I.E. COLEGIO ANDRÉS BELLO
GESTIÓN ACADÉMICA GUÍA DIDÁCTICA
¡HACIA LA EXCELENCIA… COMPROMISO DE TODOS…!
CÓDIGO: PA-01-01
VERSIÓN: 2.0
FECHA: 19-06-2013
PÁGINA: 1 de 15
Nombres y Apellidos del Estudiante: Grado: 11°
Periodo: 2°
Docente: Duración: 15 horas
Área: Filosofía Asignatura: Filosofía
ESTÁNDAR:
Comprendo, a partir de argumentos, los problemas que conlleva definir y poner en práctica la felicidad, la
libertad y el bien.
Comprendo, mediante argumentos, los problemas morales implicados en el asesinato, la guerra, el aborto, la
eutanasia, la experimentación científica, la pobreza y otras realidades cotidianas que motivan la reflexión
ética.
INDICADORES DE DESEMPEÑO:
Establece las bases filosóficas para la comprensión de la virtud y sus fines.
Busca orientar su cotidianidad con base en principios y valores de justicia, prudencia, ley moral, solidaridad y
bien común. EJE(S) TEMÁTICO(S):
Ética general.
Ética aplicada.
MOMENTO DE REFLEXIÓN
La moral es la ciencia por excelencia; es el arte de vivir bien y de ser dichoso.
Blaise Pascal
ORIENTACIONES
Lectura del texto.
Lecturas complementarias de otros textos.
Resolución de preguntas planteadas.
Pruebas orales.
Pruebas escritas tipo ICFES
EXPLORACIÓN
ACTO MORAL
CONCEPTUALIZACIÓN
ETICA GENERAL
Diferencia entre ética y moral
Comúnmente, y en la práctica cotidiana suelen, utilizarse indistintamente los términos ética y moral. Hablamos de
personas éticas y morales, de bueno y de malo, de lícito y de ilícito, de justo y de injusto, de personas virtuosas y de
personas viciosas. También hablamos de personas que tienen un alto conocimiento teórico y conceptual sobre las
cuestiones éticas; conocimiento que desdice de la coherencia con sus comportamientos y costumbres.
Identificar el origen, significado e intención de los términos ética y moral puede ser útil para determinar su espe-
cificidad y utilidad en la vida de cada ser humano.
La ética exige una reflexión seria y crítica sobre las costumbres del ser humano.
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Las anteriores consideraciones nos permiten afirmar que el objeto y finalidad de la ética es la reflexión filosófica sobre
las costumbres.
Al igual que la ética, la moral puede entenderse como costumbre, que se deriva del vocablo latino mos. Y, a diferencia
de la ética, puede comprenderse como aquello que se opone a lo físico en el hombre, como la política o el arte... En
ocasiones puede entenderse como aquello que se opone a lo intelectual haciendo especial énfasis en los sentimientos, o
lo que es opuesto a lo inmoral o a lo amoral; también como aquello que se opone al valor. De igual modo, podría
decirse que la moral se ocupa del conjunto de normas y comportamientos que establecen la distinción entre lo bueno y
lo malo como criterio de perfección humana. En este sentido la moral se ubica en un nivel práctico.
La moral hace referencia a las costumbres y la ética a la reflexión filosófica que se puede hacer sobre dichas
costumbres.
Amoralismo
El término moral, como hemos visto, ha sido utilizado para calificar a una persona por sus
comportamientos, acciones y costumbres. Pero esta afirmación conlleva en sí problemas
como: ¿qué es ser moral? ¿Qué es lo inmoral, lo justo, lo injusto? ¿Puede pensarse en una
persona que no tenga en cuenta los preceptos y principios morales para sus actuaciones?
¿Puede decirse que una persona es ética es sus reflexiones sin necesidad de ser moral en
sus comportamientos?
A estas preguntas pueden darse diferentes respuestas que han de ser sometidas a un
minucioso examen para determinar su validez y aplicabilidad.
Si acudimos al sentido etimológico de los términos moral y ética, puede afirmarse que una
persona conocedora de los problemas éticos no necesariamente tiene que reflejar en su
vida (moral) los valores sobre los cuales puede dar razón desde el ámbito filosófico. No ocurre así cuando la persona
afirma ser moral, puesto que implica, el conocimiento de los valores que profesa de manera racional y el cumplimiento
de los mismos en la toma de sus decisiones.
Pero no todos los seres humanos actúan o deciden a partir de los valores, principios o criterios morales de los que
hemos hablado. Otra respuesta a los interrogantes mencionados es dada por lo que conocemos como el "amoralismo" o
lo "no moral", que es entendido también como lo "inmoral" o como una neutralidad moral.
En otras palabras, puede decirse de manera más clara que, a diferencia de la moral, que tiene como punto de referencia
la obligatoriedad y el cumplimiento de lo establecido como códigos, normas y principios, el "amoralismo", o lo "no
moral" está referido al ámbito de la descripción como la naturaleza o los hechos que son hechos y que en ningún caso
pueden ser catalogados como morales. Al respecto Nietzsche afirma que lo "amoral" es algo que se halla "más allá del
bien y del mal".
Como amoral también pueden entenderse ciertas actitudes que no están inscritas en ningún sistema moral dominante y
que se consideran como "indiferentes" a los sistemas establecidos.
Conviene clarificar que el concepto de inmoral, puede ser entendido por lo menos de dos maneras. La primera, como
se ha dicho, hace referencia a la ausencia del carácter moral y la segunda, un poco más conocida desde la práctica,
asume lo inmoral como las actuaciones que voluntaria y conscientemente van en contra de los principios éticos y
morales establecidos en un contexto socio- cultural determinado.
De alguna forma, todo tipo de actuación, de comportamiento, de costumbre al ser considerada como amoral, no por
ello deja de ser de algún modo moral o por lo menos cuestiona sobre una nueva o nuevas maneras de fundamentar las
acciones morales.
Subjetivismo ético y relativismo moral
Un rápido vistazo a nuestra cultura y sociedad contemporánea, que algunos consideran decadente y en declive a pesar
del avance de la ciencia y de la técnica, nos permite evidenciar lo que Charles Taylor —filósofo norteamericano
contemporáneo, reconocido por el planteamiento que hace sobre la justicia entendida como equidad— denomina
individualismo, y que, paradójicamente, otros consideran uno de los logros más importantes de la posmodernidad.
Es en este contexto del individualismo que tienen cabida el subjetivismo y el relativismo moral. Cuando hablamos de
subjetivismo hacemos referencia al punto de vista del sujeto humano desde lo particular. Y decimos que se trata de un
subjetivismo ético cuando cada individuo, cada persona o grupo de personas, entendidas como sujetos, asumen y
evidencian prácticas morales a título personal. Podría hablarse, por tanto, de una ética particular.
El subjetivismo y el relativismo moral asumen el punto de vista del sujeto como un punto de vista particular.
Una forma de entender el relativismo moral hace referencia a que no puede decirse de nada que es bueno o que es
malo absolutamente. En este sentido, toda acción o hecho moral, contiene en sí mismo algo de bondad y algo de
maldad que depende de las concepciones del sujeto que las juzga.
El relativismo moral
De modo muy general, relativismo significa que no hay principios absolutos, ya en el campo del conocimiento,
cultural, ético o religioso. El relativismo moral se opone a la concepción de una sociedad, cultura o tradición basada en
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un único código o principio moral, fruto de la crisis de la cultura occidental contemporánea. En ocasiones se confunde
con la tolerancia o con el pluralismo al permitir la libre expresión de los sujetos. Este relativismo es considerado como
pernicioso en cuestiones de moral puesto que impide actuar con claridad sobre principios y valores que guían el actuar
humano.
Podría afirmarse que el relativismo moral promueve una actitud cómoda y facilista, donde lo único válido es la
perspectiva individual, el capricho o la actuación circunstancial.
Las opciones éticas y morales, aunque son tomadas por una persona no pueden ser asumidas desde esta única
perspectiva, porque implican el concurso y participación de la sociedad que se verá afectada por ellas. El relativismo y
el subjetivismo, no son ni la única, ni la mejor manera como pueden convivir los sujetos en una sociedad con distintas
concepciones morales.
La felicidad
Con frecuencia escuchamos que la mayor aspiración del hombre es alcanzar la felicidad, pero... ¿qué es la felicidad?
¿Cómo se puede alcanzar? ¿Qué dificultades se le pueden presentar al ser humano para ser feliz? Estos interrogantes
nos invitan a asumir una postura ante las diferentes respuestas que se han dado a estos interrogantes.
Dificultad de una definición de felicidad
• Para los griegos, la felicidad era considerada como la posesión del bien
supremo que el hombre pretende alcanzar. Aristóteles, por ejemplo, identificó la
felicidad con la virtud, con la sabiduría, con la prosperidad. Era una actividad de
carácter intelectual, razonable, moderada. Es lo que se conoce como la virtud de
la eudaimonía.
• Con el cristianismo la noción de felicidad adquirió un nuevo significado.
Los cristianos consideran que la felicidad consiste en el conocimiento de Dios, en
el cumplimiento de la voluntad del Creador que se hace vida en el amor, en la
vivencia de la fe, la esperanza y la caridad, virtudes que permitirían al hombre
alcanzar la salvación, máxima aspiración y estado de felicidad. Tanto para los
griegos como para los cristianos la felicidad es considerada como un bien en sí mismo.
• Para los filósofos modernos. A diferencia de los pensadores griegos y de la doctrina cristiana, no asumieron la
noción de felicidad como un bien en sí mismo.
Para alcanzar la felicidad consideraron que era necesario conocer el bien que la produce; bien que puede ser entendido
de diferentes maneras. Para algunos es el goce, el disfrute de los placeres del hombre y del mundo; otros consideran
que se trata del disfrute de un modo de ser; también puede entenderse como una actividad contemplativa del hombre,
como una aspiración para alcanzar un bien material o como el premio al cumplimiento de una virtud o de una acción
moral.
Las anteriores concepciones de felicidad evidencian la necesidad de responder al origen, sentido y manera como el
hombre alcanza la felicidad o puede ser feliz.
Para Aristóteles, por ejemplo, la salud y la felicidad dependen del equilibrio que se tenga en los hábitos de vida.
Aristóteles anota que las acciones pueden volverse imperfectas por exceso o por defecto. Un ejemplo es el de la fuerza
que se requiere para hacer ejercicio procurando alcanzar y conservar la salud. La fuerza puede perjudicar tanto por
exceso de la misma o por defecto cuando no se realiza ningún ejercicio. La sobreabundancia o la parquedad en el
ejercicio pueden ser perjudiciales. La justa proporción permitirá la salud y la felicidad.
Aristóteles asume que la felicidad se alcanza por el ejercicio de la virtud que es una disposición por alcanzar el
término medio entre dos vicios: el exceso y el defecto. Hombre virtuoso es aquel que sabe decidir el punto medio, el
equilibrio entre estos dos vicios. La felicidad por tanto se alcanzará por la práctica de la virtud.
El sentido de la vida como problema filosófico
¿Cuántas veces te has preguntado por el sentido de tu vida? ¿Por la razón de ser de tu existencia? Por encima de lo que
somos o creamos ser, lo que es realmente importante es lo que tenemos: la vida.
En este sentido dice Ortega y Gasset: "La vida es una realidad que 'existe para sí misma' y 'se sabe', es decir, que tiene
'evidencia de su vivir' y que el vivir y el saber se es encontrarse en un mundo. Es encontrarse entre cosas, gustos y
disgustos, entre temas que le afectan a uno. Este conjunto es el mundo, con el que mi yo forma unidad".
Mucho puede decirse sobre lo que significa la vida y su sentido. Para algunos se trata de estar en el mundo, en un
espacio y tiempo específico, en un contexto socio-cultural que le es propio y que determina su curso y su desarrollo.
Para otros se trata de ser felices o libres según sus propios intereses; de jugarse la existencia asumiendo las
consecuencias de sus decisiones. Los más religiosos responderán que su vida tiene sentido por el cumplimiento de la
voluntad de Dios. Valdría la pena preguntarse si alguna de estas posturas puede dar respuesta a los interrogantes
esenciales de la vida: ¿Podemos decidir con claridad y libertad qué es lo queremos hacer? ¿Tenemos la certeza de que
nuestras decisiones son las más acertadas y garantizan la felicidad en la vida? ¿Qué sentido tiene la vida?
A estos interrogantes responde también Ortega y Gasset del siguiente modo: "Vivir no es entrar por gusto en un sitio
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previamente elegido, como se elige un teatro después de cenar, sino que es encontrarse de pronto, y sin saber cómo,
caído, sumergido, proyectado en un mundo incanjeable, en este de ahora. Nuestra vida empieza por ser una perpetua
sorpresa de existir, sin nuestra anuencia previa. No nos hemos dado nosotros mismos la vida, sino que nos la
encontramos justamente al encontrarnos con nosotros...".
La única obligación que un hombre puede tener es con su propia existencia, con las decisiones que toma en ella y de
las cuales debe dar razón como una responsabilidad moral.
Existencialismo
Somos imagen y semejanza de Dios, fuimos creados para ser felices siguiendo el ejemplo de Cristo: Dios hecho
hombre que con su muerte y su resurrección nos ha salvado enseñándonos una nueva manera de vivir.
Cristianismo
Con lo dicho anteriormente se puede afirmar que la vida es algo que nos viene dado y que a la vez es necesario
resolver y construir. Por esto, la importancia de asumirla como un compromiso consigo mismo, como la construcción
de la estructura personal y social, de la forma de ser, de la felicidad o de la libertad.
Es un hecho que la vida puede concebirse como un proyecto, como una construcción no terminada. La vida se asume
como problema filosófico cuando el hombre se pregunta por el sentido de su existencia, por la razón de ser de su
permanencia en el mundo. Como decía Aristóteles, la pregunta fundamental que todo hombre debe hacerse es: ¿Qué
hago yo en este mundo? Frente a lo cual cada quien deberá responder: Estoy en el mundo para ser feliz. ¿Cómo
lograrlo?
La felicidad como criterio moral
Cada uno de los asuntos importantes en la vida del ser humano requiere de un
fundamento que ilumine sus acciones y decisiones. La aspiración por la
felicidad puede constituirse como uno de los criterios esenciales y necesarios
para vivir la vida. Esta aspiración es considerada como un criterio moral de las
acciones de los hombres.
Algunos planteamientos de los principales tipos de éticas han asumido la
felicidad como criterio moral y pueden ser útiles para comprender la
importancia de este concepto.
Ética de las virtudes (Aristóteles, Tomás de Aquino). El hombre aspira a la
felicidad mediante la práctica de las virtudes. La felicidad se denomina
eudemonismo.
Epicúreos (Epicuro). El hombre encuentra la felicidad por medio del placer cuya máxima expresión es el placer
intelectual.
Estoicos (Zenón, Séneca, Marco Aurelio). La felicidad se encuentra viviendo conforme a las leyes del universo,
practicando la indiferencia y la imperturbabilidad; asumiendo una conciencia de la dignidad humana y universal.
Cristianismo. La felicidad se encuentra en la salvación, en el seguimiento de Cristo, modelo de comportamiento y
acciones para el hombre.
De una manera u otra, la felicidad resume la realización positiva de la persona en sus principales valores. Ser feliz es el
ideal de vida que se esconde en la lucha por conseguir valores totales o parciales, personales o comunitarios.
La felicidad, aparte de poder ser asumida como criterio moral que ilumina y rige las acciones, es una experiencia que
necesita la realización de los deseos más profundos del ser humano, la satisfacción de sus aspiraciones, la posesión de
los bienes y la exclusión del mayor número de males.
La construcción y vivencia de la felicidad implica la madurez personal, el continuo esfuerzo y trabajo por alcanzar los
ideales propuestos en medio de las dificultades propias de la existencia y de las relaciones con los demás seres
humanos.
No puede hablarse de la felicidad como un estado o una situación estática y alcanzable, o como un punto de llegada.
La felicidad es una construcción continua y permanente que implica sacrificios y equivocaciones que deben ser
asumidas con responsabilidad y criterio.
Aristóteles afirma: "No es en la fortuna donde se encuentra la felicidad o la desgracia, sino que son los actos de la
virtud los únicos que deciden el encuentro con la felicidad. El hombre verdaderamente sabio, el hombre
verdaderamente virtuoso, el hombre verdaderamente feliz, sabe sufrir los azares de la fortuna sin perder nada de su
dignidad. Sabe sacar siempre de las circunstancias el mejor partido posible".
La libertad
Los griegos asumieron el término libre para designar al hombre que no está esclavizado, aquel que no está sometido,
que es capaz de hacer algo por sí mismo. Esta noción de libertad incluye, no solamente la capacidad de decidir, sino
además, la idea de la autodeterminación y la responsabilidad que el hombre asume consigo mismo y hacia la
comunidad. La libertad entonces puede entenderse como:
El ejercicio del hombre que no está esclavizado.
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La capacidad que tiene el hombre de hacer algo por sí mismo.
La capacidad del hombre de auto-determinarse, de elegir.
La espontaneidad del hombre al hacer las cosas sin estar determinado por nada, es decir, sin ninguna interferencia o
causa exterior.
La responsabilidad que tiene el hombre ante sus decisiones y las implicaciones de éstas en la comunidad.
La capacidad de hacer algo de otra forma ya sea por creación o por imitación.
La capacidad de apartarse de algo que lo determina y para realizar algo necesario.
¿Realmente somos libres?
Ante la multiplicidad de maneras de entender la libertad, cabe preguntarse:
¿Realmente somos libres? Y si lo somos... ¿de qué somos libres?
De acuerdo con lo que comúnmente se afirma sobre la libertad, puede hablarse de
libertad personal o privada, libertad pública, política, social, libertad de acción, de
pensamiento, de palabra, libertad moral, etc. Lo anterior implica asumir diferentes
puntos de vista y perspectivas que establecen la libertad del ser humano inserto en un
contexto socio-cultural que lo determina de manera significativa.
Lo anterior indica que es difícil establecer una definición de libertad porque ésta es un
modo de ser, un estilo de vivir, una tarea, una meta por conseguir. La libertad implica
la autodeterminación, la opción responsable de una persona o grupo humano que, en ocasiones, se ve lesionada por los
abusos que se cometen por las desviaciones, las inclinaciones, las depravaciones o la falta de claridad sobre la opción
y el horizonte de la vida.
Puede afirmarse que la libertad pertenece a todos. Esto
implica, entre otras cosas:
El dominio de las pasiones y las inclinaciones que se convierten en obstáculos.
Aceptar los compromisos adquiridos de manera personal y social.
Adquirir la capacidad de negarse ante las situaciones que vayan en contra de los principios y las libertades individuales
y colectivas.
Colaborar en la construcción de una sociedad en la que se respeten y defiendan las libertades personales y sociales.
Madurar en las opciones y en la toma de decisiones.
El conocimiento de los principios y normas propias de cada contexto socio-cultural.
Elegir cómo quiero vivir
Hay preguntas que son realmente importantes para la vida y que requieren de respuestas acertadas tratando en lo
posible de no cometer equivocaciones. Estas respuestas deben estar fundamentadas en valores y principios que,
reflexionados y asumidos con seriedad, permitirán realizar un verdadero ejercicio de libertad y de autonomía. Sólo así
se podrá decidir con relativa certeza cómo queremos vivir. La libertad no consiste en elegir lo que uno quiere, sino
aquello que es coherente con la propia opción de vida. Por tanto, se requiere de claridad en las opciones, de reflexión
profunda en cada situación y de la voz de la experiencia que ayudará a no cometer errores.
¿De qué manera quiero vivir?
Las decisiones implican compromisos, la toma de posición ante los grandes interrogantes y problemáticas tanto per-
sonales como sociales. Elegir la manera de vivir conlleva la opción por una manera de comprender al ser humano, al
mundo y a la sociedad. Como lo afirma Jaspers, "la pregunta acerca de si la libertad existe tiene su origen en mí
mismo, que quiero que la haya". La libertad entonces es una decisión existencial porque lo decisivo de ella es el hecho
de que yo elijo.
Elegir quién quiero ser
Comúnmente se suele afirmar que cada uno es libre de elegir lo que quiere
ser. Ortega y Gasset, uno de los filósofos españoles más importantes del siglo
XX, escribió: "Siendo la vida humana algo que hay que hacer —un quehacer—
, no hay más remedio que decidir a cada momento de la vida lo que se va a
hacer; esto es, lo que 'voy' a hacer. Como lo que hay que hacer es la propia
vida, cada uno decide en cada momento lo que va a hacer, y con ello lo que va
a ser, incluso cuando decide no decidirlo".
Elegir qué queremos ser es, entonces, un acto de libertad, un ejercicio continuo
que se va realizando día a día y que implica toda la vida, y la existencia.
Dentro de los planteamientos filosóficos que abordan el problema de la
libertad, se encuentra el existencialismo que sostiene la primacía de la existencia sobre la esencia.
Para los existencialistas, como Jean Paul Sartre, no existe la libertad sino la responsabilidad del individuo ante las
propias decisiones y acciones. Al afirmar la primacía de la existencia, el individuo se ve abocado a asumir su realidad
tal y como la encuentra al momento de nacer, que según este planteamiento no es un acto libre del sujeto.
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Cabría preguntarse si el sujeto puede decidir lo que quiere ser cuando es condicionado de manera radical por su
existencia.
No es el caso del existencialismo cristiano en el cual la persona asume con libertad el ejemplo de Cristo y libremente
opta por esta manera de ser y de vivir, asumiendo las exigencias tanto de Jesús como de los valores y principios
propios del cristianismo. Aquí, la libertad no es una conquista del hombre, es un don recibido de Dios.
La autonomía
Como hemos indicado anteriormente, el ejercicio de la libertad no puede estar
desvinculado en ninguno de sus aspectos del ejercicio de la autonomía. No es posible
comprender un auténtico ejercicio de la libertad individual y social sin acudir de
inmediato a la noción de autonomía.
Al igual que la libertad, mucho puede decirse de la manera de entender la autonomía.
La tradición de la filosofía occidental representada por Emmanuel Kant, el máximo
exponente de este concepto, dice que autonomía es "la capacidad que tiene el hombre
de dictarse sus propias leyes"; es decir, de actuar regido por la libertad.
En su obra "La metafísica de las costumbres", Kant dice que la libertad es un
"ejercicio de la voluntad que es una facultad para elegir solamente aquello que la
razón, independientemente de la inclinación, entiende prácticamente como necesario,
es decir, como bueno".
La autonomía se logra cuando el hombre es capaz de librarse de la guía de otro, cuando es capaz de servirse por sí
mismo.
Apartándose de Kant, no significa esto, que el hombre no necesite del otro para vivir, para realizarse, para hallarle
sentido a su existencia. La autonomía se realiza en relación con "otros", puesto que son ellos el punto de referencia. Si
bien es cierto que se trata de un acto voluntario e individual, también es cierto que sólo en relación con los otros es
posible ser real y auténticamente autónomo.
Al igual que la libertad, podríamos preguntarnos: ¿Autonomía de qué? ¿Para qué? La autonomía se relaciona con las
prácticas sociales y culturales de los pueblos, hunde sus raíces en los referentes educativos y formativos de las culturas
en las cuales se desarrolla, tiene en cuenta los principios, valores y normas establecidas, aunque es un ejercicio de
libertad, no transgrede los órdenes establecidos aunque ejerce una influencia por el sentido crítico y constructivo.
ETICA APLICADA
El estudio que hemos hecho hasta ahora sobre la acción humana nos ha llevado a afirmar la importancia de la libertad
y de la autonomía en las acciones y decisiones que el ser humano toma y asume en su vida. En este sentido, la
reflexión se ubica ahora en el valor máximo de la persona, en la única realidad del ser humano: la vida, y en ella,
problemáticas como el aborto y la eutanasia, la incidencia de la ciencia en la vida del hombre, las situaciones de
pobreza y el valor de la vida. Estas situaciones nos llevarán a reflexionar filosóficamente sobre lo que se conoce como
la ética aplicada.
¿Qué hay de malo en matar a una persona?
Toda persona tiene derecho a vivir según su dignidad y a poseer los medios necesarios para prevenir y cuidar su salud.
El derecho a la vida se traduce como el primer imperativo para toda persona: respetar la propia vida y la vida ajena.
Así, todo hombre debe poseer y vivir su dignidad que ha de ser respetada en toda circunstancia.
Las anteriores afirmaciones nos permiten evidenciar una problemática moral realmente importante, que no se limita al
ámbito de la moral sino que traspasa al campo jurídico y médico:
El valor de la vida
¿Pueden ponerse límites a la existencia, cortando la vida de manera voluntaria? ¿Está justificada la pena de muerte?
¿Es moralmente permitida la clonación? ¿Cuál es la responsabilidad moral del ser humano con respecto al cuidado y
conservación de los recursos naturales? ¿Qué aspectos éticos deben ser tenidos en cuenta en el desarrollo de la técnica
y la tecnología?
Ante este cúmulo de interrogantes vale la pena intentar algunas respuestas que imponen una valoración integral del ser
humano desde el ámbito personal y social, desde la corresponsabilidad con el hombre y con el mundo, desde la propia
noción de vida y de existencia.
El utilitarismo
Este planteamiento, que identifica lo bueno con lo útil, entiende por útil aquello que proporciona la felicidad al mayor
número posible de personas. Fue formulada inicial- mente por:
Jeremy Bentham (1748-1832)
Este filósofo, economista y jurista británico, empleó la teoría utilitarista como base, no sólo de un sistema ético, sino
también de reformas políticas y legales. Planteaba la necesidad de sacrificar pequeños intereses a causas más altas o,
en todo caso, de no sacrificar intereses mayores a otros menores.
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John Stuart Mill (1806-1873)
Filósofo y economista británico. Su obra causó gran impacto, no sólo en filosofía y economía, sino también en las
áreas de ciencia política, lógica y ética. Fue el defensor más destacado del utilitarismo después de Bentham.
En la presentación y práctica del utilitarismo conviene distinguir dos posiciones que resultan importantes en su apli-
cación:
Utilitarismo clásico, hace referencia a la práctica del hedonismo, del placer, del bienestar, buscando satisfacer
los propios intereses.
Utilitarismo de preferencia, en el cual las personas no tienen como prioridad sus propios intereses y la satis-
facción de los mismos, ya que tratan de propiciar actos moderados que fomentan el bienestar de la persona
pero no la plena satisfacción de sus placeres.
Sea cual sea su aplicación, donde en realidad se encuentra en su terreno la
doctrina utilitarista es en el ámbito público. Cuando nuestras acciones
afecten a diversas personas de distintas maneras, la conclusión típicamente
utilitarista es que la acción correcta es aquella que maximiza la utilidad
agregada de forma impersonal para todas las personas afectadas por esa
acción.
Este es el estándar que hemos de utilizar, individualmente, para elegir
nuestras propias acciones. Y este es, algo más importante, el estándar que
han de utilizar los responsables políticos cuando toman decisiones
colectivas que afectan a toda la comunidad.
Como se ha dicho, la forma utilitarista básica nos pide que sumemos las
utilidades de manera impersonal entre todos los afectados.
Históricamente, la mayoría de las críticas se han centrado en el problema de
comparar las utilidades que se van a sumar. Recientemente, la crítica se ha centrado en el carácter impersonal de esta
misma suma. En la fórmula utilitarista, una utilidad es una utilidad, tanto si es mía, de tu hija, de tu vecino, es decir, de
cualquiera.
Por tanto, para el utilitarista lo que debemos hacer, tanto en el ámbito individual como en el colectivo, es indepen-
diente de cualquier consideración de quiénes seamos y de cualesquiera sean los deberes especiales que puedan
desprenderse de ese hecho. De acuerdo con un programa utilitarista cada cual en principio es intercambiable por
cualquier otro. Por lo general, este carácter impersonal irrita bastante, pues la impersonalidad no es una actitud
moralmente correcta.
El principio de autonomía
Uno de los conceptos que se encuentra más estrechamente ligado a la libertad es la autonomía. En ocasiones ambos
términos son asumidos como sinónimos al indicar que se es libre cuando se actúa con autonomía, o se es autónomo
cuando se actúa con libertad. Puede afirmarse que la autonomía es la capacidad o condición que tiene una persona para
regirse sin depender de nadie.
Autonomía significa ser gobernado por uno mismo. Es lo opuesto a heteronomía, que significa ser gobernado por
algún otro. Desarrollar la autonomía significa ser capaz de pensar y decidir críticamente por sí mismo, teniendo en
cuenta muchos puntos de vista tanto en lo moral como en lo intelectual. Significa también que se ha desarrollado la
capacidad de opinar con argumentos, de debatir cuestiones y desarrollar la confianza en la propia capacidad para
actuar y decidir.
Como principio de moralidad, es Emmanuel Kant, quien determina con claridad el principio al afirmar en el texto
"¿Qué es la Ilustración?", que autónoma es la persona capaz de regirse a sí misma y de dictarse sus propias normas.
Siguiendo el planteamiento de Kant, se actúa con autonomía cuando el sujeto es capaz de librarse de las inclinaciones,
cuando sale de la "minoría de edad" en la cual se vale de otros y depende de ellos o de las instituciones para regir su
vida. La esencia de la autonomía está en la capacidad de tomar decisiones por sí mismo. Pero la autonomía no puede
entenderse como sinónimo de libertad total. Autonomía significa tener en cuenta los factores más significativos para
decidir cuál puede ser el mejor tipo de acción para todos los afectados. No puede hablarse de autonomía moral cuando
sólo se tiene en cuenta el punto de vista propio. Si se tiene en cuenta el punto de vista de otras personas, las decisiones
serán tomadas con mucha más libertad y se hará un auténtico ejercicio de autonomía.
Autonomía y decisiones en torno a la vida
En el contexto de la problemática por las decisiones en torno a la vida, el principio de autonomía se expresa como uno
de los principales argumentos a favor de acciones como el aborto, la eutanasia y la distanasia.
¿Es autónomo un enfermo o un médico para decidir sobre su vida o la de su paciente? ¿Puede una madre decidir sobre
el nacimiento de su bebé; sobre la vida de un ser, sin importar los hechos que hayan originado el embarazo? ¿Puede
afirmarse que se justifica la muerte de una persona por la "calidad de vida" que experimenta? ¿Qué significa ejercer la
autonomía en estas situaciones?
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Aborto y eutanasia
Uno de los interrogantes o problemas que más cuestiona a la humanidad en la actualidad
es el de la supresión o interrupción voluntaria y consciente del proceso de la vida. La
interrupción voluntaria de la vida humana, su destrucción, admite diversas
interpretaciones y son fruto de múltiples motivaciones. Sin embargo, un juicio ético ante
estas realidades es necesario e inaplazable.
¿Puede afirmarse que el aborto y la eutanasia son homicidio? ¿Puede primar la "calidad
futura de la vida" sobre el principio de inviolabilidad de la vida? ¿De quién depende la
decisión de dar por terminado el ciclo biológico de la vida?
Un intento de respuesta a estos interrogantes no es posible sin la comprensión tanto de los
conceptos de aborto y de eutanasia, como de las implicaciones que éstos tienen en los
diferentes campos de la vida humana.
El aborto. Tiene que ver con la "expulsión del feto inmaduro, incapaz de vivir fuera del seno materno. Así se
entiende que sea la interrupción del embarazo cuando el feto todavía no es viable". Esto es lo que se conoce
como aborto espontáneo. Cuando esta interrupción se da por la libre intervención del hombre, el aborto se
convierte en objeto de la moral y del derecho, conociéndose como aborto intencionado.
La eutanasia. Tiene que ver con "una acción o una omisión que por su naturaleza, o en la intención, causa la
muerte con el fin de eliminar cualquier dolor". Comprende por tanto, una planificación voluntaria para
procurar la muerte del enfermo crónico, del moribundo o de la persona en estado vegetativo.
En el aborto y la eutanasia confluyen muchas ideologías e intereses que en ocasiones confunden o interrogan a quienes
consideran haber asumido principios sólidamente construidos y reflexionados.
Frente a esto, la reflexión ética asume una posición que es clara y relevante:
El respeto a la vida humana ha sido uno de los ejes principales sobre los cuales se ha desarrollado la conciencia ética
de la humanidad. Las leyes civiles castigan el asesinato como un crimen, pues es la violación de uno de los derechos
más sagrados de la persona. Así lo proclama la Declaración de la ONU: "Todo individuo tiene derecho a la vida, a la
libertad y a la seguridad de su persona" (Artículo 3).
Tipos de aborto
Se clasifica en espontáneo y provocado. Este último puede ser:
Terapéutico. Cuando la vida de la madre o del feto, a juicio del médico, está en eminente peligro.
Eugenésico. Cuando se detectan malformaciones en el feto.
Social. Cuando el embarazo fue involuntario, producto, por ejemplo, de una violación y además representa una
carga para la familia.
Clandestino. Cuando se produce al margen de la ley.
Microaborto. Cuando ocurre antes de la anidación (producido por el dispositivo intrauterino).
Tipos de eutanasia
En términos generales se clasifica como:
Negativa o distanasia. Cuando se prolonga innecesariamente la vida. Por ejemplo, cuando se trata de un
enfermo desahuciado.
Pasiva. Cuando se da por terminada la dependencia de un paciente a los medios artificiales que lo mantienen
vivo.
Voluntaria. Cuando es solicitada por el paciente.
Involuntaria. Cuando se pone fin a la vida sin que la persona lo solicite. Por ejemplo, si se suprime la vida de
un niño que presenta malformaciones.
¿El embrión y el feto son sujetos morales?
La respuesta ética sobre el aborto está condicionada, en buena parte, por
el criterio que se tenga de la vida humana antes del nacimiento. ¿Está la
vida humana desde el mismo momento de la fecundación, en la
anidación, en la formación de la corteza cerebral o en el carácter racional
del ser humano?
Un juicio ético sobre el reconocimiento del ser humano como sujeto
moral desde la perspectiva del aborto, pareciera admitir diversos matices
según el tipo de aborto que se practique.
Algunos afirman que en el feto y el embrión no hay sujeto moral cuando
se trata de salvar la vida de la madre. Aquí el aborto no asume ningún
criterio moral porque pasa al plano del conflicto de la vida.
Otros afirman que ni el embrión ni el feto son "humanos" porque no se
encuentra en ellos ninguna capacidad de decisión ni de juicio.
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Hay quienes afirman que en los primeros días después de la fecundación no se puede hablar de humanidad en el
embrión, por tanto, no hay sujeto moral allí.
En la base de estos interrogantes y de sus correspondientes respuestas se debe ubicar la noción y la concepción de la
vida. ¿Puede hablarse de sujeto moral porque se ha formado la corteza cerebral o porque se tenga "uso de razón"
suficiente para emitir juicios? En la vida misma se encuentra y se fundamenta el derecho que toda persona tiene a vivir
y por ello todo ser humano puede ser considerado como sujeto moral sin importar su edad, derecho o condición.
Consecuencias de la prohibición
Puede pensarse que la prohibición sobre la realización de las prácticas que hemos descrito resulta nociva. Casos como
el de la malformación congénita, el del embarazo no deseado o producido por un acto violento, o el argumento sobre la
calidad de vida que van a experimentar en el futuro los recién nacidos, nos interrogan sobre su validez.
Caso similar ocurre con las prácticas de la eutanasia y la distanasia en las cuales pareciera que el argumento de la
"calidad de vida del enfermo" prima sobre el respeto a la vida y hace especial énfasis en la dignidad humana.
Ante esta situación conviene destacar la importancia que ha de tener el valor de la vida como principio fundamental.
La afirmación: "Nadie es dueño de su vida y mucho menos de la de los demás", deben cuestionar las acciones y
decisiones que se tomen al respecto.
Las prohibiciones suelen generar mayor adhesión a aquello que es prohibido, en este caso, la prohibición se orienta
hacia la práctica y no hacia la defensa de la vida.
El punto de vista religioso
La vida se suele asumir de un modo diferente dependiendo de la creencia religiosa de cada persona. A modo de
ejemplo, veamos algunos planteamientos.
El budismo
La vida se comprende desde diez estados por los cuales el hombre pasa,
suprimiendo el dolor y la muerte hasta alcanzar el nirvana.
Los diez estados, o jikkai, indican diez condiciones en las que una entidad de vida
se manifiesta en el curso del tiempo. La vida se respeta porque se trata de liberar
del karma con el cual se ha nacido y la vida misma es el único camino para la
liberación.
El cristianismo
Para los cristianos, la vida es un don de Dios, único dueño y señor de ella. Dios es el origen y fundamento de la
dignidad humana, él es Señor de la vida y de la muerte.
Por tanto, el ser humano es receptor de la vida que proviene y le es dada por Dios. No es el dueño absoluto que elige la
hora de la muerte, sino que es Dios quien elige por él.
Por este motivo, el moribundo y el enfermo no pueden ser considerados como personas inútiles, sino como personas
necesitadas de amor, de compañía y de cuidado para superar su estado de indigencia.
La muerte, por tanto, se presenta como un puente entre la vida terrena y la eternidad; como el final de un proceso de
responsabilidad o de irresponsabilidad de cada persona consigo misma.
El islam
Esta religión da un enorme valor a la vida humana, como manifestación
máxima de la dignidad del hombre. Esto viene expresado en el Corán en los
siguientes términos: "Por esta razón, decretamos para los hijos de Israel que
quien matara a un ser humano —no siendo (como castigo) por asesinato o
por sembrar la corrupción en la tierra— sería como si hubiera matado a toda
la humanidad; y, quien salvara una vida, sería como si hubiera salvado las
vidas de toda la humanidad" (5:32).
El valor que se menciona es indivisible, de tal modo que la agresión a una
sola persona equivale a un ataque contra toda la humanidad. "Y no quitéis la
vida —que Dios ha declarado sagrada— a ningún ser humano, excepto en
(cumplimiento de la justicia)" (1 7:33).
En caso de conflicto bélico, los combatientes tienen la obligación de no acabar con la vida de los civiles. De este
modo, resulta ilícito atacar a las mujeres y hombres no combatientes, los niños, los ancianos, los dementes, los
enfermos y los inválidos. Esto incluye también a los ciegos, los lisiados, los tullidos y los inconscientes.
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¿Somos responsables de los demás?
Para llegar a la meta de un mundo justo y para superar los conflictos e injusticias, existe el camino de la actitud respe-
tuosa y corresponsable. Un mundo transformado por la justicia puede y debe ser tarea de todos los ciudadanos a
quienes les obliga el respeto por los derechos ajenos; por los ciudadanos y por las personas en sus grupos y en sus
profesiones, y a quienes les obliga también la corresponsabilidad con el bien personal, familiar, local, nacional y
mundial.
Siguiendo a John Stuart Mili, como veíamos, uno de los principales representantes del utilitarismo, podemos afirmar
que "el hombre llega por instinto a ser consciente de sí mismo como un ser que, por supuesto, presta atención a los
demás. Llega a resultarle el bien de los demás algo a lo que natural y necesariamente ha de atender, en igual medida
que a las necesidades físicas de la existencia. Ahora bien, cualquiera que sea el grado de desarrollo de este sentimiento
en una persona, se ve forzada por los más fuertes motivos, tanto el interés personal como la simpatía, a demostrarlo e
intentar con todas sus fuerzas promoverlo en los demás".
La noción de responsabilidad moral
¿Qué es y en qué consiste la responsabilidad moral? La diversidad de concepciones del fin de la moral nos permitirá
actuar de distintas formas, dependiendo de nuestra forma de ser, de nuestro contexto social y cultural, de las
circunstancias en las cuales nos desenvolvamos, pero siempre ha de tener un horizonte, una meta clara y precisa.
Nuestros actos deben surgir de nosotros mismos, de nuestro conocimiento y reconocimiento de la propia interioridad,
del conocimiento y reconocimiento del otro como un ser con igualdad de condición y dignidad. Nuestros actos y
decisiones han de tener como finalidad el cumplimiento responsable de los compromisos y acuerdos establecidos a
nivel personal y social, buscando siempre el bienestar de la humanidad.
Cuando hablamos de responsabilidad moral, hacemos < referencia de manera especial a la "corresponsabilidad" 3 que
significa que por el simple hecho de ser hombres, i somos responsables del cuidado de la vida del otro, mas £ no de las
consecuencias nocivas de sus acciones.
Somos responsables de los demás en cuanto compartimos el mismo planeta, el mismo espacio, nos beneficiamos de la
naturaleza, de los productos e inventos del hombre. Somos responsables en cuanto que nuestras acciones y decisiones
repercuten necesariamente en otros, en lo que hoy es conocido como "aldea global".
La corresponsabilidad implica asumir desde la perspectiva de la antropología filosófica que no puede entenderse al
hombre sin referencia al otro. Como ya se ha dicho, "ser hombre significa ser con y para los demás", y esto implica
una responsabilidad moral compartida.
Como lo afirma jean Paul Sartre: "Somos nosotros los responsables de nuestros actos y decisiones porque ellos
implican nuestra propia existencia". Es allí donde podemos encontrar el verdadero sentido de la responsabilidad moral.
Ricos y pobres
La distancia social y económica entre ricos y pobres es cada día más evidente en nuestro
mundo globalizado. La disparidad y exclusión social y económica caracteriza a gran
cantidad de naciones y de pueblos que, en muchas ocasiones, son considerados como los
más pobres y marginados. Ante esta realidad incontrovertible, el interrogante ético y moral
aparece como un imperativo: ¿Qué es lo justo? ¿De qué manera puede contribuir el
hombre a la disminución de estas distancias sociales y económicas?
Aunque diferentes éticas han defendido el principio de la justicia, ésta ha sido asumida
desde perspectivas que en ocasiones han llevado a acrecentar la brecha entre ricos y
pobres. Lo realmente complicado es la aplicación de dichos supuestos en la realidad
misma en campos como las relaciones políticas y económicas entre los pueblos, las
relaciones laborales, las relaciones entre las empresas, la producción y el respeto del
medio ambiente, la distribución de los recursos y de los bienes que son considerados como
comunes, pero que en su gran mayoría son monopolizados y explotados por unos pocos en
detrimento de las condiciones de vida de la mayoría.
Todos estos ámbitos y realidades exigen criterios claros y precisos no solamente sobre la noción de justicia sino, ade-
más, sobre la manera concreta como el ser humano pueda posibilitar mayores y mejores posibilidades para que los
menos favorecidos afronten con mejores recursos la situación que viven. Como lo afirma Aristóteles en la Ética a
Nicómaco: "del mismo modo que lo injusto implica desigualdad... lo justo implica igualdad".
El deber de ayudar
El respeto y la reparación personal y social son exigencias básicas de la justicia, que requieren colaboración para sub-
sanar las injusticias de otros, para corregir los defectos de las estructuras sociales que hacen que la distancia entre los
hombres sea cada vez más marcada.
Justicia no significa sólo igualdad entre las personas. Significa igualdad de posibilidades, equidad para ser cada día
mejor.
Este esfuerzo por responder a la exigencia moral que nos lleva a buscar la justicia, debe hacerse según las propias
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posibilidades, pues no es suficiente con lo que nos indica la ley.
Este deber de ayudar puede caracterizarse por:
Estar dispuesto a colaborar con dinero a las obras que las empresas organizan a favor de los más pobres y necesitados.
Pagar los impuestos necesarios para que los poderes públicos intensifiquen sus esfuerzos en pro del desarrollo social.
Comprar los productos de quienes derivan su sustento del trabajo honorable y responsable (microempresas y empresas
de economía solidaria).
Reconocer justamente el trabajo de las personas y remunerarlo con justicia.
Invertir el dinero en el país con el fin de generar mayores posibilidades de trabajo.
Denunciar las injusticias sociales.
Estar dispuesto a ayudar a los marginados y desplazados, brindándoles oportunidades de trabajo y desarrollo.
La igualdad y las desigualdades sociales
La desigualdad social siempre ha estado presente en todas las épocas y en todos los
lugares de la Tierra, pero en nuestro tiempo y en nuestro país, es una realidad y un
problema de enormes dimensiones. Aunque podemos afirmar que el papel de la ética es
la reflexión filosófica sobre las costumbres, no podemos olvidar que esta reflexión debe
repercutir de manera clara y significativa en la vida cotidiana, pues no basta con
disertar y sacar conclusiones si éstas no inciden de alguna forma en la realidad. En este
sentido la reflexión filosófica no puede ser un discurso estéril.
La aplicación de la ética al contexto social debe manifestarse de manera concreta en la
reflexión y en la formulación de acciones que logren, si no la igualdad y la justicia, sí la
creación de conciencia de que no podemos ser indiferentes ante la situación de
necesidad que vive una gran parte de la población.
Las acciones morales deben ser consideradas entonces como un proceso de construcción de la justicia social que debe
estar orientada a cuidar y desarrollar la vida de las personas y de las instituciones sociales en la medida que las
posibilidades lo permitan.
Desde la perspectiva ético-filosófica, una de las maneras de estrechar la distancia entre las desigualdades sociales es el
reconocimiento del hombre como persona. Como lo afirma Joseph Guevaert en su Introducción a la antropología
filosófica: ser hombre significa "ser con los demás", reconociendo al otro como una persona y procurando aunar
esfuerzos que contribuyan al mejoramiento de las condiciones de vida de los demás en lo que esté a nuestro alcance.
La aplicación del concepto de justicia
En la actualidad, la pregunta se orienta hacia la justicia que se aplica en los sistemas políticos y sociales legalmente
constituidos y cómo las instituciones procuran o no la defensa y consolidación de la justicia social. Podríamos afirmar,
como lo hace Locke, que "la justicia se configura como la virtud propia de un ordenamiento social cuya finalidad es el
respeto y protección de los derechos individuales".
También cabe anotar, desde el punto de vista de Karl Marx, que "la justicia debe estar ligada a la búsqueda de la
igualdad entendida como la abolición de privilegios injustificados que los poderosos han sabido acumular a lo largo de
los siglos en detrimento de la población a la que han despojado de los rasgos más elementales de lo que sería una vida
humana plena".
Ética, ciencia y tecnología
Hemos dicho que la ética es la reflexión filosófica sobre las costumbres, que es una reflexión que busca interrogar y
dar respuestas a las problemáticas y situaciones propias del acontecer del ser humano.
Es así como la irrupción y desarrollo de la ciencia y la tecnología en la vida humana plantea nuevos cuestionamientos
que se hace necesario abordar desde la ética, con el fin de iluminar y clarificar su práctica y utilización más adecuada.
Realidades como la clonación de animales y de seres humanos, el avance de la tecnología, el desplazamiento del
hombre hecho por la "máquina". La descongelación de los polos y la destrucción de la capa de ozono, son apenas
algunas de las consecuencias que algunos atribuyen a lo que comúnmente llamamos el "avance de la ciencia y de la
tecnología".
Cabe entonces preguntarse: ¿qué papel juega la ética ante estas circunstancias? ¿Realmente el avance de la ciencia y
de la técnica siempre se orienta a obtener mejores condiciones de vida para el ser humano?
Límites morales de la investigación científica
La pregunta por los límites morales de la investigación y producción científica es la pregunta por el sentido de dichas
actividades. Con frecuencia se argumenta que dichas investigaciones no pueden limitarse puesto que su fin es la
búsqueda del mejoramiento de la calidad humana, de las condiciones de vida del hombre, del aumento de la calidad en
los productos animales y vegetales. Estas consideraciones nos remiten de nuevo a la pregunta por los principios, por
los valores que guían el actuar humano, pues bien, sabemos que no siempre es el bienestar de la humanidad/ el que
está detrás de estas investigaciones sino que en ocasiones lo que prevalece es el ánimo de lucro.
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Moralidad y medios de comunicación
Siguiendo con los interrogantes y planteamientos hechos sobre la ciencia y la tecnología, los medios de comunicación
merecen especial atención. El avance y progreso de estos sistemas ha permitido que nos reconozcamos como los
"habitantes del universo", miembros todos de la "aldea global". Este hecho, además de permitir al ser humano conocer
de primera mano y casi al instante lo que ocurre en el mundo, también ha influido de manera significativa en la cultura
y la tradición de los pueblos.
Se ha llegado a afirmar que es tal el poder y la influencia de los medios de comunicación que han transformado la cul-
tura, la tradición y los valores más arraigados de la sociedad. Esta realidad merece ser estudiada desde la óptica de la
ética para tratar de responder a interrogantes tales como:
¿Cuál ha sido la incidencia de los medios de comunicación en la tradición y la cultura?
¿De qué manera han influido los medios de comunicación en la manera de comprender al hombre y al mundo?
¿Cómo puede la ética influir en la comprensión y transformación de las nuevas realidades generadas por los medios de
comunicación?
Pros y contras de los medio de comunicación
Algunos aspectos que permiten ver hasta dónde llega la influencia de los
medios de comunicación son los siguientes.
Violan con frecuencia la intimidad de las personas.
Ciertas cuestiones, pueden ser utilizadas con sentido positivo, así como
también lo importante o valioso puede ser utilizado de modo negativo.
La libertad de expresión y el derecho de información suelen presentarse
como los grandes temas de la comunicación. Sin embargo, no existe
libertad de información sobre todas las cosas.
Con la televisión, la imagen se ha convertido en autoridad. Sólo se cree
lo que se ve. El ojo cree en lo que ve y eso parece lo verdadero.
Las imágenes distorsionan la realidad. Así, por ejemplo, la saturación de
violencia puede llevar a que ésta se admita como una manera normal y
adecuada de resolver los conflictos.
ACTIVIDADES DE APROPIACIÓN
1. ¿Cuáles crees que son los valores y principios morales que deben guiar nuestras acciones?
2. ¿De qué manera se evidencian el subjetivismo ético y el relativismo moral en el medio donde vives?
3. ¿Crees que una actitud ética y moral puede influir en una realidad carente de valores? Explica tu respuesta.
La ética de la autenticidad
Vivimos en un mundo en el que las personas tienen derecho a elegir por sí mismas sus propias reglas de vida, a decidir
en conciencia qué convicciones desean adoptar, a determinar la configuración de sus vidas con una completa variedad
de formas sobre las que sus antepasados no tenían control. (...) Muy pocos desean renunciar a este logro. En realidad,
muchos piensan que está aun incompleto, que las disposiciones económ icas, los modelos de vida familiar o las
naciones tradicionales de jerarquía todavía restringen nuestra capacidad de ser nosotros mismos. Pero muchos de
nosotros nos encontramos también ambivalentes. La libertad moderna se logró cuando logramos escapar de horizontes
morales del pasado. La gente solía considerarse como parte de un orden mayor. En algunos casos se trata de un orden
cósmico, una "gran cadena del ser" en la que los seres humanos ocupaban el lugar que les correspondía junto a los
ángeles, los cuerpos celestes, las criaturas que son nuestros congéneres en la Tierra. Este orden jerárquico se reflejaba
en las jerarquías de la sociedad humana. La gente se encontraba a menudo confinada en un lugar, un papel y un puesto
determinados que eran estrictamente los suyos y de los que era casi impensable apartarse. La libertad moderna
sobrevino gracias al descrédito de dichos órdenes. Pero al mismo tiempo que nos limitaban, esos órdenes daban
sentido al tnundoy a las actividades de la vida social. Las cosas que nos rodeaban no eran tan solo materias primas o
instrumentos potenciales para nuestros proyectos, sino que tenían el significado que les otorgaba su lugar en la cadena
del ser. El águila no era solamente un ave como otra cualquiera, sino el rey de un dominio de la vida animal. Del
mismo modo, los rituales y normas de la sociedad tenían una sofisticación que no era meramente instrumental. Al
descrédito de esos órdenes se le ha denominado desencantamiento del mundo. Con ello, las cosas perdieron parte de su
magia.
Charles Taylor. La ética de la autenticidad
El propósito de las siguientes actividades es analizar el concepto de amoralidad a partir de argumentos, e identificarlo
en los comportamientos cotidianos de la sociedad.
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COMPETENCIA INTERPRETATIVA
4. Identifica en el texto los aspectos que hacen referencia a la amoralidad, al relativismo ético y al subjetivismo
moral.
Para esto, piensa en la siguiente pregunta y discute con un compañero tu interpretación:
5. ¿Por qué se afirma que nuestros antepasados no tenían control sobre sus propias vidas?
COMPETENCIA ARGUMENTATIVA
Según las nociones de amoralidad, subjetivismo ético y relativismo moral, responde:
6. ¿Por qué se afirma que ninguno de los tres puede considerarse como la única, ni la mejor manera en que
pueden convivir los sujetos en una sociedad con distintas concepciones morales?
COMPETENCIA PROPOSITIVA
7. Identifica situaciones cotidianas en las cuales se evidencie el amoralismo, el relativismo moral y el
subjetivismo ético. Comparte con tus compañeros las posibles causas y consecuencias de estos hechos.
La virtud es la verdadera felicidad
"(...) Así pues, la perseverancia que buscamos es la del hombre dichoso, él la conservará durante toda su vida, y solo
practicará y tomará en cuenta lo que conforma con la virtud, o por lo menos, se sentirá ligado a ello más que todas las
demás cosas y soportará los azares de la fortuna con admirable sangre fría. El que dotado de una virtud sin tacha es, si
así puede decirse, cuadrado por su base, sabrá designarse siempre con dignidad a todas las pruebas. Siendo los
accidentes de la fortuna muy numerosos, y teniendo una importancia muy diversa, ya grande, ya pequeña, los sucesos
poco importantes, lo mismo que las ligeras desgracias, apenas ejercen influjo en el curso de la vida. Pero los
acontecimientos grandes y repetidos, son favorables, hacen la vida más dichosa; porque contribuyen naturalmente a
embellecerla, y el uso que se hace de ellos da nuevo lustre a la virtud. Por medio de estas pruebas mismas, la virtud
brilla con todo su esplendor cuando un hombre con ánimo sereno soporta grandes y numerosos infortunios, no por
insensibilidad, sino por generosidad y por grandeza de alma. Si los actos virtuosos deciden soberanamente la vida del
hombre, como acabamos de decir, jamás el hombre de bien, que reclama la felicidad de la virtud, puede hacerse
miserable, puesto que nunca cometerá acciones reprensibles y malas.
A nuestro parecer, el hombre verdaderamente sabio, el hombre verdaderamente virtuoso, sabe sufrir los azares de la
fortuna sin perder nada de su dignidad; sabe sacar siempre de las circunstancias el mejor partido posible, como un
buen general sabe emplear de la manera más conveniente para el combate el ejército que tiene a sus órdenes, como el
zapatero sabe hacer el más precioso calzado con el cuero que se le da; como hacen en su profesión todos los demás
artistas. Si esto es cierto, el hombre dichoso, porque es hombre de bien, nunca será desgraciado...".
Aristóteles. Etica a Nicómaco.
El objetivo de estas actividades es relacionar algunas preguntas con los argumentos que se mencionan en el texto
filosófico.
8. Escoge un personaje que consideres posee al menos algunas de las características que Aristóteles señala como
propias del hombre virtuoso. Justifica tu elección.
9. A partir del texto de Aristóteles, reflexiona y discute con tus compañeros si el ejercicio de la virtud reporta a
quien lo practica algún gozo o placer, o si bien, es sólo un sacrificio.
COMPETENCIA PROPOSITIVA
Con esta actividad podrás determinar la relación existente entre la felicidad y el sentido de la vida.
10. ¿Cómo entendemos la felicidad?
11. Pregunta a tres compañeros sobre la manera como entienden y caracterizan la felicidad. (escríbalas).
12. Pregunta a tres adultos sobre la manera como entienden y caracterizan la felicidad.
13. Elabora tu propia comprensión sobre la felicidad.
Compara cada una de las posturas y determina:
14. ¿Cuál es la mejor manera de ser feliz, de alcanzar la felicidad?
15. ¿Qué deberías tener en cuenta para alcanzarla?
Las siguientes actividades te invitan a revisar el concepto de libertad y de autonomía a la luz de hechos y
circunstancias que enmarcan tu vida cotidiana.
COMPETENCIA INTERPRETATIVA
16. Revisa con tus compañeros el Manual de convivencia de tu colegio y determina las normas y principios que
favorecen la libertad y la autonomía de los estudiantes.
17. Identifica las normas y principios que consideras van en contra de la libertad y de la autonomía.
COMPETENCIA PROPOSITIVA
18. Redacta o modifica los artículos del "Reglamento, manual de convivencia", integrando los aspectos que a tu
juicio vale la pena incluir para favorecer la libertad y la autonomía de los estudiantes.
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Las preguntas que vas a desarrollar a continuación pretenden interrogarte sobre la comprensión
y la apropiación de los conceptos de...LIBERTAD Y AUTONOMÍA
Para esto te invitamos a relacionar tus reflexiones con tu actual situación de vida. Por tanto: Lee con atención el
siguiente comentario y el texto de Kant que viene a continuación.
La autonomía es un concepto clave en la reflexión ética, porque si la conciencia moral consiste en la capacidad de
conocer y juzgar la bondad y la maldad de las acciones propias y ajenas, ésta —la acción— ha de ser autónoma y no
heterónoma. Es decir, ha de regirse por los principios morales que le parecen propios de los seres humanos, y no por
normas o leyes impuestas, llámense instintos, deseos, tradición o la autoridad de alguien.
¿QUÉ ES LA ILUSTRACIÓN?
"La ilustración es la salida del hombre de la autoculpable minoría de edad. Minoría de edad significa la incapacidad de
servirse de su propio entendimiento sin la ayuda de otro. Uno mismo es culpable de esa minoría de edad cuando la
causa de ella no reside en la carencia de entendimiento, sino en la falta de decisión y valor para servirse de sí mismo
sin la guía de otro. ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento! He aquí el lema de la ilustración. (...)
La pereza y la cobardía son las causas de que una gran parte de los hombres permanezca, gustosamente, en la minoría
de edad a lo largo de la vida... ¡Es tan cómodo ser menor de edad! Si tengo un libro que piensa por mí, un director
espiritual que me remplaza la conciencia moral, un médico que me prescribe la dieta, etc., entonces no es necesario
que me esfuerce".
Kant. Respuesta a la pregunta: ¿ Qué es la ilustración ?
19. Ahora, identifica en el texto la presentación que Kant hace sobre la libertad, la autonomía y la minoría de
edad. ¿Cómo entiende él la ilustración y al hombre ilustrado?
A partir de tu reflexión sobre el texto, responde:
20. ¿En tu entorno, existen las condiciones necesarias para un auténtico ejercicio de la libertad?
21. ¿La educación que estás recibiendo es un aporte para tu formación en la libertad y la autonomía?
22. ¿Qué estás haciendo para construirte y formarte como una persona libre y autónoma?
23. ¿Qué aspectos de la actual realidad personal, familiar y social te están impidiendo ser libre y autónomo?
24. Identifica situaciones en las cuales el mal ejercicio de la libertad y de la autonomía sea evidente. Analiza las
consecuencias del mal ejercicio de la libertad y de la autonomía. Escribe tus conclusiones.
25. Elabore un escrito sobre la libertad y la autonomía en el cual puedas compartir tus conclusiones con tus
compañeros y amigos.
26. ¿Cuál ha sido la incidencia de los medios de comunicación en la tradición y la cultura?
27. ¿De qué manera han influido los medios de comunicación en la manera de comprender al hombre y al mundo?
28. ¿Cómo puede la ética influir en la comprensión y transformación de las nuevas realidades generadas por los
medios de comunicación?
29. Acércate a tres tipos de medios de comunicación (televisión, radio, internet), determina los valores, principios
y manera de comprender al hombre, al mundo y a la sociedad.
30. Establece relaciones y diferencias con los conceptos estudiados sobre la ética y los medios de comunicación.
Puedes traer ejemplos en que se manifiesten abusos éticos de los medios de comunicación.
SOCIALIZACIÓN
Mediante mesa redonda se socializará la guía para revisar las actividades, y aclarar las dudas que se hayan encontrado
en el desarrollo de los temas.
COMPROMISO
Indaga sobre la manera como conciben la vida los musulmanes y los budistas, y establece una comparación en
la que establezcas similitudes y diferencias.
Investiga la filosofía de las fundaciones que defienden el "Derecho a morir dignamente" y de aquellas que
están en contra del aborto. Indaga por sus orígenes, fundamentos y objetivos. Compara tus hallazgos con los
diferentes tipos de eutanasia y de aborto.
Si te es posible, realiza una visita a un enfermo terminal y pregúntale por el sentido de la vida. Confronta sus
respuestas con la concepción que tú tienes de la vida y la mejor manera de vivirla.
Compara los resultados de los puntos anteriores y escribe tus conclusiones.
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ELABORÓ REVISÓ APROBÓ
NOMBRES
Severo Ortiz Rivera
Severo Ortiz Rivera
CARGO Docentes de Área Jefe de Área Coordinador Académico
25 03 2014 11 04 2014 DD MM AAAA