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BBBIIIOOODDDIIIVVVEEERRRSSSIIIDDDAAADDD
1. ¿Qué es la biodiversidad?
La diversidad biológica, o biodiversidad,
es un tema complejo cuya definición y
uso varía según la audiencia y las
aplicaciones (Apartado 1). La
biodiversidad se refiere más
comúnmente a los individuos y a las
especies que habitan en una región
particular, aunque se la sintetiza como
“la variedad de vida sobre la Tierra".
Incluye las innumerables especies que
se encuentran en el mundo y la
variedad de material genético que
existe en las especies y entre ellas, la
variedad de ecosistemas y los
numerosos procesos e interacciones
que se dan en la naturaleza (Apartado
2). Una definición técnica es “la
variedad y variabilidad natural entre los
organismos vivientes, los complejos
ecológicos en los que se dan en forma
natural y las formas en las que los
mencionados organismos interactúan
entre sí y con el medio ambiente físico."
La biodiversidad puede encontrarse a
muchas escalas, que van desde genes
hasta paisajes. Los genes conforman los
organismos que, a su vez, constituyen
grupos o poblaciones. Todas las
poblaciones de un mismo tipo de
organismo forman una especie. Los
distintos grupos de especies que
interactúan entre sí constituyen una
comunidad biológica. Una comunidad
biológica, junto con su ambiente físico
asociado constituye un ecosistema
(Apartado 3). Comprender y conservar
la biodiversidad significa considerar
múltiples niveles de organización y
muchas escalas espaciales diferentes
(desde locales y regionales hasta
mundiales) y escalas temporales (desde
una estación hasta cientos o miles de
años, o más aún).
2. Diversidad genética
Los genes son los responsables de que
los organismos sean lo que son: una
mariposa, una flor, un árbol. Estas
grandes diferencias están determinadas
por la diversidad en la cantidad, la
disposición y el funcionamiento de los
genes; es decir, el material de
codificación que existe en todas las
células de cada organismo. Cuanto
más similares sean los genes de dos
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organismos, más similares serán esos dos
organismos. Incluso, dentro de una
misma especie existen algunas
diferencias genéticas. Dichas
diferencias pueden ser muy evidentes
entre poblaciones de una especie que
se encuentran separadas, pero casi
siempre hay diferencias entre individuos
de la misma
población, desde características obvias
como el color hasta diferencias más
sutiles en el comportamiento o en la
función enzimática. La variación
genética en todos los niveles (entre
especies, entre poblaciones, entre
individuos) surge a causa de la
mutación. Dicha variación constituye la
materia prima que permite que los
organismos se adapten a las
presiones ambientales a lo largo
del tiempo.
Apartado 1: Definiciones comunes de biodiversidad
Convención Mundial sobre Diversidad Biológica:
La diversidad biológica significa la variabilidad entre los organismos vivientes que provienen
de todas las fuentes, incluidos, entre otros, los ecosistemas terrestres, marinos y otros
ecosistemas acuáticos y los complejos ecológicos de los cuales forman parte. Esto incluye la
diversidad dentro de las especies, entre especies y de ecosistemas.
Sociedad de Ecológica de Estados Unidos de Norteamérica (Ecological Society of America):
La biodiversidad incluye a todos los organismos, especies y poblaciones, la variación
genética entre ellos, y todos los complejos ensambles de comunidades y ecosistemas.
También se refiere a la estrecha vinculación entre los genes, las especies y los ecosistemas y
su interacción con el ambiente
Apartado 2: Origen de la biodiversidad
La biodiversidad surge de un proceso de mutaciones genéticas naturales que se fueron
filtrando a través de varias presiones y eventos ocurridos en la historia. Con el paso de las
generaciones, algunas variantes genéticas sobreviven y otras no. Por ejemplo, en una
camada de cabras, sólo unas pocas crías tienden a sobrevivir, las que pueden evidenciar
variaciones en sus características que favorecen la supervivencia (como el grosor del
pelaje). Estos rasgos, luego, se heredan y pasan a futuras generaciones.
Con el paso del tiempo, se pueden acumular entre los individuos de una especie dada
diferencias genéticas tales, que ya no puedan cruzarse y se forman, así, dos nuevas
especies. Estas nuevas especies podrían evolucionar a lo largo de miles, o hasta millones de
años. Los individuos pertenecientes a una nueva especie ocupan su lugar entre otros
organismos dentro del ecosistema, cuya función cambiará en mayor o menor medida,
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según las interacciones en las que estos individuos estén involucrados (por ej. como
competidores, depredadores o presa) o los recursos que consuman o que aporten.
Los cambios en la fuerza y características de las interacciones entre las especies o de las
estrategias en el uso de los recursos correspondientes a las nuevas especies son sólo algunos
de los factores que pueden realimentarse para determinar cuáles variantes genéticas de
otras especies se verán favorecidas y cuáles no. Por lo tanto, a cierto nivel, la biodiversidad
genera biodiversidad, es decir, los individuos que tienen nuevas mutaciones interactúan con
los individuos ya existentes y son los eventuales acontecimientos los que moldean qué
tendrá éxito y, hasta cierto punto, qué se encontrará finalmente en un área determinada.
Apartado 3: Comunidades, ecosistemas y biomas
Una comunidad es un ensamble de poblaciones de organismos que viven e interactúan en
un área o hábitat determinado. En los ejemplos de comunidades están incluidos los
animales que habitan un tronco en estado de putrefacción o las plantas en el bosque de
arce y haya.
Un ecosistema es una comunidad de diferentes especies que interactúan entre sí y con su
ambiente abiótico de materia y energía. Entre los ejemplos de ecosistemas terrestres en los
trópicos se encuentran la selva tropical, la selva tropical estacional y la selva tropical
nubosa. Entre los ecosistemas marinos que se encuentran en los trópicos están los arrecifes
de coral y praderas de plantas marinas.
Un bioma es una región extensa caracterizada por ciertas condiciones climáticas y
habitadas por cierto tipo de seres vivos, especialmente vegetación. Cada bioma consiste
en muchos ecosistemas cuyas comunidades se adaptaron a diferencias climáticas, de suelo
y otros factores ambientales. Entre los biomas continentales más grandes del mundo se
encuentran las selvas (tropical, templada y subártica), la tundra, los pastizales (templados y
tropicales) y el desierto.
2.1 Diversidad de
poblaciones/especies
Los mayores esfuerzos de estimación,
control y protección de la biodiversidad
apuntan a poblaciones/especies. Por
ejemplo, muchas acciones de
conservación se centran en planes de
supervivencia de especies. Una de las
razones de este enfoque es que las
especies son más fáciles de
comprender, especialmente para
quienes no son especialistas, porque son
tangibles, más fáciles de definir, de
estudiar y de controlar que las
comunidades, los paisajes o los genes.
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La diversidad de poblaciones o
especies se refiere a la variedad de
especies vivientes y a las poblaciones
que la constituyen a escala local,
regional o mundial.
2.2 Diversidad de
comunidad/ecosistema
Existe una amplia gama de diversidad
en comunidades y ecosistemas en todo
el mundo. Esta diversidad se hace
evidente, inclusive, en un paisaje
determinado, como una montaña,
donde la estructura de la vegetación y
los tipos de plantas y animales cambian
gradualmente, a medida que aumenta
la altura. Por ejemplo, las especies de
plantas y animales que se encuentran
en un bosque bajo y húmedo al pie de
una montaña son diferentes de las que
se encuentran en las praderas
montañosas altas, las que a su vez son
distintas de las
especies halladas en desiertos fríos y
rocosos en las laderas expuestas y
ventosas de la montaña.
La diversidad del componente
comunidad/ecosistema se refiere a un
grupo de diversos organismos, gremios y
tipos de parches de hábitats que se dan
en el mismo ambiente o área y que
interactúan intensamente a través de
relaciones tróficas y espaciales bióticas
y abióticas (es decir, no vivientes).
Estos tres factores principales de la
biodiversidad (genético,
especies/poblaciones, y
comunidad/ecosistema) tienen distintos
elementos de composición, estructura y
función. La composición es la identidad
y variedad de los elementos en cada
uno de los factores de la biodiversidad.
La estructura se refiere a la organización
física de los elementos en la naturaleza.
La función incluye los procesos
climáticos, geológicos, hidrológicos,
ecológicos y evolutivos que
actúan entre los elementos.
3. ¿Cuántas especies hay?
Los biólogos han denominado y
descripto alrededor de 1.700.000
especies, pero todavía se siguen
describiendo cerca de 20.000 nuevas
especies cada año. Y sólo una
minúscula fracción (posiblemente,
menos del uno por ciento) de estas
nuevas especies fueron estudiadas en
detalle. Muchas especies son conocidas
a partir de uno o unos pocos
especímenes recolectados en un solo
lugar, y se ignora su verdadera
extensión geográfica o si todavía
existen en la naturaleza. Las
estimaciones actuales del número total
de especies que existe sobre la Tierra
oscilan entre 3 millones y 100 millones, y
los cálculos más aproximados están
entre 10 y 14 millones. Las amplias
diferencias se deben a que las
estimaciones se basan en evidencia
incompleta o indirecta.
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Históricamente, la ciencia se concentró
en la macro fauna y flora (por ej. aves,
mamíferos, árboles) los cuales,
generalmente, son más fáciles de
encontrar y de estudiar. Si bien
pensamos que se ha descripto la
mayoría de las especies de mayor
tamaño y más conspicuas,
constantemente nos vemos
sorprendidos por nuevos hallazgos. El
año pasado, fueron descubiertas nueve
especies de lémures y dos especies
nuevas de monos tití en Brasil y
Madagascar. Se conoce mucho menos
acerca de organismos que son más
difíciles de estudiar o menos
carismáticos, como las bacterias y
hongos, aunque sean importantes en
muchos aspectos. Los estudios son
incompletos en muchos lugares y para
grupos de gran riqueza, como los
insectos en las selvas tropicales. Una
cálculo básico aproximado sobre
hongos indica que existe un número
veinte veces mayor de especies que las
ya descubiertas, que ascienden a
1.500.000.
4. ¿Cuál es el grupo de especies de mayor
diversidad?
De las 1.700.000 especies identificadas,
cerca de 963.000 son insectos y 270.000
son plantas. El restante 25% de las
especies descriptas incluye todas las
demás; es decir, hongos, gusanos,
corales, microorganismos y muchos
otros grupos, así como vertebrados
(organismos que poseen columna
vertebral, como las aves y mamíferos),
los cuales, a pesar del gran interés que
despiertan, constituyen solamente
alrededor del 3% de las especies
descriptas (52.500). Los insectos siguen
siendo el grupo más numeroso y menos
estudiado. Hace 15 años, E. O. Wilson
calculó que, una vez que se
identifiquen todos los insectos, el
número total de especies conocidas
podría ascender a 5 millones. Pero,
debido a estudios conducidos
recientemente en dosel en selvas de
Perú, en la actualidad, los científicos
consideran que el total podría llegar a
30 millones de especies.
Independientemente del cálculo final,
seguramente existen muchas más
especies de las que se han identificado
hasta ahora. La mayoría de las especies
desconocidas habita en las latitudes
bajas de las regiones tropicales del
planeta.
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5. ¿Cómo está distribuida la biodiversidad en todo
el planeta?
La biodiversidad no está distribuida
uniformemente en el planeta. Este
hecho es importante para comprender
cómo funciona la naturaleza y también
para determinar el impacto relativo de
la interacción humana. La tendencia
más drástica de las diferencias de nivel
de biodiversidad está dada en el
cambio que se produce a lo largo de
un gradiente latitudinal. La diversidad
de especies terrestres es menor cerca
de los polos, aumenta hacia los
trópicos, y alcanza el máximo en las
selvas tropicales, que ocupan sólo el 6 %
de la superficie terrestre del planeta,
pero que posiblemente albergan más
de la mitad de las especies que hay en
el mundo.
Gran parte de esta diversidad se debe
al elevado número de insectos. En
ciertos sitios del Amazonas, se
encuentran entre 1.200 y 1.500 especies
de mariposas en algunos parches de
sólo varios kilómetros cuadrados. En
comparación, se encuentran alrededor
de 440 especies de mariposas en toda
la costa este de América del Norte y 380
entre Europa y la costa Mediterránea
del norte de África.
Asimismo, en áreas de igual tamaño en
el sur de Alaska (60 grados de latitud
Norte) existen 10 especies de hormigas,
en comparación con las 2.000 especies
que se encuentran en las regiones
ecuatoriales. Pero no es sólo el número
de especies de insectos lo que cambia
a lo largo de este gradiente, sino que la
tendencia se hace evidente también
para otros componentes de la flora y la
fauna. Los bosques boreales subárticos
están caracterizados por una sola
especie; pero, una vez más, al
trasladarnos a lo largo del gradiente
latitudinal, llegamos a selvas tropicales
extremadamente diversas. Las selvas
tropicales también albergan más
especies de aves, mamíferos y plantas
que la mayoría de las áreas templadas.
Por ejemplo, Greenland hospeda 56
especies de aves reproductivas, el
estado de Nueva York, 105;
Guatemala, 469 y Colombia,
1.395.
Aproximadamente el 30% de las 9.040
especies de aves del mundo se
encuentran en la Cuenca del
Amazonas, y otro 16%, en Indonesia. Se
desconoce la razón por la cual existe
este gradiente latitudinal o por qué los
trópicos son tan diversos.
Mientras que en la tierra se pueden
encontrar la mayor cantidad de
especies, los mares tienen el más amplio
espectro de clases de organismos. La
vida animal sobre la tierra está dividida
en 18 grandes grupos (conocidos como
phyla) que sintetizan todas las
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diferencias mayores (por ej. todos los
vertebrados, todos los gusanos, etc.).
Los mares tienen estos grupos, más 14
grupos que no se dan en otro lugar (por
ej. corales, estrellas de mar, etc.) Los
arrecifes de coral son particularmente
ricos en biodiversidad, especialmente si
consideramos la pequeña área
geográfica que cubren. El Capricon
Reef (Arrecife Capricornio) en Australia
constituye solamente el 3% del Great
Barrier Reef (Arrecife Gran Barrera),
pero representa el 72 % de las especies
coralinas que se encuentran en el
arrecife y proveen hábitat para 859
especies de peces. La diversidad de
especies de peces que se encuentra allí
puede compararse a la riqueza de
especies de plantas que hay en Costa
Rica (3-4% del total mundial), aun
cuando Costa Rica es cuatro veces el
tamaño de los Arrecifes Capricornio.
Apartado 4: La biodiversidad en los trópicos
Los mayores niveles de biodiversidad se encuentran en los trópicos. En realidad, la mitad de
las especies del mundo se encuentra en los trópicos. Costa Rica constituye un buen ejemplo
de la rica biodiversidad de los trópicos. Así, aunque representa menos del 0,01% de la masa
terrestre del planeta, viven allí el 4% de todas las especies vivientes. Sólo el 17,4 % de las
especies que se cree que existen en Costa Rica fueron identificadas: el 98,8% de los
vertebrados, el 60% de los peces, pero menos del 20% de los artrópodos. En Costa Rica
también habitan más de 9.000 especies identificadas de plantas vasculares, y cada año se
identifican más. Los científicos consideran que parte de la razón por la cual existe tal
biodiversidad en Costa Rica es la condición geográfica, ya que comparten su territorio dos
costas y una cadena montañosa que ofrecen diversos microclimas. Además, la región tiene
temperatura estable durante todo el año y recibe grandes cantidades de energía solar.
Pero otra razón por la cual Costa Rica continúa manteniendo altos niveles de biodiversidad
es el esfuerzo puesto en la conservación, ya que el 25% de las tierras del país están
destinadas a parques, reservas o a algún otro sistema de manejo los recursos naturales.
Una pregunta que los científicos tratan
de responder es por qué existe tal
variación en la biodiversidad. En los
ecosistemas terrestres, las diferencias en
los factores ambientales, como
variabilidad y valores medios de la
temperatura y precipitaciones, la
productividad primaria neta anual y la
historia geológica, se correlacionan con
el gradiente latitudinal en la diversidad.
Sin embargo, dichas correlaciones no
explican las causas subyacentes de este
patrón.
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Hay hipótesis en pugna que tratan de
explicar la mayor diversidad de
especies de los trópicos: algunas
relacionan la diversidad con la energía
solar, la baja variabilidad del clima, y la
energía y la estabilidad. Los científicos
marinos también tratan de explicar la
variación en la diversidad oceánica a
través de ciertos factores como la
edad, el área, el grado de aislamiento
de ciertas áreas, las relaciones con
áreas terrestres, la estabilidad y los
sedimentos.
A escala regional, el número y la
distribución de comunidades dentro de
un área contribuye a su diversidad
biológica. En general, cuanto más
grande es el área estudiada, mayor es
el número de especies. La relación
entre el número de especies y el área
de muestreo es uno de los patrones más
antiguos y mejor documentados en la
ecología de comunidades.
Sin embargo, los científicos consideran
que esta relación puede variar según la
escala espacial, y de hábitat a hábitat,
a una misma escala espacial. Por
ejemplo, algunas regiones pequeñas,
como las islas tropicales, pueden tener
muchas especies, mientras que algunas
regiones muy extensas, como los
desiertos, tienen relativamente pocas
especies. Ningún proceso por sí solo
determina cambios en la riqueza de
especies a través de un amplio espectro
de escalas; distintos procesos
determinan la biodiversidad a distintas
escalas espaciales.
La distribución de especies varía entre
escalas geográficas. Algunas especies
pueden encontrarse en grandes áreas,
como países o continentes, mientras
que otras podrían ocurrir en un solo
estanque o un parche de un bosque. Se
dice que un área geográfica dada
posee un cierto número de especies
endémicas, que son aquéllas que se
encuentran en ese lugar, y en ningún
otro.
El endemismo es una medida de
singularidad biológica que al
combinarse con el número total de
especies (riqueza de especies) ofrece
un panorama más completo de la
diversidad del área. Algunas
organizaciones conservacionistas
usan la riqueza de especies y al
endemismo para cuantificar lo especial
e irremplazable de cada área. Un gran
número de especies endémicas
concentradas en un área relativamente
pequeña resulta en lo que
generalmente se denomina hotspots
(puntos críticos); es decir, áreas en
donde es necesaria una atención
urgente de la conservación para salvar
un alto número de especies únicas
(Apartado 5).
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Apartado 5: Centros de endemismo y hotspots biológicos
Los hotspots biológicos representan los reservorios de plantas y animales más ricos y más
amenazados del planeta. Conservation International, una organización que fue pionera en
el uso de hotspots en conservación, considera que los criterios clave para determinar un
hotspot son el endemismo (la presencia de especies que no se encuentran en ningún otro
lado) y el grado de amenaza. Otras organizaciones incluyen en esta ecuación la totalidad
de la diversidad biológica en la región. El endemismo de plantas es el criterio inicial para
determinar el estado de hotspot, ya que las plantas sostienen a la mayoría de las otras
formas de vida mediante su capacidad de utilizar la luz solar. El grado de amenaza se mide,
fundamentalmente, en términos de pérdida de hábitat. Los hotspots que Conservation
International ha identificado han perdido, por lo menos, el 70 % de su vegetación natural
original. El más crítico de los hotspots perdió más del 90% de su vegetación original.
Las poblaciones e individuos de una
especie tienen diferentes necesidades
espaciales y se mueven en áreas que a
veces son de gran extensión. Algunos
organismos pueden requerir los recursos
que provee un solo árbol para
completar su ciclo de vida, mientras
que otros pueden trasladarse enormes
distancias. Las razones pueden ser que
solamente un área de gran extensión
ofrezca suficientes recursos o porque el
organismo es territorial. Los jaguares, por
ejemplo, tienen un ámbito de acción
de más de 50 km2. Otros organismos
pueden migrar estacionalmente e,
inclusive, diariamente, en respuesta al
clima o a las diferencias asociadas a la
abundancia de alimento para
reproducirse. Muchas especies de
mamíferos, aves, peces, reptiles,
insectos y otros organismos realizan
migraciones anuales de, a veces,
cientos o miles de kilómetros (por ej., la
mariposa monarca, la tortuga laúd, el
ñu africano y el salmón). Pueden darse
otras migraciones a menor escala,
como es el caso de muchas aves
tropicales que se trasladan desde tierras
bajas y bosques nubosos en el
transcurso de una estación. Es posible
que muchas otras especies programen
sus propios movimientos, reproducción o
alimentación para coincidir con estas
migraciones predecibles o con picos en
la disponibilidad de recursos.
Finalmente, si bien algunas especies no
se trasladan, se reproducen a largas
distancias: muchas plantas y especies
marinas sedentarias dispersan sus
células reproductivas (gametos) o
semillas cubriendo grandes distancias,
usando el viento, el agua u otros
organismos (por ej. aves, insectos) como
medio de transporte.
1100
6. ¿Por qué es importante la biodiversidad?
Los filósofos ambientales y los
profesionales de la conservación
generalmente separan el valor de la
biodiversidad en dos grandes tipos: los
valores de mercado y los valores de no
mercado. Los valores de no mercado
son aquéllos que no están ligados al
consumo o uso de las especies. El valor
de mercado se refiere a las distintas
formas en las que la biodiversidad tiene
importancia económica para los seres
humanos.
6.1 Los valores de no
mercado
El valor de la existencia de la
biodiversidad se refiere a la importancia
que le damos al simple hecho de saber
que algo existe en el mundo de la
naturaleza, aun cuando personalmente
nunca lo lleguemos a ver.
Por ejemplo, muchas personas creen
que es importante mantener las
poblaciones salvajes de elefantes,
aunque nunca lleguen realmente a
conocerlas. Los valores estéticos y
simbólicos han sido parte de las culturas
de la humanidad durante siglos: estos
valores se ven reflejados en el uso de las
hojas del arce en Canadá, del quetzal
en Guatemala y del águila calva en los
Estados Unidos.
Muchas culturas consideran a ciertas
regiones de su tierra natal como
sagradas y de acceso prohibido,
debido al significado religioso o
espiritual que conllevan. La práctica
tradicional de preservar tierras
veneradas en su estado natural ha
servido como una estrategia efectiva
de conservación en todo el mundo. El
valor intrínseco, es decir, el valor de un
objeto más allá de su aporte a otras
cosas, también es mencionado
con frecuencia como una razón
para proteger la biodiversidad.
Apartado 6: El valor de los servicios ecosistémicos para la economía mundial
Si tuviéramos que pagar por los servicios que ofrece la naturaleza, ¿cuánto costarían? Un
artículo publicado en la revista Nature, elaborado por trece autores, entre los cuales hay
ecólogos, geógrafos y economistas, estima este valor entre $16 y $54 billones por año
(Costanza et al. 1997). Tradicionalmente, los intereses ecológicos han sido considerados una
carga financiera en el desarrollo económico. El estudio de Constanza y sus colaboradores
demuestra que las funciones del ecosistema no compiten con los valores económicos. Los
autores sostienen que dichas funciones más bien están íntimamente ligadas e influyen
positivamente en la economía mundial. Para realizar este análisis, Costanza y sus
colaboradores recogieron información de un amplio espectro de estudios sobre el valor de
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una extensa gama de servicios ecosistémicos. Éstos incluyen elementos comunes como la
producción de alimentos, materias primas, entretenimiento y el suministro de agua, así
como también servicios menos evidentes como la regulación del clima y los gases
atmosféricos, el ciclado del agua, el control de la erosión, la formación del suelo, el ciclado
de los nutrientes y la purificación de los desechos.
Se hicieron cálculos para cada una de las 17 categorías de servicios para toda la gama de
ambientes que hay sobre el planeta, incluyendo tanto marinos como terrestres. Las
estimaciones de los autores indican que los ambientes costeros, incluidos los estuarios,
humedales costeros, las praderas de plantas marinas y algas, los arrecifes coralinos y las
plataformas continentales tienen un valor desproporcionadamente alto. Cubren sólo el 6,3%
de la superficie terrestre, pero proporcionan el 43% de los servicios ecosistémicos del mundo.
Estos ambientes son de particular valor en la regulación del ciclo de nutrientes que controla
la productividad de las plantas terrestres y acuáticas.
Los autores advierten que la mayor parte del valor de los servicios ecosistémicos está
actualmente fuera del sistema de mercado. Es decir, aunque algunos servicios, como la
producción de alimentos, el suministro de agua y las materias primas son comercializados
en mercados económicos, no ocurre lo mismo con la mayoría de los servicios ecosistémicos.
Esto significa que los actuales indicadores de mercado no incorporan adecuadamente el
valor de estos servicios.
Los autores del artículo reconocen la enorme incertidumbre que despiertan sus
estimaciones, pero también sugieren que los valores que obtuvieron probablemente estén
subestimados. Ellos explican "Esto se debe a que si se optimizaran los cálculos, por ejemplo,
si se estudiaran más profundamente un mayor número de servicios ecosistémicos,
probablemente aumentaría su valor". Los autores también advierten que sus estimaciones
económicas no tienen en cuenta el hecho de que algunos servicios ecosistémicos son
"literalmente irreemplazables".
6.2 Los valores de mercado
de la biodiversidad
La biodiversidad también tiene valores
de mercado, ya que brinda en todo el
mundo beneficios económicos al
hombre, quien depende de especies
silvestres y domesticadas para la
alimentación, la medicina, los recursos y
los productos industriales. Utilizamos
recursos genéticos para proteger los
cultivos de plagas y enfermedades. Los
ecosistemas saludables nos suministran
servicios vitales e irreemplazables como
el almacenamiento de carbono, el
ciclado de nutrientes y la protección
contra inundaciones. Muchas
enfermedades del hombre y de los
animales se curan gracias a la
extracción o producción sintética de
sustancias que han sido aisladas de
plantas silvestres.
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Bienes. Los seres humanos dependen
directamente de muchas especies para
una variedad de usos, como la
explotación de la madera, la pesca y la
caza de animales silvestres. Nuestros
sistemas agrícolas se desarrollaron como
consecuencia de que el hombre
modificó y mejoró animales y plantas
silvestres durante miles de años. La
agricultura, la silvicultura y la
acuicultura, todas dependen de
parientes silvestres de especies
domesticadas para poder obtener
material genético que aumente la
resistencia a enfermedades, la
productividad y la adaptabilidad. Por
ejemplo, variedades provenientes de
Etiopía brindaron protección contra
agentes patógenos virales de los
cultivos de cebada en California, que
tienen un valor de US$ 160 millones por
año.
Ciertos medicamentos provenientes de
la biodiversidad, derivados de un
proceso conocido como
"bioprospección" dieron como resultado
algunas drogas importantes, como la
Vincristina, un extracto de la
vincapervinca rosada de Madagascar,
que se usa para el tratamiento de la
leucemia en niños. En realidad, se
investigaron muy pocas especies con el
objeto de conocer su utilidad como
alimentos, fibras, combustible y otros
bienes no medicinales. Existen muchas
más especies con potencial para uso
humano.
Servicios. Los organismos vivientes
aportan una amplia variedad de
servicios ambientales beneficiosos para
el hombre y otras especies. Las plantas
verdes quitan el dióxido de carbono de
la atmósfera y reponen el suministro de
oxígeno. El fitoplancton mantiene la
productividad oceánica y ayuda a
regular los ciclos atmosféricos
mundiales. Los insectos y pequeños
mamíferos polinizan tres cuartos de los
cultivos básicos del mundo, así como el
90% de todas las plantas con floración
(fanerógamas).
La productividad en la agricultura
también depende de hongos y
microbios que descomponen la materia
orgánica muerta y reciclan los
nutrientes de las plantas,
ayudando a mantener la
fertilidad de las tierras cultivadas.
Constanza et al. (1997) estimaron
recientemente el valor económico
combinado de 17 servicios
ecosistémicos entre US$ 16-54 billones
por año (Apartado 6). En pocas
palabras, estamos aprendiendo
rápidamente que la economía humana
es un subsistema de la economía de la
naturaleza que podría colapsar si
cualquiera de estos servicios
importantes de la naturaleza se viera
interrumpido.
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7. Vacíos de conocimiento
Si bien se sabe mucho de la
biodiversidad, hay por lo menos cinco
grandes vacíos de conocimiento. La
carencia más grave es que todavía no
conocemos el alcance de la diversidad
de especies a nivel mundial; es decir, el
número de especies que hay en el
planeta. Una estimación conservadora
de 10 millones de especies en todo el
planeta significaría que solamente se
identificó el 17% de todas las especies, y
que el 83% permanece desconocido
para la ciencia. Un segundo vacío que
está relacionado con el anterior es lo
poco que se sabe de los
microorganismos (hongos, bacterias,
algas, protozoos) y de su papel en la
ecología global. Se han descrito
formalmente alrededor de 156.000
especies, de las cuales la mitad son
hongos. Sin embargo, los cálculos
conservadores actuales del número
total de especies de microorganismos
ascienden a 1.800.000. Si bien
comprendemos el papel de los
microorganismos en el reciclaje de
nutrientes y en su función como
agentes patógenos, quedan vacíos
considerables en nuestro conocimiento
acerca de la diversidad de especies,
funciones ecológicas y del potencial
económico de estos taxones.
El tercer gran vacío está ligado a las
relaciones entre especies dentro de los
sistemas naturales. Estudios recientes
demuestran que algunas especies,
llamadas especies clave, pueden tener
mucha más importancia que otras en la
composición y funcionamiento del
ecosistema. Un conocimiento más
profundo y mejores mediciones de la
importancia relativa de las especies
probablemente influirían en las
decisiones concernientes a qué
proteger. El cuarto vacío se relaciona
con nuestra capacidad de evaluar,
predecir y responder a la degradación
bioecológica. La valoración
abarcadora de todos los componentes
de un ecosistema es una tarea
laboriosa y costosa, aún si se la lleva a
cabo a una escala limitada. Además,
quizás nunca conozcamos lo suficiente
para valorar exhaustivamente un
ecosistema, dadas todas las especies,
interacciones y condiciones cambiantes
que se dan en él. Esto ha llevado a la
propuesta de establecer
bioindicadores: la identificación de
ciertas especies cuyos cambios en
densidad, comportamiento ecológico o
desempeño fisiológico podrían ayudar
a medir el estado del ecosistema en su
totalidad.
Finalmente, el quinto vacío de
conocimiento concierne la pregunta
acerca de hasta qué punto y qué
cantidad de biodiversidad realmente
importa en términos de funcionamiento
del ecosistema y del mantenimiento de
los procesos que sostienen la vida
natural sobre la Tierra, de los que
depende la humanidad. Como los
ecosistemas llevan adelante
colectivamente muchos de los procesos
1144
que regulan los sistemas del planeta
(por ej., la producción de oxígeno, el
ciclado del agua, la fertilidad del suelo),
necesitamos comprender las
consecuencias ecológicas de la
pérdida de la biodiversidad. Algunos
estudios recientes sugieren que la
reducción de la biodiversidad puede
alterar tanto la magnitud como la
estabilidad de los procesos
ecosistémicos, especialmente cuando
la biodiversidad se ve reducida a los
niveles bajos típicos de sistemas
manejados. Resulta difícil determinar si
la biodiversidad, por sí misma, es
importante para el funcionamiento de
los ecosistemas, ya que muchos de los
factores que disminuyen la
biodiversidad a nivel local, como la
conversión del hábitat, también
afectan directamente los procesos
ecológicos, y ocultan los impactos más
sutiles de la pérdida de especies.
Los científicos coinciden en que un
número mínimo de especies es esencial
para el funcionamiento del ecosistema
en condiciones constantes y que,
probablemente, sea esencial una
mayor cantidad de especies para
mantener la estabilidad de los procesos
ecosistémicos en ambientes que sufren
cambios. Un desafío futuro importante
es determinar cómo interactúan y se
ponen en práctica la dinámica de la
biodiversidad, los procesos
ecosistémicos y los factores abióticos
entre los distintos tipos de ecosistemas y
de procesos.
8. Pérdida de la biodiversidad
En este módulo, se trata la biodiversidad
en su totalidad. No obstante, toda
discusión sobre biodiversidad debe, por
lo menos, mencionar el problema de la
pérdida de la biodiversidad. Si bien las
estimaciones tienen un amplio margen
de error, hay consenso entre los
científicos en que hay varios millones de
poblaciones, y que se extinguen
anualmente 3.000 a 30.000 especies.
Sobre la base de estas cifras, muchos
investigadores sostienen que la tasa
actual de extinción es entre 100 y 1.000
veces mayor que los niveles previos a la
existencia del hombre y que dentro de
100 años podrían extinguirse 30% o más
de las especies del planeta. Así como
las selvas tropicales y los arrecifes
coralinos hospedan los mayores niveles
de biodiversidad, también sufren los
mayores impactos de su pérdida. La
causa más importante de esta
disminución es la pérdida y
degradación del hábitat, el cambio
climático, la invasión de especies no
nativas, la extracción no sostenible de
recursos naturales y la contaminación.
Para información más detallada sobre
este tema, ver el módulo de Pérdida de
Biodiversidad.
BBiiooddiivveerrssiiddaadd
1155
Puntos clave para
recordar...
Hay muchas definiciones de
biodiversidad, pero podemos expresarlo
sencillamente como la variedad de
vida que se encuentra en todas sus
formas, niveles y combinaciones.
La biodiversidad se da en todas las
escalas, desde genes y especies hasta
ecosistemas,
Se identificaron 1.700.000 especies
y, cada año, se identifican alrededor de
20.000 nuevas especies.
Las estimaciones actuales del
número total de especies sobre la Tierra
oscila entre 3 y 100 millones, y los
cálculos más aproximados se
encuentran entre 10 y 14 millones.
Las selvas tropicales y los arrecifes
de coral se encuentran entre las
regiones más ricas en biodiversidad.
El grupo de organismos más
diverso es el de los insectos –se han
identificado más de 750.000 especies
hasta ahora.
La biodiversidad tiene valores
ajenos al mercado (como los valores
intrínsecos y los estéticos), así como
valores que sí están en el mercado
(como los beneficios económicos
obtenidos a través del uso de recursos y
servicios ecosistémicos).
La pérdida de la biodiversidad es
un problema de conservación
importante; se extinguen anualmente
entre 3.000 y 30.000 especies.
Los científicos no conocen todavía
la implicancia de la pérdida de la
biodiversidad que ocurre cada año.
Hay mucho por aprender acerca del
papel de la biodiversidad en la función
del ecosistema.
Proyecto Andes-Amazonia
Financiado por la Fundación Gordon and Betty Moore
Programa de Política y Ciencias Ambientales – OET
Director: PhD Andrew Chek
Coordinador: Leandro Castaño Betancur
Diseño: Liliana Jiménez Bernal
1166
CCCOOORRRRRREEEDDDOOORRREEESSS YYY CCCOOONNNEEECCCTTTIIIVVVIIIDDDAAADDD
1. ¿Qué es un corredor?
Si bien el término corredor se usa en
diversas formas al hablar de acciones
de manejo del paisaje, en este módulo
apuntamos a su papel en los esfuerzos
de conservación.
A medida que en todo el mundo el
hombre continúa modificando el
paisaje para satisfacer sus propias
necesidades, la fragmentación va en
aumento. Este proceso tiene como
resultado la formación de parches o
islas en el paisaje en lo que había sido
un área más extensa de paisaje
continuo. (Ver el Módulo de
Fragmentación, para más detalles).
Dicha condición de paisaje
fragmentado puede tener graves
consecuencias para aquellas plantas y
animales que encuentran allí su hábitat.
Una forma de compensar los impactos
de la fragmentación es reconectar o
mantener las uniones existentes entre los
fragmentos. Este abordaje es la base
para conectar hábitats con corredores
u otro tipo de uniones en el paisaje que
permiten el movimiento y, con él, el
intercambio y la recolonización entre
hábitats de alta calidad.
Originalmente, un corredor estaba
relacionado con la función; es decir, un
área que permitía que las plantas y los
animales se movieran. Las definiciones
actuales, tomadas de la Ecología del
Paisaje, también incluyen la estructura:
un corredor es una superficie lineal, en
contraposición con un parche no lineal.
En esta definición ampliada puede estar
incluido todo, desde una hilera de
árboles a lo largo de los límites de un
terreno, una ruta, las líneas de alta
tensión, hasta las vías férreas. Este
artículo incluye ambas definiciones,
pero pondremos más atención en la
función de los corredores, ya que nos
interesa contestar preguntas como:
"¿Qué función cumplen los corredores?”
y “¿funcionan los corredores?"
CCoorrrreeddoorreess yy CCoonneeccttiivviiddaadd
1177
Apartado 1: ¿Funcionan los corredores?
Los resultados de los estudios científicos demuestran que:
Los corredores mantienen en el musgo una fauna de insectos más
diversa.
La diversidad de plantas en hábitats conectados se mantiene elevada.
La conectividad amortigua los efectos de los depredadores de insectos y
extiende, así, la persistencia de los insectos.
Los agentes de la polinización se mantienen en mejores condiciones en
sistemas conectados.
Muchas especies, incluidas el puma, los pequeños mamíferos, las
mariposas y las aves utilizan los corredores en situaciones reales.
Pero como en muchos de estos estudios no se usaron sitios de control, aún se desconoce el
verdadero efecto de los corredores. La gran verdad que se desprende de los estudios es
que si bien es preferible la existencia de corredores que conecten fragmentos de hábitat a
tener fragmentos aislados, mejor aún es mantener grandes extensiones sin fragmentar.
2. ¿Cuál es la función de los corredores?
Los corredores pueden tener variadas
funciones en el paisaje, pero, a los fines
de la conservación, nuestro mayor
interés está centrado en la capacidad
de permitir que las plantas y los
animales se trasladen entre las
diferentes áreas.
Esta función adquiere una importancia
creciente a medida que los paisajes se
ven cada vez más fragmentados. Para
poder trasladarse con éxito entre estos
fragmentos, la mayoría de las especies
necesitan conexiones cuyo hábitat
tenga, por lo menos, los requerimientos
mínimos y en los que no sea posible que
el individuo se encuentre con causantes
de alta mortalidad, como el hombre y
los caminos. Por ejemplo, los carnívoros
de gran tamaño a menudo necesitan
corredores amplios (en el orden de
varios kilómetros) con suficiente
alimento, agua, cobertura y muy baja
densidad de caminos.
La idea de los corredores
evolucionó a partir de dos teorías
ecológicas muy conocidas: la
biogeografía de islas y la teoría de la
metapoblación. La primera afirma que
el número de especies que puede
sobrevivir en una isla está relacionado
con el tamaño de la isla y con la
capacidad de las especies de migrar
1188
de la isla y hacia ella. Las islas de gran
tamaño que están cerca de otras
tienen más especies que las islas más
pequeñas y remotas. Un fragmento de
hábitat es similar a una isla en cuanto a
que sobrevivirán más especies en
fragmentos más grandes que permiten
el movimiento entre ellos por medio de
corredores. La teoría de la
metapoblación sostiene que los
individuos de una especie se distribuyen
en varios parches de hábitat, y como
toda población que está en un parche
podría extinguirse, la supervivencia de
las especies se relaciona con el
movimiento de los individuos entre estos
parches. De este modo, la conexión de
los parches de hábitat puede ayudar a
prevenir las extinciones locales y
regionales al permitir que continúe la
inmigración y recolonización.
Los corredores además ofrecen diversas
funciones a la vida silvestre. En primer
lugar, facilitan los movimientos diarios o
estacionales que son importantes para
acceder a los recursos y permitir el
intercambio de individuos en una
población mayor. Los movimientos
habituales van desde los traslados
diarios de los insectos, las aves y otros
organismos, por ejemplo, desde los sitios
de alimentación a los de nidificación o
de cría, hasta las migraciones
estacionales de los ungulados de gran
tamaño. En Florida, los pumas
constituyen un buen ejemplo de por
qué se usan los corredores en el manejo
de la vida silvestre, ya que los machos
cubren una superficie hasta de 400 km2
por año, aunque ya no existen hábitats
apropiados de este tamaño. Estos
animales pueden trasladarse entre
parches de hábitat a través de
forestaciones en línea de árboles de
madera dura que actúan como
corredores. En segundo lugar, la
conectividad permite que los animales
se dispersen de un área o región a otra,
por ejemplo, del área de acción de
nacimiento al de adultez. Quizás el
ejemplo clásico de este hecho lo ofrece
el salmón. Este pez eclosiona y
permanece en agua dulce durante
varios meses o, inclusive, algunos años.
Con el tiempo, migra río abajo hacia el
agua salada, su territorio de adulto,
donde permanece varios años, hasta
que vuelve a migrar a los cursos de
agua dulce cuando es tiempo de
desovar; esta migración puede tener
una distancia hasta de ¡1.000 millas!
Si se establecen corredores que unen y
protegen los territorios de
eclosión/desove y de la vida adulta, se
puede proteger el salmón de las
amenazas de la fragmentación del
hábitat, de la explotación y de la
presencia de instalaciones
hidroeléctricas.
El movimiento e intercambio de
individuos entre remanentes de hábitats
también puede brindar a las especies
beneficios genéticos. Las poblaciones
que están aisladas pueden desarrollar
problemas debido a la endogamia. Sin
embargo, si los individuos se trasladan
entre distintas poblaciones, pueden
mantener la variabilidad genética, lo
que finalmente resultará beneficioso
para cada población, así como para la
CCoorrrreeddoorreess yy CCoonneeccttiivviiddaadd
1199
metapoblación de la cual forman
parte.
Los corredores también pueden ser
importantes para los procesos
ecosistémicos, como la polinización y la
dispersión de semillas. Por ejemplo, a
medida que el murciélago de nariz
larga migra entre México y Arizona, se
alimenta del néctar de varias plantas y,
a su vez, las poliniza.
Los murciélagos dependen
estrechamente de especies particulares
de plantas como la mimosa, el maguey
y el cactus columnar, y éstas dependen,
a su vez, del murciélago para su
polinización. A lo largo de su ruta
migratoria, estos animales requieren un
aporte constante de plantas florecidas.
La pérdida generalizada del hábitat o la
fragmentación a lo largo de su ruta
podría interrumpir todo el proceso de
migración de murciélagos y, así, afectar
severamente a las especies
polinizadoras. La relación que existe
entre los murciélagos de nariz larga y un
grupo selecto de plantas a lo largo de
la ruta migratoria demuestra la
importancia de la conectividad a gran
escala, no sólo para el murciélago, sino
también para el mantenimiento de los
procesos ecológicos en varios sistemas
que aparentemente están
desconectados.
La diversidad e integridad del
ecosistema también se puede
beneficiar del mantenimiento de
la conectividad del paisaje a través de
los corredores. Por ejemplo, Kruess y
Tscharntke (1994) encontraron que la
fragmentación del bosque llevaba a
una menor diversidad de parasitoides
de insectos, lo que, a su vez, resultó en
mayores y más rápidas irrupciones de
insectos plaga en las tierras
circundantes destinadas a la
agricultura. Los corredores de hábitat
que conectan parches de bosque en
paisajes de agricultura como éste y
otros similares podrían ofrecer hábitats
para depredadores que controlan
naturalmente muchas plagas de la
agricultura.
3. ¿Funcionan los corredores?
Lo que se desprende de los estudios
sobre corredores entre áreas de reserva
es que no deberían ser considerados un
sustituto de la conservación de grandes
áreas contiguas. Algunas experiencias
sugieren que los hábitats que están
conectados realmente funcionan mejor
que los parches aislados. Por ejemplo,
los hábitats conectados mantuvieron
mayor diversidad de fauna en el musgo,
la diversidad de plantas se mantuvo a
niveles más altos, la conectividad
amortiguó los efectos de los
depredadores de insectos y permitió,
así, una persistencia más prolongada de
las especies presa y los agentes de la
polinización se mantuvieron en mejores
condiciones. Además, muchas
2200
especies, incluidas el puma, los
pequeños mamíferos, las mariposas y las
aves, demostraron utilizar los corredores
en situaciones reales.
Sin embargo, estos estudios revelaron
un lado débil, al no lograr examinar el
uso de las áreas que no son corredores,
y así se plantea la posibilidad de que los
organismos que usan los corredores
también se trasladen por otras partes
del paisaje. Además, queda sin
responder la pregunta de si el
movimiento realmente influye en la
dinámica poblacional. De este modo, si
bien la investigación indica que los
corredores se usan para el movimiento,
no se desarrolló la base empírica para
demostrar que los corredores son
necesarios o son el abordaje más
efectivo para asegurar la persistencia
de las especies.
Apartado 2: Recuperación de la conectividad a escala local y regional en Belize
En el Santuario Comunitario de Babuinos de Belize, las poblaciones de monos negros
aulladores se estaban reduciendo porque los dueños de tierras talaban el bosque a lo largo
del río Belize para hacer la tierra cultivable. Los monos no podían cruzar los campos abiertos
que se encontraban entre los parches de bosque. Como disminuyeron las fuentes de
alimentos y su capacidad de trasladarse a través del bosque, la población de monos sufrió
una grave reducción. Para revertir esta tendencia, en 1985, los 450 residentes que poseían
tierras en el Santuario acordaron mantener corredores de bosque aproximadamente de 20
m de ancho a lo largo de los cursos de agua y de los límites de propiedad. También se están
implementando a través de campos de cultivo y entre parches de bosque. Entre otros
elementos del plan se encuentran la protección de árboles que ofrecen alimento a los
monos y la construcción de puentes aéreos sobre los caminos, para que los monos crucen
en forma segura. Estas medidas parecen tener éxito, ya que la población de monos negros
aulladores fue creciendo paulatinamente con la reconexión del hábitat.
Por lo tanto, todavía no existe evidencia
suficiente que confirme la idea de que
los corredores pueden mitigar el efecto
que la pérdida general de hábitat tiene
sobre la biodiversidad. Esto se debe, en
parte, a que el hábitat en los corredores
–por el hecho mismo de ser corredores–
es diferente del hábitat en áreas más
extensas; por ejemplo, los corredores
sufren los efectos del borde y de las
interacciones ecológicas alteradas. Los
estudios realizados hasta el presente
sugieren que los esfuerzos de
restauración de conectividad que
apuntan a una o varias especies clave
son los que tienen más probabilidades
de lograr cierto nivel de éxito. No
obstante, aún para una especie
objetivo determinada, el éxito de un
corredor está relacionado con su
longitud, su ancho y la distancia entre
parches del hábitat.
CCoorrrreeddoorreess yy CCoonneeccttiivviiddaadd
2211
4. Logro de conectividad en diferentes paisajes
La conectividad entre ciertas áreas del
hábitat puede lograrse protegiendo
corredores naturales existentes o
"stepping stones" (elementos de ayuda)
del hábitat apropiado. Para que esto
tenga éxito, los científicos y los
manejadores del paisaje deben
documentar cuidadosamente los
patrones existentes del movimiento de
la vida silvestre y evaluar la calidad de
hábitat de las áreas propuestas para ser
mantenidas como corredores. También
deben considerarse como factores en
dichos planes los cambios en los
movimientos de animales y plantas
resultantes de los cambios climáticos.
En otras regiones, fueron eliminados el
hábitat natural y los sitios de
alimentación y descanso en las rutas
migratorias; allí debe restablecerse la
conectividad a través de la
restauración ecológica. Hasta el
presente, la mayoría de los proyectos
de restauración apuntaron a la
conectividad a escalas local y regional.
Aunque es importante a todas las
escalas, la restauración de la
conectividad interregional
posiblemente sea la más exitosa en
cuanto a la protección de especies
clave como los predadores superiores–
y respecto a los procesos ecológicos–
como la migración y el intercambio
genético.
4.1 Corredores terrestres
El corredor local o a pequeña escala
conecta parches de hábitats pequeños
y cercanos entre sí para facilitar el
movimiento de invertebrados, semillas
de plantas, vertebrados pequeños y
algunas aves. Esta categoría de
corredores puede incluir cortavientos
(líneas de árboles o arbustos plantados
en los perímetros de campos), setos
vivos y otros tipos de "cercos vivos". A
esta escala, los corredores son hábitats
de borde en su totalidad y, por lo
tanto, no son tan útiles para las
especies que necesitan las áreas
interiores del hábitat. No obstante,
pueden tener un impacto significativo
en la protección de la diversidad
regional. Por ejemplo, en Inglaterra, la
remoción de setos vivos que rodeaban
los campos contribuyó
significativamente a la declinación de
la diversidad de aves e insectos en los
últimos 50 años.
Los corredores a escala de paisaje son
más anchos, más largos, y están
diseñados para conectar elementos del
paisaje más amplios y aislados, como
las áreas de bosque, pastizales
remanentes o cimas de montañas
adyacentes. Los corredores de paisaje
2222
facilitan los movimientos diarios o
estacionales de especies que
normalmente están restringidas a
hábitats específicos, como las especies
de aves de humedales. Este tipo de
corredor puede incluir: grandes
extensiones de bosque que unen
reservas que, de otro modo, estarían
desconectadas; selvas en galería a lo
largo de cursos de agua o hábitats que
siguen gradientes naturales o
características topográficas, como
cadenas montañosas.
Las comunidades ribereñas (de los
bancos o las orillas de los ríos) en
particular, pueden jugar un papel
importante como "corredores naturales"
a escala regional o de paisaje.
Generalmente son utilizados por la
fauna y flora silvestres como conexiones
naturales entre áreas altas y bajas. En
las zonas áridas, muchas especies
dependen de los recursos que proveen
estas comunidades.
El corredor a escala regional conecta
grandes extensiones de tierra que, de
otro modo, llegarían a aislarse. Esta
escala de conexión es mencionada
como la más importante para el
mantenimiento de la variabilidad
genética de los vertebrados de gran
tamaño. Estas uniones pueden ser lo
suficientemente extensas como para ser
protegidas como un tipo de área
natural en sí misma. El proyecto del
Corredor Biológico Mesoamericano
(Apartado 5;) ejemplifica la respuesta a
la necesidad de dichas conexiones
regionales e interregionales.
Existe un amplio debate sobre cuál es el
ancho óptimo de los corredores para la
vida silvestre. Sin embargo, varios
investigadores sugirieron que la
proporción ancho-largo debería
aumentar al ir de la escala local a la
regional. Harrison (1994) recomienda
que el ancho mínimo de los corredores
debería determinarse sobre la base de
los ámbitos de acción de especies de
gran tamaño que satisfacen sus
necesidades allí. Además, los hallazgos
de Woodroffe y Ginsberg (1998) indican
que la caza furtiva constituye la mayor
amenaza para la viabilidad de los
grandes carnívoros, en muchos de los
parques nacionales del mundo. Sus
resultados implican que los corredores
para animales carnívoros que tienen un
ancho inferior a un área de acción no
serán eficaces para protegerlos de los
cazadores furtivos.
CCoorrrreeddoorreess yy CCoonneeccttiivviiddaadd
2233
Apartado 3: El Proyecto de Corredor Biológico Mesoamericano
El Proyecto del Corredor Biológico Mesoamericano es uno de los corredores de
conservación más grandes que se hayan propuesto. El plan original se desarrolló en los
años 80 como una iniciativa para restablecer un corredor natural para el hábitat de la
pantera de Florida. Pero, al analizar las perspectivas de dicho corredor, los
conservacionistas se dieron cuenta de que necesitaban tener un enfoque mucho más
abarcador, que también atendiera las necesidades de las diversas comunidades
existentes a en toda su extensión. En 1992, se lanzó el proyecto revisado en América
Central y en el sur de México, con el objetivo de conservar la diversidad biológica a lo
largo del corredor y, a la vez, de alentar el desarrollo sostenible. El corredor constituye un
proyecto controvertido debido a su enorme tamaño y alcance. La propuesta establece
que comience al sudeste de México, continúe a lo largo de la costa atlántica de
Guatemala y Belize, pasando por el centro de Honduras, Nicaragua y El Salvador, y
descienda por la costa atlántica de Panamá, donde finaliza. En total, el corredor tendrá
una superficie de 3.000.000 ha de ecosistemas terrestres y marinos.
4.2 Conectividad marina
Hasta aquí nos hemos referido
principalmente al tema de los
corredores terrestres. Pero la
conectividad también es crucial para
muchas especies y procesos de agua
dulce y salada.
Estos tipos de corredores reciben mucha
menos atención que sus equivalentes
terrestres. Esto puede deberse al hecho
de que los impactos que el hombre
ocasiona a los ambientes de agua
dulce y salada son generalmente
mucho más difíciles de observar. Se
realizan esfuerzos para brindar mayor
atención a la protección de los mares;
actualmente, las áreas marinas
protegidas ocupan menos de la mitad
de 1% de los océanos del planeta.
Sin embargo, la conservación de los
mares todavía es una ciencia bastante
nueva, por lo que hay muy poca teoría
a la cual recurrir. Si bien los científicos
aplican las teorías relacionadas con los
corredores terrestres, advierten que los
ambientes marinos (Allison et al. 1998) y
los de agua dulce son básicamente
diferentes.
Una de las principales diferencias que
surgen de trabajar en el ambiente
marino (respecto del terrestre) es que el
objetivo de la conectividad es unir
poblaciones, no hábitats. Esto se debe,
en principio, a que las especies marinas
generalmente dependen de distintos
hábitats en las diferentes etapas de su
ciclo de vida –que a menudo incluye
una fase pelágica (océano abierto)–.
Esto se denomina población abierta –
aquélla que, para el reabastecimiento
de su población, depende de la
reproducción que sucede en otro lugar.
2244
Además, las corrientes pueden
transportar los huevos y las larvas por
largas distancias. Estas características
hacen que sea difícil que una reserva
pueda proteger todo el ciclo de vida
de un organismo, debido a las áreas
potencialmente extensas que están
involucradas. También hace que la
conectividad sea particularmente
importante. Por lo tanto, el centro de
atención no está puesto tanto en el
hábitat, sino en las poblaciones mismas.
A menudo las reservas apuntan a cubrir
áreas críticas del ciclo de vida, como
los sitios de reproducción. Los científicos
también sugieren que las reservas estén
lo suficientemente cerca como para
que las poblaciones residentes
interactúen a través de la dispersión o la
migración. Las especies que tienen
poblaciones que dependen del
reclutamiento para su persistencia (es
decir, "poblaciones abiertas") requieren
redes de reservas que tengan alta
conectividad. Sin embargo, el tamaño
de cada reserva y la ubicación y la
distancia entre las reservas dentro de la
red dependerán de los patrones de
dispersión de las larvas y de la
conectividad entre las poblaciones en
el área.
Apartado 4: Criterios importantes en el desarrollo de redes de reservas marinas
1. Complementar o suplir el manejo convencional de las especies explotadas.
2. Proteger especies raras o hábitats vulnerables.
3. Salvaguardar etapas críticas del ciclo de vida, por ejemplo, sitios de
agregación para el desove o áreas de cría de juveniles.
4. Asegurar las conexiones entre hábitats independientes.
5. Mantener los servicios ecosistémicos, como la función de filtrado del agua
llevada a cabo por invertebrados que se alimentan de materia en suspensión
en bahías y estuarios.
6. Proveer conectividad entre las reservas para la persistencia de las especies o
entre reservas y áreas no protegidas para la repoblación de poblaciones
explotadas.
Una de las dificultades más importantes
del diseño de corredores y reservas
marinas es que los científicos carecen
de información suficiente acerca del
comportamiento de dispersión y
migración de muchas especies. Esta
falta de información se debe, en parte,
al hecho de que, logísticamente, es
difícil llevar a cabo experimentos que
evalúen la conectividad (debido a la
inmensidad del océano y a la
demanda de equipamiento costoso y
altamente especializado). Uno de los
recursos alternativos de conectividad
entre poblaciones es considerar los
patrones de las corrientes. Sin embargo,
este enfoque es limitado, ya que las
corrientes pueden no revelar las
CCoorrrreeddoorreess yy CCoonneeccttiivviiddaadd
2255
verdaderas uniones, si las especies
controlan activamente su dispersión
pelágica. Por ejemplo, Barber et al.
(2000) encontraron que los patrones
actuales de las corrientes no podrían
explicar los patrones de similitud
genética entre poblaciones de
camarones en los arrecifes coralinos de
Indonesia.
4.3 Conectividad en agua
dulce La atención que se le ha brindado
desde siempre al manejo de los recursos
de agua dulce se centró en la
maximización de los beneficios que el
hombre podría obtener de ella. Pero, al
hacerlo, a menudo se prestó atención a
un solo aspecto de los cursos de agua,
ya sea la navegación, la irrigación, la
generación de energía, la pesca
deportiva o, inclusive, la calidad
del agua, sin tener en cuenta el
sistema en su totalidad.
Apartado 5: Unión de reservas marinas
La conectividad marina es de particular importancia, ya que muchas especies utilizan
distintas clases de hábitats en diferentes estados de su ciclo de vida. Algunos científicos en
Sudáfrica afirmaron que el Área Protegida Marina DeHoop, en la provincia del Cabo
Occidental de ese país, la reserva marina más austral de continente africano, ofrecía un
hábitat de decisiva importancia para muchas especies de peces que se trasladaban
dentro de la resera y fuera de la ella. Algunas especies, como la herrera del cabo, el
dentón del cabo y el sargo narigón permanecían protegidos en la reserva hasta alcanzar
la madurez. Esta protección es particularmente importante para aquellas especies como
la herrera del cabo, que son muy explotadas. La reserva también ayuda a frenar la
fragmentación de hábitats terrestres. Sus tres millas náuticas de ecosistema marino se
conectan con un área de 50 km a lo largo de la costa. Además, está contigua a una
reserva terrestre que protege la vegetación que se encuentra amenazada y sitios
arqueológicos.
Actualmente, se están llevando a cabo
algunas iniciativas para restaurar la
conectividad en áreas que fueron
alteradas. Un buen ejemplo lo
constituye la propuesta de modificar o
derribar ciertos diques en los Estados
Unidos. La investigación demostró que
los diques con una característica
particular en las áreas de descarga del
vertedero, son más permeables para
muchas especies y se demostró que
aumentan las poblaciones de muchas
especies nativas en la parte superior del
río. Además de estos beneficios
ambientales, muchos especialistas en
manejo consideran que tales
modificaciones o desmantelamientos
son económicamente beneficiosos. Por
2266
ejemplo, la evaluación económica del
plan para la remoción de dos diques
que se encuentran deteriorados sobre
el río Elwha, en el estado de
Washington, reveló que el costo de $
100 millones justificaba los 3.000 a 6.000
millones por año en beneficios de no
mercado (como los valores de
recreación, de existencia y de legado)
que brindaría la recuperación del río y
del salmón silvestre. También será
necesario el manejo preventivo para
proteger los procesos naturales en agua
dulce. Los sistemas de ríos que se
encuentran intactos, como el
Amazonas y sus afluentes en América
del Sur, ofrecen una posibilidad de
evitar errores costosos e irreversibles que
se hicieron en otros lugares.
5. Corredores: incertidumbres y controversias
Si bien resulta claro que los corredores
ofrecen beneficios potenciales, también
se han señalado riesgos. Un problema
biológico potencial de los corredores es
la transferencia de especies plaga y
enfermedades entre parches. Por
ejemplo, los científicos advierten que el
alce y el bisonte podrían propagar la
brucellosis al ganado vacuno a lo largo
del corredor que va desde Yellowstone
hasta Yukon. Una infestación
relativamente menor en una sola área
del hábitat podría propagarse
rápidamente hacia muchos fragmentos
o a todos los fragmentos conectados y
causar serios daños en múltiples
poblaciones.
En el caso de una especie rara, esto
podría llevar a la extinción total.
Asimismo, los corredores de bosque
pueden facilitar la propagación de
fuegos naturales de un área de bosque
a otra.
Como se mencionó anteriormente, a
menudo, muchos corredores contienen
una cantidad significativa de hábitat
de borde, que puede exponer a la
fauna silvestre que se dispersa a lo largo
de los corredores a mayores riesgos de
depredación por parte del hombre o de
otros animales que suelen encontrarse
en los caminos que utiliza la fauna
silvestre. Pero los riesgos de tal
propagación de enfermedades o de
incendios son desconocidos hasta
ahora. En consecuencia, el tema no es
que los corredores ofrezcan riesgos, sino
que deberían planificarse teniendo en
cuenta estos tipos de riesgos.
Los corredores también pueden ofrecer
grandes desafíos a los
conservacionistas, ya que muchos
corredores, por definición, deben cruzar
límites internacionales. Por ejemplo,
luego de descubrir la similitud genética
entre las poblaciones del lince en
Montana, British Columbia y Alaska, los
científicos tratan de establecer la
conectividad entre estas poblaciones.
CCoorrrreeddoorreess yy CCoonneeccttiivviiddaadd
2277
Puntos clave para
recordar...
Un corredor conecta paisajes
fragmentados, lo que permite que
las plantas y los animales se
trasladen entre estos fragmentos.
La conectividad es importante no
sólo en ecosistemas terrestres, sino
también en sistemas marinos y de
agua dulce.
Al ser usados por las especies, los
corredores ayudan a prevenir su
extinción local y regional.
El movimiento y el intercambio de
individuos entre remanentes del
hábitat también aportan
beneficios genéticos a las
especies.
Los corredores también pueden ser
importantes para los procesos
ecosistémicos, como la
polinización y la dispersión de
semillas.
Si bien algunos estudios
demuestran que los corredores son
eficaces, no sustituyen la
conservación de extensas áreas
contiguas.
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Director: PhD Andrew Chek
Coordinador: Leandro Castaño Betancur
Diseño: Liliana Jiménez Bernal
2288
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1. ¿Qué es la fragmentación?
Durante las últimas dos décadas, el 50%
del bosque original de las áreas
tropicales ha sido destruido. Donde en
algún momento existían numerosos
hábitats diferentes dentro de una
extensa matriz de bosque, ahora
quedan algunas pequeñas "islas" o
fragmentos de bosques. Actualmente,
el paisaje está dominado por grandes
establecimientos ganaderos, áreas
taladas, un entramado de caminos y
otras construcciones hechas por el
hombre. Esto patrón se está volviendo el
dominante en todo el mundo. En
efecto, la alteración de los hábitats a
causa de la actividad humana es
ampliamente considerada como una
de las mayores causas de la pérdida de
biodiversidad en el mundo.
La fragmentación del hábitat es el
proceso por el cual un área extensa de
hábitat continuo es reducida y dividida
en dos o más fragmentos. De este
modo, la fragmentación lleva a la
reducción en la cantidad del tipo de
hábitat de una región y también
aumenta el aislamiento de los
fragmentos remanentes. Aunque la
fragmentación se estudia más
comúnmente en términos de bosque,
afecta a todos los tipos de ecosistemas,
como las praderas, los pantanos y los
arrecifes coralinos.
2. La fragmentación en los ecosistemas terrestres
Noss y Csuti (1994) ofrecen una
descripción clara y concisa de la forma
típica en que se desarrollan los procesos
de fragmentación en un paisaje. Gran
parte de este módulo se basa en dicha
descripción. La fragmentación en los
ecosistemas terrestres comienza,
generalmente, cuando se genera un
claro o una abertura en la vegetación
natural, lo que puede ocurrir, por
ejemplo, cuando se abre un camino en
un área de bosque prístino para llevar
adelante la tala. Luego de esta
intervención inicial, la matriz más
grande de tipos de hábitat nativos
puede permanecer bastante intacta
por un tiempo, con pequeños cambios
en la composición y abundancia de
FFrraaggmmeennttaacciióónn
2299
especies. La actividad humana
continúa o aumenta, las áreas abiertas
se multiplican o aumentan de tamaño y
la conectividad de la vegetación
original se ve seriamente interrumpida.
En este proceso es clave el acto mismo
de penetrar en un área o seccionarla,
en contraposición con las actividades
que simplemente afectan los bordes de
los grandes fragmentos de hábitat. Esta
penetración abre un área que estaba
cerrada y facilita, así, el acceso a ella,
que de otra forma no habría sido
posible.
El proceso de fragmentación tiene
impactos a muchas escalas espaciales.
A una amplia escala regional, la
fragmentación se da comúnmente
cuando las tierras para agricultura o
pastoreo separan las áreas que antes
estaban conectadas por hábitat
natural. Probablemente, la
fragmentación más conocida que se
da actualmente es la del Amazonas,
donde los cálculos revelan que se talan
anualmente entre 21.000 km2 y 80.000
km2 (según el cálculo).
La fragmentación en las áreas
fronterizas como en el Amazonas tiende
a ser bastante alta. Otros tipos de
fragmentación a escala regional puede
llevar hasta cientos de años y, una vez
que se dan, el movimiento interregional
se ve imposibilitado o seriamente
limitado.
A escala de paisaje intermedio (por ej.,
a escala de un departamento
provincial o de un gran municipio) la
fragmentación se puede dar en
cuestión de décadas o de menos
tiempo.
La mayoría de los estudios sobre
fragmentación se centran en esta
escala, por ende, se conoce más sobre
los efectos de la fragmentación del
paisaje. A esta escala, la fragmentación
puede interrumpir movimientos diarios,
estacionales o generacionales de la
vida silvestre, que son cruciales para
acceder a recursos, cambiar entre los
lugares de alimentación y de
nidificación, migrar entre áreas de
acción de verano y de invierno o
dispersarse desde las áreas de acción
de nacimiento a las de adultez.
A escala local, la fragmentación de
áreas causada por la presencia de
caminos, vías férreas, cercos y
elementos similares pueden tener
efectos graves en las especies nativas y
en los procesos ecológicos. El
movimiento de los pequeños
vertebrados, los insectos, las semillas de
plantas y las esporas dependen en gran
medida de la conectividad a esta
escala.
3300
Apartado 1: Efectos de la Fragmentación
Algunos de los efectos conocidos de la fragmentación del hábitat son:
Disminución de la riqueza de especies de aves, algunos insectos, primates, abejas y
termitas
Cambios en la composición de comunidades de mariposas y de pequeños mamíferos
Cambios estructurales severos en el bosque
Cambios en la distribución de los recursos (frutas e insectos)
Cambios en las condiciones micro climáticas asociadas con los bordes
Efectos negativos sobre la supervivencia de los árboles y la caída de hojas
Aumento de la vulnerabilidad y la mortalidad animal.
3. Fragmentación en los ecosistemas marinos
Los ecosistemas terrestres y marinos
difieren sustancialmente con respecto a
los problemas de la fragmentación del
hábitat. En parte, esto se debe
simplemente a la naturaleza de los
hábitats. Los ecosistemas marinos son
relativamente abiertos, mientras que los
terrestres tienden a tener límites más
diferentes. Esto significa que muchas
especies marinas tienen hábitats más
amplios, por ejemplo, los carnívoros
marinos tienen áreas de acción más
variables y extensas que los terrestres.
Muchas especies marinas tienen,
también, distintos requerimientos de
hábitat en las diferentes etapas de su
ciclo de vida. Por lo tanto, las
poblaciones están distribuidas en forma
de parches, pero conectadas por
corrientes. La fragmentación se
produce cuando uno de estos parches
o la conexión a ellos se destruye. El
método de pesca comercial por
arrastre es una causa común de
fragmentación del hábitat en los mares.
Este método implica el arrastre desde
un bote de un equipo de pesca (una
red barredera) por el lecho del mar.
Este tipo de pesca disminuye la
heterogeneidad del hábitat, reduce la
biomasa y la abundancia de especies
bénticas (que habitan en el lecho), y
puede afectar la disponibilidad del
hábitat y de presa de los juveniles.
También destruye las rocas y otras
estructuras del lecho del mar, que
muchas especies usan para protegerse
de los depredadores. Debido a todos
estos efectos adversos, la pesca por
arrastre a menudo está relacionada
con la tala en las selvas tropicales.
FFrraaggmmeennttaacciióónn
3311
Sorprendentemente, este tipo de
fragmentación recibe poca atención,
quizás porque no es visible. Sin
embargo, existen otros tipos más
perceptibles de fragmentación que
afectan los ecosistemas marinos. Por
ejemplo, el desarrollo costero destruyó
casi completamente los humedales
marinos, incluidos las marismas y los
pantanos que se encuentran a lo largo
de las costas. Casi la mitad de los
manglares se perdieron debido en
parte, a la construcción de criaderos de
camarones y langostinos y, en parte,
porque constituyen una fuente de
combustible para las poblaciones
costeras en todo el mundo.
La fragmentación también afectó los
arrecifes coralinos. Éstos "pueden
considerarse las selvas tropicales de los
mares", en cuanto a que albergan una
enorme biodiversidad, pero que
también se ven amenazados por las
actividades humanas. Las prácticas
destructivas de la pesca son la causa
principal de la fragmentación. El uso de
dinamita y bombas caseras es común
en muchas partes del mundo; se arroja
la bomba al mar y se recogen los peces
cuando flotan en la superficie. El
cianuro de sodio también se usa como
medio de pesca: se vierte un chorro en
el arrecife, que obliga a los peces a salir
y así son atrapados en la red. El arrecife
mismo también adquirió valor, ya que
en muchas partes los lugareños rompen
pedazos y los venden a los negocios de
souvenir, para turistas extranjeros. Todas
estas prácticas contribuyen a la
fragmentación del arrecife.
4. Fragmentación en los ecosistemas de agua
dulce
La fragmentación de los hábitats de
agua dulce es también bastante
diferente de los procesos que suceden
en los ecosistemas terrestres. Su causa
frecuente es la modificación de los
cursos del agua para uso humano. Los
mejores ejemplos lo ofrecen la
construcción de diques y la alteración
de los cursos de agua para la
navegación. Los diques no sólo
obstaculizan el acceso de los peces
migratorios a áreas que se encuentran
aguas arriba, sino que también impiden
la recolonización de segmentos de los
cursos de agua por parte de especies,
cuyas poblaciones locales pueden
haberse extinguido por causas naturales
o humanas. La navegación de los ríos y
las obras de ingeniería invariablemente
separan la interacción del curso
principal del hábitat circundante y así se
fragmentan los ecosistemas en
segmentos inviables. La remoción del
detrito de los cursos de agua, la
estabilización de los bancos de arena y
la eliminación de la vegetación
3322
ribereña (de la orilla o borde) destruyen
y fragmentan el hábitat de muchas
especies. La eliminación de barreras
naturales como las cascadas y el uso de
canales para unir cuerpos de agua que
anteriormente estaban desconectados
también dieron lugar a la invasión de
especies no nativas. Tanto los canales,
como los barcos que los usan, sirven
como medios de transporte de estas
especies exóticas, a menudo con
consecuencias catastróficas.
En los países industrializados, ya se
produjo una fragmentación
considerable de los ríos. En el tercio
norte del planeta (Europa, la antigua
Unión Soviética, Estados Unidos y
Canadá) las represas, la regulación de
los cursos de agua dada por el
funcionamiento de embalses, la
irrigación y las transferencias entre
cuencas alteraron significativamente el
77% del total de la descarga de agua
de los 139 sistemas de ríos más grandes.
Todos los ríos importantes de los Estados
Unidos se encuentran fragmentados;
sólo el 2% de los 5’100.000 km de ríos y
arroyos del país permanecen
inalterados. Pero la fragmentación y
regulación de los ríos no es un problema
solamente de los países industrializados,
sino que se está dando en todo el
mundo. La red mundial de hidrovías
creció enormemente en el siglo
pasado, desde apenas menos de 9.000
km en 1900 a alrededor de 500.000 km
en el presente. La tendencia a regular
los ríos fue tan fuerte que una
publicación del Worldwatch Institute en
1996 predijo que dos tercios del total de
cursos de agua estarían regulados para
el año 2000.
Esta fragmentación tiene
consecuencias graves para las especies
que dependen de su movimiento a lo
largo del sistema de agua dulce. En un
análisis sobre los peces de América del
Norte, Miller et al. (1989), llegaron a la
conclusión de que la alteración física
del hábitat era la causa más común de
extinción (esta causa estaba
relacionada con el 73% de las
extinciones). En un estudio similar
llevado a cabo por biólogos que
trabajaban con la fauna de agua dulce
de América del Norte, Richer et al.
(1997), encontraron que la
fragmentación del hábitat era la causa
de las reducciones históricas del 16% de
las especies de fauna de agua dulce
(no de plantas) en peligro y que,
actualmente, limita la recuperación del
19% de dichas especies.
5. Efectos de la fragmentación
"La vida silvestre se caracteriza por el
movimiento y el intercambio, a menudo
a una escala de cientos o miles de
kilómetros." La fragmentación
interrumpe estos procesos naturales, ya
que las poblaciones se dividen, se aíslan
FFrraaggmmeennttaacciióónn
3333
y se hacen más vulnerables a la
extinción y los flujos de los ecosistemas
se ven truncados. Los principales
efectos de la fragmentación son las
barreras y los bordes que crean este
proceso y la homogeneización y la
posible extinción de especies que
resulta de ello.
5.1 Barreras al movimiento
Uno de los efectos más graves de la
fragmentación es la obstrucción del
movimiento entre los parches aislados
del hábitat.
La fragmentación, fundamentalmente,
crea una barrera para muchas especies
que éstas no pueden atravesar. De las
muchas barreras que construye el
hombre, los caminos son
probablemente las más importantes. Las
rutas son una característica extendida y
creciente de la mayoría de los paisajes.
Actúan como un obstáculo que limita la
capacidad de un individuo de colonizar
(ocupar un parche de hábitat vacío) o
de dispersarse (trasladarse para
establecer un nuevo ámbito de acción)
de su hábitat. Esto puede tener
consecuencias calamitosas para la
metapoblación, ya que su
supervivencia depende de la
capacidad de los individuos de
compensar las extinciones locales o
extirpaciones a través de la inmigración
y emigración entre poblaciones.
Las barreras pueden impedir que un
individuo sea capaz de migrar hacia
otras áreas cruciales de su hábitat,
como los sitios de reproducción. Los
caminos también son perjudiciales
porque aumentan la mortalidad
causada por la colisión con vehículos,
modifican el comportamiento de los
animales (evasión), alteran el ambiente
físico e incrementan el potencial de
contacto con el hombre.
La distancia entre los fragmentos del
hábitat es un factor de decisión
importante en cuanto a si una especie
se atreverá a trasladarse a otro
fragmento. Muchas especies que
habitan en el interior de los
bosques, incluidos algunos
insectos, no cruzan siquiera distancias
cortas de áreas abiertas. Los animales
que sí se atreven a cruzar estas áreas
son vulnerables a la depredación y a los
encuentros con cazadores furtivos o
con vehículos.
Cuando los fragmentos de hábitats
están lo suficientemente cerca como
para que los pájaros, las mariposas, los
murciélagos y otros mamíferos puedan
cubrir las distancias que hay entre ellos,
puedan "comportarse" como partes de
un hábitat contiguo mayor y perder
especies mucho más lentamente de lo
que se esperaría por su tamaño.
De los animales que sí cruzan los
parches de hábitat, muchos lo hacen
porque su territorio o ámbito de acción
puede ser mucho mayor que el tamaño
del parche. Esto se da en especies de
área de acción amplia, como los
carnívoros de gran tamaño (por ej., el
jaguar) y los ungulados que migran
3344
estacionalmente (por ej., los pecaríes),
que están entre las especies más
amenazadas por la fragmentación del
hábitat, en parte, porque son
vulnerables a la mortalidad a causa del
hombre y los vehículos al intentar cruzar
regiones fragmentadas.
Apartado 2: Fragmentación en Costa Rica
Costa Rica tiene más del 20% de su tierra destinada a áreas protegidas y más de 40
iniciativas de corredores propuestas para unir estas áreas. Las áreas protegidas mitigan los
efectos de la fragmentación que actualmente está sucediendo en el país, fragmentación
que se debe, principalmente, a las actividades agrícolas. Costa Rica es un importante
exportador de banana, café, caña de azúcar y carne vacuna, y también viven allí miles de
agricultores de subsistencia. Las áreas protegidas son especialmente importantes en ese
país debido a los altos niveles de biodiversidad (los más altos por hectárea en el mundo) y el
número de especies endémicas que se encuentra en el país. Por ejemplo, el guacamayo
escarlata, que fue abundante en Costa Rica en otros tiempos, se encuentra reducido a tres
grandes grupos que viven en áreas protegidas separadas por más de 100 km. Una vez que
ocurre la fragmentación, se necesita un mínimo de 65 años para la recuperación de la flora
en el bosque, y más décadas aún para una recuperación más completa. La investigación
actual demuestra que posiblemente algunas áreas no puedan restaurarse, debido a la
intensidad con que el ganado vacuno pastorea en laderas de pendiente pronunciada.
Costa Rica también tiene arrecifes coralinos que están perdiendo biodiversidad y están
amenazados por la fragmentación. Del lado del Pacífico, se han identificado 44 arrecifes
importantes, pero sólo dos se encuentran en áreas protegidas. En el presente se están
desarrollando estudios para determinar si la retraslocación de coral vivo puede usarse como
medio para restaurar estos arrecifes.
5.2 Cambio en la
composición de especies:
homogeneización y
extinción
La composición de especies y los
patrones de abundancia cambian en
los paisajes fragmentados porque,
como se señaló anteriormente, algunas
especies son más vulnerables a las
reducciones del área de hábitat, al
aumento de aislamiento y a otros
efectos del proceso de fragmentación.
En paisajes seriamente fragmentados
(por ej., el Bosque Atlántico de Brasil),
las especies adaptadas a los bordes, o
las especies de malezas logran dominar.
Muchas de estas especies invasoras son
exóticas. Noss y Csuti (1994) indican "a
medida que las especies cosmopolitas
invaden cada vez más regiones, las
biotas regionales se homogeneizan y
FFrraaggmmeennttaacciióónn
3355
pierden su individualidad ¬–un
"mestizaje" del paisaje global. Este
proceso de homogeneización es una
de las formas de empobrecimiento
biótico más prominente en el mundo".
La fragmentación es una de las causas
principales de la declinación de los
mamíferos carnívoros, cuya
desaparición puede llevar a un
aumento en el número de los carnívoros
más pequeños que son los principales
depredadores de aves y otros
vertebrados pequeños. A su vez, los
cambios en la abundancia de estos
animales pueden tener efectos en la
dispersión y germinación de semillas
(Terborgh et al. 2001) con posibles
impactos posteriores en especies de
insectos (algunos de los cuales son
vectores de enfermedades humanas o
son considerados plagas). Estos "efectos
cascada" son un problema común que
resulta de la fragmentación del hábitat.
Incluso los grandes bloques de hábitat
son propensos a perder algunas
especies si son separados de otras áreas
similares de hábitat natural. Los estudios
de biogeografía de islas en océanos y
lagos demostraron que las islas
pequeñas no son capaces de sostener
tantas especies como las islas grandes
de hábitat similar. Los fragmentos de
hábitat terrestres son similares, en
muchos aspectos, a las islas, ya que con
el paso del tiempo pierden especies
hasta alcanzar un nuevo equilibrio, que
dependerá del tamaño del nuevo
fragmento, su riqueza y diversidad de
especies original y la distancia de los
hábitats que pueden proveer nuevos
individuos de una especie (es decir, una
"fuente de colonización").
La fragmentación depende de muchos
factores, sobreviva o no una especie. En
general, cuanto más pequeño es el
fragmento del hábitat, mayor es la
proporción de especies que éste
pierde. Por ejemplo, en las islas de Java,
Indonesia, pequeños parches de
bosque de entre 10 y 40 hectáreas (ha)
perdieron hasta el 80% de sus especies
de aves originales, comparado a sólo el
25% de pérdida en áreas de bosque de
más de 10.000 ha.
Ciertas especies serán más vulnerables
a la extinción que otras. Las que se
extinguirán con más rapidez son
aquéllas que dependen de la
vegetación nativa, que existen
naturalmente en bajas densidades o
que requieren grandes territorios. Las
poblaciones más pequeñas también
tendrán una mayor tendencia a
extinguirse, ya que las poblaciones
remanentes pueden no ser capaces de
reproducirse viablemente (debido a
problemas causados, por ejemplo, por
la endogamia).
3366
Apartado 3: Categorías de especies proclives a la extinción
Ciertas características hacen que las especies sean particularmente proclives a la extinción.
Entre ellas se encuentran:
Un ámbito geográfico muy reducido
Existencia de una sola o unas pocas poblaciones
Población pequeña
Tamaño decreciente de población
Baja densidad poblacional
Gran tamaño corporal
Agentes de dispersión ineficaces
Especies migratorias estacionales
Poca variabilidad genética
Requerimientos especializados de nicho
Preferencia por ambientes estables y prístinos
Formación de agregaciones temporarias o permanentes
Evolución en estado de aislamiento y ausencia de contacto previo con el hombre
Caza o explotación por parte del hombre
Necesidad de una amplia área de acción
Relación cercana a especies que se extinguieron recientemente o que están
amenazadas
5.3 Efectos de los bordes
La fragmentación del hábitat aumenta
esencialmente la cantidad del área de
borde, en contraposición al área interior
o núcleo del hábitat. La creación de
estos bordes tiene implicancias
importantes en la composición de
especies, la estructura de la vegetación
y la calidad del hábitat del parche en
cuestión. Los bordes generalmente
tienen microambientes diferentes de las
áreas interiores en términos de luz,
temperatura, viento, humedad,
interacciones entre especies y aumento
en la incidencia del fuego. Estos bordes,
por lo tanto, pueden, potencialmente,
causar cambios sustanciales en los
parches de hábitats.
La fragmentación puede producir un
parche que, por su forma, tenga un
gran área de borde y muy poca de
núcleo. En una comparación de dos
fragmentos de bosque, Temple (1986;
citado en Noss y Csuti 1994) encontró
FFrraaggmmeennttaacciióónn
3377
que un fragmento no tenía hábitat de
núcleo (debido a su forma) y que las
aves del interior del parche no se
reproducían exitosamente. El segundo
fragmento tenía aproximadamente el
mismo tamaño, pero tenía un área de
núcleo de aproximadamente 20 ha y
albergaba parejas exitosas en la
reproducción de 6 de las 16 especies
de aves sensibles a la fragmentación.
Los fragmentos que tienen, en esencia,
todo borde y nada de núcleo no
pueden sostener animales que
requieren hábitat de núcleo para
sobrevivir (por ej., muchos mamíferos,
como el jaguar y el tapir).
Una de las razones más importantes por
las cuales los bordes constituyen un
problema es que la diferencia en sus
microambientes puede afectar las
comunidades biológicas y los procesos
ecológicos que se dan en el fragmento.
Por ejemplo, en un fragmento de
bosque, el borde es generalmente más
seco y tiene menos cobertura que el
interior; así se crean condiciones más
favorables para las plantas xerófilas
(que requieren muy poca humedad).
Los distintos microclimas que se
encuentran en los bordes pueden
explicar por qué las comunidades de
varias especies de escarabajos que
habitan fragmentos de bosques de 1 ha
y de 10 ha contienen menor cantidad
de especies, menor densidad
poblacional y, generalmente,
escarabajos de menor tamaño con
respecto a lo que pasaba en áreas con
bosques contiguos cercanos. Los bordes
también son más susceptibles a la
invasión de especies plaga, tanto
exóticas como nativas. En los bosques,
dichos bordes representan un ambiente
rico y perturbado, en el cual pueden
prosperar muchas especies plaga,
animales o vegetales y luego
dispersarse hacia el interior del bosque.
Los científicos creen que en algunos
casos, el borde puede actuar como
una "trampa ecológica" que atrae
animales, pero que los hace más
vulnerables a las interacciones con
especies que pueden dañarlos a ellos o
a su cría. Por ejemplo, algunas especies
de aves son atraídas al borde
constituido por parches de hábitat
de bosque y cultivo, pero su éxito
reproductivo puede verse disminuido
por los altos índices de depredación y
por el parasitismo en los huevos.
Los cambios micro climáticos causados
por la fragmentación tienen más
implicancias, ya que crean más
condiciones favorables para que se
inicien los incendios. En principio, los
fragmentos son áreas generalmente
más vulnerables, ya que los incendios
pueden extenderse desde los campos
destinados a la agricultura, que suelen
ser sometidos a quemas como parte del
ciclo de siembra (sistema de tala y
quema).
Los fragmentos de bosques pueden ser
particularmente susceptibles al daño
causado por el fuego después de la
tala, cuando se acumula el detrito de
madera y otro material orgánico
combustible en los bordes de bosque
donde los árboles han muerto o han
3388
sido derribados por el viento. En 1997 y
1998, se quemaron millones de
hectáreas de selva tropical húmeda en
Borneo, Indonesia, y en la selva
Amazónica en Brasil, causadas, en
parte, por las condiciones muy secas, la
acumulación de detrito después de las
prácticas de tala y por incendios
inducidos por el hombre.
Los bordes resultantes de la
fragmentación de hábitat también
aumentan la posibilidad de contacto
entre las poblaciones de animales
domésticos y salvajes. Las
enfermedades de los animales
domésticos pueden así propagarse más
fácilmente entre los animales silvestres,
los que a menudo no son inmunes a
ellas. Un aumento en el contacto
también fortalece el potencial de que
se diseminen las enfermedades de las
especies de animales silvestres a las
plantas y animales domésticos e,
inclusive, al hombre.
6. Reducción de los impactos de la fragmentación
Es claro que una de las formas más
importantes de mitigar los impactos de
la fragmentación es disminuir la
fragmentación misma. Esto requiere una
reducción de las actividades que la
causan – el cambio en el uso del
hábitat natural para otros fines. Una vez
que se dio la fragmentación, resulta
menos claro cómo reducir sus impactos.
Se promueve la reconexión o el
mantenimiento de uniones existentes
como una forma de evitar o compensar
los impactos de la pérdida y
fragmentación del hábitat. Los
propulsores sostienen que tales
"corredores" de los hábitats permiten el
movimiento de animales y semillas o
esporas de plantas entre hábitats de
alta calidad. La idea general es que los
hábitats fragmentados pueden
funcionar, en cierta forma, como áreas
contiguas más grandes si se encuentran
conectadas apropiadamente por
corredores y otros tipos de áreas de
movimiento.
Esta conectividad también puede
ayudar a prevenir las extinciones locales
y regionales, ya que permite que
continúe la inmigración y la
recolonización entre poblaciones
espacialmente separadas. Para mayor
información sobre este tema, ver el
Módulo de Corredores.
FFrraaggmmeennttaacciióónn
3399
Puntos clave para
recordar...
La fragmentación del hábitat
ocurre cuando éste es dividido en dos o
más fragmentos y es reducido en su
área.
En áreas tropicales, el 50% del
bosque original fue destruido en las
últimas dos décadas.
La fragmentación también afecta
al océano, particularmente a los
arrecifes de coral –"las selvas tropicales
del mar".
La fragmentación en los sistemas
de agua dulce es causada, en gran
medida, por la construcción de diques
y la modificación de los cursos de agua
navegables para facilitar la
navegación.
La fragmentación crea barreras,
como los caminos, por los cuales
muchos animales no pueden pasar.
Los bordes de fragmentos de
hábitat pueden tener microclimas muy
diferentes de los del hábitat ubicado en
el interior del fragmento.
La única forma de mitigar
verdaderamente los efectos de la
fragmentación es disminuir las
actividades que la ocasionan.
Proyecto Andes-Amazonia
Financiado por la Fundación Gordon and Betty Moore
Programa de Política y Ciencias Ambientales – OET
Director: PhD Andrew Chek
Coordinador: Leandro Castaño Betancur
Diseño: Liliana Jiménez Bernal
4400
PPPÉÉÉRRRDDDIIIDDDAAA DDDEEE LLLAAA BBBIIIOOODDDIIIVVVEEERRRSSSIIIDDDAAADDD
1. Definición de biodiversidad
La diversidad biológica, o biodiversidad,
es un tema complejo que se define y
utiliza en distintas formas, según la
audiencia y las diferentes aplicaciones.
En pocas palabras, es la variedad de
vida que se encuentra en todas sus
formas, niveles y combinaciones. La
biodiversidad se estudia a distintas
escalas, desde los genes y las especies,
hasta los ecosistemas. Hasta el
momento, los biólogos han identificado
y descrito 1’700.000 especies, y se
siguen identificando alrededor de
20.000 nuevas especies por año. Los
cálculos actuales del número total de
especies que existen sobre el planeta
oscilan entre los 3’000.000 y los 100
millones, y las estimaciones más precisas
se encuentran entre los 10 y los 14
millones. Existen diferencias en los
niveles de biodiversidad que hay en el
mundo; las áreas de mayor
biodiversidad tienden a estar en los
trópicos y en los arrecifes de coral. Para
aprender más acerca de por qué esto
es así y obtener más información sobre
el tema, se aconseja leer el Módulo de
Biodiversidad.
2. ¿Cuáles son las causas de la pérdida de la
biodiversidad?
La disminución de la biodiversidad en el
mundo se debe, principalmente, a la
pérdida y degradación del hábitat, al
cambio climático, a las invasiones de
especies no nativas, a la explotación no
sostenible de los recursos naturales y a
la contaminación.
La importancia relativa de estos
factores varía entre los ecosistemas. Por
ejemplo, el cambio en los usos de la
tierra se da más en las selvas tropicales,
donde existe alta demanda de tierras
para destinar a la agricultura de
subsistencia, y es menos intensivo en las
regiones templadas, boreales y Ártica.
Por el contrario, la contaminación
causada por el depósito de nitrógeno
en la atmósfera es más concentrada en
las áreas templadas del norte que se
encuentran próximas a grandes
ciudades. Asimismo, la introducción de
especies exóticas está directamente
relacionada con la actividad humana –
PPéérrddiiddaa ddee llaa BBiiooddiivveerrssiiddaadd
4411
se introducen menos especies no
nativas en áreas remotas, donde la
llegada de viajeros es menos
importante.
2.1 Pérdida y degradación
de hábitat
La tala de bosques, el relleno de
humedales, la construcción de diques
en ríos o la pesca por arrastre del fondo
de los mares alteran, degradan o
destruyen el hábitat natural (por ej. el
alimento, el refugio, el clima) de las
especies que viven en estas regiones. La
pérdida y la degradación del hábitat
también afectan a las especies
indirectamente. Por ejemplo, la pérdida
del hábitat provoca cambios en las
interacciones complejas que ocurren
entre las especies, como la relación
depredador-presa.
Casi la mitad del área mundial
originalmente cubierta por selvas
tropicales sufrió cambios en su uso o se
vio seriamente degradada. Gran parte
de esta destrucción del hábitat se da
en la superficie de 4 millones de km2 de
la selva amazónica brasileña. En 1997,
se estimó que entre 10.000 y 15.000 km2
de selva no perturbada del Amazonas
había sido talada y otra área similar se
encontraba seriamente degradada
debido a la actividad de tala
comercial. Además de la pérdida del
hábitat, tal transformación del bosque a
gran escala puede alterar los procesos
climáticos locales y regionales a través
de la emisión de grandes cantidades de
dióxido de carbono. Esta destrucción
también puede conducir a la
fragmentación del hábitat.
La fragmentación se produce cuando
los hábitats que ocupan grandes
extensiones continuas son divididos en
partes por la presencia de rutas, centros
comerciales, localidades,
establecimientos agrícola-ganaderos, y
otras actividades humanas y obras de
infraestructura. La fragmentación lleva
a la reducción en la cantidad de
hábitat, lo que puede disminuir la
biodiversidad en una región, pero
también puede interrumpir procesos
cruciales (por ej., aislar individuos de sus
potenciales parejas de apareamiento) y
de este modo aumentar el riesgo de
extinción.
Otros peligros que ocasiona la
formación de fragmentos es la
disminución de la cantidad de
área de hábitats continuos junto con el
aumento de la superficie de los bordes
del hábitat. Los bordes pueden tener
distintas condiciones microambientales,
estructura vegetativa y composición
biótica que las áreas interiores. Por
ejemplo, los bordes de los bosques en
áreas tropicales son a menudo
significativamente más cálidos y
luminosos y menos húmedos que las
zonas internas. Los fragmentos de
hábitats inferiores a determinado
tamaño contienen mucho más borde
en relación con el núcleo y no tienen la
capacidad de permitir la existencia de
poblaciones que requieren grandes
bloques de bosque intactos o en
condiciones prístinas.
4422
Los anfibios y los primates,
generalmente, se ven afectados por los
efectos negativos de los bordes.
Finalmente, dado que las especies
tienen requerimientos mínimos de área
(por ej. recursos alimenticios, tamaño de
territorio) los fragmentos de área
pequeños no permitirán la presencia de
todo el espectro de especies que
sostendría un área de hábitat más
grande (por ej., los elefantes y las
águilas requieren más que algunas
hectáreas para su sostenimiento. La
pérdida de algunas especies a partir de
la fragmentación puede dar lugar a
una cascada de efectos que resulte en
una posterior pérdida de la
biodiversidad, como en el caso de que
desparezca un recurso alimenticio
(planta o animal) o que un depredador
aumente en número porque su propio
depredador desaparece del
fragmento. En resumen, los cambios en
cantidad, calidad y configuración del
hábitat en una región tienen impactos
profundos y complejos sobre la
biodiversidad.
2.2 Cambio climático
A nivel mundial existe consenso
científico en que se está produciendo
un cambio climático global y que las
temperaturas medias anuales pueden
llegar a ascender entre 1,4 y 5,8 grados
Celsius (aproximadamente 2,5 y 10,4
grados Fahrenheit) en el siglo XXI. El
calentamiento global representa una
amenaza profunda y creciente para la
biodiversidad en todo el mundo. El
ascenso de la temperatura llevará al
cambio climático que, a su vez, puede
alterar sustancialmente el hábitat de
gran cantidad de animales y plantas.
Un análisis reciente de cientos de
estudios combinados confirma que el
grado de calentamiento global que ya
se produjo afectó significativamente a
un amplio espectro de especies en todo
el planeta; por ejemplo, en el caso de
especies que cambian el área de
acción a latitudes más altas y frías o
cuyas actividades reproductivas de
primavera empiezan con anticipación.
Los cambios adicionales en la
distribución y ecología de las especies
son inevitables; el problema es que
algunas especies pueden no ser
capaces de adaptarse a dichos
cambios. Por ejemplo, las mariposas
monarcas podrían perder su altamente
restringido hábitat de invierno en las
montañas de México y las poblaciones
de osos polares podrían tener dificultad
para encontrar hielo sólido y alimento
suficiente. El resultado será más
extinciones y cambios drásticos en la
composición y estructura del
ecosistema.
2.3 Invasión de especies no
nativas
Las plantas y animales que no son
nativas de un ecosistema, denominadas
comúnmente especies exóticas,
pueden causar graves daños a las
especies nativas. A menudo, las
especies introducidas no encuentran
depredadores o enfermedades
naturales. A la vez, las especies nativas
PPéérrddiiddaa ddee llaa BBiiooddiivveerrssiiddaadd
4433
raramente tienen los elementos de
defensa de las especies introducidas o
de las enfermedades que éstas
transportan.
En consecuencia, las exóticas
generalmente propagan
enfermedades, depredan a las nativas
o las desplazan competitivamente. Con
el tiempo, pueden llegar a ocupar gran
parte del hábitat disponible. La
introducción de la salicaria, el kudzu, y
las hormigas rojas es un claro ejemplo
de especies no nativas agresivas que
causaron impactos sustanciales en
América del Norte. El efecto de las
especies introducidas es especialmente
devastador en hábitats de islas, ya que
las especies nativas tienen menos
posibilidades de adaptarse, hay menor
cantidad de nichos para explotar o de
áreas adonde puedan extender sus
ámbitos de acción. Por ejemplo, la
culebra arborícola marrón virtualmente
erradicó todas las aves de Guam y los
mejillones cebra depredan y
reemplazan los bancos de mejillones.
Los investigadores predicen que estas
pérdidas masivas de mejillones nativos
causarán un perjuicio económico
sustancial a la industria comercial de
mariscos de los Estados Unidos. Por la
misma razón, este efecto se hace
extensivo a los lagos. El aumento
explosivo de la perca del Nilo en el
Lago Victoria llevó a la extinción de
aproximadamente 200 especies de
vertebrados en menos de una década.
Este hecho puede representar la
extinción de vertebrados más grande
del siglo XX. El impacto de las especies
exóticas en la agricultura, acuicultura y
otros sectores económicos representa
millones de dólares por año, mientras
que el impacto en la biodiversidad es
inconmensurable.
2.4 Extracción no sostenible
La extracción y el comercio ilegal de
animales y plantas pusieron a muchas
especies en peligro. La extracción a
escala industrial de recursos naturales
destruye o fragmenta millones de
hectáreas de bosques, humedales,
océanos y otros hábitats, y amenaza
muchas especies de adaptación única.
La sobre explotación pesquera a escala
regional redujo los estuarios y los
hábitats marinos productores de peces
y de otras especies en toda la Tierra, y
llevó a muchas especies al borde de la
extinción. En los bosques tropicales, la
caza no sostenible es una causa
importante de pérdida de la
biodiversidad, que ocasiona lo
que se denomina el "síndrome del
bosque vacío". Sólo en el Neotrópico los
cazadores deportivos y furtivos matan y
mutilan casi 60 millones de animales por
año (mamíferos, aves y reptiles). Esta
práctica de caza afecta enormemente
los índices de supervivencia de las
especies. Por ejemplo, la caza furtiva
ilegal y el comercio de los loros
neotropicales se encuentran muy
difundidos y constituyen la causa de la
mortalidad de muchas especies de
loros.
4444
Apartado 1: Pérdida de biodiversidad en los trópicos
Así como la mayor biodiversidad está presente en los trópicos, también lo está la pérdida de
biodiversidad. La mayor parte de esta pérdida se debe a la destrucción del hábitat (tala de
bosques para la agricultura, explotación de la madera y cría de ganado). Se considera que
Costa Rica tiene la más alta biodiversidad por hectárea en el mundo. Si bien ese país tiene
por naturaleza altos niveles de biodiversidad, su mantenimiento se debe al compromiso con
la conservación; más del 25% de su tierra está destinado a áreas protegidas y se promovió la
próspera industria del ecoturismo para atraer turistas (y divisas) a estas áreas. El gobierno de
ese país también está trabajando con empresas farmacéuticas para explorar el potencial
de la "bioprospección" (investigación de recursos biológicos para uso comercial).
2.5 Contaminación
A medida que la población humana
crece y consume más recursos, el
resultado se traduce en mayor
producción de desechos y
contaminantes.
Algunos efectos de los contaminantes
son obvios, como la destrucción de la
vida marina y costera que se produjo a
causa del derramamiento de petróleo
del Valdez, frente a la costa de Alaska,
o los problemas de eliminación creados
por las 14.329 toneladas de basura que
se generan diariamente en la ciudad
de Nueva York. Otros efectos no son tan
evidentes a corto plazo, como los altos
niveles de DDT encontrados en los
mamíferos del Ártico, que afectan su
capacidad reproductiva.
2.6 El crecimiento de la
población humana y otras
causas fundamentales de
la pérdida de la
biodiversidad
Aunque la pérdida del hábitat, el
cambio climático, las especies exóticas,
la sobre-explotación y la contaminación
están llevando a la pérdida de la
biodiversidad, las causas fundamentales
son el crecimiento de la población
humana, los patrones no sostenibles de
consumo, los conflictos y las
desigualdades permanentes en la
distribución de la riqueza y de los
recursos.
La Tierra tiene más de 6.000 millones de
habitantes y nacen más de 200.000
personas por día. Las necesidades
humanas básicas de agua dulce,
PPéérrddiiddaa ddee llaa BBiiooddiivveerrssiiddaadd
4455
alimento, materiales de construcción y
combustible representan una demanda
sin precedentes de los ecosistemas del
planeta. Las crecientes demandas para
satisfacer necesidades básicas, junto
con el aumento de demanda de más
bienes materiales y servicios, directa o
indirectamente alimentan las amenazas
a la biodiversidad. De no obrar cambios
importantes, estas amenazas
probablemente se intensificarán y nos
llevarán a mayor pérdida del hábitat y
de la biodiversidad.
3. ¿Con qué rapidez estamos perdiendo especies?
Es difícil estimar la actual tasa de
extinción, debido al poco grado de
certeza que caracteriza a dichos
cálculos. En primer lugar, para calcular
la tasa actual de pérdida debemos
conocer cuántas especies existen. Esto
todavía se desconoce, y los desafíos
que conlleva una estimación del total
de las especies de todo el mundo son
sorprendentes.
En segundo lugar, es increíblemente
difícil observar y documentar la
extinción de especies. Es mucho más
fácil documentar la existencia de una
especie (ubicando un individuo o
población) que documentar su
desaparición (se debería hacer una
búsqueda exhaustiva de todos los
hábitats posibles donde podría
sobrevivir esa criatura).
De este modo, la mayoría de las
extinciones quedan sin registrar. Si bien
las estimaciones pueden tener un
amplio margen de error, los científicos
coinciden en que se extinguen
anualmente varios millones de
poblaciones y entre 3.000 y 30.000
especies.
Sobre la base de estos cálculos y de
otras cifras, muchos investigadores
sostienen que la tasa actual de
extinción mundial es entre 100 y 1000
veces mayor que los niveles anteriores a
la existencia humana y que el 30%, o
más, de las especies que hay en el
mundo podrían extinguirse en los
próximos 100 años. Esto significa que la
tasa actual de extinción es similar en
magnitud a cinco eventos masivos de
extinción que ocurrieron en la historia
de la vida sobre la Tierra.
4466
4. ¿Dónde se está perdiendo mayor cantidad de
especies?
El mayor impacto de la ola actual de
extinciones se produce,
probablemente, en las regiones de
selva tropical y de arrecifes de coral.
Las selvas tropicales constituyen el
bioma terrestre más rico en
biodiversidad, donde se calcula que
habitan la mitad de las especies del
mundo, y es allí donde se produce con
mayor rapidez la pérdida y
degradación del hábitat. Los arrecifes
de coral son similares en cuanto a
riqueza de especies (generalmente más
ricos con relación a unidad de
superficie que las selvas tropicales) y
están sufriendo una degradación
generalizada. Aunque cubren sólo
alrededor del 0,2 % de la superficie
oceánica (las selvas húmedas tropicales
ocupan aproximadamente el 6% de la
superficie terrestre), contienen hasta un
tercio de las especies de peces marinos.
La actividad humana ya produjo daños
en un 93% de los arrecifes de coral y,
posiblemente, destruyó entre un 5 y un
10% de ellos. Con la tasa actual de
disminución, podría perderse hasta un
60% en los próximos 20 a 30 años. Pero
las mayores pérdidas del hábitat no
están restringidas a las selvas tropicales
o los sistemas marinos. Algunos informes
del Análisis Piloto de los Ecosistemas
Mundiales elaborado por el World
Resource Institute (Instituto Mundial de
Recursos) (PAGE- 2000-
http://www.wri.org/wr2000) indican que,
por ejemplo, se perdió más del 50% de
los humedales que hay en el mundo –
áreas importantes para numerosas
especies silvestres, como muchas aves
migratorias, peces y plantas, así como
para el control de las inundaciones y la
purificación del agua, entre otros
servicios ecosistémicos.
Del mismo modo, los pastizales, como el
Cerrado en Brasil, el Páramo Andino, o
el Fymbos en Sudáfrica, constituyen
importantes reservorios de biodiversidad
que cuentan con muchas especies
endémicas. La superficie de muchos de
estos pastizales se está reduciendo
debido a la cambio en los usos de la
tierra, principalmente para la
explotación agrícola. Un ejemplo
notable lo brinda la pradera de
pastizales altos (Tallgrass Prairie) en
América del Norte, cuya área se redujo
de aproximadamente 677.300 km2 a
21.548 km2 ----una disminución casi del
97%...
PPéérrddiiddaa ddee llaa BBiiooddiivveerrssiiddaadd
4477
5. ¿Cuáles son las consecuencias de la pérdida de
especies?
Las pérdidas de biodiversidad pueden
ser tratadas en términos de su impacto
sobre los valores de uso y los de no uso.
Desde una perspectiva de no uso,
mucha gente valora la variedad,
complejidad y originalidad de la
naturaleza o la considera como un
patrimonio para futuras generaciones y,
por lo tanto, tratarían de evitar la
pérdida de biodiversidad causada por
el hombre, basándose en aspectos
morales, estéticos o espirituales. Desde
la perspectiva del uso, la pérdida de la
biodiversidad significa privarse de los
usos actuales o futuros de los recursos
que ella ofrece (por ej., plantas
medicinales). Además, los cambios en
la biodiversidad alteran los procesos del
ecosistema y la capacidad de las
especies y de los ecosistemas de tolerar
el cambio ambiental, lo que resulta en
graves consecuencias ecológicas y
evolutivas. Estos cambios tendrán
impactos profundos y costosos sobre los
bienes y servicios que el hombre
obtiene de la naturaleza.
5.1 Consecuencias
ecológicas
La tendencia actual de los impactos
humanos sobre la naturaleza causará
consecuencias ecológicas graves en las
próximas décadas. Los cambios más
importantes previstos son:
(1) importante extinción de especies,
que posiblemente resultará en la
eliminación de uno o dos tercios de las
que existen actualmente;
(2) extinción masiva de poblaciones,
proporcionalmente mayor que la
extinción masiva de especies prevista;
(3) invasión de especies exóticas y
otras asociaciones de biotas (vida
animal y vegetal en una región
particular);
(4) reducción y homogeneización
progresiva de biotas que
probablemente afecten procesos
básicos de ecosistemas;
(5) empobrecimiento biótico
general, que posiblemente incluya la
declinación de la biomasa global
(masa de materia viva); y
(6) gran reducción, quizá completa
eliminación, de sectores enteros de
algunos biomas (importantes
comunidades bióticas), especialmente
las selvas tropicales, los arrecifes de
coral y los humedales, los cuales en el
pasado actuaron como centros de
diversificación.
Estos cambios posiblemente resultarán
en una mayor cantidad de
modificaciones potencialmente más
sustanciales del funcionamiento de los
ecosistemas. Según estudios recientes,
la menor diversidad a menudo
conduce a menor productividad de las
4488
comunidades vegetales, menor
retención de nutrientes en los
ecosistemas y menor estabilidad del
ecosistema. Por ejemplo, experimentos
de campo llevados a cabo en
pastizales de América del Norte y
Europa demostraron que la reducción
del número de especies vegetales a la
mitad dentro de un área resulta en una
pérdida de productividad del 10 al 20%.
Tanto los estudios de laboratorio como
los de campo demuestran que los
procesos de un ecosistema son más
variables (es decir, menos estables) en
condiciones de menor diversidad. En
otras palabras, al reducir la
biodiversidad aumentarán las
posibilidades de que un ecosistema se
vuelva inestable y colapse. Sin
embargo, quedan muchas preguntas
sin responder en relación con los
impactos que la pérdida de
biodiversidad produce en el
funcionamiento de un ecosistema. Entre
las más importantes se encuentran:
"¿cuáles son los mecanismos por los
cuales la pérdida de biodiversidad
impacta en el funcionamiento de los
ecosistemas?" y "¿qué importancia tiene
la biodiversidad con relación a otros
factores que influyen el funcionamiento
del ecosistema?"
5.2 Consecuencias en la
evolución
Los cambios que están sucediendo, así
como los que pronosticados en la
biodiversidad mundial también
afectarán y reducirán ciertos procesos
básicos de la evolución, con
consecuencias que probablemente
perdurarán durante millones de años. A
medida que las especies se extinguen y
los nichos quedan abandonados,
puede haber una irrupción de especies
oportunistas, como los roedores.
La pérdida de biodiversidad
probablemente continuará siendo más
alta en los trópicos. Como los trópicos
fueron los "motores" de la evolución y
dieron lugar a los orígenes de casi todos
los grupos más importantes de
invertebrados y plantas, una importante
pérdida de la biodiversidad podría
alterar sustancialmente los procesos
evolutivos.
5.3 Consecuencias para la
sociedad
Estas predicciones y otros hallazgos
recientes advierten de las potenciales
implicancias que la degradación del
hábitat y la pérdida de la biodiversidad
tienen sobre los bienes y servicios
ecosistémicos de los cuales depende el
hombre.
Las especies que actualmente habitan
el planeta son los medios que
transforman la energía y los materiales, y
producen, entre otras cosas, alimento,
combustible, fibras y medicinas.
También reciclan desechos, generan
agua limpia, conducen los ciclos
globales que mantienen una atmósfera
aeróbica y proveen muchos otros
bienes y servicios ecosistémicos.
PPéérrddiiddaa ddee llaa BBiiooddiivveerrssiiddaadd
4499
Además, la biodiversidad es la fuente
de todos los cultivos, de los polinizadores
de los cultivos, del ganado y muchos
productos farmacéuticos y pesticidas.
La viabilidad de nuestros cultivos
depende del mantenimiento de una
alta diversidad genética que permita,
entre otras cosas, el desarrollo de
variedades que sean resistentes al
surgimiento y la evolución de
enfermedades y plagas. A largo plazo,
la estabilidad en los alimentos requerirá
el desarrollo de nuevos cultivos
provenientes lo que ahora son plantas
silvestres, porque las enfermedades o las
plagas resistentes a pesticidas
ocasionarán la pérdida de los cultivos
actuales. La pérdida de biodiversidad
disminuirá la capacidad de los
ecosistemas de proveer a la sociedad
de un suministro estable y sostenible de
éstos y otros bienes y servicios
esenciales.
Sin embargo, muchas de las acciones
que realmente perjudican a la
biodiversidad, a la vez ofrecen
beneficios valiosos a la sociedad, como
la tala de árboles y la agricultura
extensiva mecanizada. De este modo,
la sociedad ahora se encuentra ante
nuevos y difíciles dilemas con respecto
a los cambios anunciados para el futuro
de la biodiversidad, incluyendo la
evaluación de las compensaciones
entre beneficios actuales y costos
futuros (trade offs) del daño ambiental,
y entre los beneficios a algunos pocos y
costos para muchos.
5.4 Consecuencias
desconocidas
Una de las consecuencias más graves
de la pérdida de la biodiversidad es
que simplemente no conocemos esas
consecuencias. Como aún se
encuentran especies nuevas a diario,
no hay modo de conocer y
comprender las conexiones intrínsecas
entre especies de un ecosistema. En
consecuencia, es difícil predecir los
cambios, tanto inmediatos como
futuros, que puedan ocurrir a partir de la
extinción de especies. Un relato que
brindó Gordon Harrison en Natural
History ofrece un buen ejemplo de esta
telaraña de vida: cuando se utilizó el
DDT en un programa de control de
insectos en Bormeo, el efecto que
pretendía lograrse era la reducción de
la cantidad de mosquitos y
moscas. Pero la población de
salamanquejas que se alimentaban de
moscas se envenenó debido a las
concentraciones de DDT. A su vez, al
alimentarse de las salamanquejas
moribundas, los gatos domésticos se
enfermaron y murieron a causa del
mismo veneno.
La abrupta reducción en la población
de gatos condujo a un aumento en la
población de ratas, que llevó al
aumento de otra plaga: la peste
bubónica, que era mucho más grave
que el problema original. La eliminación
de una especie puede tener
consecuencias no intencionales difíciles
de predecir.
5500
6. ¿Cuáles son en la actualidad las políticas,
reglamentaciones y leyes que conciernen a la
biodiversidad?
Los mecanismos institucionales y legales
que tienen por objeto proteger la
diversidad biológica van desde el
ámbito local al internacional y pueden
ser privados, públicos o una
combinación de ambos.
A escala local, los particulares y los
grupos (por ej., las organizaciones sin
fines de lucro) con frecuencia adoptan
un papel fundamental en las acciones
para conservar la biodiversidad. "The
Nature Conservancy" (TNC) es un
ejemplo de una organización privada
sin fines de lucro cuyo abordaje
tradicional se centra en la conservación
de especies y sus hábitats, a través de la
compra de tierras de pequeña y
mediana superficie (por ej., desde
decenas a miles de hectáreas). Al
reconocer que algunas pequeñas áreas
protegidas aisladas a menudo se ven
afectadas negativamente por los usos
de las tierras circundantes, y que una
estrategia más efectiva debe incluir
áreas protegidas de mayor superficie
que estén conectadas y destinadas a
usos compatibles, la organización
comenzó a trabajar con propietarios
particulares de tierras y con funcionarios
públicos a cargo del manejo de la
tierra, a los fines de desarrollar e
implementar estrategias de
conservación a escala regional. Las
acciones de conservación incluyen
mecanismos como reservas privadas,
servidumbre de conservación y la
donación o venta de tierras privadas a
agencias públicas con el propósito de
protección a largo plazo.
Varias organizaciones, entre ellas TNC,
comenzaron recientemente a usar las
estrategias de conservación de tierras
privadas fuera de los límites de los
Estados Unidos; por ejemplo, en México,
Ecuador y África. Los mecanismos
públicos para proteger la biodiversidad
en los Estados Unidos generalmente se
conocen mejor a nivel nacional, en
forma de legislación orientada a
proteger animales y plantas silvestres.
Por ejemplo, la ley estadounidense de
Especies en Peligro constituye
legislación del ámbito federal que limita
las acciones de las entidades públicas y
privadas que amenacen la continuidad
de la existencia de especies en riesgo
de extinción. La ley demostró ser
efectiva en cuanto al logro de algunos
éxitos conservacionistas, más
comúnmente en el caso de especies
que se encuentran en situaciones de
amenaza fácilmente reversible, como la
contaminación de huevos de pájaros
con DDT.
PPéérrddiiddaa ddee llaa BBiiooddiivveerrssiiddaadd
5511
Muchos países -incluidos Australia,
Canadá y varias naciones europeas–
sancionaron leyes similares. La
legislación también se utiliza como un
mecanismo público para proteger la
biodiversidad a nivel internacional. La
Convención sobre Comercio
Internacional de Especies de Fauna y
Flora Silvestres Amenazadas (conocida
por su sigla en inglés CITES) es un
acuerdo internacional entre gobiernos,
cuyo objetivo es asegurar que el
comercio internacional de especímenes
de animales y plantas silvestres no
perjudique su supervivencia. CITES
prohíbe el intercambio comercial
internacional de especies consideradas
amenazadas o en peligro y regula el
intercambio en otras especies
designadas. La legislación
internacional también apunta a
manejar la biodiversidad global a través
de la Convención sobre la Diversidad
Biológica, el primer acuerdo mundial
sobre la conservación y uso sostenible
de la diversidad biológica. La
Convención tiene tres objetivos
principales: conservar la biodiversidad,
usar en forma sostenible los
componentes de la biodiversidad y
compartir los beneficios que surjan del
uso comercial y de la aplicación de los
recursos genéticos en forma justa y
equitativa. Más de 175 gobiernos
ratificaron este acuerdo, aunque la
implementación en los países signatarios
ha sido lenta e irregular. El tratado
intensifica las tensiones entre los países
industrializados y los países en desarrollo
en cuanto al equilibrio entre el
desarrollo socioeconómico y la
conservación de la biodiversidad
(Apartado 2).
Apartado 2: Los desafíos de lograr un equilibrio entre el desarrollo y la biología de la
conservación
Los esfuerzos para lograr un equilibrio entre las necesidades de desarrollo económico y la
biología de la conservación son particularmente intensos en los países en desarrollo, donde
la biodiversidad alcanza los niveles más altos y enfrenta los mayores riesgos, pero donde los
medios para preservarla son más limitados y las necesidades humanas más urgentes
(Maguire 2001). El rápido crecimiento de la población, la pobreza extrema y persistente, la
desigualdad social, el mal funcionamiento institucional y las perversas políticas de incentivos
condujeron a condiciones económicas inestables que, a su vez, llevaron a la
sobreexplotación de la tierra y sus recursos en muchas naciones en desarrollo.
Estas condiciones se deben, en parte, a los mercados internacionales, las políticas de
desarrollo y de préstamo que transfieren recursos financieros de los países emergentes a los
países industrializados y socavan la capacidad de países en desarrollo de manejar en forma
sostenida sus recursos naturales y proteger su biodiversidad. La ayuda internacional y los
organismos de créditos, como la Agencia de desarrollo Internacional de los Estados Unidos y
5522
el Banco Mundial, intentan tratar en sus políticas y prácticas la integración de las
necesidades humanas y la protección de la biodiversidad. En los últimos años, se
desarrollaron nuevos mecanismos de uso de los recursos financieros de los países
industrializados para sostener la conservación de la biodiversidad en países en desarrollo,
tales como el acuerdo "deuda por naturaleza" que permite que un país reduzca su deuda
externa a cambio de destinar tierra a la protección de la biodiversidad. Para atender a los
objetivos de la biodiversidad global, en el futuro, se necesitarán mecanismos adicionales
para la transferencia de fondos de norte a sur.
7. Brechas en el conocimiento
Nuestra mayor brecha en el
conocimiento en esta área es cómo
atenuar efectivamente las pérdidas de
biodiversidad. Como ya se mencionó
anteriormente, existen conocidos
mecanismos públicos y privados que
apuntan a proteger la biodiversidad.
Pero, para frenar realmente las pérdidas
futuras, debemos aprender cómo
reducir la pérdida y degradación del
hábitat, el cambio climático, las
invasiones por parte de especies no
nativas, la explotación no sostenible de
recursos naturales y la contaminación;
es decir, todos los factores que
actualmente conducen a la pérdida de
la biodiversidad. A su vez, todos estos
factores están impulsados por
actividades humanas y exacerbadas
por la creciente población. Por lo tanto,
para abordar seriamente la pérdida de
biodiversidad, necesitamos comprender
cómo modificar nuestros
comportamientos para que tengan un
menor impacto, y cómo dar cabida a
los 78 millones de personas que se
suman a la población mundial cada
año. Los Módulos de Herramientas
ofrecen información detallada sobre los
enfoques la eficacia de distintas
estrategias de conservación.
Puntos clave para
recordar...
Si bien la biodiversidad no es un término
que usemos muy frecuentemente, en
realidad es algo con lo que nos
encontramos a diario. Si tenemos
presentes algunos aspectos sobre
biodiversidad, tendremos más
conciencia sobre su papel en nuestras
vidas...
Hay muchas definiciones de
biodiversidad, pero podemos expresarlo
sencillamente como la variedad de
vida que se encuentra en todas sus
formas, niveles y combinaciones.
PPéérrddiiddaa ddee llaa BBiiooddiivveerrssiiddaadd
5533
Se extinguen anualmente entre
3.000 y 30.000 especies; la extinción
significa la pérdida de una especie en
todo el planeta.
Los factores que ocasionan estas
extinciones son la pérdida y la
degradación de la biodiversidad, el
cambio climático, la invasión de
especies no nativas, la explotación no
sostenible de los recursos naturales y la
contaminación.
Aún cuando una especie no llegue
a extinguirse, su desaparición en un
lugar o la reducción de la cantidad de
individuos puede afectar a otras
especies y a los ecosistemas en su
totalidad por las interacciones y
relaciones de dependencia que hay
entre las especies.
La eliminación de una especie
puede tener consecuencias no
deseadas que son difíciles de predecir.
La pérdida de la biodiversidad no
afecta a las regiones por igual – las
selvas tropicales y los arrecifes coralinos
han recibido el mayor impacto porque
sus hábitats tienen mayor número total
de especies y más especies que no se
encuentran en ningún otro lugar
(especies endémicas).
La pérdida de la biodiversidad
puede resultar en perjuicios económicos
graves plasmados en uso de recursos y
servicios ecosistémicos actuales y
futuros.
Proyecto Andes-Amazonia
Financiado por la Fundación Gordon and Betty Moore
Programa de Política y Ciencias Ambientales – OET
Director: PhD Andrew Chek
Coordinador: Leandro Castaño Betancur
Diseño: Liliana Jiménez Bernal
Versión para pre imprenta, Costa Rica - 2006
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