¿La ética del psicólogo en materia de docencia puede ser vista desde la ética
teleológica?
Por: José Antonio Calvo
La ética se confunde en ocasiones con la moral, ya que se entiende por las dos la
manera en que un ser humano debe actuar correctamente, sin embargo es necesario
clarificar cada una de ellas. La primera pertenece a un sistema teórico que describe
los actos del bien, y en su caso antagónico del mal. Por otra parte, la moral viene dada
con respecto a lo que debemos hacer y lo que no, por conocimiento general la moral
se dividirá en lo bueno y en lo malo. La ética es un estilo de vida perfecto según los
antiguos filósofos griegos, y la moral se convierte en la práctica de la ética. Platón
decía en sus escritos de la republica que “El más alto objeto del conocimiento es la
naturaleza esencial del bien, de donde procede el valor que otorgamos a todo lo bueno
y correcto”. Un filosofo Chino, llamado Tao, fundador de la filosofía taoísta mantenía
un enunciado el cual radicaba en los polos opuestos, es decir, solo podemos reconocer
el bien comparándolo con el mal. Curiosamente estos dos filósofos, uno occidental y
el otro oriental en sus definiciones no clarifican exactamente el bien y el mal, o
correcto e incorrecto, no obstante esto lejos de desanimar al ser humano lo llevo a
desarrollar más sistemas éticos que le permitieran convivir en una sociedad
civilizada.
En virtud de lo anterior, la civilización humana edifico en base a los postulados de
diferentes filósofos y pensadores varios sistemas éticos, uno de ellos se conoce como
deontología y el otro teleología. Ambas presuponen un sistema ético útil, también
tienen sus ventajas y desventajas. La teleología se basa en que un acto es correcto,
cuando al final del mismo se presencio una correcta acción, por ejemplo, citando a
uno de los arquetipos de la humanidad, “Robín Hood”, el ladrón de los reyes y
defensor de los oprimidos, en la teleología se diría que las acciones de este personaje
o de cualquier otro emulador, de robarle a los ricos y darle a los pobres, estaría
llevando a cabo una acción correcta. En su contra parte, la deontología busca otra
cosa, y así según Marinoff (1999) busca la corrección o la impropiedad de un acto, y
este es inherente a la maldad de sus resultados; los actos son correctos o incorrectos
en sí mismos. Es decir, esta señalaría que el acto de robar de Robín Hood, aunque
este les diera la riqueza a los pobres, sería un acto incorrecto porque igualmente robo.
He ahí donde surge la interrogante, ¿la ética del psicólogo en materia de docencia
puede ser vista desde la ética teleológica?
Siguiendo la línea anterior, la respuesta que se plantea mantiene sinergia con el
enunciado de Marinoff, en donde no se podría juzgar las acciones éticas de un
docente psicólogo, basándose en sus resultados como profesor de una cátedra, si no
por su acciones correctas o incorrectas. Se coloca el siguiente ejemplo, si un número
significativo de estudiantes ha sido aplazado en sus evaluaciones, y por otro lado un
número menor ha conseguido sobresalir, esto llevaría al profesor a dedicarle más
atención a los estudiantes de mejor calificación, basándose en que los primeros tienen
mejor rendimiento que los segundos, por ende mayor éxito en la materia.
Tal acción desde la teleología seria observado como un correcto acto porque el
docente ha decidió sacarle mayor provecho a los mejores estudiantes, que en su
futuro serán mejores profesionales. No obstante, desde la deontología esa acción seria
incorrecta, porque su deber es tratar a todos los estudiantes por igual, sin preferencia
alguna. Este ejemplo puede sustentarse con el artículo 80 del código de ética del
psicólogo, en donde se lee lo siguiente “Los Psicólogos dedicados a la docencia
tienen el deber de realizar con la mayor dedicación y empeño las labores propias de
sus funciones. También deben contribuir con su ejemplo y conducta a incrementar el
nivel ético, científico y cultural en su área profesional”. Tomando nota del
mencionado artículo, se observa claramente como señala que el ejemplo del
psicólogo a través de su “conducta debe elevar el nivel ético” de sus estudiantes, es
decir su deber con su comportamiento es tratar a todos por igual, dando la mayor
dedicación en su labor, sea estudiantes aplazados, promedios o sobresalientes. Esto
marca un deber sin excepciones, algo característico en todos los códigos éticos
deontológicos, y por el contrario algo que no se observa en los de la teleología, que
puede beneficiar a unos cuantos y perjudicar a otros.
REFERENCIAS
Código de Ética Profesional (1981). Código de ética profesional del psicólogo
venezolano. Capítulo II, De los Deberes Éticos en el Área de la Docencia. Art. 80.
Marinoff, L. (1999). Más Platón y menos Prozac. Ed. Zeta Bolsillo. Barcelona,
España.
Top Related