El Prado muestra el origen de los emoticonos
Los patrones de dibujo que inspiran las caras de Whatsapp con distintas expresiones datan de hace más de tres siglos, según el comisario de la muestra ‘El maestro de papel. Cartillas para aprender a dibujar de los siglo XVII al XIX’.
Exposición El maestro de papel en el Prado
Los emoticonos son un invento antiguo. Así lo ilustran algunas de las
más de cien piezas de la exposición El maestro de papel. Cartillas para
aprender a dibujar de los siglo XVII al XIX. En ella, el Museo del Pradoexhibe los patrones de diseño elaborados por los maestros de esas épocas
para facilitar el aprendizaje del arte del retrato.
Fernando García,Madrid 14/10/2019
El antecedente más claro de las figuritas de Wahtsapp y demás redes
sociales se sitúa en un grupo de seis esbozos de rostros correspondientes
a otros tantos estados de ánimo extraídos de la obra Nuevos Principios de
dibujo y diferentes caracteres de las pasiones según Charles Le Brun (1619-
1690). Las caras aparecen rotuladas con las palabras Tranquilidad,
Alegría, Risa, Admiración, Estima y Tristeza.
Se trata del “origen directo de los emoticonos”, indicaron este lunes los
comisarios de la exposición, José Manuel Matilla y María Luisa Cuenca,
al presentar las cartillas de dibujo. Según Matilla, jefe de Conservación de
Dibujos y Estampas del Prado, los cánones de Le Brun sobre el reflejo de
los sentimientos en el rostro humano fueron adoptados y grabados por
diferentes artistas que los difundieron por toda Europa a lo largo de los siglos XVII y XVIII.
Modelos de narices y bocas José de Ribera (1591-1652) en la exposición El maestro de papel, en el Prado
Principios para estudiar el nobilissimo, y real arte de la pintura, de José García Hidalgo (1645-1717), en la exposición El maestro de papel en el Prado
La exposición incluye dibujos del valenciano José de Ribera (1516-1615);
la considerada como la “primera gran cartilla española”, del alicantino
José García Hidalgo (1645-1717), con 152 planchas con partes del cuerpo de hombres, mujer y niños, y los libros de maestros como Odoardo Fialetti, Giacomo Franco, Matías de Irala o María del Carmen Saíz, la única artista de esta muestra.
Las primeras cartillas de dibujo se elaboraron en Italia en los primeros
años del siglo XVII y se expandieron rápidamente por el resto del
continente. Se trataba de una especie de manuales que, con el grabado
como medio, reunían una serie de modelos de dibujo que permitían a los
alumnos aprender a dibujar sin la presencia y la supervisión directa del
maestro.
El principal objeto de estudio de tales cartillas era el cuerpo humano. Las lecciones se basaban en la fragmentación de la anatomía en
elementos que iban del más sencillo al más complejo, y del contorno
al volumen. Los librillos empezaban siempre por los ojos, las orejas, la boca y la nariz, hasta conformar una cara, para después continuar con
brazos, manos, piernas y pies, y finalizar con estudios de figuras
completas.
De la nobleza del dibujo, de Giacomo Franco (1550-1620) y Jacopo Palma (h. 1548-1628), en la exposición El maestro de papel en el Prado
La nueva herramienta didáctica “revolucionó por completo el sistema de
enseñanza del dibujo y se convirtió en un material pedagógico de gran
alcance, capaz de transmitir un método y unos prototipos determinados,
a la par que el estilo concreto de algunos artistas”, señalaron los
comisarios.
La exposición El maestro de papel podrá verse en la sala D del edificio de Jerónimos del Prado hasta el 2 de febrero de 2020.
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