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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona.
ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. IX, núm. 194 (65), 1 de agosto de 2005
EL FERROCARRIL COMO ELEMENTO ESTRUCTURADOR DE LA MORFOLOGÍA
URBANA:
EL CASO DE BARCELONA 1848-1900 (*)
Rafael Alcaide González
Geógrafo
Universidad de Barcelona
El ferrocarril como elemento estructurador de la morfología urbana: el caso de Barcelona 1848-1900 (Resumen)
La llegada del ferrocarril a la ciudad de Barcelona en 1848 propició una serie de profundos cambios en laestructura urbana de la ciudad y determinó, en parte, el posterior desarrollo del ensanche barcelonés
diseñado por Ildefonso Cerdá. Desde 1860, la aparición de nuevas compañías ferroviarias y sus posteriores
fusiones comerciales desembocaron en la creación y modificación de espacios y trazados ferroviarios, que no
siempre se adecuaron al proyecto de Cerdá y que incidieron en el desarrollo del sistema de comunicaciones
de la ciudad, generando una serie de espacios marginales en algunos de los cuales, hizo su aparición elfenómeno del barraquismo.
Palabras clave: ferrocarril, Barcelona, siglo XIX, morfología urbana
The railroad as structurant element of the urban morphology: the case of Barcelona (Abstract)
The arrival of the railway to the city of Barcelona in 1848 caused a series of deep changes in the urban
structure of the city and brought about, partly, the following development of the Barcelonian Ensanche
designed by Ildefonso Cerdá. From 1860, the appearance of new railway companies and their later
commercial fusions ended in the creation and modification of railway spaces and layouts, which were not
always adapted to the Cerda's project and which affected the development of the city's system ofcommunication, generating a series of marginal spaces in some of which, the phenomenon of the "shack
villages" made its appearance.
Key words: railway, Barcelona, 19th century, urban morphology
Durante las décadas de 1840 y 1850, la progresiva evolución técnica que experimentaron las primitivas
locomotoras de vapor diseñadas por Trevithick, Vivian, Stephenson y Seguín, entre otros, facultó que elferrocarril se convirtiera en un medio de transporte competitivo y revolucionario que determinó el
establecimiento de un nuevo sistema de comunicaciones. Dicho sistema, que rompía con los esquemas de
transporte tradicionales, se basó, principalmente, en tres aspectos fundamentales: el primero, la total
independencia de la tracción animal; el segundo, la reducción de tiempos y costes, a la vez que la posibilidad
de aumentar el volumen de viajeros y mercancías transportados y, el tercero, la facultad de comunicar y
acercar a las gentes y de vertebrar el territorio por el que discurría, facilitando un nuevo tipo de relaciones
socio-económicas hasta entonces impracticables, debido principalmente a factores geográficos de orden
físico como la orografía y las distancias entre los núcleos de población (1).
Al igual que ocurría con los canales navegables, el ferrocarril configuró mediante su infraestructura, un sistema
de comunicaciones cuya implantación comportaba la inmovilidad y rigidez impuestas, tanto por los materiales
empleados en su construcción como por la necesidad de determinadas extensiones de terreno de uso
exclusivo para su circulación y, por tanto, para su desarrollo comercial. Tendidos ferroviarios, playas de vías,estaciones de viajeros y mercancías, accesos públicos y privados a las mismas, almacenes, depósitos de
material, aguadas, y un sinfín de instalaciones imprescindibles para el correcto funcionamiento de aquel nuevomedio de transporte, facultaron que su llegada y establecimiento en las ciudades supusiera un cambio notable
en la configuración y en la morfología de las mismas. Una transformación urbana que, en España, se produjo,bien posteriormente, bien de manera coetánea, a la ocurrida en determinadas ciudades con la aparición del
fenómeno de la industrialización y la llegada de grandes contingentes de población procedentes del mediorural, dos de los factores que determinaron, en mayor medida, un primer cambio en la morfología urbana delas ciudades pre-industriales, mediante la creación de nuevos espacios urbanos o la transformación de buena
parte de los ya existentes.
El ferrocarril y la ciudad: la articulación del territorio urbano en función de un servicio público
La configuración de los nuevos espacios urbanos por la introducción del ferrocarril en la ciudad
decimonónica se fraguó a partir de dos modelos territoriales de implantación del nuevo medio de transporte.El primero, consistió en la construcción de las nuevas infraestructuras ferroviarias dentro de la ciudad
amurallada, mediante la apertura de puertas en las murallas y el derribo de las edificaciones situadas en losterrenos elegidos para la construcción de la estación y el tendido ferroviario en su conjunto. El segundo
modelo, consistió en la implantación de dichas infraestructuras fuera del recinto amurallado, en la periferia dela urbe que más podía adecuarse a las necesidades territoriales del ferrocarril, hecho que motivó, con el
tiempo, la aparición de suburbios, barrios y núcleos poblacionales alrededor de la nueva estación y la uniónde ésta con la ciudad por medio de una calle o avenida de nueva creación.
Por una parte, las consecuencias del establecimiento del ferrocarril en la ciudad, en base al primer modelo,determinaron la transformación de los espacios urbanos existentes y la disminución de la superficie edificable
de la ciudad amurallada, agravándose de esta forma las ya precarias condiciones de vida de la mayor partede una población que se agrupaba, hacinada, conformando enormes bolsas de pobreza en los barrios más
populares y más céntricos de las urbes (2); mientras que, por otra parte, los cambios en la morfología urbanaderivados del segundo modelo, propiciaron la expansión de los límites de la ciudad, mediante la creación de
nuevos espacios urbanos que fueron incorporados en mayor o menor medida a los diferentes Planes deEnsanche que se fueron gestando a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX.
En otro artículo (3) hemos hablado de la implantación y desarrollo de las líneas de ferrocarril en España. En
referencia a Cataluña, y más concretamente a la ciudad de Barcelona, el incipiente maquinismo que sedesarrolló en la capital catalana desde finales del siglo XVIII, a partir de la fabricación de tejidos de algodón
(indianas), representó el punto de arranque de la Revolución Industrial en Cataluña y en España. Este
proceso, que quedó interrumpido por las guerras Carlistas y de la Independencia, adquirió un desarrollomucho más amplio a partir del Trienio Liberal (1820-1823) y, en especial, en la década de 1830 con la
implantación en la Ciudad Condal de la primera fábrica "El Vapor" en 1832, que incorporaba a su procesode fabricación los telares mecánicos. Posteriormente, la libertad de implantación de la industria, acompañada
de sendos decretos (1834 y 1836) que acabaron con los Gremios, determinaron la plena introducción delmaquinismo en Cataluña, especialmente durante la década 1840-50, deshaciéndose las asociaciones
gremiales y entrando a formar parte del proceso industrial el gran contingente de mano de obra emigradodesde el campo a la ciudad.
Cuando se inauguró la primera línea de ferrocarril de la España peninsular, entre Barcelona y Mataró en
1848, Barcelona, considerada plaza fuerte, estaba amurallada en su totalidad. Este hecho implicaba gravesproblemas para el crecimiento y expansión de la Ciudad Condal por el llano limítrofe a sus murallas, debido,
especialmente, a que una eventual defensa de la plaza requería que el terreno que separaba la urbeamurallada de los municipios más cercanos, tales como Gràcia, Sant Martí de Provençals etc., prácticamentea tiro de una bala de cañón, estuviera totalmente despejado de edificaciones que pudieran impedir el normal
desarrollo de las operaciones militares. Con ello Barcelona creció hacia arriba, es decir, las casas que en unprincipio eran de un piso o de dos, aumentaron en altura, mediante el "aprovechamiento de espacios
residuales en la casa artesana, construcción de pisos sobre el habitáculo de la familia, compartimentacióngeneralizada del edificio [que] permiten absorber el crecimiento demográfico (ejército industrial) con
economía de medios y provecho máximo para los propietarios, sin entrar en conflicto este aumento delvolumen urbano con la condición de plaza fuerte de Barcelona (4)". En los barrios más populares de
Barcelona, como El Raval o Sant Pere, "las fábricas y los talleres con vapores se mezclaban con las viviendasobreras, que participaban de su insalubridad. Pequeñas, mal ventiladas, de techos bajos, sin las mínimas
condiciones de habitabilidad y, a menudo, sobreocupadas, facilitaban la incubación y propagación deenfermedades (5)". A esta calamitosa situación había que añadir la insuficiente y desequilibrada dietaalimenticia de los obreros y sus familias "compuesta sobre todo por féculas, patatas, legumbres y pan,
bacalao y sardinas (6)".
La instalación de nuevas fábricas dentro del recinto amurallado barcelonés no cesó hasta el año 1846 (7),con lo que la falta de suelo, pese a la Desamortización, generó una problemática irresoluble ante la que sealzaron múltiples voces, entre ellas, la del higienista barcelonés Pedro Felipe Monlau, quien en su Memoria
titulada Abajo las murallas!!! (8) condensó buena parte de las reivindicaciones públicas a favor del derribo
del cinturón de murallas de la ciudad, que contaba por aquel entonces con una población de 140.000
habitantes y una densidad de población de 850 habitantes por Ha. En esta Memoria, Monlau criticó lacondición de plaza fuerte de la ciudad, por el fuerte gasto que generaba el mantenimiento de las guarniciones
y la conservación de murallas, fosos y baluartes, argumentando razones higiénicas fundamentales:
"La higiene pública nos dice que para la salubridad de una ciudad no debe ser ésta muy populosa, o al menos, su poblaciónha de poder vivir con holgura y desembarazo en su recinto (...) En las poblaciones sumamente numerosas el aire es infecto,las aguas corrompidas, el terreno desustanciado, y exhausto hasta largas distancias; la vida es en ellas necesariamente máscorta, las dulzuras de la abundancia son poco conocidas, y los horrores de la necesidad y de la miseria extremos. Las cientocuarenta mil almas que vegetan ahora en el reducido círculo que forman las murallas, serían mucho más felices y viviríanmás sanas y más tiempo, si se hallasen diseminadas por una extensión de terreno mil veces mayor (...) Nuestras calles songeneralmente angostas, la circulación de las personas por ellas expuesta, a causa del continuo carreteo y transporte queexigen el comercio y la industria; las casas altas, ahogadas, con cuatro pisos generalmente y con cuarenta o cincuentamoradores en cada una de ellas; cada día van desapareciendo los huertos, los jardines y las casas antiguas de algunacomodidad, para construir en su lugar casas mezquinas, con nichos en vez de salones y cuartos; en una palabra nos vamosahogando (9)".
Además de las razones higiénicas aducidas por Monlau, las murallas comportaban para la población
barcelonesa una carga simbólica de represión, cuyo máximo exponente era la fortaleza de la Ciudadela a laque estaban unidas, edificada durante la primera mitad del siglo XVIII por orden de Felipe V, tras el derribo
de gran parte del antiguo barrio de la Ribera. Durante la década de 1840 se produjeron diversos intentos
para derribar las murallas, todos ellos fallidos, y no fue hasta el año de 1854, cuando el Gobierno —
coincidiendo con la declaración de una epidemia de cólera en Barcelona—, autorizó el derribo definitivo delas mismas (excepto la muralla de mar) mediante una RO fechada el 15 de agosto de aquel mismo año.
Cuatro años más tarde, mediante otra RO fechada el 9 de diciembre de 1858, Barcelona perdía
definitivamente su condición de plaza fuerte, al autorizar el Ministerio de la Guerra un ensanche ilimitado a laciudad, conservando las zonas militares de Montjuïc y la Ciudadela (10).
Nacimiento y desarrollo de las primeras líneas de ferrocarril en la Barcelona amurallada (1848-1860)
La importancia política y económica que fue adquiriendo Barcelona, al igual que otras ciudades catalanas en
las que también se produjo el fenómeno de la industrialización tales como Sabadell, Terrassa, Manresa,Mataró, Igualada o Reus, entre otras, motivó que entre 1848 y 1864 se construyera gran parte del trazado
de la red de ferrocarriles de vía ancha catalana, una trazado radial que, partiendo de Barcelona, se culminaría
a la práctica en 1898, con un total de 1.120 km de longitud de vías férreas construidos, que permitían la
comunicación de Barcelona con Tarragona, Girona, Lleida, Zaragoza, Madrid, Valencia y la fronterafrancesa, constituyéndose así la capital catalana en el núcleo ferroviario más importante de Cataluña, seguido
en importancia por el eje ferroviario de comunicaciones existente entre las ciudades de Tarragona, Reus y
Lleida.
Sin embargo, mientras se llevaban a cabo los trabajos de construcción de la primera línea de ferrocarril en la
España peninsular establecida entre Barcelona y Mataró, la ciudad todavía se hallaba ceñida por su cinturón
de murallas. Era esta una situación anacrónica y absurda, toda vez que, mientras la industria y la llegada delferrocarril convertían a Barcelona en la ciudad más aventajada de España en relación al progreso y a los
avances técnicos más importantes del siglo, la ciudad, como tal, presentaba un aspecto medieval, aislada de
las poblaciones cercanas como Gràcia, Sant Martí de Provençals o Sants, por una zona de servidumbre
militar en la que estaba prohibido levantar cualquier tipo de edificación.
Por el contrario —como ya se ha apuntado anteriormente—, en el interior del recinto amurallado la presión
demográfica que, progresivamente, se iba produciendo a partir de la llegada de sucesivos contingentes
migratorios, se hacía insostenible; en primer lugar, por las condiciones de falta de espacios públicos y solaresdestinados a la construcción de viviendas y, en segundo lugar, por la especulación ejercida por los
propietarios de los escasos terrenos disponibles; una situación que se veía agravada por el pauperismo y la
aparición frecuente de epidemias como el cólera, propiciados por la carestía de los alimentos básicos y por lainexistencia de un mínimo de condiciones higiénicas en determinadas zonas de la ciudad, conformadas por
calles angostas, sin pavimentar y desprovistas de alcantarillado.
Paralelamente al incremento demográfico que registraba la capital, el proceso de industrialización que sevenía desarrollando implicaba el aumento de la demanda de carbón, algodón y materias primas, de los que se
abastecían las nuevas industrias instaladas en la capital y en las poblaciones de Sants y Sant Martí de
Provençals, con el consecuente incremento del tráfico marítimo en el puerto barcelonés, para el cual ya se
estaban llevando a cabo, en aquella época, diversos proyectos de ampliación. Dichos proyectos searticulaban, principalmente, en una nueva concepción del transporte marítimo-terrestre —en la que
intervenían tanto el ferrocarril como los rápidos y modernos buques de vapor—, que basaba su desarrollo en
la continuidad espacial y en la racionalidad y economía de las comunicaciones.
No obstante, a pesar de la existencia de múltiples factores favorables a la expansión urbana de la capital
catalana, el convulso desarrollo histórico de los mecanismos políticos y legales necesarios para acometer el
derribo de las murallas y conseguir la pérdida de condición de plaza fuerte de la ciudad, determinó lapermanencia temporal de la estructura urbana medieval de la ciudad, implicando que las primeras estaciones
de ferrocarril de la capital catalana y sus trazados, salvo una, se construyesen fuera del recinto amurallado.
Estas líneas fueron las siguientes: Barcelona-Mataró (1848); Barcelona-Granollers (1854) y Barcelona-
Martorell (1854).
Línea de ferrocarril de Barcelona a Mataró
La primera estación de ferrocarril de la España peninsular se construyó en los terrenos situados entre el
principio del suburbio marítimo de la Barceloneta y la Ciudadela, al inicio de la Avenida del Cementerio,
donde también se situaba la plaza de toros (El Torín), y muy cercana al Portal de Mar y al puerto barcelonés.
Dicha estación fue la cabecera de la línea de ferrocarril entre Barcelona y Mataró, que fue otorgada
provisionalmente, mediante RO de 23 de agosto de 1843, a José María Roca, un hombre de negocios
catalán. Sin embargo, la iniciativa de esta solicitud partió del industrial Miquel Biada y Bunyol, nacido enMataró, el cual, durante su estancia en Cuba, había podido contemplar las excelencias del ferrocarril
construido entre La Habana y Güines. Con la finalidad de encontrar financiación para su proyecto, Biada se
trasladó a Londres y entabló contactos con José María Roca y otras importantes personalidades dentro del
mundo del ferrocarril como Joseph Locke, ingeniero inglés miembro de la Cámara de los Comunes,conviniendo en la necesidad de financiar y llevar a cabo la construcción de dicha línea en base, entre otras
razones, a las múltiples relaciones comerciales que se establecían entre Mataró y Barcelona. A partir de esta
concesión, se constituyó el 6 de junio de 1845, la Sociedad del Camino de Hierro de Barcelona a Mataró
con un capital inicial de 20 millones de reales de vellón divididos en 10.000 acciones de 2.000 reales cadauna. La RO de fecha 16 de marzo de 1847, transformó la concesión en definitiva, empezándose las obras en
junio de aquel mismo año. La línea se inauguró el 28 de octubre de 1848.
Figura Nº 1 Antigua estación de la línea Barcelona-Mataró (c. 1880)
El trazado de la línea (11) discurría íntegramente por la fachada litoral hasta llegar al río Besòs, tras atravesarel baluarte de Don Carlos y adentrarse en el Municipio de Sant Martí de Provençals, en el que no se ubicaba
ninguna estación de la línea.
Línea del ferrocarril de Barcelona a Granollers
La segunda estación término que se construyó en Barcelona fue la que hoy se denomina Estación de Francia.
Dicha estación se levantó, al contrario que la de la línea Barcelona-Mataró, dentro del recinto amurallado,
muy cerca de aquella, en unos terrenos cedidos por el Ayuntamiento barcelonés que formaban parte delglacis habilitado para la construcción de la Ciudadela. Dichos terrenos eran los huertos que habían sido
propiedad de Jerónimo Mascaró y Llusás y de Gaspar de Berart y Cortiada, en los que se situaban unos
lavaderos públicos en 1850, y que habían sido expropiados por el Consell Municipal a principios del siglo
XVIII, para la construcción de la Casa dels Pallols y la Plaça del Blat (12). Tras el asedio y la toma deBarcelona por el duque de Berwick en 1714 fueron destinados a uso militar con motivo de la construcción
de la Ciudadela, y lindaban con la calle de Ocata, cercana al edificio de la Aduana (hoy Gobierno Civil) y a
la plaza del Palacio.
La concesión de esta línea fue otorgada por RO de 20 de julio de 1850, de manera provisional, a los Sres.
Girona Hermanos y Clavé y Compañía. Poco tiempo después, el 10 de noviembre de 1850, se constituyó enbase a esa concesión la Sociedad de los Caminos de Hierro del Norte, con un capital inicial de 24 millones
de reales de vellón, divididos en 12.000 acciones de 2.000 reales cada una. La concesión definitiva de esta
línea de ferrocarril se autorizó por RO de 10 de septiembre de 1851, y la línea entró en funcionamiento el 23
de julio de 1854.
Figura Nº 2
Antigua estación de Granollers, en tiempos de la Compañía de Ferrocarriles de Tarragona aBarcelona y Francia (c. 1885)
Su trazado, tras atravesar la muralla, y el baluarte de Don Carlos, bordeaba la Ciudadela y, a través de la
zona de servidumbre militar (13), discurría entre lo que hoy son las calles de Zamora y Juan de Austria,
adentrándose en el municipio de Sant Martí de Provençals y atravesando perpendicularmente las calles
actuales de Wad-Ras, Ramón Turró, Llull, Pujades, Pere IV, Pallars, Almogàvers, Sancho de Ávila, Tánger,
Bolívia y Avenida Meridiana, hasta llegar a los terrenos actuales de la plaza de las Glorias. Desde ese lugarse adentraba en el Clot, donde se ubicaban la segunda estación de su recorrido y los talleres de reparación
de la compañía. El trazado proseguía por terrenos de Sant Martí de Provençals, donde se situaba la estación
de Horta, muy alejada de dicho municipio. Posteriormente el camino de hierro se adentraba en Sant Andreu
de Palomar, donde se situaban las estación homónima y la correspondiente al municipio de Santa Coloma de
Gramenet que, al igual que la de Horta, quedaba alejada del municipio que le daba nombre, pues estaba
situada en el margen izquierdo del río Besós, antes de atravesar su cauce para continuar el recorrido hacia
Montcada (14).
Línea del ferrocarril de Barcelona a Martorell
La estación término de esta línea fue, cronológicamente, la tercera que se construyó en la ciudad de
Barcelona, situándose fuera del recinto amurallado, en los terrenos cercanos a las Torres de Canaletas y a la
Puerta de Isabel II, conocidos como la Riera d'en Malla (actualmente Rambla de Catalunya esquina con
Ronda Universidad). Dicha concesión fue obtenida, en primera instancia, el 28 de febrero de 1851 por
Miguel Bergué, que la cedió en 1852 a la recién creada Compañía de los Caminos de Hierro del Centro de
Cataluña y que más tarde cambiaría su denominación por la de Compañía del Ferrocarril de Barcelona aMartorell.
Figura Nº 3
Grabado conmemorativo del Centenario del primer tren que circuló entre Barcelona y Mataró.
(1948)
El tramo Barcelona-Molins fue abierto a la explotación el 8 de noviembre de 1854 (15) e inaugurado de
manera solemne el día 26 de noviembre de aquel mismo año. En 1857, el ferrocarril llegaba a Martorell. El
trazado de la línea discurría por la zona de servidumbre militar y describía una amplia curva desde el inicio de
la actual Rambla de Cataluña hasta la Plaza Letamendi, donde seguía por la calle Aragón hasta la Avenida deRoma y se adentraba en el municipio de Sants.
Línea del ferrocarril de Barcelona a Zaragoza
Por RD de 3 de noviembre de 1852 se otorgó la concesión provisional de dicha línea a Alberto Urríes y
otros, quienes la transfirieron inmediatamente a la nueva sociedad denominada Compañía del Ferrocarril de
Barcelona a Zaragoza. Posteriormente, la Ley de 6 de julio de 1855 confirmó la concesión y su otorgamientodefinitivo. La línea, que no disponía de estación término en Barcelona, se inauguró entre Montcada y
Sabadell el 2 de mayo de 1855.
Con la finalidad de poder llegar a Barcelona, mientras se construía la estación término de la línea en la
ciudad, la empresa concesionaria suscribió un convenio con la Compañía de los Ferrocarriles de Barcelona a
Granollers el 2 de septiembre de 1859, mediante el cual ésta última cedía una parte de su terminal en el
Paseo de la Aduana y una parte de la estación de la misma compañía sita en San Andrés de Palomar (hoySant Andreu Comtal), además de la mitad de las obras de fábrica, en el trayecto comprendido entre
Montcada y Barcelona, con la finalidad de poder montar dos vías, una para cada compañía, con sus
servicios correspondientes. Firmado el convenio, la Compañía del Ferrocarril de Barcelona a Zaragoza
presentó ese mismo año un proyecto para construir, en los terrenos cedidos, una estación modesta para
terminal de viajeros, que se situaría cerca de las ya existentes de las líneas de Mataró y Granollers, con
fachada a la cercana Plaza del Palacio. Para el tráfico de mercancías la compañía alquiló un local en las
cercanías del Portal Nou, entre el Fuerte Pío y la Ciudadela. Dicho proyecto, que nunca se llegó a realizar,
fue elaborado por el ingeniero P. Andrés y Puigdollers, quien tres años después firmaría el proyecto definitivodel emplazamiento de la nueva estación término de la compañía, de la que se tratará con posterioridad. En
mayo de 1860 la línea de ferrocarril llegaba a Lleida y en 1861 a Zaragoza (16).
El proyecto de ensanche de Ildefonso Cerdá y su relación con el ferrocarril: la propuesta de unared ferroviaria integrada en la ciudad
Ildefonso Cerdá (1815-1876) fue una de las personalidades científicas más relevantes y polifacéticas del
siglo XIX a nivel internacional. Ingeniero de caminos, topógrafo, jurista, arquitecto, economista, político y
urbanista, fundó esta última disciplina con su obra Teoría general de la urbanización (1867), en la que se
establecían las bases intelectuales del urbanismo, a partir del conocimiento empírico de las ciudades
existentes y de la enumeración de las diferentes técnicas que se requerían para la mejora de las urbes. Lapuesta en práctica de sus ideas tuvo lugar a partir del Proyecto para el ensanche de Barcelona, elaborado
entre 1855 y 1863, en el que se plasmaron sus concepciones del urbanismo como un todo funcional, y de la
ciudad como un ente dinámico compuesto por elementos estables, las intervías o manzanas que acogían las
viviendas y los espacios de servicios y las vías o elementos no estables, en el sentido de que en ellas tenía
lugar la circulación de mercancías, personas y transportes, con independencia de los diversos medios de
locomoción.
La existencia de las diferentes líneas de ferrocarril que se construyeron con anterioridad a su proyecto para elensanche de Barcelona, motivó la necesidad de elaborar sucesivos replanteamientos y soluciones que
permitiesen la necesaria simbiosis entre el trazado de las mismas y el diseño de la futura ciudad. Por esta
razón, Ildefonso Cerdá, que ya había participado en 1851 en la elaboración del Plan de Ferrocarriles como
diputado, intervino de manera directa o indirecta en la planificación y trazado de algunas de dichas líneas de
ferrocarril, tales como las de Barcelona a Granollers, Barcelona a Sarrià o Barcelona a Montcada,
incorporando sus amplios conocimientos en materia de transportes y de las nuevas técnicas que se iban
aplicando a los medios de locomoción terrestre.
El primer esquema básico del sistema de comunicaciones ferroviarias de Barcelona diseñado por Cerdá
aparece en la Memoria del Anteproyecto de 1855, donde la futura Gran Vía de las Cortes Catalanas, se
convierte en la vía principal o "trascendental" de comunicación de la ciudad, atravesándola de W a E en toda
su longitud y cruzándose con la línea de ferrocarril de Granollers en el Clot (figura nº 4). Parte de esta vía
principal conforma, a su vez, el trazado de una vía de circunvalación destinada a comunicar entre sí y con el
puerto barcelonés, las diferentes estaciones existentes y todos los trazados ferroviarios. En dicho esquemaCerdá situaba la estación central de viajeros en terrenos cercanos a la futura Plaza de Catalunya (donde se
ubicaba la estación de la línea de Martorell) y la estación central de mercancías en la de la línea de Granollers
(por su cercanía al puerto)
Figura Nº 4
Esquema ferroviario del Anteproyecto de Ensanche de Cerdá correspondiente a 1855
Fuente: Elaboración propia.
En el Plano topográfico del llano de Barcelona, que acompaña la Memoria que venimos comentando, cabe
destacar, la inclusión de dos proyectos de líneas de ferrocarril que todavía se hallaban en fase de estudio en
el momento de su publicación. El primero de ellos corresponde a una línea de ferrocarril entre Barcelona y
Tarragona cuyo estudio fue llevado a cabo por los ingenieros Joaquín Núñez de Prado y Francisco Javier
Boguerín en 1853. Este trazado ferroviario, que no se llegó a construir, implicó el levantamiento topográficocompleto de la zona a estudio y discurría tomando como punto de partida la zona de las huertas de San
Beltrán (17), frente a la puerta de Santa Madrona, lugar donde se ubicaba su estación término. Desde allí,
proseguía su trazado entre las murallas y la montaña de Montjuïc, por terrenos adscritos a la zona militar
siguiendo la dirección de la actual avenida del Paralelo, hasta pasar cerca de la Cruz Cubierta (Hostafrancs)
y dirigirse hacia el barrio de la Bordeta de la población de Sants (18). El segundo proyecto, corresponde al
ferrocarril entre Sarrià y Barcelona que aparece con su trazado primitivo y que luego sería rectificado por el
propio Cerdá como se verá más adelante.
Cerdá consideraba el puerto barcelonés como una infraestructura imprescindible para el futuro desarrollo de
la ciudad y de su tejido industrial. Por esta razón incluyó en el Plan de Reforma Interior y de Ensanche de
Barcelona de 1859, el proyecto de ampliación del puerto diseñado por José Rafo, recogiendo además las
diferentes líneas de ferrocarril existentes y el esquema básico de conexiones que ya había elaborado en 1855.
Sin embargo, en dicho plano incorpora una novedad respecto a la estación central, ya que Cerdá la ubica
junto al puerto —centro neurálgico de su esquema de comunicaciones marítimo-terrestres—, en los terrenos
que se sitúan entre la Ciudadela y la Barceloneta por el W, y que ocupan la faja costera comprendida entre elfinal del Ensanche y el mar en dirección al río Besòs.
Sin embargo, no será hasta 1863, en el llamado Anteproyecto de Docks (19), cuando la Estación de
Estaciones que Cerdá proyecta, se configure espacialmente de forma definitiva. Francesc Magrinyà, en un
excelente trabajo (20), ha logrado reconstruir, a modo de hipótesis, los contenidos de dicho documento,
entre los que figuran, por una parte, el diseño de la red de ferrocarriles barcelonesa y por otra parte, las
nuevas soluciones que Cerdá propone para dicha red, con respecto a proyectos anteriores. Entre lasnovedades que Magrinyà reconstruye, cabe destacar, en primer lugar, la propuesta de ubicación definitiva de
la Estación de Estaciones en tres lugares diferentes; en segundo lugar, la construcción de las llamadas
"manzanas ferroviarias" y, por último, la interconexión y la complementariedad de las líneas de ferrocarril, que
se articulan a diferente nivel con la red de vías de servicio de la ciudad.
Al igual que ocurre en los anteriores proyectos de 1855 y 1859, Cerdá pretende articular los intercambios
del transporte terrestre y marítimo de una manera eficaz, evitando las rupturas y facilitando la fluidez y la
continuidad de la red de transportes barcelonesa. En este sentido, Cerdá propone la construcción de una
Estación de Estaciones, en la que se han de producir de manera efectiva dichos intercambios en tres enclavesdiferentes, todos ellos próximos al puerto. El primero, se sitúa en la zona de las huertas de San Beltrán; el
segundo en el suburbio marítimo de la Barceloneta, y, el tercero, en los terrenos de la Ciudadela, cuando esta
fuese derribada. Para Cerdá, el lugar ideal lo constituye el barrio de la Barceloneta, para el que propone su
derribo, justificado por las necesidades de ampliación del puerto y por sus deficientes condiciones higiénicas.
Cerdá propone nuevamente la extensión del ferrocarril al ensanche, a partir de la red de comunicaciones
ferroviarias establecida en sus proyectos anteriores, pero en esta ocasión incluye una novedad importante alrespecto. En primer lugar, la extensión del ferrocarril a los nuevos muelles que se construyen en el puerto y,
en segundo lugar, la creación de un nuevo eje trilineal, conformado por las futuras calles de Aragón, Mallorca
y Provença, que se ha de conectar, por una parte, con el eje perpendicular formado por el recorrido del
ferrocarril de Barcelona a Sarrià en la calle de Balmes (espina de pez) y, por otra parte, por los extremos de
dicho eje con las líneas de Barcelona a Girona y de Barcelona a Tarragona (figura nº 5).
La extensión del ferrocarril al ensanche y los nuevos trazados, determinan la división de las diferentes vías de
comunicación ferroviaria en fundamentales y secundarias. Las fundamentales están constituidas por lasdiferentes líneas de ferrocarril existentes, además de por la línea de circunvalación, cuyo recorrido discurre
por las calles de Aragón y Marina hasta llegar a la playa, rodeando el barrio de la Barceloneta y prosiguiendo
por el futuro Paseo de Colón, les Drassanes, la avenida del Paralelo y la calle de Entença hasta su
confluencia con la calle de Aragón. Para los enlaces de este tipo de vías ferroviarias Cerdá propone curvas
de radio de 250 a 300 m. Sin embargo, para las vías secundarias, que están constituidas por las
correspondientes a la red propiamente portuaria y por las que se han de establecer para el eje trilineal, Cerdá
propone otro tipo de curvas de enlace de menor radio, con un mínimo de 50 m, basadas en el sistema detren articulado de Arnoux, que permiten su plena adaptación a las dimensiones de la cuadrícula del ensanche.
Figura Nº 5
Esquema ferroviario del Proyecto de Ensanche de Cerdá correspondiente a 1863
Fuente: Elaboración propia
Sobre la nueva red ferroviaria conformada por el eje trilineal, Cerdá diseñó las llamadas "manzanasferroviarias", que consistían en agrupaciones de dos por dos, de las manzanas existentes en el Proyecto de
1859, con las mismas alineaciones. Cada agrupación estaba cruzada en su parte central por uno de los ejes,en los cuales la circulación del ferrocarril se realizaba a un nivel inferior que el de las calles, facilitándose así la
circulación de diligencias o tranvías de tracción animal. La amplitud de estas nuevas vías era de cuatrocarriles, dos para la circulación de los trenes y otros dos como apartaderos. Por otra parte, la anchura de lascalles del ensanche, cuyos cruces conformaban un octógono, facilitaba la circulación de los tranvías de
tracción a sangre mediante el sistema Arnoux ya mencionado, sistema que Cerdá ya había estudiado en laelaboración del proyecto del ferrocarril de Sant Joan de les Abadesses.
Cerdá establecía en las nuevas manzanas o islas ferroviarias tres niveles constructivos: a) los almacenes en elsótano del edificio, a nivel del ferrocarril; b) los talleres y bazares en el piso bajo al nivel de la calle y, c) los
establecimientos industriales en el piso superior. De esta manera el ensanche barcelonés se convertía en unaespecie de estación continua que facilitaba la prolongación efectiva de los enlaces marítimo-terrestres hasta elinterior de la nueva ciudad. Para posibilitar la integración definitiva del ferrocarril en el ensanche, Cerdá
determinó tres tipos de vías de circulación que resultaban compatibles entre sí y con la red de abastecimientode aguas y alcantarillado de la ciudad. Dichos tipos de vía consistían en primer lugar, en las denominadas vías
de circulación perfeccionada —de las cuales una gran parte del trazado discurría a un nivel inferior al de lacalle—, de uso exclusivo para el ferrocarril (eje trilineal, sistema de circunvalación y portuario y líneas
existentes); en segundo lugar, las vías mixtas, aptas para la circulación de diligencias y tranvías de tracción asangre y, en último lugar, las vías de circulación ordinaria para resto de vehículos y personas.
Tras una larga serie de dictámenes y estudios llevados a cabo sobre el Anteproyecto de Docks, el
documento fue motivo de sucesivas revisiones, perdiendo gran parte de sus contenidos iniciales tales como laconstrucción del eje trilineal o el derribo de la Barceloneta, que quedó supeditado a las necesidades reales de
espacio derivadas de la ampliación del puerto. Finalmente el Anteproyecto fue aprobado por RO de 24 dejulio de 1868, aunque desde entonces no se volvió a tener noticias del mismo. Un año más tarde, mediante la
Ley de 18 de diciembre de 1869, se cedieron los terrenos de la Ciudadela al Ayuntamiento barcelonés,hecho que permitió dar comienzo a los trabajos necesarios para su demolición definitiva, que se prolongaron
hasta 1871. Con posterioridad, el 19 de marzo de 1872, Josep Fontserè ganó el Concurso abierto por el
Ayuntamiento para construir en los terrenos de la antigua Ciudadela un jardín público de 307.667 m2, que
más tarde se convertiría en el actual Parque de la Ciudadela. Años más tarde, en 1888, tuvo lugar en él laExposición Universal de Barcelona.
Nuevas líneas y trazados ferroviarios en Barcelona (1860-1900)
El período temporal que aquí se analiza representó una larga serie de cambios en la morfología urbana de la
ciudad de Barcelona. En primer lugar, se construyeron tres nuevas estaciones término en diferentes puntos dela ciudad, que ya se hallaba liberada de su cinturón de murallas, que fueron las siguientes: estación del
ferrocarril de Barcelona a Zaragoza (1862); estación del Ferrocarril de Barcelona a Sarrià (1863), y estacióndel Ferrocarril de Barcelona a Vilanova y Valls (1881). En segundo lugar, a partir de 1862, las sucesivasfusiones comerciales de algunas de las compañías que explotaban las líneas de ferrocarril barcelonesas,
determinaron la construcción, ampliación y modificación de los diferentes trazados ferroviarios existentes enBarcelona y permitieron llevar a la práctica algunas de las propuestas que Cerdá había venido elaborando
entre 1855 y 1868 para la integración y desarrollo de la red de ferrocarriles en la ciudad, especialmenteaquellas que hacían referencia a la vía de circunvalación. Cronológicamente, dichas fusiones y adquisiciones
fueron las siguientes:
a) (1 de enero de 1862) Fusión de las compañías de Barcelona a Arenys de Mar y Gerona (antes Mataró) yBarcelona-Granollers y Gerona creándose la nueva Sociedad de los Caminos de Hierro de Barcelona a
Gerona. Posteriormente, tras haber obtenido las concesiones de prolongación hasta Figueres (1863) y lafrontera francesa (1864), esta compañía cambió su denominación por la de Compañía de los Caminos de
Hierro de Barcelona a Francia por Figueras.
b) (10 de diciembre de 1875) Fusión de la compañía de Barcelona a Francia por Figueras con la Compañía
del Ferrocarril de Barcelona a Tarragona, que dio lugar a la creación de una nueva compañía que sedenominó Compañía de los Ferrocarriles de Tarragona a Barcelona y Francia (TBF).
c) (1 de abril de 1878) Adquisición de la Compañía de Barcelona a Zaragoza por la Compañía de los
Caminos de Hierro del Norte de España.
d) (1 de abril de 1887) Absorción por parte de TBF de la Compañía de los Ferrocarriles Directos de
Madrid y Zaragoza a Barcelona, creada el 5 de diciembre de 1881 a partir de la antigua Compañía de losFerrocarriles de Valls a Villanueva y Barcelona, fundada el 28 de abril de 1878.
e) (27 de mayo de 1890) Fecha de la RO por la cual se aprueba la transferencia de los ferrocarriles de
Llerona (Les Franqueses del Vallès) a Sant Joan de les Abadesses y de Sant Martí de Provençals a Lleronaa la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España (NORTE).
f) (27 de enero de 1899) Adquisición de la compañía de TBF por la Compañía de los Ferrocarriles deMadrid a Zaragoza y Alicante (MZA), con efectos retroactivos a 1 de enero de 1898.
La estación de Vilanova de la Compañía de ferrocarril de Barcelona a Zaragoza
La nueva estación de la compañía se construyó finalmente en los terrenos situados en lo que más tarde sería
la calle Vilanova, concretamente en la zona de los Huertos de San Pedro, entre la Ciudadela y el Fuerte Pío.Con la inauguración de la nueva estación y también del nuevo trazado entre Montcada y Barcelona el 21 de
mayo de 1862 quedó sin vigor el contrato de explotación del trayecto entre Montcada y Barcelonaestablecido con la compañía del ferrocarril de Barcelona a Granollers.
Figura Nº 6
Antigua estación de la línea de ferrocarril de Barcelona a Zaragoza (c. 1875)
La estación denominada de Vilanova (por la calle en que se situaba) y posteriormente del Norte (por la
fusión de la Compañía de Barcelona a Zaragoza con la Compañía de Ferrocarriles del Norte de España)prestó servicio hasta el 24 de septiembre de 1972. El nuevo tramo de ferrocarril inaugurado entre la estaciónde Vilanova y la población de Montcada discurría por la calle de Vilanova, hasta adentrarse en territorio de
Sant Martí de Provençals, cortando tangencialmente las calles paralelas al mar de Ali-Bey, Ausiàs Marc,Casp y Gran Vía y las perpendiculares a éstas de Sicília, Sardenya, Lepant, Padilla y Castillejos, hasta llegar
a los terrenos de la Plaza de les Glòries, donde proseguía por la actual Avenida Meridiana hasta la nuevaestación sita en San Andrés de Palomar, denominada Rambla de Sant Andreu, desde donde se dirigía a
Montcada cruzando el río Besós. En el proyecto de dicho trazado intervino Ildefonso Cerdá, planteando lautilización de la futura Avenida Meridiana como vía de paso para el ferrocarril.
La línea de ferrocarril de Barcelona a Sarrià
La Compañía del Ferrocarril de Barcelona a Sarrià se creó en 1858, con el objetivo de construir y explotar
la concesión de una línea de ferrocarril entre ambas poblaciones, que había sido obtenida mediante una Leyde 11 de julio de 1856, por un término de 99 años. Dicha línea tenía 4,72 km de longitud, ancho de vía
español y comunicaba Barcelona con los municipios de Gràcia, Sant Gervasi y Sarrià, que con posterioridadse anexionarían a Barcelona. La estación de inicio de la línea se situó en los terrenos de la futura Plaza deCataluña, muy próxima a la estación del Ferrocarril de Barcelona a Martorell y la inauguración del trayecto
tuvo lugar el 23 de junio de 1863. El 26 de octubre de 1905, la línea cambió el ancho de vía español original,por el internacional (1,435 m).
El ferrocarril discurría en sus inicios por la calle de Balmes, por el interior de una cerca construida a amboslados de las vías hasta llegar al municipio de Gràcia, donde la línea contaba con dos estaciones, dirigiéndose
a través de la Vía Augusta hacia los municipios de Sant Gervasi de Cassoles y Sarrià, donde finalizaba. EnSant Gervasi se ubicaba la cuarta estación de su recorrido y en Sarrià la última estación, las oficinas y lostalleres de la Compañía.
Figura Nº 7
Estación del ferrocarril de Barcelona a Sarrià. (c. 1865)
A la derecha de la imagen puede apreciarse la parte trasera de la estación del ferrocarril de Barcelona a Martorell
El primitivo proyecto del ferrocarril de Sarrià a Barcelona, elaborado por Luís Simón Peray, que fueaprobado por RO de 22 de junio de 1855, contemplaba la construcción del primer tramo de la línea entre
Barcelona y Gràcia, paralelo a la actual Rambla de Catalunya, entre esta calle y el Paseo de Gracia. En 1855Ildefonso Cerdá formuló una severa crítica de dicho proyecto (21) aunque lo incluyó en su Plano topográficodel llano de Barcelona de 1855. Posteriormente, cuando se aprobó el Plan de Reforma Interior y Ensanche
en 1859, el proyecto tuvo que replantearse, pues como ya había anticipado Cerdá en su crítica, el trayectode dicho ferrocarril hasta Gràcia, cortaba por la mitad todas las nuevas manzanas de casas proyectadas en
dicho Plan desde la Plaza de Catalunya hasta la Avenida Diagonal. El nuevo trazado por la futura calle deBalmes, en el que intervino el propio Cerdá, fue aprobado por RO de 3 de junio de 1861.
La línea de ferrocarril de Barcelona a Vilanova y Valls
Mediante una RO de 22 de octubre de 1878 se aprobó la transferencia de la concesión de una nueva línea
de ferrocarril entre Valls y Barcelona, pasando por Vilanova y las costas del Garraf, que había sido otorgadaa Francisco Gumá mediante la Ley de 12 de enero de 1877. Posteriormente, la compañía solicitó y obtuvo
diversas concesiones, entre ellas la de una línea de ferrocarril que, partiendo de Madrid, enlazase con la líneapropia en la estación de Roda de Barà (1880) y las correspondientes a las líneas de Zaragoza a Escatrón yde Escatrón a Gargallo (1881). Mediante estas últimas adquisiciones la compañía podía hacer factible la
construcción de una nueva línea de ferrocarril entre Zaragoza y Caspe por Samper de Calanda, que enlazaríacon las propias, lo que significaba, a la práctica, un nuevo enlace con Madrid por Zaragoza, diferente al que
ya le había sido otorgado mediante la Ley de 2 de abril de 1880.
A raíz de la obtención de dichas concesiones, la compañía cambió su denominación por la de Compañía de
los Ferrocarriles Directos de Madrid y Zaragoza a Barcelona con fecha 5 de diciembre de 1881 (22). Eltramo de la línea entre Barcelona y Vilanova fue inaugurado el 29 de diciembre de 1881 y partía de losterrenos conocidos como las huertas de San Beltrán, muy cercanos a las Atarazanas, donde se ubicaba, de
manera provisional, la estación término de la compañía. El trayecto hacia Vilanova i La Geltrú discurría pordetrás de la montaña de Montjuïc, paralelo a la carretera del Morrot, hasta penetrar en terrenos de la marina
de Sants, prosiguiendo hasta el Macizo del Garraf, el cual atravesaba mediante diferentes túneles, en una delas obras de mayor envergadura que se habían ejecutado hasta entonces en relación con el ferrocarril, hasta
llegar a las poblaciones de Sitges y Vilanova i La Geltrú.
Figura Nº 8 Primitiva estación del ferrocarril de Barcelona a Vilanova y Valls (c.1885)
A finales del año 1886, las dificultades financieras por las que atravesaba la Compañía de los FerrocarrilesDirectos de Madrid y Zaragoza a Barcelona desembocaron en la transferencia de la gestión de los trenes
denominados directos a la Compañía de los Ferrocarriles de Tarragona a Barcelona y Francia (TBF), con locual la estación término sita en las huertas de San Beltrán quedó cerrada al tráfico de viajeros. Conposterioridad, dicha estación se trasladó al Morrot, en terrenos ganados al mar, inaugurándose en 1917 y
convirtiéndose en la gran estación de mercancías del puerto de Barcelona.
La línea de ferrocarril Sant Martí de Provençals-Sant Joan de les Abadesses
Este nuevo trazado ferroviario establecido entre Sant Martí de Provençals y Sant Joan de les Abadesses,constó de tres tramos diferenciados: el primero entre Llerona y Sant Joan de les Abadesses, el segundo entre
Llerona y Granollers y el tercero entre Granollers y Sant Martí de Provençals. El estudio y proyecto inicialesdel tramo comprendido entre Llerona y Sant Joan de les Abadesses, fueron ejecutados por Ildefonso Cerdá.
Mediante esta línea, que se constituyó en uno de los primeros ferrocarriles mineros de España, se pretendíaasegurar el transporte de carbón procedente de las minas de Surroca y Ogassa situadas en el Pirineo
Oriental, muy cerca de la localidad de Ripoll.
Dicha cuenca minera era conocida desde 1761, comenzándose a explotar a partir de 1843 por la sociedadminera denominada El Veterano Cabeza de Hierro (23). Tras una serie de concesiones que se iniciaron en
1847, y que fueron caducando sucesivamente, mediante una RO de 18 de mayo de 1870 se otorgó al Barónde Lossy la concesión del tramo entre Llerona y Sant Joan de les Abadesses. Tras diversos cambios en la
propiedad de la concesión, ésta pasó a ser propiedad de la Sociedad Ferrocarril y Minas de San Juan de lasAbadesas por RO de 1 de diciembre de 1877, algún tiempo después de inaugurarse el recorrido entre
Llerona y Vic (14 de marzo de 1876). Los trenes llegaron a Sant Joan de les Abadesses el 17 de octubre de1880.
El segundo tramo entre Llerona y Granollers consistía en un breve recorrido de enlace entre las poblaciones
de Llerona (Les Franqueses del Vallès) y Granollers, donde se situó una nueva estación (actualmentedenominada Granollers-Canovelles), muy cercana a la correspondiente de la línea Barcelona-Girona. Dicho
tramo se inauguró el 10 de abril de 1883.
Por último, el tramo comprendido entre Granollers y Sant Martí de Provençals, fue adjudicado, mediante RO
de 6 de junio de 1883, a la Sociedad Catalana General de Crédito (SCGC), que era propietaria de diversas
líneas de ferrocarril y tranvías (24). En 1884, la Sociedad Ferrocarril y Minas de San Juan de las Abadesasadquirió a la SCGC la concesión y el nuevo tramo, que enlazaba en Montcada con la línea de Barcelona aZaragoza, entró en funcionamiento el 10 de abril de 1886, permitiendo la comunicación directa entre Sant
Joan de les Abadesses y Barcelona. Posteriormente, una RO fechada el 27 de mayo de 1890, autorizaba latransferencia de la totalidad de la línea a la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España (25).
Los enlaces ferroviarios de Barcelona
A partir de su creación, el 10 de diciembre de 1875, la Compañía de los ferrocarriles de Tarragona a
Barcelona y Francia (TBF) inició los trabajos necesarios para unir todas sus líneas. Sin embargo, conanterioridad ya se había suscitado la necesidad de trasladar la estación término de la línea de Barcelona a
Tarragona recién adquirida. Así, en 1869, el Ministerio de Fomento encargó a la División General deFerrocarriles el estudio de un nuevo emplazamiento para dicha estación, pues su ubicación impedía acometer
las obras de urbanización de la futura Plaza de Cataluña, la Ronda de la Universidad y la Gran Vía de lasCortes Catalanas. Tras varias propuestas que fueron rechazadas, no se consiguió llegar a un acuerdodefinitivo con el Ayuntamiento barcelonés hasta 1870, fecha en que se aprobó trasladar dicha estación a la
zona de las huertas de San Beltrán. Dicho proyecto no se llevó a efecto debido, principalmente, a la posteriorfusión comercial de las compañías de Barcelona a Francia por Figueras y la Compañía del Ferrocarril de
Barcelona a Tarragona en 1875.
Tras consumarse esta fusión comercial, la nueva compañía TBF presentó en 1876 un proyecto de unión de
sus estaciones establecidas en Sants (la de Riera d'en Malla había ido quedando sin servicio paulatinamente)y en el paseo de la Aduana. Dicho proyecto, firmado por el ingeniero Carlos de Angulo, contemplaba launión de estas estaciones a partir de dos trazados diferentes: el primero, a través de las calles de Aragón y
Marina, hasta alcanzar las proximidades de la estación de Paseo de la Aduana; el segundo, a partir de unadesviación de la vía de la línea de Tarragona entre las calles de Llançà y Vilamarí, que se dirigía en curva
hacia la calle de Entença, descendiendo por ésta hasta llegar a la Avenida del Paralelo, y prosiguiendo pordicha avenida hasta llegar al puerto, recorriéndolo paralelamente a la costa hasta la estación del Paseo de la
Aduana. De dichos trazados, se aprobó el primero, mediante RO de 16 de agosto de 1877, dado que elsegundo fue impugnado por la Compañía del Ferrocarril de Barcelona a Vilanova y Valls, ya que dichotrazado interceptaba las obras de la estación terminal de dicha línea que debía construirse en la zona de las
huertas de San Beltrán.
Sin embargo, el Ayuntamiento de Barcelona y diversas entidades comerciales de la capital, al igual que los
vecinos afectados por el nuevo enlace aprobado, se opusieron desde un primer momento al mismo, puesentendían que el paso del ferrocarril a nivel por las calles de Aragón y Marina "constituía un atentado contra
la seguridad de los ciudadanos y perjudicaba el ornato de la urbe (26)". Posteriormente, en febrero de 1878,el Ayuntamiento barcelonés acordó interponer un recurso legal contra la RO, mediante la que se aprobódicho enlace.
Tres años después, como el problema seguía sin resolverse, el Gobierno envió a Barcelona una comisiónpresidida por José Echegaray, con la finalidad de encontrar una solución satisfactoria para todas las partes
implicadas en aquel conflicto. En abril de aquel mismo año (1881), Manuel Girona presentó una proposiciónal Ayuntamiento barcelonés que contemplaba la conversión en subterráneo del tramo de aquel enlace
comprendido entre la calle de Urgell y el Paseo de San Juan. Tras un análisis de las diferentes solucionespresentadas, se acordó, mediante una RO de 17 de diciembre de 1881, introducir diversas variaciones en elmismo:
"modificando la rasante del trazado en la calle Aragón en forma que el ferrocarril circule en zanja durante este
trayecto, cruzando el Paseo de Gracia mediante un túnel que deje a este Paseo su actual anchura. Este enlacetendrá carácter definitivo y el Ayuntamiento de Barcelona procederá a la apertura de la calle de Aragón en la
parte que todavía no lo esté, y pondrá inmediatamente a disposición de la Compañía, la zonacorrespondiente a la instalación del ferrocarril en todas las secciones. El enlace deberá estar abierto en unplazo de tres meses, quedando la Compañía facultada para establecer el paso a nivel de una manera
provisional, si por alguna causa de fuerza mayor no se pudieran continuar las obras de la zanja (27)".
El 30 de agosto de 1882 circuló por la vía de enlace el primer tren de mercancías y el 10 de octubre del
mismo año el primer tren de viajeros. El servicio se inauguró oficialmente el 25 de octubre de 1882. Comoconsecuencia de la entrada en servicio del nuevo trazado, la antigua estación de la Riera d'en Malla fuederribada a principios de 1884.
Con posterioridad, como resultado de la absorción de la línea de Vilanova y Valls en 1887, la TBFemprendió una serie de obras destinadas a unir las diferentes líneas que poseía. Para ello construyó, en
primer lugar, un pequeño tramo ferroviario que enlazó las líneas de la costa e interior en Sant Vicenç deCalders, que fue inaugurado el 24 de abril de 1887 y, en segundo lugar, un nuevo ramal que unió la
población del Prat de Llobregat con la estación de la Bordeta en el municipio de Sants, inaugurado el 15 dejunio de 1887, con la finalidad de desviar los trenes de la línea de Vilanova, pasando por la calle de Aragón,hacia la estación del paseo de la Aduana de TBF.
Figura Nº 9
Detalle de la calle Aragón con la zanja abierta para el paso del ferrocarril (c. 1900)
Dos años después, a finales de 1889, la TBF entabló negociaciones para una posible fusión con la Compañía
de los Caminos de Hierro del Norte de España, que no llegaron a prosperar debido a que la MZA mejoró laoferta de NORTE que era su principal competidora. Primero en París y posteriormente en Madrid, las
compañías TBF y MZA firmaron un convenio de fusión en 1891, que desembocaría en la adquisicióndefinitiva de TBF por MZA el 27 de enero de 1899, con efectos retroactivos a 1 de enero de 1898 (28).
Figura Nº 10 El apeadero de Paseo de Gracia (c. 1930)
Para concluir con este apartado cabe señalar que, en 1902, se inauguró el apeadero de Paseo de Gracia en
su cruce con la calle de Aragón. Por las mismas fechas se completó la construcción de la red interna deferrocarriles del puerto de Barcelona y su conexión con las principales estaciones y la red exterior. En 1912
dicha red, con una longitud total de 9 km, conectaba el puerto con las estaciones de MZA del Morrot,Francia y Pueblo Nuevo, y dispuso, a partir de 1913 de una estación de pasajeros denominada Barcelona-
Puerto (29).
El ferrocarril y la creación de los espacios marginales de la ciudad
De lo que antecede, se ha podido constatar que la evolución de la red ferroviaria de la ciudad de Barcelonasiguió, en gran parte, el diseño de la red de enlaces ferroviarios diseñada por Cerdá cuarenta años antes de
su conclusión. No obstante, en el proyecto de Cerdá para Barcelona la futura ciudad se constituía como untodo funcional y dinámico, que no contemplaba zonas marginales ni trincheras que separaran los diferentes
barrios de la ciudad, conformando verdaderas fronteras que interrumpían la comunicación y la circulación devehículos y personas.
Sin embargo, el desarrollo constructivo del ensanche que fue notablemente influido por la tremenda
especulación que se ejerció sobre el suelo urbano edificable, al igual que la instalación de industrias dediversos tipos y almacenes en los espacios colindantes con las vías del ferrocarril y la consecuente
inadecuación de buena parte de los trazados ferroviarios al sistema de espacio continuo que Cerdá habíadiseñado, conformaron, en la práctica, la creación de grandes espacios urbanos marginales, que se
localizaron en diversos lugares de la ciudad.
Por otra parte, en el período temporal que nos ocupa, la población de Barcelona se había triplicado,pasando de 178.600 habitantes en 1859, a la cifra de 533.000 habitantes en 1900. Como dato comparativo,
el total de la población española experimentó un aumento del 20,31 por ciento, pasando de 15.455.000habitantes en 1857, a 18.594.000 habitantes en 1900. Este incremento poblacional en la capital catalana fue
debido a dos factores de vital importancia en el crecimiento y desarrollo de la ciudad que hoy conocemos. El
primero, la anexión de diversos municipios limítrofes en 1897 tales como Sants, Les Corts de Sarrià, SantGervasi de Cassoles, Gràcia, Sant Andreu de Palomar y Sant Martí de Provençals (30). El segundo, lasucesiva llegada de grandes contingentes migratorios de trabajadores y sus familias, atraídos por la incesante
y progresiva actividad industrial que venía experimentando Barcelona desde mediados del siglo XIX. Buenaparte de dichos contingentes estaba conformada por personas que procedían del mundo rural y no poseían
ningún tipo de especialización laboral, siendo su poder adquisitivo prácticamente inexistente, ya quedependían únicamente del salario que obtenían por su trabajo. Esta situación determinaba, en una época
donde no existía ningún tipo de cobertura social ni laboral que les garantizase la subsistencia, que cuando lascoyunturas económicas adversas afectaban a las empresas, y con ellas al mercado de trabajo, se produjesennefastas fluctuaciones laborales que dejaban en la calle, en el paro y en la miseria consecuente a un gran
número de personas (31).
Por otra parte, la falta de viviendas en las que fijar su residencia, la imposibilidad de adquirir las pocas
disponibles y el alto precio de los alquileres constituían otro grave inconveniente para los recién llegados. Unproblema de difícil solución que propició la creación de un tipo de asentamiento humano precario, constituido
generalmente por agrupaciones de pequeñas viviendas de autoconstrucción, barracas y chabolas en zonasque habían quedado al margen de la urbanización, por hallarse cercanas a los trazados ferroviarios o bien alas zonas industriales aledañas a éstos, en donde no existían las más mínimas condiciones higiénicas de
habitabilidad. En este sentido, Lewis Mumford, en su crítica a la ciudad industrial, nos acerca a la terriblerealidad de aquellos asentamientos marginales, cuando describe el aspecto de los espacios urbanos
generados por el establecimiento del ferrocarril y sus industrias auxiliares:
"Las casas para los obreros, y a menudo también las de la clase media solían edificarse pegadas a una fundición de hierro,un establecimiento de tinturas, una fábrica de gas o un desmonte de ferrocarril. Bastante a menudo se las levantaba sobretierras llenas de cenizas, vidrios rotos y desperdicios, en las que ni siquiera la hierba conseguía arraigar; también solíanestar al borde de un vaciadero o de un enorme amontonamiento permanente de carbón y escoria: noche y día el hedor delos desperdicios, las lóbregas emanaciones de las chimeneas, el ruido de la maquinaria martillando o zumbando,acompañaban la rutina doméstica (32)."
Uno de los primeros espacios urbanos en el que se localizaron este tipo de asentamientos fue el conformadopor los terrenos situados a ambos lados del trazado de la vía férrea de Barcelona a Mataró, entre la estación
término de Barcelona y el río Besòs; unos terrenos que, en el plano de Cerdá para la construcción delensanche de 1859, debían destinarse a la construcción de la gran estación ferroviaria que el ingenierobarcelonés proyectó cerca del puerto. Sin embargo, aquel espacio aglutinó, desde un primer momento, la
instalación de diversas industrias tales como la fábrica de gas del Arenal, o la Herrería Barcelonesa, ampliaday transformada en 1881 en la Sociedad Anónima de Material para Ferrocarriles y Construcciones.
Posteriormente, en 1907, la construcción de la estación de Pueblo Nuevo y de sus instalaciones ferroviariasanexas, determinaron la ocupación prácticamente total de los terrenos comprendidos entre la vía del
ferrocarril y la línea de costa, y con ello el bloqueo de los accesos de la ciudad al mar, desde la Barcelonetahasta el río Besòs.
La sucesiva instalación de las fábricas en la zona se llevó a cabo, preferentemente, en el lado montaña de la
vía férrea de Barcelona a Mataró, quedando entre ésta y la línea de costa, pequeños espacios sin usodeterminado, conformados bien por arenales bien por zonas de terreno situadas a pocos metros sobre el
nivel del mar, en el que terminaban de forma abrupta. En estos espacios fue donde se empezaron a construir,desde 1879 los primeros grupos de barracas que, posteriormente conformarían los barrios del Somorrostro,
Pekín, Bogatell y el Camp de la Bota (33).
Figura Nº 11 Vista aérea del desaparecido poblado del Somorrostro,
enclavado entre la vía férrea de Mataró (detrás de la caldera del gasómetro) y el mar (c. 1960)
En la parte superior izquierda se aprecian las vías que parten de la estación de Francia.
Lo mismo ocurría en otros lugares extremos de la ciudad, especialmente en aquellos en los que el trazado delferrocarril había creado espacios intersticiales donde, por su extensión o su situación no resultaba factible laconstrucción de talleres, almacenes o industrias. Así, en las cercanías de la estación del Morrot, entre la
montaña de Montjuïc y el mar, surgieron diversos poblados de chabolas como Can Tunis o, posteriormente,Jesús y María, entre otros. El conjunto de estos barrios marginales de Barcelona, que también empezaban a
extenderse por algunos sectores de la montaña de Montjuïc agrupaba, en 1922, un total aproximado de4.000 barracas, en las que se hacinaba una población de 20.000 habitantes (34).
Cabe añadir, por último, que la construcción de los trazados ferroviarios y sus instalaciones no sólodeterminó la conformación de grandes discontinuidades espaciales en la periferia de la ciudad. También en elcentro de la capital catalana encontramos algunos ejemplos que ilustran lo que afirmamos, tales como el
espacio delimitado por las calles de Nàpols, Almogàvers, Avenida Meridiana y Carretera de Ribes, en el quese situaban la estación del Norte y todas sus instalaciones anexas. En otros casos, el trazado de las vías
férreas determinó graves rupturas en la continuidad de la circulación viaria y la separación física de barriosenteros. En definitiva, la morfología urbana de la Barcelona de principios del siglo XX estuvo conformada,
además de por lo que ya se ha venido comentando, por una serie de incisiones en su tejido urbano,determinadas por los diversos trazados ferroviarios, que podrían resumirse en las siguientes:
a) La discontinuidad urbanística de la Plaza de les Glòries con el conjunto del ensanche, resultante del cruce
en la misma de las vías férreas de Girona, Tarragona y Vic.
b) La trinchera abierta en el barrio de Poblenou, entre las calles de Zamora y Juan de Austria, para permitir
el paso del ferrocarril desde la estación de Francia hasta la Plaza de les Glòries.
c) La indefinición urbanística de los alrededores de la estaciones de Sants, el Clot, Sant Andreu Arenal ySant Andreu Comtal.
d) Las barreras arquitectónicas establecidas por los trazados ferroviarios a nivel de la calle entre lasestaciones de Sants y Hospitalet de Llobregat, entre la estación del Norte y la de Sant Andreu Arenal y entre
las del Clot y Sant Andreu Comtal.
e) La progresiva ocupación y reserva de espacios urbanos anexos a las vías del ferrocarril, en las zonas de
Can Tunis, la Sagrera (35), la Avenida Meridiana, Sant Andreu y la zonas del Bogatell y Poblenoucolindantes con la línea de costa.
Este sistema de ordenación ferroviaria de la ciudad de Barcelona se prolongó hasta 1954, año en que seinauguró el trazado subterráneo del ferrocarril por la avenida de la Meridiana. Posteriormente, en el período
temporal comprendido entre 1970 y 1990 (36), diversas actuaciones urbanísticas de gran envergadura hanvenido propiciando la recuperación para la ciudad de buena parte de los espacios que se han descrito en este
trabajo. Sin embargo, en la actualidad, todavía quedan pendientes de resolución algunos de los problemasurbanísticos generados por los trazados ferroviarios construidos durante el siglo XIX.
Quizá la inminente llegada del ferrocarril de alta velocidad a Barcelona y la reforma de los accesos
ferroviarios contribuyan a solucionar, paradójicamente, algunos de los problemas urbanísticos que esa mismallegada del ferrocarril a la ciudad propició, y que se han mantenido a lo largo de 157 años de existencia en la
capital catalana de un medio de transporte que, durante largo tiempo, ha sido ampliamente denostado y que,hoy por hoy, resulta absolutamente imprescindible.
Notas
(*) Este artículo forma parte de otro trabajo inédito de mi autoría, que lleva por título provisional: El ferrocarril en la ciudadde Barcelona. Pasado, presente y futuro de un sistema de transporte.
(1) Hemos tratado este tema, mediante la elaboración de un modelo de análisis territorial en Alcaide González, R. (2002, p. 9-29)
(2) Véase Mumford, L. (1979, p. 597-692) y Aguilar, I. (1988, Vol. I, p. 145-152)
(3) Véase Alcaide González, R. (1999b)
(4) Grau, R. y López, M. (1988. p. 64)
(5) HISTORIA de Barcelona. (1995, p. 111)
(6) Ibídem.
(7) A partir de la prohibición, desde 1846, del establecimiento de nuevas fábricas en el recinto intramuros de Barcelona, SantMartí de Provençals se convirtió en la población donde se instalaron más fábricas de vapor.
(8) Monlau, P. F. (1841)
(9) Monlau, P. F. (1841, p. 11-13). Con respecto a la figura de Pere Felip Monlau, véase Alcaide González, R. (1999b)
(10) Para una mayor información referente al proceso de derribo de las murallas, véase VV.AA. (2004)
(11) Véase Balaguer, V. (1857a).
(12) Respecto a los terrenos citados véase Sanpere y Miquel, (1911, p. 155-190)
(13) La zona de servidumbre militar, en la que no se podía edificar, conformaba un área batida por un tiro de cañón, de formasimilar a la mitad de una corona circular, que se extendía desde las murallas de Barcelona hacia el exterior, con una anchurade 1.500 varas (1.253 m).
(14) Véase Balaguer, V. (1857b)
(15) Diario de Barcelona, (1854) Respecto a la fecha de inauguración de esta línea los diversos autores que hemosconsultado proporcionan datos diferentes. En las Memorias de la Compañía de los Caminos de Hierro del Centro deCataluña, queda reflejado que los días de explotación del año 1854 son 51, con lo cual, se confirma la fecha recogida por elperiódico barcelonés. La fecha de 30 de septiembre de 1855, que aparece erróneamente en Balaguer, V. (1857c), como deinauguración del ferrocarril, corresponde realmente a la inauguración del tramo de doble vía, el único que por aquelentonces existía en Cataluña, entre Barcelona y Molins de Rei.
(16) Palou Sarroca, M. (1981, p. 23)
(17) Respecto a la urbanización de la zona de las huertas de San Beltrán y la instalación en 1883 de una central térmica en lacalle de Mata, por la Sociedad Española de Electricidad, véase el trabajo de Tatjer, M. (1994).
(18) Véase al respecto Armesto, A., Martí, C. y Pastor, J. R. (1992, p. 47-68)
(19) Su nombre completo es el siguiente: Teoría del enlace del movimiento de las vías marítimas y terrestres conaplicación al puerto de Barcelona y Anteproyecto de un sistema de docks, talleres y bazares para el servicio de laciudad actual y de su ensanche.
(20) Magrinyà, F. (1994, p. 225-254) De este Anteproyecto no se ha encontrado el documento original. Sin embargo, seconoce su existencia y sus contenidos, primero, a través de distintos informes que elaboraron acerca del mismo diversasentidades y corporaciones tales como la Junta Consultiva de Caminos, Canales y Puertos entre 1863 y 1868 y, segundo, porun conjunto de mapas y planos pertenecientes a la documentación gráfica del Legado Cerdá que, como propone FrancescMagrinyà en su trabajo, pueden formar parte de dicho Anteproyecto, especialmente el plano 8D (1863) que consiste en unareelaboración del Plan del Ensanche de 1859.
(21) Cerdá, I. (1855) Reflexiones acerca del decretado Ensanche de Barcelona y del proyectado Ferrocarril de Sarriá.Barcelona: Imprenta de Narciso Ramírez, 1855.
(22) Palou Sarroca (1981, p. 31-33). Véase también Ubach i Soler, T. M. (1984, p. 126-135).
(23) Ribas, P. y Muro, F. (1984, p. 255-267)
(24) La Sociedad Catalana General de Crédito había obtenido, entre otras, las concesiones de los dos primeros tranvías detracción animal de la ciudad de Valencia en 1875. Véase al respecto Alcaide González, R. (1998) y Alcaide González, R.(2000).
(25) Marquina, J. (1940, Tomo I, p. 606-607 y 619)
(26) Wais Sanmartín, F. (1974, p. 221 y ss.) Véase también López García, M. (1986, p. 203-214).
(27) Palou Sarroca (1981, p. 30)
(28) Para una mayor información respecto a la fusión de TBF con MZA, véase MZA (1932, p. 35- 56) y Palou Sarroca (1981,p. 35-38)
(29) Alemany, J. (2002, p. 172-173)
(30) Para un detallado y amplio estudio del desarrollo de los procesos de anexión de los municipios cercanos a Barcelona,véase Nadal, F. (1985)
(31) Hemos tratado este tema en relación con la mendicidad y la prostitución en Alcaide González, R. (2001)
(32) Mumford, L. (1979, p. 614)
(33) Véase al respecto, el excelente trabajo acerca de la historia de la formación de los diferentes barrios de barracas deBarcelona y de las luchas vecinales derivadas de su desmantelamiento y del traslado de sus habitantes a otros barrios de laciudad, elaborado por Fabré, J. y Huertas Clavería, J. M. (1980)
(34) Capel, H. (1975, p. 49-50)
(35) Uno de los espacios ferroviarios de Barcelona de mayor extensión (200.000 m2 y 17,5 km de vías) lo constituye en laactualidad la estación de mercancías de La Sagrera, cuyas obras de construcción se llevaron a cabo entre 1918 y 1922. Apartir de 1947, en los espacios marginales creados por dicho enclave ferroviario, surgió el poblado de barracas denominadoLa Perona, con motivo de la llegada, en ese mismo año, de Eva Perón a España. Actualmente esta proyectado en dichosterrenos la construcción de la nueva estación de ferrocarril de la Sagrera.
(36) Los trenes dejaron de circular en superficie por el tramo comprendido entre la Plaza de les Glòries y el Clot desde el 20de diciembre de 1972, mientras que la zona ferroviaria que abarcaba los terrenos comprendidos entre la Barceloneta y el río
Besòs, fue desmantelada a partir del 31 de mayo de 1989, cuando se realizó el último viaje por la línea ferroviaria de la costa
en la que se enclavaba la estación de Poblenou.
Procedencia de las fotografías
Figura nº 1. Institut Municipal d'Història. (Barcelona) Figura nº 2. Institut Municipal d'Història. (Barcelona) Fotografo: Serra.
Figura nº 3. Autor: Fernández Collado Figura nº 6. Institut Municipal d'Història. (Barcelona) Figura nº 7. Arxiu Històric de Sarrià. (Barcelona) Figura nº 8. Museo Victor Balaguer. (Vilanova i la Geltrú). Fotografo: Rafael Areñas. Figura nº 9. Archivo particular del autor. Fotografo: Fernando Rus.
Figura nº 10. Archivo particular del autor. Fotografo: Zerkowitz. Figura nº 11. Archivo particular del autor. Fotógrafo: Sirera Jené.
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© Copyright Rafael Alcaide González, 2005 © Copyright Scripta Nova, 2005
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