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I
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EDITH JACOBSON 1\1 D.
,
EL SELF
SI
MI_SMO)
L
MUN O
OBJETAL
fl
TRADUCIDO POR LOS DOCTORES
LÁZARO
KRAKOV
y
HÉCTOR ALBERTO KRAKOV
EDITÚRIAL
3
BETA
Tacuarí 237
BUENOS AIRES
969
8/16/2019 El Self (sí mismo) y el mundo objetal (OCR)
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Título de o
ed1:cwn
original
THE
SELF
ND
THE OBJET WORLD
lntemational Universities Press /ne. New York
N
Y
Queda hecho el depósito que previene la ley 11.723
©
1969 by EDITORIAL
BETA
s.R.L. - Tacuarí 237 6í P - Buenos Aires
IMPRESO EN L RGENTIN
PRINTED
IN RGENTIN
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ontenido
PRÓLOGO • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • . • • • • 7
NOTA
DE LA AUTORA • • • • • • • • • • . . . • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • 9
INTRODUCCIÓN •• · • • • • • . . • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • 11
l
2
3.
4
5
PRIMERA pARTE
Etapas infantil temprana
preedípica y edípica
Narcisismo masoquismo y los conceptos del self y repre-
sentaciones del self . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Reseña de la reciente literatura sobre
el
problema de iden-
tidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
37
Las fusiones entre el self y las imágenes objetales y los
tipos primarios de identificaciones • . . . . . . . . . . . . . . . • . . 47
El descubrimiento del niño de su identidad y su avance
hacia relaciones objetales e identificaciones selectivas . . . • 63
El
encuentro del niño de su identidad sexual y la construc·
ción de su . yo • • • • • • • • . • • • . . . • • . . . • • . . • . . . . . . • • • . . • 83
SECUNDA
p
ARTE .: 'h·
Formación del s u ~ r y ó y el ~ r i o o
de
/ ate;n.cia
6. Estadios preliminares en el desarrollo del superyó 101
7. La idealización de los objetos de amor
la
formación del
ideal del yo y
l
desarrollo de las identificaciones del su·
r..eryó . . . . • • • . . . . • • . • • . . • . • • • • . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . ·121
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. ·
CONTENIDO
8. Organización e integración de los diferentes componentes
del superyó en un sistema funcional con :Jlidado . . . . . . 131
9. Etapas del desarrollo del niño en el período de latencia
la relación
entre
los conflictos de culpa vergüenza e
in-
ferioridad
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
TERCER
P RTE
a
pubertad
y
el período de
l
adolescencia
10. Cambios puberales su influencia sobre la experiencia de
identidad las relaciones con el sexo opuesto . . . . . . . . 169
ll . Los conflictos instintuales emocionales del adolescente
el remodelamiento crecimiento de sus estructuras psí-
quicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181
12.
La
influencia
de
la solución normal
y
anormal del con-
flicto adolescente sobre la formación de la identidad post
adolescente
el
posterior desarrollo de la personalidad 205
BIBLIOGR FÍ • • • •
ÍNDICE
DE
UTORES
ÍNDICE
N LÍTICO
227
237
:239
8/16/2019 El Self (sí mismo) y el mundo objetal (OCR)
7/261
Prólogo
El
]oumal
of the
American
Psycoanalytic Association
es
muy afortunado al auspiciar la publicación de esta m o n o g r ~
fía la segunda de sus Series Monográficas.
Los estudios que
la
doctora J acobson realizó sobre la de-
presión psicótica necesitaron un exámen cuidadoso de las
relaciones del niño con el objeto de amor primario e inevita·
blemente la llevaron
al
estudio de lós estadios más tempranos
del desarrollo psíquico. Todo esto culminó en un artículo
sumamente interesante publicado en 964 con el título de¿
El sel y el mundo obietal. Muchas de las ideas que figuraban
en
esa publicación
fueron
luego ampliadas y elaboradas en
trabajos subsiguientes;
por
lo tanto esta monografía es a la
vez un resumen y una ampliación de esas contribuciones. Sin
embargo no es solamente
una
versión más amplia
de El sel
y
el mundo
objetal
n tampoco se limita a los
temas
de su i
título. ·Por su amplitud temática ofrece un marco sistemático
l referencia
para
tina psicología genética psicoanalítica que
comprenda los tempranos estadios del desarrollo psíquico la-
tencia adolescencia y adultez. Las espléndidas consideracio-
nes que ella hace sobre la fase adolescente del desarrollo como
también la del papel que desempeñan el yo y el superyó en
el sentimiento de culpa y vergüenza son importantes contribu-
ciones para el entendimiento de estos complicados problemas.
Las
disquisiciones de
la
doctora Jacobson sobre
las
metas
del yo el ideal del yo de los precursores del superyó y de
los factores que eventualmente llevan a
la
formación de esta
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/
PRóLO O
estructura psíquica exclusiva del hombre son sumamente es-
clarecedoras. De esta manera enfatiza la influencia que la
maduración del yo tiene sobre el desarrollo del superyó lla
mando la atención sobre el interjuego recíproco de las fuerzas
intervinientes en la formación de estructuras psíquicas particu
lares. La autora tiene muy en cuenta esta interacción así
como los aspectos multidimensionales y la continuidad genética
de la vida psíquica. Demuestra repetidamente que ningún
hecho deja de ser influenciado por otro durante el desarrollo
de la vida psíquica y que todos ellos deben ser integrados.
De este modo no cae en
l
error tan común de exagerar
la
importancia
de un
solo aspecto particular del desarrollo.
Cuando discute los diferentes períodos del desarrollo psico
sexual la autora examina revé y amplía muchos de los temas
polémicos tales omo los conceptos de identidad oralidad
infantil y narcisismo. Las diferencias entre yo self y repre
sentaciones del self son explicadas con especial claridad. Los
conceptos de energía de impulso indiferenciada el yo-ello
indiferenciado su emergencia gradual en
una
estructura psí
quica funcionante están incorporados en un esquema concep
tual que ilumina nuestro entendimiento de varios de los oscuros
fenómenos clínicos. Las numerosas formulaciones teóricas es
tán firmemente enraizadas en una rica experiencia clínica. En
desacuerdo con otros investigadores
de
este campo ofrece otros
puntos de vista. Los que hemos tenido la fortuna de leer el
manuscrito fuimos impresionados por la riqueza de ideas de
esta monografía que creemos será
releída
y estudiada con
frecuencia para poder apreciar en forma total su contenido.
Los
EDITORES
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ota
de
la autora
Quisiera expresar mi más caluroso agradecimiento
al
doc·
tor John Frosch y a la Editorial Board por impulsarme a
escribir este libro. Le estoy especialmente agradecida al doc·
tor Max Schur
p r
su estudio de este volumen y por
la
valio·
sísima discusión que del mismo hicimos. También quisiera
extender mi sincero agradecimiento al doctor Nathaniel Ross
y a la señora Lottie Newman por su inestimable asistencia
editorial y a las señoritas
Paula
Cross y Mona
M
arff
por
su incansable trabajo
en
la preparación del manuscrito.
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Introducción
En
años recientes, los psicoanalistas han prestado creciente
atención
al
fascinante problema de
la
identidad.
Por
supuesto,
una fructífera discusión de este problema presupone definir
en forma precisa términos tales como self, yo, identidad e
identidad del yo, indispensables para un acceso analítico pro-
vechoso a este tema y muchos otros relacionados con el mismo.
A
pesar
de que Hartman (1950) introdujo y definio.cuidado-
samente los conceptos del yo, self y representaciones del self,
no existe una definición psicoanalítica generalmente aceptada
del concepto de identidad. En efecto, los autores que han
explorado recientemente este tema les -dan un significado ..algo
diferente a estos términos y, en consecuencia, llegan a conclu-
siones al parecer distintas.
1
En
el contexto de varios estudios publicados durante la
década pasada (1953b, 1954a, 1954b, 1959), he tratado di-
ferentes aspectos ·de
la
concienciación del self, identidad
y
ciertos trastornos del sentimiento de identidad.
Al
comparar mis ideas con las expresadas
en
recientes ar-
tículos y libros sobre este tema, he descubierto
las
considerables
diferencias de opinión que me estimularon y motivaron a am-
pliar
y .aeorganizar mi anterior publicación sobre
l
sel el
De ~ ~ e r d o con mi conocimiento, el término identidad ha sido
introdu-
cido en la literatura psicoanalítica por Víctor Tausk, en
su
brillante
trabajo
sobre La Máquina de Influencia 0919).
En
él examina de qué forma el
niño descubre los objetos
y
su
elf;
asegura que el hombre, en su lucha
por la
suh,istencia debe, a través de su vida, reconocerse
y
reencontrarse constante·
mente.
(Pág.
22.)
11
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INTRODUCCióN
mundo objeta
(
l
954a ,
en este volumen que lleva el mismo
título.
En
mi breve introducción al estudio original indiqué
lo
que volveré a enfatizar aquí.
El
interés despertado por el
problema de
la
identidad se origina, probablemente, en el ma
yor alcance que ha adquirido el psicoanálisis
y
en
el
creciente
número de pacientes borderline y psicóticos que llegan al psi
coanalista
por
ayuda. En estos pacientes podemos observar
procesos de regresión que llevan a un grave deterioro de las
relaciones objetales
y
de las funciones del
yo y
superyó, con
una disolución de aquellas identificaciones esenciales, sobre
las que se basa la e x p e r i e n c ~ : l de nuestra identidad versonal.
El tratamiento y la supervisión de tales casos y el análisis
de neurosis narcisísticas graves, me han convencido de que los
problemas tratado.s en este volumen y el punto de vista desde
el que los enfoco son muy importantes
para
el entendimiento
teórico y clínico de estos pacientes. Ésta
es
la razón por la
cual decidí hacer frecuentes referencias a la patología de las
ps1cos1s
Este volumen ofrece
una
revisión crítica de
la
reciente lite
ratura sobre identidad,
y
expone las influencias mutuas que
ejercen entre su desarrollo, las vicisitudes de las relaciones
objetales e identificaciones
y
el establecimiento de los siste
mas yo-superyó. Agrego, además, una discusión sobre la
formación del superyó en el período infantil y del complejo
proceso de desarrollo durante el período de la adolescencia,
que tanta importancia tienen en
la
formación de
la
identidad
y la regulación de la autoestima.
a
necesidad de
tratar
esos aspectos del problema, que
me parecen de fundamental importancia para la hipótesis que
aparece posteriormente en este volumen, me obligaron a
dejar
de lado muchos de los estudios teóricos
y
clínicos sobre el
desarrollo infantil
y
del adolescente, siendo éstos también
de importancia en los temas que trataremos. Por otro lado,
decidí mencionar las nuevas
y
tan discutidas teorías
de
Bowl
by, no sólo por tocar de cerca los problemas que nos preocu
pri n en este volumen, sino porque puntualizan e pecialmente
12
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INTRODUCCióN
los malos entendidos que son en parte provocndos
por
nues
tra dificultad
para
reestudiar y
redefinir
conceptos tales como
los de oralidad y narcisismo infantil; con los conocimientos
que poseemos actualmente de los más tempranos estadios del
desarrollo del yo.
Comprendo por supuesto
que
quizá no haya sido tan
exitosa como hubiese deseado al querer integrar material nue
vo con un ensayo escrito hace diez años. l releer mi
primera
publicación me sorprendió. el notar cómo mi razonamiento y
mi interés
han
cambiado a través de estos años en forma im
perceptible.
Por
eso este volumen mue3tra incongruencias
inevitables y una lamentable falta de uniformidad. A
pesar
de éstos y alg4n otro defecto espero haber sido capaz de
aclarar los puntos que creo son esenciales y aportar de este
modo una modesta contribución para el psicoanálisis de los
procesos normales del desarrollo durante la
infancia ado-
lescencia.
3
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PRIMER P RTE
ETAPAS INFANTIL TEMPRANA
PREEDÍPICA Y EDÍPICA
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1
Narcisismo masoquismo y os
conceptos
del sel f y representacionés
del
sel f
En
mi breve introducción a este volumen indiqué
que
intento escudriñar no sólo
la
interrelación en el desarrollo
de las relaciones objetales, identificaciones y el sentimiento de
identidad, sino también el interjuego entre sus vicisitudes y
la
estructuración del
yo
y del superyó. Mi investigación co-
menzará con una revisión de nuestros conceptos psicoanalíti-
cos sobre narcisismo y masoquismo primario y secundario.
El
concepto de narcisismo fue introducido
por
Freud
(1914)
en su publicación Introducción al Narcisismo . Su
punto
de partida
fue el síntoma megalomaníaco en esquizo-
frénicos
que
dijo:
se ha constituido, seguramente a costa de la libido objetiva-
da. a libido sustraída al mundo exterior ha sido ap¿rtada al yo,
surgiendo así un estado al que podemos dar el nombre
de
nar-
cisismo. (Freud concluye que) el narcisismo engendrado
por
el reflujo
al
yo de
las
cargas de libido del objeto, como
un
nar-
cisismo secundario, basado en un narcisismo primario encubier-
to por diversas influencias. (Pág. 32.)
Hace también
un
comentario sobre
la
reciprocidad entre
la
libido del yo
y la
libido objetivada
y
contrapone el estado
narcisístico
del
esquizofrénico con el desarrollo
de
toda
una
personalidad en favor de las catexias objetales en
la
situa-
ción de enamoramiento.
7
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18/261
ETAPAS II\FANTIL, TKMPRANA, PREED1PICA Y EDfPICA
Freud
funda su concepto del narcisismo
infantil
primario
en btlse a los signos de actitudes megaloma1úacas en los hom·
bres primitivos en niños:
una hiperestimación del porfrr de sus deseos y sus actos
psíquicos, la «omnipotencia de las ideas», una
fe
en las fuerzas
mágicas de las palabras una técnica contra el mundo exterior,
la «magia», que se nos muestra corno una aplicación consecuen-
te de tales premisas megalómanas. (Pág. 32.)
En
El o el Ello (1923),
Freud
desarrolla aún más
el concepto de narcisismo:
Al principio, toda la libido se halla acumulada en el ello,
mientras que el yo es aún débil y está en período
de
formación.
El ello emplea una parte de esta libido en cargas eróticas de
objeto, e s p ~ é s de lo cual el yo, robustecido ya, intenta apode-
raTse de esta libido del objeto e imponerse al ello como objeto
erótico. El narcisismo del yo es de este modo un narcisismo
secundario, sustraído a los objetos. (Pág. 65.)
Las ideas de Freud sobre el narcisismo primario sobre
el desarrollo del narcisismo secundario han sido suplemen-
tadas
considerablemente por su teoría de las vicisitudes para-
lelas del instinto de muerte. En Más allá del prmc1p10 del
placer (1920) sugirió que:
sadismo es realmente un inBtinto
de
muerte, que fue ex-
pulsado del yo por el influjo de la libido narcisística; de modo
que no aparece sino en el objeto. (Pág. 60.)
En Esquema del psicoanálisis
Freud
(1940) escribió:
Podríamos imaginarnos un estado inicial de cosas supo-
niendo que toda la eneTgía del Eros, a la que daremos el nom-
bre
de , está presente en el todavía no diferenciado
18
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19/261
NARCISISMO, MASOQUISMO - CONCEPTOS DEL
SELF
yo-ello
1
y sirve para neutralizaT los impulsos destructivos que
existen simultáneamente. (No hay otro término, análogo a libi
do,
para
describir la energía de los impulsos
destructivos.)
(Pág.
22.)
En
El
problema económico del masoquismo Freud
(1924)
dijo que:
en
determinadas circunstancias, el sadismo o instinto
de destrucción orientado hacia el exterior o proyectado, puede
ser vuelto hacia
el
interior, o sea introyectado de nuevo, Tetor
nando así por regresión a su situación anterior. En este caso
producirá
el
masoquismo secundario que se adiciona al primi
tivo.
(Pág. 261.)
Freud describió entonces el masoquismo erógeno como el
original, el primario, que nunca
fue
proyectado y quedó en
el organismo ligado por
la
libido.
. .
El masoquismo primitivo pasa por todas las fases evoluti
vas de la libido y toma de ella sus distintos aspectos psíquicos.
(Pág. 261.)
Freud vio que las severas tendencias masoquísticas que
aparecen algunas veces en las neurosis y psicosis·, especial
mente en
la
melancolía, reafirman
su
teoría de
un
masoquismo
primario y podrían explicarse
por
ella. En
El
Yo y el
Ello
(1923),
dice:
en
el superyó
reina
entonces
el
instinto de
muerte
que
consigue, con frecuencia, llevar a la muerte al yo.
(Pág.
77.)
..:: En
vista de
lo
que Freud propuso, parece aconsejable com
binar
la
discusión de narcisismo con
la
de
masoquismo. Me
l Este concepto
ha
sido elaborado por
Hartmann
(1939),
y por
Hartmann,
Kris,
y
Loewenstein ( 1946) .
9
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20/261
/
ETAPAS INFANTIL, TEMPRANA, PREED1PICA Y EDíPICA
concentraré primero en el signií icado de los conceptos de
Freud referentes a narcisismo primario masoquismo prima-
rio. Sus formulaciones, citadas precedentemente, son sin duda,
bastante ambiguas. Se refieren parcialmente sólo a la presen-
cia simultánea de fuerzas libidinales agresivas en la indife-
renciada matriz psicosomática que llamaré en lo sucesivo
sel/ psicofisiológico primario
2
Pero los términos masoquis-
mo narcisismo implican que originariamente los impulsos
están en verdad dirigidos hacia adentro;
por
ejemplo, apuntan
hacia este self primario. Esto constituye la base de la concep-
ción de Freud sobre el instinto de muerte. La envoltura ori-
gi 1al del self primario con fuerzas agresivas, se considera un
peligro potencial
para
él, siendo resguardado por la presencia
protectora de la libido. Creo que estos conceptos son sufi-
cientemente c01;1fusos requieren elucidación.
En cuanto
al
progreso de
la
organización psíquica que
tiene
lugar
después de la diferenciación estructural del esta-
blecimiento del self de las representaciones objetales, sabe-
mos bastante bien,
al
menos en forma práctica, qué queremos
decir cuando hacemos referencia de la orientación hacia el
self de la libido la agresión. Las personas que presentan
una conducta narcisística o masoquística sexual o social, docu-
mentan, en forma suficientemente clara, la tendencia a sus-
traer las catexias objetales a hacer de sí mismo los objetos
2
El término self , que fue introducido por Hartmann (1950), será em·
pleado, de acuerdo con él, cuando nos refiramos a la persona total de un
individuo, incluyendo el cuerpo y sus partes como
la
organización psíquica y
sus partes. Como lo indica el título de este volumen, el self es un término
descriptivo auxiliar que puntualiza a
la
persona como algo distinto del mundo
de objetos circundantes. Para aclarar
lo que
quiero decir emplearé términos
tales como self corporal , o self físico , o self psicofisiológico o self men·
tal
o self psíquico
de
una persona.
Rapaport
(1956), me criticó porque
supuso que
yo
equiparaba al self con las representaciones del self'', un con-
cepto metapsícológico que será descrito luego. Sin embargo, aclaré la distinción
entre estos conceptos; pero es verdad que por razones semánticas me refería
ocasionalmente al self o a los objetos cuando parecía
estar
claro que me refería
a sus representaciones psíquicas.
En
este volumen pondré especial ahínco
en
evitar una tenninologÍa confusa. Sin embargo, esto no es siempre posible. Se
podría recordar que
Freud
también se refiere a los objetos cuando realmente
se quiere referir a sus representaciones psíquicas.
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NARCISISMO,
MASOQUISMO
-
CONCEPTOS DEL
SELF
de amor, admiración y gratificación libidinosa, o de odio, des
valorización y destruceión. Pero ¿cuál e:; el significado pre
ciso de narcisismo y masoquismo en
la
organización psíquiea
primitiva antes de que el niño descubra su propio self y el
mundo objetal? Para obtener una respuesta debemos obvia
mente hacer un estudio de las manifestaciones de los impul
sos del infante y
tratar
de dar una descripción metapsicológica
precisa de su estado y conducta.
Entre los cortos períodos en que es alimentado, el infante
está la
mayor
parte del tiempo durmiendo o adormecido,
un
estado de pasividad en el cual hay poca expresión, todavía de
los afectos primitivos o de las funciones pereeptivas y moto
ras. El dormir es el estado que acostumbramos designar como
la situación narcisística verdadera.
En la Adición Metapsicológica a
la
Teoría de los Sueños
(1917a),
Freud
dijo:
El dormir
es, somáticamente, un retorno a la estancia en el
seno materno, con todas sus características de quietud, calor
y
ausencia de estímulos. Muchos hombres llegan incluso a
tomar
durante el sueño
la
posición fetal. El estado psíquico del dur·
miente se caracteriza por un retraimiento casi absoluto del
mundo
circundante y la cesación de todo interés hacia él.
{Págs. 137, 138.)
Y, luego dice:
•'El narcisismo del estado de reposo significa la sustracción
de
la carga de todas las representaciones objetivas
y
tanto
de
la
parte
inconsciente de las mismas como de su parte precons
ciente. (Pág. 140.)
De acuerdo con
la
descripción de
Freud
podríamos visuali
zar el estado psicoeconómico original, el estado que todavía
prevalece en el dormir de la temprana infancia, su adormeci
miento, como una situación de dispersión difusa de las fuerzas
2 .
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22/261
ETAPAS INFANTIL, TEMPRANA, PREEDíPICA Y EDíPICA
instintivas dentro de un self psicofisiológico indiferenciado.
Pero, considerando el signif
caclo
de los términos narcisismo
y masoquismo , surge una interesante pregunta: ¿,por qué vía
se descarga
la
energía psíquica durante estos estados?
Algunos autores ocasionalmente
hablan
de descargas tanto
externas como internas, pero sin profundizar en lo que real-
mente quieren significar. No conocemos todavía plenamente
las conexiones entre los fenómenos de descarga de impulsos
los procesos fisiológicos concomitante;; corno para entender
el significado preciso de tales conceptos. o
que
sabemos, muy
vagamente, es que
la
descarga hacia el exterior involucra al
aparato
perceptivo motor dando como resultado fenómenos
afectomotores acciones motoras, mientras que la descarga
hacia el interior provoca procesos fisiológicos
que
acarrean
cambios funciqnales, principalmente en los órganos internos
del cuerpo. Sin embargo, a pesar de que admitirnos la vague-
dad de estos conceptos, es muy importante marcar las dife-
rencias entre las descargas internas externas
para
entender
la
cualidad de los impulsos de
la
temprana infancia los
precursores de la vida afectiva e ideacional.
Aparentemente, el limitado contacto que en la temprana
infancia se tiene con el mundo exterior y sus estímulos, man·
tiene en el aparato psíquico, el nivel general de tensión com-
parativamente bajo; además, las catexias de los órganos inter-
nos son todavía probablemente preponderantes en relación con
los de la periferia, p. e., el aparato perceptivo, en particular
el motor. De esta manera, una continua descarga silenciosa
de pequeñas cantidades de energía psíquica
puede
ocurrir du-
rante
los períodos que transcurren entre las comidas, a través
de canales fisiológicos internos .
3
Por
lo tanto, la condición psicoeconómica el tipo de des-
carga
característica del infante durmiente o adormecido, y del
3 Por supuesto,
el
importante
trabajo
de Fisher y
sus
colaboradores (1954,
1957,
1959),
y
otros investigadores sobre la actividad
psíquica durante
el
sueño
requerirá eventualmente
una
cuidado ª reformulación del estado psicofisiológico
y psicoeconómico del niño, como también del adulto, durante la misma situación.
22
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NARCISISMO, MASOQUISMO . CONCEPTOS DEL SELF
dormir en general, y, evidentemente también, de los estados
patológicos de la profunda, así
llamada
regresión narcisística,
sugieren que las descargas psicológicas hacia el interior,
por
ejemplo, hacia el self, pueden considerarse como las formas
más tempranas de descargas de impulsos.
Como lo demuestran los movimientos fetales, aún antes
del nacimiento, el feto es también capaz.de descargar energía
pulsional a través de canales motores. Con el nacimiento, sin
embargo, se estabkce un drástico reajuste por los cambios am-
bientales. Los primeros signos
de
vida en el recién nacido
s u
llanto, más aún, el comportamiento característico que
muestra antes,
durante
después de cada comida, en sus
funciones excretoras- son verdaderamente manifestaciones
primarias de procesos de descarga afectomotores premodela-
dos, que responden a estímulos no sólo del interior, sino tam-
bién del exterior.
Por supuesto, el infante a
pesar
de obtener e s t i m ~ c i ó n y
gratificación tanto de un
objeto
la
madre--
como de
su
propio cuerpo, es sólo consciente, todavía, de sensaciones pla-
centeras o displacenteras.
Por
esto, podemos describir las ma-
nifestaciones de impulsos, en general, como narcisísticas .
Pero es importante ccmsiderar que ellas representan descargas
de impulsos no sólo hacia el interior, sobre el self , sino que
desde el nacimiento el infante tiene a su disposición canales de
descarga hacia el exterior, aunque limitados, biológicamente
predeterminados. Éstos son los que posibilitan
las
rescargas
dirigidas al objeto.
El énfasis que he puesto en diferenciar las descargas diri-
gidas hacia el interior hacia el exterior veremos que será de
utilidad
para
el estudio de las vicisitudes de los procesos
de descarga de impulsos agresivos la libido dirigidos hacia
el ohejto y hacia el self, y de su influencia sobre el desarrollQ_
afectivo, ideacional
funcion_ª1_{Ahora quisiera comentar las
conexiones existentes entre
la
descarga hacia el
interior el
exterior, las manifestaciones instintivas afectivas de
la
conducta del niño.
23
8/16/2019 El Self (sí mismo) y el mundo objetal (OCR)
24/261
ETAPAS INFANTIL, TE:\1PRANA, PREEDíPICA Y EDfPICA
En
el capítulo VI de
La
interpretación
de
los sueños
(1900),
Freud
afirma
lo siguiente:
Por
determinadas razones hemos de representarnos el desa-
rrollo de afectos como un proceso centrífugo orientado hacia
el organísmo interno, análogo a los procesos motores secre-
torios de inervación. Del mismo modo que
la
emisión de im-
pulrns motores hacia el mundo exterior aparece suspendida
durante el estado de reposo, podría quedar también dificultada
la estimulación centrífuga de afectos
por
el pensamiento m-
consciente
durante
dicho estado. (Págs. 467,
468.)
La definición que
Freud
hizo poste1·iormente sobre afectos
( 1915) en El Inconsciente se relaciona de
alguna
manera
con estos conceptos. Es de hacer notar que él caracteriza las
descargas afectivas como un resultado de
la
alteración (in-
terna) del cuerpo del sujeto , pero
al
mismo tiempo como un
proceso centrífugo cuya liberación es impedida
por
el estado de
sueño, de
la
misma forma como también lo está
la
descarga
de los impulsos motores. A primera vista esta afirmación
puede ser confusa o
aun
contradictoria. Estos conceptos se
clarifican al darnos cuenta de que en este contexto, el término
centrifogo
se refiere, obviamente, a
fuera
del aparato men-
tal . Abandonando el uso del término centrífugo por
la
posi-
bilidad de confusión, prefiero simplificar el concepto diciendo
que, en contraste con la
descarga silenciosa , predominarite-
mente psicofisiológica, del feto, del recién nacido o durante el
sueño,
las
emociones del adulto se expresan no sólo por pro-
cesos secretorios, circulatorios y respiratorios, que indican
una
descarga fisiológica hacia el interior, sino támbié'n por fenó-
menos motores y las percepciones internas que nosotros llama-
mos sentimiento;
v.g.,
en manifestaciones
de
descarga hacia
el exterior. Podríamos suponer, por lo tanto,
que
la inhibición
de los afectos durante el dormir pudiera realizarse
por
su re-
transformación regresiva, parcial y temporaria, en descarga
silenciosa o fisiológica alucinatoria visual.
4
8/16/2019 El Self (sí mismo) y el mundo objetal (OCR)
25/261
NARCISISMO, MASOQUISMO · CONCEPTOS DEL S IS
Podríamos volver a mis enunciados anteriores sugiriendo
que
la
vida psíquica se origina en procesos fisiológicos que
son independientes de estimulaciones sensoriales externas. Des
de el nacimiento, sin embargo, los procesos de des.carga se
expanden debido a
la apertura
de las vías de descarga, bioló
gicamente predeterminadas, en respuesta a estímulos sensoria
les externos.
n
un comienzo conducen _reacciones primitivas,
motoras premodeladas, específicas de la especie (instintivas),
y experiencias sensoriales placenteras y displacenteras, que no
pueden llamarse todavía sentimientos. Estos fenómenos, evi
dentemente,
no
son más que precursores genéticos de los pro
cesos emocionales, de pensamiento y de la compleja actividad
funcional, cuyos desarrollos sobrevienen con los comienzos
de la formación del yo. n efecto, durante los primeros esta
dios infantiles, la expresión predominante de la vida emocional
y de fantasía del niño es todavía psicofisiológica , el así
llamado lenguaje órgano afectivo que abarca, no obstante,
no sólo los procesos silenciosos fisiológicos internos mencio
nados anteriormente, sino también fenómenos vasomotores y
secretorios visibles en el terreno de las funciones bucal
y
excretoria. Quisiera puntualizar que este lengua je órgano
afectivo está presente, en cierta proporción, aun en la vida
emocional de adultos normales en
estados· de ansiedad
y
en
otras manifestaciones de resomatización de afectos. (Schur,
1955.)
Las consideraciones precedentes tuvieron la intención de
subrayar
la
correlación del estado psicoeconómico
original
y
la
más temprana forma de descarga de pulsiones dentro del
self
y
los precursores psicofisiológicos de la expresión afectiva
e ideacional del adulto. a validez de tales consideraciones es
comprobada por las observaciones en pacientes con enferme
dades psicosomáticas o desórdenes psicóticos, que confirman
estas correlaciones.
Estos dos grupos de enfermedades muestran lo que nosotros
llamamos, aunque en forma algo imprecisa, signos de regre
sión narcisística severa.
n
pacientes con enfermedades psico-
5
8/16/2019 El Self (sí mismo) y el mundo objetal (OCR)
26/261
ETAP.A.S
INFANTIL
TEMPRANA PREED1PICA
EDfPICA
somáticas, de acuerdo con mi proposición anterior, podríamos
hablar
de una retransformación patológica parcial de expresio-
nes fisiológicas, ideacionales
y
emocionales, en somáticas, que
son entonces percibidas solamente corno sensaciones corporales
dolorosas. (Schur,
1955.)
En la psicosis, los estados depre-
sivos o catatónicos estuporosos parecieran ser la versión pato-
lógica del estado de adormecimiento del infante. Existen, por
cierto, diferencias significativas entre la economía
y
las cuali-
dades pulsionales en tales estados patológicos regresivos,
y
las
condiciones originales a las que se parecen. Estos trastornos
muestran
la
existencia convincente de procesos destructivos,
y
autodestructivos, no sólo psicológicos sino también fisiológicos,
signos que no son encontrados en el estado normal de sueño ni
en los tempranos estadios de la niñez.
Por
el contrario, psico-
lógica y fisiológicamente, el dormir tiene una función repara-
dora, y el estadio fetal prepara el crecimiento psicofisiológico
_qel organismo.
Estas diferencias acentúan el malentendido que
pudiera
existir con el uso del término regresión narcisística
para
esos procesos patológicos de naturaleza tan destructiva. No
debemos olvidar que el concepto de narcisismo precedió a la
introducción por Freud de una teoría
dual
de impulsos. Este
concepto
y
el término regresión narcisística se hicieron
valer
a pesar de no hacer referencia a los impulsos agresivos.
4
Por
razones que pronto entenderemos, los intentos de Freud de
modificar el concepto de narcisismo y relacionarlo a su nueva
proposición, no aclaró el problema en forma satisfactoria.
Pero
antes de discutir de qué manera se puede adaptar
este concepto a una teoría
dual
de impulsos y-a los conceptos
estructurales, deberíamos encarar el problema de si mis con-
sideraciones psicoeconómicas, que mencioné anteriormente, po-
drían adherirse
al
concepto de masoquismo primario, v. g.,
del
instinto de muerte. La suposición de que estos procesos de
4
Por
esto, Ahraham (1924), en su discusión sobre
la
depresión psicótica
habló
de
un narcisismo positivo y negativo (pág. 456), en su descripción del
amor l self y odio al self que presentan los melancólicos.
26
8/16/2019 El Self (sí mismo) y el mundo objetal (OCR)
27/261
NARCISISMO
MASOQUISMO - CONCEPTOS DEL SELF
descarga psicofisiológica interna, no posibles de observación,
que se presentan en el infante dormido o adormecido,
puedan
garantizar una descarga difusa, pero innocua, de pequeñas can
tidades de energía agresiva, nos pone ante un problema cier
tamente difícil.
reud trata de resolverlo asumiendo q u e en los estados de
narcisismo masoquismo primarios,
la
presencia del instinto
de vida preserva la
autodestrucción. Pero, ¿cómo puede ocu
rrir esto? Entendernos que
la
fusión entre
la
libido
la
agre
sión hacen innocuos a los impulsos destructivos. Este proceso,
sin embargo, aparece en un estadio infantil posterior; está
relacionado con la neutralización
parcial
de los impulsos.
Podríamos preguntarnos, en consecuencia, si estos hechos
no se
podrían
explicar mejor asumiendo que, al comienzo
de>
la vida, la energía instintiva está todavía en un estado indife
renciado; que desde el nacimiento se transforma en dos tipos
distintos de impulsos, con cualidades diferentes bajo
lp
influen
cia de estímulos externos, del desarrollo psíquico
y
de la
aper
tura maduración progresiva de las vías para
la
descarga
hacia el exterior.
5
Buscando
la
confirmación de esta hipótesis,
me parece importante hacer notar que no es fácil discernir
las
características libidinales agresivas de las manifestaciones
emocionales e instintuales del niño durante la infancia la
niñez temprana, que fenómenos afectivos tales como ansiedad
e ira están íntimamente relacion dos.
Mientras que este concepto
puede
asemejarse a
la
teoría
de
frustración-agresión, se debe destacar que
la
transformación
de
la
energía psicofisiológica indiferenciada
en
dos clases
de
impulsos psíquicos, cualitativamente diferentes, se consideran
aquí psicobiológicamente predeterminadas como promovidas
tanto
por
factores de maduración internos como
por
estímulos
externos.
Esta
idea
nos hace también
recordar
las interesantes acota-
5
Fenichel (1945, pág. 58). Esta idea no implicaría, sin embargo, que las
cualidades del impulso estarían solo determinadas por las vías específicas de
descarga.
27
8/16/2019 El Self (sí mismo) y el mundo objetal (OCR)
28/261
ETAPAS INFANTIL, TEMPRANA, PREED1PICA Y ED PICA
ciones de Freud en El Y o y el
Ello
(1923), por el hecho de
que
una cantidad de energía desplazable neutral ( indiferen-
te)
es capaz de
unir
sus fuerzas tanto con
la
libido
como con
la agresión. La importante afirmación de
Freud
de energía
desexualizada, que se supone sea igualmente activa en el yo y
en el ello pudiera ser aún más convincente si
se
refiriera no
a energía desexualizada sino a energía de impulsos indiferen-
ciados originalmente en el self primario psicofisiológico total.
Si aceptamos esta hipótesis, debemos adaptar nuestro pensa-
miento a los siguientes conceptos: Resumiendo
una
vez más, po-
demos
ver un
estado psicoeconómico inicial, caracterizado
por
un bajo nivel de tensión y por una dispersión
difusa
general
de la energía psicofisiológica todavía indiferenciada dentro
de un self
primario
estructuralmente indiferenciado. Bajo la
influencia de factores intrínsecos y de estímulos externos,
las
fuerzas indifereú.ciadas comenzarían entonces a
transformarse
en impulsos psíquicos agresivos y libidinales, de los que está
dotado
el
ello. Durante el estadio fetal y también, predomi-
nantemente,
durante
los más tempranos estadios infantiles,
la
mayor
parte
de esta energía indiferenciada del
self
primario se
descarga
en forma difusa en pequeñas
cantidades
hacia el inte-
rior
al comienzo, exclusivamente, a través de canales fisioló-
gicos. Pero después del nacimiento las zonas erógenas prege-
nitales, y, en grado creciente, la totalidad de los sistemas
motor y sensorial, núcleo central autónomo primario
del
futuro yo, se
sobrecargan
periódicamente y comienzan a des-
arrollarse
los procesos
de
descarga
hacia
el exterior, pasibles
de observación en
la
actividad pregenital (sexual y agresiva)
y en reacciones
motoras
reflejas instintivas y afectomotoras
primitivas, biológicamente premodeladas, fácilmente reconoci-
bles como los precursores del sentimiento, pensamiento, y de
las funciones motoras del yo, entre otras.
En el
curso de
la
diferenciación estructural, los impulsos agresivos y libidinales
sufrirían
procesos de fusión y de neutralización
parcial.
Estos
impulsos neutralizados, junto con
parte
de los impulsos libidi-
nales y agresivos, se incluirían en los nuevos sistemas, el yo
28
8/16/2019 El Self (sí mismo) y el mundo objetal (OCR)
29/261
NARCISISMO,
MASOQUISMO
-
CONCEPTOS
DEL
SELF
y el superyó, y podrían ser utilizados
para
la formación de
los procesos emocionales y del pensamiento y las funciones
correspondientes del
yo
y el superyó.
- Si estas proposiciones son valederas nos obligarían a dejar
de lado el concepto de masoquismo primario, v g., la teoría
del instinto de muerte de Freud. Siendo especulativos, esta
última teoría tuvo menos aceptación que la más simple teo
ría dual de los impulsos, que se refiere a dos impulsos
básicos, libido y agresión. De acuerdo con mi afirmación
de que los impulsos agresivos y libidinales se desarrollan
de una energía de impulsos indiferenciada, en mi publicación
anterior sobre
El
self y el mundo objetal ( l
954a),
sugería
que también podríamos prescindir del concepto de narcisismo
primario. En la actualidad, sin embargo, me parece todavía un
término muy útil
para
el más temprano período infantil, que
precede al
desarrollo del self y las imágenes objetales, período
durante el cual el infante es todavía ajeno a todo aquello que
no
sea sus propias experiencias de tensión y alivio,
e
frustra
ción gratificación. Pero debemos tener en cuenta que este
término no hace referencia a la diferenciación de energía es-
tructural
así como tampoco
al
establecimiento carga corres
pondientes del self las representaciones objetales. Vamos a
considerar
las
diferencias entre las condiciones durante los
estadios del desarrollo más temprano y los de r ~ r s i ó n ( nar
cisística) patológica severa, de acuerdo con mi hipótesis. Ten
dríamos que distinguir, entonces, los procesos de regresión
estructural de aquellos de regresión de energía . Esto lle-
varía no sólo a
la
desneutralización de la energía psíquica del
yo sino también a una retransformación regresiva parcial de
las fuerzas instintivas en una energía indiferenciada primaria.
8
Mi proposición también explicaría el misterio por el cual
la teoría de la fusión aefusión de los impulsos no debería
8
Posiblemente este proceso regresivo posterior sería el resultado transitorio
o duradero del tratamiento con electroshock o quirúrgico de psicóticos puede
ser responsable de sus efectos terapéuticos. Luego de tales tratamientos uno
puede observar un periodo de completa ausencia de manifestaciones de impulsos
tanto libidinales como agresivos.
9
8/16/2019 El Self (sí mismo) y el mundo objetal (OCR)
30/261
ETAPAS INFANTIL, TEMPRANA, PREED1PICA Y EDíPICA
tenerse en cuenta: el hecho de que la fusión de los impulsos da
como resultado una prevalencia absoluta de los impulsos libi
dinales, mientras que
la
aefusión de los mismos
trae
un empo·
brecimiento libidinal
y la
predominancia absoluta de los impul·
sos agresivos.
7
El .cambio de proporciones entre libido y
agresión, que en procesos regresivos tan severos como la psi
cosis pueden dejar exhaustas las fuentes libidinales del self
o posiblemente ser su consecuencia), se entendería mucho me-
jor si pensáramos en ténninos de estadios intermedios de re
transformación de energía de impulsos diferenciada en energía
de impulsos indiferenciada primordial. .
El concepto citado anteriormente nos permitiría incluir,
además, tensiones fisiológicas, como el hambre, dentro del
esquema de la teoría psicoanalítica. Esto no tiene lugar, en el
presente, en n u e ~ t r concepción de solo dos impulsos libidi-
nal y agresivo--. El hambre, descripto en
un
momento por
Freud como un impulso del yo, sería entonces otra expresión
de tensiones de impulsos psicofisiológicos primitivos indiferen
ciados. Si especuláramos, este concepto explicaría aún algunas
de las proposiciones que
Freud mencionó al describir su teoría
del instinto de muerte y de vida. o que dije al referirme a
las enfermedades psicmiomáticas y psicóticas se puede extender
a procesos de envejecin:iiento
y
de involución física. Todos es·
tos procesos podrían involucrar una disminución en las cate
xias periféricas, de las funciones perceptivas
y
motoras, resul
tando en un aumento de las catexias de los órganos corporales,
con
una
concomitante aefusión regresiva de impulsos hasta un
punto
tal
en que prevalece la energía de impulsos destructivos,
que deben ser nuevamente descargados a través de canales fisio
lógicos en el cuerpo.
8
7 En una discusión personal, hace años, llamé la atención a Fenichel sobre
este punto.
8 Sería
también interesante comparar, desde este punto de vista, los dife.
xentes grados de regresión que se presentan en enfermedades psicosomáticas
y
en la histeria. En . contraste con la primera, en las que existe
una
profunda
hipercatexia regresiva de los órganos internos del cuerpo, en
la
histeria no se
mantendrían las catexias en la periferia sino que llegarían aún a una hipercate·
xia de los órganos motores
y
sensoriales en el sitio de la afección, con una
30
8/16/2019 El Self (sí mismo) y el mundo objetal (OCR)
31/261
NARCISISMO, MASOQUISMO - CONCEPTOS DEL
SELF
Estarnos listos
para
empezar a estudiar los conceptos de
narcisismo y masoquismo secundarios. Dije anteriormente que
desde un punto de vista
práctico
conocernos el significado
de narcisismo y masoquismo como aparecen en estadios más
avanzados de la organización psíquica. A pesar de ello debo
aceptar que en este caso también nuestra terminología
con-
ceptos teóricos están lejos de ser precisos y acordes a las ten
dencias modernas.
De las consideraciones anteriores entendemos
que el
des
arrollo del narcisismo secundario y masoquismo secunda
rio comienza con el primer estadio del desarrollo del yo. En
este período se han desarrollado los impulsos libidinales y
agresivos
por un
lado, y toman
lugar
todos sus grados de fu
sión,
por
otro. Los objetos comienzan a ser distinguidos uno
de otro y del self, y sus diferentes representaciones en el nuevo
sistema, el yo, se dotan gradualmente de una
duradera
carga
libidinal y agresiva.
Como punto de
partida
para
la
discusión de este' período
podría repetir
parte
de
la
cita de El Y o y el
Ello
(1923),
donde Freud
afirma: El
ello emplea una parte de esta libido
en cargas eróticas de objeto, después de la cual el yo, robuste
cido
ya,
intenta apoderarse de esta libido del objeto e intenta
imponerse al ello como objeto erótico. El narcisismo del yo
es, de este modo, un narcisismo secundario sustraído a los
objetos. (Pág. 65.) Este concepto de
Freud
enfatiza el he
cho de
que
el desarrollo
del
narcisismo secundario es
un
com
plejo proceso íntimamente relacionado con
la
diferenciación
estructural y la constitución del sistema del yo. Sin embargo,
si repasamos las formulaciones de Freud nos quedamos per- .
ple os; ellos sugieren que el yo se construye y robustece sólo
al revestido por
la
libido narcisística. Nuestra terminología
habitual confirma esta
i d e a
Estamos acostumbrados a pensar''
en el narcisismo secundario en términos
de
una
carga
del yo
retransformación parcial
de
una normal descarga motora, afectiva e ideacional,
en proceS Os de descarga fisiológicos
y
afectomotores primitivos que encuentran
expresión en los síntomas de conversión histérica.
31
8/16/2019 El Self (sí mismo) y el mundo objetal (OCR)
32/261
ETAPAS INFANTIL, TEMPRANA, PREED1PICA Y ED1PICA
con libido narcisística, y en general describimos las gratifica-
ciones obtenidas por las actividades del yo, simplemente como
gratificaciones narcisísticas .
Es sin duda el ello la fuente de donde emergen todos los
impulsos libidinales y agresivos dirigidos al objeto. Uno de
los logros más importantes del desarrollo infantil,
es
sin duda
también, la formación de representaciones objetales estables
y el establecimiento de cargas libidinales objetales duraderas
en el sistema yoico.
9
Veremos que el dilema es eminentemente
el resultado de una confusión en la terminología. · Se refieren
al
ambiguo uso del término yo;
v
g., la falta de distinción
entre el yo, que representa un sistema mental estructural, el
self, que definí anteriormente, y las representaciones del self.
Hartmann ( 1950 , llamó la atención sobre este punto y sugirió
el uso del último término (análogo a las representaciones obje-
tales) para las representaciones endopsíquicas conscientes, pre-
conscientes e inconscientes del self mental y corporal en el
sistema yoico.
Yo
trabajé sobre este concepto
por
muchos años,
porque me pareció indispensable
para
el estudio de los tras·
tornos que presentan los psicóticos.
El
significado de los conceptos de self y representaciones
del self, como distintos del concepto de yo, se aclara cuando
recordamos que el establecimiento del sistema yoico se realiza
con el descubrimiento del mundo objetal
y
la creciente distin-
ción entre éste
y
el propio self mental y físico. De los crecien-
tes recuerdos de experiencias placenteras y displacenteras ins-
tintuales, funcionales, emocionales e ideacionales junto con las
percepciones con las que están asociadas, emergen las imágenes
de los objetos de amor, así como también aquellas del self psí-
quico
y
físico. Vagas
y
variables al comienzo, gradualmente
se expanden y desarrollan hacia representaciones endopsíqui-
cas, más o menos reales, y consistentes, del mundo objetal y
del self.
9
n
concordancia, en Inhibición, Síntoma
y
Angustia (1926), Freud
mismo se refiere a la impotencia sexual como .la .inhibición
de
una función
del
yo.
32
8/16/2019 El Self (sí mismo) y el mundo objetal (OCR)
33/261
NARCISISMO, MASOQUISMO · CONCEPTOS DEL SELF
Podemos entender ahora por qué el intento de Freud, de
asociar el concepto de narcisismo a su nuevo concepto estruc
tural
no tuvo mucho éxito. El narcisismo y masoquismo secun
darios no son idénticos a
la
dotación libidinal agresiva del
sistema yoico; s la representación mental del self, constituida
en el curso de la formación del yo,
la
que se carga con libido
agresión y
s
transforma en objetos de
amor
y odio.
10
Definamos ahora el concepto de representaciones del self
en forma más precisa describamos el desarrollo genético de
estas formaciones psíquicas.
Como lo dice Fenichel (1945),
en
La
Teoría Psicoanalí
tica de
la
Neurosis
la
imagen de nuestro self se establece
desde dos fuentes: primero, de una percepción directa de nues
tras experiencias internas, de sensaciones, de procesos menta
les y emocionales, de actividad funcional; segundo, de una
autopercepción e introspección indirecta;
por
ejemplo de la
percepción de nuestro self mental corporal coino un objeto.
Desde que
por
razones obvias, nuestra capacidad
para
separar
nos de nuestro propio self es sumamente limitada, nuestras fun
ciones autocognitivas contribuyen sólo moderadamente a la con
cepción del mismo: Por lo tanto, las representaciones del
self no serán nunca estrictamente conceptuales . Como ve
remos, s mantienen bajo la influencia de nuestras experiencias
emocionales subjetivas
aún
más que las representaciones ob
jetales.11
Como dijimos anteriormente, el núcleo de las imágenes del
self en la temprana infancia son los recuerdos ·de sensaciones
placenteras y displacenteras, que bajo la influencia del auto
erotismo
y
el comienzo de la actividad funcional,
y de
la inves-
10
En cuanto a las diferencias terminológicas entre el yo, el self , y las
representaciones del self , sería de importancia recalcar que las cargas de
im
pulsos de estas últimas en el sistema yoico
llevarían
a
una
descarga agresiva
o libidinal sobre
;:el
'Self
físico.o
:mental.
11 Los conceptos de Federn de sentimiento del yo experiencia del yo
reafinnan este punto. Pero por razones que no
s
entienden él separa entera
mente este sentimiento de
los
componentes conceptuales de las representaciones
del self.
33
8/16/2019 El Self (sí mismo) y el mundo objetal (OCR)
34/261
ETAPAS INFANTIL, TEMPRANA, PREED1PICA Y ED1PICA
tigación traviesa que el niño realiza de su cuerpo, permiten
su asociación a las imágenes corporales.
En un
principio, nuestra imagen del self, como
la
imagen
objetal primitiva,
no
constituye una
unidad
firme. Emergiendo
de sensaciones que son difícilmente distinguibles
de
las per-
cepciones de la parte gratificante del objeto, es al comienzo
fusionada y confundida con las imágenes del objeto, y está com-
puesta de series constantemente cambiantes de imágenes del
self que reflejan principalmente las fluctuaciones incesantes
del estado mental primitivo.
12
Ampliaremos. más tarde la dis-
cusión
del
desarrollo preedípico de
las
imágenes del self e
imágenes objetales en conexión con los problemas de identidad
e identificaciones.
En este momento sería suficiente puntualizar la enorme,
aunque perturbadora, influencia que los procesos de represión
y negación infantiles ejercen sobre la formación de nuestras
imágenes del self y el mundo objetal. Desde que estas imá-
genes se originan de los recuerdos de experiencias placentras
y displacenteras, y están sólo gradualmente entrelazadas entre
sí corregidas por los recuerdos perceptivos que reflejan la
realidad la eliminación de un considerable sector de recuerdos
displacenteros por la represión infantil
aparta
una gran canti-
dad de aspectos inaceptables tanto del self como del mundo
exterior. Los defectos causados por la represión podrían re-
llenarse
por
elementos de pantalla, por distorsiones o embe-
llecimientos que pueden fabricar los elaborados mecanismos
defensivos del yo. Además, a medida que estas fantasías repri-
midas que han quedado cargadas en el inconsciente, encuentran
su camino hacia la superficie, le darán
un
colorido de imá-
genes infantiles pasadas a las representaciones objetales
del self.
a
insistencia universal de la fantasía inconsciente, en
12 La
proposición de Federo de
un
sentimiento del yo originalmente uní·
fonne no
contradice lo que
yo
he
expuesto anteriormente.
Tan
pronto como
la
experiencia del yo aparece, puede existir el sentimiento consciente
dd
self
como
un
todo, a pesar de
la
fluidez y variedad de
las
imágenes del self.
34
8/16/2019 El Self (sí mismo) y el mundo objetal (OCR)
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NARCISISMO, :MASOQUISMO - Cf NCEPTOS
DEL
SELF
Ja mujer de
que
su órgano genital está castrado, frecuente·
mente con simultánea negación y el desarrollo de
la
fantasía
ilusoria de posesión de un pene,
sería
el mejor ejemplo para
demostrar hasta dónde el impacto de experiencias emocionales
infantiles nos impiden
la
formación de imágenes corporales
correctas. Esto es por demás cierto _cuando nos
referimos
a
la imagen
de nuestro self mental
que
surge sólo con la cre
ciente capacidad para
la
concienciación del self e introspec
ción, como por ejemplo,
con la
capacidad de percepción,
discriminación
y evaluación de nuestros
propios
sentimientos,
pensamientos y actos. Éstas son funciones que se desarrollan
más tarde
que la
percepción del
self
corporal y, a pesar de
estar
reforzadas por la formación del superyó, en mucha gen
te su
desarrollo
es moderado. Pero la
fijación
inconsciente,
también presente
en
hombres, de la fantasía de castración
femenina,
muestra nuestra
limitada capacidad para la
forma-
ción de representaciones objetales
reales. Ellas 50n
influen
ciadas
por
nuestras emociones y conflictos emocionales pa
sados, más de lo
que
quisiéramos admitir. Nuevamente, esto
es especialmente cierto para nuestros conceptos de las carac
terísticas mentales de otros. Debemos
considerar
que
nuestra
visión del
mundo en
especial del animado Un.pedida
por la
insuficiente percepción
humana
permite f áciJes distorsiones
por transferencia de imágenes infantiles hacia
otras
personas
o cosas; esto es determinado parcialmente
por
reacciones
emocionales subjetivas
ante la
conducta
de
otros,
por
un
en
tendimiento empático
basado en identificaciones afectivas pri-
mitivas, y muy frecuentemente por proyecciones.
De
este
modo, podemos fácilmente entender
la
razón
por
la
que
sur
gen
tal
multiplicidad de errores y falsificaciones.
De
todas maneras
las
imágenes
se
unifican organizan e
integran hacia una
concepción más o menos
real del
mundo
objetal y
del
self
con
el desarrollo
progresivo psicosexual
y
del yo, con
la
maduración de las habilidades físicas y
men·
tales de los procesos emocionales e ideacionales y de testifi
cación
de la realidad
y
también
con
l
progresiva capacidad
35
8/16/2019 El Self (sí mismo) y el mundo objetal (OCR)
36/261
ETAPAS INFANTIL, TEMPRANA, PREEDíPICA Y ED1PICA
para la percepción autopércepción, para el juicio la
trospección.
Definimos por imagen real del self, aquella que refleje
correctamente el estado las características, las potenciali·
dades y habilidades, las posibilidades y los límites de nuestro
self mental
y
corporal: por un lado, de nuestra apariencia,
anatomía fisiología; por otro, de nu >tro yo, nuestros senti·
mientos y pensamientos conscientes y preconscientes, deseos,
impulsos, y aetitudes, de nuestras funciones físicas y men·
tales de nuestra conducta. Desde que el ideal del
yo
y del
superyó son parte de nuestro self mental, tal imagen debe
también representar correctamente nuestros ideales conscien·
tes, preconscientes y nuestra escala de valores, y la efectivi·
dad o
inefectividad-
de nuestras funciones autocríticas.
Depende del grado conque el ello, a cualquier nivel, se comu-
nique con el yo, o encuentre acceso a él, que esté naturalmente
representado en la imagen del self.
Considerando que todos estos aspectos específicos tendrán
su correspondiente representación psíquica, se desarrollará
simultáneamente un concepto de su suma total, por ejemplo,
la concienciación del self como uni:t entidad diferenciada pero
ro, organizada que es distinta separada del ambiente (Kra-
mer, 1955, pág.
47),
una entidad que tiene continuidad
dirección, y, citando a Lichtenstein (1961), tiene
la
capaci-
dad de mantenerse igual en medio del cambio . (Pág. 193.)
Esta concienciación encontrará una expresión .emocional en
la
experiencia de identidad personal (sentimiento del self),
cuyo origen desarrollo discutiremos en relación con las
vicisitudes de las relaciones objetales e identificaciones.
36
8/16/2019 El Self (sí mismo) y el mundo objetal (OCR)
37/261
2
eseña
de
la
reciente
literatura
sobre
el problema
de identidad
El capítulo precedente, en el que nos referimos a los oríge·
nes del seU las representaciones objetales y de la concien·
ciación del self, implica demuestra que estoy de acuerdo
con las definiciones dadas por Greenacre (1958) Mahler
(1957),
cuando describieron el desarrollo del sentido o senti-
miento de identidad (concienciación del self,
~ n t i m i n t o
del
self) en conexión con la constitución en el niño de las imá·
genes del self corporales mentales. Eissler (1957), por
otra parte, toma al self como una estructura independiente
comparable al yo, pero que se desarrolla solo en la adoles-
cencia. Por esa razón cree que las experiencias de identidad
tienen orígenes similares en ese momento. .Si bien no puedo
estar de acuerdo con sus hipótesis, las observaciones en las
que se fundan son ciertamente válidas, como veremos al
tratar
la adolescencia. Erikson (1956), si bien habla de la forma-
ción de la identidad como un proceso que dura toda la vida ,
usa el término identidad del yo similarmente para algu·
nas
de las adquisiciones lógicas que el individuo debe haber
adquirido, al término de su adolescencia, de todas sus expe-
riencias .preadultas, estando así preparado
para
la adultez .
(Pág. 101.)
Bajo
la
influencia de los estudios de Erikson, se
han
escrito recientemente dos libros sobre este tópico:
The
Que: t
for
Identity , de \\Theelis (
1958),
On Shame and the
Search
for
Identity'', de Lynd (1958). Estos autores, corno
8/16/2019 El Self (sí mismo) y el mundo objetal (OCR)
38/261
ETAPAS INFANTIL, TEMPRANA, PREED1PICA Y ED1P1CA
Erikson, tienen una orientación sociológica, pero la llevan
hasta el ext emo. Mientras que Erikson describe tra:::tornos
comunes de
la
identidad en
la
adolescencia, ellos
hablan
de
la
búsqueda de
la
identidad como un problema general de
toda la presente generación, causado por los cambios socioló
gicos de nuestro tiempo.
Por
lo tanto, la
pérdida
o graves
trastornos de
la
identidad, son considerados desde un punto
de vista menos individual y psiquiátrico y más desde un pun
to de vista sociológico, en términos de un fenómeno grupal
generalizado. Lynd, que se apoya. en forma excesiva en los
trabajos de Erikson y Sullivan, simplifica considerablemente
la situación sosteniendo que las perturbaciones en el sentimien
to de identidad aparecen cuando una persona no puede en
contrar en su situación social aspectos con los cuales identi
ficarse claramente ·. (Pág. 215.) Wheelis describe igualmente
que las perturbaciones en el sentimiento de identidad son cau
sadas
por
la
ruptura
de los sistemas de valores
del
pasado y
la resultante confusión y los problemas de superyó que padece
la
generación actual.
Probablemente como resultado de su orientación socioló
gica, estos autores, que afirman la aparición de disturbios en
la formación de la identidad y en el sentimiento de identidad
durante
y después de-la adolescencia, desconocen la presencia
de tales problemas en niños o en psicóticos, e ignoran el des
arrollo
infantil y los factores ontogenéticos.
Originalmente Erikson no pasó por alto el enfoque gené
tico, pero parece abandonarlo progresivamente. Sus estudios
sobre identidad son localizados principalmente en los períodos
preadolescente y adolescente. Esto se refleja en su uso de
los términos formación de la identidad e identidad del yo.
Comparando sus definiciones que figuran en
Ego
Develop
ment
and
Historical Change (1946) y en The Problem
of
Ego Identity
(1956),
comparto su opinión de que el término
identidad del yo, como él lo emplea, tiene todavía cierta
Desde el punto de vista psicoanalítico, encuentro su diagrama de crisis
psicosociales (1956, pág. 120) no demasiado infonnativo y al;;o confuso.
8
8/16/2019 El Self (sí mismo) y el mundo objetal (OCR)
39/261
RECIENTE LITERATURA SOBRE IDENTIDAD
ambigüedad . En el primero de los escritos mencionados,
él
lo equipara con una más
real
autoestima que crece hasta
convertirse en
una
convicción de que el yo está aprendiendo
los pasos efectivos hacia
un
futuro colectivo tangible, que se
está transformando en
un
yo definido dentro de
una
realidad
social . (Pág. 23.) Identidad del yo definida como la con
cienciación de que existe una mismidad y continuidad de los
métodos de síntesis del yo , está aquí explícitamente dife
renciado del sentimiento de identidad personal' ', al intentar
conducir no sólo el mero hecho de la existencia sino
la
cualidad yoica de esta existencia . (Pág.
23.)
Sin duda
el
término identidad del yo en este sentido se presta a un estudio
psicosociológico que relacione identidad
individual
con
identidad grupal . Pero me resulta muy difícil distinguir
entre identidad personal e identidad del yo, más aún desde
que Erikson relaciona esta última con
la
autoestima real
el superyó individual a los sistemas de valores
de .
la sociedad
en
la
que el individuo se forma.
Erikson parece utilizar el término identidad del yo en un
sentido muy amplio, demasiado amplio; lo deja hablar por
sí mismo en varias connotaciones (1956: pág. 102f', como
refiriéndose a nn sentido consciente de identidad individual
o a
una
disputa inconsciente
por
una continuidad de carácter
personal o a un criterio
para
el hacer silencioso de síntesis
del yo o a el mantenimiento de una solidaridad interna con
los ideales e identidad grupales .
En sn trabajo sobre el desarrollo del sentimiento de iden
tidad, Greenacre (1958) también puntualiza
que
es
un
tér
mino flexible y funcional más que un significado absoluto .
(Pág.
613.)
Ella primero describe en hermosa
manera
qué
queremos significar
por
identidad de
un
objeto,
tal
como
una
casa, y más tarde define el ·sentido de identidad o concien
ciación de ide:dtidad como un contraste comparación enfa
tizando los parecidos básicos pero llamando especialmente l
atención sobre las diferencias obvias . Desafortunadamente
Erikson no hace una distinción definida entre estas dos pers-
39
8/16/2019 El Self (sí mismo) y el mundo objetal (OCR)
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ETAPAS INFANTIL, T E M P R A t ~ A PREEDlPICA Y ED1PICA
pectivas: la identidad personal y la forma en que se desarrolla
y puede ser objetivamente descripta, y la experiencia subjetiva
de identidad o el esfuerzo por lograrla que sería el reflejo
de
la
formación objetiva de la identidad. Esta ambigüedad
está expresada en el párrafo de Erikson en el que trata el yo
y el self (sus representaciones), concluyendo que
la
forma-
ción de
la
identidad, por lo tanto, se puede decir que tiene
aspectos del yo y aspectos del self . (1956, pág. 149.)
Y o le doy valor a la introducción de Erikson del término
formación de la identidad
-refiriéndose
a un proceso
o -
jetivo--
siempre que no se aplique solamente al
yo
y a sus
fuerzas sintéticas. Preferiría entender por formación de la
identidad a un proceso que construya la habilidad de preser-
var la organización psíquica total
a
pesar de su compleji-
dad, diferenciación y creciente estructuralización- como una
entidad altamente individualizada pero coherente, que tiene
una dirección y continuidad en cualquier período del des-
arrollo humano. Una normal formación de la identidad de-
pende, indudablemente, de la efectividad de las funciones or-
ganizadoras y de síntesis del yo; pero creo que estos procesos
de organización son operativos en la formación de todas las
estructuras del aparato psíquico, incluyendo: el superyó. Ade-
más, una normal formación de la identidad parece depender
de la habilidad con la
cual
la organización psíquica desarrolla
y alcanza una autonomía secundaria óptima del yo superyó
en su manejo de la realidad y de los impulsos, de los
con-
flictos intersistémicos. de las tensiones existentes entre todos
estos sistemas.
El
proceso objetivo de una formación de
la
identidad normal está reflejado, en cualquier período del des-
arrollo, en un normal sentimiento subjetivo de la identidad.
Mientras que el concepto de formación de la identidad se
localiza en la autorrealización del individuo, en la ejecución
de sus posibilidades y su papel en la sociedad, llama especial-
mente la atención sobre las relaciones de identidad con las
identificaciones del
yo
superyó y sus vicisitudes finales du-
rante y después de la adolescencia. a mayoría de los autores
40
8/16/2019 El Self (sí mismo) y el mundo objetal (OCR)
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RECIENTE LITERATURA SOBRE IDENTIDAD
que
tratan
este problema puntualizan la íntima relación exis
tente entre identidad e identificaciones pero desde diferentes
ángulos.
Mahler
(1957), los expone describiendo trastornos
o pérdida del sentimiento de identidad en los tipos como sí',
y en niños psicóticos. Greenacre (1958), afirma que la iden
tidad está íntimamente
ligada
a la identificación,
ya
sea
un
proceso interno del desarrollo psíquico o un acto de reconoci
miento
por
el ser humano
de
un objeto exterior, animado o
inanimado . (Pág. 613.) Spiegel (1959), se concentra sobre
el
marco
referencial en cuanto a estados internos y sobre
el
pooling
(pág.
99)
de las representaciones aisladas del self,
problema éste definidamente relacionado con los aspectos sin
téticos de la formación de la identidad que fueron puestos en
relieve por Erikson. Spiegel describe trastornos en el senti
miento del self y los sentimientos de realidad relacionados,
como emergiendo de los rápidos cambios en
la
proporción en
tre las representaciones del
self
únicas en el seií total como
marco
de
referencia, o de oscilaciones entre cargas objetales
y narcisísticas, o
por
oscilaciones en este mismo marco. En
relación con este último punto se
refiere
a las relaciones
entre
el sentimiento del self o identificaciones, sin
mayores
co
mentarios.
Volviendo nuevamente a Erikson, cree que: La identi·
dad final. . . es más que
cualquier
identificación
aislada
con
individuos del pasado (1956, pág. 112) y que La
forma·
ción
de
la
identidad.
. . comienza cuando
la
utilidad de
la
identificación
termina . (Pág.
113.) Esta drástica
afirmación
merece una cuidadosa aclaración y examen. Por cierto, des
vía el énfasis puesto anteriormente en
l
período infantil hacia
el
período
adolescente o postadolescente . En contraste
con
Erikson, Lichtenstein (1961
.,
en una fascinante publicación
sobre identidad y sexualidad, coloca el origen de la formación
de
la
identidad en las relaciones materno-infantiles más tem
pranas. Debo mencionar
al
menos, algunas
de
las desafiantes
ideas
expresadas en su estudio.
Como Eissler Erikson, Lichtenstein enfatiza las expc:rien-
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8/16/2019 El Self (sí mismo) y el mundo objetal (OCR)
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ETAPAS INFANTIL, TEMPRANA, PREED1PICA Y EDíPICA
cías de continuidad en el sentimiento de identidad normal. Por
otra parte su concepto de identidad caracteriza la capacidad
de mantenerse igual en medio del cambio , mientras que el
sentimiento de identidad es la concienciación de tal continui
dad
de mismidad . (Pág. 193.) Sus definiciones muestran
que comparte mis críticas al ambiguo concepto de Erikson de
identidad del yo, que no hace distinción entre
la
formación
de identidad objetiva
y
su correspondiente experiencia,
y
que
además, restringe la formación de la identidad solamente al
yo. Sin embargo Lichtenstein considera que los conceptos de
identidad y formación de identidad objetiva son fundamenta
les
para
el entendimiento del desarrollo de la personalidad
·humana. De acuerdo con él, los animales tienen una identi
dad adaptativa preformada, garantizada por sus automatismos
instintivos heredados.
El
hombre; sin embargo, por ser un
ente a
la
vez histórico
y
biológico, tiene una existencia histó
rica,
por
ejemplo, una existencia con una identidad autocreada
y autodefinida por cuyo mantenimiento debe luchar
por
siem
pre. Ésta
es
la
razón por
la
cual Lichtenstein introduce
la
idea de un principio de identidad que controla todo el des
arrollo humano y tiene prioridad sobre cualquier otro prin·
cipio o necesidad, incluyendo la necesidad de subsistir.
En
mi opinión,
la
idea de Lichtenstein, de que el hombre
está siempre amenazado por la pérdida o destrucción de su
identidad (pág. 184), no se puede confirmar
por
la observa
ción clínica. Si esto fuera válido los problemas de identidad
serían ciertamente predominantes en todos los neuróticos, Esto
no es así. Serios problemas de identidad parecen acontecer
solamente en neuróticos con conflictos narcisísticos específicos
y en pacientes borderlines y psicóticos.
La convicción de Lichtenstein del importante papel
que
en el hombre tiene
la
lucha por
la
identidad se basa en sus
objeciones a nuestra forma cartesiana de
pensar
en términos
de sujeto y objeto. Él cree en una
forma
simbiótica funda
mental de existencia del hombre
i dea
ésta relacionada con
los conceptos de Eissler. De aquí que,
el
hombre debe defi-
4
8/16/2019 El Self (sí mismo) y el mundo objetal (OCR)
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RECIENTE LITERATURA SOBRE IDENTIDAD
nir su
identidad
y se define a sí mismo como
un
instrumen
to,
un
órgano que sirve a
una
función . (Pág.
203.)
Lich
tenstein en consecuencia asume que
la
función esencial de
la
sexualidad humana no procreativa es el establecimiento de
los más tempranos y básicos esbozos de identidad. Considera
la relación simbiótica materno-infantil como el comienzo de
la
formación de la identidad humana. Creo que esto es acep- ·
table, a pesar que la separación del niño de
la
madre, y el
resultante proceso de individuación parece tan esencial en
la
formación de la identidad. Tampoco objeto
la
afirmación de
que La madre imprime al niño no una identidad sino un
tema de identidad . (Pág. 208.) Pero las fallas latentes de.
los conceptos de Lichtenstein se hacen obvias cuando define
un
apareamiento sensual como una interacción
en
la que
cada participante se experimenta a sí mismo como l único
capaz de servir de instrumento para
la
gratificación sensorial
del otro . (Pág. 207.) Tal concepto lleva lógicamente a negar
el
papel
de
la
agresión en
las
relaciones del hombre con su
Umwelt en el proceso de la formación de la identidad. En
consecuencia, aquí surgen las contradicciones se hacen evi
dentes en
t l
caso presentado por Lichtenstein. En ese momento
está obligado a hacer distinción entre una simbiosis normal
patológica.
En
efecto,
v la
necesidad
de
servir como el ins
trumento
para la
gratificación del otro integrante de la pare
ja o usar al
compañero
para
este propósito-- solamente
en pacientes con fijación preedípica sadomasoquista que man
tienen fantasías de fusión con los objetos, como en el caso
presentado por Lichtenstein. Su definición involucra el deseo
egoísta en
la
pareja sexual normal el anhelo de
la
autoafir
mación individual en la relación del hombre con su medio.
Existe sin duda
un
fondo
muy
valioso en el razonamiento
de Lichtenstein. Los seres humanos como los animales nacen
con
una
capacidad potencial
Anlage)
para
mantener rela
ciones mutuamente gratificantes y de adaptación con indivi
duos de su propia especie con
su Umwelt
en general. Lla
mar a esta situación simbiótica me parece que induce a
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ETAPAS INFANTIL TEMPRANA PREEDfPICA Y EDíPICA
confusión; este término excluye la lucha por la subsistencia
para la cual el hombre y el animal deben estar equipados.
En efecto los organismos vivientes no sólo se necesitan ali
mentan y gratifican unos a otros; también luchan unos con
otros hasta llegar a extinguir la especie. Esta interrelación a
doble vía entre las criaturas vivientes y su
Umwelt,
no puede
ser comparada con
la
relación que tiene un órgano con el resto
del organismo o con
la
relación verdaderamente simbiótica
materno-infantil que
no
involucra normalmente una lucha
destructiva.
He discutido las ideas de Lichtenstein con alguna exten
sión debido a que en los capítulos siguientes quiero mostrar
lo que ya he indicado aquí; por ejemplo cómo comenzando
con la individuación del niño el establecimiento de la identi
dad del hombre y los correspondientes sentimientos de identi
dad reflejan el hecho de que en cualquier período necesita
adquiere un equipamiento doble. Este equipamiento doble
lo
incapacita por otra parte
para
vivir con su
Umwelt
en un
estado de interrelación social y personal adaptación gratifi
cación y cumplimiento de las necesidades mutuas. También
lo inhabilita para afirmarse s i fuera necesario luchando -
en servicio de su libertad y sobrevida individual en el de
s r grupo o especie dentro de este Umwe lt.
Más aún los seres humanos alcanzan madurez men
tal y física totales autonomía del yo y superyó dominio emo·
cional e instintual y libertad sólo después de la adolescencia.
Hasta ese momento aprenden a relacionarse con su Umwelt,
a funcionar y a afi
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