I. EL CUERPO
“Corpus: un cuerpo es una colección de piezas, de pedazos, de miembros, de
zonas, de estados, de funciones. Cabezas, manos y cartílagos, quemaduras,
suavidades, chorros, sueño digestión, horripilación, excitación, respirar, digerir,
reproducirse, recuperarse, saliva, sinovia, torsiones, calambres y lunares. Es
una colección de colecciones, corpus corporum, cuya unidad sigue siendo una
pregunta para sí misma.”1
El cuerpo es una realidad biológica e individual; su existencia se enmarca dentro de un
contexto sociocultural determinado y propio de cada grupo social. Así, la corporeidad
es a la vez una unidad y un sistema complejo, condicionado y condicionante.2 El
cuerpo es un espacio donde confluye lo físico, lo estético, lo cultural y lo espiritual -
tanto como nuestra historia personal y social.3 Es una estructura, compuesta por varios
sistemas que contribuyen a su perfecto funcionamiento y, para mi, es muy importante
pensar en el cuerpo como signo y significado de la mera existencia. Nuestro cuerpo es
nosotros mismos; él es nuestra única realidad aprehensible. Es en el cuerpo y por el
cuerpo que sentimos, deseamos, obramos, nos expresamos y creamos.4
El cuerpo es una representación simbólica, la cual “es convertida por las sociedades
humanas en un parámetro operativo”, a partir del cual se llevan acabo las prácticas y
el “ordenamiento conceptual del mundo, expresado en ritos y mitos, donde el cuerpo
como símbolo y medio de experiencia, tiene un papel primordial”5 Tanto en rituales
simbólicos y de muerte como en el arte, la presencia del cuerpo es indudable, pues la
materialidad sólo se hace posible a través de las ideas, creencias y prácticas
culturales, que engloban ideología y cosmovisiones que se materializan justamente en
el cuerpo humano6
1 Nancy, Jean Luc, 58 Indicios sobre el cuerpo: Extensión del alma, Editorial: La Cebra, Buenos Aires, 2007
2 Zárate Montes, Pedro (2002). Los universos de la corporeidad: una propuesta de los problemas teóricos y filosóficos de la realidad
del hombre como individuo biológico y un ser cultural. Tesis de Licenciatura en Antropología Física. ENAH-INAH. México.3 Casanovas Bohigas, Anna. “Cibercultura:El cuerpo esfumado”. En M, Azpeitia, et al. Piel que habla. Viaje a través de los
cuerpos femeninos. Icaria. Barcelona, 2001: 21-37.4 Bernard, Michel. El cuerpo. Paidós, Barcelona. 1985.
5 González Sobrino, Blanca Zoila. Una lectura del cuerpo humano como entidad biológica y simbólica en el Gran Nayar. Tesis de
Doctorado en Antropología. UNAM. Facultad de Filosofía y Letras. México.2003:13.6 http://fama2.us.es/eee/ponencias/coloquioreligion/ponencia5.htm#_ftn5
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Sin embargo, la sociedad occidental ha trasgiversado la idea -y el ideal- del cuerpo,
reduciéndolo a una experiencia falsa e idealizada; un cuerpo joven, sano y narcisista.
Esto, es justamente lo que el filósofo francés Jean Luc Nancy vendrá a contradecir y
criticar a lo largo de su filosofía del cuerpo, en textos como Corpus y 58 indicios del
cuerpo humano, haciendo conciencia, como diría la artista plástica Kiki Smith, “del
cuerpo como organismo social, el cual es manipulado por diferentes agendas”.7
II. JEAN LUC NANCY: FILOSOFIA DEL CUERPO
Jean Luc Nancy, filósofo francés contemporáneo, desarrolla su obra acerca de la
filosofía del cuerpo (en textos como Corpus y 58 indicios del cuerpo) en la cual altera
la interpretación creada y aceptada por la sociedad occidental que posiciona el cuerpo
en un lugar subordinado en la complexión del sujeto moderno.8 Plantea, de ésta
manera plantea un cuerpo que se contrapone con aquel generalmente aceptado –
aquel joven, narcisista y siempre sano. Un cuerpo del cual no somos conscientes a
menos que el dolor (o algún sentimiento extremo) lo reubiquen en el centro de nuestra
conciencia. El filósofo francés, de ésta manera, recorre el cuerpo como un Corpus; lo
sustrae del horizonte bio-teleológico del organismo para dejar de pensar en un cuerpo
organizado sobre la base de una finalidad separada de sí mismo.9
Nancy se aleja de la idea de un cuerpo perfecto compuesto por una sola unidad y, en
cambio, ahonda en el cuerpo como una “colección de pedazos”10. Además, recalca la
noción de que la idea de cuerpo per se ha sido abandonada; sólo somos conscientes
de él cuando algo nos duele. Pues entonces, nos hemos olvidado del cuerpo como
un cuerpo real, y, al convertirnos en una cultura puramente visual, nos olvidamos de
las demás aproximaciones - tanto olfativa, como también táctil y sonora. Justamente
al privilegiar la distancia física y la mirada por encima de cualquier otro sentido,
nuestras experiencias corporales han sido reducidas al sentido de la vista. Al negar
los otros sentidos, nos olvidamos del cuerpo como algo temporal y efímero y sólo
aparece en nuestra mente en momentos límite (dolor, placer, sexualidad, fatiga).
7 Kiki Smith: 1991 http://www.jca-online.com/ksmith.html
8 VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Las metáforas del cuerpo en la filosofía de Jean-Luc Nancy: nueva carne, cuerpo sin órganos y
escatología de la enfermedad”, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid, Nº 18 http://www.revistadefilosofia.com/44-04.pdf9 Idem
10 Nancy, Jean Luc, 58 Indicios sobre el cuerpo: Extensión del alma, Editorial: La Cebra, Buenos Aires, 2007
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En el arte, el siglo 19 llega con nuevas maneras de entender el cuerpo y nace la
necesidad por plasmar un cuerpo que yo considero “real”. Un cuerpo fragmentado y
seccionado, en lugar de un cuerpo “griego”. A partir de la obra de Rodin “el hombre de
la nariz rota“ en 1864, donde por primera vez desaparece la representación del cuerpo
como unidad, el artista comienza finalmente a cuestionarse el cuerpo - comienzan a
aparecer, a partir de este momento, representaciones parciales, tales como órganos
fuera del cuerpo. Más adelante, Hans Bellmer, Artaud y Gunter Brus, tratarán de
entender el cuerpo a través de representaciones extremas de la corporalidad;
representaciones que contradicen el arquetipo del cuerpo que ha sido construído por
los medios de la comunicación en la cultura occidente, en los cuales vemos el ideal del
cuerpo como sano, joven y narcisista. Esta, es una de las ideas principales que
rescataré de la filosofía de Nancy, la oposición a dicha afirmación. Ya que el cuerpo no
es propio en sí, sino que es generado por la sociedad, estamos rodeados de una idea
falsa del cuerpo perfecto. No sólo en términos de estética sino que también somos
ajenos a la idea de que éste es temporal y pasajero – no es para siempre. Todas,
ideas equivocadas y utópicas de un cuerpo falsamente idealizado. Estas obras se
oponen y contradicen el pensamiento occidental y lo reemplazan por un discurso de
temporalidad, dolor y muerte – acercamientos más naturales y genuinos a un cuerpo
real.
Pues entonces, el cuerpo en el arte pasa por un proceso de descomposición y
fragmentación que se va haciendo más radical hacia los años 80 y 90, donde
aparecen artistas como Nauman, Sherman y Gober, que continuarán enfatizando en
Hans Bellmer Brus Gunter
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éste proceso. Estos tres artistas, además, contrajeron SIDA – enfermedad que incide
en la idea del cuerpo efímero, fragmentario y sometido a la temporalidad.
Nancy recorre justamente ESTE cuerpo; en su morfología y su organización.
Nancy, entonces, contradiciendo los paradigmas occidentales, nos planteará un
Corpus; “un cuerpo es una colección de piezas, de pedazos, de miembros, de zonas,
de estados, de funciones. Cabezas, manos y cartílagos, quemaduras, suavidades,
chorros, sueño digestión, horripilación, excitación, respirar, digerir, reproducirse,
recuperarse, saliva, sinovia, torsiones, calambres y lunares. Es una colección de
colecciones, corpus corporum, cuya unidad sigue siendo una pregunta para sí misma.” 11 Ahonda en la idea de que el cuerpo es un conjunto que, como tal, se articula, se
compone y, por sobre todas las cosas, se organiza – no es un cuerpo que está vacío
sino todo lo contrario; “Un cuerpo no está vacío. Está lleno de otros cuerpos, pedazos,
órganos, piezas, tejidos, rótulas, anillos, tubos, palancas fuelles. También está lleno
de sí mismo: es todo lo que es.”12
Más aún, Nancy propone la noción de que la existencia de un cuerpo está plenamente
vinculada a la existencia de otros cuerpos; es decir, cada cuerpo siempre está
necesariamente expuesto a una “multitud“ o a una “comunidad de cuerpos“. Entonces,
podría decirse que no se “es“ más que con los otros, y si “somos“, somos juntos –
expuestos entre nosotros. Esta es una idea sumamente importante en su filosofía,
pues expone que no tendríamos relevancia alguna sin la existencia de otros. Además,
Nancy clarifica esto justamente para hablar del límite del cuerpo y del límite que un
cuerpo representa para otro cuerpo. Este límite es justamente la piel; el órgano más
extenso del cuerpo y la que pone en contacto el afuera con el adentro: Retiene,
protege, comunica, siente, almacena. Además, tiene un carácter sumaente interesante
que es el de servir como capa protectora; es únicamente penetrable a través de la
herida. Para llegar a nuestro interior, es necesario rasgar nuestro exterior. Pues
entonces, lo que tocamos cundo tocamos a alguien es el límite del otro -del otro
cuerpo: El co-estar reside en la relación con el límite.13 Esta idea, nos lleva al
pensamiento de que no sólo la relación de cuerpos es básica, sino que también, el
cuerpo se auto expone a riesgos que son tanto inevitables como necesarios, pues la
11 Nancy, Jean Luc, 58 Indicios sobre el cuerpo: Extensión del alma, Editorial: La Cebra, Buenos Aires, 2007
12 Idem
13 VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Las metáforas del cuerpo en la filosofía de Jean-Luc Nancy: nueva carne, cuerpo sin órganos y
escatología de la enfermedad”, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid, Nº 18 http://www.revistadefilosofia.com/44-04.pdf
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exposición ante la presencia extraña de otro cuerpo puede resultar en contagios,
contaminación, entre otros. Sin embargo, Nancy explica que imaginando que fuese
posible no exponerse nunca, se eliminaría el riesgo, pero a su vez se anularía también
la posibilidad de una relación entre cuerpos y con esto se anularía todo su sentido.
III. BERLINDE DE BRUCKEYRE
La obra de De Bruckeyre trabaja el cuerpo desde una perspectiva muy distinta a lo
convencional; su propuesta artística, plantea justamente aquello que apoya Nancy; un
cuerpo frágil, vulnerable, enfermo y, por sobre todas las cosas y como consecuencia:
efímero. En distintas etapas de su trabajo, plasma muy claramente un cuerpo abierto y
reparado, así como también ahonda en la idea del cuerpo como una estructura que
contiene dentro de sí distintos organismos - huesos, piel, órganos vísceras, etc. No es
sólo una mera unidad, sino que contiene muchas otras “unidades“. En muchas de sus
obras, Berlinde nos presenta un cuerpo fragmentado, a veces el cuerpo sin brazos,
otras veces los brazos por separado, etc. Asimismo, la textura y la materialidad que le
da a su trabajo es elemental, pues es una de las características principales que le dan
un aspecto frágil a sus obras. El material que utiliza (parafina) le permite crear una piel
o un cuerpo con aspecto moreteado, herido, golpeado - como si tuviera sangre por
dentro. Muchas veces, a pesar de utilizar ramas, tenemos la sensación de estar viendo
un conjunto de intestinos, o venas, o pedazos de cuerpos. Crea un cuerpo casi frío,
con un aspecto de mortalidad. Además, muchas veces trabaja también no sólo un
cuerpo quasi figurativo, sino también una suerte de “abstracción“ en la que une
distintos fragmentos o pedazos, pero creando una confluencia final que alude a una
clara corporeidad y carnalidad. Cuando el espectador ve su obra, se encuentra en un
pensamiento ambiguo, entre lo poético y lo escalofriante, pues su trabajo es
justamente tan potente por la crudeza y sinceridad. De ésta manera, su propuesta
contradice las ideas occidentales de un cuerpo joven, narcisista y sano, al verse
reemplazadas por un cuerpo real – frágil, y fragmentado. Berlinde trabaja el cuerpo de
adentro hacia fuera, internándose en conceptos básicos para el entendimiento del
cuerpo de un modo genuino. Trabaja cuerpos, a veces semi-figurativos e incluso
utilizando bailarines profesionales, pero de tal manera que dejan de ser el modelo
occidental y/o griego y que más bien se alejan completamente de los paradigmas
sociales y se acerca más al cuerpo que recorre Jean Luc Nancy en sus textos. Un
cuerpo donde podemos ver huesos, carnes, pedazos, fragmentos y reparaciones.
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IV. ANÁLISIS Y COMPARASIÓN DE LA PROPUESTA ARTÍSTICA DE
BERLINDE DE BRUCKEYRE Y LA FILOSOFÍA DEL CUERPO DE JEAN
LUC NANCY
Desde mi perspectiva, la propuesta de Berlinde de Bruckeyre apoya en casi todos los
aspectos los conceptos que plantea Nancy en su filosofía del cuerpo. Para empezar, la
manera más obvia de todas creo que es que ambos trabajan y recorren un cuerpo
temporal, enfermo (en oposición a los paradigmas convencionales de que un cuerpo
es necesariamente joven y sano), vulnerable y frágil. Por su parte, Nancy habla en su
escritos acerca de un cuerpo fragmentado, elemento que se nota claramente en el
trabajo de Berlinde – en la gran mayoría de sus propuestas. Trabaja un cuerpo por
partes, generalmente sin genitales ni cabeza, y otras veces sin otros pedazos como
brazos o piernas. Esto, además de quitarle la identidad al cuerpo presentado, lo
convierte en un cuerpo en pedazos, en las fronteras entre lo natural y lo artificial,
donde a su vez surge la posibilidad de pensar en un cuerpo fragmentado, en un
cuerpo donde tal vez los órganos se hayan emancipado (como en el concepto que
Deleuze y Guattari llamaron Cuerpo Sin Órganos.)14
14 VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Las metáforas del cuerpo en la filosofía de Jean-Luc Nancy: nueva carne, cuerpo sin órganos y escatología de la enfermedad”, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid, Nº 18 http://www.revistadefilosofia.com/44-04.pdf
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Asimismo, Berlinde confiere con los conceptos de Nancy en que plantea también un
cuerpo enfermo y que, incluso ha sido (o está siendo) curado, explorando de ésta
manera, las formas cuasi superpoderosas que el cuerpo tiene para auto repararse,
Continúa, entonces, enfocándose en conceptos como temporalidad, dolor y muerte.
Muchas veces, trabaja elementos naturales, creando una alusión entre cuerpo y
naturaleza, pues al darle las características carnales, Berlinde logra convertir un árbol
en un cuerpo fragmentado, enfermo y curado. En obras como Cripplewood, la artista
utiliza vendajes y pedazos de tela para darle un aspecto de “hombre enfermo“15 que
está siendo reparado.
15 Entrevista a Berlinde de Bruckeyre http://www.youtube.com/watch?v=ffzINEejOs0
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Más aún, podemos seguir comparando la obra de Berlinde en relación a la de Nancy,
pues la artista muchas veces trabaja un cuerpo abierto, en el que plantea justamente
ésta idea de Nancy de que “un cuerpo (…) está lleno de otros cuerpos, pedazos,
órganos, piezas, tejidos, rótulas, anillos, tubos, palancas fuelles.“16. Al contraponer lo
duro con lo blando, utilizando una serie de piezas desde metal, ramas vaciadas en
parafina, volúmenes de tela y parches de la misma, nos da una sensación de que lo
que estamos viendo es un conjunto de pedazos. Al ver su obra, en la que éstos
huesos tratan de contener aquello que está adentro, se tiene una sensación como la
que describe Kiki Smith; “Tu cuerpo es como cualquier hombre, donde tú eres como
un hemofílico, tratando de mantener tu sangre dentro, mientras formas externas (…)
tratan de obtenerla”17
Más aún, de cierta forma pienso que Berlinde coincide con Nancy incluso en la idea de
que para que un cuerpo sea relevante es necesario relacionarse con otros cuerpos y
que tu propio límite tenga contacto con el límite de otro. Pensamiento que para mi
explora en ciertas obras, donde utiliza dos cuerpos pegados que van uniéndose de tal
16 Nancy, Jean Luc, 58 Indicios sobre el cuerpo: Extensión del alma, Editorial: La Cebra, Buenos Aires, 2007
17 Kiki Smith: 1991 http://www.jca-online.com/ksmith.html
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manera que empiezan a parecer uno sólo. Esto podemos verlo claramente en su serie
“We are all flesh“ (Todos somos carne).
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V. CONCLUSIÓN
La propuesta artística de Berlinde de Bruckeyre apoya fuertemente la propuesta
filosófica que nos plantea Nancy a lo largo de su filosofía del cuerpo, a pesar de que
tal vez también puede posiblemente cuestionar hasta qué punto el cuerpo tiene
sentido todas sus partes en una totalidad. Sin embargo, ambos trabajos, tanto el
teórico como el artístico pienso que de cierta manera se apoyan y complementan,
llegando a un mutuo acuerdo final.
VI. BIBLOGRAFIA
NANCY, Jean Luc, 58 Indicios sobre el cuerpo: Extensión del alma, Editorial: La Cebra, Buenos Aires, 2007
ZARATE, Montes, Pedro (2002). Los universos de la corporeidad: una propuesta de los problemas teóricos y filosóficos de la realidad del hombre como individuo biológico y un ser cultural. Tesis de Licenciatura en Antropología Física. ENAH-INAH. México.
CASANOVAS Bohigas, Anna. “Cibercultura:El cuerpo esfumado”. En M, Azpeitia, et al. Piel que habla. Viaje a través de los cuerpos femeninos. Icaria. Barcelona, 2001: 21-37.
BERNARD, Michel. El cuerpo. Paidós, Barcelona. 1985. GONZALEZ SOBRINO, Blanca Zoila. Una lectura del cuerpo humano como
entidad biológica y simbólica en el Gran Nayar. Tesis de Doctorado en Antropología. UNAM. Facultad de Filosofía y Letras. México.2003:13.
http://fama2.us.es/eee/ponencias/coloquioreligion/ponencia5.htm#_ftn5 SMITH, Kiki: 1991 http://www.jca-online.com/ksmith.html VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Las metáforas del cuerpo en la filosofía de Jean-Luc
Nancy: nueva carne, cuerpo sin órganos y escatología de la enfermedad”, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid, Nº 18 http://www.revistadefilosofia.com/44-04.pdf
Nancy, Jean Luc, 58 Indicios sobre el cuerpo: Extensión del alma, Editorial: La Cebra, Buenos Aires, 2007
Entrevista a Berlinde de Bruckeyre http://www.youtube.com/watch?v=ffzINEejOs0
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