El río
El aprovechamiento de los ríos
Las especies piscícolas
La pesca en el siglo XX
Artes de pesca
EL RIO u
Asturias es una región que cuenta con una enorme riqueza
fluvial. Numerosos ríos y arroyos recorren la superficie de su
territorio desde su nacimiento en las altas cumbres de la
cordillera hasta su desembocadura en las bravas aguas del
Cantábrico.
El Eo es el más occidental de los ríos que riegan el territorio
asturiano. Nace en Fonteo, en la provincia de Lugo. Discurre
por terrenos silurianos en dirección norte recibiendo por su
derecha el río Turia, procedente del concejo asturiano de
Taramundi, y forma frontera natural entre las comunidades
autónomas gallega y asturiana tras recoger por su derecha
las aguas del arroyo O Cairo. Posteriormente se adentra en
el Principado de Asturias por el concejo de San Tirso de
Abres y después de recibir al río Ouria por la derecha vuelve
a formar frontera entre ambas comunidades hasta llegar a
Porto (Lugo), en las proximidades de Vegadeo,
configurándose entonces la bella ría del Eo, que se extiende
entre los concejos de Ribadeo a la izquierda y Castropol a la
derecha. Poco antes de llegar a su desembocadura al mar
recibe por la derecha el río Suarón. Todo este recorrido
tiene una longitud de 91.550 metros, de los que sólo 28.150
discurren por tierras de nuestra región.
Durante su recorrido por el territorio asturiano, el Eo ha
conocido tres obstáculos artificiales: las presas de
Saltadoiro, Louredal y Abres. Las dos primeras disponen en
la actualidad de sendas escalas para permitir a los salmones
remontar el río.
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El rio Eo (Foto: Camilo Alonso)
El rio Eo (Foto: Ignacio González)
Marismas del Eo derca de Porto (foto: José Mª
Fdez. Díaz-Formentí)
Marismas del Eo (foto: José Mª Fdez. Díaz-Formentí)
Presa de Saltadoiro (foto: José M. Prieto)
EL RIO v
El Eo es un río caudaloso, debido a las abundantes
precipitaciones oceánicas. En general se puede decir que es
bastante regular en su régimen, salvo la bajada
correspondiente a los meses estivales, producida por la
escasez de aguas pluviales o de origen nival. En sus
márgenes se extiende una vegetación compuesta por orlas
irregulares de alisos, fresnos, sauces y junqueras,
habitada por una nutrida avifauna en la que destacan aves
como la garza y el mirlo acuático, o ya en la zona de la ría el
cormorán o el martín pescador, mamíferos entre los que
podemos citar a la nutria y las musarañas; finalmente
también encontramos diferentes especies de anfibios como
el tritón jaspeado, el sapo común o la rana patilarga.
La cuenca del Eo presenta una superficie total de 819 km2,
pero sólo 272 pertenecen a Asturias, ya que el resto
corresponde a la provincia gallega de Lugo.
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Mirlo acuático (foto: José Mª Fdez. Díaz-Formentí)
Cormorán (foto: José Mª Fdez. Díaz-Formentí)
Nutria (foto: José Mª Fdez. Díaz-Formentí)
Rana común (foto: José Mª Fdez. Díaz-Formentí)
Nutria (foto: José Mª Fdez. Díaz-Formentí)
EL APROVECHAMIENTO DE LOS RIOS u
El río ha marcado la vida de los habitantes del concejo de San Tirso de Abres y ha favorecido su economía, permitiendo el
desarrollo de la agricultura, sobre todo en la zona de la vega, donde destaca el cultivo de maíz y las tierras dedicadas a huerta. En
la actualidad es también importante la práctica de deportes acuáticos, como el remo, especialmente en la zona de la ría. Sin
embargo, es el aprovechamiento de sus recursos piscícolas la actividad que tradicionalmente ha tenido mayor importancia en la
zona, destacando fundamentalmente la pesca del salmón.
Si bien es cierto que el Eo ha sido un factor beneficioso para de la comarca, hay que señalar los efectos negativos de sus crecidas,
que en ocasiones han provocado inundaciones, causando importantes daños a las explotaciones agrícolas. Por otra parte, la barrera
natural que constituye el Eo ha sido superada históricamente con el empleo de barcas o chalanas y con la construcción de puentes.
En el último tercio del siglo XVIII existía en las proximidades de la capital del concejo de San Tirso de Abres un puente de madera
que todavía estaba en funcionamiento a mediados del siglo XIX. No fue hasta 1920 cuando se inauguró en El Llano el primer puente
de hormigón sobre el Eo, que sería sustituido por otro de mayores dimensiones en 1988.
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Fotos: San Tirso de Abres en imágenes 1900-2000
Maizales en El Llano
Faenas agrícolas
Jóvenes en San Tirso lavando la ropa en el Eo
Desbordamiento del Eo. 1980-81
Inauguración del primer puente de hormigón sobre el Eo
EL APROVECHAMIENTO DE LOS RIOS v
Desde la Edad Media el agua de los ríos ha aportado al
hombre fuerza motriz para el funcionamiento de
determinados ingenios o artefactos y ha sido susceptible de
ser empleada para el transporte de mercancías como la
madera por su cauce. Las sociedades tradicionales
emplearon la energía hidráulica en los sectores alimentario,
textil y metalúrgico. Por ello, son numerosos los molinos, los
batanes, las ferrerías y los mazos que aparecen en las
orillas de los ríos y arroyos del país. Más recientemente, las
sociedades industriales han empleado la energía hidráulica
para la obtención de electricidad para el alumbrado público y
otros usos.
La construcción en 1907 de la Presa de Saltadoiro permitió a
la sociedad Hidro-Electra del Eo desviar agua del río hasta
la central de Naraido y convertirse en la primera empresa
que transformó energía hidráulica en eléctrica en la comarca
y la distribuyó para el alumbrado entre las localidades
ribereñas. Para permitir el paso de los salmones a través de
la presa se decidió dotarla de dos escalas salmoneras. Sin
embargo, debido a las continuas protestas de los
pescadores, que criticaban la ineficacia de ambas escalas
se decidió en el año 1954 construir una nueva.
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Ordenanzas municipales del concejo de
San Tirso de Abres, 1894
(Archivo Municipal de San Tirso de Abres)
Ilustraciones del Diccionario histórico de los artes de la pesca nacional de
Antonio Sañez Reguart, Madrid, 1791-1795
Escala salmonera del Louredal (foto: Ignacio Glez. García)
Molino de Guxo (foto:Camilo Alonso)
Turbinas de la central de Volta (foto: Ingnacio Glez. García)
EL APROVECHAMIENTO DE LOS RIOS w
El aprovechamiento de la riqueza pesquera de los ríos constituye una actividad que el
hombre viene realizando desde tiempos prehistóricos. Durante los siglos medievales
el valor económico de las especies piscícolas no pasó desapercibido para los grandes
propietarios del país y los señores laicos y eclesiásticos consiguieron hacerse con los
derechos de la pesca.
En la edad Moderna no se produjeron grandes cambios y en el caso del Eo diversas
instituciones eclesiásticas, como los monasterios de Meira (Lugo) y de Santa María de
Villanueva, y grandes casas, como las de Altamira y El Pividal, se repartían los
privilegios de pesca.
La abolición de los señoríos en el siglo XIX marcó una nueva etapa para la pesca
fluvial, que pasó a depender del gobierno de la nación. Las grandes casas y las
instituciones eclesiásticas perdieron sus privilegios y el Estado se hizo cargo del
derecho de pesca en los ríos. Toda la riqueza pesquera quedó entonces a disposición
de los ribereños, que no dudaron en aprovecharla de forma masiva.
El aprovechamiento de la riqueza pesquera del Eo recibió en los inicios del XX,
gracias a la labor del Marques de Marzales un notable impulso. Pero será sobre todo
a partir de mediados del siglo XX, debido a la creación en el año 1944 del Coto
Nacional de Turismo cuando se convierta en un importante motor económico y una
fuente de riqueza para el concejo de San Tirso de Abres. Fueron numerosos los
pescadores deportivos que acudieron a esta zona de Asturias. Por otra parte, algunos
vecinos se convirtieron en gancheiros o guías que acompañaban a los forasteros por
el río y les ayudaban con el gancho.
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LAS ESPECIES PISCÍCOLAS
Las especies más destacadas que pueblan el Eo, que son comunes a otros ríos asturianos y, en general, al norte peninsular, son los
salmones, las truchas, los reos, las lampreas y las anguilas. De estas solo la lamprea y la trucha desarrollan todo su ciclo vital en el río,
ya que el salmón, el reo y la anguila pasan parte de su vida en el mar. En los últimos años se han introducido con fines deportivos en
nuestros ríos diferentes especies foraneas siendo la más destacada la trucha arco iris procedente de Estados Unidos.
Pero, la especie piscícola más importante ha sido siempre el salmón, al que se considera, sin duda, el rey del río. De el decía Hilario
Nava Caveda a finales del siglo XIX que el salmón ha sido siempre muy estimado y ha tenido gran valor por la finura y consistencia de
su carne, por su delicado gusto, por el gran volumen que en poco tiempo adquiere sin exigir gastos ni cuidados y lo bien que se presta
para las conservas, cualquiera que sea el sistema que se adopte
El salmón La Trucha Otras especies
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Salmón atlántico (Foto. José Manuel Prieto) Trucha común Salmo trutta fario (foto: José Mª Fdez. Díaz-Formentí) Cangrejo de río Austropotamobius pallipes lusitanicus
(foto: José Mª Fdez. Diaz-Formentí)
LAS ESPECIES PISCÍCOLAS – El salmón u
El salmón atlántico (salmo salar)
es una especie piscícola cuya
vida se reparte entre el río y el
mar. Tiene el cuerpo robusto y la
cabeza relativamente pequeña.
El dorso es gris acero con
irisaciones verde azuladas, los
costados plateados y el vientre
blanco. En el mar se alimenta de
crustáceos, peces pequeños,...
pero al remontar los ríos deja de
comer, viviendo de las
abundantes reservas acumuladas
en el mar. El peso de los
salmones es muy variable con la
edad, el sexo y otros factores,
probablemente derivados de la
alimentación en el mar.
Los salmones reproductores pueden
llegar a vivir entre dos y seis años,
aunque en ocasiones alcanzan los diez,
dependiendo de su lugar de origen.
Los salmones de los cauces asturianos
tienen un ciclo marino con un recorrido
que incluye las costas europeas del mar
del Norte y oeste de Noruega,
alcanzando aguas próximas al sur de
Islandia y Groenlandia y regresando,
tras alcanzar la madurez sexual, a
nuestros ríos después de una
permanencia en el océano que oscila
entre uno y dos años.
El salmón desova entre finales de
noviembre y mediados de enero y, por
lo general, las hembras ponen entre
1500 y 2500 huevos por kilogramo de
peso. El ciclo vital del salmón es muy
complejo, lo que se evidencia en su
elevada mortalidad, lográndose un
salmón adulto por cada 3000 o 5000
huevos. Los huevos una vez
fecundados eclosionan a los cincuenta
o sesenta días de incubación, pasando
por las fases de huevo y huevo
embrionario. Al cabo de este tiempo
nace el alevín vesiculado, que
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Salmón atlántico (foto: José Mª Fdez. Díaz-Formentí)
Alevín vesiculado (foto: José Mª Fdez. Díaz-Formentí)
Huevos de salmón (foto: José Mª Fdez. Díaz-Formentí)
Diferentes estadios de la evolución del salmón atlántico
(Archivo de Jerónimo de la Hoz)
LAS ESPECIES PISCÍCOLAS – El salmón v
pasada esta fase, comienza la
alimentación activa en un tramo
del río.
La fase juvenil del salmón pasa
por los estadios de alevín, pinto
y esguín. Es de resaltar la
similitud que presentan los
individuos jóvenes, pintos, con
las truchas. Las diferencias más
evidentes entre ambos son: el
cuerpo más esbelto; la muñeca
más estrecha; y la escotadura
más pronunciada de la aleta
caudal. Además, la boca es más
corta que la de la trucha. El
esguín se adapta
progresivamente a la salinidad
marina y emprende la emigración
al mar. Entre el 65% y el 85% por
ciento de los esguines de los ríos
asturianos emigra al mar al año
de vida fluvial, mientras que el
resto lo hace en su segundo año.
El salmón emigra a las aguas del
Atlántico norte, en cuyos
caladeros completa su
alimentación marina, por lo
general durante dos años, en los
cuales alcanza su crecimiento
máximo, para volver de nuevo al
río que lo vio nacer y completar
su ciclo vital con la reproducción.
Si, por el contrario,
durante 4 o 6 semanas se alimenta de las reservas almacenadas en su saco vitelino y,
permanece, en alta mar un solo año, su tamaño adulto será menor, alcanzando unos 65-
69 centímetros de longitud media frente a los 76-80 centímetros a los que normalmente
llega si está los dos años completos en el mar.
El salmón adulto, una vez alcanza la madurez sexual, vuelve al río y su entrada en este
medio comienza en marzo y se prolonga hasta el otoño. Por este tiempo el pez
manifiesta exteriormente su maduración sexual. En el caso de los machos, desarrollando
un gancho o pico en su mandíbula, y en el caso de ambos, acentuando los colores de
sus pintas en la piel.
Los salmones reciben diferentes nombres atendiendo a su época de entrada en el río y
al tamaño y peso de las piezas: los añales son los salmones que han emigrado al mar
por primera vez y tras permanecer en él en torno a un año, vuelven al río; y reales o
imperiales son los salmones que han emigrado al mar por segunda o tercera vez.
Asimismo, el tamaño del salmón va decreciendo a medida que avanza la fecha de
entrada en el río y dependiendo de ello recibe diferentes denominaciones: abrileños son
los salmones que entran en el río después de los imperiales, durante abril, y su peso
ronda los cinco o seis kilogramos, la mayoría de estos salmones son hembras; mayucos
son los salmones que entran en el río….
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Salmón atlántico tras alcanzar la madurez sexual
(foto: José Mª Fdez. Díaz-Formentí)
LAS ESPECIES PISCÍCOLAS – El salmón w
en mayo y buena parte de julio, y su peso oscila entre los tres y cinco
kilogramos; y agostiegos son los salmones que entran en el río a finales
de julio y agosto, aunque pueden hacerlo antes, a finales de junio y
principios de julio, y su peso oscila entre un kilo y medio y tres
kilogramos. Por otra parte, tras la puesta, se llama zancado o zancada al
salmón desovado. En este estadio es cuando vuelven al mar y la
mortalidad de esta fase es muy elevada.
El salmón de los ríos asturianos presenta en la actualidad una densidad
baja, que se trata de mantener por medio de repoblaciones. Una de sus
principales amenazas, aparte de otras especies para las que sirve de
alimento, son determinadas enfermedades, como la aparición de úlceras
en su cuerpo, que pueden ocasionarles la muerte.
A través de la observación de una escama de un salmón adulto podemos
obtener información sobre las distintas etapas de su desarrollo. Así se
pueden observar una serie de semianillos concéntricos que nos indican
las fases de crecimiento de ese pez. En la zona de inserción de la
escama al tronco veremos una concentración de semianillos que
corresponden al crecimiento del pez en el río hasta que llega a ser
esguín y migra al mar. En los salmones que han pasado un invierno en
las aguas marinas es el propio borde de la escama el que nos marca la
edad. Si el salmón es de dos inviernos de mar y retorna por primera vez
al río veremos un semianillo, si es de tres años dos semianillos , etc.
Nos podemos encontrar con algún salmón que retorne por segunda vez
al río a desovar, es decir, sobrevivió como zancado, alcanzó el mar y
vuelve a cerrar el ciclo. En esta situación veremos que uno de los
semianillos está irregular, debido a que el animal tuvo que soportar
peleas, escasez de caudal de agua, remontes dificultosos que provocan
erosiones y heridas, etc.
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Escama de salmón
(Marques de Marzales, Rios salmoneros de Asturias)
Salmón remontando un río
(foto: José Mª Fdez. Díaz-Formentí)
Salmón remontando un río
(foto: José Mª Fdez. Díaz-Formentí)
LAS ESPECIES PISCÍCOLAS – La Trucha
La trucha es un pez muy polimórfico, pudiendo diferenciarse entre la forma sedentaria,
trucha de río, y la migradora, comúnmente denominada reo. El reo, se diferencia de la
trucha de río por la tonalidad plateada, con pocas manchas negras y casi ninguna roja,
que adquiere tras su llegada al mar. En la mayoría de los casos son hembras que se
van al estuario para engordar y tener así más huevos, entran y salen muchas veces y
tienen desoves múltiples. La diferencia entre la trucha de río y la trucha de mar es tan
grande que esta muy extendida la creencia de que se trata de dos especies diferentes
La trucha común (S. trutta fario) es la variedad sedentaria que desarrolla toda su vida
en aguas dulces y que sólo migra aguas arriba durante la época de reproducción en
busca de lugares para la freza. La trucha común vive en remansos y pozos de los ríos,
evitando la corriente fuerte, aunque a menudo se oculta detrás de grandes piedras que
rompen la fuerza del agua, entre cañas o raíces de los árboles de la ribera. La
reproducción de la trucha suele comenzar en noviembre y durar hasta la mitad de
enero. Su desarrollo es muy lento: una trucha de dos años no suele superar 20
centímetros de longitud ni pesar más de 150 gramos. Se alimenta fundamentalmente
de huevos de peces, de larvas y de insectos de todas clases. Quizá su mayor enemigo
sea ella misma, pues los casos de canibalismo entre truchas son muy frecuentes.
El reo (salmo tructa tructa), es la variedad miradora de la trucha que en un momento de
su vida se desplaza a los estuarios para completar su crecimiento durante un tiempo
que puede oscilar entre unos pocos meses o años, sin alejarse mucho de la costa. El
reo es muy parecido al salmón, sobre todo cuando vuelve o va al mar, pero su longitud
raramente excede del metro; su peso como máximo alcanza los quince kilogramos; las
manchitas son más numerosas y más grandes y numerosas que las del salmón,
llegando a ocupar hasta los flancos; y su pedúnculo caudal es más ancho y su cuerpo
menos esbelto. El reo entra en el río a finales de abril y primeros de mayo y puede
pasar de 1 a 5 años, generalmente 2. Su vida media es de 5 años, aunque algunos
ejemplares alcanzan los 10.
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La trucha común Salmo trutta fario
(Archivo: Jerónimo de La Hoz)
Reo adulto Salmo tructa tructa
(Archivo: Jerónimo de La Hoz)
Esguín de reo (Archivo: Jerónimo de La Hoz)
Joven reo (Archivo: Jerónimo de La Hoz)
LAS ESPECIES PISCÍCOLAS – Otras especies u
La lamprea
La lamprea (Petromyzon marinus) es una especie anádroma que desarrolla su vida entre el río y el
mar. Puede alcanzar pesos entre 2 y 3 kilos y medir más de 1 metro, tiene el cuerpo cilíndrico de color
gris, gris-verdoso o pardo. Presenta una ventosa bucal y boca con dientes agudos. En el cuerpo son
visibles siete pares de orificios branquiales y un orificio nasal impar. Nace en el río y la larva vive
enterrada en fondos de arena o grava alimentándose de algas o diatomeas. En el río van a
permanecer hasta alcanzar la forma adulta emigrando al mar donde viven en profundidades de 200 a
300 metros hasta que adquieren la madurez sexual regresando a los ríos para reproducirse. En el mar
desarrollan una alimentación hematófaga, parasitando principalmente a peces.
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Lamprea Petromyzon marinus (foto: José Mª Fdez. Diaz-Formentí)
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LAS ESPECIES PISCÍCOLAS – Otras especies v
La anguila
La anguila (anguilla anguilla) es una especie catádroma que puede alcanzar el metro y medio de longitud y los 6
kilos de peso. Esta caracterizada por tener un cuerpo muy alargado y cilíndrico excepto en su parte posterior que
esta comprimida lateralmente. Presenta una coloración variable, que va desde las tonalidades negruzcas o
verdosas del dorso a las blanquecinas o amarillentas de la zona ventral, adquiriendo un color plateado en su fase
de madurez. La anguila nace en el mar de los Sargazos. Las larvas viajan a las costas europeas y norteafricanas
con la ayuda de las corrientes. La larva se transforma en angula en las proximidades de la costa, completando su
crecimiento durante el ascenso por el río. Una vez iniciada su madurez sexual la anguila retorna al mar de los
Sargazos, donde se reproduce
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LA PESCA EN EL SIGLO XX
EL COTO MARZALES
LA SOCIEDAD DE PESCA ASTUR-GALAICA
EL COTO NACIONAL DE TURISMO
LOS GANCHEIROS
LA GUARDERÍA DEL EO
LA PESCA EN LA ACTUALIDAD
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LA PESCA EN EL SIGLO XX – El coto Marzales u
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La actividad pesquera en el Eo durante el primer tercio del
siglo XX esta estrechamente unida a la figura del noble
gaditano Pablo Larios y Sánchez de Piña, Marques de
Marzales, que desde los comienzos de la pasada centuria, y
tras recorrer diferentes países europeos entre los que se
encontraban Inglaterra y Noruega, impulsará en este río una
serie de proyectos que lo convertirán en un pionero en el
ámbito de la pesca en España.
Pablo Larios era un entusiasta de la pesca deportiva con caña
y, al propio tiempo, un estudioso de la biología del salmón y
de las condiciones más propicias para la reproducción y
desarrollo de este pez. De hecho, plasmó sus conocimientos
sobre los ríos asturianos en su trabajo Ríos salmoneros de
Asturias que fue premiado por la Diputación Provincial de
Asturias en 1927.18 años después, en 1945, la Dirección
General de Turismo decidió reeditarlo, añadiendo nuevos
textos referidos al resto del norte de España con el título El
salmón y su pesca en España.
El marqués de Marzales, veía en la pesca fluvial una fuente
de aprovechamiento y beneficios económicos. En su opinión,
el fomento de la pesca del salmón y otras especies piscícolas
del río incluía la promoción del arrendamiento de trozos del
río a particulares o sociedades de pesca, lo que supondrían
ingresos para el Estado y los municipios.
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Mapa del Eo elaborado por el Marqués de Marzales, Ríos salmoneros de Asturias
Portada de la publicación Ríos salmoneros de Asturias, año 1930
(Archivo privado de Antonio Abril)
LA PESCA EN EL SIGLO XX – El coto Marzales v
Además, observaba con preocupación la despoblación de los ríos asturianos y sintetizaba las causas de esta situación en tres grandes
grupos: por un lado, los obstáculos naturales y artificiales; por otro, la impurificación y la contaminación de las aguas, y finalmente, el
empleo excesivo, abusivo y hasta delictivo de redes y otras artes perjudiciales, así como de sustancias tóxicas y nocivas.
Pablo Larios consideraba vital luchar contra el furtivismo para lo que era necesario atender la vigilancia de los ríos con el establecimiento
de una guardería fluvial bien preparada y dotada. La guardería tendría las siguientes funciones: llevar la estadística de salmones
capturados; especial vigilancia de las zonas de freza y desove de los salmones y recuento de los salmones que desovan; vigilancia de las
crías de salmón que procedan de la repoblación artificial; fuera de las época de mayor vigilancia, la guardería debería dedicar un tiempo a
la mejora de los cauces de los ríos, para la conservación y repoblación de trucha y salmón.
Por otra parte, el marqués de Marzales consideraba también necesario para la recuperación de los ríos el fomento de la piscicultura y la
ampliación de la veda. En su opinión era más conveniente para la repoblación artificial la colocación de huevos en los pedregales y
desovaderos naturales del salmón, que la suelta de las crías en el río. En cuanto a las vedas que era necesaria la protección del
momento de reproducción del salmón, por lo que había que ampliar la veda anual, pero también establecer una veda semanal que
permitiera remontar el río a los salmones más rezagados.
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Red Salmonera (Marqués de Marzales, Ríos salmoneros de Asturias) Croquis de una escala salmonera
(Marqués de Marzales, Ríos salmoneros de Asturias)
El Marqués de Marzales despidiendo al infante Don
Juan en Algeciras, año 1930 (foto: Archivo privado
de la familia Larios)
LA PESCA EN EL SIGLO XX – El coto Marzales w
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El marqués de Marzales recibió el 1 de febrero de 1917 la concesión de un arrendamiento de
pesca en el río Eo. El coto abarcaba un tramo del río Eo comprendido entre la presa de Saltadoiro
y el pozo salmonero de La Negra. El objeto del arrendamiento era el disfrute y derecho exclusivos
de pesca en el plazo de 8 años por un total de 16020 pesetas. Este primer coto tuvo su continuidad
en la década de los 30 con uno nuevo que fue arrendado a Enrique Fernández de Villavicencio y
Crooke, cuñado del marqués de Marzales. Los ribereños conocen ambos arrendamientos bajo la
denominación común de «coto de Larios».
Ambos «cotos de Larios» contaron con guardas jurados para la vigilancia del río y de la
piscifactoría. Del primero se encargaba Laureano Lenza y del segundo Jesús Rey Pividal.
El coto del Marqués de Marzales fue pionero en la pesca deportiva en España. Pablo Larios Solía ir
a San Tirso en la primera quincena del mes de mayo y se pasaba allí unas dos semanas
pescando, acompañado de unos cuantos amigos e invitados. El primer salmón capturado era
consumido en un banquete que daba inicio a la temporada. Los demás eran enviados a La Coruña
por la empresa Nistal a la pescadería y fábrica de conservas de Luis Lamigueiro, quien los remitía
conservados a la casa del marqués en Algeciras.
Pero el marqués de Marzales no sólo pescaba en el tramo de río arrendado, sino que también
desarrolló aquellas medidas que consideraba necesarias para recuperar la riqueza pesquera de los
ríos, y así puso en funcionamiento, en una finca llamada Arroxín, la primera piscifactoría del Eo.
Las huevas fecundadas venían de la Piscifactoría de Infiesto. Los alevines se soltaban en el Eo, en
un pequeño tramo acotado en las inmediaciones del puente de San Tirso. No tardaron en verse los
resultados de la piscifactoría, pues durante los ochos años que duró el arrendamiento logró
quintuplicar la producción de salmones del río gracias a las sueltas de alevines anuales.
Retrato del Marqués de Marzales
(foto: Archivo privado de la familia Larios)
Caja para la incubación de los huevos de salmón en los arenales
(Marqués de Marzales, Ríos salmoneros de Asturias)
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX se fueron constituyendo
por toda España asociaciones de pesca como consecuencia de la
difusión de esta práctica deportiva. Asturias y el Eo no fueron una
excepción en este panorama, pues el 20 de junio de 1926 se constituía
en San Tirso de Abres la Sociedad de Pesca Astur-Galaica. Su objetivo
era, según el artículo 2º de su reglamento «el fomento en los ríos Eo,
Suarón y sus afluentes, de la pesca consistente en la actualidad, en
salmón, trucha, lamprea y anguila, el iniciar en dichos ríos todas las
demás clases de peces que puedan vivir en ellos hasta hoy
desconocidos en los mismos y el de velar por el exacto cumplimiento de
la Ley y su Reglamento».
En 1927, a propuesta de esta sociedad de pesca, fue nombrado guarda
jurado de pesca particular de esta sociedad Álvaro Lenza Cancio,
natural y vecino de San Tirso, de cuarenta años de edad.
LA PESCA EN EL SIGLO XX – La sociedad de pesca Astur-Galaica
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Portada del Reglamento de la Sociedad de Pesca Astur-Galaica
LA PESCA EN EL SIGLO XX – El coto nacional de turismo u
El 16 de mayo de 1945 se creaba el Coto Nacional de Turismo. El coto
consistía en un tramo de 5 kilómetros aproximadamente que discurría por
el concejo de San Tirso de Abres, comprendido entre la presa de
Saltadoiro y el puente de San Tirso de Abres, sin excluir el tramo entre
puentes como ocurría anteriormente en los «cotos de Larios».
El coto fluvial de turismo abrió nuevas posibilidades económicas a los
vecinos de San Tirso, pues tanto las élites del nuevo régimen como gran
número de turistas extranjeros acudieron allí a pescar, permaneciendo en
el pueblo en muchas ocasiones hasta una semana.
El río quedó dividido en un principio en tres partes: las zonas desde
Ribeira de Piquín hasta la presa de Saltadoiro y desde el puente de San
Tirso hasta el puente de Abres eran libres, mientras que la zona entre
ambas dependía de la Dirección General de Turismo. En 1956 se crearon
en las zonas libres dos nuevos cotos administrados por el Servicio
Nacional de Pesca Fluvial y Caza, los de Puentenuevo y de Abres, que
estaban divididos en dos tramos especial (A y Z) y uno ordinario. El Coto
Nacional de turismo por su parte estaba dividido inicialmente en cinco
lotes y después en seis.
Para el disfrute de estos cotos salmoneros había unas normas generales
que se debían observar: la primera hace referencia a la limitación del
número diario de permisos en los dos tramos especiales de Abres y de
Puentenuevo, mientras que para los ordinarios no había limitación de
permisos.
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El guarda Jesús Rey Pividal acompañado de dos
pescadores, año 1946 (foto: Josefa Rey)
Jesús Rey Pividal y un pescador, año 1946
(foto: Josefa Rey)
El pescador Alfonso Menéndez exhibiendo
un buen ejemplar de salmón
(foto: Alfonso Menéndez)
LA PESCA EN EL SIGLO XX – El coto nacional de turismo v
Por otra parte el importe de los permisos oscilaban entre las 25 ptas. del coto de Puentenuevo hasta las 250 que se podían
llegar a pagar en el coto de Abres. Finalmente, se establecía el límite de capturas en 3 salmones y se recortaba el uso de cebos
naturales durante el periodo comprendido entre el 1 de mayo y el 8 de julio.
La venta de los permisos para los tramos especiales se iniciaba a las diez de la mañana del día 16 de febrero por el Guarda de
Pesca Fluvial encargado del coto, y el único orden de prelación para su entrega sería el instante en que se hiciera efectivo el
importe del permiso.
El Coto Nacional de Turismo tenía por objeto el fomento de la pesca deportiva. Fueron numerosos los turistas tanto extranjeros
como españoles. Había italianos, franceses, alemanes, británicos e incluso estadounidenses y árabes. Los pescadores
pernoctaban y comían en el Hostal Rey que se convertía en el epicentro de las actividades. Pero a los ribereños no les gustó
este acotamiento, ya que bien dotado de eficaz guardería, la incidencia del furtivismo en él fue escasa. El coto, sin embargo,
creó riqueza y puestos de trabajo en San Tirso y fue el aliciente para que se acercaran otras personas a la zona, convirtiéndose
el turismo deportivo de la pesca en un motor económico de San Tirso de Abres.
Entre los objetivos del Coto Nacional de Turismo se encontraba la repoblación piscícola del río. Para este fin se construyó, junto
a la presa de Saltadoiro, una estación de desove y criadero de alevines. No obstante, a pesar de que el Eo mantuvo un buen
nivel de capturas, la repoblación artificial no dio los resultados espectaculares de los años veinte, pudiendo atribuirse en parte
este fracaso a la polución de las aguas.
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Pescando en el Eo, años 60
(foto: Archivo Privado de Miguel Aguilar)
Escena de pesca en el Eo hacia los años 50
(foto: Josefa Rey)
LA PESCA EN EL SIGLO XX – El coto nacional de turismo w
En el Coto Nacional de Turismo fue frecuente la presencia de las élites del
régimen franquista, incluido el propio Jefe del Estado Francisco Franco, gran
aficionado a la pesca. (16) Todas las semanas santas, desde 1964 hasta 1973
en que ya no pudo acudir más por el deterioro de su salud, Franco se
acercaba al Eo a pescar salmones. Aunque se alojaba en el Parador Nacional
de Turismo de Ribadeo, se instalaba en un campamento con cocina de
campaña, junto al puente de San Tirso, donde comía las piezas capturadas
con su séquito. La llegada del Jefe del Estado a la zona significaba
inmediatamente un enorme despliegue de la Guardia Civil, que ocupaba
posiciones estratégicas dominantes de la carretera y el río, en todo el trayecto
desde Abres hasta Saltadoiro.
Aunque Francisco Franco fuera un buen pescador, los salmones le picaban
con muchas más probabilidades que a los demás, pues varios días antes de
su llegada a San Tirso se vedaba el río para que se acumulasen todos los
salmones posibles que entrasen, y además que no estuviesen acostumbrados
de ver cucharillas, al arte con el que pescaba.
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Antonio el sordo, gancheiro habitual de Franco (foto: Eloy Cigarrán)
Franco y su esposa saludando en el Parador de turismo de Ribadeo
a Luis Díaz Sanjurjo, alcalde de San Tirso (foto: Cruz Ron)
Franco acompañado de dos guardas del Eo
(foto: Álvaro Oliveros)
LA PESCA EN EL SIGLO XX – Los gancheiros u
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En San Tirso de Abres la llegada de pescadores deportivos dio
lugar a la aparición de una nueva profesión. Se trata de los
gancheiros, ribereños que acompañaban a los pescadores foráneos y
les guiaban por el río. El propio guarda del coto, Jesús Rey Pividal,
fomentó y promovió esta actividad entre los vecinos del concejo, pues
llamaba a chavales para que acompañasen a los pescadores
foráneos y ganaran algo de dinero ya en tiempos del «coto de
Larios».
Los gancheiros llegaron a ser muy numerosos durante esta época,
aunque en la actualidad se ha convertido en una actividad residual,
fiel reflejo del cambio acontecido en el río en los últimos años.
Muchos de los gancheiros pescaban anteriormente de manera furtiva
truchas y conocían a la perfección el río, pero la compañía de los
pescadores deportivos que venían de fuera les sirvió en un primer
momento para aprender a usar bien la caña de pescar y más tarde
fueron ellos los que empezaron a aconsejar cómo pescar a otros
pescadores menos diestros, adquiriendo un enorme prestigio en el
ámbito ribereño y entre los propios pescadores.
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Grupo de gancheiros (foto: Archivo Amaido)
Álvaro Valea a principios de los 60
(foto: San Tirso en imágenes 1900-2000)
El gancheiro Gevasio Novo acompañado de dos pescadores
(foto: Gervasio Novo)
El gancheiro Gervasio Novo, año 1967 (foto: Gervasio Novo)
LA PESCA EN EL SIGLO XX – Los gancheiros v
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Los gancheiros ayudaban a los pescadores en todo lo
relacionado con el lance y entre sus funciones se
encontraban la elección de los mejores lances para la
captura de salmones y de los artes más propicios (cebo
natural, cucharilla, mosca), pero también la preparación
de los cebos. Ellos eran, además, los encargados de
ganchear (enganchar) el salmón con el gancho que
llevaban siempre consigo para echarlo a tierra una vez
que el pescador lo tenía a punto. De este gancho
procede precisamente el nombre de gancheiro. Los
pescadores y los gancheiros pasaban todo el día por el
río, salían a primera hora y regresaban al anochecer,
con la pequeña pausa de la comida en el Hostal Rey.
Sólo podía haber un gancheiros por lote, de manera
que los tres pescadores de un lote tenían que compartir
el gancheiros que les correspondiese. No obstante, los
pescadores solían repetir con el gancheiro que les
había tocado en otras ocasiones.
Los gancheiros tenían otro oficio el resto del año, pues
aunque su actividad durante la temporada de pesca
daba dinero, no era suficiente para mantenerse todo el
año.
Entre los gancheiros de San Tirso se encuentran
Antonio Pérez (El Sordo), El Castelao, El Cartero, El
Zapatas, José Ramón Yanes Díaz, Gervasio Novo
Paraje, Eloy Cigarrán Martínez y José Pérez Molejón
(Pepe El Barbas). Este último es el único que sigue en
activo en la actualidad.
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Alfonso Menéndez, otro pescador y los gancheiros
Gervasio Novo y Eloy Cigarrán en los años 60
(foto: Alfonso Menéndez)
El último gancheiro José Pérez Molejón, trabajando en
Marzo de 2007 (foto: José M. Prieto)
El último gancheiro José Pérez Molejón, trabajando en
Marzo de 2007 (foto: José M. Prieto)
Grupo en el que aparecen pescadores, gancheiros
y guardas (foto: Eloy Cigarrán)
LA PESCA EN EL SIGLO XX – La guardería del Eo u
Desde los años cuarenta se pusieron mayores esfuerzos en la vigilancia del río con el establecimiento de una guardería fluvial, lo que
permitió luchar más eficazmente contra el furtivismo. En los años 50 y 60, el Eo contaba con un total de siete guardas, de los que tres
estaban en San Tirso, dos en Puentenuevo y dos en Abres. En San Tirso, el antiguo encargado de la vigilancia del segundo coto de
Larios, Jesús Rey Pividal, volvió a ocupar el puesto y fue su guarda mayor. Otros guardas del coto de turismo fueron Manuel Cigarrán
Campos, Manuel López López o Manuel Quintana. En 1956 entraron al servicio fluvial en el coto de Abres Álvaro Oliveros Soto y José
María Martínez Rodríguez Lóutima, que además llegó a ser después el guarda mayor de todo el río Eo, mientras que el coto de
Puentenuevo se encontraba Gustavo Méndez Novo.
La guardería tenía como principal objetivo vigilar y poner freno al excesivo furtivismo en el río, especialmente entre los pescadores de
Abres, que no se limitaban a la zona baja del río. Lentamente, los guardas intentaban concienciar a los ribereños de lo perjudicial de sus
prácticas de pesca. Estaban encargados de la concesión de los permisos de pesca y de rellenar las guías del salmón, así como de
realizar repoblaciones periódicas de las especies piscícolas, especialmente salmones y truchas.
La vida de los guardas en el Eo, tanto en el coto de turismo como en la parte baja de Abres, donde se concentraban la mayoría de los
pescadores furtivos, era todo menos tranquila, pues se creaban enemistades entre sus propios vecinos que intentaban explotar el río con
artes ilegales como las redes.
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El guarda Álvaro Oliveros y un pescador
(foto: Álvaro Oliveros)
Grupo de guardas (foto: Álvaro Oliveros) El guarda Álvaro Oliveros mostrando un salmón
(foto: Álvaro Oliveros)
Dos guardas (foto: Álvaro Oliveros)
LA PESCA EN EL SIGLO XX – La guardería del Eo v
Poco a poco, la guardaría fluvial fue cada vez mejor dotada. La carretera de Ribadeo a Lugo que seguía el cauce del río facilitaba las
rondas que debían realizar. Primero dispusieron de bicicletas para recorrer el río, más tarde de sucesivos modelos de motocicletas y
finalmente automóviles.
Los guardas estaban encargados de rellenar las guías de los salmones. Al final de la jornada, los pescadores debían reunirse con los
guardas para rellenar las guías del salmón y precintar los ejemplares, que certificaba la legalidad de su pesca. Las guías eran unas fichas
en las que se debían anotar los datos del pescador (nombre, residencia) y del ejemplar (peso, longitud, circunferencia máxima) y
circunstancias de la pesca (lugar, pozo, cebo empleado). La guía se acompañaba del precintaje, que consistía en una ficha que se
grapaba a la boca del salmón.
Hasta la instauración de los cotos salmoneros de Abres y Puentenuevo, los salmones se precintaban en el Hostal Rey de San Tirso.
Pero posteriormente, los del coto de Abres pasaron a precintarse en el bar y tienda de ultramarinos de Álvaro Oliveros Soto. En los
últimos años, el centro de precintaje del Eo ha quedado centralizado en el refugio de Xesteira.
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Dos guardas midiendo un salmón para su precintaje tras su pesca
(foto: Josefa Rey)
LA PESCA EN EL SIGLO XX – La pesca en la atualidad u
El Estado de las Autonomías
El fin del franquismo y la nueva organización del estado en autonomías supuso cambios en la explotación de los recursos fluviales. Entre las
competencias que se cedían a los nuevos entes territoriales se encontraba la pesca en aguas interiores o continentales, que hasta ese
momento venía gestionando icona. De manera que, en su Estatuto de Autonomía, el Principado de Asturias asumía, entre otras, las
competencias exclusivas en la «pesca en aguas interiores, fluviales y lacustres, marisqueo y acuicultura, alguicultura, así como el desarrollo
de cualquier otra forma de cultivo industrial», lo mismo que Galicia. En el Eo, al ser un río compartido por ambas comunidades autónomas,
se dio paso a una administración dividida en la que cada una de ellas gestiona el cincuenta por ciento de los tramos limítrofes y en exclusiva
los tramos propios a través de la consejería correspondiente.
Esta competencia, sin embargo, tardó bastantes años en ser desarrollada, hubo que esperar hasta la Ley 3/1998 de 11 de diciembre, de
Pesca Fluvial, para que el Principado de Asturias dispusiera de una ley integral sobre la materia, que, no obstante, fue sustituida cuatro años
después por la Ley 6/2002, de 18 de junio, sobre Protección de los ecosistemas acuáticos y de regulación de la pesca en aguas
continentales, que es la que rige en la actualidad.
En el preámbulo de la ley de 1998 ya se reconocían los cambios acontecidos en la pesca fluvial desde los años setenta, pues ya era
considerada una «actividad que aglutina el interés de multitud de asturianos, no ya en el sentido que pudo haber tenido como fuente de
recursos alimentarios, sino en el más concordante con los tiempos actuales que responde a demandas de tipo recreativo, deportivo, de
contacto del hombre con la naturaleza y de ocio».
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Foto: Gervasio Novo Foto: Archivo Amaido Foto: Archivo Amaido Foto: Archivo Amaido
LA PESCA EN EL SIGLO XX – La pesca en la atualidad v
A estas dos leyes hay que sumar, no obstante, las Normas de pesca en aguas continentales que desde 1985, año en que se asumió en la
práctica la competencia en pesca fluvial, el Gobierno del Principado de Asturias ha venido decretando anualmente, recogiendo aspectos
tales como los períodos hábiles de pesca, las vedas específicas, los cupos de capturas, las tallas mínimas, los artes y cebos autorizados y
prohibidos.
En la actualidad, el Principado de Asturias cuenta con sesenta y tres cotos salmoneros y cuarenta y cuatro cotos trucheros distribuidos por
toda su geografía, desde la cuenca del Eo hasta la cuenca del Cares-Deva. En la temporada de pesca de 2006 se crearon, además, en las
zonas libres salmoneras de algunos ríos un total de cuarenta y cuatro nuevos cotos salmoneros parciales, en los que se puede pescar
durante los jueves, viernes y sábados de cada semana, manteniéndose el régimen de pesca libre durante los días restantes (domingos,
lunes, martes y miércoles).
El río Eo, por su parte, dispone en la actualidad de quince cotos salmoneros, de los que once limitan con la vecina comunidad gallega —y,
por tanto, son de competencia compartida— y cuatro atraviesan el territorio asturiano por el concejo de San Tirso d’Abres. Además, el Eo
cuenta con un pequeño tramo libre de pesca. El coto del puente de San Tirso fue declarado en 2001 como coto de pesca sin muerte, por lo
que las capturas que se efectúen en él durante la temporada a partir de un determinado día han de ser devueltas al río con vida. En cada
uno de los cotos sólo está permitida la presencia de tres pescadores diarios, que sólo pueden capturar tantos salmones como titulares
presentes haya en el coto.
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Foto: José M. Prieto Foto: Miguel Aguilar Foto: Archivo Amaido
LA PESCA EN EL SIGLO XX – La pesca en la atualidad w
La producción salmonera y la repoblación
Tras el traspaso de competencias en pesca fluvial al Gobierno del Principado de Asturias y a la Xunta de Galicia, la producción salmonera
del Eo fue disminuyendo alarmantemente, pasándose de mil doscientas veintidós capturas en 1980 a ocho en 1997. Sin embargo, con la
entrada del siglo XXI se percibe una ligera mejoría y un mayor número de capturas. Entre las causas que explican esta recuperación de la
población del río se encuentra, según los propios ribereños, la rotura de la presa de Abres en el año 2000, que desde entonces permite a los
salmones remontar con facilidad el río y desovar sin dificultades en la zona alta. Sin embargo, uno de los mayores peligros que existe para
las poblaciones de salmones y truchas en la actualidad es la falta de control tanto de la población de muiles en el río como de la población
de cormoranes y garzas, aves muy depredadoras con la fauna piscícola.
Desde la autonomía se han realizado diversas sueltas de alevines de salmones en el Eo, unas veces a cargo de la Xunta gallega y en otras
ocasiones a cargo del Gobierno asturiano.
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Foto: Archivo Jerónimo de La Hoz Foto: Miguel Aguilar
LA PESCA EN EL SIGLO XX – La pesca en la atualidad x
El campanu del Eo
Se trata de una arraigada y popular tradición que consiste en el primer salmón sacado de la temporada en cada uno de los ríos asturianos,
de manera que hay un campanu absoluto para todos los ríos del país y uno particular para cada río. Además, la subasta del campanu
constituye la única excepción a la prohibición de la venta de las piezas capturadas en los ríos asturianos.
Se desconoce la procedencia del nombre, aunque existen varias interpretaciones populares. Para unos, el primer salmón que se pesca es el
que más suena, el que da la «campanada» por la gran expectación que suscita. Para otros, el campanu es el primer salmón que sube el río,
el que dirige a los demás y que, por tanto, lleva el campanu. Finalmente, hay quienes asocian el campanu a los campanarios y a las
campanas de iglesias y capillas próximas al río. En cualquier caso, la antigüedad de la tradición del campanu no permite precisar
exactamente cuál fue su sentido y significado inicial, aunque cualquier de las tres explicaciones podrían ser factibles.
En la actualidad, la subasta del campanu añade al prestigio social y profesional del pescador, fuertes compensaciones económicas, además
de un gran despliegue informativo a cargo de los medios de comunicación.
Por otra parte, la idea de dar mayor realce a los salmones de mayor peso capturados llevó al ayuntamiento de San Tirso de Abres a
instaurar en 1998 el galardón del “Salmón de Oro”, que consiste en un broche de oro que se entrega al pescador que haya sacado el
salmón de mayor peso de la temporada.
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Foto: Archivo AmaidoFoto: José M. Prieto
LA PESCA EN EL SIGLO XX – La pesca en la atualidad x
El «Salmón de Oro»
Hasta hace unas pocas décadas no era raro que se pescaran en el Eo salmones de más de diez kilogramos de peso. Ello era así, entre
otras cosas, porque eran más frecuentes los imperiales o salmones de que habían permanecido más tiempo en el mar y habían tenido más
tiempo para desarrollarse. En la actualidad, sin embargo, los salmones son añales de menor tamaño.
Desde que hay estadísticas, el salmón de mayor tamaño pescado en el Eo fue capturado por Antonio Martínez Legazpi. El ejemplar pesó
catorce kilos y setecientos gramos y medía 113 centímetros de largo.
La idea de dar mayor realce a los salmones de mayor peso capturados llevó al ayuntamiento de San Tirso de Abres a instaurar en 1998 el
galardón del «Salmón de Oro», que consiste en un broche de oro que se entrega al pescador que haya sacado el salmón de mayor peso de
la temporada en el Eo.
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Foto: José M. Prieto Foto: José M. Prieto
ARTES DE PESCA u
Los artes de pesca constituyen los instrumentos de
los que se vale el hombre para pescar y son un fiel
reflejo de la cultura ribereña. En la actualidad y desde
1939 sólo está permitida en España la pesca en los
ríos con caña y anzuelo, empleando diferentes cebos
naturales o engaños artificiales. Sin embargo,
históricamente los pescadores y ribereños de Asturias
y, en particular, del Eo han empleado numerosos artes,
aparejos e instrumentos. Muchos de estos artes, una
vez prohibidos e ilegalizados, siguieron siendo
empleados de manera furtiva por los ribereños al
menos hasta los años 70 del siglo XX.
Los artes aplicados a la pesca en el río son los
siguientes: los apostales, las estacadas y las
encañizadas; las redes; las fisgas y los garrampines;
las máquinas salmoneras, de las que no consta su
utilización en Eo; los venenos; y finalmente las cañas o
varas emplean señuelos para capturar el pez por la
boca.
Por otra parte, para la pesca de angulas los ribereños
del Eo usaban el esquileiro compuesto de un aro de
madera o hierro con red metálica muy fina sujeto a un
palo largo, una luz y un cajón.
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Esquileiro (Cándido Sanjurjo, Entre Fonteo y el mar. Apuntes sobre el Eo y su entorno)
ARTES DE PESCA v
Los apostales, las encañizadas y las estacadas
Los apostales, las encañizadas y las estacadas eran
unos artes fijos que alteraban el cauce de los ríos para
facilitar la captura de salmones, truchas, reos o
lampreas. Fueron utilizadas desde la Edad Media hasta
que Carlos IV dictaminó, por los problemas que
ocasionaban en el Nalón, su eliminación para permitir
tanto la navegación como la pesca de los pueblos
ribereños.
Las redes
Los artes más empleados en el Eo por los ribereños,
especialmente entre los pescadores de Abres, para la
pesca de salmones y truchas, hasta su prohibición
definitiva en 1939, eran las redes, y aún después
siguieron siendo ampliamente utilizadas por las
noches.
Las redes eran una tela o un paño de cuerda o hilo de
cáñamo o lino enlazado o anudado de modo ordenado
ayudado por un molde de madera hecho a propósito y
gracias al cual se formaban los cuadros o claros de
malla.
Entre las redes se encontraban las barrederas o de
arrastre, las fijas y los trasmallos, marcando la
diferencia entre ellas el tamaño que presentaban, el
número de mallas con que contaban o la medida del
cuadro o claro de malla. En el Eo una de las más
difundidas entre los pescadores era un trasmallo
conocido con el nombre de borxel a vara, usado para
la pesca de la trucha.
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Estacada (Diccionario Histórico de los Artes de la Pesca
Nacional de Antonio Sañez Reguart)
Red salmonera
(Diccionario Histórico de los Artes de la Pesca
Nacional de Antonio Sañez Reguart)
Borxel a vara (Cándido Sanjurjo, Entre Fonteo y el mar. Apuntes sobre
El Eo y su entorno)
ARTES DE PESCA w Las nasas
En el Eo y los demás ríos asturianos se empleaban
diferentes tipos de nasas o butrones para pescar, que
constituían trampas en las que los peces quedaban
atrapados. Estos artes podían ser elaborados bien con
tiras de madera, bien con redes y se asociaban
frecuentemente a encañizadas o estacadas que
dirigían la pesca hacia ellas. En el Eo los pescadores
de Abres las colocaban furtivamente en la presa para
capturar salmones y truchas, siendo una de las más
generalizadas la limaqueira.
Las fisgas y los grampines
Las fisgas y los grampines constituyen artes de pesca
punzantes que tenían como objetivo enganchar
salmones, truchas y otros peces por fuera para
echarlos a tierra. La fisga es un instrumento concebido
a modo de arpón que consiste en una pieza de hierro
que consta entre tres y siete dientes o púas provistas
de agallas. Se manejaba enmangada en un palo de
madera. El grampín, por su parte, es un instrumento
que consiste en un aparejo de triple anzuelo o tres
anzuelos con sus correspondientes puntas, agallas y
cañas, unidas estas últimas en su parte superior.
Los venenos y otras sustancias afines
A pesar de su repetida prohibición los venenos y otras
sustancias afines fueron empleados frecuentemente en
los ríos asturianos para la pesca de salmones y otros
peces hasta las décadas centrales del siglo xx. Entre
las sustancias tóxicas que se emplearon se
encontraban el beleño, la cal viva, la cicuta, el cloruro,
la coca o el gordolobo o el torvisco, pero también
sustancias explosivas como la dinamita, altamente
destructivos con poblaciones piscícolas y el propio río.
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Limaqueira
(Cándido Sanjurjo, Entre Fonteo y el mar. Apuntes sobre El Eo y su entorno)
Fisga (Diccionario Histórico de los Artes de la Pesca Nacional
de Antonio Sañez Reguart)
ARTES DE PESCA xLa caña de pescar y los señuelos
La caña fue introducida en el Eo por los pescadores
deportivos, difundiéndose poco a poco entre los
ribereños, sobre todo en el concejo de San Tirso.
Con la caña van asociados la línea, el carrete, el plomo
y el anzuelo al que se aplica los diferentes cebos o
engaños para que piquen los peces. La materia prima
con que se elaboraban inicialmente las primitivas cañas
era la cañavera o canaveira, una planta autóctona, que
se encuentra en las orillas de los ríos, lagunas y zonas
pantanosas.
Las cañas elaboradas con cañavera por los ribereños
fueron dando paso lentamente a las cañas modernas
importadas y fabricadas de forma industrial con nuevos
materiales de fibras artificiales como el vidrio o el
carbono, materiales muy elásticos, flexibles, ligeros y
sólidos.
A la caña se le asociaba, al menos desde el siglo XVIII,
el carrete, aunque tardó en popularizase, empleándose
por lo general un simple ovillo. (10) En cuanto a la
línea, se trata del sedal con el que se pesca y en el que
se dispone el aparejo. Los diferentes tipos de sedales
que existían en el siglo XVIII llegaron al siglo XX. En la
década de los 30 aparecieron en el mercado las
primeras fibras sintéticas, pero no fue hasta los años de
posguerra cuando comenzaron a generalizarse en el
Eo. Entre las marcas que hicieron su aparición se
encontraba el nilón, que se hizo tan popular que bajo
su nombre se engloban desde entonces todas las fibras
artificiales.
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Pescando con caña
(Diccionario Histórico de los Artes de la Pesca Nacional
de Antonio Sañez Reguart)
Diferentes tipos de carretes, años 30
(Museo del Pueblo de Asturias
Diferentes tipos de cucharillas, años 30
(Museo del Pueblo de Asturias)
ARTES DE PESCA y
Los cebos son los señuelos que sirven para atraer y
clavar un pez. Para la pesca con caña se emplean
diferentes tipos de engaños que pueden ser naturales o
artificiales. Los más empleados son los siguientes: el
cebo natural; la cucharilla; el devón y el devonín, y la
mosca y la pluma.
En la pesca de río se emplean diferentes cebos
naturales. Para el salmón lo más común es la mioca o
lombriz de tierra y la quisquilla o camarón.
La cucharilla es un cebo artificial empleado para la
pesca de salmones y truchas que se ven atraídos por el
movimiento, las vibraciones y los reflejos que produce
en el agua. El devón es un cebo artificial metálico que
pretende imitar un pez, como variedad podemos
mencionar el devonín, que es un devón pequeño que
se emplea para pescar truchas. La mosca y la pluma
son dos cebos artificiales que imitan insectos o moscas
en sus diferentes estadios evolutivos.
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Moscas de salmón (Museo del Pueblo de Asturias)
Moscas de trucha
(Museo del Pueblo de Asturias)