Alfons Martinell 2001 - 1
LA GESTION CULTURAL : SINGULARIDAD PROFESIONAL Y
PERSPECTIVAS DE FUTURO (Recopilacin de textos)
Alfons Martinell Sempere Titular de la Ctedra Unesco
Presidente de Interarts 2001
Alfons Martinell 2001 - 2
INDICE
1. Antecedentes entre la bsqueda de identidad profesional y la
consolidacin de una oferta formativa
3
2. Una aproximacin al porqu del concepto de gestin cultural
9
3. Competencias y perfiles del gestor cultural
13
4. Sectores, mbitos y campos de actuacin de la gestin cultural
19
5. La formacin en gestin cultural: nuevos contenidos para
nuevas capacidades.
22
6. Adaptabilidad de la formacin de gestores culturales a nuevos
escenarios.
25
7. Gestin Cultural: Formacin y Empleo. Una apuesta hacia su
Internacionalizacin (Proyecto Format)
29
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1. Antecedentes entre la bsqueda de identidad profesional y la consolidacin de una oferta formativa
A pesar que la cultura siempre ha reclamado algn tipo de organizacin por parte de la
comunidad, la gestin cultural, como la entendemos hoy en da, es un campo de
actuacin muy reciente. Podramos afirmar que a pesar de su rpido crecimiento en los
ltimos aos an est en fase de estructuracin y definicin.
Como en otros aspectos de la vida social, la realidad de nuestros pases ha obligado a
realizar unos procesos de configuracin de estas nuevas profesiones en unos perodos
de tiempo muy cortos. Estos procesos no se han podido desarrollar de la forma ms
gradual como se han generado en otros pases ms desarrollados o ms estables
polticamente.
De pronto aparecen en el espectro de una realidad social concreta, casi por generacin
espontnea, un conjunto de ofertas y demandas de empleo y formacin que evidencian
la emergencia de un nuevo sector profesional . En estas formaciones se encubre la
bsqueda de una identidad de los agentes que han recibido el encargo de desarrollar e
institucionalizar estos nuevos servicios de la sociedad, como un anhelo a un
reconocimiento social de su funcin.
El campo de la cultura no presenta, en este aspecto, muchas diferencias de otros que se
han realizado en el desarrollo de los principios del estado del bienestar en los ltimos
aos y el desarrollo de nuevas polticas pblicas.
Para presentar la realidad de la gestin cultural es necesario enmarcar el concepto de
formacin y profesionalidad en el referente ms amplio de los procesos de configuracin
de las nuevas profesiones. stas no se desarrollan y configuran a partir de un proceso
planificado en el que las instituciones formativas se dedican a preparar las nuevas figuras
profesionales que la sociedad necesitar en el futuro. Sino que emergen, en el mercado
laboral, de forma rpida generando, a su alrededor, un campo de necesidades y
demandas que provocan la existencia de unos procesos de profesionalizacin y una
oferta de empleo.
Los procesos de democratizacin, la descentralizacin del Estado y el desarrollo de un
mercado cultural, han producido un crecimiento significativo de profesionales tanto en el
sector pblico, el ms importante, como en otros mbitos de los agentes que intervienen
en el campo cultural.
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En ese sentido, hemos de entender que la formacin de gestores culturales es un
elemento ms del amplio y transversal anlisis necesario para conocer cmo se han
desarrollado las polticas culturales en nuestros pases.
Desde una posicin terica consideraramos que toda poltica cultural ha de desarrollar
unos objetivos y unas estrategias incorporando una accin formativa dirigida a la
capacitacin las personas que han de desarrollar estos objetivos. Pero la realidad de
cmo se han desarrollado las polticas culturales territoriales, nos evidencia que a pesar
de no contemplar entre los objetivos de las mismas su funcin formativa, sta se
desarrolla fruto de un proceso complejo en el que tienen un papel predominante los
mismos gestores y las instituciones en las que ejercen su profesin .
A continuacin presentamos un esquema sobre el proceso que ha generado en nuestro
pas esta demanda de formacin que ms adelante estudiaremos en detalle:
REALIDAD SOCIAL/ ENTORNOPROBLEMTICAS SOCIALES
CREACIN DE SERVICIOSINSTITUCIONALIZACIN
AGENTES SOCIALES
PROFESIONALIZACIN
MERCADO DE TRABAJO
ENCARGO SOCIAL
ACOMODACININEFICACIA
DESINTERES
PERDIDASFUGAS
TANTEOS
DEMANDA / NECESIDADDE FORMACIN
Como se puede observar en el grfico anterior la realidad territorial y el entorno generan
unas necesidades, unas demandas que, unidas a unas voluntades de los agentes
sociales que acceden a la direccin de las organizaciones culturales, originan un proceso
de desarrollo de polticas de accin cultural territorial. El sistema poltico prximo, a la
accin cultural, es el que incide de forma ms directa en la institucionalizacin de
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servicios, equipamientos, actividades, etc. que van creando un campo de actuacin que
no exista hasta estos momentos.
Estos procesos se realizan, de forma muy intensa, en Espaa en las dcadas de los
ochenta noventa como resultado de la interpretacin de las nuevas administraciones de
las demandas que los ciudadanos haban desarrollado durante muchos aos. En otros
pases de Latinoamrica estos procesos se han desarrollado de forma muy diversa y de
acuerdo con sus particularidades, pero se puede afirmar, a pesar de las distancias, que
existen algunos factores comunes.
De esta manera el agente Estado interviene en nuestro contexto social de forma enrgica
y contundente con procesos de legitimacin de demandas y necesidades de la poblacin
y la institucionalizacin de organizaciones culturales. Que ira extendindose con un
crecimiento significativo del tercer sector asociativo y las empresas e industrias privadas.
Este proceso se realiza gracias a la aprobacin de polticas pblicas aportando unos
recursos y generando una necesidad de profesionales que desarrollen estos programas.
Por otro lado los procesos de comercializacin cultural, el aumento de demanda de
servicios culturales y el desarrollo de un mercado incide en el desarrollo de unas
iniciativas privadas muy significativas.
En estos procesos se va construyendo lo que se conoce como un encargo social a unos
colectivos indefinidos que abandonan otras dedicaciones y se profesionalizan en el sector
cultural. Esta profesionalizacin se produce sin ningn referente conceptual previo, ni
concrecin del perfil profesional deseado. En resumen se necesita una mano de obra que
desarrolle estos nuevos objetivos y sta se va a buscar en los marcos sociales ms
prximos, tanto a nivel poltico como conceptual (educacin, asociacionismo, trabajo
social, actividad creativa, etc.).
Estas incorporaciones se realizan sin la definicin de perfiles claros ni las exigencias de
formacin especficas. La urgencia de la intervencin reclama, de alguna manera, una
mano de obra activista que sea capaz de realizar rpidamente unas acciones e
institucionalizaciones que permitan visualizar los cambios que se estn produciendo en la
sociedad.
Pero esta profesionalizacin urgente, rpidamente se encuentra con los lmites propios
de su realidad contextual, con unas problemticas que por su complejidad creciente y
dificultades tcnicas no se dominan por falta de formacin y experiencia.
De esta manera aparece un primer impulso de demanda de formacin para dar
respuesta a las preocupaciones de estos nuevos agentes y a neutralizar las tensiones
que aparecen ante dificultades no practicadas anteriormente.
Esta primera demanda de formacin obliga a dar una respuesta desde diferentes niveles
sociales, como ms adelante detallaremos. Pero tambin evidencia un estancamiento e
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ineficacia en estos nuevos puestos de trabajo sin una preocupacin por el mejoramiento
de la tarea y una acomodacin burocrtica a nuevos puestos que se generan
bsicamente en la administracin.
Por otro lado estos procesos de profesionalizacin tambin se convierten en unas
situaciones de tanteo entre un encargo social y el profesional continuado o una
permanencia temporal en la funcin. La vivencia de una experiencia pasajera en el
encargo recibido, o fugas de retorno a la funcin de origen, o a otras funciones, da un
cierto carcter de trabajo experimental y por tanto de no consolidacin profesional.
En este sentido observamos, durante algunos aos, una gran movilidad laboral de estos
profesionales de la gestin cultural y una consideracin de funcin de paso o temporal sin
que se consolide como una accin profesional estable.1
Por esta razn, en los primeros aos de encargo profesional en ese sector se desarrollan
una serie de actividades que las podramos denominar como de encuentro-formacin, a
travs de jornadas, congresos, seminarios que no tienen un componente formativo, en el
sentido estricto, en su diseo pero que ejercen una funcin capacitadora clara y explcita
de estos nuevos profesionales de la gestin cultural. Muchas de estas actividades se
orientan ms al intercambio de experiencias que a la constitucin de un corpus formativo
o un programa de contenidos explcito y, en muchas ocasiones, sirven para descubrir,
desde posiciones de un cierto aislamiento, como la existencia de otros profesionales, que
han recibido encargos similares y que poco a poco constituyen una representacin social,
estn configurando un sector y una profesin especfica.
En la medida que los procesos de formacin y configuracin profesional se van
desarrollando y normalizando, aparecen otros factores que inciden en la complejidad de
las relaciones e interdependencias en la construccin de un sector social propio y de
unas figuras profesionales especficas.
La gestin cultural no la podemos definir como una ciencia, ni se puede contemplar
dentro de un marco epistemolgico propio, sino que es fruto de un encargo social que
profesionaliza a un nmero considerable de personas en respuesta a unas necesidades
de una sociedad compleja. Esto le da una perspectiva pluridisciplinar muy importante que
no podemos olvidar, pero reclama que el propio sector realice las aproximaciones
necesarias para la construccin de un marco terico y conceptual de acuerdo con las
necesidades propias de esta funcin. En ese sentido, creemos que los escasos procesos
de investigacin y reflexin en el campo de la gestin cultural representan un aspecto
negativo en el panorama actual. Podemos afirmar, con cierta tristeza, que la edicin de
1 En este sentido la realidad de Amrica Latina es ms evidente ya que la mayora de estructuras de las administraciones cambian con las alternancias polticas.
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trabajos y reflexiones en este campo y la recopilacin de datos que permitan estudiar con
profundidad ciertos aspectos del sector cultural, no disponen de una suficiente
consideracin de acuerdo con lo que representa el sector en la actualidad. Nos referimos
a la ausencia de un nivel de investigacin y de documentacin serio que complemente
estas relaciones de forma ms complejas que las que se han desarrollado en los ltimos
aos.
El diseo y desarrollo de nuevas polticas culturales para este siglo reclamar un nivel de
toma de decisiones mucho ms fundamentadas y rigurosas que las que se han tomado
hasta este momento. De esta manera el mismo sector necesita disear proyectos
basados en estudios ms profundos que la intuicin de los representantes polticos o de
los tcnicos con ms o menos experiencia.
De acuerdo con las reflexiones anteriores y considerando algunos datos del sector
cultural, podemos aventurarnos a realizar algn tipo de propuestas en relacin con la
formacin de gestores culturales que se fundamentan en nuestra experiencia y en una
lectura del panorama de la actualidad:
a) En primer lugar hemos de aclarar que cuando hablamos de gestores culturales
nos estamos refiriendo a unos perfiles muy concretos y que no abarcan todas las
profesiones del sector cultural que es mucho ms amplio y con muchos ms
niveles de los presentados en esta reflexin.
Por esta razn, hemos de tener presente que se han realizado ya algunas
investigaciones apuntan a la recopilacin y ordenacin de las profesiones o la
familia de profesiones alrededor del sector cultural que es mucho ms amplio que
el concepto de gestor cultural.
b) Las formaciones que se han desarrollado durante los ltimos quince aos,
tienen su valor en haber generado un proceso amplio en una sociedad que no
tena estructurado un nivel profesional en el campo de la gestin cultural, pero
tambin tienen un cierto componente de tanteo experimental y de apertura del
sector que est evolucionando constantemente fruto de esta relacin entre accin
formativa y estructuracin profesional.
c) Desde la experiencia que disponemos, consideramos que no sera conveniente
la estructuracin de unos estudios de grado universitario (diplomado y licenciado) 2en este sector y mantenemos, de acuerdo con la concepcin pluridisciplinar del
sector cultural, la existencia de estudios de tercer ciclo (postgrados y master)
dedicados a diferentes aspectos de la gestin cultural. Con esta posicin
entendemos que a estos niveles de especializacin se podra acceder desde una
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diversidad de disciplinas3 que, de alguna manera, mantuvieran el sector de la
gestin cultural dentro de esta visin amplia y transversal que fomenta la relacin
entre diferentes formaciones bsicas disciplinares.
d) Por otro lado, tambin observamos que la existencia de formaciones, que
podemos denominar gestores culturales genricos, han ido evolucionando con la
necesidad de la existencia de cursos de especializacin mucho ms concretos en
sectores que, por sus caractersticas, han construido un referente propio. Nos
estamos refiriendo a sectores como el patrimonio, artes visuales, comunicacin,
cooperacin internacional, etc.
e) Finalmente, proponemps la necesidad que los contenidos dela gestin cultural
se incorporen y se relacionen en dos niveles totalmente diferentes. Por un lado la
incorporacin de algunas asignaturas optativas e introductorias para los alumnos
que estn realizando estudios de grado en diferentes disciplinas, y por otro lado la
necesidad de incorporar la perspectiva y gestin cultural dentro de otras
especialidades que hasta este momento se consideraban lejanos de la gestin
cultural pero que realidad est demostrando su ntima relacin con ella. Nos
referimos a sectores como pueden ser turismo, ocio, comunicacin, relaciones
internacionales, economa, derecho, etc.
2 Sin desvalorizar algunas iniciativas que pueden tener su razn de acuerdo con necesidades contextuales. 3 La diversidad de la gestin de la cultura reclama aportes de todas las disciplinas y un anlisis del empleo en este mbito nos evidencia la necesidad de perfiles con una formacin de base en disciplinas tan dispares como la economa, la historia, la antropologa, la ingeniera, etc. Solo hemos de realizar una encuesta entre los profesionales de la gestin cultural actual para apreciar esta diversidad. Considero que esta pluridisciplinariedad se convierte en un gran valor de este sector
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2. Una aproximacin al porqu del concepto de gestin cultural
El mundo actual esta en constantes cambios. En estos desordenes gestionar significa reaccionar a este cambio continuo, percibirlo y evaluarlo, decidir acciones para ponerse en marcha y actuar. Esta accin se convierte ella misma en una parte del flujo de los acontecimientos, ideas y cambios que conllevan nuevas percepciones, evaluaciones y futuras acciones. (Checkland,P.B)
Sin pretender definir el concepto de gestin, en sus diferentes interpretaciones,
podemos afirmar que surge como contraposicin, en el mundo empresarial, a un
nuevo modelo y finalidad del sistema productivo. Drucker estableci tres grandes
periodos de la evolucin de las organizaciones :
En esta ltima etapa se abandona el inters desde los modelos tayloristas y
mecanicistas a una mayor preocupacin por los procesos y los objetivos ms amplios
que la produccin. En estas nuevas tendencias influyen reflexiones ms cercanas a la
corriente de las relaciones humanas y los procesos de toma de decisiones , como de
las crticas de los neo estructuralistas y las nuevas reflexiones a las teoras de las
organizaciones.
Existe una adecuacin a un nuevo modelo de sociedad que reclama algo ms que la
transposicin de la ingeniera a las organizaciones. Poco a poco la sociedad compleja
reclama atencin a nuevos enfoques a las polticas del Estado del Bienestar y la
ampliacin de los campos de actuacin de las polticas pblicas exigen la
incorporacin de nuevas formas y conceptos de direccin y administracin a los
amplios recursos que se ponen a disposicin de estos nuevos campos.
En este sentido se empiezan a poner en duda las posibilidades de las corrientes
burocrticas para dar respuesta a estas nuevas necesidades y formas de llevar a cabo
nuevos objetivos en el sector pblico y privado. La crtica a los modelos weberianos
Drucker Drucker (1993)(1993) establece tres establece tresperiodos del modelo capitalista:periodos del modelo capitalista:
Revolucin industrial1750-1850
Revolucin de la productividad1850 - 1950
Revolucin de la gestin1950 -1980
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de administracin 4 clsica del Estado empiezan a introducir, con mayor o menor
fortuna, algunas de las corrientes y reflexiones procedentes del sector productivo. Este
proceso va unido a un desarrollo del sector terciario y los servicios como al valor
aadido de los intangibles en el campo de los negocios.
Desde la perspectiva de estos cambios podemos situarnos ms cerca de los
planteamientos que consideran las organizaciones culturales como estructuras
intensivas en complejidad. En el esquema siguiente podemos observar tres tipos de
organizaciones que pueden representar tres etapas o niveles superpuestos, Su
anlisis se realiza desde el lenguaje a utilizar y los modelos de actuar ante sus
finalidades.
A pesar de la coexistencia de estos tres niveles el sector cultural tiende a polticas ms
cercanas a las organizaciones de la complejidad que a las burocrticas ( aunque estas
permanezcan en algunos campos). Los proyectos significativos e innovadores se
configuran a partir en marcos de gestin ubicados en nuevas legitimidades y en
sistemas de organizacin mixtos, donde lo privado, lo pblico colaboran y establecen
sinergias. A este fin la gestin, como nos dice Laufer, es el lenguaje ms apropiado.
En estos contextos, las nuevas ideas de gestin llegan al sector social, educativo y
cultural como exigencia a una mayor eficacia y eficiencia de sus fines y por la
importancia econmica de sus polticas. Los modelos de administracin clsicos se
ven desbordados por las nuevas necesidades y polticas y entran en una crisis
profunda de rendimiento ( situacin que en la actualidad se sigue viviendo en lo
cotidiano de la vida cultural).
4 No podemos olvidar que la palabra administracin tiene un sentido muy diferentes en los pases anglosajones y en algunas traducciones de autores de esta procedencia
LAS INSTITUCIONES CULTURALES COMO LAS INSTITUCIONES CULTURALES COMO ORGANIZACIONES DE LA COMPLEJIDAD ORGANIZACIONES DE LA COMPLEJIDAD
ORGANIZACIONES BUROCRTICAS
ORGANIZACIONES ESPECIALIZADAS
ORGANIZACIONES DE LA COMPLEJIDAD
Principio de sumisin jerrquica. Respeto a la regla jurdica.Lenguaje administrativo / legal
Principio de especializacin. Respeto a los principio tcnicos.Lenguaje tcnico - administrativo
Principio de dificultad de lmites entre lo pblico y privado.Ambigedad legitimidad. Lenguaje de la gestin
( Sobre una idea de LAUFER (1985)
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La realidad contempornea reclama una mayor exigencia en todos los campos para
justificar y evidenciar la necesidad de la inversin pblica como para conseguir los
nuevos objetivos que se plantean. Tambin para exigir un mayor compromiso en los
resultados y los procesos de definicin de responsabilidades profesionales.
El concepto de gestin se incorpora a nuevos sectores de la vida social, como
expresin de una necesidad de dar respuesta cualificada a unos nuevos retos de la
sociedad. Observamos como se desarrollan nuevos campos: gestin del turismo,
gestin del medio ambiente, gestin de la calidad de vida, etc
En el campo social y cultural, donde su actividad ha estado muy unida a las
posiciones ideolgicas o filantrpicas, existe la necesidad de diferenciar estas
posiciones de las surgidas por estos nuevos encargos sociales. A los profesionales de
este campo, sin pretender una neutralidad falsa, se les reclama un rigor profesional sin
el peso ideolgico de su intervencin como actores sociales.
El concepto de gestor es un concepto de profesionalidad que se puede caracterizar
por los siguientes capacidades genricas:
Capacidad de establecer una estrategia y poltica de desarrollo de una
organizacin
Capacidad de definir unos objetivos y finalidades a desarrollar
Capacidad de proyecto
Capacidad de visin
Capacidad de combinar los recursos disponibles: humanos, econmicos,
materiales, etc
Capacidad de aprovechar las oportunidades de su entorno
Capacidad de desarrollar un conjunto de tcnicas para el buen funcionamiento
de una organizacin
Capacidad de relacin con el exterior
Capacidad de adaptarse a las caractersticas del contenido y sector profesional
de su encargo
Estas capacidades se diferencian considerablemente de los antecedentes del trabajo
voluntario en el sector cultural y se aproximan a un compromiso y responsabilidad
profesional.
Por otro lado adquieren un contenido distinto de las particularidades de la
administracin clsica a partir del debate de las nuevas tendencias de la gestin
pblica y la crtica a las estructuras burocrticas para adaptarse a las nuevas
necesidades sociales. En este contexto emerge el concepto de gestin fruto de unas
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demandas ms especializadas y la necesidad de garantizar un buen uso de los
recursos disponibles. Podemos realizar un aproximacin a partir de esta comparacin
ADMINISTRACIN GESTIN
Administrar significa mandar sobre una estructura jerarquizada
Administrar est sujeto a los procedimientos, normas controles que garantizan la correcta utilizacin de los recursos
Administrar es un acto ms mecnico
Administrar se centra en el funcionamiento tradicional y piramidal
Administrar se evala sobre el procedimiento ms que sobre el resultado
En la administracin la responsabilidad es pblica, sujeta a los procedimientos, normas y legislaciones que han de prever todas las posibles situaciones
Gestionar significa conducir los asuntos de alguien y ejercer autoridad sobre una organizacin
Gestionar significa utilizar el conocimiento como mecanismos de mejora continua
Gestionar no se centra en la jerarqua sino a la capacidad de promover innovacin sistemtica del saber y su aplicacin a la produccin o el resultado
En la gestin la responsabilidad es ms privada e individual
Gestionar reclama ms autonoma a cambio de auto responsabilizacin de los resultados
El derecho a dirigir y el deber a rendir cuentas
En este sentido consideramos que la gestin es una forma de entender la accin
dentro de la complejidad. Un lenguaje complejo que nos aleja de la estricta casualidad
de los hechos o la rutina del mantenimiento y nos acerca mucho ms al concepto de
poltica ( entendida como opcin). La gestin reclama una capacidad de definir
objetivos y disear el proyecto como eje y metodologa de la accin. La gestin exige
un cierto gusto por la autonoma para decidir el curso de la accin y libertad para
resolver los problemas que emergen en la ejecucin. La gestin se aproxima a una
cierta creatividad en la bsqueda de alternativas e innovacin con una gran
sensibilidad de atencin al exterior y a los procesos de su contexto.
Y especficamente en el sector cultural, gestionar significa una sensibilidad de
comprensin, anlisis y respeto de los procesos sociales en los cuales la cultura
mantiene sinergias importantes. La diferencia entre la gestin genrica de cualquier
sector productivo se encunetra en la necesaria capacidad de entender los procesos
creativos y establecer relaciones de cooperacin con el mundo artstico y sus
diversidades expresivas. La gestin de la cultura implica una valoracin de los
intangibles y asumir la gestin de lo opinable y subjetivo circulando entre la necesaria
evaluacin de sus resultados y la visibilidad de sus aspectos cualitativos. La gestin de
la cultura ha de encontrar unos referentes propios de su accin adaptndose a sus
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particularidades y encontrar una forma de evidenciar, de forma muy diferente, los
criterios de eficacia, eficiencia y evaluacin
En este marco de reflexin, cuando tuvimos que definir nuestra accin como
profesionales del campo de la cultura, en el mbito de las administraciones pblicas
como en el desarrollo de un sector privado y asociativo cada vez ms potente, nos
identificamos ms en el concepto de gestin.
Entendemos que este referente se aproxima ms al encargo social de una sociedad
en cambio, y a una profesionalidad mucho ms de acorde con los tiempos actuales. La
gestin cultural se construye sobre una opcin de entender la funcin del profesional si
entrar en otros aspectos del mundo cultural que han de quedar en manos de sus
verdaderos protagonistas ( creadores, polticos, ciudadanos, etc)
La gestin cultural no construye un campo disciplinario propio, aunque le falta y ha de
conseguir una mayor reflexin especfica, sino que se articula o nutre de las
aportaciones de otras disiciplinas , etc.. Construyendo un nuevo campo de accin que
reclama de una visin muy amplia y global. Por esta razn los sectores ms
avanzados de este sector se estn construyendo a partir de trabajos pluridisciplinares
y en centros de estudios culturales que permiten articular una participacin diversa y
variada que la cultura contempornea reclama.
La gestin cultural como campo profesional es la expresin de la necesidad de capital
humano en el marco de las polticas culturales , tanto de mbito pblico, privado como
del tercer sistema. Tambin se puede interpretar como una necesidad de
mejoramiento de la accin de los diferentes agentes culturales en la bsqueda de la
excelencia y la calidad de sus proyectos.
3 . Competencias y perfiles del gestor cultural
Las competencias y capacidades del gestor cultural presentan un campo muy diverso
y no disponemos de suficientes estudios sobre las competencias claves de esta
profesin. Quizs su juventud, como campo profesional, no nos permite encontrar
unos referentes claros. Tambin podemos atribuir esta dificultad al amplio campo de la
cultura y a sus diferentes sectores y profesiones que ms adelante plantearemos.
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En un reciente proyecto del Observatorio Interarts de Barcelona, auspiciado por la
Unin Europea 5 realizamos una reflexin sobre este campo con la intencin de
aportar nuevos datos sobre los aspectos diferenciadores de la gestin cultural del
gerencialismo genrico, a la bsqueda de la singularidad profesional. Presentadas en
sus dos primeros niveles : Las competencias bsicas y las competencias especficas.
Competencias clave de la gestin cultural en general
Competencias bsicas: Como competencias bsicas, entendemos un conjunto de aptitudes que la
especificidad de la gestin de la cultura reclama a un nivel fundamental y ms all
de las tcnicas o habilidades especializadas. Su formacin se encuentra entre
aspectos personales y el desarrollo de actitudes y sensibilidades para las
caractersticas de esa funcin
A. Competencia de situar su accin profesional a escala local y global
Entendemos esta competencia como el conjunto de saberes, prcticas y
actitudes que permuten situar una accin profesional en un contexto
determinado y adaptarse a su realidad. En este sentido el gestor cultural
ha de manifestar una alta sensibilidad por los procesos sociales de su
entorno como un conocimiento amplio de los factores universales que
afectan a su prctica. La dimensin global adquiere mucho ms
importancia en los cambios en nuestra sociedad y sus efectos sobre
nuestras culturas.
B. Competencia de diagnstico y de modelizar informacin para su accin profesional
La prctica de la gestin cultural requiere el tratamiento de diferentes
niveles de informacin que permitan una interpretacin del contexto y de
los efectos de nuestra intervencin. La gestin cultural reclama una
adaptabilidad de las propuestas a los diferentes contextos donde estos
han de desarrollarse, por esta razn la competencia de diagnstico es
imprescindible al margen de otras habilidades o tcnicas. Esta
competencia ha de permitir el dominio de las informaciones necesarias 5 INTERARTS : Proyecto: FORMAT Gestin Cultural: Formacin y Empleo. Una apuesta hacia su Internacionalizacin El proyecto Format tiene como objetivo reflexionar sobre la experiencia de formacin en gestores culturales en Espaa en clave de prospectiva y estimular el cambio de perspectiva de los agentes culturales hacia una mayor internacionalizacin de los proyectos creativos y de gestin
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desde la proximidad como la capacidad de bsqueda y tratamiento de
las informaciones a escala global que pueden integrarse en la prctica
profesional.
C. Competencia de mediacin entre diferentes actores de su campo profesional
La gestin cultural requiere un alto nivel de relaciones e interlocuciones
con un amplio abanico de agentes y actores para llevar a cabo el
encargo social de nuestra funcin. En este sentido la capacidad de
mediacin, contacto y negociacin es imprescindible para asumir
responsabilidades en el sector de la cultura. Estas habilidades se han
de extender a nuevas formas de trabajo en red y a sistemas de
cooperacin internacional mucho ms amplios que los canales
tradicionalmente utilizados
D. Competencia de transferir informacin, conocimiento y sistemas
La prctica profesional reclama procesos de tratamiento de informacin
compartida, de trabajo en grupo y acciones de fomento y ayuda a
procesos culturales. A este fin es necesario disponer de capacidades de
transferencia, ayuda, educacin, formacin, etc para crear equipos
humanos y promover procesos de circulacin de informacin ms
amplios. Esta necesidad es ms evidente en los sectores culturales ms
activos y en los procesos de desarrollo
E. Competencia de innovacin en el propio sector
Toda accin cultural reclama un equilibrio entre los procesos de
recuperacin y mantenimiento de la memoria colectiva como de
favorecer el cambio, la innovacin y la ruptura. En la gestin de la
cultura es imprescindible disponer de capacidades para desarrollar
nuevos proyectos y asumir el riesgo de nuevas formas expresivas.
Competencias especificas: 1. Competencia en la comprensin de los procesos culturales y tendencias que se
desarrollan en el mundo de la cultura y el arte y los nuevos enfoques de los estudios culturales a escala internacional.
2. Competencia en objetivar su actividad y diferenciarla de otros sectores con los que
la cultura est relacionada y de establecer puentes entre sus diferentes lgicas de actuacin: turismo, empleo, medio ambiente, cohesin social, educacin, etc.
3. Competencia de prospectiva y anticipacin a los escenarios cambiantes de
nuestra sociedad y concretamente de los procesos culturales y de adaptacin a Website: http://www.interarts.net/format
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los nuevos contextos de mundializacin a partir del conocimiento de nuevos lenguajes y nuevas formas expresivas
4. Competencia en gestionar y ejercer funciones directivas y de liderazgo a partir de
nuevos modelos organizativos mixtos. 5. Competencia de negociacin entre agentes de diferentes iniciativas y posibilidad
de mediacin en procesos de confluencia y congestin. 6. Competencia de disear sistemas propios e identificables de sus tareas
profesionales. 7. Competencia de aprender a trabajar en sistemas complejos de toma de decisiones
y aplicacin de nuevos modelos organizativos. 8. Capacidad de desarrollar un proyecto emprendedor ( o empresarial) a diferentes
niveles de contenido. 9. Competencia en el diseo y elaboracin de un proyecto de gestin en todos sus
elementos, fases y proyecciones. 10. Capacidad de trabajar en sistemas mixtos de cooperacin entre el sector pblico,
privado y tercer sistema 11. Competencia en conocer diferentes marcos jurdicos y constitucionales y las
diferentes realidades jurdicas de la propiedad intelectual a escala local e internacional
12. Competencia de comunicacin y utilizacin de todos los recursos para la
proyeccin de proyecto cultura 13. Competencia en la utilizacin de las nuevas tecnologas de la informacin y la
comunicacin 14. Competencia en la comprensin de los procesos de construccin de la identidad
cultural en diferentes contextos
Para este debate me parece significativo las propuestas sobre este asunto nos
presentan las definiciones los propios profesionales6:
a) Tener capacidad de interpretar el territorio para detectar sus
singularidades y sus potencialidades y, a partir de aqu, tener una
visin estratgica desde la globalidad para poder determinar
prioridades. Slo conociendo muy bien las particularidades
6 Asociacin de Profesionales de la Gestin Cultural de Catalua (1996) : La gestin Cultural: Una Nueva Profesin en debate, Barcelona, (pg 19)
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territoriales es posible jugar la carta de accin concertada entre los
sectores pblicos y privados y las iniciativas ciudadanas. Para
disponer de esta visin gerencial es imprescindible poseer un mapa
de referencias e indicadores culturales completo de territorio y luego
establecer el criterio para poder determinar prioridades. El
conocimiento del ordenamiento territorial y de los principios que
regulan las relaciones administrativas es un aspecto clave para
plantear las diferentes intervenciones culturales en un marco
competencial determinado.
b) Tener conocimiento de los diferentes sectores culturales y artsticos
en los cuales se desarrolla la accin. Es necesario conocer los
agentes que intervienen en cada sector para poder establecer las
oportunidades y amenazas que presentan. Es necesario saber
tambin, quines son los operadores que intervienen en las
diferentes cadenas productivas, sobretodo en los sectores culturales
especializados.
c) Disponer de instrumentos de planificacin para poder programar y
evaluar. El anlisis del entorno, el anlisis de organizaciones, la
definicin de objetivos, la elaboracin de lneas estratgicas y los
mecanismos para ejecutarlas, son aspectos concurrentes al
momento de planificar y programar.
d) Conocer los principios jurdicos y de economa de la cultura que
regulan los diferentes sectores y las industrias culturales y de la
comunicacin. Por un lado, orientaciones relativas al entorno jurdico,
las formas de contratacin, los modelos organizativos, los aspectos
fiscales y los problemas relativos a la propiedad intelectual y , por
otro lado, el conocimiento de la estructura y al dimensin econmica
de los mercados culturales; las caractersticas econmicas de la
produccin cultural, las estrategias empresariales y de la
administracin en funcin de la oferta y la demanda, etc.
e) Conocer las particularidades de la comunicacin cultural, la difusin
o la divulgacin. La comunicacin cultural en tanto que parte de unas
intenciones culturales y pedaggicas, conlleva unas especificidades
determinadas de trabajo con los pblicos. El conocimiento de los
usuarios y de sus necesidades, intereses, hbitos, interrelacin con
el entorno, capacidades receptivas y expresivas.
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f) Conocer el pensamiento esttico en las artes, las nuevas tendencias
o los nuevos paradigmas artsticos para incluir la dimensin
expresiva y creativa en una dinmica de desarrollo cultural. Para que
ello se pueda producir en estos trminos, y para que el dilogo entre
el mundo de la creacin y el de los gestores culturales debe de ser
un trabajo intelectual con creadores reflexivos que, pensando desde
la perspectiva de la produccin cultural, planteen estmulos relativos
a la comunidad y a las identidades territoriales y contemporneas.
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4 . Sectores, mbitos y campos de actuacin de la gestin cultural
Cada vez es ms difcil definir los mbitos de actuacin de una profesin porque
excepto, unas profesiones muy especificas, la mayora estn abiertas a participaciones
pluriprofesionales de acuerdo con sus finalidades. La evolucin del mercado de
trabajo, las formaciones bsicas, etc permiten una gran variedad de posibilidades de
intervencin.
Por esta razn evitamos definir los mbitos del gestor cultural desde una posicin
corporativista y restringida, sino como una presentacin de los sectores culturales en
los cuales la figura del gestor cultural tiene una funcin determinada de acuerdo con
algunos referentes actuales
Sector del Patrimonio
Museos Archivos Bibliotecas Hemerotecas Filmotecas Espacios expositivos Etc
Sector de las Artes Escnicas
Teatros pera Danza Circo
Sector de las Artes Visuales
Galeras Exposiciones Crtica Museos Artesana
Sector de la Msica y Fonogrfica
Auditorios Festivales Circuitos Industria fonogrfica Salas especializadas
Sector de la Literatura y la edicin
Festivales Premios Editoriales Difusin y venta
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Sector de las Artes del Audiovisual
Radios Cine Televisin Produccin audiovisual Multimedia
mbito de la gestin cultural territorial de carcter generalista
Gestin municipal Centros culturales Centros cvicos Programaciones locales Servicios generales Participacin social
mbito de la gestin cultural en empresas de prestacin de servicios generalistas
Empresas de infraestructuras Gestin delegada Prestacin de servicios
especializados
mbito de gestin cultural en el sector de la participacin, cultura popular y tradicional
Fiestas populares Folklore Asociacionismo tradicional
mbito de sectores emergentes que tienen relaciones con la cultura
Turismo Empleo Desarrollo territorial Cohesin social Multiculturalidad
mbito de las relaciones y la cooperacin cultural internacional
Proyectos europeos Cooperacin internacional Internacionalizacin de proyectos Gestin de redes culturales y
artsticas
Los perfiles profesionales demuestran la variedad y complejidad de esta campo
profesional sin nimo de agotar las enormes posibilidades podemos presentar el
resultado de una investigacin sobre el tema 7
7 MARC, X.,; MARTINELL, A., (1995) : Perfil y Formacin de Gestores Culturales en Espaa, Madrid, Ministerio de Cultura.
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Altos directivos de las grandes polticas culturales
Directores y altos ejecutivos de los servicios de cultura de grandes Administraciones Pblicas
Gerentes de organismos y consorcios autnomos de cultura
Altos directivos de Fundaciones y empresas culturales
Responsables de procesos administrativos, econmicos y laborales
Directores administrativos y econmicos de servicios culturales
Gerentes administrativos de grandes instituciones culturales
Especialistas en comercializacin y gestin de ingresos
Responsables de recursos humanos de grandes organizaciones culturales
Responsables de imagen, comunicacin y marketing
Responsables de imagen, publicaciones y campaas de difusin
Relaciones pblicas y prensa Servicios de atencin al pblico,
programaciones a grupos especiales, etc.. Venta de entradas y comercializacin de
productos Responsables de grandes instituciones culturales temticas
Directores de grandes instituciones; Museos, Teatros , Centros artsticos,
Responsables de centro de produccin e investigacin
Directores artsticos con responsabilidad de gestin
Programados Planificador de eventos culturales
Responsables sectoriales Responsables de campaas y
programaciones Responsables de equipamientos y
proyectos artsticos Gerentes de organizaciones de tamao
medio Tcnicos generalistas de gestin cultural
Responsables culturales de pequeos y mediamos municipios
Responsables de equipamientos polivalentes
Gestores de programas y servicios diversos
Tcnicos / animadores de programas y servicios culturales
Responsable tcnico de acciones de una equipamiento, programa o servicio
Responsable de proyectos de accin territorial
Responsable de dinamizacin de colectivos especficos
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Con todo esto no agotamos el tema ya que para entender el sector cultural en toda su
complejidad sera necesario incorporar lo que hemos denominado las profesiones de
la cultura como un amplio conjunto de profesionales de diferentes niveles y tcnicas.8
5. La formacin en gestin cultural: nuevos contenidos para nuevas capacidades.
Los procesos de adecuacin del sector cultural a las realidades de su contexto es un
hacer permanente en la sociedad contempornea.
La necesidad de gestionar adecuadamente los nuevos recursos y posibilidades, que
los diferentes sectores sociales depositan en la cultura, han ido adquiriendo, en los
ltimos aos, unos perfiles profesionales y unas formas de actuar identificables.
La gestin cultural profesional, como emergencia de un encargo social creciente, ha
sido poco estudiada como para extraer datos contrastables sobre sus capacidades y
habilidades especficas, en relacin con otros sectores. En los captulos anteriores
hemos presentado nuestras reflexiones al respecto y agradeceramos un amplio
debate sobre estos temas.
De la misma manera, se considera que la gestin cultural ha de dar respuestas a sus
situaciones coyunturales con una cierta mentalidad que entiende la cultura como
actividad ( preferentemente difusin) y con pocas exigencias tcnicas y conceptuales.
Predominando una percepcin que considera el simple hecho de realizarse una
actividad cultural es una valor en s mismo. Sin otras exigencias que la ausencia de
conflicto y una aceptacin razonable.
En este pacfico contexto despus de unas etapas de crecimiento econmico,
institucional y expansin de servicios e infraestructuras, estamos entrando en una
nueva era de la gestin cultural que se puede caracterizar por las tensiones y
contradicciones entre unas tendencias posibles:
a) Tendencia a la burocratizacin de los servicios culturales ( pblicos o
privados) entrando en dinmicas exclusivamente procedimentales, de control y
de falta de riesgo o innovacin. En este sentido las organizaciones,
principalmente las pblicas, se orientarn a la defensa de sus funcin por
medio de estructuras administrativas potentes pero con poca creatividad e
iniciativa. Se propone administrar lo existente considerando las estructuras y
grandes equipamientos disponibles como la accin prioritaria y con financiacin
asegurada. 8 Para este tema ver Incanop (1997) . Les professions de la cultura, Barcelona, Generalitat de Catalunya
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b) Por otro lado, principalmente los proyectos menos consolidados o con ms
inters en la innovacin, se situaran en unos modelos de gestin orientados en
aciones paralelas y complementarias entre proyecto y generacin de recursos.
Los esfuerzos profesionales se orientaran a una buena gestin del proyecto y a
disear estructuras que respondan a los recursos disponibles. Pero tambin, a
la bsqueda de contactos, cooperaciones y sinergas que les permitan situarse
en posiciones favorables al financiamiento exterior o a la captacin de recursos
indirectos, por medio de introducir estrategias culturales en otras rea de
inters prioritario.
Aunque puedan presentarse como dos modelos o actitudes diferentes se
complementaran e interrelacionarn. Desde una u otra posicin es evidente que la
gestin cultural ha de situarse en un nuevo contexto muy diferente al de los ltimos
quince aos.
Las organizaciones y proyectos culturales contemporneos se inscriben en el marco
de lo que algunos autores han denominado organizaciones de complejidad. Entendida
como estructuras que han de gestionar a partir de procesos complejos de toma de
decisiones sobre el terreno y con las dificultades de no disponer de elementos
estandars, normativos o legislativos que resuelvan todas las variadas situaciones de
su sector. La toma de decisiones adquiere una importancia muy significativa y,
sobretodo, la justificacin de su funcin pblica, cuando es el caso.
En este sentido consideramos que, en clave de desarrollo cultural e innovacin, no
podemos avanzar por el camino de la estructuracin de una administracin cultural
que pretenda establecer todos los procedimientos preestablecidos y que nicamente
se convierta en un observador - controlador de estas tramitaciones. ( veiller de nuit).
Convencidos de la comodidad y tranquilidad de estas posiciones consideramos que
entraran en conflicto negativo con los agentes culturales activos y con capacidad de
introducir nuevos significados y propuestas en la vida cultural.
En el debate sobre el posicionamiento de las administraciones pblicas como agentes
culturales hemos de seguir profundizando con tranquilidad, y sin interferencias, los
aspectos concretos de la gestin cultural, tal y como hemos presentado
anteriormente. Pero es evidente la necesidad de un cierto cambio de mentalidad en
las posiciones habituales de los gestores culturales pblicos, asociativos o privados.
Sin entrar en el absurdo retrico de que el estado, en sus diferentes niveles, no ha de
intervenir en cultura, podemos observar la existencia de un nuevo contexto para las
polticas culturales y para el papel de las polticas pblicas en l.
Alfons Martinell 2001 - 24
En este nuevo marco de relaciones y tensiones la gestin de la cultura ha de afrontar
nuevos retos y demostrar nuevas habilidades para su adecuacin a la realidad actual y
futura. La formacin ha de convertirse en un vehculo de innovacin y reflexin
aportando espacios para la transmisin de nuevos conocimientos, el contacto con
experiencias, prcticas novedosas y la existencia de nuevos canales de informacin y
conocimiento del nuevo marco geopoltico a nivel europeo e internacional.
Estos nuevos retos formativos han de convivir con otras propuestas de especializacin
ms bsica para tratar aspectos de capacitacin continuada en campos especficos
que se puede orientar por estas cuatro calidades:
a) Fomento de mentalidades activas a la bsqueda de recursos que puedan
incidir directa o indirectamente en proyectos culturales. Con capacidad de
interlocucin con otros sectores y polticas prioritarias, aportando posiciones
sobre el papel de la cultura como estrategia de desarrollo.
b) Capacidad de tratamiento de la informacin como elemento esencial en las
polticas de anticipacin y prevencin y en los procesos de interlocucin social.
Incidiendo en un mayors rigor en las tomas de decisiones.
c) Apertura a nuevas relaciones, contactos, etc.. y a la incorporacin de las
perspectivas de cooperacin con otros pases y zonas. La gestin cultural ha
de incorporar la perspectiva territorial europea e internacional en el marco de
su accin de proximidad
d) Dominio de nuevas habilidades y capacidades en la gestin cultural
adatados a las nuevas realidades a partir de procesos de formacin continuada
y reciclaje principalmente en los siguientes campos:
- Relaciones culturales internacionales y europeas
- Gestin de proyectos de cooperacin en contacto con redes o grupos
especializados
- Capacitacin de formulacin de nuevos objetivos en las polticas
culturales territoriales
- Capacitacin de contacto e integracin con otras polticas prioritarias o
prximas
- Incorporacin de modelos de gestin de organizaciones adaptadas a
sus caractersticas especificas y al desarrollo del tercer sector en la
sociedad de futuro.
- Capacitacin para la participacin en los procesos complejos de
mediacin y negociacin con otros subsistemas de la vida social
Alfons Martinell 2001 - 25
- etc
El sector cultural ha de diversificar su oferta formativa, incorporando estos nuevos
elementos que se consideran imprescindibles en un anlisis prospectivo del papel de
la cultura en nuestra sociedad.
Estas iniciativas han de incidir en una estrategia de cambio que Crozier denomina
otro mtodo intelectual, logrando cambiar la racionalidad de las lites administrativas,
tanto del sector pblico como privado, y la creacin de clulas de preparacin de las
grandes decisiones. Un cambio de mentalidad capaz de desarrollar nuevas prcticas
profesionales y situar el sector cultural dentro de su complejidad objetiva.
En este sentido la apertura a la cooperacin y a la bsqueda de recursos
diversificados ha de convertirse en una herramienta bsica de la gestin cultural a
nivel local como internacional.
6. Adaptabilidad de la formacin de gestores culturales a nuevos escenarios.
Como todas las nuevas profesiones, que han surgido fruto de los cambios en la
sociedad contempornea, la gestin cultural se ha encontrado con la necesidad de
demostrar su especificidad y proveer de suficientes recursos para su reconocimiento
social. Me sera difcil afirmar con contundencia que la gestin cultural ha llegado a su
plenitud como profesin con suficiente diferenciacin con otras funciones
profesionales. Pero podemos evidenciar su evolucin y extensin desde los primeros
cursos formativos de la dcada de los ochenta.
La formacin en gestin cultural se configura como respuesta a una demanda de
capacitacin de un gran nmero de profesionales que se incorporaron
profesionalmente a las organizaciones e instituciones pblicas culturales. En un primer
perodo la formacin responda a las necesidades de un amplio sector de personas
que haban llegado a la cultura desde funciones y disciplinas muy variadas. En esta
fase la mayora de empleos en la gestin cultural procedan de las nuevas estructuras
de las administraciones pblicas en sus diferentes niveles.
En la dcada de los noventa se produce una mayor diversificacin del mercado laboral
de la gestin cultural. Existe una demanda de mayor especializacin, se desarrollan
otros agentes ( privados y asociativos) y empiezan a observarse cambios en las
tendencias habituales en la lnea de un mayor crecimiento y diversificacin. Pero el
aspecto ms destacable se observa en el lento proceso de visualizacin del mundo de
Alfons Martinell 2001 - 26
la cultura como un sector en todas sus dimensiones. La cultura adquiere una
dimensin econmica, genera empleo, aporta plusvalas a otras actividades ( turismo,
ocio, etc) y crece la percepcin de su importancia como de la necesidad de no
abandonarla a una actividad marginal u ornamental. Estas tendencias,
desgraciadamente poco asumidas por los poderes pblicos, presentan una nueva
visin de la gestin cultural evidenciando la importancia de una capacitacin de
acuerdo con estos nuevos escenarios. Algunas investigaciones, estadsticas y datos
permiten evidenciar que nos encontramos ante un sector de difcil delimitacin, con
grandes interacciones con otras actividades y con un potencial social considerable. El
cual adquiere ms significado en los procesos de globalizacin y ante los cambios de
la sociedad de la informacin.
En este contexto la formacin en gestin cultural sigue con sus planteamientos y va
generando, en Espaa, una oferta que se puede caracterizar por:
Tendencia un aumento de ofertas formativas dentro del nivel de formacin
de postgrado universitario
Predominio de las especialidades en el mbito del patrimonio y poca oferta
en otros sectores de la cultura
La formacin genrica en gestin cultural sigue con sus orientaciones poco
definidas entre una formacin bsicamente tcnica con poca diferenciacin
de otros campos de la gestin
Falta de un reconocimiento u homologacin de la formacin que permita
ayudar a estructurar el sector
Cambio de los perfiles de los alumnos; de una mayora de profesionales en
ejercicio en bsqueda de capacitacin a un aumento considerable de
postgraduados jvenes en disciplinas de las ciencias sociales que buscan
el sector cultural una posibilidad de empleo afn a sus aspiraciones.
Ausencia de sistemas de interlocucin, redes de centros de formacin,
encuentros que sirvan para ayudar a una mayor consolidacin de la
formacin y unos acuerdos mnimos entre todas las ofertas de formacin.
As como la definicin de unos mnimos identificables de las titulaciones
propuestas.
Nos atreveramos a afirmar que el sector de la cultura se encuentra en buen momento
si lo relacionamos con su situacin de hace unos aos. Su centralidad y atencin ha
aumentado considerablemente en los ltimos aos y encontramos que la mayora de
Alfons Martinell 2001 - 27
organismos internacionales ( Banco Mundial, Unin Europea, OEI, etc) empiezan a
tratar el tema de la cultura en el marco de sus reflexiones. Aunque la preocupacin
poltica por el campo an se mueve en planteamientos denostados y muy clsicos.
Ante estos escenarios nos animamos a proponer algunas reflexiones sobre el futuro
de la formacin de gestores culturales 9:
a) A pesar de la necesidad de incorporar contenidos y tcnicas empresariales en la
formacin de gestores culturales observamos con cierta preocupacin un exceso
de gerencialismo genrico sin adaptarse a las particularidades de la gestin de la
cultura. Esta se mueve entre la eficacia y eficiencia de los medios y recursos como
de la sensibilidad de relacin con el sector creativo y la realidad social. Una parte
importante de la cultura se mueve en el campo de las tendencias puras de la
produccin de bienes y adaptacin al mercado, pero otro campo se encuentra en
la gestin de intangibles y valores sociales y polticos, difcilmente adaptables a
las lgicas clsicas de las aportaciones de la teoras de las organizaciones
productivas. En este sentido abogamos por la bsqueda de unos contenidos
propios que diferencien la gestin de la cultura de la gestin de otros mbitos.
b) La gestin de la cultura requiere una capacidad de entender las tendencias y
prospectivas de las nuevas fundamentaciones de las polticas culturales. En este
sentido es importante incorporar las investigaciones sobre polticas culturales
como un contenido bsico en la formacin de gestores culturales. Esta dimensin
ha de encontrar su orientacin en las nuevas reflexiones de los estudios culturales,
las repercusiones de los cambios de la sociedad de la informacin, las
aportaciones de los organismos internacionales ( Consejo de Europa, Unesco,
BID, etc.) en las que proponen nuevos objetivos para las polticas culturales de
los diferentes agentes culturales
c) Proponer una formacin con ms contenidos en el desarrollo de proyectos
emprendedores en el campo de la microempresa, la iniciativa social y el trabajo de
profesionales autnomos. Es decir una perspectiva empresarial adaptada a los
contenidos y trabajos creativos, por ser este un sector de crecimiento y creacin de
empleo muy importante.
d) La gestin de la cultura ya no se puede entender sino es en relacin con otros
sectores ( educacin, desarrollo local, turismo, ocio, etc.). La capacidad de
interlocucin con las lgicas multisectoriales ha de convertirse en una de las
9 Se basan en el trabajo realizado en el Programa Format de la Inicitiva Adap por el Observatorio Interarts y la Diputacin de Barcelona. http://www.interarts.net/format
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competencias claves de los profesionales de la cultura. En este sentido hemos de
trabajar en una formacin abierta al dilogo multidisciplinar y con capacidad de
mediacin y negociacin con otros sectores sociales.
e) Y por ltimo, en el marco de los cambios de la era de la informacin, la formacin
ha de promover la adaptabilidad a la necesaria internacionalizacin de la gestin y
el funcionamiento de las organizaciones culturales. Es imprescindible una nueva
mentalidad o metodologa de trabajo en la gestin cultural para el abordaje de una
mayor interdependencia entre contextos que nos obliga a la cooperacin cultural
internacional y a la concurrencia en los nuevos espacios geopolticos.
Esperamos que las nuevas oportunidades del sector cultural nos estimulen a los
formadores a un cambio de perspectiva evitando caer en situaciones inmovilistas tan
corrientes en el mbito acadmico. De esta manera vamos a intentar situar la
formacin de gestores culturales en una buena sintona con la realidad profesional y
social, condicin indispensable para mantenerse activo en el campo de la cultura.
Dr. Alfons Martinell Sempere Profesor Titular de la Ctedra Unesco: Polticas culturales y cooperacin Universidad de Girona ( Espaa) Presidente de la Fundacin Interarts BIBLIOGRAFA ASOCIACIN DE PROFESIONALES DE LA GESTIN CULTURAL DE CATALUA (1996) : La gestin Cultural: Una Nueva Profesin en debate, Barcelona. DRUCKER, P.F.,; (1993): La sociedad postcapitalista,Barcelona, Apostrofe. INCANOP (1997) . Les professions de la cultura, Barcelona, Generalitat de Catalunya. INTERARTS ( 2000) : Proyecto: FORMAT Gestin Cultural: Formacin y Empleo. Una apuesta hacia su Internacionalizacin, Barcelona, Fundacin Interarts. LAUFER, R.,; (1989):; Direccin pblica: gestin y legitimidad,; Madrid,; INAP, MARC, X.,; MARTINELL, A., (1995) : Perfil y Formacin de Gestores Culturales en Espaa, Madrid, Ministerio de Cultura. MARTINELL, A.,; (1996):; "Las organizaciones en la gerencia cultural" en VV.AA. Memorias del I Curso de Gerencia de Proyectos en Artes Visuales,; Caracas,; Fundacin Polar,
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Proyecto: FORMAT
Gestin Cultural: Formacin y Empleo. Una apuesta hacia su
Internacionalizacin
El proyecto Format tiene como objetivo reflexionar sobre la experiencia de formacin en gestores culturales en Espaa en clave de prospectiva y estimular el cambio de perspectiva de los agentes culturales hacia una mayor internacionalizacin de los proyectos creativos y de gestin
DOCUMENTO DE TRABAJO
Relator : Alfons Martinell
Alfons Martinell 2001 - 30
GESTIN CULTURAL: UNA APUESTA HACIA SU INTERNACIONALIZACIN
1.- Anlisis de la funcin de los programas de formacin de gestores culturales en el desarrollo de las polticas culturales en Espaa a partir de la dcada de los ochenta 1.1. Despus de ms de 20 aos de los primeros encuentros entre responsables
culturales en Espaa y del inicio de procesos de formacin especializada, el grupo de expertos considera necesario hacerse algunas preguntas que ayuden a analizar el trayecto realizado y las perspectivas de futuro. En este sentido la primeros encuentros del programa Format se ha dedicado a compartir estas reflexiones en una aproximacin a un diagnostico sobre este mbito.
A la pregunta Qu resultados se han conseguido hasta ahora con la formacin de gestores culturales en Espaa? Se presentan diferentes interpretaciones:
Por un lado se constata que se han formado centenares de personas que han ocupado diferentes funciones en la gestin de la cultura, principalmente en los cuadros de las administraciones locales y regionales que surgieron de la recuperacin democrtica. Sus responsabilidades se han situado en el campo de mandos intermedios y algunos directivos
Se constata la poca incidencia de los procesos de formacin especializada en los lderes y altos directivos que han influido en la toma de decisiones en el campo cultural en los ltimos aos. Se advierte como la "carrera" profesional para la toma de decisiones en el campo cultural, no se ha realizado, durante este periodo, a partir de los procesos e instancias de formacin en gestin cultural sino por otros conductos.
Teniendo en cuenta la amplitud del perfil y la nula regulacin de la profesin, la formacin no se ha convertido, hasta este momento, en un requisito de acceso a los puestos de trabajo en el sector de la gestin cultural. En este sentido los procedimientos de seleccin a altos directivos del sector cultural se han realizado a partir de la valoracin de otros parmetros diferentes a la disponibilidad de formacin en el currculum formativo. Aspectos coincidentes con los nuevos sectores y profesiones innovadoras que se construyen sin una formacin e identidad profesional propio
El perfil de muchos de los gestores culturales, ingresados en la administracin pblica, ha ido derivando a funciones ms administrativas que a verdaderos lderes de proyectos culturales innovadores y avanzados. Sus funciones han quedado sujetas al funcionamiento ms burocrtico de las estructuras de las administraciones pblicas que al perfil de directivo emprendedor que se ha decantado hacia el sector privado y tercer sistema, evidenciando la progresiva prdida de protagonismo y liderazgo de las administraciones locales y regionales. Aspecto que permite resituar su funcin, de agente pblico, teniendo en cuenta el momento histrico de los primeros aos de la democracia.
Nos preguntamos Qu parte de la elaboracin o puesta en prctica de las polticas culturales de este pas pueda atribuirse a este proceso de reflexin conjunta y de formacin?. Analizando el panorama de las personas que, en estos momentos o a lo largo de estos aos, han tenido responsabilidad en la decisin de las polticas culturales. La formacin de gestores culturales en Espaa ha influido notablemente en el proceso de normalizacin
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institucional y es un factor al crecimiento de estructuras en diferentes administraciones pblicas y otros agentes culturales.
Contestando a las anteriores preguntas, se aprecia que los procesos de formacin de gestores culturales han tenido unos resultados significativos sin conseguir un alto nivel de influencia en los procesos de la gestin cultural a partir de los aos noventa. Existe una suficiente representatividad, de personas formadas en los postgrados y msters, entre las personas que estn activamente en la profesin, en ciertos niveles de alta direccin. En ese sentido, se aprecia que los profesionales formados en estos programas han ocupado, por regla general, niveles intermedios, pero no aquellos puestos de alta direccin, que en estos momentos, inciden en la toma de decisiones ms importantes. Este aspecto se puede considerar normal, si tenemos en cuenta la poca tradicin de formacin especfica. Tambin hemos de valorar la poca diferenciacin, en el sector cultural, entre el nivel tcnico y poltico, producindose decisiones ms cercanas a la afinidad poltica que a los requerimientos de la gerencia institucional.
Es evidente que en el nivel dnde la formacin de gestores culturales ha tenido ms impacto es en los servicios culturales de proximidad del mbito local. Capacitacin con incidencia real en la creacin y estructuracin de nuevos servicios inexistentes. Consiguiendo un nivel de eficacia en sus resultados a corto y medio plazo.
1.2. Exceptuando algunos aos de la dcada de los ochenta la atencin de las estructuras con ms responsabilidad en la Administracin Pblica; Ministerio, Gobiernos autnomos, grandes ayuntamientos, federacin de Municipios, Diputaciones, etc.. ( salvo algunas honrosas excepciones) no han demostrado un gran inters por la formacin de especialistas en el campo de la cultura ni a nivel de contenido como de aportacin presupostaria. Su poca implicacin no se corresponde al gran esfuerzo y crecimiento realizado. Prefiriendo un proceso de integracin en el mercado laboral del sector cultural a partir de otras instancias que de una formacin especializada.
1.3. La formacin de gestores culturales ha favorecido, el contacto entre
profesionales de diferentes realidades territoriales del Estado Espaol, Latinoamrica y Europa. Permitiendo una relacin ms amplia de las estructuras locales de procedencia con otras realidades.
1.4. Se constata la ausencia de un encargo social claro a la formacin de gestores
culturales de los ocupadores. Por esta razn se encuentran ms dificultades por definir los perfiles, valorar la formacin como requisito de acceso a la profesin, favorecer una verdadera profesionalizacin del sector y un reconocimiento social emergente. Teniendo en cuenta que uno de los empleadores ms importantes de estos aos han sido las administraciones pblicas no han actuado como agentes definitorios de los perfiles necesarios. No ejerciendo su funcin para determinar la demanda profesional del mercado de trabajo emergente.
1.5. En la actualidad una generacin distinta accede a la profesin con elementos
que poco tienen que ver con los parmetros que se han ido manejando durante estos aos. El gestor cultural tradicional y generalista se encuentra ahora, en cierto modo, desfasado por su nivel superior e inferior. La adaptacin a los nuevos retos de la cultura en nuestra sociedad, reclama un cambio radical en algunos de los objetivos y contenidos de la formacin de gestores culturales. Y una necesidad de formacin continuada para los profesionales en ejercicio que contraste con la poca demanda del sector profesional institucional.
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1.6. En la actualidad las reflexiones sobre nuevas profesiones y nuevas formaciones dan un valor a la Competencia de cambio y adaptacin de estos nuevos perfiles a la evolucin de la sociedad y sus escenarios de futuro. Las nuevas formaciones, surgidas ms de un encargo social nuevo que de unas disciplinas bsicas, han de encontrar su funcin en el nivel de competitividad en un momento y un territorio determinado. Realizando un anlisis al proceso de formacin de gestores culturales en Espaa se constata la influencia de los procesos histricos y polticos de este periodo, como de los referentes conceptuales disponibles en un momento determinado. Por esta razn se evidencian los siguientes aspectos: La formacin de gestores culturales, respondiendo a los propios
antecedentes de los formadores, se ha fundamentado ms en las reflexiones sobre el papel del asociacionismo cultural y el sector pblico que en el sector empresarial
Por otro lado, teniendo en cuenta el gran poder de empleo de las nuevas instituciones democrticas en la dcada de los ochenta, su orientacin ha sido ms cercana adaptando la gestin cultural a los planteamientos de la administracin pblica que a la bsqueda de modelos de gestin especializados a las caractersticas de las polticas culturales en su sentido ms amplio. En la actualidad, se evidencia ms este aspecto ante la crisis de la accin pblica y la forma de gestin del inters general ante las grandes corrientes de privatizacin
La formacin de gestores culturales ha encontrado grandes dificultades de conexin con los nuevos lenguajes de la comunicacin, las nuevas tecnologas de la informacin y de los crculos de creadores innovadores de los ltimos aos, los cules transcienden los sectores tradicionalmente aceptadas del mundo artstico.
Los valores subyacentes a la formacin se orientan a una gestin con una gran dependencia de los presupuestos pblicos y con poca tendencia a la independencia y a la cultura de proyecto propio y emprendedor.
1.7. Se constata, no obstante, que a este anlisis se han de integrar otras variables,
como es la territorialidad. Lo dicho anteriormente refleja un estado de la cuestin de ciertas zonas especialmente realidades metropolitanas. Otras zonas, con una morfologa ms rural, el proceso durante estos aos ha sido de otra manera, viven en la actualidad en plena efervescencia el proceso de formacin de gestores culturales. (ejemplo: Extremadura, en donde desde 1993/94 se han incorporado a la profesin 150 personas nuevas). En ese sentido, se apunta que no hay una homogeneidad en la situacin, desde un punto de vista territorial, encontrndose algunas zonas rurales en situaciones muy cercanas a los planteamientos de los aos 80 en comparacin con los espacios ms metropolitanos de Espaa.
1.8. En este proceso la demanda de gestores culturales, en el mbito local, ha
decantado hacia una perspectiva de las polticas culturales como polticas de servicios. Este enfoque no es tan til para ciertos productos culturales y para un sector privado creciente en el campo de la industria. Tambin se observa en una nueva oferta cultural emergente, sobretodo por la iniciativa de un sector privado con nuevas perspectivas que aporta una visin ms amplia al enfoque de una administracin capaz de responder a toda la demanda cultural. Este factor es fruto del propio desarrollo cultural de las polticas culturales territoriales reclamando un amplio tejido de aspectos para la diversificacin de la accin y produccin cultural.
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1.9. A partir de una cierta valoracin subjetiva los participantes manifiestan una actitud crtica sobre el perfil de los gestores culturales ante los nuevos retos de la cultura. La cual se puede observar en los siguientes puntos: Se evidencia que la gestin y operatividad de las organizaciones culturales
ha mejorado mucho desde posiciones muy deficitarias (carencia de estructura profesional, falta de servicios, etc..) hacia una modernidad necesaria. Pero este mejoramiento se percibe como un proceso muy tcnico que refleja un cierto desconcierto y una falta de ideas y perspectivas de futuro. Ante estas incertidumbres la gestin cultural se encierra en prcticas mas dominadas por la inercia y en el seguimiento de procesos que en compromisos de ruptura e innovacin. La gestin del riesgo, tan necesaria en cultura, se ha substituido por unas actitudes de mantenimiento que han provocado un freno a procesos creativos y a la adecuacin de la cultura a los nuevos contextos
Se evidencia la falta de un debate profundo a nivel intelectual sobre el campo cultural, y concretamente sobre la gestin de la cultura. A pesar de ciertos avances se observa la necesidad de un saber ms estructurado y unos contenidos que integren diferentes disciplinas. La formacin terica de base no encuentra una relacin profunda con las disciplinas de gestin operativa, ni con la adecuacin de las mismas a las particularidades de la cultura. El enfoque terico de la cultura es ms cercano a una accin social de la cultura que a las amplias dimensiones que la cultura aporta a la realidad contempornea. Olvidando la importancia de la participacin de los creadores artsticos y la dimensin cientfico-tcnica de la cultura.
Por otro lado se observa la falta de adaptacin a los nuevos escenarios de una sociedad globalizada, compleja, interdependiente y multicultural. En este sentido, la reflexin, en nuestro pas, sobre gestin cultural procedente del mbito local ha de resituarse en un escenario donde los procesos de mundializacin van a situar lo prximo como un gran valor fundamental para el ciudadano y desde donde se han de abordar los nuevos retos de la globalizacin.
1.10. Analizando los ltimos aos y la evolucin del sector, algunos de los
participantes indican que probablemente se est en un momento estratgico, por lo que habra que tomar algunas decisiones bastante radicales.
2. Una oferta formativa con una indefinicin sobre los perfiles profesionales en el
sector cultural 2.1. La falta de estudios, materiales y literatura especializada evidencia la necesidad de investigar ms sobre el perfil acadmico de la oferta formativa y de los itinerarios profesionales de los alumnos para evaluar su trayectoria laboral y poder analizar objetivamente el campo de trabajo de este programa 2.2. Se constata, despus de un proceso de debate, que el perfil del gestor cultural no es un perfil nico y que es importante profundizar en caractersticas especificas de acuerdo con los diferentes niveles de responsabilidad. En muchas formaciones se da a entender que la formacin impartida es para ejercer cargos directivos y por otro lado la exigencia formativa no va de acuerdo con esta imagen. 2.3. En el marco de la formacin actual, que se imparte en nuestro pas es necesario fomentar acuerdos sobre los niveles de la formacin. Existen diferentes ofertas formativas que bajo el epgrafe gestin cultural estn impartiendo formaciones muy diferentes provocando una cierta confusin en el sector. Diferenciamos la formacin
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inicial para la especialidad que hasta este momento se est impartiendo en un tercer ciclo universitario. Tambin existen, cada vez ms, formaciones especializadas en diferentes sectores de la cultura ( patrimonio, artes plsticas, edicin, etc) como en aspectos especficos de la gestin cultural ( gestin local, cooperacin internacional, etc). Aunque se ve necesario una formacin muy amplia de base para algunos itinerarios formativos. Este perfil todo terreno an es necesario en algunas realidades territoriales ms pequeas que no pueden especializarse como en las grandes concentraciones urbanas. No podemos olvidar que en estas pequeas localidades o comarcas existe un aumento de preocupacin y contratacin de gestores culturales 2.4. La falta de relacin entre las organizaciones formativas y los ocupadores evidencia la falta de estructuracin del sector a nivel ocupacional. La pregunta clsica sobre las relaciones entre la formacin y la empresa no encuentra posibilidad en el sector cultural. No existe una plataforma patronal del sector cultural que se pueda convertir en un interlocutor y agentes activo de la offerta formativa. 2.5. No podemos olvidar que la formacin especializada de los graduados en gestin cultural es un mercado donde la demanda esta ms motivada por la ilusin de encontrar un lugar de trabajo o de integrarse en un empleo creativo que a una oferta real de las posibilidades de insercin laboral. La formacin actual se nutre de una demanda que no esta siempre relacionada con una realidad en el mercado de trabajo. Este hecho ha estado muy condicionado por la demanda de las estructuras de la administracin pblica, dinmica que ya se ha modificado con la presencia de nuevos operadores culturales Por esta razn es muy importante profundizar en la formacin para nuevos emprendedores capaces de llevar a termino un buen proyecto cultural a partir de nuevos campos e ideas. 2.6. La universidad se incorpora a este proceso de formacin, dando respuesta a esta demanda de capacitacin, a partir de las iniciativas de las estructuras profesionales de la administracin local que estaban realizando tmidamente una oferta formativa. En ningn caso las universidades, que acreditan en esta nueva formacin, invierten en investigacin, diseo de programas, estudios de mercado, etc Unicamente utilizan la formacin de gestores culturales como herramienta de ocupar posiciones en el mercado de la formacin continuada reglada. Por otro lado el sector profesional acepta esta posicin por la necesaria legitimacin que la profesin necesita. A pesar de estos acuerdos de conveniencia no se observa una dedicacin de la universidad a los temas de la gestin de la cultura. 2.7. Otro aspecto a tener en cuenta son los niveles de los perfiles profesionales a formar. No podemos olvidar que las profesiones de la gestin cultural son muy amplias y existe un potencial yacimiento de empleo en niveles de formacin ms intermedios y tcnicos 3.- Sobre los sectores a los que va dirigida o desde los que se promueve la formacin: Pblico-Privado-Tercer sistema 3.1 Se pone de manifiesto la necesidad de avanzar en la formacin de otros agentes que no se muevan en el estricto mbito de la administracin pblica. 3.2 Los perfiles profesionales de la formacin de gestores culturales, a pesar de las observaciones que hemos constatado en el anterior captulo, no diferencian su oferta entre sector pblico, privado o tercer sector. Quizs no es necesario hacerlo para una mejor articulacin de los diferentes agentes que intervienen en la realidad social. A pesar de esto es necesario presentar diferentes itinerarios que permitan adquirir una
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formacin completa y adecuar los curriculums formativos a una visin amplia de las diferentes organizaciones que interviene en el sector cultural. 3.3 Por otro lado, no ha habido una voluntad de compartir con otros mbitos todo el conocimiento acumulado sobre la gestin cultural, creciendo el colectivo de profesionales como una especie de gueto. Sin embargo, todo este conocimiento acumulado es algo que sorprende por no conocer su existencia a profesionales que han accedido desde estos otros mbitos externos a la administracin, especialmente local. A pesar que el conocimiento sobre gestin cultural se ha transferido a diversos sectores, hemos de constatar la falta de visibilidad de la profesin y su formacin. 3.4 El debate en nuestro pas sobre la funcin de lo privado en la cultura ha cambiado en los ltimos aos. En los primeros aos de la democracia haba sido denostado mientras que en la actualidad se identifica como uno de los mbitos de crecimiento de empleo importantes. 3.5 Por otro lado, no slo hay que tener en cuenta la necesidad de una formacin abierta a todos los agentes, sino que tambin se promueve formacin no slo desde la administracin pblica, sino tambin desde los mbitos de lo privado y el tercer sector 4.- Tipologas de la formacin de gestores. Niveles educativos 4.1 Se identifica la necesidad de clarificar los tipos de formacin que se estn ofreciendo para evitar ms confusiones: A los niveles: bsica, especializada... A los mbitos (pblico, privado, no lucrativo...) A las temticas 4.2 Se plantea la necesidad de segmentar el pblico destinatario de la formacin. As, debera definirse ms concretamente los perfiles de los gestores y su tipologa. Hay que tener en cuenta que los equipos multidisciplinares cada vez son ms comunes y la implicacin de los gestores en procesos que van ms all de lo cultural es da a da ms frecuente. 4.3 Esta necesidad de segmentacin de la formacin se evidencia en la imposibilidad de trabajar, a la vez, en orientaciones globales y muy especializadas. Donde la formacin del gestor cultural no se sabe muy bien a que nivel se orienta. Como ya hemos dicho es importante una adecuacin a los perfiles profesionales concretos del mercado laboral. 4.4 Las tipologas de la formacin pueden orientarse a los campos de intervencin profesional que cada vez pueden ser ms temticos. Aspecto que puede condicionar la formacin provocando una oferta formativa muy puntual y esquemtica sin una base conceptual amplia. 4.5 Con relacin al papel de la universidad en la formacin. Por un lado, se entiende que si la formacin en el futuro se plantea en un segundo ciclo, es probable que ello suponga una prdida de contenidos de la misma. Por otro lado, parece que la formacin de tercer ciclo responde ms a una realidad de la profesin. Hemos de diferenciar entre las formaciones de segundo ciclo con especialidad, a la incorporacin de asignaturas introductorias u optativas que permitan al alumno de diplomatura o licenciatura disponer de datos para su posible especialidad.
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4.6 Otras opiniones apuntan, sin embargo, que en la actualidad en el tercer ciclo se han estado formando generalistas, mientras que ello correspondera a un segundo ciclo y que en ese tercero, la formacin debera ir encaminada hacia la especializacin. La formacin bsica a partir de conceptos y bases generales de la gestin cultural y una especializacin sobre sectores o aspectos puntuales del sector profesional. 4.7 Segn un reciente estudio llevado a cabo por la Associaci de Gestors Culturals de Catalua, los profesionales demandan unas tcnicas concretas por una parte, y por otro, unos espacios de encuentro para formacin muy especializada, de una forma puntual e incluso informal. Ello nos llevara a que debera convivir una formacin de tercer ciclo universitaria con una formacin puntual ms especializada, tcnica o instrumental. Pero no podemos olvidar las diferencias entre formacin bsica y formacin continuada ya que en su confusin podemos ofrecer unos productos formativos no adecuados a los destinatarios 4.8 Algunas aportaciones entienden que debe haber un proceso formativo formal, con una formacin inicial universitaria(segundo ciclo), algo que pudo haberse tenido ya a principios de la dcada de los 90 cuando se revisaron las ofertas de titulacin universitaria en Espaa. Esta formacin, a juicio de otros se va a materializar con programas de segundo ciclo, como algo inevitable. Esta tendencia presenta algunas reflexiones a tener en cuenta debido a la especificidad de la funcin y la realidad de la formacin universitaria de grado 4.9 Otra aproximacin apunta que la formacin del gestor cultural debe estar condicionada por conceptos relacionados con la variable tiempo, como los de la urgencia y densidad del territorio en el que debe trabajar Otras profesiones han ido ocupando el espacio de los gestores culturales por dejadez por parte de stos. La urgencia sera consustancial con territorios poco densos como los rurales, mientras que en los otros, ms densos existe una mayor competencia. 4.10 Se apuntan tres posibles tipologas de formacin que pueden orientar este debate. Una formacin orientada hacia la: Gestin de productos o servicios culturales, en la que se englobaran disciplinas
como Economa de la cultura, evaluacin, anlisis de demandas, planificacin... Gestin de polticas culturales, que incluira materias como sociologia,
antropologa, psicologa social, planificacin, ciencias polticas... Gestin de la perspectiva cultural, en otros sectores sociales ( empleo, turismo,
media ambiente, etc) 4.11 Las necesidades formativas no son uniformes y se presentan, cada vez ms, desde la diversidad de las realidades sociales y contextuales. Por esta razn se han de desarrollar proyecto formativos diseados "ad hoc" de acuerdo con los objetivos de un proyecto, organizacin o poltica. En esta nueva lnea se han de realizar algunos cambios en las formas de diseo curricular, as como en el perfil de los formadores ms idneos para estos nuevos enfoques. 5.- Sobre los contenidos, ideolgicos, polticos o instrumentales que han imperado en la mayora de programas formativos 5.1 En la actualidad, observando organismos intergubernamentales como la UNESCO, en su conferencia ltima celebrada en Abril del 98 en Estocolmo, el Consejo de Europa, Banco Mundial, BID, OEI, u otros organismos transnacionales estn volviendo
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a reflexionar sobre el tema de las Polticas Culturales por su importancia en el mbito local como en su relacin con todos los procesos de globalizacin. 5.2 En ese sentido, se cree importante plantear un debate ms ideolgico y conceptual sobre el papel de la cultura en nuestra sociedad, abandonado en los ltimos aos en la formacin en vas de objetivos ms instrumentales. 5.3 Por otro lado, la variable territorio, siendo importante todava para intervenir desde la administracin, no es ya prioritaria en algunos mbitos de trabajo. La formacin, en ese sentido no slo se puede hacer nicamente sobre la clave del territorio. As pues, se ve que existen otras perspectivas ms tangibles que tienen que ver con nuevos temas que se podran ir enumerando (ocio, productos culturales...) 6.- La necesidad de un cuerpo terico que sirva de base a la formacin en Gestin Cultural: Marco conceptual, investigacin.. 6.1 Este programa recoge una necesidad identificada y sentida por la totalidad de los participantes de realizar un esfuerzo en la publicacin de materiales, estudios y manuales que creen un corpus terico profesional. 6.2 La creacin de este marco conceptual ha de ser fruto de un mayor rigor y exigencia por parte de los profesionales de la gestin cultural, pero especialmente los relacionados con la formacin. En este proceso es necesario una mayor investigacin aplicada y un esfuerzo en reflexionar sobre las realidades sociales y en la prctica profesional. 6.3 Por otro lado, la diversidad institucional respecto a la formacin que se est manifestando en los ltimos tiempos marca un entorno
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