Introducción:
Existe una guerra que el Hombre lucha desde hace varios cientos de años. Es una guerra
silenciosa - o mejor dicho silenciada - en la que contradictoriamente, ganar significa
perder. Esta guerra se viene librando a escala mundial, pero sus mayores batallas se
viven cada día en el Hemisferio Norte.
Su inicio, podríamos decir que fue entre los años 1760 y 1780 en Inglaterra, donde
comienza a buscarse la mecanización de la producción con el fin de conseguir que esta
sea más rápida y abundante. Para eso eran necesarias grandes máquinas y el carbón era
la fuente de energía utilizada por excelencia.
A partir de ese momento cientos de miles de pequeñas batallas dan forma a la "Cruzada
mundial del Hombre contra la Tierra", una guerra de autodestrucción contra su propio
hábitat en la que ataca y destruye sus fuentes de alimentos naturales, de producción de
oxígeno y de reservas de agua potable necesarios para la vida.
Esta es una guerra de la que todos somos parte, en la que a diario utilizamos nuestras
propias armas de destrucción masiva, tan masiva que están destruyendo a todo ser vivo
sobre la Tierra. El automóvil, la heladera o el equipo de aire acondicionado, con las
tecnologías que se han aplicado hasta ahora y solo por citar algunos ejemplos, sumados
al consumismo desmedido e irresponsable, provocan un efecto negativo en el ecosistema
del planeta.
Claro que esas no son las únicas armas con las que contamos, como dignos seres
superiores hemos perfeccionado nuestro poder de fuego para que no haya posibilidad de
que perdamos (ganemos) esta guerra.
Tenemos y usamos la mejor tecnología para crear nuestras bombas ecológicas, como los
derrames de petróleo, la minería a cielo abierto, la centrales nucleares, las
megarrepresas; incluso estamos perfeccionando desde hace algún tiempo la forma de
modificar genéticamente de forma directa o por contagio, todo lo que sobreviva para que
no vaya a creer, esta insolente Naturaleza que algo se nos puede escapar.
Debemos detener esa guerra que lamentablemente estamos ganando (perdiendo) y la
única forma de hacerlo es dar un vuelco muy grande en el rumbo que el desarrollo
humano ha tomado, porque si éste no es ambientalmente sustentado, si no tenemos la
precaución de utilizar sin extinguir, de producir sin contaminar, de consumir de forma
responsable; si no terminamos con las guerras de misiles, bombas y uranio empobrecido,
si no utilizamos fuentes de energía limpias, el fin de la guerra se ve próximo y lo peor del
caso es que nuestra victoria será terminante.
Es aquí donde entra el desarrollo sustentable.
¿Qué es el desarrollo sustentable?
Las expresiones desarrollo sostenible, desarrollo perdurable, y desarrollo sustentable
aluden al desarrollo socioeconómico, y su definición se gestó por primera vez en el
documento nombrado como Informe Brundtland (denominado así por la política noruega
Gro Harlem Brundtland) o conocido también como Nuestro Futuro Común, documento
publicado en 1987 como resultado de los trabajos de la Comisión Mundial del Medio
Ambiente y Desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Cómo resumen, el desarrollo sostenible o sustentable es un concepto desarrollado a
finales del siglo XX, una alternativa al concepto de desarrollo habitual, que pretende una
homogeneidad y coherencia entre el crecimiento económico, los recursos naturales y la
sociedad, evitando comprometer la posibilidad de vida en el planeta, ni la calidad de vida
de la especie humana.
En su sentido más amplio, la estrategia para el desarrollo sustentable tiende a promover
las relaciones armoniosas de los seres humanos entre sí y entre la humanidad y la
naturaleza. La consecución de un desarrollo sustentable requiere de unos objetivos.
Podríamos mencionar varios objetivos pero estos son los más importantes:
“Objetivo 1: Vidas y medios de vida prósperos
Acabar con la pobreza, aumentar el bienestar mediante el acceso a la educación, el empleo y la información, mejorar salud y vivienda, reducir desigualdades e impulsar la producción y el consumo sustentables.
Objetivo 2: Seguridad alimentaria sustentable
Terminar con el hambre y lograr la seguridad alimentaria de largo plazo –incluyendo una mejor nutrición- por medio de sistemas de producción, distribución y consumo sustentables.
Objetivo 3: Seguridad del agua sustentable
Lograr el acceso universal al agua potable y a los servicios sanitarios y asegurar su asignación eficiente por medio de un manejo del agua integrado.
Objetivo 4: Energía limpia universal
Mejorar el acceso a energía limpia universal y a bajo costo que minimice la contaminación local y los daños a la salud a la vez que mitigue el calentamiento global.
Objetivo 5: Ecosistemas sanos y productivos
Mantener la biodiversidad y los servicios del ecosistema por medio de una mejor gestión, valuación, medición, conservación y restauración.
Objetivo 6: Gobernabilidad para sociedades sustentables
Transformar la gobernabilidad y las instituciones en todos los niveles para abordar las otras cinco metas del desarrollo sustentable.” 1
En el futuro la sociedad en general y la industria, como gestora de gran parte de las
actividades humanas relacionadas con el ambiente y las materias primas, además de los
parámetros de calidad, economía y productividad, deberá obtener su beneficio o sus
menores costes teniendo en consideración que sus efectos sobre el medio natural y sobre
la población sean mínimos, si no nulos.
Las industrias, bien individualmente o de forma asociada, están tomando medidas
y acciones encaminadas en esta dirección, y que se han reflejado en
compromisos conjuntos como el compromiso de progreso (Responsible Care), de modo
que su actividad se aproxime a los principios de la gestión natural, que deben guiar la
búsqueda de un equilibrio en las decisiones sobre el uso global de los recursos y que se
resumen en:
1. Las sustancias extraídas de la corteza de la Tierra (como petróleo,
carbón, metales y otros minerales, etc.) no pueden acumularse sistemáticamente en la
ecosfera. Es decir, la velocidad de extracción de los recursos naturales no puede ser
superior a la velocidad con que estas sustancias se re depositan o reintegran en la
corteza.
2. Las sustancias producidas por la sociedad no pueden acumularse continuamente en
la ecosfera. Las sustancias sintéticas no se pueden producir con una velocidad superior a
la de ruptura y reintegro de las mismas en los ciclos naturales.
3. La capacidad natural del ecosistema para absorber y asimilar las sustancias o
residuos generados no puede disminuir continuamente. La disminución de capacidad está
vinculada a la destrucción de bosques, humedales, plantas y animales.
4. Los recursos son limitados. Deben buscarse los métodos más eficientes para
disminuir el consumo de materias primas (y como consecuencia, la tasa de generación de
residuos) y, si es posible, reducir el consumo de productos finales. Las naciones
industrializadas deberían restringir la utilización de recursos con fines no esenciales,
considerando que en muchos países no desarrollados no se cubren siquiera las
necesidades básicas.
La generación de energía, la producción de residuos y el consumo de materias primas
para la fabricación de bienes, están directamente relacionados con
los problemas mencionados y con la consecución del desarrollo sostenible. A
continuación se analiza primeramente la situación actual de la producción de energía y las
previsiones sobre su evolución futura, que permiten examinar en qué forma pueden
alcanzarse las condiciones que requiere el desarrollo sostenible, principalmente mediante
el uso de tecnologías más eficaces.
Se puedentomar algunos ejemplos de la tecnología química que pueda ayudar a reducir al
mínimo todos los daños ya mencionados anteriormente.
Acciones en el sector energético encaminadas hacia un desarrollo sostenible
Son numerosas las propuestas políticas o tecnológicas encaminadas a contribuir a un
desarrollo sostenible, bien tratando de controlar el consumo de ciertas formas de energía
(principalmente la procedente de los combustibles fósiles), bien reduciendo la intensidad
energética (consumo de energía por unidad de PIB) o la intensidad de carbono o de
dióxido de carbono (kg de C ó CO2 emitidos por kWh generado).
Entre las primeras se encuentra el protocolo de Kyoto, dirigido al control de las emisiones
de gases de efecto invernadero, acuerdo político que implica tanto acciones encaminadas
a la reducción del consumo como acciones tecnológicas orientadas bien a la mejora del
rendimiento de los sistemas de generación de energía basados en los combustibles
fósiles (sustitución de combustibles, aumento del rendimiento termodinámico en los
sistemas de generación de energía eléctrica) o a la utilización de energías renovables.
Sustitución de combustibles
La incidencia de los diversos combustibles fósiles sobre el medio ambiente es muy
diferente debido tanto a su contenido variable de elementos específicos como el azufre o
el nitrógeno que dan lugar a contaminantes como los óxidos de azufre o nitrógeno, como
a la proporción en que se encuentran los elementos propiamente combustibles, carbono
e hidrógeno.
La razón efectiva hidrógeno/carbono (razón que tiene en cuenta además el contenido
de oxígeno) varía desde prácticamente cero en la madera, combustible característico del
periodo preindustrial, a 0,4-0,8 en los carbones, 2 en los combustibles líquidos derivados
del petróleo (gasóleos, gasolinas) y un valor máximo de 4 en el gas natural. De este
modo, el uso de combustibles fósiles ha evolucionado en las dos últimas décadas hacia
productos con una proporción creciente de hidrógeno.
La disponibilidad actual de grandes cantidades de gas natural, constituido
mayoritariamente por metano, accesible desde los yacimientos a través de redes de
gaseoductos, permite reducir las emisiones de dióxido de carbono por unidad de energía
producida, es decir, la intensidad de dióxido de carbono, en un factor próximo a 2
respecto a los carbones y a 1,4 respecto a los combustibles líquidos derivados del
petróleo (gasolina y gasóleo). Conviene además recordar que el gas natural constituye,
después del agua, la mayor reserva de hidrógeno en el mundo. Por otra parte, el
tratamiento a que es sometido el gas natural antes de su uso elimina la mayor parte del
azufre y del nitrógeno, dando lugar así a un combustible más limpio, en cuanto se refiere
a la contaminación de la atmósfera.
Mejora de rendimiento en la generación de electricidad a partir de combustibles fósiles.
Cogeneración. Gasificación en ciclo combinado.
La generación convencional de energía eléctrica mediante la producción de vapor a partir
de combustibles fósiles (carbón, petróleo o gas natural) y el accionamiento de un
generador en una turbina de vapor presenta una eficiencia energética baja, que con las
mejoras introducidas en los últimos años en las turbinas puede llegar al 39 % del
contenido energético total del combustible. En las últimas décadas se han introducido dos
variantes que permiten mejorar el rendimiento energético global, además de incorporar
sistemas modernos de control de otros problemas asociados, tales como la emisión de
dióxido de azufre o de óxidos de nitrógeno o la generación de residuos sólidos: la
cogeneración de calor y electricidad y la gasificación con ciclo combinado gas-vapor.
Los sistemas de cogeneración se basan en el aprovechamiento del vapor que se utiliza en
la industria como agente de calefacción para la generación previa de electricidad, que
puede aplicarse para las necesidades internas de la propia planta o bien, si existe
excedente, incorporarse a la red eléctrica. En la Figura 6 se muestra un esquema de
un sistema de cogeneración, donde a partir de un combustible se genera vapor a
altapresión en una caldera; éste acciona una turbina para generar electricidad y el vapor
residual se emplea como agente de calefacción. Los sistemas de cogeneración alcanzan
eficiencias próximas al 60 % y se han implantado profusamente en industrias que
requieren vapor en sus plantas, como es el caso de las industrias químicas o alimentarias.
En México si bien el desarrollo sustentable no se puede comparar con el de otros países, “está aún a tiempo de poner en práctica las medidas necesarias para que todos los proyectos, particularmente los de infraestructura y los del sector productivo, sean compatibles con la protección del ambiente. Es necesario que el desarrollo de nuevas actividades económicas en regiones rurales y semirurales contribuya a que el ambiente se conserve en las mejores condiciones posibles. Todas las políticas que consideran la sustentabilidad ambiental en el crecimiento
de la economía son centrales en el proceso que favorece el Desarrollo Humano Sustentable.
La sustentabilidad ambiental requiere así de una estrecha coordinación de las políticas públicas en el mediano y largo plazo. Esta es una premisa fundamental para el Gobierno Federal, y en este Plan Nacional de Desarrollo se traduce en esfuerzos significativos para mejorar la coordinación interinstitucional y la integración intersectorial. La sustentabilidad ambiental será un criterio rector en el fomento de las actividades productivas, por lo que, en la toma de decisiones sobre inversión, producción y políticas públicas, se incorporarán consideraciones de impacto y riesgo ambientales, así como de uso eficiente y racional de los recursos naturales. Asimismo, se promoverá una mayor participación de todos los órdenes de gobierno y de la sociedad en su conjunto en este esfuerzo. La consideración del tema ambiental será un eje de la política pública que esté presente en todas las actividades de gobierno.
El cuidado del ambiente es un tema que preocupa y ocupa a todos los países. Las consecuencias de modelos de desarrollo, pasados y actuales, que no han tomado en cuenta al medio ambiente, se manifiestan inequívocamente en problemas de orden mundial como el cambio climático. El Gobierno de la República ha optado por sumarse a los esfuerzos internacionales suscribiendo importantes acuerdos, entre los que destacan el Convenio sobre Diversidad Biológica; la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y su Protocolo de Kyoto; el Convenio de Estocolmo, sobre contaminantes orgánicos persistentes; el Protocolo de Montreal, relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono; la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación; la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres; y los Objetivos del Milenio de la Organización de las Naciones Unidas. Estos acuerdos tienen como propósito hacer de México un participante activo en el desarrollo sustentable.”2
Conclusión:
A lo largo de este curso no sólo aprendí y me retroalimenté de lo que sucede en este
planeta en la estancia del ser humano en el mismo, rectifiqué que muchas veces nos
creemos superiores a las cosas que nos rodean y no nos damos cuenta que al final del
día estamos por debajo de las mismas.
Ya lo había mencionado en un trabajo anterior que la palabra desarrollo sustentable es la
base para la futura supervivencia de nuestro planeta como lo conocemos, pero sigo
recalcando la palabra “educación”, la educación es la base de todo y depende de nosotros
seguir viviendo en este planeta el tiempo que queramos.
No se necesita poner una industria de energía sustentable para empezar un cambio
significativo en la contaminación del plantea, basta con pequeñas acciones para empezar
el mismo, bombillas ahorradoras, llaves ahorradoras en la regadera, no tirar basura,
reciclar, cosas muy banales pero que reducirán nuestra huella ecológica.
Este curso me hizo comprometerme totalmente con el bienestar de la economía de mi
país sin afectar el medio ambiente del mismo.
Bibliografía
1 http://www.revistahumanum.org/blog/objetivos-de-desarrollo-sustentable-para-la-gente-y-
el-planeta/
2 http://pnd.calderon.presidencia.gob.mx/index.php?page=sustentabilidad-ambiental