ESCUCHAD LA VOZ DE DIOS HOY PARA QUE TE
VAYA BIEN
William Soto Santiago, Ph.D.
Domingo, 02 de Mayo de 2010
Santa Martha, México
ESCUCHAD LA VOZ DE DIOS HOY
PARA QUE TE VAYA BIEN
William Soto Santiago, Ph.D.
Domingo, 02 de Mayo de 2010
Santa Martha, México
Muy buenos días, amables amigos y hermanos presentes,
y los que están a través del satélite Amazonas o de internet en
diferentes naciones; es una bendición y privilegio grande estar
con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos
momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios
y Su Programa correspondiente a este tiempo final.
Aprecio y agradezco mucho el respaldo que le están dando
al proyecto de la Gran Carpa-Catedral en Puerto Rico, y
también el respaldo que le están dando a la obra misionera y
evangelística, y también el respaldo que le están dando a
AMISRAEL.
Para esta ocasión leemos en Jeremías, capítulo 7, versos 21
en adelante, donde dice:
“Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel:
Añadid vuestros holocaustos sobre vuestros sacrificios, y
comed la carne.
Porque no hablé yo con vuestros padres, ni nada les
mandé acerca de holocaustos y de víctimas el día que los
saqué de la tierra de Egipto.
Mas esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y seré a
vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y andad
en todo camino que os mande, para que os vaya bien.
Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus
propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y
fueron hacia atrás y no hacia adelante,
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desde el día que vuestros padres salieron de la tierra de
Egipto hasta hoy. Y os envié todos los profetas mis siervos,
enviándolos desde temprano y sin cesar;
pero no me oyeron ni inclinaron su oído, sino que
endurecieron su cerviz, e hicieron peor que sus padres.
Tú, pues, les dirás todas estas palabras, pero no te oirán;
los llamarás, y no te responderán.
Les dirás, por tanto: Esta es la nación que no escuchó la
voz de Jehová su Dios, ni admitió corrección; pereció la
verdad, y de la boca de ellos fue cortada.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos
permita entenderla.
“ESCUCHAD LA VOZ DE DIOS HOY PARA QUE
TE VAYA BIEN.”El mismo Dios por medio del profeta Jeremías en este
capítulo 7 que leímos, en el verso 23 dice que escuchemos
“Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros
me seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mande,
para que os vaya bien.”
El secreto para que le vaya bien a la persona y a su familia
la da aquí Dios, diciéndole a las personas que escuchemos Su
Voz y hagamos conforme a como Él nos manda para que nos
vaya bien.
Ahora, ¿cuál es la Voz de Dios hoy? Es muy importante,
pues en el tiempo del profeta Moisés como también fue en el
tiempo de Caín y Abel y en el tiempo también de todos esos
hombres de Dios del pasado y de los profetas, vean ustedes,
en el tiempo de Noé como en el tiempo de Caín, hubo
religiones. Caín tenía su propia religión con la cual él pensaba
que agradaba a Dios; ofrecía una ofrenda de frutos del campo
a Dios, pero Dios no se agradó de él ni de su ofrenda.
O sea que no es como algunas personas piensan: “Bueno,
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todos los seres humanos, para que les vaya bien, para que
vivan eternamente con Cristo en Su Reino. La recomendación
siempre ha sido que escuchemos la Voz de Dios: Oye Su Voz,
escucha Su Voz hoy para que te vaya bien. Yo la escuché y
ahora también ustedes la han escuchado y están haciendo
como dice Dios en Su Palabra.
Por lo tanto, bien pueden ser bautizados. Y que Cristo los
bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes
el nuevo nacimiento, ustedes que están presentes y los que
están en otras naciones y han recibido a Cristo como único
y suficiente Salvador en estos momentos.
Que las bendiciones de Cristo el Ángel del Pacto sean
sobre cada uno de ustedes y sobre mí también. Continúen pasando todos una tarde feliz, llena de las
bendiciones de Cristo nuestro Salvador.
Dejo con ustedes al reverendo Ricardo Villagrán para que
les indique cómo hacer para ser bautizados en agua en el
Nombre del Señor Jesucristo.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
“ESCUCHAD LA VOZ DE DIOS HOY PARA QUE
TE VAYA BIEN.”
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profundo de vuestro corazón es: “¿Cuándo me pueden
bautizar?”
Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón
bien pueden ser bautizados. Y que Cristo les bautice con
Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo
nacimiento. El bautismo en agua es un mandamiento del Señor
Jesucristo. Cuando Juan el Bautista estuvo predicando y
bautizando en el Jordán, llegó Jesús, entró a las aguas del
Jordán, se detuvo frente a Juan y Juan le dice: “Yo tengo
necesidad de ser bautizado por Ti, ¿y Tú vienes a mí para que
yo te bautice?” Y Jesús le dice: “Nos conviene cumplir toda
justicia.” Y entonces lo bautizó.
Si para cumplir toda justicia a Jesús le convenía ser
bautizado por Juan el Bautista, cuánto más a nosotros nos
conviene ser bautizados en agua en el Nombre del Señor
Jesucristo.
Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador muere al
mundo; y cuando el ministro lo sumerge en las aguas
bautismales, tipológicamente está siendo sepultado; y cuando
lo levanta de las aguas bautismales está resucitando a una
nueva vida, a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno.
Por eso en el bautismo en agua en el Nombre del Señor
Jesucristo nos identificamos con Cristo en Su muerte,
sepultura y resurrección.
Por lo cual bien pueden ser bautizados. Y que Cristo les
bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes
el nuevo nacimiento; y nos continuaremos viendo en el
Reino de Cristo por toda la eternidad, dándole gracias a
Cristo siempre, a Dios por enviar a Cristo, para que
muriera por nosotros en la Cruz del Calvario. Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en
esta ocasión dándoles testimonio de la Voz de Cristo para
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todo lo que hagamos para Dios, como lo hagamos está bien,
Dios se va a agradar,” después que lo hagamos con sinceridad,
la sinceridad tiene que estar incluida en lo que hagamos para
Dios, pero lo que hagamos para Dios tiene que ser de acuerdo
a como Dios manda que lo hagamos.
Vean, Caín ofreció esa ofrenda a Dios y no le agradó a
Dios, o sea que Dios no está obligado a aceptar lo que le
ofrezcamos, la forma en que lo adoremos o la forma en que le
sirvamos si no está de acuerdo a lo que Él ha establecido.
El mismo Jesús, hablando del Espíritu que daría a los
creyentes en Él, nos dice también en San Juan, capítulo 7,
versos 37 al 39, dice:
“En el último y gran día de la fiesta (o sea, de la fiesta de
los tabernáculos), Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo:
Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.
El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior
correrán ríos de agua viva.”
¿Para quiénes está prometida la promesa del Espíritu
Santo? Para los que creen en Cristo, pero los que creen en
Cristo como dice ¿qué? La Escritura. No para los que creen en
Cristo a su manera, no para los que creen en Cristo con una
concepción intelectual, sino como dice la Escritura.
“Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que
creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo,
porque Jesús no había sido aún glorificado.”
Ahora, encontramos (volviendo a lo de Caín y Abel)
encontramos que Dios no aceptó la ofrenda de Caín porque no
era conforme al Programa divino; pero Abel ofreció a Dios
una ofrenda de un corderito sacrificado a Dios, y a Dios le
agradó Abel y su ofrenda. Fue agradable Abel y su ofrenda, ¿y
por qué? Ahí tenemos, vean, cuando están tan poquitas
personas en el planeta Tierra, dos personas adorando a Dios
en dos formas diferentes, pero ambos con sinceridad. La
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sinceridad vale cuando se hacen las cosas de acuerdo a como
Dios manda. O sea que la sinceridad no es lo que determina si
Dios va a aceptar o no va a aceptar lo que ofrecemos a Dios;
pero sin sinceridad, Dios no acepta lo que le ofrezcamos, pero
tiene que ser de acuerdo a como Dios ha establecido.
¿Y dónde estaba establecido para Abel tener ese
conocimiento de cómo acercarse a Dios, ofrecer a Dios una
ofrenda, y ser agradable? Es que cuando Adán y Eva pecaron
Dios le dio pieles para cubrir su desnudez, por lo tanto tuvo
que morir un animalito por ellos, para cubrir la desnudez de
ellos. Por lo tanto esas pieles que Dios le da de un animalito
que Dios sacrificó, las coloca sobre Adán y Eva, por lo tanto
son pieles sangrantes, mojadas con la sangre del animalito, y
ahí está la forma en que Dios reconcilia a Adán y a Eva con
Él.
Aunque perdió la Vida eterna física, pero la de su alma no
la perdió. Adán resucitó y Eva también, cuando Cristo
resucitó juntamente con los otros santos del Antiguo
Testamento que resucitaron, como Abraham, Isaac, Jacob, los
patriarcas, los profetas, y entre ellos también Moisés; Moisés
apareció en el Monte de la Transfiguración con Cristo,
también el profeta Elías, antes de Cristo morir, pero
aparecieron en sus cuerpos angelicales, teofánicos; pero luego
cuando Cristo resucitó, aparecieron ya en sus cuerpos nuevos,
eternos, al igual cuando resuciten los creyentes en Cristo que
han muerto físicamente y que están en el Paraíso viviendo,
ellos regresarán en cuerpos glorificados, y los que estemos
vivos pues seremos transformados.
Esa es la promesa de Cristo para todos los creyentes en
Cristo, que estarían en el tiempo que les tocaría vivir en la
Tierra, estarían ¿qué? Escuchando la Voz de Dios para su día.
Y le irá bien, al morir pues, les fue bien, se fueron al
Paraíso a vivir. Y en su tiempo en que vivieron en la Tierra,
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de Cristo pueden conmigo hacer esta oración, repitan conmigo
esta oración:
Señor Jesucristo, escuché la predicación de TuEvangelio, escuché Tu Voz, ha nacido la fe Tuya en micorazón. Creo en Ti con toda mi alma. Creo en Tu PrimeraVenida, creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo elCielo en que podemos ser salvos. Creo en Tu muerte en laCruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación pornuestros pecados. Reconozco que soy pecador, y necesito unSalvador un Redentor; doy testimonio público de mi fe en Tiy de Tu fe en mí y Te recibo como mi único y suficienteSalvador.
Te ruego perdones mis pecados, y con Tu Sangre melimpies de todo pecado y me bautices con Espíritu Santo yFuego, luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre,y sea producido en mí el nuevo nacimiento.
Quiero nacer en Tu Reino, quiero vivir eternamente. Merindo a Ti en alma, espíritu y cuerpo, y acepto Tu Sacrificioexpiatorio en la Cruz del Calvario y Te pido, Señor, que sehaga realidad en mí Tu Sacrificio, con Tu Sangre melimpies de todo pecado y me des la salvación y Vida eterna.Sálvame, Señor, Te lo ruego en Tu Nombre eterno yglorioso, Señor Jesucristo. Amén.
Y con nuestras manos levantadas al Cielo a Cristo todos
decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de
todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de
todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de
todo pecado! Amén.Cristo les ha limpiado de todo pecado, les ha recibido en
Su Reino, ha perdonado vuestros pecados, y ahora ustedes me
dirán: “Quiero ser bautizado en agua en el Nombre del Señor
Jesucristo lo más pronto posible, porque Él dijo: ‘El que
creyere y fuere bautizado será salvo.” La pregunta desde lo
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República Mexicana; y también Dios tiene mucho pueblo en
toda la América Latina, y los está llamando en este tiempo
final; y tiene mucho pueblo también en todas las naciones y
los está llamando.
Si oyes hoy Su Voz no endurezcas tu corazón. Él te está
llamando para darte Vida eterna. Te está llamando para que te
vaya bien, recibiendo la Vida eterna y así asegurando tu futuro
eterno con Cristo en Su Reino eterno.
En las demás naciones pueden continuar viniendo a los
Pies de Cristo también, para que Cristo les reciba en Su Reino.
Los niños de diez años en adelante también pueden venir a los
Pies de Cristo nuestro Salvador. Cristo dijo:
“Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis;
porque de los tales es el reino de los cielos.”
Todavía vienen más personas que como ustedes quieren
vivir con Cristo en Su Reino, por lo cual han escuchado la
Voz de Dios, la Voz de Cristo, el Evangelio de Cristo, y ha
nacido la fe de Cristo en sus corazones, en sus almas, y vienen
para dar testimonio público de su fe en Cristo recibiéndole
como único y suficiente Salvador.
Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas
que han venido a los Pies de Cristo nuestro Salvador. Si falta
alguno por venir puede pasar al frente para que quede incluido
en la oración que estaremos haciendo. En las demás naciones
también pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo los
que todavía faltan por venir a Cristo. Veo que vienen más
personas por eso estamos esperando unos segundos mientras
llegan acá al frente. Cuando estén listos en las demás naciones
me pueden avisar.
Vamos ya a orar por las personas que han venido a los Pies
de Cristo en esta ocasión. Todos los presentes y los que están
en otras naciones con nuestras manos levantadas a Cristo al
Cielo, nuestros ojos cerrados, y los que han venido a los Pies
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en que pasaron por diferentes etapas difíciles, tenían la Vida
eterna en sus almas. Por lo tanto, aunque muchos murieron en
las persecuciones pasadas, fueron echados algunos a los
leones, y eso no es nada de bueno, pero si la persona tiene
Vida eterna en su alma no hay ningún problema, Dios le dará
un cuerpo nuevo en la resurrección; malo es morir sin Vida
eterna.
Morir en una cama de oro pero sin Vida eterna, no es
bueno; morir en la boca de los leones pero teniendo Vida
eterna, no es ningún problema, va al Paraíso a vivir en alma,
y cuerpo espiritual, y espera la resurreccion de los muertos en
Cristo que Jesucristo va a llevar a cabo cuando termine Su
Obra de Intercesión en el Cielo, donde Él está como Sumo
Sacerdote en el Lugar Santísimo en el Cielo; está sentado a la
Diestra de Dios en el Cielo. Y por lo tanto ese Trono de Dios,
ese asiento de Dios, ha sido convertido en un Trono de
misericordia para los seres humanos, y mientras Él esté allá
habrá misericordia para los seres humanos, mientras Él esté
como Sumo Sacerdote.
Y Él permanacerá allí hasta que se haya completado Su
Iglesia, o sea, hasta que haya entrado el último elegido de
Dios, escogido de Dios, última oveja del Señor en el redil del
Señor, o sea, en la Iglesia del Señor Jesucristo. Por lo tanto, Él
permanecerá allí hasta que haya redimido con Su Sangre
hasta la última persona que vendría a ser parte de la Iglesia del
Señor Jesucristo.
Esas personas son las que estarían escuchando la Voz de
Dios en el día, en el tiempo en que vivirían en este planeta
Tierra. Esas son las personas que escucharían la predicación
del Evangelio de Cristo, y nacería la fe de Cristo en su alma,
creerían, darían testimonio público de su fe en Cristo, lo
recibirían como único y suficiente Salvador, serían bautizados
en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y Cristo los
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bautizará con Espíritu Santo y Fuego, y produciría en las
personas el nuevo nacimiento; y al nacer de nuevo, han nacido
en el Reino de Dios, porque el nuevo nacimiento es del Cielo.
Y por esa causa es que las personas creyentes en Cristo
nacidas de nuevo forman la Iglesia del Señor Jesucristo. Y por
consiguiente, su ciudadanía como personas que han nacido de
nuevo, que han nacido del Cielo, su ciudadanía es de donde
han nacido: han nacido del Cielo, porque el Espíritu Santo
bautizando las personas eso viene del Cielo, entonces el
nuevo nacimiento, al ser del Cielo, la ciudadanía es del lugar
donde la persona nace; como nuestra ciudadanía terrenal es de
la nación donde hemos nacido. Y nuestra ciudadanía del
nuevo nacimiento es del Cielo, y por consiguiente de ahí, ahí
es que tenemos nuestros nombres escritos en el Libro de la
Vida del Cordero, así como del nacimiento terrenal que
tuvimos a través de nuestros padres terrenales, tenemos
nuestros nombres escritos en el registro terrenal de la nación
donde nacimos, y usted busca un acta de nacimiento en su país
y aparece el nombre suyo y el de sus padres también.
Y ahora, tenemos nosotros nuestro nombre escrito en el
Cielo en el Libro de la Vida del Cordero, y esas son las
personas de las cuales Cristo dijo que son las ovejas que el
Padre le dio para que les dé Vida eterna. Él dijo:
“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie
las arrebatará de mi mano.
Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las
puede arrebatar de la mano de mi Padre.”
Nadie puede arrebatarle un elegido, una oveja al Señor
Jesucristo, ni tampoco al Padre, por lo tanto están seguras en
las manos del Señor esas personas.
Esas personas han sido redimidas con la Sangre de Cristo,
y para Dios son preciosas. Con Adán pasaba lo mismo allá en
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Cruz del Calvario. Y ahora nosotros tenemos un Sacrificio de
Expiación por nuestros pecados, que es el Sacrificio de Cristo
en la Cruz del Calvario, para poder obtener el perdón de
nuestros pecados, ser limpios de todo pecado con la Sangre de
Cristo, ser bautizados en agua en Su Nombre y Cristo
bautizarnos con Espíritu Santo y Fuego, y producir en
nosotros el nuevo nacimiento; y así entrar al Reino de Dios
con Vida eterna.
Dios nos ha dado Vida eterna, y esta vida está en Su Hijo
Jesucristo. “El que tiene al Hijo, a Jesucristo, tiene la vida, la
Vida eterna; mas el que no tiene a Cristo porque no lo ha
recibido como Salvador, no tiene la vida, no tiene la Vida
eterna.” Eso es lo que nos habla San Juan en su primera carta,
Primera de Juan, capítulo 5, verso 10 a 13.
Y la buena noticia para los creyentes en Cristo es que
tenemos Vida eterna, porque lo hemos recibido como nuestro
único y suficiente Salvador y ustedes lo están recibiendo en
estos momentos como vuestro único y suficiente Salvador,
para que Él les dé Vida eterna.
Dice San Pablo en Romanos, capítulo 5, que aun nosotros
siendo pecadores Cristo murió por nosotros. Él murió para
llevar nuestros pecados, llevando nuestros pecados, y para,
por consiguiente, reconciliarnos con Dios. No hay forma del
ser humano ser reconciliado con Dios excepto a través de
Jesucristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario.
Dios tiene mucho pueblo aquí en Ciudad México, distrito
federal, y en todo el Estado de México y en toda la República
Mexicana, y los está llamando en este tiempo final; a ustedes
también que se encuentran allá en Villahermosa los está
llamando, a los que todavía no habían recibido a Cristo como
Salvador, y los que están también en Monterrey, en Torreón,
en Veracruz, en Xalapa, y en todas las demás ciudades de la
República Mexicana, y en todos los demás lugares de la
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os doy; Yo no la doy como el mundo la da.”
Por lo tanto, no tenemos que tener miedo por la situación
mundial, sino estar escuchando la Voz de Cristo todos los días
de nuestra vida, escuchando la Voz de Dios hoy sabiendo que
nos va a ir mejor cada día. Y cuando ya estemos
transformados, de ahí en adelante no habrá problema alguno
para nosotros. Ni siquiera los años que nos pasen por encima
nos dejarán huellas. El mismo Señor Jesucristo, el cual está en
el cuerpo glorificado que será igual al que será nuestro cuerpo
glorificado que Él nos dará, está tan joven como cuando subió
al Cielo. Y cuando subió al Cielo representaba de 18 a 21
años, porque en el cuerpo glorificado y eterno la persona es
joven para toda la eternidad.
Así que, yo ya estoy deseoso de recibir el cuerpo nuevo,
cuerpo glorificado, para irme con Él a la Cena de las Bodas
del Cordero. ¿Y quién más? Pues cada uno de ustedes
también.
Si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo
como Salvador y ha escuchado la Voz de Cristo en esta
mañana, la Voz de Dios, el Evangelio de Cristo siendo
predicado y ha nacido la fe de Cristo en su corazón y está, por
consiguiente, creyendo en Cristo puede dar testimonio público
de vuestra fe en Cristo recibiéndole como único y suficiente
Salvador, y estaremos orando por usted para que Cristo le
reciba en Su Reino.
Si oyes hoy Su Voz no endurezcas tu corazón, Él te está
llamando para darte Vida eterna, Él te está llamando para que
te vaya bien y puedas vivir eternamente con Él en Su Reino.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna.” [San Juan 3:16].
Es para que tengamos Vida eterna que Dios envió a
Jesucristo a este mundo para que muriera por nosotros en la
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los tipos y figuras, porque Dios le dio vestiduras a Adán y a
Eva de pieles, y por consiguiente hubo un sacrificio por ellos.
Y luego encontramos a través de la historia de la descendencia
de Adán que efectuaban sacrificios de animalitos.
Encontramos a Abel ofreciendo ese sacrificio, esa ofrenda a
Dios, y a Dios le agradó; porque con ese sacrificio la sangre
había cubierto los pecados de Abel y cuando Dios lo ve, lo ve
sin pecado; y el verlo sin pecado, le es agradable a Dios, y
acepta Dios la ofrenda que trae Abel, porque aquel corderito
tipifica al Mesías, a Cristo, el cual más adelante, miles de años
más adelante, vendría a la Tierra y moriría como el Cordero de
Dios para quitar el pecado del ser humano.
Por eso cuando Juan el Bautista ve a Jesús, dice: “He aquí
el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” Por lo
tanto ya Juan sabía que Jesús tenía que morir como el
Sacrificio de Expiación por los pecados del ser humano, que
estaba tipificado en el sacrificio del macho cabrío de la
expiación y también en el sacrificio del cordero pascual que
fue sacrificado por el pueblo hebreo allá en Egipto.
Cada padre de familia sacrificaba un corderito en la víspera
de la pascua, y colocaba la sangre en el dintel y los postes de
la puerta de su hogar para la preservación de la vida de los
primogénitos o del primogénito que estaba en ese hogar.
Puede ser del primogénito o de los primogénitos, cualquiera
de las dos está bien, pero más abarcador es de los
primogénitos, ¿por qué? Porque podía estar en ese hogar el
padre siendo un primogénito, el hijo mayor de la familia de su
padre, y tener un hijo varón que fuera el primogénito también,
entonces serían dos; no pasaría de dos excepto que en la casa
vivieran los hijos y tuvieran también hijos, y entonces serían
unos cuántos primogénitos en ese hogar. Pero también podría
ser una familia que solamente tuviera un primogénito o una
familia que no tuviera primogénitos, porque ni el papá era
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primogénito, ni tendría hijos, sino tendría hijas, y ahí
pues...Pero, recuerden que casi siempre vivían en grupos, por
lo tanto algunas veces, y eso pasa muchas veces, se casa el
hijo mayor o la hija mayor y ama tanto a sus padres que se
queda viviendo en la casa con su esposo o el muchacho que se
casa con la esposa.
Algunas veces los papás no quieren que se vayan porque
quieren seguir viendo niñitos, los nietecitos, para cuidarlos
también y mantenerse contentos, porque los niños traen
alegría. Cuando no hay niños, pues, falta ese, los niños
gritando y eso que... y los niños cuando están muy alegres se
ríen fuerte y gritan, y eso contagia a los mayores y se sienten
muy contentos; y también los abuelitos le tienen sus cositas
que les gustan a los nietecitos y los consienten mucho, y
entonces los nietecitos no se quieren tampoco ir de la casa de
los abuelos. Y si los papás del niñito se van o de la niñita:
“No, déjame con abuelito y con abuelita acá,” y algunas veces
se les queda con uno o dos de los nietecitos.
Así que, en Israel, pues, al colocar la sangre del cordero
pascual sobre el dintel y los postes, el marco de las puertas,
eso para Dios era la señal que un animalito, un cordero de un
año sin defectos había sido sacrificado en lugar del
primogénito, o sea, había muerto ese animalito en lugar de ese
niñito o de ese hijo varón que vivía en ese hogar. O sea que la
muerte que tenía que recibir el primogénito, caía sobre el
animalito; y estaba cubierto con la sangre de ese sacrificio y
estaba la señal en la puerta.
Por lo tanto, Dios dijo: “A medianoche, cuando pase por
la tierra de Egipto (donde vivían también los hebreos), y pase
visitando a los egipcios, en donde morirán todos los
primogénitos en Egipto, cuando Yo vea la señal, la sangre,
pasaré de esa puerta, no entraré; y por consiguiente el
primogénito que ahí vive, no morirá. Pero en toda la tierra de
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cual se están derritiendo los polos, los hielos polares, que
causarán que el nivel de los mares suba, y por consecuencia
las costas corren peligro; porque si sube el nivel del mar en
una nación, entonces las aguas del mar van a cubrir las costas.
Pero hay profecías que dicen que Dios dará el pago a los de
las costas. Y también dice que las islas van a desaparecer, van
a ser removidas de su lugar, tanto en el libro del Apocalipsis,
como en el libro del profeta Isaías y otros libros de los
profetas.
Pero hay una ciudad en una dimensión celestial donde hay
una gran fiesta preparada que le llaman, a través de la
Escritura, “la Cena de las Bodas del Cordero,” adonde Cristo
va a llevar a todos los que han escuchado Su Voz por medio
del Espíritu Santo en la edad que les ha tocado vivir. Y allí no
habrá terremotos, ni maremotos, ni tsunamis, ni calentamiento
global, no habrá nada de eso, allí todo va a ser felicidad.
Así como cuando hay una boda luego hay una recepción,
es una fiesta, así también las Bodas del Cordero es la unión,
el casamiento, la unión de Cristo y Su Iglesia, y luego a la
Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. Vamos a estar
vestidos de boda, o sea, el vestido de bodas es el Espíritu
Santo, la primera porción, y el cuerpo glorificado, la segunda
porción, y entonces tendremos la plenitud de Dios, entonces
estaremos vestidos completamente de la plenitud de Dios para
poder ir a la Cena de las Bodas del Cordero.
Y yo ya deseo estar allá, porque como se están poniendo
las cosas en la Tierra, cada día hay menos paz en las naciones;
y en los corazones de los seres humanos también, pues estaba
así profetizado, que los seres humanos estarían con temor, y
cuando se está con temor pues no hay paz. El amor echa fuera
el temor, recuerden eso. Y el amor de Dios para con nosotros
nos ha dado un Redentor, un Salvador que es nuestro amado
Señor Jesucristo, y el cual nos dijo: “Mi paz os dejo, mi paz
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sea será, vamos a decir en el primer siglo del séptimo milenio,
en el primer siglo del Día Postrero, en el primer siglo de ese
nuevo día dispensacional.
“...y en sus alas traerá salvación...”
Y Sus alas son los ministerios de los Ángeles del Hijo del
Hombre que son los ministerios de los dos Olivos, los
ministerios de Moisés y Elías. Tan sencillo como eso.
Hay esperanza para los creyentes en Cristo. Hay esperanza
para los que escuchan la Voz de Dios por medio del Espíritu
Santo en cada tiempo. Y para nosotros también es así;
estaremos escuchando la Voz de Dios, la Voz de Cristo, la
Voz del Espíritu Santo, hablándonos todas estas cosas que
deben suceder pronto.
Y por consiguiente, también estaremos escuchando bajo la
predicación del Evangelio de la Gracia la oportunidad y el
llamado para recibir a Cristo como Salvador y obtener la Vida
eterna. Y estaremos también escuchando bajo la predicación
del Evangelio del Reino todas estas cosas que deben suceder
pronto. Y así estaremos con nuestros oídos atentos a la Voz de
Cristo, a la Voz de Dios en este tiempo final.
Dice en el libro del Apocalipsis: “El que tiene oídos para
oír, oiga lo que el Espíritu Santo dice a la iglesia, lo que el
Espíritu dice a las iglesias.” Yo tengo oídos para oír lo que el
Espíritu Santo está diciendo en este tiempo final, ¿y quién
más? Cada uno de ustedes también. Por lo tanto, aunque la
Tierra tiemble y los montes se traspasen al corazón de la mar,
o del mar, no temeré mal alguno, porque el Señor estará
conmigo, porque el Señor está conmigo y con cada uno de
ustedes también.
La situación en que se encuentra está el planeta Tierra con
volcanes en erupción, con terremotos en diferentes naciones
y las réplicas de los terremotos que le siguen, y con
maremotos y tsunamis, y con el calentamiento global por lo
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Egipto, todos los primogénitos morirán, excepto aquellos que
estarán en los hogares donde estará la sangre aplicada en el
dintel y en los postes de los hogares; pero no se salvará ni el
primogénito del rey, del faraón.” Ellos no sabían acerca de ese
sacrificio, eso le fue revelado a Moisés lo que tenía que hacer
para que no murieran esos primogénitos del pueblo hebreo.
Esos primogénitos tipifican a los escogidos de Dios, a los
que formarían la Iglesia del Señor Jesucristo que tienen sus
nombres escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del
Cordero. Y el corderito pascual tipifica a Cristo muriendo en
la Cruz del Calvario como el Cordero de Dios, como lo
anunció Juan el Bautista, para quitar el pecado del mundo,
quitar nuestros pecados con Su Sangre. Él es el Sacrificio de
Expiación por todos los seres humanos, y por los que lo
recibirían, Él es nuestro Cordero pascual. San Pablo dice en
Primera de Corintios, capítulo 5, verso 7: “...porque nuestra
pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.”
Y ahora, podemos ver que la muerte de Cristo era
necesaria. Él vino con una misión divina; y para muchas
personas es algo extraño que una persona venga para morir,
pero así fue. Él mismo lo da a conocer en San Juan, capítulo
10, verso 14 en adelante, cuando dice:
“Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas , y las mías
me conocen...”
Esas ovejas que el Padre le dio, son los primogénitos de
Dios escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero.
“...así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre;
y pongo mi vida por las ovejas.”
¿Ve? Aquí ya Cristo está diciendo que va a poner Su vida
por las ovejas, o sea, va a morir por ellas.
“También tengo otras ovejas que no son de este redil...”
O sea, no estaban allá en medio del pueblo hebreo y no
estaban allí en ese momento. Se refiere a los que escucharían
12 William Soto Santiago, Ph.D.
la predicación del Evangelio de Cristo, y lo recibirían como
único y suficiente Salvador; y la mayor parte de ellos, pues,
estaría en medio de las naciones gentiles. Aunque comenzó
todo en medio de los hebreos, luego se movería todo ese
programa entre los gentiles, entre los cuales Dios tendría
muchos hijos e hijas. Por lo tanto, la bendición de Abraham
por medio de Cristo pasaría a los gentiles.
Sigue diciendo, dice:
“También tengo otras ovejas que no son de este redil;
aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un
rebaño, y un pastor.”
Y ahora, estas ovejas escucharían la Voz de Cristo. ¿Y cuál
es la Voz de Cristo para la Dispensación de la Gracia? Así
como la Voz de Dios para el pueblo hebreo bajo la
Dispensación de la Ley es el mensaje de la Ley que Dios le
dio a Moisés para el pueblo hebreo, allá en el monte Sinaí le
dio la Ley al pueblo hebreo, y ordenanzas y estatutos para el
pueblo hebreo, decretos divinos. Y luego, por medio de los
profetas, estaba Dios siempre hablándole al pueblo hebreo, de
acuerdo a lo que ya le había dado por Ley, decretos y
estatutos, por medio del profeta Moisés al pueblo hebreo.
Escuchar la Voz de Dios para la Dispensación de la Ley
era escuchar lo que Dios habló por medio del profeta Moisés
para el pueblo, y lo que de etapa en etapa le repetía a través de
los diferentes profetas; eso era vida para el pueblo hebreo. Al
no querer escuchar, entonces no les iba bien, y por esa causa
se levantaban naciones en contra del pueblo hebreo, y hasta
los llevaban cautivos en algunas ocasiones. Y llegó el tiempo
en que el templo que estaba en Jerusalén fue destruido, fue
luego restaurado, luego fue destruido y así por el estilo.
Cuando se portaban bien, clamaban a Dios, se portaban bien
y Dios era misericordioso; pero cuando no escuchaban la Voz
de Dios, la Palabra que Dios le había dado por medio del
ESCUCHAD LA VOZ DE DIOS HOY PARA QUE... 33
viene al Padre sino por mí.” Cristo es el Árbol de la Vida,
Cristo es la Vida eterna. Y el que lo recibe como Salvador
recibe la Vida eterna.
Este Ángel del Señor Jesucristo que le aparece a Juan es un
profeta en su cuerpo angelical en ese tiempo. Para el tiempo
final va aparecer en la Tierra vestido o vistiéndose de un
cuerpo de carne humana, y va a estar en medio de la Iglesia
del Señor Jesucristo y continuará hablando como habla aquí
a Juan el apóstol; hablando de todas estas cosas que deben
suceder pronto. Él vendrá con el mensaje profético de Dios de
todas las cosas que han de suceder en la Tierra en este tiempo
final. Ese espíritu de profeta, o sea, cuerpo angelical de
profeta, va a estar dentro de un cuerpo de carne en medio del
Cristianismo, y después en medio del Judaísmo o en medio de
los judíos. Tan sencillo como eso. Los judíos lo van a ver y
van a decir: “Éste es el que nosotros estamos esperando.” Van
a decir: “Ése es Elías.”
“He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga
el día de Jehová, grande y terrible...
...no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.”
(Malaquías, capítulo 4, verso 1 al 6). En el verso 1 dice:
“Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y
todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán
estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová
de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama.”
O sea, no quedará ni el padre, ni el abuelo, ni tampoco ni
los hijos, ni los nietos. Ni raíz ni rama.
“Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol
de justicia, y en sus alas traerá salvación...”
Eso es la Venida del Señor. Pero dice:
“...nacerá el Sol de justicia...”
Eso, cuando nace el sol es en la mañana. Será en la mañana
de un nuevo día dispensacional y de un nuevo día milenial. O
32 William Soto Santiago, Ph.D.
encontramos que le alumbró el camino a los hebreos en esa
trayectoria que tuvieron de 40 años por el desierto, durante la
noche les alumbraba el camino. Ese Ángel del Pacto, que es
Cristo, es la Estrella resplandeciente de la mañana, el Espíritu
Santo. Por eso es que dice (eso fue en el capítulo 22, verso
16), y en el capítulo 2, verso 28, dice hablando del vencedor,
la bendición que le va a dar al vencedor, una de ellas, dice:
“...y le daré la estrella de la mañana.”
No es que le va a dar el planeta Venus, aunque si se lo da,
pues lo va a tomar. Aunque no se puede habitar por el
momento, tiene una temperatura de unos 400 grados allá, así
que no se puede habitar por el momento; se dice que es un
planeta gemelo de la Tierra, es el planeta gemelo de la Tierra;
y dicen que lo que le pasó a ese planeta por lo cual está en esa
condición, y no hay árboles, no hay nada allí, le va a suceder
a la Tierra. Pero no hay ningún problema, tenemos una
invitación para ir a la Cena de las Bodas del Cordero, para
estar con Cristo en el Cielo durante el tiempo de la gran
tribulación. Los que queden en la Tierra les irá mal, los que
vayan con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero les irá
muy bien, esos son los que escucharon la Voz de Cristo en el
tiempo en que vivieron en este planeta Tierra.
Por lo tanto, la recomendación es: Escucha la Voz de Dios,
la Voz de Cristo hoy, para que te vaya bien.
Dios ha colocado delante del ser humano la vida y la
muerte, la bendición y la maldición, y el mismo Dios
dice:“Escoge la vida para que vivas tú y tu familia.” O sea, la
recomendación, para que usted no diga: “Bueno, Dios coloca
delante de nosotros la vida y la muerte, la bendición y la
maldición, dime tú, ¿qué me conviene escoger?” Pues mire,
Dios ya, para que no esté preguntando qué le conviene
escoger, Dios dice: “Escoge la vida, para que vivas...” Y
Cristo dice: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; y nadie
ESCUCHAD LA VOZ DE DIOS HOY PARA QUE... 13
profeta Moisés y se la confirmaba, se la daba a conocer
diariamente por medio de los profetas, entonces al portarse
mal y no querer escuchar la Voz de Dios, le venían problemas.
Vean lo sencillo que es todo: la persona no escucha la Voz
de Dios, pues le irá mal; la persona escucha la Voz de Dios, le
irá bien delante de Dios.
Y ahora aquí las ovejas que el Padre le dio a Cristo, pues
son personas que vienen enviadas de Dios a la Tierra, porque
usted y yo no decidimos que queríamos nacer y vivir en esta
Tierra o vivir en tal nación, no fue usted el que eligió, ni yo
tampoco, fue Dios el que eligió dónde usted nacería y en qué
tiempo usted aparecería en este planeta Tierra. O sea que
estamos aquí en la Tierra por decreto divino, por la voluntad
de Dios, y por consiguiente hay un Programa divino para
nosotros, el cual todos tenemos que entender.
No podemos pasar por este planeta Tierra comiendo,
trabajando y durmiendo. Eso sería una forma de vida como la
tienen las aves, los peces y los animales, y la vida de ellos es
así porque no tienen alma, tienen espíritu pero no tienen alma.
Pero Dios le dio al ser humano algo más: es alma viviente, y
por esa causa el ser humano es, de toda la creación aquí en la
Tierra, el que se parece a Dios. Porque así como Dios es
Padre, Hijo y Espíritu Santo, ha creado al ser humano: alma,
espíritu y cuerpo, tan sencillo como eso.
Y así como Dios tiene libre albedrío, nadie le puede decir
a Dios: “No puedes hacer esto,” Él decreta, por decreto propio
Suyo, Él piensa y hace lo que Él desea hacer.
Y cada persona, por cuanto ha sido creado a imagen,
cuerpo espiritual, y semejanza, cuerpo físico, a imagen y
semejanza de Dios; la imagen de Dios es el Ángel del Pacto,
el cual le apareció a Moisés y libertó por medio del profeta
Moisés al pueblo hebreo, el Ángel donde está el Nombre de
Dios y a través del cual Dios se manifestaba a Adán, a Abel,
14 William Soto Santiago, Ph.D.
a todos los profetas. Y ese Ángel del Pacto, que es un hombre
de otra dimensión para entenderlo mejor, le aparecía en forma
de hombre, en otras ocasiones aparecía en forma de fuego,
porque Dios hace a Sus Ángeles espíritu, y a Sus ministros
llamas de fuego. Esos Ángeles ministradores pueden aparecer
en forma de fuego, pero también pueden hacerse visibles en
forma de hombres, pero hombres de otra dimensión, cuerpo
angelical.
Y ahora, ese Ángel del Pacto donde está el Nombre de
Dios, es el cuerpo angelical de Jesucristo, tan sencillo como
eso. Cristo es el Ángel del Pacto, a través del cual Dios dio el
pacto, dio la Ley al pueblo hebreo en el monte Sinaí, el Cristo,
el Mesías, el Ángel del Pacto.
Y ahora, Cristo en San Juan, capítulo 8, verso 56 al 58,
está entre los judíos y le están haciendo muchas preguntas,
pero no porque desean aprender, sino que desean tomarlo en
alguna palabra, y Él dice en ese capítulo 8, algo muy, pero que
muy importante y que fue muy chocante para ellos. Y vamos
a ver qué es lo que fue dicho en esa ocasión. Cristo dice a
ellos:
“Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi
día; y lo vio, y se gozó.
Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta
años, ¿y has visto a Abraham?
Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que
Abraham fuese, yo soy.
Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús
se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de
ellos, se fue.”
¿Y cómo es que Cristo, naciendo Su cuerpo físico en Belén
de Judea, era antes que Abraham? Eso era algo chocante,
porque las personas normalmente piensan en forma material,
en forma física, y no comprenden muchas veces que el ser
ESCUCHAD LA VOZ DE DIOS HOY PARA QUE... 31
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de
estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David,
la estrella resplandeciente de la mañana.”
Este Ángel del cual habla Cristo aquí, en el último libro,
del Apocalipsis o libro de Revelación, en el último capítulo,
el capítulo 22 donde leímos, habla dos veces de este Ángel, y
también en el capítulo 1, comenzando y terminando el libro
del Apocalipsis menciona a este Ángel. Apocalipsis, capítulo
1, verso 1 al 3, dice:
“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para
manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder
pronto...”
Para manifestar a Sus siervos ¿qué? Las cosas que deben
suceder pronto, para dar a conocer las cosas que deben
suceder.
“...y la declaró...”
O sea, las reveló, las dio a conocer enviándolas por medio
de Su Ángel a Su siervo Juan. O sea que Jesucristo por medio
de Su Ángel, declaró, reveló, dio a conocer estas cosas que
deben suceder enviándolo a Juan allá en aquel tiempo, y por
eso le dio toda esta revelación apocalíptica al apóstol Juan.
Pero recuerden: este es un libro simbólico. Todos estos
símbolos contienen, en estos símbolos, las cosas que van a
suceder. Por eso ustedes encuentran ahí animales, bestias,
aves, águilas, leones y así por el estilo, todo eso tiene un
significado. Por ejemplo: la estrella, la estrella habla de
estrellas del Cielo, de estrellas, de luceros y así por el estilo.
Por ejemplo, Cristo dice:
“Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella
resplandeciente de la mañana.”
Ahora la estrella resplandeciente de la mañana ¿cuál es?
Literalmente Venus. Esa estrella representa, tipifica a Cristo,
Cristo es la Estrella resplandeciente de la mañana. Por eso
30 William Soto Santiago, Ph.D.
Él es el que tiene la exclusividad de la Vida eterna, porque
Dios ha entregado en Sus manos la Vida eterna para otorgarla
a toda persona que lo recibe como único y suficiente Salvador.
Por eso dice: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me
siguen, y yo les doy vida eterna...”
¿Por qué Él da la Vida eterna? Porque Él tiene la
exclusividad de la Vida eterna.
“El que cree en el Hijo tiene vida eterna (o sea, tiene la
Vida eterna); pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la
vida (o sea, no verá la Vida eterna, no vivirá eternamente),
sino que la ira de Dios está sobre él.”
Por lo tanto le irá muy mal. Los que rehúsan creer en
Cristo les irá muy mal; los que creen en Cristo, les irá muy
bien.
“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda
criatura.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo (o sea,
obtendrá la Vida eterna); mas el que no creyere, será
condenado.”
Le irá muy mal al que no crea. Al que cree y es bautizado
en agua en el Nombre del Señor Jesucristo le irá muy bien,
tendrá las bendiciones de Dios: la Vida eterna y estar con
Cristo en Su Reino eternamente viviendo.
Y ahora nos dice el mismo Cristo en el libro del profeta
Juan el apóstol, o sea, en el Apocalipsis, el último libro de la
Biblia, dice capítulo 22, verso 6 en adelante:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el
Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su
ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder
pronto.”
Cristo envía Su Ángel, Dios envía Su Ángel, para dar a
conocer, para mostrar las cosas que deben suceder. Y
Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, dice:
ESCUCHAD LA VOZ DE DIOS HOY PARA QUE... 15
humano es alma, espíritu y cuerpo. Él está hablando aquí de
Su cuerpo angelical que es antes de Abraham, y no solamente
antes que Abraham, antes que Adán también. Él es el Verbo
que era con Dios y era Dios y creó todas las cosas; porque por
medio de Él fueron creadas todas las cosas, por medio de Él
¿y para quién? Para Él. Él es ese Ángel del Pacto que aparece
en diferentes ocasiones allá en el Antiguo Testamento.
Y ahora, la promesa es que ese Ángel del Pacto ha de venir
a la Tierra. En el Antiguo Testamento estaba la promesa que
el Ángel del Pacto vendría a la Tierra; pero Él estaba en medio
del pueblo hebreo, estaba en la Tierra pero en cuerpo
angelical, cuerpo teofánico, cuerpo igual al de los demás
ángeles. Pero ahora en Malaquías, capítulo 3, verso 1 y 2, nos
habla de la Venida de ese Ángel del Pacto, y eso será la
Venida del Mesías, tan simple como eso. Dice:
“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el
camino delante de mí...”
El Ángel del Pacto está enviando a Su mensajero para que
le prepare el camino, y por lo tanto va a venir hablando del
que vendrá después de él. Ese mensajero fue Juan el Bautista,
por eso Juan dice: “Yo soy la voz de uno que clama en el
desierto: Aparejad el camino del Señor,” y también él cita la
promesa del mensajero que Dios prometió enviar delante de
Su faz. El mismo Cristo en San Mateo, capítulo 11, verso 9 al
12, identifica a Juan el Bautista como el mensajero que sería
enviado delante de Él para prepararle el camino. Y ahora dice:
“...el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá
súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis...”
O sea, Dios, vendrá a Su Templo. Pero recuerden que no
solamente el templo de piedras que estaba en Jerusalén, el cual
hizo o mandó a construir el rey Herodes, no solamente ese es
un templo. Hay templos humanos, porque el ser humano fue
hecho para ser un templo para Dios morar en el ser humano.
16 William Soto Santiago, Ph.D.
Por eso Cristo en San Juan, capítulo 2, verso 17 en adelante
dice, frente allí al templo:
“Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.”
Y todos dicen, ¿ve? Otra vez parecido a lo que citamos:
“En cuarenta y seis años fue construido este templo, ¿y ahora
tú dices que en tres días lo vas a levantar?” Pero dice la
Escritura: “Pero Él no hablaba del templo de piedra (dice), Él
hablaba de Su cuerpo.” En Él moraba Dios en toda Su
plenitud, era el Templo humano de Dios del cual Jesús estaba
hablando: de ese cuerpo físico que había nacido en Belén de
Judea. San Pablo dice: “¿No sabéis que vosotros sois templos
de Dios y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” Por eso
el ser humano es alma, espíritu y cuerpo, como el templo,
como el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que
construyó el rey Salomón, que tenía atrio, lugar santo y lugar
santísimo; el atrio en el ser humano es el cuerpo físico, el
lugar santo en el ser humano es el espíritu que tiene la
persona, y el lugar santísimo en el ser humano es el alma de la
persona, tan sencillo como eso.
Y ahora dice: “...y vendrá súbitamente a su templo el
Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien
deseáis vosotros.”
Y ahora ¿quién vendría? El Señor, o sea, Dios el Padre, y
el Ángel del Pacto, que es el Ángel donde está el Nombre de
Dios y a través del cual Dios aparecía a Adán, a Abel, a todos
esos hombres de Dios, Matusalén, Enoc, Noé, Moisés y todos
los profetas. Ese Ángel del Pacto, pues, es la imagen de Dios
y ese es Cristo en Su cuerpo angelical que es la imagen del
Dios viviente, el Ángel del Pacto.
Y por esa causa, Él tenía que venir a la Tierra en carne
humana, vestirse de carne humana visible en medio del pueblo
hebreo, nacer por medio de una virgen, la promesa en el
Génesis, capítulo 3, verso 15, era que la simiente de la mujer
ESCUCHAD LA VOZ DE DIOS HOY PARA QUE... 29
¿por qué Adán no comió del Árbol de la Vida? Debió de
comer del Árbol de Vida.” Y si usted estuviera allá, ¿hubiera
comido del Árbol de la Vida? Pues Cristo es el Árbol de la
Vida. Por lo tanto, usted comerá acá del Árbol de la Vida que
es Cristo, recibiéndole como único y suficiente Salvador, y así
estará comiendo de Cristo el Árbol de la Vida. Recuerden que
Él dijo:“El que coma mi carne y beba mi Sangre tiene Vida
eterna; y yo lo resucitaré en el Día Postrero.” (Capítulo 6,
versos 39 al 58 de San Juan).
Así que toda persona está en la misma posición en que
estaba Adán y Eva allá en el Huerto del Edén. Ahora estamos
nosotros con la vida y la muerte frente a nosotros, Cristo es la
Vida:
“Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al
Padre, sino por mí.” (San Juan, capítulo 14, verso 6).
Muchas personas piensan: “No, yo soy una persona muy
buena, no le hago daño a nadie y yo no voy a ninguna
religión, a ningún grupo religioso, yo creo en Dios a mi
manera, y como no le hago daño a nadie yo cuando muera voy
a ir con Dios.” Cristo dijo:
“Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al
Padre, sino por mí.”
Sin Cristo la persona no puede llegar a Dios. La persona es
reconciliada con Dios por medio de Cristo, el cual es el Sumo
Sacerdote y el cual con Su Sangre intercede por nosotros y
nos limpia de todo pecado. Sin Cristo no podemos vivir
eternamente.
¿Y qué hay para los que no tienen a Cristo y no han
querido recibir a Cristo como Salvador? Vamos a ver qué nos
dice aquí, y lo que aquí diga, así es, San Juan, capítulo 3,
versos 35 al 36 de San Juan, capítulo 3 dice:
“El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en
su mano.”
28 William Soto Santiago, Ph.D.
tú; y pondré mis palabras en su boca...”
¿Dónde Dios coloca Su Palabra? En la boca del profeta
que Dios envía. Ahora, un profeta como Moisés es un profeta
mayor, un profeta dispensacional. Un profeta como Moisés
fue Jesús y un profeta como Moisés vendrá en este tiempo
final. Por eso los ministerios de Moisés y de Elías se van a
repetir en este tiempo conforme a Apocalipsis, capítulo 11,
verso 3 en adelante. Esos son los dos Ungidos de Zacarías,
capítulo 4, versos 11 al 14, son los dos Olivos, las dos ramas
de olivos, los dos Ungidos, y en Apocalipsis, capítulo 11, dice
que son los dos Olivos, que son los dos Candeleros, los dos
Ungidos que están delante de la Presencia de Dios.
Ahora hemos visto que Dios coloca Su Palabra en la boca
del profeta que Él envía. Y este tipo de profeta como Moisés
es un profeta dispensacional, de los cuales habrá uno que ya
vino: Jesucristo, y otro que está prometido para este tiempo
final.
“...y él les hablará todo lo que yo le mandare.
Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él
hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.”
¿Por qué? Porque no ha querido escuchar la Voz de Dios
y no le va a ir bien, Dios le va a pedir cuenta. Pero aquellos
que escucharán Su Voz serán bendecidos, recuerden las
bendiciones y las maldiciones que Dios le dijo a Moisés que
le hablara al pueblo hebreo cuando entraran a la tierra
prometida, las bendiciones si obedecían a Dios, y las
maldiciones si desobedecían a Dios, tan sencillo como eso. La
vida y la muerte, la bendición y la maldición. Eso es lo que
Dios ha colocado delante de todo ser humano. Ya no le
podemos echar la culpa a Adán y a Eva por el problema que
trajeron a la raza humana, ahora toda persona tiene delante de
sí la vida y la muerte, la bendición y la maldición.
El Árbol de la Vida, del cual toda persona dice: “Bueno,
ESCUCHAD LA VOZ DE DIOS HOY PARA QUE... 17
heriría en la cabeza a la serpiente, o sea, al diablo que estaba
en la serpiente. Y esa es la promesa del Mesías: el Mesías
vendría a través de una joven virgen, de en medio del pueblo
hebreo, descendiente del rey David; y nacería en Belén de
Judea. Así estaba prometido y así tenía que cumplirse, y así se
cumplió con el nacimiento de Cristo a través de la virgen
María, descendiente del rey David, por lo cual era una
princesa aunque fuera pobre; y José, el padre adoptivo de
Jesús, era descendiente también del rey David, un príncipe
aunque fuera pobre.
Hay príncipes, princesas y reyes, que cuando le dan un
golpe de estado quedan pobrecitos. Y cuando se los llevaban
cautivos a muchos reyes, quedaban algunas veces en la cárcel,
encadenados algunas veces también; o si ese rey que los
llevaba cautivo era un rey noble, entonces tomaba en cuenta
el título que tenía de rey y lo trataba como a un rey, honrando
ese título, y eso es una acción noble de un rey que vence a otro
rey.
Y ahora, tenía que nacer a través de una virgen, y eso lo
dice el profeta Isaías en el capítulo 7, verso 14:
“He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y
llamará su nombre Emanuel (que traducido es: Dios con
nosotros).”
Esa sería la forma en que Dios visitaría en forma visible
al pueblo hebreo, y por consiguiente a la raza humana
representada en la nación hebrea.
Y ahora, podemos ver que Dios el Padre estaría en ese
cuerpo de carne que nacería a través de la virgen María y
estaría el Ángel del Pacto. En palabras más claras: ahí estaría
Dios en alma, espíritu y cuerpo, y eso es Jesucristo. Él decía:
“El Padre que mora en mí, Él hace las obras.” Y también dijo
en una ocasión (eso está en San Juan, capítulo 14, y otros
capítulos también), y también Él decía: “El Espíritu del Señor
18 William Soto Santiago, Ph.D.
está sobre mí por cuanto me ha ungido...,” y comenzó a
enumerar las cosas para las cuales había sido ungido. Y leyó
también donde dice: “Para predicar el año agradable del
Señor.” Y enrollando el libro, lo dio al ministro y se sentó, y
todos los ojos que estaban, todos los ojos de las personas que
estaban allá en la sinagoga de Nazaret se quedaron fijos en
Jesús, y comenzó a decirles “ Hoy se ha cumplido esta
Escritura delante de vosotros.” Allí estaba el Ungido de Dios,
allí estaba el Mesías Príncipe. Recuerden que “Ungido,” lo
que significa es “Mesías, Cristo,” o Cristo lo que significa es:
“El Ungido, el Ungido con el Espíritu de Dios.” Y allí estaba
ungido con toda la plenitud de Dios: Padre, Hijo y Espíritu
Santo estaba allí presente en medio del pueblo hebreo. Por eso
Cristo decía: “El Padre que mora en mí...,” y por eso Él decía
también: “El Padre y yo una cosa somos.”
Es como también algunas veces decimos: “Yo soy de
carne, yo soy tangible,” pero esa es su casa terrenal, su
cuerpo; usted es alma viviente, pero usted, su espíritu y su
cuerpo son usted, es usted vestido de un cuerpo físico, como
también está vestido de un cuerpo espiritual llamado el
espíritu que tiene la persona. Por eso cuando la persona
muere, sigue viviendo en el otro cuerpo, el cuerpo espiritual
llamado el espíritu de la persona, y va a otra dimensión, pasa
a otra dimensión a vivir. Y allí no hay el problema de la
sobrepoblación.
Y ahora, el Mesías vendría en carne humana, el Ángel del
Pacto vendría en carne humana, el Verbo es el Ángel del
Pacto, vendría en carne humana como dice San Juan, capítulo
1, verso 14:
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros
(y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno
de gracia y de verdad.”
Era el Verbo hecho carne, era el Ángel del Pacto en un
ESCUCHAD LA VOZ DE DIOS HOY PARA QUE... 27
espalda, y taparon sus oídos para no oir...”
O sea que no tenían oídos para oír la Voz de Dios, la
Palabra de Dios por medio de los profetas de Dios. Por eso en
Apocalipsis dice, en el capítulo 2 y capítulo 3 del libro de
Apocalipsis: “El que tiene oídos para oír, oiga lo que el
Espíritu dice a las iglesias.” Eso es lo que el Espíritu Santo
estaría hablando por medio de Sus diferentes mensajeros.
Hay personas que tienen oídos para oír muchas cosas, pero
para oír la Palabra de Dios hay quizás pocas personas, pero
esas son las ovejas del Señor, a esas personas les irá muy bien
en el Reino de Dios; a los que no tiene oídos para oír la Voz
de Dios, le irá mal, conforme a lo que Dios dice en Su
Palabra.
“...y pusieron su corazón como diamante, para no oir la
ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su
Espíritu, por medio de los profetas primeros...”
¿Cómo Dios por medio de Su Espíritu Santo, por medio
del Ángel del Pacto enviaba Su Palabra? A través de los
profetas. Esa ha sido la forma en que Dios ha estado siempre
hablándole a los seres humanos. Eso es lo que dice el profeta
Moisés en Deuteronomio, capítulo 18, verso 15 en adelante,
la lectura anterior fue Zacarías, capítulo 7, versos 11 al 12.
Ahora ésta de Deuteronomio, capítulo 18, verso 15 al 19, dice:
“Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te
levantará Jehová tu Dios; a él oiréis...”
¿A quién dice Dios que escuchen? Al profeta que Dios
levanta, un profeta como Moisés.
“...conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en
Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oir la
voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para
que no muera.
Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho.
Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como
26 William Soto Santiago, Ph.D.
para la familia humana. La Voz de Dios para la Dispensación
de la Gracia, para la familia humana, es el Evangelio de
Cristo, para que nazca la fe de Cristo en nuestras almas,
creamos en Cristo y lo recibamos como nuestro único y
suficiente Salvador, para que Él nos reciba, nos perdone y con
Su Sangre nos limpie de todo pecado al ser bautizados en agua
en Cristo en el Nombre del Señor Jesucristo, y nos bautice con
Espíritu Santo y Fuego, y produzca en nosotros el nuevo
nacimiento; y así nazcamos en el Reino de Cristo. Recuerden
que Cristo le dijo a Nicodemo en el capítulo 3 de San Juan,
verso 1 al 6:
“De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de
nuevo, no puede ver el reino de Dios.”
Para nosotros ver este reino terrenal en el cual vivimos
tuvimos que nacer; para ver el Reino de Dios hay que nacer de
nuevo. Y para entrar a este reino en que vivimos tuvimos que
nacer; y para entrar al Reino de Dios tenemos que nacer de
nuevo, dice Cristo a Nicodemo:
“De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de
agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.”
Nacer del agua es nacer del Evangelio de Cristo, y nacer
del Espíritu es nacer del Espíritu Santo. La persona así es
como nace de nuevo, nace como un bebé en el Reino de
Cristo, y se va alimentando de la Palabra de Dios y va
creciendo espiritualmente como un creyente en Cristo.
Y ahora, la Voz de Dios es la Palabra de Dios, el
Evangelio de Cristo por medio de Sus diferentes mensajeros
en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo. La Voz de Dios ha
estado siempre en medio del pueblo. Y no podemos ser como
aquellos a los cuales Dios les habló y no quisieron escuchar,
no prestaron atención a lo que Dios les estaba hablando por
medio de los profetas. Zacarías, capítulo 7, verso 11 al 12,
dice: “Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la
ESCUCHAD LA VOZ DE DIOS HOY PARA QUE... 19
cuerpo de carne humana ¿para qué? Él en la última cena en la
víspera de la pascua, allí en el capítulo 26, versos 26 al 29 de
San Mateo, dice lo que iba a suceder. Siendo el Ángel del
Pacto, pues, Él vino para establecer un nuevo Pacto que estaba
prometido en Jeremías, capítulo 31, verso 31 al 36. En el
capítulo 26 de San Mateo, versos 26 en adelante, luego que
terminó Jesús de cenar dice (capítulo 26, versos 26 al 29 de
San Mateo):
“Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo
partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es
mi cuerpo (está representando Su cuerpo en el pan).
Y tomando la copa (o sea, la copa de vino), y habiendo
dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos;
porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos
es derramada para remisión de los pecados.”
Y ahora, tomando el vino como tipo y figura de Su Sangre,
da a Sus discípulos y les dice que tomen de él, y les dice:
“...porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por
muchos es derramada...”
La Sangre del Señor Jesucristo es la sangre del nuevo
Pacto que fue derramada en la Cruz del Calvario por todos
aquellos que le recibirían como único y suficiente Salvador,
que son muchos. Esos son los muchos que lo recibirían como
Salvador, y esos son los que serían colocados en el redil del
Señor. Él dice:
“...y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.”
La Voz es el Evangelio de Cristo, el Evangelio de nuestra
salvación, del cual dijo:
“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda
criatura.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no
creyere, será condenado.”
¿Ven? El que cree va a ser bautizado en agua en el Nombre
20 William Soto Santiago, Ph.D.
del Señor; el que no cree la Palabra de Dios para la
Dispensación de la Gracia, que es la Voz de Dios, la Voz de
Cristo para los seres humanos, el que no cree dice que será
condenado, le irá mal; el que cree le irá bien, porque dice:
“El que creyere y fuere bautizado, será salvo...”
Obtendrá Vida eterna y vivirá eternamente con Cristo en
Su Reino, así que le va muy bien.
Esas personas son las ovejas del Padre que le fueron dadas
a Cristo para que las busque y les dé Vida eterna. El mismo
Cristo dijo en San Lucas, capítulo 19, verso 10, y en San
Mateo, capítulo 18, versos 11 al 14:
“Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que
se había perdido.”
O sea que vino a buscarme a mí y a salvarme a mí, ¿y a
quién más? Pues a cada uno de ustedes también. No vino
solamente por mí, sino por todos ustedes también, por todos
los que lo recibirían como su único y suficiente Salvador.
Esas serían las personas que escucharían Su Voz en la
Dispensación de la Gracia, y Su Voz es el Evangelio de
Cristo, el Evangelio de nuestra salvación. Y a través de las
diferentes etapas del Cristianismo, Dios ha enviado diferentes
mensajeros a los cuales le ha hablado, le ha revelado el
mensaje que deben predicar en su tiempo, él lo ha predicado,
se han unido a él muchos ministros y se han formado muchas
congregaciones, y han estado trabajado en ese Proyecto
divino, y muchas almas han recibido a Cristo como único y
suficiente Salvador. Esas personas han estado escuchando la
Voz de Dios, la Voz de Cristo, la Voz del Espíritu Santo en el
tiempo que les ha tocado vivir. Esas personas son las ovejas
que el Padre le dio para que las busque y les dé Vida eterna.
Porque no es la voluntad de nuestro Padre que está en los
Cielos que se pierda uno de estos pequeñitos, una de estas
personas. También Él dice en otra ocasión: “Uno de estos mis
ESCUCHAD LA VOZ DE DIOS HOY PARA QUE... 25
Y eso será la restauración del Reino de David, y el trono
será el Trono de David, y por consiguiente la capital será
Jerusalén, el distrito federal el territorio de Israel, y desde ahí
el Mesías Príncipe gobernará sobre el pueblo hebreo y sobre
todas las naciones. Esas fueron las palabras del Ángel Gabriel
a la virgen María en el capítulo 1 de San Lucas, capítulo 1,
versos 26 al 36, cuando le dice que ella va a tener un niño, y
que Dios le dará el Trono de David su Padre, y reinará sobre
la casa de Jacob para siempre; y Su Reino no tendrá fin, será
un Reino para toda la eternidad.
Y ahora, podemos ver que hay una bendición muy grande
para los que escuchan la Voz de Cristo el buen Pastor,
escuchan el Evangelio de Cristo en el tiempo que les toca
vivir. Porque esa es la Voz de Dios, la Voz de Cristo para la
Dispensación de la Gracia para todos los seres humanos, así
como el Evangelio del Reino es la Voz de Dios para la
Dispensación del Reino. Tan sencillo como eso.
Y ahora, hemos visto lo que es la Voz de Dios, hemos
visto también qué es el Ángel del Pacto, el cual es Cristo en
Su cuerpo angelical, el cual es llamado el Espíritu Santo, el
que ha estado por medio de los diferentes profetas trayendo la
Palabra de Dios, el pensamiento divino en forma de Palabra a
los profetas, a los mensajeros de Dios, y de los mensajeros ha
pasado al pueblo para que escuchen así la Voz de Dios y
caminen en la Palabra de Dios para su tiempo; para nuestro
tiempo, para la Dispensación de la Gracia y luego la
Dispensación del Reino, caminemos en el Evangelio de la
Gracia, y en el reino milenial, en la Dispensación del Reino
caminemos en el Evangelio del Reino, conforme a lo
establecido en el Evangelio del Reino será para el glorioso
Reino milenial del Mesías.
La Voz de Dios por medio del Espíritu Santo, el Ángel del
Pacto, a través de Sus diferentes mensajeros es la Voz de Dios
24 William Soto Santiago, Ph.D.
Señor le dice:
–“El que está limpio no tiene necesidad, no necesita ser
lavado todo, sino solamente los pies.”
Y eso significa que el que ya ha recibido a Cristo como
Salvador y ha sido lavado con la Sangre de Cristo completo,
ha sido limpio de todo pecado con la Sangre de Cristo, y ha
sido reconciliado con Dios; si comete algún error, falta o
pecado, lo confiesa a Cristo y Cristo con Su Sangre lo limpia
de todo pecado, porque Él todavía está como Sumo Sacerdote
con Su Sangre intercediendo por toda persona que lo recibe
como su Salvador y por los que ya lo recibieron como
Salvador, en todo momento que sea necesario.
Por eso es que dice la Escritura también: “Si alguno ha
pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo Su
Hijo, el Hijo de Dios.” Y dice también: “La Sangre de
Jesucristo nos limpia de todo pecado.” No solamente de los
que teníamos antes de recibir a Cristo, sino de cualquiera que
cometamos por descuido luego de haber recibido a Cristo
como Salvador. Eso significa que el cristiano no puede
desanimarse en su vida cuando ha cometido alguna falla
delante de Dios, sino que tiene que saber que tenemos un
Sumo Sacerdote en el Cielo que intercede por nosotros ante
Dios con Su Sangre, e ir inmediatamente a Cristo, confesar a
Cristo nuestra falta, nuestro error, nuestro pecado, pedir
perdón a Cristo, y Cristo nos perdona y con Su Sangre nos
limpia de todo pecado.
Por lo tanto, el cristiano ha puesto su mano en el arado y
no puede mirar hacia atrás, sino hacia adelante siempre, hacia
la meta que es: la Vida eterna, no solamente espiritual sino
física también, con un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible
y glorificado que Él ha prometido para nosotros, para que
vivimos físicamente con Él en Su Reino terrenal que Él va a
establecer en este planeta Tierra.
ESCUCHAD LA VOZ DE DIOS HOY PARA QUE... 21
hermanos más pequeños.”
Recuerden que nosotros tenemos un hermano mayor y Su
nombre es: Señor Jesucristo, “Él es nuestro hermano mayor,
y Él no se avergüenza de llamarnos hermanos,” Hebreos,
capítulo 2, verso 10 al 16.
Y también en San Mateo, capítulo 25, versos 31 al 46, Él
en el juicio de las naciones, cuando juzgue a las naciones,
cuando se siente en el Trono de David y comience Su Reino,
Él juzgará a las naciones; a unas las pondrá a Su derecha,
representadas en ovejas, y a otras las pondrá a Su izquierda,
representadas en cabritos, a los de la derecha dirá:
–“Benditos, heredad el Reino de Dios preparado para
vosotros, entrad al Reino; porque tuve hambre y me diste de
comer, tuve sed y me diste de beber, estuve en la cárcel y me
visitaste,” y así por el estilo. Y ellos dirán:
–“¿Cuándo Te vimos con esas necesidades y Te
servimos?” Y Él dirá:
–“Por cuanto lo hiciste a uno de estos mis hermanos más
pequeños, a Mí lo hiciste.”
O sea que identifica a los creyentes en Él, que son los
primogénitos del Cielo, escritos en el Libro de la Vida del
Cordero, los identifica como Sus hermanos más pequeños que
Él. De esto es que nos habla también el apóstol Pablo, en
Hebreos, capítulo 12, versos 22 en adelante, dice:
“...sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la
ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de
muchos millares de ángeles,
a la congregación de los primogénitos que están inscritos
en los cielos...”
La congregación de los primogénitos inscritos en el Cielo
son las ovejas del Señor, son los que lo han recibido como
único y suficiente Salvador al escuchar Su Voz, la predicación
del Evangelio de Cristo, y han sido colocados en el redil del
22 William Soto Santiago, Ph.D.
Señor que es la Iglesia del Señor Jesucristo, de la cual Cristo
es Su Esposo. La Iglesia es la Esposa del Cordero, como dice
la Escritura, y el Cordero es Jesucristo nuestro Salvador. Por
eso es que Él tipifica a los creyentes en Él en ovejas,
corderitos, corderitos que van alimentándose con la Palabra y
van creciendo, y ya entonces son corderitos más grandes, los
cuales son ya ovejas. Por eso a Pedro le dice: “Pedro,
apacienta mis corderos.” Y después también le dice:
“Apacienta mis ovejas.” Eso está en el Evangelio según San
Juan, por allá, por el último capítulo.
Y ahora, continuando aquí, hemos visto que los
primogénitos, la congregación de los primogénitos que es la
congregación de los que han recibido a Cristo como único y
suficiente Salvador, la cual es el redil del Señor, la Iglesia del
Señor Jesucristo. Dice:
“...a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos
hechos perfectos...”
¿Ven? Los espíritus de los justos hechos perfectos son los
cuerpos angelicales que tienen todos los creyentes en Cristo,
en el cual van a la dimensión celestial, a la sexta dimensión
que es el Paraíso, cuando su cuerpo físico muere; y allí están
en una dimensión donde no hay problemas como aquí en la
Tierra. Y allí no hay noche, todo el tiempo es de luz; tampoco
en el cuerpo angelical siente la persona hambre y tampoco se
trabaja allí, es una dimensión para descansar, reposar de los
trabajos terrenales. Pero de allá se puede ver para acá, por lo
tanto la audiencia que tenemos del Paraíso es mayor que la
que tenemos aquí. Aunque aquí también no solamente
tenemos la audiencia que está aquí presente, sino ustedes que
están a través del satélite Amazonas o de internet en otras
naciones. O sea que la audiencia es grande, pero la que está en
el Paraíso mirando hacia acá es mayor. Mirando y escuchando,
porque en el cuerpo angelical se escucha, se ve también, tiene
ESCUCHAD LA VOZ DE DIOS HOY PARA QUE... 23
tacto la persona, se siente y así por el estilo, y también tiene
sentimientos, y también la persona piensa.
Ahora, sigue diciendo aquí:
“...a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre
rociada que habla mejor que la de Abel.”
Así que, nos hemos acercado donde está la congregación
de los justos, de los santos, de los primogénitos que están
escritos en el Cielo, esa es la Iglesia del Señor, y tenemos al
mediador del nuevo Pacto que es Jesucristo, haciendo
intercesión en el Cielo por nosotros con Su Sangre, pues la
persona cuando recibe a Cristo como Salvador es limpio de
todo pecado, así como cuando nos bañamos de pies a cabeza
quedamos limpios.
Pero luego en los tiempos pasados, las personas usaban las
sandalias y no tenían como en la actualidad aceras y carreteras
de concreto, o de otro material como la brea, bitumen (o como
le llamen), asfalto, y el polvo del camino le ensuciaba los pies.
Aunque estuvieran bañaditos, estaban limpios completo, pero
los pies quedaban al descubierto, y por eso en los hogares y en
diferentes lugares cuando llegaba un visitante, cuando
llegaban a la casa, tenían unos lugares para ser lavados sus
pies.
Y tenían personas, los que podían, tenían personas
trabajando o esclavos los cuales cuando llegaba el dueño de
la casa, se sentaba, y le lavaba los pies. De ahí es que viene
esa forma que usa Cristo cuando termina de cenar con Sus
discípulos, dice: “Y se levantó de haber cenado,” y toma una
toalla y un lebrillo con agua, y le leva los pies a Sus
discípulos. Luego cuando va a lavarle los pies a Pedro, Pedro
le dice:
–“Tú a mí jamás me lavarás los pies.” Y Jesús le dice:
–“Bueno, si no te lavares, no tendrás parte Conmigo.”
–“Señor, entonces la cabeza también, todo el cuerpo.” Y el
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