Discurso Primera Jornada Interreligiosa por la No Discriminación
Estimados Compañeros de Causa,
Quienes hoy nos encontramos aquí reunidos compartimos un sueño, el sueño de poder ser parte
de un Chile más tolerante, inclusivo e igualitario, donde todos finalmente entiendan que la
diversidad no es una fuente de corrupción moral, si no una fuente de riqueza y desarrollo. Con
mucho pesar, recientemente hemos tenido que sufrir el ser recordados una vez más de como aún
existen quienes, sobrellevados por un odio sin límites, están dispuestos a victimizar a las minorías
al punto de asesinar a otro solo por ser distinto. Y es que así como asesinaron a Daniel Zamudio,
podrían haber asesinado a cualquiera de nosotros, solo por tener una religión, raza, orientación
sexual, nacionalidad, clase social u discapacidad que nos diferencie. Es una lastima que siempre
sean los afectados y las victimas quienes debamos buscar el amparo legal y no la sociedad en
pleno.
No podemos no solidarizar con las victimas de crimines de odio, pues en la diversidad somos todos
hermanos, y por lo tanto sentimos este asesinato como uno de carácter fratricida. El Judaísmo
ofrece una perspectiva que de interés para que quienes no se sienten aludidos por esta situación
lo reconsideren. Nosotros llamamos justicia a los que muchos llaman caridad. Ayudar a quienes lo
necesitan no es un merito, es un deber, y por ende involucrarse en hacer de Chile un país más
tolerante es la misión de todos por igual. La tolerancia es un componente fundamental en el
rumbo a la verdadera justicia social, y es por eso que para acercarnos más a esta misión, Chile no
puede esperar más por una Ley antidiscriminación. La necesitamos YA!
Hay quienes dicen que esta ley ataca la libertad de expresión. Me permito responderles que es
irrisorio tolerar la intolerancia. Y que no lo vamos a hacer. Es una trampa semántica en la que no
debemos caer. La libertad de expresión no incluye la incitación al odio. Ahora bien, nunca
olvidemos que penalizar no es suficiente, se debe complementar con la educación a la tolerancia.
Pues esto se aprende. Y no olvidemos que de las ideas salen las acciones, que las acciones
construyen hábitos, que los hábitos estructuran el carácter de los individuos, y que esto determina
su impacto en le mundo que lo rodea.
La intolerancia y la discriminación son la mayor esclavitud que subyuga al ser humano.
Empecemos a recorrer el camino de la liberación de los demonios que nos esclavizan, y que nos
impiden vivir como los hijos de D´s que verdaderamente somos.
Maximiliano Grass
1 de Abril 2011
Odeón Plaza de Armas
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