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DISCAPACIDAD
Y
AUTO
DISCRIMINACIÓN
“Rebalanfacapas”
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Introducción
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Para comenzar nuestro trabajo de análisis, es importante tener en cuenta el
objeto de estudio del cual partiremos. Éste último hará referencia a la incidencia de dos
concepciones que pueden o no actuar como determinantes en el vivir cotidiano. Estas
concepciones tienen que ver con la relación posible que pueda existir entre
“discapacidad y auto discriminación”.
Nuestra intención no es marcarlos como conceptos inseparables, sino generar un
debate que nos permita preguntarnos y repreguntarnos, la existencia probable de
relación entre los mismos, y si intervienen y condicionan la conducta social.
Para tratar esta temática nos basaremos en casos vivenciados dentro del marco
institucional educativo, donde al conocerlos nos surgen distintos interrogantes que nos
permiten llevarlos al debate en conjunto.
Como por ejemplo, ¿Qué entendemos por discapacidad? ¿Qué entendemos por
auto discriminación? ¿De qué manera inciden en la construcción del sujeto? ¿Qué
entendemos por sujeto? ¿Existe una construcción social generalizada de lo que debería
ser el perfil de un individuo? ¿Cómo influyen estos aspectos en el quehacer cotidiano?
¿Son determinantes para la toma de decisiones? ¿La discapacidad y la auto
discriminación condicionan la vida de los sujetos? ¿De qué manera?
Estos son algunos de los interrogantes que se nos fueron planteando para la
realización de este trabajo, con el objeto de poner ciertas situaciones en común para
invitarlos a reflexionar, mirar nuestro interior y permitirnos poner en juego nuestros
preconceptos y ejes centrales que marcan nuestras vivencias.
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En el presente trabajo desarrollaremos dos historias encadenadas dentro del
ámbito de las instituciones educativas, ambas están enmarcadas en el rol del alumno.
Para hacer referencia de ambas situaciones e identificar personas, haremos
alusión a nombres ficticios con el fin de preservar la identidad de los protagonistas de
tales vivencias.
El primer relato está referido a una alumna del nivel terciario, con dificultad en
su motricidad, por lo que requería trasladarse mediante una silla de ruedas.
Mercedes para poder cursar su nivel terciario, hacía uso del transporte público
para llegar a la institución, lo que implicaba primero llegar a la parada, esperar el
colectivo pertinente para asistir al profesorado. Luego para regresar a su domicilio debía
transitar siete cuadras hasta llegar a la parada, lo cual le demandaba mucho tiempo.
Incluso esta situación se potenciaba cuando el clima no era favorable.
Dentro de la institución se reorganizaron las ubicaciones de las aulas, de manera
que Mercedes pueda cursar en algún salón ubicado en planta baja, siendo que es un
edificio que funciona con la mayoría de sus aulas en un primer piso, y sólo cuenta con
escaleras, no posee rampas ni ascensores.
Frente a estas dificultades permanentes su cursada era cada vez más
problemática
Durante el transcurso del año lectivo se comenzaron a observar mayor cantidad
de inasistencias en forma paulatina por parte de Mercedes,
Ante esta situación sus referentes pedagógicos y autoridades de la institución
intentan indagar sobre el tema, a lo que Mercedes responde que existen inconvenientes
personales y económicos que no le permiten asistir en forma recurrente a clases. Si bien
se encontraba haciendo los trámites pertinentes con la Obra Social para que le cubra el
traslado, todavía no se había concretado debido a los tiempos burocráticos.
Así siguieron pasando los días con mayor cantidad de inasistencias de
Mercedes, hasta que las autoridades del Instituto generaron los recursos necesarios para
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que ella pudiera asistir a diario a clases. Otorgándole la posibilidad de contar con un
remís diario que la traslade, cuyo costo se haría cargo la cooperadora de la institución.
Contando con este recurso, finalizando la cursada y ya en tiempos de finales,
Mercedes no concurrió a rendir ninguna de sus materias. Y tampoco comenzó a cursar
el ciclo lectivo 2011.
En segundo lugar exponemos el relato de un niño (al que llamaremos Juan)
perteneciente al conurbano bonaerense, que asiste a una escuela cercana a su domicilio.
Juan es un niño que tiene 11 años de edad, vive con su mamá, (su papá no vive
con ellos ya que están separados desde hace cinco años), la actual pareja de la madre y
una hermana menor, fruto de ambos.
Juan asiste a la escuela primaria ubicada a diez cuadras de su domicilio, se
encuentra cursando el tercer grado, debido a que repitió segundo y tercer grado.
Según lo transmitido por el Equipo de orientación de la escuela (E.O.E.), Juan
tiene retraso madurativo. Asiste desde su primer grado a la misma institución, y siempre
tuvo problemas de conducta, pero que en los años anteriores se lo lograba mantener
contenido. Durante el transcurso de este último año, su situación conductual dentro del
ámbito escolar había empeorado, por lo que no lograba tener buena relación con casi
ninguna figura de la escuela. Salvo con los integrantes del equipo técnico.
Con ellos él se mostraba diferente, ya que, era en ese contexto donde le
brindaban atención personalizada a la demanda de su necesidad.
En una conversación entre el Equipo y la Directora de la escuela (nos comenta
el E.O.E.), esta última expresa que la comunidad es la que se encontraban trabajando era
muy compleja, debido a “tener personas sin cultura”.
Juan mostraba actitudes de mucha agresividad con sus compañeros y en
ocasiones, hasta con su docente. Por lo que éste último, expresaba no lograr generar
ningún tipo de vínculo con él.
Estos inconvenientes fueron trayendo otros, como por ejemplo, problemas con
otros padres de la comunidad educativa por quejas de sus hijos, quejas de otros
docentes, reuniones con la madre, que terminaban en llanto de la misma por expresar
sentirse desbordada, sola, sin recursos para ayudar a su hijo.
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Entre algunas de las cosas que manifestaba la madre, se resaltaban frases tales
como –“No puedo ser madre de Juan”, “Intento controlarlo pero no me responde”, “Ya
no sé qué hacer”, “Me supera”, “Con mi marido no se llevan bien, y eso qué él es muy
bueno con todos, no nos hace faltar nada”, “de la manera que se porta no puedo tenerlo
conmigo, le va a pasar algo malo y va a ser mi culpa”, “realmente necesito que me
ayuden, todos en el barrio se quejan de él”-.Estas son algunas de las frases que la madre
de Juan expresaba en las reuniones con el Equipo técnico de la institución.
Luego surgieron episodios de robo en el barrio, en los que Juan estaba
involucrado, un tiempo más tarde comenzó a ausentarse de su casa, y ante las denuncias
realizadas por su madre se descubría que Juan pasaba días en Constitución, durmiendo
en la misma estación o en plazas, etc.
La madre comienza a expresar que siente que no puede ser madre de Juan, que
le habían comentado la posibilidad de que Juan viajara al sur para estar internado en una
granja con niños con las mismas problemáticas que él. Su mamá prefería que se lo
llevaran porque entendía que si seguía de esa manera podía sufrir graves consecuencias.
Ante esta situación el equipo técnico intervino para que se produjera un trabajo
interdisciplinario con otros organismos, que colaboraran con las necesidades y
demandas de Juan y su familia.
Por lo que, posteriormente intervino el D.I.N.A.F (Defensoría de la infancia,
niñez y adolescencia) quien le facilitó a la familia, asistencia social, psicológica y
distintos talleres organizados por especialistas para contener a la familia en su conjunto.
Juan comenzó a ser atendido por una psicóloga y una psicopedagoga. A su vez
asistió a distintos talleres que favorecían su socialización y su expresividad individual.
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Marco teórico
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De acuerdo con lo que establece la Convención de los derechos humanos,
Parte I Deberes de los Estado y Derechos protegidos, cap. I, Art. I; Obligación de
respetar los derechos: “existe el compromiso de respetar los derechos y libertades
reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté
sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo,
idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o
social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social.”
(Convención de los derechos humanos).
Es decir, todos debemos reconocernos como seres humanos que somos,
respetando las diferencias, entendiendo que todos y cada uno de nosotros, necesitamos
expresarnos en libertad para sentirnos pertenecientes a una sociedad en la que
podemos construir nuestros propios espacios, y generar instrumentos loables para el
transcurso de la vida individual, en cada una de las etapas de la vida (familiar, escolar,
social).
A lo largo de los años, la discapacidad ha sido percibida de distintas maneras
por la sociedad. En el siglo XX se encontraba vinculada a una condición o función que
se consideraba deteriorada respecto de la situación general de un individuo.
El término solía hacer referencia a la discapacidad física, la discapacidad
sensorial, la discapacidad cognoscitiva, la discapacidad intelectual, enfermedades
mentales y distintos tipos de enfermedades crónicas. Es decir que se generalizaban en
un término las distintas patologías existentes.
En los últimos años, en cambio, la discapacidad comenzó a ser considerada a
partir de los derechos humanos. Y desde entonces, se inicia una búsqueda permanente
para mantener al sujeto con discapacidad dentro de la sociedad, con normas inclusivas
y normas de accesibilidad.
El colectivo de personas con discapacidad no puede ser representado por un
arquetipo o estándar, no interesan las enfermedades, ni las deficiencias, sino las
limitaciones que afectan a los sujetos bajo un diagnóstico de discapacidad.
“Las personas con discapacidad no forman un grupo homogéneo. Por
ejemplo, las personas con enfermedades o deficiencias mentales, visuales auditivas o
del habla, las que tienen movilidad restringida; todas ellas se enfrentan a barreras
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diferentes, de índole diferente y que han de superarse de maneras diferentes.” (educ.
esp.)
Es necesario ir diferenciando la concepción de discapacidad y el tratamiento o
ubicación de estas personas a través de modelos o paradigmas, y para ello establece el
modelo tradicional, el paradigma de la rehabilitación y el de la autonomía personal.
En palabras de Puig de la Bellacasa, “las personas pueden verse afectadas por
unas pérdidas o anormalidades de sus estructuras o funciones, de carácter temporal y
permanente, que se denominan deficiencias; éstas traen normalmente consigo
restricciones o ausencias en la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro
del margen que se considera normal para un ser humano: son las discapacidades.
Al tiempo que afectan al desenvolvimiento de la persona en actividades y
comportamientos que se consideran esenciales para la vida cotidiana, ponen de relieve
la inadecuación del entorno( hábitat comunitario) para acoger aceptablemente todo lo
que se sale de la norma estándar. Estas expectativas que el universo social carga sobre
un individuo entorpecido para ejercer los roles de supervivencia, al no ser satisfechas
por éste, traen como consecuencia una situación desventajosa. El entorno físico no le
vale a esa persona, está plagado de minusvalías, aunque la calificación de minusválido
la recibe la persona no el entorno social”.
Las personas con discapacidad padecen diversas formas de discriminación, la
primera de las cuáles es negar la propia identidad, es decir no asumir su condición. Por
ello las personas con discapacidad, se encuentran insertas en el mundo del prejuicio.
Como consecuencia la discapacidad no es un atributo de la persona, sino un
complicado conjunto de condiciones, que requiere actuación social y responsabilidad
colectiva de la sociedad, hacer las modificaciones ambientales necesarias para la
participación plena de personas con discapacidad en todas las áreas de la vida social.
Podemos concluir que la actual clasificación brinda una gran importancia a
factores contextuales, aquellos que pueden operar o ser facilitadores del acceso a la
actividad y la participación integral.
Relacionándolo, con el contexto y definiendo la accesibilidad como la ausencia
de obstáculos y la presencia de condiciones .A continuación se desarrollaran conceptos
vinculados a las barreras, éstas , que a modo de obstáculos o vallas, impiden la
circulación y movilidad de quienes padecen la discapacidad.
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Barreras culturales.
Si establecemos una semejanza entre el concepto de “barreras físicas” y el de
“barreras culturales”, estamos diciendo que, a diferencia de las primeras, éstas no tienen
una existencia material, no es tangible, sino que su existencia se hace notoria en el plano
de las ideas, de las actividades, de las percepciones y de los valores que sustentan una
cultura o grupo cultural. En este sentido, una “barrera cultural” es una forma de
“resistencia” a las iniciativas de aceptación y de integración o una manera de obstáculos
epistemológicos que dificultan la comprensión.
Barreras pedagógicas
Las barreras culturales se manifiestan en el contexto educativo en el sentido de
propiciar un cierto “abandono pedagógico” que quitando la posibilidad al sujeto con
discapacidad de una educación adecuada, le impide o entorpece el acceso a los
instrumentos culturales obstaculizando el desarrollo de las funciones específicamente
humanas.
Consideramos a las barreras pedagógicas como una expresión de las barreras
culturales, en tanto a forma específica de resistencia que encuentran los procesos de
integración en contextos educativos. Entendemos que, en tanto exista un discurso social
que apruebe una concepción de discapacidad como “anormalidad”, como estado
inmodificable, ocasiona un fatalismo cuya consecuencia en el plano educativo podría
ser la no intervención (educativa) o la insatisfactoria respuesta adecuada no solo a la
persona sino inadecuada en función de los avances de las ciencias sociales que
caracterizan esta época.
Barreras físicas
La accesibilidad plena la encontramos definida desde marcos legales mas
amplios, como el párrafos 114 del programa de acción mundial para las personas con
discapacidad: “se alienta a los Estados miembros a que adopten una política que
garantice a las PCD (personas con discapacidad) el acceso a todos los edificios e
instalaciones públicos nuevos, viviendas y sistemas de transporte públicos.
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El medio físico, en tanto resulta de la acción humana, puede ser caracterizado
como “accesible” en el sentido de la “condición necesaria que debe cumplir el ámbito
donde se desarrolla la actividad humana; se corresponde con la aplicación de criterios y
requisitos mínimos exigibles a las edificaciones y espacios y, al igual que ocurre en
otras áreas, es imprescindible que los mismos surjan como resultado de la participación
en su elaboración de todos los involucrados.
Se han considerados tres aspectos con identidad propia: la arquitectura, la
urbanística y el transporte y la comunicación. El medio físico resultante de la acción
humana es físicamente indivisible, pero resulta más accesible
Barreras arquitectónicas.
El uso del medio físico depende de dos factores: de su propia configuración y de
su gestión. Situados en el campo de acción de la educación superior resulta interesante
vincular los conceptos relacionados con barreras arquitectónicas en tanto impedimentos
que se presentan en el interior de los edificios frente a los distintos grados de
discapacidad. Produciendo la restricción a lugares específicos del edificio.
Teniendo en cuenta estos aspectos, también podemos referirnos al artículo que
plantea, que; “toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física,
psíquica y moral.”Permitiendo que, como sujetos de derechos las personas puedan
elaborar estructuras sociales que funcionen como medio para la vida en comunidad.
Si bien para la vida en sociedad, los seres humanos contamos con derechos y
deberes que cumplir para la convivencia, cada sujeto es singular y construye sus
prácticas históricamente, generando la uniformidad del discurso social.
De esta manera se resaltan rasgos distintivos que marcan la intolerancia de
aceptar la pluralidad. Esto significa ir permanentemente en la búsqueda de la
homogeneización, aceptando un modelo estándar reconocidos por todos.
Si bien la década de los noventa, marca un cambio importante frente a las
concepciones de discapacidad, reconociendo necesario reivindicar, un nuevo principio,
referido a una sociedad de iguales, dentro de la diversidad. Con las debidas
modificaciones del contexto.
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El concepto de discriminación se encuentra latente en la cotidianeidad de la
vida en sociedad Entendiendo que discriminar significa diferenciar, distinguir, separar
una cosa de otra. La discriminación es una situación en la que una persona o grupo es
tratada de forma desfavorable a causa de prejuicios, generalmente por pertenecer a una
categoría social distinta; debe distinguirse de la discriminación positiva (que supone
diferenciación y reconocimiento). Entre esas categorías se encuentran la raza, la
orientación sexual, la religión, el rango socioeconómico, la edad y la discapacidad.
Existe una amplia legislación contra la discriminación en materia de igualdad de
oportunidades de empleo, vivienda y bienes y servicios.
.Por lo tanto: “En…toda discriminación hay una profunda raíz de acumulación
y mala distribución del poder, que genera necesariamente abusos. Las víctimas son el
fruto del verticalismo de la cultura, que excluye por causas sociales o por la presunta
debilidad del otro o por sus características de sexo, de raza, de religión o de ideas
políticas”.(op. cit.)
Y partiendo de esta base, se pueden visualizar distintos tipos de discriminación,
Como puede ser el hablar mal. “Esta modalidad de la discriminación está tan inserta
en la cultura que podría decirse que para no discriminar hay que violentarse a uno
mismo, como único modo de no ser violento con los otros. Somos parte de una cultura
que discrimina al diferente y que genera barreras y obstáculos para la comunicación
entre personas que participan de grupos sociales y culturas diversas. De allí a una
comunidad que naturaliza la segregación hay solamente un paso.” (op. cit.)
Otra forma de discriminación puede ser el evitar “deliberadamente” toda clase
de “contacto con los otros diferentes y además se los califica, con rótulos o
“estigmas”, al decir de Goffman. Los chicos reciben un mandato “no te juntés con
ésos”, son “sapo de otro pozo”. Se los denomina de diversas maneras: “son
diferentes”, “son raros”, “les gusta ser así”, “son vagos” “son ignorantes” “tienen un
olor particular”, “esos negros son todos iguales”.
Es decir, el término estigma, es utilizado para hacer referencia a un atributo
profundamente desacreditador. “Sin embargo lo importante es tener en cuenta las
relaciones ya que un atributo que estigmatiza a un tipo de poseedor puede confirmar su
normalidad de otro, según sea el contexto. El estigma conlleva una doble perspectiva:
la de los desacreditados cuya calidad de diferente es conocida o resulta evidente en el
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acto (señales en el cuerpo o minusvalías o deficiencias) y la de los desacreditables cuya
diferencia no es conocida ni inmediatamente perceptible.” (op. cit.)
Cuando normales y estigmatizados se encuentran, el individuo estigmatizado
puede descubrir que se siente inseguro sobre cómo va a ser identificado y recibido. Su
incertidumbre surge porque no sabe en qué categoría será ubicado y porque sabe que los
demás pueden definirlo en función de su estigma. No sabe qué es lo que los demás
piensen de él y se puede sentir “en exhibición” debiendo llevar su autoconciencia y su
control sobre la impresión que produce hasta extremos y áreas de conducta que supone
que los demás no alcanzan. Esta sensación de sentirse expuesto se agrava con las
conversaciones que los otros se sienten autorizados a entablar y que expresan su
curiosidad morbosa sobre su condición o le ofrecen una ayuda que no necesita ni desea.
El individuo estigmatizado puede responder anticipadamente con un retraimiento
defensivo, siendo que tiene su identidad social dañada, entonces pasa a ser una persona
desacreditada frente a un mundo que no lo acepta.
La identidad personal y social forma parte de las expectativas y definiciones
que tienen otras personas respecto del individuo cuya identidad cuestionan. En la
identidad personal, estas expectativas y definiciones pueden surgir antes de que el
individuo nazca y continuar después de su muerte.
Frente a esto la identidad del yo es subjetiva, es experimentada por el individuo
cuya identidad se discute. El individuo construye una imagen de sí a partir de los
elementos con los que los demás construyen la identificación personal y social pero se
permite importantes libertades respecto de lo que elabora.
Por medio de esta elaboración el individuo va conformando su personalidad en
base a los ideales que los demás hacen de él, y de las propias concepciones de sí mismo;
creando una auto discriminación, incluyendo aspectos intrapersonales e interpersonales.
En estos casos de auto discriminación el problema consiste en manejar la
información que se posee acerca de su estigma: exhibirla u ocultarla, expresarla o
guardar silencio, revelarla o disimularla, mentir o decir la verdad, y encada caso ante
quién, cómo, dónde y cuándo.
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El proceso de aprendizaje de una persona estigmatizada pasa por: conocer el
punto de vista de los normales y saber que, según esto, está descalificado. La siguiente
fase puede ser aprender a enfrentar el modo en que los demás tratan ala clase de
personas que él puede mostrar ser. Pero habría una siguiente fase que es aprender a
encubrirse. El control de la información sobre la identidad tiene un valor especial en las
relaciones. Se pueden rechazar propuestas de intimidad con lo que el individuo se libra
de la consiguiente obligación de divulgar información.
Es así como el individuo estigmatizado, al encubrir información, pasará
inadvertido generando una doble vida desacreditando su propio yo.
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Análisis
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Partiendo de estas concepciones podemos inferir que en los relatos expuestos:
el primero referido a una alumna del nivel terciario, con dificultad en su motricidad y el
segundo, el de un niño (Juan) perteneciente al conurbano bonaerense, que asiste a una
escuela cercana a su domicilio.
Nos permiten visualizar aspectos del concepto de discapacidad, marcando lo
“diferente” como lo no establecido socialmente, resaltando parámetros de “normalidad”.
Ya que, si bien la convención de los derechos humanos establece “….respetar los
derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a
toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna.” (op. cit.)
En dichas situaciones nos permiten visualizar, que existe desde la cotidianeidad
dificultades que obstaculizan la asistencia a las instituciones.
Tratándose de Mercedes, podemos observar que si bien las posibilidades de
cursar su carrera estaban planteadas, Los recursos para tal fin en primera instancia no
eran facilitadores, y resaltaban la diferencia. Como era el hecho de tener la necesitad de
contar con el colectivo adecuado para el traslado, no logrando así estipular y tener el
control del tiempo que le podía demandar llegar (como también volver) a la institución.
En cuanto a Juan podemos inferir que se enfrentaba a situaciones tales como la mirada
de los demás, cuestiones actitudinales por parte de los adultos, que generaban
sentimiento de no pertenencia, con respecto a sus pares.
Entonces, “si todos debemos reconocernos como seres humanos que somos,
respetando las diferencias, entendiendo que todos y cada uno de nosotros,
necesitamos expresarnos en libertad para sentirnos pertenecientes a una sociedad en
la que podemos construir nuestros propios espacios, y generar instrumentos loables
para el transcurso de la vida individual, en cada etapa de la vida (familiar, escolar,
social).” (op. cit.) Desde nuestro rol de ciudadanos, ¿cuál sería el grado de influencia
para colaborar con este parámetro de igualdad, y dejar de acentuar la diferencia?
Ya que como lo plantea Goffman, existen rótulos, se marca lo diferente desde
el actuar cotidiano, siendo que solemos, por ejemplo observar a alguien y calificarlo
por su aspecto o rasgo físico, acentuando lo distinto, estigmatizándolo, es decir
etiquetando a los individuos por medio de superficialidades, sin generar espacios que
nos permitan observar lo contrario.
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Como consecuencia podemos responder que la discapacidad no es un atributo
de la persona, sino un complicado conjunto de condiciones, requiere actuación social y
responsabilidad colectiva de la sociedad. Hacer las modificaciones ambientales
necesarias para la participación plena de personas con discapacidad en todas las áreas
de la vida social. Brindando una gran importancia a factores contextuales, aquellos
que pueden operar o ser facilitadores de la actividad y de la participación.
Analizando esta última idea, si reconocemos que “toda persona tiene derecho a
que se respete su integridad física, psíquica, moral y cultural.”
Permitiendo que construya sus propias estructuras, favoreciendo sus
interacciones sociales. Es necesario además, adecuar aspectos contextuales que
permita el desenvolvimiento confortable del sujeto con discapacidad, donde pueda
sentirse perteneciente a una sociedad inclusiva, la cual es compartida con otros seres
sociales.
Donde no se sienta “diferente”, fuera de los marcos preestablecidos social y
culturalmente, sino actor y protagonista constante de su propia vida.
En la medida que estos aspectos puedan ejecutarse en el marco de lo social, en
general, podríamos ponerlo en practica dentro del plano educativo como lo plantea el
diseño del profesorado de educación especial, donde se expresa que: “reconocer la
diversidad es admitir que existen individuos y grupos que son diferentes entre sí, pero
que poseen los mismos derechos. La convivencia en una sociedad democrática
depende de aceptar que componemos una totalidad social heterogénea, de la cual todos
tenemos derecho a participar en su construcción, en la que los conflictos deberán ser
negociados pacíficamente y las diferencias respetadas dentro de un marco de
promoción de la igualdad.”
En esta construcción es relevante que los actores que componen el sistema
educativo participen activamente innovando sobre nuevos conceptos, referidos a una
sociedad de iguales en cuanto a los derechos dentro de la diversidad respetando las
individualidades.
En este sentido, nos encontramos con una contradicción en la situación de
Mercedes; y a quien si bien se le planteaban posibilidades de acceso a la educación,
era ella quien debía acomodarse al contexto, no el contexto a sus posibilidades. Es
decir que, por un lado se respetaba su derecho a la educación, y por el otro se
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producen barreras. Esto le trae aparejado “sentimiento” de conflicto interno
permanente, siendo doblemente estigmatizada.
Estas situaciones constantes de conflicto están relacionadas en parte con las
“barreras de accesibilidad”.
Considerando a dichas barreras como la expresión de obstáculos culturales y
por lo tanto una forma específica de resistencia que se encuentran en los procesos de
integración en contextos educativos.
El término estigma es utilizado para ser inferencia a un atributo profundamente
desacreditador. El estigma conlleva una doble perspectiva: la de los desacreditados
cuya calidad de “diferente” es conocida o resulta evidente en el acto (por ejemplo una
discapacidad motora).
Y la de los desacreditables cuya diferencia no es conocida ni inmediatamente
perceptible, o sea que no se ve a simple vista (como por ejemplo la auto
discriminación).
En la situación específica de Mercedes era notoria, más allá de su discapacidad
motora, teniendo en cuenta que para poder acceder a todos los espacios institucionales,
su silla de ruedas no se lo permitía, limitándola a depender siempre de un tercero, que
le facilitara el acceso.
En la situación de Juan su estigma es desacreditable cuya diferencia no es
conocida ni inmediatamente perceptible a la mirada de los otros, teniendo en cuenta
que su discapacidad es intelectual y su entorno más próximo ( familia) no favorecía su
desarrollo tanto como sujeto, ni su desarrollo cognitivo.
Citando dicha frase de la madre “no puedo ser madre de Juan”. Optando por
continuar con la crianza de su hija, fruto de la actual pareja, con el que Juan no tenía
buen vínculo. Esto profundiza el vínculo que se generó con el equipo técnico, donde le
brindaban atención personalizada a la demanda de su necesidad. En contraposición a
la relación que vivencia con sus pares y docentes, demostrando a través de su
conducta, por medio de enojo, la situaciones vivenciadas por él, que no podía
verbalizar.
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Las historias de Mercedes y de Juan ponen en evidencia la influencia del
contexto próximo, en la forma en que ambos se relacionan con los de su entorno –
docentes, grupo de pares- Como así también modifican sus expectativas de logro,
llegando a decepcionarse de uno mismo y de los demás. Se frustran en los intentos de
inclusión en una sociedad que arrastra años de oscuridad, de miedo a lo diferente, a lo
que no pueden entender.
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Conclusión
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“Toda persona tiene derecho a la educación, la que debe estar inspirada en los
principios de libertad, moralidad y solidaridad humanas.
Asimismo tiene el derecho de que, mediante esa educación, se le capacite para
lograr una digna subsistencia, en mejoramiento del nivel de vida y para ser útil a la
sociedad.
El derecho de educación comprende el de igualdad de oportunidades en todos
los casos, de acuerdo con las dotes naturales, los méritos y el deseo de aprovechar los
recursos que puedan proporcionar la comunidad y el Estado.” (Diseño curricular del
prof. de especial)
En las dos situaciones anteriores vemos como la discapacidad va unida a la
auto discriminación, siendo esta última un estigma invisible a los ojos del otro, pero,
latente en los que la padecen.
En tanto no se aprenda a convivir con y para la diversidad se seguirá
estigmatizando, a veces sin querer, otras sin saber, al sujeto que de alguna manera se
diferencia de nosotros.
Este aprendizaje se debe logran en la educación, en donde todo niño comienza
su socialización con lo diverso, ya que, todos tienen derecho a la educación.
“Cada persona, cada alumno, es un ser único e irrepetible ya que la
singularidad es una de sus notas esenciales, que debe ser considerada como un valor
en el sustento de su dignidad. El Sistema Educativo, la institución en particular y en
ella los profesionales de la docencia, están tratando de lograr su inclusión superando
toda barrera discriminatoria.”(op. cit.)
Cada persona es diferente, especial, único y enriquece la vida de sus pares. Es
en esa situación que se debe aprovechar el máximo de sus potenciales para lograr una
ciudadanía dinámica, respetando la individualidad del otro diferente.
Y nada mejor que vivir en democracia para poder poner en práctica el respeto,
la igualdad, y la solidaridad por el otro. Estamos en los primeros pasos, nada es fácil,
pero si entre todos aportamos nuestro granito, la marcha es más amena, más
constructiva, más integrada como sociedad que lucha y se esmera por un mismo
propósito: vivir en armonía en esta nueva sociedad diversa.
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Es así como es considerable sustentar una pedagogía en la que el individuo
aprenda a cultivarse a través de situaciones de la vida cotidiana que él vive, y que le
aporta experiencias útiles para generar situaciones de aprendizaje.
Se trata de insertarnos en una pedagogía en la que el sujeto debe construir su
realidad a través de las circunstancias que generan el devenir cotidiano. Los caminos
que el individuo construye permanentemente le permiten innovar el mundo en que vive,
pero no para adaptarse a él, sino para reformarlo.
No se trata de tomar conciencia de la realidad para ir en búsqueda de una
emancipación. Es decir, que los individuos construyan su propia realidad y se liberen de
lo existente para lograr romper con las estructuras establecidas. El individuo que
reflexiona se va formando a sí mismo en su interior y crea su conciencia de lucha por
transformar la realidad y liberarse de la opresión que le ha insertado la pedagogía que
tradicionalmente hemos considerado, de la misma manera, cuando se adquiere una
forma nueva de pensar,
La situación vivida se debe quedar en la simple toma de conciencia de la
realidad, por el contrario el individuo tiene la necesidad de cambiar, para tener un lugar
dentro de la sociedad, donde se reconozcan a los sujetos, desde sus potencialidades, y
no desde las meras superficialidades.
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Bibliografía
“Convención Americana sobre Derechos Humanos”
“Diseño Curricular del profesorado de educación Especial” DGCyE Bs. As. 2008
Ferrari M. / Cortese L. “Educación Especial: Inclusión educativa. Nuevas formas de
exclusión”Ed. Bs. As.: Centro de Publicaciones Educativas y material didáctico 2003
Goffman: “Estigma. La identidad deteriorada”
“Programa de Acción Mundial para las Personas con Discapacidad” Párrafo 114
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