ESMALTES SHINO
Los esmaltes Shino son uno de esos tipos de esmalte que, teniendo un origen tan lejano como el Japón
del siglo XVI, por unas u otras razones, se revitalizan hasta el punto de tener una nueva vida en la
cerámica actual. Este artículo, además de conocer sus orígenes y generalidades, aporta la experiencia
de Encarna Soler, cuyo trabajo refleja una especial sensibilidad que va más allá de la simple
experimentación técnica.
Los esmaltes Shino, que por extensión (sobre todo en Japón) han dado lugar a la denominada genéricamente
“cerámica shino”, se enmarcan entre los más utilizados tradicionalmente para la realización de piezas
destinadas a la ceremonia del té. Junto a otros estilos clásicos de Japón, como el Oribe, Seto amarillo o Seto
negro, son originarios de Mino y Seto, en la actual prefectura de Gifu, en el centro de Japón; la estética y la
técnica se fueron desarrollando durante el periodo Momoyama (1573-1599), cuando los maestros de la
ceremonia del té, con el gran maestro Sen no Rikyu como máximo exponente, comenzaron a valorar las
cerámicas que tenían en la simplicidad y la rusticidad su valor más marcado, frente a la sofisticación de la
cerámica china y coreana que hasta entonces se utilizaba. El lugar donde se comenzaron a desarrollar no es
tampoco casual, ya que los hornos de Mino y Seto tenían ya una tradición de producción de cerámica esmaltada,
así como una gran influencia de la cerámica coreana. A finales del siglo XVI los grandes hornos anagama se
fueron sustituyendo por noborigamas, por lo que el shino fue, en cierto modo, desplazado por el Oribe, que se
adaptaba mejor al nuevo tipo de hornos. Desde entonces se mantuvo en un segundo plano, con cortos episodios
de florecimiento y largos periodos de oscuridad y desconocimiento.
El origen del Shino en Mino y Seto, que ahora se tiene como cierto, no estaba del todo seguro hasta los años
treinta del siglo XX, cuando Toyozo Arakawa descubrió las ruinas de un antiguo horno, lo que le llevó a
investigar las cerámicas antiguas de la zona; más tarde, él mismo construiría un horno anagama en el que
comenzó a cocer las nuevas piezas con esmaltes shino. Con el correr de los años, Arakawa se convertiría en
uno de los más conocidos ceramistas japoneses, al que se le concedió la distinción de “Tesoro Nacional
Viviente” (o “tesoro intangible”).
El Shino está considerado el primer esmalte blanco utilizado en Japón. Su color va del blanco lechoso al naranja,
en función de múltiples variables. El esmalte se compone básicamente de feldespato y barro, y a partir de ahí
todas las variantes son posibles, los tipos de feldespato y las infinitas variedades de barros locales. Las recetas
“clásicas” se podrían resumir en tres cuartas partes de un feldespato y una de arcilla, con el posible añadido de
un porcentaje de sal común (en torno a un 3 por cien) (Revista Cerámica, núm. 123, pág. 85). Posteriormente,
durante los años setenta del pasado siglo, se produjo otra vuelta de tuerca, cuando la norteamericana Virginia
Wirt desarrolló un fórmula de esmalte que también estaba en la línea de los antiguos shino, aunque con una
variación en los componentes (añadió carbonato sódico y espodúmeno) que la hacía diferenciarse de los
tradicionales. En poco tiempo, esta versión americana se extendió, debido a la riqueza de matices que aportan
las manchas o marcas del carbono atrapado en el esmalte durante la reducción, que puede llegar incluso a
provocar un shino de color gris y también en muchas ocasiones mucho más brillante que el tradicional. Uno de
los mayores exponentes de este tipo de Shino es el norteamericano Malcolm Davis, que formulaba unos
esmaltes brillantes, aplicados en capa fina pero de una gran calidez y textura (Revista Cerámica, núm. 99, pág.
74).
El shino se ha convertido en uno de los esmaltes más populares entre los ceramistas que cuecen en hornos de
leña, aunque también se presta a su realización en hornos de gas. Ciertamente se ha extendido lo que se
entiende por shino, ya que, al igual que ocurriera con el rakú, se han desarrollado esmaltes que realmente solo
mantienen una leve conexión con el espíritu original del Shino. Del mismo modo hay también otra variante de
los esmaltes shino, la que podríamos denominar “shino recogido”, que toma su nombre del conocido defecto de
los esmaltes. Estos shinos forman una superficie de gotas de esmalte, en ocasiones totalmente separadas unas
de otras. No es el único “defecto” que se convierte en virtud, ya que también el burbujeado y los agujeros o
poros en el esmalte están entre los atributos clásicos de este esmalte. Las variaciones de color también son
importantes y provocadas por diversos motivos (tipo de barro sobre el que se aplica, capa, atmósfera, curva de
cocción o superposición de esmaltes).
En definitiva, el Shino es uno de esos esmaltes que, junto a la sencillez de sus componentes, permite una
experimentación sin límite en cuanto a las condiciones de aplicación y cocción y que responde admirablemente
bien a las variaciones que se hagan. Por esa misma razón, incluso con la receta en la mano, será muy difícil
reproducir el maravilloso esmalte que vemos en la foto de un libro, lo que puede ser decepcionante para quien
pretenda copiar, pero muy estimulante para el que quiera experimentar.
“La luna nunca es tan hermosa como cuando está parcialmente oculta por las nubes”.
(Murata Juko, 1422-1502) (1)
Pruebas de taller de Encarna Soler
Encarna nos comenta que hay que tener en cuenta que las variaciones de los esmaltes Shino dependen
mucho del tipo de horno y de las circunstancias de la cocción, de la curva que sigamos y de la atmósfera del
horno en cada momento. Por ello es complicado reproducir los resultados de los esmaltes que vemos en
diferentes artículos o libros. También que es importante hacer muchas pruebas, ya que los materiales son
totalmente diferentes, por lo que las recetas que recojamos de otros autores siempre serán simplemente un
punto de partida. Por supuesto esto se podría solucionar reformulando las recetas y haciendo un exhaustivo
control de la cocción, en cuanto a temperaturas y atmósferas, pero eso, en cierto modo va en contra del
espíritu de este impredecible esmalte.
Esmalte Shino 1 (Malcolm Davis)
Nefelina Sienita…………… 40,9
Caolín…………………………18,2
Carbonato sódico………… 17,3
Bentonita…………………… 13,8
Feldespato sódico……….. 9,8
Receta aparecida en el núm. 99 de Revista Cerámica. Las materias primas de la receta original son difíciles
de encontrar, por lo que se ha utilizado caolín inglés y se ha sustituido el ball clay por bentonita. Se debe
disolver el carbonato sódico en agua caliente antes de mezclarlo con el resto. A 1.250 ºC sale recogido sobre
cualquier pasta si se aplica en capa generosa, de lo contrario saldrá más transparente. Son dos estilos y dos
efectos que se consiguen con el mismo esmalte. Malcolm Davis lo utilizaba de forma diferente, con la técnica
del carbon trapping, lo que muestra la enorme versatilidad de este esmalte.
Esmalte Shino 2 (Jim Robinson)
Nefelina Sienita…………… 29,2
Alumina…………………….. 29,2
Ceniza…………………………. 8,8
Espodúmeno………………… 9,6
Bentonita…………………….. 4
La diferencia entre el tono rojo y el blanco es debido a la capa.
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Esmalte Shino 3 (Jim Robinson)
Nefelina Sienita…………… 57,7
Alumina…………………….. 28,8
Espodúmeno………………… 9,6
Bentonita…………………….. 3,8
La diferencia entre el tono rojo y el blanco es debido a la capa.
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Esmalte Shino 4 (Janne Hieck)
Nefelina Sienita…………… 39,2
Espodúmeno………………. 29,4
Ball Clay…………………….. 16,7
Carbonato sódico…………. 5
Caolín………………………….4,9
Sal………………………………3
Se nota mucho la diferencia entre la pasta blanca y la que tiene más hierro. En la pasta roja se puede reforzar
el efecto del cambio de grosor en la capa.
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Esmalte Shino 5 (japonés)
Nefelina Sienita…………… 70
Caolín…………………………30
Sal………………………………..3
Es un esmalte muy similar al Nº 3 en cuanto a resultados, no se ven demasiados matices.
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Esmalte Shino 6 (japonés)
Nefelina Sienita…………… 70
Tierra roja…………………..30
Encarna utiliza tierra roja que recoge en la zona en la que tiene su taller. Las características de este esmalte
es tan variable como tierras diferentes podemos encontrar.
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Esmalte Shino 7 (Virginia Wirt)
Nefelina Sienita…………… 37,5
Caolín……………………….. 27,1
Espodúmeno………………. 18,1
Ball Clay…………………….. 12,5
Carbonato sódico………….. 4,8
En este tipo de esmaltes se usa también aplicar una capa de engobe azul (de titanio: Nefelina, 70; loza
blanca, 20; titanio, 10) que aflora a través del esmalte, creando zonas azuladas.
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Encarna Soler se ha formado como ceramista en múltiples cursos monográficos, centrando su atención en la
elaboración de piezas utilitarias de inspiración oriental, desde hace años investiga la utilización de esmaltes y
procesos como el rakú, Hikidashi, cocciones reductoras, alta temperatura y esmaltes tradicionales orientales.
Encarna Soler
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