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Caminaban siempre, sin cansarse nunca,empujados por una fiebre interior que leshacia olvidar el hambre y la fatiga fsica.Sin ningn lamento dejaban sus chozas de
palma y bamb, los montes dnde seabastecan de tapires y de ciervos para ir a
la bsqueda de la Tierra sin Mal. Una
tierra nueva, diferente a la tierra con-taminada por la serpiente y que tuvieronque abandonar; en esa nueva tierra nosera necesario que las mujeres trabajaran
los campos, ni que los hombres casaran o pescaran afanosamente.All, todo se producira en abundancia,todos habran sido felices sin envejecernunca. En las praderas eternas los nioshabran llenado sus canastas con la mielde las abejas, mientras las madres,
adornadas con flores y plumas pintadas,habran tocado rtmicamente sus caas debamb acompaando los cascabeles de lasbail-arinas. La caza y la pesca seranabundantes, y nunca faltara el tabaco,regalo de los dioses a los hombres paracomunicarse con ellos a travs de laniebla de sus pipas.
Frente a cualquier tipo de obstculo,incluso el que pareca ms insuperable,nunca perdieron la confianza:sencillamente cambiaron direccin,seguros que algn da llegaran a la tierra
prometida. Ni siquiera el hecho que elcamino fuera largo, los apart de la metadeseada. Su fe en el lugar de las delicias yde la inmortalidad permaneca intacta.Fue as como con el correr de los siglos
poblaron toda el rea amaznica, hacia elNorte, el sur y el sureste del Gran Ro.
En este escenario, en el que la tierra rojacontrasta con el verde de la selva y con losmontes, atravesado por los ros Paran,Uruguay, Paraguay, Yguaz y sus afluentes,
llegaron los padres jesuita, los hijos de san Ig-nacio de Loyola, llenos del entusiasmo de sufundador y de sus primeros amigos, dispuestos
a seguir hasta el martirio el mandamientoevanglico id y bautizad a todas las gentes.
Su empresa no fue improvisada. Estabanprovistos de dos armas fundamentales:el conocimiento del idioma de los que iban aencontrar y la total disponibilidad a Dios.Igual que los Guaranes, toda la vida de losJesuitas estaba orientada hacia el Misterio.
Fue solo a consecuencia de aqul encuentroque el vagar de los Guaran se transform en
peregrinacin: Se convirtieron en losperegrinos del absoluto, de un Absoluto quese haba revelado en Cristo. Por esto, su vidanmada pronto fue sustituida por la vidasedentaria y estable: ya no era necesariocaminar, ni buscar caminos o crear puentes,
porque el Misterio mismo se haba revelado yhaba mostrado su rostro a los habitantes de laselva. La promesa se haba mantenido, el sueode la inmortalidad, de la victoria de la vidasobre la muerte, se haba realizado.
Nacieron las reducciones.
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CaminabanCaminaban
siempresiempre
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LOsGUARAN
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Se atribuyen muchos sentidos al trminoGuaran; algunos suponen que se deriva degua pintado y ni que es el plural o seahombres pintados. Otros creen que pueda seruna alteracin de la palabra guaranai es decir,numerosos. Algunos creen que significaavispa y que les fue atribuido por ser salvajes.
Los guaran eran un pueblo seminmada,caracterizado por constantes migraciones.
Vivieron dispersos en muchas tribusindependientes; cada tribu era gobernada porun cacique y se aliaban en caso de peligro.Practicaban la antropofagia: sacrificaban y secoman a los prisioneros enemigos.
Al interior de la tribu las relaciones socialesestaban basadas en la igualdad: nadie gozaba de
privilegios. La familia se basaba en el
matrimonio poligmico. No vivan en aldeas,sino en campamentos, llamados Tava.
Sus viviendas eran compartidas y sedenominaban Oga: se construan conmadera, ramas y paja sin emplear la piedra.
En las extensas tierras en que vivieron hubootros pueblos, con los que a menudoguerreaban: entre los ms conocidos estaban
los Guaicures, qu habitaban la regin delactual Chaco, cuyo espritu blico fueaguzado por las precarias condiciones de vida.
Su economa se basaba sobre todo en la caza,la pesca, y la recoleccin de frutos de la selva:poseyeron una agricultura rudimentaria que lespermiti cultivar maz, cacahuetes y mandioca.
Tenan grandes conocimientos de botnica yzoologa; fueron expertos en la medicina
natural.
Su patrimonio cultural fue y es la lenguaGuaran, que tiene una estructura muy
lgica y permite expresar con precisin ideas y sentimientos.
LOsGUARAN
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Tup
y la Tierra sin mal
Tup
y la Tierra sin malLos Guaran crean en un ser supremo, creadordel cielo y de la tierra, llamado Tup, palabraque significa que maravilla! es decir quinha hecho esta cosa bella. Tup es concebido einvocado como un Padre bueno, que usa su
poder creador, para amar y no para castigar.Tup, cuando es invocado, aleja las
enfermedades y la muerte, da la paz y laconcordia.
Los Guaran tambin crean en un es-pritu maligno, Anai.
Tup cre el mundo y lo puso sobre cincopalmas. Luego cre al hombre, Karai, que eraInmortal y viva en el paraso, un lugar de paz yde belleza. Pero la serpiente, el espritu malvado
llamado Anai, tent al hombre y lo convenci
de desobedecer a Tup. As fue que Tup hizovenir un diluvio y expuls al hombre delparaso, condenndolo a perder la inmortalidad.Sin embargo dej al hombre una esperanza, la de
poder alcanzar un da el Yvy marany, laTierra sin mal, dnde sera feliz por siempre. Aesa tierra podra llegar por la migracin, lamsica y la danza.
Desde aquel momento, los hombres buscaronsiempre y en cada lugar la Tierra sin mal.
Atenindose a la leyenda, los Guaran fuerondescendientes de dos hermanos, Tup y Guaran,qu llegaron a la selva provenientes de una
tierra situada al otro lado del mar.A causa de sus mujeres, naci entre ellos unaenemistad: por eso se separaron conservando lamisma lengua y las mismas costumbres. Tup, elmayor,se qued en la vasta regin delMatogrosso hasta la costa Atlntica; los Guaran,en cambio, atravesando el rio Parapanema,continuaron hacia suroeste, diseminndose en las
tierras comprendidas entre el actual Brasil,
Paraguay, Argentina y Uruguay.
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ORGENy COMIENZODE LAs REDUCCIONEs
ORGENy COMIENZODE LAs REDUCCIONEs
El 15 agosto de 1537 Juan de Salazar funda laciudad de Asuncin. Exactamente 50 aosdespus, en 1587 llegaron a Asuncin a los
primeros jesuitas.En 1553 la Compaa de Jess inici su obra
misionera en Brasil, y en 1568 algunosmiembros se establecieron en Lima. Fue desdeel Brasil que, pasando por Buenos Aires, en elmes de agosto del 1587 llegaron a Asuncin los
primeros tres jesuitas: el padre cataln JuanSalones, el padre irlands Toms Fields y el
padre portugus Manuel de Ortega.Haban estado con el padre Jos Anchieta,gran evangelizador del Brasil, y al igual queeste, fueron conocedores de la lengua guaran.El Padre Salones se qued en Asuncin, para
hacerse cargo sobre todo de los espaoles,mientras que Ortega y Fields recorrieron lainmensa y aparentemente despoblada selva delParaguay, visitando tambin algunas aldeasespaolas, como Villarica del Espiritu Santo yCiudad Real.
Respecto a ellos escribi el padre AntonioAstrain:
Buscaron a los indios en la selva, recorriendo durante
das tierras abandonadas, afrontando terriblesdificultades, hambre y sed, en la ardua empresa de
instruir los rudos indgenas, encontrndose con laresistencia de los pecadores ms obstinados;experimentaron todas stas fatigas, innatas a la vidaapostlica sobre todo en aqullos lugares que nor-
malmente no eran muy frecuentados por los
sacerdotes. Una peste que se difundi en aquel tiempo
entre indios y espaoles les dio la oportunidad de ejercerla caridad, administrando los sacramentos a los
enfermos y aliviando los trabaj os manuales de lospobres apestados, en la medida de las posibilidades.
Estuvieron varias veces en peligro de la muerte, pero
lograron recoger una copiosa cosecha de frutosespirituales. Los espaoles de Villarrica, edificados porel celo apostlico de los misioneros, casi que los
obligaron a aceptar una modesta vivienda, qu desde
aquel momento fue considerada el centro de la misin,
aunque los padres se quedaban muy poco tiempo ya que
continuamente iban en busca de indios para convertirlos
a la fe y administrar el sacramento de la confesin".
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BrasileBolivia
Argenti
na
Paraguay
Asuncin
Los primerosJJJesuitas llegan a Paraguay
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La fundacin dela
provincia del Paraguay
La fundacin dela
provincia del ParaguayLos religiosos de la Compaa de Jess vivieronreunidos en casas bajo la direccin de unsuperior local; el conjunto de estas casasconform una provincia. Cada provincia eraautnoma, pero todas tuvieron a un superior
provincial, quien representaba al superiorgeneral que viva en Roma y desde all diriga
toda la compaa.Cuando las noticias sobre el desarrollo de la obraevangelizadora en Paraguay llegaron a Lima, el
padre provincial mand una carta al padregeneral de los jesuitas, donde describa laurgencia de nuevas misiones, el trabajo pastoral
y la disponibilidad de los indios a recibir elEvangelio.El padre Claudio Acquaviva, superior generalde la orden, en 1604 tom la decisin de crear lanueva provincia del Paraguay para que fuese
autnoma respecto a la del Per y nombr alpadre Diego de Torres como superior provincialde la nueva realidad.
La provincia del Paraguay, llamada Paracuaria,era muy vasta y comprenda los territorios quehoy forman parte de Argentina, Paraguay,Uruguay y las provincias meridionales delBrasil, ocupados en aquel tiempo por losespaoles.Padre Diego Torres lleg en Asuncin en el 1609
y el gobernador, Hernando Arias de Saavedra,lo invit a tomar sobre si la conversin de losindios que habitaban en pequeos campamentosde diferentes regiones del pas. Este indic al
padre Diego tres puntos dnde poda iniciar lasmisiones de la Compaa: al Noroeste de Asun-cin, en la regin Noreste llamada Guair, y alsur, entre el rio Paran y el rio Uruguay.El padre Torres solicit y consigui delgobernador qu los espaoles no tuvierancontacto con los indios, y que estos ltimos nofueran sometidos a la encomienda. La
encomienda era un sistema fiscal, basado en laasignacin de un grupo de indios a un colono,(llamado encomendero) encargado de pagar
por los indgenas los tributos debidos al rey. Elencomendero deba darles instruccin y
formacin cristiana pero este sistema a menudono funcionaba y la encomienda se transformabafcilmente en esclavitud. Padre Torres escribi
tambin una carta al rey explicando las razonesde las condiciones presentadas al gobernador y
pidiendo humildemente la proteccin de losindios.
El rey reuni el Consejo de Indias, el mximoorganismo de gobierno para los territoriosultramar, y el 21 de octubre de 1611 ordenque fuera confirmado lo que el padre Torreshaba pedido.Mientras se aclararon estas cuestiones, el padreTorres, en noviembre de 1609, destin tresgrupos de misioneros a trabajar con los indios.El padre Vicente Griffith y el padre RoqueGonzalez de Santa Cruz, an novicios, fueronenviados a la regin habitada por los indios
Guaicures, al Noroeste de Asuncin.Padre Marcial de Lorenzana, rector del colegiode Asuncin, fue enviado junto con el padreFrancisco de San Martn a la misinmeridional, al sur de Asuncin, ms all del roTebicuary.
Y los padres italianos Giuseppe Cataldini ySimn Mazzetta, recien llegados a Paraguay,fueron enviados al Noreste de Asuncin, al
territorio denominado Guaiar, donde losindios Guaran.
De estos tres grupos, el que pudo iniciar sumisin fue el enviado a los indios Guaicures;
pero los padres descubrieron muy pronto queera imposible continuar por la hostilidad de losindgenas, y as, despus de varios e intilesintentos, fueron obligados a abandonar laregin.
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Al sur de Asuncin.Al sur de Asuncin.
Padre Lorenzana y padre San Martn, sedirigieron treinta leguas, unos 150 km, haciasur, y despus de haber atravesado ros y
pantanos, establecieron su residencia ms alldel ro Tebicuray.Recorrieron los campamentos cercanos,evangelizando a los habitantes, hasta queencontraron un lugar apto para establecerse enel que edificaron una capilla de barro y paja.Era el 29 de diciembre de 1609: es la fecha defundacin de la primera reduccin jesuita enParaguay, dedicada a san Ignacio.Desde los primeros dos aos de su per-manencia en ste lugar, incluso entre
dificultades y contrastes, muchos pidieron elbautismo; pero los padres slo bautizaron a losque conocan el catecismo y vivan una vidaconforme a este. Nunca aceptaron bautizar sino estaban seguros que los indios eranconscientes de lo que pedan. Es de resaltarque dos importantes caciques Arapizandu y
Aniagara, se hicieron bautizar.La obra iniciada por el padre Lorenzana fuecontinuada por el padre Roque Gonzales, quconcluy la construccin de la reduccin,
dndole la forma definitiva.
San Ignacio ser el modelo de las demsreducciones de los jesuitas. Posteriormente fue
llamada san Ignacio Guaz (mayor), paradistinguirla de otra reduccin, san IgnacioMin (menor) fundada ulteriormente.
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Fundacin dela primera Reduccin:san Ignacio Guaz.
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A noreste de
Asuncin: el Guair
A noreste de
Asuncin: e l GuairEn seguida fueron enviados a Guair los padresRuiz de Montoya y Martin Javier Urtasum,
pariente lejano de san Francisco Javier.El padre Montoya cuenta la vida de los
primeros misioneros del Guair: Eran muypobres, pero supremamente alegres. Los zurcidos de
sus vestidos no permitan distinguir el material con
que haban sido tejidos. Tenan zapatos remendadoscon trozos de tela cortados del borde de sus vestidos. La
choza, lasj oyas y su sustento eran comparables conlos de los anacoretas. Durante muchos aos nosaborearon ni pan ni vino, com an carne slo algunasveces, cuando les llevaban algn pedazo como
limosna. El principal alimento eran patatas,
pltanos y ra ces de mandioca. La necesidad nosoblig a sembrar trigo para las hostias, seis litros de
vino lo hacamos durar dos aos, tomando slo loindispensable en la consagracin, y asno ser un peso
para los indios tenamos en nuestro huerto races ylegumbres para alimentarnos.
A las dificultades de la vida cotidiana se sumuna grave caresta, que en 1614, provochambre entre todos los habitantes. PadreCataldini, dndose cuenta de la gravedad de lasituacin, parti hacia la ciudad de Santa Fe en
busca de ayuda. Cuando volvi con las ayudas,el padre Martin Javier haba muerto dehambre. Padre Montoya cuenta: A medianocheentreg su alma a Dios, con tanta paz y tranquilidad
que pareca estar durmiendo dulcemente, mostrandoen la belleza y serenidad de su rostro la belleza de su
alma bendita. Solo tena veintisis aos.
En una carta enviada poco antes al padreTorres, el padre Martin Javier Urtasum habaescrito: No deseo nada y actualmente no deseo otracosa que el dar esta vida, y las otras mil que querratener, por Aquel que dio la suya por m . Tengo grandesesperanzas que el Seor atienda mis deseos, ya quedesde hace muchos aos me los puso en el corazn,
incluso desde antes de entrar en la Compaa desevenir a vivir con los indios. Que se haga en todo la
voluntad de Nuestro Dios y lo que pueda servir para
Su mayor Gloria.
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La regin de Guair se encuentra en la parte delParaguay que limita con el Brasil, al oeste del rioParan y al sur limita con el rio Uruguay. Laatraviesa el Trpico del Capricornio, y tiene unclima caliente y hmedo.De ello da una descripcin padre Nicols delTecho, en una de sus cartas: Crecen rboles que
destilan aromas y mucha fruta. Entre las flores sedestaca el Mburucuy, que muestra entre los ptalos los
instrumentos de la pasin del Seor, y adems tiene unfruto dulce. Igual de delicioso es el Guembe: tiene una
forma alargada y se parece mucho a la granada, por el
sabor de sus granos. Hay dtiles, aunque no tan dulcescomo los africanos, con ellos se produce una especie de
vino. En caso de necesidad, el corazn de las palmas hace
las funciones del pan. Hay muchos pjaros y abundan lasserpientes, de las ms venenosas que haya; algunasviven suspendidas en los rboles, otros en las orillas de
charcos y lagunas. Adems la selva est llena de tigre ysimios.
Los padres Giuseppe Cataldini y Simn Mazzetta,ambos italianos, fueron enviados a la regin delGuair: navegaron por el rio Paran hasta dondese encuentra con el rio Pirap, y en ese sitiofundaron, en 1611, la primera reduccin delGuair. El padre Cataldini era oriundo de Fab-riano, cerca del santuario de Loreto, y por eso
llamaron a la reduccin Santa Mara de Loreto.Los primeros habitantes de Loreto fuerondoscientos indios; pero muy pronto muchos otrosquisieron unirse a ellos, al punto que la reduccinno pudo admitir ms personas.
De esta manera se decidi fundar otra reduccin,en Itaberaca, dedicndola a san Ignacio.
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La difusin delasreducciones en
Guair e Itatn
La difusin delasreducciones en
Guair e ItatnEn 1620 padre Ruiz de Montoya fue nombradosuperior del Guair: encargo que ocupar hasta1630. Esos diez aos fueron los aos de mayordesarrollo de las reducciones de esta regin:gracias al intenso trabajo del padreMontoya y de sus cohermanos surgieron
las reducciones de san Javier,
Nuestra Seora del Encarnacin,san Jos y san Miguel, qu lleg aser la principal reduccin de la regin,con ms que siete mil habitantes.
A estas se sumaron otras ms lejanas: sanAntonio, Concepcin y san Pedro, en losterritorios de los Gualachi;Los siete Arcngeles en la tierra de losTayoba; santo Toms y la reduccinde Jess y Maria.
En 1631 los indios Itatines, qu vivan en lasriberas del rio Paraguay, en la misma latituddel Guair, cerca de una pequea ciudadespaola llamada Jerez, quisieron encontrar a
los padres de la Compaa.
Padre Montoya encarg a los padres Ferrer yMansilla, ambos belgas. Los dos misionerosencontraron mucha disponibilidad en los indiosItatin, tanto que, posteriormente, se les unieronotros misioneros, y entre el 1631 y el 1632surgieron en aquella regin cuatro reducciones:La primera fue san Jos, luego la de los siete
Arcngeles, Nuestra Seora del Encarnacin yla dedicada a san Pedro y Pablo.
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Las misiones
de Tap
Las misiones
de Tap
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Los misioneros enviados a evangelizar lasregiones meridionales de las riberas del Paran
tambin encontraron muchas dificultades. Enparticular chocaron con la hostilidad de losconquistadores espaoles a causa de su re-chazo a la encomienda.
En 1612 padre Diego de Boroa fue enviado a lareduccin de san Ignacio Guaz en compaadel padre Salas.El 25 de marzo de 1615, fundaron al sur del rioParan una reduccin que llamaronEncarnacin. Seis aos despus sta reduccinfue trasladada al Norte del rio Paran, dndehoy se encuentra la ciudad de Encarnacin.Padre Boroa escribe: hemos pasado a este lado delParan buscando un sitio para la reduccin y nuestro
Seor nos regal un lugar hermossimo, rodeado demontaas: es un excelente lugar para la pesca y mssaludable que aquel del otro lado del ro.
En esta reduccin hicieron su profesinsolemne, en octubre de 1619, los padres RoqueGonzlez, Pedro Romero y el mismo Diego deBoroa.
En el 1620 padre Roque Gonzlez inici laReduccin de Concepcin, pero ya haba ini-ciado las de san Nicols, san Javier y Yapeyude Los Reyes.Tambin hizo una exploracin hacia el este,
buscando y sealando lugares dnde podransurgir nuevas reducciones.
Regresando hacia el rio Uruguay, fundreduccin de Candelaria y la de Asuncin delIjui. Hacia finales del ao 1628, mientras surga
la reduccin de Todos los Santos del Caar,fue matado por los indios junto al padreJuan de Castillo.
En el 1638 el padre Romero fund la
reduccin de Santa Teresa y de SanMiguel, mientras los padres Benavides yBerthold fundaron otra reduccin con elnombre de Santo Toms.De este modo, en el lapso de cinco aos,surgieron las reducciones del Tap, situadasal este del rio Uruguay.
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El gran Xodo y la
batalla de Mboror
El gran Xodo y la
batalla de MbororAlrededor del 1630, unos veinte aos despus dela fundacin de san Ignacio Guaz, habansurgido catorce reducciones, esparcidas en cuatroregiones de un vasto territorio: el Guair, Itatin,Tap y una zona al sur de Asuncin entre los rosParan y Uruguay.
Fueron construidas lo ms lejos posible de losasentamientos espaoles, para evitar problemascon los colonos. Gracias a esto, cada reduccin
tena la capacidad para vivir autnomamente, ytodas estaban protegidas por ordenanzas muyprecisas del gobierno espaol, que prohiban elacceso de espaoles, mestizos y negros yreiteraban que los indios estaban exentos de laencomienda.Pero el problema ms grande surgi cuandoempezaron los ataques y las redadas de los
paulistas, cazadores de esclavos, llamados asporque procedan de San Pablo.Tambin fueron llamados bandeirantes, porsus correras (bandeiras) o mamelucos, porsu vestuario.
Las reducciones ms golpeadas fueron las delGuair, las primeras que se encontraban
viniendo de San Pablo y de all fueronsecuestrados millares de Guaran. En breve
tiempo la situacin se volvi insostenible: de lasdiez reducciones del Guair, ocho fuerondestruidas por los mamelucos. Slo dos, sanIgnacio y Loreto, lograron a salvarse gracias asu ubicacin, pero fue necesario abandonarlas.Por este motivo, en 1631, decidieron emigrarhacia el sur buscando una zona ms segura.
Aquello se llam el gran xodo y fue un viajepico y terrible. Conducidos por padre Montoya,recorrieron ms que 900 km, por ro y por tierra,atravesando selvas y pantanos y superando las
peligrosas cataratas del salto del Guair.
Despus de 30 das llegaron a la ribera izquierdadel rio Paran, dnde podran fundar dosreducciones, con el mismo nombre de lasabandonadas.
Partieron 12.000 personas y llegaron a su destinoslo 4.000.Tambin las reducciones de Itatin en 1638 debieron
trasladarse. Despus de muchos percances seasentaron al sur del rio Tebicuary, en el territoriodnde hoy quedan las ruinas de las reducciones deSantiago y santa Maria.
Un tercer ncleo de reducciones obligado atrasladarse fue el de Tap. De las catorcereducciones que existan en este territorio, en 1638slo quedaban seis, porque las otras fuerondestruidas por los paulistas. Tambin stas fueronobligadas a desplazarse hacia el surrecorriendo 800 km.
A pesar del xodo masivo, la situacin no era nadasegura: los jesuitas decidieron entonces pedir al rey
suspender la legislacin colonial que prohiba a losindios poseer armas de fuego. Padre Montoya, fue aMadrid en el 1638 y logr convencer a la corte deEspaa de suspender esta prohibicin: la prohibicinfue suspendida, se permiti dotar las reduccionescon armas de fuego y los Guaran fueron adiestra-dos en su uso.
Tres aos despus, en marzo del 1641, sucedi elacontecimiento decisivo. En la confluencia entre losros Uruguay y Mboror, una expedicin paulistade tres mil hombres fue destruida por un ejrcitocompuesto por unos cuatro mil Guaran, adiestradosen el uso de fusiles y de rudimentarios caones.Despus de la batalla de Mboror las incursiones
paulistas disminuyeron, porque adems lasreducciones siguieron contando con una fuerzaarmada.
Despus de esta batalla, considerado por algunoshistoriadores el episodio militar ms relevante de lahistoria de la Amrica colonial, la vida y ldesarrollo de las reducciones continu con mayor
seguridad, tanto que se lleg a constituir treintareducciones, que ocuparon un rea de cien milkilmetros cuadrados, ms o menos los dimensionesdel norte de Italia.
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La definicin ms simple de reduccin es laprovista por el Diccionario de la Real AcademiaEspaola: Pueblo de indios convertidos alcristianismo. Sin embargo es bastante limitada
ya que aunque el objetivo de las reducciones fue
indudablemente religioso, no fue ni primario ninico. En efecto, no todos los indgenas,renunciaron a sus antiguas creencias aunquemuchos se convirtieron o estuvieron a punto dehacerlo. Adems este trmino no es usado enreferencia a todas las misiones, como por ejemplo
las africanas, sino que indica solo las delParaguay, para demostrar que el objetivo de lasreducciones no fue hacer proselitismo, sinoiniciar a los indgenas guaran en una vidacristiana, libre de todo tipo de esclavitud es-
piritual y temporal. Slo en esta perspectiva esposible comprender el sentido de la palabrareduccin, que uno de los ms importantesfundadores de las reducciones, el padre AntonioRuiz de Montoya, explica as:
Llamamos reducciones los pueblos indios que, segn su
antigua costumbre, vivan en los montes, en pequeos
grupos, muy allegados entre si, y que la obra de los
padres reuni para formar aldeas en las cuales iniciar
formas de vida asociada incluso desde el punto de vista
poltico. Reduccin proviene del verbo espaol reducir,
usado en el sentido de convencer: los indios en efecto
fueron convencidos de dejar una condicin de vida
solitaria y nmada para asumir un tipo de vida
sedentaria y comunitaria, pero siempre libre.
Los indios no fueron reducidos en ningunode los sentidos que actualmente se atribuye asta palabra; al contrario encontraron y fueronellos mismos protagonistas de una experienciade libertad correspondiente a su corazn.Por ello, para que nos sea comprensible hoy,
podramos traducir e interpretar la palabrareduccin con la palabra comunidad.
Desde el principio de esta experiencia, el padreDiego Torres dio instrucciones precisasconcernientes a la eleccin del lugar y lascaractersticas de las reducciones:
La aldea debe ser trazada segn las caractersticas de
las del Per, o como ms gusten a los indios, con calles
y cuadras dando a cada uno un terreno edificable, donde
tengan su casa y huerto. La casa de vuestra reverencia
y la iglesia estn en la plaza, tngase cuidado de dejar
en la iglesia el espacio necesario para el cementerio y
la casa est al lado de la iglesia, de manera que se
pueda pasar directamente de la casa de los padres a la
iglesia. Todo esto debe hacerse poco a poco, respetando
de los gustos de los indios, siendo ellos los primeros en
construir sus casas, haced una peque a para vosotros y
destinad una enramada para la celebracin de la Misa.[ ... ]Antes de fundar una reduccin, evalese bien el
lugar, porque tendr que tener capacidad para muchos
indios, con un buen terreno, buena agua, apto para
crear granjas, para pescar y cazar; y de ste deberis
informaros muy lentamente con los mismos indios,
principalmente los caciques. La aldea debe tener calles
ordenadas y bien trazadas y se dej e bastante espacio a
cada indio para su huerto. [ ... ]Poned vuestra casa
y la iglesia en el centro y cerca de vosotros la casa de los
caciques. La iglesia sea amplia, con buenos cimientos y
pegada a vuestra casa; tendr que estar vallada lo mspronto posible y tendris que hacer una puerta con
campana en la iglesia, para garantizar el cuidado y
decencia de este lugar donde es custodiado el Santo
Sacramento.
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LAORGANIZACINDELAs REDUCCIONEs
LAORGANIZACINDELAs REDUCCIONEs Qu fueron las Reducciones?
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La IglesiaLa Igles
iaEl centro de todo era la iglesia: gracias a la
iglesia, cada reduccin tena un alma, una vida
propia y original. Todas las iglesias de las
reducciones, eran de piedra, madera o ladrillo,
podan albergar a muchas personas y tenan
muchos adornos, estatuas y pinturas.
Padre Jos Cardiel explica:estas iglesias, en cuanto casa de Dios, son los edificios
principales de cada reduccin y, como las catedrales
europeas, son muy espaciosas, debido a que, habiendo
solo una en cada aldea, es necesario que pueda dar
cabida a los millares de personas que en los das de
fiesta se renen para la Misa. Generalmente son de tres
naves pero tambin hay de cinco. Para evitar que las
tormentas las arruinen, se construyen tambin amplios
pasillos. Cada iglesia tiene cinco grandes puertas,
algunos hasta siete.
Tenan muchas ventanas, para la iluminacin y
la ventilacin en los tiempos clidos.
Padre Guillermo Furlong agudamente observa:
parece que los que no conocan de cerca las reducciones
hayan sido sorprendidos por el tamao y el lujo de las
iglesias misioneras, sin ver, en primer lugar, qu aquel
tamao era necesario para dar cabida, en los das de
fiesta, a cuatro, cinco o seis mil ind genas; y sin
apreciar, en segn lugar, el efecto psicolgico y educativoque la magnificencia y la belleza de los decoraciones y
de los dems elementos artsticos tenan en los indios,
acostumbrados a la selva.
Desde 1618 las reducciones entonces existentestuvieroniglesias admirables y de gran capacidad, ya quehab a entre los padresjesuitas excelentes carpinteros,albailes y arquitectos, aunque slo en el ltimoperodo de la experiencia jesutica llegaronarquitectos profesionales, como los padres
Giuseppe Brassanelli, Giovanni BaptistaPrimoli y Jos Grimau.
Para los Guaran el amor a su iglesia estabaligado a su personalidad cristiana: por esto, losque vivieron en las reducciones del Noreste(san Miguel, san Juan Bautista, san Lorenzo,san Luis, san Nicols, san Borja,), nuncaaceptaron entregar stos lugares sagrados,expresin de su identidad, a sus enemigos,
portugueses o bandeirantes. Como sucedi en
san Miguel, dnde los indios decidieronprender fuego a la iglesia antes que verlaprofanada por el enemigo.
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Las casas de los indiosLas casas de los indiosFue una lenta y paciente educacin la queayud a los Guaran, acostumbrados a vivir
todos juntos en chozas comunes cuandoestaban en la selva, a entender que la casa noera una cosa de poca importancia, sino el signodel comienzo de la civilizacin Cristiana.
As padre Roque Gonzlez le escribe al padre
provincial Diego de Torres: en el pasado 1612,teniendo que crear reducciones entre estos indios, de San
Ignacio Guaz, nos pareci necesario educarlos en el
orden, la limpieza, la higiene, para liberarlos de
muchos inconvenientes y de las desdichas que existanen las casas en las que normalmente viven. Y aunque
pensemos que no lo habr an agradecido, porquesignific sacarlos de un modo de convivir caractersticode sus antepasados, no ha sido as : desde el principiohan sido muy felices en sus nuevas casas, a las que se
trasladaron antes de ser terminadas, para estar libres y
cmodos. Como se dice: Cada gallo en su gallinero.
El Padre Francois-Xavier Charlevoix,refirindose a los primeros aos, escribi en1752:las casas de los indios durante muchos aos fueronmuy simples y pobres, hechas de caas cubiertas dearcilla. No tenan ventanas ni chimeneas, ni sillas, nicamas; todos dorman en hamacas, que desaparecandurante el da. El fuego era encendido en la habitacin,y la luz y el humo solo salan por la puerta. Sesentaban sobre el suelo y no tenan muebles. Hoy suscasas son confortables y limpias como las de los
espaoles de la aldea, se ha empezado a construir conpiedra y a cubrirlas con tejas.
El padre Cardiel escribe en los mismos aos:Las casas son de piedra tosca, con piedras trabajadas
y bien dispuestas, los prticos y los arcos tambin
estn hechos de la misma piedra. Siendo esta unapiedra blanda y f cil de trabajar, sobre cada puertahay piedras con decoraciones florales.En general median 5 por 5,70 metros y l
espesor de las paredes no era inferior a 80 cm.Aun hoy estas casas se pueden ver visitando lasruinas de San Ignacio Guaz, Santa Rosa,Santa Mara de Fe y Trinidad.
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El trazado urbano:El trazado urbano:
La zona en que fue ubicada la iglesia tena dosgrandes patios. En el primero, ms pequeo,estaban las habitaciones ocupadas por los
padres, las aulas de escuela para los nios, lasala de armas y la despensa.
El segundo patio, ms grande, fue ocupado contalleres y laboratorios, dnde los indios apren-dan y ejercan diversos tipos de profesiones:herreros, carpinteros, escultores, tejedores,doradores, platero, pintores, constructores derganos, de campanas y de todo tipo de objetosde bronce. En este patio, a veces, estaba elmatadero y la carnicera.
Frente a la iglesia estaba la plaza principal, y al
lado la escuela para las nias, donde enseabanactividades tpicamente femeninas, como coser y
bordar.Detrs de la iglesia haba un gran huerto, dondese cultivaba de todo, desde naranjas hasta ver-duras importadas de Europa, flores nativas y
tambin del viejo mundo. En este huerto lospadres tenan un sistema de riego artificial.Tras la iglesia siempre estaba el cementerio.
La creacin de los cementerios fue algo extrao,siglo y medio antes que en las ciudadesespaolas del rio de la Plata. El cementerio eramuy espacioso y bello. Cada tumba tena unacruz y tambin exista una capilla. Haba un ce-menterio con lugares diferentes para los nios y
para los adultos; pero los padres jesuitas eranenterrados bajo el suelo de la iglesia.
Cerca de la iglesia y el cementerio,separado por una calle, haba un lugarque en guaran se llam coty guaz,(literalmente: refugio grande).Era una especie de casa de acogida,
formada de un amplio patio rodeado dehabitaciones. Padre Cardiel explica:entran en esta casa las viudas con mala
f ama, pero tambin las de buena reputacin, siempre que lo deseen y son muchas.
Tambin habitan all mujeres cuyo maridoest momentneamente ausente, o porque esfugitivo o porque est en viaje.
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Escuelas, laboratorios, coty guaz
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Laorganizacin
interna
Laorganizacin
internaLa organizacin de las reducciones tena tres
puntos de referencia: los padres, el Cabildo y loscaciques.Los padres eran la autoridad principal: todo seremita a ellos.Generalmente haba slo dos sacerdotes en cadareduccin. El prroco o Pa Tuy (padre
anciano): que tena la responsabilidad de laplanificacin econmica, de la construccin y dela administracin. Colaboraba con l un padredoctrinero o Pa Minos (padre menor):responsable de la parte espiritual, de lacatequesis, el cuidado de los enfermos y losservicios religiosos.Tambin haba dos o tres hermanos religiosos, en
proporcin al nmero de los habitantes.La vida de los padres estaba acompaada por unaintensa vida de oracin diaria y formacin
personal. Su casa era de estricta clausura.Los padres se levantaban a las cuatro en verano ya las cinco en invierno. Media hora despus sedaba comienzo a la oracin de la maana yenseguida la santa Misa.
De las seis hasta las doce recorran la aldea,visitando a los enfermos y moribundos, atendanlos eventuales procesos y juicios, asistan a lasdeliberaciones del Cabildo, se encontraban con
los caciques, visitaban los talleres y laboratorios.Generalmente uno de ellos permaneca en laiglesia para asistir a quien lo necesitara.Cada da se enseaba el catecismo a los nios, dos
veces por semana a los adultos y tres veces a losancianos.
La oracin de la maana, por el bien de losmisiones, y la enseanza del catecismo eranconsideradas los dos ejes de las reducciones.
Adems en cada aldea haba un libro llamadordenes, que contena todo lo necesario para
una buena administracin de la reduccin, y quelos padres lean en voz alta a todo los indios almenos durante media hora cada semana.
El Cabildo era la mxima autoridad civil de losreducciones, una especie de consejo municipal,qu acercaba y ayudaba a los padres.Era dirigido por un gobernador (en GuaranParoquaitara, el que dispone lo que se debehacer), nombrado por el gobernador de la
provincia, a peticin de los padres jesuitas.
Del Cabildo hacan parte muchas personas, conencargos judiciales, econmicos y de secretara:un teniente gobernador, dos alcaldes, cuatroasesores, uno o dos empleados judiciales, unmayordomo y un secretario.
Los alcaldes, que los Guaranes llamaronIbirayacu, los primeros entre los que llevabanel bastn de mando, tenan la tarea de cuidar
las buenas costumbres, castigar a los holgaznes ylos vagabundos, vigilar que cada uno hiciera el
propio deber.
Los asesores estaban encargados de vigilar lahigiene y la limpieza, pblica y privada, laasistencia de los nios a la escuela y al catecismo.El mayordomo era el ecnomoresponsable de los bienes de la comunidad. Todosestos encargos fueron oficialmente reconocidos
por la autoridad real.
Otros dos cargos importantes fueron el portero(Coriapiraraquara, el que la defiende la
puerta) y el sacristn (Tup-Orerequa, elque custodia la casa de Dios).Los miembros del Cabildo eran elegidos entre laaristocracia de los indios constituida por loscaciques y sus familias. Los caciques, despus los
padres y el Cabildo, eran la figura de mayorimportancia en la organizacin de las reducciones.
Los jesuitas mostraron una gran sabidura en sumodo de relacionarse con los Guaran, teniendoen gran respeto su estructura socio-poltica,
remodelndola segn las nuevas exigencias. En laorganizacin, como en otros aspectos de la vidacotidiana, la realidad de las reducciones ha sido
la continuacin y la maduracin de lo que yaexista en las diversas tribus indgenas.
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La justiciaLa justiciaEn las reducciones existi un sistema judicial y unaorganizacin policial, con una tareaes-encialmente preventiva. Cada reduccin estabasubdividida en barrios y de cada uno eraresponsable un cacique; sobre estos estaba laautoridad de un superintendiente y un alcalde.Todas ellos eran responsables del buen curso de la
vida social en la reduccin, y estabanencargados de informar cotidianamente al prrocode lo que ocurra en su sector.El prroco se encontraba semanalmente con todos
los responsables para verificar los acontecimientosocurridos en la semana,averiguando las necesidades y problemas quesurgan incluso en los alrededores. Durante lanoche haba centinelas, que vigilaban y cuidaban
los eventuales enfermos. Su tarea tambin era la deimpedir disturbios y desrdenes de toda ndole.
La responsabilidad de juzgar los crmenescometidos y aplicar las penas era delgobernador del Cabildo y de los alcaldes, bajo lasupervisin y gua de los padres. La presencia de
los padres era garanta para que la justicia fueraadministrada con verdad y equidad.
El padre Bernardo Nusdorffer escribe:de ningn modo se puede dejar en total libertad a losgobernadores y los miembros del Cabildo en la indagacin
sobre los delitos, especialmente si son graves y com-
plicados. Tanto menos se puede dejar en sus manos alimputado, que sera obligado a confesar la verdad con latortura. Tendr que ser el sacerdote quien realice ladebidas indagaciones, y despus de llegar a la verdad,
tendr que escribirle al padre superior de losmisioneros, para que este, con sus consejeros, decida lo queha de hacerse.
El padre provincial Mastrilli Duran escribe en1627:los curas traten de no ser demasiado rigurosos en loscastigos ordinarios, de modo que se ganen el nombre de
padres amorosos. En ninguna reduccin se imponga
una pena sin la orden explcita del Provincial, y en elcaso que una orden similar se de, no se ejecute en
nombre de los padres, sino en nombre del comandante yde los alcaldes, para que los padres no se encuentren
nunca en la situacin de tener que castigar los
culpables con sus manos.
La correccin y el castigo deban servir pararehabilitar a la persona y para que aprendi-era a
vivir de modo ms humano: por eso entre loscastigos no exista la pena de muerte, quiz la
primera vez que se daba esto en la historia de laconvivencia humana. Generalmente los delitos
eran castigados con la flagelacin, realizada enla plaza y con la presencia de uno de los padres,para impedir que el gobernador o l alcalde seexcedieran en el ejercicio de su tarea.
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La medicina y la higieneLa medicina y la higieneLos Guaran padecieron de pocas enfermedades.Pero la llegada de los espaoles abri la puerta amuchas de ellas, en particular a la peste.Esta enfermedad diezm rpidamente las
poblaciones indgenas y las reduccionesdebieron afrontar esta terrible realidad sin tenersuficiente preparacin ni adecuadas medidas de
defensa.
Especialmente entre los aos 1641-1643 la pestegolpe fuertemente las reducciones y los padres,
viendo la necesidad de personal destinado alcuidado de los enfermos, empezaron a planear las
primeras escuelas para enfermeros. Lo que SanCamilo ha hecho en Italia, los jesuitas lo hicieronen las reducciones. Se improvisaron mdicos,enfermeros y curanderos. Como el padre DiegoTorres escribi:
cuando estall la epidemia, en poco tiempo murieronmuchos indios. El nico consuelo fueron los padres, quse desvelaron como criados, mdicos y enfermeros.
En las reducciones hasta al final del 1600 no huboningn mdico, en el sentido estricto de la
palabra. Slo a principios de 1700 se empezarona crear y organizar de modo sistemtico las
primeras escuelas para enfermeros. En estasescuelas toda la enseanza se orientaba a launidad y unicidad del paciente, a la preocupacin
por sus exigencias humanas: era impensable unadivisin entre salud fsica y espiritual.Con el tiempo fueron creadas tres regionessanitarias, con un responsable, generalmente unhermano jesuita. En cada reduccin hubo luegoun responsable mdico y un equipo deenfermeros.Los pacientes eran asistidos en su casa. Por esoera considerado fundamental: qu los parientesde los enfermos los cuidaran y que el mdico y losenfermeros garantizaran la terapia necesaria. Deeste modo el paciente no estaba privado de la
atencin necesaria y al mismo tiempo se legarantizaba una adecuada asistencia profesional.Slo en caso de peste o enfermedades contagiosasfueron construidos sanatorios.
Los enfermeros se encargaron de la medicina, yconocieron muchas hierbas curativas; fueron
llamados Curuzuy, por el hecho que siemprellevaron con ellos una cruz. El Curuzuy tena latarea de visitar los enfermos en sus casas einformarse si haba nuevos enfermos; tena quediagnosticar la enfermedad y sugerir la medicina
apropiada. Si hubiera un enfermo grave su primerdeber era avisar a los padres, para que se lead-ministraran los sacramentos.La higiene tambin fue una de las preocupacionesfundamentales en la vida de las reducciones.
Incluso respecto a la planeacin urbanstica desde lasprimeras reducciones se previ el alcantarillado.Los servicios higinicos eran pblicos y estabansituados en los dos extremos de cada barrio, un lado
para los hombres y el otro para las mujeres.Para garantizar el agua necesaria para la higiene,fueron construidos no slo cisternas sino tambinmanantiales y lagos artificiales.
En Santa Mara de la Fe incluso hoy se puede ver elfamoso Ycu Santa Maria donde las mujeres todava
lavan los vestidos y toman el agua para el usodomstico.
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El sistema econmicoEl sistema econmicoLos Guaran vivan de la caza, la pesca y de loque la naturaleza ofreca. No se preocuparon porel porvenir: su problema principal era satisfacer elinstinto del momento; estaban gobernados por suscaprichos, uno de los cuales era adquirir cosas ohacer trueques atrados por el aspecto de las cosas
y no por su valor intrnseco y real.
En el comercio eran sistemticamente perdedores,y al no estar en capacidad de defender sus in-tereses, que ni ellos conocan, era necesario quelos padres los custodiaran y controlaran.
El ejemplo ms claro de la necesidad de steacompaamiento se ve en lo que ocurri despusde la expulsin de los jesuitas: el gobernadorBucarelli, quiso dar plena libertad de comercio a
los indios de las reducciones, pero debiretractarse enseguida, porque los espaoles se
aprovechaban de los guaranes, despojndoloshasta de sus tierras a cambio de cosas de pocovalor.Desarrollar una economa en estas circunstanciasrealmente fue difcil para los Jesuitas.Especialmente al principio tuvieron que afrontar
todo tipo de problemas, causados por lamentalidad indgena.Ocurri, por ejemplo, que los padres dieron a ungrupo de indios un montn de trigo para sembrar,
y estos, una vez llegaron al campo, se sentaron, secomieron las semillas y botaron lo que les sobr.
Al regresar, dijeron que hicieron cunto se leshaba dicho. Slo al tiempo de la cosecha, los
padres se dieron cuenta del engao viendo solohierbas y maleza por todos lados.
La primera victoria de los jesuitas fue la de hacercomprender a los indios la necesidad del trabajo,cosa que aprendieron con dificultad; la segundahacerlos trabajar, cosa igualmente difcil.
En las reducciones existieron tres formas de
propiedad de la tierra.*La primera se llamaba Avambae: la propiedaddel indio. Era la forma de propiedad de la familia.
A cada pareja, en el momento del boda, le eraasignada una parcela
de tierra para cultivar, que no poda ser vendidao cedida. Lo que produca esta tierra serva parael sustento de la familia.*Exista el Tupambae, la propiedad de Dios.En estos campos todos trabajaban por turnos, y
los productos sacados servan para mantener elCoty Guazu y para las necesidades religiosas
(construccin de templos, la liturgia, etctera.)*Finalmente estaba el Tavambae, la propiedaddel pueblo. Fueron las granjas, cuya produccinserva para pagar los tributos al rey y ayudar a
las reducciones ms pobres.
El sistema econmico de las reducciones estaba alservicio de las reducciones mismas. Todas lasreducciones llegaron a tener ms de 100.000habitantes y teniendo que sustentar cada da amillares de personas, la alimentacin era un
problema a solucionar.Lo que garantiz la vida de las reducciones, msqu la agricultura, fueron las ganaderas, ograndes extensiones de tierra explotadas para talfin.Los jesuitas, desde el principio, dieron granimportancia a la crianza de vacas.Los padres Mascetta y Cataldini, en Guair,desarrollaron la cra de ganado, y tambin se
preocuparon de que la matanza fuera ejecutadade manera ordenada. Cuando en 1631, a causade las invasiones paulistas, se debieron abandonar
las tierras del Guair, quedaron en aquella regin30.000 vacas.Con el tiempo, se desarrollaron grandesganaderas, entre los que se destacan las delMar y la de los Pinares. Cada reduccincontribuy a la creacin de estos ganaderas,donando un determinado nmero de vacas: LaCruz, por ejemplo, ofreci 30.000, Santo Tom10.000, Yapey 4.000, San Francisco Borja15.000.Cada ganadera tena unas quince estancias o
campamentos. Cada estancia tenia su pequeacasa, huertos, bosques, all vivan algunasfamilias, y una de ellas era la del administrador,responsable de la estancia. Cada estancia poseacinco, diez o ms vacadas.
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AgriculturaAgriculturaLas reducciones desarrollaron el complejoagrcola ms avanzado de Amrica del Sur: larecoleccin del maz, la cebada, el trigo y el arrozse alternaba cuatro veces al ao.Se cultivaba algodn de tres variedadesdiferentes, y la produccin alcanz una mediaanual de veintids mil kilos por cada reduccin;
en 1695, solo la reduccin de Santa Rosaprodujo doscientos cincuenta quintales deazcar blanco.Muchos de estos productos fueron vendidos en
todo sur Amrica y con la ganancia de las ventasfueron pagados los impuestos reales. Elexcedente era invertido en instrumentos outilizado para las necesidades de lasreducciones. El vino fue exportado a Buenos
Aires y en toda la zona del rio de la Plata eltabaco producido, adems de ser exportado en
cantidad, gozaba de igual estima que el de laHabana.Es muy interesante la historia ligada al cultivo ydifusin de lahierba mate.Uno de los anales de 1637-1639, cuenta qu losindios son tan amantes de la bebida, que quitarles estevicio sera como degollar un toro con las uas.
Padre Jos Cardiel escribe en el 1639: Yason dos aos que losjesuitas trabajandesesperadamente y aun no han visto ninguna mejora enlas costumbres de los indios, quienes no quieren entender
los consejos de los padres [] Es necesario disimularlos principios que se les quieren comunicar, ser
indulgentes con sus borracheras, y no molestarlos ni
insistir demasiado en que abandonen sus brujos. Si sehace esto, se enfadan y retiran, o hasta vuelven a su vida
pasada y a sus tierras. Es importante convencerlos con
cosas palpables, sin severidad, para que se libren poco a
poco de sus ilusiones. Pasada la borrachera, ellos
reconocen la fealdad de su vicio y las consecuencias qu
tiene para su vida. No se les dice que lo dej en del todo,pero si que, como los espaoles, beban cada da no ms
de un vaso. De este modo, cuando hayan progresado ensu amor al Padre y en su afecto a las cosas de Dios, se
les podrretomar de modo que dejen este y los demsvicios.
Si no se tiene en cuenta
esto, se perder todo. Hace falta tener mucha pacienciay encomendarlos a Dios. La medicina es aplicada de
modo razonable y en el tiempo oportuno es cuando da
su beneficio; de otro modo, aunque sea muy buena, se
transforma en veneno
Los padres iniciaron alejando del vicio de la
bebida a los nios, brindndoles un ambiente demoralidad, trabajo, respeto y sobriedad. Pero
pronto se dieron cuenta que esto no erasuficiente: era necesario ofrecer una bebidaalternativa. Fue entonces que pensaron, por
primera vez, en la posibilidad de usar la hierbamate, con la que se produce una bebida que los
primeros jesuitas miraron con sospecha. Asesta hierba se volvi en pocos aos una
bendicin. Su difusin y cultivo tambin fueuno prueba de paciencia y perseverancia.
Padre Cardiel escribe:los padres se empearon en crear en sus aldeasplantos de mate, como si fueran huertos. Les costmucho trabajo, por el tamao de las semillas - unasemilla era como un grano de pimienta y estaba
rodeado con caucho e inicialmente no arraigaron. Por
fin, despus de muchos intentos, se encontr que
aqullos granos, limpiados del caucho, brotaron.
Fue asque intentaron trasplantar las plantas tiernasdel semillero bien abonado a otro lugar y cuando
llegaron a su punto lo pasaron al planto.Despus dos o tres a os de cuidados y riegos, lassemillas arraigaron y crecieron, y luego de ocho o diez
aos fue posible recoger la hierba.
En poco tiempo lahierba mate fue cultivada noslo para su empleo dentro de las reducciones,sino tambin para ser vendida.Se volvi la ms importante fuente de renta, al
punto que, un siglo despus de la expulsin delos jesuitas, de las zonas de las reducciones seexportaron cinco millones de Kilos al ao.
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LA VIDACOTIDIANA
EN LAs REDUCCIONEs
LA VIDACOTIDIANA
EN LAs REDUCCIONEs
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El empleo del tiempo
La conciencia del valor del tiempo y el espacionace de la conciencia del Misterio de laEncarnacin: Dios ha elegido un lugar y un
tiempo precisos para encarnarse, dando as unvalor al tiempo y al uso del tiempo.
Cada instante era, pues, para los Jesuitas laafirmacin de la unin con Dios: su lema Admaiorem Dei gloriam (Para la mayor gloria deDios), ha expresado muy bien esta actitud,
porque vivieron todo en funcin de la gloria hu-mana de Cristo y de la edificacin de Su Iglesia.
Aquello a lo que tenda la educacin y la vida en las reducciones, era el empleo perfecto deltiempo, para aprender a vivir cada momentoconscientes de la relacin con el Misterio
presente.Para ayudarse entre ellos y ayudar el pueblo a
vivir as cada instante, los padres establecieronun horario preciso, de modo que el orden del daeducara la libertad y la instintividad.
En San Ignacio Mini, sobre una pared, de loque ahora es un museo, se puede leer el horario,que documenta este empleo del tiempo:
HHHOOO OOO OOOsss EEE04:00 Se levanta el encargado semanal y toca la
campana para levantarse.04:30 Ave Mara y oracin mental.05:30 La campana grande llama a la Misa.
El padre escucha a los enfermeros y a losguardas del turno nocturno. Si hay urgencias, vaa dar la extremauncin.
06:00 Santa Misa.07:00 El padre distribuye lahierba mate,
concuerda con el gobernador las tareas del dia.08:00 Oficio religioso para los pacientes y
celebracin de los funerales.09:00 El padre escucha las confesiones de los chicos y de
los adultos. Luego supervisa la escuela y los
talleres.11:30 Campana del examen de conciencia.12:00 Almuerzo.13:00 Descanso.14:00 Campana para volver al trabajo. El padre
contina la supervisin.16:00 Catecismo.18:00 Santo Rosario.18:30 Sepulturas. El prroco trabaja en
los asuntos de la parroquia.19:00 Atencin en el despacho.20:00 Cena.20:30 Lectura espiritual, meditacin.
04:00 Todos se despiertan.04:30 Se prepara para la jornada y para la Misa.
05:30 Santa Misa. Saludan al padre y retiran su de hierba
mate. Reciben los encargos para el trabajo del da.
Beben elmate en sus casas y luego van al trabajo.
11:30 Los que trabajan en los talleres van a
tomar el mate.
12:00 Almuerzo.
13:00 Descanso.
14:00 Recomienza el trabajo hasta la hora del
Rosario.
18:00 Asisten al Santo Rosario, reciben la
racin de hierba y de carne , acom-
paan el oficio de los difuntos.
19:00 Vueltos a casa beben elmate.
20:00 Cena.
20:30 Cantan y tocan sus instrumentos hasta
la hora de dormir.
Tambin existan horarios parecidos para los nios.
RRRAAARRRIII DDDEEE LLL PPPAAADDDRRR sss
HHHOOO OOO OOOsss OOOsssRRRAAARRRIII DDDEEE LLL AAADDDUUULLLTTT
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El fundamento de la vidaEl fundamento de la vida
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Refirindose a Platn quien escribi que alfundarse una ciudad se deba, sobre todo, invocarDios, porque l, que es el Bien, tambin es laregla del Bien, el padre Peramas, autor de un
libro titulado: La Repblica de Platn y losGuaran escribe: En las reducciones el mximointers se centr en Dios y en las cosas de Dios.
La belleza de la iglesia se destac en comparacincon la humildad de las dems edificaciones,incluida la casa de los padres; todo en la iglesiaera digno de admiracin y la liturgia sedesarroll con gran solemnidad y esplendor.Desde la cpula hasta las columnas, las pinturas,
las estatuas, los candelabros, los ornamentossacerdotales, los adornos, todo contribuy aelevar la mente de los indios y a participar conrespeto de los sagrados misterios.
Los sacerdotes celebraban la Misa todos los das:los obispos que visitaban las reducciones alababanpblicamente el fervor religioso.El mismo papa Benedicto XIV en 1746 expresadmiracin por los cantos y la liturgia vivida en
las reducciones.Un momento fundamental de la vida cotidiana en
las reducciones era el catecismo: los jesuitas sepreocuparon por dar razones de la fe, de maneraque esta se volviera el criterio de pensar, vivir yactuar. La religin natural de los indios fueestimada, pero tambin educada y esto explicael surgimiento de una sociedad libre, bienorganizada socialmente y econmicamente. Lasola experiencia religiosa nunca habra sidocapaz de generar una sociedad tanavanzada.
Fe y razn caminan juntas.En las reducciones los signos y los smbolos querecordaban la presencia de Dios estaban espar-cidos por todas partes, incluso en los talleres yestancias. Existan nichos y capillas.La vida cotidiana estaba llena de gestos paramantener viva la memoria de Cristo.
Por eso la campana indicaba el rezo de las horas,las procesiones solemnes con las imgenes de lossantos cuando se iba sembrar o a recoger lacosecha, e incluso los cantos que acompaaban el
trabajo.En todas las reducciones tambin hubo diferentescongregaciones y cofradas, en honor a la Virgeno algn santo. Eran como pequeashermandades donde los miembros eran ayudadosa vivir la fe en todos los aspectos de la vida.La libertad era la caracterstica de toda la vida
religiosa en las reducciones, hasta el punto quenadie estaba obligado a participar en la misadiaria.
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La familiaLa familiaAntes del encuentro con los jesuitas, la familiamonogmica era algo impensable para los Guaran:
todas las familias vivan juntas en campamentos. Lapoligamia y el divorcio eran normales, y el libertinajesexual no solo era tolerado, sino incluso aplaudido.Generalmente los Guaran tenan una mujer, perohubo caciques que se sintieron con derecho de tenercinco o ms mujeres. Con la llegada de los jesuitas y
la conformacin de las reducciones, las cosascambiaron radicalmente, aunque en forma lenta.El padre Furlong escribi: Nada ayud tanto a la
formacin de la familia y a la afirmacin de su valor
espiritual, como el haber conseguido que los hombres indios
consideraran sus mujeres como algo ms que un instrumentocon el cual saciar su concupiscencia, que las consideraran
como un ser con igual dignidad, como su complemento en la
funcin creadora de otro ser humano.ste dio al vnculomatrimonial una grandeza y una indisolubilidad que antes
no posea, y educ tanto a los casados como a los no casados amirar a una mujer o a un hombre con libertad y gratuidad.
Padre Montoya en su libroLa conquista espiritual del Paraguay escribi:Aunque en todas las prdicas dominicales tratramos con la
mxima claridad posible los Misterios de nuestra fe y lasreglas divinas e instruyramos sobre las tentaciones de la vida
carnal; sobre el sexto mandamiento mantenamos silencio,para evitar que se marchitaran aquellas tiernas plantas y
que surgiera un odio contra el Evangelio. Este silencio dur
dos aos, y fue decididamente necesario, como confirm elxito que obtuvimos a continuacin.
Padre Peramas escribe:En ninguna otra cosa los padres fueron como tan prudentes y
cautos como en el examinar las primitivas uniones de losindios para establecer como se tenia que proceder en lo
sucesivo.
Inicialmente hubo muchos puntos de vista sobre lamanera en que los indios deban comportarse con susmujeres una vez convertidos al cristianismo. Lacontroversia dur mucho, hasta que los padresdecidieron consultar al Papa para preguntarle si losnuevos cristianos estaban obligados a quedarse con lamujer que era su esposa antes de la conversin o si le
era permitido casarse con otra mujer. El PapaUrbano VIII contest que, en cunto al vnculo
qu los indios contraan una vez bautizados, existan
razones vlidas para ambas posiciones, y qu por lo
tanto se siguiera lo ms favorable para ellos. Una
prueba de la gran sabidura y el respeto por la
libertad que desde siempre caracteriza la enseanza
del Magisterio de la Iglesia.
La edad mnima para casarse era de diecisiete aos
para los hombres y quince para las mujeres, aunqueobviamente era necesario para ambos el
consentimiento de los padres. Antes de casarse, el
sacerdote examinaba por separado a los novios para
cerciorarse que eligieran libremente el camino del
matrimonio y qu no exista ningn tipo de
impedimento. La celebracin de este sacramento
era extremadamente solemne y rica en rituales.
Padre Peramas cuenta: El sacerdote recibe el mutuo
consentimiento de cada uno y da la bendicin; pero primero
hace a los novios una prdica en la que explica bien que es el
sacramento que estn a punto de recibir. Despus de haber
preguntado a los miembros del Cabildo si hay algn
impedimento, le dice al novio que proceda.ste coloca los
anillos y toma los trece reales, qu representan las arras
custodiadas en la casa de los padresj esuitas que estn al
servicio de todos, y seguidamente se las pasa a su novia;
entregadas y recibidas estas prendas, seal de la boda, los
recin casados las vuelven a poner sobre la bandeja;
acabado el primer matrimonio se pasa al segundo (las
bodas entre los indios eran comunitarias) y as
sucesivamente. Terminada esta ceremonia, que se desarrolla
a la entrada de la iglesia, entran todos hasta los peldaosdel altar, mientras los coristas cantan Una novia es como
una vid fecunda, tus hijos como botones de olivo. El padre
recita las oraciones de costumbre, y contina luego con la
celebracin de la Santa Misa solemne.
La liturgia del sacramento era seguida por una
verdadera fiesta popular, expresin de la conciencia
que todos tenan de este sacramento.
Padre Cardiel cuenta: Una vez quise ir de incgnito a
ver que hacan durante la fiesta. Llegu de repente, sin que
lo supieran, y vi de una parte de la mesa a los novios, de
frente sus novias y todos coman serenamente mientras los
msicos cantaban las gracias de Nuestra Seora. Viendo
un modo tan humano y devoto para celebrar, llor de
alegra. Fui a otra fiesta y encontr la misma situacin,
con otros msicos que tocaron y cantaron otras cosas.
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El trabajoEl trabajoEl padre Sanchez Labrador cuenta:Los Guaranes fueron muy propensos al ocio. Todo loque significaba trabajo y esfuerzo, sobre todo constante
y ordenado, era algo que no era concebible para ellos.
Arengados por el misionero, iniciaban un trabajo peropoco despus estaban allcon los brazos cruzados, yaunque vieran que el prroco segua trabajando, ellos lo
miraban y perezosos se quedaban y con la mayorindiferencia posible. Cuando se les incitaba a ayudar, o
no contestaban, o dec an que lo ayudaran ms tarde.
El ms sorprendente milagro de la reduccin fueel gusto con que los indios aprendieron a
trabajar, gracias a la paciente educacin de lospadres, como testimonia padre Antonio Sepp:Vive aquen San Miguel un indio llamado IgnacioPaica. Es un msico notable, sabe construir y tocar
cornetas, clarinetes y trompetas de guerra y, adems de
este, es un herrero con mucha experiencia, acuador demedallas, limpiador de objetos de metal, fundidor de
vajillas, calderos, bacinillas y ollas. Trabaja a la
perfeccin con el cincel y hace esferas astronmicas y
espingardas. Es un organista excepcional. Todas lasmaanas toca la corneta durante el oficio divino en
iglesia, acabada la misa desayuna y luego funde el
hierro y, como un admirable Prometeo, fbricacentenares de objetos, con variados moldes, diversas
materias primas y de las ms diversas figuras. PeroIgnacio Paica no es el nico Apolo sobre el trpode. Encada reduccin se pueden encontrar uno o ms de estoscampeones.
A este testimonio se puede aadir el del padreLabb, que escribi en 1711:He visto bellsimas pinturas hechas con sus manos,libros Impresos con extremo cuidado, otros escritos conmucha delicadeza, rganos y todo clase de instrumentos
musicales comunes en aquella zona. Hacen relojes debolsillo, tallan mapas geogrficos, dibujan mapas, y sonexcelentes en todas las actividades manuales, acondicin de tener frente los ojos el original o un
modelo.
Padre Furlong cuenta:En una reduccin de cinco mil personas, eran cerca detres mil las que tenan que trabajar de modo que nadiequedara sin tener nada a que dedicarse. Haba
estancias en las que trabajaron, con diferentes
responsabilidades, hasta doscientas personas; haban
campos sembrados en los que, slo para asustar o
matar los loros, terribles enemigos de los campos,fueron necesarias cada da cien o ms personas; huboplantos de mate, con sus quinientas y ms plantas,
donde era indispensable mantener limpio el terreno
alrededor de cada planta, regarla en los perodos de
sequa y luego recoger las hojas, tostarlas y
almacenarlas; hubo plantos de algodn y terrenos
labrados con ca a de azcar, que exigieron constantescuidados por parte de personas expertas; habanhuertos y en la casa de campo de los misioneros,
fueron empleadas ms de diez personas, asalariadas,
para que se dedicaran a la siembra y a la cosecha;tambin hubo trabajos para los que requera un
nmero considerable de personas como construir y
organizar las casas de las reducciones, aplanar las
calles, marcar la rutas, construir conductos para el
abastecimiento de agua; tambin estaba el matadero y
el local donde se repartan la carne y el pan para toda
la poblacin y dnde trabajaba el ecnomo de los
almacenes y los alcaldes de los diversos talleres, con
todos sus jornaleros y aprendices.
En todas las reducciones los jesuitas crearonfraguas, carpinteras, plateras, tiendas decermicas, tapiceras, talleres para hacer carros,
puertas y ventanas, construir canoas, y como sino bastara, talleres de escultura, pintura,
joyera, fabricacin de rosarios, bordadoetctera. Todos, desde los catorce hasta loscincuenta aos, estaban obligados a tener una
profesin entre aqullas indicadas, y cada unoera libre de elegirla teniendo en cuenta sus
propias inclinaciones y gustos, pero no podancambiar segn el capricho del momento.
El tiempo dedicado al trabajo estaba indicadoen horarios precisos, sealados por lascampanas que tocaban cada tres horas y porrelojes de sol esparcidos en toda la aldea quecon el pasar de los aos fueron reemplazados
por relojes mecnicos.
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La educacin
y la escuela
La educacin
y la escuelaAntes que se constituyeran las reducciones, losindios se preocupaban solamente que sus hijossupieran manejar el arco y no les daban ningnotro tipo de enseanza.Padre Peramas escribe:Entre los Guaranla educacin y la enseanza sereducan a esto: vivir y dormir con los mismos hijos.
Por este, como padre Cardiel escribe:Aquello en lo que se pone extrema atencin es en laeducacin cristiana de los nios y las ni as porque si
fueran dejados al cuidado de sus padres, creceran comoanimalitos y quedaran holgazanes por toda la vida.
Ya en 1570 el rey de Espaa orden que en todoslos lugares habitados por los indios hubiesenescuelas de doctrina y lectura.Los padres jesuitas eran conscientes de la
importancia de la escuela en el mbito de laeducacin: ya en 1610, al inicio de la experienciade las reducciones, el padre provincial DiegoTorres, subraya la necesidad de crear la escuela para los nios, en el que uno de los coadjutores del curaensear la doctrina, que ellos debern repetir al entrar
por la maana y al salir por la tarde de la escuela,
hasta saberla muy bien se ensear tambin a leer,
escribir, cantar y tocar.En la carta anual de la reduccin de Loreto, en elao 1611, se afirma que los nios leen, escriben,ayudan durante la Misa y cantan durante la
celebracin: recordemos que slo un ao antesaquellos nios vivan en la selva.En la reduccin de San Ignacio Guaz, cincoaos despus de su fundacin, todos los das loschicos frecuentaron la escuela, en la maana y en la
tarde, para aprender a leer y escribir, y lo hicieron con
mucho fervor.
La educacin fue entendida como introduccin ala realidad en todos sus factores: por esto lateora era acompaada por la prctica. Tambin
los nios tuvieron sus ocupaciones, vigilados porun profesor. Se les asignaba un trabajo ligero y asu alcance, como limpiar las plantas de algodno espantar los pjaros de los campos comunes.
La educacin tambin consisti en aprender elcorrecto empleo de las cosas, empezando por elmodo de escribir, la gramtica, la ortografa. Esdecir cuidando cada detalle.
Padre Furlong escribe: Han pasado por nuestros ojoscentenares de documentos escritos en guaranpor los
mismos guaran, y tanto la caligrafa de esos escritoscomo la forma en que se presentan - con espaciados
iguales, mrgenes adecuados, encabezamiento y
conclusin bien ubicados - dicen claramente que al menos
por lo que concierne la escritura las escuelas misioneras
han sido eficientes.
El hecho que en 1700 se hubiese instalado unatipografa en las reducciones, y que en ella seimprimieran bastantes obras en guaran, indicaclaramente que aquellos indios aprendieron a
leer y escribir correctamente.En una poca en la que en todo el mundoconocido la escuela era un privilegio de pocos (y
la escuela para mujeres una novedad total), en lasreducciones era un derecho y una obligacin para
todos los nios: desde los cinco hasta los doceaos estaban en escuelas separadas, dndeaprendan a leer, escribir y hacer cuentas. Parano olvidar lo aprendido, en particular laaritmtica, cada domingo despus de la Misa
todos tenan que repetir las tablas de multiplicar.
En 1621 padre Lorenzana narraba queen las reducciones del Guair hay varias escuelas conms de cuatrocientos chicos; tambin en San Ignacio
hay muchas escuelas y el nmero de los alumnos que
las frecuentan cada da supera los doscientos.En la reduccin de San ngel, en 1711 iban alcolegio ms de 900 chicos y chicas, sobre una
poblacin compuesta por 1400 familias.Los profesores no fueron slo los padres jesuitas,sino tambin indios bien instruidos y con unaslida preparacin profesional.
Acabada la escuela primaria, pasaban a la escuelaprofesional para aprender diferentes profesiones,pero podan acceder a las escuelas de dibujo, depintura y de escultura. Las chicas tambinaprendan a hilar y a cocinar.
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La msica y el cantoLa msica y el cantoPadre Antonio Sepp, el genio de las reducciones,gran msico y constructor de in-strumentosmusicales, presenta as a los indios:Son msicos por naturaleza, como si hubieran sidocreados por la msica: aprenden a tocar con
sorprendente facilidad todo tipo de instrumento en poco
tiempo. No necesitan casi maestros, es suficiente
encaminarlos y luego aprenden solos hasta las cosas msdifciles. Aspor ejemplo, en la Reduccin de San JuanBautista, hay un nio de doce aos que toca con dedosfirmes sonatas alemanas, zarabandas, ballets y muchas
otras piezas compuestas por los ms insignes maestros
europeos, cul Ignaz von Biber y Johann Schmelzer.
Incluso los preludios que hacen pensar en el organista
ms h bil, porque requieren gran
capacidad de concentracin, mi pequeo indio los toca enel arpa o en la ctara con la sonrisa sobre los labios.
Desde los comienzos, la msica fue una de lospilares fundamentales de la educacin y de laformacin cristiana de los indios. Se puede decirque los jesuitas evangelizaron los indios con lamsica y con el canto, logrando formar coristas ymsicos dignos de las mejores catedraleseuropeas de entonces. Cada reduccin tuvo sucoro y sus maestros de msica, que tocabandiversos instrumentos como el arpa, el violn, elrgano, las trompetas, las cornetas, los fagott y
las maracas. La msica y el canto acompaabantodos los momentos del da: la santa Misa, elcatecismo, el trabajo en los campos, la vida en lascasas y la oracin.La fama de los msicos Guaran lleg no slo a
las ciudades ms importantes de sur Amrica,sino tambin a Europa, incluso a odos del papaBenedetto XIV, que habla de ello en su encclicadel 1749.
Padre Cardiel escribe:He atravesado toda Espaa, pero en pocas catedrales heescuchado a msicos mej ores que estos. En la ciudad de
Buenos Aires, dnde llegaron los msicos de la reduccinm s cercana para celebrar los festej os en honor de lacoronacin de nuestro rey Fernando, hay actualmente
algunos sopranos que no he odo ni en las mejorescatedrales de Salamanca y
de Sevilla. Lo que mueve a especial devocin es el modo
con el que estos indios cantan: no con la vanidad y la
soltura con que cantan en Espa a, sino con muchaserenidad, devocin y modestia.Muchos fueron los msicos jesuitas enviados a
las reducciones como los padres Juan Vaisseauy Luis Berger, procedentes del Flandes
espaol, el tirols Antonio Sepp y el italianoDomenico Zipoli.Padre Sepp fund una escuela de msica y decanto, en la que form a muchos maestros, losque a su vez fundaron otras escuelas en susreducciones de origen. Cada reduccin lleg asa tener, entre cantantes y msicos, un coro de
treinta integrantes, compuesto por nios,jvenes y adultos; cada coro tena su soprano,contralto, tenor o bajo. Siempre estaban acom-
paados con diferentes instrumentos, arpas,
fagott, panderetas, violines, violonchelos y loscantos polifnicos eran motivo de admiracin y,muy a menudo, de conversin.
El ms grande compositor y msico de los re-ducciones, que no pudo llegar a las misiones yaque muri joven en Cordoba, Argentina, en1726, fue el italiano Domenico Zipoli. Naci enPrato, cerca de Florencia y despus de habersido por algunos aos organista en la iglesia deJess en Roma, fue enviado a las misiones deSuramrica. Aqu pudo componer muchasobras. Su estilo es el tpico de la poca,contrapuntual y con el empleo de instrumentoscaractersticos de la msica barroca.
Un testimonio de la belleza y de la importanciade la msica en las reducciones es ofrecido por
los frisos de la iglesia de Trinidad. En ellos estnrepresentados los diversos instrumentos que se
tocaban habitualmente en las reducciones. Enparticular, en el presbiterio, a unos metros dealtura, hay un bajorrelieve que representa la
Virgen Madre de Dios, vencedora sobre el mal,inmortalizada en el acto de pisar la serpiente
tentadora y rodeada por un grupo de ngelesque tocan trompetas, maracas, arpas,clavicordios e instrumentos de viento .
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La escutura
y la pintura
La escutura
y la pinturaEn las reducciones la escultura y la pintura fueronmuy abundantes. Solo la iglesia de San IgnacioGuaz lleg a tener 1400 pinturas, si se cuentan loscuadros y oleos de cualquier dimensin querevistieron las paredes y el techo.
En 1800 el francs Jean-Antoine De Moussy
describe as la iglesia de santa Rosa:est literalmente revestida por estatuas de santos talladasen madera, y el dintel est coronado por un San Miguelque derrota el demonio. En los cuatro rincones que forman
los arcos que sustentan la cpula, impresa y pintada de
rojo y oro, hay un nicho con la estatua de un papa. Sobrelas doce columnas a los lados de la nave hay estatuas de
los doce apstoles en tamao natural y las siete capillaslaterales no son menos ricas ni menos decoradas. Hay
adems cuatro confesionarios artsticamente decorados yesculpidos, y el bautisterio, que es un pequeo santuario
dentro de la iglesia, est
enriquecido por un conjunto deesculturas en madera que representan el bautismo deJess. La sacrista, situada en la zona delbside, tiene un
magnfico altar ricamente decorado con esculturas y
grandes armarios de madera cuidadosamente tallada y
apoyados en las paredes. Una pila bautismal de mrmol,
partida en varias partes por algn accidente e
imperfectamente restaurada, versa el agua en un enorme
jarro de plata, nico testimonio de las antiguas riquezas
de sta magnifica iglesia. El techo del prtico esta
igualmente recubierto con adornos esculpidos y pinturas,
aunque en parte los colores hayan desaparecido.
En cada aldea hubo talleres, en algunos de loscuales trabajaron ms que treinta artistas.La cantidad de pinturas y esculturas producidasfue tal que no slo se usaron para decorar lasiglesias de las reducciones y las capillas de lasestancias, sino que tambin fueron vendidas como
verdaderas obras de arte, aunque fueran casi todasannimas.Considerar de procedencia europea aquellascaractersticas ms sutiles y de factura indgena
aquellas ms toscas y primitivas, sera ciertamenteun error.
Padre Furlong cuenta: Todas las estatuas son hechascon madera procedente de plantas indgenas, y lo mismo
sucede con los colores, aunque en
algunos predomina el gusto tpico italiano y en otrasalemn. Hubo maestros de ambas escuelas, comoBrassanelli y Berger respectivamente, y es evidente que
ambos tuvieron entre los indios numerosos discpulos.El primer pintor que lleg en las reducciones fue elhermano Bernardo Rodriguez, enviado por la
provincia del Per para que realizara obras de arte
representativas de imgenes sagradas. Como seafirma en una carta del 1616: Rodrguez fue el queense a los indios el arte de la pintura.Otro gran artista fue el francs Louis Berger, yaconocido como pintor en Pars y Roma. A pesar deque deseara ardientemente ir a las reducciones aensear msica y pintura, sus superiores lodejaron en Buenos Aires, dnde pint una telarepresentando las cuatro misiones. Cuando el
padre provincial decidi mandarlo a Itapa, losindios de aquella reduccin quedaron muy
asombrados, y afirmaron no haber visto nuncaantes nada tan bello.Ms tarde, cuando l mismo pudo visitar algunasreducciones, pint un teln representando los siete
Arcngeles por el nombre de la reduccin a ellosdedicada. Un tercer teln, lo pint para el altarmayor de la iglesia de la reduccin de San Carlos,dnde fue colocado en el 1633.
El tercer pintor que pas por las reducciones fue elhermano Luis de la Cruz, tambin de origen belga,experto, ms que de pintura, de matemticas y
perspectiva. Lleg a las reducciones en 1640 ytrabaj asiduamente, tanto que las cartas anualesnos narran que las casas, los colegios y toda lasreducciones estn llenas de cuadros, obra de su pincel.
Adems de l y Brassanelli, no hubo ningn otropintor europeo activo en las reducciones durante elsiglo XVIII, pero no por este no hubo mas
produccin, fruto de artistas indgenas.Aun hoy en la capilla de Nuestro Seora deLoreto, en la reduccin de Santa Rosa, es posible
contemplar los restos de un fresco, que representala natividad y el traslado de la Santa Casa deLoreto. A pesar de estar muy derruido por elabandono en que qued durante tantos aos, es sinduda otra de las joyas ms preciosas del arte
paraguayo.
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La danza
y el teatro
La danza
y el teatroEntre los Guaranes, la msica, la danza y el
teatro no eran concebidas como expresionesartsticas separadas, porque las danzas estuvieronen gran parte dramatizadas y el teatro fue ante
todo un melodrama, donde predominaron lamsica y la danza. El teatro y la danza adiferencia del canto y de la msica, fueron
actividades que slo se realizaban el domingo ylos das de fiesta, y los actores eran profe-sionales que entrenaban todos los das bajo lagua de un director.
Desde su llegada a Paraguay, los jesuitasutilizaron el teatro como instrumento educativodurante la catequesis del domingo,considerndolo una de las expresiones artsticasms adecuadas para la comprensin y laeducacin de la fe cristiana. En el 1640 en la
mayor parte de las aldeas de las misiones seorganizaban representaciones teatrales.
Padre Del Techo cuenta: Con ocasin de lacelebracin del centenario de la fundacin del Compaade Jess, los nefitos de Mboror representaron una obra
dramtica cuyo argumento fue la invasin de losmamelucos, a los que dispusieron sus planes de
batalla, combatieron y luego fueron derrotados y
espantados en vergonzosa fuga!
Padre del Techo tambin cuenta que paracelebrar el mismo centenario, en la reduccin deEncarnacin fue puesta en escena una
pantomima. El espectculo fue representado enuna de las calles principales de la reduccin:De repente, apareca sobre la escena un gigantellamado Policronio, personificacin del centenario, con
la barba larga, el pelo blanco y vestido con hbitomulticolor. Policronio llevaba consigo cientos de nios
distintos, que representaban los diversos obsequios dados
a la Compaa, y que, con un himno armonioso,cantaban alabanzas.
Adems de estos testimonios directos, essuficiente dar un vistazo a los inventarios de los
bienes expropiados a los jesuitas despus de laexpulsin del 1768, que documentan la enormecantidad de prendas y de elementos escnicos
posedos en cada aldea, y permiten concluir quelas representaciones teatrales y las danzas en lasreducciones eran preciosas y muy bien
preparadas.
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La imprentaLa imprentaLa primera tipografa que fue creada en esta partedel Nuevo Mundo fue precisamente en lasreducciones. Ya en 1632 los padres le pidieron algeneral de la Compaa que destinara a susmisiones un cohermano de Alemania o Flandes que
les enseara el arte de la imprenta, para as poderimprimir todo lo necesario para la educacin y laformacin cultural de los indios. Por mucho tiempo
este deseo no pudo ser satisfecho. Por ejemplo,padre Ruiz de Montoya debi publicar sus librosen Madrid.
Slo al final del siglo XVII, gracias a los padresJuan Bautista Neumann y Jos Serrano, fueconstruida la primera mquina para imprimir,hecha con madera, chatarra y una aleacin de
plomo y estao para los caracteres. El PadreAntonio Sepp escribi: En 1700 el padre Neumann dioa luz un volumen impreso con caracteres, un Martirologio
Romano que hasta a entonces las reducciones no posean, y
aunque los caracteres sean diferentes respecto a los de lastipograf as europeas, son totalmente legibles.
Adems delMartirologio Romano, los primeros librosimpresos en las reducciones fueron elFlosSanctorum del padre Rivadeveira y La diferencia entrelo temporal y lo eterno del padre Nieremberg,
traducido al Guaran en 1700 por el padre Serrano;se trata de un volumen de 438 pginas, escritas ados columnas, cuya impresin es correcta en todos
los sentidos: los caracteres son bellos y variados, elcontorno elegante y con una fina delineacin,contiene incisos y lminas magistralmente dibujadas
por los mismos indios.
Padre Dobrizhoffer ha escrito a propsito de lahabilidad de los indios en este trabajo: imprimieron no pocos libros, incluso algunos de grandes
dimensiones, y no slo en Guaran, sino tambin en latn
y lo que tiene mas valor es que ellos mismos construyeron
los caracteres tipogrficos fundiendo estao.
Las obras impresas en las reducciones fueron almenos veinte, de los que infortunadamente, slo seconservan nueve ejemplares.
Bartolom Mitre escribi:La aparicin de la imprenta en la regin del rio de la Plata
es un caso raro en la historia de la tipograf a. No fueimportada, fue una creacin original; naci, renaci, entre la
selva virgen como Minerva indgena con todas sus armas, con
caracteres de fabricacin autctona, manejada por indios
salvajes que desde hacia poco haban sido llevados a una vidacivilizada, que hablaban una lengua desconocida, y con signos
fonticos de su invencin.Debe recordarse que en las reducciones slo sehablaba el guaran y los jesuitas, a partir de Ruiz deMontoya, escribieron y tradujeron libros solo en esta
lengua.Los guaranes no slo aprendieron a leer, si que tam-
bin fueron escritores.
Recordemos por ejemplo a Nicols Yapuguay, autorde una apreciable explicacin del Catecismo y de Ser-
mones. De l habla el padre Peramas cuando escribe:los guaranno slo leyeron, sino que tambin eran escritores.
Yo mismo he visto y ledo los sermones que escribi un indio dela reduccin de Loreto para cada uno de los domingos del ao.
El modo en el que compuso este volumen fue el siguiente: cada
domingo prestaba particular atencin a lo que el cura exponasobre el Evangelio del da, y de regreso a casa meditaba sobre
estas cosas y reproduca el sermn, escribindolo en lengua
Guarany aadiendo lo que le pareca ms adecuado.Tambin conoca autores de libros no religiosos. Un escritor,
Melchiorre, escribi la historia del Corpus Christi. El mismo
Melchiorre enriqueci su obra con un mapa sobre el que fueron
ubicados los montes, los ros y los arroyos situado en los
lmites de la aldea. Otro libro fue escrito por un indio de la
reduccin de San Javier, el que, siendo un descendiente de los
primeros habitantes, cuenta la llegada de losj esuitas a su
tierra describiendo la acogida que recibieron y narrando la
muerte del venerable Roque Gonzlez y sus compaeros.
Se podran citar otros ttulos de obras publicadas porlos indios como laHistoria de la aldea de Yapeyu y unlibro de historia titulado Relacin de la batalla del 3 deoctubre de 1754: esto nos permite comprender el nivelde alfabetizacin y cultura al que llegaron en pocosaos gracias a los jesuitas. De lo dicho es evidente queen las reducciones no slo el analfabetismo se volviuna realidad prcticamente desconocida, sino que
tambin hubo una produccin literaria que las demsciudades de la regin no conocieron nunca.
Lo que los benedictinos fueron para la Europacristiana, los jesuitas lo fueron para los Guaran.
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Un observatorio
astronmico
Un observatorio
astronmicoEn las reducciones tambin surgi unobservatorio astronmico, por obra del padreBuenaventura Surez. Despus de haberestudiado astronoma en Crdoba Espaa, fueordenado sacerdote en 1703 y enviado a lareduccin de San Cosme y san Damin encalidad de prroco. Hombre culto y apasionado
por la investigacin cientfica, se dedic a lafabricacin de rganos y espejos, perfeccion elarte de fabricar campanas y ense a sus indiosa dorar clices. Como si no bastara, cre la
primera fbrica de chocolate de esta regin. Elnombre del padre Buenaventura est ligado al
prestigioso observatorio astronmico que logredificar. La fama del observatorio lleg hasta losodos de los clebres Vargentin y Celsius, quienesreprodujeron en las aulas de la universidad deUppsala las observaciones astronmicas
procedentes de esta parte de Amrica latina.
Padre Buenaventura public en Europa el primerlibro de ciencias astronmicas concebido enAmrica del sur: se trata de unLunario que,como se lee en el prefacio, empieza en enero del1740 y acaba en diciembre del 1841 y contiene los
aspectos principales del sol y la luna, es decir las
conjunciones o posiciones de la luna respecto sol, segn
sus movimientos reales y los eclipses que sern visibles
en los siglos venideros en estas misiones de la Compaa
de Jess en la provincia del Paraguay. Al final estn
las reglas para realizar almanaques parecidos para los
aos siguientes a 1842 y hasta el 1903.
En elLunario, el mismo Surez, nos proveealgunos detalles sobre su trabajo: faltando losinstrumentos, no habr a podido hacer semejantes
observaciones a menos que construyera con mis manos
los instrumentos necesarios: relojes de pndulo que
indican los minutos y los segundos, cuadrantes
astronmicos para adecuar el reloj a la hora solar
dividiendo cada grado de minuto en minuto, telescopios
con lentes convexas y de varias gradaciones, desde
los ocho hasta los veintitrs pies. Los de menor
gradacin los he usado en las observaciones de los eclipses
de sol y luna, y aquellos con gradacin mayor los he
usado en los mediciones de los cuatro satlites de Jpiter,
que he observado durante trece aos en la aldea de SanCosme.
Sus estudios astronmicos le hicieron alcanzarfama en Amrica, en Europa y hasta en Asia. El
propio padre Surez alude a su correspondenciacon cientficos de todo el mundo cuan
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