SEMINARIO EVANGÉLICO DE LIMA
FACULTAD DE TEOLOGÍA
ESCUELA PROFESIONAL DE MINISTERIO PASTORAL
ENSAYO
DERECHOS HUMANOS Y LOS EVANGELIOS EN LA
REALIDAD PERUANA DE LOS AÑOS 1980 Y 1990.
PRESENTADO POR:
RENZO GONZALES E.
FECHA: La Molina, 2017
Introducción
En el contexto actual en el cual nos encontramos, sabemos que muchas cosas son provocadas por
las decisiones humanas y no por lo que la palabra de Dios demanda; Poniendo esta premisa,
podemos profundizar desde cuando nuestro país se volvió un lugar en el cual prima la ley del
más astuto, caso y muestra de ello son los miles de personas que viven bajo informalidad y
corrupción, esto incluye políticos e incluso ministros de iglesias evangélicas.
En el presente trabajo, mostraremos una realidad en la cual nuestra sociedad pide a gritos una
igualdad en derechos, podemos ver que hace muchos años se promulgo una serie de leyes a
favor de la libertad humana, pero queda solo en el papel, ya que, la informalidad y esclavitud
moderna aún persisten, o por otro lado la discriminación que aún se vive en nuestro país.
Cabe resaltar que, en el presente, se toma los periodos del año 1980 y 1990 para efectos de
estudio, considerando la etapa convulsionada que se vivió tanto social, política y económica de
nuestro país.
Por último, se muestra el rol importante el cual ejercieron miles de campesinos y pastores en el
alto Perú en la época del terrorismo, tomando armas y luchando contra un enemigo que estaba
dentro de nuestro propio territorio nacional.
Trasfondo general y problemática del Perú
Conquista española
Muchas de las formas de gobernar, e incluso las religiones traídas por los españoles fueron de
gran influencia, recordemos que ellos llegaron a tierras peruanas y los indígenas mismos los
reconocieron como seres divinos, según narran historiadores como Ponciano del Pino o Iván
Degrori , ciento ochenta soldados embarcados a la expedición del nuevo mundo a mediados del
siglo XV, fueron los encargados de llegar a tierras del nuevo mundo, cuando el imperio del
Tahuantinsuyo se encontraba en una guerra civil entre los hijos de Huayna Capác, Huáscar y
Atahualpa.
Luego es historia conocida, guerras y conflictos de parte de una resistencia de los nativos y los
conquistadores, pero estos tienen procesos y etapas en diversos ámbitos.
En este primer capítulo veremos el trasfondo histórico de cada factor y sus procesos en el Perú.
Estado y sociedad
Luego de la conquista, el problema de la identidad y nación conjuntamente con la relación de
dominación y subordinación fue uno de los problemas sociales para nuestra historia. (Matos Mar,
1988), como bien menciona Gustavo Gutiérrez, para la clase dominante el matar a un indígena
era algo insignificante. (Gustavo, 1982)
En las primeras décadas de este Siglo, se armaron varios frentes y se abrieron universidades en
las cuales se pretendía incluirlos en la clase obrera, durante este periodo se armaron dos frentes
ideológicos, El APRA por Haya de la torre en 1924 y el Partido socialista por Mariátegui en 1928.
Para Haya la política era ante todo acción. La práctica revolucionaria no requería de discusiones
o debates. Haya imaginaba al aprismo como una especie de “Ejercito rojo”, disciplinado y
jerarquizado, en cuyo comando estaría una inteligencia lucida, capaz de indicar el camino. Lo
esencial era contar con este grupo selecto de conspiradores. (…) En Mariátegui, en cambio, el
marxismo entendido como el mito de nuestro tiempo equivalía una apuesta por la revolución
como acto colectivo, como creación de masas, como traducción de impulsos y pasiones…
Recusaba la idea de que alguien pudiera auto designarse como jefe o líder … ( (Flores Galindo,
1988).
El APRA logro surgir a diferencia del partido socialista, el apra fue un partido de masas con
características populistas, durante los gobiernos militares de Zanches Cerro (1931-1933),
Benavides (1933-1039) y Odria (1948-1956), y durante el gobierno civil de Manuel Prado
(1939-1945), los principales dirigente de este partido fueron encarcelados o exiliados (López,
1998).
Durante la época del 60 y 70 surgieron movimientos que reflejaron lo convulsionado que se
encontraba la situación de Estado-sociedad, la movilización campesina en 1960-1965 y las
guerrillas de 1965 conducidas por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria y el ejército de
liberación nacional. En 1978 la coyuntura política fue abordad por un tipo de gobierno de
izquierda y radical, la cual fue apoyada por la mayoría de la población. ( (López, 1998).
Nuevo rostro de Perú 1980 – 1992
Fue en este periodo donde se perfilo un nuevo escenario, surgió un nuevo canal de comunicar y
sobre todo alternativas políticas, el MRTA, Sendero luminoso, rondas campesinas y los
políticos independientes, bajo este escenario la migración cambio el panorama social, se inclino
más por la informalidad, este factor de la realidad cruzó sociales, políticas y económicas de la
sociedad peruana. (López, 1998).
En esos años en la sierra del País, se vibraba una batalla sin cuartel entre sendero luminoso y
los comités de defensa civil o llamadas también rondas campesinas, en el Apurímac las iglesias
evangélicas, especialmente las pentecostales, han jugado un papel muy importante en la lucha
contra sendero luminoso (Ivan, José, Ponciano, & Orin, 1996), se predicaba mucho un mensaje
apocalíptico, en donde llamaban como anticristo a sendero luminoso.
A raíz de estos acontecimientos en la sierra, llevo a la migración de muchos campesinos y
pobladores, el surgimiento de una “cultura chicha” que era básicamente la informalidad en lo
económico ya que era respuesta a un estado que administraba mal los recursos, fue en este
periodo donde el Perú presenció un desfile de autoridades elegidas democráticamente.
Identidad y el papel de la comunidad evangélica
Podemos situar a los evangélicos en la actualidad y según el trasfondo histórico de forma
teológica, geográfica y sociológicamente, siempre ligado a CONEP (Concilio nacional
evangélico del Perú) que muestra a los evangélicos luchando por los derechos humanos,
tomando armas en la lucha armada en la época del terrorismo e incluso tomando participación
política.
Etapas de un proceso
Evangélicos en 1980 – 1984
Como anteriormente vimos, la CONEP y su participación por los derechos humanos en el
contexto de los años mencionados, fue un compromiso que demando una serie de conflictos
teológicos, ya que requería conocer a los sujetos de estudio bajo su trasfondo histórico.
Luego de un gobierno militar como el de Velasco, los primeros meses del año 1980 se retornaba
a la democracia, pero este panorama le convenía a sendero luminoso, el desgaste de los militares
en el gobierno y la inestabilidad de la democracia indicaban un momento oportuno para empezar
una guerra popular del campo a la ciudad. (López, 1998), este año fue crucial, en los año 1980
al 1982 sendero abuso de los pobladores en Ayacucho, marco la etapa de mayor avance de
sendero luminoso en la zona de conflicto. (Carlos Iván, 1989).
Para resumir, podemos decir que se dieron dos hechos relevantes en este periodo, el acelerado
crecimiento de sendero luminoso y la política de minimizar a este grupo subversivo.
Hubo tensiones entre los creyentes y la influencia que tenia CONEP, por ello se manifestaron
corrientes teológicas claves, toma protagonismo la fraternidad teológica latinoamericana (FTL)
el cual tenía por objetivo, promover la reflexión en torno al evangelio y a su significación para
el ser humano y la sociedad en América Latina, muchos de los representantes de la FTL tenían
un ligación anterior a la AGEUP, que era un movimiento estudiantil afiliado a la CIEE que es
una comunidad evangélica internacional.
En resumen la FTL y la AGEUP tenían una perspectiva teológica común debido a dos razones
principales, en primer lugar los principales fundadores de FTL había sido fundadores
también de la AGEUP, tales como Francisco Escobar y Pedro Arana y también porque ambos
pertenecían a la secretaria de la CIEE. (López, 1998)
Los Evangélicos en 1985 – 1989
En el marco de este periodo y habiendo ya tomado conciencia de todo el contexto, CONEP
pone en conocimiento público los abusos que se cometían mediante la lucha armada,
comenzando de esta manera una etapa de creciente involucramiento en la lucha por los derechos
humanos. (López, 1998).
Esto llevo a formar la oficina de derechos humanos, está dirigida por un pastor laico de la iglesia
metodista Esteban Cuya, como función, asesorar a los evangélicos injustamente encarcelados
en las zonas de emergencia y segundo difundir las acciones de defensa de derecho de la
COMPAZES.
Estas acciones en zonas de emergencia llevaban a que los cristianos lleven un doble discurso,
debido a que ellos también se levantaron en armas ante sendero, así lo menciona Ponciano del
Pino (Ivan, José, Ponciano, & Orin, 1996).
Otro paso importante que llevo a cabo CONEP fue la creación del departamento Paz y
esperanza, el cual desarrollo programa de derechos humanos.
Se procedió a la creación del Proyecto de directorio Evangélico del CONEP o PRODECO, el
cual era de forma descentralizada la administración de CONEP.
En 1988 y 1989 se consolido el programa de derechos humanos, que básicamente operaba
acorde los hechos que se suscitaban en el entorno político, el cual Sendero se había percatado
que en el gobierno y política estos funcionarios actuaban bajo impunidad.
En este proceso social, como parte de la población civil, el sector de los evangélicos por la
misión integral entendió que debía su tarea de defender los derechos humanos, por lo tanto
también se conto con participación de la sociedad civil en el proceso de pacificación nacional,
las llamadas rondas campesina (Ivan, José, Ponciano, & Orin, 1996).
Los evangélicos también buscaban atender necesidades de aquellos lideres y pastores de las
zonas de emergencia, por ello se realizaban encuentros pastorales para poder atender estas
necesidades., estos encuentro arrojaron dos indicadores, como lo menciona Dario Lopez, el
primero es el deseo de los lideres de tener un espacio social para compartir sus problemáticas y
plantear sus preguntas pastorales y segundo, y los temas relacionados a la violación de los
derechos humanos, era muestra que ellos querían contextualizar la dimensión social y política
de la fe evangélica.
Los Evangélicos en 1990 – 1992
Teniendo en cuenta que en este periodo de tres años, la situación política con el presidente de
ese entonces Alberto Fujimori dio paso a que los evangélicos tengan mayor participación,
puesto que la elección de Alberto Fujimori fue por una campaña hecha desde la mimas iglesias
evangélicas y con cuarenta y siete postulantes para representantes en el congreso.
El fenómeno Fujimori y el apoyo de los evangélicos a este político, resulta ser por el trasfondo
histórico y precisamos contextualizarlo, dentro de una situación de creciente pérdida de
credibilidad en los partidos tradicionales, unida a la búsqueda de nuevos canales de expresión de
la voluntad popular traducida en los votos.
Los evangélicos y los derechos humanos
Lucha por los derechos humanos
Para culminar, tocaremos la evolución y transformación teológica del CONEP, no solo
reconociendo exclusivamente de forma religiosa la dignidad de los seres humanos como
creación de Dios, si no también de modo de aceptación de la dimensión política de la lucha por
los derechos humanos. (López, 1998).
Durante muchos años CONEP ha sido la única institución donde la gran mayoría d iglesias se
ve representada, mas allá de algunas diferencias, esta sociedad no se rompió, dicha
representación logro calar en el entorno, dando pase a una participación de dos factores de esa
época, la primera la realidad de violencia, obligo que los evangélicos participen en tareas que
no eran comunes y segundo, la violación de los derechos por parte de la represión y subversión
hacia los evangélicos, se pronunciaba mediante denuncias y específicamente con nombres de
los que violaban dichos derechos.
Los aspectos claves que se sucintaron, fueron sin lugar a duda dos temas teológicos, a fines de
1970 y los primeros años de 1980, la participación política de los creyentes y el problema
ecuménico. La postura de CONEP fue la de no afiliarse a ninguno de los dos polos teológicos
representados por CLAI y CONELA respectivamente.
En estos años ya cuando había mucha diferencia, se pedía opinión de las denominaciones
representativas, tales como Alianza cristiana y misionera, iglesia Bautista, asambleas de Dios,
etc.
En síntesis podemos decir que la exposición de algunos casos de violación de derechos
humanos a evangelicos, hizo que la tendencia de no inmiscuirse en temas políticos deje de ser
una normativa, y se consideraban asuntos en los cuales las iglesias mediante la CONEP debían
inferir.
La transformación teológica que anteriormente mencionamos, tuvo dos limitaciones: En
primer lugar, respecto a la realidad interna de las iglesias evangelicas, el involucramiento de la
CONEP en la lucha por los derechos humanos no significaba la total aprobación de todos los
sectores teológicos que estaban dentro de esta entidad. (López, 1998), por otro lado, la entidad
solo se limitaría a defender casos que afecten a sus afiliados.
Más allá de las limitaciones mencionadas, se demuestra cuanto puede inferir una minoría
concientizada teológicamente acerca del valor imponderable de la vida humana.
Esta experiencia enseña también que la conexión entre declaración
teológica y practica social ligada al compromiso colectivo de una
generación unida por convicción teológicas comunes, son dos de las
condiciones básicas para que ocurra un proceso de transformación
teológica relevante en términos políticos, así como las acciones
políticas se derivan de claros fundamentos teológicos. (López, 1998)
Entonces es así, que, bajo situaciones políticas, sociales o de otra índole extremas, es como las
propuestas teológicas surgen, anteponiendo lo personal, por lo colectivo, ejemplo de ello es el
acuerdo parcial al cual llegaron los integrantes de la CONEP, por ello, estas situaciones hacen
que esta minoría se levante y luche por aquello que se reprime o priva, en este caso los derechos
humanos.
Conclusiones
Podemos concluir, que como iglesia somos responsables de velar por nuestros hermanos, sean
cristianos o no.
Somos encargados y mayordomos de lo que nuestro padre provee, por lo tanto, debemos
ministrar las escrituras a aquellos que carecen de una sana doctrina.
La unión del cuerpo de Cristo representado por las iglesias sobre un territorio, hacen fuerza
para que las voces sean escuchadas en un entorno politizado y burocratizado.
Las diferencias teológicas no son motivo de separación, por el contrario sirven para discernir
sobre las escrituras, por lo tanto se vive un ambiente democrático desde el interior de las
organizaciones como CONEP.
La historia tiende a repetirse, no obstante, debemos llevar la palabra y predicar a aquellos que
aun no conocen el estado de incertidumbre y terror que se vivio en los años de terrorismo.
Referencias
Flores Galindo, A. (1988). Buscando un Inca: Identidad y utopía en los andes. Lima:
Horizonte.
Gustavo, G. (1982). La fuerza históricca de los pobres. Salamanca: Ediciones sigueme.
Ivan, D., José, C., Ponciano, D. P., & Orin, S. (1996). Las rondas campesinas y la derrota de
sendero luminoso. Lima: IEP.
López, D. (1998). Los evangelicos y los derechos humanos: La experiencia social del concilio
Nacional Evangelico del Perú 1980-1992. Lima: CENIP.
Matos Mar, J. (1988). Desborde Popular y crisis del estado: El nuevo rostro del Perú en la
decada de 1980. Lima: CONCYTEC.
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