Competitividad y tendencias para la Minería Argentina
Energía
Abril 2019 ____ kpmg.com.ar
Competitividad y tendencias para la minería argentina en 2019 Con el aumento de las tasas de interés libre de riesgo, el capital destinado a inversiones productivas se verá reducido durante 2019. Esto afectará a la minería, principalmente en la región. En ese escenario, los países mineros deberán competir por la Inversión Extranjera Directa (IED) a través de la mejora continua de sus factores de competitividad internos.
Introducción
La minería ha permanecido a lo largo del tiempo como uno de los sectores con mayor
relevancia en el entramado productivo nacional desde que se encuentra ubicada en un
territorio con abundancia de recursos naturales y porque, a pesar del estancamiento
coyuntural, ligado al comportamiento reciente en materia de inversiones y precios
internacionales; resulta crucial para alcanzar el desarrollo sostenible del resto de las
actividades económicas, principalmente de las industrias manufactureras y de la
construcción. Como se alegó en el informe realizado para el sector en 2018 (KPMG,
2018)1, la minería, entendida como el complejo que engloba a las actividades extractivas
de minerales metalíferos, rocas de aplicación e hidrocarburos; contribuye con el 3% del
PBI de la Argentina y con el 6% de la exportaciones nacionales totales (es decir, con
alrededor de US$ 4.000 millones). Estos guarismos caen al 1% y 1,3% respectivamente
cuando aislamos de ese conjunto a los hidrocarburos y combustibles, dejando únicamente
a la producción de minerales metalíferos y rocas de aplicación. Asimismo, los resultados
de la última matriz insumo-producto elaborada por el Instituto Nacional de Estadísticas y
Censos (INDEC)2 indican que mientras la actividad minera es uno de los sectores
productivos con mayor generación de empleo indirecto, con alrededor de tres puestos
adicionales por cada empleado directo demandado; la mayor parte de su valor bruto de
producción es destinado a otras actividades económicas como insumo, lo cual marca en
gran parte la importancia de este sector para el desarrollo económico local.
1 “Algunos temas relevantes para la minería en 2018”. KPMG Argentina, enero de 2018.
2 “Matriz Insumo Producto Argentina 1997”. Ministerio de Economía, Secretaría de Política Económica, Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).
3 © 2019 KPMG, una sociedad argentina y firma miembro de la red de firmas miembro independientes de
KPMG afiliadas a KPMG International Cooperative (“KPMG International”), una entidad suiza.
La minería, como la mayor parte de las actividades económicas basadas en la extracción y/o
producción de bienes primarios, depende crucialmente del comportamiento de los precios
internacionales. De esta manera, cuando el precio de los minerales se encuentra en un período de
crecimiento o al alza, los capitales fluyen de manera directa a este sector, en parte como
inversiones hacia aquellas regiones donde la actividad presente las mejores condiciones internas
para su desarrollo, pero también en la forma de un aumento en la demanda especulativa propia de
estos mercados, y en donde los flujos financieros se verían atraídos por un rendimiento mayor al de
otros activos, como pueden ser bonos, letras y otros instrumentos de deuda. De hecho, pueden
puntualizarse dos episodios singulares ocurridos en 2018 que determinaron la evolución a la baja
del precio de la mayoría de los commodities mineros durante la mayor parte del año: i) en primer
lugar, la desaceleración en el crecimiento económico de China (que en los últimos diez años ha
pasado de una tasa del 14% anual promedio a menos del 7%), uno de los países que mayor
dinamismo da a la demanda internacional de commodities, lo que ha significado un gran impacto a
estos mercados haciendo que el precio de minerales tales como el oro, el cobre o la plata
exhibieran un comportamiento algo estanco a lo largo de todo el año; ii) en segundo lugar, fue
importante también el impacto de la apreciación del dólar en respuesta al aumento establecido por
la Reserva Federal de los EE.UU. (FED) en septiembre de 2018 de la tasa de interés de referencia
y el consecuente retroceso en la demanda especulativa de los commodities, eventos que, en
sintonía con la caída en la demanda global, coadyuvaron a que el precio de estos bienes siguiera
una trayectoria disímil e incluso a la baja durante la mayor parte del año. En particular, si bien la
FED anunció recientemente que no impulsará nuevos aumentos en las tasas durante 2019, es
importante distinguir que, de existir, tal decisión podría generar mayores presiones al dólar y
promover una nueva depreciación en las monedas de los países emergentes y en desarrollo en
respuesta a la salida de capitales de estos países y a un incremento de su flujo hacia activos
expresados en la moneda americana, situación que, al mismo tiempo, traerá aparejado una mayor
erosión en el atractivo de los commodities como instrumentos de especulación y la lógica caída en
sus precios, principalmente en minerales como el oro y la plata.
Figura N° 1
Evolución del precio de los principales minerales. 2008-2018
1.250,4
0
500
1.000
1.500
2.000
20
08
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11
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14
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17
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M0
3
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6
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18
M0
9
20
18
M1
2
Oro(US$/onza)
14,8
0
5
10
15
20
25
30
35
40
20
08
20
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14
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17
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18
M0
3
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18
M0
6
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18
M0
9
20
18
M1
2
Plata (US$/onza)
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Nota: i) dado que el litio es un mineral que no cotiza en el mercado de valores, no se poseen datos oficiales sobre la
evolución de su precio, como sí sucede con el resto de los minerales expuestos en la figura; ii) por falta de recurrencia
mensual, los precios para el litio son presentados con periodicidad anual; iii) la cifra del precio del litio para el año 2018 es
una estimación construida a partir de la consulta con referentes del sector.
Fuente: elaboración propia en base a Banco Mundial y Metalary.com, 2019.
En efecto, como puede apreciarse en la Figura N° 1, mientras el precio del oro creció en
alrededor del 44% en el período de diez años encerrado entre 2008 y 2017, llegando a US$/onza
1.257; durante 2018 mostró un comportamiento a la baja pasando de una cotización promedio de
US$/onza 1.330 en enero a otra de US$/onza 1.250 en diciembre, lo que significó un retroceso del
6% en el valor del mineral a lo largo de ese año. Algo similar ocurrió con la plata y el cobre,
minerales metalíferos que mostraron una caída del 14% en su valor entre el primer y último mes de
2018. A contramano de los anteriores, el litio sigue siendo la excepción. Impulsado por la
participación creciente de las baterías, las que representan actualmente el 50% del destino de este
mineral, el carbonato de litio viene mostrando un crecimiento acelerado en su precio en los dos
últimos años, que lo llevó a promediar los US$/Tn. 9.100 en 2017 y a un estimado de US$/Tn.
10.000 en 2018, transformándose en el mineral “de moda” y en una oportunidad clara de desarrollo
para países de la región como Argentina, Chile y Bolivia que son, junto con Australia, los que
mayores reservas tendrían de este mineral a nivel global. Asimismo, es importante destacar la
relevancia de la inversión extranjera directa (IED) como un factor clave de la minería tanto a nivel
local como internacional, desde que su desarrollo requiere de cuantiosas inversiones y períodos
extensos para amortizar el capital, pero también porque la alta volatilidad de los precios y los
cambios regulatorios, principalmente en materia ambiental, implican un riesgo que solo puede ser
administrado por empresas maduras, altamente integradas, con acceso a profundos presupuestos
y, generalmente, de presencia internacional.
Habida cuenta de ello, el flujo neto de IED a la Argentina experimentó un comportamiento
cíclico en los últimos diez años, pasando por un notorio incremento en el período 2011-2012, en el
que alcanzó los US$ 16.800 millones, y un posterior derrumbe en respuesta al establecimiento de
las restricciones cambiarias (que limitaron las transferencias fronterizas, la remisión de ganancias
al exterior y la compra de divisas), situación que vería un inicio de solución en el año 2016 con su
derogación. Durante igual período, el ingreso neto de IED a la actividad minera mostró un patrón
similar al total, provisto que el sector depende crucialmente de ésta para su desarrollo. En efecto,
como muestra la Figura N° 2, el flujo de inversión extranjera neta a la minería alcanzó los US$
4.700 millones en el año 2012 (o un 28% de la IED total) para luego caer a cifras menores a los
US$ 1.000 en 2014 (5%) y 2015 (1%), o a los US$ 100 millones en 2016 (23%), básicamente como
resultado del proceso de reinversión en utilidades y la cancelación de deudas con empresas
6.075,3
0
2.000
4.000
6.000
8.000
10.000
20
08
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14
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M0
3
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M0
6
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M0
9
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18
M1
2
Cobre (US$/Tn.)
9.100
10.000
0
2.000
4.000
6.000
8.000
10.000
12.000
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20
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16
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18
Litio (US$/Tn. LCE)
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vinculadas que tuvieron lugar luego de la derogación de las restricciones internas ya mencionadas.
A pesar de ello, es importante mencionar dos puntos que han caracterizado a la IED destinada a
nuestro país en el decenio 2007-2016: i) si bien la minería ha sido el sector que ha traccionado la
mayor porción de inversión extranjera en ese período (el 12% o un acumulado de alrededor de US$
12.700 millones), ii) cuando se comparan las cifras con los países mineros de la región (Perú,
Chile, Colombia, Brasil y México), Argentina aparece en el último lugar en materia de IED destinada
a la minería. En un escenario donde las actividades productivas ponderaban más en los flujos de
capitales y colocación de fondos, el mal desempeño de la inversión hacia este sector durante el
período analizado implica necesariamente la existencia de importantes obstáculos de orden interno
que operaron como impermeabilizantes de las actividades productivas locales a la IED global. Si
bien no hay datos oficiales sobre esta variable para los últimos dos años (2017 y 2018), ya que las
cifras publicadas por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) llegan únicamente hasta
2016, hay indicios que permiten estimar que la IED consignada a este sector persistió en el mismo
patrón de comportamiento, situación que hoy se ve profundizada a raíz de las altas tasas de interés
impulsadas por la FED y un contexto de precios deprimidos, elementos que, en última instancia,
profundizan la selectividad de las inversiones y fomentan la reasignación de los recursos escasos
hacia otro tipo de instrumentos o activos financieros, contrayendo en consecuencia los fondos
destinados a la economía real y las oportunidades de desarrollo para el sector.
Figura N° 2
Flujo de Inversión Extranjera Directa a la Minería en Argentina. 2007-2016
Fuente: elaboración propia en base a Banco Central de la República Argentina (BCRA), Gerencia de Estadísticas de
Exterior y Cambios.
4%
7%
15%
19%
13%
28%
16%
5%
1%
23%
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
0,0
0,5
1,0
1,5
2,0
2,5
3,0
3,5
4,0
4,5
5,0
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
En M
M U
S$
Flujo de IED a la Minería (en miles de millones de US$ y en % del Total)
IED Minería
Share IEDMinería
12.733
0 5000 10000 15000
Ss. de radio y televisión
Fab. Metales comunes
Fab. Productos farmaceuticos
Comercio al por menor
Petroleo crudo y gas natural
Ss. apoyo a la minería
Ss. Telecomunicaciones
Fab. Bebidas
Fab. Vehiculos automotores
Fab. Productos quimicos
Fab. Productos alimenticios
Comercio al por mayor
Captadoras de depósitos
Financieras
Minería
IED Acumulada 2007-2016. Primeros 15 sectores (en millones de US$)
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Con tantas limitaciones en el plano externo, principalmente las referidas a la evolución de los
precios y la influencia que las tasas de interés ejercen sobre los flujos de inversión, la
competitividad estructural, entendida como el conjunto de factores, instituciones y políticas que
determinan la productividad de un país3, se transforma en un elemento crucial para atraer estas
inversiones. Con este cuadro de situación, la evolución que experimente de aquí en más la minería
en el ámbito local durante 2019 y los años venideros dependerá fuertemente de la competitividad y
el ambiente de negocios del país. Por esta razón, este documento busca exponer algunos de los
puntos que afectan la competitividad de la minería doméstica y cómo impactan en el flujo de
inversión hacia ese sector, sin dejar de lado el análisis de las variables críticas de desempeño para
entender su realidad o el impacto que estos elementos podrían tener sobre un subsector clave para
la Argentina como es el de litio. Con ese fin, a lo largo del presente trabajo se tratan: i) la
competitividad de la minería y los puntos de mejora, ii) el litio como ejemplo para impulsar la
competitividad y, finalmente, iii) algunas consideraciones para el sector.
I.- Competitividad de la minería local y algunos factores que la afectan.
En términos generales, la competitividad de una economía es una medida relativa determinada
por un conjunto de variables económicas, institucionales y políticas que afectan la productividad y,
por ende, el rendimiento de las inversiones. Cuanto mejores niveles alcancen estas variables en
relación al resto de los países, mejores condiciones se crean para la inversión y, por ende, para el
desarrollo de las actividades productivas. Esta definición busca ir más allá de la idea que afirma
que la abundancia de un factor (de recursos naturales, por ejemplo) es condición suficiente para el
desarrollo sostenible de una actividad productiva (en este caso, primaria o extractiva). La dotación
inicial de un factor permite ciertas ventajas comparativas que, a priori, determinan las posibilidades
u oportunidades productivas de una economía. No obstante, para que el desarrollo de una
actividad económica sea sostenible, a las condiciones dadas (o naturales) deben sumarse otros
elementos supra-ordinarios que la impacten positivamente, como pueden ser, por ejemplo, una
regulación certera y criteriosa, estabilidad política y económica, una presión tributaria que no
genere desincentivos, la articulación e implementación de beneficios fiscales y de facilidades de
acceso al financiamiento, instituciones sólidas y una infraestructura desarrollada que facilite la
operación y contribuya a la reducción de los costos de las empresas, entre otros. Todos estos
elementos ayudan a la mejora continua de la productividad de los sectores económicos,
permitiéndoles atraer inversiones, operar con eficiencia y ser competitivas.
3 Esta es la definición que utiliza el World Economic Forum (WEF), institución que mide la competitividad de los países desde 1979 a través del Indicador de Competitividad Global (o GCI, por sus siglas en inglés).
7 © 2019 KPMG, una sociedad argentina y firma miembro de la red de firmas miembro independientes de
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Figura N° 3
PBI o Valor Agregado Bruto (VAB) de la Minería Argentina. 2008-2018
Nota: ante la falta de datos para el último trimestre de 2018, en la figura se contrastan los terceros trimestres de los años
2016, 2017 y 2018. Esta comparación permite observar que, en términos reales interanuales, el tercer trimestre de 2018
registró una caída del 9% en el VAB respecto al mismo trimestre de 2017, equiparando incluso la caída observada en
2016.
Fuente: elaboración propia en base a Ministerio de Hacienda de la Nación (MECON) e INDEC.
Desde el punto de vista local, la carencia o falta de cohesión entre estos elementos ha sido
uno de los principales determinantes del mal desempeño reciente de la economía en general y de
los sectores primarios en particular, incluida la minería. En efecto, al deterioro observado en los
precios internacionales por la caída en la demanda de países con alta participación en estos
mercados, como es el caso de China, y el aumento en las tasas de interés libre de riesgo
propiciado por la autoridad monetaria de los EE.UU. (FED), se sumaron otros elementos internos
ajenos al mercado que han desalentado inversiones, afectando el resultado económico de la
minería argentina durante 2018.
En ese sentido, como muestra la Figura N° 3, el valor agregado bruto (VAB) del sector minero4
expresado a precios constantes se ha comportado de manera cíclica a lo largo de los últimos diez
años, evidenciando el bajo crecimiento alcanzado durante el período expuesto (~2% anual
promedio en 2008-2017). En la trayectoria seguida por el VAB de este sector durante los primeros
diez años presentados (es decir, de 2008 a 2017), pero principalmente en la comparación inter-
trimestral, pueden apreciarse los distintos eventos internos y externos que la moldearon, y que en
repetidas ocasiones se comportaron como fuerzas contrapuestas. De esta manera, el ciclo de
aceleración e incremento en los precios internacionales de la mayoría de los commodities o bienes
primarios, un proceso que perduró en general hasta el año 2012 y que en el orden externo fue un
importante catalizador de la inversión global hacia la actividad primaria, se diluyó en el orden local
ante la incertidumbre política e institucional, los problemas de orden macroeconómico (como la
4 Rubro extracción de minerales metalíferos y explotación de minas y canteras no clasificadas previamente de las mediciones del INDEC.
4,4 4,5
4,1
-8%
3%
-9%
-15%
-10%
-5%
0%
5%
10%
15%
20%
25%
0,0
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2,0
3,0
4,0
5,0
6,0
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
III Trim
2016
III Trim
2017
III Trim
2018
Var.
%
VA
B
(en millones de pesos de 2004 y var. % interanual)
VAB Minería
VAB (Var.% i.a)
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inflación de costos y precios), la estructura arancelaria y las diversas restricciones domésticas a la
compra de divisas o a la remisión de ganancias al exterior, entre otras. En la actualidad, el fin de
ese ciclo y el desplome posterior ocurrido en los precios (situación que tuvo lugar cuando los
principales demandantes de estos bienes comenzaron a desacelerar su crecimiento) han sido, en
conjunto a un entorno marcado por altas tasas de interés, los grandes determinantes del
desempeño reciente de la minería global.
No obstante, en el ámbito local, las distintas medidas que fueron implementándose para
fomentar el desarrollo de la minería y de otros sectores puramente transables en un contexto de
precios deprimidos, como fueron la derogación del cepo cambiario y de los aranceles a la
exportación en 2015, o la implementación en 2017 del Acuerdo Federal Minero (AFM) –y sobre el
cual la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) había hecho algunas observaciones,
principalmente en materia de determinación de regalías y otros aspectos no cubiertos relacionados
a la competitividad del sector5–, no tuvieron el impacto deseado y no lograron romper con la
tendencia observada en los últimos años, situación que pudo apreciarse incluso con más
detenimiento durante 2018, año en el que se restablecieron y generalizaron los derechos fiscales a
la exportación (que afectan sustancialmente a la minería metalífera) y en el que se dejó en
suspenso el ambicioso programa de inversiones con participación público-privada (PPP), un
esquema destinado a impulsar el desarrollo de necesarias obras de infraestructura pero que fue
finalmente puesto en suspenso luego del encarecimiento al que fue sometido el crédito
internacional a partir de septiembre de 2018 y el aumento doméstico del riesgo país (que en
diciembre de 2018 trepó a 700 puntos básicos); situación que impacta de lleno en la minería no
metalífera, particularmente en la producción de rocas de aplicación y el despacho de cemento.
Si bien desde 2016 hasta aquí se ha hecho mucho por mejorar las condiciones internas y
traccionar mayores flujos de inversión, la realidad política, social y económica han operado como
importantes obstáculos que han desacelerado el ritmo de los cambios que venían
implementándose, generando retrocesos que han impactado de lleno en los costos operativos de
las empresas y, por ende, en las inversiones.
Antes de exponer cuáles han sido los principales ítems que han afectado la competitividad
local de los sectores transables, principalmente de la minería; es importante tener en cuenta cuáles
son los pilares fundamentales en los que se asienta la competitividad estructural de los países y
cómo ha evolucionado esta medida para la Argentina. Para ello, se recurre al reconocido Indicador
de Competitividad Global (GCI, por sus siglas en inglés) del Foro Económico Mundial (WEF). El
GCI intenta medir la competitividad estructural de los países ponderando racionalmente un
conjunto de más de cien variables (del tipo cuantitativas y cualitativas) agrupadas en 12 pilares que
representan aspectos determinantes de la productividad y de las condiciones existentes para el
desarrollo de los negocios y de las actividades productivas. Los resultados del análisis efectuado
por el WEF para el período 20176 ubicaron a la Argentina en la posición número 92 (de 137
posibles), lo que significó una mejora de 12 peldaños respecto a los resultados publicados por el
organismo en 2016 y de 14 posiciones respecto a los de 2015.
5 “El gobierno firma un nuevo Acuerdo Federal Minero”, TELAM, junio de 2017.
6 Si bien el último informe disponible del GCI es de 2018 (2018-2019), dado que en esa versión se modificaron los pilares y la metodología de construcción del indicador, se decidió utilizar la versión anterior inmediata (es decir, la de 2017-2018) para efectuar las comparaciones respecto a informes previos.
9 © 2019 KPMG, una sociedad argentina y firma miembro de la red de firmas miembro independientes de
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Si bien se registraron avances en casi todos los aspectos evaluados, fueron más que
relevantes los alcanzados en el pilar de Instituciones, principalmente por el giro que significó el
cambio de gobierno en las elecciones de diciembre de 2015 y un perfil político que en los papeles
distaba mucho de lo que se había observado hasta ese año; y en el de Acceso a la Tecnología, en
pos de las facilidades que el actual gobierno ha articulado para fomentar la importación de bienes
de capital y tecnología; como así también en los de Desarrollo de Mercados Financieros y
Eficiencia en el Mercado de Bienes, ya que la eliminación del denominado cepo cambiario, las
limitaciones a las transferencias fronterizas y los derechos a la exportación que afectaban
principalmente al agro y la minería fueron grandes alicientes al desarrollo productivo, al menos en
principio. No obstante, como puede observarse en la Figura N° 4, los avances en materia
competitiva no fueron trascendentales ya que otros países mineros, como Australia o Canadá,
poseen una base más sólida y grandes ventajas en este sentido para atraer una mayor porción de
la inversión hacia el desarrollo de su minería, y porque otros países de la región, como Chile y
Perú, también muestran mejores niveles en casi todos los pilares que los alcanzados por nuestro
país.
Figura N° 4
Competitividad y Pilares. Comparación con otros países. Año 2017
Fuente: elaboración propia en base a The Global Competitiveness Report 2017-2018, World Economic Forum (WEF),
2017.
En lo que respecta a 2018, el análisis efectuado por el mismo organismo muestra un nuevo
retroceso en la competitividad local respecto a los resultados de 20177. En términos generales, los
sucesos que afectaron este resultado fueron diversos. En primer lugar, la actividad económica
retrocedió en más del 2% respecto a 2017 ya que durante 2018 tuvo lugar la mayor sequía de los
7 La metodología de cálculo para determinar la competitividad de los países sufrió algunos cambios en la edición 2018 del GCI, por lo que en ese mismo informe se revisaron las posiciones de los países para 2017 de tal manera de tener una base valida de comparación. En esa edición, se observa que la Argentina perdió dos posiciones respecto a la revisión hecha para 2017, llegando al peldaño N° 81.
0
2
4
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8Instituciones
Infraestructura
Macroeconomía
Salud yEducaciónPrimaria
EducaciónSuperior
Eficiencia enel Mercado de
BienesEficiencia enel Mercado
Laboral
Desarrollo delMercado
Financiero
Acceso a laTecnología
Tamaño delMercado
Perfeccionamiento en losNegocios
Innovación
Pilares de la Competitividad (GCI, 2017).(en puntaje, 1 - 7)
Argentina Australia Canadá
0
2
4
6Instituciones
Infraestructura
Macroeconomía
Salud yEducaciónPrimaria
EducaciónSuperior
Eficiencia en elMercado de
BienesEficiencia en el
MercadoLaboral
Desarrollo delMercado
Financiero
Acceso a laTecnología
Tamaño delMercado
Perfeccionamiento en losNegocios
Innovación
Pilares de la Competitividad (GCI, 2017).(en puntaje, 1 - 7)
Argentina Chile Perú
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últimos 50 años, situación que no solo afectó a la producción primaria local sino también a la
industria y a la exportación e ingreso de divisas. Asimismo, y en segundo lugar, a la turbulencia
internacional desatada por la decisión de la FED de aumentar las tasas de interés (lo que se
tradujo en un encarecimiento del crédito, en presiones a la baja en los precios de los commodities y
en una fuga de capitales, principalmente en economías emergentes y en desarrollo), se sumó la
necesidad del gobierno por sanear las cuentas fiscales, bajar los niveles de inflación y financiarse,
situación que en conjunto a la marea especulativa que ejerció fuertes presiones sobre el dólar y las
tasas de interés derivó en un acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para
acceder a un préstamo SBA (Stand-by-Agreement) que funcionara como colchón para el mercado
cambiario y que, en los papeles, significó la contracción de los tiempos para alcanzar la meta fiscal
estipulada (es decir, un déficit fiscal primario del 0% del PBI para fines de 2019) y la consecuente
reestructuración del presupuesto público, escenario que implicó un mayor repliegue de los gastos
corrientes (sueldos y contratación) y de capital (obras públicas), como así también un incremento
en los ingresos (menores transferencias corrientes y nuevos impuestos, entre los que se destacó la
reaparición de los derechos a la exportación). A priori, estos resultados ponen de relieve lo mucho
por hacer en materia de competitividad en la Argentina, realidad que también implica al set de
oportunidades de mejora existente y que, en el corto a mediano plazo, podría comenzar a
explotarse con la redefinición o mejora de determinados elementos y variables que resultan claves
para el desarrollo de la industria minera.
Entre los elementos y variables que los especialistas comúnmente mencionan que afectan el
desempeño de cualquier actividad pero principalmente a la minería, se encuentran la productividad
laboral, los costos laborales unitarios (donde influyen los salarios), la presión tributaria, los costos
de transporte-logísticos y la calidad de la infraestructura y, finalmente, la regulación.
La productividad laboral del sector minero, es decir la cantidad estimada de producto que un
empleado directo genera durante un período de tiempo determinado (un año, por ejemplo), ha
mostrado en la última década un comportamiento que no dista de la trayectoria exhibida por el
valor agregado bruto del sector presentado en la Figura N° 2. En efecto, la evolución exhibida por
esta variable de desempeño en la Figura N° 5 da cuenta del proceso de deterioro al cual estuvo
sujeta la industria minera local en los últimos diez años. En un contexto que estuvo marcado por el
declive de los precios internacionales de los minerales y por una tendencia creciente en los costos
expresados en dólares –principalmente en materia de salarios, que entre 2008 y 2017 mostraron
un incremento local promedio del 120% en dólares–, el rendimiento de la productividad, que en el
período analizado se comportó a la baja desde el año 2010, se vio impactado no solo por la
condiciones externas sino por otros elementos de índole interno y de asombrosa persistencia, entre
los que pueden destacarse la conflictividad siempre presente entre los empresarios y los gremios
de los trabajadores, los paros y ceses de actividad que retrasan la producción y el normal
desarrollo de la actividad y, en mayor grado, la falta de capital humano calificado, principalmente en
las áreas técnicas. Sin embargo, la fuerte devaluación del tipo de cambio (respecto al dólar) que
tuvo lugar durante 2018 y la erosión resultante en el costo salarial expresado en dólares, mejoró de
alguna manera la relación entre esta variable y la productividad del sector (que en su mayor parte
destina lo producido al mercado externo), situación que se tradujo, como queda reflejado en el
segundo panel, en un descenso del costo laboral unitario (CLU).
El CLU representa el costo en el que el sector debe incurrir para generar una unidad de
producto (en este caso, cuántos dólares de salario son necesarios para generar un dólar de
producto). De esta manera, un incremento de esta medida es indicativo de que el sector o la
economía se encarecen o son menos eficientes (menos competitivos), en tanto que un descenso
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en la misma implicaría lo contrario (más competitivos). En el caso de la minería argentina, luego de
años de presentar un CLU con tendencia en aumento (con un crecimiento de alrededor del 70% en
dólares entre 2008 y 2017), el 2018 conformó un punto de inflexión al mostrar una caída estimada
en un 9% en dólares, pero que, en los papeles, conformó una mejora competitiva de corto plazo ya
que estuvo explicada no por las reformas estructurales necesarias que demanda el sector, las que
redundarían en mejoras de gran impacto en la eficiencia y productividad de largo plazo, aportando
un cambio radical a la competitividad de la industria minera, sino por una devaluación cambiaria.
Figura N° 5
Productividad, Salarios y Costos Laborales Unitarios en la Minería. 2008-2018
Nota: i) la productividad laboral fue estimada como el cociente entre el VAB a precios de 2004 del rubro Minería
Metalífera y Explotación de Minas y Canteras No Clasificadas Previamente (NCP), y el empleo privado registrado del
sector; ii) los CLU fueron estimados como el ratio entre el salario para empleados registrados y la productividad mensual
obtenida en i), ambas medidas expresadas en dólares.
Fuente: elaboración propia en base a Ministerio de Hacienda de la Nación (MECON), INDEC, Ministerio de Producción y
Trabajo, Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial (OEDE), 2019.
Otro elemento de alto impacto en el desempeño de cualquier actividad y de los montos de
inversión destinados a éstas es la presión tributaria. La estructura impositiva aplicada por el Estado
suele ser un ítem tanto más relevante en los costos de las empresas cuanto mayor sea la presión
tributaria –es decir, la incidencia o representatividad del fisco en los ingresos percibidos por el
sector–, más aún cuando estas transferencias desde el sector privado al público no son traducidas
en beneficios fiscales que incentiven la producción e inversión, o no se derramen en obras de
infraestructura que mejoren la conectividad, el transporte y las condiciones generales en las que se
desarrolla la actividad, elementos que redundarían en menores costos operativos, el logro de
economías de escala en la producción y, en última instancia, en mejores niveles de productividad y
competitividad. En el caso de la minería argentina, la presión tributaria es significativa y se espera
0,0
0,5
1,0
1,5
2,0
2,5
3,0
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90
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110
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140
2008
2009
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2015
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2018
Sala
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Pro
ductivid
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100=
2008)
Productividad laboral a precios constantes y salarios en dólares (Productividad en índice 2008 = 100; y salarios en miles de dólares)
Productividad Salarios
0,00
0,05
0,10
0,15
0,20
0,25
2008
2009
2010
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2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
Costo
en d
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r de p
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Costo laboral unitario (CLU)(Costo en US$ por dolar producido por empleado)
Minería Total
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que sea mayor en 2019 luego de la restitución y generalización del esquema de retenciones a las
exportaciones que había sido derogado en diciembre de 2015.
Como puede apreciarse en la Figura N° 6, en 2017 el aporte estimado de la minería al fisco
superó los $15.000 millones entre lo recolectado por la Nación y las provincias en concepto de
regalías, impuesto a las ganancias, impuesto sobre los ingresos brutos, seguridad social, impuesto
al valor agregado, tasas provinciales, cánones y otros. Este monto representó alrededor del 20%
de los ingresos de la actividad minera, cifra que venía en franco descenso desde el año 2013,
alivianando al menos en parte la presión tributaria ejercida. Si bien no se cuenta con información
precisa para el 2018 por falta de disponibilidad en las fuentes consultadas (principalmente AFIP),
se estima que el aporte de la minería al presupuesto público fue sustancialmente mayor al de 2017,
desde que la significativa devaluación cambiaria ocurrida durante ese año, al incrementar la
rentabilidad derivada de las exportaciones, debió tener como corolario un aumento de la
contribución realizada al fisco por el pago del impuesto a las ganancias.
Figura N° 6
Aportes al fisco y presión tributaria en la Minería. 2010-2019
Nota: i) los aportes para los años 2018 y 2019 fueron estimados en base a los datos vertidos en el reporte de “Variables
Mineras” de octubre de 2018 (CAEM-ABECEB); i) para ello, en pos de mostrar una serie completa y aproximada de la
presión tributaria que el fisco ejerce sobre el sector, se tomó la estimación efectuada para 2019 sin la inclusión de los
derechos de exportación (23,3%) como aproximación para 2018; y ii) la cifra proyectada con los mencionados derechos
como aproximación para 2019 (28,8%).
Fuente: elaboración propia en base al “Reporte de variables mineras” de CAEM-ABECEB, octubre de 2018.
Asimismo, es de esperar que luego de la reincorporación de los aranceles a las exportaciones,
derechos que para la minería representan una contribución adicional al fisco de $4 por cada dólar
exportado hasta el 2020, el aporte de la mayoría de los sectores primarios al fisco se incremente de
manera significativa durante 2019. De hecho, estimaciones privadas8 aseguran que la inclusión de
los derechos a la exportación podría acrecentar la presión tributaria a la minería a un aproximado
del 29% en 2019, desde que los aranceles representarían un aproximado de 5,5 puntos
porcentuales adicionales a la cifra estimada sin estos derechos. Si bien resulta importante aclarar
8 “Reporte de variable mineras”. CAEM-ABECEB, octubre de 2018.
27%29%
27%
22%
19%20%
23%
29%
0%
5%
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2019
Presión tributaria al sector minero(en millones de pesos y en % de los ingresos)
Aporte al SP Presión Tributaria
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que estas estimaciones fueron efectuadas asumiendo la plena ejecución de los proyectos en curso,
la incorporación de estos nuevos impuestos, cuya derogación había funcionado como un
importante aliciente a la inversión y producción de minerales, principalmente en lo referido al litio;
pueden poner en riesgo la continuidad de ciertas explotaciones, afectando la actividad y, luego, la
recaudación tributaria.
Los costos logísticos, de transporte y los relacionados a la calidad de la infraestructura
existente para facilitar el comercio conforman otro de los obstáculos para mejorar la competitividad
de la economía argentina, en particular de la actividad minera. En este aspecto, el Banco Mundial
tiene desarrollado un indicador que intenta medir el desempeño logístico de los países relevando y
ponderando datos referidos a la calidad de los servicios logísticos, la facilidad para que las
empresas acuerden envíos a precios competitivos, la eficiencia de la aduana, la puntualidad, la
facilidad para rastrear y seguir envíos y, finalmente, la calidad de la infraestructura relacionada al
comercio y el transporte. En términos generales, el Índice de Desempeño Logístico (IDL) es un
reconocido indicador publicado de manera bienal por el Banco Mundial y en el que se evalúa el
grado de eficiencia con el que las cadenas de suministro de los países conectan a las empresas
con oportunidades locales e internacionales. Así, calificaciones elevadas en este indicador
significan una mejor calidad en materia logística y de transporte, lo cual permite reducir el tiempo y
los costos comerciales que las empresas deben afrontar y ser más competitivas en este aspecto.
En ese sentido, la logística se ha transformado en un elemento crucial para asegurar la
continuidad de la explotación minera, desde que la actividad no se limita actualmente a la
operación sino que debe cubrir muchos otros aspectos relacionados a la gestión tanto hacia arriba
como hacia debajo de la cadena, siendo la administración del transporte un elemento crucial para
el adecuado movimiento de los productos terminados, los insumos y las materias primas desde y
hacia otros puntos dispersos en la geografía, más aun teniendo en cuenta que las exigencias que
el sector debe cumplimentar en materia de sostenibilidad, seguridad y cuidado ambiental confinan
a la actividad a ubicaciones alejadas de los centros urbanos y puntos de consumo. Como resulta
lógico, este escenario impone necesariamente un incremental en los costos operativos de las
empresas mineras y, por lo tanto, la necesidad de optimizarlos. En este proceso de mejora de los
costos logísticos, son importantes las decisiones relacionadas al medio o los medios de transporte
a utilizarse como así también la programación del trayecto que debe cubrirse, ajustándose en todo
momento a criterios estándares en materia de tiempos de entrega, costos de traslado y seguridad,
entre otros. Al respecto, son entonces también relevantes los elementos logísticos y la
infraestructura relacionada al transporte, mecanismos que no dependen del todo de las empresas
que desarrollan la actividad minera sino principalmente de los gobiernos, quienes en última
instancia son los que deciden generar o no los marcos regulatorios adecuados y asignan eficiente o
ineficientemente los recursos y la inversión para facilitar la actividad.
Teniendo en cuenta los comentarios anteriores y cómo los elementos relacionados a la
logística y el transporte afectan a la minería, en la Figura N° 7 se presenta la evolución del IDL para
la Argentina y los principales países mineros de la región, como así también una comparación de
los componentes del indicador y su desempeño en los años 2007 (primero disponible) y 2018
(último disponible).
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Figura N° 7
Índice de desempeño logístico del Banco Mundial. 2007-2018
Fuente: elaboración propia en base a Banco Mundial, 2019
Como puede observarse, el comportamiento del IDL para la Argentina se ha mostrado a la baja
en casi todo el período analizado. En relación al resto de los países, Argentina se ubicó en el
puesto 62 de un total de 167 países evaluados en 2018, en tanto que otros como Chile o México se
posicionaron dentro de los primeros 40. Asimismo, la mala performance en materia logística se
encuentra explicada, principalmente, por las deficiencias detectadas en los campos de inversión en
infraestructura relacionada al comercio, calidad de operación de la aduana y competitividad en
materia de precios. En este punto, es importante también señalar la incidencia que podría tener en
materia de desarrollo de obras la suspensión del programa de inversión con participación público-
privada (PPP) –a raíz del encarecimiento global del crédito y los inconvenientes locales
relacionados al riesgo país–, y sus efectos sobre los diversos proyectos que estaban
comprometidos y destinados a resolver gradualmente el déficit crónico de infraestructura que
padece la Argentina desde hace años; más aun teniendo en cuenta la relevancia que cobra este
plan en un escenario marcado por la reducción del gasto en capital llevado adelante por el Estado
como parte elemental del cumplimiento de su meta fiscal para 2019. En síntesis, el mal desempeño
del indicador en comparación a otros países mineros de la región (situación que incluso se ve
exacerbada cuando se lo compara con los buenos niveles alcanzados por otros países mineros
extra-regionales como Australia y Canadá), limitan la competitividad de la minería argentina en este
importante elemento, condición que podría relegar la participación de la actividad en la IED global
en un contexto encuadrado por el incremento observado en el rendimiento de los activos e
instrumentos financieros y el consecuente repliegue de las inversiones destinadas a la actividad
productiva.
2,98
3,10
3,05
2,992,96
2,89
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2007
2010
2012
2014
2016
2018
Indice de Desempeño Logístico. Países seleccionados (1: bajo; 5: alto)
Perú Argentina Chile
2,98
2,89
1,0 3,0 5,0
Puntualidad de losembarques
Rastreo y seguimientode envíos
Embarques a precioscompetitivos
IDL
Competencia logística
Calidad de lainfraestructura
Eficiencia deldesapacho aduanero
Componentes del Indice de Desempeño Logístico: Argentina (1: bajo; 5: alto)
2018 2007
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El último elemento que impide el impulso de la competitividad del sector es la regulación, que,
a su vez, tiene que ver con otros aspectos mencionados como por ejemplo la presión tributaria, las
condiciones de empleabilidad y la productividad. En este sentido, es importante alcanzar mejoras
sustanciales en el campo jurídico y regulatorio buscando incorporar al marco normativo en el que
se desenvuelve la actividad los elementos necesarios para atraer capitales y asegurar un desarrollo
adecuado y sin mayores obstáculos. Amén de la estructura impositiva y la presión que el fisco
ejerce sobre el sector, acápite relacionado a la regulación y que hoy tiene su mejor representante
en la reinstauración del esquema arancelario a las exportaciones, el marco legal general con el que
opera actualmente la minería es la ley de actividad minera (N° 24.196) de 1993, un articulado
vetusto y anacrónico que venía reclamando modificaciones de fondo en muchos aspectos y que el
gobierno busca cambiar en el corto plazo para fomentar la inversión minera en un contexto
internacional poco propicio para la actividad. El denominado Acuerdo Federal Minero (AFM), un
pacto firmado por la mayoría de las provincias mineras (17) y por el gobierno nacional en junio de
2017, va en ese sentido ya que además de buscar la homogenización del marco legal para el
desarrollo de la actividad en todo el territorio nacional, un elemento que resulta decisivo en la
determinación de la previsibilidad para el negocio, procura representar a todas las provincias
mineras teniendo en cuenta sus diferencias geológicas y capacidades económicas como así
también las necesidades inherentes al desarrollo local y los avances tecnológicos en materia
ambiental. En efecto, el AFM tiene un objetivo doble. En primer lugar, dado que las provincias son
las legítimas dueñas de los recursos minerales existentes en sus territorios, busca saldar una
deuda histórica en relación a la participación que éstas tienen en los beneficios económicos
derivados de la extracción de minerales estableciendo un cambio en la forma en la que se
contabilizan las regalías –fijándolas en un máximo del 3% del valor bruto de producción (VBP)–, en
tanto que agrega un aporte del 1,5% del VBP que deberán abonar las empresas operadoras y que
tendrá como objetivo la conformación de un fondo de desarrollo para obras de infraestructura.
Asimismo, y en segundo lugar, el AFM busca homogeneizar los procedimientos para la actividad y
mejorar las condiciones en las que se desarrolla atendiendo y equilibrando los fines empresariales
con los sociales-ambientales estableciendo i) la extensión de la concesión de las explotaciones
hasta el agotamiento del mineral extraído; ii) la estabilidad de las condiciones fiscales por un
período de 30 años; y, finalmente, iii) la ampliación de las sanciones para las empresas que
incumplan con las pautas establecidas en materia ambiental. Con este doble objetivo, el AFM
busca transformarse en el marco legal que dé forma a la actividad durante los próximos 20 años,
como así también en una sólida señal de confianza para el sector y el capital extranjero.
No obstante, el AFM necesita ser tratado en el Congreso de la Nación (CNA) para poder
convertirse en Ley, situación que al momento de realizar este trabajo aún esperaba el momento
político adecuado para llevarse adelante. En este escenario, desde la Subsecretaría de Minería
dependiente del Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación9 se ha asegurado que, si bien el
AFM ha dejado de ser prioridad para la política local, el acuerdo se aplica actualmente en aspectos
tales como mejores prácticas para la minería, catastro digital, cuidado del medio ambiente, cierre
de minas, Ley de protección de glaciares (N° 26.418) y otros elementos socioeconómicos que
afectan a las comunidades donde se desarrolla la actividad minera. Además, la misma fuente
asegura que el AFM busca incluir el desarrollo sustentable en la educación, generar empleo local,
asegurar un espacio para la minería artesanal y para las pymes del sector, como así también
fomentar el uso de las energías renovables en las explotaciones. A pesar de ello, es igualmente
9 “El Acuerdo Federal Minero está frenado en el Congreso”. La Opinión Austral, 19 de noviembre de 2018. https://laopinionaustral.com.ar/el-acuerdo-federal-minero-esta-frenado-en-el-senado/
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importante señalar que desde el sector privado –más precisamente desde la CAEM– han
destacado que el mencionado acuerdo no cumple con una de sus principales directrices, es decir
empujar la inversión y un mayor flujo de capitales, desde que las modificaciones impuestas en el
mismo en materia de regalías y nuevos impuestos terminan elevando la presión fiscal sobre el
sector y, por ende, generando el efecto contrario10.
A pesar de que la minería hoy ve impedido su completo desarrollo a raíz de cuestiones más
relacionadas con lo económico (la inflación creciente, el tipo de cambio frente al dólar y las
elevadas tasas de interés, entre otros), la actualización del marco normativo conforma uno de los
puntos elementales para dinamizar el sector, incrementar su competitividad y atraer un mayor flujo
de inversiones. Los expertos coinciden en que alrededor del 60% del subsuelo local aún no ha sido
explorado y que, a pesar de la riqueza minera con la que cuenta el país, la carencia crónica de
políticas adecuadas orientadas a la actividad minera han impedido su desarrollo de manera
sostenible. Asimismo, la persistencia de estos inconvenientes sumado al hecho de que varias
provincias no han suscrito al acuerdo, básicamente por la barrera legal que les impide desarrollar la
minería en sus territorios (como por ejemplo San Luis, Tucumán o Chubut), se transforman en
obstáculos infranqueables que retrotraen proyectos y expulsan inversión minera potencial.
II.- El presente del litio desde la óptica de la competitividad
El litio es actualmente un mineral con gran potencialidad de desarrollo local. Si bien el
comportamiento y evolución del valor de producción de la minería doméstica se encuentra atado al
desempeño de otros minerales con mayor tradición, como el oro, la plata o el aluminio; en los
últimos años el litio ha incrementado de manera sustancial su contribución a la actividad pasando
de representar el 1% del VAB de la minería en 2011 a un estimado del 9% en 2017. De hecho, si la
tendencia en la producción de este mineral sigue confirmándose a futuro, es decir con un
escenario de precios elevados y aumentos en los niveles de inversión, no sería extraño
observar un crecimiento aún más importante en la producción de este mineral, más aun teniendo
en cuenta el contexto menos promisorio que muestran otros minerales de conocida trayectoria en
nuestro país, como son el oro, la plata o el cobre.
En esta nueva realidad, el litio se ha transformado en un faro para las inversiones globales
desde que la extracción del mineral es empujada por una tendencia creciente en el precio en los
mercados internacionales como así también por el peso incremental que han venido ganado las
baterías de litio en la demanda del mismo (superando el 50% de ésta en la actualidad), a raíz de la
presión que ejercen otros sectores productivos como el automotriz y el tecnológico. En ese sentido,
Argentina, junto a Chile y Bolivia, forma parte del denominado “triángulo del litio”, un espacio
geográfico ubicado en el límite de estos países y en donde se concentraría la mayor parte de las
reservas mundiales de este mineral. Esta condición ubica a la Argentina como uno de los puntos de
mayor atracción para la inversión destinada a la exploración y explotación de este recurso, el cual
10 En paralelo, la CAEM había propuesto algunos cambios que no fueron tenidos en cuenta en la versión final del acuerdo que hoy espera su aprobación y reglamentación. Por ejemplo, en materia de regalías, la cámara promovía un esquema progresivo que acompañara el desarrollo de las inversiones con un sistema móvil apoyado en la generación de utilidades de cada proyecto minero y no en las ventas (ver: https://www.cronista.com/3dias/La-mineria-que-viene-Nacion-y-provincias-definen-una-nueva-hoja-de-ruta-20180406-0005.html).
17 © 2019 KPMG, una sociedad argentina y firma miembro de la red de firmas miembro independientes de
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se espera mantenga una tendencia creciente en materia de producción y, principalmente,
exportación. La producción doméstica actual, que se mantiene en torno a las 40.000 toneladas/LCE
(carbonato de litio equivalente), está a cargo de dos empresas: la subsidiaria local de la
estadounidense Livent Corporation, integrante del grupo FMC (Minera del Altiplano S.A.), que
trabaja en el salar del Hombre Muerto en Catamarca, y la local Sales de Jujuy que opera en el
Salar de Olaroz en la provincia de Jujuy. Asimismo, amén de que en la actualidad existen varios
proyectos en la etapa de factibilidad o en estadios más tempranos, a éstas dos empresas pueden
sumarse Minera Exar (compuesta por Lithium Americas y SQM), que se encuentra construyendo
una explotación en el salar Cauchari-Olaroz en Jujuy; y Rincon Limited, que tiene intenciones
sólidas de invertir en el salar del Rincón en Salta.
Figura N° 8
Evolución de las exportaciones de litio en Argentina. Proyección 2018-2022. (En millones de dólares y en % de las exportaciones mineras y de combustibles)
Fuente: Elaboración propia en base a Ministerio de Hacienda (MECON), INDEC y Ministerio de Energía y Minería de la
Nación (“El Litio, una oportunidad”, Subsecretaría de Desarrollo Minero, Dirección Nacional de Promoción Minera, 2018).
Las 40.000 toneladas de producción actual representan alrededor del 17% de la producción
mundial, que en 2017 llegó a las 234.000 toneladas/LCE. Para 2019, los especialistas estiman que
la producción local de este recurso podría llegar al rango de las 60.000 - 90.00011 toneladas, con
una tendencia creciente que permitiría multiplicar en varias veces el output de este subsector hasta
superar las 300.000 toneladas en 2022. En lo que respecta a exportaciones, si se asume que la
tasa de crecimiento de las ventas externas del mineral entre los primeros siete meses de 2017 y
2018 es prolongable a todo el año, las ventas externas estimadas de litio habrían superado los US$
11 La proyección efectuada por el Ministerio de Energía y Minería de la Nación (hoy una Secretaría dependiente del Ministerio de Hacienda) para la capacidad máxima de producción de litio de 2019 en su trabajo “El Litio: una oportunidad” (2018), se ubicó en torno a las 62.000 toneladas/LCE. No obstante, estimaciones más recientes ubicarían a la mencionada estimación en las 90.000 toneladas.
1,1% 1,0% 0,8%
1,8%
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Exportaciones de Litio(en millones de US$ y como % de las exportaciones mineras y de combustibles)
Litio Litio (como % Exportaciones Mineras y Comb.)
18 © 2019 KPMG, una sociedad argentina y firma miembro de la red de firmas miembro independientes de
KPMG afiliadas a KPMG International Cooperative (“KPMG International”), una entidad suiza.
250 millones (en 2018), o del 6% al 9% de las exportaciones totales de minerales y combustibles,
que en 2018 llegaron a un estimado de US$ 4.000 millones (ver Figura N° 8). En armonía con la
proyección de la producción local hacia 2022, se estima que las exportaciones de litio seguirán el
mismo camino, pudiendo alcanzar cifras mayores a los US$ 2.000 millones para ese año.
Sin embargo, es importante aclarar que estas proyecciones fueron efectuadas con anterioridad
al suceso de ciertos eventos locales e internacionales que hoy impactan a la minería y podrían
condicionar la producción de litio durante 2019 y años venideros. En particular, cabe señalar que la
reinstauración y generalización del esquema de aranceles a las exportaciones que había sido
derogado en diciembre de 2015 tendrá un efecto recesivo que no será fácil de compensar con la
actual política cambiaria (la cual pareciera estar más atada a la búsqueda de una solución a la alta
inflación de precios y costos que atraviesa la economía que a mantener un tipo de cambio elevado
para asegurar la rentabilidad de los sectores transables). Asimismo, sigue siendo determinante la
evolución de los precios. En este sentido, si bien el precio del litio se ha mantenido en ascenso en
los últimos años, el reciente aumento observado en las tasas de interés de referencia, decisión
llevada adelante por la FED de los EE.UU., podría impactar negativamente sobre su evolución
futura teniendo en cuenta que tal decisión funciona como un reasignador de los flujos globales de
inversión, provocando transferencias de capital desde los mercados de commodities a otros activos
e instrumentos financieros. Finalmente, es importante ponderar los factores de competitividad ya
mencionados y que también podrían jugar en detrimento del litio, principalmente en materia de
regulación, infraestructura y costos logísticos.
III.- Consideraciones finales
La minería, como otras actividades productivas locales, ha visto limitado su desarrollo en los
últimos años en respuesta a una serie de sucesos internos y externos que no han permitido
explotar totalmente las oportunidades que la actividad tiene en Argentina. A la baja de los precios
de los minerales, evento que tiene lugar por una sustancial caída en la demanda internacional, se
han sumado hechos domésticos, tanto políticos como económicos, que la han impactado,
principalmente en 2018.
En el ámbito externo, es importante entender que el cambio inducido por la FED en la política
montería y el consecuente aumento de tasas de interés en el corto a mediano plazo sesgarán los
flujos de inversión hacia instrumentos y activos financieros, retrayendo así la demanda y los precios
de los commodities en la mayoría de los mercados internacionales. Teniendo en cuenta este
suceso, ello podría derivar en una significativa retracción de los fondos globales destinados a la
inversión productiva, incrementando, de esta manera, la selectividad de la IED y la competencia de
los países mineros por traccionarlos hacia sus territorios. Con tantas limitaciones en el plano
externo, la competitividad de los países deviene en un determinante crucial para el desarrollo local
de la minería. En ese sentido, en Argentina, el sector minero y la mayoría de las actividades
productivas necesitan de reformas estructurales que puedan traducirse en el mediano plazo en
mejoras sustanciales y permanentes en los niveles de productividad, provisto que el país viene
observando bajas calificaciones en relación a sus competidores, tanto en lo referido a la
competitividad estructural (WEF) como en lo relacionado al análisis de las variables de desempeño
que la afectan.
19 © 2019 KPMG, una sociedad argentina y firma miembro de la red de firmas miembro independientes de
KPMG afiliadas a KPMG International Cooperative (“KPMG International”), una entidad suiza.
Así, resulta importante señalar que, además de los bajos niveles productivos observados en
los últimos años en materia de producción por empleado (productividad laboral), el sector necesita
con urgencia un cambio radical en materia impositiva, de tal manera que se aliviane la presión
tributaria sobre el mismo que en 2019, teniendo en cuenta el peso de los aranceles a las
exportaciones, podría llegar al 29% de los ingresos. Es cierto que la economía argentina se
encuentra en un momento de transición en materia económica, principalmente en lo referido a los
efectos que las metas fiscales tienen sobre la inversión pública y el gasto corriente, situación que
no permitiría al gobierno tomar medidas en el corto plazo para subsanar este impacto y mitigar el
consecuente retraso en el desarrollo de las obras de infraestructura (principalmente en materia de
transporte y logística), las que son necesarias para mejorar las condiciones en las que estas
actividades se llevan adelante.
Finalmente, es importante una reforma regulatoria que actualice y trace el marco normativo de
la actividad para los próximos años. Si bien ésta fue la intención del gobierno con la firma del
Acuerdo Federal Minero (2017), la realidad es que el pacto aún no ha podido ser convertido en ley,
debido a que ha sido retrasado su tratamiento y refrenda en el Congreso de la Nación. Asimismo,
es importante señalar que no se conoce de manera certera si la totalidad de las provincias mineras
darán su consentimiento al mencionado acuerdo debido a que, en primer lugar, existen
impedimentos legales que limitarían la extracción mineral en algunas de ellas y, en segundo lugar,
porque según argumentan, no estarían del todo claros los beneficios que el AFM afirma tener en
cuanto al fomento a la inversión y el desarrollo del sector.
Teniendo estos elementos en cuenta, resulta claro que el conjunto de oportunidades para el
sector que existe en Argentina es tan importante como el trayecto que debe cubrirse en materia de
competitividad. Asimismo, debe señalarse que el factor político tendrá un peso significativo durante
2019, ya que las elecciones previstas para fines de ese año introducen una cuota importante de
incertidumbre a la mezcla de expectativas de la mayoría de los sectores productivos. Ello implica
que la Argentina deberá esperar hasta la confirmación de las tendencias para ubicarse en una
mejor posición relativa y atender las particularidades de cada sector fomentando las mejoras en
competitividad. Por el momento, deberían seguirse concentrando los esfuerzos en el desarrollo del
litio ya que este mineral conforma hoy un vértice que le permite a la minería local mantener su
presencia internacional, ganar peso en el desempeño global y, sobre todo, avizorar un mejor futuro.
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KPMG afiliadas a KPMG International Cooperative (“KPMG International”), una entidad suiza.
Referencias
CAEM, “La minería en Argentina. Incrementar competitividad para aprovechar su potencial”. CAEM-ABECEB,
enero de 2017.
CAEM, “Reporte de variables mineras, octubre de 2018”. CAEM-ABECEB, octubre de 2018.
CAEM, “Litio. Situación actual y potencial en Argentina”. Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM),
marzo de 2019.
INDEC, “Matriz Insumo Producto Argentina 1997”. Ministerio de Economía, Secretaría de Política Económica, Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).
KPMG, “Algunos temas relevantes para la minería en 2018”. KPMG Argentina, enero de 2018.
MINEM, “El Litio: una oportunidad”, Ministerio de Energía y Minería de la Nación, Subsecretaría de Desarrollo
Minero, Dirección Nacional de Promoción Minera, 2018
MINEM, “El Litio: una oportunidad. Estado de situación. Perspectivas. Mercado”, Ministerio de Energía y
Minería de la Nación, Subsecretaría de Desarrollo Minero, Dirección Nacional de Promoción Minera, 2017
MINEM, “Competitividad y atractividad de inversiones de la minería argentina”. Ministerio de Energía y
Minería de la Nación, Subsecretaría de Desarrollo Minero, Dirección de Economía Minera, Dirección Nacional
de Promoción Minera, diciembre de 2017.
WEF, “The global competitiveness report. 2017-2018”, World Economic Forum, 2017.
WEF, “The global competitiveness report. 2018”, World Economic Forum, 2018.
Autores
Mario Belardinelli Socio Líder de Minería KPMG Argentina +54 11 4316 5812 [email protected]
Matías Cano Economista Clientes y Mercados KPMG Argentina +54 11 4316 5817 [email protected]
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Contacto
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