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HERMANOS MARTIRES DE LOS PONTONES
Muertos en bodegas de barcos negreros
HERMANOS DE LAS ESCUELAS CRISTIANAS
(HH.EE.CC.)
Registro de Propiedad Intelectual
Inscripcin n xxxxx
ISBN n ccccc
Hermanos de las Escuelas Cristianas
HH.EE.CC.
Editorial La Salle
Chile
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Ambiente de descontento e inseguridad1
Negros nubarrones se agitan en el cielo francs de 1789. La mala administracin del rey Luis XVI, ms
preocupado de proteger sus privilegios y los de su nobleza que de mejorar la situacin del pueblo, crea una crisis financiera,
poltica y social en todo el pas desembocando en la revolucin.
Algunos intelectuales, como Rousseau y Voltaire, pretenden socavar con sus escritos los cimientos cristianos de
este pueblo, propagando ideas subversivas y generando un ambiente contestatario.Un grupo de la burguesa (funcionarios, profesionales, pequeos comerciantes, autoridades locales,...), ambicioso
de poder, aprovecha el descontento popular y, reunido en Versalles en julio de 1789, se constituye en nuevo gobierno
declarndose Asamblea Constituyente.
El 14 del mismo mes, el pueblo de Pars toma por asalto La Bastilla, fortaleza edificada a fines del siglo XIV yconvertida en crcel para presos polticos, y los deja en libertad.
La Iglesia en la mira de la revolucin...
La Iglesia tiene mucha influencia en la corte, apoya oficialmente al rey, incluso hay obispos que pasan largosperodos en el palacio real; el pueblo la ve como un rival. Los cerebros revolucionarios se proponen destruir la institucin
religiosa y, si eso no fuera posible, al menos quisieran controlarla y eliminar el poder de sus hombres.
Entre agosto de 1789 y abril de 1790, la Asamblea toma una serie de medidas que escalonadamente hacen mscercana la muerte de las congregaciones religiosas, entre ellas la del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas.
As, proclama la "Declaracin de los Derechos del Hombre" y ordena que en las escuelas sea reemplazado elestudio del Catecismo por la explicacin de esta declaracin. Los hermanos de la escuela de Mende no acatan la orden y la
sancin no tarda en llegar; les cierran la escuela.
El 22 de diciembre de 1789 se suprime la autonoma de las escuelas. Los revolucionarios, temiendo que los
religiosos dedicados a la enseanza critiquen en las clases las medidas polticas que se van tomando, someten las escuelas a
administradores departamentales partidarios de la revolucin.
En febrero de 1790 las municipalidades suprimen la subvencin a las escuelas. Pero una de las medidas ms
trgicas es la Constitucin Civil del Clero, promulgada por la Asamblea Nacional el 12 de julio de 1790 y refrendada por
Luis XVI. Esta impone un nuevo estilo de organizacin a la iglesia catlica: una iglesia francesa separada del Romano
Pontfice, convirtiendo a los sacerdotes en funcionarios del Estado, debiendo ser elegidos por los ciudadanos, al igual que
los diputados, aunque los electores sean de otras religiones, como judos o protestantes.El 24 de julio se publica un decreto obligando a todos los sacerdotes y religiosos a jurar dicha Constitucin. Lamayor parte de estos consagrados consideran que en conciencia no pueden prestar dicho juramento porque equivaldra a
una apostasa.
El 27 de noviembre otro decreto declara que los obispos, prrocos, vicarios y profesores de seminario que se
nieguen a jurar cumplir esta nueva constitucin, perderan su puesto y seran reemplazados en los ocho das siguientes.
Efectivamente, 106 obispos llamados "refractarios" (que se niegan a prestar el juramento, continuando fieles al
Papa) son expulsados de sus sedes. Es el principio de una lucha entre la iglesia y la revolucin. Los fieles deben escogerentre seguir al clero "juramentado" o a los pastores y sacerdotes "refractarios", que se mantienen unidos al Papa.
La Santa Sede califica de cismtica la Constitucin. El Papa la condena por contraria a la disciplina de la Iglesia y
por contener errores "opuestos al dogma catlico", incluso pretendiendo suprimirla.
El Instituto de los Hermanos se ve amenazado
Los hermanos de Pars envan una carta a las nuevas autoridades manifestando su adhesin al Instituto, su
fidelidad al Papa y su disposicin a "cumplir hasta la muerte las funciones que les son propias".
La respuesta es una amenaza de crcel, de destierro y de muerte.
La Asamblea Constituyente ataca nuevamente a los religiosos que se dedican a la educacin: impone, mediante un
decreto del 22 de marzo de 1791, el juramento a todos los maestros y, por tanto, tambin a los hermanos: "Ningn profesor
podr ejercer alguna funcin o llenar algn puesto en los establecimientos de la instruccin pblica si no ha prestado el
juramento cvico". Y a partir del 27 de abril son destituidos de sus funciones quienes an no han prestado juramento.
El Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas se mantiene unido a la Iglesia y al Papa. Sus superiores sontajantes: "Los Hermanos no pueden prestar juramento, y ello por exigencia de su conciencia. Tampoco pueden cooperar
con los obispos o sacerdotes intrusos o juramentados, y no deben llevar a los alumnos a la misa celebrada por tales curas; ni
recibir de ellos los sacramentos".
1Preparado por el Hno. Santiago Eizaguirre G.. HERMANOS DE LAS ESCUELAS CRISTIANAS (HH.EE.CC.)-
Editorial La Salle - Chile.
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El 27 de agosto, el Procurador General de la Comuna acude al convento de los Carmelitas y lee a los detenidos eldecreto publicado la vspera. "Los sacerdotes y religiosos, que no han jurado cumplir la nueva constitucin, deben
abandonar el territorio nacional en un plazo de ocho das, so pena de ser deportados a Guayana".
Les dice que recibirn un pasaporte y tres libras por cada da de viaje y les aconseja llevar la ropa nueva y el
dinero que tengan y les amenaza claramente: "En caso de volver a Francia, si se les descubre, seran ejecutados".
Tres das despus el Consejo General de Pars determina que cada sector se encargue de examinar y juzgar a los
ciudadanos arrestados dentro de su jurisdiccin. Mientras, la Asamblea Legislativa no descansa en su tarea de concientizaral pueblo y manifiesta que "los desrdenes provocados por los sacerdotes no juramentados son una de las primeras causas
de peligro para la patria..., en un momento en que todos los franceses tienen necesidad de unir fuerzas para rechazar a los
enemigos de fuera". Los califica de enemigos del pueblo y exige que abandonen el territorio nacional a los quince das de
que sea promulgada la ley. A los que se nieguen a ello, se les debe deportar a la Guayana francesa.El 31 de agosto se interroga a los detenidos ancianos y, a causa de su edad, se les autoriza a permanecer en Francia
pero deben indicar el lugar en que desean vivir su retiro.
Centenares de nuevos mrtires
El Comit Central de Vigilancia Revolucionaria lanza una carrera de violencia y de odios antirreligiosos en toda
Francia. Las crceles se llenan de "refractarios". En las paredes de las casas se colocan carteles ensalzando la represin;
tambin los peridicos alaban los encarcelamientos realizados.Las autoridades locales preguntan a los gobernantes de Pars qu deben hacer con los detenidos, pues ya no caben
ms personas en los calabozos. La respuesta de Pars no llega.
El 2 de septiembre, se rene la Asamblea General del sector de Luxemburgo en la iglesia de San Sulpicio teniendocomo nico punto de la tabla: "Medidas que se han de tomar por el inters general".
Los oradores incitan desde el plpito a eliminar a los detenidos. Luis Prire, comerciante de vinos, se refiere a "la
gravedad de la situacin que se est viviendo" y dice: "Hay que ir contra el invasor extranjero, pero antes hay que
deshacerse de todos los que estn encarcelados".
La proposicin de eliminar a los encarcelados no es compartida por todos. Alejandro Crcel, relojero de profesin,
opina: "Si en las crceles hay culpables, tambin hay gente honrada". Estas palabras son apoyadas por un buen sector de los
asamblestas.
A medioda, Danton invita a la movilizacin contra el invasor: "para vencer necesitamos audacia, ms audacia,
siempre audacia y Francia se salvar".
Pero el presidente de la Asamblea, Joaqun Ceyrat, vuelve a increpar al auditorio asegurando: "Todos cuantosestn detenidos en los Carmelitas son culpables. Ya es hora de que el pueblo haga justicia". En sntesis, para acabar con lospresos slo hay una salida: "Matarlos!".
Crcel, intuyendo las atrocidades que se avecinan, parte a entrevistarse con el comandante Tanche, que est
acuartelado con un destacamento de la guardia nacional en la calle Palatina. Le ruega que vaya al convento de los
Carmelitas para mantener el orden. Pero el oficial no se mueve, dice que l no ha recibido la orden de sus superiores para
hacer tal operacin.
Entretanto Danton, desde la tribuna de la Asamblea, puntualiza: "Se tocar a rebato, no en seal de alarma, sinopara indicar el inicio del exterminio de los enemigos de la patria".
Y se cumple lo anunciado: A las doce del medioda retumba el can del Puente Nuevo, la campana mayor de San
Sulpicio toca a rebato y los tambores llaman a generala por las calles. Todos pueden leer el bando colocado en las paredes:
"A las armas, ciudadanos, el enemigo est a nuestras puertas!"
Grupos de revolucionarios armados con sables y picas salen a las calles y corren alocados gritando de un lado a
otro. El resultado es una cantidad difcil de precisar de cadveres de masacrados, particularmente en los conventos
convertidos en lugares de reclusin.
El subcomandante Petit, tan pronto como tiene noticia de la carnicera, sube al plpito e intenta poner orden entre
los miembros de la Asamblea para detener la matanza pero no se le presta atencin.
Sin embargo, Bourgeois, apoya la posicin de Petit y ruega que se vaya a socorrer a los presos de los Carmelitas.
Le contestan que ya es demasiado tarde.La noticia de las matanzas llega a odos del comandante Tanche y parte al convento de los Carmelitas, pero ya
nada se puede hacer. A las seis y media de la tarde yacen por los suelos 115 cadveres de sacerdotes y religiosos, que han
muerto en menos de tres horas por mantenerse fieles a Cristo y a su Iglesia.
En esta primera semana de septiembre son asesinadas 1300 personas en las crceles de Pars.
El Papa Po XI dir refirindose a estas atrocidades: "Nunca se podr deplorar suficientemente este negro y miserableflagelo del fines del siglo XVIII que, escondido bajo el mentiroso nombre de filosofa, pervirti los espritus, corrompi las
costumbres y llen a Francia de asesinatos y ruinas".
"El alma est conmovida de horror al recordar estos inexpresables hechos de crueldad y barbarie que mostraron,durante la revolucin francesa, hombres impos y descontrolados, apenas dignos del nombre de hombres: las iglesias
asoladas, los signos sagrados de la religin catlica profanados, obispos, sacerdotes y laicos inmolados arbitrariamente, por
haber rehusado pronunciar una frmula de juramento decretada por la autoridad laica y abiertamente opuesta a los derechos
de la Iglesia y a la libertad de conciencia, o por haberse mostrado menos cuidadosos hacia estas nuevas instituciones
polticas" (17-X-1926).
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Ustedes sern perseguidos y quien los mate creer que hace un bien (Lc 6,22)
Despus de este dramtico verano, el espritu revolucionario conduce a tomar rpidamente medidas extremas. La
clara amenaza de una guerra y la inmensa ola de emigrantes que atraviesan las fronteras del pas, hacen mirar a los
sacerdotes y religiosos como enemigos internos de la nacin.
Basta que seis personas de un distrito acusen a un sacerdote o religioso "no juramentado" de "negligente de losdeberes ciudadanos" para ser tenido como objeto de persecucin.
Las armas fabricadas por la Asamblea contra los hombres de iglesia, parecen insuficientes. El 18 de abril de 1793,
la misma autoridad decreta que, si se encontrara a un sacerdote o religioso condenado a ser deportado que est ocultndose
dondequiera que fuera, se le metera en la crcel, sera juzgado por un tribunal militar y castigado con la muerte,ejecutndose sta en un plazo de 24 horas, si se comprobara la causal.
Adems, anuncia que "todo ciudadano, que encubra a un condenado al destierro ser tambin deportado, y quien
sepa algo sobre el escondite de un sacerdote o religioso est obligado a denunciarlo".
* * * * *
La comunidad de Moulins
Los cinco hermanos de la comunidad de Moulins rechazan unnimemente el juramento de la nueva Constitucin,
segn consta en los registros municipales.El 9 de febrero de 1792 son marginados de su trabajo y reemplazados por otros maestros nombrados por el
Directorio del Departamento.
Los hermanos Rogelio, Len y Bertol son detenidos. Las autoridades municipales de Moulins mencionan sus
nombres el 3 de abril de 1793 calificndolos de "fanticos" y merecedores de ser enviados a Guayana. Hay quienes dicen
que "habiendo sido destituidos por falta de civismo, deben ser deportados".
El hermano Nabord, cuarto miembro de la comunidad, consigue viajar a Lorraine, aprovechando que el hermano
Superior del Instituto ha autorizado a los hermanos a dispersarse y volver a sus familias mientras la situacin no vuelva a su
normalidad.
El hermano Sabino, quinto y ltimo miembro de la comunidad, lleva solamente cuatro aos en la congregacin.
Solicita un pasaporte pero se lo niegan por no haber jurado cumplir la constitucin. El 9 de abril de 1794 es detenido y sunombre es aadido a la lista de los candidatos a la deportacin, muriendo en la "casa de la justicia" el 10 de junio delmismo ao.
De las vidas de los hermanos Rogelio, Uldarico y Len conocemos algunos detalles que son interesantes de
analizar.
Hermano Rogelio
El hermano Rogelio nace en Orleans el 25 de julio de 1745 del matrimonio de Pedro Faverge, herrero, con
Catalina Legout. Es un nacimiento con serias complicaciones que ponen en peligro la vida del infante. El mdico seor
Alexis, temiendo un desenlace, le da un bautismo de urgencia; sin embargo, la muerte esperar casi cincuenta aos todava.
Las ceremonias suplementarias de este sacramento se realizan el da siguiente en la iglesia recibiendo el nombre
de Pedro Sulpicio Cristbal.
Pedro ingresa en la escuela de los hermanos, sintiendo el llamado del Seor a ser como ellos: Hermano de las
Escuelas Cristianas. Realiza su formacin en el noviciado de Marville, recibiendo el nombre de hermano Rogelio.
Cuando llega la revolucin es director de la escuela de Moulins. Su comunidad en pleno se niega a realizar el
juramento "Libertad-Igualdad". El hermano Rogelio, como portavoz de los hermanos, responde a las amenazas de lasautoridades:
- "Ni por todo el oro del mundo me separara de la Iglesia Catlica, mi madre".
- "Pero les vamos a cerrar la escuela y les vamos a detener, incluso sern expulsados de la nacin como a animales
dainos..."
- "Son ustedes libres de hacerlo. Yo no reniego de mi fe, de mi bautismo, ni de mis votos religiosos, que ahora me
unen ms fuertemente a Nuestro Seor..."
Esto motiva que califiquen a los hermanos de reaccionarios. Las autoridades del departamento de Allier,
informadas de la negativa de stos, los reemplaza por profesores seglares y realiza el desalojo de la comunidad.En el acta de confiscacin de bienes, se dice que de la habitacin del hermano Rogelio se requis: "una mala
cama, un jergn y un colchn rotos por varios sitios, una manta, una mesita de roble, un armario pequeo de nogal y un
candelabro muy malo de cobre..."
El hermano Rogelio es el primero en ser encarcelado, en cuanto director de la escuela, en abril de 1793; en un
documento leemos: "Rogelio, hermano de la Escuela caritativa, detenido en la casa de arrestos".
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Dos meses despus lo llevan a la casa comn, anteriormente monasterio de Santa Clara; las monjas clarisashaban sido echadas a la calle, en nombre de la revolucin y sin ms explicaciones. Esta casa haba sido destinada a lugar
de reclusin para sacerdotes y religiosos sexagenarios o enfermos; all encuentra al hermano Len.
El 21 de octubre la Asamblea ordena que todos los sacerdotes y religiosos, que no hayan jurado la Constitucin
Civil del Clero o que hayan rechazado los juramentos exigidos por la legislacin o incluso si sus faltas de civismo son
patentes, sean embarcados sin dilacin y transferidos a la costa oeste de Africa (sustituyendo a la Guayana) desde el
paralelo 23 al 28.
Antes que lleguen instrucciones precisas de la capital, antes de que el nombre de Rochefort sea pronunciado, el
departamento de Allier traslada a sus detenidos a la Charente Inferior.
El Comit de Vigilancia ordena que "todos los sacerdotes y religiosos sean deportados salvo los que, a juicio de
los oficiales de la salud, sean reconocidos enfermos, al punto de no poder aguantar al traslado sin exponer sus vidas a unpeligro inminente".
Los mdicos certifican que, sobre los cuarenta y dos prisioneros que han examinado, ninguno est tan grave o
enfermo como para dispensarle de las sanciones que impone la ley. En consecuencia, el directorio departamental toma el 24
de noviembre la brutal decisin de deportarlos, "considerando que la no puesta en marcha del decreto del 26 de agosto de
1792 ha animado a algunos sacerdotes y religiosos a propagar los errores del fanatismo y que la falta de civismo de los
eclesisticos detenidos en Moulins ha sido evidente tanto por el rechazo de hacer el juramento prescrito..., como por suconducta vacilante y variante siguiendo los xitos o los fracasos que experimentan las fuerzas armadas de la Repblica".
Via-crucis...
Los administradores de Moulins ponen en marcha la orden de deportacin. Los 51 prisioneros de la crcel deSanta Clara comienzan su movilizacin hacia Souvigny como una primera etapa.
Un primer grupo integrado por 27 detenidos, entre ellos el hermano Rogelio, parte el 25 de noviembre de 1793 a
las 8 de la maana. Los otros 24 lo hacen el 28 de noviembre, yendo entre los detenidos el hermano Uldarico y el hermano
Len.
Recorren los kilmetros que separan a Souvigny de Moulins parte a pie, parte en carretas de bueyes destartaladas,
yendo apiados y a la intemperie.
Los viajes duran varias jornadas o semanas, segn la distancia. Pasan por Montluon, Guret, Limoges, Angulema
y Coac, antes de llegar al punto de embarque: La Rochelle.
El hermano Rogelio es testigo, durante el transcurso de este via-crucis, de una humillante y horripilante escena alentrar en Allier. La recuerda Gilbert Bougant, prroco de Chantelle:
"Los revolucionarios estn de fiesta. Algunos de ellos, revestidos con casullas, capas pluviales,
sobrepellices y otros ornamentos de iglesia, bailan y cantan por los caminos.
Los presos avanzan entre dos hileras de hombres que llevan en sus manos picas y otras herramientas
hasta llegar a la plaza de Allier; all est erigida una guillotina lista para su uso. Al ver el infernal aparato, los
detenidos piensan que se les va a ejecutar de inmediato.- "No tenemos miedo", gritan varios de estos intrpidos mrtires y se precipitan para subir los peldaos
del patbulo.
- "Paciencia, paciencia!", responden los verdugos y hacen dar tres vueltas a las carretas alrededor de la
guillotina en medio de los gritos de la multitud.
Terminada la ronda, el cortejo se pone de nuevo en camino, dejando insatisfecha a la multitud, vida de
sangre.
En el camino surge otra procesin integrada por prostitutas y degenerados revestidos toscamente con
casullas y sombreros sacerdotales; saltan y danzan delante de las carretas en las que llevan a los detenidos,
haciendo gestos obscenos y vociferando irnicamente en latn el responso de difuntos: "Liberame, Domine!..."
El jefe del grupo, remedando con descaro gestos de obispo, preside el cortejo llevando la mitra y el
bculo. Al llegar al puente termina la parodia trazando burlonamente el signo de la cruz y entonando con vozspera: "Requiescant in pace!", como si se tratara de una oracin por los difuntos".
La escena se repite a la entrada de la ciudad de Limoges con otro espectculo irreverente y sangriento. Se
encuentran con una muchedumbre de curiosos que contempla una inslita escena: una hilera de burros, carneros y cabras
que avanza llevando sobre sus lomos ornamentos sacerdotales, cerrando el cortejo un chancho con una mitra de obispo en
la cabeza y la inscripcin: "El Papa".Quien dirige esta sacrlega fiesta detiene las carretas y hace bajar a los detenidos obligndoles a integrarse a la
procesin, caminando tras el ltimo animal. Recorren varias calles llegando a la plaza municipal donde les hacen formar un
crculo alrededor del estrado en el cual tambin se ha erigido el fatal instrumento, la guillotina.De repente, se abre el crculo para dejar pasar a unos gendarmes que traen al dicono Rempnoux, condenado a
muerte por los tribunales locales por haberse negado a prestar el juramento de cumplir la nueva constitucin.
Es entregado a los verdugos y todos ven cmo la hoja de la guillotina cae con gran fuerza y la cabeza rueda por el
suelo. Uno de los verdugos la toma y la presenta a los prisioneros, chorreando sangre, mientras grita a la multitud: "Todos
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estos malvados, que ustedes ven aqu, merecen sufrir el mismo castigo que este desgraciado. Por quin quieren quecomience?".
La multitud contesta: "Por el que quieras!" pero las vctimas son trasladadas a la crcel para pasar la noche; an
no ha llegado su hora.
Al da siguiente contina la marcha en camiones descubiertos bajo la lluvia y la nieve por caminos llenos de
baches.
Guilln nos dice que el hermano Rogelio "ocupaba el tiempo reparando con mucha sencillez el calzado de suscompaeros de infortunio particularmente de aquellos que, a causa de una salud deteriorada, sufran mucho al caminar
descalzos por el barro o sobre la nieve. Era una persona excelente en la manera como se entregaba a los dems y se le vea
lleno de virtud".
Nuestro hermano comentaba al respecto: "Como buenos soldados de Cristo debemos saber un poco de todos losoficios e incluso, si es necesario, ser un buen zapatero remendn".
La siguiente detencin es en Angulema. All se detiene el primer grupo durante tres das, esperando a que llegue el
segundo; all el hermano Rogelio se encuentra con los hermanos Uldarico y Len, que vienen en el segundo grupo.
Algunos caen en el camino...
Las dos caravanas siguen hacia Saintes donde llegan el 14 de diciembre, pero slo con 49 prisioneros; otros dos
quedan en el camino, muriendo ambos en Angulema. Uno de ellos es el padre Mauricio Deschamps de Pravier, que habaempezado el viaje con una hernia y falleci el 11 de diciembre, y el otro el padre Carlos Bougarel, prroco de Biozet, quien
no pudo continuar la marcha, falleciendo el 30 de diciembre.
En Saintes, los deportados son llevados a la gran abada de Dames. All permanecen encarcelados durante tres
meses pero se les permite recibir alimentos y escribir y recibir cartas.
Esta ciudad ya haba tenido mrtires, entre otros su obispo monseor Pedro-Luis de La Rochefoucauld, quien
haba sido asesinado el 2 septiembre de 1792 en el convento de los Carmelitas junto con su hermano carnal, el obispo de
Beauvais, y nuestro hermano Salomn, Hermano de las Escuelas Cristianas.
El padre Imbert, lleno de fe, humor y agudeza, compone unos versos que son cantados por los presos con la
meloda de La Marsellesa.
La primera estrofa dice:
"Marchemos, hijos del Evangelio,
lejos de estos climas peligrosos,
a buscar en Africa un asilo
donde se pueda ser virtuoso.
Vayamos alegres a buscar a los hombres,
a los lugares donde domina el len,all tienen una religin,
porque aqu ya no veo dnde estamos.
Valor, amigos mos, desafiemos las pasiones!
Corramos, corramos, a llevar la fe a otras naciones".
Esta "marsellesa religiosa" es cantada con entusiasmo alentando a los mrtires en su determinacin de permanecer
fieles a Dios hasta el fin; enfureciendo a las autoridades y verdugos.
Algunos detenidos piensan que los "nuevos dueos de Francia" no han perdido todo sentimiento de humanidad y
un grupo de doce, entre ellos el hermano Rogelio que ya tiene 70 aos, se atreven a escribir una carta a la Asamblea
Nacional pidiendo reconsideracin de la determinacin tomada sobre sus personas; solicitan ser devueltos a Moulins, acausa de su edad y del estado de su salud.
En la carta dicen que el decreto del 26 de febrero de 1793 les permite ser transferidos a la prisin de Moulins, por
haber permanecido ya 15 meses en prisin y hacen alusin a su edad y estado de salud.
La peticin es rechazada indicando que: "teniendo en cuenta que no hay ningn sntoma de enfermedad que
aconseje hacer una excepcin a la ley del 21 y 23 de abril ltimo y habiendo consultado y escuchado al reemplazante del
procurador, estimamos que la peticin de reconsideracin es inadmisible y, en consecuencia, ordenamos la deportacin".
Ultima etapa de un caminar hacia el calvario
Los detenidos emprenden la ltima etapa de su viaje; la meta es La Rochelle. En esta ciudad no hay un edificio
capaz de alojar a los 400 detenidos que esperan recibir. Alguien sugiere preparar unos barcos como prisin; se escogen:
"Los Dos Socios", "Washington" y "El Gentil Ricardo".
Estas naves no tienen las condiciones para realizar un largo viaje. Estn construidas para el comercio de esclavos
negros, a los que se transportaba como si fueran animales. La bodega es oscura y sin ventilacin. El espacio disponible para
cada persona es limitadsimo. Tienen varios niveles donde se pueden acostar los detenidos.
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Mientras hacen unas ligeras modificaciones en el "Los Dos Socios", los detenidos son alojados provisionalmenteen otros dos barcos ms pequeos. Uno de ellos es la gabarra "El atardecer". Su capitn los recibe gritando: "Ladrones, las
autoridades se han mostrado demasiado humanas con ustedes al permitirles vivir!"
Con una enervante lentitud desciende la embarcacin por el ro en un viaje que dura seis das. Para la mayor parte
de los detenidos, esta es la ltima primavera de su vida. Al llegar a La Rochelle, los detenidos suben sobre el pontn y son
sometidos a un minucioso cacheo en el que les requisan los objetos religiosos que han podido pasar por anteriores registros
sin ser descubiertos. Los libros, las biblias, breviarios y objetos religiosos son arrojados al ro, quedando cada uno a solascon sus pensamientos.
Unicamente han podido aguantar la tormenta: una pequea cruz de madera, esculpida a cuchillo por uno de los
presos, que varias de las vctimas han abrazado antes de morir, un frasquito conteniendo el leo de los enfermos y pedazos
de papel o de cartas recibidas sobre los cuales han escrito textos de oraciones recordadas de memoria.Los presos rezan a escondidas y, con la ayuda de unos y otros, recuerdan versculos de los salmos y oraciones de
la misa. Sin embargo, nunca han podido celebrar la misa. Peor an, son castigados si se les descubre moviendo los labios
diciendo alguna oracin.
Un ciudadano, de nombre Juquante, recoge el dinero que llevan las vctimas y lo enva a la oficina del Comit de
Vigilancia de La Rochelle.
En las bodegas de un barco negrero
El 1 de mayo de 1794 el barco "Los Dos Socios" ya est listo para recibir a 400 presos, apiados como se haca
con los negros; los primeros das alcanzan a ser 288, aparte de la tripulacin.
Juan Bautista Laly, vigoroso alfrez de 29 aos que diriga una chalupa caonera, de aspecto bruto y con una ferozmirada, es designado capitn del "Los Dos Socios". Sabe muy bien que la Repblica deja en sus manos a ese grupo de
deportados y que nada debe moverle a compasin; realmente se comporta como el ms horroroso carcelero de esta
diablica misin.
En unos das ms la embarcacin completa su capacidad de presos, como un barco negrero donde se arrojan
esclavos; entre ellos est el hermano Rogelio. Pero si fueran esclavos, ganado o mercadera para vender se tendra mayor
cuidado con ellos para que la "mercadera" no se malogre; se les proporcionara una alimentacin comible y un espacio
fsico indispensable para respirar.
Difcilmente las condiciones de vida en los barcos negreros podran ser peor a la del "Los Dos Socios". La
descripcin hace estremecer; no es posible concebir que las autoridades de un pas inflijan semejante trato a sus propioscompatriotas y por tales motivos."Si fueran animales, se podra tener alguna compasin con ustedes, -les gritan los guardias- pero, siendo
monstruos, ustedes no merecen ninguna compasin".
Nuestros mrtires se ven obligados a permanecer acostados al fondo de la bodega, sin apenas poder moverse, hasta
diecisis horas diarias y sin salir a tomar el aire y sujetados con cerrojos. La falta de espacio, amontonados los unos contra
los otros, hace que apenas puedan respirar, pero respirar qu?.Disponen de unas cubetas en las cuales hacen sus necesidades corporales, amontonndose en ellas los excrementos
al paso de las horas y generando un ambiente insoportable. Si a tal situacin se aade el hecho de que entre los prisioneros
hay bastantes ancianos, enfermos y heridos que desprenden infecciones... la situacin se agrava ms an.
Las miasmas, el mal aliento y el calor concentrado que se va acumulando al paso de las horas, son tan molestos
que el ambiente se asemeja a un horno. Y para colmo de desgracias, la falta de higiene y de agua para poder lavarse, hace
que estn cubiertos de parsitos y piojos, quienes se ceban en los presos, y con un sudor tan abundante que moja lo que les
rodea.
La ropa se empapa de sudor, sin poder cambiarse. Cuando se les permite lavarla tienen que hacerlo con agua del
mar, impregnndose de sal. En poco tiempo queda reducida a andrajos y no disponen de medios para coserla ni zurcirla.
La comida es muy escasa; a cada grupo de ocho personas se da una racin correspondiente a cinco o seis. Hay das
en que la sopa est llena de parsitos o los alimentos podridos, incluso con gusanos, pero no se puede protestar. Si algunomanifiesta desagrado, con una simple palabra o un gesto que no guste a la tripulacin puede ser sancionado a estar
amarrado con grilletes en la bodega durante varios das y privado de alimentos.
Bajo las vigas, entre viejos toneles, rodillos con sogas y los recipientes que sirven de letrina, los 400 cautivos se
aprietan de tal forma que cualquier postura molesta e impide el reposo, tanto durante el da como en la noche, arriesgando
aplastarse y ahogarse mutuamente.
Testimonio de un historiador
En el plano humano, la manera de vivir de los deportados aparece como un escalofriante dolor de cabeza. Georges
Rigault resume la del barco "Los Dos Socios" en los siguientes trminos:
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"La existencia de los deportados se nos presenta como una horrorosa pesadilla. La miseria y los piojos losenvolvan como un cilicio que les punzaba a cada momento. Sarna, escorbuto, disentera, tifus y gangrena les
atormentaban y les postraban en sus miserables lechos durante das y semanas sin manifiesta mejora..."
"Algunos, devorados por la fiebre, geman en el entrepuente; y, a veces, eran vctima de una repentina
explosin de demencia acompaada de alaridos".
"Para desinfectar los ambientes realizaban regulares fumigaciones manteniendo cerradas las escotillas de
la bodega y a los detenidos en el interior. El humo les impeda respirar, se convulsionaban en medio de la tos e
incluso algunos llegaban a escupir sangre"."Se les alimentaba con una asquerosa pitanza, que deban tomarla a sorbos o con la mano. Luego
exponan a las vctimas empapadas de sudor a la lluvia o al fro viento sobre el puente. Este estaba dividido en dos
partes con una barrera de alambre de pas: una parte se reservada a la tripulacin y la otra a los presos, con
absoluta prohibicin de sobrepasar los lmites. La comida una sopa repugnante en la que flotaban gorgojos,teniendo que sorberla sin cuchara".
"Como andaban escasos de ropa, se cubran con arapos. Tenan que soportar de continuo las molestias de
los cuerpos rozndose y, naturalmente, contaminndose".
"Aadan a esto los malos tratos por parte de los miembros de la tripulacin, blasfemando y
amenazndoles con fusiles cargados de metralla y los rigurosos reproches a cualquiera que hiciera gestos de rezar
en pblico. Un entorno de demonios en un abismo de desolacin que ni siquiera Dante habra imaginado"."No es extrao que las tres cuartas partes de los deportados murieran en poco tiempo. La asistencia
mdica era lamentable: Personas ignorantes e indiferentes, que se tenan por doctorcillos, descuidaban el prescribir
los cuidados necesarios y distribuir los remedios bsicos apropiados. Ms eficaces eran las atenciones de losdetenidos que hacan de enfermeros; apenas ms fuertes que sus propios compaeros, les atendan sin preocuparse
del peligro a que se exponan y trabajaban hasta el agotamiento, muriendo algunos de ellos en pocos das".
"Algunos sacerdotes como buenos samaritanos, reconfortaban las almas mientras curaban las heridas.Haban logrado esconder a las pesquisas algunas hostias consagradas, que dividan en trocitos pequeos para los
viticos, y una cajita conteniendo los santos leos para las unciones de los moribundos. Administraban en secreto
el sacramento de la reconciliacin, esbozando la absolucin y tranquilizando las conciencias".
El lamentable estado de la marina francesa en estos aos de guerra impide que el barco "Los Dos Socios" leve
anclas y parta rumbo a Guayanas. La potencialidad de la marina inglesa es superior y el barco podra ser encontrado por los
ingleses en cualquiera de las rutas del ocano. Sin embargo, para impedir toda posible fuga de prisioneros, toma rumbo a la
isla de Aix.
Todos tienen los ojos puestos sobre ustedes
Un ambiente de oracin y de preparacin a la muerte se hace ms palpable entre estos confesores de la fe.
Preparndose a ella, toman como resolucin: "En adelante no nos preocuparemos de indagar sobre una posible liberacin
nuestra. Aprovecharemos el tiempo de nuestra detencin reflexionando sobre los aos vividos y preparndonos al futuro
que Dios nos guarda, para encontrar en la cautividad de nuestros cuerpos la libertad de nuestras almas".
Se comprometen a tratar como "hermanos" a los presos polticos que se encuentran detenidos con ellos y a noinmiscuirse en asuntos polticos, contentndose con rezar por la patria y, si Dios se complace en devolverles a sus hogares,
aseguran que llevarn una vida edificante y sern modelo de virtud para todos.
El hermano Rogelio, como buen hijo de La Salle, recuerda las palabras que el hermano Agatn, Superior General,
les haba escrito meses antes:
"En el momento de la muerte, que cada uno sea modelo para sus hermanos... Todos tienen los ojos puestos sobre
ustedes: los buenos para sostenerse con los buenos ejemplos; los malos para encontrar pretexto a su debilidad en la
relajacin".
El hermano Lucard Larronde nos dice: "El hermano Rogelio, llam la atencin de los dems prisioneros por su
buen humor y heroica resignacin. Siempre se mostr diligente junto a los enfermos y a los desanimados. Se esforzaba para
distraerlos con sus bromas y finezas a fin de que sufrieran menos"."No disponiendo de libros para que los presos pudieran leer, l les daba sencillas charlas y les distraa con
reuniones en las que discutan sobre temas de cosmografa y navegacin".
La publicacin annima "El Legendario de Otoo" nos presenta al hermano Rogelio como "servidor de todos,
atendiendo a los enfermos, animando con palabras de esperanza a los que sufren por la fe...; siendo motivo de admiracin
para todos por su sencillez, buen humor y amabilidad..."
Uno de los prisioneros de Moulins, que posteriormente consigue su libertad, escribe: "Al hermano Rogelio se levea tan tranquilo que pareca como si estuviera con los alumnos en clase; admirbamos sus talentos y virtudes".
Ultimos das en un "barco negrero"
La mala alimentacin, la falta de higiene, el amontonamiento de personas, la inactividad, los malos tratos y las
intemperancias de los guardianes dan pronto sus frutos: las enfermedades se ceban en los detenidos y a principios de junio
se declara una epidemia.
Ms de la mitad de los detenidos estn enfermos. Los mdicos que llevan para atenderlos tienen muy poca
experiencia y disponen de pocos medios y medicinas. La enfermedad, segn los sntomas que dan los relatos, sera tifus,
fcil de propagarse a travs de los piojos.
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El Concejo Municipal convoca a los Hermanos para hacer su juramento. Ellos rechazan la invitacin y envan enrespuesta una carta en la que hacen saber, sin ningn tipo de ambigedad, su fidelidad a Dios y a su consagracin religiosa,
negndose a realizar dicho juramento.
La reaccin de las autoridades no se hace esperar. La Municipalidad nombra a nueve maestros para reemplazar a
los hermanos. Estos dejan la escuela pero se quedan en la ciudad; lo cual da motivo a que los nuevos maestros se quejen
porque los hermanos "siguen comunicndose con los alumnos y con sus padres y les ponen en guardia contra las opiniones
errneas y peligrosas que van penetrando en el ambiente".
As lo seala Guilln respecto del hermano Uldarico:
"Preocupado por los hijos de los pobres de Nancy, se qued en esta ciudad, donde continu instruyndoles
clandestinamente en la oracin, en el arte de la lectura y de la escritura. Era humilde en su trabajo. Su virtud
impactaba en los jvenes y a medida que sus instrucciones tenan mejores resultados, ms se irritaban susperseguidores contra l".
Sern presentados ante los tribunales
El 5 de mayo de 1793 es detenido en Beaufort, llevado al convento de los Carmelitas, convertido en centro dereclusin, y condenado a ser deportado, junto con los hermanos Jugon, Donato Jos y Avertino. Un total de 59 sacerdotes y
religiosos detenidos son designados para ser deportados.
A fin de ao, se encuentra con los hermanos Rogelio y Len en Angulema, camino del destierro.
No encontrndole enfermedad alguna, se le integra al grupo de los que deben ser deportados. Mouret lo inscribe en
la lista de los que deben partir el 1 de abril para Rochefort.Durante el largo recorrido soportan numerosas fatigas y humillaciones. La gente les grita e insulta a su paso; esto
hace recordar los gritos lanzados contra Jess en Jerusaln: "Crucifcalo!".
Al llegar a Poitiers se detienen, les requisan la mayor parte de sus efectos personales y modestos recursos y
continan el viaje.
Poco antes de llegar a Rochefort les hacen descender del vehculo y les embarcan en "El Gentil Ricardo", siendo
sometidos a un nuevo registro; seis das ms tarde son transferidos al barco "Los Dos Socios".
Un infierno...
La vida en la bodega del barco va ms all de todo lo razonable. Amontonados durante la noche en un estrechoentrepuente, estos desgraciados, de los cuales varios son octogenarios y otros estn enfermos, viven un verdadero infierno.
Durante el da, permanecen de pie sobre el puente del barco, en medio de las brutalidades y burlas de los
marineros. Reciben un alimento muy insuficiente y frecuentemente en mal estado.
En la epidemia del tifus que se declara en junio, el hermano Uldarico es una de las vctimas. La mortalidad esescalofriante y los miembros del equipaje de "Los Dos Socios" comienzan a temer ser contagiados ellos tambin.
La fuerza de Dios se manifiesta en ellos. Cuando uno de los prisioneros se queja de las molestias que tiene que
aguantar, Tiersot le anima: "Esto no es nada, nosotros merecemos mucho ms an. Acurdese usted de aquellos a quienes
se obligaba a trabajar en las minas en los primeros siglos del cristianismo, despus de haberles cortado un pie o reventado
un ojo por confesar el nombre de Jess; ellos sufran mucho ms que nosotros".
Algunos llegan a manifestar sntomas de locura a causa de la fiebre.
Los dolores del hermano Uldarico son un martirio lento que se consuma en la noche del 27 al 28 de agosto de
1794. Es enterrado en la Isla Madame.
* * * * *
Hermano Len
El hermano Len, de nombre de bautismo Juan Mopinot, nace el 12 de septiembre de 1724 de Juan Bautista
Claudio y Mara, y es bautizado el mismo da en la Iglesia de Santiago, de Reims.Estudia en la escuela que tienen los hermanos en Thillois. A los 20 aos ingresa en el noviciado de San Yon,
recibiendo el nombre de hermano Len.
Cuando comienza la revolucin se encuentra formando parte de la comunidad de Moulins; all es arrestado el 3 de
abril de 1793 y encarcelado en el antiguo monasterio de Santa Clara. El 11 de junio llega al mismo centro de reclusin su
director de comunidad, el hermano Rogelio.
51 detenidos de este centro parten al destierro. El 25 de noviembre de 1793
se pone en camino un primer grupo de 27 detenidos a Souvigny como una primera etapa; en l va el hermano Rogelio. Otro
grupo integrado por 24 detenidos le sigue tres das despus, yendo en l el hermano Len.
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El director del centro de reclusin de Allier resuelve limpiar la casa de los que llama "insectos contagiosos". Elhermano Len, que es septuagenario, es considerado como un "insecto contagioso", es preciso desprenderse de l; lo
condenan, al destierro el 31 de marzo de 1794.
A fines de abril, se encuentra nuevamente con su antiguo director, esta vez es en el barco-prisin "Los Dos
Socios".
El 3 de mayo les hacen presenciar el fusilamiento del cannigo Roulhac, pretendiendo darles "una leccin
ejemplar" a los que an se niegan a realizar el juramento de la nueva constitucin.
Camino del Calvario
"Es cierto, -dice el padre Dubignon a uno de sus compaeros de cautiverio que estaba desanimado y murmuraba
quejumbroso-, que nosotros somos los hombres ms desgraciados pero tambin somos los cristianos ms felices"
Las enfermedades, la falta de ropa y de alimento van tomando ms vctimas. A los que van muriendo se les
entierra en Aix. Los moradores de la isla, al ver el ritmo de las defunciones y entierros, temen el contagio y acuden a las
autoridades de Rochefort, que no conocen la situacin real de los presos.El Servicio de Sanidad dispone una inspeccin de los barcos, y los comisionados van a visitar las bodegas pero no
se atreven a hacerlo al notar el aire irrespirable que all reina.
Uno de ellos se limita a decir: "Si cuatrocientos perros hubieran pasado una sola noche all, en lugar de losdetenidos, hubieran muerto o se habran vuelto rabiosos".
La muerte sigue presentndose cada da coronando ms mrtires. Al hermano Len le llega la hora el 21 de mayo
de 1794.Se le entierra en la isla de Aix. Algunos detenidos hacen de sepultureros. Como en otros casos, transportan el
cadver en una chalupa desde el embarcadero de La Rochelle hasta el cementerio, bajo la mirada de un grupo de marinos
fusileros.
Algunos compaeros de cautiverio dan un edificante testimonio de vida del hermano Len. Labiche expresa: "No
puedo hacer mejor elogio, que decir que era un santo. Entre todos nosotros, este santo varn tena fama de santo y se lo
mereca. Su muerte no hizo sino confirmar ms an esta opinin. An teniendo una edad muy avanzada, conservaba todo el
candor y la alegra de un alma limpia".
El crucifijo de los deportados:
Mientras unos mueren, uno de los sacerdotes ha tallado a escondidas un crucifijo que se convierte en el alma que
da fortaleza a quienes estn a un paso de la muerte.
Cuando a partir del 18 de agosto de 1794, los enfermos son llevados a la isla Madame para ser atendidos en carpas
de hospital, colocan el crucifijo junto al enfermo y preside la oracin. Los moribundos toman la cruz, la abrazan con amor y
expiran besando al Seor.
Terminado el perodo de cautiverio, el padre Labiche lo tom y lo guard como reliquia y testamento de los
mrtires. El lo obsequi a la seora de La Guarigue que fue una de las personas que en el invierno de 1795 ms ayud a los
que salieron con vida de la prisin de los pontones.
Cuntos dieron su vida por Cristo?
Esta pregunta es difcil de responder.
Hubo mrtires silenciosos de los que nunca se public que la causa de su muerte haba sido su fidelidad a Cristo;
hubo mrtires que no llegaron a ser embarcados, que murieron en las calles, iglesias y conventos cuyos nombres no figuranen ninguna parte; otros defendieron su fe en Cristo bajo el filo de la guillotina como el hermano Monitor, guillotinado en
Rennes en 1794; hubo seglares que dieron su vida por Cristo y no figuran en la lista de los que la Iglesia tiene
conocimiento.
La isla Madame se convirti en un inmenso cementerio de mrtires. Del 20 al 31 de agosto murieron 82 detenidos,
en la primera quincena de septiembre fueron 77, en la segunda quincena llegaron a ser 33.
De un total de 827 sacerdotes y religiosos que haban estado detenidos en "Los Dos Socios" y en el "Washington",
el 12 de abril de 1795 fueron dejados en libertad solamente 285 detenidos; qu pas con el resto?.
Algunos estudiosos afirman que los dos tercios de los deportados murieron.
Quedan otros muchos casos de deportados muertos en circunstancias ya sealadas que siguen siendo estudiados
por la Iglesia antes de ser elevados oficialmente a los altares.
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En 1795 y 1796, 143 religiosas fueron deportadas a Brouage y 34 sacerdotes y religiosos murieron en unasituacin de extrema indigencia. Otros cuatro fueron guillotinados en La Rochelle y en Rochefort y otros masacrados en los
muelles de La Rochelle...
* * * * *
Despus de la tormenta...
Los detalles expuestos sobre el estilo de vida y las torturas de los deportados los poseemos gracias a testimonios
que han dejado los sobrevivientes.
A partir de fines de 1794, los aires revolucionarios van amainando. Se elevan algunas voces reclamando "justicia"y "humanidad". Se pide de liberar a los detenidos pero stos tienen que esperar largo tiempo hasta que eso se haga realidad.
El 30 de enero de 1795, el comit de seguridad general firma algunos decretos de liberacin. El 4 de febrero,
alrededor de 200 prisioneros sanos o convalecientes emprenden el regreso a la Charente Inferior sobre el barco "Los Dos
Socios".
De all son conducidos de vuelta a Saintes, primeramente sobre goletas y luego sobre carretas. La abada deDames se abre nuevamente pero esta vez se observa en los rostros de los detenidos un aire de primavera; entre ellos estn
los hermanos Donato Jos, Avertino y Jugon.
Un hecho casi macabro es que el 28 de marzo de 1795 las autoridades revolucionarias firman un decreto liberando
al hermano Rogelio y al padre Imbert, siendo que ambos ya haban muerto seis meses antes.
Pero, a pesar de estar ahora en libertad, su situacin sigue siendo crtica. Las leyes antirreligiosas no han sido
abrogadas y los "refractarios" no tienen de ninguna manera asegurado su futuro. La amenaza de la persecucin no cesa de
planear sobre sus cabezas.
Eplogo de un torturador
Juan Bautista Laly, capitn del barco "Los Dos Socios", fue excluido definitivamente de la Marina Nacional
Francesa en 1795 y se retir a vivir a San Martn, terminando sus das en la pobreza.
El padre Jos Nicols Adam, fue uno de los detenidos en el barco "Los Dos Socios" para ser deportado. Un dalleg de paso a San Martn con la 52 Compaa de la cual era capelln. Yendo por la calle reconoci a su antiguo
carcelero, al "capitn Laly", le sigui hasta su casa. Vio que entraba en una casa muy sencilla. Golpe a la puerta de la casa
y le pregunt:
- "Capitn, me reconoce usted?".
La cabeza del perseguidor, tan temida en otro tiempo, se inclin como si tuviera un pesado bulto de recuerdos que
le aplastara y respondi con sus labios temblorosos un sordo estremecimiento en el que se alcanz a distinguir:- "S!, le reconozco".
- "Bueno, ya que me reconoce. Aproveche para saber cmo se venga hoy un sacerdote".
El padre Jos Nicols, consciente de la mala situacin econmica por la que pasaba su antiguo torturador, coloc
sobre la mesa una apreciable cantidad de dinero y se fue.
Este hecho quizs fue el eslabn que necesitaba el capitn Laly para su conversin. Juan Bautista Laly muri en
1836, reconciliado con Dios y con la Iglesia.
* * * * *
Entre los casos de cristianos que dieron su vida en similares circunstancias y que la Iglesia tiene an en estudio,podemos sealar el del hermano Pedro Cristbal, tambin discpulo de San Juan Bautista de La Salle.
El hermano Pedro Cristbal Scheck, fue detenido en agosto de 1792 en su pueblo natal por rehusar prestar
juramento. Haba ido a vivir en su familia con autorizacin de los Superiores del Instituto mientras reinara una situacin
inestable; su comunidad haba sido cerrada y los hermanos se haban dispersado.
Un escrito que lleva como ttulo: "Estado de los sacerdotes detenidos en la casa llamada de las Hijas de la
Doctrina Cristiana, en Metz" figura el nombre del hermano Pedro y lo califica como "antiguo hermano, cocinero yjardinero de la casa de la Doctrina Cristiana".
El departamento de Mosela lo conden el 17 de abril de 1794 a ser deportado por "no haber prestado el juramento
prescrito".En junio es enviado al barco negrero "Washington", atracado en el muelle de La Rochelle, cerca del "Los Dos
Socios".
Muri en el barco prisin "Washington" el 6 de septiembre de 1794; el da en que cumpla 57 aos, siendo
enterrado en la isla de Aix.
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Desde 1911, hay una cruz conmemorativa a la entrada del Paso de los Bueyes de la isla Madame con dos estatuasrepresentando a los apstoles Pedro y Pablo, como testigos del atroz sufrimiento que experimentaron centenares de
sacerdotes y religiosos sobre ese ro, en esas costas y en esas islas. Al lado, en el permetro de un antiguo fortn, est
edificada una humilde capilla en la que se pueden leer los nombres de 275 muertos.
En el borde de un arbolado, un gran nmero de cantos rodados ordenados esbozan la forma de una cruz. En ese
mismo lugar fueron enterrados muchos de los mrtires de Rochefort.
Cada ao en el mes de agosto, se coloca un altar al pie de este calvario y un obispo celebra la Eucarista. Despusse realiza una procesin a lo largo de los mil metros de la calzada marina, mientras el viento lleva a alta mar las palabras
cantadas del Credo.
El Papa Juan Pablo II ha elevado a los altares el 1 de octubre de 1995 en Roma a un grupo de 64 sacerdotes yreligiosos conocidos con el nombre de Mrtires de los Pontones de Rochefort; entre ellos estn tres Hermanos de las
Escuelas Cristianas: hermano Rogelio, hermano Uldarico y hermano Len, reconociendo que su muerte ha sido un
verdadero martirio, por la extrema dureza y prolongacin de sus sufrimientos.
Sobre su martirio se ha podido escribir:
"Espantoso suplicio padecido durante muchos meses por esos sacerdotes y religiosos hacinados en bodegas denavos negreros por haber permanecido fieles a Dios y a la Iglesia Romana. Se pudren vivos, consumidos por la
enfermedad, convulsionados por la fiebre, vctimas de la desazn producida por los parsitos, trastornados, muriendo de
hambre y sede".
BEATOS HERMANOS MARTIRES DE LOS PONTONESRueguen por nosotros