’6 – 0’7 (2) 0’002 0’1 0’005
Kd (d-1) 0’02 0’022 0’022 0’005 0’2 0’5
G: global; SR: sin recirculación; R: con recirculación. AC: metanogénesis acetoclástica; H: metanogénesis hidrogenotrófica. (1) En condiciones óptimas de degradación (pH y T). (2) Expresado en gC/gC
MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO __________________________________
3. Calibración teórica de modelos.
En el desarrollo de modelos de la degradación de los residuos en el vertedero,
para demostrar su potencial aplicabilidad, se realizan series de simulaciones de algún
caso teórico variando el valor de los parámetros hasta obtener resultados
“razonables”. Como resultado se obtienen valores paramétricos que pueden resultar
de utilidad no sólo en la aplicación de cada modelo sino en el desarrollo de otros con
expresiones similares. En la Tabla 2.11 y Tabla 2.12 se han reunido los valores
cinéticos propuestos en varios de los modelos de biodegradación en el vertedero
revisados en otro apartado de este documento. Algunos de los modelos revisados no
incluyen todas las etapas referidas en la tabla o la representan mediante otra
formulación matemática, y por eso no se muestran sus valores.
Los valores presentados en estas tablas no son directamente comparables al
contrastar los resultados de distintos modelos, pues quedan unas variables cruciales
por valorar. En los modelo tipo Monod (ver Tabla 2.13) la velocidad de desaparición
del sustrato depende no sólo de la cantidad de éste que quede en el medio, como en
las leyes de primer orden, sino también de la biomasa.
Tabla 2.13. Modelo de Monod del crecimiento de la biomasa por consumo de sustrato.
XKS
SYdt
dS
s
..+
=µ
(2.25)
XkXKS
SdtdX
ds
... −+
= µ (2.26)
S: concentración de sustrato X: concentración de biomasa t: tiempo µ: tasa máxima específica de crecimiento de la biomasa Y: coeficiente de producción de biomasa a partir de sustrato Ks: constante de semisaturación de la biomasa X con el sustrato S Kd: tasa específica de muerte de la biomasa
Si la cantidad de sustrato es mucho menor que la constante de semisaturación de
la biomasa con ese sustrato (2.25) puede simplificarse a (2.27), donde el consumo es
proporcional al sustrato remanente y también función de la biomasa.
C2-50 ___________________________________________________________________ Desarrollo de MODUELO 2
__________________________________ MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO
XKS
YdtdS
s
..µ= (2.27)
Aplicar estas leyes en vertederos hace que además de acotar sus parámetros y
cuantificar el sustrato sea necesario estimar la biomasa activa en el fenómeno
representado. Se han realizado estudios de determinación en campo de la biomasa
presente, como los de Barlaz et al. (1989b y 1992), pero en las aplicaciones de
modelos matemáticos las concentraciones iniciales de cada tipo de biomasa son
parámetros de calibración que se hacen variar para ajustar los resultados. Por eso
resultan valores tan dispares entre distintos autores: para Lee et al. (2001) y Haarstric
et al. (2001) las concentraciones de biomasa varían en un rango de 0 a 9000 mg/L,
mientras que en Young (1995) y Lee et al. (1993) se mantienen del orden de 20 – 25
mg/L y para El-Fadel et al. (1996c) entre 0’1 y 0’5 mg/L.
Para dar muestra de esta variabilidad y de su influencia en la velocidad de
consumo de los distintos compuestos orgánicos se exponen en la Tabla 2.14 las k “de
primer orden” calculadas a partir de los valores paramétricos publicados por varios
autores. Estas “k de primer orden” se obtienen con expresión (2.28) y van
acompañadas en la tabla, cuando procede, de las velocidades de reacción máxima
(las “µ” de Monod), entre paréntesis.
sKX
Ydendeprimerork ."" µ
= (2.28)
Puesto que X es variable en el tiempo, en los cálculos se tomaron las concentraciones
medias obtenidas por cada autor.
2.3.3.4. Modelización de los factores que influyen en la degradación
Los distintos modelos de degradación en el vertedero han ido incorporando el
efecto de las variables condicionantes de los procesos mediante factores aplicados a
las tasas máximas. Se han modelizado en concreto la influencia de la humedad
(Young, 1995; McDougall y Philp, 2001; Williams et al., 1987), temperatura, pH
(Young, 1995; Al Yousfi et al., 1998; Haarstric et al., 2001), los propios productos de la
hidrólisis (Lee et al., 1983; Straub y Lynch, 1982; McDougall y Philp, 2001; Haarstric et
al., 2001) y estructura del residuo en la hidrólisis (Lee et al., 1983; McDougall y Philp,
2001), y de la temperatura y pH en la metanización (Young, 1995; El-Fadel, 1996a;
Haarstric et al., 2001).
Desarrollo de MODUELO 2 ___________________________________________________________________ C2-51
Tabla 2.14. Valores de las tasas de degradación del residuo resultantes de la calibración de modelos de otros autores (*).
REFERENCIA LIBERACIÓN DEL SÓLIDO - HIDRÓLISIS ACIDO-ACETOGÉNESIS GASIFICACIÓN -
METANOGÉNESIS
Lee et al. 1993 0’0008 No especificadas (basadas en Williams et al., 1988)
El-Fadel et al. (1996c y 1996b) (1)Rápida: 0’006 – 0’000002 Media: 0’001 – 0’0000003 Lenta: 0’0002 – 0’0000006
0’0002 – 0’003 (0’25 – 1) 0’00007 – 0’001 (0’125 – 0’5)
Manna et al. (1999) Rápida: 0’00063 – 0’00189 Lenta: 0’00008 – 0’00016
Sólo una etapa
Young, 1995 Rápida: 0’00274 Media: 0’000548 Lenta: 0’00000113
0’6912 (Acidogénesis)
0’0024 (Acetogénesis)
0’6 (8) (Acetoclástica)
9300 (1’86) (Hidrogenofílica)
Zacharof y Butler, 2001 0’0027 - 0’0055 No equiparables a Monod ni primer orden
Haarstric et al., 2001 Rápida: 35 – 250 (0’7 – 2) Lenta: 2’5 – 12’5 (0’05 – 0’10)
80 – 1196 (1 – 3) 3’5 – 5’8 (0’3 – 0’5)
Lee et al., 2001 0’00375 – 0’002 Dos etapas 0'816 (4’078)
* Entre paréntesis las tasas máximas de Monod publicadas.
(1) Calculados con los parámetros empleados en el análisis de sensibilidad (El-Fadel et al., 1996d) y la concentración de biomasa media resultante de la aplicación (El-Fadel et al., 1996c).
__________________________________ MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO
Para incorporar el efecto de pH en la degradación se simula el equilibrio químico
entre especies ácidas y básicas, incorporando también el equilibrio carbónico. Así lo
hacen Young (1995), El-Fadel et al. (1996), Al Yousfi et al. (1998) y Haarstric et al.
(2001). Young (1995) plantea el equilibrio de cargas considerando los ácidos
presentes en el agua y carbonato sódico que se va disolviendo con una tasa
exponencial decreciente y carbonato cálcico cuyo equilibrio de precipitación depende
del pH. Tras simulación de un caso ideal el autor concluye que es necesaria mayor
investigación sobre la forma de liberación de los cationes metálicos y también sobre la
presencia de Na, K y Ca como reguladores del pH. El Fadel et al. (1996) simula un
sistema líquido-gaseoso en equilibrio respecto a la presión parcial del CO2 y una fase
sólida de CaCO3. Toman el acético como representante de todos los ácidos y, por otro
lado, desarrollan un modelo de transporte de gases que influirá en la presencia de CO2
en el equilibrio. En los resultados de simulación de una instalación real observan que
el efecto del transporte de los gases apenas tiene significación y que el pH se
mantiene en valores óptimos para los microorganismos, por lo que no sería necesaria
su simulación. En su modelo “PITTLEACH” Al Yousfi et al. (1998) introducen un
módulo químico para predecir el pH en el que se consideran los equilibrios del acetato,
carbonato, amonio, fosfato y sulfhídrico. Simulando experiencias piloto obtiene curvas
que “muestran credibilidad” en la simulación del pH conseguida. En el modelo de
Haarstric et al. (2001) aparecen los ácidos grasos, carbonatos, fosfatos, sulfhídrico,
amonio y agua, y se considera también el equilibrio con el CO2 gaseoso. En una
simulación teórica obtienen un aire “aceptable” en la curva de evolución del pH del
líquido, pero consideran necesario “afinar” el modelo en cuanto a los ácidos y bases
considerados.
La influencia de la humedad en la biodegradación del residuo sólido siempre se
ha estudiado a través de expresiones lineales. Williams et al. (1987) proponen una
tasa de hidrólisis directamente proporcional al contenido de humedad del residuo.
Young (1995) incluye en su modelo un factor maxΦΦ
que expresa la humedad en
relación a la de saturación. McDougall y Philp (2001) introducen la humedad efectiva
con el factor Fhumedad (2.29) (θ es humedad, R y S residual y de saturación
respectivamente).
RS
RhumedadF
θθθθ−−
= (2.29)
Desarrollo de MODUELO 2 ___________________________________________________________________ C2-53
MODELOS HIDROLÓGICOS Y DE BIODEGRADACIÓN DEL VERTEDERO __________________________________
En Young (1995) se plantea la influencia de pH, humedad y temperatura en las
velocidades de degradación con un factor multiplicador de las tasas máximas. Tras la
aplicación teórica del modelo el autor concluye que la influencia de la degradación
anaerobia en la temperatura del vertedero, al menos en las etapas de metanización,
es muy pequeña, lo que aconseja despreciar el efecto de la temperatura en el modelo
biológico. El-Fadel et al. (1996a) también concluyen, por aplicación del modelo que
proponen, que la temperatura tienen mayor efecto al comienzo de sus simulaciones,
pero en plazos mayores su influencia es mínima.
2.4. REFERENCIAS
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