Pluralismo o colonialidad mdica? Un estudio alrededor del cncer en diferentes sistemas
mdicos colombianos
Monografa de grado
Escuela de Ciencias Humanas
Programa de Antropologa
Presentado por
Jessica Mariela Giraldo Aristizbal
Directora
Claudia M. Corts Garca
Universidad del Rosario
Semestre II del 2014
1
Agradecimientos
Al Abuelo creador, esa luz constante que ilumina el pensamiento y fortalece la voluntad.
A mis dos amores, Efran Jajoy y Matas Jajoy Giraldo, para quienes sueo un mundo en el que
podamos vernos los unos a los otros como hermanos.
A mis padres, Ana Aristizbal y Pastor Giraldo, por su infinita paciencia e incondicional apoyo.
A ellos todo mi amor y gratitud.
A mi hermano, Sergio Giraldo, por existir y alegrar mi vida.
A la profesora Claudia Corts, por su tiempo, dedicacin y gran aporte a este trabajo. Pero
sobre todo por su calor humano, aquel que hizo mucho ms fcil y gratificante este proceso.
A la profesora Carolina Galindo, quien ayud a consolidar las bases de este proyecto.
Al taita Ruber Garreta y a los dems mdicos indgenas y alopticos que muy generosamente
quisieron compartir conmigo parte de su tiempo, su vida y su conocimiento.
A Silvia, porque quien soy yo para negarle la alegra de aparecer en esta pgina.
A mis familiares, amigos y compaeros, con quienes quiero compartir la alegra del deber
cumplido.
Gracias, muchas gracias a todos.
2
Tabla de contenido
Tabla de contenido ................................................................................................................................................... 2
Introduccin. Medicinas indgenas en la ciudad: Hacia la configuracin de un problema de investigacin
..................................................................................................................................................................................... 3
Captulo I. Herramientas terico-metodolgicas para pensar la realidad ...................................................... 11
i. Medicinas indgenas: Un recorrido por las teoras antropolgicas de la salud, la enfermedad y la
curacin. .............................................................................................................................................................. 11
ii. Conocimientos y prcticas mdicas: estructuras coloniales, subjetividades y dinmicas
econmicas .......................................................................................................................................................... 16
iii. Metodologa: Hacia la incorporacin de nuevos puntos de observacin ................................... 27
Captulo II. Cncer: tumor, conflicto, karma. La construccin social del conocimiento mdico .......... 33
i. El Cncer: Proliferacin descontrolada de clulas ................................................................ 34
ii. El cncer: Conflicto no resuelto .......................................................................................... 38
iii. El cncer: Carga del espritu ................................................................................................ 42
Captulo III. Estructuras sociales y prcticas mdicas: hacia un anlisis de las dinmicas (de) coloniales
en el campo oncolgico ...................................................................................................................... 50
i. Por el control del cncer: La institucionalizacin del conocimiento biomdico de la
enfermedad..................................................................................................................................... 51
ii. Prcticas mdicas: un escenario de dilogos y tensiones entre conocimientos mdicos ............ 57
ii. i Los mdicos alopticos y su concepcin de la buena ciencia .............................................. 59
ii.ii Los mdicos indgenas y su apertura al dialogo de saberes. .................................................... 64
ii.iii Los mdicos alternativos y la integracin de los conocimientos mdicos. ............................. 67
Captulo IV. El cncer de la salud: conocimientos mdicos, colonialidad y neoliberalismo ................. 73
i. Del derecho a la salud a la salud como negocio ....................................................................... 73
ii. La objetividad enferma: Ciencia e industria farmacutica ........................................................ 76
iii. Los conocimientos colectivos en la era de la propiedad intelectual .......................................... 80
Conclusiones ...................................................................................................................................... 84
Bibliografa ......................................................................................................................................... 89
3
Introduccin. Medicinas indgenas en la ciudad: Hacia la configuracin de un
problema de investigacin Al hablar de la medicina indgena, no debe suponerse sin ms que ella se encuentra en las aldeas indgenas;
en cierto sentido muy legitimo, la medicina esta all donde los pacientes la buscan (Calavia,2004:171)
La salud y la enfermedad han sido descritas por la antropologa como dos fenmenos
universales. Mucho antes de que existieran los hospitales y las facultades de medicina, las
sociedades humanas ya haban desarrollado un conocimiento acerca de qu era una
enfermedad y cules eran los mecanismos ms apropiados para tratarla; igualmente existan al
interior de cada grupo social un conjunto de especialistas encargados de hacer frente a los
problemas de salud de las personas. Este era el caso de los taitas, payes, yachas, mohanes
que habitaban el territorio americano desde antes de la conquista espaola. Estos exticos
personajes, entre plumas y colmillos de animales, entre plantas medicinales y cantos, se
encargaban de atender los problemas de salud de sus comunidades cuando en estas tierras an
no se conoca el acetaminofn ni se haban construido los hospitales modernos.
Con la llegada de los espaoles a territorios americanos los chamanes y sus prcticas
medicinales fueron fuertemente reprimidas1; bajo la premisa de que estos personajes tenan
pactos con el diablo, las instituciones espaolas buscaron suprimir la figura del chamn y
posicionar en estas tierras una nueva autoridad en salud: el mdico occidental2. Pese a que el
ideal de los colonizadores era imponer sus ideas, prcticas e instituciones de salud en tierras
americanas, desacreditando y deslegitimando el uso de las medicinas indgenas, la realidad los
llev en muchas ocasiones a valerse de los recursos medicinales nativos para dar solucin a los
nuevos problemas de salud que aparecieron ante ellos. As, por ejemplo, hay estudios que
muestran como muchos espaoles recurran a los conocimientos mdicos indgenas cuando
sufran la picadura de serpientes (Alzate, 2003).
1 Una descripcin detallada sobre los castigos a los cuales fueron sometidos los nativos que conservaban sus
prcticas mdicas puede ser encontrado en Quevedo, Emilio (2007). Historia de la medicina en Colombia: prcticas
mdicas en conflicto (1492-1782). 2 Utilizo aqu el trmino occidental para denotar que es una figura trada desde Europa. Aqu todava no tiene
cabida la denominacin de mdico aloptico (o moderno), pues para la poca an no se contaba con la imagen de
un mdico con estudios universitarios. La medicina era ejercida por barberos, sangradores, herbolarios quienes
slo posean un conocimiento emprico de la enfermedad (Freidson, 1978)
4
De esta manera, aunque la empresa de la conquista y colonizacin tuvo la finalidad de
erradicar tales costumbres demoniacas (Uribe, 2002: 6), los rituales teraputicos indgenas
lograron mantenerse de manera clandestina a travs del tiempo. Es as como las medicinas
indgenas no slo siguen vigentes dentro del panorama de salud del pas sino que tambin han
experimentado un proceso de revitalizacin en los ltimos aos, reflejado en la adopcin de
teraputicas indgenas en contextos urbanos por parte de personas que cuentan con altos
niveles de formacin acadmica y por la insercin de estas prcticas indgenas en el campo de
las cada vez ms respetadas medicinas alternativas (Caicedo, 2009; Uribe, 2002). De esta
forma, medicina aloptica3 y medicina indgena constituyen dos tipos de conocimientos en
salud que han convivido y siguen conviviendo dentro de nuestras sociedades.
Hay varios contextos en donde se puede presentar la convivencia entre estos dos tipos
de medicinas. El primero es el escenario de las comunidades indgenas donde hacen presencia
pequeos puestos de salud y mdicos rurales encargados de ayudar a los nativos a resolver
sus necesidades salubres. Esta realidad se nos presenta casi como un deber ser, ya que lo
normal y lo debido es que la biomedicina, a travs de su alianza con el Estado y las
instituciones de salud, llegue con sus conceptos, mtodos e instituciones a mejorar la salud de
las personas en todos los rincones de la tierra (Martnez, 2008).
Otro es el caso que se presenta en el segundo escenario, correspondiente a los
contextos urbanos (las grandes y pequeas ciudades del pas). En los ltimos aos hemos sido
testigos de cmo ms y ms mdicos indgenas llegan a la ciudad a ofrecer sus distintas terapias
mdicas: as, se hacen frecuentes en la ciudad las tomas de yag, los temazcales, los
mambeaderos Si bien parece una simple inversin de la relacin anterior, no se nos presenta
tan lgica como la llegada de la biomedicina a una comunidad indgena. Aqu se nos habla de
neochamanismo, neochamanes, rituales teraputicos, nuevas religiosidades, subjetividades y
toda una serie de conceptos que finalmente nos llevan a observar este fenmeno a partir de la
nocin de creencia que, tal como se utiliza en antropologa, connota ciertamente error o
3 La medicina aloptica agrupa un conjunto de profesionales (mdicos) con una alta especializacin universitaria y
una serie de recursos materiales y de infraestructura (medicinas, aparatos tecnolgicos, instituciones hospitalarias)
(Ucha y Vidal, 1994). En este trabajo los trminos biomedicina, medicina aloptica, occidental, profesional,
cientfica, moderna son utilizados como sinnimos.
5
falsedad, aunque rara vez se afirma explcitamente (Good, 2003: 48). Y es que generalmente
se piensa que la ciencia de occidente es universal, omniabarcadora de la realidad sin importar
los accesorios culturales; mientras que el conocimiento indgena es visto como una creencia,
vlida slo en la medida en que se aplique entre indgenas y en territorios indgenas4.
La llegada de la medicina indgena a la ciudad transgrede este ideal colonial5, al colocar,
no slo a pacientes, sino a mdicos alopticos bajo el conocimiento mdico de los indgenas. Y
es que hoy en da encontramos no pocos mdicos alopticos que han establecido un dilogo
con mdicos indgenas en el cual, el fin ltimo, es buscar estrategias efectivas que permitan
aliviar los problemas de salud de las personas. Este tipo de relacin entre mdicos indgenas y
mdicos alopticos representa una rica fuente de anlisis antropolgico, en tanto que uno de
los ms dignos representantes de la ciencia moderna reconoce que ese otro, que por
mucho tiempo se pens que guiaba su cosmovisin de la vida, de la salud y de la enfermedad
por un conjunto de creencias errneas, alberga un conocimiento vlido en el campo de la
salud.
Ahora bien, es de aclarar que aunque en algunos casos las medicinas indgenas han
contado con una buena recepcin por parte de ciertos mdicos alopticos, no son pocas las
barreras que debe sortear este tipo de saber una vez sale de su contexto tradicional6. Y es que
mientras en sus lugares de origen la medicina indgena cuenta con legitimidad y
reconocimiento social, una vez se traslada a las ciudades debe sortear una nueva realidad: la
institucionalizacin del conocimiento biomdico como parmetro mediante el cual se define
qu es una enfermedad, cmo debe ser tratada y quines estn capacitados y autorizados para
ello.
4 De esta manera, se perpeta un modelo de cultura propio de la antropologa del siglo pasado conocido como
isomorfismo cultural. Desde esta perspectiva, se considera que cada poblacin tiene una cultura y habita en
un lugar (Restrepo & Rojas, 2010). En este sentido, se desconocen, por un lado, las discontinuidades y
diferenciaciones que se presentan al interior del grupo y, por otro lado, las interacciones que siempre han existido
entre los diferentes grupos humanos. 5 Tomado como base esta definicin de isomorfismo cultural, en el presente trabajo llamo ideal colonial al
presupuesto segn el cual los conocimientos indgenas slo son vlidos en la medida en que se aplican al interior
de una cultura determinada y en unos lugares especficos. 6 A propsito de la asociacin entre cultura y territorio, Uribe (2002) afirma: El chamanismo, pues, hoy est
en todas partes y no est. No tiene sitio, un territorio fijo. En realidad, nunca lo tuvo. Aunque en nuestras
fantasas e imaginarios todava lo pensamos como situado en alguna extica maloka indgena de la selva
amaznica
6
El propsito de este trabajo es analizar el tipo de relaciones que se establecen entre la
medicina aloptica y la medicina indgena7 en el escenario urbano de Bogot. Para ello, toma
distancia de los estudios ya realizados sobre este tema en el campo de la antropologa a partir
de dos aspectos: en primer lugar, busca acercarse a esta relacin a partir de las trayectorias
profesionales de un conjunto de mdicos (tanto indgenas8 como alopticos); en segundo lugar,
se aproxima a estas relaciones a partir de una enfermedad particular: el cncer. Esto con el
objetivo de resaltar que la medicina indgena practicada en contextos urbanos no slo debe
hacer frente a un nuevo escenario geogrfico y social, sino que debe enfrentarse a
presupuestos, definiciones y enfermedades establecidas desde la biomedicina, cuyo dominio y
hegemona es ms fuerte en las ciudades.
Para cumplir con este objetivo se plantea la siguiente pregunta general: Cules son las
relaciones que se establecen entre los conocimientos mdicos (alopticos e indgenas) a la hora
de abordar una enfermedad como el cncer? Para dar respuesta a esta pregunta, a su vez, es
importante hacernos un conjunto de preguntas ms especficas: Cules son las nociones de
salud/enfermedad/atencin que se desarrollan dentro de estas prcticas mdicas? En el caso
particular del cncer, Cmo es definida esta enfermedad?; Qu tipo de relaciones se
establecen entre estos dos tipos de medicina y la institucionalidad de la salud?, Cmo se
articulan estos dos tipos de conocimientos en las trayectorias profesionales de un conjunto de
mdicos indgenas y un grupo de mdicos alopticos?
Las respuestas a cada una de estas preguntas configurarn la estructura de la presente
monografa. En el primer captulo expondremos la metodologa utilizada y los debates tericos
retomados a la hora de analizar las interacciones que se presentan entre estos dos tipos de
conocimientos mdicos. En el captulo siguiente reconstruiremos la manera como tanto la
medicina aloptica como la medicina indgena conciben una enfermedad como el cncer
(definicin, diagnstico, tratamiento). El captulo tercero, por su parte, tiene como objetivo
7 Segn el Censo de poblacin 2005, en Bogot residen cerca de 87 pueblos indgenas, cada uno de los cuales
posee unos conceptos y prcticas de salud particulares. En el marco de este trabajo slo ser tomada como
referente la medicina indgena del yag, compartida por las comunidades indgenas del Putumayo colombiano. En
adelante, el trmino medicina indgena se usar para referenciar nicamente a la medicina basada en el consumo
ritual del yag. 8 En este mismo sentido, aqu el trmino mdico indgena se limita a quienes usan el yag y el conocimiento de
diferentes plantas medicinales para la curacin del enfermo.
7
analizar las relaciones que se tejen entre la biomedicina y la medicina indgena en dos espacios
diferentes: en el mbito institucional (marco legal, instituciones de salud especializadas,
academia) y en las prcticas mdicas de tres grupos de mdicos9. El cuarto y ltimo captulo no
surge a partir de una pregunta de investigacin planteada de antemano sino que es resultado de
los hallazgos de campo. Este hace referencia a las dinmicas econmicas que atraviesan las
relaciones entre conocimientos mdicos.
Ahora bien, antes de proceder con el desarrollo de este trabajo, me parece importante
ofrecer una justificacin a algunas elecciones que fueron frecuentemente cuestionadas en el
trascurso de la elaboracin y presentacin del proyecto que origin el presente escrito. En
primer lugar est la pregunta del por qu se decide trabajar bajo la nocin de medicina indgena
y no de chamanismo, como lo indica la tendencia acadmica actual segn me deca una
profesora. Pues bien, chamn, mdico tradicional, taita, curaca, todas estas denominaciones
han sido utilizadas para hacer referencia a una misma persona; en el campo de la antropologa
no se escoge uno de estos trminos al azar, pues la palabra escogida pondr en evidencia la
apuesta terica a la cual apunta el investigador. Desde los inicios de la antropologa hasta la
poca actual, muchas han sido las pginas dedicadas al chamn, a ese extico personaje que
con su parafernalia ritual representa el smbolo radical de la otredad cultural. Han sido muchas,
tambin, las pginas que se han escrito sobre el mdico indgena, las plantas medicinales de las
comunidades indgenas del Putumayo y toda la tradicin mdica de las comunidades indgenas
del pas. Cada una de estas perspectivas tericas constituyen una manera diferente de acercarse
a una misma realidad, ninguna ms verdadera, ninguna ms errada.
La perspectiva que se adopta en este trabajo fue construyndose poco a poco tras las
inquietudes personales que fueron surgiendo al encontrarme con ese misterioso mundo del
chamanismo. En el ao 2010 yo me encontraba en mi quinto semestre de antropologa. En el
marco de una asignatura denominada antropologa de las religiones decidimos realizar, con un
grupo de 3 compaeros ms, una investigacin sobre el chamanismo urbano o
neochamanismo, como lo denominamos en aquel entonces. La tarea: investigar, leer y realizar
9 Estos tres grupos estn conformados de la siguiente manera: un conjunto de mdicos alopticos (MA), un grupo
de mdicos indgenas (MI) y un conjunto de mdicos que teniendo una formacin aloptica han integrado a sus
prcticas teraputicas conocimientos de las medicinas alternativas e indgenas (MAI).
8
un pequeo trabajo de campo. Una de mis compaeras organiz el encuentro, la cita era a eso
de la media noche en una vivienda del suroccidente de Bogot: bamos a una de las muchas
tomas de yag que se efectan en la ciudad a realizar ese pequeo trabajo de campo.
Lo que me encontr en ese lugar derrumb muchos de los estereotipos con los cuales
me haba acercado al tema. An recuerdo cuando en una de las clases mis compaeros
plantearon la idea de realizar el trabajo sobre este tema. De inmediato me imagin en medio de
la noche, en la mitad de un bello pastizal en Cha, la luna llena, un grupo de jvenes barbados,
con rasta, las mujeres con faldas hind y los hombres con sudaderas de rayas, compartiendo en
una pequea totumita eso que me imaginaba seria el yag. La realidad era otra. Me encontraba
en una enorme casa, arbolitos por ningn lado, la luna ni se alcanzaba a ver. Esos hippies
que acompaaban mi fantasa nunca llegaron. En su lugar estaba una anciana que desde haca
ms de 3 aos controlaba sus problemas de diabetes con las planticas que le recetaba el taita,
el joven padre de familia que deba ser cargado desde el taxi hasta el interior de la casa y
esperaba que el mdico indgena le recetara algn remedio para su problema de artritis
reumatoide y as, haban unas 20 personas ms, seguramente ms de una con el inters de
experimentar el tan famoso vuelo chamnico, no lo s, a m lo que ms me llam la atencin
fue el descubrimiento que revelaba ante m una realidad no imaginada: la toma de yag como
un escenario mdico.
As, pese a que actualmente pueden ser encontrados muchos trabajos sobre
neochamanismo, nuevas religiosidades, nueva era, donde es comn hallar anlisis de las
ceremonias de sanacin indgenas como ritos religiosos, este trabajo se enfoca en el estudio del
sistema mdico indgena en su conjunto y, por tanto, adopta la premisa segn la cual la
sabidura indgena es, ante todo, una ciencia mdica (UMIYAC, 2000: 12)10 compuesta por un
conjunto de conocimientos y procesos teraputicos encaminados a dar solucin a los
problemas de salud de las personas. En este sentido, los taitas, chamanes, curacas, son
tomados dentro de este trabajo como mdicos indgenas y su visin acerca de lo que es la
enfermedad es puesta en el mismo nivel que la desarrollada por mdicos profesionales
10
Es importante resaltar que son los propios yachas, agrupados en la UMIYAC (Unin de Mdicos Indgenas
Yageceros de la Amazonia Colombiana), quienes sostienen que la denominacin con la que ms se sienten
identificados es con la de mdicos indgenas yageceros.
9
(tomando como referencia el principio de simetra formulado por Bloor, 1998). Se busca
resaltar, adems, como pese a que ambos tipos de mdicos poseen una formacin, una
trayectoria y unos conocimientos en salud, hay unos contextos sociales, culturales e histricos
que han posicionado un saber por encima del otro.
Ahora, por qu estudiar esto en el caso del cncer? No pocas veces he tenido que
responder a la pregunta de por qu escoger el cncer como la enfermedad que posibilita
establecer los puntos de encuentro y desencuentro entre la medicina aloptica y la medicina
indgena. El cncer es una enfermedad occidental es el argumento al que siempre me he
enfrentado. Sin embargo, el cncer me pareci, por varias razones, una enfermedad
paradigmtica para establecer las interacciones entre estos dos tipos de medicinas.
Autores como Menndez (1994) sostienen que los saberes llamados tradicionales
siempre estn en un proceso constante de transformacin, en la medida en que se encuentran
inmersos en un contexto social y cultural igualmente cambiante. En esta medida, y como
primer argumento, no podemos pretender que los saberes indgenas se hayan mantenido
aislados e incontaminados de las nosologas occidentales de la enfermedad, en cuanto estas
hacen parte de un contexto social muy cercano a ellos. Es as como, y segn el testimonio de
uno de estos mdicos indgenas, ellos tambin consultan, experimentan, investigan (mediante
sus propios medios) con el fin de dar solucin a las nuevas enfermedades con las cuales van
entrando en contacto. De esta manera, hoy en da podemos observar como muchos de estos
mdicos atienden a personas con cncer, conocen medicinas para el cncer y realizan diversos
tratamientos a personas que padecen la enfermedad. Ahora bien, uno de los puntos de este
trabajo ser analizar Qu es lo que dentro de esta tradicin medica se entiende por cncer?,
Cul es la resignificacin que estos mdicos hacen del concepto biomdico bajo el cual
generalmente se entiende esta enfermedad?...
El cncer es una enfermedad paradigmtica que refleja muchos de los postulados bajo los
cuales funciona la biomedicina moderna: la imagen del tumor, una prueba irrefutable de una
medicina basada en la evidencia; la alta especializacin con la que debe contar un doctor para
tratar esta enfermedad, la muestra de cmo la biomedicina atomiza cada vez ms al ser
humano; las tecnologas de punta utilizadas para los tratamientos, la evidencia de la
deshumanizacin de esta ciencia mdica. De esta forma, analizar las relaciones que se
10
establecen entre la medicina indgena y la medicina aloptica con respecto al cncer, permite
develar muchas de las confluencias y rupturas que se establecen entre los presupuestos bsicos
de estos sistemas mdicos. Por otro lado, la connotacin social que tiene el cncer enfrenta a
quien padece esta enfermedad con la muerte (Sontag, 2003). Las imgenes que nos muestran el
desgaste fsico de las personas sometidas a un tratamiento de quimioterapia, las noticias e
informes de la alta mortalidad por cncer de personas que cuentan, incluso, con tecnologas,
medicinas y especialistas altamente calificados hacen que ante el diagnstico de esta
enfermedad muchas personas busquen alternativas teraputicas en culturas mdicas diferentes
a la biomedicina11. Una de estas alternativas, en muchos casos la ltima12, es la medicina
indgena. En este sentido, el cncer es una de las enfermedades que permite analizar con
mayores matices las relaciones que se tejen entre la biomedicina y la medicina indgena.
Por ltimo, tericos de la decolonialidad han denunciado el ego de la ciencia occidental
al creer tener la ltima palabra sobre cada uno de los fenmenos que conforman el universo
humano (Lander, 2000; Castro-Gmez, 2007; Walsh, 2007). Es as como antroplogos,
mdicos, psiclogos, toxiclogos poseen estudios y grandes disertaciones sobre lo que ellos
consideran son las medicinas indgenas. Igualmente, desde la antropologa y los estudios
sociales de la ciencia se han hecho diversos trabajos que enfrentan la visin de mdicos
alopticos y mdicos tradicionales frente a los denominados sndromes culturales. Ahora, me
parece un buen ejercicio conocer, desde el otro lado de la orilla, las percepciones que tienen
algunos sabedores de las culturas indgenas sobre realidades mdicas alrededor de las cuales la
ciencia moderna ha establecido un monopolio de verdad.
11
Segn Broom & Tovey (2007b), los pacientes de cncer, especialmente los que se encuentran en etapa
terminal, son los usuarios ms prolferos de las medicinas complementarias y alternativas. 12
As lo afirman dos de los mdicos indgenas consultados durante la elaboracin de esta investigacin.
11
Captulo I. Herramientas terico-metodolgicas para pensar la realidad
i. Medicinas indgenas: Un recorrido por las teoras antropolgicas de la salud, la
enfermedad y la curacin.
Desde los inicios de la disciplina antropolgica encontramos referencias a las formas
como diferentes culturas conciben la salud y la enfermedad, as como a las herramientas
utilizadas para dar solucin a los problemas de salud experimentados. En los primeros estudios
etnogrficos (siglos XIX y XX), la medicina indgena era percibida como un sistema mstico o
irracional derivado de la propensin de la mentalidad primitiva a la magia, la imprecisin y
tambin al error (Martnez Hernez, 2008: 12). Este es el caso de los trabajos de Tylor (1871)
y Frazer (1890), en los que no se habla propiamente de medicinas indgenas, sino de los
trucos mgicos que realizan las comunidades indgenas para atender sus problemas de salud.
Por esta misma va, unos aos ms tarde nos encontramos con los trabajos de Rivers (1924) y
Clements (1932), en los cuales, una vez ms, se reafirma la distincin entre la ciencia y el
pensamiento mtico, entre la explicacin naturalista de la enfermedad y aquellas falsas creencias
que afectan las concepciones etiolgicas y teraputicas de las enfermedades (Martnez
Hernez, 2008: 20).
Estas primeras etnografas no hacen parte, propiamente, del campo de la antropologa
mdica, la cual surge en los aos 60s en Norteamrica de la mano de autores tales como
Benjamin Paul, George Foster, Charles Erasmus y Hazel Weidman (Good, 2003). Estos
antroplogos trabajaban de la mano de diferentes instituciones gubernamentales y no
gubernamentales con el objetivo de mejorar los problemas de salud pblica de los pases del
tercer mundo. Desde esta perspectiva, la antropologa era una herramienta que permita
conocer y cambiar las prcticas de salud tradicionales para, de esta manera, orientar a las
personas hacia la medicina moderna. Aqu, nuevamente, puede ser identificada la separacin
entre, por un lado, las medicinas tradicionales, producto de creencias errneas y responsable de
los altos grados de mortalidad en los pases subdesarrollados y la medicina aloptica, smbolo
de modernidad y progreso (Martnez Hernez, 2008).
La dcada de los 80s marca un giro en la forma como son concebidos los sistemas
mdicos tradicionales, tanto a nivel institucional como en el campo de estudio de la
antropologa. A nivel institucional el giro se produce debido a que en 1978 la Organizacin
12
Mundial de la Salud (OMS) invita a los gobiernos de los distintos pases del mundo a
desarrollar e incentivar el uso de la medicina tradicional entre su poblacin menos favorecida.
Desde este punto de vista, la medicina tradicional ya no es vista como resultado del atraso y
poca educacin de los pueblos, sino como una alternativa que, de la mano de la medicina
institucionalizada, puede realizar contribuciones significativas en el mantenimiento de la salud
de la poblacin ms pobre (OMS, 2002)
En el campo antropolgico, por su parte, se produce una transformacin en la forma
como es entendida la ciencia, la cual pasa de ser el referente con respecto al cual se clasifica, se
analiza, se conceptualiza a ser un objeto mismo de reflexin antropolgica. En este sentido
surgen los trabajos de algunos antroplogos mdicos en los cuales se ubican sobre una misma
balanza tanto a los sistemas mdicos tradicionales como al sistema biomdico occidental.
Trabajos como los desarrollados por Good (1994), Kleinman (1980), Hahn (1995), Mishler
(1981), Young (1980), y Menndez (1981), plantean que la biomedicina no puede ser una
referencia terica y conceptual para la antropologa mdica sino, en todo caso, uno de sus
mltiples objetos de indagacin (Martnez Hernez, 2008: 42).
De esta manera, se ampla la perspectiva de la antropologa clsica con referencia a las
medicinas indgena, para dar paso a nuevas reflexiones que toman estos dos sistemas mdicos
como unas construcciones sociales y culturales, ambos racionales, ambos mticos. Surgen as,
numerosos trabajos en los que se busca explorar la forma como se interceptan las medicinas
locales y la biomedicina en diversos lugares del mundo. Trabajos como los de Leslie (1977),
Janzen (1982), Ohnuki-Tierney (1984), Baer (1987), Crandon-Malamud (1991), Sharma (1992)
y Fernndez Jurez (2004) son una pequea muestra de esto (Johannessen, 2006).
Ahora bien, es importante resaltar la influencia que tuvieron otros campos
disciplinarios en la adopcin de una nueva concepcin de la ciencia (y por tanto de la
biomedicina) por parte de la antropologa mdica contempornea. Es desde los estudios
sociales de la ciencia, una disciplina que surge en los aos 70s en los crculos acadmicos de
Inglaterra y Estados Unidos, que se empieza a reflexionar sobre la dimensin social del
conocimiento cientfico (Quevedo, 1993a). Trabajos como los de David Bloor y Barry Barnes
(1997) plantean que todo conocimiento esta determinado socialmente y que, en este sentido,
13
tanto la ciencia como otros tipos de conocimientos deben ser estudiados bajo el principio de
simetra (Nieto, 1995).
Para el contexto colombiano tenemos una gran variedad de estudios en el campo de la
antropologa mdica, teniendo como pioneros los trabajos desarrollados por Gerardo Reichel
Dolmatoff y Virginia Gutirrez de Pineda (Herrera y Lobo-Guerrero, 1982). En sus trabajos,
Reichel Dolmatoff se interes por investigar la forma como algunas comunidades indgenas
(Kogi, Tukano y Desana) entendan y clasificaban las enfermedades, los mtodos curativos
utilizados y el papel del chamn en el mantenimiento de la salud. Gutirrez de Pineda (1985),
por su parte, realiz un reconocido estudio en el cual se indag por la forma de pensar y de
categorizar las enfermedades de las poblaciones colombianas (Herrera, 1988: 40), donde se
inclua las nociones de salud desarrolladas por las comunidades campesinas.
Tanto Reichel Dolmatoff como Gutirrez de Pineda consideraban que las medicinas
indgenas iran cediendo terreno a la biomedicina una vez la poblacin fuera educada. La
investigacin antropolgica, en este sentido, no solo tena como objetivo conocer los diversos
tipos de medicina practicados por la poblacin colombiana, sino otorgarle a la biomedicina las
herramientas suficientes para educar a las personas en buenas prcticas de salud. A los
trabajos de Reichel Dolmatoff le sucedieron un conjunto de investigaciones orientadas a
describir y comprender los sistemas mdicos desarrollados por las diferentes comunidades
indgenas de Colombia. Es as como encontramos los estudios de Bernal Villa (1954) y Villa
Posee (1979) entre los Paeces; Seijs (1969) entre los nativos del Valle del Sibundoy. Lucena
Salmoral (1970) realiza su investigacin con los Guahibos; Langdon (1974) con los Siona y
Von Hildebrand (1981) con los Tanimuka (Herrera y Lobo-Guerrero, 1982).
La figura del chamn cobr gran importancia entre los investigadores que se dedicaban
al estudio de los sistemas mdicos tradicionales. As, gran parte de la literatura de esta poca se
encuentra orientada a la comprensin del papel de los chamanes dentro de las culturas
indgenas, sus mtodos curativos y el camino de su aprendizaje. En esta direccin encontramos
los trabajos de Nachtigall con los Paeces (1953), Torres de Arauz con los Chocoes (1962),
Deluz con los Emberas (1975), Reichel-Dolmatoff (1978) y Friedeman con los Cunas y
Noanamaes (1981) (Herrera y Lobo-Guerrero, 1982).
14
Las trasformaciones institucionales y acadmicas que tuvieron lugar en los aos 80s en
el contexto internacional tambin tuvieron su impacto en la academia colombiana. A partir de
esta poca se desarrollan diversas investigaciones antropolgicas cuyo objetivo central es
analizar las relaciones que se establecen entre las medicinas indgenas y la medicina aloptica.
Estos estudios pueden ser divididos en dos grupos: aquellos que se dedican a explorar dicha
relacin en comunidades indgenas y los que lo realizan en contextos urbanos.
Trabajos como los de Horacio Calle en el Amazonas (1986), Xochitl Herrera en los
Llanos (1991), Jaramillo de Greiff en Vichada (1996), Hugo Portela en el Cauca y Guhl
Samundio en el Amazonas (2005) dan cuenta de las relaciones, ya sean de conflicto o de
complementariedad, que se presentan entre la medicina indgena y la medicina occidental una
vez esta ltima llega con sus instituciones (hospitales, centros de salud) y agentes (mdicos) a
las poblaciones indgenas. En la segunda lnea encontramos los trabajos de Ramrez y Pinzn
(1986), Ramrez y Urrea (1989), Urrea (1989), Pinzn, Suarez y Garay (2003) y Alhena Caicedo
(2009), en los cuales se realiza un estudio sobre las relaciones que se tejen entre la medicina
aloptica y el curanderismo en contextos urbanos13. Para estos autores, si bien las ciudades se
encuentran sometidas al dominio institucional de la biomedicina, en los itinerarios teraputicos
de las personas que habitan en la urbe (Bogot, Cali), an hay cabida para nociones de
salud/enfermedad, as como para procedimientos teraputicos procedentes de las medicinas
indgenas.
Ya sea en el mbito indgena o urbano, ambos tipos de investigaciones establecen una
relacin entre la medicina aloptica y la medicina indgena a partir de la perspectiva del
paciente. Sin embargo, pocos estudios versan sobre los conflictos o dilogos que se entablan
entre mdicos alopticos y mdicos indgenas. Al respecto, se encontraron los trabajos de
Roberto Surez (2001), quien dentro de su investigacin realiza un anlisis comparativo entre
los procesos de formacin de los mdicos profesionales y los curanderos urbanos en la ciudad
de Cali; y la tesis de maestra de Leonardo Parra (2005), un anlisis de las transformaciones que
se producen en las nociones de salud y enfermedad, as como en los procedimientos
teraputicos, de un grupo de mdicos alopticos que establecen un dilogo intercultural con
una asociacin de mdicos indgenas yageceros.
13
Es de aclarar que estos autores trabajan ms bajo el concepto de chamanismos y de neochamanismos que de medicinas indgenas.
15
En este punto resulta pertinente aclarar que trabajos como los de Surez (2001) y Parra
(2005) constituyen un precedente importante para el presente trabajo. Esto en cuanto permite
que esta investigacin se consolide sobre la base de que tanto los mdicos alopticos como los
mdicos indgenas tienen unos niveles de formacin mdica (cada una con sus respectivas
particularidades), la cual les posibilita desarrollar un conocimiento alrededor de la enfermedad
que, aunque diferente, es igualmente vlido y legitimo en la medida en que se inserta en un
contexto social determinado. Ahora bien, aunque los trabajos mencionados no son ajenos a las
asimtricas relaciones de poder que se establecen entre el modelo mdico aloptico y el
indgena, este tema no es objeto central de discusin en los mismos, como s lo es en el estudio
que se presenta en las siguientes pginas.
Por ltimo, es importante resaltar que hay otro tipo de investigaciones que han
emergido con fuerza en los ltimos aos y que estn relacionadas con el creciente auge de las
medicinas alternativas y complementarias (MAC) alrededor del mundo. La proliferacin de
estudios sobre este tema es tal que Adler acu el trmino antropologa de las MAC para
referirse a un nuevo campo de los estudios sociales en salud (Adler, 2002). Investigadores de
diversas reas (mdicos, antroplogos, socilogos) se han encargado de desarrollar trabajos de
investigacin alrededor del mundo acerca de, entre otras cosas, el uso de las MAC por parte de
la poblacin enferma -Eisenberg, 1998; Harris y Rees, 2000; Wooten y Sparber, 2001
(Goldstein, 2004); las transformaciones ocurridas al interior de los sistemas de salud que han
incluido a las MAC dentro de sus opciones teraputicas Johannessen, 2006; Baer, 2002;
Micozzi, 2003; Pinto, 2012 y las interacciones (confluencias y tensiones) que se establecen
entre mdicos alopticos y mdicos alternativos Bernal, 2011; Fadlon, 2003; Sierra, 2010.
Otro de los temas frecuentemente tratados est relacionado con las transformaciones
en los conceptos de salud y enfermedad, as como en los diagnsticos y tratamientos, que se
presentan al transitar de una medicina a otra. Diferentes enfermedades crnicas han sido
objeto de este tipo de investigaciones, entre ellas el cncer. Trabajos como los de Adler y
Fosket, 1991; Lee, Lin, Wrensch, Adler y Eisenberg, 2000; Muller y Steyn, 1999; Broom y
Tovey, 2007; Snchez y Venegas, 2008 dan cuenta del creciente uso de las MAC por parte de
pacientes diagnosticados con cncer, de las distintas percepciones de la enfermedad
16
desarrolladas por estos tipos de medicinas y de la opinin que tienen algunos onclogos frente
a la utilizacin de las MAC por parte de sus pacientes.
Es importante aclarar, sin embargo, que en los estudios sobre las MAC pocas veces se
incluyen los conocimientos mdicos indgenas o nativos. Esto en razn de que lo que hoy es
aceptado y reconocido como MAC est conformado por un conjunto especfico de medicinas
(tradicional china, ayurveda, naturoptica y homeoptica) que slo pueden ser practicadas por
profesionales que, una vez obtenido su ttulo de mdico (aloptico) en una universidad
reconocida, deciden hacer estudios de profundizacin en este tipo de alternativas mdicas
(Pinto, 2012). De esta manera, dentro de este prolfero e interesante campo de investigacin, se
hacen necesarios estudios que aborden los procesos de salud y enfermedad, al igual que las
interacciones desarrolladas entre diversas cabezas mdicas, tomando como uno de los puntos
de referencia el conocimiento oncolgico del chaman, un otro generalmente excluido de
este tipo de discusiones.
ii. Conocimientos y prcticas mdicas: estructuras coloniales, subjetividades y dinmicas econmicas
Los procesos de salud/enfermedad constituyen fenmenos universales que adquieren
diversos significados en la medida en que se incrustan en contextos histricos, sociales y
culturales diferentes. Vista como una realidad biolgica o natural desde la biomedicina, el
principal aporte que realiza la antropologa al campo de la salud es presentar la enfermedad
como un fenmeno construido social y culturalmente (Kleinman, 1980). A travs de
numerosas investigaciones realizadas en diferentes poblaciones se ha podido demostrar que
las percepciones de buena o mala salud, junto con las amenazas correspondientes, varan
segn la poca y el contexto cultural en el que se presenten (Flores-Guerrero, 2004:1). As, por
ejemplo, hasta 1973 la homosexualidad estaba incluida en los manuales de psiquiatra como un
trastorno mental; hoy en da, por su parte, la sociedad occidental dej de considerar este
fenmeno como una enfermedad. Por otro lado, se conoce de la existencia de numerosos
sndromes culturales, es decir, de enfermedades que slo son entendidas, interpretadas y
tratadas dentro de una realidad cultural especfica.
Lo que se entiende por salud y enfermedad est anclado a nociones ms amplias que
dan sentido a la manera como se encuentra organizada cada cultura. De esta manera, pensar
17
cmo un grupo social entiende la salud, la enfermedad y las prcticas en torno a stas, nos
conduce a indagarnos sobre cmo las personas se entienden a s mismas; la salud y la
enfermedad son parte del sistema conceptual socialmente construido y compartido- por
medio del cual los individuos se interpretan en diferentes momentos de su vida (Snchez
Parra, 2006:10). En este sentido, desde la antropologa se resalta que la salud y la enfermedad
no son conceptos nicos, ni estticos y que su significacin vara de acuerdo al contexto en el
cual se enmarcan.
Pero no slo las nociones de salud y enfermedad estn marcadas culturalmente. De la
misma forma como cada cultura tiene sus propias enfermedades, cada cultura tiene sus
propios recursos para remediar la enfermedad (De la Pienda & Pachn, 1999:156). Es decir,
de acuerdo con las nociones de salud desarrolladas por cada sociedad se implementan una serie
de medidas y procedimientos teraputicos destinados tanto a la prevencin como al
diagnstico y tratamiento de la enfermedad. De la misma manera, cada sociedad cuenta con un
conjunto de especialistas (que van desde el mdico profesional hasta el yerbatero, la partera, el
sobandero o el chamn) dedicados a hacer frente a los problemas de salud experimentados por
su comunidad (Helman, 2007).
Los conocimientos alrededor de la enfermedad, al igual que las prcticas desarrolladas
para su diagnstico y tratamiento por un conjunto de especialistas determinados constituyen lo
que dentro del campo antropolgico ha sido denominado sistemas mdicos (Kleinman, 1980),
modelos mdicos (Menndez, 1984), culturas mdicas (Surez, 2001), sectores de la salud
(Helman, 2007) o tradiciones mdicas. En el presente trabajo se toman estos trminos como
sinnimos, teniendo en cuenta una premisa fundamental planteada por Quevedo (1993b)
segn la cual todas las medicinas de todas la pocas se caracterizan por tener un componente
cognoscitivo y un componente operativo. El aspecto cognoscitivo hace referencia a los
conocimientos que posee el mdico sobre el cuerpo humano, la salud y la enfermedad;
mientras tanto, el mbito operativo hace referencia a las sustancias, terapias y tcnicas de las
cuales el mdico hace uso para diagnosticar y tratar el padecimiento del paciente.
La diversidad de modelos, culturas, tradiciones mdicas, es decir, las diferentes formas
de entender la salud y la enfermedad, as como de diagnosticarla y tratarla, se conoce con el
nombre de pluralismo mdico. Si bien desde tiempos remotos (y hasta la actualidad) el
18
pluralismo mdico constituye una realidad social innegable (Perdiguero, 2006), durante los s.
XVIII y XIX un tipo de medicina nacida en Europa en una coyuntura social e histrica
particular, fue impuesta alrededor del mundo como modelo verdadero mediante el cual
deben ser tratados los problemas de salud de las personas. La expansin de la biomedicina
europea trajo consigo la instauracin de una nueva figura (el mdico formado en una
universidad) como nica persona legtimamente capacitada para tratar a los enfermos (Rosen,
1993).
Ahora veamos cuales son los cimientos cognoscitivos y operativos de la biomedicina
europea que, nacida en un contexto local, se instaur como modelo global de atencin en
salud. La medicina moderna, biomedicina, medicina aloptica, medicina cientfica puede ser
definida mediante las siguientes caractersticas: la concepcin de la enfermedad como un
fenmeno biolgico, como un desequilibrio o falla que se produce en algn rgano del cuerpo
debido a causas fsicas (fallas cromosmicas, bacterias, virus) y que se expresa a travs de
ciertos sntomas (fiebre, tos, eczemas)14. El determinismo biolgico conlleva a una visin
universalista de este fenmeno; en este sentido, una enfermedad es lo mismo, presenta los
mismos sntomas y debe ser tratada de la misma forma independientemente del contexto
histrico y social en el cual se presenta (Kleinman, 1995)
Otro de los rasgos de la biomedicina es el alto grado de tecnificacin y la
implementacin de poderosas operaciones teraputicas (Kleinman, 1995). As, la
restauracin del cuerpo mquina se realiza a travs de complejos tecnolgicos que permiten
reparar el rgano daado y, de esta forma, restablecer el equilibrio biolgico (intervenciones
fisiolgicas y quirrgicas). Dentro de la medicina cientfica, el conjunto de especialistas a cuyo
cargo se encuentra el tratamiento de la enfermedad est constituido por un grupo de
profesionales que, a travs de su paso por la universidad, adquieren la preparacin y el
conocimiento necesario para dedicarse a esta labor. Para Surez, la figura del mdico evoca la
imagen de un hroe moderno que, mediante el conocimiento de las reglas de la ciencia es capaz
de llevar a la humanidad por las sendas del progreso y la civilizacin (Surez, 2001).
14
Segn Abada & Oviedo (2008), si bien en los ltimos aos, y debido a la influencia de las ciencias sociales, se
ha avanzado hacia enfoques de salud ms abiertos en los cuales son tenidos en cuenta los determinantes
sociales de la enfermedad, la disciplina biomdica sigue privilegiando una visin biologicista de la misma.
19
El monopolio establecido por la medicina occidental sobre los servicios de la
curacin (Freidson, 1978: 34) no hubiera sido posible sin la previa estigmatizacin y
deslegitimacin de otras formas de concebir la salud y la enfermedad, ni sin la desvirtuacin
del hacer de otros especialistas en este oficio (curanderos, yerbateros, parteras). Si bien hay
muchos conocimientos alrededor de la salud y la enfermedad diferentes al ostentado por la
ciencia moderna, en este caso nos centraremos en las concepciones defendidas al interior de
una de las tradiciones mdicas indgenas que, an actualmente, se encuentran agrupadas bajo
el rtulo de medicinas mgico-religiosas (Tylor, 1871; Frazer, 1922; Gutirrez de Pineda, 1985;
Surez, 2001; Luz, 2005; Parra, 2005).
La medicina indgena yagecera (UMIYAC, 2000) es practicada por las comunidades
indgenas del piedemonte amaznico (Ingas, Sionas, Kofanes, Koreguajes). A diferencia de la
perspectiva biomdica, la concepcin de la salud y la enfermedad dentro de la cultura medica
del yag trasciende los lmites de lo fsico, abarcando la totalidad de un universo visible e
invisible [] sus tcnicas buscan curar tanto el cuerpo, la mente y el espritu, como la tierra y la
historia (Parra, 2005: 27). Es decir, la enfermedad no se concibe como un fenmeno
meramente biolgico e individual sino como un hecho multidimensional que abarca el mbito
fsico, emocional, espiritual y social del ser humano (Luz, 2005). Esta tradicin mdica se
fundamenta en el consumo teraputico y ritual del yag o ayahuasca (Banisteriopsis sp.) que,
junto con otras plantas medicinales y objetos tales como coronas de plumas, collares, wairas,
cascabeles e instrumentos musicales andinos, hacen parte de los procedimientos teraputicos
aplicados dentro de este tipo de medicina. El Taita o mdico indgena, sin formacin
profesional pero con un alto grado de preparacin y conocimiento de la naturaleza, es para esta
medicina tan imprescindible como lo es el mdico profesional dentro de la tradicin biomdica
(UMIYAC, 2000)15.
15
Es importante tener en cuenta que las nociones de salud y enfermedad, as como los procedimientos
teraputicos, son construcciones sociales que no slo varan de acuerdo al contexto cultural sino tambin
histrico. As, las definiciones que se utilizan para caracterizar tanto a la medicina aloptica como a la medicina
indgena no deben entenderse como verdades estticas sino como concepciones que se modifican
constantemente. Autores como Rosen (1993), Lan Entralgo (2004) y Quevedo, Prez, Miranda, Eslava &
Hernndez (2008) han explorado las transformaciones cognitivas y operativas que se han producido al interior de
la tradicin biomdica a lo largo de la historia. Autores como Uribe (2002), Pinzn, Surez & Garay (2004) y
Agudelo (2013) han enunciado, por su parte, que una de las principales caractersticas de la medicina indgena
20
Si bien la medicina aloptica y la medicina indgena comparten los mismos objetivos
(buscar las causas, las consecuencias y las soluciones a la enfermedad), la medicina aloptica se
ha posicionado como el modelo capaz de resolver, sino todos, la mayora de los problemas de
salud de la poblacin mundial, cuestionando cuando menos, y en casos anulando abiertamente
las posibilidades teraputicas de otras culturas mdicas (Parra, 2005: 15). De esta manera,
mientras la medicina aloptica se ha establecido como modelo de salud oficial de las sociedades
modernas, la medicina indgena permanece en las mrgenes, como un conocimiento local
vlido tan slo en la medida en que sea aplicado en su contexto tradicional o, en su defecto,
que pueda demostrar su seguridad y eficacia mediante metodologas cientficas (OMS,
2002).
En el marco del presente trabajo se proponen dos discusiones mediante las cuales
trabajar las relaciones asimtricas que se presentan entre la medicina indgena y la medicina
aloptica en las sociedades contemporneas. En primer lugar, la fuente de legitimacin de la
biomedicina es la ciencia, un tipo de conocimiento que a partir de la ilustracin europea se
consolid a travs del mundo como la representacin verdadera de la realidad; mientras
tanto, la medicina indgena ha sido caracterizada como un saber mgico-religioso, es decir,
como lo opuesto a la ciencia y, en tanto tal, algo errneo, mtico e irracional (Good, 2003). El
conocimiento cientfico, a su vez, ha hecho de la universidad el lugar privilegiado de su
produccin. Aqu y como segunda fuente de distanciamiento, podemos argumentar que
mientras los mdicos alopticos cuentan con una formacin universitaria que los dota de un
ttulo profesional, los mdicos indgenas se forman a partir de las experiencias y de las palabras
de sus mayores.
La distincin entre el conocimiento de nosotros y las creencias de los otros ha
estado presente en la antropologa desde sus inicios y continua vigente hasta la actualidad,
aunque ya no sea reconocida abiertamente dentro de los trabajos antropolgicos (Good, 2003).
Tal como menciona Byron Good, mientras el conocimiento requiere certeza y rectitud de
juicio; creencia implica incertidumbre, error o ambas cosas (Good, 2003: 47). As, pese a las
trasformaciones que ocurrieron al interior de la antropologa moderna con el posicionamiento
yagecera es su capacidad de transformacin y adaptacin a las condiciones del contexto social en el cual se
desarrollan.
21
de la ciencia como un objeto ms de reflexin y que, aplicadas al campo de la antropologa
mdica se traduce en la consolidacin de la biomedicina como una alternativa medica ms (ver
inicio de captulo), muchas obras de la antropologa siguen poniendo la racionalidad como lo
ms distintivo de la medicina cientfica frente a la medicina primitiva, la cual consideran
predominantemente mgico-religiosa16 (De la Pienda & Pachn, 1999: 156)
Ahora bien, no tendra ningn sentido elaborar una distincin entre el conocimiento y
la creencia, entre lo cientfico y lo mgico-religioso, sino hacemos referencia al marco social y
cultural en el cual dichos conceptos toman un grado de i/legitimidad. Dentro del marco de
pensamiento de la modernidad/colonialidad hay un concepto clave que nos permite pensar la
forma como se estructuran las relaciones entre el conocimiento cientfico y otros tipos de
conocimientos: la colonialidad del saber. Esta nocin hace referencia al eurocentrismo17 por el
cual se encuentra atravesada la produccin del conocimiento. As, slo se considera como
conocimiento vlido aquel que esta soportado en las categoras, mtodos y reglamentaciones
de la ciencia occidental, mientras que otros modos de conocimientos, amparados bajo otras
lgicas, son ignorados o menospreciados. La colonialidad del saber implica, por un lado, la
creencia de que es el conocimiento occidental, cientfico y moderno el nico medio por el cual
se puede acceder a un mundo real y objetivo y, por otro lado, el rechazo de otras formas de
produccin de conocimiento asociadas a los pueblos indgenas y negros (Walsh, 2007).
Tres seran las caractersticas del conocimiento occidental que lo posicionaran como el
verdadero conocimiento: la universalidad, la objetividad y la neutralidad. En tanto objetivo y
neutro, es decir, en tanto que es un conocimiento donde el sujeto no interviene ni modifica el
objeto, donde los intereses y particularidades del sujeto no modifican la realidad, el
conocimiento occidental tiene una aplicacin universal. El saber desarrollado por fuera de
Europa, al carecerse de la tan necesaria objetividad, neutralidad y universalidad que caracteriza
el verdadero conocimiento, es ignorado dentro del contexto de la modernidad o, a lo sumo,
16
Al respecto resulta ilustrativo que una de las tendencias ms vanguardistas en el campo de la antropologa sea el neochamanismo, un campo de estudio que trata los rituales de sanacin indgenas como parte de nuevas corrientes religiosas y de la nueva era. 17
El eurocentrismo es una percepcin del mundo tanto etnocntrica como sociocntrica que ha querido imponer a Europa como paradigma universal de la historia, el conocimiento, la poltica, la esttica y la forma de
existencia (Restrepo & Rojas; 2010: 135)
22
deslegitimado como parte del folclor y el mundo mtico de los pueblos (como parte de sus
creencias18). Como lo afirman Castro-Gmez y Grosfoguel:
los conocimientos subalternos fueron excluidos, omitidos, silenciados e ignorados. Desde la
Ilustracin, en el siglo XVIII, este silenciamiento fue legitimado sobre la idea de que tales
conocimientos representaban una etapa mtica, inferior, premoderna y precientfica del
conocimiento humano. Solamente el conocimiento generado por la elite cientfica y filosfica
de Europa era tenido por conocimiento verdadero, ya que era capaz de hacer abstraccin de
sus condicionamientos espacio-temporales para ubicarse en una plataforma neutra de
observacin (Castro-Gmez & Grosfoguel, 2007:20).
A esta plataforma neutra de observacin, Castro-Gmez le ha dado el nombre de
punto cero. El autor recoge algunos de los postulados de la filosofa de Descartes para
explicar en qu consiste este concepto. Dentro de la filosofa cartesiana, el verdadero
conocimiento slo era posible si se lograba una completa separacin entre el sujeto y el objeto.
Todas aquellas sensaciones, olores, sabores que pudieran alterar la experiencia corporal
constituan un obstculo para acceder al conocimiento en su estado puro, incontaminado. Este
modelo de conocimiento, en el cual se espera que la experiencia del observador no afecte en
nada el objeto observado es lo que el autor denomina la hybris del punto cero. Ahora bien,
no se espera solamente acceder a un conocimiento completamente objetivo, sino a un
conocimiento universal: desde su punto de observacin, un punto cero (neutro), el observador
puede acceder a la totalidad de los fenmenos que se desarrollan en la tierra. Para Castro-
Gmez, la hybris es el gran pecado de la ciencia occidental: pretender que sus postulados no
constituyen un punto de vista ms sino el conocimiento verdadero de la realidad.
Retomando esta perspectiva, podramos decir que otra de las caractersticas de la colonialidad
del saber est marcada por la pretensin de la ciencia occidental de tener la ltima palabra
sobre todos aquellos fenmenos que se desarrollan sobre la tierra (Castro-Gmez, 2005)
As, por colonialidad del saber se hace referencia a la consolidacin de una forma
particular de conocimiento (la ciencia) como modelo autorizado y definitivo para acceder a la
realidad; esto, a consta de la invalidacin e invisibilizacin de otras formas de conocimiento
desarrollado por las sociedades no occidentales. De esta manera, la biomedicina, como
conocimiento cientfico nacido en Europa, se constituye dentro del campo de la salud como el
juez neutro, racional y universal que va a determinar qu es una enfermedad y cmo debe ser
18
Con todas las implicaciones que, segn Byron Good, tiene la utilizacin de esta categora (creencias) en el campo de la Antropologa.
23
tratada. La medicina indgena, por su parte, como conocimiento cultural, mgico-religioso y
local es estigmatizada y deslegitimada por la mayor parte de la sociedad.
Hay dos grandes instituciones que han acogido e impulsado el modelo colonial que
categoriza e impone un orden jerrquico entre culturas y conocimientos, estas son: la
Universidad y el Estado. La ciencia moderna ha negado el status de conocimiento a aquellos
saberes que se alejan de los principios epistemolgicos y de las reglas metodolgicas que tienen
en la universidad su lugar exclusivo de produccin (Castro-Gmez, 2007). De esta forma, slo
son reconocidos como legtimos aquellos conocimientos desarrollados en la academia, entre
acadmicos y dentro del cientificismo, los cnones y los paradigmas establecidos (Walsh,
2007: 104). En este sentido, as como la ciencia moderna tiene un monopolio sobre las
representaciones verdaderas de la realidad, la universidad tiene el monopolio de la
elaboracin de la ciencia.
Si trasladamos estas ideas al campo de la medicina, podemos darnos cuenta como en
las instituciones universitarias se imparten los conocimientos de la medicina aloptica,
principalmente. Los mdicos indgenas, por su parte, adquieren su conocimiento
empricamente, es un conocimiento proveniente de la experiencia con la naturaleza, las
diferentes plantas medicinales y sus maestros. Y aunque ambos caminos conducen a un
conocimiento, a un saber; el problema est en que, como lo afirma Castro-Gmez, dentro del
mundo occidental la universidad se ha convertido en la institucin encargada de producir el
conocimiento legtimo.
Ahora veamos el papel cumplido por el Estado en la institucionalizacin de la
biomedicina moderna. Desde muy temprano, cuando la Nueva Granada an se encontraba
sometida a la dinasta de los Borbones, el imperio espaol se propuso modernizar sus colonias.
Tal modernizacin implicaba, por un lado, una ruptura epistmica con las interpretaciones
mgico-religiosas del mundo y, por otro lado, conseguir que la visin cientfico-tcnica se
constituyera como forma nica de entender la realidad. La medicina fue una de las primeras
prcticas intervenidas. Se buscaba que las percepciones mgico-religiosas de la enfermedad
fueran erradicadas por completo para dar paso a las interpretaciones de la naciente ciencia
mdica ilustrada (Castro-Gmez, 2005). Este objetivo no hubiera sido cumplido sin la creacin
24
de unas estructuras objetivas (leyes, cdigos, programas de estudio, proyectos de investigacin)
orquestadas e impulsadas por el Estado (Castro-Gmez, 2005).
La idea de modernizar y organizar las colonias europeas de acuerdo a los principios de
la Ilustracin no slo se limit al mbito de la medicina, sino que se aplic a la poltica, la
economa, el derecho El resultado de esto fueron los estados monoculturales que hoy en da
tenemos en pases como Colombia19, en donde los sistemas de salud, de educacin, de
justicia estn construidos tomando como punto de referencia los parmetros impuestos por
la razn eurocentrada. Es as como, desde aquel tiempo y hasta el presente, tenemos un Estado
que promueve y perpetua la hegemona de la biomedicina moderna sobre otros saberes
mdicos (Martnez, 2008).
Ahora bien, autores como Sarrazin (2008) y Snchez (2008) consideran que tras la
Constitucin del 91 y la autoproclamacin de Colombia como un estado pluritnico y
multicultural, se produjo un giro en la imagen de lo indgena que llev a este grupo social de
la escala ms baja de la sociedad a ocupar lugares protagnicos en los escenarios sociales y
polticos. De esta manera, a quienes antes se les consideraba como primitivos, atrasados
hoy se les reconocera y valorara como fuente de sabidura y conocimiento. Sin embargo,
Castro-Gmez es enftico al afirmar que,
Aunque los saberes de las comunidades indgenas o negras puedan ser vistos como tiles
para la conservacin del medio ambiente la distincin entre conocimiento tradicional y
ciencia, elaborada por la Ilustracin en el siglo XVIII, contina vigente; el primero sigue
siendo visto como un conocimiento anecdtico, no cuantitativo, carente de mtodo, mientras
que el segundo, a pesar de los esfuerzos transdisciplinarios de las ltimas dcadas, es tenido an
como el nico conocimiento epistmicamente vlido (Castro-Gmez, 2005b:88)
De esta manera, podemos concluir que, a ms de dos siglos de las guerras de
independencia que liberaron a los pases latinoamericanos del colonialismo, an pervive una
matriz colonial que, como esquema de pensamiento y marco de accin legitima las
diferencias entre sociedades, sujetos y conocimientos (Restrepo & Rojas, 2010:16). Ahora
bien, el giro decolonial, como teora social, ha sido fuente de numerosas crticas por parte de
algunos acadmicos que ha sealado sus limitaciones conceptuales y metodolgicas (Restrepo
& Rojas, 2010). Escapa a los objetivos de este trabajo sealar con detenimiento cada uno de
19
Segn Walsh (2009) los Estado-nacin sudamericanos estn construidos sobre un modelo eurocentrista que
ignora la diversidad cultural que los integra.
25
estos cuestionamientos. Por su parte, abordaremos dos de estas crticas en cuanto,
efectivamente, encuentran sustento en los datos recolectados en el trabajo de campo que
integra la presente investigacin.
En primer lugar, la magnificacin de la raza como fuente de diferenciacin social ha
conducido a que muchos de los trabajos de los autores perteneciente a esta corriente terica se
inscriban en un creciente reduccionismo racialista y culturalista (Restrepo & Rojas,
2010:219). As, al reduccionismo econmico enunciado desde diferentes vertientes marxistas,
se responde aqu con un cada vez ms marcado culturalismo. Y s, tal como lo pudimos
corroborar a travs del trabajo de campo, las relaciones que se establecen entre la medicina
aloptica y la medicina indgenas no deben ser entendidas slo en su dimensin social y
cultural, ya que estn atravesadas por unos fuertes condicionantes impuestos por las lgicas
del capitalismo neoliberal contemporneo.
En este sentido, coincidimos con Young (1982) cuando afirma que no slo es
importante indagar por las concepciones de salud y enfermedad que se construyen en los
diferentes contextos sociales, tambin es importante indagar las dimensiones sociales en las
cuales estas construcciones toman sentido (Martnez Hernez, 2008: 112). Y por dimensiones
sociales aqu no slo es entendida la estructuracin colonial que impone unas jerarquas de
conocimiento, sino tambin unas lgicas de poder alimentadas por los intereses del
capitalismo global que hacen de la enfermedad, y todos los aspectos relacionados con ella
(conceptos, diagnsticos, tratamientos), un producto de los procesos de acumulacin de
capital (Martnez Hernez, 2008: 147).
Otra de las limitaciones de la teora de la decolonialidad es la forma como son
entendidas las relaciones de poder: en general, se tiene la impresin de que muchos de los
planteamientos de la inflexin decolonial suscriben una nocin de poder como dominacin,
como coercin (Restrepo & Rojas, 2010: 213). Ahora bien, aunque esta forma de abordar el
poder es vlida y encuentra mucha aplicabilidad en la sociedad, la teora de la decolonialidad
parece pasar por alto que el poder no slo es ejercido mediante la imposicin de la fuerza y la
implantacin de unas estructuras objetivas sino que este, adems, se vale de articulaciones ms
sutiles que atraviesan las subjetividades mismas de los individuos (Restrepo & Rojas, 2010).
26
Esta discusin nos remite al clsico debate social entre agencias y determinismos
estructurales. Mientras en algunas teoras sociales se sobredimensiona el poder de la estructura
y su poder condicionante sobre el individuo, otras corrientes invierten la lgica, ya que
minimizan el poder de la estructura y conceden una exagerada importancia a la libertad
individual (Abada & Oviedo, 2008). Para superar este impase, Abada y Oviedo (2008)
proponen una categora analtica denominada inter-subjetividades estructurales, la cual tiene como
fin dar cuenta del actuar de los sujetos a pesar de los procesos de estructuracin social.
Desde esta perspectiva el sujeto es concebido como un ser existencialmente complejo, que
siente, piensa y reflexiona, que da y busca sentido (Ortner, 2005 citado en Abada & Oviedo,
2008:74). Lo anterior indica que la subjetividad le permite al individuo no slo adecuarse sino
tambin cuestionar la estructuracin social en la cual est inmerso.
Pero la subjetividad no es una construccin individual. Esta, por su parte, es tambin
una construccin socio-histrica en la cual el individuo no slo interacta con las estructuras
sociales sino con las subjetividades de otras personas. En este sentido, el trmino
intersubjetividad hace referencia a la influencia que tiene sobre el actuar de los individuos las
subjetividades de quienes en determinado momento hacen parte de su vida o quienes
comparten una historia de vida en comn (Abada & Oviedo, 2008). De esta manera, la
categora intersubjetividades estructuradas, nos permite reconocer acciones dentro y contra la
estructura, pero enmarcadas en construcciones con otros/as, en momentos histricos
particulares (Abada & Oviedo, 2008: 78).
Hasta aqu, hemos expuesto el panorama terico que gua la presente investigacin.
As, en primer lugar tenemos la existencia de diferentes conocimientos mdicos con respecto a
la salud y la enfermedad que, ms que constituir verdades ltimas con respecto a nuestros
procesos patolgicos, son construcciones sociales que toman validez en contextos sociales e
histricos determinados. Como segundo aspecto hemos explorado como las interacciones que
se dan entre estos conocimientos mdicos estn marcadas por la colonialidad del saber, una lgica
que legitima el saber cientfico-tcnico de occidente e invalida los conocimientos locales
desarrollados por comunidades indgenas y negras. Tambin se ha planteado que la
colonialidad del saber, como matriz ideolgica, es reproducida a travs de unas estructuras
27
objetivas (leyes, polticas pblicas en salud y educacin, instituciones gubernamentales) que, a
su vez, se encuentran atravesadas por las lgicas mercantiles del actual capitalismo global.
Esta configuracin social tiene un impacto sobre las prcticas de los individuos,
quienes a travs de sus diferentes trayectorias intersubjetivas tienen la posibilidad de mantener
o trasformar la estructuracin colonial anteriormente descrita. As, en el presente trabajo nos
encontraremos, por un lado, con un grupo de mdicos alopticos que a lo largo de su
trayectoria profesional se han encargado de mantener y reproducir las lgicas de esta estructura
colonial. Por otro lado, exploraremos las experiencias de otros grupos mdicos que a travs de
sus prcticas han controvertido los presupuestos estructurales de la sociedad en la cual
desempean sus actividades teraputicas.
iii. Metodologa: Hacia la incorporacin de nuevos puntos de observacin
Atendiendo al objetivo general y a cada uno de los objetivos especficos que se
desarrollarn en el marco de esta investigacin, se adopt una metodologa cualitativa, con la
cual se pretende realizar una aproximacin a la realidad estudiada tomando como punto de
referencia las experiencias, perspectivas y opiniones de sus protagonistas; as, se busca
reconstruir cules son las nociones de salud y enfermedad, as como los procedimientos
teraputicos empleados en el tratamiento del cncer, y para ello se toma como fuente de
informacin fundamental el punto de vista de un grupo de mdicos profesionales y un
conjunto de mdicos indgenas. Este estudio tiene una orientacin fenomenolgica, ya que se
pretende dar significado y construir una teora sustantiva de las relaciones entre
conocimientos mdicos a partir de una realidad particular reconstruida a partir de la
experiencia de quienes hacen parte de la misma (Hernndez, Fernndez & Baptista, 2010)
La unidad de anlisis en la que se centr este trabajo est constituida por un grupo de
mdicos alopticos (MA), un grupo de mdicos indgenas (MI) y un grupo de mdicos con
formacin aloptica pero con prcticas mdicas alternativas e indgenas (MAI). El Instituto
Nacional de Cancerologa (INC) es la institucin que ejemplifica la alianza entre la
biomedicina y el Estado para el caso del cncer; por tal motivo, desde el principio de esta
investigacin estuve interesada en tener acceso al lugar y poderme contactar con su equipo
mdico. En esta institucin cont con la colaboracin de dos especialistas: un onclogo
pediatra y un investigador clnico. La muestra de mdicos alopticos la completan un onclogo
28
radioterapeuta y un paliativista, quienes trabajan en una clnica especializada en la atencin del
cncer.
La mayora de los mdicos alopticos fueron contactados por correo, su participacin en
la investigacin se dio ms por la voluntad que ellos manifestaron de hacerlo que por la
correspondencia con una muestra caracterizada de antemano. La forma por medio de la cual
contact a los mdicos alopticos me permite hacer visibles algunas de las limitaciones de las
entrevistas realizadas durante el trabajo de campo. En primer lugar, contactar a estos mdicos
no es algo fcil, en su mayora son personas con dos o tres trabajos, algunos paralelamente
realizan estudios de posgrado y lo primero que le preguntan a uno es cunto tiempo dura la
entrevista, a lo que posteriormente replican: -tengo tanto tiempo libre tal da, nos vemos en tal
lugar. As, en algunos casos, ante las limitaciones del tiempo, me toco suprimir algunas
preguntas o temticas de las entrevistas realizadas a estos mdicos, en otros casos procuraba
ahondar con un mdico las temticas que no haba alcanzado a desarrollar bien con otro.
Otra de las limitaciones se present por la formacin que tienes estos mdicos en las
metodologas de investigacin de las llamadas ciencias duras. En este sentido, es muy difcil
establecer una conversacin donde estos mdicos hablen fluidamente de su visin de la
enfermedad, pues se limitan mucho a lo que dicen los libros, a lo que dice la ciencia; ante
preguntas sobre sus percepciones u opiniones eran poco abiertos y en muchos casos las
evadieron diciendo no me gustan las especulaciones. Estas limitantes se vieron reforzadas
por las condiciones en las cuales se presentaron las entrevistas: no existan lazos de confianza
entre los mdicos y la persona que los estaba entrevistando, adems de que las entrevistas se
realizaban en sus lugares de trabajo y en el poco tiempo libre que ellos tenan.
Dentro del grupo de mdicos alopticos que conforman la unidad de anlisis hay un
subgrupo de mdicos que, teniendo una formacin universitaria en el campo de la
biomedicina, a lo largo de sus trayectorias mdicas han entablado dilogos con otros tipos de
medicinas, para este caso con la medicina indgena yagecera. Este grupo de mdicos fue
contactado por correo electrnico y por telfono, a travs de referencias que obtuve de
algunos profesores de la Universidad del Rosario. Al interior de esta muestra se encontraban
dos mdicos con un pregrado en medicina, varias especializaciones en medicinas alternativas
(acupuntura, bioenergtica) y una relacin de cerca de 20 aos con la medicina indgena del
29
yag20. Tambin tuve la oportunidad de intercambiar informacin con un mdico cirujano que
ha trabajado por varios aos en programas de fortalecimiento de las medicinas tradicionales del
piedemonte amaznico. Si bien el contexto en el cual se desarrollaron las entrevistas fue muy
similar a las condiciones del primer grupo de mdicos alopticos (lazos de confianza
inexistentes, sitio de trabajo como lugar de la entrevista, tiempo limitado), con estos mdicos
se pudo establecer una conversacin ms fluida en la cual no tenan reparo en mostrar sus
percepciones y crticas con respecto a los temas consultados.
La unidad de anlisis es completada por un grupo de tres mdicos indgenas. Desde haca
ms de tres aos y producto de una investigacin realizada para una asignatura denominada
antropologa de la religin, haba estado en contacto con un medico indgena radicado en la
ciudad de Bogot. A travs de l pude contactar a dos mdicos ms que aunque no residen en
Bogot vienen a la ciudad una o dos veces al mes a atender a sus pacientes.
Antes de continuar es necesario introducir una pequea aclaracin. Autores como
Taussig (2002), Pinzn, Garay & Surez (2004) y Agudelo (2013) han evidenciado en sus
trabajos que, desde el periodo colonial y hasta la actualidad, se ha construido una imagen del
indgena que lo vincula al mundo de lo salvaje y le adjudica poderes mgicos sobre la
naturaleza y sobre las dems personas. Sobre este imaginario estara fundamentada, adems, la
capacidad curativa que se les atribuyen a estos personajes. De esta manera, en la ciudad de
Bogot no es raro encontrar personas con rasgos indgenas que, vestidas con llamativos
collares y coronas de plumas, tienen pequeos puestos de venta en centros comerciales o
plazas de mercado en los cuales comercializan toda clase de plantas y remedios naturales con lo
cual, segn ellos, pueden dar solucin a cualquier tipo de enfermedades. Tampoco es
sorprendente recibir volantes en las calles en los cuales se anuncia que un indio llanero o
amaznico devuelve el amor perdido o desentierra guacas. Consultorios con vistosos
anuncios (Arcadio el chamn, El brujo indio amaznico), cuas radiales y anuncios en
internet completan el panorama de lo que serian estas formas de chamanismo urbano.
Sin entrar en discusiones sobre la veracidad o efectividad de lo que hacen estas personas,
debo decir que el modo mediante el cual operan los taitas que fueron consultados en esta
20
Con esto me refiero a que toman yag frecuentemente y han recibido del Taita la autorizacin para ellos
mismos dirigir ceremonias de yag con sus pacientes.
30
investigacin se aleja un poco de estas realidades. En primer lugar, no todo indgena es taita y
no todo taita es indgena21. A quien dentro de la antropologa se le ha dado el nombre de
chamn o medico indgena, al interior de algunas comunidades indgenas colombianas se
les da el nombre de taita. Por este trmino se hace referencia a una persona que tras largos
aos de preparacin y de estar en contacto permanente con plantas de conocimiento (en este
caso yag) ha adquirido un conocimiento detallado de plantas naturales y de diferentes
procedimientos teraputicos mediante los cuales pueden devolverle a una persona el bienestar
perdido (UMIYAC, 2000). As, ser taita no depende de la condicin de indgena sino de la
preparacin que ha adquirido la persona22. No obstante, muchas personas se valen de su
condicin de indgenas (y del imaginario social que pesa sobre ellos) para presentarse en las
ciudades como taitas o grandes sanadores an sin tener la preparacin adecuada.
Los taitas consultados para esta investigacin no se valen de ningn tipo de publicidad
para llamar la atencin de otras personas sino que trabajan mediante el buen testimonio que
dan sus pacientes; son reconocidos como mdicos por sus comunidades y cuentan con una
certificacin, expedida por diferentes organizaciones indgenas, en la cual son reconocidos
como mdicos tradicionales. Esta aclaracin se hace, no porque el objetivo de este trabajo sea
profundizar en la existencia de un conocimiento indgena verdadero y otro errado, sino
porque la denominacin de chaman ha sido aplicada sin distincin alguna tanto al indio
emplumado que ofrece azabaches y lee las cartas ambulatoriamente como al taita que durante
largos aos se ha preparado en el conocimiento de la naturaleza y de la salud humana. De esta
manera, no en pocos estudios, en lugar de ofrecerse una distincin entre la medicina indgena y
la charlatanera se confunde medicina indgena con charlatanera; sin tener en cuenta que
muchos de los mdicos indgenas cuentan con una larga preparacin y trayectoria dentro del
campo mdico en el cual se desempean.
As las cosas, durante el trabajo de campo, que dur aproximadamente 4 meses, pude
recolectar 10 entrevistas semiestructuradas23, 4 con mdicos alopticos (incluyendo la del
21
Entrevista Mdico Indgena (MI1) 22
As, por ejemplo, dos de los taitas entrevistados son descendientes de familias de colonos que llegaron al
Putumayo hace ms de 50 aos en busca de riquezas. 23 Son entrevistas semi-estructuradas en cuanto cuentan con unos ejes temticos establecidos de antemano por el
investigador, encaminados a revelar el proceso salud/enfermedad/atencin con respecto a la enfermedad del
31
investigador clnico), 3 con mdicos alopticos con prcticas mdicas alternativas e indgenas y
3 con mdicos indgenas. A todos los mdicos les fue aplicada la misma entrevista, la cual
abarcaba 3 temas bsicos: en primer lugar, las trayectorias profesionales y laborales de los
mdicos (formacin, educacin, lugares de trabajo); el segundo eje estaba integrado por un
conjunto de preguntas orientadas a develar los presupuestos cognoscitivos y operativos de sus
respectivas medicinas (nociones de salud, enfermedad, cncer, diagnstico, prevencin,
tratamientos). Por ltimo, estos mdicos fueron interrogados acerca de s conocan o haban
mantenido algn tipo de interaccin con tradiciones mdicas diferentes a la cual pertenecan.
En el transcurso del trabajo de campo tambin tuve la oportunidad de realizar algunas
observaciones en el consultorio de uno de los mdicos alopticos con prcticas teraputicas
alternativas e indgenas. All se me permiti participar en 3 terapias grupales en las cuales se
comparta una medicina indgena llamada mambe. En el transcurso de las dos horas que
duraba cada sesin el doctor iba hablando sobre el origen de las enfermedades, las emociones
que podan causarlas y dejaba que las personas buscaran en su interior aquellos malestares que
los enfermaban.
Tanto de las entrevistas como de estas terapias qued registro escrito y sonoro, ya que
no slo fueron grabadas en medio magntico sino que cada detalle fue escrito en el diario de
campo. Posteriormente toda la informacin fue transcrita y analizada tomando como
referencia el mtodo deductivo de anlisis de informacin. Durante esta fase cada una de las
entrevistas y notas de campo fue organizada de acuerdo a un conjunto de categoras y
subcategorias construidas en estrecha relacin con las preguntas de investigacin. A travs de
mapas conceptuales y relacionales estas categoras fueron agrupadas en temticas ms amplias
que posteriormente se convirtieron en cada uno de los captulos del presente escrito. Es de
anotar que en el desarrollo del trabajo de campo surgi una nueva categora relacionada con las
dinmicas econmicas que se mueven alrededor de los procesos de salud y enfermedad. Esta
categora emergente se convirti en el captulo IV del presente estudio.
En cuanto a los aspectos ticos es preciso sealar que cada uno de los participantes fue
informado sobre los objetivos de la investigacin, el carcter voluntario de la participacin, la
utilidad de la informacin y la confidencialidad con respecto a sus nombres, y aunque ningn
cncer, la trayectoria profesional de los mdicos y las interacciones que a lo largo de la misma se ha tenido con
otros conocimientos mdicos.
32
mdico se opuso abiertamente a que sus nombres verdaderos aparecieran en el trabajo final, se
opt por seguir los lineamientos ticos del trabajo etnogrfico y no exponer sus nombres al
pblico. Todas las grabaciones, a su vez, se realizaran con el consentimiento de los
entrevistados. Esta investigacin cumple con la declaracin de Helsinki y con los estndares
colombianos para investigacin en salud y se considera de riesgo menor al mnimo
(Resolucin # 8430-1993 del Ministerio de Salud).
Por ltimo, es preciso indicar que la relacin con uno de los mdicos indgenas, mi
taita, al ser de larga data, presenta un punto de quiebre en la metodologa de investigacin en
este trabajo. Y es que mi acercamiento con l, desde muy temprano, trascendi los lmites de la
academia para convertirse en una relacin mdico-paciente. En primer lugar, y como cualquier
otro paciente, fui a sus consultas, recib sus medicinas y particip de las ceremonias de yag
indicadas para resolver algunos problemas de salud que me aquejaban. Posteriormente me
interes por descubrir si dentro de esta forma de medicina existan tratamientos para las
enfermedades que padecan algunos de mis familiares y que no eran de muy buen pronstico
dentro de la medicina aloptica: otitis crnica, cncer, depresin y esquizofrenia, eran algunas
de ellas. De esta manera, a lo largo de los ltimos 3 aos he visto pasar familiares, amigos,
vecinos y compaeros por el consultorio del mdico indgena, algunos resuelven sus problemas
de salud, otros no, y es que ninguna medicina es poseedora de una verdad absoluta sobre los
procesos de salud y enfermedad de las personas.
Pareciera que estoy demasiado contaminada por el objeto de investigacin y que esto
va en detrimento del principio de objetividad. He perdido el equilibrio, me ca de la nube de
los dioses desde la cual los investigadores pueden observar sus objetos de estudio desde un
punto cero (Castro-Gmez, 2005). Y es que si bien varios autores han denunciado la
arbitrariedad de lo que dentro del conocimiento cientfico se denomina objetividad (Fals
Borda, 1987; Castro-Gmez, 2005; Vasco, 2007; Suarez-Krabbe, 2011) y han pl
Top Related