En una entrevista de televi-
sión, le pidieron al mago ar-
gentino René Lavand que
hablara de las técnicas, los
efectos y de la manera cómo
él concebía sus presentacio-
nes y cómo llegaba a montar
un espectáculo.
―De las técnicas –respondió el
maestro- surgen los efectos; de los efectos, surgen las
composiciones, y cuando la composición está real-
mente pulida, es decir, cuando se le ha sacado todo lo
que sobra, como decía Miguel Ángel, entonces se
junta con otra y con otra en equilibrio armónico, y lo-
gramos un show completo‖.
La entrevista, hecha por un reportero cuyo nombre no
recuerdo ahora, no es precisamente una pieza digna
de imitar, con su horrendo contraluz y su mortal quie-
tud. Y como si fuera poco, el maestro no muestra ni
medio truco durante el diálogo, elemental muestra de
respeto con la audiencia para ponerla en sintonía con
la magia. De manera, pues, que no es una obra pe-
riodística para tener en cuenta, al menos en la forma.
Otra cosita antes de seguir con esta reflexión: al ma-
estro Lavand le hace falta la mano derecha, y esas
técnicas a las que se refiere, son prácticamente de su
autoría, pues las recetas de magia están concebidas
para magos de dos manos.
De manera, pues que a Lavand le tocó ser autodidac-
ta, y por una razón asociada, quizás, a su propio arte,
los dedos de su única mano permanecen juveniles en
la sutileza a pesar de que es un octogenario. Es, en re-
sumen, un sujeto que ha logrado romper los esque-
mas llevando sus propias dificultades hasta el límite
de lo imposible.
Por esas razones y otras más, Lavand ha ido en con-
travía de algo sagrado en la manipulación mágica: la
velocidad en los movimientos. Muestra de ello es una
de sus composiciones más deslumbrantes, la que él
llama ‗No se puede hacer más lento‖, y en la que nos
muestra cómo a pesar de que intercala una y otra vez
seis cartas (tres rojas y tres negras), éstas se empeci-
nan en aparecer ordenadas por colores cuando las
voltea.
Y ni hablar de otro truco suyo en el que despinta cua-
tro cartas y las vuelve a pintar mientras va contando
una historia fantástica, con una voz pausada en la que
resalta los misterios de las cartas y el papel de las
mismas en otros magos como él. Esas palabras, dice
él, hacen parte de la composición.
Me fascina el arte de Lavand, lo confieso, pero no
sólo por el nivel de suspensión de la incredulidad que
producen sus trucos, sino porque bien escuchada, la
entrevista de marras con el maestro podría pasar, per-
fectamente, como una clase de periodismo creativo,
una enseñanza concisa y contundente acerca de esa
expresión periodística que llamamos crónica.
Se empieza, como él dice, con el dominio de las
técnicas. En nuestro caso, esas técnicas están relacio-
nada con el uso del lenguaje, el orden de las palabras,
las oraciones y los párrafos; conectado, todo eso, con
el empleo adecuado y preciso de los recursos expresi-
vos prestados por la literatura.
Artificios como la tensión, el manejo de los tiempos,
el narrador, la escenificación y varios otros más nos
dejan en presencia del efecto; y todo eso, ubicado en
orden, presentado con un balance armónico de ele-
mentos, nos conduce a la composición artística plena,
a la crónica, pues.
Si el lector se siente como si estuviera viendo una
película, como si fuera parte de una trama, y o se pro-
duce en él la ilusión de que ha sido testigo de lo que
el cronista le está contando, entonces queda planteada
la magia.
―Una cosa es llegar a la magia por intermedio de un
bazar, comprar un truco y hacerlo; y otra cosa es lle-
gar al arte de ilusionismo, como yo le llamo, con ex-
periencia, con categoría, y con mucha filosofía. Es
entonces cuando se establecer una comunicación
artística y humana; se establece, a partir de esa comu-
nicación, la magia‖.
Si lo leen bien, mis queridos amigos y amigas, el an-
terior párrafo no se refiere a las condiciones básicas
para ser un buen mago, sino a las condiciones míni-
mas para ser un buen cronista.
El cronista de la mano izquierda Por Javier Franco Altamar
El Mural Órgano informativo de publicación quincenal Agosto de 2010 Año 1, No. 8
―La diferencia entre literatura y pe-
riodismo es que el periodismo es ile-
gible y la literatura no es leída‖
Òscar Wilde, Escritor Irlandés.
Juan Gossain, el destacado pe-
riodista de San Bernardo del
Viento, le pidió una entrevista al
escritor Gabriel García
Márquez, para que diera cuenta
de su próxima novela. La cita
sería, según se acordó, en La
Habana, en una de las casas de
protocolo que el régimen de Fidel Castro tiene dis-
puestas para visitantes ilustres.
Por decisión del entrevistado, se sentaron en la terraza
de la vivienda, de frente a un lago interior en el que
flotaba una decena de patos.
Gossaín encendió la grabadora y García Márquez em-
pezó a hablar. Probablemente inspirado en el paisaje,
remontó sus nostalgias y recordó los días en que, sen-
tado en una mecedora, veía pasar al mundo sin que el
mundo de detuviera en él, en algún lugar de la Costa.
En Cartagena, mientras escribía El amor en los tiem-
pos del cólera, experimentó una sensación parecida.
Por las tardes, como esa tarde, se iba hasta la Plaza de
los Coches, que era una especie de ombligo de la ciu-
dad, y se quedaba a reparar, durante largas horas, la
apariencia y los gestos de las personas. A su lado, car-
tageneros de rancia estirpe, le respondían preguntas o
le contaban anécdotas sobre vivencias cotidianas, que
poco a poco fueron tejiendo la trama de la novela,
considerada la más bella de todas sus obras.
Allí, en medio de la palabrería y los movimientos de
cámara de sus ojos, se le antojó la escena en la que
Fermina Daza camina por entre los frascos de bolas de
tamarindo, cocadas y arropillas, absorta como una gar-
za, y se topa con Florentino Ariza, su eterno enamora-
do. Se trata del encuentro clave de la novela, pues por
una razón misteriosa que las siguientes páginas del li-
bro no resuelven, justamente en ese momento se acaba
el encantamiento de la Diosa coronada, que decide ca-
sarse con el médico Urbina mientras Florentino se su-
me en su anciana espera.
Al día siguiente , García Márquez se levantaba tem-
prano, se acicalaba como si fuera a trabajar y escribía
la secuencia. Hasta las cuatro o cinco de la tarde,
cuando, otra vez, iría a la Plaza de los coches a buscar
nuevos tornasoles para la historia de los dos enamora-
dos, que según él mismo ha admiti-
do, es la historia misma de los amores difíciles de sus
padres. ―Escribí esa novela al pie de la vaca‖, dijo.
Pero, aguarda un momento, interrumpió García
Márquez, mirando fijamente a Juan, de vuelta a la ca-
sa de protocolo. ―Esta es una entrevista y no he escu-
chado la primera pregunta‖
El escritor llevaba alrededor de una hora de reminis-
cencias. La hora en la que estaban, había dicho, era la
mejor en el Caribe. Porque el sol tiñe el cielo de un
color anaranjado que ningún pintor ha sido capaz de
captar en su paleta. Quien quiera verlo, insistía, tiene
que estar justamente, a esa hora, al pie de la playa o en
la punta de un malecón o vivir en una casa de Aracata-
ca o Barranquilla: a esa hora, hay una gran algarabía
porque comienza un nuevo día en el Caribe: los mu-
chachos se pelean el baño, las muchachas se atavían
para salir, los vecinos hacen ronda para encontrarse
con la matrona que no ven desde la tarde anterior, la
servidumbre recoge a las gallinas, los padres planean
la vida.
Pero había que parar. Aquello, al fin y al cabo, era
una entrevista. Entonces se quedó mirando a Gossaín,
como esperando la pregunta, pero sólo obtuvo un
ademán invitador: ―Siga usted, le dijo el periodista,
bobo yo si interrumpo a un nobel‖.
García Márquez habló por dos horas más. Y lo hizo
sin interrupciones. Gossaín transmitió la charla en una
emisión especial de RCN, la cadena radial que dirigió
durante 35 años, y la organización Premio de Periodis-
mo Simón Bolívar la escogió como la mejor entrevista
del año. La entrevista en la que nunca fue formulada
una sola pregunta.
Lección 5: La actitud más importante de una entrevis-
ta no es saber preguntar sino saber escuchar. El perio-
dista debe ir preparado a ese encuentro, tras haber leí-
do e investigado sobre el personaje. Es más: la suge-
rencia es que siempre lleve un plan racional de pre-
guntas, intuyendo lo que necesita saber la ciudadanía
que representa, de su entrevistado. Pero una vez en la
cita debe estar abierto al hallazgo, con humildad de
buscador, y olvidarse, al menos por ese momento, de
las pedanterías de oficio. Pues hay ocasiones en que
cometemos la bobería de interrumpir una buena histo-
ria por la necesidad vanidosa de formular la siguiente
pregunta.
Lección 5: Olvídese de la siguiente pregunta
Por Alberto Martínez
Estimado profesor Alberto, usted
en calidad de docto sobre el pe-
riodismo por su formación y ex-
perticia en el tema y que tanto
ha insistido en la importancia de
éste en la labor de los comunica-
dores que se forman en los cam-
pus, le propongo un diálogo so-
bre el papel de los periódicos y
del periodismo. Y me refiero al
papel físico y simbólico. Co-
mienzo preguntándole, qué de-
bemos entender hoy por periodismo?
Porque el panorama de este diálogo que le propongo es
el siguiente. Contamos con fundaciones, organizaciones
y proyectos para re-significar, re-habilitar, re-cuperar el
periodismo pero ¿Qué significaría hacerlo si el periodis-
mo se está desvaneciendo en el todo de la virtualidad?
Hace poco menos de un mes se publicó el cierre de la
edición impresa de uno de los periódicos más reconoci-
dos en Latinoamérica, el Jornal do Brasil (JB). Un dia-
rio que estuvo en circulación 119 años y que al parecer
pasó a ―mejor vida‖ en su nueva edición online por una
pésima situación económica que se traducía a unos
U$50 millones de dólares en deudas, con una venta de
60.000 ejemplares diarios.
Se dice que el JB fue cuna de los grandes del periodismo
brasilero como Ricardo Setti, Célia Chaim, Zuenir Ven-
tura, Elio Gáspari, entre otros. Un diario próspero du-
rante la década de los noventa cuando uno de sus ex -
periodistas fuera electo presidente. Al parecer las refe-
rencias datan de figuras o estrellas del periodismo carac-
terizadas por la creatividad y ni qué decir de la ilimitada
inversión en una buena crónica. Era el Olimpo de los
grandes del periodismo. Pero como no hay muerto ma-
lo.
Lo curioso en todo esto es que entre los argumentos del
cierre figura una encuesta en la que los lectores aproba-
ron el cierre y el dueño del JB puntualizó en que se tra-
taba de ―una decisión ecológicamente correcta‖ soste-
niendo que eso garantizaría vehiculizar el medio, pues
del tiraje de 100 mil ejemplares se desperdiciaban
40.000. Expresó además, que el diario “siempre dio
pérdidas‖ entonces ¿Cómo vive un medio tantos años?,
¿Acaso como los ancianos que viven más de 10 y se ali-
mentan de frutas o como los tibetanos que durante largos
periodos no consumen alimentos y así se purifican? ¿Es
puro es periodismo? O es puro periodismo?
Más curioso aún es que pese al cierre de diarios impor-
tantes como este, fundaciones, organizaciones y asocia-
ciones consideren que la tendencia de la circulación de
diarios, en este caso los brasileros, aumenta. Las es-
tadísticas muestran que en el primer cuatrimestre del año
hubo un crecimiento de 1,5% en la demanda de medios
impresos. En Brasil, la venta total de diarios está en el
orden de los 8,5 millones de unidades.
Basta de historia, si estos periódicos desaparecen y no
desaparecen eso quiere decir que necesitamos nuevos
periodistas y ahí viene otra pregunta, que haya nuevos
periodistas no quiere decir que haya nuevos lectores pe-
ro ¿Por qué deviene una falta de crítica en la prensa lati-
noamericana?. ¿Cómo están leyendo los periodistas a
sus lectores?, más puntual aún, ¿Los leen, quiénes lo
hacen, cómo lo hacen? Parece un lead autoreflexivo que
un periodista se pregunte a sí mismo el qué, quién,
cómo, cuándo, dónde.
Si uno revisa y abstrae del funcionalismo eso de super-
visión del entorno, correlación, entretenimiento y difu-
sión de la cultura de seguro hemos cumplido todas estas
formas excepto segunda. El periodismo interpretativo
está en otra lógica hoy. La dinámica de la noticia no es
la noticia, es decir la noticia no es el objeto, no es el ofi-
cio, no hay noticia. Sobre todo online. Dice Chomsky
que los periodistas son los historiadores, los que escri-
ben la historia pero ¿Qué historia escriben los periódicos
y sus periodistas, por ejemplo los locales?
Profesor Alberto, ¿me permite decir que el periodismo
es otra cosa y los periodistas también? Que los medios
en general ya son otra cosa y que es necesario elevar el
nivel del periodismo (aunque la regla sea NO CENSU-
RA). Digo todo esto porque arranca el semestre y algu-
nos estudiantes están entusiasmados con el periodismo
pero muchos otros no creen en él porque este campo de
trabajo no convence como profesión ¿Qué le queda al
periodista que quiere rescatar un oficio valioso? Se
habla de la necesidad de nuevos periodistas, quizá por
eso las nuevas instituciones pero, ¿Qué exigiría un nue-
vo periodismo cuando la noticia ya no es el foco de
atención?
!Los culpables!!!
Según informes de alta inteligencia, los presuntos
escritores organizaban una cuadrilla de periodistas
sin censura, la cual cuenta con su centro de opera-
ciones en el Departamento de Comunicación de
Uninorte, y que, al parecer, ha extendido su in-
fluencia más allá del territorio Barranquillero.
De acuerdo con la versión del oficial de turno, du-
rante la identificación, los autores intelectuales de
El Mural reclamaron su inocencia, con el argumen-
to absurdo de que en un Estado de derecho todo
ciudadano es inocente hasta que se demuestre lo
contrario. Al parecer, en la clandestinidad se resist-
ían a aceptar que Colombia dejara de ser un Estado
de Derecho y se convirtiera en un próspero Estado
de Opinión.
Según pudo establecer este medio, a los capturados
se les imputan cargos de Evasión a la Auto Censu-
ra, promoción de la libertad de expresión, con agra-
vante de pretensión literaria y cuestionamiento a fi-
guras de autoridad. Según manifiestan los abogados
defensores, ―estamos ante una causa perdida‖
―!Yo sólo quería decir lo que pienso...esto me pare-
ce el colmo, ala. Es un atropello!!‖, gritaba Aguilar,
conocido bajo el Alias de Ligeramente perverso,
mientras las cámaras de medios de comunicación
registraban el momento de su captura.
Para Martínez, es un hecho infame, que va en con-
tra de la libertad de expresión. Al cierre de esta edi-
ción, reconocidas firmas de abogados estudiaban el
concepto mencionado por Martínez y no han podi-
do llegar a una interpretación concluyente que de
cuenta de qué fue lo que quiso decir.
Por su parte, el Oso, como se le conoce a Ángel, se
atrevió a cuestionar al camarógrafo de un reconoci-
do noticiero de canal privado, respecto al uso que
éste le daba a su cámara. ―Así no vas a lograr la in-
tensidad del momento, hermano‖, gritaba infructuo-
so.
La más agresiva del grupo resultó ser Kell
―Agonía‖ Pozo, quien se paró en medio del estrado
y comenzó a citar conceptos de democracia de
Habermas, Foucault, Arendt y Mouffe. En estos
momentos, las autoridades se encuentran buscando
a estos individuos, a quienes el oficial señala como
los verdaderos autores intelectuales. Al cierre de es-
ta edición no se había dado con su paradero, pese a
que testigos declararon haberlos visto, campantes,
en los salones de clase.
El hecho se registró en horas de la mañana el pasa-
do viernes 6 de agosto y sacudió al estudiantado
que salió a los pasillos a gritar: ¿Qué paso?
Por otra parte, la noticia ha resultado satisfactoria
para varias instancias de la sociedad civil, como la
Centro de Pensamiento Social, Caritativo y de Alta
Costura Claudia Gurisatti, quienes manifestaron su
beneplácito ante la captura de tan terribles persona-
jes que atentan contra la verdad y la opinión de los
millones de Colombianos que piensan libremente.
Al ser preguntado por su heroica actuación en la
operación, que concluyó con la identificación e im-
putación de cargos a tan temidos personajes, el ofi-
cial que llevó a cabo la operación respondió con
humildad: ―Qué quiere que le diga...acá defendien-
do la democracia, maestro‖
!Última Hora!!! Identificados autores intelectuales de El Mural. (De izquierda a derecha: Alejandro “el Oso” Ángel, Daniel “ligeramente perverso” Aguilar, Kell “Agonía” Pozo y Alberto “Obama” Martínez).
Banderilla
Daniel Aguilar A.…...Editor
Alberto Martínez M..Censor
Kell Pozo………….Ideóloga
Alejandro Ángel…….Apoyo
Andrés Arias P…….Hacker
En este número colaboraron
Javier Franco A.
Daniel Cueto
Andrés F. González
Liliana Acevedo
Nicolás Sastoque (Fotografía)
Johana Barros
Charlie Cordero
Eduar Barbosa
Raúl y sus ficciones
Daniel Aguilar R.
Alberto Martínez M.
Kell Pozo.
Alejandro Ángel.
ECOLOGÍA DEL PERIODISMO:
Preguntas naturales a Alberto Martínez
Por Kell Pozo
El Mural Twitterizate!
Por: Daniel Cueto*
Señor lector, no está cansado de que a su cuenta en
Facebook lo agreguen personas que nunca antes en
su vida había visto, personajes que en común con
usted no tienen ni la nacionalidad, así como también
no está aburrido de que a su cuenta de correo
electrónico lleguen a diario más de diez actualiza-
ciones que ni siquiera usted realizó, a pesar de haber
acordado con Facebook no recibir ninguna clase de
aviso a su cuenta, aún recibe solicitudes de sus tías
a hacer parte de sus vecinos en granjas, pastelerías,
e incluso la más selecta invitación a conocer las mil y una formas para
salvarse del fin de los tiempos en el 2012?
Si es así, entonces lo invito a twitterizarse. Twitter es otra de las muchas
herramientas de la llamada web 2.0 que desde hace mucho tiempo em-
pezó a regir nuestra vida, con las creación de las redes sociales -espacios
creados por sus usuarios, personas de todas la edades, los cuales constru-
yen y edifican la misma información de la que están hechas- hemos llega-
do a conocer lo que le sucede a nuestros amigos, familiares, conocidos y
no tan conocidos, en tiempo real, sin embargo, con el paso del tiempo la
información necesita ser procesada en menor tiempo y si es posible, en
menor tamaño. Desde Twitter.com y muchas otras plataformas creadas
para ‗twittear‘, la intención es informar, de manera directa, precisa y rápi-
da, con una única regla, sólo deben ser 140 caracteres.
En términos mucho más sencillos twitter nos da la capacidad de publicar
en una plataforma llamada Time Line, todos los estados, información que
queramos compartir, noticias y con la ayuda de otras herramientas, fotos,
videos e incluso hacer videoconferencias de manera gratuita, sin bajar
ningún programa y con la misma cuenta de twitter, de manera que poda-
mos ser útil en la construcción de lo que está aconteciendo en el mundo.
Y como toda red social, tenemos ‗amigos‘ o seguidores, los cuales de ma-
nera sencilla podremos decidir si queremos ver sus estados, o si ellos
podrán ver los nuestros.
En los más recientes desastres naturales, como el terremoto de Haití, o el
de Chile, Twitter fue el medio más funcional para la comunicación de per-
sonas desaparecidas, familias que estaban sanas y salvas, para conocer el
número de heridos y fallecidos, e incluso para la alerta de posibles tsuna-
mis en diferentes partes del mundo. En Colombia los medios han sabido
sacarle provecho a la situación, y han desarrollado una plataforma de in-
formación muy efectiva, por ejemplo, tan sólo siguiendo a
@eltiempocom, sin la necesidad de abrir digitalmente la página de El
Tiempo, nos informamos en tiempo real de lo que sucede, con actualiza-
ciones, es decir tweets, aproximadamente cada 20 minutos, sabemos de
antemano información que no ocupa más de 140 caracteres, y qué con la
ayuda de los hipervínculos podemos dirigirnos a paginas que contengan
mucha más información específica. Ahora bien señor lector, imagínese no
sólo contar con @eltiempocom, sino con @semanadigital, o medios más
imparciales como La Silla Vacía, estaremos informados de manera inme-
diata, en un solo momento, sin la necesidad de tener más de 3 páginas
abiertas, teniéndolas que actualizar en todo momento.
Para nadie es un secreto el papel que desempeñó twitter en las pasadas
elecciones, como medio para atraer votantes, y para perderlos también,
sirvió como medio para comunicar las propuestas, e incluso, fue más
efectivo que Facebook para mostrar todo lo que acontecía en las urnas:
fue veedor digital de la democracia en nuestro país. El segundo caso más
significativo en el país fue la revolucionaria ola verde, con la cual un can-
didato independiente, sin ninguna maquinaria obtuvo el segundo puesto
en votación de nuestro país, Twitter funcionó como medio masivo para
transmitir el mensaje en los jóvenes e incluso no tan jóvenes.
En el ámbito del entretenimiento Twitter también cuenta con una ventaja,
y es que no se ha conocido aún a ninguna celebridad que haya afirmado
que alguien más sea la que maneja su cuenta en twitter, como sucede con
Facebook, por lo que sabremos de inmediato si seguimos a alguno de
nuestros artistas favoritos, que serán ellos mismos los que nos mantendrán
informados. Para evitar el plagio, o la suplantación de muchos perfiles
que no son los verdaderos, Twitter cuenta con la herramienta Verified Ac-
count, o cuentas verificadas.
Twitter se puede transformar en muy poco tiempo en la red social más
grande del mundo, la cual nos va a acercar más rápido y de manera más
corta a todo lo que necesitamos, ya sea saber dónde tembló, o para infor-
marles a nuestros seguidores los planes del fin de semana. Entonces, ya
sabe señor lector, Twitterizece, y sígame en @danielbq_182.
*Estudiante de Relaciones Internacionales VI Semestre
Social media para Dummies, a lo twitte-riano Por Andrés Felipe González
Excusas como la idiosincrasia de nues-
tra cultura, apetito por fotos de el/la no-
vi@ (o lo que se derive), la mediocre
comodidad de procrastinar nuestra pro-
ductividad o simple aburrimiento, ya
NO tendrán cabida en el uso de las re-
des sociales o los social media que sin
darnos cuenta, pueden resultar una mi-
na, no tanto de oro, ni de conocimiento,
pero verdaderamente resultará útil al final de todo.
¿Enserio?
Si, de ahora en adelante una pajarita azul será nuestra mamá
social. Twitter.com es un café(o porqué no un bar), donde
gratweetamente vemos alzar el vuelo de muchas ideas, in-
formaciones, hechos, noticias u opiniones en tan solo 140
caracteres.
¿Y QUIÉN HACE ESO?
Tu, yo, profesores, especialistas, artistas, políticos, el primo,
la tía, la mamá, todo el mundo, si falta alguno no hay afán,
en nuestras aulas de Uninorte se está empezando a impartir
en la pedagogía, el uso de twitter como herramienta de co-
municación entre el profesor y el estudiante. Les doy el
ejemplo concreto de la profesora Jessany Herrera en el pro-
grama de Comunicación Social y Periodismo y el Dr. Carlos
Vinicio en el programa de Medicina entre otros. No es men-
tira, en twitter encontramos de todo y a todos.
Ella es twitter.
¿Y EL PAPÁ? ¿ES FACEBOOK?
No. Para bien o mal de muchos dejamos a un lado la colosal
red general y buscaremos nuestra propia ―identidad social‖,
para eso hay un papá que sin ser nuestro Junior, también nos
brindará felicidades. Éste es Google Reader ¿AHHH?
Google Reader es una herramienta gratuita, alguien que nos
organiza de manera personalizada todos los blogs que de-
seemos seguir, feeds de medios de comunicación masivos
(El espectador, semana, etc.) y/o empresas que de la misma
forma lo utilicen para actualizar sus informaciones.
¿QUÉ ES ESO?
Los blogs son páginas web gratuitas (lo que no nos gusta)
que tienen un modelo en particular de las páginas web co-
munes y corrientes (bueno estas también son comunes y co-
rrientes pero son diferentes). Éstas se componen de
―entradas‖ donde el especialista, profesor, amigo, mama, tía,
bla bla bla, publican sus productos personales o empresaria-
les ya sean escritos o audiovisuales. Llamaremos a este últi-
mo vlog, donde se publica únicamente material de video, re-
sulta también interesante y está teniendo mucha acogida.
Yo quiero crear mi propio blog o vlog! Fácil, solo tecleamos
en la barra de siempre blogger.com o wordpress.com y se-
guimos los pasos.
Refiriéndonos ahora a los Feeds. Serán la fuente donde suc-
cionaremos todas las entradas o publicaciones de los blogs,
medios de comunicación o empresas que lo usen y colocare-
mos en nuestro Google Reader. Para identificarlos
―echamos un ojo‖ a este icono que siempre será de color na-
ranja en la página o blog que nos guste.
Bueno, ajá y facebook?…ya todos sabemos cómo perder
tiempo en facebook.
Twitter es, hoy por hoy, una de las más importantes redes sociales en el mundo, la cual ha jugado un papel determinante en el seguimiento de
eventos cuyo cubrimiento noticioso se ve restringido por gobiernos, o por las características mismas los sucesos. A través de Twitter, los usua-
rios encuentran, un medio perfecto para la emisión constante de información.
¿To tweet or not to tweet...he ahí el dilema?
Desde hace algún tiempo vengo realizando vi-
deos sobre mi cotidianidad y lo que sucede a
mí alrededor, creo que termine metido en esa
extraña costumbre por el afán que uno tiene
de contar historias y de tener un cámara case-
ra o algún dispositivo portátil que capture vi-
deo; siempre he sentido una atracción por la
manera en que las nuevas tecnologías han
ayudado a difundir el contenido elaborado en
distintas partes del mundo, y como estas han facilitado la produc-
ción de nuevas obras que en su mayoría son compartidas bajo licen-
cia de Creative Common (para mayor información recomiendo goo-
glear dicho termino), finalmente el internet es la nueva ventana para
mostrar lo que hacemos.
Después de estar leyendo sobre la web e ir subiendo videos a las re-
des sociales como el popular YouTube y otras no muy conocidas co-
mo Vimeo, Daylimotion, Blip entre otros; termine siendo un video-
blogger (ver el siguiente enlace http://bit.ly/aD9q64); pero ¿qué es
ser esa cosa tan extraña? Muchas veces las personas lo resumen a
realizar videítos para YouTube para que mis amigos lo vean y si ten-
go suerte algún europeo que no tenga nada que hace, y sentirme fe-
liz si llego a las 10 vistas.
Si es difícil llegar y decirle alguien ―…pero también soy videoblog-
ger‖, entonces uno empieza a explicarle que uno tiene un vlog, si
amigo un vlog, y no es que yo escriba mal la palabra blog, la verdad
es que dentro de las categorías de los blogs están los videoblogs y
estos se les ha llamado abreviadamente vlogs (VideobLOGS), fin de
la historia.
Considero pertinente que aclaremos que ser videoblogger no es una
profesión, porque no falta el amigo que te presente mira este es
Andrés Felipe Arias (si se pueden reír tengo el mismo nombre que
el exministro de agricultura, eso por lo general sucede) ―él es video-
blogger‖, claro y como en este país no es muy común utilizar un
blog, y muchos menos utilizarlo para mostrar los videos que uno
sube, la otra persona inmediatamente iniciara todo un interrogatorio
sobre aquello que tu amigo dijo que eras.
Siguiendo con el interrogatorio saldrá una interesante pregunta, o
más bien una duda bastante aburrida por lo menos para mí ¿Cuánto
ganas con esa página web o blog? utilizara alguno de los términos
dependiendo que tanto conocimiento tenga del tema web, a esta pre-
gunta siempre contesto que no gano nada, que mi ganancia se refleja
en visibilidad en la web o cundo alguien me dice ―hey vi tu vlog y
me gusto‖ o ―¿tú eres Café y Cassette?‖, no se trata de algo egocén-
trico ni mucho menos, se trata de que te reconozcan por lo que
haces, como a un periodista le gusta que lo lean o a un pintor le
agrada que reconozcan su estilo.
Se preguntaran que es eso de ―Café y Cassette‖, digamos que la web
y en especial la web 2.0 trajeron consigo la proliferación de los
pseudónimos, apodos o alias; mi nombre o marca en internet es
―Café y Cassette‖ nombre que adopte por mi adicción al café, si
amigo creo que una de las mejores bebidas que hay para entablar
una nueva amistad, adelantar trabajo o sencillamente hablar de x o y
tema es esa bebida oscura y amarga, también porque con el primer
dispositivo que empecé a grabar videos fue con una cámara de cas-
sette, pero actualmente grabo con cualquier cosa.
No se hacia donde apunta mis videos, creo que cada uno responde a
la necesidad que el ser humano tiene de contar un historia, posible-
mente si Shakespeare no hubiese escrito Romeo y Julieta si en aquel
entonces existieran las cámaras a lo mejor habría hecho un largome-
traje; quizás yo exagere y a lo mejor te puedas ofender con tal com-
paración, pero finalmente a lo que quiero llegar es que todos tene-
mos algo que contar ¿Cuál es tu historia?
Finalmente, la proliferación de nuevos dispositivos nos ha puesto
las cosas más sencilla a los que deseamos hacer audiovisual, hasta el
punto que se han creado festivales de video elaborados con cámaras
de celular. Esto me lleva a revaluar los preconceptos de que la cali-
dad de la imagen prima ante todo o que el formato es lo más impor-
tantes, lo que pone esto nos invita es replantear las maneras en que
venimos narrando nuestra historias; debemos contar esas historias
que realmente sintamos como nuestras y siempre entendiendo que
cada manera de narrar es una visión de quien la retrata.
Para más información o ver los videos que realizo para el vlog, puedes
hacer clic enhttp://cafeycassette-tv.blogspot.com/
Ser videoblogger es una experimentación, no una obligación. Por Andrés F. Arias Palma
"Mi vida interesante o no; de todas formas la retrato."
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―El periodista es un hombre que se
ha equivocado de carrera. ‖
Otto Von Bismarck, Estadista alemán.
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6:30 am, para muchos la mejor parte
del sueño, para otros hora de ir a casa
luego de una larga jornada laboral, pero
para nosotros es hora de ir a la univer-
sidad. A muy pocos estudiantes, para
no decir que a ninguno, le agrada mu-
cho la idea tener clases a esta hora. Al-
gunos hablan de anti-pedagógica o no
conveniente, pero lo que sí es cierto es
que hay que asistir. levantarse a las 4 am o 5 am , donde aun no hay ras-
tros de luz en el cielo, luego entrar a bañarse, por lo general con agua
helada y luego salir del baño en donde una leve corriente de viento nos
golpea y nos hace sentir que nos congelamos. Luego llega el momento
de cambiarnos y tomar el bus hacia la ―U‖ , casi siempre abarrotado de
gente y aun así se detiene para recoger más, en ese momento se escucha
la frase ― eche pa tras, allá hay espacio‖. Un bus en donde el noticiario
radial mañanero o la emisoras de champeta están a la orden del día– De
esta forma comienza un típico día de clases de 630.
A la universidad se llega un poco confundido al ver el cambio tan drásti-
co, pues, mientras en el bus no cabía una persona más, la universidad se
encontraba casi que desolada como la típica escena en el oeste. Al ir ca-
minando en búsqueda del salón nos percatamos que los pasillos están
vacíos, sólo se ven algunos corriendo, que van llegando tarde a clase u
otros, como los primíparos, que con cara de sueño y de perdidos te pre-
guntan ¿Dónde queda el 34 D? Al continuar el recorrido se me hace un
poco más largo de lo habitual pues me detengo a mirar cómo a esta hora
los porteros de los diferentes bloques y entradas de la universidad entre-
gan sus turnos, cómo los aseadores y jardineros realizan su trabajo, tra-
bajo que muchos no valoran, como el estudiante que mientras la aseado-
ra trapea camina descaradamente por encima, sin tener la mas mínima
consideración para con esta señora. La universidad está limpia, no se
ven bolsas de mecatos o vasos de gaseosa con servilletas dentro, se pue-
de escuchar cantar a los pájaros, se escucha la brisa cuando pasa por tus
oídos, casi se escucha el mar. Es posible pasar por las cafeterías y no
sentir el olor a comida, sino por el contario sólo huele al aroma floral del
líquido para piso utilizado por aquella señora del aseo. Pero bueno ,es
normal ver tanta limpieza y no sentir el olor a comida, pues a esta hora
ni cafeterías ni establecimientos de la universidad han sido abiertos aún,
y pensar que a uno le tocó levantarse a las 4 am, mientras que a los tra-
bajadores de estos establecimientos pueden levantarse tranquilamente
dos horas después. Pasa el tiempo y mis pasos son lentos, miro a mi al-
rededor y veo estudiantes que llegan a cuenta gotas, recorro ahora la zo-
na de fotocopiadoras en donde normalmente las filas pueden llegar a te-
ner 20 personas y sin contar a los fastidiosos colados, pero a esta hora
no; se respira tranquilidad y en lugar de escuchar la bulla de la gente que
pide a gritos una copia, ahora sólo escuchamos la pequeña radio que lle-
na mis oídos de una salsa romántica de Jerry Rivera.
Más adelante paseo por una zona de estudio y asombrosamente veo co-
mo un grupo de 3 estudiantes se sientan a estudiar a eso de las 6:26 am,
es ahí donde me pregunto a qué hora hay que acostarse el día anterior
para que a esta hora uno no tenga esa típica cara de sueño y aun más
esas ganas de estudiar de aquellos compañeros. Antes de llegar a mi cla-
se entro al baño y extrañamente lo veo limpio y me invaden dos senti-
mientos por un lado el asombro de tanta organización y limpieza pero
por el otro una gran satisfacción al saber que por lo menos esta vez me
voy a sentir a gusto en un baño de la universidad. Son ya las 6:35 y en-
tonces apuro un poco el paso por qué voy un poco tarde, mi clase es en
un quinto piso y al llegar al ascensor del edificio me agrada saber que
esta ahí y que seré yo el dueño de éste, por lo menos por esta vez por-
que, a decir verdad, a las 12:30 de la tarde prefiero el bus que tomé en la
mañana, que tomar el ascensor de la universidad.
Finalmente llego a mi salón de clases veo mi reloj y son las 6:40 abro la
puerta de este, lo más lento que pude para llamar lo menos posible la
atención del profesor pero, a pesar de mis esfuerzo, no lo logro y con un
pequeño grito o, como le dicen ellos, ―llamado de atención‖ que causa
en mí un miedo escénico dice: ―salgase del salón, estas no son horas de
llegar‖ . En este momento el frio del salón, más el miedo escénico que
tenía, me dejan sin palabras. Sumiso, pero obediente, no hago más que
salir de aquel salón sin mirar a nadie. Lo primero que hago luego de
aquella penosa situación es ver mi reloj y aún continúan siendo las 6:40,
triste y un poco molesto, para no decir que con rabia, me pongo a pensar
en que todo lo que hice para llegar a esta clase con aquel distinguido
profesor no sirvió de nada, y como dicen por ahí: ―EL MADRUGON
NO SIRVIÓ‖.
6:30 am antipedagógica, lógica o anti-lógica
Epílogo Rojo.
Prefieres fumar en la ventana
para que en la casa nadie huela tu clímax
creyéndote estrella porno
a la que se le ha quitado el volumen
y yo, metiéndote una mano en las bragas
que son de algodón del bueno
lavadas por tu mamá todos los sábados
a causa de tus desesperos
porque tengo ganas de nuevo
ganas que no se han ido
desde que tu interior
tocó mi piel con perseverancia
y ahora,
en este momento, donde tu oreja es débil
mi pecho y tu espalda son uno
y tú me miras y me sonríes
y tu clímax muere lentamente
contando los segundos
para renacer entre las sábanas.
Por Eduar Barbosa
Ficciones de Raúl
El baúl de las Certezas
(1ª entrega de la serie )
Con tu imagen recurrente en mi cabeza, eres o no
eres pienso,
ficción o realidad, no sé, voy a abrir el baúl…
Abrí el viejo baúl del rincón, siempre había estado
allí, con su cuero cuarteado a la manera de testigo de
los años y de los tiempos. Era la caja de pandora.
¿Para qué abrirlo? ¿Sólo curiosidad? ¿Necesidad infi-
nita de certezas? No lo sé. Simplemente lo arrastre
lentamente, y digo lentamente no por la intención si-
no por su propio peso. Rayaba la vieja marquesina del
piso de madera. Así era él, sabía que iba a ser abierto
y tenía que dejar su huella. No sé por qué lo abrí,
¿debí haberlo dejado allí?: cansado, pesado, seguro.
Si sobretodo seguro. Era como una certeza infinita
que uno solo la sabe cuando la lleva por dentro. Cual
clásica escena cinematográfica pasé mi mano sobre
su tapa como intentando limpiar un polvo inexistente
y luego con fuerza soplé sobre él. La escena no dejó
de provocarme risa. Era como ese momento secreto
en que descubro que la misma vida crea esa escena
audiovisual que creemos como mágica o como lugar
común. Si, la vida es a veces como el cine. Me sentía
como parte de una producción, como si yo mismo di-
rigiera los hilos de una gran historia, como si hubiese
escrito ese libreto para mí mismo, desde hace mucho
tiempo. Como si hubiese vivido mis últimos años
haciendo la pre-producción de la escena de esa noche.
Como si aquella mañana de jueves perezoso, con la
excusa de huir de mi trabajo, me hubiese sentado a
libretear una escena tal vez de desencanto. Entonces,
miré hacia el rincón y vi con precisión aquel lugar
que tenía la ausencia de algo mágico. Por ese enton-
ces, era una vida de miedos y de dudas, necesitaba
una certeza. Ese rincón era exactamente el rincón de
las certezas, pero no tenía ninguna. Para ese momento
ya la pluma hacía sus trazos, ese yo omnipresente, es-
cribía mis propios parlamentos, no como palabras, tal
vez cual pensamientos, deseos, anhelos. ¿Pero dónde
comprar una certeza? Ni idea, había que salir a bus-
car. ¿Pero cómo vestirse para ir a buscar una certeza?
Eso depende, pensé. No quiero certezas muy forma-
les… no en este momento, además nunca he usado ni
sacos ni corbatas… creo que las corbatas son una
suerte de efecto simbólico de aceptación de la amena-
za cotidiana de ahorcarnos que nos genera el capi-
tal… que bien señor libretista, que frases tan trascen-
dentales pones en mis parlamentos. Creo que esta fra-
se más allá de pensarla la terminé de decir en voz al-
ta. Allí apareció el propio lugar común… los viejos
Converse, el viejo Jean, la camiseta raída pero cómo-
da… Jajaja, me reía con sorna mientras salía cami-
nando con las manos en los bolsillos hacia el pulgue-
ro.
Ilustración de Murits Cornelis Escher (1898—1972) artista gráfico Holandés, quien experimentó al máximo con las posibilidades que le brindaba la litografía y lo trabajos en madera, para jugar con for-
mas finitas e infinitas, representando el absurdo de la realidad y el realismo en el absurdo. Nota: El original es en sepia.
Fin
Pobreza Vs Riqueza
Por: Johana Barros Galezo
La mayoría de los se-
res humanos clase me-
dia por no decir todos,
nos vivimos quejando
diariamente de la eco-
nomía de nuestro país,
especialmente de la
propia.
¿Por qué no todos podemos tener dinero?, es lo que
se preguntan muchos ¿Dónde está la igualdad de
condiciones?, son preguntas muy comunes, pero yo
creo tener una respuesta a esos interrogantes.
Imagina por un momento que todo el mundo tuvie-
ra una estabilidad económica alta, ¿Crees que serían
felices? Pues claro, seguramente sí, pero nos olvi-
damos de algo, si todas las personas de una ciudad,
país o nación, tuvieran el mismo dinero, y las mis-
mas comodidades, sería por así decirlo, una nación
muerta; Los ricos no pueden vivir sin los pobres‖,
si no existieran las personas con menos recursos
económicos… ¿Quién sería el mesero del restauran-
te? ¿Quién sería el cajero del supermercado?
¿Quién sería tu peluquero o peluquera? ¿Quién ser-
ía la señora de las labores domésticas de tu casa?, y
así se me podrían ocurrir y a ti también muchas pre-
guntas más… Vivimos en una sociedad donde to-
dos nos beneficiamos del otro, donde nos conviene
y se nos es útil en nuestra vida diaria.
Que unos tienen más suerte que otros al ser los más
privilegiados, sí es cierto, pero se debe aprender a
ser feliz con lo que tienes, ya sea recibiendo, apor-
tando, o ayudando a que uno se enriquezca y el otro
siga en la misma situación.
Los límites de la subjetividad (Una disculpa formal)
Por Liliana Acevedo Callejas
Dicen que las libertades del ser humano llegan
hasta donde comienzan los derechos de los de-
más. Es un principio, en las palabras de John Loc-
ke, que debe regir a todo sujeto moral. La liber-
tad de expresión es un derecho preciado, uno que
en las sociedades democráticas de vez en cuando
damos por sentado. Muchas veces, por esta mis-
ma razón, cuando se nos da un canal de expre-
sión, nos sentimos con derecho de decir lo que se nos venga en gana.
―Después de todo- nos decimos a nosotros mismos- nos tenemos que
callar tantas verdades; lo que en verdad pensamos de nuestros vecinos;
la ira que nos produce la actitud déspota de nuestros jefes; los abusos
de poder de las autoridades; y un millón de quejas hasta el infinito.
¿Por qué entonces- argumentamos- callar todas las opiniones que tene-
mos? Cuando se nos da un poco de libertad de expresión? Cuando lo
que podemos decir resultada, muy aparentemente inofensivo?‖
Pero, nuevamente, estamos olvidando que la pluma es más poderosa, y
a su vez mas dañina que la espada, y que cualquier comentario que a
nuestro parecer puede ser completamente inocente, a los ojos de otros
puede representar una gran afrenta. No, no estoy abogando porque ca-
llemos las verdades, las verdades hay que decirlas, o si no estamos
bien fregados, pero lo que sí es importante tener en cuenta, es con que
fundamentos las decimos, y hasta qué punto nuestro ejercicio de la li-
bertad de expresión, pasa a violentar otro derecho igualmente preciado
y fundamental, la dignidad de los otros. Y es que, como dijo Zuleta en
―Elogio a la dificultad‖, la primera regla de la convivencia democráti-
ca y civilizada, es el respeto por el otro.
Desafortunadamente, en mi columna anterior, obvie este principio,
precisamente por considerar que mis comentarios no eran más que be-
rrinches inofensivos de una hincha insatisfecha con el resultado del
mundial, en los cuales se colaron ciertos resentimientos personales e
históricos, que nublaron mi buen juicio, y me llevaron a hacer juicios
generalizados y fundamentados en problemáticas poco relacionadas
con el tema en cuestión.
Por esta razón me gustaría ofrecer mis más sinceras disculpas al
pueblo español, y a la selección, por permitir que una opinión basada
en sensibilidades históricas, me llevara a obviar el progreso y la evolu-
ción que ha logrado la comunidad española - y la catalana de igual ma-
nera- durante los últimos siglos de cambio, revolución e ilustración
(Habermas, 1989), al igual que el esfuerzo de la selección.
Y también, urgir a aquellos que- como yo misma- consideran a la li-
bertad de expresión un derecho infinito, y olvidan que la otredad es
una característica de nuestro mundo diverso y en constante cambio,
que no solo hay que respetar, sino que se debe proteger y defender a
capa y espada. Y que al atropellar la dignidad del otro, tan solo le esta-
mos restando valor a nuestra subjetividad.
PS: También extiendo mis disculpas a John Mc Cain y a su señora es-
posa, por obviar su derecho a la privacidad.
―No escribas como periodista lo que
no puedes sostener como hombre ‖
Francisco Zarco, Político Mexicano.
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