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HISTORIA ANTIGUA
TEMARIO
Pablo Del Olmo Díez
Grado en Historia
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TEMA 1. LA EDAD DEL BRONCE EN EL EGEO:
CULTURAS CICLÁDICA Y MINIOCA
Periodización de la Historia de Grecia
La periodización está basada a partir del caso ateniense. La historia de Grecia se
distribuye entre:
- Edad Oscura: del fin del mundo micénico, en torno al 1.200 a.C., al comienzo del
mundo arcaico, mediados del siglo VIII a.C.
- Época Arcaica: de mediados del siglo VIII a.C. a finales del siglo VI a.C.
- Época Clásica: siglo V y primera mitad del IV.
- Época Helenística: a partir de la década de los treinta del siglo IV.
El problema de esta periodización es que se ha hecho a partir de las vivencias y las
fuentes atenienses. Pero hoy se dice que el caso de Atenas no es la norma, sino lo contrario,
por lo que no todos aceptan ciertos aspectos de la periodización, como Starr, quien dice que el
arcaísmo comprendía del Submicénico a la aparición de la polis a finales del siglo VIII.
Aquí se va a empezar desde la Edad del Bronce en la cual encontramos tres culturas: la
cicládica, la minoica y la micénica. En Grecia la Edad del Bronce comenzó poco después del año
3.000 a.C. Grecia en esta época, como en las posteriores, no era una unidad aislada, sino que
formaba parte de un amplio complejo egeo que geográficamente compartía clima, terreno,
recursos similares y formas de vida material parecidas. Con esta denominación de civilización
egea se identifica una realidad histórica, formada por grupos de población que poseían una
cultura básicamente homogénea, pero con importantes rasgos diferenciadores entre sí,
debidos entre otros motivos a factores de tipo geográfico, que explican en cierto modo la
fragmentación de todo el área cultural. Debido a la escasez de documentación literaria o
epigráfica que permita la elaboración de una cronología histórica aceptable, es la arqueología
la que ayuda a fechar. Este período del Bronce Antiguo, que cubre el III y el II milenio, se
dividen en tres grandes etapas, que adoptan una denominación concreta según el área
geográfica a la que se refieren. La civilización del Bronce en Creta se denomina Minoico, en
Grecia continental se llama Heládico y en las islas centrales del Egeo, Cicládico. De forma un
tanto convencional cada período se subdivide en tres fases: Antiguo, Medio y Reciente.
Partimos de la Edad del Bronce porque en sus últimas fases encontramos
documentados griegos en el área egea. Pocos datos existen para explicar razonablemente el
paso de las comunidades neolítica a la Edad del Bronce y sus innovaciones. Mientras algunos
plantean que la llegada de los griegos al continente fue por una invasión masiva y violenta,
discutiéndose la fecha de este hecho, otros defienden que la entrada de los griegos al
continente se realizó de manera gradual, o que fue una evolución in situ. A pesar de este
dilema, se sabe que en el Bronce Reciente, con la civilización micénica, la Hélade estaba
formada ya por griegos, habiéndose desarrollado con la ayuda de las influencias minoicas y
cicládicas, siendo Creta el lugar donde la civilización griega tiene su origen más remoto.
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Con respecto a las fuentes, la gran mayoría de ellas son de tipo arqueológico, habiendo
muy pocas fuentes escritas referidas a la época, lo que dificulta mucho el conocimiento de este
período. De estas fuentes escritas se deben destacar tres tipos:
- Las Tablillas de Arcilla: esta fuente son sólo legibles las escritas en Lineal B. El
problema de estos textos es que eran inventarios económicos y administrativos de
muy difícil interpretación, proviniendo los ejemplos más antiguos de la ciudad
cretense de Cnosos (1.400 a.C.).
- Los Archivos de Mari del siglo XVIII a.C., que documentan las relaciones
comerciales con Creta.
- Algunos textos egipcios, que hablan del país de Keftiu, a la que se identifica con
Creta.
Durante la Dinastía Tutmosis III y Amenofis III relacionan a los cretenses
con los minoicos.
A partir de Amenofis IV ya sólo se les identifica con los micénicos.
La Edad del Bronce en las Cícladas:
A comienzos de la Edad del Bronce las islas Cícladas del Egeo recibieron inmigrantes,
de posible origen monorasiático, o de origen cario, según Heródoto y Tucídides, portadores de
nuevas técnicas, pero su desarrollo cultural se orientó hacia la exportación de materias primas,
como la obsidiana, el esmeril, y metales, como el bronce y la plata. Por otra parte la actividad
marítima tuvo su importancia en el contexto que estamos tratando y sus productos llegarían a
las costas del Egeo en barcos de proa empinada. Esta cultura, contemporánea del Heládico
Antiguo II y Minoico Antiguo II, marcó un apogeo y un ritmo de desarrollo que se pone de
manifiesto en la cerámica y en su forma característica de “sartén”, con grabaciones de barcos,
prueba de la actividad comercial de la población. Sin embargo los asentamientos son reducidos
y diseminados, no hay santuarios ni enterramientos colectivos, aunque, ya hablando de los
enterramientos, las sepulturas dan indicio sobre la diversificación social, ya que se pueden ver
enterramientos pobres que se contraponen a cuantiosos ajuares. Los productos más
representativos eran los idolillos de mármol de formas geométricas, hallados en gran número
en las tumbas, que responden a una forma de religiosidad desconocida, siendo estos idolillos
de mármol, junto a los recipientes líticos, testimonio suficiente para atestiguar la explotación
de canteras de piedra. Todo esto ocurrió en el Clicládico Antiguo (3.000-1.900 a.C.) al que se
pasó por un proceso evolutivo en continuidad. En esta época las Islas Cícladas basan su
economía en la agricultura, cultivando vid, trigo y cebada, en la ganadería y en la pesca. Por
último se deben destacar los contactos con el exterior a través del Egeo, que conformaba un
camino practicable para la posible flota cicládica.
Durante el Cicládico Medio (1.900-1.550 a.C.) se constata una pérdida de importancia
de la cultura de estas islas. Los niveles del CA III aparecen destruidos por causas desconocidas
y hay constancia de pequeños asentamientos comerciales cretenses y continentales, que
tenían en sus manos el comercio interior y exterior. De todas formas, se produjo un aumento
en el nivel de vida de las poblaciones de la isla, aunque hayan perdido la iniciativa en la
actividad económica, dirigida ahora por los cretenses.
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En el Cicládico Reciente (1.550-1.200 a.C.), el ocaso de la potencia minoica permitió
que los micénicos ocuparan su lugar en ultramar e incluso ampliaran sus zonas de influencia.
Las Cícladas cayeron bajo influencia micénica, aunque hay pocos datos al respecto.
La Edad del Bronce en Creta:
Frente al aislamiento en que vivió en época neolítica, se constata que durante el
Minoico Antiguo Creta fue centro de acogida de pequeños grupos humanos procedentes de
Anatolia, la región sirio-palestina e incluso de la zona protolibia de África, lo que pone en
evidencia la situación estratégica de Creta, que funcionó como punto de reunión de distintas
culturas. Estos grupos humanos se fusionarían con la población neolítica y posibilitarían un
crecimiento evolutivo, sin ruptura total con la reciente cultura neolítica, como ya en su
momento consideró Evans, quien descubrió el Palacio de Cnosos, considerado por él la
residencia del mítico rey Minos. Los griegos del siglo V tendrán a este rey como el primer
legislador y el dominador de mar, siendo incluso Atenas tributaria de la civilización micénica.
Aunque en realidad del rey Minos no se sabe nada positivo de él, ningún texto cretense o
micénico nombra su nombre. Pero a pesar de todo esto, las tradiciones sobre el rey Minos
ponen de manifiesto el esplendor de la cultura cretense en la Edad del Bronce.
Periodización de la Edad del Bronce en Creta:
- Minoico Antiguo Prepalacial (3.000-2.000 a.C.).
- Época Protopalacial o de los Primeros Palacios (2.000-1.700 a.C.).
- Época Palacial (1.700-1.400 a.C.).
- Época Postpalacial (1.400-1.100 a.C.).
Época Prepalacial o Minoico Antiguo (3.000-2.000 a.C.):
Es difícil saber el surgimiento de la cultura del bronce en Creta, pero el uso de los
metales en Creta se implanta sobre la cultura neolítica precedente, sin aparente solución de
continuidad, por lo que existe la hipótesis de una procedencia externa anatólica.
Anteriormente hemos citado que Creta era un punto de reunión de culturas, pero parece que
más que haber un aflujo de gentes de procedencia anatólica, hubo un proceso de aculturación.
En la fase II del período (2.500 a.C.) se produce una aceleración cultural sorprendente. Algunos
atribuyen este desarrollo a la población extranjera, sin embargo, la continuidad de la población
es una de las impresiones más sólidas que surgen del estudio de los enterramientos minoicos.
Podemos, por tanto, afirmar que la historia de Creta es la historia de una sociedad que
absorbió nuevos elementos de dentro de un desarrollo interno propio y coherente, es decir, de
la ya citada aculturación.
Los núcleos de población se transformaron en pequeñas ciudades que presentaban
una diversificación económica. La economía minoica se basó en la agricultura, en las llanuras, a
la producción de cerámica y tejidos, a la actividad pesquera y al comercio exterior con el Egeo
en las zonas costeras. Aparte de todo esto se constata también el incremento de población en
esta época y la especialización artesanal, descubriéndose gran cantidad de cerámicas, aunque,
en cambio, hay escasas armas y una ausencia total de herramientas metálicas para la
agricultura. Es posible que la actividad metalúrgica la aprendieran de la Cícladas. Estos son los
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fundamentos sobre los que se asientan la civilización minoica, destacando de todo esto la
introducción del bronce y el aumento de los contactos con el exterior, es decir, con las islas del
Egeo.
Época de los Primeros Palacios o Protopalacial (2.000-1.700 a.C.) MM I y II:
Este período está caracterizado por la aparición de los primeros palacios. Es evidente
que en la región se produjo una continuidad pacífica en los asentamientos poblacionales entre
el Minoico Antiguo y Minoico Medio. Este hecho se constata en los cultos religiosos y en la
fabricación de cerámica del mismo tipo. La continuidad sólo se vio alterada por movimientos
sísmicos, que obligan a la reconstrucción inmediata de los edificios, por un mayor crecimiento
basado en nuevos asentamientos de población, y por un aumento de los contactos con la
Grecia continental.
Los palacios se erigen como modelo organizativo centralizado, ubicados en cada una
de las cuatro zonas naturales que dividían la isla y que configuraban en cada una de ellas
unidades económicas, sociales, políticas, culturales, religiosas y administrativas. Los palacios
más importantes fueron el de Cnosos y el de Festo. Estos palacios no presentan ningún tipo de
fortificación, por lo que no eran ciudadelas, sino complejos “civiles”, que evocan una
continuidad de equilibrio y tranquilidad. Todo el edificio, de gran tamaño y complejo, se
organiza en torno a un gran patio central que posee un sistema muy refinado de construcción.
La decoración es muy cuidada y presenta suelos enlosados y frescos en las paredes de gran
belleza. El hecho de no haberse encontrado restos de fortificación en los palacios da la
sensación de un escaso interés de esta civilización por temas guerreros, aunque hay
documentación que alude a una talasocracia con gran cantidad de puertos (Minoa), que no dio
necesidad de fortificaciones.
Cercanos a los palacios se ubican los poblados con viviendas comunes que se
distribuyen sin un orden fijo por las callejuelas. Los palacios dirigían la producción y el
comercio, aunque no de forma absoluta. Este desarrollo de la vida urbana se manifiesta
además en un incremento e intensificación en la explotación de los recursos materiales,
aunque prácticamente se ignora el funcionamiento del sistema y del propio papel que pudo
jugar el complejo palaciego en él. En las zonas rurales existían dos tipos de tierras: las tierras
pertenecientes a los dignatarios palaciegos y las tierras de la comunidad, teniendo que pagar
tanto por unas como por otras una tributación.
El comercio era una actividad económica de los palacios. Numerosos objetos
demuestran la existencia de intercambios comerciales con Chipre, Egipto, las islas del Egeo, la
región Sirio-Palestina, Mesopotamia y Anatolia.
Toda esta estructura citada requería un sistema de contabilidad y registro del que no
se sabe nada, al no haberse conservado ningún archivo. Posiblemente esta necesidad
administrativa esté en la base de la invención de la primera escritura, de carácter pictográfico.
Posteriormente esta grafía inicial evolucionó a una escritura más complicada, la del Lineal A,
en la que los signos representaban sílabas “abiertas”, y de un número indefinido de
ideogramas y símbolos métricos. Esta escritura pronto se extendió por toda la isla, pero no ha
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sido aún descifrada. Este tipo de escritura se encontraba recogida en sellos, tablillas y pintada
sobre cerámicas, pero al final entra en desuso.
La estructura política del modelo palaciego de esta época es la monarquía, cuyo reflejo
aparece en la leyenda de Minos y presenta un cierto carácter teocrático en el hecho de
considerar al rey, ungido por la divinidad, como transmisor de las fuerzas benefactoras divinas
a toda la sociedad.
La época de los primeros palacios termina en torno al 1.700 con la explicación de que
Creta estuvo sometida a un terremoto que obligó a la reconstrucción inmediata de los
edificios, además del crecimiento de nuevos asentamientos y más contactos con Grecia. Pero a
esta teoría tradicional se opone Dickinson, quien considera que la causa del fin de los primeros
palacios fue un período de guerras que se desencadenaron en Creta y de esos enfrentamientos
saldría Cnosos como el palacio dirigente.
Época de los segundos palacios (1.700-1.400 a.C.) MM III y MR I y II:
Tras esa época de los primeros palacios se entra en la época de los segundos palacios
que comprende del 1.700 al 1.400 a.C. En esta época se llega al auge de la civilización minoica
volviéndose los palacios mucho más grandes con una arquitectura más compleja y adornada
con grandes frescos. Dichos palacios se encontraban rodeados de ricas mansiones y de
manufacturas más variadas, ricas y cuidades (“estilo palacial”). Existe la duda de si los palacios
eran centros de reinos independientes o, según la tradición relativa a Minos, se llega a pensar
la posición hegemónica de Creta y que esos palacios eran las sedes diversas del mismo poder.
En líneas generales se constatan signos de continuidad entre el modelo de los primeros
palacios y el de los segundos.
Parece claro que aumenta la expansión de la cultura minoica tanto en las Cícladas
como en el continente griego, más exactamente en la llamada Argólida, siendo Cnosos y su
puerto de Amniso, que experimentaron un rápido desarrollo, los que se convirtieron en el
centro de la vida política y comercial. De esa expansión hemos conservado noticias escritas,
tanto en la leyenda de Minos, como en Tucídides. Evans dio credibilidad a las tradiciones
griegas posteriores y defendió que en la época de los segundos palacios los minoicos se
expanden y consiguen expandir su influencia, pero una influencia cultural, como podemos ver
la cultura material y en el Lineal A. Se discute por lo tanto si hay un dominio o una influencia
cultural minoica. En cualquier caso resulta imposible definir la extensión geográfica de la
hegemonía cretense, aunque no cabe duda de que el comercio exterior fuera especialmente
activo. En dicho comercio se exportaban productos agrícolas, maderas (Egipto), manufacturas,
mano de obra, etc. Y en cambio, importar manufacturas exóticas y materias primas, como el
cobre, estaños, plata y oro, marfil, piedras preciosas y papiro. Había, pues, una fluida
circulación de bienes y personas. Evidentemente este hecho no presupone necesariamente
una práctica colonizadora, pero sí requiere una autoridad que ofrezca protección a sus
usuarios. Posiblemente los palacios, sobre todo el de Cnosos, ejercerían tal tutela. Por todo
esto se ha dado el nombre de “talasocracia minoica” a la expansión de esta civilización.
Es difícil hacer un análisis sobre la sociedad minoica neopalacial y su organización
política, a pesar de que disponemos de más información para etapas anteriores.
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Evidentemente hay una continuidad en lo que respecta a la importancia de la realeza en el
palacio de Cnosos. El hecho de que la leyenda griega hable de la reputación de Minos como
soberano de Cnosos, legislador sabio y justo, pero también cruel, ha dado pie a considerar que
este rey-sacerdote ejercía una soberanía en toda la isla, en la que podía expresarse algún tipo
de dependencia por medio de pago de tributos. Sin embargo, es difícil asegurar algún tipo de
unificación política a partir exclusivamente de la importancia y grandiosidad de este palacio
frente a los demás. Habrá que esperar al período Postpalacial para constatar esa unidad. Por
otro lado, construcciones y tumbas inducen a pensar en la existencia de una aristocracia no
guerrera, que compartiría privilegios reales en detrimento de la sacralidad del rey. Los
campesinos y los artesanos, en cambio, trabajaban ligados a fincas o a explotaciones bajo la
dirección de los palacios o al margen de ellos, pero se desconoce el grado de dependencia que
se daría entre estos grupos sociales y la aristocracia y el rey.
El ocaso de la civilización Minoica y la aparición del Lineal B:
En cuanto al fin de la civilización cretense ocurrió en un momento no precisable de
principios del siglo XIV, produciéndose en este momento una destrucción generalizada (Malia y
Festo) que lleva a la Época Postpalacial. Algunos plantean que el final de los segundos palacios
sería la consecuencia de una gran erupción volcánica en la isla de Tera. Pero en tal caso resulta
imposible precisar la cronología de esta erupción y si hubo uno o varios seísmos entre los
siglos XVII y XIV. Otra hipótesis sobre la caída de Creta fue la conquista de ésta por parte de
Micenas, que tendría la pretensión de conseguir el control del comercio. Otros plantean que el
fin de los segundos palacios sería la consecuencia de una crisis interna en Creta, es decir, había
problemas internos que se materializarían en conflictos armados, y eso es lo que posibilitó que
lo aqueos se asentaran en la isla, lo que supone que no podemos saber si los micénicos fueron
los causantes de los segundos palacios minoicos o si se asentaron en la isla después de que
hubieran caído los palacios por problemas internos.
Lo que sabemos sin ninguna duda es que los aqueos reemplazan a los cretenses al
frente del mundo cretense. Lo sabemos porque a partir de un momento dado ya no es el Lineal
A la lengua que encontramos en la documentación sino Lineal B, la lengua de la administración
y esa escritura utiliza ya una lengua griega. El Lineal B es la lengua característica de los palacios
micénicos, hecho que explica que desapareciera en la Edad Oscura ya que sólo se hablaba en
ellos, por lo que cuando estos son destruidos ya no es necesario el Lineal B ya que el pueblo
llano no utiliza esta lengua. Evans pensaba que las tablillas de Lineal B había que datarlas en
1.400 y que coincidían con la destrucción de los palacios cretenses por los micénicos. En
cambio, Palmer ha retrasado la fecha de datación de esas tablillas hasta el 1.200 a.C., siendo el
período de 1.400 a 1.200 la Época Postpalacial en la que los micénicos tendrían el dominio en
Creta. Eso lo sabemos no solo por las tablillas sino porque desde que los griegos dominan
Cnosos, Creta está en la órbita heládica y empezamos a encontrar una política, administración
y archivos micénicos, además de tumbas de guerreros con ajuares similares a los del
occidente, que van a ser características del mundo micénico. Sólo Cnosos y La Canea tienen
presencia griega notable, ya que el resto de la isla seguía utilizando el Lineal A por lo que la
presencia griega no era una realidad.
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TEMA 2. LA EDAD DEL BRONCE EN EL EGEO:
MICENAS Y LA APARICIÓN DEL ESTADO EN LA
GRECIA OCCIDENTEAL.
Introducción: delimitación cronológica y terminológica.
Se denomina con el término “micénica” una cultura característica de la Grecia
continental que tuvo lugar al final de la Edad del Bronce, durante el período denominado
Heládico Reciente (1.600-1.100 a.C.). La civilización micénica tuvo su máximo apogeo durante
el período Heládico Reciente que abarca desde los siglos XVI al XII. Dicha cultura se desarrolló
en el continente griego, siendo Micenas el foco dominante de la civilización micénica, pero
esto no significa que hubiera una estructuración unificada, sino que se le da el nombre de
civilización micénica porque es Micenas el foco dominante, pero no es ninguna capital, ya que
no hay un Estado. Un rasgo a destacar es la uniformidad de restos arqueológicos lo que pone
de manifiesto que están compartiendo una cultura similar. Los rasgos de esta civilización es
que Micenas tiene una influencia minoica, tanto en cultura material como en los modos de
vida. Esto se puede ver en la estructura palacial (no hay ciudades, hay un estructuración
palacial) como vertebración de la sociedad, o en la condición de marinos y actividad comercial
en el exterior, y también algunos aspectos culturales, como es el uso de la escritura y algunos
aspectos religiosos. El otro rasgo de la civilización micénica que lo diferencia de Creta es el
enorme militarismo aqueo, hecho que podemos apreciar en los ajuares guerreros, en la
utilización de carros de guerra, en los palacios con inmensas fortificaciones al final del período
y en temas guerreros destacados en la iconografía.
Durante el Heládico Reciente III es cuando se produce el máximo desarrollo de la
“estructura palacial” micénica en torno al 1.400 a.C., época en la que se implantan los
micénicos en Creta e islas del Egeo, lo que se ha llamado “micenismo”, desarrollado en el CR III
y denominado así por la influencia ejercida por Micenas en la isla.
El apelativo micénico no implica la existencia de una autoridad política centralizadora
en toda esta zona. Micenas fue uno de los principales palacios-baluartes que existieron en la
Grecia central y meridional, pero no hay pruebas documentales de que constituyera el centro
de un imperio micénico unificado. Es más probable que esta cultura homogénea del mundo
micénico fuese la expresión de una federación de estados independientes.
El proceso de jerarquización social y la aparición de las primeras
dinastías gobernantes a través de los enterramientos.
La información sobre Micenas la conocemos gracias a los restos arqueológicos, como
los enterramientos, siendo los más antiguos las tumbas de fosa del círculo B, de alrededor del
1.600 a.C., mientras que el Círculo A es posterior (siglos XVI, HR I), denominados así porque en
los enterramientos de su interior se han encontrado seis fosas en el interior de un círculo de
piedras. Ambos formarían parte de un extenso cementerio, situado fuera del recinto urbano,
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perteneciente a la élite militar micénica de la primera época. En estos enterramientos de fosas
existía la tradición de cubrir a los muertos con máscaras funerarias de oro. Evans pensó que
estas máscaras tan ricas debían pertenecer a los grandiosos héroes de la antigüedad, por lo
que creyó que la máscara encontrada en Micenas debía pertenecer a Agamenón, aunque hoy
se sabe que no era de él. Esta máscara pertenecía a un ajuar de guerrero pero no al mítico rey
micénico. Lo que pone de manifiesto todos estos enterramientos son los ricos ajuares y
evidentemente son estos ajuares los que dan la idea de la formación de linajes privilegiados, es
decir, de un proceso de jerarquización social. Esas tumbas de fosa son características del
Heládico Reciente I, siendo con el paso del tiempo cuando se va a imponer la costumbre de los
enterramientos en tholoi propios del Heládico Reciente III. Estos tholoi consisten en una
cámara circular, precedidos con un gran corredor (dromos), cubiertos de una gran cúpula y con
una cámara anexa, donde se depositaba el ajuar y los huesos. Una vez que se producía el
enterramiento del cuerpo se depositaba en la cámara mortuoria con los ricos ajuares, y
después del enterramiento se sellaba la puerta. Era en el dromos donde se realizaban los ritos
y las libaciones al muerto. Una vez que se producía la muerte de otro dirigente, se volvía a
abrir la cámara depositando el cadáver del último en la cámara circular y los huesos del
antecesor en la cámara anexa. Todo esto muestra la aparición de nuevas dinastías, de linajes
privilegiados.
Después del 1.300 a.C. al ampliarse las murallas con la construcción de la famosa
“Puerta de los Leones”, que permite el acceso a la fortaleza, quedó intramuros el círculo A.
Dentro de las murallas se hallaba el palacio con el mégaron, lugar de culto centralizado,
precedente del templo griego.
El Heládico Reciente III y la estructura palacial micénica
Aquí se llega a la época palacial micénica propiamente dicha del Heládico Reciente III.
Esta cultura micénica tiene su centro en la Argólide, en ciudades como Micenas y Tirinto,
dudándose si también Argos es uno de estos centros políticos. Aparte de en la Argólide, en
otras regiones vecinas encontramos estructuras palaciales y otros asentamientos que hay que
inscribir en la cultura micénica, pero no tienen estructuras palaciales. Las regiones vecinas con
estructuras palaciales son: Mesenia (Pilo), Beocia (Tebas), Creta (Cnosos), y se duda si Atenas y
Eleusis. En resumen, los principales centros se encuentran en la Argólide, Mesenia, Beocia y en
el Ática, donde existe la posibilidad de que hubiera estructuras palaciales.
Es en el Heládico III cuando se produce el máximo desarrollo de los palacios micénicos,
con una complicada planta con ámbitos nobles y de servicios y con los mégaron, con funciones
ceremoniales. Es también en esta época en la que los palacios se fortifican, como el de
Micenas (las murallas, construidas con enormes bloques de piedra, se adaptan al terreno),
proyectando las murallas una imagen de control centralizado sobre el territorio. En este
sentido, los centros micénicos son unidades políticas con un rey como instancia máxima del
poder centralizado en un escenario eminentemente aristocrático. Pero aparte de los palacios,
existían, juntos a los palacios, unas comunidades aldeanas que eran socialmente dependientes
del palacio, que formaban unos principados independientes unos de otros, los cuales pueden
explicar las estructuras defensivas, que en algunos casos pueden unirse y formar ligas para
atacar enemigos comunes, que llevaría a que Micenas pudiera tener la hegemonía sobre el
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resto de principados en algún momento. La existencia de las comunidades aldeanas está
directamente relacionada con los diferentes tipos de tierra que están en consonancia con esta
realidad política. Por un lado encontramos tierras que parecen con el nombre de ke-ke-me-no,
o tierra común; frente a esa realidad, se documentan las ki-te-ma-no, tierras en propiedad
privada, a manos posiblemente de los llamados te-re-ta. Pero aparte de estas existe un tercer
tipo de tierra, el denominado o-na-to, tierras dadas en arrendamientos.
La organización socio-política
Esta realidad se aprecia en la organización socio-política. En la cultura micénica
aparece un poder monárquico extremadamente fuerte diferencia llamativa con la Grecia de
épocas posteriores. De hecho, al frente de las estructuras palaciales está el wa-na-ka, el señor
supremo de los palacios, con funciones económicas, administrativas, religiosas (se duda su
figura de carácter divino, o si era el sumo sacerdote), y posiblemente militares, es decir, lo que
correspondería al rey. Por debajo de él se encuentra ra-wa-ke-ta (Lawagéta), el segundo
personaje más destacado de los reinos micénicos, del que se duda si era el representante del
rey o el jefe del ejército. Tanto el uno como el otro, disponían de un lote de tierras, es decir,
eran te-me-no que se beneficiaban de dichas tierras. Por debajo de estos personajes existe
una burocracia en la que los nobles desempeñan funciones delegadas por los anteriores,
aunque es difícil identificar los cargos y las competencias.
Frente a los cargos palaciales, encontramos una serie de cargos que desempeñan
funciones en el mundo rural, entre los que destacan los ko-re-te, el representante real en las
aldeas. Parece que también es el representante de los pa-si-re-u (Basileus), con funciones
totalmente distintas a los posteriores basileus. Es probable que haya que identificarlo con el
anciano de la tribu, ya que parece que a veces aparece asociado a las tierras ke-ke-me-na, y al
frente de la ke-ro-si-ja que podía ser el consejo de ancianos.
En la guerra es donde mejor se expresa este entramado de relaciones sociales. El rey
centraliza las fuerzas de la masa del laos o damo (masa de población), convertido en ejército,
en el que valerosos guerreros, los e-qe-ta, pueden actuar a título individual, dirigiendo una
parte correspondiente del laos en las campañas y combates, consiguiendo la victoria pero
también su poder sobre el pueblo.
La importancia del comercio micénico:
En cuanto a la economía, hay que decir que existía un complejo sistema económico,
con una gran especialización y un nivel elevado de control y supervisión centralizada en el
palacio. En líneas generales se trata de una economía de tipo tributario, con la producción en
manos del damos. Aparte de los beneficios que los micénicos extraen de la tierra, de la
agricultura y la ganadería, otra fuente de riqueza son los enormes beneficios obtenidos por el
comercio, pero no se sabe si este comercio se llevaba a cabo por la burocracia palacial, o si
existía una actividad libre de la iniciativa palacial, además de cuál era el porcentaje de
micénicos o intermediarios ajenos. De lo que no cabe ninguna duda es que los micénicos
tuvieron contactos con lugares muy lejanos: con las Islas del Egeo, con Macedonia y Tracia, con
Asia Menor, con el Valle del Éufrates, con Egipto, con Sicilia y el sur de Italia, y la Península
Ibérica. Estos contactos influyeron en el establecimiento de centros permanentes de comercio,
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como en Chipre, Asia Menor (Mileto, Colofón, Muskebi) y en Occidente (en la zona de Tarento
y Siracusa). Ellos exportaban sobre todo productos agrícolas y aceites perfumados, además de
manufacturas artesanas, como la cerámica, mientras que sus importaciones se basaban en las
materias primas y en los productos de lujo, como oro, marfil, ámbar, piedras preciosas y
especias. Y es en esta expansión comercial griega en la que se debe explicar el supuesto fondo
histórico de la guerra de Troya.
El lineal B:
Otro rasgo de la cultura micénica es la escritura. M. Ventris y J. Chadwick descubrieron
en 1953 que el Lineal B escondía una forma arcaica del griego. Pero este Lineal B no estaba a
manos del pueblo común, sino que era utilizado en el ámbito público, es decir, por la
burocracia palacial.
La religión micénica:
Con respecto a la religión micénica, en las primeras fases hubo una simbiosis entre lo
Heládico y lo cretense, pero en la época palacial micénica había ya pocos elementos minoicos.
El hecho más característico es la aparición de los megaron que tienen en su interior frescos
procesionales que hacen referencia a ceremonias religiosas en palacio, pero que sería un culto
específico de la familia real, ya que no hay lugares para grandes concentraciones de gente.
Aparte de palacios existen unas áreas y edificios culturales, como Delfos, Olimpia, Epidauro,
dedicados al culto de los dioses. Aparte de eso, los textos en Lineal B ya documentan la
existencia de algunos dioses del que a va a ser el panteón clásico griego, como Zeus, Poseidón,
Artemisa, y posiblemente Hermes. Se sabe también que existían colegios de sacerdotes, tanto
masculinos como femeninos y serían los encargados de atender los sacrificios cruentos e
incruentos. En las tablillas de Pilos se leen nombres de dioses que forman parte del Panteón
griego clásico, como Zeus o Hera. Está muy extendido el culto a la diosa madre, divinidad
relacionada con la tierra y los ciclos de la reproducción, e incluso algún sitio de culto se ha
conservado arqueológicamente, como en Eleusis.
El fin del mundo micénico: diferentes hipótesis
En el momento de mayor auge, la civilización micénica sufrió un golpe mortal. En unas
pocas décadas en torno a 1.200 a.C., casi todos los palacios, grandes y pequeños, fueron
atacados, saqueados e incendiados por unos invasores, hasta el punto de que a finales del siglo
XII prácticamente no quedaban huellas arqueológicas de la gran civilización y cultura micénica.
Lo único que se sabe es que del Heládico Reciente III B al Heládico Reciente III C y a lo largo de
éste, se producen una serie de destrucciones y desórdenes. En Micenas a partir del 1.200 se
documentan restos de destrucciones e incendios, diciéndose que Micenas desapareció entre el
1.200 y el 1.150 a.C. como pasto de las llamas, aunque otros dicen que la desaparición de
Micenas fue por una decadencia paulatina en los siglos XII y XI. El palacio de Pilo fue destruido
en torno al 1.200 a.C., al igual que Tirinto y Tebas, aunque en este caso las fechas son difíciles
de precisar. Además, hacia el 1.200 a.C. desaparecen los centros menores, habiendo en el
Heládico Reciente III muchos menos.
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Pero a pesar de esto se documenta que hay zonas que quedan prácticamente intactas,
como Tesalia, Elide, Arcadia e islas, además de Acaya y el Ática, que fueron afectadas por estas
destrucciones, pero consiguen resistir y se convierten en lugares de refugio de las poblaciones
micénicas huidas.
La teoría más tradicional que explica la causa del fin de la cultura micénica es la que
dice que ésta desapareció por la invasión de los dorios, pero de estos no se sabe
absolutamente nada, no hay datos arqueológicos de irrupción o de nuevos asentamientos.
Otros piensan que el fin del mundo micénico está asociado con la aparición de los “Pueblos del
Mar”, causa de la caída de los hititas y de enfrentamientos de Egipto. Esta teoría habla que
esta convulsión, expresión de una profunda crisis, se materializó con la destrucción de los
palacios micénicos. Las objeciones para aceptar esta teoría es que las destrucciones se
producen lejos de la costa y no en las islas. Otra hipótesis es atribuir las causas de la caída del
mundo micénica en causas naturales, como a un cambio climático, a una catástrofe sísmica, o
la generalización endémica de enfermedades. La teoría del desastre natural puede servir para
explicar las condiciones en las que se produjo la destrucción generalizada, pero no la
destrucción en sí. Otra hipótesis habla de causas internas que hablan de contradicciones en la
sociedad micénica. Dicha teoría establece que la organización palacial micénica junto a unos
centros rurales que no estaban plenamente integrados, provocó el enriquecimiento de los
basileus y una descentralización. Dentro de estas causas internas también se dice que la caída
puede estar causada por una mayor presión fiscal más una crisis en el Mediterráneo oriental
que provocaría problemas internos. Con esta teoría se dice que los reyes micénicos fueron
depuestos por un levantamiento de sus súbditos.
La consecuencia inmediata del declive del mundo micénico fue la reaparición de una
serie de aspectos primitivos que subyacen a la estructura palacial, como la vuelta a una
agricultura de subsistencia y a la formación de comunidades pequeñas, interesadas
exclusivamente en sus asuntos, pero a través de ella se mantuvo una cierta continuidad y una
pervivencia mitológica de lo micénico para la población griega posterior. A pesar de todo, en la
Época Oscura el mundo micénico había desaparecido, lo que no significa que la época micénica
quede desvinculada de la historia.
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TEMA 3. GRECIA EN LA ÉPOCA OSCURA
Delimitación cronología y justificación terminológica: El problema de las
fuentes
La Edad Oscura es también designada como el Medievo griego, o también se le da el
calificativo de Época Homérica, ya que se piensa que las fuentes homéricas son las que puedan
dar alguna luz sobre la época. Con todo, la Edad Oscura abarca desde el fin del mundo
micénico (1.200 a.C.) con su alto nivel cultural hasta la Época Arcaica griega (mediados del siglo
VIII), connotada entre otras cuestiones por un renacimiento cultural, cuya expresión más
evidente fue la aparición de la escritura y la formación de la polis. Esta época no fue
homogénea, encontrando dos fases:
- La primera fase del siglo XII al X, caracterizándose por la decadencia.
- La segunda fase del 900 al 750, habiendo aquí una recuperación.
De esta época encontramos escasos y pobres restos arqueológicos, siendo estos de
cerámica. Además el estudio de esta época se dificulta con la ausencia total de restos escritos
(la escritura desapareció con los micénicos, que utilizaban el Lineal B para cuestiones
burocráticas), teniendo como única fuente posible los poemas homéricos, que mezclan datos
reales con datos ficticios, que en un principio se transmitían de manera oral por los aedos,
hasta que se recopilaron de forma escrita. Estos poemas son un reflejo de las diversas épocas
de la historia griega. Esto es lo que explica que esta etapa lleve el nombre de Época Oscura. A
pesar de todo esto, sabemos que ocurrieron hechos de vital importancia, tales como la
cuestión doria y la redistribución de la población. La Grecia de estos cuatro siglos es diferente
de la que posibilitó los palacios micénicos. Se modificaron los asentamientos griegos,
disminuyó la población de forma espectacular, se abandonaron la escritura y las formas
constructivas de la época anterior, el mundo griego sufre un aislamiento generalizado… En
síntesis, se irán poniendo los primeros cimientos a un tipo de sociedad cuyos miembros,
asentados en un territorio, adquieren conciencia de sus responsabilidades, derechos y
privilegios y vivirán de acuerdo con leyes escritas que ellos mismos elaboran.
La “cuestión doria” y la redistribución poblacional
En realidad la cuestión doria, o el problema de la supuesta invasión doria, es una
completa desconocida, marcando una doble problemática: si fueron los dorios la causa del fin
del mundo micénico o si fueron ellos los encargados de la organización de la zona tras el fin del
mundo micénico. La única pista que hay la encontramos en la tradición griega, en la que vemos
la memoria de la invasión, pero es una visión muy distorsionada para saber donde se situaron
los dorios se estudia la distribución de los diferentes dialectos griegos, viendo, entre los
invasores, el dialecto noroccidental a ambos márgenes del golfo de Corinto y el dialecto dorio
al Sur y Este del Peloponeso y en las islas meridionales. Frente a esos pueblos invasores,
tenemos otra serie de invasores que parecen ser anteriores y que están más emparentados
con los griegos, estos son los llamados griegos predorios entre los que encontramos el dialecto
arcadio-chipriota, en la Arcadia, y el dialecto jónico, hablado en la región del Ática y en Eubea.
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Aparte de estos dialectos, también tenemos el dialecto eolio, documentado en Tesalia y en
Beocia, el cual parece que está formado por dialectos mezclados, reflejando este dialecto las
invasiones posteriores. El griego como lengua, presenta una serie de rasgos comunes que le
confieren un sentido unitario importante; lengua unitaria, pero diversificada en varios
dialectos, distribuidos por zonas geográficas concretas y relacionados con los movimientos de
la población de la Época Oscura, a los que autentifica, y que llevaron a la ocupación de Asia
Menor y a la formación de los dialectos orientales. Aunque el desarrollo de los dialectos fue
diferente en cada caso, las diferencias entre ellos no imposibilitaron la comprensión mutua.
Sin embargo, las características propias del dialecto dorio han incluido a que ciertos
investigadores lo consideran de forma específica y relacionado con una nueva migración, que
sería la causante de la destrucción del mundo micénico. La invasión doria no se trata de una
invasión exógena procedente del norte con fines relacionados con una renovación racial, sino
que las características propias del dorio se sitúan desde época anterior en amplias zonas del
norte y oeste de Grecia, en donde se consolidó sin sufrir la influencia de los aspectos
renovadores que contribuyeron a la formación de los dialectos orientales.
La expansión griega en el Egeo Oriental
Lo que parece claro es que la redistribución de los dialectos del mundo griego tiene
lugar en la Época Oscura y en todas las tradiciones posteriores se ha asociado a la supuesta
llegada de los dorios a la expansión griega hacia la zona del Egeo oriental. Pero en cualquier
caso, se conserva ese movimiento en la memoria griega, pero, como en el caso dorio, de forma
simplificada y distorsionada, por lo que es difícil de determinar cómo se produce ese
movimiento y el momento en el que se produjo. Lo más probable es que este hecho ocurriera
tras la caída del Imperio Hitita, por lo tanto, se hipotetiza que fue tras el 1.200 a.C. cuando se
dio lugar el desplazamiento de griegos hacia las costas orientales. Las condiciones geográficas
de Asia Menor son muy similares a las condiciones de Grecia continental, siendo el rasgo más
característico su carácter fragmentado, terreno propicio para el surgimiento de las poleis
independientes unas de otras, ya que los valles estaban separados por montañas, lo que
produce el aislamiento de la población y su independencia.
Al Norte de Asia Menor encontramos a los eolios, situados en Lesbos y en sus regiones
circundantes, como en la costa próxima. Se cree que los eolios procedían de Tesalia y de
Beocia. Más al sur se asientan los jonios, de procedencia ática, asentándose en una zona muy
rica económicamente y con ellos también se hará una zona muy rica culturalmente,
creyéndose que los poemas homéricos se escribieron en esta zona. También, los dorios,
procediendo del Peloponeso y de Creta, se asentaron en las zonas más sureñas de Asia Menor,
como en Mileto, Cos y Rodas.
En cuanto a la relación que los griegos tuvieron con los nativos hay que decir que no
tenemos datos para saberlos, pero existe la teoría de que se resistieron a la colonización
griega, hecho que se deduce por el asentamiento jonio en promontorios, lo que sería un
método de defensa.
Otro lugar donde los griegos se establecieron fue Chipre, con la que se tenía contactos
desde época minoica y micénica, llegando en el 1.200 a.C. los griegos. Esta isla se caracterizará
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por el tremendo conservadurismo, como la escritura silábica, la monarquía y las prácticas
funerarias derivadas de los tholos micénicos, todo esto en una época en la que ya no se
empleaba nada de esto en Grecia.
La evolución económica, social y política durante la Edad Oscura
Existe el problema de si hubo una continuidad entre el mundo micénico y el mundo
griego posterior, o si, por lo contrario, hubo una ruptura total con estos mundos. Este hecho
preocupó tanto a los historiadores antiguos, como Heródoto y Tucídides, como a los
historiadores modernos.
Los datos arqueológicos
Manifiestan una continuidad cultural entre ambos mundos. Si hay algo que caracteriza
al período posterior a la destrucción micénica es la creación de enormes cerámicas, resto
arqueológico principal para conocer la época. Donde mejor se sigue la evolución de la
cerámica es en el Ática y la evolución de esos estilos cerámicos parecen hablar de continuidad
como se aprecia en la secuencia: después de la cerámica micénica encontramos el período
Submicénico, en la segunda mitad del siglo XI, con vasijas asimétricas de formas derivadas de
micénicas y con una decoración abstracta y lineal, del que se pasa al Protogeométrico, durante
el siglo X también en Eubea y la Argólida, en el que vemos innovaciones técnicas, como el
torno y el compás con pincel múltiple, con el que se pintan círculos y semicírculos
concéntricos, además de que aquí se generaliza la cremación. Durante el Submicénico, a lo
largo del siglo XII a.C., e incluso en parte del XI a.C., continuaron ocupados asentamientos
micénicos y pervivieron en ellos las prácticas funerarias de enterramientos familiares en
tumbas de cámara y ornamentación micénica, ya que es evidente que la crisis del siglo 1.200
a.C. no supuso la destrucción de los palacios micénicos sino el comienzo tembloroso de un
proceso de cambio en el que todavía perviven elementos micénicos. Por último, encontramos
el Geométrico, del 900 al 700 a.C., con una decoración también figurativa más rectilínea,
sustituyendo a la circular. De este Geométrico, en la época reciente, encontramos vasos
funerarios de enorme tamaño y servían para indicar los enterramientos. Normalmente se
utilizan ánforas para enterrar a las mujeres y cráteras para los hombres. Sobre el Geométrico
hay que decir que a partir del siglo X a.C. comienza a detectarse los primeros síntomas de
recuperación, aunque de forma desigual a ritmo distinto según las zonas. Esta nueva fase
cultural tiene su origen en la alfarería “protogeométrica” del Ática de fines del siglo XI, de aquí
se extendió a los demás asentamientos de esta nueva cultura.
Lo que el resto de los datos pone de manifiesto es que después del mundo micénico
comienza una época de claro empobrecimiento que constatamos en toda una serie de
elementos:
- Disminuye el número de asentamientos de la Grecia continental.
- Va a desaparecer la arquitectura monumental y cuando vuelve a aparecer la
arquitectura monumental, no va a tener nada que ver con la anterior. El primer
indicio de arquitectura monumental la encontramos en el denominado héroon de
Lefkandi en torno al año 1.000 a.C. Este edificio debió de ser el enterramiento de
un personaje destacado de la comunidad.
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- Desaparece la escritura.
- Desaparecen las grandes fortificaciones.
- También desaparecen los artículos de lujo y el gran comercio exterior.
- Por último, también desaparecen los tholoi tan característicos del mundo
micénico, ahora los enterramientos son por cremación o en cistas (enterramiento
que consiste en cuatro losas laterales y una quinta que hace de cubierta).
La imagen que se obtiene de todo esto es que es una etapa de gran pobreza que hace
basar la economía casi exclusivamente en la agricultura y la ganadería. Parece que a partir de
aquí la estructura política gobernante se caracteriza por una organización social de tipo
gentilicio, basando el gobierno en el prestigio y no en la riqueza y en torno a tribus y aldeas. El
problema es donde establecer esta organización social de tipo gentilicia. Podemos encontrar el
origen o en las comunidades aldeanas micénicas o en los dorios, que pudieron estar
organizados de esta manera, pero ninguna de estas dos cosas sirve para aclarar el origen de
esta organización gentilicia.
Pero a partir de finales del siglo IX se produce una recuperación progresiva, siendo los
síntomas de esta recuperación:
- Aumento del número de asentamientos, viendo un mayor número de población
griegos desde el siglo X.
- Desarrollo de templos, como el de Feras en Tesalia, el de Hera en Perakhora, el de
Poseidón en Istmia, el de Heraion en Samos y el de Zeus en Olimpia, uno de los
más importantes templos de Grecia. El mayor número de exvotos que apreciamos
en estos templos, los cuales manifiestan diferencias de estatus ante el mundo
griego, se contrapone al menor número de ajuares fúnebres.
- Se introduce la producción de hierro. Chipre a mediados del siglo XI se convirtió en
la principal productora de hierro de la zona, llegando dicha producción a Creta y a
Grecia continental en el siglo X.
- Reactivación comercial, creyéndose que fueron los habitantes de Eubea los
iniciadores de esta reactivación. Con esta reactivación comercial se entra en
competencia con los fenicios, que tenían la hegemonía comercial en el
Mediterráneo. Es en estas relaciones con los fenicios con las que vuelve la
escritura a Grecia.
Los datos de la tradición:
A medida que pasa el tiempo se va imponiendo un nuevo sistema económico en Grecia
con el que surgen unos elementos que descomponen a la sociedad gentilicia, que pueden
aparecer en los poemas homéricos. Uno de estos elementos de descomposición es la
sustitución de la venganza de sangre por un sistema de indemnización. Otro elemento es el
surgimiento del oikos, del núcleo familiar reducido, que se va a convertir en la unidad social
básica. En la sociedad gentilicia aparecerá una aristocracia, con lo que surge la diferenciación
social. Esta aristocracia mantiene el control de los medios productivos, es decir, de la tierra y el
ganado, además de ser los únicos con acceso a los objetos de lujo. Estos aristócratas se creen
descendientes de un pasado común y dirigirán las comunidades como verdaderos jefes de
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tribu. Es en este contexto en el que aparece el título de basileos como rey, como los reyes
homéricos asesorados por el consejo de ancianos y por el tribunal de nobles. Este título, aparte
de los reyes homéricos, designa también a los nobles que administran justicia, según Hesíodo.
Se ha pasado de una sociedad supuestamente monárquica a unos regímenes aristocráticos,
documentados en la obra de Hesíodo y, por lo tanto, esto pone de manifiesto que durante el
siglo VIII caen los regímenes monárquicos en Grecia y surgen los regímenes aristocráticos. Es
en este contexto en el que comienza a tomar forma la concepción de la ciudad-estado, de la
polis, que integra la vida rural y la urbana como formas complementarias de la misma
organización socio-política.
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TEMA 4. LA GRECIA ARCAICA Y LA
FORMACIÓN DE LA “POLIS”
El arcaísmo es el período de tiempo que va desde mediados del siglo VIII hasta finales
del siglo VI a.C. Los dos fenómenos más significativos que definen el período arcaico son:
- La consolidación de la polis.
Definición de polis.
El problema de los orígenes de la polis.
Rasgos específicos de la polis.
Problemas que el desarrollo de la polis trajo consigo.
- La expansión de la Hélade del Mar Negro a la Península Ibérica.
Otro hecho importante es la gran riqueza artística de este momento, con varias fases
cronológicas: el Geométrico reciente en la segunda mitad del siglo VIII, después se pasa al
periodo orientalizante en el siglo VII y finalmente se llega al arcaísmo propiamente dicho en el
siglo VI, periodo en el que surgen los tres órdenes arquitectónicos y cuando se desarrolla esa
escultura de carácter no monumental. Este renacimiento que se produjo al final de los siglos
oscuros marcó el punto de encuentro entre estos siglos y la época arcaica. Fue el resultado de
un proceso en el que se van fraguando los elementos de una sociedad nueva con grandes
transformaciones sociales y políticas y nuevos logros culturales. Este “renacimiento griego” es
el fenómeno que marca el tránsito de la comunidad homérica a la polis. Por tanto no hay una
ruptura entre la época homérica y la época arcaica, aunque a partir del siglo VIII a.C. la
sociedad griega presenta unos caracteres más definidos. Hay mayor documentación y se
comienzan a delimitar los rasgos típicos del universo de la polis.
Definición de polis
La polis es una comunidad “micro-dimensional”, jurídicamente soberana y autónoma,
de carácter agrario, dotada de un lugar central que le sirve de centro político, social,
administrativo y religioso y que es también, frecuentemente, su única aglomeración. En la
Hélade eran estados de pequeñas dimensiones independientes unos de otros. La causa de la
configuración de las poleis puede ser la configuración física del territorio griego, muy
fragmentado, lo que potencia el aislamiento. Pero esta no fue la única causa, sino que hubo
una evolución posterior que se aprecia en el hecho de que mientras que el territorio de la
Ática se unió alrededor de una polis, Beocia se constituyó con doce poleis, además de que se
impone el proceso colonizador, como se ve en la colonización de la Magna Grecia y Sicilia, las
zonas más aptas para la expansión. Los griegos estaban convencidos de que la polis era la
única estructura propia de la vida civilizada.
La polis surge cuando nace la idea de polites o ciudadano, es decir, cuando un conjunto
de individuos se consideran relacionados entre si por un vínculo común, político y en cierta
manera religioso y cultural, que les define como miembros de un mismo círculo, según
Domínguez Monedero. La polis representa un equilibrio, pues los ciudadanos deben sacrificar
algo de su propia libertad en beneficio de un fin común, aceptando una forma de gobierno,
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unas normas, un marco territorial posiblemente renunciar a una serie de aspiraciones
personales; es en este equilibrio entre lo comunitario y lo individual donde halla su explicación
la polis.
Una de las condiciones esenciales para que exista la polis es que haya un cuerpo de
ciudadanos y un territorio (chora), del que se extraen los medios de vida para el
mantenimiento de la polis, siendo éstos esencialmente agrícolas. Era, según Duthoy, una
comunidad de carácter agrario dotada de un lugar central que le sirve de centro político,
social, administrativo y religioso y que es también, frecuentemente, su única aglomeración.
Esto quiere decir que la polis poseía unos edificios públicos que conformaban la naturaleza
corporativa del Estado. La polis era un centro normalmente urbano, aunque la polis no era
reconocible por su grado de urbanización.
Normalmente las poleis poseían unas características físicas comunes que la
caracterizaban:
- Las murallas, que servían como protección para todo, tanto habitantes de las
poleis como los campesinos que trabajaban fuera del recinto de la polis, aunque la
existencia de fortificaciones no implicaba necesariamente la existencia de polis.
- Los templos eran la residencia de las divinidades poliadas. Estos templos se
situaban normalmente en un punto elevado, en una acrópolis que servía también
de defensa.
- El ágora era el “lugar de reunión”, es decir, era el lugar donde se desempeñaba
toda la vida política, religiosa y cultural. A veces en el ágora se llevan también
actividades de intercambio, y eso ha dado lugar a que en algunos casos “ágora” se
haya traducido también como mercado, pero esa no era ni la única ni la función
principal del ágora.
Estos elementos solían ser comunes. Otro elemento a destacar es que la ciudad y el
campo conformaban una unidad.
El problema de los orígenes de la polis
Las primeras poleis se documentan en el siglo VIII a.C., especialmente en la segunda
mitad. Aquellos que defienden que la cultura micénica es la primera cultura griega, que los
siglos oscuros son un período de continuidad, consideran que en la cultura micénica
encontramos el antecedente más remoto del origen de la polis. Pero otros historiadores dicen
que no existe una concordancia significativa entre el “mundo de las poleis” y las zonas de
dispersión de la civilización palacial micénica. De lo que podemos estar seguros es que el
Estado micénico no era una polis y, por lo tanto, en los siglos oscuros esa herencia micénica
fue totalmente transformada, y es probable que en esos siglos oscuros surjan los rasgos
esenciales de la polis, creándose el sentido de comunidad y que se estrechen los lazos entre la
comunidad y el territorio.
Según Aristóteles el origen de las poleis se encuentra en las pequeñas e
independientes comunidades aldeanas. Él afirma que la polis fue la consecuencia de la reunión
de varias familias en una aldea, y la reunión de varias aldeas llevaría a la creación de la polis.
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Con esto, las primeras poleis eran una agrupación de aldeas que evidentemente necesitaban
un centro, y ese centro, dependiendo de los casos, puede variar, pudiendo ser una aldea
preexistente, una antigua ciudadela micénica o siendo un lugar totalmente nuevo. En la época
homérica el término polis significaba más acrópolis, ciudadela, diferenciada del asty, que era el
núcleo urbano situado al pie de la ciudadela. La acrópolis era lugar de refugio y de reunión de
las comunidades para el culto religioso. El ágora era el centro de la antigua asty, sitio de
reunión de los habitantes para tratar de política.
Aunque la polis griega presenta una gran uniformidad estructural, no surgió en todas
las regiones al mismo tiempo, ni de igual forma, ni con igual ritmo. La vida política se
concentra en un lugar determinado, ciudad, que es el centro religioso, político y económico del
territorio. Geográficamente la polis comprendía el núcleo urbano y el territorio (chora) con sus
hábitats agrupados o dispersos, sin antagonismo entre campo y ciudad. En la territorialidad
jugó un papel importante el sinecismo que constituye la superación de la diversidad de
comunidades, que también en ocasiones reciben el nombre de poleis, aludiendo a las
primitivas comunidades de aldea. Además es el fenómeno por el que se consigue la unión
política de las aristocracias y una nueva expresión de la solidaridad entre ellas. En la actualidad
el sinecismo (agrupamiento físico de la población en un punto concreto de la geografía) está
siendo cuestionado, siendo la impoliteia el valor político, la reunión de individuos como
conciudadanos que poseen los mismos derechos y deberes.
Rasgos específicos de la polis griega
El mundo griego se va a estructurar en torno a unas 1.500 poleis completamente
independientes unas de otras, con historias particulares, pero aún así en dichas poleis vamos a
encontrar una serie de rasgos comunes que las van a identificar como tales.
Principio de territorialidad:
No son los vínculos de sangre los que unen a los distintos habitantes de las
comunidades, sino los principios de territorialidad. Como cada polis posee un territorio, es
necesario definir los espacios dentro del territorio, dedicándose las gentes a diferentes
actividades, y, para marcar la pertenencia de ese lugar a la polis, se colocan santuarios
extraurbanos en los territorios limítrofes, que son símbolo de la pertenencia indiscutible de
esa parte de la chora a la polis. Va a ser muy constante que las poleis vecinas entren en
rivalidad por aumentar sus territorios.
Posesión ciudadana de la tierra:
El campo era territorialidad de la ciudad, siendo el que tenía derechos de ciudadanía
los únicos que podían poseer tierras. La polis en su proceso de afirmación a nivel socio-
económico, político y militar, garantiza la propiedad de la tierra cívica a una colectividad de
ciudadanos con plenos derechos. La propiedad de la tierra está basada, pues, en la pertenencia
a esta comunidad de ciudadanos que disfrutan de la politeia (ciudadanía) y son además
soldados que defienden el territorio. En época arcaica la tierra no pertenecía a individuos en
cuanto tales, sino al oikos, según varios autores, pero este hecho no hay que tenerlo en
cuenta.
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Uso de la fuerza de trabajo esclavo:
Hay otros grupos amplios de población que no están integrados en el cuerpo de
ciudadanos, ya sean libres como los metecos atenienses o los periecos espartanos, sin
derechos políticos, o no libres, como los esclavos, los hilotas o incluso el sector del
campesinado reducido a una situación de dependencia económica a causa de las deudas,
aunque jurídicamente libre. Hay que tener en cuenta que la mano de obra libre era la fuerza
de trabajo hegemónica en la época arcaica. La fuerza de trabajo esclavo cogerá importancia en
la Época Clásica.
Desarrollo del artesanado:
Aunque la actividad agrícola es la predominante, en las poleis con base agraria débil y
con buenas condiciones para el comercio, como Corinto, se van a desarrollar toda una serie de
ergasterios, de talleres artesanales, como cerámicos, que adquirirán una gran importancia. A
este hecho pudo influir el aumento de población constatado ya al final de la Época Oscura, que
a su vez permitirá un aumento en la producción. Sin embargo, este proceso generará una serie
de desequilibrios, cuando ambos factores no se desarrollen de forma armónica y la población
no pueda ser incluida libremente en el proceso productivo. Entonces se desarrollan formas de
explotación nuevas y grandes diferencias en la obtención de los beneficios.
Uso de la moneda:
Como ya hemos visto, el origen de la moneda lo encontramos en el reino de Lidia en la
segunda mitad del siglo VII y sus monedas de electrón. La moneda desde Lidia va a pasar a las
poleis griegas de la costa asiática, y después pasarán a la Grecia continental en la segunda
mitad del siglo VI a.C. La primera acuñación la situamos en Egina. El patrón de Egina y, después
el de Eubea, serán los que dominan hasta fines del siglo VI a.C. Esto nos dice que cada polis
acuñó sus monedas, símbolo de orgullo. Solamente compartieron todas las monedas griegas el
uso de la plata, material más abundante en Grecia y, sobre todo, porque ya la moneda
adquiere una función comercial, y puede ser usada como metal en bruto más allá del lugar
donde ha sido acuñada. La moneda es un producto directo de las propias condiciones de
sociedad agraria en la que se va desenvolviendo la polis. Era necesario tener un elemento que
sirviera para poder redistribuir a los sectores explotados parte de la acumulación de los
beneficios, que los nobles obtenían de sus propiedades gracias al trabajo de aquellos. La
moneda era el instrumento más eficaz para ello y obviamente también para comprar y vender.
Fijación de deberes y derechos de los ciudadanos:
En el universo de la polis, los derechos de los ciudadanos están regulados por las leyes,
protegidas por los dioses pero hechas por los hombres, y, por tanto, susceptibles de ser
cambiadas. No todos los habitantes de la ciudad-estado tienen plenitud de derechos de
ciudadanía. Los politai son los que regulan en común la vida económica, social, política y
religiosa de la comunidad. Junto a la noción de ciudadano surge la de no ciudadano. Con esto,
el concepto polis se puede completar añadiéndole la característica de que era una comunidad
de ciudadanos, fueran estos tebanos, atenienses, espartanos, etc. Para poder hacer efectivas
25
las leyes y mantener un cierto grado de cohesión se dota a la polis de sus propios órganos de
gobierno y de organización, lo que constituye una novedad en el mundo griego. Los
ciudadanos participan activamente en la política y son iguales ante la ley. Pero hay que dejar
claro que los ciudadanos eran una minoría de la población, el resto de ésta estaba formada por
las mujeres, los menores, los extranjeros, los esclavos, la población dependiente, etc. En
relación con la fijación de una serie de deberes, esos ciudadanos se van a dotar del mismo tipo
de ordenamiento jurídico, es decir, están dotados de una legislación, en un primer momento
no escritas y aplicadas por los aristoi.
Instituciones políticas propias
Las polis desde sus inicios fue una ciudad-estado aristocrática, a través de la cual el
poder de los aristoi se renueva. Detentan el poder económico basado en la propiedad de la
mayor parte de las tierras y el poder político a través de magistraturas, que los igualan al
basileus, cuya función será la de vincular a la comunidad con los dioses. Los órganos políticos
de cohesión de la polis eran:
- La Asamblea popular: era el órgano político en el que teóricamente recaía la
soberanía, y que, a medida que la polis se fue consolidando la asamblea, amplió
sus competencias y votaba decisiones que obligaban al conjunto de la comunidad.
La Asamblea estaba formada por todos los ciudadanos, diciendo el manual que
estaba formada por todos los jefes de las grandes familias o de una parte sólo.
- Magistraturas y tribunales. Los magistrados reciben el nombre de arcontes y
ocupan estos puestos los miembros de los gene que llegaron a monopolizar el
poder. Así el clan real que llegó a ser hereditario, se convierte en un clan
aristocrático más.
- Consejos restringidos.
Estas dos últimas instituciones estaban en manos de los aristoi, lo que nos atestigua
que uno de los rasgos más importantes de la polis es que era aristocrática: Los aristócratas
monopolizarán el poder político, poseerán las mejores tierras y van a crear unas tradiciones
genealógicas a partir de dioses o héroes. Este exclusivismo lo van a apoyar en la pureza de
sangre. Con esto, los aristoi asumirán funciones propias del basileus. La ciudad-estado, con sus
normas propias fijadas, supuso un límite teórico a los aristócratas, porque éstos se sometieron
a unas reglas que coartaban la arbitrariedad, pero, como contrapartida, su poder adquirió
cuerpo y ellos controlaron la marcha de las ciudades, monopolizaron su gobierno y no lo
abandonaron sino bajo fuertes presiones. En el fondo, tras la pérdida de la monarquía y la
organización de la ciudad-estado se encuentra el fenómeno del robustecimiento aristocrático.
La polis entonces, surge como un sistema organizativo en beneficio de los intereses de los
aristoi, que se dotan de instrumentos de gobierno colectivo para ejercer el poder. Así el poder
estaba en manos de los ciudadanos que como propietarios de tierras acceden al ejercicio de la
politeia.
Organización militar: la infantería de los hoplitas
Si la polis no es solamente el centro, sino también el territorio circundante, ese chora
tiene que ser defendida por la aristoi que se refuerzan con soldados a pie, los hoplitas. Las
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nuevas necesidades derivadas de la ocupación y fijación del territorio en el proceso de
formación de la polis obligan a que todos los miembros de la colectividad participen en su
defensa, formando parte del ejército. Así la actividad militar será el punto de encuentro de los
aristócratas y los campesinos propietarios de tierras con un nivel económico suficiente para
costearse el armamento. La infantería hoplita surge a lo largo del siglo VIII a.C., logrando su
pleno desarrollo en el siglo VII a.C. Uno de los rasgos más importantes de los hoplitas es el
hoples, el escudo, fundamento de la formación hoplítica, ya que era un elemento de
protección tanto para el portador del escudo como el de su compañero de al lado, por lo que
con esta formación los hoplitas siempre estaban unidos durante el combate. El cambio de la
táctica de combate influye mucho en el desarrollo de la metalurgia del hierro, lo que abarató
el equipo, ya que eran los mismísimos hoplitas, los mismísimos ciudadanos, los que se
financiaban su equipo de combate. Parece que también influyó mucho en la aparición de la
infantería hoplítica el proceso de expansión colonial. Antes del surgimiento de esto, el
combate era aristocrático, individual y a caballo. Esta organización militar va a tener una
repercusión enorme en el terreno social, siendo el hecho más importante en que contribuyó a
minar la superioridad aristocrática.
Problemas que el desarrollo de la polis trajo consigo
Durante el siglo VII a.C., con el desarrollo de la polis, se produce un desequilibrio en la
sociedad aristocrática, habiendo enfrentamientos entre la demos y los aristoi. La polis fue así el
marco en el que se desarrollaron los conflictos internos entre el demos y la aristocracia, y el
escenario en el que se consolidó un cuerpo cívico, que iría adquiriendo conciencia de unidad y
de pertenencia a un territorio colectivo, que tendría que defender unitariamente. Estos
enfrentamientos fueron causados por el problema de la tierra del Oikos, que en teoría era
inalienable y de los ciudadanos. Las tierras eran escasas y estaban mal distribuidas, ya que las
más fértiles estaban en manos de los aristoi. Se desarrolló el sistema de herencias,
produciéndose una parcelación progresiva tras sucesivos repartos que llevaría a parcelas cada
vez más pequeñas. Con esto se degradó la situación del campesinado, que empezó a depender
de los aristoi. La aristocracia va desarrollando formas de apropiación y acumulación de
beneficios paralelas a las de concentración de poder y control de la colectividad. En este
proceso el campesino libre corre el riesgo de caer en dependencia clientelar, entre la libertad y
la esclavitud. En consecuencia, se degradó la situación del campesinado, que acabó
dependiendo de los aristoi. Los campesinos sin tierras, a partir de aquí, o se incorporarán al
ejército como mercenarios, o emigrarán a las colonias, o, si no, a las ciudades, donde
trabajaran de comerciantes o de artesanos, empezándose a demandar un mayor reparto de las
tierras.
A pesar de todo esto, se producirá un aumento demográfico que será la causa del
desarrollo del comercio. Ese aumento del comercio pudo repercutir negativamente en el
campo, ya que con el comercio se producirá una especialización de cultivo, y ese cultivo
beneficiaba sólo al gran propietario, pero no al campesinado. Ese desarrollo del comercio dio
lugar también al desarrollo de la artesanía, apareciendo así grupos de artesanos y
comerciantes, que aunque poseen una buena posición económica, quedan al margen del
Estado. Los historiadores “modernistas” piensan que ese desarrollo de la artesanía y el
comercio va a tener una gran influencia en el desarrollo político ya que ejercerán una presión
27
para que se llegue a una apertura política a la ciudadanía en razón de la fortuna, no de la
sangre. Esto supone que la areté va a verse alterada, uniéndose al gusto por la riqueza
mobiliaria. Pero en cambio los “primitivistas” niegan la importancia de esos sectores
enriquecidos por el comercio y el artesanado en la evolución de la polis. Según el manual, a lo
largo del siglo VIII a.C. se atestigua una serie de factores que manifiestan un desarrollo
económico en todo el mundo griego, relacionado con el aumento de los contactos comerciales
entre las regiones griegas y el inicio de las navegaciones por todo el Mediterráneo oriental y
occidental. La propia formación de la polis es consecuencia de esta transformación y, a su vez,
incidirá positivamente en esa nueva realidad, aumentando la capacidad productiva del Oikos
con la ampliación de tierras cultivables de la chora y la utilización de técnicas agrícolas nuevas.
Este despegue económico se traduce en la generación de unos excedentes, destinados a la
fabricación de productos manufacturados, a la adquisición de materias primas y productos de
lujo ya elaborados.
Con el desarrollo del ejército hoplita se obtendrán éxitos en los combates, que ahora
dependen de la acción colectiva, es decir, de la movilización de parte de la comunidad, de
ciudadanos soldados sin contrapartidas políticas, sociales y económicas. Los aristoi estaban
obligados a la defensa de la chora, pero estaban reforzados por los soldados de a pié, la
infantería de los hoplitas. Esta infantería surge a lo largo del siglo VIII a.C., llegando a su pleno
desarrollo en el siglo VII a.C. El éxito en la batalla dependía de la acción colectiva, por tanto
había que movilizar a parte de la comunidad. Los ciudadanos que debían alistarse en el ejército
eran los que no tenían contrapartidas políticas, sociales ni económicas. Al cambio a esta forma
de organización militar influyó el desarrollo de la metalurgia del hierro. A su vez, tuvo
repercusiones en el terreno social, puesto que contribuyó a minar la superioridad aristocrática
en beneficio de los demás ciudadanos.
Todo lo citado produce que en el siglo VII estalle la Stasis con luchas entre facciones
aristocráticas, tensiones por desigualdad entre ricos y pobres, y con ricos que no poseen
derechos de aristócratas. La solución se buscó en el proceso de colonización, como válvula de
escape, y en la imposición de regímenes tiránicos.
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29
TEMA 5. LA EXPANSIÓN COLONIAL GRIEGA
Introducción: aclaraciones conceptuales
Lo que se va a analizar en este tema es el proceso de colonización griega a partir de
mediados del siglo VIII a.C. y que va a llevar a los griegos a fundar colonias en las costas del
Mar Mediterráneo y del Mar Negro. Este movimiento no hay que confundirlo con la expansión
de los griegos durante la Edad Oscura en Asia Menor y en las islas griegas. Otra cosa a tener
clara es que el término que las poblaciones griegas utilizaban para denominar a estos
establecimientos era apoikia, que se podría traducir como “casa lejos de casa”, pero no por el
término romano “colonia”, que se refería a la explotación agrícola del territorio, aunque
nombremos dicho concepto en este tema. Estas apoikia eran más centros de comercio, el
término expresa la idea de trasladarse en busca de un nuevo oikos. Otro aspecto es que,
aunque la tradición griega posterior normalmente presenta a las apoikia desde sus inicios
fueron totalmente independientes, como nuevas poleis que mantenían una serie de vínculos
con las poleis de Grecia, como vínculos de amistad, alianzas militares, matrimonios legítimos,
la doble ciudadanía y, en contraposición, también combates, como los entablados entre
Corcira y Corinto. Todo esto pone de manifiesto que son poleis completamente
independientes. Las apoikiai nacían como ciudades nuevas, con plena autonomía política y con
sus propios ciudadanos. La polis de la que emigran será la metrópolis, con la que mantendrán
relaciones estrechas dentro de la independencia entre ambas.
Este fenómeno está relacionado con los cambios que se produjeron en el proceso de
formación de la polis arcaica en torno a la explotación de la tierra. No le es ajeno, sin embargo,
los contactos que desde época anterior había facilitado los intercambios y habían posibilitado
que la solución de los problemas se enfocara hacia la emigración a tierras nuevas del mundo
mediterráneo.
La decisión de establecer una apoikia implica una cierta intervención de la metrópolis
para facilitar los medios necesarios y el reclutamiento de los colonos para realizar la empresa.
Sin embargo, la nueva ciudad se organiza de forma consciente y con una racionalidad mayor
que permite a los ciudadanos participar desde el principio de forma más igualitaria en la
politeia y en los cultos religiosos.
Fases de la expansión colonial griega
Cronológicamente el movimiento colonizador griego se desarrolló a lo largo de los tres
siglos que van desde el VIII a.C. hasta el VI a.C., identificados como la “época de la colonización
griega”, dividida en dos fases:
- La oleada occidental (750-650), que llevó a la fundación de un gran número de
apoikias, siendo la primera Pitecusa (bahía de Nápoles), fundada por habitantes de
Eubea. A esta primera fundación le siguieron otras en Sicilia y el sur de Italia, hasta
Campania, destacando las fundaciones de Naxos (734 a.C.), en Sicilia, y Cumas (750
a.C.) por eubeos, o Megara Hiblea fundada por megarenses. La zona sur de Italia
ejercía una gran atracción a los griegos por su fertilidad.
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- A esta oleada le siguió otra oleada que comenzó un poco antes del 700 a.C. y que
se desarrolló por Macedonia, Tracia y sus islas cercanas, como Tasos, todas estas
por los eubeos. El Helesponto y los márgenes del mar Negro fueron colonizados
por jonios, como Mileto, que desde el siglo VIII a.C. tomó la iniciativa y fundó una
serie de asentamientos coloniales en todas las costas desde la Propóntide hasta el
Mar Negro. Las otras colonizaciones se desarrollaron por las costas del Norte de
África y por el Mediterráneo Occidental, como en la Península Ibérica. Los
asentamientos coloniales de la segunda etapa en Sicilia y el Sur de Italia
conjugaban la explotación agrícola con el control de las rutas comerciales.
Las zonas geográficas que abarcó la colonización griega fueron muy amplias, diversas y
distantes, aunque se pueden distinguir tres grandes direcciones: hacia el Mediterráneo central
y occidental, sur de Italia, Sicilia, y posteriormente el sur de Francia y Península Ibérica; hacia el
norte y noroeste, costas de Tracia, del Helesponto y el Mar Negro, y hacia el sur, las costas de
África.
Relaciones entre colonizadores y poblaciones indígenas
Las colonias griegas se establecen en regiones geográficas muy heterogéneas y
distantes. Esta realidad física, unida a las diversas situaciones en las que se encuentren los
indígenas en el momento de llegada de los colonos y junto con las condiciones en que se
realicen los asentamientos, determinará la gama diversa de relaciones entre ambos. Lo que
parece clarísimo es que no puede establecerse un modelo único para todos los territorios
colonizados, aunque sí está claro que fue una dinámica común la colaboración con los
indígenas, como necesidad para la supervivencia de la colonia, ya sea por el conocimiento del
territorio, o por el abastecimiento de mujeres, etc., como también las muchas relaciones
comerciales que se establecen entre los griegos y los indígenas de los territorios, es decir, la
población muestra una receptividad y una actitud favorable a los griegos. Evidentemente son
muy diversos a los que llegan los griegos, por lo que habrá distintos niveles de desarrollo y, por
lo tanto, distintos tipos de relaciones. Los etruscos, por ejemplo, detuvieron la expansión
griega en la bahía de Nápoles. En cambio, en sociedades menos avanzadas, como en Sicilia,
con los sículos, o como los tracios o los escitas, las poblaciones fueron utilizadas como mano
de obra o fueron empujados al interior. En ejemplos concretos comprobamos esa variabilidad
en las situaciones, como Tasos o Leontinos, donde los griegos suplantan a los nativos, o en
Megara Hiblema, que estaba deshabitado, o en Metaponto, donde se produjo una fusión entre
griegos e indígenas.
En líneas generales los conflictos con la población indígena están relacionados con la
necesidad de los colonos griegos de penetrar en el interior para explotar nuevas tierras de
cultivo según las necesidades del crecimiento demográfico de las colonias. En otras ocasiones
el proceso de desarrollo colonial coadyuvará a una serie de cambios que permiten la existencia
de la esclavitud como mercancía, con lo que serán los indígenas los que se conviertan en
esclavos.
Desde una perspectiva global, toda fundación colonial implicaba al elemento indígena
en sus diversas relaciones con los griegos, que podían ir desde los contactos y la colaboración
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estrecha, conservando su independencia aunque integrado en ella hasta las diversas formas de
sometimiento. Con todo, el resultado de unas sólidas relaciones materiales y culturales, entre
el mundo colonial y el indígena, cuya eliminación a lo largo de varios siglos se denominará
“helenización”.
Las causas de las colonizaciones: diferentes hipótesis
Desde que Mossé estableciera una diferencia entre las colonias agrícolas y
comerciales, los historiadores han discutido mucho si la colonización fue por causas
comerciales o por necesidad de tierras, es decir, por motivaciones agrícolas. Fenley sostiene
que fue el hambre de tierras la causa principal que llevó a los griegos a lanzarse al movimiento
colonizador. Él no niega que hubiera intereses comerciales, pero los ubica en la segunda fase
de colonización. Para los que defienden esta postura se argumenta que las primeras colonias
se fundaron en áreas productoras de grano, como Sicilia y el Sur de Italia, diciéndose que los
primeros colonos partieron de poleis agrícolamente pobres, como Calcis. A esta situación de
escasez de tierras se unen los cambios cualitativos realizados en la explotación de la tierra, que
propició un proceso de concentración de tierras en manos de la aristocracia y un control sobre
los antiguos cultivadores que fueron reducidos a una especie de servidumbre. Boardman, en
cambio, dice que fue el comercio el impulsador de los movimientos coloniales. Alega que la
información geográfica procedía de los informes de mercaderes que desde épocas antiguas
habían explotado las orillas del Mediterráneo y que fueron los eubeos los pioneros en la
colonización, siendo Pitecusa la primera colonia, que más que apta para la actividad agrícola,
era una zona especialmente apta para el comercio con Etruria. En la misma línea, Osborne y
Ridgway dicen que fue la búsqueda de metales, especialmente el hierro, la que impulsó las
fundaciones coloniales. Otras teorías hablan de que fue por motivos políticos o por una
pluralidad de estímulos. En cualquier caso, lo que parece claro es que no debe existir una única
causa que diera lugar al movimiento colonizado. Entre estas causas podemos distinguir las
razones circunstanciales y las causas estructurales.
Razones circunstanciales
Las razones circunstanciales, o puntuales, plantean el problema de que la información
proviene de épocas posteriores, siendo muy cuestionada dicha información. Entre estas
razones se incluye que la carestía de grano en Calcis impulsó la fundación de Regio en el 730
a.C. Otro hecho puntual pude ser que la expulsión de los Partenios de Esparta, que podían ser
hijos de las mujeres adúlteras, provocó que éstos fundaran Tarento, aunque en vez de ser hijos
de adúlteras se piensa que eran expatriados que se negaron a ir a la guerra. Otra leyenda de
fundación habla de que Arquias cometió un asesinato, y como pena se le expulsó de Corinto,
dando éste hecho lugar a la fundación de Corcira.
Pero como se ha dicho, estas informaciones recogen tradiciones fundacionales poco
fiables, viéndose en un caso concreto como en el de Cirene, que fue fundada por habitantes de
Tera en el 631 a.C., la poca fiabilidad. Sobre la fundación de Cirene vemos varias fuentes, como
las dos versiones de Heródoto sobre la fundación de esta apoikia. En las dos versiones
encontramos una serie de rasgos comunes, rasgos característicos del proceso de fundación de
una colonia. Normalmente hay en todas las colonias un fundador, en este caso Bato, que dirige
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la expedición. Éste lleva el nombre de oikistes, que era un jefe aristocrático nombrado por la
metrópoli para dirigir a los colonos, así como para supervisar la distribución de las tierras, y
establecer constituciones legales, políticas y religiosas. De esta forma, también la aristocracia
está presente en la configuración de estas colonias. Normalmente ese oikistes a su muerte se
suele convertir en el héroe de la comunidad, siendo enterrado en un lugar privilegiado, en el
caso de Bato en el ágora, recibiendo con el paso del tiempo un culto ciudadano integrado en
recuerdo de su origen.
Otro elemento que hemos visto como rasgo característico es el papel del oráculo de
Delfos. Era fundamental para el éxito de la expedición que el oráculo diera una previsión
afirmativa para ella. La expedición tenía un carácter religioso manifestado en el papel
desempeñado por el oráculo de Delfos, que en este período se estaba definiendo como centro
religioso de carácter panhelénico en la Grecia Arcaica. Toda empresa colonial tenía que hacer
una consulta oracular por medio de la que obtenía información diversa sobre las rutas, los
asentamientos más favorables y los que debían dirigir la expedición. Pero actualmente el papel
de Delfos está siendo cuestionado, diciendo que los oráculos fueron falsificaciones posteriores.
Una vez que se llevaba a cabo una aventura colonia, era necesario agradecer la ayuda de
Delfos, lo que ayudaba a un mayor cúmulo de información de la zona, como la acumulación de
los datos geográficos. Con esto el oráculo de Delfos obtiene un mayor prestigio, que se
convierte en consulta imprescindible a partir del siglo VII a.C.
El último rasgo común es que las dos versiones hablan del primer asentamiento en
Platea, que era una isla cercana fácilmente defendible y no hostil, lo que propiciaba el
desplazamiento al continente. Pero aparte de los rasgos comunes, encontramos una serie de
rasgos diferentes en estas versiones. Mientras que en la versión de Cirene se habla de la
ascendencia real de Bato, de la obligación personal y de la imposibilidad de regreso, en la
versión de Tera se habla de una selección de colonos. Cirene se convirtió en una riquísima polis
griega en el norte de África que basaba su economía en el cultivo de cereales y en la
manufactura de productos culinarios. La versión de Tera, con el hecho de la selección de
colonos, expresa el interés por mantener los vínculos con Cirene, que era una colonia
próspera. En cambio, en Cirene y de manera excepcional, se va a establecer un régimen
monárquico en el que va a gobernar la familia de los Batíadas que supuestamente son
descendientes de Bato, defendiendo la versión de Cirene la independencia y antigüedad de la
estirpe. Todo esto explica que haya dos versiones completamente diferentes. Todo esto pone
de manifiesto que no hay ningún interés por ofrecer un relato fidedigno de lo ocurrido. Hay
que tener en cuenta que los griegos tenían un desconocimiento absoluto con el pasado
histórico, lo que les permitió inventarse a sí mismos y así lo hicieron.
Otra fuente importante para conocer los distintos asentamientos griegos son los
juramentos de los fundadores. En este caso el juramento del fundador de Cirene es un decreto
del siglo IV a.C. en el que se expone el supuesto acuerdo originario que hicieron los tereos con
los colonos de Cirene, en concreto con Bato cuando partió a Libia. Al recurrir a la fundación se
alude a la versión terea, ya que el texto fue realizado por Tera para la embajada que se envió a
Cirene en el siglo IV a.C. Por ello, lo tereos tenían derecho a las tierras y a la ciudadanía en
Cirene, y éstos a su vez podían regresar a Tera, ya que ambas poleis estaban en igualdad, como
decía el pacto, que así había sido en su origen, cuando se eligió a los ciudadanos que irían a
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Cirene y a Bato como su jefe. Se ha cuestionado que el pacto existiera y se dice que fue
inventado por los embajadores para reforzar su influencia sobre Cirene. Aquí se ven los rasgos
característicos de las fundaciones de las colonias:
- Primero se fortifica el asentamiento y después se llevaba a cabo la división de las
tierras, la cual va a ser la base de la futura división social, además del símbolo de
ciudadanía. El reparto se hacía de dos veces: primero a la aristocracia, para quien
iban las mejores tierras, y segundo y sucesivos al resto de la ciudadanía.
- Parece que los colonos procedían de familias con más de un heredero y también
parece que los colonos no iban siempre voluntariamente, así se evitaba la
parcelación de tierras.
En Cirene se acepta en el siglo IV a.C. esa versión de los tereos, que se puede explicar
teniendo en cuenta que hacia el 430 a.C. se produce el derrocamiento batíada, imponiéndose
una constitución más democrática que requiere una administración de los hechos que
justifique esa constitución, por eso insisten los tereos en subrayar la igualdad entre los
colonos.
Según las fuentes escritas se puede sacar la conclusión de que hay un vínculo
importante, aunque no exclusivo, con Tera, el protagonismo de Bato y el largo proceso hasta el
emplazamiento final. Según los restos arqueológicos el problema se compleja mucho más, ya
que la zona era conocida por los griegos mucho antes de la fundación de la colonia, como
atestigua la cerámica. Pero el hecho más destacable es que lo que se ha encontrado son restos
espartanos, lo que lleva a la conclusión de que en la zona se asentaron gentes del Peloponeso
y que la zona no fue colonizada exclusivamente por los tereos.
Rezones estructurales
Más importantes que las razones circunstanciales son las razones estructurales.
Sabemos que en la Grecia de donde partían los colonos existían fuertes desequilibrios sociales,
con un desigual reparto de la tierra. Además se ha comprobado que se produjo un aumento de
la población y se encuentra documentadas las importaciones de grano y de materias primas,
que hacen sacar la conclusión de que la carencia de grano era un problema acuciante. Otro
hecho a destacar son los excedentes productivos no agrícolas que había que exportar a
mercados exteriores. El proceso de colonización griega tiene más que ver con la formación de
la polis que en el desarrollo de la misma, son hechos paralelos, y que de hecho lo que estaba
ocurriendo en las poleis fue un ejemplo a imitar por esas poleis nuevas que deben definir un
marco y los territorios urbanos, además de dotarse de marcos jurídicos y legales, y la forma
comunitaria de combatir.
Consecuencias de la expansión colonial griega
La expansión colonizadora de los griegos tuvo respuesta inmediata y circunstancial con
respecto a la presión demográfica, a la falta de tierras y a la búsqueda de mercados, aunque no
fue la solución permanente a ninguno de estos hechos. Con la colonización griega también se
produjo un desarrollo del ejército hoplita. Lo que desde luego fue una consecuencia de la
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colonización fue la difusión de la cultura griega por el Mediterráneo y el Mar Negro, lo que
lleva aun proceso de helenización.
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TEMA 6. LAS TIRANÍAS ARCAICAS
Visión teórica de la tiranía: problemas historiográficos
Es a partir de mediados del siglo VII cuando una serie de usurpadores establecen una
serie de poderes aristocráticos en las ciudades más avanzadas del panorama griego,
manteniéndose dichos poderes durante dos generaciones. Este fenómeno fue ampliamente
difundido, pero con un carácter efímero, es decir, no afectó a todo el mundo griego. Por
ejemplo, no afectó a zonas con una fuerte organización tribal, como la Arcadia y la Grecia
central, en las zonas con terratenientes muy potentes, como Esparta, Beocia o Tesalia, o en
zonas como Egina, una zona extremadamente próspera, que no permitió la entrada de
regímenes tiránicos.
Para entender la tiranía griega hay que entender que el término tirano es un concepto
de carácter neutral en su origen, es decir, no implicaba ningún juicio sobre las cualidades del
gobernante, sino que sólo describe a una persona que se adueña del poder y que lo mantiene
sin una autoridad legítima, son tiranías arcaicas.
Son escasísimos los testimonios contemporáneos de los tiranos y los que hay son de
los adversarios, lo que favorece a la aparición de elementos negativos. La mayoría de los
testimonios provienen del siglo V y posteriores, y esas fuentes del siglo V lo que va a hacer va a
ser juzgar dichas tiranías con nuevas concepciones políticas y morales, dándonos una visión
totalmente distorsionada de la tiranía, cargándose el término de connotaciones negativas.
Osborne dio motivos para que ocurriera esto: se consideró como una deshonra sucumbir a la
tiranía, es decir, para la oligarquía significaba un acto de insolencia de uno de sus miembros,
mientras que para el resto del pueblo era culpable de no valorar sus derechos, por lo que se
pinta a los tiranos con tintes sombríos, aunque algunos gobernaran con benevolencia. Otro
motivo es la amplia aplicación del término, que puede designar a personas que se adueñan
violentamente del poder, a gobernantes legales pero que ejercieron un poder autocrático,
como Filipo o Alejandro, o a ciudades que imponen su poder a otras, como Atenas a Esparta.
Eso va a dar lugar a que se vuelva conveniente contar anécdotas sobre los tiranos arcaicos, que
tratan de destacar la ilegitimidad, las injusticias y la arrogancia en el uso del poder, además de
otras cosas. Por todo esto resulta difícil saber por qué triunfaron y también definir las
características de su gobierno.
Un rasgo a destacar de los tiranos es que pertenecían a la aristocracia, permitiéndoles
su origen acceder al cargo real o a las magistraturas, además de esto, cuando ya han accedido
al poder, buscan conseguir prestigio ante el pueblo, distinguiéndose militarmente y
representando los intereses del demos. Los tiranos actuaban contra la aristocracia, siendo
presentado como jefe popular hostil. Al primer tirano le resulta fácil mantener el poder, pero
los siguientes tienen que recurrir a la violencia para conservarlo. El poder tiránico era
inconstitucional, por lo que el tirano gobierna fuera de la ley, es lo que la diferencia de la
monarquía. A pesar de estar por encima de la ley y de la constitución, los tiranos vigorizaron la
polis y sus instituciones, contribuyendo a elevar al demos, o sea, al pueblo en general a un
nivel de conciencia política, lo que condujo, en algunos estados, a la democracia.
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Normalmente cuando caen los tiranos, la tiranía no es reemplazada por la democracia, sino
que normalmente es reemplazada por regímenes oligárquicos, siendo frecuente la ampliación
del cuerpo cívico, por lo que la tiranía no es un paso intermedio entre el gobierno aristocrático
y la democracia.
Otro aspecto es que normalmente hay una relación entre la tiranía y el
enriquecimiento de la polis y especialmente se da esa relación en las polis que pueden llevar a
cabo un gran poderío naval. Al hacerse Grecia más poderosa y capaz de adquirir más riquezas
que antes, surgieron en general tiranías en las ciudades, y los griegos comenzaron a equipar
escuadras y a ocuparse del mar con mayor empeño. Por lo que, en conclusión, surge en las
ciudades más avanzadas, generando períodos de esplendor. La tiranía, por tanto, estaba muy
relacionada con la situación social de la Grecia Arcaica, estando también asociada al
desequilibrio generado por la consolidación de la polis, es vista como un intento de solución
interna a los problemas de la polis. De ahí que los tiranos hayan sido presentados como líderes
del demos en general, de los ciudadanos enriquecidos, especialmente a los enriquecidos por
las actividades comerciales, y a los hoplitas. En cualquier caso no conviene hacer
generalización, ya que hubo una gran diversidad de experiencias, dependiendo de la polis en la
que nos situemos
Expansión geográfica de las tiranías
Las diferentes tiranías arcaicas ocupan un período de tiempo que abarca desde la
primera mitad del siglo VII a.C. hasta finales del siglo VI a.C. en Atenas. Geográficamente se
pueden distinguir dos zonas, donde se desarrollaron los regímenes tiránicos: Las tiranías de las
islas y la Grecia asiática, y las tiranías del noreste Peloponeso y del istmo de Corinto.
Las tiranías del noreste del Peloponeso y del Istmo de Corinto
Fidón de Argos:
En esta zona se dio una transformación del poder monárquico a un gobierno tiránico,
según Aristóteles. El problema de Fidón es que es muy poco lo que se sabe de él, incluso su
propia cronología es muy difícil de establecer, habiendo diferentes interpretaciones, como la
que sitúa a Fidón en la primera mitad del siglo VII, que pone a Fidón como un renovador del
poder militar de Argos, diciendo Andrew sobre esto que fue Argos la primera ciudad en
emplear la táctica militar hoplita, que le permitió a esta ciudad vencer sobre Esparta en la
batalla de Hisias del 669, siendo Fidón defensor de los hoplitas frente a la aristocracia; o como
la que lo establece en la primera mitad del siglo VI a.C., que dice, según Heródoto que Fidón
fue contemporáneo de Clístenes de Sición. Según esta interpretación, Fidón fijó los pesos y
medidas de los peloponesios y fue el representante de los comerciantes.
Los Cipsélidas de Corinto:
La tiranía de Corinto es la mejor conocida, y probablemente la más antigua. En esta
polis se establece la tiranía de los Cipsélidas, sucediéndose Cípselo, Periandro y Psamético o
Cípselo. En el caso de Corinto se ve claramente la relación entre tiranía y el desarrollo de la
polis, teniendo dicha ciudad una situación estratégica tanto para el comercio terrestre Norte-
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Sur, como para el comercio marítimo Este-Oeste del Golfo de Corinto. Controlado por lo tanto
el comercio, desde mediados del siglo VIII se difunde su cerámica de calidad, y es en esta
ciudad en la que constatamos una importante expansión colonial. Cípselo lo que hizo fue
levantarse contra el linaje de los Baquíadas, imponiendo así la tiranía. Sobre la imposición de la
tiranía partimos de dos versiones:
- Heródoto decía que Corinto era gobernada por una oligarquía, la de los Baquíadas,
siendo Labda, madre de Cípselo, miembro de dicho clan. Al intentar matar los
Baquíadas a Cípselo, por una profecía de la Pitia que predecía la caída de los
Baquíadas por Cípselo, Labda escondió a su hijo, que al crecer se impuso como
tirano expulsando a muchos corintios.
- Nicolás de Damasco: se refería al apoyo popular.
Estas interpretaciones marcan el apoyo popular que tuvo Cípselo a su subida al poder,
un rasgo típico, además de su origen humilde, aunque sea un hecho poco creíble a causa del
monopolio político de los aristoi. Pero todo esto ha sido conjeturado a partir de las
circunstancia de Corinto.
En el año 664 a.C. sucede una batalla naval entre Corinto y Corcira, que tuvo la
consecuencia de la pérdida de la ruta comercial del Oeste. Además Corinto tuvo que hacer
frente a luchas con Megara por el control del Istmo, además de que Argos refuerza su posición.
Todo esto, unido a la stasis interna de Corinto, puede explicar la caída de los Baquíadas.
Respecto a la actuación, los Cipsélidas no modificaron el sistema político, es decir, no
se asoció al demos al gobierno, aunque transformó la realeza nominal en poder autoritario a
costa de los aristoi. Además de esto Cípselo confiscó las tierras de los Baquíadas, aunque no se
sabe si redistribuyó dichas tierras. Tampoco está claro si Cípselo instauró la Eisphora, un
impuesto directo del 10% que, de haberse impuesto, habría sido un factor importante en el
paso de una sociedad clánica a una estatal. Es probable que la riqueza derivada de ese
impuesto habría ayudado a la financiación colonial y a la financiación de una política de
grandes construcciones, como templos dóricos. Con todo esto, en la época de la tiranía,
Corinto fundó varias colonias, como Potidea, que le daba acceso a las materias primas del
Noreste, Leúcade, Anactorio, Ambracia, Apolonia, Epidamno, estas proporcionaban una ruta
hacia el Oeste, que les daba acceso a más materias primas, como maderas y flores. Este hecho
de las fundaciones coloniales pone en evidencia la preocupación de los corintios por el
comercio, recurriéndose con Periandro a la vía de arrastre de naves. Para facilitar el comercio y
desarrollar la economía de la polis se acuñó moneda.
Con Periandro se mantiene el auge económico de Corinto, y parece que con él se lleva
a cabo una actividad política exterior, manteniendo una estrecha amistad con el tirano
Trasíbulo de Mileto, amistad que ayudó a mantener el comercio en el Mediterráneo oriental.
Además, Periandro entabló relaciones con Lidia y Egipto y una amistad con Atenas, rival de
Egina. A Periandro se le atribuye la utilización de medidas contra los ricos, como la prohibición
de ostentaciones, la compra de esclavos, etc. Los autores de época clásica le atribuyen todas
las argucias típicas del tirano para conservar el poder, es decir, que recurrió al terror, al
soborno, a una política represiva, recurrió a una guardia personal, etc. esto según Aristóteles.
Según Heródoto, Periandro asesinó a su mujer, realizó prácticas necrománticas (su mujer no le
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dejaba en paz después de matarla) y, después de tomar Corcira, secuestró a los jóvenes de
Corcira a los que castró para que fueran usados como eunucos del rey de Lidia. Con estos dos
testimonios vemos a Periandro como un tirano que gobernaba al margen de la ley y sin una
moderación en el ejercicio del poder, aunque hay que recordar que estos dos testimonios se
escribieron en una época en la que sólo se descalificaba el régimen de los tiranos.
Tras Periandro llega el poder de Psamético que, después de ser asesinado, es sucedido
a su vez por una oligarquía de ricos, estableciéndose así una isokratia (vinculación del poder
político y económico) (Horódoto).
Las Ortogóridas de Sición:
La tiranía impuesta por un tal Ortigoro a finales del siglo VII a.C., aunque apenas se
tiene noticias de su gobierno. De quien sí se tiene conocimiento es del gobierno del tirano
Clístenes, quien gobernó a principios del siglo VI, según Heródoto. Este Clístenes convocó a los
griegos para competir por la mano de su hija Agariste, quien al final se casó con Megacles. Este
hecho pone en evidencia la relación de Clístenes con los círculos aristocráticos griegos.
Clístenes prohibió cantar los poemas homéricos y rebautizó las tres tribus dorias con nombres
de animales y una que no tenía un origen dorio la llamó Archélaoi, que significa “jefes del
pueblo”. El objetivo de esto era atacar a Argos y afirmar su propia independencia en la cultura
y la religión. Sabemos que la tiranía acaba cayendo a causa de la injerencia espartana. Tras la
caída del último tirano, Esquines, de nuevo se estableció un régimen oligárquico.
Teágenes de Megara:
Se ignora todo sobre el ascenso de Teágenes al poder, sólo se sabe que llegaría a él a
mediados del siglo VII a.C., además de todo lo referido a su política. La tiranía de este
personaje es reemplazada por una oligarquía.
Las tiranías de la Grecia Asiática y de las islas
El caso de Mileto:
Mileto fue una ciudad próspera que desarrolló una expansión colonial y cultural. La
tiranía en esta polis surge con Trasíbulo a finales del siglo VII a.C., aunque se desconoce su
cariz, es decir, si fue apoyado por gene aristocráticos contra los lidios o, según una anécdota
encontrada en los testimonios de Herodoto, siguió el consejo de Periandro de una postura
antiaristocrática.
A principios del siglo VI se van a imponer en el poder una serie de tiranos en Asia
Menor, apoyados por los persas, como Aristágoras, que estuvo controlado por estos.
La tiranía de Mitelene:
A la caída de los Pentílidas se producen fuertes disputas aristocráticas por el poder
entre finales del siglo VII y primeros del siglo VI. Al final se llegan a imponer tres tiranos sin
parentesco entre sí:
- Melancro: fue expulsado por facciones aristocráticas hacia el 610 a.C.
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- Mírsilo: su muerte fue celebrada por Alceo.
- Pitaco: hacia el 590 a.C. obtiene una gran popularidad al ganar una guerra contra
los atenienses en Sigeo. De éste se sabe que ejerció una tiranía de carácter
antiaristocrático, repartiendo tierras, limitando los gastos de los funerales e
imponiendo multas dobles por crímenes cometidos en estado ebrio. Diez años
después de imponerse en el poder renunció a él, y resolvió un conflicto civil entre
la aristocracia, por lo que pudo funcionar ahí como un arbitro, ascendiendo así a
un poder consensuado.
Polícrates de Samos:
Era una isla próspera en la que Polícrates activa la política exterior. Tras su muerte, por
los persas en el 522 a.C., sube al poder Meandro, cuyo proyecto democrático es abortado, ya
que los persas instauran en el poder a Silosonte.
Lígdamis de Naxos:
La tiranía aquí fue ejercida por Lígdamis en el siglo VI, ignorándose cómo se hizo con el
poder y quién era. Entabló amistad con Polícrates y Pisístrato, de quien pudo obtener una
ayuda mutua para acceder al poder. Éste además se enfrentó a la Liga del Peloponeso, que lo
venció, puso fin a la tiranía e instauró régimen oligárquico formado por viejos grupos
aristocráticos.
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TEMA 7. ESPARTA: EL MODELO OLIGÁRQUICO
El problema de las fuentes
El primer problema que tenemos para analizar el caso de la polis de Esparta, es que las
fuentes, de Época Clásica, son extremadamente tendenciosas, encontrándonos dos
tendencias:
- La tendencia favorable a Esparta, como Platón, Jenofonte, Polibio, Cicerón o
Plutarco.
- Fuentes más neutrales, como el caso de Heródoto y Tucídides, pudiendo incluir
también a Aristóteles y Pausanias.
Esparta fue vista como un modelo para los grupos más tradicionales del mundo griego.
Y esos movimientos de exaltación del mundo griego van a surgir de manera clara en el siglo V,
sobre todo por los aristócratas críticos de dicho siglo. Este “espejismo espartano” fue
propiciado por la enemistad que se produjo entre Atenas y Esparta a partir del siglo V a.C. Esta
situación, que formaba parte de las rivalidades políticas de época clásica entre oligarcas y
demócratas, permitió presentar a Esparta como modelo político ideal y digno de imitación por
los sectores oligárquicos atenienses, además de que actuó también como refugio de los
oligarcas, en contraposición a la democracia de Atenas.
Características geográficas
Hay una serie de rasgos que distinguen el territorio espartano de otros. En primer lugar
abarca un amplísimo territorio, tanto como Laconia como Mesenia, conquistada por la polis.
Eso dio lugar a un territorio muchísimo más grande que el territorio ático. El territorio de
Esparta se caracteriza por su enorme aislamiento, en el norte por regiones de muy difícil
acceso y en el resto del territorio por una costa muy abrupta, siendo el puerto Gitio, en el sur,
uno de los pocos para la salida al mar. Otros dos rasgos a destacar del territorio espartano son
la fertilidad de su territorio en Mesinia y la abundancia de minas de hierro.
Orígenes del sistema espartano
El conjunto de las instituciones espartanas, que dio pie a la creación de una imagen
idealizada de Esparta, se expresa en un texto, Rethra, trasmitido en su forma arcaica en la Vida
de Licurgo de Plutarco. Licurgo, el legislador, después de viajar por otras ciudades y estudiar
sus constituciones, elaboró una normativa para su polis. En resumen, Licurgo fue el creador de
la Gran Rethra, es decir, de la constitución espartana.
En realidad los orígenes de Esparta son muy oscuros. Parece que la formación de
Esparta se llevó a cabo por la ocupación doria del Peloponeso durante la segunda mitad del
siglo X, según Cartledge, y que se habría iniciado entonces un largo proceso de sinecismo
(Pitana, Cinosura, Mesoa, Limnas, Amiclas) y concluiría con la formación del Estado espartano
a primeros del siglo VIII a.C. Según los datos que proporcionan las fuentes históricas, los dorios
tardaron bastante tiempo en irse afianzando en el territorio laconio y sacarlo del aislamiento
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en el que había caído después de la civilización micénica. La ocupación de Laconia fue
acompañada por un largo período de luchas internas y externas. Tucídides dice que
transcurrieron por lo menos cien años desde la entrada de los dorios en el Peloponeso hasta la
formación del estado espartano. A lo largo de este período los dorios van configurando una
nueva forma de organizarse territorial y socialmente, cuyos resultados serán visibles en el siglo
VIII a.C. Este sistema de unificación de aldeas estaría relacionado con las necesidades militares
para la ocupación del territorio y dominación de la población anterior. Por tanto, en todo este
proceso se van fraguando las condiciones necesarias para que cristalicen las diferencias
sociales entre los espartiatas y los hilotas y su modo peculiar de explotación del trabajo.
Organización socio-económica
El cuerpo de los ciudadanos lleva el nombre de espartiatas u homoioi, o semejantes. El
cuerpo cívico ocupaba toda su vida a la actividad militar, es decir, que el cuerpo cívico era un
cuerpo militar en régimen de jornada permanente, teniendo un servicio militar de los 20 a los
60 años. Dicho cuerpo militar estaba formado por varones de más de 30 años con plenos
derechos políticos y civiles. Esa condición de ciudadanos se podía perder por diversos motivos:
en un principio por vender el kleros (lote de tierras entregadas con la ciudadanía que eran
explotadas de forma hereditaria por las familias espartanas), por cobardía, por delito, o por no
participar en la syssitiai, es decir, en banquetes comunales. Después de la pérdida de
ciudadanía pasaban a ser hipmerion, es decir, “los inferiores”. Se adquiría la cualidad de
ciudadano después de haber concluido la educación, la Agogé, que era especialmente dura,
centrándose sobre todo en la fortaleza física, en las tácticas militares y en la obediencia.
“Sus estudios se limitaban a lo estrictamente necesario; el resto de su educación consistía en
aprender a obedecer, soportar la fatiga con paciencia y vencer en la lucha. Ésta es la razón por
la cual su entrenamiento se hacía cada vez más duro a medida que crecía; se les afeitaba la
cabeza, se les acostumbraba a caminar descalzos y a jugar desnudos la mayor parte del
tiempo.”
Plutarco, Vida de Licurgo
Los espartiatas mientras se educaban debían vivir sin lujos, en dormitorios colectivos
con lechos de paja y se les daba una dieta especialmente pobre, que estimulaba las prácticas
de robo, el ingenio y la habilidad en los muchachos. Estos espartiatas participaban en las
comidas de adultos de la comunidad, en las Sysstíai celebradas al anochecer.
La familia tenía una escasa decisión sobre un miembro de su familia. Por ejemplo, era
competencia estatal decidir si un nacido vivía o moría. Otro ejemplo de esa escasa importancia
que tiene la familia en este régimen oligárquico y militar espartano es que existía la práctica de
un matrimonio arcaico, con raptos y con ceremonias de travestismo. Lo importante para el
estado espartano era conseguir el mayor número posible de espartiatas, por lo que permitían
las relaciones extraconyugales, para procrear más, ya que la falta de hombres fue crónica en
Esparta. Este hecho dio lugar a que la posición de la mujer fuera tremendamente buena, hecho
que se aprecia en que se las permitía realizar actividades gimnásticas.
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Los espartiatas tenían como actividad principal la guerra, por lo que se les apartaba de
las actividades e intereses económicos, limitándose para ello el lujo, el uso de la moneda y se
limitó el comercio, con lo que se conseguía mantener la igualdad entre espartiatas, pero esto
provocó que la economía espartana fuera muy cerrada y marcadamente agrícola. En principio
las tierras eran del estado y eran divididas por los ciudadanos en partes iguales, llamadas
Klero, que tenían un carácter hereditario y eran inalienables, aunque fueran una propiedad
privada. A pesar del intento de mantener la igualdad de los espartiatas, había algunos que eran
más ricos que otros.
Los encargados de trabajar la tierra eran los hilotas que tendrían una posición muy
parecida a la de un esclavo, creyéndose que su origen se encontraba en mesenios
conquistados más aqueos sometidos, según la teoría racial. Estos hilotas no poseían una
libertad individual, aunque no se podían ni comprar ni vender, y estaban adscritos a la tierra,
teniendo la obligación de entregar la mitad de sus cosechas a los espartiatas, por lo que su
función básica era la de cultivar la tierra y cuidar los pastos de los espartiatas. Los hilotas
mantenían una situación prácticamente de esclavitud y, por tanto de mercancía. Una
mercancía a la cual el estado limitaba el derecho de propiedad individual, prohibiendo así la
venta fuera de Laconia, la liberación a título individual y estableciendo la obligación de
prestarlos a otros ciudadanos. La condición de hilota se reflejaba externamente, y estos tenían
la obligación, si no querían ser condenados a muerte, de llevar la cabeza afeitada, de llevar
ropas de cuero y de llevar un gorro de piel de perro, el Kyne. Además el número de hilotas era
muy elevado con respecto al número de espartiatas. Esto, añadido a las pésimas condiciones
de vida, hizo que los hilotas se rebelaran en multitud de ocasiones, hecho que, según algunos,
puede explicar la fuerte militarización de Esparta. Las Criptias era un rito iniciático encaminado
a un fin útil, en el que los espartiatas mataban a los hilotas con mejores capacidades físicas.
Aparte de los hilotas existía un tercer grupo social en Esparta, el grupo de los periecos,
que alude a los “habitantes de alrededor”. Lo periecos se distinguen de los hilotas porque son
hombres libres que viven en sus propias aldeas, pero las aldeas de los hilotas se encuentran en
las zonas más marginales del territorio espartano. Esta población, con una situación económica
precaria, quedaría marginada de la comunidad política en el proceso de formación de la polis.
Éstos son hombres completamente libres que viven en aldeas con un cierto grado de
autonomía de gobierno, aunque sin autonomía en la esfera militar y en la política exterior. En
el ejército forman unidades propias y son poseedores de los kleros menos fértiles. Por lo
demás lo único que no poseen son derechos políticos. El origen de este pueblo no está claro,
teniéndose dos teorías al respecto de esto: según la teoría étnica son elementos predorios,
mientras que la otra hace referencia a los motivos políticos, durante el proceso de sinecismo
de formación de la polis éstos no ofrecieron resistencia, por lo que se les mantuvo ciertos
privilegios. Los periecos jugaron un papel importante en el desarrollo del estado espartano, ya
que se dedicaban a actividades económicas prohibidas absolutamente a los espartiatas, es
decir, al comercio y a la artesanía.
Organización política
El eforado, formador por cinco éforos, son elegidos por la Asamblea con un carácter
anual, teniendo la función de hacer que se cumpla la constitución de Esparta. En realidad los
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éforos son los que tienen el poder ejecutivo de Esparta, además de ser los encargados de la
educación de las espartiatas, de mantener el orden social, de convocar y presidir la Asamblea,
tienen amplias funciones judiciales, y entre ellas está la capacidad de juzgar a los reyes de
Esparta. También tienen funciones militares, acompañando dos de ellos a los reyes en la
guerra, y la función de recibir embajadas y decidir si hablaban ante el Consejo o la Asamblea.
Aparte de los éforos, Esparta estaba gobernada por dos reyes, era una diarquía, con
reyes hereditarios y con los mismos poderes en teoría, siendo uno Agíada y otro Europóntida y
estando su gobierno arbitrado por el Eforado. En la práctica siempre había un rey más
poderoso que dirigía al otro. Sus funciones son simples: deben dirigir al ejército y ejercer de
sumos sacerdotes. Respecto a sus privilegios, poseen un cuerpo de guardia de 300 hombres, el
servicio de dos pythios que consultan en el oráculo de Delfos y, a su muerte, recibían entierros
suntuosos.
Aparte de la diarquía, también existe un consejo de ancianos, la Gerusía, compuesto
por los dos reyes más 20 espartiatas selectos con más de 60 años, siendo un total de 30
miembros vitalicios los componentes de este consejo. Tenía enormes funciones, siendo por
ejemplo la Corte suprema de justicia, sobre todo para los delitos graves de espartiatas y eran
los que preparaban los proyectos que se sometían a la opinión de la Asamblea, además de la
capacidad de disolver esta última.
La Apella era un órgano meramente consultivo y, de hecho, daba su aprobación
mediante gritos y murmullos, es decir, por aclamación. Servía más que nada para hacer
públicas las decisiones adoptadas por los otros órganos de gobierno, especialmente de la
Asamblea.
La Liga del Peloponeso
Esa tendencia al aislamiento no impidió a Esparta conquistar Mesenia, y tras esto,
Esparta se convirtió en la polis más poderosa, más capacitada para combatir los peligros
provenientes del exterior y los peligros internos. Para resolver dichos problemas Esparta se
alió con sus vecinos, surgiendo así la Liga del Peloponeso. Esta liga estaba formada por todas
las ciudades del Peloponeso, menos Argos y Acaya. Esta alianza es la primera en la historia de
Grecia de carácter supraestatal, surgiendo a mediados del siglo VI, tras un intento frustrado de
Esparta de conquistar Tegea, por lo que Esparta firmó tratados de alianza bilaterales en
condiciones de desigualdad. La liga establecía la aportación de Esparta de contingentes
militares y la aceptación por parte de las otras poleis de jefes espartiatas para sus ejércitos. Las
ciudades que entraran en la alianza tendrían una autonomía política, libertad de comercio y
exención de impuestos. Los conflictos bélicos entre ciudades aliadas no se prohibían, ya que
los acuerdos eran entre cada una de las ciudades con Esparta. Esta situación cambiará en el
siglo IV a.C. que Esparta impondrá más su poder en estas poleis.
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TEMA 8. ATENAS: DE LOS ORÍGENES DE LA
POLIS A LAS REFORMAS DE SOLÓN
Rasgos geográficos del territorio ático
Aunque Ática tiene algunas tierras fértiles, la gran mayoría de ellas son pobres, lo que
la diferencia de Laconia y Mesenia. Otra característica del territorio ático es la larga línea de
costa al sur y al sureste, adecuada para la instalación de puertos y. con esto, para el comercio,
además de poseer yacimiento de plata en Laurión, al sureste. El Ática estaba dividida en tres
regiones: Diacría (al noroeste, zona montañosa y árida), Pedión (en la zona central, con
llanuras fértiles) y Paralia (zona costera). Habiendo tal fragmentación natural, no se sabe que
explica la excepcional unificación política del Ática en un Estado unificado sin súbditos, siendo,
por tanto, todos los hombres libres del Ática atenienses.
La constitución de la polis ateniense: el proceso de sinecismo
La historia de Atenas en su época más primitiva está mal documentada en relación con
su período clásico. A pesar de ello tenemos más información sobre la Atenas Arcaica que sobre
cualquier otra ciudad griega en esa misma etapa. Esto se debe a que Atenas se convirtió en el
siglo V a.C. en el estado más importante de Grecia y, aun después de haber perdido parte de
su poder, siguió siendo centro de la cultura griega en muchos aspectos.
La región del Ática estaba poblada desde el Neolítico, encontrándonos vestigios de
palacios micénicos, de la cultura submicénica y del período geométrico del siglo XI, todo ello
en una evolución continua, sin ruptura. Según Tucídides, el Ática primitiva estaba formada por
varias comunidades dispersas y autónomas con sus propios órganos de gobierno. Estas
comunidades se unificaron alrededor de un núcleo urbano para formar una ciudad-estado. En
los últimos siglos de la época homérica, entre el IX y el VIII a.C., es decir, en la Edad Oscura, se
produjo la unificación de toda la región del Ática en torno a la ciudad de Atenas por medio del
fenómeno de sinecismo, pasándose también en esta época de un gobierno monárquico a un
régimen aristocrático. Ese proceso de unificación, ese proceso de formación de la propia polis
ateniense se atribuye por la tradición al Teseo. Pero la historiografía tradicional habla de que
la unificación se produjo gracias a un proceso largo de sinecismo, que se produciría desde el
siglo XI a.C. hasta finales del siglo VIII a.C. o principios del VII a.C., para nada exento de
tensiones.
La tradición griega atribuye a Teseo el proceso de sinecismo y la creación de un solo
gobierno. Teseo puso fin al desmembramiento existente en el Ática, unió a toda la población
en torno a Atenas e instaló un consejo común para todo el territorio, una pritanía. En la base
de esta realidad histórica está la organización propia de estas comunidades primitivas del
Ática, cuya división en tribus, fratrías y gene atestigua la propia tradición. A partir de esta
organización y en un proceso no muy conocido en sus detalles concretos se forma la ciudad-
estado aristocrática. En este proceso, la realeza ática primitiva, que concentra el poder en una
de las familias aristocráticas, cede su preeminencia a las familias aristocráticas repartiéndose
el poder entre ellas. Esta basileia ática era de carácter militar y tan sólo en momentos de
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peligro extremo agrupaba a las poblaciones a su alrededor, de manera semejante al que se
describe en los poemas homéricos. A partir de esta unificación de los oikoi en un solo órgano
político y la desaparición de la función regia, se crea una nueva solidaridad que se manifestará
en esa nueva polis, que se crea con una sola boulé, un solo pritaneo y gobernada por los
arcontes.
La organización social ateniense
En esta polis se diversifican los órganos de gobierno y aparecen las magistraturas. Se
da el paso del gobierno del basileus al Arcontado y el Areópago. Según los principios del
arcaísmo la sociedad ateniense era preeminentemente aristocrática, estructurándose esta
sociedad de esta manera:
- Aristoi: son los que monopolizan el poder, además de la riqueza, son los que
poseen las mejores tierras, son de buena familia y comparten todas ellas un código
de comportamiento (areté) y una educación (paideia). Sus miembros lucharán por
conseguir la basileia en guerras como la que describe Tucídides. Sin embargo,
frente a esta competitividad se desarrolla la solidaridad del sinecismo y el reparto
del poder entre los arcontes.
- Eupátridas: se denominaba así a los aristoi del asty y el Pedión, que tenían un
mayor prestigio que los otros, aunque otra interpretación dice que no se
diferenciaban en nada a los anteriores, eran términos equiparables. Plutarco
atribuye a Teseo el surgimiento de los eupátridas, con funciones políticas, legales y
religiosas.
- Demos: la “multitud” opuesta a la nobleza, entre la que podemos encontrar a los
Geomoros, es decir, campesinos con tierras menos fértiles y en proceso de
endeudamiento, y los Demiurgos, quienes centran su actividad en la manufactura y
se caracterizan por su masa.
Esto entre los provenientes del Ática, entre los originarios de otras regiones
encontramos:
- Metecos: la población inmigrante, los extranjeros, quienes no tenían derechos
políticos y sus derechos económicos estaban limitados, además de que no podían
tener propiedades territoriales, pagaban un impuesto llamado metoikon y podían
ser torturados si incumplían la ley.
- Esclavos: su papel es muy reducido en Época Arcaica, pero irá aumentando a lo
largo del tiempo.
La organización política de la polis aristocrática
La desaparición de la realeza supuso la distribución del poder entre las familias
aristocráticas atenienses a través del arcontado. Este proceso se produjo de forma gradual y
sin grandes tensiones, según se constata en las fuentes. En la polis se produce una
diversificación de los órganos de gobierno y de las magistraturas, pasándose del gobierno del
basileus al gobierno del Arcontado y del Areópago. La institución de los arcontes apareció a
mediados del siglo VIII a.C. Son los que reemplazaron a los reyes, por lo que en primer lugar su
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gobierno tenía un carácter vitalicio, aunque en el paso del tiempo se pasó después a 10 años y
en la primera mitad del siglo VII a.C., a una magistratura anual. El poder político supremo
recaía en este órgano colegiado, formado por nueve magistrados, arcontes, elegidos
anualmente de entre los eupátridas en un principio, luego se abriría a todo ciudadanos, al igual
que el Areópago. Estos arcontes se distribuían el poder ejecutivo, militar, judicial y religioso,
poderes que anteriormente estaban concentrados en el basileys. Según la tradición, en un
primera etapa del proceso hubo tres arcontes, a los que se añadieron seis más, los arcontes
tesmotetes. Los arcontes tenían jurisdicción independiente y ejercían sus funciones en edificios
especiales. Al término de su mandato, y a partir de las reformas de Solón, pasaban a formar
parte del Areópago de forma automática y vitalicia. Encontramos varios tipos de arcontes:
- Epónimo o mayor: quien da nombre al año, vigila los litigios familiares, como las
herencias y se encarga de determinadas fiestas religiosas. En resumen, era el que
presidía el consejo y daba nombre al año.
- Basileus: con funciones religiosas y rituales. Tenía un papel relevante en
determinados cultos públicos y en cuestiones de sacerdocios hereditarios.
- Polemarco: con funciones militares, siendo éste el jefe del ejército y la flota, con la
capacidad de juzgar a los metecos y es el que presidía los entierros en honor de
ciudadanos caídos en combate.
- Tesmotetes: había seis, siendo éstos los guardianes de los derechos
consuetudinarios.
El Areópago era el órgano más prestigioso del poder político de la aristocracia. Era el
antiguo consejo de ancianos transformado. Estaba formado por exarcontes y tenía funciones
judiciales. Desempeñaban un papel esencial en la vida política de Atenas con una autoridad
indiscutible y con un voto decisivo en la elección de los arcontes. Esta institución aparece con
el final del sinecismo y era el consejo de Estado territorial, en el que se encuentran
representados los aristois del Ática. El hecho de que fuera el órgano político más importante
reside en que era el tribunal supremo sin posibilidad de apelación y llevaba el voto decisivo en
la elección de los arcontes. Dependiendo de la interpretación en la que nos apoyemos el
Areópago estaría formado o por 51 miembros elegidos por cooptación o por 300 aristoi,
divididos en grupos de 51 miembros de los que cada uno correspondía a una tribu del Ática, se
turnaban la presidencia del Areópago, siendo los integrantes del grupo dominante los
“prítanos de los naucraros”, es decir, el Consejo del Areópago. El grupo que gobernara tenía la
capacidad de convocar el Areópago.
La última institución a destacar es la Ekklesía, es decir, la Asamblea. No desempeñaba
un papel relevante en la Época Arcaica y asistían a ella los que tenían tierras y pertenecían a
una fratría. El intento de ampliar las fratrías fue un modo de encuadrar un mayor número de
personas de la comunidad. Tenían la simple tarea de ratificar los acuerdos ya tomados por el
Areópago.
El siglo VII: Stasis y primeros acontecimientos conocidos
Lo que ocurre en Atenas en la segunda mitad del siglo VII es una fuerte Stasis. Algunos
han planteado que esa situación de stasis, de fuerte discordia, fue la consecuencia del
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desarrollo de los sectores artesanales y comerciales en Atenas, pero hoy en día dicha teoría
está totalmente descartada, porque en esta época Atenas era una sociedad profundamente
agrícola. De hecho, Atenas no había participado ni en el movimiento comercial ni en el
movimiento colonial en el que otras poleis sí habían participado. En el arcaísmo era la cerámica
corintia, no la ateniense, la que inunda los mercados del Mediterráneo en la Época Arcaica. De
hecho, Atenas sólo comerciaba con aceite, y parece que ese comercio de aceite era llevado a
cabo por los aristócratas y ese comercio, por lo tanto, no habría llevado a cabo el desarrollo
comercial.
Las fuentes que nos hablan de Atenas en la Época Arcaica, sólo nos hablan de dos
grupos sociales: de los ricos y de los pobres, siendo los ricos los plousioi, los aristócratas,
mientras que los pobres era un grupo heterogéneo con otros grupos incorporados a él, como
los thetes, libres sin tierras o con tierras insuficientes, por lo que eran asalariados, trabajaban
para otros (hecho que temían mucho porque de esa manera perdían parte de su libertad); los
pelatai, campesinos dependientes cuya posición de dependencia aparece muy mal definida en
las fuentes; y los hectémoros, campesinos que se han convertido en campesinos dependientes
de la aristocracia terrateniente, la cual se ha convertido en su acreedora. El problema del
endeudamiento surgía cuando un campesino no podía pagar una deuda, asumiendo el
aristócrata la tutela sobre las tierras de los hectémoros, pero no la plena propiedad, sino que
ese campesino tiene que entregar una sexta parte del producto anual al acreedor. Esto hizo
que se degradara la posición del campesinado, puesto que con el endeudamiento el
campesino degradado no poseía los recursos suficientes para participar en el ejército, en
teoría, hoplita, pero algunos autores niegan la existencia ya del combate hoplítico.
Los motivos de esa stasis son extremadamente variados, aunque se pueden sintetizar:
- Por un abusivo control de las riquezas en manos de los nobles, con un
arrendamiento abusivo de tierras y con la ley de endeudamiento.
- Existencia de total monopolio aristocrático del poder político.
- Las fuertes luchas que a finales del siglo VII se desencadenan entre las distintas
facciones aristocráticas por intentar hacerse con el poder en la polis
La conjuración de Cilón (632/631 a.C.)
Es el primer acontecimiento histórico conocido en Atenas que testimonia la conflictiva
situación, por eso se dice que es en el siglo VII cuando Atenas entra verdaderamente en la
historia. Este acontecimiento nos lo narran varios autores, como Heródoto o Tucídides. Según
Tucídides, este personaje pertenecía a una poderosa familia aristocrática de la ciudad y fue
vencedor en alguna prueba olímpica, con lo que tendría los elementos necesarios que le
posibilitaron a obtener los mecanismos de control. Era yerno de Teágenes de Megara, que le
prestó ayuda militar en su intento fallido de apoderarse de la acrópolis, siguiendo los consejos
del oráculo de Delfos. Todos “los de los campos” acudieron a oponerse a Cilón y a tomar parte
en el asedio. Cilón huyó y sus partidarios se rindieron, buscando asilo junto al altar de Atenea,
pero fueron ejecutados a pesar de ser un lugar sagrado. El asedio y la ejecución fueron
dirigidos por el arconte epónimo Megacles, miembro de los Alcmeónidas. Con esto, existe un
primer intento de imponer la tiranía en Atenas, que refleja la situación de Stasis. La
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conjuración de Cilón aparece como un episodio de las rivalidades que se darían entre familias
aristocráticas por conseguir el poder personal frente a la solidaridad entre ellas. Sin embargo,
al margen de estas cuestiones, el fracaso de la conjuración expresa que el campesinado ático
no sólo no apoyó sino que se opuso activamente a este intento ciloniano, relacionado
posiblemente con los desarrollos que se producían en el ámbito urbano. El campesinado no
fue capaz de percibir las ventajas que esta situación podría proporcionarle.
La legislación de Dracón (624/621 a.C.)
Dracón pone por escrito las leyes de Atenas, se le atribuye la elaboración de las
primeras leyes escritas de Atenas. Una de estas leyes trató sobre los delitos de homicidio,
única conservada en una inscripción del siglo V a.C. (recisión legislativa). Es una ley muy dura
que refleja el paso de la venganza familiar al derecho penal, siendo muy dura para ser más
aceptada. Según lo recogido por Aristóteles en la Política, lo que hace Dracón es poner por
escrito la antigua codificación ateniense, no realizó leyes nuevas. A pesar de esto, se pasa del
derecho consuetudinario al derecho escrito, a un derecho estatal.
Según las interpretaciones dadas, la legislación sitió un avance a causa de la presión
del demos, porque combatía la arbitrariedad aristocrática, hecho que vuelve a reflejar la
situación de Stasis. Siguiendo la interpretación de Aristóteles, al dar una simple codificación.
Dracón lo que hace es consagrar el derecho aristocrático y afianzar el poder del Areópago.
El contenido de la legislación se refiere a varias cuestiones: la centralización en el
Estado de los juicios por delito de sangre, con lo que se libera al grupo emparentado de la
responsabilidad judicial. Además se determinan los castigos que se aplicarán por los diferentes
crímenes. Serán los jefes de las tribus los que tengan competencias en estos delitos. Estos
“magistrados” mantendrán todavía competencia militar, al tiempo que reflejan una práctica
jurídica superadora de las instituciones gentilicias.
Pero, a pesar de todo lo dicho, la legislación draconiana no resuelve los problemas, ya
que ni ataca el monopolio social y político de la aristocracia ni aminora las luchas entre linajes
aristocráticos. En este contexto es cuando en el 594 es Solón elegido como arconte con plenos
poderes para poder arreglar la situación, pero no es en ningún caso tirano, ya que fue elegido,
no usurpó el poder.
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TEMA 9. LA ATENAS DE SOLÓN
Fuentes para conocer la actuación de Solón
Solón fue elegido arconte a principios del siglo VI a.C. con plenos poderes para que
actuara como mediador entre la aristocracia y el demos y para que hiciera unas leyes que
solucionaran la situación de Stasis.
Sobre las fuentes que hablan de esta figura tan importante en la historia de Atenas y
de Grecia, hay que hacer una referencia a los Poemas de Solón, de los que se conservan sólo
una parte (6%) y en un estado muy fragmentario, que aunque no son discursos políticos, sí
permiten conocer el debate político. Otra fuente fundamental son las mismísimas Leyes de
Solón, con problemas de autenticidad, ya que aunque no las escribió él, se dice que las dictó
personalmente. Sobre esta fuente no se conserva el texto propio, sino referencias indirectas
posteriores que hablan de Solón y sus leyes. Sus leyes se mantuvieron en vigor durante 200
años, con interpolaciones posteriores, lo que hace más difícil de saber cómo eran las leyes
originales de Solón. Por lo menos se sabe que en los axones (vigas de madrera sobre los
bastidores) estuvieron inscritas las leyes de Solón, y posteriormente en los Kyrbeis (de piedra o
de bronce), estando ambos en la calle. Eso hizo que a finales del siglo V a.C., cuando se lleva a
cabo la recopilación de las leyes, los soportes se encontraban en muy mal estado, en griego
arcaico y eran difíciles de leer. Con la recopilación de la ley ancestral de Atenas, se atribuyen a
Solón leyes que en realidad no son suyas. Al final las “leyes de Solón” se identificaron con las
“leyes de Atenas”.
Aparte de las fuentes citadas, también se deben citar las referencias indirectas a las
leyes de Solón y a su persona. Los primeros testimonios que hablan de Solón los ubicamos en
la segunda mitad del siglo V, por lo que vemos que hay más de medio siglo sin datos sobre él.
A esto hay que añadir que Heródoto da pocas referencias a su persona y Tucídides ni siquiera
lo menciona. A pesar de esto, a la figura de Solón se la incluye en el grupo de los Siete Sabios
en el entorno del Santuario de Apolo, lo que le da a Solón una dimensión panhelénica. A partir
de aquí se produce una “recuperación” de la memoria de este personaje a finales del siglo V
a.C., y en el siglo IV incluso surge en torno a su figura el mito que lo caracteriza como “padre
de la democracia”, aunque esto en realidad no es muy exacto. La importancia de Solón se ve
reflejada en las acciones de Demóstenes y Esquines, quienes utilizan al arconte ateniense con
fines políticos a finales del siglo IV a.C. La última referencia importante que citaré de Solón
será la de Aristóteles, quien afirma en su Constitución de los Atenienses que Solón fue el
creador de la democracia moderada.
El ascenso al poder de Solón
La situación de Atenas a comienzos del siglo VI a.C. era muy difícil. En esta etapa había
un amplio número de pequeños campesinos en relación de dependencia con las familias
aristocráticas. Esta situación era producto de la forma en que la sociedad aristocrática se
desarrolló en el siglo anterior y un grupo de ellas concentraba en sus manos buena parte de las
tierras áticas. El antiguo campesinado libre había caído en servidumbre o dependencia como
consecuencia de su empobrecimiento y endeudamiento paulatino. La agudización del
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problema económico a comienzos del siglo repercutió posiblemente en la organización militar,
en un momento en que Atenas trataba de afianzar su poderío en la isla de Salamina, que
disputaba con Megara. Al mismo tiempo, por esta época, los atenienses reanudan su actividad
colonizadora en el Helesponto, expresión de sus intereses comerciales ultramarinos, de lo que
se tienen prueba por la aparición de vasos atenienses en la zona. Son los años en que Atenas
interviene en los asuntos de Grecia central, que desembocarán en las Guerras Sagradas.
A pesar de la importancia de Solón, son poquísimos los datos que se saben de su
biografía, se sabe muy poco de quién fue. Lo que se sabe es que fue un aristócrata, es un
hecho indiscutible, ya que si fue elegido arconte en el 594 a.C., sólo podía ser aristócrata.
Además de esto se sabe que Solón participó en la conquista de Salamina en manos de Megara,
un hecho crucial para su futuro prestigio. A finales del siglo VII Megara conquista Salamina,
renunciará a ella, prohibiendo mediante una ley que se hable de debates políticos de la
cuestión. Solón va a ser el introductor del debate político de Salamina e incita a la lucha, ya sea
por motivos comerciales o por impedir el aislamiento de Eleusis. Parece que Solón tuvo una
cierta relación con la expulsión de los Alcmeónidas de Atenas, diciendo Plutarco que Solón les
convence para que se presenten a juicio. En todo caso, la expulsión de esta influyente familia
beneficia a Solón. Con el exilio, sus partidarios pudieron apoyar a Solón. Con este hecho, en los
primeros poemas a Solón se habla de Solón como opositor de los ricos, por lo que el hecho de
su elección resulta extremadamente significativo. La situación debía de ser tan conflictiva que
un sector de la aristocracia estuvo dispuesto a hacer concesiones
Las reformas de Solón
Seisáctheia:
Una de las mayores reformas llevadas a cabo por Solón es la Seisáctheia. En primer
lugar Solón dirigió sus reformas a mejorar la situación del campesinado medio y para ello
anuló las deudas que ligaban a los campesinos áticos a sus acreedores y la consiguiente
liberación de tierras. Por otra parte, las leyes de Solón abolieron de manera total la esclavitud
por deudas. Incluso él mismo hizo comprar y liberar a muchos atenienses que habían sido
vendidos como esclavos en el extranjero. A partir de esta reforma, los deudores tan sólo
responderían de sus deudas ante los acreedores con sus bienes pero no con su persona o la de
su familia. Evidentemente estas leyes mejoraron la situación económica de los campesinos,
pero no eliminaron las contradicciones existentes en la sociedad respecto a la cuestión de la
tierra. Solón eludió conscientemente la cuestión de repartos de tierras. En uno de los
fragmentos de las elegías conservados, afirma claramente que nunca fue su intención repartir
tierras, ya que él era un árbitro y no un tirano. La abolición de las deudas y de la esclavitud por
deudas significó un cambio evidente en la historia de Atenas. En adelante la esclavitud se
nutrirá no ya a costa de los miembros de la comunidad ateniense, sino principalmente de
esclavos procedentes de otras regiones y pueblos. De esta forma la politeia servía de
protección frente a la dependencia, de la que el ateniense queda liberado. Se duda si además
de la eliminación de las deudas se redujeron los intereses y de los capitales no pagados.
“Habiendo tomado los asuntos en sus manos, Solón liberó al pueblo, tanto para ese momento
como para el futuro, al prohibir garantizar los empréstitos con la esclavización personal. Luego
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abolió las deudas, tanto privadas como las del Estado, lo cual se denominó seisáctheia, porque
era como si la gente se hubiese sacudido, quitándose de encima una espesa carta”
(Arist. Ath. Pol. 5.12)
La legislación de Solón:
Es un nuevo código legal que está en vigor desde ahora hasta finales del siglo V, y es la
base del sistema jurídico-administrativo. Está caracterizado por su concreción y el tratamiento
y resolución de los casos más frecuentes. Las leyes emitidas tratan sobre:
- Herencias: si alguien no tiene hijos puede dejar su herencia a quien quiera,
excepto si fuera un borracho, un drogado, un encadenado, o una persona que
estuviera bajo influjo de una mujer. Esto supuso una asunción estatal de
atribuciones hasta ahora familiar, y fue muy importante en el paso de la propiedad
gentilicia a la individual.
- Prohibición de exportaciones agrícolas: salvo en aceite. Con ello se ve el intento
de favorecer a los terratenientes, ya que el aceite estaba sólo en sus manos, y
puesto que en otros aspectos se les había perjudicado.
- Estímulo de los oficios artesanales: y en consecuencia del comercio. Por ejemplo,
si un padre no daba oficio a su hijo, éste estaba exento de cuidarle cuando fuese
anciano. Es en este momento cuando se empieza a difundir la cerámica ateniense
de figuras negras.
- Reformas de pesos y medidas: se pasa de la mina egineta, equivalente a 70
dracmas, a la eubea, equivalente a 100 dracmas.
- “Ley de Ciudadanía de Solón”: concede la ciudadanía a extranjeros instalados en
el Ática que hayan sido desterrados de su tierra de origen y supieran desempeñar
un oficio, sin tener por qué hacer un reparto de tierras. Así se rompe la relación
que hasta ahora había habido entre ciudadanía y propiedad de la tierra.
La reforma timocrática:
Esta es una de las reformas más importantes atribuida a Solón, ya que consistió en una
reorganización general del cuerpo político, por medio de la que la población libre ática, con
excepción de los metecos, quedó distribuida en cuatro clases o categorías según sus ingresos o
bienes, evaluados en medimnos, equivalentes a 52 litros para los áridos, y evaluados en
metrata, de 39 litros para los líquidos:
- Los pentakosiomedimnos¸con unas rentas de 500 o más medimnos entre
productos sólidos y líquidos de sus tierras.
- Los hippeis, de 500 a 300.
- Los zeugitai, de 300 a 200.
- Los thetes, con unos ingresos inferiores a 200 medimnos o carentes de ellos.
Esta división se basaba en los ingresos naturales de la tierra, base de la economía, pero
posibilitaba a aquellos artesanos y comerciantes con recursos en la vida política por medio de
un sistema de equivalencia en ganado o en dinero, aunque este último aspecto ha sido
cuestionado al no existir un acuerdo sobre la difusión de la moneda en esta época. Esta
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división sirvió de base para distribuir las obligaciones militares entre los ciudadanos. Los de la
primera clase debían proporcionar todo tipo de suministros en tipo de guerra, pero no se les
conoce atribuciones específicas. Los de la segunda clase prestaban sus servicios en la
caballería, los de la tercera formaban parte de la infantería pesada (hoplitas), y debían ir a la
guerra con armamento completo costeado por ellos. Los thetes servían en la infantería ligera y
en la flota.
Lo más importante, con todo, es que esta división censitaria sirvió para determinar los
derechos políticos de los ciudadanos. Los de las dos primeras categorías poseían plenos
derechos políticos, activos y pasivos: podían elegir y ser elegidos para cualquiera de los
órganos de gobierno, incluido el arcontado (aunque se duda si los de la segunda poseían
plenos derechos). Los ciudadanos de la tercera categoría tenían limitados sus derechos: no
podían ser elegidos arcontes, ni formar parte del Areópago, es decir, ocupaban cargos
menores y en la Boulé. Los thetes tan sólo podían elegir en la Ekklesia, pero no podían ser
elegidos para ningún cargo. De esta forma, Solón abolió el privilegio de la aristocracia a
acceder al arcontado exclusivamente por derecho de nacimiento. El principio gentilicio quedó
subordinado a la posesión de bienes. Además, Atenas se convierte en una sociedad dinámica
frente a la anterior, inmovilista y ligada a la sangre y el linaje. A su vez, esto implica que los
emancipados por seisáctheia son individuos en un grupo, pero son también ciudadanos sin
tierra.
Reformas en los órganos políticos:
- El Areópago pasó a formarse por exarcontes y entre sus funciones está la de
controlar las acusaciones contra el orden vigente, es decir, controlar a aquellos
que no respeten la constitución e intenten implantar la tiranía. Las funciones
administrativas pasaron a la Ekklesia y a la Boulé.
- Según Aristóteles y Plutarco, Solón creó la Boulé, la cual estaría formada por 400
miembros, 100 de cada tribu o linaje aristocrático tradicional (phylai). Se
desconocen sus funciones en época de Solón y el sistema de elección y sus
requisitos. Esta reforma de creación de la Boulé por Solón está siendo muy
cuestionada, ya que entró en contradicción con otras reformas en lo referido a los
linajes aristocráticos.
- Cambios en el procedimiento judicial. Ahora cualquiera puede emprender una
acción a favor de agravios, y cualquiera tiene el derecho de apelación a la Helie, un
tribunal popular creado por Solón. Las funciones que tenía era de carácter
legislativo y judicial respectivamente.
- Pérdida de los derechos cívicos (time) a los que no se impliquen en la stasis, con lo
que se quería implicar a todos los ciudadanos en caso de crisis.
- Definió las competencias de los magistrados de segundo grado:
Colácretos: burócratas de la administración financiera.
Poletes: encargados de arrendar bienes estatales.
Carceleros, etc.
Así favoreció el desarrollo del papel estatal en los asuntos públicos
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El fin del arcontado de Solón y valoración de su obra
Cumplida su tarea de legislador, Solón se retira y reanuda sus viajes a Egipto, Chipre,
Lidia, etc. al regresar a Atenas se opuso al tirano Pisístrato hasta su muerte en el 560 a.C.
Sobre el destino de sus restos hay diferentes opiniones: si fue incinerado y sus cenizas fueron
esparcidas por Salamina o Chipre, o si fue enterrado a expensas públicas frente a las murallas
de Atenas.
Solón sentó las bases de la ciudadanía ateniense, es decir, nuevos criterios de admisión
en la ciudadanía y la participación, aunque no igualitaria, de todos los ciudadanos de las polis.
También sentó las bases del sistema legislativo-judicial, fortaleció el Estado y empezaron a
desarrollarse actividades artesanales y comerciales.
Aún así, las reformas no fueron del todo satisfactorias e hicieron que tras la retirada de
Solón, la stasis se recrudeciera. Tras diez años desde su retirada del poder, hubo un intento de
imposición de la tiranía por Damasias, que falla, y finalmente el intento de Pisístrato, que esta
vez sí lo consigue.
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TEMA 10. LA TIRANÍA EN ATENAS: LA ÉPOCA
DE LOS PISISTRÁTIDAS
Inestabilidad política: Paralios, Pedius y Diacrios
Tras Solón (murió entre el 561 y el 559 a.C.), continúa la rivalidad entre miembros de la
aristocracia, formándose, según Heródoto, tres tendencias, tres corrientes políticas, cuyas
denominaciones correspondían a los nombres de las importantes regiones áticas. Los pedieus
habitaban en el Pedión (llanura) y representaban a la aristocracia terrateniente, su jefe era
Licurgo de los Etebútadas. Los hiperacrios eran pequeños agricultores, que vivían en la región
montañosa y poco fértil de la Diacría y pretendían la redistribución de tierras. Su dirigente era
Pisístrato, aunque su creación fue posterior. Los Paralios (opuestos a los pedieus), que
habitaban en la zona costera, en Atenas misma y en el Pireo, comprendían elementos
heterogéneos aristócratas, clientes, artesanos, comerciantes. Su dirigente era Megacles, del
genos de los Alcmeónidas. Lo común de los Paralios era que habían ligado sus intereses al
desarrollo de la artesanía y del comercio, pero diferían entre sí en cuanto a las posibilidades de
intervenir en el control del Estado.
Además, para Aristóteles, en su “Constitución de los atenienses” identifica a cada
grupo: a los Paralios con la “constitución moderada”, a los pedieus con la oligarquía, y a los
hiperacrios con los diacros más descontentos. Los representantes de todos estos serían:
Megacles el de los artesanos y comerciantes, Licurgo el de la aristocracia tradicional y
Pisístrato el de los agricultores pobres y más descontentos y sería el prototipo de tirano
demagogo. Pero esta visión de Aristóteles es un espejismo, puesto que tales categorías
sociales no existían aún en la Atenas del siglo VI, donde el artesanado estaba empezando a
desarrollarse y el comercio estaba aún en manos de extranjeros. Por tanto, Heródoto es más
creíble y se puede afirmar que Pisístrato se mueve en un mundo político dominado por los
aristoi y que aún no había un demos activo.
El ascenso al poder de Pisístrato
Pisístrato fue un aristócrata influyente que ganó su popularidad en el enfrentamiento
entre Atenas y Megara, actuando como estratego en la toma de Salamina y Nisea. Estos éxitos
le proporcionaron gran popularidad en Atenas.
La popularidad que tenía Pisístrato entre los diacrios hizo que otros gene se opusieran
a él desde el principio. Fingió un atentado mientras se dirigía al campo y pidió ayuda al demos,
logrando que la asamblea le concediese una guarnición de korynephoroi, formada por
individuos de la ciudad, ajenos al ejército hoplítico. Con la ayuda de esta guardia armada,
Pisístrato tomó la acrópolis en el 561/560 a.C. y estableció su poder personal. Sin embargo,
este poder no era demasiado firme, ya que su política generaba el rechazo de la aristocracia.
Por ello, a los seis años de ocupar el poder fue expulsado de Atenas por la alianza entre Licurgo
y Megacles. Este pacto no duró mucho tiempo y pronto Megacles entabló negociaciones con
Pisístrato, que terminaron en el matrimonio entre Pisístrato y una hija de Megacles.
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El tirano regresó a Atenas e hizo una entrada solemne, bajo la protección de una
Atenea representada por una opulenta mujer tracia vestida de hoplita, intentando con ello
ampliar la base social de sus apoyos ciudadanos con el de los tracios, en cuyas tierras Pisístrato
buscaba metales y mano de obra esclava en una nueva concepción de relaciones sociales. A
pesar de todo ello, las relaciones con Megacles habían empeorado, haciendo inevitable una
segunda expulsión (556 a.C.) que durará diez años. Los Alcmeónidas se convertirán en los jefes
de la oposición a la tiranía. Pisístrato regresó al Ática desde Eretria, en Eubea, con nuevos
apoyos. Tenía el respaldo económico de Tebas y un ejército argivo mercenario. Lígdamis de
Naxos le apoyaba para ser a su vez apoyado en su intento de establecer allí la tiranía. Pisístrato
desembarcó en Maratón y allí recibió también el apoyo de la ciudad y de los distritos rurales.
Se mantuvo como tirano hasta su muerte en el 528-527 a.C. y su política se hizo más
moderada y flexible.
Actuación de Pisístrato
No se sabe qué hizo Pisístrato con sus enemigos, si los mató o los expulsó, lo cual
estaría apoyado por la tradición posterior ya que se querían borrar las relaciones amistosas
con los tiranos; o si se les incluyó en la base social, porque, por ejemplo, se sabe que Clístenes,
hijo de Megacles Alcmeónida, fue arconte con Hipias, hijo de Pisístrato, por lo que se puede
pensar que los Alcmeónidas regresaran tras su expulsión inicial. Pero en realidad no se puede
optar por ninguna de las dos opciones. El problema para conocer su obra es que no existen
fuentes contemporáneas, y todas son de época posterior, cuando se tenía una valoración
negativa de la tiranía. No obstante, esa tradición coincide en la benevolencia de Pisístrato y en
el mantenimiento vigente, por parte de Pisístrato, de la construcción de Solón, lo que fue el
motivo de su éxito. Además, Aristóteles dice que también prestó atención a los pequeños
agricultores.
Pisístrato no pretendió hacer nuevas reformas en el sistema político al estilo de Solón.
Durante su gobierno siguió funcionando la constitución soloniana y la respetó. Su política en el
interior estuvo dirigida a ampliar la base social en la que pudiera apoyarse y para ello tomó
una serie de medidas:
- Aunque no hay noticias claras sobre posibles repartos de tierras realizadas por
Pisístrato, sí sabemos que llevó acabo una política de préstamos que beneficiaban
a los agricultores y les permitía mantener el ritmo de la explotación. Aristóteles
dice que ayudaba a los pobres para que cultivaran la tierra y no tuvieran que estar
constantemente presentes en la ciudad. Con estas medidas se evitaban las grandes
concentraciones de tierras a costa del pequeño propietario. Esta favorable
situación del campesinado pequeño y mediano tenía un resultado fiscal, ya que de
los beneficios que obtenían, una parte iba destinada al pago de impuestos. Se crea
un impuesto directo sobre la producción agrícola y no se sabe seguro si también
sobre otros sectores. Esto tenía la finalidad de evitar los repartos de tierra y la
creación de dependencias con ricos propietarios.
- Creación de tribunales en distintas localidades del Ática, con la finalidad de que los
campesinos no se tuvieran que desplazar hasta Atenas.
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- No se sabe si hubo repartos de tierra, pero si los hubo, fueron pocos. Este
desconocimiento se deriva de que tampoco se sabe qué pasó con los Alcmeonidas
que tenían muchas tierras, que en caso de expulsión se repartirían. Lo que sí
parece claro es que durante la tiranía los propietarios de pequeñas o medianas
fincas quedaron firme y permanentemente protegidos.
- Se incrementan las actividades constructivas realizándose obras públicas, como
acueductos y redes de caminos, y edificios monumentales, como el templo de Zeus
o el de Atenea.
- A partir del 560 a.C. empiezan a trabajar en Atenas muchos ceramistas y pintores
que llevan el estilo cerámico de las “figuras negras”, que desplazan a las corintias
en las exportaciones, a las cotas más elevadas de estilo y se propagan los talleres
artesanales de todo tipo. A Pisístrato se debe la acuñación de moneda, primero en
la forma de “monedas heráldicas” y posteriormente las primeras “lechuzas”, sello
oficial de Atenas y símbolo de su divinidad epónima. Las minas de plata de Laurión,
en el Ática, y las de Tracia, donde el tirano tenía propiedades, se convertirán en su
apoyo económico más importante. Esta política favorecerá los intercambios
comerciales de Atenas, hasta llegar a convertirse en uno de los centros
redistribuidores del momento. Estas medidas favorecía a metecos y libertos y no
serían ajenas a su política exterior. A esto hay que añadir la emigración de griegos
a Atenas, atraídos por su riqueza.
- Activa política exterior. Durante la tiranía de Pisístrato la posición de Atenas en el
exterior se fue afianzando. En primer lugar se consolidó la situación de Atenas en
el Helesponto y en Tracia. El tirano se apoderó de la ciudad de Sigeo en Asia
Menor, y puso a su hijo como gobernador de ella. En Tracia poseía las minas de
Pangeo, etc. El dominio de estos centros en la entrada del Mar Negro era de un
valor incalculable para Atenas, ya que aseguraba sus relaciones comerciales con las
costas de este mar, sobre todo con las costas septentrionales, de donde, según
parece, los atenienses empezaron a importar trigo. Se establecieron cleruquías en
Lemnos e Imbros. Por otra parte, Pisístrato consiguió que Atenas consiguiera una
situación de superioridad entre los jonios. Se apoderó de la isla de Naxos e hizo
purificar el santuario de Apolo en la isla de Delos. Con respecto a las demás
ciudades griegas mantuvo relación de amistad: con Tesalia y Macedonia, así como
con Corinto. Con Tebas y Esparta las relaciones no eran muy estrechas, sobre todo
con Esparta, considerada como beligerante con la tiranía.
- Medidas de carácter religioso y cultural, que fomentan el desarrollo de los cultos
ciudadanos, además de a construcción de templos. Se trasladó a la ciudad el culto
de Ártemis Brauronia y los festivales rurales y el culto a Dionisio, transformados así
en cultos cívicos. Con ello se consiguió dar cohesión a toda la población dispersa
del Ática, estableciendo unos cultos generales para toda la población. Estas
medidas también iban en contra de la influencia que tenían los cultos privados de
los gene aristocráticos en la vida religiosa de Atenas.
Atenea: diosa poliada, suntuosidad de las Panateneas, construcción del
primer Partenón y probablemente aparezcan las primeras monedas con
lechazas.
Dionisio: se convierte en culto de Estado.
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Gobierno de Hipias e Hiparco y la caída de la tiranía
En el 528/527 a.C. muere Pisístrato y deja el poder a sus hijos Hipias e Hiparco, pero el
que destaca es el primero. Al principio se continúa con la política de su padre, pero pronto hay
cambios. En el exterior, al hacerse los persas con el control en Anatolia, Atenas debilita su
posición en esos estrechos, además de que sus relaciones con los otros estados griegos
empeoraron. En el interior, hay intentos aristocráticos por acabar con la tiranía. Ante esta
situación hay una primera conjura en el 514 a.C. Según Aristóteles y Heródoto, no es por
motivos políticos, sino por celos. Hiparco tiene una serie de problemas con Harmodio y
Aristogitón (amantes), y éstos al final le asesinan. Los dos a su vez son condenados a muerte y
mueren ese mismo año, pero son homenajeados como héroes y se les dedican cantos,
estatuas, privilegios a sus familiares… Es el modelo de tiranicidio emblemático. La
consecuencia de todo esto fue el aumento de la dureza del régimen, y, por tanto, también
aumentó la oposición. Así, surgieron luchas internas que llevaron a la huida de aristócratas a
Beocia.
El fin de la tiranía tuvo que ver con la intervención de Esparta. Según Heródoto, a
partir del 511 a.C. hay campañas espartanas en Atenas, pero en un primer momento vence
Hipias ayudado por los tesalios. En el 510 a.C. la expedición de Cleomenes pone fin a la tiranía.
Los motivos de este ataque pudieron ser por la opulencia de Atenas y su alianza con Argos,
principal rival de Esparta.
Valoración de la Tiranía:
Sin cambiar la constitución, la tiranía debilitó el poder de la aristocracia, al fortalecer la
posición económica y social de los grupos opuestos a ella. Pero la constitución de Solón
fracasó, ya que eran medidas concretas las que harían salir a Atenas de la crisis y no eran
suficientes las mediadas políticas.
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TEMA 11. ATENAS: LAS REFORMAS DE
CLÍSTENES
La lucha política en Atenas tras el fin de la tiranía: Isócrates y Clístenes
Tras el fin de la tiranía en el 510 a.C. con la expedición de Cleomenes de Esparta,
surgen luchas aristocráticas por el poder, entre Isócrates, amigo de los tiranos, y Clístenes,
Alcmeónida, familia que defendía la democracia y se oponía a la tiranía. Según Heródoto,
Clístenes se ganó al demos, para su causa (hetairía), lo cual es una innovación al ver su
inferioridad de condiciones frente a Iságoras. Aristóteles va más allá dando más protagonismo
al demos, que dice que es quien otorga a Clístenes el poder. Pero la versión de Heródoto es
más creíble porque es más cercana a los hechos y su información parece más acorde con el
nivel de participación política del demos. Con ellos se ven dos fases en la lucha política:
- El enfrentamiento aristocrático entre Clístenes e Iságoras por el arcontado del
508/507 a.C., del que saldría elegido Iságoras.
- El demos se convierte en protagonista activo del enfrentamiento político.
Al perder Clístenes las elecciones al arcontado, éste pasaría a inferior posición respecto
a Iságoras, por lo que decide apoyarse en el demos. Ante esto, Iságoras apela a Esparta y
Cleomenes se dirige a Atenas, donde expulsa a 700 familias y trata de disolver la Boulé. El
demos ve la toma de la Acrópolis como una ofensa, por lo que al final se revelan y expulsan a
los espartanos, regresando así Clístenes a Atenas. Lo más importante de esta lucha es que a
partir de ahora el demos es convertido en un sujeto políticamente activo en la vida de la polis.
Las reformas de Clístenes
Estas reformas fueron aprobadas, según Aristóteles durante el arcontado de Iságoras.
El nuevo sistema tribal
Frente a las cuatro tribus tradicionales aristocráticas, él crea tribus de carácter
territorial. Heródoto dice que dividió el Ática en diez tribus territoriales, que abolió los
nombres de las antiguas cuatro tribus y a las nuevas les impone otros nombres derivados de
héroes. Las características de éstas eran:
- Cada tribu estaba compuesta por población de las tres secciones, es decir, de las
tres tritteýes (regiones del Ática) para evitar alianzas de carácter regional. Estas
son: Mesogea en el interior, Paralia en la costa y Asty la ciudad (Atenas). Así la
población de cada tribu es mezclada.
- Los nuevos nombres son elegidos por la Pitia de Delfos, lo cual se ha visto como un
acto político. Así, al hacer la reforma bajo el patronazgo de Delfos, se intentaban
romper lazos con la religión gentilicia.
- Las tribus serán la base del ejército, al apartar cada una de ellas contingentes
militares. Desde el año 500 a.C. también se documenta la elección de diez
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estrategas como jefes (demarco) para dirigir los contingentes. Se escogía uno de
cada tribu, y ya no lo hará el arconte polemarco.
- Cada tribu tiene un número variable de demoi, es decir, de circunscripciones
territoriales que serían antiguas aldeas o barrios urbanos. A los varones, cuando
cumplían los 15 años, tienen que registrarse en un demos para que se les
reconozca la ciudadanía. El demarco es quien controla los registros. Además,
también hay una transformación de la onomástica ateniense (nombres). Se cambia
el criterio de parentesco (nombre del ghenos) por el criterio de territorialidad
(nombre del demos), es decir, ya no aparece el nombre del linaje con el nombre
propio, sino el nombre personal más el nombre del demos de donde procede.
- Se da respuesta al problema de la ciudadanía. Las tribus rompen lazos de sujeción
a clanes y crean un único tipo de ciudadano, el cual tiene un sentimiento de
pertenencia a la polis más fuerte que el de fidelidad local a un ghenos aristocrático.
Según Aristóteles, se da también la ciudadanía a extranjeros y metecos, o a
esclavos residentes en Atenas.
Cambios institucionales
Clístenes suprime la Boulé de los 400 de Solón, y crea la de los Quinientos miembros,
es decir, formada por 50 miembros/ciudadanos de cada tribu, lo que implicaba que estaba
abierta a todos los ciudadanos y es la base para la participación política de toda la ciudadanía.
Será el órgano esencial de la democracia, junto a la Ekklesia. Además, la Heliea (tribunal
popular) adquiere una mayor importancia, al juzgar delitos de alta traición al Estado, y sus
miembros fueron elegidos por sorteo entre los ciudadanos. El Areópago, que había sido
tradicionalmente el instrumento de la aristocracia eupátrida, conservó su función judicial en
los asuntos criminales. Los delitos de alta traición pasaron a ser competencia de la Heliea.
El nuevo calendario
Se hace un nuevo calendario político según una reforma decimal. El año se divide en
diez porciones o pritanías, es decir, en diez presidencias, de 36 o 37 días, y en cada una de ellas
una tribu dirige la presidencia, la pritanía, de la Boulé. Esto fue un intento de crear un tiempo
cívico homogéneo según la actuación rotativa de las tribus.
La ley del ostracismo
Aunque hay problemas en torno a su instauración, se atribuye al reformador Clístenes
(487/486), según Aristóteles, esta medida especial para eliminar el peligro de una nueva
tiranía. Esta institución consistía en enviar al destierro a las personas sospechosas de querer
hacerse con el poder. El ostracismo se decidía por votación popular en la Ekklesia y se
necesitaba un alto quórum de 6.000 votos para que la votación fuera válida. Cada sexta
pritanía, que coincidía con el comienzo de nuestro año, se planteaba a la asamblea popular la
cuestión de si se habría de recurrir al ostracismo en el año en curso. En el caso de una
respuesta afirmativa, se hacía una votación en la octava pritanía para decidir quién sería
sometido a esta medida. La persona cuyo nombre parecía escrito en mayor número de
fragmentos de cerámica, ostraka, empleadas para votar, debía abandonar los límites del Ática
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en un plazo de diez días y durante diez años, aunque no perdía el derecho de ciudadanía ni sus
propiedades. Sin embargo, el primer ostracismo conocido no se llevó a cabo hasta el año 478
a.C. en una etapa conflictiva en relación con las Guerras Médicas.
Valoración de las reformas de Clístenes
Las reformas de Clístenes evidentemente no surgieron de pronto ni fueron
simplemente el producto de su habilidad política, sino que hay que analizarlas como la
culminación de un proceso de desarrollo económico, social, y político, durante el cual se fue
formando en el Ática la ciudad-estado de Atenas. Las reformas de Clístenes destruyen el
sistema de lealtades existentes basado en la organización de los gene y su primacía en la vida
social y en los órganos políticos. La división de la población del Ática según el principio de
territorialidad utilizado por Clístenes, basado en el sistema decimal, alteró completamente los
antiguos vínculos gentilicios. Se crearon nuevas instituciones desconocidas para la sociedad
aristocrática: instituciones democráticas.
La constitución de Clístenes es un ejemplo claro de cómo cuando las instituciones de
un Estado se adecuan mejor a sus estructuras sociales, le imprimen un dinamismo nuevo. A su
vez, es un ejemplo de cómo al hacer una reforma política se toman antiguas instituciones y se
les da un contenido nuevo. La constitución clisténea, al tiempo que eliminaba la organización
gentilicia, la reproducía fielmente. Pero al no estar basada en los lazos de sangre sino en el
principio de territorialidad, aunque se mantuvieran nombres análogos a los antiguos, eran
todo lo contrario a aquélla y la destruía.
A pesar de todo, las reformas de Clístenes no solucionaron todos los problemas ni
servirían para resolver los nuevos. Se llegaría a formas más radicales de democracia, pero su
triunfo tendrá como base esta constitución. En definitiva, el régimen aristocrático fue
eliminado y sustituido por un sistema democrático, aunque los términos que se utilizaban para
definirlo era todavía el de isonomía e isogría, es decir, igualdad ante la ley y, de un modo
impreciso, igualdad en la asamblea. Ambos conceptos tenían un contenido mayor al de época
soloniana, pero todavía está lejos de expresas las connotaciones del término demokratia, que
tendrá su sentido pleno en el siglo V a.C. con los esfuerzos de Pericles.
C. Mossé “Clístenes no creó la democracia, sino las condiciones que iban a permitir el nacimiento de la democracia”
J. Gallego “desde entonces la pólis se asienta sobre la igualdad de poder no jerárquica de todos sus ciudadanos”
La oposición de los estados vecinos
La nueva situación creada en Atenas a raíz de las reformas de Clístenes alarmó a los
estados vecinos. En ellos predominaban todavía sistemas de gobierno de tipo oligárquico. Ante
esta situación Heródoto decía que los lacedemonios veían que los atenienses libres ya de la
tiranía, y cada día más poderosos, no pensaban en obedecerlos, y que si continuaban con la
constitución democrática les igualarían en poder. Esta sería la actitud general hacia Atenas que
adoptarían las poleis, que veían en la nueva Atenas un rival peligroso.
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Los beocios eran los que se sentían más alarmados, por su cercanía con el Ática. A ello
se unía la pérdida de Platea, ciudad beocia, ocupada por los atenienses durante la tiranía y su
obligado abandono de la Confederación Beocia. Se formó una gran coalición de ciudades
contra Atenas, formada por la Liga del Peloponeso, dirigida por Esparta, y por Beocia y Calcis,
en la isla de Eubea. Para hacer frente a esta coalición Clístenes buscó la ayuda de los persas,
que ya habían ocupado Asia Menor, y entró en negociaciones con Artafernes, sátrapa de
Sardes. Las relaciones entre los Alcmeónidas y el sátrapa se remontaban a la época en que
éstos habían estado en el exilio durante la tiranía. Sin embargo, las condiciones que exigía
Artafernes de reconocer formalmente la sumisión de Grecia a Persia hicieron inviable la ayuda.
La asamblea ateniense rechazó tal propuesta y condenó a los embajadores áticos por haberse
atrevido a aceptar tales condiciones, que representaban un sometimiento de Atenas a Persia.
Mientras tanto la coalición antiateniense se preparaba para atacar Atenas. A
comienzos del 506 a.C., los coaligados atacaron por tres frentes a la vez. Por el sur atacó el
ejército peloponesio y ocupó Eleusis, el santuario de Démeter. Los beocios atacaron por el
oeste y los calcidios por el este. Sin embargo los atenienses no llegaron a entablar batalla con
el ejército de la Liga a causa de las disensiones y defecciones que se produjeron en su interior.
Los corintios, miembros de la Liga del Peloponeso, se consideraban amigos de los atenienses y
retiraron su ejército. Por otra parte, entre los dos reyes espartanos, Cleomenes y Demarato,
existía una enemistad personal y Demarato se retiró.
La retirada del ejército de la Liga del Peloponeso dejó libres a los atenienses para hacer
frente a los beocios y a los calcidios, que trataban a su vez de unificar sus fuerzas para mayor
eficacia. El ejército ateniense se dirigió primero contra el ejército beocio y lo derrotó.
Posteriormente los atenienses cruzaron el Euripo y penetraron en la isla de Eubea, donde
vencieron a los calcidios y se apoderaron de su ciudad. En Calcis los atenienses establecieron
una cleruquía, repartiendo tierras a 4.000 clerucos atenienses.
A pesar de estas victorias atenienses la guerra continuó por parte de los tebanos, a los
que se unieron los ciudadanos de Egina, amenazados por el desarrollo ateniense. Los tebanos
fueron derrotados por segunda vez, pero los eginetas consiguieron saquear las costas del
Ática, destruyendo varias poblaciones costeras y el puerto ateniense de Falero.
En esos momentos surge de nuevo la alianza de la Liga del Peloponeso. Cleomenes
hizo venir al Peloponeso al antiguo tirano ateniense Hipias, retirado en Sigeo. El objetivo
espartano era reponerlo en Atenas como tirano. La democracia ateniense se iba manifestando
como un peligro por los regímenes oligárquicos, que veían que podía propagarse a sus estados.
El plan de Cleomenes fracasó porque los corintios de nuevo se negaron a esa intervención en
el Ática. El rey espartano no tuvo más remedio que desistir de su intención e Hipias se vio
obligado a regresar a Asia Menor. Hipias, una vez en Sigeo, se dirigió a Sardes para buscar la
ayuda de Persia, pero los atenienses enviaron una embajada para neutralizar las intrigas de su
antiguo tirano. Sin embargo, Artafernes exigió a los embajadores atenienses que Hipias debía
ser aceptado en Atenas, exigencia rechazada de nuevo por los atenienses. Esta actitud de
independencia de Atenas hacia Persia sería uno de los motivos de enemistad entre ambos
estados y uno de los pretextos de las Guerras Médicas.
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TEMA 12. GRIEGOS Y PERSAS: LAS GUERRAS
MÉDICAS
Rasgos estructurales de la época clásica
Suele utilizarse el comienzo de las Guerras Médicas como momento de inicio de la
Época Clásica. La división de la historia griega en épocas se la debe a un historiador del arte de
Alemania, quien dijo que cada época se caracterizaba por un estilo artístico distinto. El
enfrentamiento de griegos y persas dio a los griegos la oportunidad para el surgimiento de un
sentimiento unitario. Pero no había un elemento de proximidad entre las distintas poleis, sólo
la guerra hizo tomar la conciencia de una especie de unidad para enfrentarse a este enemigo.
En este período, que abarcó todo el siglo V y parte del IV a.C., se desarrolló la
democracia radical ateniense, pero ésta no fue un modelo universal, no fue adoptada por
todas las poleis. En el siglo IV a.C. se produjo la decadencia de la polis. A partir de las guerras
médicas la imposición del imperialismo ateniense hizo que el concepto de polis como unidad
aislada dejara de tener vigor. La crisis de esa idea de autosuficiencia hizo que la polis dejara de
verse a sí misma en ese concepto unitario. La polis, por lo tanto llega a su máxima culminación
en el siglo V a.C., pero a partir de ahí empieza a decaer. Otra característica de este mundo
clásico es el desarrollo de la esclavitud como una forma importante de relaciones socio-
económicas. Aparte de esto, la Época Clásica se caracterizará por el mayor conflicto entre
griegos, es decir, la Guerra del Peloponeso. La esclavitud en el período arcaico era de tipo
doméstico, y los esclavos eran individuos sometidos pero que no eran la base de la economía.
En cualquier caso, la esclavitud se va a desarrollar más en el siglo IV que en el siglo V a.C.
También en esta época se va a producir la desvinculación progresiva del ciudadano como
hombre de defensa. Por supuesto, en esta época se va a producir el apogeo de las
manifestaciones artísticas y literarias, llegando así a su cénit la tragedia, la comedia, la
oratoria, la historiografía, etc.
El enfrentamiento greco-persa (499-479 a.C.)
A finales del siglo VII a.C. una serie de pueblos iranios van a unirse en torno a los
Aqueménidas. Esta unión dará lugar a una gran civilización que se expandirá por todo el
Próximo Oriente, siendo mucho más eficaces que sus predecesores. Dotaron a todo el imperio
persa de una gran administración, reflejada en la división de éste en satrapías. En ese proceso
de expansión, en torno al año 550 a.C., los persas habían llegado a los límites del
Mediterráneo, habían conquistado el espacio total de Asia Menor. Ese proceso no había sido
en principio especialmente violento para las ciudades que habían conquistado. Los persas
tendían a preservar las estructuras de los pueblos, sólo que imponían una especie de tirano,
que pertenecía a la aristocracia local, y además iban a establecer unos tributos, pero que para
nada eran excesivos. Durante los primeros cincuenta años, los persas utilizan los ricos puertos
de Asia Menor para abastecerse, incluso Jonia y Caria funcionan como intermediarios entre los
persas y el mundo mediterráneo, para el desarrollo del comercio, dándose así un desarrollo de
las infraestructuras. La cuestión es por qué la ciudad más beneficiada por el comercio greco-
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persa se levanta. Esto es algo que no se conoce muy bien, ayunque se ha dado a esto un
argumento socio-económico.
Los conflictos entre griegos y persas fueron el resultado sangriento de una serie de
encuentros entre dos pueblos que tuvieron desarrollos históricos divergentes, con claras
diferencias en lo político y cultural. Entre estos dos mundos tan diversos se encontraba el reino
de Lidia, con abundantes riquezas y tierras feracísimas y una posición privilegiada en las rutas
comerciales entre Oriente y Occidente. Este reino fue objeto de la ambición de diversos
estados extranjeros en distintos momentos históricos. Cuando Ciro (559-529 a.C.) subió al
trono de Persia, cae la capital de Lidia, Sardes, y su rey Creso en poder persa. Pocos años
después fueron sucumbiendo progresivamente las ciudades friegas en Asia Menor, el reino de
Babilonia y la región sirio-palestina. Persia incorporaba a su órbita de dominio unas zonas
costeras con poderosas ciudades y disponibilidades comerciales sin cuento. Para los griegos de
Asia Menor el nuevo dominio no supuso un gran quebranto. Soportaron con resignación la
imposición de gobiernos tiránicos fieles a Persia, el establecimiento de guarniciones militares y
el pago regularizado de un tributo. A pesar de ello, y aunque los reyes persas se mostraron
tolerantes con las costumbres y creencias locales, la instrumentación del dominio persa creaba
en el ánimo de los griegos la amarga sensación de que habían perdido las cuotas de autonomía
que aparentemente creían disfrutar con los lidios. Pero esa pérdida real de autonomía política
estaba atemperada y compensada con la ausencia de impedimentos en el desarrollo
económico, que les brindaba la unidad política de un gran espacio geográfico surcado por
grandes vías imperiales y la unidad monetaria establecida por Darío.
La sublevación de Jonia (499-494 a.C.)
Aristágoras, tirano de Mileto en el 499 a.C. va a llamar a las ciudades de Jonia a una
gran revuelta contra los persas. Él, en un acto teatral en el ágora de la ciudad, rechaza la
tiranía y establece la Isonomía, y al mismo tiempo llamaba a las ciudades de Grecia a que se
sumasen a su iniciativa. ¿Por qué lo hace? En las fuentes es un poco confuso. Se cree que
Aristágoras intentó usar la tiranía en su propio beneficio, ya que intentaba dirigir la expedición
contra Naxos, con la ayuda del sátrapa Artefernes, pero al final el rey persa le da la dirección a
otro y Aristágoras se sintió traicionado, por lo que llama al pueblo a la rebelión por la libertad.
Los sublevados, demasiado débiles para emprender la lucha en solitario, acudieron a sus
hermanos continentales en solicitud de ayuda. Cuando Aristágoras propuso a los espartanos
que se unieran a la lucha, el rey Cleomenes, comprometido en los preparativos para llevar la
guerra contra Argos, encontró un pretexto para no intervenir en la inmensa distancia que
separaba la costa jonia del núcleo del imperio. Con esto Persia tuvo que encontrar nuevos
clientes, así que contrató el apoyo de los fenicios y de los cilicios. En el momento en el que
empieza a utilizar a fenicios y cilicios el desarrollo del comercio jonio se ve reducido en las
poleis griegas de Asia Menor y del continente. Los persas no se conformaban con esto, desde
el 516 a.C. han empezado a hacer incursiones en Europa. Darío hace una campaña a Tracia,
luego a Macedonia y llega al Danubio, lo que provoca problemas en la Grecia Continental,
como en Atenas, donde se genera un problema con el trigo, además de en Tracia con la
madera y metales, y el Quersoneso ocupado antes por Atenas. De ahí, que sólo los atenienses
(20 barcos) y los eretrios (5 barcos) se sumen a la revuelta de Aristágoras. Dice Heródoto que
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la decisión de enviar estos barcos fue el comienzo de la desgracia de Atenas para entrar en la
revuelta, la cual se expandió incluso hasta Chipre y Creta.
Es cierto que los éxitos iniciales, entre los que se encontraba la conquista de la ciudad
baja de Sardes, avivaron las llamas de la sublevación de chipriotas, carios, licios y de los griegos
del Bósforo y de la Propóntide. Pero faltos de la ayuda solicitada e indispensable de los griegos
continentales, la sublevación estaba condenada al fracaso. Cuando Persia, con la lentitud
acostumbrada, puso en movimiento su formidable maquinaria militar, el cerco en torno a los
griegos se fue estrechando, los carios fueron empujados a las montañas, las ciudades
chipriotas capitularon en el 497/496 a.C. y la conquista de Rodas fue cuestión de días. Ante los
reveses y desgracias, el consejo de la federación jonia, reunido en el santuario Panionion,
acordó hacer un último esfuerzo y juagar su baza decisiva en una batalla naval. Cerca de la isla
de Lade, en las proximidades de Mileto, la flota griega sufrió una completa derrota (494 a.C.).
Al año siguiente, Mileto, núcleo de la resistencia, fue tomado el asalto y sus supervivientes,
deportados al interior de Mesopotamia.
Los investigadores modernos se han preguntado reiteradamente sobre las causas de la
sublevación. Se invoca el odio griego a los sistemas tiránicos, el decaimiento económico por
causa de la rivalidad comercial entre los fenicios y los griegos de Asia Menor y, sobre todo, el
amor profundo de los griegos por la libertad. Pero ninguna de esas causas proporciona una
explicación completa del acontecimiento.
- Motivos financieros: por la fuerte tributación.
- Motivos económicos: por una recesión económica que lo hiciese de forma
deliberada, aunque se duda todo esto. Cualquier quebranto económico de los
griegos de Asia Menor se traducía de inmediato en una disminución de los ingresos
persas. El deterioro no se debe a algo intencionado sino más bien a la posible
competencia que los productos de Grecia y de Fenicia hacían a los griegos de Asia
Menor. Pero incluso en ese supuesto, no hay que olvidar las enormes ventajas
comerciales, potenciales y reales, que se ofrecían a los griegos integrados en un
imperio persa inmenso. También se debe decir que la recesión se pudo provocar
tras la caída del reino de Lidia.
- Motivos políticos: por la impopularidad de la tiranía y por las ansias de libertad.
Darío y la Grecia Continental: las campañas de Mardonio y Datis
La participación ateniense en la revuelta Jonia había sido molesta. Heródoto es
considerado el padre de la historia, pero en nuestra concepción actual no sería más que un
cronista, no elabora y construye, sólo acumula información, habiendo viajado por todo el
mundo conocido, y era en general un hombre tremendamente ingenuo, se lo creía todo. Pero
al margen de ese anecdotario, Heródoto anota todas las interpretaciones que le daban, por lo
que su obra es muy útil para un historiador. Tucídides en cambio escribió una forma de
historia más bien novelada. Heródoto es prácticamente la única fuente que tenemos para
conocer el desarrollo de las Guerras Médicas, pero una fuente desde el punto de vista
antipersa. Desde el otro punto de vista, los persas encargaron a Ctesias de Cnido una versión
distinta de los hechos, vista desde el punto de vista de los persas, pero esta obra se ha
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perdido. Heródoto cuenta que Darío, temiendo la futura intervención de Atenas e instigado
por Hipias (decía que en cuanto Darío llegase a Atenas, sería muy bien acogido) decide atacar a
Grecia. En conclusión, la modesta participación ateniense en la sublevación supuso para Darío
la necesidad de someter a la Grecia Continental y el causus belli para preparar una expedición
punitiva. Muchas ciudades aristocráticas eran propersas, como Beocia y Tesalia, además de
Macedonia y otras, por lo que el sentimiento antipersa no estaba tan desarrollado. Sea como
fuese, para el año 490 a.C. Darío envió un contingente de tropas que se dirigió hacia Grecia
para castigar a aquellas ciudades griegas que se había atrevido a levantarse contra él. Esta
flota para primero en Eubea, después destruye buena parte de Eretria y, acto seguido,
desembarca en Maratón.
Con respecto a los griegos continentales, Darío comprendió que la conquista de un
país no queda consolidada del todo si no va seguida de la conquista de los países vecinos. En el
varano del 492 a.C., Mardonio, yerno de Darío, marchó contra Grecia por tierra y por mar. El
ejército de tierra, atravesando el Helesponto, se apoderó de Tracia y Macedonia. Pero la flota
persa, después de conquistar la rica isla de Tasos, naufragó en las proximidades del
promontorio de Atos, en la península Calcídica. Según Heródoto, las pérdidas persas se
elevaron a 300 naves y 20.000 hombres, aunque sin duda alguna se trata de cifras exageradas.
No todo acabó en fracaso, Persia había tomado posiciones en las tierras de castigo contra
atenienses y eretrios y para dar cobertura militar a Hipias en su intento de restablecer en
Atenas una tiranía obediente a los persas. Pero el relativo fracaso de Mardonio no amilanó a
los persas. Cuando al poco tiempo Darío I envió embajadores a todas las comunidades griegas
para pedirles “la tierra y el agua” en señal de sumisión, el desconcierto de todos los estados
griegos fue enorme. No fueron pocos los estados que se plegaron a la demanda, movidos por
intereses estrechos y mezquinos. Sólo Esparta y Atenas se negaron.
Esparta retenía una cierta capacidad de maniobra en política exterior. De hecho, no
puso grandes dificultades a la hora de entregar a los atenienses rehenes eginetas solicitados.
Su posición hegemónica dentro de la Liga del Peloponeso estaba fuertemente consolidada, ya
que había logrado sin dificultad la voluntad de los argivos. En esta polis existía una rivalidad
entre los dos reyes: Cleomenes y Demarato.
En Atenas la situación era más compleja. En el 492 a.C. fue elegido arconte
Temístocles, uno de los personajes más clarividentes de su época. Comprendió mejor que
nadie la imperiosa necesidad que tenía Atenas de convertirse en una potencia marítima. El
grupo social de los thetes, que apoyaba a Temístocles (era ferviente partidario de la lucha
ofensiva contra Persia, teniendo en cuenta que Atenas necesitaba controlar los Estrechos para
ampliar su ámbito comercial). El contrapeso a este sector social lo constituían los
terratenientes y hoplitas, dirigidos por Milciades, antiguo tirano del Quersoneso, que había
huido de allí tras la invasión persa. También eran partidarios de la lucha contra el invasor, pero
preferían la guerra defensiva. Tanto unos como otros consideraban que era necesario aunar
todos los esfuerzos en defensa de Atenas y del mundo griego y eran conscientes de que la
invasión persa podía suponer el fin de la democracia.
En el verano del 490 a.C., los veinte mil infantes persas y un fuerte contingente de
caballería se hicieron a la mar desde sus posiciones en Cilicia, bajo el mando de Datis y de
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Artafernes. Hipias les acompañaba e informaba. La flota puso rumbo a las Cícladas y, tras
tomar la isla de Naxos, recaló en Delos. Allí Datis realizó una ofrenda a Apolo, seguramente con
la intención de sembrar, con este acto de veneración, la confusión entre griegos e impedir que
todos ellos tomaran la decisión de combatir a los persas. Después, la flota se dirigió a la isla de
Eubea. La ciudad de Caristo capituló y Eretria fue tomada al asalto de sus habitantes
deportados a Susa. Por consejo de Hipias, el ejército persa desembarcó en la llanura de
Maratón. A propuesta de Milcíades, la asamblea popular votó un decreto que ordenaba atacar
al enemigo con todas las fuerzas. Sabían que la ayuda espartana tardaría en llegar, ya que
estaban celebrando la fiesta de la karneia y no podía poner en movimiento su ejército hasta la
llegada del plenilunio. Los atenienses se encontraban pues solos con el pequeño destacamento
de la fiel ciudad de Platea. Mandaba las tropas el polemarco Calímaco y entre los estrategos
elegidos aquel año se encontraban Milcíades, Arístides y Temístocles, quienes comprendieron
acertadamente que el punto débil de los persas era la imposibilidad de realizar maniobras
colectivas en terreno difícil. El ejército griego, compuesto de diez mil hombres con armamento
pesado, mil hoplitas plateos y algunos destacamentos armados a la ligera, se apostó en las
alturas que se abrían a la llanura, en un estrecho desfiladero donde la caballería persa sólo
podía maniobrar con dificultad. Datis dejó al grueso de sus tropas bloqueando a los griegos y
embarcó a un grupo de élite para caer sobre la desguarnecida Atenas. La maniobra griega
desencadenó el ataque. La batalla fue ganada por los griegos.
En términos militares, la batalla de Maratón no representaba más que una simple
escaramuza. De hecho, Persia alcanzó dos de los tres objetivos propuestos: dominar las
Cícladas y castigar a Eretria. Pero, para Atenas, la batalla se convirtió en un símbolo de gloria.
El recuerdo de la batalla quedó guardado con veneración en la memoria colectiva.
La política seguida tras Maratón
El éxito de Maratón, debido exclusivamente a los esfuerzos de Atenas y Platea, no fue
decisivo ni logró aunar las voluntades de todos los griegos en la defensa común. Las ciudades
griegas continuaron enzarzadas en sus mutuas querellas y rencillas internas. En Esparta, los
ciudadanos, descontentos con Cleomenes por su modo personal de conducir los asuntos
públicos, lo condenaron por traición y lo sustituyeron por Leónidas. En el resto del interior de
Grecia priman los intereses particulares de las poleis, no la formación de un frente unido
antipersa.
Por su parte, Atenas, en política exterior, retornó a su antigua hostilidad con Egina. En
el interior, pasado el paréntesis de la guerra, volvieron las luchas e intrigas políticas. Fue una
época de intensa actividad política. Milcíades, héroe de Maratón, consiguió, gracias a su
popularidad, convencer a los ciudadanos de la necesidad de emprender una guerra ofensiva
contra aquellas islas que habían apoyado a los persas. Pero, fracasados en parte los objetivos,
el pueblo trocó su fervor en odio, así que Milcíades fue llevado a los tribunales y acusado de
alta traición. Este proceso político se encuadra en el marco de una política interior enrarecida y
mezquina, que originó una serie de condenas al ostracismo de personajes influyentes de la
vida política ateniense.
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Temístocles, posible instigador del ostracismo contra Jantipo y Arístides, utilizó
hábilmente este instrumento constitucional para despejar la situación política, liberarse de
políticos molestos, consolidar su prestigio e impulsar reformas constitucionales como la
introducción del sistema de elección para el arcontado. Desde entonces, los nueve arcontes
fueron nombrados por sorteo de una lista de quinientos candidatos, elegidos previamente por
los ciudadanos de cada demos. De esta forma, disminuían las posibilidades de que se eligiesen,
año tras año, los mismos personajes. Indirectamente, las repercusiones de esta reforma
afectaron también al Areópago, consejo que se nutría de los ex arcontes. Existía una rivalidad
entre Temístocles, quien era partidario de hacer un refuerzo militar en el ámbito naval, y la
vieja aristocracia representada por Megacles, Jantipo y Arístides, defensores de la idea de una
fortificación de la reforma terrestre.
El descubrimiento y explotación de las minas de plata de Laurión, en el 483/482 a.C.,
permitió a Atenas contar con nuevos recursos, que Temístocles consiguió destinar a la
construcción de una gran flota de 200 trirremes y al acondicionamiento y fortificación de los
puertos. Esta decisión supuso un giro radical en el planteamiento estratégico de Atenas. En
primer lugar, la medida tuvo unas repercusiones sociales que iban más allá del objetivo militar
y estratégico inmediato. El reclutamiento estaba abierto a todos, pero era atractivo sobre todo
para las capas humildes de la sociedad, que encontraba en los nuevos puestos de trabajo una
oportunidad inesperada de ganarse la vida.
Los preparativos de guerra por parte de los persas alarmaron a los griegos, conscientes
de la gravedad de la situación. En el verano del 481 a.C., se reunió en Corinto un congreso en
el que participaron aquellos estados dispuestos a resistir para formar una alianza panhelénica.
Se acordó en él poner fin a las querellas entre griegos, crear una liga defensiva y enviar
embajadores a Creta, Corcira, Argos y Siracusa en solicitud de ayuda. El resultado fue
desolador. Las mutuas querellas y los egoísmos particulares impidieron la unión de todos los
griegos en una política defensiva común. Argos no deseaba participar en una alianza dirigida
por Esparta; la mayoría de los estados de la Grecia Central, conscientes de que su posición
geográfica los exponía al primer ataque, abrigaban secretas intenciones de pasarse al
enemigo… En definitiva, sólo Esparta con los miembros de la Liga del Peloponeso, Corinto,
Megara, Egina, Atenas, Platea, Tespis, Calcis, Eretria, Melos etc. (31), hicieron causa común por
encima de sus diferentes sistemas políticos. La alianza sería dirigida por Esparta, porque Egina
había competido desde época muy temprana con Atenas y no aceptaba a Atenas de dirigente,
además, con ella, Atenas y Egina decidieron reconciliarse por la causa común.
En un segundo congreso en el 480 a.C., los coligados dispusieron sus planes de la
guerra. Se eligió como línea defensiva el valle del Tempe, donde se envió un cuerpo
expedicionario de diez mil hoplitas al mando de Leónidas, que comprobó de inmediato la
inseguridad de la posición: el paso podía ser fácilmente rodeado y la costa acantilada no
permitía mantener contacto con la flota.
La expedición de Jerjes y la victoria griega
Esta era la situación cuando las tropas persas llegaron a Grecia. Heródoto describe un
ejército persa que entre combatientes, auxiliares e intendencia, suma cinco millones de
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personas, aunque en realidad no había más de 80.000 soldados, aún así, fue el ejército más
grande jamás movilizado. Jerjes ordenó que se tendieran puentes flotantes sobre el estrecho
de los Dardanelos y sobre los ríos de Tracia; fue abierto un canal en la península oriental de la
Calcídica para evitar los peligros de la circunnavegación del monte Atos y se construyeron en
Tracia grandes almacenes para contar con los necesarios suministros.
En un principio los miembros de la alianza panhelénica intentan hacer frente a los
persas en el norte de Tesalia con un ejército de 10.000 soldados al mando del rey espartano
Leónidas, pero al final, al ver inútil la empresa, retroceden a las Termópilas, donde surge el
episodio mítico. La batalla de las Termópilas, sólo tenía la tarea de distracción, ya que los
griegos no sabía qué hacer para defenderse, por lo que los trescientos miembros más insignes
del ejército espartano (y, según el manual, otros 2.800 soldados peloponesios), todos
aristócratas, se encargaron de la tarea de distracción, aunque al final, y todo mientras la flota
aliada, apostada en el cabo de Artemision, les deba protección. Con respecto a la batalla naval,
en un principio la flota griega se manifestó superior a la flota persa en las escaramuzas frente
al cabo Artemision, mientras el ejército de tierra iranio se estrellaba ante el valor desplegado
por los defensores de las Termópilas. Estas experiencias negativas aconsejaron a Jerjes dar un
rodeo para atacar al ejército griego por la espalda. Cogido por sorpresa, Leónidas, para
permitir una retirada en orden del grueso griego, tomó la decisión de entretener a los persas,
sacrificando su propia persona y de un contingente espartano de trescientos ciudadanos.
Mientras, la flota abandonaba las posiciones del cabo Artemision hacia el sur. La catástrofe
militar y estratégica no impidió que la generosa acción de Leónidas quedara para siempre
grabada en la memoria colectiva de los griegos.
Rotas las defensas de las Termópilas, que cerraban las rutas de la Grecia Central, las
fuerzas aliadas se concentraron en el Istmo de Corinto. El resto del territorio griego quedó a
merced de los persas, que aplicaron una política de represión o de tolerancia, según el
comportamiento de los distintos estados. El próximo objetivo era Atenas, la cual fue evacuada,
al igual que toda Ática. En todo caso, Temístocles utilizó su ascendencia ante el pueblo para
tomar una serie de medidas: todos los hombres útiles fueron movilizados; se levantaron los
ostracismos; se llamó a los exilios; mujeres, niños, ancianos y bienes fueron evacuados a la isla
de Salamina. Cuando los persas entraron en Atenas encontraron una ciudad prácticamente
desierta. Temístocles, para la batalla, impuso la estrategia al resto de aliados de apostar la
flota frente a la isla de Salamina. La flota persa encerró a la escuadra griega en el estrecho
canal e, impaciente por obtener una decisiva victoria, comenzó a moverse por los dos lados del
islote de Pstalía. En el momento del choque, la escuadra griega realizó un movimiento
envolvente de los navíos persas, estrechando el espacio de maniobra y empujando a los barcos
persas unos contra otros. El Gran Rey, con una parte del ejército expedicionario, emprendió el
camino de regreso, quedando en Tesalia con un gran contingente de hombres. Con estas
fuerzas podía controlar y dominar toda la Grecia Central hasta el Istmo de Corinto y mantener
la capacidad militar suficiente para proseguir la guerra.
El peligro continuaba y una vez más los griegos, como para Salamina, no se ponían de
acuerdo sobre el dispositivo estratégico. Las ciudades del Peloponeso, que estaban levantando
a toda prisa un muro de contención en el Istmo, deseaban que la flota aliada tratase de
impedir cualquier desembarco enemigo tras las líneas griegas. Por el contrario, los atenienses
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y sus vecinos, que habían sufrido directamente la invasión y seguían expuestos a cualquier
nuevo zarpazo, eran partidarios de librar batalla en Grecia central. No se pusieron de acuerdo.
Mardonio, que se quedó en Grecia para la defensa de Beocia manteniendo el contacto
con Asia por Macedonia, en la primavera del 479 a.C., aumentó la presión sobre los atenienses
devastando de nuevo el Ática y la población hubo de buscar una vez más refugio en Salamina.
De esta manera, la alianza organizó un nuevo gran ejército para enfrentarse a Mardonio en el
479 a.C. Cuando éste se enteró de la marcha del ejército (de unos 50.000 soldados) se replegó
rápidamente a tierras beocias. La batalla aconteció en las cercanías de Platea, saliéndose con
la victoria el ejército aliado, mientras el ejército persa huía después de la muerte de Mardonio.
Así, toda la Grecia continental quedaba liberada.
La batalla de Platea fue una gran victoria terrestre, pero la flota persa aún operaba en
el Egeo. Tras la batalla de Salamina, la flota aliada, al mando del rey espartano Lotíquides y del
ateniense Jantipo, procedió a la liberación de las Cícladas. Hasta la base de Delos, lugar de
estacionamiento de la escuadra griega, llegaron emisarios de Samos, pidiendo la liberación de
las ciudades jonias, dispuestas a la insurrección. La escuadra griega puso rumbo a Samos,
mientras la persa se refugiaba en las costas de Asia Menor, en el cabo de Mícale, frente a
Samos. Aquí sucedió la última batalla naval, en la que de nuevo salió vencedora la flota aliada.
Tras la victoria de Mícales, los aliados se dirigieron al Helesponto, apoderándose de la
ciudad de Abido. Los peloponesios, considerando cumplidos los objetivos de guerra,
regresaron a sus bases griegas, mientras las naves atenienses proseguían operando en la zona
para tratar de controlar en beneficio propio una región sumamente estratégica, por la que
pasaban suministros de trigo procedentes del Ponto. Las operaciones dieron como fruto la
captura de la ciudad de Sestos.
Heródoto, con la batalla de Mikale, además de poner fin a las Guerras Médicas con
esta batalla, aunque siguen los enfrentamientos y no desaparece la amenaza de una nueva
guerra, inicia una nueva etapa en la historia de Grecia, que ahora pasa de una política
defensiva a otra ofensiva, además de hacer cambios en su estructura.
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TEMA 13. LA PENTECONTECIA Y EL IMPERIO
MARÍTIMO ATENIENSE
La formación de la Liga Délico-Ática
Tucídides dedicó en su libro unas cuantas reseñas a explicar las causas que llevarían al
conflicto entre Atenas y Esparta. Los cincuenta años de imperio marítimo ateniense fue
consecuencia del resultado de las Guerras Médicas. Después de Platea y Micale, de una
manera casi lógica, Esparta se había desentendido de los asuntos ajenos al Peloponeso,
mientras Atenas se había impuesto como polis heroína. A partir de entonces, Atenas firmó
acuerdos con varios pueblos situados a lo largo de la costa hasta el Mar Negro, enviando
embajadores a cada una de las poleis para concertar una reunión que se celebraría en el 477
a.C. en Delos. En el 478 a.C. Atenas envió emisarios a las ciudades de Jonia y a la mayoría de las
ciudades costeras para un encuentro, una reunión, que tendría lugar en la isla de Delos, a
finales de la primavera-comienzos de verano desde este año. Esta reunión tenía ya de por si un
profundo significado para los atenienses: a Delos había transferido ya Pisístrato una buena
parte de sus fidelidades unas décadas atrás. En un momento determinado, Pisístrato había
dejado de enviar la cuota que le correspondía por ser anfitrión, y había preferido fortalecer el
santuario de Delos (cueva artificial que había sido un templo de Apolo antes de que éste
hubiera recibido una forma humana). Por ser el centro geográfico del Egeo, se hizo
preeminente casi desde época prehistórica. El santuario, era por otra parte un santuario jonio,
donde se habían hermanado festivales, de ciudades de la costa de Asia, Atenas y otras
ciudades de la Hélade.
Para continuar la guerra contra los persas (argumento que se dio a las ciudades) no era
necesario construir una nueva alianza. Atenas no quería estar pendiente de las decisiones
tomadas en una asamblea en la cual Esparta y sus aliados tenían un gran peso. Ahora
construirán una alianza donde el sistema de tipo confederal (cada asistente, un voto) será
sustituido por una alianza en la que Atenas tendrá tanto peso como todos los aliados juntos.
¿Por qué aceptaron las poleis restantes este acuerdo? La sensación que se da es que el
juramento que las ciudades prestaron a Atenas, es que seguirían siendo sus aliados y no
desertarían (se sometían a los designios de Atenas).
Esta aceptación de las condiciones desventajosas venía marcada por el miedo que
tenían a una intervención persa, pues habían quedado desprotegidas, y el único que podía
proteger era la flota ateniense promovida por Temístocles.
En el encuentro del 477 a.C. que iba a tener también un fundamento religioso, se
tomaron unas decisiones simples:
- La alianza se hacía para continuar la guerra contra los persas.
- Defender y salvaguardar la integridad de los griegos ante un ataque.
- Para hacer frente a los gastos de la defensa del Egeo, se decidía establecer un
tesorero mediante el pago de una contribución anual phoros, que se fijo en 460
talentos de plata al año, estimación que no iba a variar en todos los años de la
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alianza (desaparición en el 404 a.C.). Esta cuantía se establecía mediante pagos en
efectivo y algunas poleis (Samos…) pagarían en barcos.
Teóricamente, la alianza se plantea para seguir la guerra y Atenas queda como polis
indiscutible. En los años siguientes, Atenas utilizará esta alianza no para llevar la guerra con los
persas, sino para ir construyendo toda una estructura de poder que Atenas utilizará
paulatinamente en su propio beneficio. Las fuentes son escasas, y las Listas del Tributo sólo se
tienen hasta el 450 a.C. Tucídides no deja de ser un ateniense al que no le gusta destacar los
excesos cometidos: Atenas aprovecho la fuerza militar de su flota, y los juramentos de
fidelidad de las ciudades para construir una estructura que ellos llamaron arché, y nosotros
denominamos Imperio.
Cimón y las primeras acciones bélicas de la Liga de Delos
Un primer dato que se conoce, fue que Atenas empezó a explotar en su beneficio los
recursos de Tracia. Ésta era la fuente de aprovisionamiento de metales (no de la plata; sí de
hierro, oro) y también el gran reservorio de madera para la construcción de barcos (Atenas
necesitaba reparar y reponer los barcos). Esto le provocará un choque inmediato con la isla de
Tasos. Ésta vio como apenas llegado a ese acuerdo, Atenas empezaba a explotar una serie de
enclaves que antes ella explotó. Inmediatamente, Tasos expresó su deseo de abandonar la
alianza, y Atenas le declaró la guerra. Tucídides, para no contarnos lo que ocurrió, lo maquilla,
pero la ciudad fue asediada y arrasada. El responsable de estas campañas militares fue Cimón,
que se manifiesta como el líder de la recién inaugurada democracia ateniense, que es todavía
una democracia moderada.
Las campañas de Tasos no fueron las únicas, pues llevaron más a cabo para
aprovecharse Atenas de la situación. Llega un momento en que la situación es tan grave, en
que Atenas se ve obligada a utilizar otros cauces de intervención, y necesita justificarse ante la
propia alianza y realizará una campaña en Egipto. Esto no se realizará de manera inmediata,
porque hay un conflicto interno que nos indica la situación de Atenas: en el 464 a.C. hubo un
terremoto en la ciudad de Esparta. Provocó una situación de descontento en la ciudad y una
revuelta de hilotas, los homoioi se vieron tan asustados que pidieron ayuda a Atenas. La
Asamblea votó si se ayudaría o no a Esparta, siendo la opinión mayoritaria un “no”. Cimón, sin
tener un poder particular, pidió que le dejasen llevar una expedición de voluntarios para
ayudar a Esparta: en el 463 a.C., Cimón, con 4.000 hoplitas atenienses, se dirigió al
Peloponeso. Cuando llega a las puertas de Esparta, los ciudadanos ya no saben si es peor la
situación de inestabilidad interna o que tantos atenienses entren en la ciudad. A Cimón le
dicen que no entre en la ciudad, en el 462 a.C.
En el interior de Atenas, los demócratas más radicales, aprovechan la ausencia de
Cimón para acusarle de traición y proponer un cambio constitucional. Este acontecimiento, la
revolución del 462 a.C. supondrá un momento clave en la historia política constitucional de
Atenas y un momento clave en la evolución del imperio que se está construyendo. El
engrandecimiento de la flota había supuesto que aquella clase social de los desarropados,
individuos si tierras, habían empezado a cobrar un papel trascendente: serán la marinería. Lo
que está claro es que 400 barcos exigían un número enorme de marineros, de remeros, y de
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individuos que atendiesen a las necesidades de los barcos. Los sectores sociales más bajos
tenían en sus manos el futuro de la ciudad. Mientras Cimón fue capaz de mantener la
influencia dentro del demos, ha sabido contener las exigencias de la marinería (dando medios
económicos y ayudando a progresar al sector).
La huida de Cimón, entonces, fue aprovechada por los demócratas radicales, Efialtes,
que propone reformas radicales y hace que proponga votar un ostracismo y que Cimón sea
expulsado de la ciudad al año siguiente; y Pericles. Este cambio radical del 462/461 a.C. que
iba a tener una parte política de revolución constitucional, desató de una manera desmedida
las aspiraciones de este sector social que se elevará hasta el centro de la vida política. Si hasta
ahora Atenas había demostrado que la alianza del 477 a.C. sólo había sido construida para
defenderse de los persas, ahora, este sector, que no tenía un interés en las tierras de Atenas
(no eran propietarios), si tenían un interés comercial, y por eso artesanos y comerciantes están
especialmente felices con esta situación (se obtienen enormes beneficios).
La guerra en dos frentes: Esparta y Persia
El conflicto con Esparta
Cuando Cimón fue condenado al ostracismo, Atenas buscó abiertamente reforzar su
posición política en Grecia aceptando la alianza de cualquier estado, fuese o no aliado de
Esparta. Se trataba de un riesgo calculado, si se considera que Esparta, todavía atenazada por
el problema hilota, no estaba en condiciones de reaccionar cumplidamente contra la injerencia
ateniense en asuntos concernientes a sus aliados. Y no tuvo otro remedio que dejar pasar, con
resentimiento contenido, la avalancha de alianzas con Atenas. Así, el estado argivo, que
disfrutaba de un régimen democrático y que por proximidad geográfica recelaba
tradicionalmente de Esparta, se salió de la Liga del Peloponeso y se aligó con Atenas, aunque
sin entrar en una beligerancia activa contra Esparta. La alianza con Tesalia parecía menos
sólida y segura: mientras el soberano de Farsalia la buscó deliberadamente, otros estados
tesalios se mantenían remisos. Pero, de todas estas nuevas alianzas, el pacto suscrito con la
ciudad de Megara era el que ofrecía mayor interés para Atenas en razón de la importancia
estratégica de esta comunidad. En el 461/460 a.C., tras una disputa territorial con Corinto,
Megara abandonó la Liga del Peloponeso y selló una alianza cono Atenas, que de este modo se
aseguraba una mejor protección contra cualquier invasión procedente del Peloponeso. La
posición estratégica de Megara creció todavía más cuando la ciudad quedó unida a su puerto
de Nisea con una doble muralla. La ciudad disponía de otro puerto, el de Pegas, desde el que
Atenas, a partir de ahora, podía controlar las rutas marítimas que conducían hacia el oeste.
En el 458 a.C. Esparta envió a Grecia Central un ejército. El motivo aparente era ayudar
a la pequeña comunidad de la Dóride, con la que decía tener desde antiguo lazos de
hermandad, y que en esos momentos estaba siendo atacada por los habitantes de la Fócide.
Tras el pretexto sentimental se escondía el interés de Esparta por acabar con la influencia
ateniense en Grecia Central, mediante el aglutinamiento en torno a Tebas, aliada de Esparta,
de una Beocia fuerte y unida. Por las mismas y contrarias razones, Atenas al norte de su
territorio, no podía tolerar el reforzamiento y consolidación de una potencia contraria como
Tebas.
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Atenas y sus aliados tenían paralizados en el frente egipcio cuantiosos efectivos
militares, que no obstante no fueron retirados. Pericles movilizó en Atenas nuevas tropas y con
contingentes de los aliados se dirigió a Beocia y presentó batalla en Tanagra. La defección del
destacamento de caballería tesalio provocó la derrota de los atenienses, que ordenadamente
se replegaron hacia Atenas. Los peloponesios regresaron a su patria sin detenerse a sacar las
ventajas de la victoria.
Al poco tiempo los atenienses aprovecharon la ausencia de los espartanos para invadir
otra vez Beocia y consiguieron en el 457 a.C. la victoria de Enafita. Como consecuencia de
estos enfrentamientos, la Fócide y la Lócride Opuntia se unieron a la Liga de Delos, mientras
que la confederación de Beocia se plegó a la voluntad política ateniense. También Egina se
entregó. Abandonada a sus solas fuerzas, capituló sin condiciones: derribó sus murallas,
entregó sus naves y fue obligada a entrar en la Liga de Delos.
Las operaciones anteriores se completaron con la expedición marítima de Tólmides
por las costas del Peloponeso, con una estrategia pirata de ataques por sorpresa. Este tipo de
operaciones era una demostración del poderío naval y una amenaza al comercio de Corinto.
El prestigio de Atenas, cimentado en la flota y en las ideas democráticas de los
hombres que en ella servía, sufrió un duro golpe con esta derrota. La ambiciosa política
exterior de Pericles se había manifestado como una empresa agotadora. La sangría humana,
psicológicamente perturbadora, podía originar un descontento social, peligroso tras el regreso
de Cimón del ostracismo. Se hacía preciso limitar los focos de lucha renunciando a alguno de
ellos. La paz con Esparta era deseable y, con la presencia de Cimón en Atenas, políticamente
oportuna. Por mediación de Cimón, se entró en negociaciones con Esparta con la que, en el
451 a.C. se concluyó una tregua por cinco años.
La continuación de la guerra con los persas:
Después de la alianza con Mégara, Atenas ampliaría su política exterior hasta el Nilo
con el envío de una expedición de ayuda a Egipto. Tras la muerte violenta del rey persa Jerjes,
en torno al 460 a.C. en diversos lugares de su reino se produjeron una serie de perturbaciones
sociales. El príncipe libio Ínaro aprovechó la ocasión para sublevarse en Egipto. Temeroso de
las operaciones de represalia de la flota fenicia, llamó en su ayuda a los atenienses. La flota de
Atenas y de sus aliados se apoderó del Bajo Egipto, pero no pudo tomar la fortaleza Menfis, en
donde se habían refugiado los persas y los egipcios fieles a ellos.
Tras la sorpresa, los persas, finalmente, movilizaron sus tropas y, al mando de
Megabazo, reunieron grandes contingentes en Cilicia, desde donde pusieron rumbo a Egipto.
Rompieron el asedio de Menfis y cercaron a los griegos y egipcios sublevados en la isla de
Prosopitis. Una parte importante del ejército expedicionario griego fue masacrado o hecho
prisionero. Sólo un pequeño contingente pudo salvarse escapando hacia Cirene. Tampoco la
flota de relevo corrió mejor suerte. La consternación por la derrota fue grande.
Las fuentes que informan de estos acontecimientos no indican los motivos que
impulsaron a los atenienses a prestar esta ayuda, que pudieron ser de carácter económico
comercial: Egipto era proveedor de trigo y, aunque Atenas tenía aseguradas sus fuentes de
77
aprovisionamiento en el Mar Negro y Tracia, quizá se intentaron las zonas de abastecimiento
para correr menos riesgos.
Apaciguado el frente con Esparta, Atenas se centró en su lucha con Persia. En el 450
a.C., el propio Cimón partió con una flota de doscientas naves: sesenta pusieron rumbo a
Egipto para ayudar al rey Amirteo (Amirtaio) y el resto navegó hacia Chipre. Pero las
operaciones en la isla fracasaron en parte y se abandonaron. Cuando la flota ateniense
emprendía el camino de regreso fue atacada por las naves fenicias y cilicias en Salamina de
Chipre. Los griegos obtuvieron una gran victoria que, no obstante, no podía compensar del
desastre egipcio.
En el 449 a.C. Atenas puso fin a su enfrentamiento con Persia con la suscripción de la
llamada Paz de Calias, sobre la que existen opiniones encontradas no sólo en cuanto a su
contenido sino incluso respecto a su propia existencia. De cualquier forma, la falta de
conflictos entre Persia y Atenas a partir de esa fecha fue un hecho y ello, indudablemente,
contribuyó a asegurar los logros conseguidos por Atenas.
El mayor inconveniente de esta paz era de índole política. La Paz de Calias mermaba las
razones de ser de la Liga de Delos. Ya con anterioridad algunos estados de la Liga habían
mostrado su resentimiento contra Atenas. A ellos contribuyó sin duda la implantación de
cleruquías en territorios de ciudades de la Liga. Pero Atenas reaccionó con violencia y dureza
contra todos aquellos que hicieron defección. Hubo desde época temprana, descontento y
defecciones. Pero, mientras el peligro y la amenaza persa subsistían, la necesidad de la Liga de
Delos y el mantenimiento de la unidad dentro de ella eran sentidos, con mayor o menor
identidad, por la generalidad de sus miembros. Suscita la paz con Persia, perdía consistencia
ese elemento aglutinante.
Ahora, la alianza anterior pierde cualquier sentido al firmar la paz con los persas, y
cantidad de ciudades le piden a Atenas que disuelva la alianza: debe aceptarlo o dejar de
vender esa imagen de la alianza para hablar de una estructura imperial. Con la enorme fuerza
que le ha dado a Atenas el controlar el tesoro y la firma de la paz con Esparta, se abre un
período de 15 años (446-431 a.C.) en el cual, Atenas construirá, sin disimulo una enorme
estructura imperial.
De la symmachia a la archè ateniense: factores claves de la
transformación
- En el 454 a.C., bajo el pretexto de un inminente ataque tras la derrota sufrida en
Egipto, los atenienses forzaran la situación y trasladaron el tesoro federal, lejos de
la mirada fiscalizadora de los aliados, usando el tesoro para beneficio propio, es
decir, para reconstruir la Acrópolis.
- El phoros, es decir, el tributo, parece que no era gravoso. Con arreglo a los ingresos
y posibilidades económicas de cada ciudad, Arístides y la Asamblea ateniense, en
el “Decreto de Clinias” lo fijaron con prudencia y equidad en una cuantía de 460
talentos. Con esas aportaciones se atendían a los gastos derivados del
mantenimiento de las fuerzas de la Liga, la renovación de la flota y la reparación de
los barcos deteriorados. El sobrante pasaba a engrosar el tesoro federal. La Boulé y
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los arcontes en las ciudades y los episkopoi se asegurarían de que el tributo fuera
recogido cada año y traído a Atenas.
- Otro de los procedimientos utilizados para asegurar la fidelidad de los aliados fue
la difusión de las instituciones democráticas y la utilización de juramentos de
fidelidad. Es cierto que, en este sentido, Atenas se contentó con apoyar tales
instituciones, evitando cualquier medida que los aliados pudiesen interpretar
como opresora o coercitiva. Naturalmente que el estado ateniense sintió la
tentación de expandir y favorecer la implantación de su sistema político, pero
nunca lo hizo de un modo generalizado, al menos antes de la Guerra del
Peloponeso. Atenas sólo impuso el sistema democrático, y no siempre, a las
ciudades que se rebelaran, como a Eretria en el 453 a.C. La proxenia era otro
instrumento fiscalizador ateniense mediante el cual un ciudadano cualificado de
un estado aliado, plenamente partidario de Atenas, asumía la defensa y
representación de los intereses atenienses en esa ciudad. Su identificación con los
intereses de la potencia hegemónica levantaba suspicacias entre sus compatriotas,
que los veían como instrumentos fieles del poder ateniense y de la opresión.
- Se impuso un control centralizado de la jurisdicción, es decir, a partir de ahora los
pleitos más importantes serían resueltos en tribunales atenieses, como aquellos
que implicaban a un proxenos, o las penas de muerte, exilio, etc.
- Se produjo una imposición de la moneda ateniense y de su sistema de pesos y
medidas, que se produjo hacia el 449/448 a.C. El decreto, o decretos (“Decreto
Monetario” y “Decreto de Clearco”) que se conserva en varias copias, impone, bajo
duras penas, la moneda ática y los pesos y medidas atenienses a todos los
miembros de la Liga. Ciertamente, la unificación decretada por Atenas evitaba los
inconvenientes derivados de la diversidad de sistemas utilizados por los distintos
miembros. De manera semejante, la imposición de la moneda ateniense facilitaba
la valoración de los productos bajo un único sistema y patrón monetario. Pero, una
vez más, esta imposición monetaria, que tantos ahorros económicos reportaba al
evitar la disparidad de los cambios monetarios, era valorada por los aliados como
una injerencia de la potencia dominante en la autonomía interna de los estados
aliados. Se consideraba una merma de la conciencia de comunidad concreta e
independiente, que encontraba en el uso de una moneda propia y distinta uno de
los elementos más poderosos de diferenciación y de distinción.
- Obligaciones religiosas comunes respecto a Atenea, sobre todo en los ritos
anuales de las Panateneas.
- Atenas disponía de otro medio eficaz para asegurar su dominio sobre el territorio
imperial: la implantación de ciudadanos atenienses en tierras aliadas confiscadas.
Este fenómeno es denominado con el término de cleruquía. Los clerucos instalados
fuera de la patria seguían siendo ciudadanos atenienses, aunque sus propiedades
estuviesen fuera del Ática. Las primeras cleruquías se remontan a mediados del
siglo V. Había casos, como el impuesto en Lesbos, donde los colonos asentados no
cultivaban directamente la tierra, sino que obtenían una renta de los lotes que les
habían correspondido. Era una manera de que los aliados sufragasen la presencia
de esa población ateniense, aunque este tipo de cleruquías no fue muy frecuente.
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En los años 30, Atenas habrá construido un arché que ha supuesto eliminar la autonomía militar de las poleis incorporadas: su autonomía judicial y financiera. Atenas, entonces, amparándose en la voracidad, ha llegado al punto en el cual hay una especie de choque inevitable: Atenas interfiere en los asuntos del ámbito de influencia de algunas ciudades de la alianza espartana (Corinto).
La década de los 40: la política ateniense y la reanudación del conflicto
con Esparta
La tregua de cinco años suscrita entre Atenas y Esparta en el 451 a.C. no llegó a
cumplirse. Ya en el 448 a.C., las dos rivales se verían implicadas indirectamente en Grecia
Central con ocasión de la Segunda Guerra Sagrada. Los espartanos intervinieron en ayuda de
Delfos, de cuyo territorio se habían apoderado los focidios. Cuando el ejército espartano
regresó a sus bases, los atenienses repusieron la influencia focidia en Delfos. Pese al cansancio,
Atenas reaccionaba porque no deseaba renunciar a su idea de contar con un área de influencia
en Grecia Central. Los acontecimientos no tardaron en precipitarse. Posiblemente durante el
inverno del 447/446 a.C., exiliados beocios y locrios, refugiados de Tebas, se apoderaron de
Órcomeno y Queronea. El ejército ateniense recuperó Queronea, pero fracasó en el encuentro
de Coronea. Casi al mismo tiempo, en el verano del 446 a.C. se sublevó Eubea y, mientras
Pericles conducía un ejército para reprimir el levantamiento, se enteró de que Megara también
se había revelado. Detrás estaba la mano de Esparta: la coordinación de los levantamientos, al
menos los de Beocia y Eubea, sugiere la existencia de un plan. Los atenienses hubieron de
evacuar Beocia; en Megara, sus tropas fueron diezmadas, y el rey espartano Plistoanacte
invadió el Ática; Pericles, que estaba reprimiendo la sublevación de Eubea, hubo de regresar a
casa. Pero los atenienses no desistieron de capturar Eubea: regresaron y la sometieron. Poco
después, se retiraron de la isla y concertaron con los lacedemonios y sus aliados un tratado de
paz por treinta años.
La paz de los Treinta Años contribuía a clarificar la situación en la medida en que se
reconocía la existencia de las dos ligas con un poder hegemónico de las potencias dominantes,
Esparta y Atenas, sobre sus respectivas áreas de influencia. No obstante, para Atenas supuso la
renuncia a su sueño de un dominio sobre Grecia Central y el verse desplazada por Corintio de
sus posesiones en el Golfo, excepción hecha de Naupacto.
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TEMA 14. LA DEMOCRACIA RADICAL DE
ATENAS
El ascenso al poder de Efialtes y Pericles
Efialtes y la “revolución del 462 a.C.”
El mantenimiento de la guerra contra Persia y el corolario (supresión de las revueltas
dentro de la Liga Délica) hizo que el poder de la marinería se incrementase de una manera
radical. Evidentemente, estos marineros y remeros, conscientes del papel que desempeñaban
en la vida pública, y sobre todo en la seguridad del nuevo estado que se estaba configurando
como arché, no sólo elegían más participación en general, sino que exigían más participación
en la vida política.
Sin embargo, Cimón y su grupo, se oponían a cualquier cambio en la Constitución, y
para soslayar el problema de darles esa participación, lo que hizo es intentar apartar a los
thêtes de la vida política, incrementando su bienestar material. Otro mecanismo, fue el
promover la concesión de parcelas en los asentamientos que iba conformando fuera del Ática,
de manera para desviar la atención, por otro lado. En buena medida, suponía enviar fuera del
Ática a los que empezaban a tener una posición violenta.
Las medidas fueron violentas, y el asedio de Tasos y los acontecimientos posteriores
en el empeño de Cimón de ayudar a Esparta, fueron aprovechados por la oposición radical
para imponerse paulatinamente en el seno de la Asamblea. En este sentido, Efialtes se
presentará como líder de los que pedían una revolución participativa en el elemento político.
Dirigió la ira de los radicales contra el Areópago, un problema no resuelto por Clístenes, seguía
detentando en el 462 a.C. una serie de poderes que evidentemente siempre se oponían a
cualquier intento de los sectores más bajos de ocupar un lugar en la vida pública. El triunfo,
pues, no fue algo fácil, pues se tuvo que aprovechar la marcha de Cimón con los hoplitas, que
al ser ciudadanos de pleno derecho, podían hacer uso de él, y por tanto, cambiar la votación
que le daría a Efialtes la victoria. Esto no invalidó las reformas, sino que provocó un año/dos
años de un conflicto abierto en la calle, y que culminaría con el asesinato de Efialtes por un
partidario de Cimón cuando éste se encontraba en el exilio.
Las leyes que Efialtes propuso, que se conocen por las consecuencias en años
posteriores. Lo que pretendían era transferir la mayoría de los poderes del Areópago, a la
boulé de los Quinientos, a la Ekklesia y a la heliaia, que no era un órgano nuevo, sino que había
sido creado por Solón, actuando como tribunal de justicia.
Cuando Cimón regresó del Peloponeso, fue acusado de filomacedonio y este
argumento decidió la balanza de la votación de la Asamblea. El triunfo de Efialtes en lo
personal, fue efímero por ser asesinado. A partir de ahora el Areópago quedaría para acusar
casos de homicidio, cuidar de los olivos sagrados de Atenas, además, supervisa su cuidado. Lo
que era revolucionario es que se transferían los cuerpos del Areópago a lo que nosotros
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llamaríamos “democráticos” y que sería el punto de inflexión, de ahí que se hable de
Revolución del 462 a.C.
Esta revolución suponía la adecuación política con el gran proceso de un siglo, cuanto
menos, que había transformado a Atenas de un poder terrestre, limitado, con influencia
pequeña, en un líder panjónico en un imperio marítimo. Era, por tanto, una adecuación
política con una social y económica, y que en la práctica era el salto de la Isonomía a la
democracia radical.
Para cualquier visitante, como Heródoto, que entonces tenía unos 30 años al llegar a
Atenas, víctima de la persecución a la que estaba sometido en Halicarnaso, una de las cosas
más valoradas es lo que nosotros denominamos LIBERTAD (Heródoto 5, 68).
Está claro que las experiencias de lucha contra los persas, y la conformación de esa
gran arché ha proporcionado a los atenienses, y ese sentimiento de ser copartícipes en las
decisiones, le ha reportado un sentimiento de confianza que se muestra en la misma voluntad
de innovar en la conducción de los asuntos públicos: se lanzan a una revolución que altera
todo lo que se había conocido hasta ahora en la vida política.
Orgullo y confianza que se manifestarán en la literatura que mantendrá los intereses
del estado. Los atenienses extenderán la idea de que son los auténticos griegos, y construirán
el mundo de las invasiones griegas, en la que el Ática quedó intacta, recibiendo movimientos
de población, dando luego el salto a la conquista de las islas jonias. Hay un elemento de
realidad en todo esto, pero ellos lo multiplicaron de una manera tal que les diera derecho a
controlar todo el mundo jonio.
El derecho igualitario a hablar (isegoria) es un elemento muy importante de la
autoconfianza. Estos ciudadanos constituían el dêmos ateniense, que puede ser polisémica:
Ya está en las formas del Lineal B (da-mo) que hacía alusión tanto a:
- Aldea.
- Miembros de esa comunidad.
En las reformas de Clístenes son las 170 unidades territoriales que, acumulándose, son
las tribus, base administrativa del nuevo entramado.
En cualquier caso, el desarrollo de la demokratia en su sentido radical, fue un devenir
práctico y no algo teórico. Aristóteles, en su Política da una lista de las regulaciones que debe
tener un régimen político para que sea considerado una democracia. Cuando construye los
materiales para elaborar la Política, son de procedencia muy diversa, pero cuando habla de
democracia esencialmente tiene en la cabeza el modelo ateniense.
Un régimen democrático debe establecer una serie de precauciones para evitar el
engrandecimiento de las magistraturas:
- Debe ser elegido por el dêmos.
- Si para un cargo muy concreto fuese necesario pertenecer a una cualificación
propietaria, ésta debe ser la más baja posible.
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- La elección debe ser hecha por sorteo a no ser que se exija una cualificación
técnica muy concreta.
- El período de ocupación de cualquier oficio debe ser breve (más de 1 año, pero
nunca 2 años sucesivos), y la relación debe estar muy limitada. Esto, según él, vale
para todos los cargos excepto para los militares, pues aquí la experiencia
acumulada no debe ser desestimada.
Estas normas van seguidas de otras que aseguren la supremacía del pueblo, tanto en
los tribunales de justicia, como en la Asamblea:
- Todos los negocios judiciales deben ser tratados por una mayoría ciudadana.
- Por un cuerpo elegido, cuanto menos, de entre todos. La heliaia era todo el
conjunto de los que eran elegidos para ser jurados un año ante los 6.000.
- Una democracia debe asegurar que la soberanía última de todos los negocios se
reserve para la Ekklesía, una reunión de todos.
Ninguna reclamación de privilegio podrá ser exigida en función del nacimiento de la
riqueza o del nivel cultural de un individuo. Aristóteles es, en este sentido, un hombre muy
avanzado; Platón, un oligarca para el que la democracia era un mal no necesario, decía que
perpetuaba a los ignorantes y a los deseosos de venganza social ante el estado. Aunque su
descripción se corresponde con lo que vivió en el siglo IV en esencia era la misma cuando en el
431 a.C. estalló la Guerra del Peloponeso o cuando murió Pericles en el 429 a.C.
Instituciones y funcionamiento de la democracia ateniense
Nosotros no conocemos el decreto que Efialtes presentó a la Asamblea, pero sí lo que
ocasionó. En este intermedio ha habido cosas que se han desarrollado de una manera tan
definida que es lo que nos permite definir las características de la democracia radical:
Desarrollo de los Dikastéria y el pago del Misthós
El desarrollo de las cortes populares, que parten de la heliaia que originan la
dikastería. Cuando Aristófanes escribe “Las Avispas” serían esos ciudadanos que van
picoteando las conciencias y que recuerdan a los ciudadanos que no hacen lo que deben; nos
cuentan el funcionamiento de estos tribunales de justicia.
Si introduce el pago para los dikastas y cualquier oficio desempeñado para la
comunidad. Este pago se denomina el misthos. La gente, al proponerlo, no lo haría de buena
gana si no se pagaba. El misthos no pretendía alejar a los pobres, sino recompensarlos por esta
función, porque si no, sólo se interesarían los ricos.
Se establece una estricta limitación de la competencia entre los magistrados y el
establecimiento de control de las actividades públicas. Cada magistrado, cuando terminaba su
año, era sometido a una autoría, y cuando había corrupción se le mandaba con los dikastas.
A finales del siglo VI solamente había un tribunal popular, creado por Solón: la heliaia.
Cuando Aristófanes escribe “Las Avispas” había al menos cinco tribunales, y además se sortean
y se eligen constantemente de entre ellos a los miembros de cada uno de los jurados. Sin
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duda, fue el incremento de los casos a juzgar lo que forzó el que se tuvieran que establecer
cortes de 200, y excepcionalmente 6.000; durante 300 días al año, como dice Aristófanes,
había juicios. Este incremento sólo fue porque se transfirió a estos tribunales el juzgar
cualquier tipo de falta, sino que constantemente, a Atenas llegaban barcos para que los casos
fueran juzgados. La introducción del misthos era especialmente importante en el caso de los
miembros de la dikastería; incluso Atenas llegó a incentivar el que la gente asistiese a la
Asamblea mediante el pago de un misthos especial.
Los tribunales de justicia funcionaban como una corte inapelable, en la medida en que
si alguien era condenado a muerte, esto era inapelable.
Magistraturas rotativas y sorteables
La mayoría de las decisiones se tomaban en conjunto. Incluso, una persona inepta o
reacia a ocupar este cargo, podía hacerlo. Lo más que podía ocurrir es que él tuviera que
tomar una decisión, pero luego, ésta debía ser refrendada por la boulé u otra institución. Los
magistrados, entonces, tenían pocas posibilidades de actuar de forma individual y caprichosa.
Si lo hacían y se dejaban vender, son juzgados al final de su mandato, puesto que se auditan
todas las actuaciones, y es la Asamblea, por consejo de los tribunales, la que establece la pena.
Claramente, esta situación de “venderse” podía ocurrir, pero hay que tener en cuenta
que esto era muy difícil, pues no se tenía conciencia ni de ocupar el cargo ni de los asuntos
hasta el día previo a ello.
A pesar de la universalidad de las magistraturas, hay que destacar la diferencia entre
prejuicio y ley. Los más pobres se automarginaron de los cargos más altos, es decir, no se
presentaban como voluntarios y no aparecen en los listados hasta el final de la Guerra del
Peloponeso.
Importancia de la Ekklesía y la Boulé
El elemento central, la Ekklesía, con un papel restringido en la Época Arcaica, iba a
estar abierta a varones de 18 años (20 años en la práctica) con plenitud de derechos y
condiciones físicas. Se reunía una vez a la semana, y las limitaciones a su soberanía que la
había puesto el Areópago hasta el 462 a.C. e incluso después, fueron abolidas por Efialtes y sus
colaboradores. En la práctica, la única limitación de autoridad eran los decretos que de la
propia Ekklesía promulgaba.
Como recordará Demóstenes, se tenía derecho a hacer lo que placiese, y todas las
partes de la politeia (estado) le están sometidas. Algún autor ha llegado a hablar de la “tiranía
del dêmos”. Para Aristóteles, dentro de las características antes mencionadas, era evidente
que un rasgo esencial de la democracia es que la asamblea decidiese las cosas importantes.
Correspondía a la Ekklesía el hacer cualquier tipo de alianza, aprobar las leyes,
cualquier imposición de una pena de muerte (no se puede revocar, pero se da el visto bueno),
poner exilio y confiscación en cualquiera de sus formas (el ostracismo exigía un número
ponderado de participantes); también elegir a los magistrados y a auditar sus actuaciones. La
asamblea se reunía en el pnyx, donde cabían 6.000 y como máximo 8.000 y jamás se planteó
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una ampliación: aunque hubiera 30.000 personas capaces de estar en la Asamblea, jamás se
dio el caso.
Algunas funciones genéricas estuvieron en Atenas adjudicadas a los dikastas, pero no
había contradicción alguna: los tribunales eran una extensión de la Asamblea.
La Boulé o Consejo de los Quinientos reemplazó en el 462 a.C. al Areópago como
principal consejo. Hay un enorme debate sobre cuándo se estableció. Se cree que fue
establecida por Clístenes y que tuvo funciones de auxilio a la asamblea al 462 a.C.; por otro
lado hay quien cree que fue creada por Solón. En cualquier caso, cuando vemos su actuación
plena es a partir del 462 a.C.
Pueden formar parte de este consejo todos los ciudadanos varones del Ática que
hayan cumplido los 30 años, y sus individuos eran elegidos (50 por cada tribu) dada su
población, siempre proporcional. El hecho de que a la Boulé se le aplicara el principio de
sorteo, hacía que fuera una corte representativa de toda Atenas. Este mismo principio se
adjudicaba a los printanei, a los miembros de la Boulé: cada tribu ocupaba la presidencia, y
cada día, un individuo (varió según épocas y criterios). Las funciones de la Boulé son:
- Prepara las sesiones de la Asamblea, presentando los asuntos a tratar.
- Asegurar que se cumplan las resoluciones de la Asamblea.
- Controlar la actuación de los magistrados.
- Coordinar los distintos departamentos administrativos.
- Controla las relaciones exteriores.
La Ekklesía era la instancia suprema, y la Boulé era la que ejecutaba en la práctica las
decisiones de la Ekklesía y la que preparaba las decisiones de la misma previamente. Eran,
entonces, el órgano que hacía práctico el funcionamiento de la Asamblea.
Nunca hubo contradicción entre la decisión de la Ekklesía y la ejecución de la Boulé ni tampoco en la preparación de la Boulé para la Ekklesía. Lo que es cierto, es que si algo no estaba en el orden del día, no podía ser tratado. Fueron órganos complementarios.
La strateguía
La strateguía, compuesta por un individuo de cada tribu, tenían una posición
especialmente vigilada (cada derrota era medida y controlada, y lo que el dêmos quería, era
juzgado). Los strategoi, incluso, podían ocupar su cargo durante 45 años seguidos. Pericles, en
su condición de estratego, fue el más famoso desde los años 60 a los 30, cuya moralidad servía
para que cualquier opinión suya fuese aceptada; era insobornable, puesto que no quiso pedirle
ese favor al dêmos. El prestigio le vino dado, puesto que ocupó la strateguía durante 30 años;
cuando las cosas fueron mal, no volvió a ser elegido, y fue castigado, por no cumplir los
“caprichos del dêmos”1.
1 Jenofonte
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TEMA 15. LA GUERRA DEL PELOPONESO
Los atenienses, con Pericles a la cabeza, que sabía que el progreso era lo más
importante, sabían que el equilibrio se vendría abajo si el modus vivendi de Atenas se viera
alterado. A partir del rechazo de esas embajadas que llegaron en el 432/431 a.C., era evidente
que la guerra sólo era cuestión de táctica, pues se trataba de dos coaliciones profundamente
heterogéneas:
- Esparta seguía representando el combate a pie, de tortura en la práctica. Durante
mucho tiempo, lo que se intentaba era demostrar la superioridad de una polis
freten a otra, hasta el punto que cuando un conflicto no tenía solución, se llegaba
a coger a un guerrero de una polis frente a otro, y el que vencía era el que daba la
victoria a su ciudad.
- Atenas fue la baza que jugó Temístocles, y había reforzado su flota, que dominaba
el Mediterráneo y que controlaba el comercio de Sicilia a Chipre y hasta los
extremos más alejados de la península de Crimea. Esto llevo a que la primera parte
de la guerra en el 431 a.C., fuera una guerra de desgaste, en la que cada primavera
los espartanos se desplazaran hasta el Ática, destruían las cosechas de trigo, etc. y,
simultáneamente la flota ateniense, se dedicaba a atacar los intereses de los
espartanos y sus aliados.
La guerra Arquidámica (en recuerdo al rey Arquidamos, espartano, que durante 10
años se dedicó a saquear el territorio del Ática) es la primera parte de la guerra del Peloponeso
que se extiende desde el 431/421 a.C. Se trato de anexionar los intereses del contrario, pues
para los atenienses, el ver invadido el Ática era un gran dolor. En la vieja mentalidad, lo que
había definido al ciudadano era su cuerpo, junto con su tierra. De la misma manera, Atenas
intentó ir ocupando la flota de los espartanos.
Los espartanos y su coalición ocuparon Anfípolis, cuyo control por Atenas provocó la
revuelta de Tasos. En estas incursiones, Atenas ocupó Pilos, la capital de la antigua Mesenia.
Esta toma era tremendamente problemática para los espartanos, y en esta guerra de desgaste,
Atenas había previsto por ocupación de esta ciudad el levantar a los hilotas para convertirlos
de nuevo en este enemigo interno.
Además de la guerra de desgaste, el año 431/430 a.C. y debido a la insalubridad que
ocupó la Península, en estos diez años, cada vez que llegaba el verano, se provocaba una peste
(no había buenas aguas). Hubo una profunda crisis demográfica en Atenas, y se calcula la
muerte del 30% de la población ateniense, gran pérdida que no se recuperó hasta el siglo
siguiente.
Fue una profunda guerra de desgaste en la cual influyó esta enfermedad, la cual fue
aprovechada por muchas de las aliadas de Atenas para levantarse constantemente. Mitilene,
por ejemplo, fue azuzada a levantarse contra Atenas por la misma propaganda espartana, que
se anunciaba como liberadora de los griegos.
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En el año 421 a.C. y como consecuencia del desgaste, se firmo una paz para cincuenta
años, que no fue muy eficaz. La Paz de Nicias puso fin a los diez primeros años de esta guerra
en unas condiciones que en la práctica significaron la victoria ateniense, puesto que a pesar de
haberse proclamado Esparta como liberadora de los griegos, se reconocía por parte de Esparta
el imperio marítimo ateniense. Esparta ganaba tranquilidad, evitando la revuelta de los hilotas.
La paz fue una paz armada, es decir, se enfrentaron por medio de terceros, hubo
conflictos constantes, se peleaba en los estrechos… Su fracaso se debió a que Atenas seguía
con su misma forma de hacer las cosas, e incluso se proponía aumentar su ferocidad para
ampliar los límites de su imperio.
Se organizará una gran expedición a Sicilia, dirigida por Alcibíades2. Éste no tenía la
más remota idea de cómo organizar una expedición de 200 barcos con la intendencia que ello
implicaba. No contaron con que Esparta aprovecharía este conflicto para declarar de nuevo la
guerra a los atenienses.
El conflicto que se inicia ahora en los años 415/414 a.C., abrirá dimensiones
desconocidas:
- En la desembocadura de un río de Sicilia, los atenienses sufrieron su mayor
derrota: la mitad de su flota útil pudo ser destrozada. Persia, que hace mucho
tiempo que se ha mantenido al margen de los asuntos griegos, ha considerado que
un capítulo de estos años en los que Atenas incumplió los tratados de la paz de
Calias, empieza a intervenir en los asuntos griegos. Colabora con Esparta y
proporciona flota a los espartanos: Esparta comienza a estar en condiciones para
combatir con Atenas en el mar.
Más dificultades para Atenas en el ámbito exterior, provoca cada vez mayores
revueltas en el interior de su propia alianza. Encuentra cómo ciudades de su arché, ciudades
de Jonia, están firmando acuerdos con Esparta. Ésta, para ganarse el apoyo de Persia, ha
prometido con ésta que las ciudades de Jonia volverían estar bajo su posesión.
Esta situación provocará un gran conflicto cuando nos aproximamos al final de la
guerra. En todo caso, Atenas no sólo tiene dos frentes: el espartano-persa, sino que se pierde
la armonía civil. La aristocracia y los comerciantes, y la difícil armonía entre los extremos
(thêtes), se rompió cuando la guerra interrumpió los cauces de beneficio sobre todo de los dos
primeros sectores. En época de guerra, los thêtes todavía tenían algo que ganar; los artesanos
y comerciantes veían cómo su actividad se venía abajo, como los mercados se
desestructuraban y como las flotas que transportaban sus mercancías se destruía.
El tremendo conflicto, finaliza en términos de guerra civil.
2 Es de especial mención la obra de una académica de la historia francesa sobre éste personaje. Demagogo que engaña a los personajes, pero que detrás no tiene nada; un “niño bien” que dedicaba las noches de fiesta a ir destruyendo los Hermes casa por casa; se disfraza de mujer para entrar en las fiestas de Eleusis…
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- En el 411 se produce una revolución oligárquica que es atajada pronto, apenas
violenta y lo que se hace es establecer normas, abolir la boulé de los Quinientos y
sustituirla por una de los 400, etc.
- En el 405, cuando los atenienses son derrotados, el descontento provocaría que la
derrota fue tal que Atenas se vio obligada a rendirse incondicionalmente.
Tucídides ha dejado de escribir para esta época, se piensa que murió a partir del
412/410 a.C., es sustituido por el relato de Jenofonte, muy oligarca. En Atenas
cuando el desánimo y el ánimo de venganza de los que se habían sentido
oprimidos: los oligarcas. Debe entregar toda su flota excepto 12 barcos, es
obligada a destruir los muros largos y además, a seguir a Esparta allá donde
Esparta vaya: a incorporarse a la Liga del Peloponeso.
- En el 404, los oligarcas establecen un régimen que se llamó el régimen de los
Treinta Tiranos, oligarcas absolutamente contrarios a la democracia (el más
importante fue Critias); éstos, aunque se escandalizan del régimen, sabían que la
lista de acusaciones no se hacía pública, sino que simplemente se le acusaba. La
situación se vuelve tan insufrible que todos los líderes demócratas que no se
fueron, se les ejecutó “por la furia de los tiranos”.
- Para el verano del 403, la situación se hizo tan insoportable que hubo una revuelta
de moderados, que terminaron por expulsar a los Treinta Tiranos, y llegaron a un
acuerdo por el cual, la democracia, aunque en formas moderadas, fuera
restaurada.
Atenas se enfrentó ahora a una tremenda crisis de la cual, en la práctica, le costará
salir y no podrá nunca recuperar su grandeza. Hay que decir que a nivel político, la democracia
moderada-restaurada iba a ser considerada la forma de gobierno de Atenas en un futuro.
Las consecuencias de la guerra del Peloponeso, podemos decir que es todo lo que iba a
vivir el siglo IV hasta la época de Alejandro:
- El sistema de la polis no volverá a ser restaurado. A partir de ahora, el sistema
imperial y las alternativas de los aliados de Esparta supondrán una lucha
alternante entre Tebas, Esparta, Atenas y Corinto por buscar hegemonías.
- Alternativamente, Atenas va a conseguir en el 377 a.C. un segundo imperio, pero
cuando firman este acuerdo, las poleis marcan muy bien estas condiciones.
- Persia va a seguir jugando durante los siguientes 70 años con los destinos de
Grecia: apoyará a Esparta, a Atenas, a Tebas, de nuevo a Esparta.
La polis entra en una decadencia, que provocará que ésta sea muy distinta a finales del siglo IV. La situación será tal, que ahora se vivirá en el mundo griego un debate de si la polis debe ser superada por otras formas de poder. Macedonia se irá inmiscuyendo en Atenas, y le conferirá un sentido común: Filipo II es asesinado y le sucede Alejandro Magno, que conquistará a los griegos, historia que debe ser entendida diferente a todo lo que se ha visto hasta ahora.
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TEMA 16: LA CRISIS DE LA POLIS Y LA LUCHA
POR LA HEGEMONIA
Consideraciones generales
Del año 404 al 360/50 se produce la decadencia de la polis y la pérdida de su
independencia. En estos años se produce la mediación persa y el sistema de hegemonías y la
progresiva imposición macedonia.
Esta decadencia se produjo puesto que la polis no daba respuesta a una sociedad que
salía de un Imperio y una guerra. La Liga Ática unida a la derivación imperialista superó el
esquema autárquico y el desarrollo de la esclavitud.
El triunfo espartano, provoco la corta expansión de las poleis democráticas y
esclavistas, así como la duración de la hegemonía, permitía transformar sus estructuras
(aunque no sucede)
Todo esto condujo a una crisis económica, social, política, religiosa y cultural.
Actualmente está cuestionada, puesto que el siglo IV no es un periodo continuado de crisis
total de la polis, pero si que existe una complejidad de permanencias y evoluciones. En este
periodo se produjeron guerras (con el desarrollo del mercenario, pero en su mayoría
barbaros), una stasis ni general ni permanente, ni crisis del sistema democrático. Además no
es demostrable (al menos en Atenas) la polaridad entre ricos y pobres.
“El siglo IV es una época de debilidades y problemas, pero sobre todo, de riqueza e
innovaciones políticas como la paz general, las alianzas multilaterales o el avance del
federalismo, innovaciones militares como los progresos de infantería ligera o el evolucionado
ejercito beocio, innovaciones económicas con el desarrollo de la banca y de los prestamos
marítimos, la reflexión económica… y por encima de cualquier otra consideración, una era de
esplendor cultural… Se multiplican y proliferan las escuelas de filosofía y retórica…”
FUENTES PRINCIPALES
- Jenofonte, Helénicas: del 411 al 362, filolaconio.
- Éforo de Cumas. Fragmentos. Defiende el panhelenismo.
- Helénicas de Oxirrinco, autor anónimo, narra desde el 410 hasta el 407 y 396-395,
con la descripción de la Guerra de Corinto y de la Confederación beocia (antes de
la Paz del Rey).
- Aristófanes, retrata la Atenas de principios del IV.
- Dioro Siculo, retrato completo del siglo IV, y recoge datos de Éforo y de historias
.locales.
- Plutarco, vitae de Lisandro, Agesilao, Artajerjes.
- Filósofos: Platón y Aristóteles (democracia ateniense del IV).
- Arqueología, epigrafía y numismática.
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El imperialismo espartano
“Después de esto (la rendición de Atenas), Lisandro desembarco en el Pireo, los exiliados
regresaron y derribaron los muros al son de las flautas y con mucho entusiasmo, pensando que
aquel día comenzaba la libertad para Grecia…”
El nuevo imperialismo espartano (ahora más duro), estaba basado en:
- Contribución anual para el mantenimiento de la flota.
- Regímenes políticos filolaconios (decarquias u oligarquías).
- Guarniciones espartanas bajo el mando de Hasmostes.
Este imperialismo además tenía el predominio de Lisandro, Atenas era respetada y había
disputas por el botín, Pero en el año 403 se producen disensiones en Esparta y se impone
Pausanias, que tras la toma de Eleusis en el 401 impone la democracia en Atenas. La oposición
a Esparta junto con el apoyo persa provoca la Guerra de Corinto.
En cuanto al terreno persa con la muerte de Darío II se produce el enfrentamiento entre
Artajerjes II y Ciro el Joven (con apoyo espatano). En la batalla de Cunaxa, Ciro muere, por lo
que Esparta comienza a ser enemigo persa.
La imposición de tributos en la poleis asiáticas, produce la apelación a Esparta, que acuden
en su ayuda. Además comienza la diplomacia persa en Grecia, creando un ambiente
antiespartano, con el objetivo de hacer regresar a Agesilao.
Guerra de Corinto y mediación persa: Paz del Rey (386)
Guerra de Corinto
Se produce el enfrentamiento de la Focide junto con Esparta, contra la Lócride junto
con Boecia y Atenas. Tras la derrotada espartana en Haliarto, se unen a sus enemigos Corinto,
Argos, un consejo de aliados de Corinto, Eubea, Leúcade, Aarcanania, Ambracia y los calcidios
de Tracia.
Los enfrentamientos no fueron definitivos, y tras 393, se produce una guerra de
desgaste. El territorio Corinto fue el principal escenario de guerra por la presencia de Argos y
Corinto. Este conflicto supuso la recuperación naval ateniense, con la unión de Esparta y
Persia, junto con Siracusa. De esta manera Helesponto, que había sido recuperado por Atenas,
es amenazado. Beocia por su parte, consumidos sus recursos financieros. De este modo se
produce la Paz del Rey o Paz de Antálcidas.
“Artajerjes, el Gran Rey, considera justo que las ciudades de Asia Menor le pertenecen a él, y de
las islas Clazomenes y Chipre. En cuanto a las demás ciudades griegas, grandes y pequeñas,
han de ser autónomas, con excepción de Lemmos, Imbros y Esciros, las cuales como en tiempos
antiguos han de pertenecer a los atenienses. Pero aquel que no acepte esta paz le haré la
guerra, con los aliados, por tierra y por mar, con movilización de barcos y de dinero”
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La paz del Rey fue el punto culminante de la influencia persa en Grecia, puesto que
supone el abandono de las ciudades griegas de Asia (menos de Lemos, Imbros y Esciros) y la
disolución de las ligas y alianzas (Confederación beocia y Argos + Corinto)
Según la Paz del Rey, Esparta seria la protectora de la paz, lo que conllevaba la
hegemonía en Grecia continental e islas, con la imposición de sistemas oligárquicos y combate
alianzas entre poleis:
“Como los sucesos eran favorables a los lacedemonios, pues los tebanos y los demás beocios
estaban completamente a su merced, los corintos se habían vuelto los más fieles, los argivo
estaban humillados…los atenienses se encontraban solos y los aliados hostiles habían sido
castigados, les precio que el imperio era muy sólido y seguro”
A pesar de esto, Esparta no puede impedir la reorganización de la liga beocia y Ática
tras el 378. La formación de esta liga provoca el declive del imperialismo espartano.
La lucha por la hegemonía
Segunda liga ateniense
Tras la paz del rey, Atenas acoge a demócratas expulsados y establece alianzas
bilaterales con Quios, Tebas, Rodas…
Según el secreto de Aristóteles del año 377 se establecía:
- Alianza defensiva contra Esparta.
- Abierta a todos (menos poleis sometidas a Persia).
- Garantías atenienses de respetar la libertad y la autonomía.
Sin guarniciones en territorio aliado.
Sin phoros ni magistrados atenienses.
Sin apropiación de tierras.
- Un órgano centra en Atenas, el snydrion.
- Atenas es la hegemónica, con la dirección del ejército.
En los años 378-371, se produce las luchas con Esparta, y se firma la paz en el 371,
aunque Tebas no la firma.
La confederación Beocia y su hegemonía
En los años 70 se produce la refundación de la confederación beocia. Del 447 al 386, se
crea un estado federal con un sistema oligárquico, siendo Tebas la capital federal. Era aliada de
Esparta en la Guerra del Peloponeso, y tras la guerra se produjo el descontento beocio por el
respeto a Atenas y el reparto del botín. El descontento Beocia viene ocasionado por la acogida
de exiliados atenienses, puesto que no participa en expediciones espartanas y se alía con
Atenas, Argos y Corinto. La paz del Rey provoca la disolución del Estado federal beocio.
En el año 382 datamos la toma espartana la Cadmea con la implantación de un
régimen filolaconio. En el año 379 los conjurados tebanos toman la Acrópolis y expulsan a la
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guarnición espartana, refundando el estado federal. Se impone un sistema democrático con
una asamblea federal y se crea la “Banda Sagrada” y se innova en tácticas militares gracias a
Epaminondas y Pelópidas.
Esparta decide atacar a Tebas sin resultados positivos puesto que somete a Beocia.
Tras el 376, los beocios toman la iniciativa y en el 371 salen de la 2ª Liga. En la Batalla de
Leuctra (371) se enfrentan Tebas y Esparta, que finaliza con la derrotada espartana y el fin de
su hegemonía. Con esta victoria se consigue el control tebano de la Grecia Continental, con las
alianzas de Fócide, ambas Lócreide, Etolia, Acarnania y Eubea.
En el año 370 Epaminondas lleva la guerra al Peloponeso, con la independencia y
reconstrucción política de Mesenia. Entre los años 371-362 Tebas se convierte en hegemónica,
y mantiene relaciones con Persia, al tiempo que Atenas las mantiene con Esparta. De este
modo Epaminondas invade el Peloponeso y se produce la batalla de Mantinea en el 362, que
tiene como consecuencia la muerte del mismo y el inicio del fin de hegemonía tebana.
La liga del Peloponeso
La liga, acosada decide recluirse en la península del Peloponeso, y tras Leuctra y la
pérdida de mesenia se impone la hegemonía beocia, un rival de la Liga Ática.
Guerra social o de los Aliados
En el año 357 se produce la rebelión de Quios, Rodas, Cos y Bizancio. Los motivos
radican en e intento ateniense de monopolizar la segunda Liga. Actualmente estos motivos
han sido cuestionados puesto que Atenas cumple el decreto de Aristóteles:
- No adquirió bienes muebles en territorio aliado
- No estableció cleruquias ( Sesto, Samos y Potidea no eran de la Liga)
- No acrecentó sus poderes a expensas del synedrion.
Las defecciones están provocadas por Beocia (Eubea, Arcanania y Oropo), Mausolo
(Quios y Bizancio) y Macedonia (Anfipolis, Pidna, Potidea). En el 355 hay una amenaza de
intervención persa, por lo que Atenas acepta la paz y reconoce a la independencia de los
aliados.
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TEMA 17: MACEDONIA Y LA PÉRDIDA DE LA
INDEPENDENCIA GRIEGA
Introducción. Macedonia antes de la llegada al poder de Filipo II
En los año 360-354 llega Filipo II al trono, por lo que se abre una nueva etapa en la
historia de Macedonia y en las poleis de la Hélade. Los macedonios tenían unas costumbres y
una organización política diferentes a las poleis, por lo que eran considerados barbaros. Es
más, se piensa incluso que el macedonio es un dialecto griego. Sabemos que en la primera
mitad del siglo V con Alejandro I compiten en los juegos olímpicos, para le legitimación de su
estirpe como griegos.
Macedonia estaba formada por tres grandes reinos:
- Alta Macedonia, el núcleo originario.
- Baja Macedonia, ocupada en el transito del siglo VIII al VII.
- Migdamia, territorios conquistados entre Axios y Estrimon.
El sistema político estaba basado en una monarquía de rasgos arcaicos con querellas
dinásticas y dinastías locales, príncipes de la Alta Macedonia.
Amintas II establece una alianza con Persia, para obtener ventajas, como la protección
frente a tracios y peonios. Con Alejandro I, Perdicas II y Arquelo hacen el reino más fuerte de la
región. La política de helenización estaba basa en:
- Capital en Pella, un centro cultural religioso griego.
- Fiestas en honor a Zeus.
- Red de caminos y fortificaciones.
Con Tarquelao se suceden los años de confusión y anarquía, lo que lleva a una crisis
dinástica y la intervención de poderes exteriores.
La llegada al poder de Filipo II y el inicio de la expansión
En el 380-359 Filipo necesita unificar y consolidar el reino, pero tiene ciertos
problemas como:
- Iliricos ocupan parte de la Alta Macedonia
- Incursiones y saqueos de los peonios
- Tracios ambicionan la Migdonia
- Atenas quiere recuperar Anfipolis
- Calcidios aspiran a la Macedonia Oriental
Además existen nuevos pretendientes para el trono, las noblezas locales, los cuadros
administrativos del reino. Para unificar el reino somete el territorio peonio y expulso a los
ilirios. En el ámbito diplomático establece amistad con tracios, una alianza con Atenas y el
matrimonio de Olimpia de Épiro
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La intervención en los asuntos griegos
Resueltos los problemas internos, Filipo se encontraba en condiciones para intervenir
en Grecia. Con la toma de Anfípolis y Pidna en el 357 inicia la expulsión de Atenas del norte del
Egeo.
La Tercera Guerra Sagrada (357-346), da pie a la intervención de Filipo en Grecia:
- Delfos en Fócide, pero administrado por una anfictionía
- Tras Leuctra, Fócide bajo hegemonía tebana, de la que desea liberarse
- Superioridad tebana en la anfictonia, impones multas a:
Esparta por la toma de Cadmea
Fócide por aprovechamiento sacrilegio de las tierras del templo
- Fócide no paga y ocupa Delfos, una declaración de guerra.
Fócide junto con Atenas y Esparta frente a Tebas, Locride y Tesalia, esta última es
atacada en el 354, por lo que pide ayuda a Filipo. El macedonio derrota a los focidios, y se hace
el jefe de la confederación tesalia.
Filipo actúa en la Propóntide, unos territorios vitales para Atenas. En el 349 Olinto es
atacada, y pide ayuda a Atenas, al tiempo que se produce la sublevación en Eubea, a instancias
de Macedonia. Atenas decide actuar primero en Eubea puesto que era el peligro más cercano
y es derrotada, pero cuando llega la ayuda a Olinto ya está en manos de Filipo.
En el 346 se firma la paz de Filócrates que respeta el estatus quo existente. De esta
manera:
- Atenas renuncia a Anfípolis
- Sus aliadas focenses y tracios quedan fuera de la protección del tratado
- Atenas y su 2ª Liga son aliados pertuosos de Macedonia.
Sometimiento de Grecia: Queronea y congreso de Corinto
Entre el 346-340 se produce el deterioro de las relaciones entre Atenas y Filipo.
Además en el interior de Atenas hay dos tendencias:
Esquines e Isócrates Demóstenes
Filipo podía conciliar a los griegos Política beligerante
Unirlos: guerra panhelénica vs Persa Alianza panhelénica vs Filipo (GANA)
En el 338 se produce la batalla de Queronea, en la cual Filipo vence a la coalición griega.
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El Congreso de Corinto (337) tenía el objetivo de garantiza la paz general y crear una
alianza panhelénica vs Persia. Sus clausulas eran:
- Compromiso de no combatir entre si ni contra Filipo, representaba el respeto por
la libertad y la autonomía de la polis griega
- Synedon, el órgano político común
- Macedonia, es el hegemon, director de la guerra contra Persa
- Filipo II, es el strategos autokrator, un general plenipotenciario, que dominaba el
órgano político común.
Tras el congreso se establecen guarniciones macedonias en Tebas, Corinto, Cálcide y
Ambracia. El congreso de Corinto supone el fin de la poleis como organismo autónomo y
soberano. En el año 336 comienza la guerra contra los persas, en el momento en el que muere
Artajerjes y se establece en Persia una anarquía (momento perfecto). Esta guerra se inicia por:
- Expedición de venganza, destrucción de templos griegos por Jerjes.
- Objetivo: liberar las ciudades jonias del yugo persa.
Pero en el 336 muere Filipo y es necesario aplazar la guerra macedonia en Asia.
La muerte de Filipo II y el ascenso al poder de A. Magno
Filipo se casa con Cleopatra, la sobrina de Atalo un aristócrata influyente, cuyo
objetivo era asegurar la sucesión dinástica. Tras este enlace Olimpia se refugia en Épiro
(ruptura inoportuna). Cleopatra, la hija de Filipo se casa con Alejandro de Épiro, que cuando
Filipo es asesinado persigue a los cómplices para desembarazarse de los rivales. La muerte de
Filipo llama al intento de independencia de Grecia, en la revuelta de Tebas. Alejandro se hace
reconocer por: la Confederación tesalia, la anfictonia de Delfos y la Liga de Corinto. Con
Alejandro llega el fin de la polis y el comienzo de la Grecia unificada. En el 334 Alejandro pasa a
Asia y comienza el MUNDO HELENISTICO.
Tebas tratada con dureza
•Muerte a lideres antimacedonios
•Pago de rescate por cautivos
•Guarnición macedonia
•Regimen oligarquico
Atenas con benevolencia
•Prisioneros liberados sin rescate
•Cadaveres escoltados a Atenas
•Conserva regimen democratico
•Disolucion de la 1ª Liga
•Sumarse a alianza griega con Filipo
•Cleruquias de Lemos, Imbros, Esciros y Samos
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DEFINICIONES
- Apoikia: se podría traducir como “casa lejos de casa”. Lo utilizaban los griegos para
denominar los establecimientos en forma de colonias que establecieron por las costas
del Mar Mediterráneo y del Mar Negro, sobre todo durante el proceso de colonización
a partir de mediados del siglo VIII a.C. Estas apoikias eran centros de comercio, que
desde sus inicios fueron totalmente independientes, como nuevas poleis que
mantenían una serie de vínculos con las poleis de Grecia.
- Areté: (en griego αρετή) es uno de los conceptos cruciales de la Antigua Grecia; sin
embargo, resulta difícil precisar con exactitud su sentido. En su forma más elemental,
la areté es la "excelencia"; la raíz etimológica del término es la misma que la de
αριστος (aristós, 'mejor'), que designa el cumplimiento acabado del propósito o
función. Es un concepto vago que implica un conjunto de cualidades cívicas, morales e
intelectuales.
- Chora: En la Antigua Grecia, la chora (chôra) designaba el territorio de la polis. Esta se
componía de la propia ciudad (asty) y de la chora. No obstante, los dos términos no se
oponían como en el caso de ciudad y campo de nuestros días. la chora no estaba
sometida a la ciudad; era complementaria: los que vivían en la ciudad lo hacía a
menudo de sus tierras en la chora, e inversamente, mucha gente poderosa habitaba
en la chora.
- Eisphora: (en griego antiguo ἰσφορά), era un impuesto excepcional sobre el capital
recaudado por una polis para hacer frente a los gastos inherentes a una guerra.
- Gene/Genos: (en griego antiguo γένος, en plural gene, γένη, 'clan') es un término de la
antigua Grecia para pequeños grupos parentales que se identificaban a ellos mismos
como una unidad. La mayoría de los gene parecen haber estado compuestos de
familias nobles. Heródoto usa el término para denotar a las familias nobles —y gran
parte de la antigua política griega parece haber estado envuelta en peleas entre gene.
Los gene están mejor atestiguados en Atenas, donde autores desde Heródoto a
Aristóteles se ocuparon de ellos.
Historiadores modernos han postulado que esos gene habrían sido el grupo
organizativo básico de las tribus dóricas y jónicas que se asentaron en Grecia durante
la Edad Oscura, pero los especialistas más recientes han llegado a la conclusión de que
los gene surgieron más tarde cuando algunas familias reclamaron el derecho a un
linaje noble. Con el tiempo, algunos, pero no necesariamente todos los gene, llegaron
a estar relacionados con funciones sacerdotales hereditarias, como los Cérices y los
Eumólpidas en Eleusis.
- Hoples: es el escudo de los hoplitas, fundamento de la formación hoplítica, ya que era
un elemento de protección tanto para el portador del escudo como el de su
compañero de al lado.
- Polis: (griego: πόλις, romanización: Pólis). Polis se denominaba a la ciudad y al
territorio que ella reclamaba para sí. Tenían un gran nivel de autocracia, si bien no del
todo, lo que les garantizaba libertad, autonomía política y económica. No existía
oposición entre lo urbano y lo rural, ni existían relaciones de dependencia; muchos
residentes urbanos vivían de las rentas del campo, al igual que la gran mayoría de los
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aristócratas. El centro político-administrativo-social de la polis era la Acrópolis, donde
se encontraba el templo, la Gerusía, el ágora y los edificios civiles. El ágora era la plaza
pública y mercado permanente. Rodeaba a la ciudad un anillo rural, donde se cultivaba
lo necesario para la supervivencia de la polis. El tamaño de la polis era variado pero
generalmente son de poca extensión.
Metrópoli: (del griego antiguo μητρόπολις, mētropolis, que se traduce como
ciudad principal (de una colonia)) es el término que se utilizaba en la Grecia
antigua para las ciudades a partir de las cuales se crearía más tarde una
colonia. Las metrópolis tenían una influencia política decisiva en las colonias y
eran igualmente los centros religiosos, económicos, culturales y sociales de la
región.
- Oikos: (griego: οίκος, plural: οίκοι) es el equivalente de los griegos antiguos de «casa»,
es un conjunto de bienes y personas. El oikos fue la unidad básica de la sociedad en la
mayoría de las ciudades-estado, e incluía a la cabeza del oikos (generalmente el varón
de mayor edad), su familia extendida (esposa y niños), y esclavos que vivían juntos en
un marco doméstico.
Oikistes: era un jefe aristocrático nombra por la metrópoli para dirigir a los
colonias, así como para supervisar la distribución de las tierras, y establecer
constituciones legales, políticas y religiosas. A su muerte se suele convertir en
el héroe de la comunidad, siendo enterrado en un lugar privilegiado,
recibiendo con el paso del tiempo un culto ciudadano integrado en recuerdo
de su origen.
- Sinecismo: (del griego συνοικισμóς, synoikismós, literalmente "cohabitación") alude
en el caso griego a un proceso histórico por el cual una serie de grupos o poblaciones
antes separados se juntan formando una Ciudad-Estado para mayor protección.
- Stasis: (en griego στάσις) en el siglo VII se empiezan a producir luchas entre facciones
aristocráticas, tensiones por desigualdad entre ricos y pobres, y con ricos que no
poseen derechos aristócratas.