El artista alemán Wolf Vostell fue uno de los representantes más sobresalientes dentro de la
vanguardia artística del siglo XX, cuya obra estuvo impulsada por un mismo principio: la estética de
la destrucción que pretende simbolizar el carácter negativo y agresivo del mundo contemporáneo.
Shoah (1492-1945): un inmenso tríptico realizado en acrílico y hormigón, creado por Vostell en
1997 en memoria de la expulsión de los judíos españoles y de las víctimas del Holocausto, que él
mismo definió como un “infinito puente de más de 500 años sobre ese mar de lágrimas de las
víctimas sojuzgadas, expulsadas, perseguidas y masacradas”.
Shoah (1492-1945) se expondrá en la Sinagoga del Tránsito en Toledo, la muestra más destacable
del pasado hispano-judío en España, que tras la expulsión de los judíos en 1492, dejaría de
funcionar definitivamente como sinagoga en 1494.
Con motivo del IV Centenario del fallecimiento del Greco en 2014, esta exposición quiere rendir
también homenaje a quien, al igual que Vostell, fue “peregrino en su patria” como diría Lope de
Vega. Ambos eligieron un lugar ajeno para vivir y lo intervinieron con su mirada de tal modo que ya
no es posible pensar Toledo o los campos de Malpartida en Cáceres, si no es a través de los ojos
forasteros de estos dos artistas.
La exposición, comisariada por Alfredo Mateos Paramio, ha sido organizada por la Subdirección
General de Promoción de las Bellas Artes del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y el Museo
Sefardí, y ha contado con la colaboración del Consorcio Museo Vostell de Malpartida.
Organizan: Colabora:
WOLF VOSTELL
Archivo Happening Vostell. Gobierno de Extremadura
El pintor, escultor y artista multimedia Wolfrang Vostell (Leverkusen, 1932 – Berlín, 1998) fue uno
de los representantes más sobresalientes dentro de la vanguardia artística del siglo XX. De origen
judío, Vostell inició su carrera profesional hacia 1950 y desarrollaría su trayectoria artística en
Colonia, Berlín, París y Extremadura.
El Dé-coll/age
En 1954 inventa una nueva técnica artística: Dé-coll/age (“desprender, deshacer”, a diferencia del
Collage que yuxtapone elementos) técnica que aplicaría a sus cuadros: carteles hechos jirones,
fotografías emborronadas y objetos desgarrados.
Cuadros-objetos: coches y televisores
En 1958 crea los primeros cuadros-objetos, en los que aparecen en sus lienzos televisores y piezas
de automóviles. Vostell se convierte en el primer artista del siglo XX en utilizar el aparato de
televisión como obra de arte. Los coches y los televisores se convierten en elementos de referencia
en toda su obra. Dirá al respecto: “Es arqueología al final del siglo XX. Yo sería como un artista naif
si no aprovechara los elementos más significativos como el avión, el televisor y el automóvil, que
forman el sistema nervioso de la gente en la segunda mitad de este siglo. Además, pienso que el
automóvil y el televisor son esculturas populares y, al mismo tiempo, estas esculturas, en nuestro
tiempo, forman el teatro popular. Porque alrededor del televisor y del coche se han generado ciertos
comportamientos típicos en la humanidad, como nunca antes se habían dado. Son arquetipos del
siglo XX”.
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También en 1958 es cuando realiza su primer viaje a nuestro país para conocer la obra de Goya y
Zurbarán. Previamente, le había impactado en París la visión del cortometraje de Buñuel Tierra sin
pan. De Goya diría más tarde: “Al llegar aquí (España) me sentí muy impactado por el mensaje de
Goya. Fue entonces un modelo y sigue siendo un modelo para mí”. Este viaje le traería importantes
consecuencias en su vida personal, así como para el futuro desarrollo de su carrera artística.
En 1959 el artista contrae matrimonio con la extremeña Mercedes Guardado Olivenza: “Me
enamoré de España, de Extremadura, de Mercedes, de la historia del arte español y del carácter
dulce y tolerante de la gente humilde”.
Fluxus y Happenings
Las primeras exposiciones de Vostell en el circuito internacional tienen lugar en los primeros años
de la década de 1960 (París, Milán, Nueva York, Buenos Aires…). En estos años conoce a
importantes representantes de las vanguardias clásicas, como Marcel Duchamp, y define su credo
artístico con la expresión “Arte=Vida, Vida =Arte” en el que declara su interés por el proceso de
creación artística de la obra, más que por la obra terminada.
También en esta década se producen los primeros contactos con el movimiento Fluxus (término
latino que significa “flujo”), presente en las artes visuales, la música y la literatura y que se
caracteriza por entender lo sencillo y lo cotidiano como acontecimiento. A partir de aquí, Vostell se
interesa por el happening (movimiento artístico que tiene como tentativa el producir una obra de
arte que no se focaliza en el objeto sino en el evento a organizar y en la participación de los
espectadores) y el uso de los medios de la tecnología electrónica y televisual.
Vostell se referirá a sus happenings de la siguiente manera: “Mis happenings son diferentes a la
realidad, pero trabajan con la vida encontrada. Mis objetos son distintos a la realidad pero están
construidos con objetos encontrados, solo que, a diferencia de los de Duchamp, no son nuevos; han
sido transformados por el uso humano (…) Últimamente en Berlín compré un tanque ruso y un avión
MIG, ruso, para hacer esculturas”.
Sucesos escultóricos y pinturas: el hormigón
En 1969 presenta en Colonia su primera escultura hormigonada con forma de automóvil, a la que
titula Ruhende Verkehr (“Circulación Bloqueada”). De esta escultura ofrecerá posteriores versiones
convirtiéndose en un auténtico icono de su obra. A partir de aquí el proceso de cementación lo
llevará a todo tipo de objetos: televisores, vagones de ferrocarril, aviones, tanques etc. Vostell
llamará a sus hormigonados Sucesos Escultóricos.
El hormigón fue uno de los materiales artísticos preferidos de Vostell. No sólo lo empleó para sus
esculturas, sino que lo empleó también en forma líquida, como si fuera pintura, para sus cuadros y
dibujos, combinado con pintura acrílica, carboncillo y plomo líquido. Cuerpos o sus partes en formas
cuadradas o rectangulares que semejan bloques de hormigón, se encuentran en muchos de sus
lienzos. Tanto sus obras materiales como los happenings están impulsados por un mismo principio:
la estética de la destrucción que pretende simbolizar el carácter agresivo y negativo del mundo
contemporáneo.
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A partir de 1974 se inciaría su privilegiada relación con España cuando participa en el ciclo Nuevos
Comportamientos Artísticos que tiene lugar ese año en Madrid. En este ciclo participaban
prestigiosos artistas que no se planteaban una misma tendencia artística, sino que más bien
reflejaban unas actitudes comunes a las diversas manifestaciones artísticas de lo que se empezaba
a conocer como la «des-materialización del arte».
Vostell conoce este mismo año, acompañado por su esposa, la localidad de Malpartida de Cáceres y
el paraje conocido como Los Barruecos, un valle de bloques graníticos declarado en 1996
Monumento Natural: “La casualidad me llevó a Malpartida de Cáceres, donde las piedras me
decían: haz algo aquí. Me enamoré entonces también de Los Barruecos, declaré aquella zona obra
de arte de la naturaleza. Marco ideal para el arte conceptual. Comencé a desarrollar la idea de un
museo destinado al arte Happening y Fluxus”.
En 1976 Vostell funda el Museo Vostell Malpartida (MVM) que, desde 1994, pasa a ser gestionado
por el Gobierno de Extremadura. Este mismo año, la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid (ARCO)
da a conocer el primer catálogo del museo. Junto a las obras de arte diseminadas por el entorno
natural, el Museo Vostell Malpartida ocupa también parte de un edificio histórico que durante los
siglos XVIII y XIX fue lavadero de lanas.
A partir de 1998 (con la donación de obras Fluxus de Gino di Maggio) el Museo Vostell Malpartida ha
dejado de ser un museo de carácter monográfico para convertirse en un espacio artístico de
proyección internacional.
La primera gran exposición monográfica dedicada al artista tiene lugar en 1982 en la DAAD Galerie,
titulada “Vostell en Berlín, 1971-1981”. La totalidad de su obra gráfica se expondría durante estos
años en sedes como la Biblioteca Nacional de París, el Palacio de Exposiciones de Roma o el Museo
de Arte Moderno de Estrasburgo, entre otras. En 1992, tras cumplir los 60 años, es nombrado
miembro de la Academia Europea para la Ciencia y el Arte de Salzburgo.
En 1997, un año antes de morir, presenta en la Galería Fine Art Rafael Vostell en Berlín la gran obra
SHOAH 1492-1945: en memoria de la expulsión de los judíos españoles y de las víctimas del
Holocausto.
SHOAH 1492-1945
En memoria de la expulsión de los judíos españoles y de las víctimas del Holocausto
Shoah 1492 – 1945 © Wolf Vostell, VEGAP, Madrid, 2014
Wolf Vostell definió su obra Shoah 1492-1945 como un “infinito puente de más de 500 años sobre
ese mar de lágrimas de las víctimas sojuzgadas, expulsadas, perseguidas y masacradas”. Y,
efectivamente, la escena de esta obra está regida por un puente sin ojos, por un dique sin agua que
oprime cuerpos innumerables bajo una luz sin sombras. Un puente de la memoria que no acaba
nunca de cruzarse, como el del Bidasoa de la Guerra Civil española o el BöseBrücke de Berlín, un
puente interminable como la agonía final de Sed de Mal, o como la noche sin alba del Guernica.
“Shoah es una obra característica en el estilo pictórico de Vostell, tanto por los colores como por la
estructura interna de la composición, en la que una gran línea (el muro de hormigón) divide el
espacio en dos niveles: el superior, limpio de horizonte, como la promesa de salvación y libertad, y el
inferior en el que la masa del pueblo es aplastada, y en la que vemos esos elementos, tan queridos
por el artista, para simbolizar los temas que recorren toda su obra: la violencia y la sexualidad. Es,
una vez más, la imagen del lobo y la de un zapato de mujer lo que nos refiere la violencia ciega y
animal, que sigue siempre al miedo, a la huida, a la angustia colectiva. No hay que olvidar que el
tema de la expulsión de los judíos es claramente puesto en relación con el holocausto nazi”.
(Antonio Franco).
“La obra Shoah pretende ser una interpretación de la Historia, y es una propuesta vostelliana de
pintura acrílica/bloques de hormigón donde nos reencontramos estética, y hasta con probabilidad,
mentalmente con Goya y con Picasso. Aquí la Historia es vista por Vostell con afección personal, la
expulsión de los judíos de España y el holocausto nazi en Alemania, le sirven de lustración
ideológica y cordón umbilical que define su propia trayectoria humana. La relación España-Alemania
es motivo de varias series de sus obras y justifica en parte el emplazamiento del museo Vostell en
Malpartida de Cáceres. El pueblo judío, ejemplo de opresión o genocidio, ha sido tratado también
por Vostell en parangón con las Hurdes o la Siberia, comarcas que fueron tradicionalmente
marginadas en Extremadura”.
(Mª del Mar Lozano Bartolozzi).
“Las dimensiones de Shoah son, en cierto modo, una referencia a la gran tragedia sufrida por los
judíos españoles en su expulsión del año 1492. Está claro que, junto al 2 de Mayo de Goya, tuvo en
su línea de mira al Guernica de Picasso... Desde luego, la goyesca y picassiana mole de hormigón
aplasta a la Humanidad en todo lo largo del cuadro pintado para el V Centenario, con la proyección
de su forma negra, híbrida entre una cruz caída de los católicos y una cruz gamada, ya nadie podrá
levantarla... El drama que pintó Vostell no tiene remedio, de acuerdo, pero todavía queda la escena
de muerte envuelta en un halo de niebla, y de colores diáfanos que nos recuerda a los fondos
místicos que el Greco daba a sus cuadros de mártires”.
(Michel Hubert Lépicouché).
“Serie Shoah. Dibujo preparatorio” © Wolf Vostell, VEGAP, Madrid, 2014
SHOAH (“Gran desgracia”) 1492 – 1945 fue terminado por Wolf Vostell en 1997. Realizado en
acrílico y hormigón, el resultado fue un impresionante tríptico de casi siete metros de largo y tres de
alto. El inmenso cuadro, fue expuesto por primera vez en la Galería Fine Art Rafael Vostell en Berlín.
SHOAH 1492 – 1945, por Wolf Vostell
“El cuadro recordatorio Shoah (“gran desgracia”) no pudo concluirse hasta 1997, y dibuja un arco
entre 1492 y 1945, sin proponerse establecer jerarquías ni valoraciones de lo sucedido. Lo que me
importa es usar como tema el infinito puente de más de 500 años sobre ese mar de lágrimas de las
víctimas sojuzgadas, expulsadas, perseguidas y masacradas. Todos debemos tomar conciencia,
también mediante el arte, de la época en que vivimos y cómo fue la historia de los judíos en Europa.
Una de las obras de arte más grandes del siglo XX, el Guernica de Picasso, describe la gran
desgracia del bombardeo de la misma ciudad: pero no mediante ilustrativas figuraciones en el
propio cuadro, sino sólo mediante el enunciado del título. Y también mi cuadro, a pesar de la fijación
de su tema en el título, es legible universalmente y expresa la tragedia y el gran desastre, todas las
víctimas caídas paralelamente en ese lapso de tiempo. ¡Es mejor recordar la historia a través de una
obra de arte que no hacerlo! Mi cuadro no está a la venta y algún día se empleará para crear el
fondo de la Fundación Familia Vostell, pero se expondrá en todo el mundo.
¡Los derechos humanos deben ser declarados obras de arte!”
LA SINAGOGA DEL TRÁNSITO
El inmenso tríptico de Vostell se expondrá durante todo el año 2014 en un escenario incomparable:
bajo la techumbre estrellada de la Sinagoga del Tránsito, la muestra más destacable del pasado
hispano-judío en España, que tras la expulsión de los judíos en 1492, dejaría de funcionar
definitivamente como sinagoga en 1494.
Situada en el borde sudoeste de la ciudad, en plena judería, la Sinagoga fue mandada erigir a
mediados del siglo XIV por Samuel ha Leví Abulafia, que ocupó en la corte del Rey Pedro I de Castilla
diversas funciones como oidor de la audiencia, diplomático y tesorero real.
Con la expulsión de los judíos en 1492
los Reyes Católicos otorgaron a la Orden
de Calatrava la "sinagoga mayor que los
judíos tenían en Toledo, a cambio del
Alcázar y Palacios de Galiana con su
iglesia de Santa Fe, posesiones de esta
orden". En 1494 el edificio dejó de ser
utilizado como sinagoga y pasa a formar
parte del Priorato de San Benito,
sirviendo de hospital y asilo para los
caballeros calatravos la zona que
ocupaban la escuela rabínica y la galería
de mujeres. La antigua gran sala de
oración pasó a ser templo cristiano y lugar de enterramiento de algunos caballeros calatravos,
apareciendo en la documentación como Iglesia de San Benito.
Ya en el siglo XVI, abandonó las anteriores funciones para convertirse exclusivamente en iglesia,
construyéndose una puerta de entrada a la sacristía y un arcosolio utilizado para dar culto a una
imagen de la Virgen. Se adosó también un retablo al cuerpo central del antiguo hejal y se colocó el
altar principal sobre el primitivo suelo de la sinagoga. La antigua Galería de Mujeres se tapió, pasó a
ser utilizada como vivienda y se construyó un coro de madera en el lado Oeste.
En el siglo XVII la iglesia de San
Benito pasó a ser conocida
vulgarmente como “del Tránsito”
debido al encargo que un caballero
calatravo realizó al pintor de la
escuela toledana Juan Correa de
Vivar de un cuadro del Tránsito de
Nuestra Señora (hoy conservado en
el Museo del Prado). En este
momento se construyó adosado al
muro Norte el Archivo de las
Órdenes Militares de Calatrava y
Alcántara. En el siglo XVIII la
decadencia del poderío de las
órdenes militares afectó también a
la antes rica iglesia de Nuestra
Señora del Tránsito, que aparece en
la documentación simplemente
como ermita.
A lo largo de casi todo el siglo XIX
sufre un continuo deterioro,
manteniendo su uso como ermita
hasta la Desamortización. El 1 de Mayo de 1877 fue declarada Monumento Nacional. Desde
entonces se llevaron a cabo varias restauraciones para paliar el mal estado del edificio y
actualmente aloja entre sus muros el Museo Sefardí.
EL GRECO Y VOSTELL, DOS FORASTEROS EN LAS ESPAÑAS
La obra Shoah nació con motivo del V Centenario (1492- 1992) en España, como esta exposición lo
es del IV Centenario del Greco en Toledo (1614-2014). La amplitud y la generosidad de las
programaciones de actos culturales, fiestas y espectáculos, con motivo de ambos Centenarios, no
podían pasar desapercibidos para Vostell, para recordarnos en ambos que parte del coste de la
alegría ya la habían pagado con dolor y lágrimas los súbditos judíos del rey Fernando. Vostell y el
Greco son dos extranjeros en las Españas, a los que hemos hermanado imaginariamente en la
Toledo del siglo XXI, como homenaje a la genialidad de ambos artistas, en el mismo barrio judío en
el que tuvo la casa el pintor y en la misma sinagoga que el Greco conoció como Priorato de San
Benito.
“¿Qué tienen en común un artista alemán que acuesta televisores en las camas en la España de los
años 60 y un griego candiota del siglo XVI que incendia de colores imposibles los retablos que le
encargan? Entre otras muchas cosas, ambos son “peregrinos en su patria”, como diría Lope de
Vega. Ambos han elegido un lugar ajeno para vivir y lo han intervenido con su mirada de tal modo
que ya no es posible pensar Toledo o los campos de Malpartida en Cáceres si no es a través de los
ojos forasteros de estos dos artistas.”
Por ello, el Museo Sefardí de Toledo y la Subdirección General de Promoción de las Bellas Artes del
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, con la colaboración del Consorcio Museo Vostell
Malpartida, han podido reunir en espacios contiguos a Wolf Vostell y a Doménikos Theotocópulos, el
Greco, precisamente en la apertura del centenario de este último. La obra de Vostell Shoah (1492-
1945) se caracteriza por un ensamblaje entre vanguardia y memoria, de modo similar a como el
Greco supo transfigurar su gramática bizantina en retratos insólitos e inolvidables. La ubicación
durante varios meses de este tríptico monumental de Vostell en el interior de la Sinagoga del
Tránsito instala, como los retablos del Greco, una arquitectura luminosa, una llama insomne que
interpela a cada visitante con las tinieblas del éxodo y el fulgor de la esperanza.
¿Es posible escribir poesía después de Auschwitz?, se preguntaba Theodor Adorno. ¿Es posible
representar, hacer música, pintar, pensar, después de la experiencia de la Shoah y los sufrimientos
infligidos por y a la Humanidad en los siglos XX y XXI? Bajo la techumbre estrellada de la Sinagoga
del Tránsito, y ante la obra de Vostell como diapasón de las palabras, tendrá lugar en 2014 una
serie de debates y conversaciones que, a cargo de renombrados especialistas, plantearán en voz
alta estas preguntas y cuestionarán si las artes y las palabras pueden hacer algo contra el uso
criminal del mundo y abrir, como hacía Vostel y escribía el Greco, espacios efímeros y perennes para
cada uno de nosotros: “Como no hay nombre más digno que la hermosura, así no existe cosa que le
falte; en ella están la fortaleza y la perpetuidad de las fábricas.”
Alfredo Mateos Paramio, comisario de la exposición.
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¿CÓMO PENSAR Y CREAR DESPUÉS DEL HOLOCAUSTO?
Serie de Coloquios en torno a la Cultura y la Memoria
Lunes 24 de febrero de 2014
Manuel Reyes Mate
La piedra desechada
Pensar después del Holocausto
Lunes 7 de abril de 2014
José María de Francisco & Gonzalo Cordero de Ciria
¿Cómo representar la ausencia?
El arte contemporáneo y la ruptura del presente.
Lunes 5 de mayo de 2014
César Antonio Molina
Lugares donde se calma el dolor y otros escritos
Lectura y coloquio
Lunes 9 de junio de 2014
Darío Álvarez
Fisuras en el paisaje
Arquitectura y Memoria
Horario:
19:00 horas
Lugar:
Museo Sefardí. Gran Sala de Oración de la Sinagoga del Tránsito
Más información en:
http://museosefardi.mcu.es
Programación de actividades gratuita
CRÉDITOS
Organizan:
S. G. de Promoción de las Bellas Artes. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte
Museo Sefardí
Colabora:
Museo Vostell Malpartida
Comisario:
Alfredo Mateos Paramio
Coordinación:
Ana Tomás Hernández (SGPBA)
Equipo técnico Museo Sefardí
Diseño gráfico:
db Comunicación
Transporte:
Servicio Móvil - Arte
Montaje:
Montajes Horche, SL
Iluminación:
Intervento
Seguro:
Garantía del Estado
Franquicia: Aon Risk Solutions | STAI - AON Arte
Comunicación:
Conchita Sánchez Llorente y Paloma Ballesteros Valladares (SGPBA)
Carmen Álvarez Nogales y Ana Muñoz Vela (Museo Sefardí)
INFORMACIÓN PRÁCTICA
Exposición del 28 de enero de 2014 al 30 de enero de 2015
http://www.mcu.es/promoArte/Novedades/Shoah_MuseoSefardi.html
Museo Sefardí / Gran Sala de Oración de la Sinagoga del Tránsito
Samuel Leví s/n. 45002 Toledo
http://museosefardi.mcu.es/
Horario:
1 de octubre - 31 de marzo: de martes a sábado de 9:30 a 18:30 h.
1 de abril - 30 de septiembre: de martes a sábado de 9:30 a 20:00 h.
Domingos y festivos: de 10:00 a 15:00 h.
Cerrado: lunes, 1 y 6 de enero, 1 de mayo, 24, 25 y 31 de diciembre
Entrada a la exposición:
Incluida en el precio de la entrada general al museo
CONTACTO PRENSA:
Museo Sefardí
Carmen Álvarez Nogales / Ana Muñoz Vela
925 22 36 65
Promoción del Arte
Conchita Sánchez 91 701 62 08
Paloma Ballesteros 91 701 62 11
IMÁGENES EN ALTA RESOLUCIÓN
https://www.dropbox.com/sh/6wbe5jh2yyr12yf/997KZFuPt3
Más información
http://www.mcu.es/promoArte/index.html http://www.facebook.com/PromocionDelArte http://twitter.com/#!/PromociondeArte
http://museosefardi.mcu.es www.facebook.com/MuseoSefardi @MuseoSefardí
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