Capilla del Doncel Catedral de Sigüenza, Guadalajara
Por Ana González
Situación de la Capilla del Doncel en la Catedral de Sigüenza.
La portada de la capilla es obra de Francisco de Baeza, de comienzos del
siglo XVI. La decoración es renacentista con detalles platerescos.La reja que cierra es de Juan Francés,
realizada entre 1526 y 1532.Aunque en la actualidad se la conoce
más como la capilla del Doncel, realmente es la capilla de San Juan
Bautista y Santa Catalina, que anteriormente se conocía como la capilla Cantuariense (ya que estaba bajo la advocación de Santo Tomás
Cantuariense –mártir inglés en 1170–, como primitivo panteón de obispos
seguntinos) siendo una de las primeras capillas con culto en la catedral.
En el interior se encuentran los enterramientos de varios miembros de
la familia Vázquez de Arce que, a cambio del privilegio que le otorgó el Cabildo en abril de 1491 para poder tener una capilla, se comprometió a
adornarla y dotarla para poder realizarse el culto.
Según el profesor Azcárate, el creador de esta capilla fue Sebastián de Toledo,
discípulo de Egas Cueman y Juan Guas.
A ambos lados, en la entrada de la capilla, se encuentran los abuelos maternos: Martín Vázquez de Sosa y Sancha Vázquez.
En la misma capilla también se encuentra el sepulcro renacentista del hermano del Doncel, don Fernando Vázquez de Arce, (falleció alrededor de 1520) prior de Osma y obispo de Canarias. Fue don Fernando quien
sufragó los gastos de la obra escultórica de la capilla, como queda
constancia en el friso de la entrada a la capilla:
“A la Gloria de Dios y de la Purísima Virgen su madre y de los Reyes Magos, hizo esta donación D. Fernando de Arce, obispo
de Canarias; para más devoción de esta iglesia y de esta capilla dotó perpetuos
capellanes para que rueguen a Dios por el alma de los católicos reyes D. Fernando y
reina doña Isabel, que le hicieron bien y para otros sus bienhechores y por las almas del comendador D. Fernando de Arce y doña
Catalina de Sosa, su madre y sus hermanos y sus parientes presentes y por venir”.
En el centro se encuentra la sepultura de los fundadores, los
padres del Doncel, el comendador don Fernando de
Arce y su mujer doña Catalina de Sosa, que murieron en 1504 y
1505.
El sepulcro del Doncel se abre en el muro del evangelio de la capilla mediante un gran arco de medio punto que en su trasdós lleva una chambrana formada por un arco de
cuatro curvas convexas con tallos vegetales, siendo la mejor muestra del gótico.
La peana o frente del sepulcro se encuentra dividida en cinco fajas. En la central dos pajecillos sostienen el
escudo de armas del caballero, declarando así su alcurnia. Llevan sayos cortos, característicos de la
moda alemana.
Las escenas pintadas en el fondo del nicho representan una caída de Cristo (queriendo simbolizar la caída del Doncel de su caballo herido) y la pre-crucifixión (una alegoría de la
agonía de muerte por la defensa de su fe). Están atribuidas a Antonio de Contreras.
El Doncel está representado por un joven e ilustre comendador don
Martín Vázquez de Arce, que murió en la guerra de Granada cuando sólo contaba veinticinco años, como se
puede leer en el epitafio que se encuentra en la pared:
“Aquí yace Martín Vázquez de Arce, caballero de la orden de Santiago, que mataron los moros, socorriendo al muy
ilustre señor duque del Infantado, su señor, a cierta gente de Jaén, a la Acequia Gorda, en la vega de Granada. Cobró en la hora su
cuerpo Fernando de Arce, su padre, y sepultólo en esta su Capilla año 1486. Este año tomaron la ciudad de Loja, las villas de Llora, Moclín y Montefrío por cercos en que
padre e hijo se hallaron”.Descansa recostado, meditando,
sobre la cama del sepulcro, ajeno al mundo que le rodea, pero
acompañado de una serie de elementos simbólicos.
La efigie de alabastro está recostada sobre un haz de laureles, símbolo del
honor tributado al héroe. Viste armadura completa, con una sencilla
capa castrense con la cruz de Santiago pintada en rojo sobre su pecho. Un
capacete de cuero, para protegerle del casco de guerra, sujeta su cuidada melena recortada al modo italiano.
Sus piernas cruzadas se han interpretado como símbolo de su
calidad de “cruzado” en la guerra de Granada.
A sus pies, un león simboliza la
Resurrección, y, según Azcárate, esta figura era una alegoría de Cristo. Además, se le da otro
sentido alegórico, como símbolo de la necesaria vigilancia del cristiano, del estar siempre alerta,
prevenido ante las tentaciones.
Aparece también un pajecillo doliente, apoyado
en el yelmo del Doncel, sujetando sus pies. Esta
imagen expresa el profundo dolor que siente la familia por la pérdida de su hijo.
En el interior de las jambas se encuentran dos imágenes correspondientes a los apóstoles Santiago y San Andrés, patronos y abogados de los padres del Doncel.
El libro abierto que sostiene delicadamente entre sus manos puede ser un libro de horas o, incluso,
la propia Biblia. Este libro simboliza su preparación cultural y la unión de las Armas y las
Letras.Francisco Vaquerizo Moreno dedicó un poema al
libro:“Ese libro que tienes, Doncel, entre las manos
es el secreto que hace posible tu belleza,el eje donde giran tus bellos equilibrios
y el pilar en que apoyas tu clásica armonía.Sin el libro no fuera posible tu milagro
de fundir en un eco la piedra y el espíritu,el tiempo cubrirá de muerte tu reposo,
no cabría en tu gesto la síntesis del mundoy tu alta metafísica quedaría indefensa.
El libro es el espejo donde peinas tus dudasy la piedra en que afilas tu sublime silencio,
es también la ventana por la que tú te asomasal inmenso paisaje de la orilla infinita.
Si te faltara el libro, se te vendría al sueloel espacio en que flotan todas tus libertades,
los claros esplendores de tu marmórea estéticaserían un manojo de pálidos ocasos
y esta Sigüenza hidalga, que custodia tu efigie,no se hubiese adornado con tu propio apellido.
…Algún día de incógnito, mi Doncel de Sigüenza,volveré a que me enseñes cómo puede alcanzarseese ángulo de gracia que da vida a la muerte,
ese vuelo imposible sin espacio ni tiempo,ese sumo equilibrio de la suma belleza.”
Para los historiadores, el Doncel representa, un
sugerente mensaje para todo el que lo vea, un
permanente soplo de vida y esperanza cristiana en el
más allá. Aunque también aseguran que es la
representación máxima de la cultura medieval: del uso de las armas para defender la fe y de la lectura para alcanzar
la sabiduría.
Ortega y Gasset, veraneante de la ciudad, afirmó: “es una de las
esculturas más bellas del mundo”.Mientras que, Sánchez Mazas
concluía: “El Doncel es la tradición, la historia, blasón nobiliario y solera
de Sigüenza. Toda Sigüenza es Doncel”.
Orueta Serrano, en un estudio sobre la capilla realizado en 1926, afirmaba:
“es de las obras más hermosas del Renacimiento. Su genial autor supo,
en horas de feliz inspiración, comunicarle intensa vida, juntando
en ella la serenidad de arte griego con el más intenso espiritualismo
cristiano”.
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