8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
1/89
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
2/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 2
MARIO A. ROSEN
XIEl UndcimoMandamiento
No MatarsTus
Sueos
El Declogo del Buen Arruinadorde su Vida y vidas ajenas
Copyright 2001 Mario A. Rosen ISBN 987-518-714-3
Edicin electrnica: CoCrear www.cocrear.com/libros.htm
Ejemplar Nro. za34gx302
http://www.cocrear.com/libros.htmhttp://www.cocrear.com/libros.htm8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
3/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 3
El Dr. Mario A. Rosen es mdico, educador, escritor, yempresario exitoso. Tiene 63 aos. Socio fundador deEscuela de Vida, Columbia Training System, y Dr. Rosen &Asociados. Desde hace 15 aos coordina grupos de
entrenamiento en Educacin Responsable para el Adulto.Ha coordinado estos cursos en Neuqun, Crdoba,Tucumn, Rosario, Santa Fe, Baha Blanca y en CentroAmrica. Mdico residente y Becario en Investigacinclnica del Consejo Nacional de Residencias Mdicas(UBA). Premio Mezzadra de la Facultad de CienciasMdicas al mejor trabajo de investigacin (UBA). Concurria cursos de perfeccionamiento y actualizacin en conductahumana en EEUU y Europa. Invitado a coordinar cursos demotivacin en Amway y Essen Argentina, Dealers de
Movicom Bellsouth, EPSA, Alico Seguros, Nature, Laboratorios Parke Davis, Melaleuka
Argentina, BASF.
Sitios web:
www.rosen-asociados.com.ar
www.entrenarnos.com.ar
www.stressmaster.com.ar
E-Mail:
http://www.rosen-asociados.com.ar/http://www.entrenarnos.com.ar/http://www.stressmaster.com.ar/mailto:[email protected]:[email protected]://www.stressmaster.com.ar/http://www.entrenarnos.com.ar/http://www.rosen-asociados.com.ar/8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
4/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 4
NDICE
AgradecimientosDedicatoriaPresentacin
Prlogo a esta segunda edicinPRLOGOCUIDANDO LA IMAGEN
Los Nmeros Nunca MientenBuenos Propsitos Versus Malos MtodosNo EscucharQuerer Tener Razn Hasta MorirLa Mscara Y La CorazaCuando El Amor Es Verdadero, Es Compasivo, Perdona Y Cura
DIEGO, DIEGOEL DECLOGO DEL BUEN ARRUINADOR DE SU PROPIA VIDA Y VIDAS AJENASCONSIDERACIONES GENERALES
EL REGALO DE CUMPLEAOSPRIMERA REGLAESTS AVIVADA, NENA, ESTS AVIVADA?SEGUNDA REGLALA PUERTA NO SE ABRETERCERA REGLADNDE EST MI SILLITA?CUARTA REGLA
No EscucheQUINTA REGLA
Sea Experto Crtico De Los Dems
TE ESPERO A LA SALIDASEXTA REGLANUNCA CORRAS EN EL PATIO DE LA ESCUELASPTIMA REGLAMANZANASOCTAVA REGLANOVENA REGLALA CAJA DE LPICES DE COLORESDCIMA REGLALOS TRES LLAMADOS DE ATENCINLAS CUATRO PROPUESTAS Y LAS CUATRO PREGUNTASUN REGALO ORIGINALUN EPLOGO QUE ES UNA INTRODUCCIN
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
5/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 5
Agradecimientos
Muchas veces me comport como un vulgar desagradecido (cosaque mis padres muchas veces
me marcaron en mi adolescencia y juventud). Han pasado muchos aos y slo logr mantenerme
fiel aunas pocas cosas buenas y atrapado en otras no tan buenas. Una delas no tan buenas fue mi
perniciosa tendencia a ser un perfecto egosta desagradecido. Por lo tanto, comenzar pordisculparme con todasesas personas que pasaron por mi vida, o estoicamente aun siguenestando.
Es muy probable que las haya defraudado y desilusionado enalgunas expectativas que pusieron en
m. Perdn, perdn. No hicetodo lo que podra haber hecho.
Es probable que siempre haya tratado de darles lo mejor de m,pero tambin es posible que no
les haya dado todo de m. Hoy s quedar algo de uno no es suficiente y que dar todo slo es
bastante.
Hay tres personas en este mundo a quienes agradecer hasta el fin de mi vida que me hayandejado estar en sus vidas. Ellas metoleraron lo intolerable, me perdonaron lo imperdonable, me
esperaron sin tiempo, me alentaron sin reservas, me demostraron la inconmensurable belleza delamor sin lmites a pesar de haberles retribuido demasiadas veces con egosmo y lejana. Me
dejaron ir sin olvidarme, y me dejaron volver sin reparos ni recriminaciones. Usted noconoce a
estas tres personas pero lo mejor que le podra desear es que en su vida, existan personas as.
Elsa, Daniel y Diego. Mi esposa ymis hijos. Ellos se merecen lo mejor de m. No s si yo merezco
lomejor de ellos. Gracias, muchas gracias.
A mis queridos padres, que me dieron la vida y jams me lamanosearon. Ellos me dieron la suya
con la nica exigencia que yo fuera lo mejor que era capaz de ser,no importa lo que yo fuera.
Gracias, muchas gracias.
A mis hermanas Nora y Silvia que no son ms que partes indisolublemente mas que se
desprendieron de mi corazn y andansueltas por el mundo aprendiendo junto conmigo a vivir la
vida. Gracias, muchas gracias.
A mis amigos de siempre. A los que abandon, y me esperaron. Alos amigos que a mi regreso,
me recibieron con gracia y elegancia,dejando pasar por alto piadosamente mis errores y tonteras.
Gracias,muchas gracias. Dios los Bendiga. Amen
A Oscar Luis Kucan, mi joven y apasionado compaero de aventuras. Nos hemos conjurado
para hacer de este mundo un sitio ms agradable. Gracias, Oscar.
Al Dr. Jorge Conde y a la Licenciada Silvia Serebrinsky, que me orientaron con su sentido
comn y su sabidura durante mis momentos de crisis. Ellos siempre me mantuvieron la cabeza
fuera del agua.
A Carlos Pilla y Anglica, mis mecenas, que confiaron en m y meayudaron a restaurar sueos.
A todos los que han tenido el coraje y la confianza de seguirme atravs de todos estos aos en
los cursos de Entrenamiento.
Gracias
Que dios los Bendiga
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
6/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 6
Dedicatoria
Todos tenemos nuestros hroes privados, esas figuras paradigmticas que por sus dones y
virtudes nos orientan y nos sirvende gua y apoyo. Pueden habernos iluminado con su sabidura, osuvalor, o su bondad, o su presencia poderosa, o por el simple y descomunal empeo que signific
sostener en este mundo injusto e indiferente sus principios, que nunca negociaron. Por cosas tan
naturales y,sin embargo, cada da ms escasas como son la honradez, la generosidad y el amor
por los dems. Le estoy presentando a dos seresannimos para usted, posiblemente por no haber
cometido delito alguno que los lanzara a la popularidad. Mis dos hroes son dos buenaspersonas,
el titulo ms difcil de conseguir. Son dos hombres que meensearon lo que es ser todo un hombre.
Quiero dedicarle este pequeo retazo de experiencia a mi padre, Don Valentin, y a mi suegro,Don
Julio. Gracias.
Presentacin
El Dr. Rosen ha tenido la deferencia de solicitarme una breve presentacin de su libro.
Y en honor a la premisa, dir sin prembulos que de sus pginas trasciende un conmovedor dolor
ante experiencias trgicas; el desgarro de mscaras anmicas; la bsqueda afanosa de lo esencial
humano y una resurreccin de valores eternos.
Ante ciertos textos, es vano y carece de sentido el intento de conceptuar los grmenes de sus
contenidos. Uno debe acercarse al fuego para sentir la quemazn. Slo en la vivencia puede residirlailuminacin.
En las disciplinas que investigan el ser y los haceres del hombre, existen perspectivas varias y
dismiles pues la realidad suele ser esquiva a la evidencia y no siempre vemos todo lo que miramos.
Esta voz de Mario posee la sugestin de evocaciones profundas y es un aporte vlido que puede
incorporarse a la resonancia de sas otras voces que persiguen, en ltima instancia, lo que bien ha
sabido expresar el poeta:
"Y el alma tuya que despert
para que se quedara cantando
hasta el fin de la vida".'
Que as sea, es mi deseo sincero para No Matars tus Sueos.
DR. JORGE J. CONDE
' P. Neruda: Una carta en el camino
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
7/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 7
Prlogo a esta segunda edicin
Me limitar humildemente a dejar que ese nio que llevo adentro les cuente algo de su infancia,
y me recuerde a m, una vez ms, dnde aprend tantas cosas, muchas de las cuales aun reniego de
usar. Es verdad, lo ms difcil es aprender a usar lo que uno ya sabe.
L a sortija
Recuerdo mi primer dolor de muelas. No lo recuerdo tanto por ser particularmente penoso, sino
porque form parte de mis primeras experiencias respecto a algunas verdades sobre la vida. Es
verdad, se puede aprender tanto del dolor como de la alegra, y a veces es slo cuestin de elegir de
qu modo uno desea hacerlo. Y he aqu la prueba. Tendra unos 4 5 aos. Viva en un tpico barrio
de Buenos Aires, creo que se llamaba Chacarita. No recuerdo casi nada del barrio, pero tengo aungrabada en mi mente una imagen: Desde la vereda de mi casa, si miraba hacia la derecha, vea a lo
lejos una enorme chimenea que cada tanto largaba negras espirales de humo. En aquella poca yo
no saba de qu se trataba, pero las ocasionales miradas sombras de los mayores, y algunos
enigmticos comentarios, cada vez que miraban en esa direccin, me haca sospechar que nada
bueno ocurra en ese sitio. Despus lo supe, esa chimenea perteneca al cementerio de la Chacarita y
all cremaban a la gente. A esa edad no hubiera podido comprender que muchas historias humanas
finalmente terminaban as, en una sinuosa, retorcida, y tortuosa voluta de humo que se dispersaba
lenta y aletargadamente por el cielo, y que eso era todo lo que quedaba de uno, es decir, nada.
En contraste con esa intimidante visin, si daba vuelta la cabeza hacia mi izquierda, vea en la
esquina una calesita. Era la tpica esquina de barrio donde estaba el tpico baldo, donde un daapareci de la nada, como cada del cielo, una calesita. La calesita era en s misma todo un parque
de diversiones, una invitacin al ensueo y la fantasa. La vida de todos los nios del barrio se
transform con su presencia, al igual que la ma. Mis das se dividieron entre la maravillosa
experiencia de dar vueltas en la calesita, y todo el resto, que pas a ser obligado, insulso, y forzado.
Inclusive los tiempos en la cuadra de mi barrio conocieron el principio de la relatividad, porque de
un momento a otro lo acompasado y lnguido se transmutaba en algo vertiginoso y fascinante.
Usted se estar preguntando cmo puede ser que una simple calesita provocara tan impresionantes
mutaciones en el tiempo y el nimo, pero debo recordarle que los nios ven cosas que los adultos ya
no ven, y sienten lo que los mayores ya no sienten.
Durante las inacabables horas en que esa calesita estaba cubierta por sus lonas, silenciosa y quieta,ocultando en su interior un mundo de excitacin y alegra, el tiempo en la cuadra de mi casa
transcurra de un modo anodino y vulgar como el de cualquier otra calle, pero en cuanto el
calesitero, a las cinco de la tarde de cada tarde, bajo nuestra mirada expectante y encendida,
comenzaba a enrollar las lonas con una lentitud exasperante, el tiempo, el mismo tiempo, se
alteraba, se llenaba de sentimientos y sensaciones, sufra una transmutacin y se poda sentir como
se pona en marcha. La ceremonia continuaba majestuosa enganchando al caballo (S, al caballo,
como lo est leyendo. Y no se ra. Nunca sabr si yo soy ya muy viejo, o la calesita era ya vieja
cuando se instal en mi barrio). El rito culminaba regio y rimbombante cuando el calesitero
proceda a darle cuerda con una gran manivela al organito para que empezara a sonar. En ese
instante mi cuadra se converta en algo nico y grandioso. Cuando la msica de la calesita
comenzaba a sonar el barrio se transformaba mgicamente en un oasis de fantasa, un mundo de
aventuras. Las Vegas en Chacarita.
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
8/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 8
Desde luego, la calesita de la que le hablo era una verdadera calesita, con traccin a sangre, con
un viejo y experimentado caballo que saba arrancar lentamente hasta darle a la calesita la velocidad
exacta que debe tener una verdadera calesita. Mi calesita tena verdadera msica de calesita. El
caballo, la calesita, la msica y el calesitero eran una armona total e inseparable. Sin embargo,
tambin aprend que, como todo en la vida, nada era perfecto, y cada tanto haba que detener el
frenes y el arrebato de la diversin, sentarse a esperar con paciencia para que el caballo descansara,
el calesitero le diera de comer, y l se tomara unos mates, hasta que finalmente le daba cuerda alorganito y a la vida, y todo se pona en marcha otra vez. De este modo el mundo transitaba
exactamente a la velocidad y el ritmo de un caballo de calesita y los caprichos del Gran Calesitero.
Por otra parte qu apuro haba?, Acaso haba algn lugar para ir realmente? La calesita me ense
que no hay ningn lugar al que tener que llegar, que partir y llegar se fusiona a cada instante, que
todo es tan circular como el universo, que lo dulce y lo amargo, el dolor y el placer, la risa y el
llanto se encuentran a cada rato el uno al otro dando vueltas como en una calesita, y es cuestin de
subirse a ella para encontrarse con los unos o los otros en un periquete. Por lo tanto, lo inteligente
era disfrutar cada vuelta. Pero eso solamente lo sabamos los nios.
S, como le contaba, recuerdo muy bien aquella vez en que tuve mi primer dolor de muelas. Estaba
tan fastidioso que mi madre me dio unas monedas para que me fuera a dar unas vueltas a la calesita.Sabe que ocurri? Magia ocurri! Mi dolor de muelas desapareci apenas me sub a ella. Descubr
que hay cosas que duelen porque realmente duelen, pero hay muchos otros dolores que duelen ms
de lo que tendran que doler porque uno les presta demasiada atencin y no busca algo para
entretenerse hasta que pase, como pasa con casi todo en la vida. Hoy me pregunto: Para qu darle
tanta importancia a ciertas cosas, si casi todo se puede curar con slo dar unas vueltas en una
calesita? Y aun ms, para colmo de los colmos, un da cualquiera, todo, absolutamente todo, se
acaba con una simple y annima escupida de humo de una chimenea, all a lo lejos, en Chacarita.
Pero en esa poca aun no lo saba.
La calesita fue toda una experiencia de vida para m. Descubr que disfrutar de la vida tena que ver
con el movimiento, que la vida est hecha de movimiento. Tiempo, espacio, y movimiento. Todo
eso lo proporcionaba la calesita, un tiempo inapelable, tantas vueltas da la calesita y se para, y se
acab hasta la prxima vuelta. Una vuelta est conformada por... Sabe que nunca cont cuantas
vueltas se da en una calesita para completar una vuelta a la calesita? He aqu una prueba ms de la
teora de la relatividad: Esperar la vuelta era una eternidad, mientras que lo que duraba una vuelta
era breve y siempre insuficiente. Cuando la calesita estaba parada, el encanto desapareca y todo
pareca aburrido y desanimado. El tiempo se detena, el espacio se achicaba. La clave para vivir y
ser feliz era estar en movimiento. La calesita me demostr que no era el mundo el que se mova, era
uno el que se mova, siempre y cuando se subiera a la calesita. Es as noms, cuando uno es el que
se mueve todo comienza a moverse con uno. La teora de la Relatividad. Einstein se habr subido a
una calesita?.
Dar vueltas en la calesita era muy atractivo, no lo voy a negar, pero mucho ms lo era intentar
atrapar la sortija. Ah, la sortija! La posibilidad de atrapar la sortija abra un mundo de
probabilidades y emociones intransferibles. La sortija estaba encastrada, provocativa, esquiva, y
tentadora en una bocha de madera con forma de pera, que a su vez colgaba de una cadena, que a su
vez estaba agarrada a un cao movible, que a su vez estaba ensamblado a un poste de madera, que a
su vez estaba enterrado en la tierra, todo pintado de verde botella, a la vera de la calesita, a la
distancia justa. Y colgando de todo ese armatoste estaba la sortija, quieta, majestuosa y sugerente,
con su pequeo anillo tentndonos a atraparla. Cuando la calesita se pona lentamente en
movimiento, y sonaba la msica, nada importante ocurra. Haba nios, y sobre todo nias, que
comenzaban a alborotar pasndose de un autito, a una lancha, o de all a un avin o un caballo, o loque fuera. Pero para los otros nios, entre los que yo me encontraba, nada de eso importaba,
estbamos ocupados en una ceremonia de iniciacin, un rito de preparacin para una lucha sin
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
9/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 9
cuartel, la lidia por la sortija. Buscbamos rpidamente uno de los parantes de la calesita,
enredbamos nuestras piernas en ese barral para dejar as nuestras manos libres, y esperbamos el
gran momento. En un preciso instante, siempre misterioso e impredecible, el Gran Operador, el
calesitero, se acercaba parsimoniosamente al artefacto, tomaba con una mano la bocha, y la sortija
cobraba sbitamente vida, serpenteando ondulante en el aire mientras nuestros pequeos corazones
palpitaban frenticamente.
El Gran Operador de la Excelsa Sortija era para m un ser impredecible, fascinante y abominable,
fuente de infinidad de emociones y aprendizajes. Si lograba birlarle la sortija, se me conceda una
vuelta gratis. Otra vuelta gratis!. Se da cuenta? Mi querido calesitero haba inventado el asunto de
acumular millaje muchos aos antes que las compaas de aviacin se lo arrogaran como novedad.
Sacar la sortija era un verdadero regalo para la vida. La excitacin por el desafo generaba cataratas
de adrenalina. No importaba disfrutar la vuelta ya pagada, el autntico deleite era la gloria por
lograr vencer la astucia, la picarda, y los ardides del calesitero que nos tentaba con la sortija a
medida que la calesita nos acercaba a ella, para despus sacudirla, y con tretas y artimaas evitar
que la atrapramos. Dgame la verdad, cuntas veces la excitacin y anhelo por atraparla se
transmutaron en un segundo en una carga de furia y frustracin cuando la calesita nos alejaba
inexorablemente, humillados y derrotados por no poder ganarle a los esquives del granmanipulador.
Yo intentaba observar el inescrutable rostro del Gran Operador para encontrar una pista que me
revelara sus intenciones, pero aprend que poca gente, pocas veces, estara dispuesta a satisfacer mis
deseos y haba que estar preparado para soportar y superar la desilusin. La sortija haba que
ganrsela, y los que saban ganar eran lo que saban que hacer cuando perdan. Qu hacer cuando
se pierde?, Muy simple, bajarse de la calesita, salir corriendo para ganar unos metros, subirse, y
prepararse para probar otra vez. Desde luego que eran muchas ms las veces que me quedaba con
las ganas de derrotar al infame negador que atrapar la sortija y seguir mi viaje gritando de alegra y
orgullo mostrando al mundo la sortija como si fuera el vellocino de oro. No hay nada que hacer,
para ganar hay que aprender a perder. Y ya no tena ninguna importancia si en la siguiente vuelta
haba que devolverle la sortija al exigente y mezquino calesitero. Ya la gloria era ma.
Cuando le pifiaba a la sortija comenzaba para m otra experiencia de una intensidad casi agotadora:
esperar que la calesita girara lentamente hasta presentarme nuevamente a la sortija. Era casi
insostenible la ansiedad hasta lograr ver si la sortija segua aun en su lugar, o alguien se la haba
llevado antes. Comprend que la calesita me daba siempre la oportunidad de dar vueltas y pasar por
el mismo lugar, pero era necesario concentrarse, focalizarse, compenetrarse absolutamente en el
desafo de desenganchar esa sortija. No poda haber nada que me distrajera. Si quera la sortija
deba olvidarme de todo, hasta de mi dolor de muelas, para no desperdiciar la que podra ser mi
ltima vuelta, mi nica oportunidad. Haba una sola sortija y muchos postulantes. Tena queaprender a ser el mejor.
Era maravilloso comprobar desde lejos, y mientras la calesita me iba acercando, que la sortija aun
estaba all, Una nueva oportunidad a la vista!. Luego de varias vueltas de la calesita, y fruto de
misteriosos e impredecibles criterios que nunca pude descifrar, el dueo de nuestra felicidad o
nuestra desdicha otorgaba a alguien el dulce nctar de la victoria entregndole mansamente la
sortija... y as hasta la prxima vuelta...
...Y han pasado muchos aos, y aun sigo subindome cada da a la calesita de la vida, agradecido
porque el Gran Calesitero me otorga la dicha de probar otra vez, y as tener la oportunidad de
sacarme de vez en cuando la sortija. Hoy s que sacarse la sortija es hacer realidad un sueo. En lacalesita de mi barrio aprend cmo se haca.
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
10/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 10
Si usted est all, leyendo esto, es indudable que aun no se ha esfumado en una pequea nube de
humo, y la sortija de la vida sigue estando a su disposicin. Por eso le regalo este recuerdo y le
invito a que cada da se suba con todo entusiasmo a la calesita. Y rmese de paciencia, no se enoje,
no hay expertos ni recetas para sacarse la sortija. Lo nico que cuenta es la persistencia y seguir
probando. Y si en algn momento pierde los estribos o le da demasiada importancia a las cosas,
mire a la derecha y ver la gran chimenea.
El Calesitero
Cuando uno pretende ser cada vez ms de lo que realmente no es,termina por no ser ni la mitad de lo que
verdaderamente podra ser.Mario Rosen
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
11/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 11
"He vivido una vida tan pequea...
Y est por terminarse.
Me permit vivir esta vida mezquina
Cuando haba tanto ms...y pas, y no la us.
Y ahora nunca suceder
Por qu nos dan la vida si no la usamos?
Para qu nos dan esos sentimientos,
sueos y esperanzas si no los usamos?
Creo que all fue donde
Probablemente desaparec.
Me perd en esa vida sin usar
(I love Shirley Valentine)
PRLOGO
Un Prlogo que es un Eplogo,Un Eplogo que es un Epitafio,Un Epitafio que es un Interludioentre el Pasado y el Futuro...
Ya que el Pasado no es ms queun Ensayo del Futuro
Las creencias no son eternas ni sirven para todo
"Aqu yacen mis queridas e idolatradas creencias, arrasadas por la cruel realidad.Descansen en Paz" dice la lpida.
Esa realidad que acuso de ser cruel es tan slo todo lo real que ella irremediablementedebe ser, por ms que me pese. La realidad ha sido siempre honesta y franca conmigo.
Por el contrario yo he sido un desagradecido, comportndome como un nio caprichosoque no puede aceptar que ella sea lo nico que puede ser... real.Querido lector, quiero informarle, para que no se sorprenda, que est asistiendo,
supongo que involuntariamente, a las exequias de mis viejas y destartaladas creencias.Desde luego que puede quedarse, no faltara ms, aprecio mucho su inters. No sesorprenda si me ve raro, estoy muy sensible y algo fastidiado porque algunos asistentesestn simulando sonrisas mordaces y murmuran, mirndome de reojo, comentarios deltipo: "Y, yo le avis, pero l, como una mula".
Usted se preguntar, por qu este desenlace tan repentino y dramtico?, Muy simple,mis creencias no pudieron soportar el implacable paso del tiempo y, como las prendas deun viejo ajuar hecho a medida terminaron por ser intiles, chicas de manga, para una
realidad cada vez ms demandante, exigente y mutante.
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
12/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 12
Mis creencias estaban tan convencidas y orgullosas de aquello en lo que crean quese confiaron demasiado y de un modo ingenuo y errneo pretendieron que la realidad seadaptara a sus caprichos. Dieron por descontado que ellas abarcaban toda la verdadconocida y cometieron el fatal error de suponer que ese minsculo retazo de verdad a sualcance era toda la verdad revelada. Mis creencias se dejaron arrastrar por el mshumano y comn de los pecados, la estupidez. Terminaron por ignorar el vasto
universo de los imponderables y los imprevistos. Se empecinaron una y otra vez enrecurrir a sus viejas recetas con sus viejos resultados y recitaron la montona letana desus desacreditadas y vetustas respuestas a preguntas que ya no eran ni siquieraformuladas. Mis creencias me obligaron a recorrer los mismos viejos caminos con losmismos viejos destinos cuando el mundo cambiaba y yo quera ir a otro lado. Habacosas que desaparecan y cosas que haba que crear. Como si negar, impugnar,excluir, evadir o distorsionar la realidad provocara la candorosa magia de alejar lodoloroso, lo horroroso, lo ineludible y lo obvio.
"Tendran que vivir dos vidas, una para cometer todos los errores, y laotra... para aprovecharlos"
H. D. Lawrence
Desde luego, la realidad, al igual que la muerte, result ser incorruptible y no se dejmodelar ni sobornar por las pretensiones y sugerencias de mis creencias. Mis creenciasy la realidad desencadenaron una lucha sin cuartel en la cual el campo de batalla fue mivida, mi cuerpo y mi mente. Yo me acomod como un mero espectador, o un simpleactor de reparto en mipropia existencia. No saba que tambin era el autor del libreto demi vida y tena reservada la propiedad intelectual del mismo. Siempre fui el autor. Noimporta en qu papel me pusiera. Siempre lo fui.
La ignorancia no se ve, pero siempre est presente
Vaya sorpresa, mire quien vino!, Mi ignorancia. Es curioso que mi ignorancia, tanllena de preguntas, se haya hecho presente en este crucial y dramtico momento de mivida en que pierdo trgicamente a todas mis queridas respuestas. Mi estimado lector,esto es providencial! Permtame tener el gusto de presentarle a mi ignorancia.
Querida ignorancia, le presento a mi estimado lector. No se preocupe, puede darle lamano sin temor, mi ignorancia no es contagiosa, est demostrado que cada uno debeentenderse con su propia ignorancia.
Cmo creci mi ignorancia!. No es sorprendente?. Bueno, hace mucho tiempo que
no la veo. Qu robusta se muestra!. Es como la maleza, cuanto uno ms la descuida,ms crece. Honestamente, me hubiera gustado mostrarle que yo tambin haba crecido.Mi ignorancia est as de grande porque, conocedora y previsora, fue recopilandopacientemente todo lo que yo no quera saber. Alimentando a la ignorancia, est el miedoa saber, detrs del miedo a saber est el miedo a hacer. El antdoto a la cobarda es lacuriosidad, y detrs de la curiosidad est la sabidura.
"No hay nada ms fecundo que la ignorancia consciente de s misma"(Ortega y Gasset)
En algn lugar siempre tuve a mi disposicin lo que me faltaba saber. Ese lugar no
estaba en el universo de lo que yo ya saba, estaba en el ms vasto universo de lo que yono saba que no saba, en mi ignorancia. Muchas veces lo que uno ya sabe es elpeor obstculopara aprender algo nuevo. No sabe las veces que mi ignorancia trat
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
13/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 13
de hacerle entender a mi estupidez lo estpida que era y que no pretendiera saber tanto!.No recuerdo ya cuantas veces mi ignorancia y mi sentido comn se citaron con miestupidez con el firme propsito de hacerla reflexionar sobre mi futuro. Todo fue intil,aparte de estpida, mi estupidez era obcecada. La subestimacin y la soberbia, tandistintas ellas, se acostaron en mi propia cama y terminaran por concebir a su hijapredilecta, la estupidez, a la que yo estpidamente aliment y mantuve por muchos aos.
En ltima instancia, ya no importa demasiado; lo que importa es que mi ignorancia esla que me devolver mi propia identidad. Para ello tendr que tener el coraje de correr lacortina del miedo y ver que hay detrs de mi ignorancia. Ella sabe lo que yo no s de m.Hoy ya s que debo encontrar mi autntica identidad. Tambin s que ella estescondida detrs de otras identidades manifiestamente falsas que yo dise paraocultarme y vivir la ilusin de que lograba engaar a todos todo el tiempo.
"Las personas no son ridculas sino cuando quieren aparentar lo que no son"G. Leopardi
Supongo que as es como debo haber extraviado mi propia identidad: intentando ser lo
que no soy y obsesionndome por poseer lo que realmente no necesitaba. Si uno tiene lasuerte de romper la barrera de la estupidez y se descubre a s mismo, lo primero queruega es que an no sea demasiado tarde para hacer algo por uno mismo.
"Todos los sufrimientos de nuestra alma provienen del extravo denuestros deseos yde nuestra obstinacin en realizar mentiras. Todos los sufrimientos de nuestrocorazn provienen de que amamos pararecibir y no para dar, para poseer y no paramejorar, para absorber yno para inmortalizar".
Eliphas Levi
Cuando acept mi estupidez recuper mi identidad. En ese momento uno se ve a smismo en su totalidad, con sus dones y sus limitaciones. All yo me enter que no era niun sub-humano, ni tampoco un super-humano. Era un humano. Como demostrar mastarde, ser un humano no es una enfermedad. Cuando recuper mi identidad,reconociendo mi ignorancia, rescat enormes espacios para contener mis propiasvivencias, experimentar, aprender y ser mejor. Pude aceptar que est bien no saber todo,y que est mal simular saberlo todo.
Reconocer la propia estupidez no significa que podremos desprendernos de ella,pierda toda esperanza al respecto. Cuando indago en toda mi historia personal laencuentro siempre. Nunca pude evitarla. Hoy compruebo que sigo luchando con ella. Ydado todos estos largos e histricos antecedentes nada me hace decir que pueda
eliminarla de mi vida en el futuro. Y entonces, qu puedo hacer?. Darle la bienvenida,sentarla como a un chico travieso, bien a la vista, y no dejar de observarla. Apenas unose descuida se escapa para hacer de las suyas.
"Todo hombre quisiera ser el primero, an entre los iguales. Quiere ser superior deuna manera o de otra a cuantos lo rodean. Quiere dominar, mandar, parecergrande, ms rico, ms hermoso, ms sabio. La historia de los hombres apenas esotra cosa que el terror a lainferioridad"
Papini
Cuando acept mis resultados, buenos o malos, cuando desist de discutirlos odisfrazarlos, cuando aprend a decirme la verdad sobre mi realidad y sobre m mismo,recuper mi identidad y abr nuevas posibilidades.
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
14/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 14
En ese momento comprend lo queme haba estado haciendo a m mismo sin saberque me lo estaba haciendo. Cundo uno se hace a smismo algo que le hace dao yno sabe que se lo est haciendo, nohay modo de dejar de hacerlo!. Esa es la granestupidez. El nico modo de salvarse es reconocer la propia estupidez, aceptarla ycomprenderla. Uno puede llegar a deleitarse con ella, aprender a rerse de ella, y dejar dehacer lo que no le conviene.
"Muchos hombres cometen el error de sustituir el conocimiento por la afirmacin deque es verdad lo que ellos desean"
Bertrand Rusell
Bien, en definitiva, desde que reconoc y acept a mi estupidez mi vida fue unainquietante y excitante propuesta de preguntas con final abierto. Mis preguntas,finalmente libres de sus ataduras a viejas respuestas, se lanzaron a buscar por todos losrincones y me sorprendieron con nuevos interrogantes, nuevos dilemas e infinitasrespuestas posibles. Pero decid no cometer ms la estupidez de asesinar a mis nuevase inteligentes preguntas con respuestas viejas. Reconozco que es ms cmodo vivir con
respuestas equivocadas que nos dan la ilusin de seguridad que con preguntas que nosdesafan, despiertan inseguridad, y nos hacen vulnerables.
Cul es m propuesta hoy?., Que aprenda a reconocer su propia estupidez sin ningnreparo. No se imagina el tiempo, esfuerzo y dedicacin que se consume ocultando a laestupidez mientras ignoramos a nuestra fecunda ignorancia. Yo s que la estupidez y lavergenza siempre andan juntas. Por eso dejar de hacerse el estpido y reconocer lapropia estupidez es cuestin de coraje.
Es verdad que tenemos mucho miedo a perder. El cambio siempre significa que algose crea y algo se destruye, que algo viene y algo se va. Pero tenga cuidado, muchasveces el temor a perder nos hace aferrarnos desesperadamente a lo que tenemos.Preocuparnos tanto por lo que tenemos nos impide obtener lo que nos falta. Angustiarnospor lo que nos falta nos impide disfrutar lo que tenemos. Terminamos por perder lo quetenemos y no traemos lo que nos falta. Vaya estupidez!.
Creo que nos ensearon a cuidarnos demasiado. Para eso nos vamos cubriendo demiedos, incontables capas de miedos que se van protegiendo los unos a los otros hastaque una espesa coraza de miedos encallecidos e insensibles nos oculta de los dems yde nosotros mismos. Por cuidamos demasiado terminamos haciendo siempre lo mismo,hacemos siempre ms de lo mismo porque no hay riesgo, no hay riesgo porque esconocido, como es conocido, es seguro; como es seguro, es cmodo; es cmodo porquees seguro... y sigue la ronda, pero terminamos por aburrirnos y nos anestesiamos. Por
cuidarnos demasiado, descuidamos hacer la vida que queremos y terminamos por hacerla vida que podemos. Nos perdemos en esa vida sin usar.No hay nada que despierte tanta resistencia y tanta curiosidad como buscarse a uno
mismo ni nada que asombre tanto como encontrarse. Cuando uno se encuentra a smismo necesita saber cmo hizo las cosas hasta ese momento, cmo logr lo que logr ycmo malogr lo que malogr. Las personas slo fracasan cuando no aprenden de susexperiencias. Siempre hay tiempo para vivir una vida que valga la pena. Cmo seaprende a vivir esa clase de vida? Aprendiendo de los errores.
Creo que es el momento que de por terminado mi prlogo y vaya contndole cmo fuemi aprendizaje. Como primero tuve que desaprender muchas cosas para luego aprenderotras. Quiero que sepa que podemos arruinarnos la vida muy fcilmente. No lo hacemos
de un da para otro. Si los problemas se nos echaran encima de golpe, podramos pegarun salto para salirnos rpidamente de ellos, pero no es as. Vamos haciendo cosas queno sabemos que estamos haciendo, y sus consecuencias se van amontonando detrs del
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
15/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 15
horizonte. Un da cualquiera, cruzamos el horizonte y nos encontramos con todo eso.Desde luego que no podemos explicarnos cmo es que ocurri, y entonces nosenojamos, y culpamos a otros o nos echamos en cara lo sucedido.Para su consuelo quiero que sepa tambin que crear algo valioso en su vida no es tandifcil. El dilema es estar atento a la propia vida. Usted es lo nico que usted tiene parahacer su propia vida. As que tiene que empezar por usted. La vida empieza y termina en
usted.
Una vez le una historia acerca de un sacerdote, que fue enfrentadopor un soldadomientras estaba caminando calle abajo en la Rusiapre-revolucionaria. El soldado,apuntando su fusil hacia el sacerdote, le demand enfticamente, "Quin esusted?" "Dnde va usted?""Para qu usted va all? " El sacerdote calmadamentereplic "Cunto le pagan a usted?" Algo sorprendido, el soldado respondi,"veinticinco kopecks al mes". De un modo pausado y de unamanera profundamentepensativa el sacerdote le dijo, "Yo tengo unaproposicin para hacerle. Yo le pagarcincuenta kopecks cada mes si usted me detiene aqu cada da y me desafa aresponder a esasmismas tres preguntas".
Cuntos de nosotros tenemos un "guardin" que nos confronta con las duras preguntasde la vida y nos empuja a examinarnos y desarrollarnos ms completamente y a fondo?.
Quin es Usted?Dnde va usted?
Para qu va Usted all?
"Uno espera y espera hasta que, algn da,tiene que decidirse a hacer esa vida
que tiene en su mente".(de Used People)
"Si fuese a expresar algn deseo, no anhelara la riqueza ni el podersino el apasionante sentido de la potencialidad: el ojo que siempre
joven y ardiente, ve lo posible. El placer trae desencantos, la posibilidad, nunca.y qu vino puede ser ms espumoso, ms fragante y
embriagador que la posibilidad!
Soren Kierkegard
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
16/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 16
CUIDANDO LA IMAGEN
Los Nmeros Nunca Mienten
No hay nada ms provechoso que tener, de vez en cuando, un contacto saludable con los
nmeros y las estadsticas. Los nmeros nunca mienten. Los nmeros no son juicios, no sonabstracciones, son hechos rotundos e inapelables. Los nmeros pueden parecer fros, pero, Qu
pasara si yo le preguntara cuntas veces por da mira a sus seres queridos y cuntas veces les dice
que los quiere? Qu pasara si le preguntara cundo fue la ltima vez, mes y da, que abraz a sus
padres y cuntas veces lo hizo este ao? Ver que los nmeros enseguida toman vida, y se
calientan hasta el rojo vivo. Porque los nmeros nunca mienten. Nos dicen sobre nuestro grado de
participacin en nuestra propia vida. Sume todo lo que tiene en bienes materiales, divida eso por
todo el amor que lo acompaa y tendr un resultado: Cuanto ms amor, menos importanciatienenlos nmeros. Cuanto menos amor, ms importancia tienen losnmeros. Dicen que lospobres albergan una esperanza que los ricos ya no tienen, que el dinero les dar la felicidad. Usted
puede ser dueo del amor o esclavo de las cosas.
En mis conferencias, charlas o seminarios, acostumbro presentarme del siguiente modo: "Minombre es Mario Alberto Rosen, soy mdico desde el ao 1963. Tengo 61 aos. Estuve casado
durante 23 aoscon Elsa, luego me divorci y durante 6 aos conviv con otra persona. Pasadosesos seis aos me separ y me volv a casar... con Elsa. S, con la misma mujer otra vez. Tengo dos
hijos, Daniel es mdico y est casado. Diego falleci de cncer el 16 de febrero del ao 1995, a sus
24 aos de edad, luego de 18 meses, aproximadamente 540 das o, si me lo permite, de 12960 horas
de esperanza y agona.
Una precisa y breve presentacin, llena de nmeros, que oculta todo un drama de vida colmado
de prdidas casi insuperables, errores elementales y aprendizajes esenciales. Tengo 61 aos, lo cual
significa que ya he vivido 22.265 das. Si lograra vivir hasta los 100 aos, cosa posible pero
bastante improbable, llegara a los 36.500 das de vida. Como ver no son tantos das. Si hago la
correspondiente resta entre lo que ya he vivido y lo que hipotticamente podra llegar a vivir
(veamos si me acuerdo, 22.265 - 36.500 = 14.235) llego a la conclusin que me quedan, con mucha
buena suerte y viento a favor, 14.235 das. Si no tengo tanta suerte, si slo logro llegar a los 80
aos, cosa ms probable, mi clculo me da apenas 6.935 das. Es muy poco tiempo. (Alguna vez
hizo este clculo?) Aunque pueda ponerlo nervioso no est de ms que lo haga cada tanto. Los
nmeros, al igual que los resultados, nunca mienten, Los nmeros le hacen saber que el tiempono
es inagotable, y eso le despertar una saludable sensacin deurgencia que lo impulsar a dejar de
hacer estupideces y hacer cosas importantes. Y los resultados?, Los resultados siempre vienen
atrs de sus acciones, y le dicen quin ha sido usted. En algn punto, uno eslo que hace.
Permtame mezclar el poder de los hbitos con el poder de los nmeros y ver lo que sucede.Empezar por un cuento muy corto:
"El gato se sent en una hornalla caliente y se quem. Desde entonces nunca ms se sent en
una hornalla caliente, ni en ninguna hornalla fra".
Mark Twain
Si pudiera seguir la vida de este pobre infeliz gato, probablemente comprobara sorprendido que
el gato nunca ms se sent, vivi parado. Qu pas? El gato trasform rpidamente la sensacin
de dolor en una emocin de miedo. El miedo aprende a protegerse a s mismo y genera una nueva
creencia y un nuevo hbito para protegerse: En este caso, no sentarse nunca ms. Si te sientas, te
quemas. El error de la creencia fue que generaliz y elimin datos al mismo tiempo. Le hizo creeral gato que no deba sentarse en ningn lugar, nunca ms, y le impidi ver que haba muchos otros
lugares donde podra haberse sentado sin peligro.
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
17/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 17
Le ha pasado alguna vez que se mud de casa y descubrir que las llaves de luz estaban ubicadas
ms bajas o ms altas que en su anterior domicilio? Cunto tiempo estuvo manoteando a la altura
equivocada hasta que aprendi la nueva ubicacin? Cunto tiempo tard en acostumbrarse a la
nueva ubicacin y a no pensar ms en eso cuando entraba a una habitacin? En cunto tiempo lo
empez a hacer automticamente y transformarlo en un hbito? Lo mismo le pasara con el manejo
de un automvil, o aprender a andar en bicicleta.Volvamos a los nmeros. Est demostrado que se necesitan aproximadamente 70 das para
adquirir un nuevo hbito, siempre y cuando uno est decidido a adquirirlo y seguir una disciplina.
Esto significa que en mis ya vividos 22.265 das yo debo haber adquirido una descomunal
competencia en varios comportamientos mos. Inclusive, es muy probable que haya adquirido una
colosal competencia en muchas incompetencias. Calculo que 70 das caben unas 318 veces en
22.265 das. Si estuve practicando el Declogo del Buen arruinador de su Propia Vida y Vidas
Ajenas, cosa que descuento, y pronto tendr el disgusto de presentarle Estuve practicando
arruinarme la vida unas 318 veces! No cabe la menor duda que hoy debo tener una portentosa
habilidad para hacer la vida que estoy haciendo, sea lo que sea mi vida. Los nmeros nunca
mienten.
Durante esos 22.265 das yo he sido mi propio entrenador. Y es muy lgico, cuando uno se hacegrandecito pretende aprender slo, ya que nadie sabe mejor que uno. Sabe de qu me estoy dando
cuenta ahora? Que es muy posible que, gracias a este prolongado auto-entrenamiento, en el que yo
he sido mi propio entrenador, probablemente haya adquirido hbitos malsanos, como los del gato, y
me est haciendo a m mismo una cantidad de cosas que ni s que me las estoyhaciendo! Esto
es muy grave, si uno no sabe que se las est haciendo, no hay ninguna posibilidad que deje dehacerlas! Esto significa, a su vez, que es muy probable que yo slo me entere que me las estoyhaciendo cuando, detrs del horizonte, me estn esperando las consecuencias de mis
incompetencias y me d narices contra ellas! Y es seguro que me voy a indignar muchsimocuando ocurran esas cosas que dir, no me cabe la menor duda; "yo no s como me pasan!" Y para
explicar tal misterio deber encontrar culpables! Aleluya, el mundo est lleno de gente a la que se
puede culpar! Benditos sean los culpables que nos liberan de la culpa!Sin embargo, debo reconocer que en ese duro aprendizaje estuve aprendiendo unas cuantas
cosas. Hoy s unas cuantas cosas. Pero con saber no hacemos nada. El problema es que hay queaprender a usarlo que uno ya sabe. Para eso hay que cambiar los hbitos.
Una de las cosas que aprend en este largo camino de 22.265 das es a distinguir entre los
propsitos y los mtodos, entre lo importante y lo urgente, entre lo que uno realmente necesita y lo
que desea.
Buenos Propsitos versus Malos Mtodos
Me avergenza relatar este episodio de mi vida, porque tendra que haberlo evitado. Lastim a
mucha gente y no puedo encontrar culpables. As que me queda una sola alternativa, denunciar al
responsable. Lo hago para reafirmar mi decisin inapelable de no rendirle ms tributo a la imagen
con la que embauqu a todo el mundo y me enga a m mismo, ni dejarme arrastrar ms por las
creencias y los hbitos que pretendieron sobrevivir a costa de mi muerte psicolgica y mi
inanicin emocional. Es un homenaje que le rindo, a pesar de todo, a mi pasado, por todo lo que
me ense.
Es tambin una severa reprimenda a la imagen que me desplaz de mi propia vida y se glorific
a expensas de mi humillacin y mi indignidad. Esta experiencia de mi vida es tambin un ejemplo
paradigmtico del uso del Declogo del Buen Arruinador de su Propia Vida y Vidas Ajenas. En
los momentos de crisis se conoce a la gente, incluido a uno mismo. Lamentablemente hay veces
en que la experiencia es un verdadero fiasco. Hay un viejo dicho que dice que a la gente se laconoce cuando tiene que poner la mano en el bolsillo, cuando est borracha, y cuando juega. Yo
jugu el juego de la vida, y hubo un tiempo en que fui un muy mal jugador. Fui tramposo, ladino,
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
18/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 18
calculador, embustero y timador con los sentimientos de mucha gente. Espero contar con su
comprensin. Esta es una historia parecida a la de cualquiera y distinta a la de casi todos.
Todo comenz cuando a mis cuarenta y pico de aos se fue instalando en m, lenta y
subrepticiamente al principio, y ms tarde con violencia y rudeza, un sentimiento de confusin,
desconcierto y caos. Claramente se fue alojando en mi vida la sensacin de la prdida de sentido
y significado, tanto en mis relaciones con la gente como con las cosas. Ya no estaba dndole a las
cosas y a las personas la misma importancia que hasta no haca mucho tiempo le haba dado.Nada pareca ser importante en mi vida. A pesar de estar rodeado de amor y de prosperidad,
senta que algo me faltaba y no saba qu era. Senta una especie de vaco interior que se
agrandaba cada da ms, como un agujero negro en el centro de mi pecho. Cada da deba hacer
un mayor esfuerzo para sentir el amor por las personas que ms amaba en la vida. Cada da le
daba menos importancia a cosas que me haba costado tanto conseguir. Mi alma se haba
extraviado. Senta un nudo en mi garganta, un boquete en mi estomago, y anestesia en mi
corazn. "Qu me pasa?...... Qu me est pasando!?". Alguna vez sinti que perdi su
identidad? Me miraba al espejo y me preguntaba: "Dnde est ese brillo de tus ojos, dnde
perdiste la sonrisa en tus labios?" Por qu en tu cara ese rictus de enojo y disgusto marcado como
con un cincel?
Preguntas aterradoras saltaban en m mente, Quin soy? Para qu estoy haciendo lo que hagotodos los das? Quin quiero ser? Qu sentido tiene todo lo que estoy haciendo? Para qu estoy
todos los das resolviendo problemas, apartando piedras del camino, soportando cargas, deberes y
obligaciones? Para qu? Para qu?
Ah, si uno no tiene buenas respuestas para semejantes preguntas, est perdido! Mi "guardin",
mi desarrapado y mal pago "soldado" interior me estaba apuntando con su rifle y me preguntaba
una y otra vez: "Quin es usted? Adnde va usted? Para qu va all? Durante un tiempo estuve
haciendo lo que cualquier ser humano hara: disimular, negar, ocultar, mentir, reforzar la armadura
y pintarrajear aun ms la mscara detrs de la que me ocultaba para evadir las preguntas, y sobre
todo, evitar las respuestas.
"El miedo a saber es en el fondo, un miedo a hacer, porque tomarconocimiento entraauna gran responsabilidad"
Abraham Maslow
Pretender saberlo todo
Es extrao que yo, que me habla enfrentado tantas veces en mi profesin mdica al dolor y a la
muerte, que me habla hecho responsable de hacer tantos diagnsticos y tratamientos, que haba
escuchado angustias y secretos de tantas personas. Yo, que haba dado tantos sabios consejos, no
supiera hacer lo mismo conmigo. No supe enfrentar con coraje y responsabilidad mi realidad.
En parte por miedo, en parte por vergenza, en parte por orgullo, y en gran parte porque pretendque yo solo me bastaba y nadie tena nada para ensearme, no ped ayuda. Hoy ya lo s, no me diga
nada, ya lo s: Nadie es tan fuerte, nadie es tan perfecto, nadie lo sabetodo. Pero cuanta gente
se lo cree!... Cunta gente se lo cree?... Que cunta gente se lo cree? Vamos, no nos engaemos
ms, mucha gente se lo cree! Fuertes, perfectos y sabihondos... callan sus sentimientos, sus miedos
y sus angustias en un concurso de "Finjamos que aqu no pasa nada", hasta que viene la vida y les
toma examen.Dicen que cuando algo no cae de tu boca, caer en tu cuerpo, y que todos esos secretos y todos
esos sentimientos no expresados se irn acumulando y cristalizando en el cuerpo hasta que algn
da ocurre la crisis: Se libera toda la energa acumulada y uno explota, o implota. Si explota,
lastima y hiere a los dems. Si implota, uno se enferma.
Qu hice yo? Ambas cosas, explot e implot. Fue como una represa que se desplom y untorrente de emociones arras con todo y se precipit fuera de m sin que pudiera controlarlo.
Agred y lastim. Culp a lo que tena por no haber logrado lo que me faltaba. Impulsado por esta
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
19/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 19
severa crisis de estupidez no tuve mejor idea que patear el tablero de mi vida y hu hacia adelante.
Qu hace uno en ese caso? Cambia de trabajo, o cambia el auto, o cambia de pareja, o cambia de
lugar, cambia de moda, cambia de casa, o cambia de caprichos. Pero cambiarse a uno mismo, ni se
le ocurra! Yo quera que las cosas cambien pero sin tener que cambiar yo. Es posible que uno
pueda cambiar las cosas sin cambiar uno?
Yo cambi todo al mismo tiempo. A mis cuarenta y pico de aos me enred vertiginosamente en
una pasin adolescente que no supe controlar. Romance, pasin, frenes, clandestinidad,ingenuidad, deslealtad y engao. A travs de esta nueva relacin amorosa pretenda reencontrarme
con mis fantasas de gloria. En vez de tener el coraje de enfrentar mi dilema y provocar mi
transformacin, hice lo ms fcil, culp a lo que tena por lo que me faltaba y lo castigue
expulsndolo graciosamente de mi vida.
Es verdad, cuando uno no tiene el coraje de cambiarse a uno mismo comete la estupidez de
pretender cambiar a los dems, acusndolos de todos los males. Un 24 de marzo de 1988, abandon
todo lo que haba construido durante ms de 23 aos, 8.395 das (otra vez los nmeros). Abandon
a una mujer que me amaba, a dos hijos sorprendidos y perplejos, y a amigos de toda la vida
desconcertados. Hu cobardemente por no saber confrontar con mi confusin y aceptar el desafo
de aprender mis lecciones.
Se puede imaginar lo que sufren esas personas cuando uno crea amor en ellos y luego se va?Qu pueden hacer con ese amor si uno se va? Adnde lo ponen? Lo guardan, lo matan, lo
convierten en odio? Qu hacen? Es casi imposible saberlo a no ser que uno lo haya
experimentado. Es bajar al quinto infierno. No trate de adivinar, yo se lo dir. Ahora lo s, porque
la vida, que no tiene impunidad, termin por hacrmelo sentir en carne propia. Qu hace cuando lo
dejan con el amor atragantado?: Cada da, cada uno de los das, mastica ese amor, lo va rumiando
hasta transformarlo en odio y luego, asqueado al sentir en qu lo ha convertido, lo tiene que vomitar
porque le retuerce el estmago y lo inunda de congoja y amargura. Y luego, mal que le pese, con
toda su humillacin y dolor, vuelve a tragarse el vmito, y vuelve a masticarlo y a rumiarlo, y
vuelta a vomitarlo... y as, cada da, hasta que ya ni le siente el gusto... y se anestesia
emocionalmente. Adis, dej de estar enamorado de la vida. Y uno elige hacerlo cada da!
Aun no haba comprendido que uno no puede crear amor en los dems y despus desaparecer
dejndolos con todo el amor atragantado. Eso es inmoral, es cruel, es perverso. No saba que tena
mucho que aprender sobre el amor. Este amor egosta, carente de compasin y de tolerancia, no era
verdadero amor, no era un amor inteligente.
Durante seis aos (2.190 das) estuve alejado de ellos, y de m mismo, tratando de restaurar al
dolo cado, rindindole culto a la imagen, y sacrificando mi dignidad. Estuve buscndome a m
mismo, buscndome afuera cuando siempre me tuve adentro. En realidad, nunca me perd,
simplemente me daba miedo encontrarme. Yo no estaba perdido, yo estaba huyendo de m mismo.
Siempre fui mi mejor y mi peor compaa. Simplemente jugaba a las escondidas conmigo mismo.
Pero las cosas pendientes nunca se quedan esperndote en el pasado, te siguen como tu sombra
hasta el presente, y te sorprendern esperndote tozudamente en el futuro.Estuve aprendiendo duras lecciones. Cuando uno hace algo que no tiene sentido, que va en
contra de sus principios y sus sentimientos, sabe que lo est haciendo. Uno finge no saberlo, pero
lo sabe. S, que lo sabe! Hace juegos con la mente, se llena de razones que tratan de explicar
porqu uno hace eso. Pero el cuerpo no se deja engaar, cada vez duele ms, cada vez se retuerce
ms, no lo deja dormir, se paraliza, se hace lento y se fatiga. Grita, No es as, no es aqu!
Hoy me doy cuenta de todas las cosas increblemente estpidas que hice para no darme cuenta.
Us toda mi inteligencia para explicar lo inexplicable. No tena desperdicio escucharme decir las
tonteras que deca para justificar y explicar mi estupidez. Yo confund los buenos propsitos con
los malos mtodos.
Noescuchar
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
20/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 20
Elsa se aisl, tom distancia para curar las tremendas heridas y se dispuso a esperar. Estaba
convencida de que yo volvera, Nunca lo dud. Y yo no me fui 6 das, me fui seis aos. Ella saba
de m lo que yo an no saba. Mis hijos al principio me buscaron. Ellos, desde luego, no aceptaban
mi decisin ni la comprendan, pero intentaban respetarla. Lucharon para que siguiera siendo su
padre. Me rogaron, me reclamaron, me buscaron, me siguieron, pero yo no escuch. Estaba muy
ocupado escuchndome a m mismo. No escuchar es uno de los modos ms terribles de lastimar a
la gente. La espada hiere la carne pero el silencio hiere el alma. Si quiere matar el amor, no loescuche.
Querer tener razn hasta morir
Discut speramente con los que quisieron ayudarme y hacerme reflexionar. Los avergonc con
mis inteligentes mamotretos intelectuales sobre la libertad de buscar y elegir. Busqu astutamente
defectos en todo el mundo para explicar mis decisiones. Quise tener raznhasta morir.
Cre un mundo fantstico totalmente divorciado de la realidad, donde no exista la autocrtica y
todo estaba concebido para encajar astutamente con mis razones. Son increbles las monumentales
explicaciones que se pueden llegar a urdir en la mente hasta construir una maraa de caprichosos y
complejos argumentos para explicar por qu uno est haciendo algo que en el fondo sabe que nodebe hacer, o por qu lo est haciendo de un modo tan grosero, perverso y desvergonzado. Todo el
tiempo tena que reforzar esa inextricable tela de araa que se rompa tan fcilmente, constituida por
razones y ms razones, y en la que, al mismo tiempo, iba quedando atrapado. Dise mi propia
trampa. No saba que era tan difcil salirse de la trampa que uno mismo dise.
La mscara y la coraza
Para ir por la vida rompiendo sentimientos y pisoteando corazones sin remordimientos hay que
ponerse una armadura. Esta armadura est conformada por una mscara de "Todo-est-bien", con
la que trataba de ocultar mis sentimientos, y una coraza de "Aqu-no-pasa-nada" que me haca
insensible a mis propias necesidades y a la de los dems. Detrs de ella haba ocultado mi
confusin, mi subestimacin y mis miedos.
El esfuerzo que me demandaba cargar a la armadura era agotador. La imagen no tiene
escrpulos, es mentirosa y exigente. Slo le importa cuidarse. Yo siempre tena que estar
escondido detrs de ella, simulando estar "en lo correcto" para "verme bien" y tener todo "bajo
control". Con el tiempo la mscara se transform en mi rostro y la coraza se fundi con mi corazn.
La mscara era de piedra. La coraza era de hierro.
Seis aos pasaron as. Usted se va a rer pero no puedo dejar de hacer nmeros, son 2.190 das.
No fueron intiles, desde luego que no, ya que aprend muchsimo desde el dolor y el sufrimiento.
Con eldolor se aprende rpido, pero los precios son altsimos.
El mejor modo de volver loca a una persona es negarle que algo que est sucediendo frente a sus
ojos, realmente est sucediendo. Eso era lo que me ocurra a m. Una pequea parte ma, an
saludable, me mostraba la catica realidad, mientras mi mente, profundamente enferma, negaba que
eso estuviera ocurriendo. Qu le pasa a una persona que ve con sus propios ojos que algo ocurre y
su mente se niega a aceptarlo? Qu pasa con una persona que desesperadamente quiere creer que
algo que est pasando, no est pasando? Qu pasa cuando uno no quiere ver lo que sus ojos estn
viendo? Simple, enloquece.
Permtame que le relate una experiencia de laboratorio que le explicar algunas cosas:
Usted sabe que cuando se coloca carne fresca frente a un perro hambriento, se le hace agua la
boca. Esta es la naturaleza. Un psiclogo ruso, Pavlov, se pregunt si otro tipo de estmulo que no
fuera la comida, podra provocar esta salivacin automtica. Pavlov pudo responder a la preguntacon un experimento sencillo e ingenioso. Traa la comida a los perros, e inmediatamente antes de
drsela haca sonar una campana. Al poco tiempo, cada vez que haca sonar la campana, los perros
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
21/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 21
se babeaban, Hubiera o no carne, el sonido de la campana despertaba ese reflejo de salivacin. Esto
es lo que todos sabemos, pero hay algo ms. Un perro fue acondicionado para reaccionar al sonido
de una campana de tono grave de la misma forma que reaccionara a la comida; cada vez que oa la
nota musical grave, se le traa comida; su cola comenzaba a menearse; saltaba en alegre
anticipacin y se le haca agua la boca. Pronto estuvo condicionado para actuar de esta manera cada
vez que escuchaba la campana y su tono grave.
Luego, sus reflejos de temor fueron acondicionados para responder a los tonos agudos de otracampana. Se conect un electrodo a su cuerpo y cada vez que sonaba la nota aguda de la campana
el perro reciba una ligera descarga elctrica. Naturalmente el perro se asustaba. Al poco tiempo,
demostraba el mismo temor cada vez que sonaba la nota alta de la campana, aun cuando no
recibiera ninguna descarga elctrica. Se le tensaban todos los msculos, se arrinconaba temeroso
con la cola entre las patas, se le secaba la boca. Todo su cuerpo, desde la punta de la nariz hasta los
ltimos pelos de su cola, se condicionaron para reaccionar al tono agudo de la campana.
Entonces, gradualmente, se fueron cambiando los tonos de las campanas. Cada da se fue
reemplazando la campana aguda por otra un poco ms grave y la grave por una cada vez ms
aguda. Por largo tiempo el perro no not la diferencia y sigui reaccionando del mismo modo a
cada campana. Placer por la comida con la campana de tono grave, miedo a la descarga elctricacon la campana de tono agudo. Finalmente lleg el da en que los sonidos de ambas campanas
fueron tan similares que el perro ya no pudo distinguirlos. Qu hizo el perro? Lo mismo que
cualquier ser humano en iguales circunstancias. Desarroll una neurosis. Se arrastr al rincn y
se ech a temblar. Rechaz la comida. No poda dormir. Se torn sumamente irritable y tiraba
dentelladas o mova la cola. Por momentos su corazn lata desordenadamente. Otras veces
babeaba copiosamente. En otras, se le secaba la boca, pero se negaba a beber.
Pobre animal. No debera haberle sucedido a un perro, pero le sucedi. No debera sucederle,
ni siquiera a un hombre. No obstante, me sucedi a m. Cuando no podemos distinguir entre los
estmulos, nos volvemos confusos, incoherentes y disparatados. Los conflictos ocurren dentro de
nosotros, no afuera. All se libra la batalla. Sentimos que debemos hacer dos cosas
contradictorias al mismo tiempo, En mi caso era seguir persiguiendo la ilusin de la gloria para
rescatar una identidad, o volver con mis seres queridos, que estaban sufriendo por m.
Hoy ya pas. Puedo escuchar el sonido de las campanas; me deleito escuchndolas, porque ya
no estn ms conectadas ni a mi estmago ni a mi cola. Debo decirle que curar al pobre perro
demand no menos de 6 meses de cuidadosa y paciente re-educacin. Curarme a m no fue tan
fcil.
Cuando el amor es verdadero, es compasivo, perdona y cura
Siempre ocurre, no conozco a ninguna persona que en algn momento de su vida no le haya
ocurrido. Es un momento cumbre en el aprendizaje, es el desesperante y bendito momento en queya no sabemos qu ms hacer, y no queremos seguir haciendo ms de lo mismo. Es el supremo
momento en que caemos de rodillas frente a nuestra propia ignorancia y nos atrevemos a
reconocerla. Ya no queremos tener razn hasta morir, ya no pretendemos saberlo todo, ya
estamos dispuestos a escuchar. A veces ese momento slo ocurre cuando la vida te estremece con
una crisis arrasadora. A veces slo una enfermedad o un cataclismo logra que estemos dispuestos
a cambiar.
"La frase ms maravillosa que escuch en mi vida no fue "te amo", fue cuando me dijeron
"Lo felicito, su biopsia dio negativa de cncer"
Woody Allen
Cuando el cuerpo se enferma no hay persona que no se detenga. A veces la enfermedad es lo
nico que detiene a una persona y la arranca del locdromo de la vida. Mi cuerpo se enferm. Pero
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
22/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 22
no se enferm de cualquier cosa, lo hizo de tal modo que hasta un estpido como yo pudiera
entender el mensaje que pretenda enviarme. Me enferm el corazn y las arterias: arritmia en mi
corazn (arritmia en mis sentimientos) e hipertensin arterial (hiper-tensin).
La enfermedad me par, me oblig a prestarme atencin yaocuparme de m. Eso es lo que
hace una enfermedad con cualquiera. Cuando tres de los cuatro cuerpos que nos componen (fsico,
mental, emocional, espiritual) se enferman, el cuerpo fsico, que es el que ms aguanta, se cansa y
hace el gran reclamo de curacin. Cuando tu espritu, tus emociones y tu mente estn enfermas;cuando el alma est perdida, cuando los pensamientos estn intoxicados y las emociones
envenenadas, el cuerpo fsico viene a salvarte de un modo muy extrao pero eficaz, se enferma.
Si a usted le pasa algo as, en ese momento seguro que piensa algo, seguro que se lo dice: "Me
voy a morir!... Es que me voy a morir?... Es que ya me voy a morir, y se acab?". Oh, Dios, no
me quiero morir! Tengo tantas cosas por hacer! Sabe que hay gente que cree que es inmortal?
Usted cree que es inmortal? Puede creer que yo me senta inmortal? Estpido, estpido,
estpido! Tengo una mala noticia: Eltiempo no es inagotable, nadie es inmortal.
Quieres vivir o morir? Quieres aprender o extinguirse? En ese momento se plantean las
grandes preguntas. Si ests dispuesto a aprender, aparece el sabio maestro. Si ests dispuesto a
curarte, aparece el ngel sanador. Ah, el ngel sanador!, creo que cada uno tiene un ngel sanador.
A veces se corporiza y se hace humano y no lo reconocemos, pero estn en todas partes, esperandopor nuestro pedido de auxilio. Mi ngel sanador estuvo presente en esos tiempos en cada momento,
nunca me abandon. Es verdad que se enoj por lo que haba hecho. Se enoj, se enoj mucho,
pero mucho. Pero conoca algo que yo no conoca, me conoca a m mejor que yo mismo,
A pesar de todo, a pesar del tiempo, a pesar de mi locura, siempre sigui amndome y confiando
en m. Nunca se perdi de vista. Siempre se mantuvo a distancia, rogando por m. Nunca me
presion, slo me esper. Sabe lo que yo podra lograr en mi vida si confiara en m mismo tanto
como mi ngel confi en m? Por qu siempre dudamos tanto de nuestra confianza y no
dudamos ms de nuestras dudas? Hoy aprend a dudar ms de mis dudas y menos de mi
confianza.
Cuando ca de rodillas frente a mi propia ignorancia, me fui despertando. Sent como si hubiera
estado anestesiado mucho tiempo y lentamente fui tomando conciencia de m. Cuando me empec
a mover el dolor del cuerpo y del alma fueron casi insoportables. No me imaginaba que el alma
puede doler tanto. All comprend cunto haba lastimado el alma a los dems. Claro, dicen que los
moretones del alma no se ven.
A medida que me iba despertando comenc a ver a mi ngel. Era un ngel con las alas
quebradas y el corazn sangrando. Sin embargo, gloriosamente, an sangrando por sus heridas, me
demostr el amor ms grande que un ser humano puede tener por otro. Ese amor se llama
compasin. Sabe lo que es la compasin? La compasin es el amor cuando se arremanga y hace lo
que l slo puede hacer: comprender, perdonar y sanar. Le estoy hablando de la mujer que
abandon, la madre de mis hijos. Saba que, en realidad, el odio no es odio, que es el amor enojado
cuando no puede hacer contacto? Saba que el odio y el amor son las dos caras de una mismamoneda?
Ella fue mi mejor consejero, fue mi amante, fue mi sanadora. Puede creer que despus de tanto
tiempo y dolor, se convirti en mi ngel sanador? Yo le haba dado algo, y luego le saqu todo.
Ella me haba dado todo, y nunca me sac nada.
Cuando dej caer mi armadura no fue por un acto de arrojo, sino por puro agotamiento. Es
dramtico sentir que uno ha quedado expuesto y vulnerable. Que puede ser lastimado, pero tambin
puede darse a conocer. La atemorizante sensacin de fragilidad que sent se compens con mi
sensacin de alivio. Ya no tena que ocultarme ms. En mi lpida ya no dira "Aqu yace Mario,quien se ocult exitosamentetoda su vida" No quiero estar en esa situacin golpeando y gritando,
"Por favor, squenme de aqu!, Squenme de aqu!, Nadie me conoce realmente! Mi familia no
me conoce, mis hijos no me conocen, mis amigos no me conocen... ni yo mismo me conozco!,Squenme de aqu!". Y que alguien desde afuera, con dolor y rabia, me grite "Ya es tarde,
estpido, ya es tarde!".
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
23/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 23
LasLecciones de la Vida
Finalmente, todo vuelve al origen. Debo decirle que en la vida no hay impunidad, que todo se paga.
Cuando uno no aprende bien sus lecciones est condenado a repetir el pasado una y otra vez.
Cambiar las cosas afuera no cambiaron nada las cosas adentro. Perdneme, pero para explicarlo
debo volver a los nmeros otra vez. Un 20 de diciembre de 1993 tuve que escaparme del lugarhacia el que haba escapado seis aos antes. Ya haba conseguido quedarme solo otra vez. Sin
embargo, no me qued solo mucho tiempo. Tuve que regresar al que nunca haba dejado de ser mi
hogar un 24 de diciembre de 1993. S, pocos das despus. No fue un acto de irresponsable
desatino, no fue huir hacia adelante, no fue buscar refugio, no fue un peregrino o suplicante acto de
amor, fue un acto generado por el horror y el espanto. Cuando an no haba empezado a salvarme a
m mismo tuve que intentar salvar a otra persona. Ya se lo contar, pero quiero darle un sano
consejo por adelantado, reconozca honradamente lo antes posible las deudas que tenga con la vida,
con usted mismo, y con la gente y sldelas, porque el da menos pensado viene la vida, le abre la
puerta a patadas y le cobra todo junto con costas e intereses.
Tom coraje y me sent frente a los que haba herido y ofendido. Despojado ya de la armadura y de
las excusas reconoc como haba lastimado sus sentimientos y dej que me expresaran todo lo quetenan contenido, su dolor, sus agravios, su humillacin. Escuch, guard silencio y escuch.
Escuch. Ni remotamente haba concebido cunto uno puede llegar a agraviar los ms profundos
sentimientos de la gente que uno ms ha querido. Hoy conozco el tremendo poder que nuestros
seres queridos nos otorgan cuando se nos entregan en cuerpo y alma y nos dan la gracia de darles o
quitarles el amor. Dicen que la etimologa de la palabra amor es algo as: A significa No o Sin, y
Mortsignifica Muerte: No muerte. Si es as, y creo que lo es, todo queda explicado. El amor puede
curar, puede hacer sufrir, puede matar mil veces, es el origen, la esencia y el fin de la vida. No
viene y se va graciosamente. El amor es un arduo trabajo de todos los das, una, enorme
responsabilidad. Hay que cultivarlo, cuidarlo. Qu poda hacer yo para aliviar tanto dolor?
Reconoc lo que haba hecho, me disculp y lo lament. Haba sido un pirata del amor. A partir de
ese da comenc a curar las heridas que haba provocado, y ellos me fueron perdonando poco a
poco.
Nunca me haba imaginado que si me liberaba de la armadura y mostraba mi humana debilidad
me poda fortalecer tanto. Aprend que cuando uno se hace duro por fuera queda hueco por
dentro. Cmo me veo hoy, despus de semejante experiencia? Hoy me veo como un arrogante
venido a menos y me denuncio sin atenuantes como un humano que slo puede hacer cosas de
humano. Comprob que ser un simple humano no es una enfermedad. S, quiero que sepa que
soy humano, que las cosas me duelen, que soy inexorable y humanamente imperfecto, que tengo
problemas, que muchas veces no s como hacer, que necesito que me aprecien y me apoyen, y que
no s pedir, pero estoy aprendiendo. Tambin me declaro como un ex adicto al Declogo del
Buen Arruinador de su propia Vida y Vidas Ajenas, cuyos preceptos us para sostener a laimagen, ocultarme y sobrevivir.
Quiero agradecerle a Dios que haya tenido piedad de m, y me regalara un tiempo que yo no
saba que sera tan precioso, y que creo que no me mereca. Le agradezco que haya podido
reconocer mis errores, comprender y pedir disculpas a tiempo. Quiere saber por qu lo digo?
Porque una de las personas que me perdon fue mi hijo Diego. Y de l quiero hablarle para que
entienda algunas cosas.
"Cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo
momento, el momento en que el hombre sabe parasiempre quin es"
Jorge Luis Borges
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
24/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 24
DIEGO, DIEGO
Fue un 24 de diciembre de 1993. Hay fechas que uno no olvida jams y que, a medidaque el tiempo pasa, sabe que no las olvidar nunca. Cuando algo terrible ocurre, algoque est fuera del personal catlogo de las calamidades, uno supone que eso es lo peor
que puede llegar a suceder y que la vida se apiadar. A veces no es as. Un 16 defebrero de 1995, unos 14 meses despus, todo quedara arrasado hasta lmitesinconcebibles para mi capacidad de comprensin y tolerancia. Siempre hay peor de lopeor.
Debe haber millones y millones de personas, entre ellas usted, que no debenrecordarse siquiera que esos das pasaron y ya se fueron de sus vidas. Es probable quela primera fecha, 24 de diciembre de 1993, le resulte ms identificable, ya que era lavspera de Navidad, Para casi todos debe haber sido un da clido, festivo, pletrico depreparativos, regalos, familia, encuentro, festejos, reflexiones, religiosidad y esperanzas.
Para m fue un da distinto, un da que jams se me hubiera ocurrido que formaraparte de mi vida. Ese da un monstruo se abalanz furiosamente sobre m como una
fiera enloquecida, clav sus dientes en mi corazn, sus garras en lo ms profundo de miser y no me solt nunca ms. Creo que seguir sangrando por lo que me queda de vida.
Ese 24 de diciembre de 1993 escuch aterrorizado la palabra cncer. Ese da supeque mi hijo Diego, mi querido hijo Diego, ese ser desbordante de sueos, proyectos,entusiasmo y creatividad, tena un cncer sumamente agresivo que ya estabacomprometiendo seriamente su vida. Apenas recorridos sus primeros 22 aos mi hijo seencontraba frente a frente en un combate desigual y atroz con un engendro que leestaba devorando poco a poco el cuerpo y la vida.
Como ver, yo volv al seno de mi familia, apenas 3 das despus del triste fin de mimistificada historia de gloria y ocaso. Volv para acompaarlos y ocupar mi lugar en unaestremecedora y desgarradora experiencia. Lo que nos reuni al principio fue elespanto. Todos debimos afirmar los pies en la tierra, y sostenernos muy fuerte los unosa los otros porque comenzaba la ms desgraciada batalla que la vida puede proponerte.La lucha por la vida de un hijo.
Diego exigi saber la verdad desde el comienzo y as se hizo. Sorprendentemente nolo intimid tanto el brutal diagnstico ni el larguisimo tormento que debera soportar sino elnombre de su terrible mal: Corioncarcinoma Extragonadal. "Es un nombre de muy malgusto, no tiene msica, es spero y grosero", me dijo, "pero es bueno saber quin es elenemigo, no hay modo de luchar si no sabes quin es, dnde est y su poder". Luegonos solicit que lo dejramos a l hablar con los mdicos y que slo le contestaran laspreguntas que hara ya que l decidira hasta dnde le convena saber para no minar sus
fuerzas y su capacidad de lucha. En un instante Diego se haba convertido en un adultosabio, responsable y valeroso!A partir de ese momento todo lo supuestamente importante y trascendente se hizo
banal y pequeo hasta que se desvaneci. Nada del mundo que consum pudosostenerse. Las formas perdieron sus formas, el tiempo se detuvo con un ensordecedorestrpito y piadosamente se sent a mi lado para aliviarme en mi inmenso dolor y esperarjunto conmigo.
"Cunto tiempo lo esperars?" Le pregunt al tiempo... "No s", me dijo, "No medesperdicies, no soy inagotable, yo no soy el dueo de mi medida. Te ha sido otorgado elprivilegio de contar con la compasin y paciencia del Seor que te regal la posibilidad deestar con l, sostenerlo y entregarle tu amor. Abrzalo y dile cuanto lo amas por todas las
veces que no lo has hecho. Cada abrazo puede ser el ltimo, aprovchame".Oh, Dios!, A partir de ese instante slo lo importante era urgente. El sentido y laintencin de todo lo que tena algn sentido y alguna intencin trascendente en ese
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
25/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 25
pequeo mundo mo se puso al servicio y fue ofrendado para invocar un nico deseo, elmilagro del triunfo de la vida sobre la muerte. Mi admiracin por Diego fue cada damayor. Era conmovedor ver como su cuerpo se apagaba mientras su espritu seencenda. Nunca renunci a sus sueos. Cuando slo su coraje lo mantena de piesegua haciendo para honrar a sus sueos. El cncer matara su cuerpo, pero nunca sussueos.
Una cosa es esperar que un milagro ocurra pero mi hijo no tena tiempo paraaguardarlo... Sabe usted cmo se invoca un milagro en este maldito mundo? ... yo nolo s y nadie supo decrmelo. Casi todos los que hubieran podido hacer algo por la vidade mi hijo estaban imposibilitados; unos por estar arrinconados en sus laboratoriosatrapados en sus escasos presupuestos y otros dilapidando una enorme riqueza enmquinas de muerte. Qu rabia, que impotencia, que injusto!
La gente, el mundo, los das, los momentos, los instantes, los segundos, los espaciosy sobre todo los sentimientos cobraron para m una dimensin sobrecogedora. Descubrcon gran desasosiego la diferencia entre ejercer decorosamente mi papel de padre ysentirme padre hasta la mdula de los huesos. Mis hijos me ensearon a amar a unhijo, me orientaron dulce y dramticamente en mis primeros pasos para experimentar
ese inconmensurable amor de un padre por sus hijos que probablemente todos tenemoslatiendo bajo la piel pero nunca liberamos lo suficiente y no nos damos a conocer comoseres humanos. Mis hijos me ensearon a ser padre. S, ley bien, me ensearon a serpadre y yo aprend muy rpido. Es tan sencillo!, Slo necesit hacer cosas simples: losmiraba, los acariciaba, los escuchaba y les sonrea, celebrando cada instante de suexistencia en mi vida.
Oh Dios, si lo hubiera sabido antes!, Tantas veces dud sobre mi idoneidad comopadre y busqu opiniones autorizadas sin darme cuenta que los mejores maestros parapadres son los propios hijos; lo nico que necesit es las ganas y la necesidaddesesperante de aprender rpido y darles permiso para que me enseen y experimentarjuntos la magia del mutuo amor.
Diego y yo tuvimos que correr juntos una carrera desenfrenada para recuperar el tiempoperdido y regalarnos todos esos abrazos y esos "te quiero mucho" que yo le habaescatimado insensatamente y que ahora alimentaban esos bellsimos y dramticos dasde encierro, lucha, paciencia, esperanza y tormento por los crueles tratamientos con losquimioterpicos. Ninguno de los dos poda saber a ciencia cierta cuanto tiempo nosesperara el tiempo y aprendimos a agradecer cada minuto y cada pequeo regalo de lavida.
Nunca olvidar cuando termin uno de sus interminables encierros en terapia intensivay me pidi que le consiguiera una habitacin con una ventana desde donde poder ver unrbol. Corr desesperado por todo el sanatorio reclamando una sala que tuviera una
ventana orientada al corazn de manzana pues haba comprobado que se destacaba unenorme y aoso rbol. Ya instalado contempl fascinado su ventana y su rbol y me dijo:"La gente no sabe el valor que puede llegar a tener una ventana o el verde de un rbol,
o el simple placer de poder sentarse otra vez en un inodoro y no sentirse humillado eimpotente por tener que orinar en un frasco; si lo supieran se dejaran de darleimportancia a tanta tontera.
La tragedia, el sufrimiento, la impotencia, el horror de tener que aceptar queenvenenaran la sangre de mi hijo da tras da, semana tras semana, mes tras mes pararescatarlo de la muerte quedaron indisolublemente unidos en mi mente y en mi cuerpo ala constante reanimacin de nuestro amor incondicional, de su increble entereza, suconfianza, su coraje y su decisin de que la bestia no le ganara.
Ambos revisbamos nuestras vidas y planebamos como enriquecerlas creandobelleza y armona a partir de nuestro reencuentro y su segura victoria en esa injustabatalla que le toc soportar. Diego lo haca de ida hacia el futuro y yo de vuelta hacia el
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
26/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 26
presente, pero siempre sentamos el regocijo y la alegra de encontrarnos en cualquierpunto del camino intercambindonos sueos.
Desde su creciente limitacin y debilidad ese pequeo hroe, ese ignoto maestro quetena a mi lado, me ense a sostener obstinadamente despiertos los sueos y aarrancarle la energa a su indomable espritu cuando su cuerpo perda la suya, quedabaagotado y claudicaba. Me ense cmo hacer pequeas cosas momento a momento,
paso a paso, superando su carencia de aire con su exceso de entusiasmo hastaconseguir grandiosos resultados. Nos dijo: "La vida sigue, y necesito que todos medemuestren que la vida sigue, cada uno haga lo suyo, yo estoy comprometido haciendo lomo, esto no me va a ganar". Avergonzado por su coraje y su obstinacin decidacompaarlo en esa epopeya como un humilde cronista de la vida y me propusecomprometerme tambin con un proyecto y darnos nimo mutuamente para llevar a cabonuestros desafos y festejar el haber recorrido juntos un camino.
Es as como comenc a escribir este libro. No esperen que yo les ensee nada, notengo nada para ensearles, hoy no sabra qu ensearles. Lo nico que aprend es aaprender lo antes posible todo lo que me falta por aprender pues mi hijo me ense acallar, me ense a amar, me ense a hacer lo que necesita ser hecho y me ense a
aprender. Finalmente me ense a ser padre, a amar, a sufrir y bebernos la vida de apequeos sorbos o grandes tragos... me ense tambin el valor de una ventana o unrbol.
Sabe alguno de ustedes cmo se invoca un milagro en este maldito mundo? ... yo nolo pude encontrar... y todos los que me hubieran podido ayudar estaban limitados o jugando juegos de muerte. Pero Dios sabe cunto se lo ped y todo lo que estabadispuesto a dar para regalrselo a Diego.
Mi hijo Diego, mi querido hijo Diego, falleci el 16 de febrero de 1995, un da que debehaber pasado desapercibido para millones y millones de personas pero para m fue un danico, sorprendente, terrible y glorioso pues le aseguro que mi hijo le gan al monstruo,nunca se dio por vencido, le dio batalla hasta el ltimo minuto. Quiero decirle a usted quela bestia no se lo llev, l se llev a la bestia. Lo pag con su propia vida, pero no seconfunda, todos perdimos, pero l triunf.
Quiero decirle a Dios que no estoy enojado con l. Que le agradezco infinitamentehaberme regalado durante 24 aos la presencia de ese ser mgico que fue mi queridsimohijo Diego. Decirle que no fueron suficientes los 14 meses de sobrevida que le otorgpara poder celebrar y honrar la presencia de Diego en mi vida. Quiero decirle a Diegoque me siento inmensamente orgulloso y privilegiado por haberlo tenido como hijo ydecirle que aprend a respetar el undcimo mandamiento: No matars tus sueos. Aquest ese libro que me compromet a escribir, y que mi sueo ms acariciado es volver aencontrarme alguna vez con l para seguir aprendiendo. Dios lo bendiga.
Mi querido lector, antes de continuar la lectura de este libro, le pedir algo queapreciara mucho que no deje de hacer: Apenas pueda, pero lo antes posible, y concualquier excusa, o ninguna, abrace fuerte a esos seres queridos que andanrondando por su vida y los tiene archivados y postergados en su corazn; noespere a perderlos para descubrir cunto los ama ... o los necesita.
Abrcelos y dgales: "Sabes una cosa? ... Te quiero mucho". Sin explicaciones,sin condiciones; sonrales cuando los mire, escchelos, acarcielos y abrzalos; alprincipio creern que se est volviendo loco, pero luego comenzarn a devolverlecon la misma moneda y usted habr hecho magia en su vida, ya se dar cuenta.Usted ya sabe porqu se lo digo... para no arrepentirse ms tarde.
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
27/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 27
Aprender machismo ms, llegar mucho ms lejos, sentir lo que nunca sinti,necesitar mucho menos y har de este mundo un lugar ms amable para vivir.Me lo ense mi hijo y le aseguro que eso es lo importante, mucho ms importanteque cualquier tontera que yo pueda expresarle en este libro, como dira mi queridohijo Diego.
Un gran abrazo
Mario
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
28/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 28
EL DECLOGO DEL BUEN ARRUINADOR DE SU PROPIA VIDA Y VIDAS AJENAS
1. Sea controlador y autoritario.2. Pretenda saberlo todo
3. Tenga razn hasta morir4. No escuche5. Sea experto crtico de los dems6. Postergue7. Subestmese8. No cumpla con su palabra9. Sea indisciplinado
10. Renuncie a sus Sueos
Cualquier persona est autorizada a usar este Declogo sin restricciones. Puedemodificarlo y/o alterarlo y/o rectificarlo y/o mejorarlo a voluntad. Cualquier parecido con el
comportamiento de alguna persona conocida, incluida usted, es absolutamente real. Nome hago responsable de ninguno de los conflictos, problemas, contrariedades, aprietos obretes en los que se meta el usuario de este Declogo. Hecho el Depsito de Ley. Nohay garantas".
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
29/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 29
CONSIDERACIONES GENERALES
"Si usted pudiera dar de puntapis a la persona responsable de lamayora de sustribulaciones, no podra volver a sentarse por espaciode seis meses
GORDON GRAY
Docenas de libros de auto-ayuda andan merodeando por los estantes de las librerasgarantizndole poseer el elixir de la felicidad o el mtodo infalible para que usted setransforme en una implacable mquina de triunfar. Desde las dietas para adelgazar hastacmo hacer el amor hay recomendaciones y recetas para todas las necesidades.
Es indudable que el ser humano nace equipado con una fantstica tecnologa que lepermite crecer, desarrollarse y tener xito en la vida pero, por razones puramenteculturales, demasiadas personas van descartando o desaprovechando lentamente susmejores recursos hasta convertirse en seres que slo logran sobrevivir.
Es as como nacemos originales y morimos copias. Vamos perdiendo nuestracreatividad, y vamos copiando o imitando a los dems. Cuando cierta gente hace algoque no le conviene y, no obstante, lo sigue haciendo, su explicacin ms comn es"porque todos lo hacen". Temen ser rechazados si hacen algo distinto. No quierenarriesgarse a algo nuevo e incierto. Preguntan inocentemente, "quin me garantiza elxito?". Lea bien, lo nico que le garantiza la vida es la muerte.
Es as como muy serios aspirantes a campeones de la vida quedan atrapados en unfracaso a medias y no saben como salir de semejante atolladero, es decir, ni puedencompletar su fracaso, ni pueden avanzar hacia el xito. Yo los llamara los Empatadoresen el juego de la vida. No pueden aprender de sus errores ni de sus xitos, porque paraeso deberan completar una cosa o la otra. Nunca aprenden. No tienenxitoni en susfracasos. Estoy convencido que si denuncio los mtodos que utiliza la gente para
fracasar en la vida y explico cmo usarlos debidamente lograra que muchas personaslograran el tan necesario fracaso, dando as por terminado un ciclo de aprendizaje. Losfracasos totales, bien aprovechados, brindan muchos conocimientos y experiencia, quepodran ser luego aplicados a una nueva y ms promisoria etapa. S, no est leyendomal, quiero darle la oportunidad de traer a su vida el mejor y ms completo fracaso. Unfracaso que pueda mostrar orgullosamente a familiares, parientes y amigos. Se aprendetanto de los xitos como de los fracasos. Si no tiene un xito a mano por qu noaprovechar entonces un fracaso? Hay que aprovechar lo que se tiene. Si de aprender setrata tanto vale un fracaso como un xito. Hay gente que siente un gran alivio cuandofinalmente fracasa. Ya est, ya no temen ms perder. Ahora pueden dedicarse a otracosa. El temor a perder es ms angustiaste que la frustracin por haber perdido.
Por qu las personas se aferran tanto tiempo a un fracaso a medias, que los hace sufriry sentirse culpables? Se aferran desesperadamente a lo que tienen, mientras suean consoltarse. Justamente, soltarse es lo que los asusta ms. No es aferrarse a algo conocido,aunque sea una porquera lo que les preocupa, es soltarse lo que temen ms. Loconocido es cmodo porque no hay riesgo. Soltarse es arriesgado. Requiere aceptar elfracaso, abordar el aprendizaje, pagar los precios y encontrarse con un mundo deposibilidades. Muchas veces para aprender a ganar hay que aprender primero a perder, ysaber que hacer cuando uno pierde. Los ganadores ganan porque saben que hacercuando pierden. Tampoco se confunda, muchas veces no saben que hacer, pero ssaben que algo van a hacer, que nada los detendr... y la necesidad es la madre delingenio.
Lo nuevo es la posibilidad, pero es tambin lo desconocido. Qu es la posibilidad? Algoque podra ser pero aun no es. La posibilidad es algo que podra ser, porque usted lodesea, pero aun no es, porque no se comprometi. Lo desconocido y lo posible siempre
8/3/2019 Dr. Mario a. Rosen - El_XI_Mandamiento
30/89
Mario A. Rosen XI - EL UNDCIMO MANDAMIENTO 30
van juntos. Lo posible atrae y excita, lo desconocido atemoriza y
Top Related