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ESTUDIOS DE LA FLORA DEL QUINDÍO
Área 4
SISTEMÁTICA, ETNOBOTÁNICA Y CONSERVACIÓN DE
ESPECIES ARTESANALES EN EL QUINDÍO
UNIVERSIDAD DEL QUINDIO
FACULTAD DE EDUCACION
PROGRAMA DE BIOLOGIA
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HERBARIO UNIVERSIDAD DEL QUINDIO - HUQ
SISTEMÁTICA, ETNOBOTÁNICA Y CONSERVACIÓN DE
ESPECIES ARTESANALES EN EL QUINDÍO
DIEGO MACIAS PINTO, Asp. M. Sc.
ANA LUCÍA LÓPEZ GONZÁLEZ, Esp. E.A.
UNIVERSIDAD DEL QUINDIO
FACULTAD DE EDUCACION
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PROGRAMA DE BIOLOGIA
HERBARIO UNIVERSIDAD DEL QUINDIO - HUQ
SISTEMÁTICA, ETNOBOTÁNICA Y CONSERVACIÓN DE
ESPECIES ARTESANALES EN EL QUINDÍO
Proyecto de investigación financiado por la
Universidad del Quindío, a través del
Comité Central de Investigaciones
y la Dirección General
de Investigaciones .
Armenia, agosto de 2001
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TABLA DE CONTENIDO
Pág.
1. INTRODUCCIÓN 7
2. OBJETIVOS 9
3. MARCO TEÓRICO 10
4. ESTADO DEL ARTE 36
5. MATERIALES Y MÉTODOS 41
6. RESULTADOS Y DISCUSIÓN 46
6.1 SISTEMÁTICA 46
6.2 ETNOBOTÁNICA 245
6.3 CONSERVACIÓN 257
6.4 SOCIALIZACIÓN 275
7. CONCLUSIONES 276
8. RECOMENDACIONES 279
9. AGRADECIMIENTOS 280
10. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 281
11. ANEXOS 292
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LISTA DE TABLAS
Pág.
TABLA 1. Tratamiento Taxonómico de las Especies Artesanales del Quindío. 47
TABLA 2. Seguimiento a la Germinación de Estacas de Especies
Artesanales Sembradas en el Vivero Banco de Germoplasma Uni. Quindío. 260
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LISTA DE FIGURAS
Pág.
Fig. 1 Tratamientos dados a las partes utilizadas de plantas artesanales. 250
Fig. 2 Partes de las plantas artesanales usadas. 252
Fig. 3 Objetos fabricados con plantas artesanales. 253
Fig. 4 Combinación de especies de plantas artesanales. 254
Fig. Usos básicos dados a las plantas artesanales. 255
Fig. 6 Herramientas usadas para colectar o procesar las plantas artesanales. 256
Fig. 7 Estado de abundancia de las plantas artesanales. 257
Fig. 8 Época de colección de las plantas artesanales. 259
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1. INTRODUCCION
Los recursos vegetales de los países tropicales son patrimonio cultural de la humanidad;
desafortunadamente, muchos de esos recursos sólo son identificados por pequeños grupos
humanos aislados y no han sido registrados por la ciencia moderna, Gómez - Pompa (1986). La
comunidad de artesanos colectores del Quindío, es un grupo de personas con conocimiento
empírico de las especies empleadas en su actividad, este conocimiento se puede cualificar y
socializar con el fin de conservarlo para las generaciones futuras (Rubiano & Guevara, 1997).
De otro lado, los relictos de selva están siendo desplazados por extensos monocultivos y
procesos de urbanización acelerada, llevando no sólo a la desaparición de hábitats, sino también a
la pérdida de la identidad cultural y del conocimiento que tienen nuestros artesanos colectores
sobre las mismas y sobre las especies vegetales que allí se desarrollan. Dada la gran riqueza
florística y cultural que aún existe en Colombia y específicamente en el Departamento del Quindío,
es importante y necesario realizar estudios que permitan conocer la vegetación y el uso que el
hombre hace de ésta, con el ánimo de generar conocimientos que permitan hacer un adecuado
uso de la misma.
Así mismo, existe la necesidad de generar estrategias de acción con la comunidad de
artesanos, que permitan conservar los relictos de selva que aún nos quedan y que son fuente de
materias primas para la elaboración de sus productos; también se requiere conocer la tecnología
14
necesaria para su reproducción y cultivo, con el fin de minimizar los impactos causados por la
extracción permanente en los diferentes relictos de selva.
El presente estudio se ocupa de la Sistemática, Etnobotánica y Conservación de las especies
vegetales de uso artesanal del Departamento del Quindío, como elementos básicos de la
economía de nuestra cultura campesina y en atención a las recomendaciones de Leal & Guerrero
(1987) y Rubiano & Guevara (1997). Igualmente, teniendo en cuenta la Declaración de Belém de
1988, en la que se plantea la necesidad de acciones como: -Se destine una proporción sustancial
de la ayuda para el desarrollo, a labores de inventariado etnobiológico, conservación y manejo -
Se promueva el intercambio entre los pueblos indígenas y campesinos de la información referente
a la conservación, manejo y utilización sostenida de recursos.
El proceso de erosión cultural tiene efectos devastadores por la desarticulación que provoca
en lo relacionado con los mecanismos para la conservación del ambiente. Ante la necesidad de
comercializar productos se rompen las bases de regulación en el uso de los recursos y de las
normas de manejo basadas en la compenetración con el medio, Carbonó (1986).
Por lo anterior, este trabajo es una contribución al conocimiento de la flora colombiana
específicamente del Departamento del Quindío; de la misma forma se contribuye al conocimiento
etnobotánico que posee el campesino quindiano y además se propende por la conservación de
las especies vegetales, así como de la cultura regional.
Las descripciones taxonómicas permitirán la adecuada identificación de las especies vegetales
de uso artesanal del Quindío, de tal manera que se especifiquen y unifiquen los criterios entre los
artesanos colectores y entre estos y la comunidad científica. El estudio etnobotánico permitirá
rescatar el conocimiento empírico de los campesinos, que fusionado con el conocimiento
científico recobra validez y se legitima ante la sociedad. Las estrategias de conservación diseñadas
marcarán las pautas a seguir, con el fin de asegurar la disponibilidad del recurso a largo plazo y en
cantidades óptimas para el abastecimiento de la comunidad de artesanos que derivan su sustento
de la labor artesanal.
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2. OBJETIVOS
2.1 GENERAL
Determinar, caracterizar y conservar las especies vegetales utilizadas en labores artesanales en
el Departamento del Quindío.
2.2 ESPECÍFICOS
Revisar la caracterización botánica y etnobotánica de las especies vegetales artesanales del
departamento del Quindío.
Determinar las especies de uso artesanal del departamento del Quindío.
Cultivar y conservar las especies colectadas en el Banco de Germoplasma de la Universidad
del Quindío y en viveros municipales y de las UMATA.
Elaborar una cartilla didáctica sobre sistemática, etnobotánica y conservación de especies
artesanales, dirigida a la comunidad artesanal de la región.
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3. MARCO TEÓRICO
3.1 Especies vegetales de uso artesanal
Las materias primas denominadas fibras vegetales que se usan en labores artesanales, pueden
ser fibras foliares, juncos, bejucos o lianas, pajas, palmas, calceta o guasca de plátano, guadua
biche, bambú, fique, amero o capacho del maíz, etc.; obtenidos de especies que presentan
tejidos esqueléticos que dan consistencia a la planta (tallos, hojas y/o raíces),
Mier & Arcila (1996).
Cada material tiene sus particularidades en cuanto a la obtención y cosecha del material,
procesos de adecuación y técnicas de elaboración, Franco et al. (1995). Pérez (1978), plantea
que las cualidades de las fibras vegetales son muchas: su longitud, firmeza, tenacidad o resistencia
al estirado, capacidad de torcerse sin debilitarse, la adherencia o firmeza con que se pegan a
otros materiales, color y afinidad tintórea, lustre, duración, estabilidad, capacidad calórica y
conductancia eléctrica. Las plantas trepadoras tienen gran flexibilidad y tienen considerable fuerza
de tensión, lo que significa que los tallos tienen características desarrolladas para resistir tirones y
torceduras.
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Las lianas son las causantes de la mayor relación de la producción de hojarasca sobre leño en
los bosques tropicales. Probablemente las lianas son las responsables del exceso de producción
de hojarasca por parte del bosque tropical, Gentry (1983).
Según Rangel et al. (1994), los valores de cobertura en las trepadoras están entre 4% y 36%,
valores bastante altos para un bosque conservado; sin embargo los valores elevados de la
cobertura y la densidad especifica considerable confirman la calificación sobre conservación del
sitio. En etapas del proceso de recuperación de las condiciones originales en los bosques
montañosos, es frecuente que las trepadoras tengan valor alto en cubrimiento.
Las trepadoras tropicales tienen una categoría importante de uso que es la producción de todo
tipo de fibras, sea para cordaje general, amarrado de muros y techos de casas o para tejer
canastos, hamacas, redes de pesca, entre otros, numerosos taxa de lianas son usados de esta
forma. Un atributo fundamental de las lianas es su flexibilidad, para sobrevivir al movimiento o
rotura de sus soportes vivientes, Putz & Mooney (1991).
Una liana es una trepadora leñosa que generalmente tiene raíces en el suelo o en la selva pero
sus hojas están expuestas al sol cubriendo el dosel de los árboles, muchas veces crecen desde el
suelo. Las lianas son especialmente abundantes en bosques tropicales húmedos, donde los tallos
leñosos flexibles asumen muchas formas interesantes suspendidas (ejemplo nudos, trensados y
lasos). Pero en trópicos húmedos las especies pueden también estar envueltas alrededor de ramas
de árboles para apretar el huésped. Las enredaderas y lianas son extremadamente comunes en
temporadas secas en árboles pequeños de bosques tropicales cuyas hojas se confunden
fácilmente con las de los árboles.
Las trepadoras también pueden incluir hemiepífitas secundarias, plantas que empiezan a
enraizarse en el suelo, creciendo como una enredadera todo el tiempo en un tronco de árbol y
después como una epífita sin contacto con el suelo. De este modo hay una serie calificada desde
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arbustos autosoportados con ramas frágiles hasta enredaderas y lianas que no pueden soportar
raíces rectas y dependen enteramente de otros recursos de soporte. (En Internet).
Es conveniente reconocer dos categorías de adaptación de las plantas trepadoras: mecanismos
activos, que comprenden el crecimiento y tropismos de la planta para aferrarse; y mecanismos
pasivos que dan a la planta estructuras que entran en contacto con la estructura de soporte. Cada
mecanismo provee ventajas y desventajas mecánicas y ecológicas, dependiendo de la situación en
que la enredadera o liana esté creciendo.
Mecanismos activos:
- Adhesión por zarcillos (tallo, estípula, ápice foliar, eje floral).
- Enroscamiento.
- Adhesión usando raíces adventicias.
Mecanismos pasivos:
- Espinas y emergencias rígidas.
- Disposición de ramas u hojas en un soporte dado.
- Tendimiento, revolviéndose o escudriñando hábitos de crecimiento, (En Internet).
Franco et al. (1995), plantean que los bejucos, en su mayoría, son plantas trepadoras que
crecen entre el bosque húmedo premontano comprendidos entre los 1800 y 2900m, con
temperaturas entre los 10° y 20° con precipitaciones anuales promedio entre 2000 y 4000
milímetros. Se desarrollan en medio del monte nativo, con gran diversidad de especies.
En Colombia, según reportes de Mier & Arcila (1996), se utilizan 313 especies vegetales, en
labores artesanales. Así mismo, Ramos (1999), plantea que en el país se han identificado más de
248 especies vegetales utilizadas en artesanías, de las cuales, el 73% crecen exclusivamente
dentro de las selvas, y las restantes, se encuentran en potreros, bordes de caminos, riberas de los
ríos y quebradas, lugares cenagosos y lagunas.
19
Cárdenas & López (2000), plantean que La Fundación FES en asocio con Artesanías de
Colombia y el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, bajo el
convenio “Uso Sostenible de Insumos Artesanales”, han realizado el inventario de los recursos
vegetales utilizados en artesanías, con información sobre 480 especies.
De otro lado, señalan que entre los productos forestales no maderables, el grupo de las fibras
en los mercados internacionales está constituido por bambú, bejucos, juncos, mimbre y cáñamo,
entre otros; cuyo mercado global en 1996 fue de US$2.482 millones.
3.2 Artesanía e Identidad Cultural
La producción artesanal de una sociedad tiene su origen en la necesidad de proveerse de los
instrumentos necesarios para la satisfacción de las necesidades básicas para la manutención
individual y del grupo. Por ello, lo que solemos llamar artesanías no son más que la expresión
plástica y estética de una cultura, sintetizados en los elementos que a diario hacen parte de sus
instrumentos o de sobrevivencia física, Giraldo, citado por Modera & Ochoa (1998).
La artesanía es una actividad representada en el incremento de la mano de obra, con la
aplicación de aptitudes y destrezas específicas en los procesos de transformación de materia
prima, imprimiéndole al objeto artesanal además de funcionalidad, un valor agregado expresado
en el desarrollo de su estética, Mier & Arcila (1996). La artesanía es una actividad humana que
requiere técnicas y conocimientos tradicionales y empíricos, y que se ejerce mediante la práctica
manual, Barney-Cabrera (1980).
El trabajo es una cosa y la habilidad artesanal es otra. La artesanía se puede considerar como
un eslabón entre el arte y la ciencia, pues el artesano combina la invención artística con el
conocimiento científico o técnico de las posibilidades y limitaciones de las herramientas y de los
materiales. La incapacidad para manejar las herramientas impedirá a la más imaginativa de las
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personas el poder materializar sus ideas. El artesano disfruta con el uso de sus herramientas y las
respeta, Mathil (s. f.).
La artesanía es una actividad de transformación para la producción de objetos; realizada con
predominio de la energía humana de trabajo, física y mental, complementada generalmente con
herramientas y máquinas relativamente simples; condicionada por el ambiente físico y por el
desarrollo histórico. Actividad con la que se obtiene un resultado final individualizado (producto
específico), que cumple una función utilitaria y tiende, al mismo tiempo, a adquirir la categoría de
obra de arte, Herrera (1992). Lo primero que debe contemplar una actividad para ser un oficio
artesano, es que sea un verdadero oficio, no una simple habilidad o manualidad que se pueda
aprender en un par de tardes, Revista Papeles de Artesanía Iberoamericana (1997).
En artesanía, los conocimientos y las técnicas deben ser necesariamente de origen empírico y
trasmitidos por la tradición del grupo familiar o de la comunidad; si hay aprendizaje nuevo, debe
seguir el proceso reversivo hacia la humildad del empirismo, hasta convertirse otra vez en algo
tradicional obtenido y corregido mediante la experiencia del grupo artesanal, Barney-Cabrera
(1980).
Existen, básicamente, tres fuentes principales para el diseño en la artesanía : la naturaleza, el
material y la función. La mayoría de los buenos artesanos han querido combinar la función con la
belleza. El objeto no sólo debe servir para la función para la cual se lo ha diseñado, sino que,
además, debe proporcionar cierto placer estético al autor y al que lo usa, Mathil (s. f.).
De acuerdo al Proyecto de Ley de la República Oriental del Uruguay, se considera trabajo
artesanal la actividad económica productiva cuya materialización física se realiza mediante un
proceso de producción en el que las fases sustantivas del mismo son ejecutadas manualmente.
Estas fases, necesariamente deben incorporar a la producción un valor diferencial, de signo
positivo respecto a sus homólogos industriales, imprimiendo al objeto artesanal un sello estético y
creativo, y que en su relación con el medio, preserven y desarrollen nuestra identidad cultural,
21
Revista Papeles de Artesanía Iberoamericana (1997). Debido a la claridad y especificidad de
este concepto, será adoptado para el presente trabajo.
Según la Ley de Artesanía de Panamá, Artesanía es la actividad creativa y permanente de
producción de objetos, realizados con predominio manual o con auxilio de maquinarias simples
para obtener un resultado final individualizado, determinado por los patrones culturales, el medio y
su desarrollo histórico, Revista Papeles de Artesanía Iberoamericana (1998). En las artesanías lo
útil y lo bello coexisten amorosamente, estando a lo largo de su proceso siempre presente el
hombre, siendo las herramientas y las máquinas -sí es que es necesario recurrir a ellas - auxiliares
de unas manos guiadas por un cerebro altamente desarrollado, Malo (1998).
La Ley de Artesanía de Venezuela define al artesano y artista popular a la persona que usando
su ingenio y destreza, transforma materias primas en creaciones autóctonas o en manifestaciones
artísticas, utilizando instrumentos de cualquier naturaleza. El producto artesanal deberá lograrse
mediante la intervención del trabajo manual del artesano, como factor determinante y sin alcanzar
producciones en serie equiparables a las del sector industrial, Revista Papeles de Artesanía
Iberoamericana (1998).
Se considera artesano a la persona que ejerce una actividad profesional creativa en torno a un
oficio concreto, en un nivel ponderadamente manual y conforme a sus conocimientos, habilidades
técnicas y artísticas, trabaja en forma autónoma, deriva el sustento principalmente de dicho
trabajo y transforma en bienes y servicios su esfuerzo físico y mental, Herrera (1992). Es un
portador de antecedentes culturales milenarios (rasgos, estilos, tradiciones…), el artesano
transforma materias primas (generalmente naturales) en objetos de alto valor estético, con sus
propios medios de producción (herramientas, técnicas y procesos), Mier & Arcila (1996).
El taller artesanal es un lugar, generalmente habitacional, donde el artesano o artesanos tienen
sus elementos de trabajo instalados para lograr un proceso integral y autónomo de producción de
22
objetos, y donde existe una baja división del trabajo y se cumple la función múltiple de creación,
enseñanza y organización, Herrera (1992).
La cestería parece ser el arte más antiguo, se relaciona con los árboles y su veneración. Los
bejucos y otras variedades de plantas hacen parte de la iconografía indígena. Nuestros indígenas
realizaban cestos capaces de albergar y transportar agua, recoger frutas y miles de cestos iban y
venían por estos senderos, Franco et al. (1997).
Colombia en el siglo XIX seguía dependiendo económicamente del pastoreo y la actividad
agrícola, principalmente el tabaco, la quina, el añil. Los artesanos de nuestra época granadina,
proclamaban y luchaban por la protección de sus industrias. En el año de 1854 la Nueva Granada
había introducido al país productos ingleses, quebrando a los pequeños y medianas manufacturas
y la artesanía nacional.
Los artesanos de estos pueblos eran carpinteros, ebanistas, talladores, marqueteros,
talabarteros, tejedores, bordadoras, costureros, cesteros, fundidores, forjadores, alfareros,
ceramistas, el dulcero, los zapateros, los cerrajeros, los herreros, pero antes de que cada uno
fuese, lo que el destino de su arte lo inclinó, eran colonos arrieros, cultivadores, guaqueros,
dedicados a lo que se le presentaran, fueron criadores de cerdos y tipo de ganado, ya que se
habían encontrado uno de los pisos térmicos más abundantes en energía en los suelos que acopló
muy bien con estas familias deseosas de alcanzar una trocha en el camino del destino.
Los artesanos y los sectores marginados, ocuparon un espacio reducido en el ambiente
económico de los años 50 y 60. La acumulación de capital y la falta de créditos financieros
sucumbieron estas comunidades artesanales que con la incursión del plástico, hacen que los
oficios artesanales sean desplazados por la pila y los generadores de energía, Franco et al.
(1995).
23
Al analizar la variada artesanía colombiana se pueden citar muchos ejemplos: la mayoría de las
personas que conforman la étnia Ocaina participan de las tareas artesanales y tanto hombres
como mujeres dedican parte de su tiempo a la elaboración de cestos en fibras que extraen en lo
que ellos denominan el “monte alto”. La producción de la cestería Ocaina es variada,
contantemente se innova y transforma de acuerdo a los cambios introducidos en su cotidianidad,
se conserva el saber tradicional en el manejo de las técnicas y las materias primas pero se
renuevan los objetos; con bejucos rústicos y duros elaboran piezas donde se conjuga lo bello y lo
útil, cestos finamente acabados con variedad de formas y tamaños, donde se percibe el sentir de
estos artesanos indígenas a través de un conocimiento profundo de su ambiente y un excelente
manejo técnico y formal.
La comunidad Ocaina cimienta su producción en trabajos elaborados en fibra que obtienen de
un bejuco especialmente fino y en el manejo de la técnica de espiral enrollado, por medio de la
cual logran construir tejidos compactos y de gran resistencia. Junto a la cestería que maneja
formas que semejan objetos cerámicos, están los sombreros, bolsos y tejidos que representan
animales.
La artesanía de Santa María (étnia Huitoto), está representada en gran parte por objetos en
los cuales se conservan muchos de los saberes ancestrales, elaboran cestos para transportar
alimentos e instrumentos y adornos rituales, chinchorros, cestos de cumare y guarumo, Bustos
(1993).
En la comunidad indígena Emberá Chamí, las artesanías no son objetos de elaboración
contemplativa, sino extensiones de su propio cuerpo y del medio que le permiten acceder a los
productos, transformarlos y utilizarlos para perpetuar su vida física y cultural. Por su importancia
en la vida económica y social del grupo, se convierte en los instrumentos en los cuales los
elementos de identidad y representación del mundo se plasman en objetos materiales que
constituyen parte importante en el autorreconocimiento como pertenecientes al grupo étnico.
24
En la confección de cestos, se utilizan una gran variedad de bejucos, de diferentes diámetros,
según sea el destino dado al objeto. Se confeccionan canastos para cargar maíz, plátano y café;
para utilizarlos en el proceso de transformación del maíz en harina; para guardar ropa u objetos;
para ayudarse en las actividades de pesca y rocería y, canastos para vender a los “blancos” en el
mercado. Así mismo, se fabrican penas o “ventiadoras”, juguetes, sombreros, etc. En general, no
sólo las artesanías, sino todo el conjunto de la cultura material Emberá está íntimamente ligada con
la amplia oferta del bosque.
Dentro de este tipo de actividades hay una alta especialización por sexos: en la cestería, hay
canastos de fabricación exclusivamente femenina, otros masculinos y otros canastos que pueden
ser confeccionados por hombres o mujeres, aunque es una actividad con predominancia
femenina. La fabricación de bodoqueras es una actividad netamente masculina, Giraldo et al.
(1995).
En la amazonía colombiana, los Tukuna utilizan 41 especies de plantas, distribuidas en 40
géneros y 25 familias, para la construcción de viviendas y en la manufactura de artículos de uso
doméstico, canoas y equipo de pesca. Sólo 14 de éstas plantas son usadas para otros
propósitos. Todas las plantas usadas en construcción y manufacturas son colectadas en el
bosque circundante. Muchas de ellas se encuentran en el bosque secundario, pero existen
algunas en relictos de bosque primario, los cuales fueron dejados cuando el área fue clareada con
propósitos agriculturales.
Los Tukuna, almacenan sus ropas en grandes canastos los cuales tejen las mujeres a partir de
los tallos de Ischnosiphon arouma. Estos canastos tienen una boca redonda usualmente cubierta
con una tapa, en el fondo del canasto, cuatro protuberancias puntiagudas sirven como patas, y las
asas son hechas del tallo de Heteropsis aff. spruceana o de la corteza interna de Chytroma
turbinata, Leigh (1983).
25
En la zona del Viejo Caldas, el uso más importante y frecuente de los bejucos es el de cestería
cafetera. Para ello los (as) artesanos (as) y/o bejuqueros extraen de los bosques aledaños bejucos
de aproximadamente 8 metros de largo y 3-5 centímetros de diámetro, Guerrero & Leal (1987).
Luego los raspan y obtienen las fibras mediante cortes. En algunos casos tras secarlos al sol.
Finalmente se hace el proceso de tejido donde se obtienen productos como el canasto recolector,
lavador, semillero, cascarero y cañero, Ramos (1997).
El fenómeno de la creación de objetos, que ayudan al hombre a la adaptación del medio
ambiente, es una realidad de carácter universal que forma parte del contexto cultural de todas las
sociedades humanas del pasado y del presente. En cada obra, en cada objeto, el hombre
refleja parte de su historia, de su forma de vida, de su cotidianidad; los cestos, los chinchorros, las
redes, las trampas de caza, etc., son tan sólo unos pocos ejemplos claros de cómo el hombre a
través del tiempo ha establecido sus relaciones con la naturaleza.
Los objetos, que hoy en día conocemos bajo la denominación de artesanía, son bienes
culturales del pueblo que los elabora. Son una expresión dinámica que cambia, se transforma y
renueva de acuerdo con las necesidades, condiciones y características de sus creadores y el
momento histórico que viven; en ellos se reflejan los valores, la riqueza y la diversidad tanto
cultural como étnica de quienes los producen, Bustos (1993).
Los artesanos tejedores de bejucos han acumulado experiencias y conocimientos sobre el
manejo y utilización de la fibra, que les han aportado más de un siglo en el proceso de
poblamiento de la región. La producción de cestería dado la escasa utilización de herramientas y
equipo, está determinada por sus habilidades y destrezas, que son el elemento decisivo en la
elaboración del producto, Franco et al. (1995).
Las narraciones orales que se heredan de generación en generación, agregando cada vez más
información, con la experiencia de cada persona, crea un continuo conocimiento que ha
enriquecido las relaciones hombre-planta. Las comunidades rurales, indígenas, campesinos y
26
colonos, son quienes aún poseen y conservan una tradición en el manejo de los recursos
vegetales, que sin embargo, ante la inminente necesidad de comercializar productos para la
sobrevivencia inmediata, se rompen las bases de regulación en el uso de estos recursos y los
mecanismos para su conservación, dando como resultado un deterioro irreversible del ambiente y
un proceso de erosión cultural, que tiene efectos devastadores y aniquiladores para la relación
hombre-planta, Gómez & Murillo (1996).
Los campesinos de Buenavista, Quimbaya y Salento saben hacer objetos artesanales, por lo
que se deduce que aún conservan la tradición cultural de su región, sin embargo, ellos no la
desempeñan porque no tienen tiempo para dedicarse a las labores artesanales; además, las
entidades que fomentan éstas actividades no brindan los recursos necesarios para fomentar la
manualidad, de tal forma que sea un sustento económico para su familia, Modera & Ochoa
(1998).
La más antigua tradición artesanal en el Departamento del Quindío, desde la colonización
antioqueña, corresponde al Municipio de Filandia. Esta se remonta unos 150 años atrás con el
establecimiento de los primeros pobladores, y está íntimamente relacionado con el bejuco,
Arenas, Henao & Muñoz (1986). Se fabricaban inicialmente “nasas”, una especie de canasto
rústico utilizado para la pesca. Estas artesanías eran también empleadas para la siembra y
recolección del maíz. A principios de siglo se comienza a elaborar canastos de bejucos para el
aprovechamiento del café. Se elaboran canastos recolectores, lavadores, semilleros y cascareros.
La artesanía hace parte de la estructura socioeconómica y cultural del país, proyectándose
también en la pequeña y la mediana industria. La población artesanal en Colombia está calculada
en 1.260.000 personas (en su mayoría mujeres), de las cuales 1.000.000 se ubican en zonas
rurales y semirurales indígenas, en tanto que las 260.000 restantes, se ubican en sectores urbanos.
La mayoría de las personas que se dedican a labores artesanales son mayores de 18 años,
tienen un nivel educativo medio (saben leer y escribir), generalmente desarrollan sus actividades
27
en las viviendas, que se adecuan como talleres en donde interviene el grupo familiar como
ejecutor y comerciante, Mier & Arcila (1996).
De la artesanía viven alrededor de un millón doscientas personas, de las cuales son las mujeres
quienes realizan un trabajo que representa el 67% de la producción artesanal del país,
desarrollado por campesinas e indígenas, especialmente, el 33% de la producción artesanal es
realizada por hombres, con un porcentaje mayor localizado en zonas urbanas, Herrera (1992).
De acuerdo al Censo Económico Nacional del Sector Artesanal (1994), en el cual se trabajó
con 58.821 artesanos, la población artesana rural y urbana de Colombia se distribuye así:
23.28% en capitales de departamentos, 28.37% en cabeceras municipales y 48.35% en veredas.
En el mismo estudio se concluye que las condiciones de marginalidad económica y social del
sector se reflejan en los bajos niveles de escolaridad, ya que entre otros el 17.26% es analfabeta,
el 33.49% tiene primaria incompleta y el 17.59% tiene secundaria incompleta.
También se plantea que la artesanía tradicionalmente se transmite de generación en generación
y sólo una minoría recibe formación académica en este aspecto. El 48.47% aprende en el hogar;
el 15.29% en talleres particulares como aprendiz y por el sistema de cursos de capacitación en
oficios.
Es de resaltar que en el censo en mención, se concluye que el país cuenta con una gran riqueza
de artesanías en todas las regiones, sin embargo, se encuentra una mayor concentración de
población artesana en departamentos como: Nariño, Sucre, Córdoba, Boyacá, Cesar, Atlántico y
Tolima. La población artesana del departamento del Quindío, a pesar del área, es comparable
con la de departamentos como Antioquia y Cundinamarca.
En Colombia la actividad artesanal es muy relevante para el diseño de políticas de desarrollo
social porque ocupa directamente a más de un millón doscientas mil personas (el 75% en zonas
rurales), aporta con un 0.4% al Producto Interno Bruto nacional y es un rubro de suma
importancia para el comercio exterior colombiano, Ramos (1999).
28
Sin embargo, la organización del sector artesano en Colombia continúa todavía en sus niveles
de desarrollo más bajos y ello se debe, en parte, a la dispersión geográfica de los artesanos
ubicados en su mayoría en zonas selváticas, como los grupos indígenas, y en zonas rurales, como
las comunidades campesinas. Un porcentaje menor se encuentra en sectores marginales de
capitales y municipios intermedios, Herrera (1992).
Solamente en el Departamento del Quindío para 1995, en la más baja producción de canastos
de bejuco, existían alrededor de 90 artesanos que dependían económicamente de esta actividad.
En los últimos años esta actividad ha disminuido porque los canastos naturales han sido sustituidos
por baldes de plástico para la recolección del café, los bejucos se han extinguido paulatinamente y
el sector cafetero ha tenido una desaceleración en su crecimiento. Los artesanos dedicados a
este tipo de cestería son cada vez menos y tienen que buscar sus ingresos en otras actividades.
Por ello, esta técnica tiende a desaparecer sino se solucionan los anteriores problemas, entre ellos
los más importantes, darle un manejo sostenible a los bejucos y buscar nuevos usos y mercados a
estos productos, Franco et al. (1995).
El Departamento del Quindío se caracteriza en el subsector artesanal por ser neoartesanal,
donde trabajan hombres y mujeres con baja escolaridad e incipientes niveles técnicos para el
manejo de las materias primas, y desconocimiento de los espacios de mercado. Ordinariamente
estas personas se dedican al trabajo artesanal no tanto por vocación artística, sino por falta de
otras opciones o por el desplazamiento de otros sectores, Franco et al. (1995).
Frente a la crisis cafetera, la artesanía ha ocupado un considerable número de mano de obra
como una alternativa de apoyo socioeconómico, Mier & Arcila (1996). La producción artesanal
es, para un gran sector de la población, factor importante en la generación de ingreso, sin que,
necesariamente, cubra siempre todas sus demandas, ni satisfaga todas sus necesidades, como
consecuencia de las limitaciones de la dinámica de las economías de subsistencia donde se
desenvuelven la mayoría de las veces. Este ingreso surge de la comercialización mediante la cual
29
se pasa de las formas del trueque a las monetarias, que son la forma preponderante del
intercambio en la medida en que se entra en el oficio con dedicación exclusiva, Herrera (1992).
Para efectos del presente trabajo, se abordan las especies vegetales artesanales, cuya
utilización corresponde al proceso de cesteria, el cual comprende todos aquellos productos
resultantes del entrecruzamiento de pajas, palmas, juncos y/o bejucos enteros o reducidos a tiras,
Mier & Arcila (1996). Sólo se incluyen helechos de las familias Cyatheaceae, Dryopteridoideae y
Lophosoriaceae, que se utilizan en moldeado de rizoma, helechos de la familia Gleicheniaceae los
cuales sirven para enrollamiento de pecíolos y especies de la familia Poaceae que aportan cañas
para su perforación y/o doblado.
3.3 Sistemática
El hombre dedica todas sus horas de vigilia a la clasificación de las cosas e ideas con las que
se topa, de tal modo que las integra en grupos familiares. Una parte de dicho proceso es la
definición y asignación de nombres. En los esfuerzos conscientes que el hombre realiza al
coleccionar y ordenar cosas también se va dando cuenta de la belleza de una organización lógica
e ingeniosa, Jensen (1994).
El inventario florístico implica la elaboración de listados de especies con datos precisos sobre
localización y distribución de las plantas, así como también información ecológica. A través de
estos inventarios es posible la identificación de recursos promisorios y el establecimiento de
estrategias de conservación in situ y ex situ de las especies y de los hábitats en los cuales se
desarrollan, Caballero (1987).
La Sistemática es la ciencia que se ocupa del estudio comparativo de las clases de organismos
(tanto vivos como fósiles), que existen o han existido sobre la tierra. La Sistemática se encarga de
descubrir, organizar e interpretar la diversidad biológica.
30
La Sistemática es una ciencia unificadora de las ciencias biológicas, pues abastece el marco
conceptual que permite estudiar e interpretar las propiedades de los organismos y su importancia
en el funcionamiento de los ecosistemas, Asociación Colombiana de Herbarios (1999).
Los inventarios etnoflorísticos implican la elaboración de listados de especies, los cuales
incluyen datos precisos sobre localización y distribución de la planta, así como también
información ecológica, las partes útiles de las plantas, las formas de uso, de preparación, también
la forma en que son seleccionadas y manipuladas por el hombre. La fuente principal de
información para los inventarios etnoflorísticos es, sin embargo, la investigación de campo; ésta no
sólo se requiere para corroborar, corregir y profundizar los datos existentes en las otras fuentes,
sino también para obtener nuevos datos en aquellas regiones y entre aquellos grupos étnicos
donde no existe información, Modera & Ochoa (1998).
3.4 Etnobotánica
El hombre ha desarrollado la disciplina de la Etnobotánica desde tiempo atrás, reconociendo el
uso que las comunidades indígenas y campesinas han dado a las plantas, aprovechando sus
propiedades curativas, alimenticias o psicotrópicas. No obstante, en Colombia el desarrollo de
esta ciencia es relativamente nuevo. La etnobotánica debe cumplir dos tareas principales: la
realización de inventarios de los recursos disponibles y utilizados desde tiempo atrás y la
búsqueda de recursos vegetales nuevos, que posean un mayor valor económico promisorio, La
Rotta (1983).
Yepes (1953), define la Etnobotánica como la ciencia etnológica que estudia la influencia de la
vegetación en la cultura, o como la ciencia de las relaciones entre el hombre y la planta, puesto
que la influencia es recíproca; la vegetación modifica la cultura y ésta modifica la vegetación, en
una serie indefinida de acciones y reacciones.
31
Porteres (1961), citado por Fuentes (1980), define la etnobotánica como una disciplina
interpretativa y asociativa que investiga, utiliza, une e interpreta los hechos de interrelaciones entre
las Sociedades Humanas y las Plantas.
Schultes (1967), citado por Gómez & Murillo (1996), definió la etnobotánica como la relación
entre el hombre y su ambiente vegetal.
Barrera (1979) citado por Gómez-Pompa (1986), plantea que la etnobotánica es el estudio de
las sabidurías botánicas tradicionales, que concretiza su campo de acción y les da el marco
teórico a sus seguidores.
Una investigación de naturaleza etnobotánica, incluye diversos aspectos que abarcan desde la
preparación de buenos ejemplares botánicos que sirvan como “testigos”, hasta la obtención de
información sobre los usos de las plantas, Forero (1980).
Gómez (1982), citado por Gómez & Murillo (1996), plantea que a los etnobotánicos les
interesa fundamentalmente la comunidad humana, cómo ésta conoce sus recursos y resuelve sus
problemas de manejo, buscando mejores alternativas para el beneficio de la comunidad, en
contraste, con los botánicos económicos que les interesa buscar nuevos recursos que tengan
potencialidad económica, aunque no sea necesariamente en beneficio de las comunidades
humanas.
La etnobotánica es concebida como la ciencia del saber botánico tradicional, cuyo reto en
latinoamérica es descubrir el legado de conocimientos que sobre la flora silvestre dejado por las
culturas tradicionales, Gómez-Pompa (1987).
El trabajo del etnobotánico se confunde con el de conservacionista cuando acopia información
sobre la historia de las plantas, para proponer cómo usarlas sin atentar contra su perpetuación,
Carbonó (1987).
32
En el contexto de una sociedad en cambio, como la de los países latinoamericanos, la
investigación etnobotánica constituye una forma de rescate cultural, al registrar y documentar el
conocimiento tradicional y la información sobre los usos empíricos de las plantas, los cuales están
en franco proceso de desaparición. En tanto que el conocimiento botánico tradicional forma
parte de toda cultura, su rescate y difusión es una forma de contribuir al fortalecimiento de las
culturas autóctonas del continente, Caballero (1987).
Zuluaga (1992), citado por Gómez & Murillo (1996), expresa que hoy parece más apropiado
hablar de la etnobotánica como el estudio de las relaciones entre el hombre y los recursos
vegetales, relaciones que comprenden aspectos biológicos, médicos, sociales, culturales,
religiosos y económicos, y que son producidas por el ser humano, cualquiera que sea su
condición, no sólo el indígena, sino también el negro, el campesino y el habitante de las grandes
ciudades.
Recientemente se ha desarrollado una nueva área de la etnobotánica en la cual se combina
información sobre la utilidad de las plantas con datos provenientes de inventarios ecológicos de la
vegetación (principalmente de estructura y composición florística), la cual se ha denominado
“etnobotánica cuantitativa”. Sin embargo, a pesar de la importancia de esta metodología, es
preocupante que la mayor parte de los estudios etnobotánicos cuantitativos estén restringidos sólo
a las especies arbóreas. La escasez de estudios sobre otros hábitos de crecimiento, como las
lianas o las epífitas, puede ser un reflejo del estado precario en el que se encuentra el
conocimiento de la diversidad de la flora de los bosques tropicales, Alvarez & Londoño (1996).
Según Estrella (1996), las investigaciones etnobotánicas realizadas en los últimos años han
dado prioridad a los inventarios de plantas útiles, a los estudios cuantitativos y al análisis de la
relación entre las plantas y la cultura; otros trabajos han prestado atención al manejo de los
recursos vegetales, a la determinación de sus potencialidades y a su conservación. Una buena
parte de estos estudios, han denunciado el acelerado proceso de deterioro de los ecosistemas
33
amazónicos con la consecuente pérdida de los recursos biológicos y han expuesto la urgente
necesidad de realizar inventarios y colecciones.
3.5 Conservación
Los bejucos son plantas trepadoras generalmente de tallo sarmentoso, que suelen encaramarse
en las copas de los árboles en busca de luz, donde extienden sus hojas y abren sus flores, Font
(1982). Los bejucos forman parte esencial de la estructura y de las interrelaciones en los bosques,
Croat (1978). De ahí la importancia de garantizar su sostenibilidad. Un estudio de Putz (1982)
dio como resultado que el 42% de los árboles por encima de los 10 cm dbh en bosques de
Venezuela tienen una liana asociada. Emmons & Gentry (1983), demuestran que entre el 13-35%
de las plantas utilizadas para comida por parte de los primates tropicales proviene de lianas,
bejucos y trepadoras. Montgomery & Sunquist (1978), señalan que los osos perezosos en zonas
tropicales seleccionan los árboles donde habitan bajo criterios de la cantidad de lianas, bejucos y
trepadoras que contengan. Como último ejemplo, Hladik (1974, 1978), en estudios realizados en
los bosques tropicales de Africa, revela como más de un tercio (36%) de la capa vegetal en
descomposición proviene de lianas, bejucos y trepadoras. Los anteriores ejemplos dan claridad
sobre la importancia que tienen los bejucos a nivel ecológico dentro de un bosque tropical,
Ramos (1997).
Generalmente por la utilización de inadecuadas técnicas de extracción y descuidando los
procesos de renovación y siembra, las especies fibrosas son susceptibles de extinguirse
paulatinamente, causando graves desequilibrios al ecosistema, Mier & Arcila (1996). Este hecho
es una consecuencia de la pérdida sobre el dominio y propiedad de la tierra, a la cual se ha visto
enfrentado el campesino colombiano.
Los campesinos extraen del bosque y del rastrojo las plantas para su artesanía, sin tener en
cuenta que se está acabando con lo poco que hay, debido a la explotación irracional y al mal
manejo de las mismas, sin prever las consecuencias en el futuro; por lo tanto, las plantas extraídas
34
no son resembradas, debido al poco conocimiento que se tiene, ocasionando graves pérdidas a la
flora artesanal y por ende a los bienes culturales del pueblo, Modera & Ochoa (1998).
La subutulización de los recursos vegetales no maderables como los frutales, resinas, gomas,
aceites, taninos, colorantes, fibras y principios activos medicinales, de un importante potencial
socio-económico, son desaprovechados en el mejor de los casos o subestimados e ignorados en
el peor de ellos. De otra parte, en el afán desmedido de explotar el bosque a corto plazo, con
criterios exclusivamente económicos y con una intervención no planificada, se ha dado como
resultado la degradación y agotamiento de los recursos naturales, Forero et al. (1995).
En el caso de las plantas silvestres, la relación hombre-planta parece limitarse a la simple
extracción de la planta sin ninguna manipulación o efecto directo sobre sus poblaciones. No
obstante lo anterior, algunas evidencias sugieren que en ciertos casos, alguna forma de selección o
de manejo del ecosistema completo, puede influir en la estructura de la población y con esto en la
disponibilidad del recurso en cuestión, Caballero (1987).
Los bejucos regularmente son recolectados directamente por los artesanos quienes se
desplazan a la montaña entre 2 y 5 días en los cuales pueden extraer hasta 20 arrobas de material.
Algunos de ellos no siempre lo recolectan, sino que lo compran a otros artesanos, o a personas
que la recolectan y se las venden. Estos recolectores de materia prima son quienes afectan las
plantas al hacer un corte indebido (cortan las madrejuelas), o cosechan bejucos aun biches sin la
maduración óptima, a diferencia del artesano tejedor quien ha desarrollado conciencia sobre el
manejo sostenible de este valioso recurso con el cual subsiste, Franco et al. (1995).
Las plantas artesanales se han ido acabando por el poco interés que tienen los campesinos por
este cultivo, debido al bajo rendimiento económico que presenta para el sostenimiento de ellos y
de sus familias Modera & Ochoa (1998).
35
Existen algunos artesanos que le están dando un manejo persistente al tripeperro mientras
otros (la mayoría), arrancan toda la planta o tumban los árboles. Su agotamiento en las zonas
cercanas a donde se utiliza es notorio. En ocasiones toca conseguirlo a un día de camino.
Propuestas de manejo son importantes para mantener y aumentar la oferta de materia prima y
reducir sus costos de obtención, Ramos ( 1997).
A pesar de la importancia dentro de la economía familiar y del grado de presión al que están
siendo sometidos los bejucos, es poco lo que se ha estudiado sobre sus beneficios económicos y
sobre sus aspectos biológicos, lo que no ha permitido formular propuestas de manejo eficientes
de estas especies en las regiones donde son aprovechados. Sobre manejo de la especie en la
zona cafetera sólo se conocen los estudios de Guerrero (1990) y Guerrero & Leal (1987). En el
área económica solamente se han realizado estudios generales sobre la actividad artesanal en la
zona cafetera, ninguno con el enfoque necesario para dar pautas sustentadas acerca del
aprovechamiento de bejucos para la producción artesanal Ramos (1997).
Las materias primas para la labor artesanal se están agotando localmente por diferentes
razones como: inadecuado manejo silvicultural, problemas de derechos de propiedad, sustitución
de selvas por cultivos y potreros, narcocultivos, entre otras. Un reciente estudio de Artesanías de
Colombia (1997), concluye que el 63% de los artesanos en Colombia tiene problemas de escasez
de materia prima natural, Ramos (1999).
A través del mundo, las plantas silvestres y sus hábitats están bajo una creciente amenaza. Sin
duda, la conservación in situ de hábitats y especies puede ser preferible que la conservación ex
situ, pero más difícil de realizar en forma extensiva. En la conservación ex situ, una variedad de
técnicas de reintroducción y restitución de especies vegetales pueden ser usadas para restaurar o
establecer poblaciones de plantas que puedan mantenerse por sí mismas en hábitats naturales.
Tales técnicas pueden incluir la siembra directa de semillas o la plantación de material levantado
en viveros, técnica denominada refuerzo, suplementación, incremento, aumento o reexistencia, ya
36
que se trata de aumentar el tamaño de la población o diversidad, añadiendo individuos a una
población existente, Akeroyd & Wyse (1995).
Idealmente todas las plantas se deberían conservar como poblaciones desarrolladas en la
naturaleza (in situ); sin embargo, esto no es viable para todas las especies. Por consiguiente,
aquellas plantas que están o podrían estar en peligro en la naturaleza, así como las que son
explotadas por el hombre y las que se pueden necesitar en el futuro, deberían ser conservadas
simultáneamente siempre que sea posible fuera de sus hábitats naturales (ex situ), tanto en bancos
de semillas como en bancos de germoplasma en campo bajo la forma de colecciones cultivadas.
La conservación in situ y ex situ son los extremos opuestos de un espectro y no existe una
distinción absoluta entre ellos. No deberían ser considerados como alternativas, sino enfoques
complementarios: normalmente es posible colectar material de una población silvestre de una
especie amenazada para su propagación sin perjudicarla aún más. También es posible producir un
elevado número de plantas a partir de una pequeña cantidad de material de propagación. De ahí
que un programa combinado de conservación in situ y ex situ sea por lo general el mejor método
para salvar una especie críticamente amenazada.
Aunque lo ideal sea la existencia de poblaciones sanas en la naturaleza, es mucho más
preferible la conservación en cultivo que la extinción total y de esta forma se han salvado
numerosas especies que de otra manera habrían desaparecido. También es de considerar otro
factor: las colecciones ex situ son algo más que una póliza de seguros pues proporcionan material
para investigación y la educación y, si se gestionan adecuadamente, pueden convertirse en
importantes fuentes para el restablecimiento de especies amenazadas o incluso de comunidades
vegetales, Organización para la Conservación en los Jardines Botánicos (1996).
La conservación ex situ se lleva a cabo en Bancos de Germoplasma, cuyo objeto es conservar
material vegetativo o germinativo con genes valiosos, a fin de garantizar la permanencia de las
especies útiles Cruz (1994). Así mismo, los viveros ofrecen la posibilidad de cultivar especies en
37
condiciones especiales que permitan su reproducción y desarrollo, con el fin de transplantarlas a
otros sitios.
En los casos donde las especies se han extinguido en una zona, pero aún existen en otra, es
posible emplear la técnica de reintroducción, restitución reintegración o restablecimiemto, la cual
consiste en la liberación y manejo de una planta dentro de un área en la cual antiguamente se dio,
pero en la cual ahora ha desaparecido o se cree que está desapareciendo, Akeroyd & Wyse
(1995).
Por lo anterior y teniendo en cuenta que entre los problemas enfrentados por los artesanos se
encuentran la escasez de materia prima y el alto costo del transporte de las mismas, el trabajo
debe estar orientado al conocimiento y valoración de los productos vegetales, a replantear las
técnicas tradicionales para su extracción y utilización, de tal manera que se pueda contribuir a
suspender los procesos de extinción de especies vegetales de uso artesanal, a la vez que se
reduzcan los costos de transporte de las mismas, por conservarse en las zonas de vida de los
artesanos.
Para sustituir el uso extractivo no persistente, donde la tasa de extracción de la materia prima
es mayor a la tasa de reposición que da como resultado un agotamiento temporal o permanente
de las especies, es necesario incentivar la práctica de un uso extractivo persistente, donde la tasa
de extracción es menor o igual a la tasa de reposición, lo que garantizaría la permanencia
indefinida del recurso, Ramos (1999).
Puerto et al. (1998), citando otros autores plantean que la propagación de plantas se refiere a
la reproducción de plantas por el hombre, para perpetuar un grupo de individuos que tienen
determinadas características. La reproducción vegetativa o asexual se define como el uso de un
órgano separado de una planta para regenerar todos los órganos faltantes y producir así una
planta entera con funcionamiento normal y con el mismo potencial de la planta madre.
38
La propagación por estacas o esquejes (ramas maduras desprovistas de hojas) es utilizada
para la reproducción de algunas plantas, para ello se cortan ramas que tengan de 15 a 25 mm de
diámetro y las estacas se cortan de aproximadamente 30 cm de largo; el corte de los dos
extremos debe hacerse en forma de bisel o chaflán (diagonal), las estacas deben sembrarse antes
de 48 horas de cortadas, es importante que se planten en la misma orientación que tenían en la
planta, ya que invertidas no prenderán, Proyecto CAR-BID (1996).
Algunas de las ventajas de la reproducción por estacas son: - Obtención de plantas
genéticamente iguales, con ventajas desde el punto de vista de la producción. - Facilidad para
obtener material abundante, casi en cualquier época, a partir de una sola planta o grupo de éstas.
- Resultados rápidos y aplicación fácil de las técnicas. - Seguridad en la producción al salvar los
estados críticos por los que atraviesa la semilla en su desarrollo, Puertas (1992).
Entre las desventajas de este tipo de reproducción está el menor anclaje de las plantas, pues
como sucede con la mayoría de las especies propagadas vegetativamente, el desarrollo radicular
es pobre, así como que es menor la duración de la vida de la planta. También, es necesario
considerar que la reproducción por estacas resulta ser un sistema poco eficiente en cuanto al
número de plantas obtenidas y, además debe tenerse en cuenta que no se puede generar una alta
homogeneidad genética en el cultivo, especialmente si se está en su área de distribución natural o
centro de origen pues es allí donde ha evolucionado su mayor número de enemigos naturales, lo
que hace necesario el preservar la variabilidad genética que asegure una amplia capacidad de
respuesta a las diferentes presiones ambientales, Alvarez (1999).
3.6 Socialización
Los estudios etnobiológicos deben contemplar dentro de su fase de investigación, la
devolución de los resultados, presentándolos de forma concertada. El retorno de éste a las
comunidades debe generar procesos positivos de cambio, Quiñones et al. (1999). En atención a
lo anterior, la cartilla realizada a través de la didáctica de elaboración de diseño de instrucción, es
una buena estrategia para llegar a todo tipo de comunidad, Turnbull & Baird (1990).
39
Para esto, el texto como medio de aprendizaje y, reiteramos de aprendizaje debe ser un material
agradable, de fácil manejo, de cercanía cultural y de sentido para el usuario. El impreso, como
genérico, debe ser seleccionado, analizado con sentido para el fin particular que se requiere, se
lee para evaluar su pertinencia linguística, se mira para apreciar su estructura gráfica, se valora
para determinar su costo; en fin, precisar el empleo de un impreso debe ser un proceso de
delicada selección.
Redactar un texto didáctico, en este caso una cartilla, pide unas consideraciones:
1. Las previsibles dificultades del usuario del texto didáctico
2. Los intereses o pretenciones que tiene el lector al tomar este tipo de recurso
3. Las características propias del conocimiento o materia de estudio
4. Factores invariantes como los siguientes:
La introducción previa a cada segmento de la temática
Inclusión de esquemas que den una visión general de cada segmento temático
El cuidadoso tratamiento y selección de los títulos
Las actividades que favorezcan transferencias de los conocimientos
El lenguaje con todo lo que representa como lazo de comunicación, entre el autor (s), los
saberes, conocimientos y el usuario (s)
Así mismo, es importante emplear un lenguaje popular, adjetivar como popular no significa en
modo alguno “chabacano”, “ordinario”, “inculto”; sencillamente es la forma en que las personas,
simbolizan, leen, construyen, rec-construyen, imaginan, conversan, argumentan, convencen,
describen ..., en una palabra, tiene el mejor de los dones: tienen una forma de expresar sus
pensamientos.
A propósito, Bart Van Der Bijl en “palabras que llegan, imágenes que pegan”, dice:
40
Agregaríamos que el lenguaje popular es la expresión cultural más auténtica de las diferentes
sociedades y naturalmente de los individuos. Ese lenguaje popular está de alguna manera
manifestando las COMPETENCIAS propias de las gentes que desempeñan diversas funciones y
desarrollan diferentes artes y oficios. Realizar material escrito (impresos) será actividad muy
cercana a esa manera de expresarse, que es en síntesis formas culturales de expresión. A
continuación se dan unas recomendaciones de tipo técnico-metodológico para comenzar a
escribir textos didácticos.
Partiendo de los Saberes y Conocimientos
Cuando se llega al momento de decidir la escritura de un texto didáctico es porque, por lo
menos, se han considerado algunos de los siguientes momentos:
1. Se sabe para qué es. Su propósito ha sido determinado por estudios de necesidades e
intereses de los usuarios potenciales.
2. Se sabe sobre qué. Ha precisado a temática que se desarrollará en el texto didáctico.
3. Se conoce el nivel de dificultad conceptual y de comunicación que tiene desarrollar esa
temática
4. Se ha organizado la progresión de dificultad de los conocimientos a desarrollar en el texto
didáctico
5. Se sabe de las variantes conceptuales de la temática motivo de desarrollo en el texto
didáctico
6. Se dispone de la suficiencia conceptual que permita un claro desarrollo de los temas y
subtemas
7. Se ha entendido que escribir no es lo mismo que hablar
8. Se ha reconocido el lenguaje popular como válido en los textos didácticos
9. Se dispone del plan de trabajo
10. Se tiene mínimamente ese momento y habilidad de quien escribe para otros
41
Como se trata de un material didáctico por principio, se presupone que solo va orientado a
lograr aprendizajes en función de una información que instruye sobre algo, para algo, en
determinado tiempo, con ciertos, recursos adicionales. Y, si es así, seguro que se interesarán los
participantes de ese proceso de aprendizaje particular, en la medida que cubra tales expectativas.
Pero, a nosotros nos debe llamar la atención la forma en que está hecho:
Todo material impreso debe considerar al menos lo siguiente en su introducción:
Llamar o focalizar la atención del usuario en forma activa, lo cual significa que debo arrancar
de los intereses y motivaciones próximas a él (por algo se estudió la población y se conocen
sus particularidades).
Crear expectativas informando al usuario de lo que se irá a ver (desarrollar) y de lo que se va
a hacer para aprender.
Estimular la relación entre lo que se sabe y lo nuevo por aprender, permitiendo esa cercanía
entre los saberes cotidianos y los conocimientos científicos.
Resaltar la importancia de los tópicos desarrollados en el material que le aportarán en su vida
y en las acomodaciones que debe hacer para responder mejor a los retos diarios.
Informar sobre la forma en que se desarrollan las diferentes unidades y las actividades
extratexto (referenciar otros recursos de apoyo) que deberá ejecutar y cómo (Medios
impresos, en diskette).
42
4. ESTADO DEL ARTE
Arango, citado por Enriquez & Illera (1972), encontró en la zona cafetera del Quindío las
siguientes especies utilizadas en cestería: Anthurium spp., plantas epífitas conocidas con los
nombres de "tripe-perro" y "cestillo" de los cuales se utilizan las raíces aéreas hasta de 40 metros
para el proceso de traba; Olyra latifolia, llamado "chuzco" también usado en el proceso de traba
y Cordia ferruginea, utilizado para borde y traba.
Enriquez & Illera (1972), en su estudio sobre la influencia de la cestería en zonas cafeteras de
los departamentos de Cauca y Valle del Cauca, reportan el uso en estos departamentos de las
especies Arundo donax L. (carrizo, lata, caña brava de tierra fría, chuzque o carrizo de tierra
fría) y Smilax sp. (bejuco o chillaso), para labores de cestería. Así mismo, plantean que existe
extinción paulatina de estas especies, por su utilización intensiva, desmontes y quemas
desmedidas. De la misma manera, comentan la posibilidad de la introducción de cestos de fibra
plástica en zonas cafeteras colombianas, como una alternativa ante la extinción de especies
utilizadas en cestería.
Forero (1980) en su estudio sobre etnobotánica de las comunidades indígenas Cuna y
Waunana, reporta el uso en cestería de Astrocaryum sp., de Carludovica palmata R. & P.,
43
para la fabricación de sombreros panameños, canastos, cajas de cigarillos, entre otros usos. Así
mismo, reporta a Stromanthe lutea (Jacq.) Eichl., con uso en labores de cestería, Andropogon
bicornis L., para la elaboración de esteras y escobas, y Olyra latifolia L., la cual es utilizada en
el Tolima para tejer canastos que sirven para cosechar café.
Leal & Guerrero (1987), realizaron un muestreo sistemático al azar, tomando 16 parcelas de
25 x 25 m, en los departamentos de Risaralda y Quindío, encontrando 25 especies de plantas
empleadas en cestería, distribuidas en 10 familias y 9 géneros. Las especies rastreras y
trepadoras más importantes según su uso, dentro de la zona fueron: Chuzco Olyra latifolia,
Tripeperro Philodendron sp., Atacorral Smilax sp., Cucharo Cissus sp., Raicillo Cybistax sp.,
Cestillo Peristeria sp. y Chinita Smilax sp. En el mismo estudio se encontró que para el
Departamento del Quindío las especies más representativas son: Chuzco, Cucharo, Raicillo,
Chinita y Tripeperro.
Guerrero (1990), diseñó una estrategia con tres tratamientos de propagación vegetativa de 9
especies de bejucos, utilizados por los artesanos en cestería cafetera en el departamento del
Quindío.
El Ministerio de Desarrollo Económico y Artesanías de Colombia S.A. (1994), adelantaron el
Censo Económico Nacional del Sector Artesanal, registrando 58.821 personas que en promedio
destinan más del 70% de su actividad a la producción de artesanías. Esta labor se desarrolló por
el sistema de barrido y cubrió los municipios identificados como núcleos artesanales y en ellos la
población reconocida como artesana por producir y comercializar.
Caballero (1995), en su estudio etnobotánico en las comunidades negras e indígenas del delta
del río Patía, encontro 235 especies de 80 familias, de las cuales la mayoría son medicinales y
alimenticias. En el mismo estudio el autor reporta el uso en cestería de las especies: Schinosiphon
aruma (Aubl.) Koern. (chocolati), Desmoncus orthacanthus Mart. (matamba), Euterpe
44
oleracea Martius (palma nardi), Carludovica palmata R & P (rampira), Stromanthe lutea
(Jacq.) erchl. (tetera) y Evodianthus sp. (yaré).
Franco et al. (1995), realizaron la Caracterización del Subsector Artesanal en el Departamento
del Quindío, encontrando oficios como la cestería, la ebanistería y la cerámica, entre otros.
Igualmente reportan especies como el chagualo Clusia sp., el tripeperro Philodendron sp., el
maíz, el plátano Musa paradisiaca y la guadua Guadua angustifolia, entre otros, usados en
labores artesanales.
Alvarez & Londoño (1996), en su trabajo sobre la Importancia Ecológica y Etnobotánica de
las Lianas en un Bosque Inundable de la Amazonía Colombiana, reportan que en total se
colectaron 89 especies de lianas, 42 de las cuales presentaron algún tipo de utilidad. De estas, 8
especies son usadas como fibras, dentro de esta categoría se encontraron especies pertenecientes
a cuatro familias y en ellas, géneros como Desmoncus y Heteropsis. De este estudio se concluyó
que las especies escandentes leñosas tienen una gran variedad de usos y al mismo tiempo son
ecológicamente importantes en el bosque estudiado.
Mier & Arcila (1996), en su inventario sobre las materias primas de origen vegetal
subutilizadas en el departamento de Risaralda, presentan un listado de 313 especies distribuidas
en todo el país, con su ubicación taxonómica, nombre común, uso, parte utilizada de la planta,
oficio (tipo de material) y localización; reportando entre ellas 22 especies de la zona cafetera, 10
especies artesanales propiamente para el Quindío, 10 especies artesanales presentes en toda
Colombia; de acuerdo a lo cual se puede hablar de 42 especies artesanales para el Departamento
del Quindío, reportadas en dicho trabajo.
Gómez & Murillo (1996), identificaron seis especies (9%) de uso artesanal empleadas por los
campesinos que visitan la reserva forestal de Bremen, en Filandia Quindío. Tales especies son:
Clusia multiflora HBK (Chagualo), Erythrina rubrinervia (Chocho), Mikania banisteriae
(Cienilo), Olyra sp. (Chusque), Philodendron sp. (Tripeperro) e Indeterminada (Chusquín). De
45
estas, el Chagualo, el Chusque y el Tripeperro, son las especies vegetales más utilizadas con
diferentes fines en la zona de estudio.
Rubiano & Guevara (1997), en su trabajo botánico y etnobotánico en seis municipios del
Quindío, registraron 69 especies de uso artesanal (sin incluir al plátano Musa AAB, maíz Zea
mayz, café Coffea arabiga y guadua Guadua angustifolia, por lo conocidas que son estas
especies) y presentan algunas estrategias usadas por los artesanos para su conservación. En él se
evidenció el hecho de que los artesanos han tenido que recurrir al uso de especies nuevas por el
agotamiento extractivo de las más conocidas.
Rivera (1997), en la sinopsis de Cucurbitaceae para el Departamento del Quindío, reporta el
uso de Luffa cylindrica (estropajo) para la elaboración de objetos artesanales, el tallo de
Sechium edule (chayote, cidrayota, cidra), para tejer sombreros y sus tallos biches para elaborar
canastas en miniatura, Gurania spinulosa (vitorio o curubo de monte), para la extracción de
fibras vegetales para elaborar canastos.
Modera & Ochoa (1998), realizaron un estudio sobre el uso de la flora en las veredas La
Granja (Buenavista), El Laurel (Quimbaya) y Llano Grande (Salento), del Departamento del
Quindío, encontrando tres especies de uso artesanal, empleadas en la fabricación de bolsos,
costales, riendas, sombreros, escobas, entre otros; dichas plantas no son cultivadas por la
mayoría de los campesinos debido a la poca rentabilidad del cultivo y quienes lo hacen, las tienen
a nivel ornamental. Las especies de uso artesanal encontradas fueron: Furcraea cabuya (Fique),
Carludovica palmata (Iraca) y Crescentia cujete (Totumo). Aunque en el trabajo en mención
se reporta a Sechium edule (Jacq.) Sw. (Cidra) como planta de uso medicinal, también se
comenta su uso en la fabricación de sombreros.
De los encuestados en dicho trabajo, el 50% en Buenavista, el 33.3% en Quimbaya y el 53%
en Salento saben hacer objetos artesanales, pero no se dedican a la labor artesanal por falta de
tiempo y apoyo de entidades que fomenten estas actividades.
46
Puerto et al. (1998), en su estudio sobre la propagación vegetativa y caracterización
morfológica de Euphorbia pulcherrima y Solandra maxima, concluyeron que estacas de dichas
especies desarrollaron a los 45 días un número promedio de 104 y 164 yemas, respectivamente.
La presencia de semillas en Solandra maxima, así como el desarrollo de estacas de tallo,
muestran el alto poder reproductivo tanto sexual como asexual de esta especie.
Vélez, et al. (1998), reportan cuatro especies arvenses de la región cafetera Centro-Andina de
Colombia, con uso artesanal: Scoparia dulcis L., Sida rombifolia L., Cuphea carthagenensis
(Jacq.) Macbr. y Canna indica L.; las tres primeras utilizadas para la elaboración de escobas.
Cárdenas & López (2000), en su estudio sobre Plantas Útiles de la Amazonía Colombiana,
reportan el uso artesanal de 84 especies, entre las cuales sólo seis se emplean como productoras
de fibras para artesanía (Couratari guianensis o papelillo, Pseudobombax munguba o palo de
algodón, Astrocaryum aculeatum o cumare, Ficus maxima o yanchama, Desmoncus spp. O
ataja danta y Heteropsis spp. o yaré).
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5. MATERIALES Y MÉTODOS
5.1 Area de Estudio
El trabajo se desarrolló en los relictos de selva y veredas en que se realiza la extracción de
especies vegetales de uso artesanal del Departamento del Quindío, localizado en el flanco
occidental de la cordillera central de los Andes Colombianos, entre 4° 44´ y 4° 04´ de latitud
norte y 75 24´ y 75 52´ de longitud al oeste de Greenwich, IGAC, citado en Quindío
Estadístico (1993). Limita por el norte con el departamento de Risaralda, por el oriente y el sur
con el Departamento del Tolima y por el sur y occidente con el Departamento del Valle del
Cauca.
El Quindío tiene una extensión de 1932.9 km cuadrados, en la actualidad es el segundo
Departamento de menor extensión del país, correspondiente al 0.2% del territorio nacional, CRQ
(1998).
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Se muestrearon los seis municipios que no fueron trabajados en la se considera la primera
etapa del presente trabajo (Rubiano & Guevara, 1997): Calarcá, Armenia, Córdoba, Buenavista,
Pijao y Génova, con el ánimo de completar el inventario para todo el Departamento.
5.2 Fases del Trabajo
El trabajo se realizó en cinco fases: Revisión, Campo, Conservación, Herbario y Socialización.
5.2.1 Fase de Revisión
Se procedió a revisar las determinaciones taxonómicas realizadas por Rubiano & Guevara
(1997), utilizando los exsicados y duplicados de las mismas y cuando fue posible, mejorando las
colecciones; así mismo, se revisaron las descripciones de cada especie y se completaron cuando
fue del caso; finalmente, se realizaron las adaptaciones a formato Flora de Colombia. También se
revisaron las fichas etnobotánicas de dicho trabajo con el fin de hacer la globalización de datos
para el Quindío.
También se hizo la revisión de los exsicados de la colección del HUQ, con el fin, entre otros,
de ampliar las descripciones, mejorar las determinaciones y ampliar la distribución de las especies.
5.2.2 Fase de Campo
Teniendo en cuenta que la declaración de Yanaconas insiste en la participación comunitaria
para el desarrollo de cualquier trabajo de etnobiología (Quiñonez, 1999), se estableció contacto
con artesanos colectores para que brindaran su acompañamiento e información durante las salidas
de campo a los sitios de extracción de materia prima.
49
En total se realizaron 25 salidas de campo, con un día de duración a los sitios de extracción
del material vegetal de uso artesanal. En cada salida, el artesano colector acompañante reconoció
y brindó información a través de una ficha etnobotánica (Anexo 2), de cada especie colectada.
La información suministrada por el artesano colector fue grabada y obtenida según la metodología
propuesta por La Rotta (1983) y se anexó a la descripción morfológica de cada especie.
En las salidas de campo se preguntó a los artesanos acerca de los métodos que ellos utilizan
para la siembra y propagación de las plantas artesanales y de acuerdo a sus indicaciones se
colectaron según su disponibilidad en el campo hasta veinticinco estacas, tipo más frecuente de
reproducción empleado por los artesanos según Rubiano & Guevara (1997); además, se
colectaron semillas de Chamaedorea pinnatifrons y cepas de Smilax velutina y Smilax
tomentosa.
También se colectaron en campo especies que el artesano no conocía, pero que los
investigadores reconocieron por la información obtenida de otros artesanos o que se requería
mejorar la colección para su descripción y determinación taxonómica. Las colecciones de los
ejemplares se efectuaron según la metodología de Jones (1989), se fotografiaron y luego se
llevaron al Herbario Universidad del Quindío HUQ.
Los datos obtenidos a través de las fichas etnobotánicas (Anexo 2), y de las grabaciones de
las conversaciones con los artesanos colectores se incluyeron dentro de los aspectos
etnobotánicos de cada especie y se analizaron a través de estadística descriptiva.
5.2.3 Fase de Conservación
Las estacas, cepas y semillas colectadas en cada una de las cinco primeras salidas de campo
se sembraron en el Banco de Germoplasma de la Universidad del Quindío, en linderos con el
Sendero Cedro Rosado. Cuando se logró colectar estacas suficientes, cada especie se sometió a
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cinco tratamientos de siembra diferentes y cinco (5) repeticiones por tratamiento, en bolsas de
polietileno de un kilo con un soporte para el desarrollo de las plantas, así:
T1 : Siembra en posición oblicua derecha.
T2 : Siembra en posición oblicua izquierda.
T3 : Siembra en posición horizontal.
T4 : Siembra en posición vertical.
T5 : Siembra totalmente enterrada
Una vez efectuada la siembra en el sitio establecido, se realizó cada 15 días el seguimiento de
germinación (teniendo en cuenta básicamente el número de individuos que presentaron brote
epígeo y el tiempo transcurrido desde su siembra hasta la aparición de su primer brote. Esta
información se resume en la Tabla 2.
Así mismo, cuando los individuos obtenidos completaron los seis meses de sembrados, se
realizó la medición de su desarrollo morfológico, reportando datos sobre la altura del tallo y el
largo y ancho de las hojas; la información se registró en una tabla de datos diseñada para tal fin
(Anexo 4); también se tomó registro fotográfico de las especies en condiciones de vivero. Los
datos obtenidos se analizaron de forma descriptiva.
Una vez finalizado el tiempo de observación de las dos primeras siembras, se procedió a
realizar su siembra definitiva, en el interior del Sendero Cedro Rosado y en el relicto de selva de
la Granja Bengala de la Universidad del Quindío. Allí se continuó el seguimiento cada 15 días, por
seis meses más y finalmente se observó su supervivencia un año después del trasplante.
Las plántulas resultantes de las demás siembras y de los brotes de las dos primeras siembras
aparecidos después de los trasplantes, se donaron a las UMATA de Filandia, Montengro y
Quimbaya (Anexo 5); las plántulas restantes se dejaron en el Vivero Banco de Germoplasma U.
Quindío.
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5.2.4 Fase de Herbario
En el Herbario de la Universidad del Quindío, se procesaron las muestras vegetales
colectadas, según la metodología propuesta por Lot & Chiang (1986), hasta obtener muestras
tipo herbario con duplicados de cada ejemplar.
La determinación taxonómica de los ejemplares se realizó, entre otras, a través de las claves
taxonómicas de Mac Bride (1956), Standley & Williams (1966), Gutiérrez (1969), Gybson
(1973), Harling (1973), Croat (1976), Gentry (1977, 1980, 1993), D´Arcy (1980), Durke
(1986), Galeano (1987), Rodríguez (1989), Murillo & Harker (1990), Galeano (1991), García
(1992), Gentry (1993), Estrada (1995), Henderson (1995), Morillo & Carmona (1995), Chacón
(1996), Smith (1996), Mahecha (1997), Rivera (1997), Díaz-Piedrahita & Cuatrecasas (1999);
así mismo, con ayuda directa de especialistas como Vélez & Agudelo, en el HUQ y de Díaz-
Piedrahita, Murillo y Croat, en COL. Finalmente, por comparación con ejemplares del Herbario
Universidad del Quindío y del Herbario Nacional Colombiano COL.
La descripción morfológica de las especies se realizó con material vivo y con los excicados,
teniendo en cuenta para su tratamiento la secuencia y ordenamiento de las descripciones de Flora
de Colombia. Las familias botáncias se abordan en orden consecutivo, de acuerdo al orden
filogenético de Cronquist (1985). De igual forma se procedió a revisar las determinaciones
realizadas por Rubiano & Guevara (1997) Anexo 6.
5.2.5 Fase de Socialización
Se diseñó una cartilla didáctica, teniendo en cuenta las recomendaciones de Beltrán (1989) y
Turnbull & Baird (1990), dirigida a la comunidad artesanal de la región, con información sobre
algunas de las especies vegetales de uso artesanal Departamento y sobre Botánica, Etnobotánica
y Conservación de las mismas. Este material didáctico se dará a conocer a la Asociación de
Artesanos del Quindío.
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