Nilo no sufre márgenes, ni murosMadrid, oh peregrino, tú que pasas,Que a su menor inundación de casasNi aun los campos del Tajo están seguros.
Émula la verán siglos futurosDe Menfis no, que el término le tasas;Del tiempo sí, que sus profundas basasNo son en vano pedernales duros.
Dosel de reyes, de sus hijos cunaHa sido y es; zodíaco lucienteDe la beldad, teatro de Fortuna.
La invidia aquí su venenoso dienteCebar suele, a privanzas importuna.Camina en paz, refiérelo a tu gente.