Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
GEOGRAFIA
crist ianos. que . de even tos pluriculturales ntualizados muy precisamente, se han venido transformando en ;;;1mples fenas come rciales de ganaderos y peones, de las que se han borrado sus ce remo nias más identificadoras y en las que. po r el cont rario, se esfuerzan sus oficiantes por oculta r todo nexo con su "indian1dad ". Examina pa ra ello, en pa rticular . una ce lebrac ión de la fiesta de La Candela ria e n Orocué, que resulta muy ilust rad ora de lo dicho.
Ve rsificación de galerones. co rrí as, llo raos y cont rapunto~: gol pes de cuatro y bordo neos de a rpas; temas de sabana, de matas de monte y de caños , de se res de l día y de la noc he, de la to rme nta y de l ve rano , presentes en el complejo histó rico- litera riomusical de estas tradic1ones llaneras, son definidos y descri tos por la auto ra
. . con mmuctoso y sonoro gusto. una muy grata manera de conduci rnos al fi nal del volumen.
M I\RIANO U SEC H E L OSADA
Entre la metrópoli y la tía rica
Sobre los Llanos 1:.(/uardo Man111/a Trt!)O\ (nmlplladvr)
Fotc.>mecánsca 1 nd ustnal. Bogotá. 1988. 211 pág!> . dthUJOl>. fotos
¿Es la lite ratura regiona l el prod ucto Inevitable de la!) características propias de una 10na geográfica? ¿0, por el contrano, puede surgi r el ve rdadero esc rito r desvinculad o de las condicione de ~u sit io natal? Concre tamente, e!)te libro trata de descub rir cuáles son y c uáles de bieran se r las re lac iones en tre el esc rito r llanero y la t ierra llanera. tarea ya de por sí mayorme nte compleja que la de aclarar los nex0s e nt re la li tera tura un ive rsal y las nacionales . Para los Llanos, además de l proble ma, propio de toda provincia , de !)U a rt iculación con la metrópoli ( Bogotá), ex is te también el no menos espinoso de sus vínculos con una t ía rica (Venezuela) 4ue con frecuencia hace sent ir una
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mayo r presencia en los Llanos que la capital nacional. aparentemente cercana pero en realidad más d istante en todo sentido.
Las anteriores inquietudes finalme nte desbordaron el marco puramente ind ivid ua l para cristalizar en el Primer Encuentro Colombo-Venezo lano de Escrito res Llaneros. celebrado en Arauca del 29 al31 de mayo de 1987. El libro que nos ocupa, compilado por el maestro Eduardo Mantilla Trejas, recoge las po ne ncias e informes de ese conclave, además de una muest ra de t rabajos literarios. Se lee con verdadero deleite toda la obra, de presen tación muy agradable , donde alterna la literatura con los dibujos y las fo tos, e n feliz combinación.
La tesis sobre la ex istencia de una literatura llanera distinta de las demás es claramente expuesta por Eduardo Mantilla Trejas y secundada por Alberto Baquero Nariño, qu ienes en magistrales po nencias defiende n la posición establec ida u "oficial", con a rgumentos a primera vista convince ntes. Pero esta interpretación no resiste la embest ida del ' joven poeta Jul io Daniel Chaparro , q uien niega q ue los Llanos sean " un gueto aislado del res to del mundo" y rechaza la tal " receta" para escrib1r poesía llanera: " reun ir una lex icón de palabrejas regionales, agitar muy fuerte y servi r".
Una bella síntesis sobre la ve rdadera natura leza de la literatura regiona l la logra Germán Pinto Saavedra, pe ro so la me nte después de denunciar el esno bismo impe rante entre los eswdia ntes llane ros, qu ie nes se di vte rtc n e n sus fies tas con rock y disco music estadounidenses, y se po ne n sus disfraces de " llanero y bailan joropos" solamente para grados o actos especiales. Un tour de force a través de la lite ratura un ive rsal le permite a Pinto Saa vedra escla recer las característi cas que debiera re unir la lite ratura regional. cuyos tres máximos exponentes son e l colombiano Tomás Carrasqu illa, el mexicano Jua n Ru lfo y el peruano J osé Ma ria Argued as. Solamente a través de producciones similares, se logra, afi rma Pinto Saavedra , escapar "a tiempo de la tontería y la frivolidad, de la ignora ncia y vanidad superlativas
RESEÑAS
que parecen reinar hoy como soberanas absolutas en nuestos medios literarios".
En un p lano más práct ico, varios expositores (Argenis Mé ndez, Echenique, Carmen R . Mart ínez A. y Eduardo Mant illa Trejos) se refieren a las dificultades económicas de los esc rito rs en los Llanos colombianos. quie nes, s in apoyo oficial , al contrario de sus colegas venezolanos, se ven o bligados a to mar préstamos usurarios para la edición de s us o bras. Entre las recomendaciones del Enc uentro se destaca la creación de un Fondo Edito rial de los Llanos y la de "edi tar, cada uno de los asistentes, dentro del té rmino de un año, por lo menos un libro". En las biografías de los part ic ipantes, la mayoría confiesa tener novelas inéditas o po r lo menos versos; así que se puede esperar una ex plosión en la producció n literaria. si se cristalizaran los proyectos de apoyo.
Casi unán imamente los ponentes reclaman el rescate de la historia de los Llanos, ya sea median te la prese rvaéión de los d ocumentos inéditos amenazados de una segura destrucción, o grabando antes de s u desaparición, lastrad iciones orales, tanto de índole literaria como histórica. La ponencia de Alfredo Molano indica
Bolelln Cultural y Biblio¡rilic:o Vol. 27. núm. 22, 1990
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RESEllAS
cómo nuevos investigadores pueden reconstruir, por medio de entrevistas y con las propias palabras de los protagonistas, los hechos vividos. Este g~nero, como el ponente lo relata, ha encontrado cierta resistencia entre los amantes de las grandes teorías.
Para completar el panorama de la literatura en los Llanos, el libro reproduce poemas, cuentos y ensayos llaneros. Además de las selecciones de la producción literaria de los ponentes antes citados, se encuentra tambi~n una muesta de Luis Caroprese Quintero, Alvaro Ruiz, Silvia Aponte, H~ctor Paúl Vanegas, Alfonso Medina Delgado, Humberto Amaya Luzardo, Jorge Navea Hidalgo y Adolfo Rodríguez. De la lectura de esta cautivadora selección, no queda la menor duda de que la literatura en los Llanos colombianos es pujante y está entrando en una etapa de promisorias perspectivas.
Quedó indicada en el texto la trascendencia, para los Llanos, de Lo vorágine de Jos~ Eustasio Rivera y DoRa Bárbara de Rómulo Gallegos. Mientras que en Venezuela ambas obras maestras se admiran, en Colombia se cuestiona parte de la novela de Rivera, y una mayor profundización en este aspecto con seguridad hubiera arrojado luces adicionales sobre la naturaleza de la literatura en los Llanos.
Merecen felicitaciones los promotores y patrocinadores de Sobre los Llanos, libro que proyecta una visión acogedora y muy agradable. Despu~s de haber saboreado con deleite los escritos, se termina la lectura con . pesar de haber a.cabado, y se espera con inter~s la aparición de un siguiente tomo, que nos muestre otros avances de la rica producción literaria en los Llanos.
REN~ DE LA PEDRAJA TOMAN
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Entre la imprecaución y el ridículo
Diario secrejo José Maria Varg~ Vi/a Selecció n. 1ntroducc•ón y notas de Consueln Triviño. Arango EditOres-El Áncora Edit ores. Bogotá. 1989. 21 O pág).
La señora Triviño es la primera colombiana que ha tenido acceso a los originales del llamado "Diario secreto" del panfletario colombiano Vargas Vila. Lo consiguió bajo el auspicio de la Comisión Cultural del V Centenario del Descubrimiento de Am~rica, de España, y con la ayuda de los d irectivos de la Biblioteca Nacional José Martí, de La Habana, institución que tiene bajo su tutela el preciado diario, que reposa en el archivo del Consejo de Estado de Cuba.
La primera decepción que se lleva el lector es enterarse de que se trata de fragmentos escogidos por Consuelo Triviño, lo cual suscita cierto resquemor por tener que leer lo que otro, a su libre y real albedrío, ha subrayado para conocimiento público. De manera que no hay continuidad en las expresiones de Vargas Vila, sino destellos apenas de su sen-
BIOGRAFIA
tir y pensar, aislados por los cientos de páginas aún inéditas y custodiadas en caja fuerte.
No obstante - salvo los párrafos de escándalo que llamaron la atención de la tijera y que comentaremos más adelante-, lo que se nos permitió leer es suficiente para revelarnos a un hombre amargado, repud iado y amado, solitario y asediado por !a turba, grande y miserable, ególatra y entregado al amor de su hermano Antonio y de su mano derecha, un poetica venezolano del montón, Ramón Palacio Viso, a quien el propio Vargas Vila declarara su heredero universal.
Vargas Vila, además de esos dos amores inmediatos y de los cientos de odios acumulados, vive en gran medida de sus recuerdos y de la idealización de su madre y de su patria, pese a que ésta no le otorgó favor alguno, distinto del accidente de haber nacido en Bogotá y recibid o el bautizo en la iglesia de Santa Bárbara, circunstancia que siempre lamentaría -ya excomulgado-, alegando con orgullo ser un ateo de racamandaca y sin arrepentimiento alguno.
No es difícil deducir por qué atrajo tantos lectores durante el último decenio del siglo XIX y el primero del presente, si nos atenemos a su recurso del lenguaje directo, cargado de imprecaciones, irreverente, alfilerozo, punzante y con fuerza descrestadora. Además, su asombrosa seguridad en sí mismo, que raya con el ridículo , debió de atraer parroq uianos deslumbrados con expresiones tales como: "Si yo quisiera ser un clásico, lo seria. Nada tan fáci l como el período redondo". O esta otra: "Creo ser, entre los escrito res de habla española , el que más ha enriquecido el 1dioma". Una más: "Yo no escribo para el publ ico. Antes bien, lo desprecio".
Son frases sacadas con pinzas de la extensa entrevista que Rafael Maya le hiciera en Barranquilla el 27 de abril de 1924. la últ1ma vez que Vargas Vi la estuvo en su país. luego de 38 años de exilio, primero justificado, luego voluntario. Esa seguridad y creencia de ser superio r. se reneja también en su Diario. Ahí encontramos bellezas como éstas: "Yo soy mi propio Dio y me adoro con delecta-
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