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Ciaño es una localidad del concejo de Langreo, emplazada en el valle que forman la con-
fluencia de los ríos Nalón y Samuño, a 35 km de Oviedo y a 5 de Sama de Langreo, capital
municipal.
El pueblo aparece citado por primera vez en la Edad Media en un documento datado en
el año 1175; en él se recoge la donación realizada por Gundisalvo Sanci y su esposa María
Gundisalvi al monasterio de San Vicente de una heredad en Ciaño, prohibiendo que esta pro-
piedad fuera donada en prestimonio. La iglesia de San Esteban no se menciona en este docu-
mento ni en otros anteriores, especialmente los de El Libro de los Testamentos, por lo que pudo
haber sido fundada por el mencionado cenobio posteriormente. Sin embargo, nada parece
indicar este hecho, pues según el Libro Becerro del obispo Gutierre (1385-1386) presentaba
capellanes el propio cabildo de la catedral de Oviedo, que además tenía una parte de los diez-
mos de la iglesia, que se repartían también entre el beneficiado y el capellán.
CIAÑO
Iglesia de San Esteban
DE LA IGLESIA ROMÁNICA de San Esteban de Ciaño
han llegado hasta nosotros solamente dos porta-
das de gran riqueza ornamental, que se integran
en una construcción historicista levantada a principios del
siglo XX. A finales de la centuria anterior se conservaba,
además, una inscripción en latín, que podía referirse a la
fundación del templo románico y cuya traducción, según
Diego Santos, sería: “me ideó con arte, me edificó y me
hizo”. En esta inscripción no aparecía ninguna data, aun-
que las dos portadas románicas que se conservan pueden
fecharse, por sus rasgos estilísticos, en el primer tercio del
siglo XIII, al igual que numerosos templos de la zona de
Villaviciosa, especialmente San Juan de Amandi, con el
que Ciaño comparte numerosas similitudes.
La portada occidental se cubre con tejaroz y consta
de tres arquivoltas semicirculares concéntricas, protegidas
por guardapolvo, que reposan sobre tres columnas, y éstas
a su vez sobre plintos. La primera arquivolta se adorna con
varias filas de zigzag, entre las que se sitúan perlas, y la
segunda con una serie de cabezas de pico que muerden un
grueso bocel. Este último motivo estuvo muy difundido en
Inglaterra (condados de York, Lincoln, Herefort, Cornua-
lles, Kilkhampton y otros), Irlanda (Offaly) y en Francia
(Normandía, Poitou, Guyena y Borgoña). Su origen puede
establecerse en la abadía de Reading (Inglaterra) a
comienzos del siglo XII, con la que están emparentados
algunos ejemplos asturianos, como Ciaño, cuyas cabezas
rostradas se asemejan también a las del templo de Kilpeck
situado en Inglaterra. Además, las cabezas de pico se
encuentran en edificios de los valles de Lena y Mieres y en
numerosos de la comarca de Villaviciosa, aunque las de
Ciaño, de forma triangular, se asemejan especialmente a
las de Amandi y Aramil. Por último, la arquivolta interior
presenta dos boceles, dientes de sierra oblicuos y perlas, y
el guardapolvo se ornamenta con una retícula en la que se
inscriben aspas.
El primer capitel de la derecha muestra dos híbridos
tensando un arco en dirección a un personaje que se sitúa
en el centro de la cesta y del que solamente son visibles la
cabeza, de tamaño desproporcionado, las manos y los
pies. Los híbridos mencionados se han identificado, la
mayoría de las veces, con centauros, mezcla de hombre y
caballo, aunque recientemente un estudio señala que se
tratan de onocentauros, combinación de hombre y asno.
Para afirmar esto último, los autores del citado trabajo se
basan en que el onocentauro aparece en la Biblia, al con-
trario del centauro, que no se menciona en ella y, por otro
lado, el onocentauro se asocia, en el Fisiólogo y en nume-
rosos bestiarios medievales, con la sirena, que aparece en
esta misma iglesia en la otra portada. Sin embargo, tanto
si se quiso representar uno de estos animales fantásticos
como el otro, no cabe duda de que en este capitel se trata
de mostrar la lucha entre la virtud, representada por el per-
sonaje que ocupa el ángulo de la cesta, y el mal, al que
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Alzado sur
Alzado oeste 0 1 5 m
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Portada occidental
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simbolizan los monstruos. En los capiteles contiguos se
sitúan acantos muy esquemáticos y planos, en la parte baja
de la cesta, con lacerías perladas que se convierten en
tallos trifoliados similares a los de las impostas.
En la jamba derecha, todos los capiteles son figurati-
vos, presentando el intermedio y el exterior temas jugla-
rescos. En el ángulo de este último aparece una figura
cabeza abajo realizando una pirueta al son de la música
producida por las figuras dispuestas a su derecha, un hom-
bre que lleva una vihuela de arco y una figura femenina
que parece estar tocando otro instrumento que no se con-
serva. En la cara izquierda del mismo capitel se encuentra
una escena de danza en la que dos hombres sugieren el
movimiento rítmico a través de las piernas flexionadas y
enlazadas. La cesta contigua muestra a cuatro músicos
tañendo varios tipos de instrumentos, como el pandero, el
órgano de mano y otros difíciles de identificar. Estas esce-
nas juglarescas se repiten en el templo de San Juan de
Amandi, situado cerca de Villaviciosa, y en esta última
iglesia aparece la Lapidación de San Esteban, que también
está presente en el otro capitel de la jamba derecha de la
portada de Ciaño. En este capitel el santo aparece en el
suelo, con las manos unidas en oración y totalmente
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cubierto por las piedras que le lanzan las figuras de los
esbirros situados en las caras izquierda y derecha de la
cesta. Estos últimos se disponen en posición rígidamente
frontal y con una marcada isocefalia, estando inmutables
frente al drama que acontece ante ellos y del que son pro-
tagonistas, mientras el santo, implorante, dirige su mirada
ausente al espectador. Otra representación similar se
encuentra en Villaviciosa, en Santa Eulalia de la Lloraza,
donde también se repiten las sirenas con forma de pájaro
que están presentes en la otra portada de Ciaño y en San
Juan de Amandi.
Completa la decoración escultórica de la portada
occidental la serie de canecillos que se sitúa en su tejaroz.
Estos canes se ornamentan mediante motivos antropo-
morfos y zoomorfos, como una cabeza expresionista con
la boca abierta, dos figuras humanas muy deterioradas,
una de ellas sosteniendo un objeto difícil de identificar, un
jabalí con las patas y el hocico apoyado en el can y un
mono.
La otra portada tiene dos arquivoltas ligeramente
apuntadas y envueltas por guardapolvo; la exterior des-
cansa sobre un par de columnas y la interior directamente
sobre las jambas. El guardapolvo se decora mediante bille-
tes, al igual que las impostas, mientras que en la primera
arquivolta se encuentran series de zigzag que dan forma
de perfil al arco, y, en la segunda, rollos cerrados. Los
rollos cerrados se utilizaron por primera vez en el antiguo
reino de León en la Puerta del Obispo de la catedral de
Zamora y se aplicaron también en los templos asturianos
de San Esteban de Ciaño (Langreo), San Esteban de Ara-
mil (Siero) y Santa María de Lugás (Villaviciosa).
El capitel de la izquierda se decora mediante dos sire-
nas-pez de doble cola, de las que solamente se conserva en
Asturias otro ejemplar en un capitel de San Vicente de
Serrapio, aunque la talla de esta última pieza es mucho más
detallista que la de Ciaño. La cesta de la derecha se decora
de nuevo mediante un par de sirenas que se sitúan en dos
caras, aunque en este caso bajo forma de ave y cabeza
humana. Estos animales tienen en Ciaño el cuerpo total-
mente cubierto por plumas, a excepción de la parte superior
del mismo y de las patas, y aparecen con las alas desplega-
das, asemejándose a otras representaciones que se encuen-
tran en Santa Eulalia de la Lloraza y en San Juan de Aman-
di. Sin embargo, las sirenas de este último templo se
diferencian de las de Ciaño especialmente en la cabeza, que
cuenta con unos rasgos más naturalistas, entre los que se
hace notar la melena que les llega hasta el cuello. Estas cria-
turas aparecen en los escritores clásicos con cuerpo de ave
y cabeza humana, pero en ellos no se encuentra ni una sola
alusión a la cola del pez, al igual que en el Fisiólogo. La sire-
Detalle de la portada occidental
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Lapidación de San EstebanCapitel de la portada occidental
Portada meridional Capitel de la portada meridional. Sirenas-pez
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na-pez aparece a finales del siglo VII o comienzos del VIII y
se incorpora a los bestiarios medievales, que ven en este ani-
mal un sentido negativo. La nueva forma de sirena que apa-
rece entre la séptima y la octava centuria fue ganando
importancia hasta el siglo XIII, aunque sin llegar a desplazar
a la sirena ave, pues en el románico coexistieron ambas y
otras formas.
A partir de los datos que se han analizado, queda claro
que Ciaño presenta grandes similitudes con edificios de la
zona de Villaviciosa, especialmente con San Juan de
Amandi, y también con otros situados en la comarca de
Mieres y Lena, como Santa Eulalia de Ujo. Por ello, no
sería extraño que hubieran sido realizados todos ellos por
el mismo taller, que pudo estar vinculado, además, al
monasterio de Valdediós.
Texto y fotos: MPM - Planos: CAA/EDD
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Capitel de la portada meridional. Sirenas-ave o arpías
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