Editorial
Las relaciones diplomáticas entre Ecuador y Colombia continúan en
crisis, esta crisis se ha acentuado luego de que la Sala Única de la Corte
de Justicia de la Provincia de Sucumbíos, del vecino país, llamó a juicio a
cinco generales colombianos, por la invasión de territorio ecuatoriano,
por parte de las fuerzas armadas de Colombia, sin autorización.
El actual presidente colombiano, Juan Manuel Santos, se encuentra
molesto por las decisiones tomadas por la justicia ecuatoriana, pero, ¿le
gustaría a Colombia que cualquier gobierno o país violara su soberanía
territorial? Dudosamente la respuesta sería afirmativa.
Entonces, que la justicia de Ecuador recaiga sobre el general Óscar
Naranjo, exdirector de la Policía Nacional de Colombia; el general Fredy
Padilla, excomandante de las Fuerzas Militares; el general Mario
Montoya, excomandante del Ejército; el almirante Guillermo Barrera,
excomandante de la Armada; el general Jorge Ballesteros y el teniente
coronel Camilo Álvarez y el expresidente, Álvaro Uribe Vélez, es lo
menos que deben esperar las autoridades colombianas.
La justicia y las leyes se han creado para hacerlas valer en todos los
ciudadanos y habitantes del mundo que cometa un delito, sin distinción,
de rango, edad, color, sexo y raza. De igual manera, así como Santos,
Uribe y cada colombiano exige justicia por todos los crímenes y por
todas las víctimas de los ataques y acciones guerrilleras y paramilitares,
del mismo modo, los familiares de los inocentes que fallecieron en la
incursión de las fuerzas armadas colombianas a territorio ecuatoriano,
esperan que la justicia llegue, aunque sea luego de tres años.
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