8/12/2019 Carta - Miguel Hernndez
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Carta Miguel Hernndez
Ricardo Carrasco Francia [email protected]
Carta
Miguel Hernndez
El palomar de las cartasabre su imposible vuelo
desde las trmulas mesasdonde se apoya el recuerdo,la gravedad de la ausencia,
el corazn, el silencio.
Oigo un latido de cartasnavegando hacia su centro.
Donde voy, con las mujeresy con los hombres me encuentro,
malheridos por la ausencia,desgastados por el tiempo.
Cartas, relaciones, cartas:
tarjetas postales, sueos,fragmentos de la ternura,
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Carta Miguel Hernndez
Ricardo Carrasco Francia [email protected]
proyectados en el cielo,lanzados de sangre a sangre
y de deseo a deseo.
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo est,
escrbeme a la tierra
que yo te escribir.
En un rincn enmudecencartas viejas, sobres viejos,
con el color de la edadsobre la escritura puesto.
All perecen las cartas
llenas de estremecimientos.All agoniza la tintay desfallecen los pliegos,
y el papel se agujereacomo un breve cementeriode las pasiones de antes,de los amores de luego.
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo est,
escrbeme a la tierra,que yo te escribir.
Cuando te voy a escribirse emocionan los tinteros:los negros tinteros fros
se ponen rojos y trmulos,y un claro calor humano
sube desde el fondo negro.Cuando te voy a escribir,
te van a escribir mis huesos:te escribo con la imborrable
tinta de mi sentimiento.
All va mi carta clida,paloma forjada al fuego,con las dos alas plegadasy la direccin en medio.Ave que slo persigue,
para nido y aire y cielo,
carne, manos, ojos tuyos,y el espacio de tu aliento.
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Carta Miguel Hernndez
Ricardo Carrasco Francia [email protected]
Y te quedars desnudadentro de tus sentimientos,
sin ropa, para sentirladel todo contra tu pecho.
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo est,
escrbeme a la tierra
que yo te escribir.
Ayer se qued una cartaabandonada y sin dueo,volando sobre los ojos
de alguien que perdi su cuerpo.Cartas que se quedan vivashablando para los muertos:papel anhelante, humano,sin ojos que puedan serlo.
Mientras los colmillos crecen,cada vez ms cerca siento
la leve voz de tu cartaigual que un clamor inmenso.
La recibir dormido,si no es posible despierto.
Y mis heridas sernlos derramados tinteros,las bocas estremecidasde rememorar tus besos,
y con su inaudita vozhan de repetir: te quiero.
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