Cómo hacer una ethopolítica salvaje
Tadeo Cervantes
¿Qué encontramos en el Perro? ¿Qué nos dicen esos coléricos ladridos en
el siglo XXI? ¿Para qué nos sirve su visión? La respuesta es en teoría sencilla;
para hacer. Diógenes es un filósofo de la acción; es ese arco teórico que se
tensa, suelta la flecha-palabra y atraviesa violentamente al cuerpo. Es ese golpe
de realidad filosófica, esa herida teórica, la que nos afecta, nos mueve, la que
hace que reaccionemos. Las preguntas que nos interesan, como diría tiqqun y el
loco de Sinope también asentiría con la cabeza, no son por el qué; no son por qué
es la política, qué es la filosofía o qué es la ética; son por el cómo: cómo hacer
filosofía, cómo hacer política o cómo hacer ética1. Nuestra búsqueda es por
armas. Es por arcos, por lanzas o por cínicos colmillos que nos ayuden
transformar(nos). Nuestra pregunta es por los remaches, las uniones, las juntas
que nos ayudaran a construir una ethopolítica salvaje, canina, feroz, no civilizada.
Son los pensamientos del Perro que trascienden hasta a nuestros días, los
escritos de un grupo francés que solamente publicó dos números2 y un texto
situacionista del cual nos valdremos para esbozar esta tarea.3
Esas armas-preguntas no son sencillas, ellas se desbordan sobre la vida.
La pregunta del cómo hacer es en realidad un cuestionamiento de carácter ético-
1 Tiqqun (2001). ¿Cómo hacer? [En línea]; Tiqqunim. [Fecha de consulta: 14 demarzo del 2015]. Disponible en <http://tiqqunim.blogspot.mx/2013/01/como-hacer.html>2 Tiqqun es una publicación francesa creada en 1999 que trataba sobre filosofía. 3 El texto que nos referimos es el de Ratgeb (1974). De la huelga salvaje a la autogestión generalizada [En línea]; Sin Dominio. [Fecha de consulta: 14 demarzo del 2015]. Disponible en <http://www.sindominio.net/ash/salvaje.htm>
político, cómo vivir mejor. El problema que intentamos esbozar aquí, es uno que
ya se encontraba en las fauces del cínico. Ante un hombre que dice no estar
capacitado para filosofar, él responde “Para qué entonces vives, si no te importa
vivir bien”4. Nosotros aullamos a su lado, fúricos también nos preguntamos para
qué filosofar hoy, si no es para detener la sobrevivencia “humana” y comenzar
una vida mejor. Son “Los diarios, la radio, la televisión son los vehículos más
groseros de la mentira. No solamente los que nos alejan de los auténticos
problemas del ¿cómo vivir mejor?”.5 El Perro hoy también se alejaría de esas
mentiras; tiraría los celulares, las computadores, aquellas ficciones que nos alejan
sobre la verdadera cuestión, las arrojaría con fuerza contra el piso, como lo hizo
con su cuenco. Hoy Diógenes sería un anticapitalista separatista que estaría en
contra de la mercancía.
El primer paso para comenzar a generar mejores condiciones de vida es
dejar de trabajar. Así como el filósofo de Sinope que renunció al trabajo, Ratgeb
también encuentra una solución política en ese estilo de vida. Concibe que gran
parte de la explotación laboral consiste en producir bienes que no nos sirven,
mierda, mercancía que su única función es la de mantener la explotación
humana.6 Si nos liberamos de todo eso tendremos mayor cantidad de tiempo libre.
Diógenes también encontraba un sinsentido en la riqueza. La búsqueda de una
vida más salvaje, menos civilizada, que corta de tajo con todos esos objetos
inútiles y mira hacia el flujo de la naturaleza. Voltea a ver a las bestias “que,
según él, son mucho más felices que los
4 Laercio, D., García, C (trad.) (2007). Vidas de los filósofos ilustres. Madrid: Alianza. Pág 3015 Tiqqun, Op. cit.6 Ratgeb, Op. cit.
hombres: En efecto, éstas encuentran en el agua su bebida y en las hierbas su
alimento; la mayor parte de ellas está desnuda todo el año, nunca entran en una
casa, no necesitan utilizar el fuego…”.7. Queremos detener las fábricas creadores
de basura inútil, mercancía que solo oculta la explotación, el trabajo forzado ; ante
la explotación laboral que no permite una vida mejor, o solo permite la vida de
unos cuantos nos oponemos, nos enfrentamos con todo una serie de armamentos,
con la “creación y distribución gratuita de los bienes creados, multiplicidad de
encuentros, reagrupamiento por afinidades, realización de los deseos por la
variedad de las disposiciones pasionales finalmente reconocidas y liberadas de los
tabúes que las impelían hacia la violencia y la destrucción”8. En síntesis las armas
que retomamos del bodega del cínico son la austeridad como método, la cual nos
ayudaría a no producir bienes innecesarios que solo aumentan la precaridad
humana; girar la cabeza hacia los modelos salvajes donde se encuentra un estado
más pleno de felicidad; al no tener excesos de objeto sin utilidad por tanto
podemos reducir drásticamente el trabajo. Enfocarnos en un vivir mejor, en una
preocupación como la del perro, como la de las bestias.
Nuestra ethopolítica salvaje no solo es por las cuestiones económicas;
además de detener las fábricas, cambiar el modo de producción, nuestra huelga
salvaje se debe de extender hacia los vínculos que van formando eso, que
configuran a lo humano: la familia y la pareja. También hacia la divisiones políticas
espaciales y sociales, privado y público, que van construyendo una idea de
moralidad de lo que se debe o no hacer un espacio, de lo que se puede o no hacer
7 Onfray, M, (2002). Cinismos, retratos de los filósofos llamados perros. Buenos Aires: Paidós. Pág 668 Ratgeb, Op. Cit.
en un lugar, incluso de los cuerpos que son o no públicos. Por ejemplo el cuerpo
de una mujer construida como pública es el de una prostituta; un hombre público
es un político, es relación ya va generando una relación discursiva de cómo se
codifica tu cuerpo en determinado punto geográfico. Dinamitar esas categorías
ayudaría a deshacer muchas relaciones política construidas en base a la moral,
pero reforzadas con el urbanismo. El filósofo cínico tenía pleno conocimiento de
eso; al sacar su pene en medio de la plaza, frotarlo con ayuda de su mano, ya
había ahí un desafio ante aquello que se realizaba o no en el Ágora. El decía que
“hay que a realizarlo todo en público, tanto las cosas de Deméter como las de
Afrodita”9. Incluso no se resistía a comer en público, cosa que en Grecia estaba
mal visto y seguía sus impulsos.
La familia es un espacio de adoctrinamiento donde muchas cosas del
régimen se nos son enseñadas. Como diría Ratgeb sobre la familia “es la más
diminuta unidad de opresión social, la escuela de la mentira, el aprendizaje del rol,
el condicionamiento a la sumisión, el camino de la inhibición, la destrucción
sistemática de la creatividad de la infancia, el asiento de la estupidez, del
resentimiento, de la rebelión teledirigida”10. El Perro tampoco estaba de acuerdo
en esta fábrica de creación de subjetividades que nos condiciona a un sistema
político, nos forma y nos oprime. Él creía que tanto las mujeres como los hijos
debían de ser comunes, y que no se debería de establecer ningún acuerdo civil,
como el matrimonio.11 La pareja, que es un mecanismo que también nos limita,
nos reserva a un solo cuerpo y no nos permite afectarnos, crear afinidades con
9 Laercio, Op. Cit. Pág. 30310 Ratgeb, Op. Cit.11 Laercio, Op. Cit. Pág. 305
más cuerpos y por ende ser felices; es algo en lo que el perro, como leímos en la
cita de arriba se oponía. Por lo que las siguientes armas de las que se nos
proveen para el intento de una nueva ética y política son la destrucción del
binomio público privado, de la familia y de la pareja. Ante esto la creación de
nuevos vínculos afectivos basados en la amistad, en el devenir manada.
Volteemos a ver al perro, reconozcamos en ese devorar del pulpo crudo la
denuncia ante lo civilizado. Reflexionemos ante la civilización, miremos que su
condición sólo es posible mediante la creación de mierda absurda, que nos
envuelve en un ciclo infinito de trabajo y explotación. Búsquenos en los colmillos
del cínico las armas necesarias. Inspiremos para dejar de trabajar, para dinamitar
la familia e irrumpir en el espacio público. Para escupirle la cara al poderoso. Para
estrellar contra el suelo lo inútil y quedarnos con lo esencial. Veamos al perro a la
cara, veamos cuando ladra, no nos asustemos, no nos sorprendamos, usurpemos
su piel, devengamos salvajes, hagamos, pensemos un cómo hacer, un cómo vivir
mejor.
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