RuTA 19216Concurso de cuentos
Institutos CervantesBruselas, Pekín, Moscú, Tel Aviv y Marrakech
Créditos
© Es una publicación de los Institutos Cervantes de Bruselas, Moscú, Pekín Tel Aviv y Marrakech Edición gratuita. Prohibida su ventaDerechos de reproducción total o parcial: Institutos Cervantes de Bruselas, Moscú, Pekín, Tel Aviv y Marrakech
1ª edición, junio 2011Directora del Instituto Cervantes de Bruselas María A. González EncinarDirector del Instituto Cervantes de Moscú Josep Maria de Sagarra ÀngelDirectora del Instituto Cervantes de Pekín Inma González PuyDirector del Instituto Cervantes de Tel Aviv Julio Martínez MesanzaDirector del Instituto Cervantes de Marrakech Vicente Luis MoraDirector General Fundación Comillas Ignacio Gavira Tomás
Edición y coordinación Araceli Ballesteros Bailón
Intermediarios en los centros:Bruselas José Manuel Alba Pastor y Mauricio Narváez SotoMoscú Rocío Garrido AñónTel Aviv Joaquín López ToscanoMarrakech Vicente Luis Mora y Antonio Vaño AymatFundación Comillas Pilar González Ruiz
NIPO: 503-11-037-1
Logo y grafismo Agustín Alepuz MoralesLogística Isabel Mª Balsas UreñaComunicación interna Maydel Zarza Molina, Beatriz Delgado Lorenzana y Mª Teresa Rodríguez AlvaradoDiseño y maquetación Celso Rodríguez GarcíaGestión cultural Pekín David OcónCollage de la portada Araceli Ballesteros Bailón
Dirección y supervisión Institutos Cervantes de Bruselas, Moscú, Pekín Tel Aviv y Marrakech Imprenta Beijing Rui Te Printing Company
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Felicito a todos los participantes de este singular concurso que une
a Bruselas y Marrakech pasando por Moscú, Pekín y Tel Aviv. Sólo la
literatura, es decir la fantasía, permite una trayectoria tan seductora
y tan poco respetuosa de la geografía. Un verdadero incentivo para
los autores de los cuentos cuyos personajes van acercando con sus
peripecias aventureras estos cinco rincones del globo. La literatura
opera esos milagros. Ella va construyendo, como algo paralelo a la
realidad vivida, una realidad soñada donde aquella se proyecta y se
enriquece gracias a las ilusiones, las invenciones, los sueños y los
deseos que alimentan la imaginación creadora, y a los que dan vida la
destreza o el genio del escritor. Estoy seguro de que este libro, donde
van a aparecer los cuentos premiados, será de mucho interés porque
mostrará lo variada que es la realidad literaria y la huella que dejan las
personalidades de los autores. Así como en este original concurso se
acercan ciudades muy alejadas en el espacio de la realidad, también
la literatura sirve para acercar a hombres y mujeres de distintas
tradiciones, lenguas, geografías y culturas.
Mario Vargas Llosa. Madrid, junio de 2011
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RuTA 19216 es un proyecto común de los Institutos Cervantes de Bruselas,
Moscú, Pekín, Tel Aviv y Marrakech. Se trata de un concurso de cuentos
en el que los estudiantes de estos cinco centros han dado forma a
diferentes historias en la lengua que están aprendiendo. Solo estaban
sujetos a tres restricciones… lo demás era cosa suya.
Si los concursantes han tenido que cumplir con estas restricciones, los
directores de los Institutos Cervantes no han sido menos. A los cinco
se les ha pedido que entraran también en el juego y que elaboraran,
de manera conjunta esta vez, un texto común para explicar a Don
Quijote y a Sancho Panza qué verían y qué sentirían al emprender
esta ruta imaginaria.
La restricción de este texto común era destacar un lugar significativo
para ellos en cada una de sus ciudades.
Este es el resultado:
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Si leyendo la maravillosa Peregrinación al Oeste los adolescentes
chinos aprenden a imaginar, reemprendiendo la vuelta de oeste a
este, RuTA 19216 se propone de algún modo aprender también a
desandar caminos con historias. Parafraseando sin exceso al filósofo
alemán Walter Benjamín, creo que es posible estar de acuerdo con
que narrar una historia es contar abierta o implícitamente un viaje.
¿Cómo llega a Pekín un río de historias que nace en la Gran Plaza de
Bruselas, que aún sospecha el fantasma de Carlos I y observa el busto
pétreo de Carlos II? Siendo uno de los puntos del remoto destino
occidental de la Ruta de la Seda llega, naturalmente, cargada de
historias que contar, que oír y recordar. Esas que nos cuentan lo que
somos y que traman lo que creemos que somos… o podríamos ser.
En el extremo occidental del mayor país del mundo, Moscú es
una suerte de atalaya desde la cual, a través de las cordilleras
infranqueables y los desiertos, de las inmensas estepas, los anchos
ríos y los mares interiores, se divisa una continuidad, que es, a su
vez, la expresión de una diversidad tan rica como insospechada. En
la capital de Rusia el elemento eslavo pasa casi desapercibido entre
la mezcla de razas, culturas, religiones y sabores: kirguizos, tadzhikos,
kazajos, uzbekos, turkmenos, asirios y un rosario de naciones,
famosas y perfectas desconocidas, conviven y se expresan en un
sinfín de lenguas, dialectos y jergas, confiriendo a Moscú ese barniz
de ciudad cosmopolita e irrepetible.
El visitante del mercado de Túlskaya, al sur de la ciudad, se verá
asaltado (aquí el producto se exhibe y se alaba en el más puro estilo
oriental) por comerciantes que, en un ruso no siempre diáfano, le
ofrecerán: jugosos tomates de Azerbayán, mandarinas de Abjazia,
dulces albaricoques de Armenia; granadas de Uzbekistán, del tamaño
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de sandías; toda clase de setas en ristra o en vinagre; mieles siberianas
de mil colores, texturas y consistencias; jengibre y cortezas de naranja
almibaradas de Georgia; esturiones vivos del Mar Negro; cangrejos
gigantes de Kamchatka; pescado seco, ahumado o en salazón del lago
Baikal; especias y frutos secos de Astrakán, de Samara…
¡Y los templos de Moscú!: Las catedrales católica y protestante,
esbeltas, severas, desnudas, parecen pobres cenicientas en
comparación con la opulencia, exterior e interior, de los templos
ortodoxos, cuyos muros retumban, sacudidos por las voces de bajo
de los popes, entre las nubes de incienso y los cientos de velas. Las
bóvedas de las mezquitas rivalizan con las cúpulas ortodoxas, al tiempo
que las sinagogas parecen encerrar aquí un misterio más profundo,
más extraño y más antiguo si cabe que en Praga, en Budapest o en
Cracovia. En la calle, las togas de los budistas buriatios se cruzan con
los amuletos chamánicos de los siberianos.
Para comprender, no obstante, pasado y presente del complejo
entramado de culturas y tradiciones, que precipitan en este crisol
que se llama Rusia, conviene no dejar de visitar el cementerio de
Novodiévichi, junto al monasterio del mismo nombre. Aquí, entre un
bosque de monumentos funerarios de académicos, militares, artistas
y todo género de próceres, asoma, de vez en cuando, algún nombre
familiar: un risueño Tupolev nos da la bienvenida; surge, entre
mármoles, el busto de Khrushov; poco más allá, una cruz ortodoxa
decora la lápida de Rostropóvich; una humilde piedra señala la tumba
de Bulgákov; en la siguiente avenida yace Chéjov; poco más allá, sobre
la línea que une Bruselas y Pekín, descansa Gógol…
Llegamos en nuestro tren ucrónico desde Moscú a Pekín, esa antigua
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Cambaluc que un día deslumbrara a Marco Polo, atravesando el Gobi
y dejando atrás los restos de una muralla construida para proteger
pero también para aislar…
Pekín, lugar intenso de contrastes dramáticos, de gélidos inviernos,
fugaces primaveras tensadas por el viento, veranos tórridos y
húmedos, breves pero espléndidos otoños. Propongo que nos
perdamos ahora por este enjambre de hutones donde se preservan
los últimos restos de tradición y, tal vez, de solidaridad. El laberíntico
corazón de Pekín sobrevive cercado por una modernidad impuesta,
esa ciudad nueva de anchas avenidas que se expande rápida,
ruidosa, caótica y agresiva, ganando implacable su terreno. Antiguo
jardín de sóforas, caquis y azufaifos que observa resignado la llegada
de intrusos de cemento y cristal. Jugando a ser aristócrata y humilde,
orgullosa o sumisa, la ciudad vieja siempre supo conciliar altivos
palacios imperiales con altares de las pequeñas cosas: palomas que
silban al vuelo –flautas artesanas instaladas en sus colas-, grillos
guerreros en estuches de adobe o de bambú, zorzales que saben
pasear sin salir de sus jaulas, cigarras que ensalzan el verano y peces
que exhiben obscenas formas y brillantes colores; barricadas de coles
en invierno, murallas de sandías en verano, trajín de bicis y triciclos
siempre, esperas en cuclillas en cualquier sitio, ajedrez en las calles…
Pekín te cautiva con un amor incurable. Imposible quedar
indiferente. La dejamos atrás, qué remedio. Porque sigue el viaje,
ya en sentido contrario, volviendo sobre los pasos de los viajeros
que un día atraídos por la aventura, la curiosidad, la búsqueda del
conocimiento, la gloria o la devoción llegaron hasta aquí. Me viene
a la memoria el legendario viaje del viajero judío italiano Jacobo
Ben Salomón de Ancona, que supuestamente llegó a China dos años
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antes que el reconocido comerciante veneciano ¿Quién sabe si un
día se desvelará su secreto?
Hemos vuelto a cruzar Asia de un extremo a otro y estamos en Tel
Aviv, la colina de la primavera, la ciudad de las cien calles que dan
al mar, con cientos de edificios bauhaus, a la que le está naciendo
una cresta de hermosos rascacielos. Estamos en Tel Aviv-Yafo, para
ser más precisos. Tel Aviv tiene poco más de cien años y Yafo (o Jaffa
o Jope), su hermana del sur, varios milenios. De ella partió la nave
en la que iba Jonás antes de tener que vérselas con las entrañas de
la ballena, que diría Sancho, y a ella arribaron las naves cargadas
con cedros del Líbano, para mayor gloria del Templo de Salomón.
Según se dice, Perseo liberó a Andrómeda frente a las costas de Yafo.
¡Quién sabe! Entre la ciudad del norte, moderna y blanca, y la ciudad
del sur, antigua y ocre, hay una especie de tierra de nadie, un oasis
de casas con tejas, no muy abundantes por esta zona, que recibe el
nombre de Neve Tzedek, morada de justicia. Paseas por sus calles y
piensas que ya no estás ni en el nuevo ni en el viejo oriente, sino en
un pueblecito de Francia, Italia o España. Neve Tzedek está llena de
restaurantes y de tiendas de decoración. En una de ellas se vende
artesanía y antigüedades de Marruecos. Entramos, y otra vez nos
vemos viajando a través del espacio y del tiempo…
…para llegar hasta África, donde Marruecos y Marrakech, la
ciudad roja, abren sus puertas de adobe ocre al visitante. Entrar
en Marrakech es penetrar en una sinfonía de edificios geométricos
con adornos árabes, acompañada de ritornellos constantes de
palmeras, olivos y otros árboles en estado de ebullición. El rojo y
el verde alternan sus fuegos hasta llegar a la Medina y a la plaza
Xemáa el Fna, declarada Patrimonio Oral de la UNESCO y que es uno
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de los lugares más transitados del mundo. Los cuenteros locales
narran en ella diversas historias, desde la misma de la plaza hasta
fábulas sobre los genios subterráneos del agua. La Koutubía, torre
hermana de la Giralda, se recorta contra las nieves casi perpetuas del
cercano Atlas, y las llamadas a la oración se mezclan con el bullicio
de los vendedores y músicos ambulantes que pueblan la Medina.
Marrakech es una ciudad cosmopolita y hecha para recibir al viajero
y para contarle historias, de modo que podría ser uno de los muchos
finales de este viaje, que en realidad comienza y termina en cada
una de las ciudades: Bruselas, Moscú, Pekín, Tel Aviv, Marrakech, y
desde ahí vuelta a empezar, como la narración sin fin y sin centro de
Scherezade.
María A. González Encinar. IC Bruselas
Josep Maria de Sagarra Àngel. IC Moscú
Inma González Puy. IC Pekín
Julio Martínez Mesanza. IC Tel Aviv
Vicente Luis Mora. IC Marrakech
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La Fundación Comillas tiene como una de sus metas fundamentales, la difusión de la lengua y la cultura hispánicas. Para lograr este objetivo, nuevamente da la mano al Instituto Cervantes, institución presente en nuestro Patronato con la que la colaboración es constante y fructífera. Este ilusionante proyecto que recorre el mundo a través de las letras en español, nos unirá aún más a esas miles de personas que cada día eligen nuestra lengua, y por eso la Fundación Comillas se une a este recorrido por Bruselas, Moscú, Pekín, Tel Aviv y Marrakech para acoger en el entorno privilegiado de nuestra sede cántabra, al final de esos 19216 kilómetros de RuTA, a los ganadores de esta bonita aventura.
Ignacio Gavira Tomás. Director general de la Fundación Comillas
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INICIAL A
El príncipe Antenamios y la felicidad 25 (Ma) Soumia Lamghari
La Rosa de Oro 23 (Pe) Ge Qiushi
¡Nunca más! 38 (Te) Moria Shalev
La Nueva Escuela 44 (Pe) YanJia Guo
El Sueño o la Consonancia 49 (Mo) Alla Koroleva
La examinación de la Babilonia 54 (Mo) Kristina Lotkova
Lo inimaginable 60 (Mo) Nikolay Nikolaev
Un espejo 67 (Mo) Aleksandra Aytalieva
Adónde vamos? 72 (Pe) Fei Wang
El desafío 77 (Te) Elinor Aharon
INTERMEDIO B1
Si la lluvia se termina... 87 (Mo) Liudmila Andreeva
El desahogo del arquitecto 91 (Br) Claire Villaume
El despertar 96 (Pe) Shaofen Tang
Los recuerdos 103 (Mo) Daria Melnik
Las cartas a Elena 109 (Mo) Elena Belonogova
Recuerdos del Futuro 115 (Br) Cristina Nicoleta Burca
Porque no hay arte sin pena 122 (Mo) Tatiana Babina
La riqueza perdida 126 (Pe) Ye Xiangzhou
¡Deja de soñar! 129 (Mo) Olga Berezina
Adela 136 (Br) Lavinia Cinca
Ganadores Finalistas
(Br) Bruselas (Mo) Moscú (Pe) Pekín (Te) Tel Aviv (Ma) Marrakech
^
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AVANZADO B2
Un paso por el mundo 145 (Mo) Alexandra Danilova
El largo camino 152 (Mo) Boris Gorlov
Sócrates tenía razón 159 (Br) Odile Dordain
El sueño milagroso 164 (Mo) Tatiana B. Kireeva
Una alumna sobresaliente 169 (Mo) Vadím Lyáshchenko
Carmen: inspirada a vivir en positivo 176 (Br) Jeannot Rakotomalala
España – el vuelo del alma 184 (Mo) Shubina Borislava
Tres meses de verano 190 (Mo) Maria Serova
Predestinación 198 (Mo) Daria Prokhorova
Alhambra 204 (Mo) Oksana Konina
SUPERIOR C
La Pelota viviente 213 (Pe) Paola Bellabona
Lenin es solvente 219 (Te) Frederic Wittenberg
El día 227 (Mo) Andrey Melnikov
Diego, ya vengo 234 (Pe) Du Jianhua
El Arte de Amar 237 (Mo) Taísiya A. Shirobókova
El hilo de la cometa 244 (Pe) Dominique Montagnon
Hay que dormir más 249 (Mo) Polina Butovskaya
¡Descubre! 254 (Br) Bernadette Verbeke
Una gran heroína 262 (Pe) Jiangen Liu
El aire suave 268 (Te) Ram Malis
Ganadores Finalistas
(Br) Bruselas (Mo) Moscú (Pe) Pekín (Te) Tel Aviv (Ma) Marrakech
Más, con todo esto, he caído, Sancho, en una cosa, y es que me pintaste mal su hermosura, porque, si mal no me acuerdo, dijiste que tenía los ojos de perlas, y los ojos que parecen de perlas antes son de besugo que de dama.
Fuele a buscar donde el ventero le había dicho que estaba, y hallóle, y díjole que en todo caso le dijese luego lo que le había de decir después, acerca de lo que le había preguntado en el camino.
Y mostróle uno de los más bellos y gallardos mozos que pudiera pintar la humana imaginación. La edad, al parecer, no llegaba a veinte años.
Capítulos XI, XXV y LXIII Segunda parte
Don Quijote de la Mancha
A todos los concursantes que son cada vez más magos
INICIAL
(A)
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Hay que respetar tres restricciones:
1ª restricción
En todos los cuentos aparecen:
un/a arquitecto/a un parque una raqueta
Cada cuento incluye, además dos fragmentos extraídos de obras de autores hispanos:
2ª restricción
El primero es de Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010 y el segundo es de Ana María Matute, Premio Cervantes 2010:
- no habla idiomas1
- lo sé porque sé que lo sé2
3ª restricción
El Instituto Cervantes cumple veinte años en 2011 así que el otro fragmento es uno de estos tres:
- tengo veinte años, ¿usted qué edad tiene?3
- ¡han pasado veinte años!4
- una joven pelirroja de no más de veinte años5
1La tía Julia y el escribidor Mario Vargas Llosa (Alfaguara. Biblioteca Mario Vargas Llosa. Madrid, 2004)2Paraíso inhabitado Ana María Matute (Ediciones Destino. Madrid, 2008)3 Dublinesca Enrique Vila-Mata (Seix Barral. Biblioteca Breve. Barcelona, 2010)4Deja que la vida llueva sobre mí Nuria Amat (Lumen. Barcelona, 2008)5Los Muertos Jorge Carrión (Mondadori. Barcelona, 2009)
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Hace mucho tiempo en Grecia; vivía un príncipe en un reino de la isla
Antiparos, llamado Antenamios. El príncipe había todo para ser feliz,
un palacio majestuoso, un buena salud; fortunas, mujeres, pero a
pesar de todo eso, él no era feliz, y buscaba el secreto de la felicidad
en los libros, preguntó a sus ministros para el consejo, pero nadie, ni
ninguna respuesta a su pregunta. Un día estaba caminando en un
parque, cansado de pensar en su preocupación, se relajo bajo un
árbol. Cayó en una siesta profunda: y tuvo un sueño, en lo que parecía
una mujer de una gran belleza, y que dijo: Antenamios si desea
encontrar la felicidad, tienes que buscar la tu mismo. Y sigue los
signos. El príncipe se despierto, perturbado, cuando quiso levantarse
descubrió una caja junto a él, la abrió y encontró dentro una tarjeta
donde hay nombres de cuatro ciudades: Moscú –Bruselas -Tel abib
- Pekín – Marrakech- ; el Príncipe regresa al palacio y le dijo a sus
El príncipe Antenamios y la felicidad
Soumia Lamghari
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ministros que decidió emprender un viaje solo; la mañana recoge su
equipaje y ascendió su caballo, viajó durante días y noches que
finalmente llegó a Moscú estaba tan cansado que durmió a lado de
un lago, cuando se despierto se encuentro con un joven pescador, se
dirigió a él con un tono orgulloso y seco: Yo soy el príncipe Antenamios,
te ordeno que me demuestra quien me puede dar la felicidad; el
hombre asustado, desapareciendo rápidamente; Antenamios
continúa su camino encontró Una Mujer Vieja a quién pregunto la
misma cosa con un tono seco; la mujer no respondió y siguió su
camino. Empiezo a nevar, y el príncipe entraba en una cueva en el
bosque, cuando de repente un hombre salió del interior de la cueva
; ¿qué quieres de mi hijo? dijo el hombre ; el príncipe tenía tanto
miedo ; soy el príncipe Antenamios, busco la felicidad, pero no sé
porque nadie quiere hablar con migo , el viejo respondió: y no tes
has preguntado por qué ? es tu manera de hablar que asusta la gente,
es la palabra. Tiennes que saber, las palabras son mágicas, una palabra
puede cambiar una vida, cómo puede destruir la, las guerras se han
disparado debido a las palabras, es una de las armas más peligrosas.
Heridas físicas pueden sanar, las heridas del alma causadas por la
palabra nunca sanan. Tu palabra es tu poder creativo y mágico, es a
través de ella, que expresa las cosas que sueñas, lo que sientes, lo que
realmente eres. Utiliza la palabra para expresar tu amor, tu amor por
tu mismo, tu amor por los demás; utiliza la por construir; y no por
destruir. Sigua tu camino, deje que tu sueños se hacen realidad. El
príncipe estaba tan aturdido, que no dijo ninguna palabra, dio gracias
al hombre y continúa su viaje a Bruselas desde hace messes. Cuando
llegó a un bosque, sigue caminando hasta que encuentra, una casa;
donde llamó a la puerta pero nadie abrió, subía las escaleras hasta
una puerta, encima de que se escribe Feliz quien ha encontrado su
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libertad. Curioso, Antenamios abrió la puerta y encontró a un hombre
viejo, rodeado de madera y materiales, le saludó. El hombre dijo
quien eres: Antenamios respondió, yo soy el príncipe del reino de la
isla griega Antiparos, estoy aquí en busca de la felicidad, y usted: yo
soy un arquitecto respondió el hombre , con una pequeña sonrisa,
cuánto años tienes pregunto el viejo ¿tengo 20 años, usted que edad
tiene? dijo el príncipe: 80 respondió el hombre; el príncipe se acercó
de él: ¿Puedo hacerle una pregunta, el hombre respondió que sí,
cierto , ¿por qué está escrita la frase en la puerta: el arquitecto
contestó: Oiga, si usted busca la felicidad creo que puedo ayudarle. Yo
era consejero del rey antes, toda mi vida le he servido en todo lo que
quería, sin pensar o comprender, cuando era joven quería ser
arquitecto, pero mi padre no lo quiero, y él me dijo que la arquitectura
no es para mí, y yo tuviera que elegir una profesión más prestigiosa.
Pasé toda mi vida para complacer a los demás, incluso mi esposa que
fue elegida por mi padre, yo nunca la he amado, nunca he hecho lo
que yo realmente quería. Finalmente me siento feliz cuando hice lo
que realmente quería: la arquitectura era mi sueño desde siempre,
pero yo no tenía, el valentía de hacer la. Acusan a los padres; a la
religión, a dios; que nos impiden ser lo que realmente queremos.
Pero la verdad que nos impide ser libres, somos nosotros mismos; lo
que buscamos es la libertad de ser nosotros mismos; estos son los
momentos más felices de su vida que se producen cuando se
manifiesta nuestro verdadero ser, cuando no te preocupes de los
juicios de los demás te conviertes en un niño otra vez. Las palabras de
ese viejo tocó el príncipe profundamente y dijo que tienes razón,
porque no hago muchas cosas que quiero; para complacer a los
demás, porque soy príncipe, el arquitecto, ofrece una raqueta de
madera a Antenamios que le dio las gracias y siguió su camino a Tel
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Aviv. Cuando llego; o se encuentro con un mar, que estaba tan caliente
que se lanzó en agua y dejó todo su equipaje junto a el, un hombre se
acercó de su equipaje y quería tomar lo, Antenamios lo ve y salió
rápidamente; el ladrón salió una espada larga y lo ataquo, el príncipe
fue herido, y el ladrón huyo; Antenamios grito, cuando un grupo de
jóvenes fue a su lado, lo vio, que le llevo rápidamente a un curandero;
el príncipe perdido su conciencia durante 3 días; la herida era
profunda. Cuando se despertó, se encontró con varias personas a su
lado, el curandero habló con él: no te preocupes, el ladrón fue
detenido; y tu equipaje esta aquí; pero lamentablemente la lesión ha
influido en tu corazón, tengo temor que no te vas a ser como antes.
Las lágrimas fluían de los ojos del Príncipe. Por la mañana, todo el
mundo se reúne en la corte de juicio; Antenamios estaba furioso y el
ladrón fue encadenado . El juez; lo condenó a muerte; la esposa del
ladrón pidió al príncipe que lo perdone, y dijo que si lo hizo es porque
sus hijos se mueren de hambre; somos pobres dijo la mujer;
Antenamios no responde cuando un rabino se acercó de él y dijo:
perdónalo mi hijo si lo hizo es a causa de su gran pobreza. El príncipe
respondió: ¿Cómo puedo perdonar lo casi me mata¡!!; nunca volvería
como antes a causa de el. El rabino responde: He perdido a mi hija en
la guerra, y he perdonado a los que lo mataron. Debemos perdonar a
los que nos hacen daño. Si el muere, su familia van a sufrir; debemos
perdonar a todos aquellos que nos han hecho mal; no porque ellos
merecen ser perdonados pero para no seguir sufriendo, el perdón es
la única manera de curar, debemos perdonar a nuestros padres, y a
dios también si podemos perdonar a dios, podemos perdonar a su
mismo; si somos tolerantes hacia los demás es más fácil para nosotros
aceptar nuestros errores, liberar su alma y vivir en paz. El príncipe ha
comprendido el mensaje d’el rabino. Se dirigió rápidamente al juez, y
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dijo: Yo; el príncipe Antenamios anuncia a todos que he perdonado
a este hombre. Su esposa estaba llorando, le dio las gracias y que
nunca olvidara lo que hizo. El rabino agradeció al príncipe soy yo
quien debe agradecer a usted, lo que he aprendido hoy ha cambiado
algo en mí; dijo Antenamios. El rabino dijo al príncipe: que dios te
bendigo, Antenamios continúa su viaje a Pekín. Cuando llegó se
encontró con un templo, el lugar era muy tranquilo, velas encendidas
alrededor del templo, se sienta, el lugar era tan relajante que se
durmió. Se despierta, a la voz de un hombre joven, el príncipe abrió
los ojos lentamente, y el joven le preguntó: ¿Necesita ayuda, señor?,
Atenamios responde: si; Busco el secreto de la felicidad. No puedo
ayudarte, pero te puedo indicar alguien que puede ayudarte; es un
hombre sabio de nuestro pueblo, Antenamios cruza el bosque hasta
la montaña se encontró con un viejo sentado junto a su casa: Ven; te
esperaba yo sé porque eres aquí dijo el hombre; ¿y cómo sabes
porque soy aquí? dijo Antenamios, el viejo responde: lo sé porque;
sé que lo sé. El príncipe siguió el viejo, hasta que llegaron a un
cementerio donde hay tumbas, el príncipe se acercó a las tumbas
donde, se escribe ha vivido un mes, un día, una hora. Antenamios
sorprendido -preguntó el viejo, ¿es lo que están todos muertos a
causa de una epidemia?. No el viejo contestó: estos son los momentos
en los que eran felices, que podría ser un mes, días; o minutos. Es lo
que quiero que sepa que podemos buscar la felicidad a lo largo de
nuestras vidas, y podemos encontrar la solo un momento. Por eso se
debe apreciar el momento presente, el pasado no volverá el futuro
no existe, sólo tenemos el momento presente. La mayoría de la gente
es infeliz porque, piensa en el pasado y en el futuro, el miedo de lo
que pasará en el futuro. Vivir el momento presente puede ser
observando un pájaro cantar, hablar con alguien que usted ama, o
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comer vuestra comida favorita. Cada momento es único y nunca
volverá créanme, acto ahora, porque ahora que parece tan grande no
va a durar momento, disfruta lo que tienes, tu salud, tu belleza, todo
lo que posees ahora; las palabras de los sabios, han calmado el
príncipe que dio las gracias al hombre, y continua su viaje a la última
ciudad Marrakech, siguió su camino hasta un oasis, y continúa hasta
que ha encontrado muchas personas reunidas a alrededor de un
niño, muy enfermo: una de las mujeres gritó: hay que reducirlo a
Rihana es ella que puede curar lo, pero la madre del niño respondió:
¿Quién puede tenerlo de vuelta?, hasta ella, Rihana vive en el
desierto; mí «, dijo el príncipe, todo el mundo se callo y se volvió
hacia él: Soy Antenamios yo puedo ayudarlo para ir a el desierto, un
hombre le mostró el camino, quien es Rihana dio Antenamios, Rihana
es un mago respondió el hombre. El Príncipe fue al desierto hasta
que encontró una tienda una mujer muy guapa, salió de la tienda,
Antenamios no podía dejar de mirarla, Rihana dio al niño una bebida
caliente, Antenamios mirabaa profundamente a los ojos mágicos de
Rihana, eres tú que yo vi en el sueño!!!!!! Antenamios gritó, sí, las
almas se encuentran en el universo, y creo que puedo ayudarte dijo
Rihana y trajo un gran espejo, un espejo mágico le dijo que muestra
lo que está dentro de nosotros, olvide todo y mire en ello, El príncipe
miró en el espejo, la imagen de un niño aparece, que habla con su
padre, furioso y dijo: te nunca podrás ser un rey, el imagen desaparece
del espejo, el niño que vi en el espejo es mí mismo, dijo Antenamios
con un tono triste. Rihana dijo: tienes que amarte tu mismo
Antenamios olvidé lo que tu padre te dijo; El amor siempre ha sido la
causa de todos los problemas, o no puede amarte a tu mismo, o no
se puede amar a los demás, o no puede encontrar el amor que desea.
Caía la noche, Antenamios contemplo el cielo pienso en su vida y ;
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su viaje y creo que por fin ha encontrado la paz y el amor que él
quería, se casó con Rihana y regresó a su reino para vivir felices el
resto de su vida.
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Era una noche de principios de verano. Estaba muy tranquilo y había
pocos peatones en el Puente Bac de Roda. Un borracho estaba
durmiendo en el suelo. Era fácil de deducir por su pelo desaliñado,
larga barba y cara sucia que no había cuidado de su aspecto durante
mucho tiempo. No obstante, a pesar de todo, había algo debajo de
ese desorden que lo apartaba de un vagabundo normal. De repente
alguien lo despertó. Era una joven pelirroja de no más de veinte años.
“¿Estás bien? Vas a resfriarte si duermes aquí. ¿Necesitas
ayuda? ”
El hombre, que en realidad era bastante joven y guapo, la miró pero
no la respondió.
“¿A qué se dedica?” La muchacha siguió preguntando.
La Rosa de Oro
Ge Qiushi
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Después de un largo silencio, él finalmente respondió. “Yo, era un
arquitecto.”
“¿Era? ”
“Sí”. El hombre se levantó de pronto, señaló el puente bajo sus
pies y gritó,
“Mira, este puente es mi obra. Además el edificio de allí, de
allá...”
Ella se quedó paralizada, impactada.
El joven dio un hondo suspiro y continuó en un tono más suave. “Fui
muy famoso cuando era más joven. Diseñé muchos edificios famosos
y gané numerosos premios en todo el mundo. Pero todo ha cambiado
desde el día en que mi inspiración me abandonó. La gente me dijo que
ya no podía sentirse conmovida por mis diseños. Después empecé a
buscar mi inspiración en el alcohol. Pero todavía no la he encontrado
y no estoy seguro de encontrarla en el futuro.”
Ella se acercó al hombre y lo consoló: “El edificio no habla idiomas
pero todavía puede expresar sus sentimientos. ¿Conoces la historia
de la rosa de oro? ”
“No. ¿De qué se trata?”
“Hace mucho tiempo, había un limpiador que se enamoró de
su vecina. Pero la chica, que tenía novio, no lo sabía. Un día, el lim-
piador la vio llorando. Ella le dijo que su novio la había abandonado y
que deseaba una rosa de oro, porque le dijeron que traería suerte y
felicidad. Pero obviamente, era demasiado cara para el joven. Así que
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reunío los polvos de la orfebrería y los tamizó con los polvos de oro.
Después de cuarenta años, finalmente hizo una rosa de los polvos. Sin
embargo, nunca pudo encontrar a la chica.
Hizo una pausa por un momento. “Es una historia muy triste. Pero
nos dice la verdad de creación. Cada momento en la vida, cada
palabra y cada vista, cada pensamiento, cada latido del corazón,
todos son los polvos de oro. Dedicamos los años y sufrimos los
dolores para capturarlos y recopilarlos, y al final completamos
nuestra rosa de oro — obras del arte, de música, de literatura, de
arquitectura y de fotografía.”
“Me ha gustado mucho tu historia. Me ha dicho dónde fue mi
inspiración. Voy a recogerla.”
“No te olvides que no podemos ver bien excepto con el
corazón. Me gusta mucho la fotografía. Tiene el mismo punto clave.
Vale, tengo que irme. Te regalo una de mis fotos. Mira, es la Sagrada
Familia de Antoni Gaudí. Es mi arquitecto favorito. Buena suerte.”
Tomó la foto y la vio alejandose cuando algo se le ocurrió de repente.
“Espera. ¿Cómo te llamas?”
“Esperanza.”
Volvió la cabeza y le dio una sonrisa magnética.
¡Qué hermosa era en ese momento!
Al día siguiente, cuando se despertó, pensó que sólo había sido un
sueño. Pero la foto en la mano era tan real. A veces en la vida, lo
36
increíble sucede. Se dice que una vez es igual que nunca. Pero su vida
ha cambiado totalmente desde entonces.
Han pasado cinco años. El parque temático fantástico diseñado por
el famoso arquitecto Santiago Calatrava iba a dar la bienvenida a
sus primeros turistas al Día de San Valentín. El día antes, había una
conferencia de prensa sobre el parque.
“¿Cuál es el tema del parque?” Una periodista preguntó a
Calatrava.
“El amor y la inspiración”.
“El estilo del parque es muy diferente a los diseños de su
temprana carrera. ¿Qué le ha hecho cambiar? ”
“Lo siento, es un secreto”. Parecía un poco triste, como si
pensara algo.
“Hay una torre muy alta y hermosa en el centro del parque,
se dice que es como una espada, una raqueta o un florero. ¿En qué
pensaba usted cuando estaba diseñando la torre?” Una periodista
muy guapa le sonreía.
En ese momento, Calatrava la reconoció. Era la chica con que se
encontró en el puente hace cinco años. Su mirada se convirtió muy
afectuosa. “Le responderé en una entrevista personal con usted”.
Más tarde, se está conversando en un café.
“Casi creía que eras sólo un sueño. ¿Cómo has estado todos
estos años?”
37
“Muy bien. Cuando me gradué de la universidad, decidí ser
periodista. Creo que es muy interesante y me encanta mi trabajo.”
“¿Cómo sabes que el parque es mi diseño? Ya sabes, en esa
noche era como un mendigo.”
“Hay una escultura de una rosa justo enfrente de la torre
llamada El Polvo Precioso. Esta escultura me hace creer que eres el
hombre que conocí en el puente”.
Calatrava sonrió de felicidad. “De hecho, he estado buscandote
todo el tiempo. La inspiración de la torre me vino con la forma de tu
sombra. Cuando me alejaba esa noche, el farol proyectaba tu sombra
sobre el camino. Estabas tan hermosa en ese momento que nunca
me olvide de aquella escena. Es por ello que diseñé la torre.”
“¡Qué romántico!” Esperanza está muy sorprendida y
emocionada.
Calatrava sujetó a Esperanza en las manos fuerte y la miró a
los ojos. “Gracias por ayudarme a encontrar la verdad sobre la vida
y la creación. En realidad todo el parque es la rosa de oro para ti.
Llenaste mi mente cuando estaba diseñando. Me quedé enamorado
de ti a primera vista. ¿Me dejarás entrar en tu vida, un mundo nuevo
para mi?”
“Sí, será mi respuesta.” Se le iluminó la cara de felicidad.
“Creo que tengo bastante más suerte que el limpiador en la
historia.”
Se besaron como si el tiempo se ha detenido.
38
Hoy, cuando estamos viendo los espléndidos diseños de Calatrava,
siempre recordamos esta historia. Si amas a la gente que está a tu
lado, amas la vida, al final completarás tu propia rosa de oro.
(FINAL)
39
22/10/2010. Las nueve de la noche.
El Sr. Pedro Rodríguez sentado en su escritorio, en su oficina.
Tratando de trabajar. Tiene cincuenta años, es un famoso arquitecto
a Barcelona. A los últimos diez años, el construyo algunos edificios
muy interesantes y importantes de la cuidad. En estos días planifica
un estructura, cerca de Turo Parque. Los planos sobre el escritorio. La
lámpara está dirigida a ellos. Todo parece estar bien.
Pero esta noche el Sr. Rodríguez es muy preocupado. Mira por la
ventana en frente, detrás de la puerta y piensa.
Por un lado, piensa en Celeste, su esposa. Por al otro, piensa en
Clarisa, su secretaria.
“¿Qué voy a hacer? ¿Cómo puedo hacer esto a ella? ¿Ella me
¡Nunca más!
Moria Shalev
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puede perdonar alguna vez?”. Pero sabe la respuesta: “Nada sería
más lo mismo. Nunca más”.
22/10/2010. Las nueve y cuatro de la noche.
De repente, el silencio en la oficina se rompe. El Sr. Rodriguez no
tiene tiempo para mirar, él solo ve una raqueta en un ángulo de su
visión.
Un golpe fuerte en la cabeza.
Sus pensamientos se transforman en un absoluto silencio.
Un golpe. El Sr. Rodríguez se desmayó.
Un golpe y después unas cuantas puñaladas, con un cuchillo metálico
de papelería de la oficina.
Puñaladas por todo el cuerpo.
Sangre en todas partes. El escritorio llena de sangre. La sangre cubre
los planos.
Sr. Rodríguez es muerto.
Un sonido de fondo clama: “¡Nunca más!”, y seguido – una risilla, y
un absoluto silencio otra vez. El asesino sale de la oficina. La lámpara
está dirigida a el cuerpo del Sr. Rodríguez.
Veinte años antes - 10/4/1990.
Los primeros días de la primavera. Pedro Rodríguez camina con su
hermano menor, Jorge, por los caminos de Turo Parque, cerca de su
universidad.
41
Pedro es un estudiante de arquitectura, y Jorge es un estudiante de
Derecho. Los dos son solteros, atractivos y juerguistas.
Una joven pelirroja de no mas de veinte años va a su encuentro. Lleva
un vestido verde corto, que destaca su color especial de pelo, y una
raqueta de tenis en su mano. Pedro siempre se gusta chicas pelirrojas.
Esta chica parece especial para él.
“Yo soy Pedro”, dice a ella, “¿Cuál es su nombre?”
“Yo soy Celeste, mucho gusto”.
“Sin palabras innecesarias Celeste. Has atraído mi atención. ¿Puedo
invitarte a un juego de tenis mañana?”
“Tal vez. ¡Prepárate para perder! Este es mi número de teléfono 078-
876-5425. ¡Hasta pronto!” dice Celeste, risita y continua su camino
adelante.
“¡No pierdas el tiempo, hermano!”, dice Jorge.
“No Jorge. Esta mujer será mi esposa”.
“¿¡Tu esposa?! ¿Tú y tus sueños una vez más?”
“¡Mi esposa. Lo sé porque…sé que lo sé!”
“Hermano, tú tonterias...”.
Por la mañana jugaron a tenis. Ella perdió. “Es tu última
victoria, Pedro, querido. No vas a ganar más. Nunca más!”, ella dijo.
“Si va a ser mía, ya he ganado suficiente…”, Pedro respondió.
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Seis meses más tarde el 21 de octubre de 1990 se casaron.
21/10/2010. Las ocho de la noche, la noche antes del asesinato.
Este es su vigésimo aniversario, pero desde varios años que no
celebran.
Celeste sufre de problemas graves con sus salud mental. Entra y
sale de los hospitales psiquiátricos. Toma medicación antidepresiva.
Nadie sabe por qué empezó. Tal vez es porque no puede tener niños.
Y lo más importante, nadie sabe cuándo su condición va a mejorar.
Pedro ama Celeste, pero su vida no es como él imaginó. Él frustrado.
Nada de lo que hace ayuda.
Se escapa a el trabajo y la oficina, a su gran carrera. No hay ayuda para
aliviar el dolor. Tampoco su romance con Clarisa es ya emocionate.
Sólo por un desliz tuvieron un largo romance. Clarisa es no agradable,
no muy inteligente, y tampoco muy interesante, pero ella estaba allí,
y él se sentía solo.
Ahora dice que está embarazada, ella afirma que el niño es suyo, y
ella quiere cuidar el niño juntos. Él piensa que ella está mintiendo.
No está seguro de que ella estaba embarazada como ella dice, y si es
así - tampoco no está seguro que él es el padre del bebé, y cree que
lo único que ella quiere es su dinero.
Así que va a trabajar por tardes. No quiere encontrarse con ella. Ya le
dijo a ella, que no quiere a ella en su vida.
A pesar de la hora, la puerta se abre. “¡Usted, Mr. Rodríguez, el gran
arquitecto!”, dice Clarisa con cinismo y desprecio, “No responda
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mi teléfonos, y ignora me, ¡no va a ser así! ¿Oyes? ¡No va a ser así!
¡Nunca más! Usted me compra una casa nueva y me paga una buena
suma de dinero”, dice y escribe ‘1,000,000 Euros’ en un papel, “o yo
decirlo todo a tu loca esposa. ¡Todo!”. Mr. Rodríguez no sabe qué
decir. Clarisa lleva en su mano el cuchillo de papelería, y agrega con
gestos y con tono de amenaza - “¡Es tu final! ¿Oyes?”. Clarisa acaba
y sale de la oficina.
Mr. Rodríguez detiene la grabación. ”Esa mujer es mala, y puede
hacer todo”. Él lo sabía. “No se puede ceder al chantaje, pero no
puede hacer más daño a Celeste también”, piensa el Sr. Rodríguez.
23/10/2010. La mañana después del asesinato.
La policía está en la oficina. Buscan el cuchillo de papelería con el
sangre del muerto, el Sr. Pedro Rodríguez y la grabación también.
Celeste es investigada en el estación de policía.
Todo lo que tiene que decir, no ayuda. Las huellas dactilares del arma
del crimen, la grabación, las mentiras sobre el embarazo que no fue.
Clara evidencia, un motivo y una razón por la venganza.
Una sola cosa está sin resolverse, ¿Cuáles son los signos extraños
en la cabeza del cuerpo? - Nadie sabe. Y para nadie parece no ser
importante.
“La secretaria. La amante. La asesina”, piensan todos.
En el otro lado de la ciudad una institución psiquiátrica,
Calma. Celeste en su blanca habitación, lleva una raqueta de tenis
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con una mano, le acaricia la raqueta con la otra mano. “Pedro y el
tenis - dos grandes amores de mi vida”.
“Nadie sabe de mi salir de habitación ayer”, Piensa. “Nadie sabe que
yo sabía de su romance. El bastardo, mi esposo, su lugar está en el
infierno, y su secretaria permanecerá en la prisión, toda su vida.
Tomo mi secreto conmigo”.
“Pedro, querido mío, esta vez, tú pierdes y yo no pierdo más. ¡Nunca
más!”. Habla Celeste por sí mismo, habla y toma sus píldoras para
la depresión. No es una píldora o dos, como siempre. Cuarenta,
guardadas en un largo periodo.
“No más dolor para mí. ¡Nunca más!”. Una última risilla,
tranquilamente, y una vez más hay un silencio total.
Y cuando descubren su muerto cuerpo, mantiene fuerte una raqueta
de tenis en su mano.
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Voy a un parque que está muy cerca de mi casa todos los fines de
semana. Me gusta pasear por este parque porque es tranquilo, no
hay coches, ni gente por las calles, no es nada ruidoso. ¡Es verdad!
no se oye nada por la noche excepto el silencio, además este parque
huele a plantas y a aire fresco. Hay muchos fragmentos de la vida en
este parque que me hacen disfrutar.
Soy un arquitecto chino, normal, callado y un poco serio, sin embargo
trabajador. Me gusta pensar mientras paseo. Pienso colores, líneas,
formas y después creo diseños de grandes y pequeños edificios. He
trabajado en diversos proyectos, por ejemplo, un gran ayuntamiento,
varios hospitales con instalaciones de todo tipo, hoteles acogedores
y centros comerciales diversos.
Estoy muy ocupado y tengo mucho dinero, pero me parece que
La Nueva Escuela
YanJia Guo
46
todavía falta algo en mi vida. No tengo muchos amigos y salgo poco.
Vivo lejos de mis padres y estoy soltero. A veces, estoy bastante
aburrido. Necesito hacer algo distinto. A mis compañeros, les gusta
ayudar a la gente necesitada. Yo prefiero colaborar de una manera
diferente, más indirecta.
Hay un anuncio en mi barrio. Se buscan voluntarios para una nueva
escuela. Necesitan un arquitecto y ¡eso es justo lo que me interesa!
Se trata de una escuela de huérfanos. El director de la escuela necesita
un diseño para el nuevo edificio que albergará la escuela. Dice que
los huérfanos son muy optimistas, alegres y dinámicos aunque no
tienen padres. Ellos son inteligentes, educados y activos. La escuela
debería ser bonita, simpática, cómoda y con un ambiente agradable.
El director es amable y generoso y yo le he pedido que me conceda
dos meses para diseñar el nuevo proyecto.
Éste es mi primer diseño gratis y sin embargo me resulta muy
difícil. De momento no tengo ninguna idea en absoluto. Para mí, la
escuela es un lugar en el que se estudia, hay conocimientos, ciencias,
preguntas y respuestas. Me gustaría que fuera moderna y tradicional
a la vez, donde se respire optimismo y cariño, pero ¿cómo es una
escuela optimista y cariñosa?
Últimamente paseo mucho, casi todos los días, pero el paseo no
puede ayudarme esta vez. ¡Qué perplejo estoy! Voy al parque una y
otra vez en espera de un milagro.
Paseo y pienso como de costumbre, de repente, alguien en bicicleta
pasa a mi lado y escucho un ruido que me saca de mis pensamientos.
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¡Pang, Pang! algo cae al suelo. Se trata de una raqueta roja que
pertenece a la persona que conduce la bicicleta. Es una chica pelirroja,
lleva una camiseta amarilla y no se ha dado cuenta de su pérdida, así
que continúa su camino como si nada hubiera pasado.
La recojo, pero no conozco a la chica, ¡creo que no podré devolverle la
raqueta! Decido hacer una pausa y volver a casa, cuando de repente
veo que en la raqueta hay unas letras escritas. Es el nombre de una
guardería que conozco y que no está muy lejos. Quizás la chica trabaje
allí. ¿Quién sabe? Así que decido acercarme y comprobar si estoy en
lo cierto. Salgo del parque y me acerco distraídamente con la raqueta
en mis manos.
Hace buen tiempo y no sé por qué pero me siento más relajado
cuando estoy cerca de los niños. Tal vez sea porque me hace sentir
bien al saber que puedo ayudarles.
La guardería es un poco antigua, de color rojo. Encima de los
antepechos hay muchas flores. Escucho risas detrás de las ventanas.
Me acerco a una de las ventanas que está abierta y veo a varios niños
jugando con unos bloques de colores. Otros niños están pintando
y dibujando mientras charlan animadamente, parece que están
diseñando algo, aunque no sé muy bien de qué se trata, encima de
la mesa hay un mural de cartulina con el dibujo de lo que parece ser
una casa.
En el diseño de los niños hay una gran puerta y detrás de ella un arco
iris que ocupa toda la pared y que conduce a un pequeño jardín con
muchos girasoles. Al fondo del jardín hay varias puertas que dan a
varias habitaciones. En las paredes de las habitaciones están pintadas
48
unas nubes de color azul claro y flores de diferentes colores. Puedo
ver muchos dibujos dentro de las nubes de comida, plantas, animales,
y gente.
Siguiendo el camino del arco iris se llega a la segunda planta donde
deja de ser un arco iris para transformarse en la dirección de varios
caminos de diferentes colores. En el centro de la habitación hay
varios videos que emiten distintas imágenes en 3D y compruebo que
cada color muestra una materia diferente: matemáticas, ciencias,
literatura, geografía, historia, etc. Al final de la habitación hay unas
escaleras que suben a la tercera planta.
En esta planta hay una estancia con unos pilares finos y largos.
Dentro de cada pilar hay una pantalla táctil, me acerco un poco
más y compruebo que en cada una de ellas se muestra una palabra
diferente: placer, desagrado, amor, espera, desengaño, futuro,
curiosidad…... A cada paso que das vas viendo las palabras y ahora
entiendo cual es el motivo de esta estancia, que nos quieren enseñar
esos pilares y esas palabras. Son los pasos de la vida y solo paso a
paso podremos madurar y vivir todas esas emociones que nos harán
crecer y convertirnos en adultos.
La puerta del aula se abrió mientras yo miraba asombrado este
“diseño”.
—“A ver niños. ¿Cómo es nuestra nueva escuela?”— entra y
dice la profesora.
¿La nueva escuela?
¡Qué idea más buena! ¡Esta es la escuela que los niños
imaginan y necesitan!
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—“¡Ah!...... Lo sé” — digo en voz alta.
La profesora se vuelve hacia mí. Está sorprendida, sus ojos lo
demuestran. Es una joven pelirroja de no más de veinte años. Lleva
una camiseta amarilla.
¿Es pelirroja y lleva una camiseta amarilla? ¡Es ella!
Le muestro la raqueta. Ella sonríe y viene hacia mí.
—“¿Es tu raqueta?” — pregunto.
—“Claro que sí. ¡Qué suerte tengo! Muchas gracias, eres muy
amable” — dice la chica.
—“De nada“ — digo.
—“¿Eres profesora aquí?” — pregunto.
—“No, soy estudiante y voluntaria. Vengo aquí todos los
viernes a jugar con los niños” — contesta.
—“¡Qué bien!, yo también soy voluntario” — digo orgulloso.
—“¿Te gustan los niños?” — pregunta ella.
—”Si, me encantan” — contesto.
—“Y, ¿Por qué tú dices ‘lo sé’ en alto? ” — pregunta ella.
—“Pues, porque.... Nada, nada” — digo.
Lo sé porque....... sé que lo sé.
La nueva escuela.
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Era un día soleado bien en septiembre, pero una joven pelirroja de
no más de veinte años estaba triste. Se llamaba Alícia. Ella tenía
unos padres maravillosos pero a ellos les gustaba trabajar mucho. Su
padre fue un arquitecto, su madre fue un médico y también tenía
un hermano pequeño y agradable y muchos amigos. Hoy era el
cumpleaños de Alicia, pero no puede celebrar con nadie.
Ella recibió muchos regales: vestido y ordenador nuevos e incluso una
raqueta profesional de tennis. Pero la alegría no fue completa. Papá
estaba en una obra de construccion en otro país, la madre trabajaba
en el hospital, su hermano venía a visitar los abuelos. Y sus los amigos
se separaron a diferentes partes del Mundo.
Se sentó en un parque de la Plaza de España cerca del monumento
a Cervantes El sol calienta suavemente, susurro de las hojas de los
árboles, tristeza arrullado, Alícia cerró los ojos ...
El Sueño o la Consonancia
Alla Koroleva
51
Ella despertó porque una voz habla con ella. La voz era agradable,
pero desconocido.
- Hermosa señorita, ¿por qué está triste?
Frente a su había unos dos hombres desconocidos. Uno de ellos era
alto y «era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rosto»
contrario lo segundo era de bajo, rechoncho y bondadoso. Estos los
desconocidos le parecía extrañamente conocido.
Inesperadamente por la misma, ella empieza a decirme a los
desconocidos:
- Es que hoy tengo un cumpleaños…
- ¡Qué coincidencia! Exclamó el desconocido alto
- ¡Tengo el cumpleaños hoy también! Pensó por un momento
y continuo
- ¡No está seguro lo que yo tengo, es posible lo que mi padre
tiene el cumpleaños ! Por lo menos alguien del planeta tiene el
cumpleaños como usted exactamente. ¡Y esto es maravilloso!
- ¿Por qué está triste, señorita hermosa? Repitió su pregunta
a lo alto
- ¿Por qué este mundo funciona tan difícil? Alícia hace a punto
de las palabras de las reflexiones tristes.
- ¿Por qué mi familia y mis amigos tan lo lejos, y no puedan
compartir conmigo la alegría de este día.
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- ¿Por qué la felicidad nunca es completa?
- ¿Por qué lo sabio va mano o mano con el tristeza, alegría con
lágrimas, miedo con esperanza y amor con .... ?
Sonrisa elusivo tocó los labios de lo alto.
¿Y dónde son los queridos por de corazón de usted?
- Mi papá está en Marrakech, mis amigos Rogue, Laura e Isabel
están en Beijing, Tel Aviv, Bruselas y mi novio Miguel está en Moscú.
- ¡19 216 kilometros, señor! el desconocido segundo dijo – si
visitar todos los amigos de uno por uno.
- Sí, mi amigo, es gran distancia para un hombre, pero no es lo
grande para nuestros «sabio nigromante» que llamaba Viento.
- ¿Cree en unos milagros, la señorita hermosa?
- ¡No, señor, por desgracia, no!
Sus últimas palabras se ahoga en las ráfagas de el viento fuerte, que
fue tan repentinamente como llegó.
- Permítanme, señorita hermosa, hacer un regalo de
cumpleaños para usted.
Hace tiempo y el viento vuelta y Alícia con asombro ve cinco
pájaros increíbles.
- Esto es un bello Flamenco Rosa de Marrakech, La Grulla noble
ermitaño de Beijing, y la Abubilla trabajador de Tel Aviv, y el Cernícalo
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independiente de Bruselas, y no tiene miedo de las heladas el
Camachuelo de Moscú. Cada de uno no habla idiomas de los demás
(otros), pero llegó a la llamada del viento para hacer un regalo.
Los pájaros cantan. Se trataba de una polifonía increíble, cada uno
cantó su materna idioma, pero combinan por un impulso común para
que haciendo un cumpleaños inolvidable ellos cantaba de sus almas.
A través de esta canción, Alícia sentía la consonancia de su alma con
del mundo.
- ¡El regalo es igual de precioso que inesperados de mi vida!
¿Por qué usted tan bueno conmigo y como acierta, el señor
sabio, que me daría una gran alegría?
- Yo no soy tan sabio como responder a todas sus preguntas,
hermosa señorita, pero yo sé que cada persona hay un momento
cuando quiere sonreír al mundo, pero no puede sin la ayuda de otro
hombre. Y siempre hay alguien que le ayude a sonreír. Y con una
sonrisa las preguntas se contesta.
Leonardo da Vinci, parece decir lo que - el arco es una fuerza que
le compone por dos los débiles: para la arquitectura consta de dos
cuartos de círculo, cada una de ellas es muy débil en lo mismo
y quiere a caer, pero apoyándose de su caída uno con el otro, dos
puntos débiles se transforman en una fuerza unificada.
- ¡No tenga miedo de ser débil o triste, señorita hermosa,
recibir ayuda o ofrecer ayuda! - ¡Tiene que temer no quiere escuchar
la consonancia del mundo!
54
Alícia abrió los ojos. Era el día soleado bien en septiembre, pero no está
triste y no están los desconocidos tampoco. Sólo lo cinco los pájaros
increíbles estaban cerca del más alto y el más bello monumento de
Madrid.
55
Me llamo Pavel. Soy arquitecto, estudio en el Instituto de la
Arquitectura de Moscú. Es mi ultima año como estudiante. Tengo que
escribir una diploma. Hoy voy a quedar con mi profesor, quién es un
hombre muy intelligente y famoso aunque ahora ya bastante mayor.
Ha llamado esta mañana y ha dicho: “Creo, que nuestra trabaja va a
ser muy interesante para dos juntos. Tengo una buena idea.” “¡Claro
que si!” -yo pensé. Después de comer voy al Instituto.
Mi profesor es muy felíz a ver a mi: “¡Buenas tardes, Pavel!” “¡Buenas
tardes, señor profesor! ¿Cómo esta usted?” Me responde con la
sonrisa hospitalaria:
- Gracias, Pavel, bien. Vamos a sentar y voy a decir como realizar
tu diploma y mi intención, que tiene que ayudarte en tu vida futura,
también. Y luego tienes el tiempo para pensar las cosas.
La examinación de la Babilonia
Kristina Lotkova
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Un poco mas tarde he comprendido, que mi profesor tiene un mejor
amigo muy rico, quién va a dar dinero de sobra para concebir y
construir un parque fenomenal de atracciones para toda la gente a
hacerla feliz y también para celebrar su nombre por la historia. El
profesor voy a reunir un grupo de cinco estudiantes de ultimo curso
de nuestro instituto para realizar este trabajo como una diploma
de los todos juntos – italiano, inglés, español, chino y ruso. Casi allí
mismo quise a rechazar el ofrecimiento. Le exclamé: “¡Es imposible!
Hablamos diferetnes lenguas y nunca cumplimos.” Pero el profesor
terminó muy tranquilo: “Tienes que pensar sobre esta idea. Vamos a
quedar siguiente semana, Pavel.”
Dos horas después llamé a mi amiga Elena y fuimos al parque cerca
de su casa, llamado Kolomenskiy, que muy bonito. Elena es una
estudiante de historia. Compartimos unas noticias del dia. Me parecí
que Elena fue alegre. Ha gustado una lección de profesora de historia
antigua esta mañana. Empezamos a jugar al tenis y me preguntó:
“¿Has oido sobre de Babilonia alguna vez?” Fui muy enfadado con
la discusión de este mediodía. Le conté sobre mi preocupación y
terminé: ¡Exactamente! ¡Que igualidad! ¡La Babilonia! Todos juntos
vamos a dar al través con nuestras diplomas como la gente antigua
con su torre de Babel. Elena expresó: “Nuestra profesor ha dicho que
siempre puede encontrar el otro variante de cada hecho historico.
Hay que pensamos sobre este uno.” Mientras proseguí el camino de
balón detrás y golpeó contra mi bolso balanceado con la raquete en
el mano derecha y oí las ultimas palabras de Elena: “¡Pavel, cuidado!”
Ya me he desmayado…
Cuando abrí los ojos, alrededor ví la habitación nueva. A la izquierda
de la cama, donde yazco, está una chica. Reconozco a Elena. Voy
57
a llamar a su nombre, pero ella habla la primera: “Cómo está tu
cabeza?” “Gracias, me encuentro bien.” “Me alegra que tu salud ha
regresado,” – se sentó cerca de mi encima de la cama y ahora ví, que
esta chica no es Elena, pero se muy parece a élla. “¿Cómo te llamas?”
- le pregunto. “Soy Anele, sacerdotisa y también la hija de Nimrod, del
Grande Emperador de Babilonia en la Tierra Sanaar”. “¿Y que pasa a
mi y que hago ahí?” – pregunté muy sorprendido. Me dijo:
- Nuestros guerreros han traido aquí tu y quatro arquitectos
más.
- ¿Somos tus presos? – le inquirí bastante cuidado. Oye mi
propio voz, que se ha hecho muy cambio. Yo pienso, que he volvido
loco.
- ¡Que tontería! Ha visto los presos algunas veces, quién se
acostaría un dormitorio como este y a quién tan bien atendería?
Durante del viaje tu fuiste enfermo muy mal, tuviste una fiebre fuerte.
Yo tuve que curarte pronto, – ella dijo y adicionó riéndo más - Creo
que tu eres demasiado joven para ser un arquitecto famoso.
- Tengo veinte años, ¿usted qué edad tiene?
- Veinte, también. Pues, puedes llamar “tu” a mi.
- Me parece que tu eres demasiado joven para ser una
sacerdotisa,
- yo desafié.
Ella rió: “Vístete y vamos a tener una reunión con Nimrod, del Grande
Emperador de Babilonia en la Tierra Sanaar y tus compañeros de otras
58
paises. Ahí comprenderé a todo”. “Qué es la reunión?” – le pregunté,
pero ya se ha salido del salón. Me levanté y fui a la ventana a ver
cómo estan fuera. ¡El paisaje enfrente de mis ojos es muy grandioso!
En el grande patio estan paseando mucha gente. Delante de mi lugar
y bastante lejos estan las puertas grandes de oro, luminado debajo
de brillo de sol. Alrededor de la ciudad está la barrera. Detrás de
la barrera empiezan dos rios anchos – uno a la derecha y otro a la
izquierda. En el centro del patio esta un hoyo ancho y profundo. ¡Está
mucha arena roja y mucho polvo por todas partes! “¡Que da qué
pensar!” – pensé para sí.
He oido que alguién han llamado en la puerta y ha sonido el voz de
una chica: “Señor, del Grande Imperador de Babilonia en la Tierra
Sanaar esta esperando a usted. He venido para escoltarse.” “Voy,
voy,” – le contesté y salí. Fuimos andando sobre numerosos pasillos
y entramos en la sala grande con el techo muy alto. Adelante de la
entrada esta el trono enmarcando en la tela roja y de oro. En el trono
se senta El Emperador. ¡No dudas que tiene la misma cara como mi
profesor! Estoy listo a llamar su nombre, pero espero un momento.
A la derecha del Emperador esta su hija Anele, quién solta un grito:
“¡Silencio! ¡El Grande Emperador de Babilonia en la Tierra Sanaar voy
a decir!” Yo voy cerca, donde estan cuatro hombres jovenes aparte
uno a uno y me siento la vibración en las rodillas porque la solemnidad
de ocación. El Emperador levanta su mano y empieza a hablar:
- Saludos a usted, el quinto arquitecto, de Larsa. Tu estas
entre otros, quién hemos traido aquí de Shumera, de Akkada, de
Jalne y de Mari para hacer una misión de la historia. Es la voluntad
de Madruk, El Deidad y El Protector de nuestro Imperio gran y
59
invencible. ¡Tenemos que construir una torre colosal y alta como el
cielo! Hagamos célebre nuestro nombre antes que nos dispersemos
por toda la tierra Sanaar. Si hay la avenida de aguas, podemos
que estar fuera de peligro – dentro de nuestra torre de Babel.
Después de sus discurso, El Emperador se levanta y se baja por unos
escalónes de la escalera. Va al primero arquitecto y le habla: “Puede
Madruk ayudarte!” Va al segundo y habla lo mismo. Al tercero, al
quatro y al final a mi. Y sale. Yo empiezo a entender la situación, pero
tengo que recibir unas respuestas a las preguntas.
Anele va a ir fuera, pero le llamo y ella vuelve con la sonrisa ancha.
- A dónde vas a ir, Anele? – le pregunté. - ¿Puedo acompañarte?
- Voy a ir a la Casa del Deidad Madruk, tengo que preparar
algunas cosas para el fuego santo esta noche. Y tu tienes que quedar
con tus compañeros y que pensar sobre un plan de la torre de Babel.
- ¿Cómo tu piensas que nosotros comprendemos uno a otro?
¡Un asunto es que hablamos lenguas diferentes! – le dije irritante.
- Hablamos todos la misma lengua si tenemos una misma
voluntad. Nunca hay que tener mucho orgullo, hay que siempre tener
mucho voluntad a escuchar a otros. Es tu destino. Si quieres, vamos a
ir juntos a la Casa del Deidad Madruk – en el tiempo del fuego santo,
cuando El habla. Va a ir a la barrera de la Deidad Ishtar esta noche.
Voy a esperar a tu.
Ella salió. Y pensando me uní el grupo de cuatros arquitectos. Supe
que no podría decir nada. ¡Ninguno puede comprender la lengua de
otros, además son antiguas!
60
Algo tiempo después estuvimos hablando sin pausas, aunque
diferentes lenguas, pero comprendemos uno a otro perfecto,
mientras estuvimos haciendo los dibujos y hablando sobre nuestras
ideas extraordinarias. Me alegré cómo el dia se pasó. Le dije sobre
esto a Anele, cuando quedamos a la barrera de la Deidad Ishtar, que
ví fuera de la ventana de mi dormitorio.
“Me alegré esta noticia, también” – ella hice el fuego enfrente
de la estátua de Madruk de oro. “Mira, El Deidad Madruk ha me dice
una vez: Tenéis que construir la torre de Babel y si completáis mi
voluntad, voy a bajar del cielo y unir la tierra y mi reino de cielo. Pero
si no podéis nunca comprender unos a otros, os separáis lejos unos
de otros.”
Dije riendo y me sentí muy cansado: “¡Una estatua no habla idiomas!”
“Es verdad.” – Anele continuó – “Pero nada nos impedirá que llevan a
cada todo lo que se propongan. Tienes que escuchar con tu corazon.”
Mientras estuve mirando al fuego yo me dormí y me despierté con un
abrir y cerrar de ojos, pero ahora alrededor está un cuarto de hospital,
todo blanco. Sobre la cama, donde estoy tumbado, se senta Elena y
pregunta alegre: “¿Cómo te vas?” “Elena, - hablé con prisa, - ¡Qué
buena mentira! Yo comprendí, porqué El Babilonia se destruió. No es
la problema de Dios o de unas lenguas diferentes. ¡Es la problema de
la gente, cuando tienen mucho orgullo y no quieren escuchar uno a
otro! Y voy a acordar con mi profesor y vamos a construir un parque
genial con mis compañeros extranjeros. ¡Cueste lo que cueste,
tenemos que representar la unidad de la nuestra mente y del nuestro
espíritu!
61
“¡Qué gustazo!”, Pablo estaba pensando, paseando lentamente por
los senderos tortuosos del parque muy tranquilo y hermoso que
servía como un refugio para los barcelonenses y los visitantes de la
ciudad que querían escapar del ánimo bullicioso e ilimitado de esta
ciudad extravagante. Aquí y allá algunos tórtolitos estaban disfrutando
unos de los otros y también del aire fresco, suave y perfumado de
las últimas semanas de primavera. Algunas familias jóvenes iban de
merienda y los niños estaban jugando un juego improvisado de correr
de aquí para allá a través de los rayos dispersos del sol que se parecían
a los focos que estaban pasando por las copas gruesas de los árboles.
Pablo estaba de buen talante por ver esta imagen tranquila de la
felicidad sencilla. Cuando un chico con una raqueta en las manos pasó
por delante de él, los recuerdos de la última vez cuando estuvo aquí
empezaron a ocupar su cabeza más y más. Recordó que la cancha de
Lo inimaginable
Nikolay Nikolaev
62
tenis estaba cerca del mirador donde iba a encontrarse con Ana en
unos minutos. Para él todavía era difícil de creer estar allí otra vez. Era
como un sueño que nunca había soñado.
Pavel, que era su nombre verdadero, siempre quería ser un
arquitecto famoso, pero este objetivo parecía inalcanzable para un
niño pequeño del interior del norte de Rusia, aunque tenía un talento
incuestionable e ingenio muy raro. Cuando cumplió dieciocho
años sus padres le dieron el regalo más deseado en el mundo por
él. Después de haber gastado todos sus ahorros de la vida, podían
darse el lujo de pagar la carrera de arquitectura de su hijo en una
de las universidades moscovitas más prestigiosas de Rusia. Pablo
estaba en el séptimo cielo por obtener una oportunidad de realizar
su mayor ilusión. Moscú le parecía un leviatán que fácilmente podría
pisar casi todo el mundo, pero que podría darle las oportunidades
y la posibilidad de conocer a la gente que él necesitaba. La vida allí
resultó en una pequeña pesadilla cuando tuvo que estudiar y trabajar
todo el día para pagar el alojamiento. Poco a poco se acostumbró a
esta forma turbulenta de la vida de la capital.
Se graduó de la universidad con gran éxito y consiguió un trabajo
en una empresa internacional. Empezó a participar en diferentes
proyectos importantes a la vez en Rusia y en el extranjero y viajó
mucho a lo largo de los dos años. Le gustaba recibir una colosal auto-
realización de su trabajo, haciendo las vidas más fáciles, más ligeras,
más felices, ya que, en su concepción, estaba diseñando no sólo
formas y espacios para vivir y trabajar, pero, sobre todo, la atmósfera,
el humor y algo que solía llamar “el alma de la casa”, es decir, algo
que podía cambiar sólo en parte con su trabajo y que generalmente
63
era una especie de reflejo de personalidades de los propietarios y
los acontecimientos que habían ocurrido en sus vidas. A pesar de
todo esto, hasta este momento parecía que Pablo estaba muy lejos
de encontrar su verdadero hogar. Sabía con certeza que Moscú, una
ciudad que le dio su sueño y el rango que él deseaba, parecía incapaz
de darle esta cosa mucha más impalpable.
Su primer encuentro con España tuvo lugar en Valencia donde
su compañía participó en el foro dedicado a la arquitectura
contemporánea y Pablo fue uno de los empleados destacados
invitados a compartir experiencias con sus colegas europeos.
Precisamente allí le dieron el nombre de Pablo en la manera española
de su nombre ruso Pavel por su tez morena y su dominio limitado
del español, sin embargo mejor entre sus compañeros rusos que
no hablaban español. El viaje tuvo mucho éxito, pero Pablo estaba
tan ansioso por saber un poco más sobre este país impresionante,
brillante y de muchas maneras contradictorio que espontáneamente
cambió su ruta y decidió hacer una visita corta a Barcelona. A la
postre, era una ciudad con la arquitectura maravillosa y Pablo tenía
una mezcla extraña e inexplicable de cierta emoción e intimidad
durante toda la estancia en el país.
Barcelona le dio una cálida recepción: hacía calor pero era más cariño
que ardor, las calles abundaban de gente abigarrada y nubes de
turistas, y el espíritu de festividad se sentía en el aire. Finalmente Pablo
encontró el alojamiento que buscó en Internet el otro día estando de
prisa justo antes de su salida de Valencia. Resultó ser un albergue
muy popular entre los mochileros en su mayoría de edades entre
veintitrés y veintiséis. “¡Eso es justamente lo que necesito!” pensó
64
Pablo, echando un vistazo al interior de la entrada bastante compacta
y simple donde lo primero que llamaban a los ojos eran algunas
lámparas, que presentaban como soportes parejas desnudas con alas
de mariposas, tendiendo las manos al sol personificado en la bombilla.
Parecía que aquí incluso los lugares a primera vista más ordinarios
podían henchir el ojo hasta de un arquitecto cosmopolita. Una joven
pelirroja de no más de veinte años estaba sentada en uno de los dos
divanes de color rojo vivo y estaba apasionada con conversaciones
virtuales con alguno de sus amigos. En el segundo diván se hallaba
un joven de apariencia asiática que atentamente estaba leyendo su
guía turística muy gruesa, anotando algo alternativamente en su
libreta no menos pesada que la guía. Lo más probable era que sería
bastante difícil encontrar una buena compañía aquí y así Pablo se
fue a su habitación que, para su sorpresa, resultó ser un dormitorio
estrecho para cuatro personas y allá hubo cinco maletas grandes.
“Pues, apretados pero contentos”, pensó Pablo contando con una
noche intranquila entre unos turistas incansables. En este momento
irrumpió en el cuarto una morenita con los ojos grandes y una melena
negra y en un vestido corto y rojo, sólo destacando toda la belleza de
su poseedora. “¡Dios mío! ¡Pensaba que este cuarto era solamente
para chicas!”, dijo la chica con gesto de asombro y vergüenza, pero
en algunos segundos, ya con una sonrisa radiante, añadió: “De todas
formas, no estoy en contra de ninguna manera. Soy Ana”. Los dos se
echaron a reir. Esas cinco maletas resultaron ser suyas, y Barcelona
era la ciudad de camino a San Francisco – la ciudad de sus sueños
desde niña, donde fue a pasar algunos meses y tomar un curso de
inglés. Pablo notó: «Lo último, que he esperado ver en este lugar es
una española verdadera» «¡Ja, ja! ¡Sí, tienes mucha suerte! Es más, ya
que hablas español un poco. Aquí siempre tienes muchos problemas
65
si no hablas español, especialmente si vas a viajar a otros lugares no
tan grandes como Barcelona. Es que normalmente la gente no habla
idiomas extranjeros, salvo unos locales» El día voló imperceptible
y ligeramente. Como ninguno conocía la ciudad y tenían mucha
hambre, encontraron un mesón sospechoso con comida mediocre
y un dueño gritón, que de ninguna manera molestó los dos viajeros.
Habiendo notado la foto de su pueblo entre las fotos en blanco y
negro en la pared, Ana entusiásticamente empezó a contar sobre
su vida en uno de los pueblos de Castilla, su estudio en el facultad
de periodísmo, sus amigos, viajes y su país... Pasaron el resto del
día andando sin rumbo por las calles y los barrios desconocidos y
tratando de abarcar lo infinito.
“Mañana es el día de la partida” – Pablo estaba pensando de
mala gana, contemplando la magnificencia seductiva de la ciudad
que estaba centelleando y quedaba sumida en el crepúsculo. Ana
estaba acostada en el banco cerca con la pierna colgando y echaba
miradas en el abismo que ennegrecía el mar. Un fresco agradable de
la brisa suave estaba haciendo llegar casi tangible aroma de flores y
melodía dulce de olas que estaban creando una sensación de dicha
sobrenatural, como si todos los sueños del mundo estaban en las
manos. Pablo le dijo:
- ¿Me parece o ese es el olor de tus pelos?
- ¡Ja, jа! ¡Sí, es mi magia!
- Es muy extraño, mañana voy a salir a casa, pero no me deje la
sensación de que ya estoy en mi casa, no quiero irme. ¿No te parece
extraño?
66
- Por lo visto, en tu vida pasada ya habías vivido aquí, también
trabajando como arquitecto y construías unas villas para las nobles.
- ¡Bobón!
- Me parece que cada uno tiene una oportunidad de encontrar
su hogar verdadero, hay que entenderlo a tiempo.
Al día siguiente un taxi, colmado de cinco maletas y una mochila de
tamaño regular, les llevó al aeropuerto. «Pues… por lo que parece,
nuestras caminas divergen aquí», Ana dijo, besándole… A la vuelta, no
lo dejaban ni un segundo los pensamientos de este viaje corto pero
tan insólito. A Pablo le desbordaban sentidos que no podía explicarse
a sí mismo. ¿Si era enamoramiento o la curisiosidad que le era tan
propia? Estaba fascinado de la hermosura incomparable y creatividad
de todavía espíritu joven de la ciudad antigua. Pero realmente le
hacía palpitar el otro mundo, mundo de esa morenita graciosa.
No podía explicarse a sí mismo lo que la hizo tan especial, pero
él sabía que era. Pablo sabía que la puerta de este mundo
simplemente se entreabrió para él, pero esto fue suficiente para
sentir toda la sinceridad, lo radiante y cordial de su belleza. Este
lo resplandor permanecía con él a pesar de decenas de miles de
kilómetros que había entre ellos. ¿Por que me pasó esto a mí? ¿Por
qué tan pronto tuvo que decir ‘adiós’ sólo para darse cuenta en poco
tiempo que no quería decirlo nunca?
Ha pasado un año. Fue su Segundo día en Barcelona en su vida.
Pablo se sentía muy entusiasmado de saber que después de esta
vez mañana habría una tercera, y pasado mañana – una cuarta.
67
Después de los largos meses de intentos desesperados por encontrar
cualquier forma, cualquier pretexto para estar en el lugar donde su
corazón anhelaba estar, su destino le dio un regalo inesperado, pero
tan deseado e inestimable. Su empresa acababa de abrir una oficina
nueva en Barcelona y se le ofreció un puesto de trabajo allí… Después
de haber salido del parque, se fue al mirador que tenía buena vista
del puerto. Ana estaba mirando hacia abajo, cuando Pablo se acercó
a ella y le abrazó, por lo que se estremeció un poco, pero al cantazo se
dio cuenta de lo que era lo que había esperado tanto tiempo. Después
de haber inhalado este aroma tan conocido, embriagador, inefable,
Pablo le dijo a Ana: Me parece que mí hogar está en el mundo tuyo…
“Pues… ¡Bienvenido!”
68
“Joven pelirrojo no más que veinte años...” - leía él en voz alta
estando sobre el banco en el parque. Él leía tan fuertemente que las
personas pasando de largo le prestaban la atención. Pero se volvían
no sólo porque él leía fuertemente... Él leía y se oía de dentro, y era
importante cuánto el tenía años, y no es importante como él se veía,
es importante sólo lo q feliz y orgulloso para él. Pero las transeúntes
oían completamente otro. No es ue él era claro y luz que lo llenaba
era visible no por todo, y sólo por aquellos sabía mirar y ver. Y esta
luminiscencia la naturaleza lo ha regalado, habiéndole tomado el
rumor. Él era el sordo y por eso hablaba mal y leía. Cuando él leía
en voz alta, los sonidos resultaban tales pesados, tales agujereados,
abruptos y sordos. Es porque las personas le prestaban la atención.
En aquel lugar donde él vivía siempre era caliente. Los días eran muy
cariñosos, y las tardes aterciopelado, por eso él quería vivir mucho
Un espejo
Aleksandra Aytalieva
69
aquí y alegria a cada día. Pero lo más posible él quería la noche. Por la
noche él podía soñar, ya que en la oscuridad él veía que quería ver. Y
lo más posible él quería la noche por lo que por la noche en el cielo las
estrellas velaban, que dormían por el día. Y él podía hablar con ellos.
Él hablaba las horas. Podía hablar hasta mañana. Las escuchaban,
respondían. Las estrellas le regalaban la luz, los besos. Él lucía. Él
se hundía en este diálogo, y por el día los besos de las estrellas se
escondían en sus pestañas. Y por eso por el día le parecía las estrellas
al lado y él no se sentía solitario.
Y aquí una vez por el día de verano todo regular le parecía insólito.
Él iba por el mismo camino, por que iba siempre, pero lo le parecía
otro. Él se ha parado cerca del parterre, como siempre, y parecía así
como las flores lo miraban de otro modo. Él era feliz, como si de que
esto espere esto debía pasar muy pronto. Él no iba, volaba, y no ha
notado como ha chocado con la persona. El muchacho quería pedir
perdón, pero la persona no lo ha notado. Él estaba tal pensativo y era
mental en otro lugar. Esto era un hombre no muy joven, con gafas,
con manos son ensuciado de grafito. Él estaba y tenía en las manos
muchos grandes pajinas con los dibujos y miraba apasionadamente
donde esto a lo largo de la calle. El muchacho en seguida ha adivinado
que esta persona es el arquitecto, ya que él tenía tantos dibujos
interesantes de las casas diferentes. Si el muchacho ha notado como
estas casas son hermosamente dibujados y ha querido preguntar
puede dibujar esta persona a una escalera , que podría gustar las
estrellas. Pero sólo el muchacho se ha acercado, el arquitecto se ha
puesto en marcha del lugar y los pasos grandes esfumaban a el en
finales de la calle. El muchacho no ha conseguido preguntar, pero no
se ha amargado, ya que él sabía exactamente que hoy por la noche él
hablará con ellos.
70
Todo el día que se ha quedado él pensaba sobre la escalera. Ya que
sobre la escalera podría ser aún está próximo a las estrellas, que así
lo comprenden. Él ha comprendido que es cierto signo. Y esta persona
en parque con los dibujos extraordinarios de futuro, y las miradas de
los flores y el olor del pan tierno de la panadería, que él pasaba de
camino al parque, algo presagiaba todo, pero él no comprendía que.
Él esperaba sólo la noche y tenía prisa a casa.
Él ha llegado a casa y no ha notado como anaranjado del ocaso las
esquinas de las casas y las callecitas estrechas empezaban a recordar
los pliegues sobre la seda negra, que era trasvasada por luz de las
foralas.
Él se ha subido a su habitación. Sin encender luz, él ha quitado el calzado
y ha arreglado de la ventana la flor que era posible ampliamente
abrir la ventana. Tan pronto como las hojas de la ventana se han
abierto, él ha sentido como la habitación ha empezado a respirar
por la noche. Y él ha aspirado profundamente la noche y se hacía
su parte. Él, orgulloso para él, se ha sentado a la peana y empezaba
a mirar en el cielo. Luego ha cerrado los ojos y piensa en el diálogo
estelar empezaban a pasar en su cabeza. Ya que ha pasado todo el
día, es sobre que contar y preguntar. Tan pronto como el muchacho
ha abierto los ojos, como de repente, inesperadamente él ha caído de
la peana. El muchacho empezaba a levantarse despacio y en sus ojos
asustados había una admiración.
“No puede ser...” - hablaba él.
“¡Que vistosа!”
“¡Que viva!”
71
El ha visto a nueva estrella en el cielo. Su estrella. Por eso para él lucía
es más brillante otro. Antes el muchacho admiraba otras estrellas y
hablaba con ellos, y era feliz. Y ahora él era enamorado.
Y desde la misma noche él hablaba solamente con ella, la oía
solamente, y solamente a su besos lucían a él sobre las mejillas, y por
el día se escondían en sus pestañas dorados del sol.
Él fue muy feliz, ya que él tenía un amor, lo escuchaban y oían, él oía,
él hablaba y soñaba, miraba y admiraba... Todo esto hacía por su vivo,
que luce, y lo más importante - no tan como todo. Él veía el sol y le
sonreía, oía el viento y los pelotilleros en el unísono. Él veía la alegría
de los niños, cuando ellos jugaban con las raquetas en el pargue.
Él era sordo, pero era feliz. Él vivía uno, pero no era solitario. Él se
alegraba a todo que tenía, él lo apreciaba y por lo tanto se distinguía
de las otras personas. Las personas eran alrededor otros. Ellos tenían
una vista, pero no sabían mirar y ver. A ellos era el rumor, pero no
sabían oír.
El muchacho quería a las personas, pero no lo notaban y por eso él
empezaba a hablar con las estrellas, lo escuchaban y respondían.
Una noche magica, que era oscura como el grafito, el cielo es
alegre muy bajo sobre la ciudad del peso de las estrellas, por que
era sembrado. El muchacho estando como siempre sobre la peana
hablaba con la estrella. Y ha preguntado - de que él querría lo más
posible. El muchacho ha cerrado los ojos y ha reflexionado. Y como
el papel alquitranado ha propuesto el deseo y ha abierto los ojos, la
estrella empezaba a caer y en un segundo se ha perdido.
72
Él lloraba toda la noche en el unísono con la lluvia. Y la mañana ha
dormido. Los besos de la estrella no poblaban su pestaña. Ha venido
el día. Él triste ha salido al parque. El ha llegado al banco querido, él
se ha sentado y no ha notado a la muchacha, que estaba ya allí. Él
pensaba en aquel por qué la estrella ha apagado, por qué él ahora
primeras veces es solitario. Él soñaba con una nueva noche, que
puede hacer a sus feliz de nuevo. Y de repente la muchacha se ha
vuelto a él y ha preguntado:
- “¿Que has propuesto cuando ha preguntado la estrella?”
El muchacho sin volver la cabeza ha respondido:
- “Querría que todos las personas oigan y se veían.”
Y tan pronto como ha pronunciado estas palabras, él ha comprendido
que ha oído a la muchacha y que lo oye.
Sus pestañas han empezado a temblar y en ellos de nuevo se veían
motas de la luz.
El deseo de este muchacho fue muy bueno y muy desinteresado y por
eso la estrella ha apagado que lo se haya realizado.
¿De donde lo sé, pregunten? Lo sé porque - sé que lo sé.
Yo hablo con ellos tambien.
73
Cuando era una niña, la aldea que vivía estaba muy tranquila. Todos
los días son iguales. Los días estábamos tranquilos y las noches
tambien. Los rios fluían en voz baja. Las colinas no hablaron tampoco.
Todas las personas son pobres. Los padres se levantaron temprano, y
los niños más tarde. En los veranos, los chicos y los jovenes nadaron y
pescaron en los rios pequeños juntos. Y los invierones toda la familia
nos sentamos al lado del fuego juntos.
Pero alguno día todos cambiaron. Si alguna abuela estuvo enferma,
nadie subo. Si un niño no fui a la escuela, nadie subo tampoco. ¿Por
qué? ¿Adónde fueron sus hijos o padres? Los hijos jovenes fueron
a las cuidades y los padres jovenes también. Sólo las mayores y las
niños pequeños estuvieron allí en casa. Mis padres fueron una pareja
de ellos.
Adónde vamos?
Fei Wang
74
Viví en el pueblo con mi hermana menor y nuestra abuela, la madre
de mi madre. Nunca había estado en una ciudad grande. El lugar más
lejo del pueblo en mi cabeza fue el asiento de condado. Mi hermana
creyó la misma como yo.
Un día, salí de colegio y volví a mi casa. Un chico se acercó a mí. Fue
un chico alto y guapo. Tuvo una raqueta en su mano. Cuando el sol
brilló sobre él, tuve un sueño sencillo pero bonito. Pensé que si el
novio mío en el futuro será este chico, que bueno.
Tal vez estuve un poco loca. Lo creo no soy una chica muy guapa,
pero soy muy amable y tengo la corazón buena. Cuando encontró su
mirada, toda la mesilla mía cambió a rosa. Me enamoré a la primera
vista.
- ¿Sabes jugar al tenis?- No habló el idioma de mi pueblo, pero
perfecto mantarín chino.
En todos los colegios hablamos mandarín. Cuando estamos fuera
del colegio, nadie habla, tampoco los profesores. Parece más facil
nuestro idioma del pueblo.
-Sólo un poco.-
- ¿Puedes jugar conmigo?
- Claro.
Miré arriba y abajo de él. Para nosotros pobres, no fui fácil a tener
ropa nueva. Tuvimos que ponernos en la ropa vieja de nuestros
hermanos.
75
- ¿Eres del asiento de condado?
- No.
- ¡Pero tu ropa es tan bonita, y parece nueva!
- Soy de Cantón, la ciudad más grande del sur de China. Voy
aquí para visitar mis abuelos.
- ¿Está muy lejos? Mis padres están en una ciudad cerca de
allá. Dicen que es un lugar llenado de oros.
- Sí, vengo aquí en tren primero, en autobus después, al fin, en
bici. Es muy dificíl, ¿sí?
- Deseo que ver a un tren algun día. También quiero visitar tu
ciudad.
- ¡Qué bueno! Si iras allá, podemos jugar al tenis en el parque.
- Cómo se llama el parque?
- Zhongshan parque.
Una semana después, volvió a su casa. Cada día fui a la casa de sus
abuelos. Pero, nunca estuvo acá.
Estudié mucho porque quise ir a la universidad de su ciudad. Si soy
una estudiante de universidad, puedo ser más valiente. Quiero lo
preguntar: ¿Puedes ser mi novio?
Ya he acabado de studio. Soy una arquitecta. Trabajo en la ciudad
suya. Cada tarde después del trabajo, paseo por la calle. Esta tarde,
no puedo dejar.
76
Caminando en la calle, me siento tan sola. No sé que adónde voy. Es
una ciudad sin familia, tampoco amigo. Nadie conoce a mí. Pero aquí
está mi sueño de amor.
Paso delante de un bar, alguna chica está cantando una canción de
amor. De pronto recuerdo las que le gustan. Muy de vez en cuando,
encontro alguna cosa bonita en la ventana de una tienda, imagino sus
ojos brillando. Pero no está al lado mío. Pienso que todavía no sale de
mi lado, porque está en mi corazón, en mi cabeza.
Hoy hace viento. El aire cola entre mi pelo, tan sueva. Me gusta tomar
el sol y el viento. Quizas porque parecen cariñosos.
Ahora estoy descansado en una parada de autobus, al lado de el
parque suyo. Un chica pregunta a una mujer joven: -Mama, adónde
vamos?-
Sí, me gusta saber la repuesta tambien.
-Vamos a la felicidad.-
Que bonita esta respuesta!
Me levanto la cabeza. De pronto, el chico de mi sueño corre por aquí.
Es más alto y guapo que antes. El sol está brilliante como el día nos
conocimos, y sus ojos también.
Me quiere. Lo sé porque su mirada es caliente, pero nunca ha hablado
sobre amor conmigo antes.
- Mi hija, ya está aquí,. Esta semana no puedo comer bien,
beber tampoco. Sólo estoy esperado a tí.--¿Qué dice?- Me pregunto
en mi cabeza.
77
- Yo tampoco.- Una voz bonita detrás de mí responde.
Me vuelvo la cabeza, una joven pelirroja de no más de veinte años
está bajando el autobus.
Sin embargo, llega el fin de mi amor. Me pareczo una tonta.
¿Adónde voy? No sé. ¿Dónde está el feliz? No sé tampoco.
78
Todo empezó con la vuelta de unas faldas y las notas de un tango.
Uno de esos tangos que nunca domaron la hoja pero son conocidos a
flor de piel en las yemas de tus dedos.
Las noches de Barcelona tentaron a Ismael Caeiro a esta calle, que por
su aislamiento del centro y el velo de las tinieblas podía dar refugio a
todos, sin importar si habían venido desde del paraíso o el infierno.
Estas distinciones pertenecían a calles mas selectivas como el Passeig
de Gràcia, que tenían un apellido ilustre.
En estas aceras, hombres y mujeres hablaban un idioma antiguo
como Adán y Eva, hecho de música y los movimientos del tango.
Aquí buscaba Caeiro el anonimato, aquí podia caminar sin escuchar
los fragmentos de su fracaso bajo sus pies.
El desafío
Elinor Aharon
79
Horas después de reunirse con Aguilar y Ulrica aún sentía la textura
del elefante de mármol que acariciaba cuando le dijeron que no lo
harán socio en la oficina de arquitectura, su reputación de arquitecto
estaba demasiado manchada para arriesgar.
Carajo, ¡han pasado veinte años! Agotado, se apoyó en la ventana de
una panadería.
El ruido de pasos le hizo volver al presente, eran los pasos de un
hombre muy pequeño, casi enano; iba vestido con un traje negro y
plumas blancas adornaban su cabeza, sorprendido por este extraño
personaje, Caeiro no oyó cuando le habló la primera vez y el hombre
se vio obligado a repetir, hecho que le llevó a ser aún más molesto
“¡Señor! ha pasado por aquí una patrulla?”
“No, ninguna” logró responder.
El petiso se vio aliviado, “estoy a tiempo entonces” por un instante
miraba alrededor cautelosamente y con la mirada fija en la panadería
recitó unas frases que Caeiro no logró escuchar sin embargo, la visión
le causó mucho placer.
El sonido de cristales rotos lo cogió por sorpresa, también el objeto
tirado, una copia vieja de la biblia.
Memorias de la educación religiosa que recibió hicieron que Caeiro
se pusiera serio enseguida.
“¿Por qué lo hizo?”
“¿Como que por qué?” se asombraba el enano “¿Cree usted
que mandarían una patrulla si no lo haría?”
80
“No no” negó con la cabeza, “las piedras ya son demasiadas
conocidas”.
A distancia sonaba una sirena, fue la oportunidad perfecta para
retirarse pero era como todo lo que vivió eata día le colmó justo en
este instante y se quedó mudo frente a semejante excusa que no
podía negar su razonamiento.
“Huimos!”
Con fuerza que contrariaba a su pequeña figura, tomó a Caeiro por su
brazo y empezó a correr obligando a Caeiro a seguirlo.
“Oye! yo no tengo vela en este entierro!” empezó Caeiro, pero
el enano no prestaba atención a su prisionero y siguió corriendo en la
dirección de un oscuro parque desconocido a Caeiro.
Cuanto más se alejaban los sonidos de la sirena más corría el
desconocido, no paraba hasta que algunos árboles envolvieron a los
dos.
“¿Deseaba decir algo?” preguntó cortésmente “lamento ser tan
grosero contigo pero estábamos en peligro a causa de tus acciones”.
“¡Mis acciones?!” se asombró Caeiro “ fuiste tú que… “
“¿Acaso no eres el arquitecto Caeiro?” Interumpió el petiso
¿Quién demonios eres?”
“Antonio de Siagora” respondió inmediatamente mientras se
arrodillaba,”para servirle, como ahora”.
81
“Pero le pido” agregó, limpiando hojas de su chaqueta
atentamente “que no me obligue a hacer cosas así a menudo, no me
gusta montar un espectáculo en plena calle”.
“Mira” comenzó Caeiro. Temor se dibujaba en su voz con
debilidad y duda “no sé por qué me elegiste a mí como .... “ no pudo
encontrar la palabra correcta y su voz murió delante de los ojos del
otro hombre.
Antes no había prestado atención a estos ojos, en el silencio de la
noche que solo ahora notó vio claridad en vez de la locura que había
esperado.
“Sí’” dijo el otro tranquilamente”esta reunión se estableció
hace mucho tiempo, veinte años atrás”.
“Veinte” susurró Caeiro para sí mismo, de pronto cayó la calma
sobre él, probablemente era su tiempo para responder por sus actos,
era hora de libertad.
Su mirada flotó desde los árboles pintados de plata con la luz de la
luna a las plumas que cayeron a la tierra.
“Muy bien, estoy dispuesto a enfrentar cualquier cosa que
quieras reprocharme”
“No estoy aquí para dictar sentencia” dijo Siagora “yo solo soy
su verdugo” dijo después de un momento de reflexión.
“No es necesario que digas nada, como dijo alguna vez un rival
mío: “los hechos son los enemigos de la verdad”
“Entonces ¿qué quieres?”
82
“Pues, muy sencillo” respondió Siagora mientras se sentaba
sobre una pila de trastos viejos que se encontraba cerca “te llegó la
hora”.
La risa era demasiado fuerte para sofocarla y Caeiro se vio obligado
a sentarse en el suelo para tratar de controlarla “no se supone que
deberías venir con cuernos y fuego?”
Siagora parecía apologético “tras cientos de años llevándolos
encima, son bastante agotadores” confesó “cómo me gustaría alguna
renovación” dijo con desesperación agitando sus manos “por lo
menos puse cierto interés en su caso, desputaran especulaciones
durante años acerca de los motivos que te llevaron a la muerte, la
soledad, la indiferencia, la religión”.
“No creo que alguien estuviera interesado” opinó Caeiro “ la
muerte es demasiado rutinaria en estos tiempos para que la gente
haga más que levantar una ceja”.
Si hasta ahora Siagora mostraba ser un demonio muy pacífico, esta
crítica le hizo
mostrar el lado más creativo: fuertes vientos comenzaron a soplar,
pedazos de tierra empezaron a golpear a Caeiro que se esforzó por
mantenerse de pie.
“¿Rutinario?! ¿qué sabe usted?” gritó enojado, terremotos
acompañan su ira los Pedazos de tierra se han vuelto más precisos.
La tormenta forzó a Caeiro a buscar cualquier arma para defenderse,
su mano encontró un objeto duro y con él lanzaba en la direccion de
Siagora, sorprendiéndole con su atrevimiento.
83
“Sé que la muerte no me asusta” aseguró, pulsando su arma
contra su oponente.
“¿Ah no?! ¿Por qué?” Siagora contestó con desprecio, “¿sabes
todo sobre él?”
“Lo sé porque… sé lo que sé” prometió Caeiro “hace años que
no tengo nada que perder a la muerte”.
¿Un desafío? Siagora mostró sus dientes “lo acepto” continuó
empujando a Caeiro al piso, “voy a darle un plazo”.
“¿Que tipo de plazo?”
“La eternidad, para evaluar mi obra, hasta que usted me pida
la bondad de la muerte”
Caeiro estudió el rostro de Siagora, entendía que a partir de este
momento los dos estarían unidos en la rivalidad.
¿Acaso tengo alguna opción?
“Ya no” reía Siagora “ustedes los seres humanos siempre
quieren promesas y fronteras y se asustan cuando los consiguen,
la próxima vez que nos veamos será su fin “ advirtió “no me gusta
perder”.
Caeiro juntó toda su voluntad para no darle el placer de ver su temor,
“no estés tan seguro de vencerme, en la primera batalla sólo necesité
una raqueta de tenis para ganar” dijo recogiendo el objeto que había
usado para tumbar al enano a tierra.
84
Si fuera posible, Siagora mostró estar aún más satisfecho “esta lucha
será interesante” garantizó “tengo que irme ya, casi es el amanecer”
Caeiro se dio cuenta de las rayas de sol pintando las piedras.
“Hasta pronto” se despidió Siagora.
“Hasta nunca” opuso Caeiro.
“Estas aprendiendo” elogió Siagora y desapareció.
Después de cumplir con el diablo para estar tranquilo hay que
cumplirle también a Dios, así que Caeiro el ateo ha ido a encender
una vela en la Iglesia de La Sagrada Família.
INTERMEDIO
(B1)
87
Hay que respetar tres restricciones:
1ª restricción
En todos los cuentos aparecen:
un/a arquitecto/a un parque una raqueta
Cada cuento incluye, además dos fragmentos extraídos de obras de autores hispanos:
2ª restricción
El primero es de Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010 y el segundo es de Ana María Matute, Premio Cervantes 2010:
- se sentó al borde del sillón, estiró el cuello1 - en aquel cuadro había un hombre, con la mano levantada2
3ª restricción
El Instituto Cervantes cumple veinte años en 2011 así que el otro fragmento es uno de estos tres:
- una muchacha con menos de veinte años, preñada como de cinco meses, comienza a vomitar en el asiento3
- después de trabajar durante veinte años para ellos casi por nada4
- una jovencita en sus veintes, melena azabache, impermeable beige5
1 Conversaciones en La Catedral Mario Vargas Llosa (Alfaguara. Biblioteca Mario Bargas Llosa. Madrid, 2004)2 La virgen de Antioquía y otros relatos Ana María Matute (Narrativa Mondadori. Madrid, 1990)3 Candela Rey Emmanuel Andújar (Alfaguara. Santo Domingo, 2006)4 Cultivos Julián Rodríguez (Mondadori. Barcelona, 2008)5 Las teorías salvajes Pola Oloixarac (Alpha Decay. Barcelona, 2010)
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Estaba lloviendo. Un pintor viejo estaba sentado en un sillón alto
bebiendo vino y hojeando un álbum con reproducciónes de sus
cuadros. Sus manos estaban volteando las páginas, pero delante
de su mirada mental apareció toda la vida - casi acabada. Él acercó
a sus ojos la reproducción de su mejor cuadro. En aquel cuadro
había un hombre con la mano levantada, en andrajos y rodeado con
muchos ricachos peripuestos en sus trajes exquisitos. Los ricachos
miraban a la tierra donde en fango estuvo tirado mucho dinero.
Ellos desadvertían nada excepto el dinero y no miraban arriba al
primaveral sol a donde el pobrete mostró. El pintor suspiró, puso el
álbum a las rodillas y tapó con cansancio los ojos con la mano. Él pintó
este cuadro hace mucho tiempo y desde aquella época su vida se ha
cambiado muchissimo. Antes era pobre y desconocido, ahora es rico
Si la lluvia se termina...
Liudmila Andreeva
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y muy famoso, sus pinturas estan en los mejores museos del mundo,
pero él no sé por qué por mucho tiempo no ha advertido el sol, ha
advertido solamente la lluvia y la niebla. No sé cuándo algo se rompió
en su alma. Hay mucha gente, que admira su talento, sin embargo,
no hay nadie, quien lo amo como si nada, como un hombre ordinario.
El pintor frotó el entrecejo, un poco abocharhado de sus gafas, e hizo
otro trago de vino. No tiene mujer, no tiene hijos. Su primera mujer,
cuando él era joven, se marchó porque él era demasiado pobre, y la
segunda, cuando él se hizo rico, se marchó porque él era demasiado
viejo. Sí, puede ser que en los últimos tiempos se ha ahilado y no ve
en lo futuro nada excepto la lluvia y la niebla. Pero con todo eso él
tiene una cosa: se ha llegado a París para pintar su último cuadro,
para pintar su lluvia. Y después... Y después él va a ir a su casa en
Italia, cultivar la uva y cada noche va a charlar con viejos señores
italianos en tavernas pequeñas. Tal vez, allí él verá el sol de nuevo. El
pintor abrió los ojos y se puso de fuerza a pie. Hoy, como ayer, como
anteayer y como hace dos días, como cada día de dos semanas que
vivo en París, irá a un parque pequeño, se sentará a un banco cerca de
la peana de la colina con una iglesia en la altura y estará observando:
niños con cazadoras divertidas, adolescentes desalados a algún sitio
con sus raquetas, señoras elegantes en un café comarcano. Él ve esta
vida cada día, pero ya no espera a ser su particionero de nuevo: sus
ojos estan cubiertos con la niebla, la capa de la lluvia impide a sus
pensamientos. Pues, él pintará su lluvia y pondrá todo el alma en
este último cuadro... e irá. Y todo su dinero dará al cura de la iglesia
en la colina. Sí, es una buena idea y hoy él llamará a su abogado para
hacer testamento.
***
90
El pintor viejo en su estudio parisíno estaba mirando a su cuadro, casi
acabado, y no daba crédito a sus ojos. Él vió la iglesia en la altura de la
colina, tan genial como el arquitecto la había construido, la escalera
con escalónes de piedra, el cielo sombrío, los árboles mojados después
de la lluvia con vedejas de la niebla se enredados en sus ramos, una
mesita del café con un periódico olvidado cuyos folios se elevaron
como las alas del herido pájaro intentado a volar. Y una muchacha
– una jovencita en sus veintes, melena azabache, impermeable
beige... Pero él estuvo de acuerdo que ayer no había pintado ninguna
muchacha. Ayer en el cuadro no había ninguna persona, solamente
la lluvia y la niebla. No era loco y estaba seguro que ninguna persona
había entrado en su piso excepto él mismo. ¿Entonces de dónde
apareció ella? El pintor estaba intrigado. Él querría a ver la cara de
la chica, pero ella estaba subriendo la escalera y él veía solamente
su espalda. Todo el día no puso trabajar y se durmió totalmente
quebrantado. El día siguente, cuando se despertó, el pintor vió que
la chica se había vuelto: el sentimiento del reconocimiento se juntó
a su asombro de lo que estaba ocurriendo. Él ha visto esta cara, pero
¿dónde? y ¿ cuándo? Algunos días el pintor trataba a recordarla,
pero la lluvia en el cuadro le impedía y la niebla de los años pasados
cubría sus ojos. Una vez en la mañana él vió que la chica se sonrió.
En este mismo segundo un rayo del sol se cayó en el cuadro – y él
se la recordó. En aquel momento sorprendió mucho como se puso
olvidarla. Esta chica era su primer amor y presisamente ella descubrió
su talento hace muchos años, le mostró el mundo lleno del sol. Ella
lo amaba tan fuertemente que permitió a olvidarla, cuando él se
marchó de sus pueblo a la capital para conquistar el versátil público
artístico. La vida lo remoleneó y ella no escribió ninguna carta que
pudo recordar sobre ella. Él casi la ha olvidado, pero ella ha llegado
91
para volver a mostrarlo el sol. El pintor viejo se sentó en su sillón alto
y se sonrió felizmente.
***
A las 12 en punto un abogado llamó a la puerta del estudio de su
amigo-pintor. Ayer el pintor le llamó por teléfono y pedió a venir para
hacer testamento, sin embargo en aquel momento nadie le abrió.
Detras de la puerta era silencio. El abogado empujó la puerta y ella
cedió. La primera cosa cual él vió en la habitación fue la pintura: la
escalera con escalónes de piedra, la iglesia en la colina, los árboles
y las mesitas del café eran mojados después de la lluvia, pero hacía
mucho sol. Los rayos del sol eran en cada rinconcito del cuadro. El
abogado pensó que hace mucho tiempo su amigo no había pintado
los cuadros tan vivos, claros, llenos del sol. Él miró al cuadro otra vez y
vió una guante de mujer olvidado en la escalera. En algunos minutos
él por fin miró a otras partes de la habitación: en su sillón alto estaba
sentado el pintor viejo, su mirada estaba fijado a lo lejos, los labios
estaban sonriendo. Él estaba muerto.
92
Amanecía cuando Javier acudió al parque por la segunda vez desde
aquel maldito día. Una lluvia fine y fría caía y ya estaba calado hasta
los huesos. No se había llevado un paraguas, pero no le importaba
nada de la lluvia. Al contrario le ayudaba a pensar, aunque todavía se
sentía perdido. Recordaba aquella discusión rara con unos políticos
del ayuntamiento, que la semana pasada vinieron a hablar con él en
su nuevo gabinete de arquitectura. Hasta hace seis meses atrás había
trabajado para los arquitectos más famosos del país. Pero después de
trabajar durante veinte años para ellos casi por nada, se había sentido
un arquitecto muy frustrado e infeliz. Había estudiado arquitectura
soñando con realizar proyectos idealistas y ambiciosos, pero había
acabado siendo un ayudante y basta. A casi los cincuenta años se
había dado cuenta de que su vida pasaba inexorablemente sin poder
realizar algo suyo. Además no estaba de acuerdo en absoluto con los
El desahogo del arquitecto
Claire Villaume
93
proyectos arquitectónicos de sus empleadores. En efecto, la ciudad
se había vuelto un cubo de cemento. No había ni un árbol por las
calles y la única isla verde que quedaba era el parque en el que estaba
en este momento. Ahora bien sus jefes habían contribuido en gran
parte a este éxito y también él indirectamente. Pero no había dicho
nada por miedo de perder el trabajo. Le daba vergüenza pensar que
era un poco responsable de como se había vuelto su ciudad. Por
todas esas razones, después años de sacrificios financieros, finalmente
había abierto su propio gabinete. El problema era que desde el
principio los negocios habían sido muy malos y hoy en día su gabinete
estaba al borde de la quiebra. Por lo tanto, se había quedado muy
perplejo y sorprendido cuando los dirigentes de la ciudad le habían
propuesto un proyecto muy grande, o sea, de hacer desaparecer el
último parque de la ciudad construyendo en su lugar el enésimo
centro comercial del que nadie necesitaba. ¡No podía pasarle algo
peor! No entendía por qué había sido elegido. Por un lado, el primer
verdadero trabajo que le habían ofrecido era del todo contrario a sus
ideas en materia de arquitectura, por otro lado, era la única posibilidad
de poner las bases para un futuro profesional más seguro. Se sentía
combatido entre sus principios y la necesitad de salvar su empresa.
De repente se puso a llorar por la rabia y sus lágrimas se mezclaron
con la lluvia che seguía cayendo. Ya no supo distinguirlas. Después de
llorar todas las lágrimas de su cuerpo y al recobrarse vio a un niño que
se acercaba con una raqueta en la mano. Se puso muy asombrado.
¿Qué hacía este niño solo aquí bajo la lluvia y por qué tenía una
raqueta? Cuando el niño se encontró a cinco metros de él, Javier se
quedó todavía más atónito. ¡El niño parecía igual a él de pequeño!
Debía de tener cerca de diez años. Sus ojos eran grandes, azules y
curiosos. El niño se paró frente a él y le enseñó la raqueta. Era una de
94
esas raquetas de madera con las que solía jugar de pequeño y que
hoy en día ya no se vendían en las tiendas, el plástico habiendo
reemplazado la madera. De repente sintió una ola de nostalgía
sumergirlo. Se acuerdó de cuando solía jugar con sus amigos en los
parques de la ciudad, cuando su ciudad era llena de árboles, de
plantas, de flores, de verde. Volvió a llorar. Entonces, el niño le dio la
raqueta. No habló, pero sus ojos eran como un libro abierto y decían:
“¡Tómala, tómala, te podrá ser útil!” A principios, Javier quedó inmóvil
por la sopresa. Pero, frente a la insistencia del niño cogió la raqueta.
Y en este mismo momento el niño desapareció. Por unos minutos
pensó que había soñado despierto debido a su estado de ánimo, pero
luego se dio cuenta de que tenía la raqueta en las manos. Del todo
atónito y de mala gana se decidió a volver a su despacho. En efecto,
dentro de una hora habría tenido que entrevistarse de nuevo con
esos dichosos dirigentes y darles una respuesta, que todavía no
conocía. Además su traje estaba lleno de agua y tenía que cambiarse
antes de la cita. Al volver en su coche se fijó otra vez en las calles por
las que pasaba y no conseguí reconocer la ciudad de su infancia.
Nunca había sido bombardeada durante la guerra, sino destruida por
la voluntad de personas codiciosas de riquezas, que en lugar de zonas
verdes o de edificios históricos maravillosos habían construido
monstruos horrorosos de cemento sin alma. La ciudad estaba cruzada
por carreteras muy largas para permitir la circulación de más coches,
pero el tráfico había empeorado por falta de inversiones en una red
eficiente de transportes públicos. Además los nuevos edificios habían
sido construidos sin armonía y sin la aprobación de un proyecto
urbano coerente. Perdido en sus pensamientos, de vez en cuando
miraba la raqueta que había puesto sul asiento delantero
preguntandose que habría hecho con este objeto. Cuando llegó a su
95
despacho vio que Rocío, su secretaria, todavía no había vuelto de la
pausa para comer. Entonces secó los cabellos y el rostro, se mudó de
ropa, se sentó al borde del sillón, estiró el cuello y volví a observar la
raqueta que había cogido en su mano. Le parecía que el tener esta
raqueta le daba confianza, lo tranquilizaba. ¡Quizás fuese mágica! Al
pensar eso se puso a sonreir: se estaba volviendo un poco tonto… Sus
pensiamentos fueron interrumpidos por el timbre del teléfono. Era su
secretaria. Contestó. Rocío le informó que los dirigentes del
ayuntamiento acababan de llegar. Intentó quedarse calmoso, pero le
cuestó mucho. Cuando entraron a su despacho, se levantó para
saludarles y después les invitó a sentarse. Mientras Rocío servía el
café y los refrescos, empezaron a hablar del dichoso proyecto del
centro comercial. Javier recuerdó todo lo que había pensado y visto
esta mañana y reventó de rabia. Sin pensar y cegado por la ira, se
puso a dar golpes fuertes a sus interlocutores con la raqueta. Se gozó
mucho en este hecho, se sintió liberado. Pero, en el mismo momento,
se dio cuenta de que había cometido una locura. ¡Le habrían
denunciado y habría acabado en la cárcel sin haber resuelto nada! Ya
estaba listo para el peor, cuando tuvo la impresión que el ambiente
en la habitación se hubiese cambiado, que fuese más sano y fresco.
De repente sus interlocutores, sin evocar los golpes, como se nada
fuese pasado, se pusieron a sonreirle y volvieron a hablar del proyecto
arquitectónico. Después de las primeras palabras, Javier no dio
crédito a sus oídos: ¡Le estaban decribiendo un proyecto del todo
diferente de lo que le propusieron la semana pasada! Le dijeron que
la ciudad se había vuelto un lugar feo, gris y triste, que se habían
equivocado al seguir una política a corto plazo sin pensar en las
generaciones futuras y que entonces ya era hora de cambiar esta
política ciega. Añadieron que ya no estaban de acuerdo con sus ex
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empleadores porque tenían una concepción antigua de la arquitectura
urbana y que necesitaban ideas nuevas para transformar la ciudad en
un modelo de arquitectura ecológicamente sostenible para las otras
ciudades del país y de Europa. Querían una ciudad para las personas
y non para los coches, una ciudad llena de verde, una ciudad
funcionando gracias a las energías renovables, una ciudad con
edificios históricos restaurados y non destinados a ser destruidos
para costruir rascacielos horrorosos. Al final le propusieron de ser el
jefe del proyecto y de trabajar con un équipo de arquitectos jóvenes
con las ganas de hacer cosas nuevas. Javier se quedó atónito, le
pareció de vivir en un sueño. ¡No era posible! Se apretó el cuello y
sintió el dolor. ¡No estaba soñando, era la realdad! Miró sus
interlocutores y después la raqueta que tenía en su mano temblorosa.
Volví a mirarles y contesté que era un honor para él aceptar su oferta.
Cuando se fueron ido, Javier se fijó en la raqueta y rió como un niño.
Luego se quedó pensativo por un rato. Abrió su caja de caudales,
depositó la raqueta, cerró la puerta con mucha attención y miró por
la ventana. Por fin, la lluvia, que caía desde hace una semana, había
cesado y el sol había vuelto. Con mucha tranquilidad se sintió a su
mesa di despacho y se puso al trabajo.
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Este es un mundo maravilloso! Si deseas tener una vida feliz, lo único
que tiene que hacer es despertar a tu corazón!
¿Quién es Ella?
Este primavera llega un poco más tarde que el año pasado. Es ya en
abril, las flores se encuentran todavía en la pubertad temprana en
la ciudad. Hoy es sábado, ella se levanta a las ocho de la mañana.
En general, se queda en casa para el fin de semana, se selecciona
un libro para leer o ve videos, etc. Su vida parece estar tranquila y
sencilla.
Ella es una arquitecta. A pesar de que ha cambiado varias veces de
su lugar de trabajo, que nunca ha cambiado su carrera. Después de
trabajar durante veinte años para ellos casi por nada. Ella no sabe si
El despertar
Shaofen Tang
98
le gusta o no para como arquitecta, en todo lo que es demasiado vieja
para hacer otra carrera en la edad de 40 años. Al menos ella tiene un
trabajo para ganarse la vida.
Ella casi no tiene amigos cercanos; la mayoría de los buenos amigos
anteriores que ya han estado casados y poco a poco no tienen ningún
contacto unos a otros. En su corazón, ella sabe que no lenguaje común
más si se vuelven a encontrar. Otros pueden ser más gusta hablar de
sus maridos, hijos, o cómo tratar la relación con las padres de sus
maridos. Sin embargo, ella no está interesada en estos temas, y ella
no le importan los problemas porque cree que esas cuestiones no
entrará en su propia vida. Por lo tanto, ella prefiere quedarse en casa.
Ella tiene una hermana que es 3 años mayor que ella. Ayer por la
noche, su hermana la llamó para quejarse de su marido, porque hace
poco, su hermana duda si su esposo tiene otra mujer fuera de la
familia. Por lo tanto, ella utiliza algunas buenas palabras para consolar
a su hermana. De hecho, ella piensa que su hermana es una mujer
feliz, por lo menos su hermana puede directamente expresar sus
dudas, sus quejas. Sin embargo, en su memoria, ella no habla nada de
su verdadera historia propia de su hermana o cualquier otra persona.
No es porque ella no quiere decir, sino que no puede hacerlo.
Al igual que todas las personas, cuando ella está durmiendo, ella
tiene sueños. Una noche, ella perdió todos los dientes en su sueño.
La mañana siguiente, ella fue a buscar en Internet para encontrar el
verdadero significado del sueño. Por último, se encontró con una de
esas explicaciones que eran mucho más adecuado para su caso, lo
que explica todos los dientes están desapareciendo, significa que
decir adiós al pasado!
99
La Adolescencia de Ella
Cuando tenía 12 años, ella empezó a sentir que había algunas
diferencias de otras chicas. Aunque no podía asegurarse de que las
diferencias en sus aspectos biológicos o fisiológicos, ella había un
fuerte sentimiento cada vez más. Tenía esta confusión hasta que
conoció a una chica cuyo nombre es Jia. Ambos tenían 13 años
estudiando en la misma clase. Hasta hoy en día, ella tampoco puede
encontrar el momento exacto de ella comenzó a observar en secreto
a Jia.
A veces, en la clase, ella miró involuntariamente hacia atrás para
encontrar Jia de vez en cuando. Cuando se encontró con que Jia ya
había fijado en ella, se ajustó el espíritu del ojo a la vez. Ella recuerda
claramente que una vez, en un parque, todos los estudiantes estaban
en frente de un cuatro abstracto de escuchar a la introducción de
una guía. En aquel cuadro había un hombre, con la mano levantada.
Cuando se volvió, de pronto se encontró que Jia estaba de pie a su
lado, pero Jia no la vio, ella sólo miró el cuadro. De hecho, Jia fue una
de las chicas más bonitas en la escuela, sobre todo que ella puede
tocar el piano y cantar muy bien. Algunos niños les gustó tanto Jia. Sin
embargo, en ese momento, ella era muy común, casi nadie reparó en
ella. Tal vez alguien, ella no lo sabía.
Su pasatiempo favorito era leer libros, a veces ella escribió algunas
palabras o poetas. En ese momento, ella de vez en cuando en algunos
libros, leyó algunas palabras, como « homosexual «, etc. A partir de
aquel momento, ella inmediatamente se piensaba en la suya. Por fin
se dio cuenta de lo que es su verdadera diferencia de la mayoría de la
gente. Desde entonces, se convirtió en una niña introvertida.
100
De hecho, Jia no vivía lejos de su casa. Ahora, ella se olvida de la razón
por la que ella fue a la casa de Jia por primera vez. Era un sábado por
la tarde. Ella llamó a la puerta, con un dejo de temor en el corazón.
La puerta se abrió para ella, Jia tiró a ella en la puerta y la puerta se
cerró inmediatamente detrás de ella. Se enteró de que ella ya estaba
en brazos de Jia. Ella y Jia, se abrazaron unos a otros sin palabras
por un tiempo muy largo. Este momento siempre permanece en su
memoria. Desde entonces, tuvieron la oportunidad de vez en cuando
juntas. Este fue la adolescencia ambigua de ella. Ellas nunca habían
tenido ningún tipo de compromiso, no se hablaban palabras dulces
entre ellas. Simplemente le gustaba estar juntas.
Cuando ella tenía 18 años, se fue a estudiar en una universidad de
otra ciudad. Más tarde, ella no tiene ningún contacto con Jia.
En el mundo, tal vez nadie lo sabe o nota que ha habido un amor entre
dos chicas. Ellas están bien protegidos. Ella nunca lo había hablado de
con nadie. Jia se mencionan con los demás? Ella no lo sabe.
La Juventud de Ella
Después de graduarse de la universidad, regresó a su ciudad local
para trabajar. A veces, ella tenía que seguir a sus padres para conocer
a algunos chicos de la meta del matrimonio. De todos modos, su
hermana mayor ya estaba casado con una vida que parece ser feliz.
Por otra parte, el principal tema a sus amigos también habló de
novio, el matrimonio, etc. Sin embargo, para ella, el trabajo era lo
único importante. ella se sentía como una zombie. Le gustaba tener
una vida de trabajo ocupado, porque así no tenía mucho tiempo para
pensar en otras cosas.
101
Sin embargo, el mundo no será siempre imperfecto. Cuando tenía 23
años, ella conoció a Lisa, que es muy hermosa chica. Ella se enamoró
de Lisa, y ella estaba muy feliz de que Risa también la amaba tanto.
Ella pensaba que la vida sería seguir así. Sin embargo, un día, Lisa se
acercó a ella para despedirse de ella porque tenía que cumplir sus
responsabilidades sociales y tuvo que seguir a sus padres. Risa está
casada con un hombre rico finalmente. Risa le dijo que no le gustaba
que el hombre, pero ella necesita una vida como la mayoría de la
gente. Así que las dos chicas se separaron. De hecho, ella admiraba
a gente como Lisa que pueden vivir con la persona que no ama, pero
ella no podía hacerlo. A menudo se dijo a sí misma: si pudiera cambiar
mi naturaleza, me gustaría tener una vida similar a los demás. Por
desgracia, la vida no existe «si», es imposible para ella cambiar su
naturaleza.
Tal vez la vida no sólo tiene amor, pero las responsabilidades, los
demás, etc. Siempre se pregunta ella que cuánta gente realmente
puede tener toda una vida con un amor verdadero en el mundo!
Incluso si la hay, cuántas personas van a luchar?
Por la noche, le gustaba escuchar la radio, la música le ayuda a la
comodidad. En estos años, las palabras como «homosexual» o
«gay» se han convertido no ser ajeno a la opinión pública. La gente a
menudo rumorea o hace el ridículo con una estrella de cine con una
orientación homosexual, o una película homosexual gana premios
internacionales, etc. Algunos conocidos personajes han declarado
públicamente su orientación homosexual. En sus ojos, el mundo
realmente está cambiando día a día.
102
La Madurez de Ella
Ella comienza a tener su propio departamento desde 2008, cuando
el precio de la vivienda era mucho más bajo que ahora. Ella siente
que algunas cosas van a ella con suerte, ella no pertenece a una de
las infortunadas mujeres en el mundo. En todo, ella tiene su propio
espacio para poner su felicidad, tristeza, etc. Ella está lejos de los
padres, y amigos que están demasiado preocupados por su vida
personal.
Cada semana que va del centro de deportes de una vez con una
raqueta de tenis, todas las vacaciones que viaja a otras ciudades con
una mochila grande. Ella ha aceptado su identidad por completo.
Incluso a veces se saltará una idea en su cabeza, ¿Por qué sólo me
gustan las personas del mismo sexo? ¿Si uno entre los padres sería ?
Entonces, ella no puede pensar en más. Sin embargo, su vida se
vuelve más tranquila.
Cada mañana, ella va a trabajar en metro. Y cada noche, ella regresa
a su casa en metro. En el metro está siempre lleno de gente. Los
pasajeros están muy cerca uno del otro, pero todo el mundo sigue
siendo con una larga distancia para sus corazóns. En esta ciudad,
¿cuántas personas tienen la misma experiencia que ella tiene?
¿Alguien tiene lo mismo que ella? En el corazón de todos, hay un
mundo que los demás no pueden ver, ¿no?
Esta mañana, se siente un poco incómodo. Ella come la medicina, y
ella vuelve a su cama otra vez. Nadie se ocupa de ella por su lado. A
veces, piensa en cuando ella se murió un día, nadie lo sabe. ¿Es una
cosa tan miserable? Cuando ella está pensando en este punto, ella
está un poco triste.
103
No importa lo que la vida continuaría, ella decide ser feliz cada día.
Por otra parte, que espera encontrar a alguien que puede entrar en
su vida, y más tarde se convierte en su compañero de vida. Ella cree
que ese día será muy pronto. Cuando la persona aparece, no se duda
en estar con ella en público. Cuando llegará el día?
En este momento, ella está pensando qué ponerse para esta noche.
Esta noche, será la primera vez que se entra en un bar de homosexuales
más famosa en este ciudad para tomar una copa! Sobre todo, ella
tiene una cita con un editor de la famosa revista en el bar para hablar
de la publicación de su novela «El despertar».
104
Ahora es el año 2066... 19.216 días han pasado desde que la gente
salió de la Tierra. ¿Los he estado contando? Claro que si... La causa es
que el día cuando salimos de la Tierra se quedó en mi memoria.
Ayer finalmente conseguí el permiso para controlar la nave cósmica...
y para volver... Despegué inmediatamente, porgue todo lo había
preparado hace mucho tiempo. No era necesario decir adiós a nadie.
Dicen que en perspectiva van a tener algunas expediciones que
ayuden a las personas a entender mejor la historia de humanidad. No
sé, es posible, pero ahora solo los locos, como son - “los esclavos del
pasado”, visitan el planeta muerto.
¡La superficie de la tierra cambió mucho! Antes había continentes,
países, islas, ahora todo está lleno de agua, porque los océanos
Los recuerdos
Daria Melnik
105
inundaron la parte más grande del mundo. Pero aun hay algunas
partes de tierra firme, incluso el territorio de mi ex ciudad, donde he
decidido aterrizar y he elegido una antigua plaza en el centro como
pista de aterrizaje.
Recuerdo como empezó todo. Al principio eran unas inundaciones, de
trecho a trecho; después tornados fuertes que destruyeron la mitad
de las ciudades en América; se despertaron los volcanes en Italia,
Islandia, Rusia... Era como si la naturaleza se enfadara con nosotros!
Después más: porque a los volcanes les siguieron terremotos y
tsunamis. Algunos países ribereños desaparecieron en segundos.
Empezó una catástrofe nuclear, porque se destruyeron estaciones. No
había una solución. El pánico y la desesperación se apoderaron de
los hombres. Y cuando sentíamos que no tendríamos ningún salida,
ninguna posibilidad de salvarse, llegaron “Ellos – Otros” en maquinas
grandes para ayudarnos. Empezó una evacuación mundial.
He salido de mi nave a la plaza o, con más exactitud, al lugar donde
hacía cierto tiempo había una plaza mayor, muy grande y bonita...
Ahora los edificios están en ruinas, solo algunos recuerdan la grandeza
de antaño. Y en otros tiempos me parecía que los habían construido
para muchos siglos; en otros tiempos – cuando era arquitecto. En
algún sitio cerca de la plaza tiene que estar el primer edificio que
yo proyecté, pero me da igual que todavía esté allí. Quiero buscar el
parque donde habitualmente paseaba con Ana. Su fotografiá es la
única cosa que he tomado de la Tierra 2. La he sacado del bolsillo,
ahora ella está bastante usada porque siempre ha estado conmigo.
En la fotografiá está Ana como yo la recuerdo en día que la conocí -
una jovencita en sus veinte, melena azabache, impermeable beige:
106
Algunos años antes de la catástrofe había ganado el primer premio
en un concurso internacional de arquitectura, pues pude organizar mi
propio estudio . Ella tuvo un reunión conmigo en la oficina. Dijo que
se llamaba Ana y empezó a tutearme desde los primeros minutos.
Era tan guapa y tan natural que yo estaba muy contento de que no
hubiera fronteras entre los dos. Después de nuestra conversación
sobre el proximo trabajo, ella me preguntó con una sonrisa señalando
al cuadro detrás de mi :
- “¿Te gusta Corbusie? ¡Que sorpresa! ¡El fue un revolucionario
en arquitectura! ¿Tu lo eres también?”
En aquel cuadro había un hombre, con la mano levantada - “El
Modulor” de Le Corbusie que fue un arquitecto muy famoso en el
mundo entero.
Le dije que creía en que llegar a ser casi tan talentoso como él.
En realidad “la revolución” era una palabra que había caracterizado
a Ana mejor, y yo simplemente era alguien que había tranquilizado
su energía extra. Claro que me enamoré de ella a primera vista.
Aquellos días, semanas, años antes de la catástrofe fueron los mas
felíces. Ella era como un viento fresco en mi vida. Los días laborables
trabajábamos mucho sobre el proyecto y por las tardes Ana me
obligaba a salir por el parque para descansar de la arquitectura un
poco. Los fines de semana ella tiraba un millón de cosas (necesarias
y poco necesarias) en el portaequipaje del coche: un juego de picnic,
una manta, unos raquetas para jugar al volante etc.; y viajabamos en
cualquier dirección porque nunca planebamos a donde.
107
Sin notarlo descubrí que había llegado al parque. Es sorprendente
que algunos árboles sobrevivieran y tuvieran hojas pequeñitas. Creo
que con el tiempo el aire se haría idóneo para la respiración. Un banco
donde me había sentando con Ana nuestra última noche también se
había conservado.
Al poco tiempo se hizo conocido que “Ellos” (“Otros”) no evacuaban
a todas las personas del planeta peligroso. Cada persona tenía que
pasar un chequeo y sólo los que estaban enteramente sanos se
alejaban volando de la Tierra. Por eso “Ellos” no llevaban en las naves
cósmicas a los hombres que eran mayores de 65 años. Eso fue una
nueva tragedia. Algunas personas se negaban a dejar la Tierra por
sí mismas. Aquella noche, en el parque, Ana y yo decidimos que nos
evacuaríamos. A la mañana siguiente la besé y nos separamos porque
las mujeres y los hombres pasaban el chequeo separadamente.
Antes de que me mandaran a una nave cósmica, la estuve buscando
por allí...y después en el nuevo planeta, porque hasta hacía poco
tiempo no había creído que Ana hubiera quedado en la Tierra. Había
personas como yo: que perdieron no sólo su casa, su planeta, su
vida habitual sino también sus parientes, había muchos – ¡millones!.
Después los “Otros” nos propusieron hacer una operación que alejaría
las emociones, porque las razas superiores del universo viven de la
razón, y solamente civilizaciones jóvenes, como la nuestra, viven de
emociones. Algunos, muchos, aceptaron la propuesta, pero yo no.
¿Y en el presente? Estoy como alma en pena - no me inscribí en aquel
mundo nuevo. Tengo una profecía que nadie necesita: todos viven
en capsulas – VIPs (viviendas inteligentes personales)- y no necesitan
ningún diseño, porque la función es lo más importante.
108
Me he sentado en un banco. Este ambiente parecía muy tranquilo.
Me he quitado el casco y estoy sintiendo un viento ligero erizando mi
pelo. He cerrado los ojos... Eso es todo...
- “Descarga eléctrica! Rápido! Uno...dos...tres”
- “No hay pulso.”
- “¡Una vez más! ¡Haceos a un lado! Descarga... Uno...dos...
tres... Nada... Él ha muerto...” - ha dicho el doctor con cansancio.-
“Registra el tiempo de muerte – son las 19:21... Eso es todo.” - y ha
salido del quirófano.
Dos médicos internos han seguido al doctor.
En el pasillo de hospital uno de estos dos ha dicho:
- “Creo que nunca me voy a acostumbrarme a esto. Me da
pena que aquel viejo ha muerto. Los enfermeros de ambulancia han
dicho que lo encontraron en un banco del parque donde había tenido
un ataque cardíaco y no había podido recobrar el sentido. No tenía
ningún documento de identidad. En su bolsillo había solamente una
fotografía ajada de una chica, por detrás de la cual estaba escrito
“Ana”.
109
- “¡Sí,qué triste!.... En la oficina de registro ahora ya habían
llamado a la policía. Ellos se ocuparán de eso.”
Han pasado de largo por la Tele en el pasillo que estaba transmitido
las ultimas noticias:
“Tras el terremoto más violento de los últimos 140 años, Japón
ordena la evacuación de 3.000 residentes cerca de la planta nuclear
de Fukushima Daiichi, en el noreste del país... “
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El 10 de diciembre de 2009. Mi adorada Elena: todo lo que ocurrió
conmigo antes, de nuevo se ha repetido, y el día de hoy se semeja al
día de anterior. Así como todos los días hasta este momento, ahora
continúo pensando en ti, y tan sólo los pensamientos sobre tu imagen
me dan la esperanza para existir.
Nuevamente tu cara, saliendo a la superficie de la profundidad de
mi pasado, irradia la luz magica, iluminando mis pensamientos
deshilvanados. Me parece que esta luz va corriendo hacia adentro de
mi conciencia con los impulsos eléctricos, cundiendo a gran velocidad
por el cuerpo; estoy ardiendo en el fuego de mi memoria...
El 15 de enero de 2010. Mi querida Elena: todavía no me he acordado
de aquel día cuando tuvimos cita por la última vez; siento como
últimamente el eco de las imágenes indefinidas y los fragmentos de
Las cartas a Elena
Elena Belonogova
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las frases vienen paralizando mi alma, no permitiendo evocar en mis
sueños nuestros encuentros.
No obstante, mi memoria no permitió olvidar el primer encuentro,
mostrandole “como en una pelicula”: aquel día soleado, cuando
decidí dar un paseo por la ciudad, vi a ti (al entrar por casualidad en la
cancha de tenis); mientras que te entrenabas al tenis y enviabas una
pelota al adversario tuyo, me pareció que el pelota estuvo ansiando
volver a ti inmediatamente para tocar las cuerdas sensibles resonadas
de tu raqueta de tenis... una y otra vez, estuviste increíblemente
guapa y perfectisima, tus músculos como si hubieran comenzado
a sonar, concertando con el cordaje de la raqueta. La panorama
general era inimaginable, como si yo hubiera visto la música puesta
en movimiento: tú, el sol, tu sonrisa de Afrodita, la falda muy corta,
tus rodillas redondas y lisas... Estuve quedado inmóvil mirandote,
mi Diosa: unos besos de los rayos del sol cubrieron tu cara linda y se
escondieron en el nube del pelo, al dorarle. En el mismo instante morí
y nací de nuevo, para amarte... para siempre...
El 17 de marzo de 2010. Elena, ¿por qué todavía no te he visto?
¿Dónde estás? Sigo escribiendo para ti, pero sólo la vacuidad me ha
vuelto a responder a los repercusiones de pensamientos expirados.
Elena, deseo que vengas...
El 25 de mayo de 2010. Es extraño. Esta mañana me he despertado
de buen humor, unos ángeles me han visitado. Ellos han estado
maravillosos; como si el cielo hubiera construido la ruta hacia la
tierra, al enviarles para mi. Los ángeles... se visten de ropas blancas...
quienes me han dado el aplacamiento.
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Un poco después.Es muy extraño. Hoy el primer día cuando he dejado
de pensar en algo; al tranquilizarme, estoy sintiendo el calor.
Extracto de la historia clínica del paciente.15.10.2009: “El 15
de octubre de 2009 a la clínica del doctor de la medicina s-r X. se
hospitalizó un paciente con amnesia, según el examen médico para él
estuvo fijado el tratamiento curativo”.
La continuación. El 12 de julio de 2010.La nota del doctor X.: “El estado
de hoy de salud del paciente es estable, pero sin las mejoras en las
recuerdos, sigue existiendo amnesia. A veces el paciente se acordaba
de unos hechos de su vida, pero después les olvidaba. Sintetizando: el
paciente no tiene las quejas por su salud, excepto su la molestia por
la falta de memoria. Después de visitar de hoy al paciente, ordeno
continuar la cura que le fijó el médico en el día de hospitalización”.
Al mismo tiempo, el 12 de julio de 2010. Elena, me empiezo a acordar:
¡deseaste me dejar! ¿Por qué? No sé... ¡Te quiero! Ah ... me parece
que puedo comprender... !Basta¡ Ya he entendido por qué todavía no
has visitado a mí. Pero te perdono, deseo que vengas. ...Al recibir la
respuesta de la memoria, veo que...
El Diario. Las últimas noticias de la crónica criminal. En el segundo de
octubre de 2009 unos instructores policiales de la ciudad M., al formar
un expediente, hicieron averiguaciones a petición de madre por la
desaparicion la s-ra N. , de su hija, quién tenía 25 años. Después de
ejecutar las acciones obligatorias, los instructores policiales aclararon
los pormenores: la había matado el marido.
Según los hechos establecidos: el señor N. - él era el esposo de la
señora N. desaparecida - había asesinado a esa mujer; mientras había
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estado realizando el plan del asesinato pensaba, lo que de verdad de
este modo, habría podido curarla de la fiebre de amor a un hombre
(sobre ese hombre el s-r N. no sabía ninguna informacion particular).
La nota. La información, citada a continuación, está publicada
conforme con los antecedentes de policía y los hechos irrevocables
de la averiguación, incluyendo al acontecimiento las explicaciones del
s-r de N.:
“Yo trabajaba en una empresa constructora, ocupaba el puesto
del arquitecto general. Cuando la empresa había recibido un gran
encargo de construcción del parque de atracciones, yo tenía el
derecho del paso libre y podía entrar en todos los locales del parque
durante de edificación, porque el consejo de ejecutores me designó
el arquitecto principal de la construcción de este parque. Una noche
entré en “La Sala De Los Horrores” - un local de construcción - para
llevarse consigo a casa mia una maqueta de un de los objetos
expuestos, junto con sus elementos. Luego, en el garaje de mi casa
construí un mecanismo especial: establecí los cables eléctricos y
otros elementos... y finalmente, elaboré el aparato que estaría capaz
de sanar del enamoramiento a mi mujer”.
La nota del juez de instrucción: respectivamente con la conclusión
realizada por los especialistas, el s-r N. fabricó el modelo funcionado
de “la silla eléctrica”, que se parecía a unos modelos históricos, les
se habían utilizado para hacer la electrocución a los criminales del
pasado.
La continuación (la explicación de s-r N.): “Después coloqué dentro
del mecanismo a mi mujer, quién estaba bajo el influjo del soporífero,
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lo que yo había dado a ella de antemano, además estuve seguro: si
la corriente eléctrica pasara a través del cuerpo de mi mujer, la se
curaría del enamoramiento”.
Según los hechos irrevocables de la averiguación: cuando los policías
le hallaron al lado del cadáver de la mujer, sus ojos estaban locos. Él
estaba gritando: “Ella no ha muerto, ella está durmiendo”. Sollozando,
murmuró: “Dentro de dos días llegará el espíritu, le dará los polvos
mágicos, para mujer, quién se despertará y será aún más hermosa y
obediente”. En la actualidad el s-r N. está en la clínica del doctor le la
medicina s-r X.
El octubre de 2011. … En algún sitio de Mallorca... Tony de Demone
estuvo admirado la puesta del sol, después cerró la ventana y pasó
por la habitación a paso ligero, se sentó al borde del sillón, estiró el
cuello y quedó pasmado (exclusivamente el brillo de sus ojos mostró
la agitación): fue hermosísima. Tony seguía deleitando a la mirada.
Al sentir, ella volvió la cabeza y la sonrisa astuta del zorro contento
comenzó a jugar sobre sus labios:
“Estoy de acuerdo, todo ha resultado magníficamente. Enrique
está hospitalizado, espero que esté allí para siempre y sea muerto
para el mundo, pero eres, el autor genial y el director de escena de
mi vida libre, ahora estás aquí conmigo.
¡Perfectamente! Por último hemos recibido todo: dinero de
Enrique es para nosotros, soy para ti y la libertad esperada es para mi.
¿Te acuerdas? Aquella pobre vagabunda, también el doctor
conocido en ciencias médicas s-r X. que la atropelló a muerte por su
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coche y, por fin, el cadáver de esta desgraciada: ayudaron a nosotros.
¡Fue suerte! El s-r X. no deseaba ingresar en la cárcel y tú, como su
abogado, le ayudaste. El espectaculo era muy verdadero: el cadáver de
vagabunda vestido con mi ropa, aunque mi esposo estaba pensando
como sí hubiera sido mi cuerpo amodorrado y tú, como sí fueras el
espiritu en los ojos y pensamientos de mi marido. Representaste al
brujo muy verdadero y contaste como puede sanar a su mujer - la
corriente eléctrica y “el polvo mágico” - me estoy riendo.
Sin tú, mi abogado y el criado del diablo, sin el doctor X. que tenía
mucho miedo de la cárcel, y sin pobre vagabunda... ¿Quién sabe? Si
no hicieras tus acciones, seguro que yo sería la mujer de Enrique y tú
seguirías siendo el letrado, pero ahora estamos juntos. ¡Vivat!”
El período contemporaneo, unos días de esta semana. Después del
acontecimiento han pasado muchos años. Elena y Tony hace mucho
desaparecieron del mundo. Habían despilfarrado rápido todo dinero
de Enrique y vivían en la extrema miseria hasta la muerte. El doctor X.
(fue cómplice de la historia conocida) antes de morir había transmitido
la dirección de la clinica a su hijo. El hijo no había podido administrar
la clinica con éxito y se arruinó dentro de poco.
Ahora la clinica está funcionando por donativos en efectivo. Solamente
algunos enfermeros de esta clinica continuan al cuidado del paciente
sobreviviente; después de trabajar durante veinte años para ellos casi
por nada - únicamente preocupandose de enfermo por de lástima -
absolutamente todo lo que está ocurriendo les parece incambiado,
lo mismo que pasaba antes: día a día Enrique sigue nombrando a
todos enfermeros “los ángeles” y constantemente escribe cartas a
Elena, su esposa...
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Hela: ¡Que ciudad tan verde! Debe de haber mucha naturaleza en esta región!
Alberto (el alcalde): Si le digo que de hecho es un desierto aquí,
me diría que estoy bromeando. Pero todo fue construido a base de
tecnología verde: los edificios, la infraestructura, incluso los parques.
¡Vamos a ver uno! Esta muy cerca.
Hela: ¡Me encantaría! ¡Vamos!
La discusión continúa en el camino. Hela está mirando alrededor
maravillada por lo que ve. Esta ciudad de Ofiuco era de verdad como
se la imaginaba: un mundo verde en el que daba ganas de vivir.
Los edificios no eran muy altos; unos tenían murallas con verduras
de hojas, techos verdes, con flores o aun diferente plantas si eran
espacios privados. No faltaban ni los paneles solares que servían para
Recuerdos del Futuro
Cristina Nicoleta Burca
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la calefacción y electricidad interna de las casas. En una palabra: una
arquitectura exquisita, como se lo había imaginado siempre en su
trabajo de arquitecta.
Hela: ¡Es de verdad una ciudad verde! Lo que queremos un día para
nuestra Tierra también. ¿Y cómo cultivasteis la naturaleza si antes era
desértico?
Alberto: Pues es un principio muy fácil de hecho, pero que tiene una
historia muy larga. Las semillas están sembradas en un suelo irrigado
de modo subterráneo con muchos acueductos. Así tenemos todo:
la hierba, las flores, los arboles incluso. Por todos lados, en los que
queremos más espacios verdes construimos un sistema igual.
Hela: ¿Entonces todo el país fue un deserto al principio?
Alberto: Si, exactamente. Podríamos decir todo el planeta, porque el
planeta no tiene más que un solo país. No hay más de 20 millones de
ciudadanos repartidos en veinte ciudades y un centenar de pueblos.
Hay gente que piensa en el futuro de su planeta y no gasta los recursos
naturales que tiene.
Una coche de tipo Zen, que Hela conocía como híbrida en la Tierra,
cruza de repente el camino y los hace parar.
Miguel (el alcalde adjunto): ¿Y a qué honor debemos su visita por
aquí, señora arquitecta?
Alberto: De hecho la primera visita de un ciudadano de la Tierra en
Ofiuco.
Hela (un poco nerviosa): Estoy en una misión de trabajo señores
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y el placer de encontrarlos es mío. Como arquitecta de proyectos
ecológicos, ver Ofiuco, el planeta modelo por su construcción
durable, es más que un reto. Los cambios climáticos en la Tierra son
tan drásticos e irreversibles que la necesidad de cambiar las maneras
de consumir y utilizar los recursos es más urgente que nunca.
Ya llegaron al parque. Hela se quedo muda por la imagen que tenía
ante ella: un mundo floral riquísimo, árboles y arbustos rodeando
edificios o espacios de juego para los niños. Todo fue construido con
materiales duraderos para cuidar el medio ambiente: los edificios
grandes, con ladrillos ecológicos y los más pequeños, con madera de
bambú, el árbol menos consumidor de CO2 del mundo.
Miguel: Es verdad que hemos logrado vivir en este tipo de mundo,
pero hay que reconocer que nos costó un par de siglos para llegar
aquí. La historia de Ofiuco, como planeta verde, comenzó hace unos
quinientos años. Antes había la misma forma de vivir que en la Tierra,
como lo vemos hoy en la prensa. Y de un planeta verde al principio se
convirtió en el deserto actual.
Hela: Un desierto que afortunadamente ya no se ve más. Ofiuco es
de verdad el planeta de los visionarios del mundo, como su nombre
lo dice, por lo demás.
Alberto (mirando a su colega, el alcalde adjunto, pregunta como a los
dos): pero lo curioso es que hasta ahora ninguna otra persona de la
Tierra se había atrevido a venir aquí. A pesar de la pequeña distancia
que nos separa: estamos más cerca de la Tierra que vuestro satélite,
la Luna.
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Hela: Es verdad, pero el reto es bastante grande para nosotros. Vine
aquí con una raqueta, la máquina del tiempo. Logramos construirla
hace poco tiempo en la Tierra. Pero utilizarla no es cosa fácil: una vez
que entras allí, el viaje hacia otros planetas no toma mucho tiempo,
pero un día pasado en el planeta toma veinte años terrestres.
Los alcaldes se miraron de reojo un poco asustados. Ambos pensaban
en una cosa y no sabían cómo preguntársela a Hela. Se interesaron en
el plan que la arquitecta tenía para su visita en Ofiuco. Era previsible
que ella se quedara solamente un día, para no gastar su vida después,
y tomar fotos, un par de vídeos con gente del Ofiuco o comprar varios
objetos ecológicos que se los pudiera llevar con ella sobre la raqueta.
Pero más o menos pronto, la pregunta que daría más miedo a Hela,
no dejo de aparecer.
Alberto (más valiente y fácil de conversación que su colega): Suprimir
20 años de su vida es un riesgo que no se lo asume mucha gente. Esto
es admirable en Ud., señora. Pero no puedo dejar de pensar que hay
una razón más profunda detrás de una curiosidad profesional.
Hela (con una vista de niebla): No está equivocado, señor alcalde. Lo
que me trae aquí es más un asunto personal.
Les contó que Ofiuco no era solamente un símbolo de planeta verde
para ella, sino también el símbolo de su signo zodiacal. La gente
de la Tierra acababa de descubrir este signo del visionario, entre el
Escorpión y el Sagitario. ¡Qué curioso descubrir esta civilización, con
unos miles de años de retraso! - pensaban los alcaldes. Pero sabían
que no era todo.
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Ambos se pusieron un poco nerviosos… Una muchacha con menos de
veinte años, preñada como de cinco meses, comienza a vomitar en
el asiento de frente, en el metro. La preguntaron si necesitaba algo,
pero como no contestaba, los dos jóvenes la bajaron del metro en la
siguiente estación y la llevaron al hospital central de Madrid, el más
cercano.
Ya estaba mejor. El doctor le dio las dosis de calcio por perfusiones,
así que podía preguntar al menos lo que tenía.
El doctor: ¡Es usted muy afortunada, señorita! A pesar de su mal
estado, su niño ha sobrevivido y ahora está más sano que nunca
¡Felicidades!
No entendía nada. Había intentado abortar el día anterior y, ¿no lo
logró? ¿Qué fue esto, una mala broma del supuesto médico que le
ayudó hacerlo? ¿O un complot para robarle dinero y no ser culpado
por el gobierno que sigue prohibiendo los abortos? ¿Y ahora, ese
doctor no se daba cuenta de ello? Pensaba que vivía una pesadilla.
Que ya duraba desde hace un tiempo.
Había quedado embarazada con el ídolo de la Universidad de
Arquitectura, donde los dos estudiaban. No era más que su primer
año allí. Él era el modelo de la carrera, una de las más prestigiosas
de España. Pero el fuego se extinguió después de cinco meses.
Ella misma lo paró, antes de que él fuera encarcelado por culpa de
drogas. Pero llevaba con ella el rastro más pesado posible: un hijo.
No podía conservarlo – pensaba ella. Primeramente, porque seguir
le universidad con un hijo sería una vergüenza a su edad y los riesgos
de ser eliminada eran grandes. Y en segundo lugar, porque él no lo
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reconocería nunca, aunque lo supiera. Pero ya no podría perder más
tiempo. Así que tomó la decisión más pesada de su vida: congelar
un año de universidad, dar a luz al niño y darlo en adopción. Y nunca
quiso dar marcha atrás en esto. Asunto cerrado – pensaba ella.
Se sentó al borde del sillón, estiró el cuello como para tomar un poco
de fresco y tomó otra taza de café. La pregunta del alcalde le vino
como un golpe en la cara.
Alberto: Lo siento por preguntarle señora, pero ¿cómo piensa Ud.
en un futuro mejor para su planeta, cuando una vida más ecológica
es sinónimo de una vida más responsable también? ¿Dónde está la
responsabilidad, cuando los padres abandonan a sus hijos? ¿No cree
Ud. lo mismo?
Un golpe que sabía que lo merecía y que sentía que este viaje se lo
traería. Era casi la hora de irse. Terminaron todas las visitas que quería
hacer en la ciudad. Misión cumplida profesionalmente. ¿Pero del lado
personal? Los remordimientos eran más grandes que antes. ¿Qué
podría hacer a los sesenta años que tendría cuando se encontrara de
nuevo en la Tierra? ¿En Madrid, con su vida habitual?
Pero no atardeció más. Se despidió de los dos alcaldes de Ofiuco y
subió a la raqueta. En una hora de viaje estaría de nuevo en su vida
real, o en una nueva vida después de veinte años. El pensamiento la
estremeció de miedo.
Sin darse cuenta, tomó la tarjeta postal que Miguel le había ofrecido
antes de despedirse, y leyó: ¡Contacte a su hijo, Hela, durante este
mismo viaje, antes de aterrizar! Y los veinte años gastados no serán
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más que dos. Para ti y para toda la Tierra. ¡Decida ahora lo que quiere
para su vida! Saludos, Alberto y Miguel.
Vino cuando menos lo esperaba. Ya no tenía más dudas de lo que
debía hacer. El mensaje de los alcaldes le dio tantas fuerzas que
sentía que su corazón se le salía del pecho. El despertador sonaba
desde hace un rato. Una nueva semana comenzaba y tenía que irse
a la oficina.
Pero ahora sabía qué quería para su vida. Salió de la cama y abrió el
ordenador para escribir a los padres adoptivos de su hijo. La visión de
su futuro ya era clara.
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Se dedica a Dresden, la ciudad, que me inspira,…a Leonid, el artista, que nunca titulará su cuento como yo,…a “Historia de un amor”, la canción, que me hizo empezar español…
Y si ya no puedo verte,¿Por qué Dios me hizo quererte?
(Carlos Eleta Almaran, “Historia de un Amor”)
“No se ¿Por qué?”
El sonrió a este sms, egual que siempre rió a su frase favorita. El avión
estaba tomando altura. El suspiró y apagó el teléfono. Hojaldre de las
nuebles se cambió en crema batida y en merengue blanco despues. El
miró al indicador “¡ajústense el cinturón!”, probablemente, la decima
ves en el minuto. Cinco horas y media mas…320 minutos… 19 216
segundos… como si no viviía este 20 años.
***
Porque no hay arte sin pena
Tatiana Babina
124
Asi fue su primer día en Dresden. Quería verla ahora y aquí. Despecho
de lluvia, viento y estado de ánimo en el sentido de Pissarro. El corrió
a todo correr, pero la pinacoteca era serrado y su Madonna Sixtina
de puertas adentro. El parque desierto. Solo una jovencita en sus
veintes, melena azabache, impermeable beige estaba delante de una
estatua, llorando, a lo mejor no, pero su cara estaba mojado.
- ¿Se lo puedo dar un paraguas?
- No se ¿Por qué?
- Porque no es necesario sufrir por el arte.
- ¿En serio? Creo, que no hay arte sin pena.
De pena ella sabía el valor. No le gustaban flores ni bonbones. Estaba
reyendo a su invitaciónes a ir al cine, al teatro o al café. Una cosa, que
la encantaba, era el Arte. Ellos iban a la Galeria de Maestros Antiguos
o se sentaban en el puento sobre Elba, entre las ciudades Antigua y
Nueva.
Ella, ella, ella… Ella era la obsesión, era la bendición, era todo. Vivía
en todas sus obras, todos los rizos y todas las palmas, sueños dorados
y sueños eternos.
Se eclipsó en un momento. Cómo siempre, quedaron en Zwinger,
debajo del reloj. Fue el primer día de sus vacaciónes. Tenían todo un
verano y una vida por delante.
- Perdona por llegar tarde…
- Tiempo no tiene importancia, cuando sientes felicidad. Un
minuto o una hora son una vida pequeña.
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- Pudieron vivir juntos quince vidas mas. Pero tengo excusa.
- ¿Te casó?
- ¡Basta de reirte! Puedo ir a Tel-Aviv para trabajar por Mivney
Taasiya, el gigante de construcción. Me han eligido el mejor de 200
nuestros estudiantes.
- …
- Yo he dicho “no” ¿Mira?
- …
Como quería el oir ese “No se ¿Por qué?” Porque entonces el sabía
una respuesta! Quería lo susurrar y gritar: “¡Por ti!” No siento, que
tenía que trabajar en proyectos peores o esperar la llegada de su
fama. Tiempo no tiene importancia, cuando sientes felicidad. Pero
ella estaba callado toda la tarde. ¿Y el? No vió nada. Qué tonto y qué
feliz estaba!
***
Ahora, hace 20 años, a veces toma y lees esa su nota última:
“Tú no eres solo arquitecto, sino artista de Dios. Yo no quiero
y no puedo emular con El. Ninguna mujer es digno de este sacrificio.
Perdona me, como nunca perdonaré mi mismo, si me quedo. Con
todo y con eso: no hay arte sin pena.”
Cuando se marchó, el buscaba la por doquier. Nunca la encontraba
y por eso creaba la si mismo. Ella era su Venus, su Virgen y su ideal.
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Su espalda contornea el rascacielos en Bruselas, su pelo se ondulan
en el cercado de Agdal Jardines de Marruecos y su cara de estilo
impresionismo hay en cada segunda raqueta, que se puede comprar
en Pekin. Se casó. Toda la ternura el dió a su hija. La amaba mas, que
su vida. Pero (el decirá nunca, el decirá a nadie) no mas, que Ella.
***
El encontró a ella anteayer en Moscú. Por casualidad. Por las veleidades
de la suerte. Durante del viaje a Moscú fue a la opera para refrescar
la cabeza, pero salió perdiendo esta cabeza totalmente. Ella estaba
cantando en “Aida”, para el, sobre el. Despues de dos días juntos,
delante de salida a Madrid el hizo una sola cosa posible – escribió un
sms: “¿Tú serás mi mujer?” Tuvo que adivinar su “No se ¿Por que?”
No pensando escribió: “Porque no hay arte sin ti.”
Pero no se puede enviar sms de 10 000 metros. Como no se puede
enviar un mensaje, que se tenía que enviar hace 20 años. Y ningun
avion puede recoger nosotros tan alto, que nuestro amor primero. El
paseó por aquí y por allí y se sentó al borde del sillón, estiró el cuello
y susurró: “¿Por qué?..” Y la memoria recordó: “Para hacer me sufrir
mas”. El borró lo escrito. Avión toco la tierra. Habitualmente escribió
a su mujer: “No esperad. Voy a ir a trabajo al principio.” Y serró sus
ojos.
***
Estа noche ella se ha acostado con el teléfono en la mano. La mano,
con que ha arruinado dos vidas. Porque no hay amor sin pena
tampoco.
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Eran las 8 de la mañana. Un haz de rayos, que atravesaba por entre
las hojas, entraba por la ventana, daba un poco de calor al mísero
cuarto. Parecía un día lleno de esperanza. Javier permanecía un rato
despierto en cama antes de levantarse, lo que había sido su hábito
desde muy niño. Oyó los pasos precipitados de su mujer. Sabía que
ella estaba preparando el desayuno: un bocadillo de queso y un vaso
de leche. Casi todos los días igual. Javier se sentó al borde del sillón,
estiró el cuello.
Javier siempre se consideraba orgullosamente un arquitecto
paisajista. Sin embargo, no era sino jardinero que trabajaba en un
cortijo del hombre más rico del pueblo. Andaba diciendo que tarde
o temprano sería el arquitecto paisajista más famoso del mundo y
su mayor deseo de diseñar un parque se realizaría. A pesar de su
engreimiento, parecía que llevaba una vida feliz con su linda mujer,
La Riqueza Perdida
Ye Xiangzhou
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Verónica, que hacía toda clase de deberes domésticos sin quejarse
nunca, y con sus gemelas con 8 años de edad. No obstante, él no creía
lo mismo.
De repente, se le ocurrío algo a Javier. Tras meditar un rato, se
preguntó a sí mismo:
—Aparte del cansancio y poco sueldo, ¿qué más he logrado
después de trabajar durante veinte años para ellos casi por nada?
¿Acaso un arquitecto paisajista excelente como yo lo merece todo
eso? No me lo creo...
Luego, le llamó a su mujer:
—¡Ven aquí, Verónica! Tengo algo que decirte.
Verónica dejó la ropa en la lavadora y entró en su habitación. Javier
aclaró su voz y comenzó a dar su “discurso”:
—Ya estoy harto de que me paguen mal con lo mucho que
trabajo en su jardín. No soporto más la monotonía de la vida. Creo
que ya llega el momento de cambiar. Voy a salir de casa unos meses
para buscar alguna formación profesional que me pueda convertir en
un arquitecto paisajista. Eso será mi único destino.
Al oír lo que dijo su marido, sentía cierta tristeza sin decir nada.
Después de un silencio sofocante, Verónica le dio un abrazo como si
le estuviera despidiendo.
Javier cogió al azar alguna ropa del armario, la metió en su maleta
y se fue a la ciudad. No sabía qué le estaba esperando en el futuro
y que una lágrima rodó por la cara de su mujer detrás de la puerta
tampoco.
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Resultó que convertirse en un arquitecto verdadero no era tan fácil
como él se había imaginado. Andaba días y días sin conseguir nada.
No es que se careciera de formación profesional en la ciudad, sino que
había un montón de cosas nuevas e interesantes que él nunca había
visto en su vida. Estaba curioso por todo: los bares, las discotecas, las
luces de color, e incluso las cosas más comunes como las raquetas
de tenis... No tardó mucho en gastar todos sus ahorros divirtiéndose
por todas partes de la ciudad. Pensaba que estaba destinado a no
pertenecer al campo, sino a la ciudad.
Transcurrían los meses, en vez de ser un arquitecto paisajista, se
convirtió en un mendigo andrajoso que pedía limosna a cualquiera.
Por desgracia, no tenía a quien le pudiera sacar las castañas del fuego.
Sin embargo, la vida de su pueblo natal seguía. No había nadie que
se dara cuenta de su desaparición, excepto la pobre Verónica. Ella
pasaba los días abrigando la esperanza de que su marido volvería, la
cual le iba desapareciendo cada día más lejos.
¿Y Javier? Después de no se sabía cuántos años, un día llegó a ser
un arquitecto paisajista por fin, lo que ocurrió sólo en su sueño, por
supuesto. Ninguno de su pueblo le volvía a ver jamás.
Llevamos toda la vida buscando felicidad y muchas veces nos fijamos
tanto en lo inalcanzable que no nos damos cuenta de lo que ya
poseemos. La riqueza perdida nunca se recuperará. La familia que
siempre está a nuestro lado, los amigos que siempre nos echan
una mano cuando nos encontramos en el apuro, los vecinos que
nos saludan todas las mañanas, e incluso los desconocidos que nos
sonríen, son nuestra riqueza que merece ser apreciada de por vida.
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Una mujer en sus cincuenta, guapa y vestida con gusto estaba sentada
en una terraza en el centro de Barcelona. Las bocanadas de humo
subían y se consumían a ojos vistas. Todavía no podía creer que todo
lo que ocurría era real. Con una sonrisa leve evocó aquel día remoto,
en que se enamoró de España por primera vez.
Todo ocurrió hace mucho tiempo. Por entonces era una chica
simpática de catorce años. Vivía en el país que en aquel tiempo se
llamaba la URSS.
Aquel sábado Nati despertó a las diez de la mañana, pero no quería
levantarse de su cama favorita. Hacía mal tiempo, la lluvia azotaba
los cristales durante toda la noche y por lo tanto las calles estaban
inundadas. Nati se estiró y se levantó indolentemente. Nadie estaba
en casa. Su hermana mayor se fue al campo con su marido, los padres
¡Deja de soñar!
Olga Berezina
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se levantaron muy temprano para ir de compras. Aunque “ir de
compras” era una frase muy extraña para aquel tiempo en la URSS.
La familia de Nati recibió un piso nuevo hacía tres meses, que todavía
carecía de los muebles y otras cosas necesarias. Pero para comprar
algo había que solucionar un asunto sobre la marcha. Sin amigos o
conocidos en la esfera comercial todo el mundo tenía que hacer colas
inmensas para comprar unos zapatos. Al fin y al cabo toda la gente
soviética caminaba por las calles con el mismo calzado. ¡Imagínaos
que había que hacer para encontrar unos muebles! Nati era una chica
muy lista y entendió entonces, que mamá y papá no iban a regresar
al menos hasta la noche. Decidió a desayunar. Después de hacer
huevos fritos se sentó a la mesa y puso la tele. Sin embargo, todos los
programas eran aburridos como siempre. Ponían las noticias. La gente
animosa con sonrisas falsas anunciaba los adelantos de la agricultura
sovietica. Los éxitos de los conciudadanos siempre ponían a Nati de
buen humor, pero escuchar cada día lo mismo le empezaba a parecer
un poco aburrido. Los mismos locutores, las mismas palabras, las
mismas entonaciones, como el déjà vu.
Un poco después Nati decidió darse un paseo por el parque
“Sosnoviy”, que estaba situado cerca de su casa. La gente estaba
haciendo ejercicio o simplemente paseaba con los perros. Una chica
rubia caminaba con una raqueta. Una jovencita en sus veintes, melena
azabache, impermeable beige paseaba con un hombre muy guapo.
Todo el mundo disfrutaba del fin de semana. Los caminos estaban
húmedos, se respiraba bien después de la lluvia. En el banco favorito
de Nati estaba sentado un niño. Pintaba algo en su cuadernillo. Nati
lo reconoció. Era Misha, el hijo menor de su vecina.
132
- ¡Hola, Nati! – le sonrió.
- ¡Hola, Misha! ¿Qué tal?
- ¡Muy bien! Voy a estudiar en una escuela de pintura. Mamá
cree, que tengo talento.
- ¡Que bien! – sonrió Nati, - ¡Muéstrame algo de tus obras!
Misha le dió su cuadernillo. En la primera página había un hombre
con un instrumento muy extraño.
- ¿Quién es?
- ¡Es un arquitecto!
- ¿Y porqué arquitecto?
- Es que yo quiero ser arquitecto.
- ¡No lo sabía! Pensaba que soñabas con los cohetes.
- Soñaba con ellos ya en la infancia. Ahora sé que no es posible.
Soy realista.
Después de hablar un poco más con Misha Nati se despidió de él
y, como empezó a llover de nuevo, decidió a regresar a casa para
tomar un paraguas. Le dijeron que en el cine “Zarya” ponían una
nueva película, y Nati tenía muchas ganas de verla. Pero en lugar del
paraguas en el umbral encontró a su hermana Rima.
- ¡Oh, Nati, que suerte! – exclamó. – Tengo que irme ahora,
cuida de Sasha, por favor. – y se fue antes de que Nati empezó a
protestar.
133
Sasha tenía solamente cinco años, pero era muy comprensivo. No era
nada caprichoso. Sonrió a su tía, se descalzó y entró en el comedor. Se
sentó al borde del sillón, estiró el cuello mirando a la pared.
- ¡Que bonita la pintura! – exclamó.
- ¡Gracias! – replicó Nati. – Es un regalo de mi abuela.
Sasha se levantó del sillón y tomó su osito de peluche.
- Nati, ¿porqué casi todos mis amigos tienen ositos iguales? – le
preguntó a su tía.
- ¡No sé! Pero a mí me gusta mucho. ¿Y a tí?
- A mí me gusta también. Es que ayer mamá me contó una
historia sobre los ositos blancos. Pero no importa.
Empezó a jugar. Durante unos minutos Nati miró a su pequeño
sobrino, y después le preguntó:
- ¿Sasha, puedes quedarte una hora solo? Tengo algo que hacer
y tío Tolya regresará muy pronto.
- ¡Si, claro, Nati! Estoy ya completamente independiente.
- Pues, si quieres algo, llama a nuestra vecina. ¿Vale?
- ¡Vale!
- Gracias, querido. ¡En la cocina hay helado muy rico! – le guiñó.
Cuando ella salió a la calle, la lluvia ya había terminado. “¡Como
siempre!” – pensó Nati, cerrando el paraguas.
134
El edificio del cine “Zarya” era muy grandioso. Parecía a un palacio
y recordaba el tiempo cuando en Rusia reinaban los zares. Ponían
una película española, se llamaba “Digan lo que digan”. Hasta aquella
noche Nati nunca había visto ninguna película extranjera. Entró en
la sala y se sentó. Dentro de unos minutos la luz se apagó y en la
pantalla aparecieron los subtítulos. Después de primeros segundos
Nati olvidó que estaba en el cine. Le pareció que se podía sentir el
olor del mar, el calor de los rayos solares bajando del cielo argentino.
Y, de repente, un actor empezó a cantar. Nati se enamoró en un
instante de su voz bonita. El sujeto era bastante ordinario, se trataba
de un amor entre un cantante famoso y una chica. Pero cada cuadro
era la viva imagen de la pasión, de la libertad. Todo eso faltaba en la
vida cotidiana de la gente soviética. Era algo totalmente nuevo, como
un gran invento, como una revelación. Y para una chica de catorce
años era el primer amor.
Nati regresó a su casa. Estaba totalmente absorta en sus pensamientos.
Quería ver todos estos colores en su propia vida. Argentina estaba
muy lejos, pero España estaba en Europa. Decidió a cualquier precio
ver España con sus propios ojos.
Toda la familia estaba reunida, excepto Rima. La madre estaba
sentada en su sillón favorito.
- ¡Nati, querida! ¿Cómo estás? ¿Que has hecho hoy? Es que tus
ojos están brillando. – le preguntó a su hija.
- Estuve en el cine. Mamá, ¡no puedes imaginarte que yo he
visto!
135
- ¡Cuéntame!
Nati hablaba más que una hora sin parar. Describió todas sus
impresiones. Pero los desengaños siempre están cerca de los sueños.
- Nati, querida, no sueñes con España, por favor. Es que la URSS
no tiene relaciones diplomáticas con ese país y por lo tanto no es
posible viajar allí. Perdóname por decirlo todo y por desengañarte.
Pero no te preocupes, yo en tu lugar inventaría algún otro sueño. Más
real. – dijo finalmente su madre.
Totalmente desengañada y triste, Nati se fue a su habitación y se echó
en la cama. Toda la noche no podía acostarse. Lloró un poco, pero
dentro de poco tiempo empezó a soñar de nuevo. Soñar con las vistas
preciosas, con los caminos desconocidos y con la belleza que vió ayer
por primera vez.
Nati sabía, que viajar a España no era posible. Pero también sabía,
que unos minutos de “Digan lo que digan” cambiaron radicalmente
su mundo interior. Y aunque las cosas a menudo le parecían grises o
negras, desde ayer sus ojos veían todo de color.
Una voz la despertó de sus ensueños. Natalia sonrió cuando su
marido la abrazó.
- ¿Estás pensando en mí, creo? – le preguntó a su mujer.
- ¡Por supuesto!
- Pues, tenemos que irnos. Misha ya está esperando a nosotros.
- ¿Está aquí, en Barcelona? ¡Que sorpresa! – exclamó.
136
- Si, los cosmonautas son impredecibles. Tienen tan poco
tiempo libre.
Natalia se levantó y tomó a su marido del brazo.
- Lo sé. Pero hay que tener esperanza.
137
Eran las siete de la noche y José Arturo aun no había vuelto. Era un
día tranquilo de 11 mayo 1990, pero la señora María tenía un mal
presentimiento. Algo muy grave debe haber sucedido. Normalmente,
José Arturo no llegaba tarde para la cena o al menos, siempre dejaba
una nota cuando se iba a tardar. José Arturo Méndez, arquitecto
famoso en Bogotá vivía en su casa muy lujosa situada en la Plaza
Bolívar, con la señora María, su tía. Había llegado casi al la mitad de
su vida, como diría Dante, y aun era soltero porque según él no había
lugar para el amor en su vida. 20 años atrás, sus padres murieron en
un accidente de avión cuando se iban de viaje a Madrid. José Arturo
fue el único sobreviviente de la tragedia y no se acordaba de nada.
Este día se cumplían 20 años del accidente pero José Arturo no tenía
tiempo para ir al cementerio. Iría el domingo y llevaría un ramo de
flores, como las estrellas por sus padres. Se había marchado de la
Adela
Lavinia Cinca
138
oficina dos horas más temprano porque tenía que llegar al palacio
de justicia. Hacía más frío que de costumbre. Manejaba el coche
y pensaba en todas las cosas que aun tenía que hacer. Al no estar
atento, omitió parar en el semáforo. Por desgracia, atropelló a una
muchacha que pasaba por la calle sin mirar al tráfico. En la velocidad,
perdió el control de la rueda y el coche golpeó un árbol. José Arturo
se desmayó y algunos momentos más tarde, al reponerse, salió del
coche para ayudar a la chica. Afortunadamente nadie se paró para
verificar lo que había pasado.
Ella estaba estirada por el suelo pero no parecía herida. La miró
de cerca y vio una jovencita en sus veinte, melena azabache,
impermeable beige, con ojos azules y de piel clara. Era muy guapa
se dijo él en su mente mientras tenía la impresión de haberla ya
visto, pero no podía recordar dónde. Le preguntó si le dolía algo. La
jovencita, asustada, dijo que estaba bien y que no necesitaba ninguna
ayuda. No era colombiana, porque tenía un acento español. Ella lo
miraba perdida como si lo hubiera ya visto en algún pasado lejano.
José Arturo ofreció dejarla en su casa. La jovencita se negó. Entonces,
pensando que el accidente había sido una señal de sus padres, José
Arturo le propuso ir a un lugar especial donde él podía reconocer sus
rostros en las estrellas. Ella aceptó muy alegre. Subieron en el coche
y comenzaron a platicar.
- ¿No eres de aquí, no?, habló en voz baja por primera vez José
Arturo.
- Pues sí y no. Mi madre es española, mi padre es colombiano y
vivo en Bogotá desde que era una niña. ¿Tan fuerte que se me nota?
139
- No, justo un poquito, dijo él para no molestarla. ¿Y cómo te
llamas?
La chicha lo miró enigmáticamente y por algunos instantes evitó
responderle.
- Me llamo Adela Suárez. ¿Y tú?
- José Arturo Méndez. Encantado. Tienes un apellido muy hermoso, dijo él, “tan hermoso como tú” añado en su mente pero no tuvo el valor de decírselo. Sentía algo que no había experimentado nunca. ¿Era amor? Imposible decirlo. – ¿Y a que te dedicas, estudias?, continuó él en un tono perdido.
- Estudio las artes en la Universidad. Estoy en el primer año.
- Me da mucho gusto oír esto. Yo soy arquitecto y pienso que la
arquitectura es medio arte, medio ciencia. ¿Te gusta la pintura?
- Es lo que más me interesa. ¿Quieres que te enseñe las pinturas
que he hecho?
- Si, por supuesto. ¿Y donde están tus pinturas?, quiso saber
José Arturo.
- Calle 5ª, numero 11, dijo Adela.
Comenzaron a discutir sobres las artes. José Arturo encontraba Adela
muy inteligente, simpática y atractiva, toda una artista. 20 minutos
después llegaron al frente de un caserón cuadrado que el ojo de
arquitecto de José Arturo, aun que había pasado varias veces por allí,
no reconocía haber visto antes.
- ¿Pertenece todo a tu familia?, pregunto José Arturo.
140
- Si, es de mi familia. Mi padre murió hace muchos años. Mi
madre tenía casi mi edad cuando conoció mi padre en la universidad
de Madrid. Ella estudiaba medicina y el era profesor y medico. Se
enamoraron a primera vista y se casaron después que ella terminó
sus estudios. Pero ya vas a conocer a mi madre.
- ¡Mama, aquí estoy!, gritó Adela cuando abrió la puerta. Su
madre, una mujer morena, alta y delgada le contesto muy feliz:
- ¡Bienvenida, hija! Pero, al ver a José Arturo se calló y en sus
ojos oscuros centellaron miedo y asombro.
- Adela le presento a José Arturo y le explico lo que había
sucedido una hora atrás. La señora Suárez se tranquilizó cuando supo
que su hija se encontraba bien. Invito al joven a quedarse para cenar
y el aceptó.
- ¿Mientras que mi madre prepara la cena que dices si nos
vamos a ver mis cuadros?, propuso Adela insinuante.
Subieron dos pisos y llegaron en un ático muy luminoso, con una
ventana muy larga y una vista lindísima sobre el parque Santander.
Había pinceles y colores por todos lados que sembraban una alfombra
del arco iris. Los cuadros eran muy similares: personas y retratos con
miradas tristes. La habitación parecía un museo.
- ¿Subes a menudo aquí para pintar?
- Si, respondió Adela. De vez en cuando quiero sentirme feliz
y recordar a mi padre. Ese retrato es de él. José Arturo admiro el
retrato de un hombre de cabellos gris con la piel clara y los mismos
ojos azules, profundes, sin fin de Adela.
141
- Te pareces a él, dijo José Arturo ausente.
- Todo el mundo dice eso, añado Adela como en un sueño. Su
mente ya estaba lejos, en aquellos días cuando su padre aun seguía
vivo.
José Arturo se arrepintió de haber dicho eso y mientras que Adela
permanecía en su sueño, dio una vuelta a la habitación. En el rincón
más oscuro, vio un cuadro cubierto con un lienzo raro.
- ¿Qué hay allí?, quiso saber José Arturo.
- ¡Nada! respondió rápido Adela. No hay nada.
- ¿Cómo que no hay nada? ¿Por qué no me quieres mostrar?,
insistió José Arturo. Y en aquel instante, una curiosidad enferma
puso posesión sobre él y como una raqueta, José Arturo se lanzo al
cuadro y se le quitó el lienzo. Se quedó sin palabras, pálido. El cuadro
le daba escalos fríos. En aquel cuadro había un hombre, con la mano
levantada, como para mostrar las estrellas en el cielo, de ojos negros,
piel clara y cabellos castaños. Miraba perdido en el horizonte sentado
al lado del río Bogotá, y parecía imaginarse cosas que no existían pero
que habrán podido existir.
- Pero este soy yo, dijo mareado José Arturo. Soy yo cuando
voy al río para sentirme más cerca de mis padres, cuando trato de
reconocerlos en cada estrella, cuando sueño que construiré una casa
allá, como mi madre siempre quiso. ¿Cómo hiciste para dibujarme si
jamás me has visto en tu vida?, pregunto él inquieto.
Adela no respondió en seguida. – Te he soñado. Te he visto en mis
142
sueños muchas noches como estabas llorando en el río. Y tenía tantas
ganas de conocerte. A veces me preguntaba si eras de verdad o nada
más que una alucinación de mi mente atormentada. Y ya vez, el
destino cumplió mi deseo.
José Arturo se quedó callado. Se dirigió por las escaleras, se despidió
rápido de Adela y de su madre y se fue. Al regresar a su casa comentó
todo eso a María. Ella lo escuchó y sin decir nada llevó un artículo
de prensa muy antiguo, datado el 11 Mayo 1970, el día cuando los
Méndez murieron en el accidente. El artículo hablaba de la trágica
historia de otra familia, los médicos Suárez. Un año después de la
muerte del famoso doctor Suárez, su viuda, Alejandra, 30, también
médica, murió en el vuelo 115 por Madrid. El cuerpo de su hija,
Adela, 5, no fue encontrado. Al mirar la foto, José Arturo reconoció
los rasgos de Adela y de su madre. No podía comprender qué había
sucedido hace un par de horas, pero en su mente rodaban imágenes
de los últimos minutos del accidente de avión. Estaba jugando con
una niña, su nombre era Adela. De pronto, un fuego enorme y un
ruido infernal tragaron todo. Caído, él aun cubría el cuerpo de la niña
y después nada… el mundo se los volvió encima. Aterrorizado, volvió
al sitio donde estaba la casa de Adela. No había nadie allí. Al llegar,
el caserón no era el mismo, estaba vacío, podrido e invadido por
telarañas, pero al subir en el ático encontró un único cuadro, aquel
con su rostro. Quiso destrozarlo, pero no pudo. Comenzó a llorar y se
fue para el río, como siempre.
Allí, solo y cansado, José Arturo se durmió. Soñó con Adela, su madre,
sus padres, el avión y el cuadro. Una voz conocida lo despertó.
143
- ¡José Arturo, soy yo, Adela! ¿Te encuentras bien? ¿Has tenido
una pesadilla? Estabas gritando y llorando en el sueño.
No entendía nada. Le contó a Adela toda la historia de sus
padres sin mencionar nada sobre la visita al caserón. Entonces, ella
le dijo:
- La historia del periódico es verdadera. Veinte años atrás en
aquel avión maldito que se llevó a mí madre y tus padres, tú me
protegiste sin importarte tu propia vida. Yo sobreviví, y nadie lo supo.
Y aquí estoy, a tu lado para siempre...
José Arturo le confesó que sabía todo lo que había ocurrido
durante el accidente de avión pero no recordaba nada del camino
que hicieron juntos hasta el río.
- ¿Pero no te acuerdas? Tú me trajiste aquí hace unas horas.
Dijiste que me llevarías a un lugar especial para ver las estrellas donde
estaban tus padres. Y yo vine porque también deseaba volver a ver a
los míos…
AVANZADO
(B2)
145
Hay que respetar tres restricciones:
1ª restricción
En todos los cuentos aparecen:
un/a arquitecto/a un parque una raqueta
Cada cuento incluye, además dos fragmentos extraídos de obras de autores hispanos:
2ª restricción
El primero es de Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010 y el segundo es de Ana María Matute, Premio Cervantes 2010:
- alguien, en la penumbra, se puso a llorar1 - secamente me indicó que debía reincorporarme a mis tareas
habituales2
3ª restricción
El Instituto Cervantes cumple veinte años en 2011 así que el otro fragmento es uno de estos tres:
- chicos y chicas de veinte años bailaban junto a elementos mucho mayores que intentaban exhibir un estilo de baile frío y distante3
- tal vez una familia sea eso: algo que pasa un ratito juntos -digamos ¿veinte años?4
- entre los trece años que debía de tener cuando a él lo apresaron, y los veinte que debe tener ahora, su cara ha perdido toda apariencia infantil5
1 La guerra del fin del mundo Mario Vargas Llosa (Punto de lectura. Barcelona, 2007)2 La torre vigía Ana María Matute (Editorial Destino. Madrid, 2005)3 Un enano se suicida en las Vegas Francisco Casavella (Anagrama. Narrativas Hispánicas. Barcelona, 1997)4 La familia Fortuna. La venganza de Beatriz Tulio Stella (Lengua de Trapo. Col. Nueva Biblioteca. Madrid, 2001)5 Corona de flores Javier Calvo (Mondadori. Barcelona, 2010)
146
Un paso por el mundo
Alexandra Danilova
“En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme,
no hace mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en
astillero,adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor...” De esta manera
podría empezar el cuento casi quinientos años antes. Pero ahora
tenemos el siglo 21 en la calle, y por eso este cuento empezaría así:
Habían cambiado muchas cosas en el mundo durante tanto tiempo,
pero nuestros viejos personajes conocidos como Don Quijote y
Sancho Panza se han quedado igual que antes. Ellos tan solo han
cambiado sus profesiones.
En cuanto Sancho, él se hizo bastante rico, ya que se convirtió en
un bróker, y trabajaba ahora en la Bolsa, controlando las acciones y
haciendo algunos negocios. Él llego a ser un hombre independiente
económicamente, nunca andaba mal de dinero, tenía una familia
147
grande, una casa en Valencia cerca del mar, pero se continuó práctico
y sensato como antes. En general arregló sus asuntos no muy mal, y
siguió a su aire.
Por lo que a Don Quijote, él estaba como siempre lleno de sus
pensamientos y ahora enseñaba en una escuela las clases de
literatura y al mismo tiempo un curso teatral para los estudiantes
mayores. ¡Qué hombre tan extraordinario, bonito y amable al igual
antes era él!
Los dos amigos se encontraban a veces para recordar en su memoria
los días antiguos llenos de aventuras por España cuando eran
jóvenes. ¡Que sonora carcajada de Sancho se puede oír cada vez que
él recuerda la aventura con los molinos de viento! Pero señor Don
Quijote todavía está seguro, que aquellos cuarenta molinos eran
realmente gigantes. Y siempre añade, limpiando sus gafas:“¡Sancho,
tengo una vista de lince, nunca los podría confundir!”
Un día paseaban Sancho y Don Quijote por la ciudad, hacia mucho
sol, los pájaros piaban, y como hacia un tiempo tan maravilloso, los
dos decidieron comprar un billete de lotería para cada uno. Enseguida
los amigos restregaron los billetes y ... ¡que milagro!
- “¡Nos ha tocado la lotería, señor Quijote!” – gritó Sancho.
- “¿Qué, tesoro, joyas?” – respondió Don Quijote.
- “¡Seguramente lo mejor! Es un viaje alrededor del mundo en
siete dias, no lo puedo imaginar, si lo llego a saber!”
-“Bueno Sancho, supongo que eso no será posible,
148
necesitaremos al menos ochenta dias para hacerlo, mi antigua
rocinita flaca Rocinante no puede moverse tan rápido..”
-“¡Que lo dice usted, señor Quijote! Vivimos en el siglo XXI,
solo dos horas y estamos en cualquier otro punto del mundo!” – le
respondió Sancho.
Entonces, de esta forma empieza nuestra narración y un viaje
inolvidable. ¡Nuestro punto de partida es... Bruselas, Bélgica!
Los protagonistas hicieron sus maletas y volaron esa misma tarde a
Bruselas – una ciudad moderna e histórica al mismo tiempo. Y para
que no perder mucho tiempo, porque ellos tenían solamente un día
para verla, Sancho Panza y Don Quijote se sentaron en un autobús
turistico para hacer una excursión por la ciudad. Ellos pasaron cerca
un edificio historico medieval, que Don Quijote recordó por el estilo
de construcción de sus fachadas asimetricas. “¿Te has enterado
Sancho de que esto es la Casa Tassel, que fue construido por un
arquitecto belga bastante famoso, que se llama Víctor Horta, el cual
fue conocido por sus edificios de estilo flamenco, y ciertas obras de
arte?” – dijo Don Quijote. El quiso ver todos los detalles, pero Sancho
le dió prisa, porque ellos tenían que visitar indudablemente Gran
Plas, el Cathedral de Bruselas y un monumento del Manneken Pis.
El monumento no impresiono nada a Don Quijote, ya que le dijo
a Sancho: “Esto me ofende como el caballero andande, soy incapaz
de entenderlo” . Como punto obligatorio de visita en Bruselas
Sancho eligió el estadio del Rey Boduen. “Si, Sancho, tienes razon,
necesitamos cumplimentar al Rey.” – añadió Don Quijote. Entonces, el
estadio dejó estupefacto a Don Quijote por su tamaño. “Sancho, has
traido contigo unas raquetas? Tenemos que jugar aqui en este prado
149
hermoso” – le dijo él a Sancho. “Pero que dice usted, señor Quijote, si
es un campo de fútbol” – respondió Sancho. “¡Fútbol, Sancho! Como
podrías cambiar el bádminton por el balón de fútbol..!” – exclamó el
señor Quijote.
En el segundo día nuestros protagonistas llegaron a Moscú. Don
Quijote y Sancho se habían preparado a fondo para visitar esta ciudad.
Y es que Don Quijote había comprado la ropa de abrigo: válenki y un
abrigo de pieles. Así, cuando Sancho lo vió, le dijo: “Señor, es verano,
¿lo ha olvidado?” Y Don Quijote le respondió: “Pues, Sancho allí hace
frio aún en verano también”.
A pesar de todo, a los amigos se les quedó en la memoria esta ciudad
por su architectura moderna y el paso de la vida tan rápida y enérgica,
pero un poco cara. Allí ellos visitaron la Plaza Roja, las Montañas
de Gorrión, Mausoleum y Tretyakov galería de pinturas. De vez en
cuando Sancho entraba el Masoleum, le daba miedo la oscuridad de
allí, porque estaba alumbrado solamente el centro del museo. Y en
cuanto Sancho decidió a salir de este lugar, oyó que alguien, en la
penumbra, se puso a llorar. Entonces Sancho se volvió y miró a todos
lados, pero nada. “¿Pero dónde esta señor Quijote?” – preguntó
Sancho a si mismo. Y en el rincón opuesto vió una figura, que se
estaba sentando en cuclillas y que estaba gimiendo con tristeza. Así
que Sancho se la acercó y apreció que esta figura era Don Quijote.
¿Qué pasa, señor, por qué estas llorando?” – le preguntó Sancho. Y
Don Quijote levantandose le respondió: “Sancho, ¡qué vergüenza!
pero la verdad es que yo tengo un grandisimo miedo de la oscuridad,
y siempre tengo la impresión de que alguien esta detras de mi espalda
en la penumbra...”.“Si lo llego saber” – respondió Sancho.
150
Once horas del vuelo en el avión y nuestros amigos llegaron al
corazón de China – en Pekín. La única cosa que los agobió mucho fue
la multitud de gente en las calles, y por eso ellos intentaron quedarse
juntos con el grupo de turistas con el que habían llegado. Después de
la visita a la Ciudad Prohibida en el centro historico, los dos amigos
se dirigieron al parque Bei-Jai. “Sancho, es el jardín mas antiguo de
China, es el jardín del emperador, donde él paseaba por las sendas,
¡mira y admira!”- dijo Don Quijote.
Lo de la Gran Muralla China, no le impresionó nada a Sancho. Es que
al parecer, él tenía la fobia a la altura. Entonces Don Quijote lo dejó
al pie de la muralla, y fue a investigarla. Dos horas mas tarde Don
Quijote volvió a Sancho tan orgulloso de si mismo. “Bueno señor,
¿qué pasa ahora?” – le preguntó Sancho. “Mira, Sancho, yo he sido
un ilustre invitado aqui en China, la gente me ha condecorado con
una medalla honorífica nominal por la ascensión a la punta más
alta de esta Muralla ” – respondió Don Quijote. “Señor, no me tome
el pelo, cada dos por tres baja de la Muralla con esa medalla” – le
respondió Sancho.
El siguiente punto del viaje de los nuestros protagonistas fue Tel Aviv,
una de las grandes ciudades de Israel. La ciudad le pareció a Sancho
muy cosmopolita, moderna y llena de turistas. Don Quijote no les
presto atencion a los rascacielos, ya que realmente no le gustaban
nada. “ La verdad, Sancho, estoy muy viejo para luchar contra estos
gigantes de cristal, no creo que mi lanza sea tan larga y aguda para
atravesarlos.” – dijo Don Quijote a Sancho. “Lo que usted diga, vuestra
merced. A mi tampoco me atraen la antencion, pero dudo que sean
gigantes” – respondió Sancho. Por la noche los dos fueron a la playa,
151
porque hacia tanto calor, que no podian soportarlo. Allí habia una
gran fiesta, la gente bailaba y cantaba unas canciones indígenas.
“Sancho, mire los chicos de ahí delante” – exclamo Don Quijote.
Entonces Sancho vió que chicos y chicas de veinte años bailaban junto
a personas mucho mas mayores que intentaban exhibir un estilo de
baile frío y distante. “Qué baile tan original, no?” – preguntó Sancho.
“Si, Sancho, amigo mio, tienes razón” – respondió señor Quijote y se
quedó mirándolos y pensando durante toda la noche.
El final de este viaje fue en Marrakech, la “ciudad roja” por el color
rojo que tienen los edificios y murallas. Así que Sancho y Don Quijote
tuvieron solamente un dia para ver la ciudad, ellos visitaron las
lugares mas conocidos y impresionantes: la Plaza central Djema al
Fna, que estaba llena de artistas, bailadores, vendedores de agua.
Esto, sin embargo, le pareció a Don Quijote que él estaba en un
actuacion en un teatro, y pensó: “Al menos hay un poco de vida,
como en mi pueblo natal”. Entonces eso le puso de buen humor y
empezó a bailar, pero de vez en cuando se acabó el baile, no pudiera
encontrar Sancho en ningún sitio cerca de la Plaza.. Pero recordó que
Sancho le habia dicho algo sobre los jardines de Agdai, y se marchó a
buscarlo allá. Cuando encontró a Sancho, él estaba sentando cerca de
una fuente, absolutamente triste. “Bueno, Sancho, aqui estas, por fin
te he hallado!Vamonos, sino llegaremos tarde al avión, que nos lleva
a casa” – dijo Don Quijote. “A no, señor, yo no entro allí a ménos que
me prometas que vamos a cenar antes. ¡Estoy muerto de hambre!”
– le respondió Sancho. Así fue la última cena de este viaje.
En unas horas más tarde los amigos llegaron a casa. Decir que
estaban cansados, es como no decir nada. Pero no hay mal que por
152
bien no venga, y Sancho Panza y Don Quijote se encontraron bajo
las impresiones de su gran viaje y se dieron prisa para compartirlas
con sus parientes y amigos. Para Don Quijote este viaje fue el más
importante y quedando en la memoria, sin duda, excepto de sus
aventuras en España, que había tenido hace muchos años. Y aún
hasta ahora, lo recuerda y narra a sus nietos.
Lo de Sancho, él, en cuanto entró a su casa, se dijo a sí mismo: “¡Casa
mía, casa mía, por pequeña que tú seas me pareces una abadía! No
hay nada mejor, que estar con mis queridos.”
Pero un camino, lleno de aventuras, siempre esta esperando a los
dos antiguos amigos.
153
Fue un momento triste. Mi abuelo atravesó la guerra y el hambre,
sobrevivió en las condiciones de taiga cundo trabajaba en el
aprovisionamiento de madera. Me parecía que mi abuelo viviría por
siempre. Pero murió.
Después de su muerte, por primera vez entré en su casa cerca de
Moscú cómo el nuevo propietario. Afluyeron los recuerdos… Cuando
tuve 8 años, me colé al desván y encontré allí una caja con muchas
cosas extrañas. Pero mi abuelo me descubrió, castigó y me prohibió
subir nuevamente al desván. Desde aquel momento pasaron más que
20 años. Ahora nadie podría prohibirme satisfacer mi curiosidad.
En el desván había un montón de trastería. El abuelo nunca botó algo.
Encontré los arneses (aunque yo sabía que el abuelo nunca tenía un
caballo) y una raqueta (a pesar de que el abuelo nunca jugó al tenis
El largo camino
Boris Gorlov
154
porque pensaba que todos los deportes, excepto el fútbol, era “la
infección capitalista”).
Finalmente encontré lo que buscaba. Con impaciencia empecé a
sacar los objetos más sorprendentes. Un antiguo reloj alemán, un
frasco de hierro, un foto en blanco y negro de un hombre bajito con
bigotes…. Y un libro. ¡Cuando lo abrí no podía creer a mis ojos! Era
Don Quijote. ¡La primera edición de Francisco Robles! Con ansiedad
empecé a pasar las vetustas hojas.
Los exploradores oyeron cierto ruido en las matas. El teniente del
Ejército Rojo Nikolai Tikhomirov apuntó su fusil hacia allí y gritó
amenazante. Si detrás de las matas estuvieran los nazis, empezaría
el tiroteo. Pero detrás de las matas apareció un hombre bajito con
bigotes. En sus manos sostenía una mochila gris. Nikolai le preguntó,
quién era. Al principio en alemán chapurreado, después en francés.
El hombre respondió en francés. Se llamaba Naúm. Vivía en Bruselas.
Toda su familia había sido fusilada por ser judíos. Él logró escapar.
Naúm contó que estaba tratando de alcanzar a sus parientes. Desde
hacía ya 3 semanas y no comió por 2 días.
Los exploradores le dieron algo de comer. Nicolai le dio su lata de
conservas. Así se marcharon. Dentro de 2 días los exploradores
regresaban a su regimiento. A un lado de la senda, en la oscuridad,
vieron un cuerpo. Nikolai lo reconoció. Se acercó corriendo y dio la
vuelta al cuerpo. Naúm llevaba muerto desde hacía ya unas horas. La
sangre ya no corría de su herida. Pero sus manos todavía apretujaban
su mochila. Nikolai tuvo que cortarlo con navaja. Adentro apareció
un libro. Entre las hojas estaba una foto de Naúm. Nikolai no sabía
porque, pero recogió ambas cosas.
155
Fue en mayo de 1909. Olía a flores y el pan tierno. Pero a los habitantes
del barrio Ajuzát Bait de la ciudad Yafo no les interesaban los olores.
Se reunieron para inventar el nombre nuevo para el lugar donde
vivían. Los debates continuaron unas horas. Finalmente dio un paso
hacia adelante Menájem Sheinkin y dijo ponderable: “Llamáremos
nuestra ciudad Tel Aviv – La Colina de la Primavera”. Nadie se atrevió
discutir con él.
La reunión acabó en una fiesta. Unos vecinos trajeron los dulces, otros
los instrumentos. Empezaron los bailes. Chicos y chicas de veinte años
bailaban junto a elementos mucho mayores que intentaban exhibir
un estilo de baile frío y distante. Menájem miraba a sus vecinos por
largo tiempo con una sonrisa. Volvió a casa por la tarde pero justo a
tiempo. Su hermano, que decidió trasladarse con su familia a Europa,
colocaba las cosas en el carruaje.
Cerca, estaba de pie el chico de 10 años. Menájem se acercó al
sobrino.
- ¿Nahúm, aun sabes a donde vas?
- Mi padre me dijo que nuestro nuevo hogar está en Bruselas.
Pero no se, donde está. Lejos…
- Espérame aquí.
Menájem entró en la casa, volvió con un saco y se lo dio al sobrino.
Nahúm echó una ojeada con curiosidad en la saca y miró al tío con
decepción.
- Pensé que me regalaste los dulces, pero veo el Talmud…
156
- No es el Talmud, - respondió Menájem casi con enfado, -
pero es un gran libro también. Me lo pasó mi bisabuela Sara. Aquí
se dice sobre un viaje más difícil que el de Moisés. Lo hicieron
solo dos. El gordo y el loco. Pero aquellos dos costaban a la nación
entera. Guarda este libro. Desde ahora es tuyo.
Nahúm aceptó el regalo sin entusiasmo. Pasarían los años antes de
que él lo leyera en Bruselas.
El mercado en la plaza de Jamaa el Fna, en Marrakech, estaba
bullendo. Aquí se vendía y se compraba todo que hay en el mundo.
Los animales exóticos, las frutas de todas partes del planeta, sables
curvos y alfombras. ¡El más rico bazar del siglo 18! Por eso nadie
prestó atención a un hombre pequeño con los ojos estrechos.
Se oscureció. La plaza quedó vacía. Los compradores y vendedores se
fueron a la mezquita. En el mercado se quedó sólo el viejo Joachim,
el comerciante de los libros. A él, judío, no hacía falta ir a la mezquita.
Recogía su mercancía cuando oyó los sonidos extraños de un callejón
oscuro. Joachim preguntó en voz alta, quién estaba allí. De repente
alguien, en la penumbra, se puso a llorar. Joachim encendió una
candela y vio que estaba llorando el mismo forastero que vagaba por
la plaza durante el día. El comerciante le preguntó que le pasaba pero
no pudo entender ninguna palabra de respuesta. Joachim suspiró y
dio una señal de seguirle.
Sara, la hija del comerciante se sorprendió viendo a su padre con un
desconocido.
- Padre ¿Quién es?
157
- No lo sé. Él vagaba por el mercado todo el día. Me apiadé.
Dale algo de comer y déjale dormir un poco.
El forastero se puso a comer. Sólo después de saciarse, el peregrino
trató de darse a entender con los dueños. De los gestos embrollosos
y algunas palabras árabes Joachim y Sara entendieron que el era
también un comerciante, pero fue robado por los beduinos no muy
lejos de Marrakech. Todo su grupo fue asesinado. Sólo el logró escapar.
Ahora estaba solo en un país ajeno sin una moneda. Sara quería
conocer de que país había llegado. Ella trajo un libro con los mapas y
estuvo muy sorprendida cuando el forastero indicó su patria. ¡China!
Pronto la luz en casa apagó. Pero Joachim no cerraba los ojos. De
repente oyó un susurro. Entre las tinieblas él pudo distinguir como
su invitado se colaba a la mesa de escritorio y sacaba un pequeño
saquito con monedas. Joachim no impedía al ladrón. Estaba tumbado
observando. El chino ya tomaba el dinero en la palma pero tardaba
Después de cavilar un rato no se sabe de dónde sacó algo y lo puso con
cuidado allí donde estaban las monedas. En un minuto desapareció.
Joachim nunca más le vio.
Por la mañana Joachim se acerco a la mesa y miró lo que le había
dejado su invitado convertido en ladrón. Envuelto en trapos estaba
un libro. El comerciante pasó por algunas páginas y entendió de una
vez que nunca lo vendería.
Llamaron a la puerta. La vieja Qí ya se acostumbró a que llegaran
a ella de noche y de día. Fue la más conocida curadora en Pekín.
Esta vez trajeron un hombre moreno y alto. Tenía fiebre. Los que le
han traído contaron que este hombre era un arquitecto de España,
158
se llamaba Diego. Él llegó a China en una nave grande con otros
españoles. Sus amigos se fueron y él se quedó. Le propuso muchas
veces al gobernante de Pekín construir las escuelas. Finalmente el
gobernante le dijo: “Hágame un pabellón en mi parque. Si me gusta
te daré el dinero para construir las escuelas de tus proyectos”.
Cuando Diego cayó enfermo, el pabellón ya estaba finalizado. Bonita
construcción en el centro de parque al frente del estanque tenía algo
árabe, algo europeo, algo judío… y chinesco también. …Cómo si todos
los estilos del mundo mezclaran en una pequeña construcción.
La vieja Qí probó todo, desde ungüento de ginseng, hasta veneno
de serpiente, pero la enfermedad no se iba. Dentro de 3 semanas
el español murió. El gobernante llegó a la casa de la vieja Qí para
despedirse y expresar el respeto al Diego porque le gustó mucho
el pabellón. Cuando se propuso salir, la vieja Qí cayó de rodillas y
se dirigió al gobernador. Ella ha gastado todo su dinero para curar
este extranjero, pero no ha ganado nada. El gobernante se rió: “!No
le salvaste! ¿Para que te voy a pagar? Vale. Tienes un saco con sus
bagajes. Tómalo”. Después de estas palabras el gobernante abandonó
la vieja Qí. Ella estando por las nubes escupió al saco de Diego.
En cambio su nieto pequeñito Liú se desvió de los juguetes nuevos.
Encontró en el saco una pipa, tabaco, un collar extraño y un libro.
Trató de fumar la pipa pero tosió y lo tiró. El collar Liú se rompió en
un mes. Pero el libro quedó con él por años aunque él no entendía
ni una palabra.
Una vez en Pekín llegaron los españoles. Uno de ellos, que sabía
chino, tradujo a Liú, que ya era adulto y se hizo un comerciante, con
159
el nombre de libro: “El ingenioso hidalgo don Quixote de la Mancha”.
Aquel español se sorprendió mucho porque este libro apareció en
España 80 años antes de este momento, en el 1605. Ya era imposible
comprarla. El español le propuso a Liú mucho dinero por el libro, pero
Liú se negó. Estaba seguro que poseer este libro puede le hacía ser
un humano especial, pero todavía no sabía que tan largo camino le
esperaba a este libro.
160
Las agujas del reloj indicaban las 09h45 en este jueves luminoso de
primavera. Juan estaba leyendo el periódico cuando de repente vio el
anuncio que iba a cambiar su vida más que podía imaginarlo.
Mientras que era persuadido de que el 26 de marzo marcaría por fin
el principio del apogeo de su carrera, ese arquitecto de 45 años no
podía sospechar que en realidad se trataba del fin de la vida apacible
que había llevado hasta ahora.
El terreno de 3000 m2, que siempre había soñado comprar, estaba en
venta. Juan se apresuró a marcar el número de teléfono del vendedor.
Obtuvo una cita con él el día siguiente por la tarde. Gracias a una
herencia reciente, convenció al terrateniente actual de que era el
comprador ideal.
Sócrates tenía razón
Odile Dordain
161
Tres meses después, tal un niño que acababa de recibir el juguete
tan esperado el día de los reyes, Juan no pudo abstenerse de hacer
visitarles el objeto tan ansiado a su mujer, Luisita e a sus amigos.
Como abeja en flor, iba y venía en el dominio situado en la linde de
su ciudad natal. No se agotaba en explicaciones: “Mirad, aquí habrá
una torre para los niños. Allí, el jardín de invierno para que Luisita
ocupe sus días. Una parte de la casa será prácticamente sepultada
por preocupación de energía. Otra se elevará hacia el cielo para sacar
provecho de la luz. Será a la vez una fortaleza e un palacio de cristal
aéreo.”
Las personas que acompañaban a Juan, ya podían concebir su casa.
Esa obra magistral se alzaría de tierra dentro de algunos meses y
marcaría el mundo de la arquitectura moderna para siempre.
En primer lugar, Juan inició las gestiones administrativas con ayuda de
sus asistentes fieles. Todo se desarrollaba perfectamente bien como
si se tratase de un príncipe cuyos súbditos leales pusiesen todos los
medios para que cualquier obstáculo desapareciese. Un verdadero
cuento de hadas.
Sin embargo, un día, el viento giró. La rosa de los vientos indicó la
dirección de la estrella polar: la suerte le dio la espalda. Las dificultades
de la obra se amontonaban al mismo tiempo que las piedras e otros
materiales utilizados. Juan era el único que no se daba cuenta que su
proyecto era titánico. Era probable que se estancara o peor que se
hundiera.
Mientras tanto, Luisita se dedicaba a sus ocupaciones. Así como
los más observadores de ustedes lo habrán comprendido, y no hay
162
duda que este detalle no se les hubiera escapado, queridos lectores,
Luisita era ama de casa. Se encargaba en cuerpo y alma de la casa,
de su querido marido y de sus hijos adorados, Martín y Lola. Juan
consideraba en efecto que su mujer no debía trabajar sino cuidar de
la casa, de la familia como cualquiera buena burguesa que se respeta.
Totalmente enamorada, no fue un sacrificio cuando Juan le pidió
que interrumpiese sus estudios de filosofía. Sí, ambos se conocieron
en la universidad hace más de 20 años. Se casaron en seguida.
“¡Demasiado jóvenes!” si a ustedes les gustaría conocer mi punto de
vista. ¡Los personajes ya no escuchan al escritor! No obstante, como
diría literalmente Pascal: “El corazón tiene sus razones que la razón
ignora.” Lo siento, volvamos a nuestros tortolitos.
Al principio, Luisita había leído muchos libros sobre la arquitectura
para entender a su marido. Juan estaba encantado hablar con ella de
sus proyectos y dificultades para encontrar su estilo que le permitiera
tener un apellido reconocido. Pero, poco a poco, cada uno se había
encerrado en su propio mundillo sin darse cuenta de ello. Mientras
que Juan estaba trabajando cada vez más, Luisita estaba olvidando
que no sólo era madre sino también mujer. Además, el tiempo
había sido enemigo silencioso. Ahora sus conversaciones trataban
sólo de sus hijos, de la única parte de la casa donde podían vivir o
de su jardín hoy convertido en un parque gracias a los esfuerzos de
Luisita. En conclusión, su amor se había atenuado incluso empezaba a
erosionarse. No haría falta mucho para que se derrumbase.
Por culpa del retraso en la obra de su casa, Juan se hacía irascible
un poco más cada día. Una noche, volviendo a casa, exclamó: “Oye,
Luisita ¿que has hecho hoy? He encontrado esto en el jardín. ¿No
163
puedes cuidar que todo sea ordenado? ¡La educación de los niños
deja que desear!”
En ese momento, Luisita encajó el golpe sin decir nada. Se desahogó el
día siguiente por la mañana contándole el incidente a su amiga, Ana:
“Estuve cocinando anoche, cuando, de repente, Juan entró en casa,
enfurecido, una raqueta en la mano. Uno de los niños había debido
olvidarla en el jardín. Sabes como Martín es: distraído desde siempre.
Estaba a punto de explicarle a Juan que era realmente insignificante
cuando secamente me indicó que debía reincorporarme a mis tareas
habituales. ¿Te das cuenta, comportarse así conmigo? Ya no es el
hombre al que conocí. El oro se ha hecho piedra: ahora no tiene el
corazón de oro sino de piedra. Además, ya no nos contamos nada.
Somos dos extranjeros uno cerca del otro. Y cuando hablamos, es
como si no utilizásemos el mismo idioma. ¡Un verdadero diálogo de
besugos! Me molesta esa situación. Me siento muy sola y tengo la
impresión asfixiarme.”
Ana: “¿A lo mejor estaba de mala leche? Su vida ha cambiado mucho
desde que la obra de vuestra casa empezó. En lo que te concierne, si
puedo hablarte francamente, nunca he comprendido por qué habías
vivido como una ermitaña. Te recomiendo que salgas para encontrar
a gente. Seguro que hay algo que te interesa, ¿no?”
Luisita: “Pues, no lo sé. Hace mucho tiempo que he perdido la
costumbre de cuidarme. Déjame reflexionar. ¡Oh, sí! Ya lo sé. Tengo
una asignatura pendiente: me gustaría volver a leer e incrementar
mis conocimientos en filosofía.”
Ana: “Muy buena idea. Deberías ir al círculo de lectura de la ciudad.
Tal vez hay una sección de filosofía”.
164
Aquella conversación a corazón abierto fue benéfica. Luisita se volvió
miembro del círculo. No sólo su cultura se enriquecía sino también
ella llegaba a ser cada vez más segura de ella misma. Se atrevía a
desafiar la autoridad masculina en casa de vez en cuando. Estaba
claro que había perdido sus ilusiones poco a poco hasta el día cuando
opinó: “tal vez una familia sea eso: algo que pasa un ratito juntos –
digamos ¿veinte años?”
A partir de este momento, empezó a examinar su vida, a actuar de
manera más cerca de lo que pensaba. No obstante, no se sentía
completamente feliz. Juan seguía siendo desagradable con ella. Ya no
tenían nada en común. Su vida era insípida.
La inauguración de la obra por fin acabada fue terrible para Luisita. La
enésima burla de Juan en contra de ella ante todos sus amigos fue la
gota que colmó el vaso de su paciencia. Fue esa noche que ella pasó
revista a su vida: “Los niños están en la universidad ahora. Ya no me
necesitan. Juan se preocupa sólo de su trabajo. Ya no está enamorado
de mí. Ya no subsiste ninguna ternura entre nosotros.”
De madrugada, Luisita pensó: “Sócrates tenía razón: una vida sin
examen no merece la pena ser vivida.” Tomó su decisión: “es ahora o
nunca.” Dejando la casa, marchaba hacia su nueva vida, liberada de
cualquiera obligación del pasado. A lo lejos, oyó las campanas de San
Cristóbal marcar las 09h45. Era un jueves de primavera. El sol brillaba
y calentaba la espalda de esta mujer que por fin tomaba las riendas
de su vida por primera vez.
165
Un buen día de primavera un joven 20 años de edad, alto, esbelto,
con cabellera ondulada y ojos vivos salió de la universidad. Esto era
Rodrigo, futuro arquitecto. Él acabó de pasar el examen y no se pusó
a esperar sus amigos, con quienes había acordado encontrarse de
tarde. Decir que él estuve de buen humor es no decir nada. Imagine
una persona sana, cuyos padres ya estan joven y sanos, cuyos abuelos
estan bastante animosos y enérgicos. Él está soltero, por eso no tiene
motivos inquietarse sobre su familia. Añade con ese que él tiene
muchos amigos, dedica a ocupación preferida, ahora mismo acabó
de pasar el examen, no se olvide que llegó la primavera y usted
comprenderá que sensación de entusiasmo y felicidad sin motivos
sintió Rodrigo. Él experimentó afluencia de fuerzas, enerjía; le parecía
que él pudiera hacer todo y todo se resultara bien. Le llenó el deseo
moverse, hacer algo. Él andaba a buen paso hacia adelante, despues
El sueño milagroso
Tatiana B. Kireeva
166
doblaba a la izquierda en dirección al parque, por el camino compró
el periodico y al cabo de algun tiempo entró en el parque.
Rodrigo soñaba con viajes. Le gustaría visitar lugares diferentes de la
tierra, mirar, como vive la gente, mirar a las ciudades y pueblos, ver
oceanos y mares, montañas majestosas y llanuras, bosques, estepas y
desiertos, cataratas grandiosas, lagos pintorescos, rios grandes y rios
pequeños con ensenadas tranquilas. Rodrigo leía mucho, leía y bellas
letras y libros sobre monumentos de arquitectura de paises y épocas
diferentes y él desearía ver todo por sus propios ojos. Él apetecería
más creer algo sorprendido y le parecía que él lo pudiera.
Hacía un día hermoso, el sol resplandecía, los aves trisaban con
regocijo, verdura fresca del follaje nuevo alegraba la vista, el aire
estaba lleno de aromas de flores. Rodrigo aminoraba el paso y tomaba
el sendero hacia el lago. Cerca del lago él se sentó en el escaño al
pie de un árbol grande. Los sonidos de la ciudad han quedado en la
lejanía. No había nadie. Rodrigo desplegó el periodico, le hojeó, no
quisó leer, vio crucigrama, leyó:
– Horizontal: el autor del cuento en que hay una frase siguiente:
“entre los trece años que debía de tener cuando a éllo apresaron, y
los veinte que debe tener ahora, su cara ha perdido toda apariencia
infantile”, cinco letras.
– O, es un relato de Javier Calvo. Este año le ha leido. Seguimos
viendo…Vertical: una cosa que usan cuando jugan al tenis, tenis de
mesa, volante (badminton). Es raqueta. Siete letras. Encaja.
Rodrigo quedó pensativo: “Aqui hay un ejemplo más de “amigos
167
falsos” de traductores. En ruso esta palabra significa “cohete”.
Cohete…Sea bien dar la vuelta a la tierra en el cohete, ver todos a
una. Nuestra tierra es tan hermosa. Yuri Gagarin, el primer hombre
que visitó el espasio cosmico, dijó que la tierra estuvo envuelta con
un velo azul celeste. Él lo ha visto. Pero lo es interesante: en siglo XIX,
en 1841, 120 años antes del vuelo de Gagarin gran poeta ruso M.
Lermontov en su poesía1 había escrito:
¡En cielos está solemnemente y maravillosamente!
La tierra está durmiendo en aureola (resplandor) azul celeste.2
Lermontov no le vio y no pudo ver ya que entonces hasta aviones
no existian. ¿Cómo él podía conocer que aspecto la tierra tenía de
cosmos? Lermontov no fue científico sino poeta. Es maravilloso.
¿Qué es esto? ¿Una prevision genial o una coincidencia casual? ¿Por
qué rica fantasia del poeta le apuntó tan justa imajen? ¿Y puede una
persona agorar futuro, conocer, por ejemplo, su proprio destino?”
Afluencia de tal pensamientos comenzó a girar en la cabeza de
Rodrigo. Él meditó profundamente y empezó a dormitar.
Rodrigo tuvo un sueño. Ahí él está en el cohete y ve la tierra como el
globo con océanos y continentes. Y ahí él está en el tren y fuera de
ventana pasan paisajes admirables. Y ahí él está en el bosque o en
el parque. Rayos de sol estan en hierba, una senda serpentea entre
árboles. Una joven graciosa anda, pensando, por esta senda. De súbito
Rodrigo sintió una agitación inexplicable. Él intenta la discernir, pero
su obra todo el tiempo cae. De repente un collar del cuello de la chica
cae a senda, pero ella no nota. Resplandor vivo de piedras atrae la
168
atención de dos urracas. Una de ellas coge el collar y vola, otra sigue a
primera. Tiene lugar una pendencia. El collar cayendo se engancha en
rama del árbol y se queda colgado. Las urracas continuan peleandose.
Rodrigo se despertó de gritos fuertes de las urracas. El sol se inclinó al
ocaso, las sombras de los árboles se pusó largas. Atardecía.
“Que sueño insólito. Ojala esto sea en realidad”, – pensó
Rodrigo y se pusó a mirar alrededor. En una rama del árbol vecino
él percibió el collar. Por momento Rodrigo enmudeció de asombro,
despues él se acercó , subió en puntillas, levantó su brazo, pero no
pudo coger el collar que estuvo demasiado alto. Entonces él cogió
de tierra un ramo, quitó el collar con le ayuda y se puso le examinar.
“Es interesante, – piensó Rodrigo, – ¿Cómo este collar llegó aqui? ¿y
quien es su ama: una chica o una mujer de edad?”
De subito él oyó que alguien en la penumbra se pusó a llorar. Rodrigo
se levantó del sitio, hizó algunos pasos y vio que a la izquierda por el
alameda sombria iba lentamente una chica, miraba abajo y lloraba
muy quedo. Su apariencia recordó a Rodrigo la apariencia de aquella
chica, que él habia visto en su sueño y su corazón lató fuertamente.
Inquieto Rodrigo se acercó coriendo a la chica y preguntó: “¿Qué
pasa? ¿Porqué está llorando?”
– He perdido mi collar, todo que me quedó de mi mama, –
contestó la chica, levantó su cabeza y miró a Rodrigo. Sus ojos grandes
y verdes con pestañas largas y negras eran tan lindos…
– Soy huérfana,– continuaba ella, – mi padres perecieron a
causa de accident en coche cuando tenía diez años. Desde este tiempo
169
viví con mi tia materna. Tengo solo fotos y este collar… tenía, – añadió
ella y se pusó áun más triste. Una lagrima rodió sobre su mejilla.
– No se apene, ¡desterre la tristeza! – exclamó Rodrigo, – mire,
¿es suyo? – y él la tendió el collar.
– Si, es mio, pero ¿comó llegó a usted?
– O, es una historia muy interesante, – dijó Rodrigo, – y yo la
voy a contar a usted.
Y ellos juntos fueron por el sendo.
1 La poesía “Salio solo en el camino” («Выхожу один я на дорогу») (1841)
2 En ruso:…В небесах торжественно и чудно!Спит земля в сияньи голубом…
170
Son las nueve y media de la tarde. Ya es hora de ir a la estación. Paquita
ha bahado por el hall del hotel. El portero ha traído una maleta y ha
pedido un taxi. Algunos de su colegas con sus bagajes han bahado
por el hall también instalándose en las sofás y los sillones. Meneaban
las cabezas y sonreían amistosamente si cruzaban las miradas con
ella. Sonreía en respuesta tambien. Aunque sabía que la odiaban y
envidiaban por su carrera exitosa de la arquitecta que ella ha hecho
a los 29 años. Su discurso en la conferencia estuvo brillante. Además,
brillante como siempre y como todo que hacía ella.
Un microbús ha llegado a la entrada del hotel. Cuatro chicos y tres
chicas con las bolsas grandes deportivas a las espaldas salieron y
se dirigieron a la recepción. Los jovenes tenían estaturas grandes y
musculosos, con los hombros y los brazos asimétricos, las pantorrillas
sobrenaturales, las caras curtidos por el aire. Eran robustos y parecidos,
Una alumna sobresaliente
Vadím Lyáshchenko
171
como los hermanos. Las muchachas por lo contrario eran diferentes
– una gallarda, de alta estatura, otra más abajo, pero fuerte, y tercera
– la delgada, pequeña y desgarbada; parecía que la bolsa fuera más
grande que ella. Paquita le conocía estas complexiones, estas caras
y estas bolsas grandes con dos correas anchos también. En otros
tiempos ella hugaba tenis e iba por los torneos de tenis como estos
jovenes y muchachas.
Un hombre alto con una mochila y una raqueta en las manos se
apareció en la puerta de entrada. “Chicos, desayunaremos a las
siete y media de la mañana. Saldremos por el entrenamiento a las
ocho. Cenad y dormid. Todos.” ¡Paco! Ella reconoció a él antes de que
discernía su cara, un instante antes de que oía su voz. Reconoció a él
por el andar y definitivamente por la manera de girar una raqueta en
torno a dedo índice. Nadie podria girarla tan virtuosamente.
Espontáneamente su pies empezaron a levantar su cuerpo al encuentro
de él, pero no se dejó vencer del este sentido, había estrechado los
brazos del sillon con sus manos. Él se acercó a la recepción, tomó la
llave y se dirigió al ascensor siguiendo girar una raqueta. Ahi se volvió,
la vio, se desenvolvió y anda hacia ella, sonriendo.
- ¡Paquita, hola! Encantado de verte – él dijo si como se
versaron no hace seis años, pero ayer.
- ¡Hola, Paco! -tendió la mano a él. Desde que la acordaba de
él, su palma tan grande y cálida siempre tenía estos callos de raqueta
del tenis.
- ¿Que haces aqui?
172
- He participado en la conferencia. ¿Y tu? ¿Estos chicos son
tuyos alumnos? Entrenas de nuevo?
- Sí. Como vés.
- ¿Y por qué no arquitectura?
- Después de haber cursado los estudios hice dos proyectos,
incluso uno realizado. Luego seguí sin interés. Volví al tenis. Es
probable que eso sea más de cerca para mí y no pueda vivir sin el
tenis. Bueno, lo sabes.
- Señora, vuestro taxi llegó -dijo el portero.
- ¿Ya? Bueno, lleve la maleta, llegaré pronto. ¿Te encuentras
con algunos compañeros de nuestro curso? Ahora mismo Victor y
Maria han estado aquí, en la conferencia.
- No. Encuentro aquellos con quien nos jugaba desde niños,
y los entrenadores también. Es que trabajo con Jose en el club
deportivo Saladar.
- ¿Como está Jose?
- No cambia. Entrena David, como antes. Está orgulloso de él.
Su mejor tenista. Verdad es que David tiene 28 ya y no le resta mucho
que jugar – dos o tres años, no más.
- ¿Y Pancho?
- Pancho envejeció un pocito. Pero sigue entrenar las chicas. Tiene algunas muy perspectivas.
173
- Estábamos muy perspectivos una vez también, más
exactamente – tú estabas.
- Sí. Pero tú has conseguido mucho. Has llegado a ser arquitecta
conocida. Leo tus articulos a veces, me los gustan.
- Gracias. ¿Te has casado?
- No. ¿Y tú?
- Sí. Estoy casada.
- ¿Juega él al tenis?
- No, es un interiorista.
- ¿Estás feliz con él?
- ¡Pues sí! Tengo dos hijas pequeñas, de cuatro y de uno años.
Tengo una casa grande y bonita. Me gusta mucho mi trabajo. De
seguro estoy feliz.
- Señora, el taxista pregunta si vais pronto, le dice que tiene
otras llamadas después de la vuestra” -dijo el portero.
- No es nada, pronto. -¿Fumarás? -Paquita ha alargado un
cigarillo a Paco.
- No fumo, lo sabes.
- Sabía antes, pero no nos hemos versado mucho tiempo.
Empecé hace tres años y no puedo dejar de ninguna manera… ¿Jugáis
un torneo aquí?
174
- Sí. Hemos recibido el cuadro pesado. Cinco han perdido ya,
dos se han quedado, pero tendrán los contrincantes fuertes por la
mañana.
- Si querría ver los jugadores tuyos, ¿cual de los torneos visitara
mejor?
- Cualquier torneo de ITF. Y puedas ver mis chicos en todo
torneo Futures.
- Bueno, es hora de ir. Me alegré de verte. ¡Adiós!
- ¡Adiós, Paquita!
Ella ha salido del hotel y ha tomado el taxi.
…Se conocieron en uno de los torneos de juniors. Tenían quince años
ambos. Luego se encontraron en otros torneos, donde jugaban chicos
y chicas a un tiempo. Además elegían unos torneos adonde pudieran
ir juntos. Empezaban a participar unos torneos profesionales. Paquita
no era una tenista mejor, pero una chica inteligente y atractiva.
Muchos jovenes la galanteaban e intentaban ganarse la simpatía de
ella. Pero Paco llegó a ser su novio, aunque no haga nada especial
para eso. En las diecisiete años se hicieron amantes…
El taxi se ha parado ante la estación. Ella ha pagado.
…En las dieciocho años, después de la época de intentos desgraciados,
se decidieron dejar el tenis professional y empezar prepararse para
ingreso en el facultad de arquitectura de la Universidad. Paquita
siempre tenía los resultados buenos y las notas mejores. Paco - no,
pero dibujó muy bien. Juntos ingresaron en la Universidad. Si bien
175
se separaron durante el curso tercero. Para entonces Paquita, la
enérgica, atenta y constantemente orientada hacia un objetivo,
estaba harta de pereza y despreocupación de Paco…
Ella ha ido por la andén y ha tomado el tren.
… En el curso tercero ambos a dos participaron en el concurso
estudiantil de unos proyectos de la reconstrucción del parque viejo.
Paquita proyectó un centro grande de comercio y entretenimiento
en la parte central y las esculturas e instalaciones de autores
modernos entre los árboles en otras partes del parque. Unos
bancos y cenadores viejos debían que sustituir por las formas de
arquitectura moderna. En total resultó una combinación de estilo y
funcional de unas construcciones urbanísticas y un paisaje natural.
Su proyecto produjo efecto y estuvo propuesto por un premio.
Paco sugerió un proyecto bastante extraño. Lo de la restauración
en realidad. Propuso el restablecimiento en el aspecto original y la
afirmación de cenadores, bancos, esculturas, farolas, tablado y otros
elementos del parque, y la renovación de equipos también. Durante
la presentación no ha encontrado nada mejor que entrara en detalles
sobre la influencia del ambiente cultural-histórico en la formación
de la personalidad del ciudadano, sobre la devaluación de valores
familiares y sobre la crisis de la cultura, que nuestra civilización sufre.
Encontró y incluyó en su proyecto unos recuerdos de los habitantes
que paseaban en el parque a principios del siglo veinte. Y los leyó,
haya contado cómo las fiestas pasaban en el parque, y cómo y
cuando y qué y cuales músicos tocaban en estos tiempos remotos, y
como graciosamente chicos y chicas de veinte años bailaban junto a
176
elementos mucho mayores que intentaban exhibir un estilo de baile
frío y distante…
Por extraño que sea, el jurado tuvo en cuenta sus razones a modo de
que le quisiera tener la posibilidad de ver lo mismo banco donde sus
abuelos habia besado por primera vez, que sus descendientes pudiera
verlo, etcétera. En resumen su proyecto inesperadamente estuvo
propuesto por un premio también y después de disputa exasperada
lo ganó con la mayoría de votos mínima - sea uno, sea dos.
Paquita felicitó Paco, pero después del concurso sus relaciones se
agravaron rápidamente y definitivamente. No reñaban ya, seguían
saludarse y hablar, pero no estaban juntos, alejándose más y más…
***
El tren acortó una velocidad pasando el puente. A continuación la
aceleró de nuevo. Se empezó a repiquetear por un techo, al principio
flacamente, después fuertemente. Un paisaje nocturno afuera
transformó en lo fantasmagórico por unos hilos de agua resbalandose
sobre ventanas del coche. Pasajeros escasos se quedaron dormido –
algunos echados en asientos, otros alargandose sobre tres asientos a
la vez. Alguien, en la penumbra, se puso a llorar.
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Érase una vez una joven muy guapa e inteligente que vivía en
Bruselas y trabajaba como traductora e intérprete. Carmen era una
apasionada de los bailes latinos y bailaba con un estilo tan natural y
suave que era admirada por todos los chicos que la conocían, incluso
José, un ingeniero de construcción que trabajaba en una empresa
multinacional. Carmen y José eran muy amigos desde hacía tres años.
Una tarde lluviosa y oscura, como siempre hacía mal tiempo en
Bruselas, sucedió que José fue a dar un paseo por la “Grand-Place”
al centro de la ciudad. De repente, alguien, en la penumbra, se puso
a llorar. La luz era débil y gris, apenas se podía ver pero José se dio
cuenta de que era Carmen. Sus ojos habían perdido el brillo natural.
— ¿Carmen, qué te pasa? ¿Por qué estás triste?-preguntó José
asombrado- ¿Qué problema tienes?
Carmen: inspirada a vivir en positivo
Jeannot Rakotomalala
178
— Nada, nada. -respondió Carmen, limpiándose las lágrimas-
Todo va bien. No te preocupes.
José pudo intuir de entrada que la vida de su amiga no estaba
funcionando tal y como ella pretendía. Empezaron a charlar y ella
tardó cinco minutos en enumerarle la lista de las decepciones que
había tenido a lo largo de los últimos años. La verdad era que Carmen
había aprendido que la decepción dolía, no quería que le hicieran mas
daño y por tanto había decidido que si no esperaba que sucedieran
cosas buenas, no se sentiría decepcionada cuando no pasaran. Así
que se había vuelto negativa en la vida.
— He perdido el timón de mi vida- confesó Carmen con la voz
angustiada-
— Oye, yo que tú, iría a España por algunos días para cambiar
de ambiente, tomar aire y disfrutar del sol y del mar. Si quieres, iré
contigo. Además, el festival Danzabrasil de Barcelona comenzará este
fin de semana.
— De verdad. Bueno, vale.
Así que días después, llegaron a Barcelona. Contrario a lo que
había sucedido en fiestas de baile años antes, en las que chicos y
chicas de veinte años bailaban junto a elementos mucho mayores
que intentaban exhibir un estilo de baile frío y distante, el festival
Danzabrasil era un punto de reunión internacional para aficionados y
apasionadas de los bailes latinos y brasileños; así, gente de casi todos
los países del mundo y de todas las esferas, sin separación de las
generaciones, bailaban un estilo de baile caliente y sensual. Carmen y
179
José lo pasaron de maravilla bailando el Lambazouk, un estilo de baile
brasileño evolucionado de la Lambada y típicamente bailado a ritmo
caribeño zouk.
Lambazouk: caliente y sensual… El “Cambré”
A diferencia de la Salsa donde a la chica la diriges con las
manos, el Lambazouk requería bailar con las caderas pegadas una
contra la otra de la pareja. Así, en un movimiento lateral básico, las
caderas se movían primero, y el resto del cuerpo seguía, y esto era
parte de lo que hacía el baile tan sensual. Sin embargo, en varios
movimientos la pareja también estaba conectada por contacto de
ojos, piernas, brazos, hombros, cabezas. Aunque el Lambazouk fuera
un estilo enérgico, el baile fluía suavemente y los movimientos eran
continuos y la chica estaba constantemente en órbita alrededor del
compañero. Carmen bailaba con mucha gracia los más distintivos
movimientos, incluso el “Cambré” - arqueando hacia atrás, a veces
hasta debajo de la cintura -, los movimientos de pelo específicos y
los movimientos de la cabeza para la chica.
Al día siguiente Carmen y José fueron a dar un paseo por el
barrio ubicado en el límite noreste de la ciudad de Barcelona en su
180
vertiente litoral. Así llegaron al puente Bac de Roda con sus dos aceras
que se ampliaban poco a poco hasta convertirse en paseos, con una
espléndida vista del parque Sant Marti. Por el bello entorno y por
el vasto panorama que se dominaba desde allí, la elegante estructura
atraía tanto a los padres de familia y abuelos que empujaban los
cochecitos de sus hijos o sus nietos, como a los enamorados que
llegaban a contemplar la puesta de Sol.
— ¿Sabes quien es el diseñador de este puente tan imponente?
- preguntó Carmen.
— Sí, se llama Santiago Calatrava. Es un arquitecto audaz cuyas
creaciones no se parecen a nada de las que se construye hoy en día.
Trabajé cinco años en su oficina en Valencia antes de mudarme a
Bruselas, así que lo conozco muy bien. La mayoría de los edificios
modernos se caracterizan por sus afiladas aristas y sus rígidas
fachadas de cristal, mientras que los de este arquitecto nacido en
España toman prestadas las líneas curvas de la naturaleza, con lo
cual dan una impresión más suave y atrayente.
El resultado es una feliz variante de la arquitectura rectangular de
nuestros días; construcciones que reflejan el genio alegre y entusiasta
de su creador.
— ¿Entonces, este arquitecto crea tanto edificios como
puentes, no?
— Desde luego. Los trabajos predilectos de Calatrava parecen
ser los puentes, en cuyo diseño los arquitectos tienen mucha libertad.
Por ejemplo, el puente Alamillo en Sevilla, posiblemente el más
181
imponente de todos los que ha hecho Calatrava, demuestra el talento
del arquitecto para llevar los materiales al límite de sus posibilidades.
Esta estructura en forma de arpa cruza el río Guadalquivir. Hubo
quien opinó que su realización era imposible, pero este diseñador
audaz probó que esos escépticos se equivocaban. Es que Calatrava,
rara mezcla de arquitecto, ingeniero y artista, está acostumbrado
a los desafíos. Lo que más le gusta hacer es dibujar; sus proyectos
de ingeniería más complicados comienzan siempre con un sencillo
boceto a lápiz, a menudo acompañado con apuntes de las formas
de la naturaleza en las que se inspira. Como por arte de magia, una
raqueta se transforma en puente, un ojo se convierte en vía de acceso,
o un toro que embiste se metamorfosea en una fachada.
— ¿Cómo se ha desarrollado su creatividad?- preguntó Carmen entusiasta.
— Calatrava manifestó su creatividad muy claramente desde
sus mocedades. De adolescente, su familia lo alentó a tomar clases
nocturnas en la escuela de arte de la localidad, donde se aficionó a
hacer dibujos de la naturaleza. Ya convertido en un hombre joven,
El puente Bac de Rodaraqueta
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consideró que amaba las artes pictóricas lo suficiente para dedicarse
a ellas, pero la arquitectura le pareció una opción más práctica.
— ¿Qué es lo que caracteriza mejor su concepto de
arquitectura? –preguntó Carmen, maravillándose cada vez más del
genio de este artista inspirador.
— Todos sus proyectos revelan el profundo amor de este
arquitecto por la naturaleza y la humanidad. Toda la gente que
labora con Calatrava comparte su concepto de la belleza, y la idea de
que la arquitectura debe mejorar la vida.
En aquel momento, los ojos de Carmen recobraban el brillo natural,
y afirmó:
— Ahora me doy cuenta de que, dentro de mí, tengo la
capacidad de superar los contratiempos con una actitud positiva.
Quiero decir la fuerza interior que me capacita para vivir en positivo,
y que me lleva a transformar las dificultades en oportunidades para
crecer, aprender de los errores y reconocer las lecciones, creciendo
en fortaleza y sabiduría. Esta fuerza interior ya la tengo pero no la
podía ver, estoy descubriéndola a través del espejo al cual me he
mirado.
— ¿De qué espejo hablas? -preguntó José.
— Bueno, hablo de lo que se refleja dentro de mí, incluso
alguien que admiro y lo que contemplo como modelo, todo lo que
me inspira a vivir en positivo. Está claro que el arquitecto Calatrava
me ha inspirado mucho, su audacia, su capacidad de hacer frente a
los desafíos, su creatividad, su genio alegre y entusiasta, su concepto
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de la belleza y su amor por la naturaleza y la humanidad, la idea de
que la arquitectura debe mejorar la vida de la gente.
— ¿En cuanto al festival Danzabrasil, qué te ha inspirado a vivir
mejor?
— Mira, el intercambio de la riqueza cultural en este
acontecimiento internacional ha proporcionado a cada uno una
oportunidad de entablar conversación con los demás, compartir
y aprender de la educación de cada uno, ¿qué nos une y cómo
podemos vivir en paz juntos, relacionados por entendimiento mutuo
y apreciación de culturas diferentes del mundo? Total que, como arte,
el baile resulta un catalizador que fomenta un cambio positivo, tanto
personal como social.
Carmen tenía una nueva perspectiva que la capacitaba para darse
cuenta de la fuerza interior que ya comenzó a despertar porque
las experiencias de los dos últimos días así se lo mostraron, y ya
estaba lista para que comenzara a usarla. Así no sólo se sobreponía
a la adversidad, sino que salía transformada de ella. A partir de
aquel momento sabría que, aunque en su vida volvieran a aparecer
situaciones difíciles, inesperadas, aparentemente sin salida... podría
tomar aire, abrir nuevos caminos, encontrar apoyo. Sabría que dentro
de ella existían recursos que le permitirían dar el siguiente paso, y
después otro más.
Carmen regresó a Bruselas la semana siguiente, y algunos meses
después sería difícil encontrar una joven más positiva e interesada
por la vida; el mundo era brillante, alegre y estaba lleno de maravillas.
Cada paso que daba por la calle le conducía a nuevos descubrimientos.
184
Para ella la hierba era siempre verde y el cielo azul. Cuando despertaba
por las mañanas, apenas podía esperar para saltar de la cama y ver
que nuevas maravillas le traía el día.
185
Hace dos años descubrí Madrid. Mi amiga y yo fuimos invitadas a
pasar las vacacionesde Navidad en Almería, una provincia al sur de
España en la costa andaluza.
El billete de viaje lo compré con destino Madrid. Sólo Madrid. Tenía
la intención de pasar dos días en la capital y conocerla por encima,
porque dos dias es tan poco para descubrir con la profundidad.
Nos alojamos en un pequeño hotel de la calle Ábada, en el corazón
de Madrid. A cien metros de la Gran Vía, la arteria que día y noche
no deja de latir. Armadas con la guía turística pasamos revista a
unos de los lugares destacados en el centro de la ciudad. Contentas
con nosotras mismas nos unimos a una corriente de madrileños y
extranjeros que sube y baja por las calles de escaparetes multicolor.
Yo había leído antes sobre “la movida madrileña”, sin embargo, me
impresionó que en España se saliera tanto.
España – el vuelo del alma !
Shubina Borislava
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Ese fue mi primer contacto con Madrid. Fue corto, pero desde aquel
momento no dejaba de sentir las ganas de volver allí de nuevo.
Por lo tanto, en el verano, cuando tuve la oportunidad de coger mis
vacaciones, mi destino era claro: España. ¡Y, por supuesto, Madrid!.
Ahora podría, por fin, unirme y mezclarme con una multitud de
turistas y madrileños, caminar por las calles del viejo Madrid,
perderme por sus rincones y descubrir nuevos lugares.
Era junio y encontré a la ciudad más hermosa que en invierno. El
sol le daba mayor color. Recuerdo cuando al salir a la Puerta del Sol,
bajando por una calle, no pude dejar de exclamar:
- ¡Oh Dios mío! ¡Cuánto sol, y cuánta luz les regala a los
madrileños!
A nosotros, los rusos, el clima no nos mima, por eso nos quedamos
entusiasmados por tanta generosidad de la naturaleza.
Me sentía feliz de tener por delante unos días en la capital del Reino.
La belleza de la ciudad, su arquitectura, la cordialidad de la gente,
todo eso me impresianaba y me permitía disfrutar cada minuto de mi
estancia. Me llamaba la atención que los españoles me ayudaran con
amabilidad cuando me enfrentaba con dificultades del idioma.
Un día, caminando y disfrutando de la sensación de estar perdida
en una ciudad desconocida, entré en un gran parque. Era un parque
encantador. Me encontraba cansada y quería tomar una pausa bajo
la sombra de los árboles. Me senté en un banco complacida con mi
pasatiempo y la sonrisa iluminaba mi rostro. En este momento, un
hombre que llevaba una raqueta en su mano, se sentó al lado.
187
- ¿Qué tal todo? - Me preguntó.
Sorprendida y con tono inseguro, casi susurrando, le contesté:
- Todo bien, gracias.
Aunque había estudiado español en el Instituto Cervantes de
Moscú, prefería no hablar en la calle por miedo a equivocarme. El
hombre no prestó atención a mi inseguridad en las respuestas y
seguía preguntando al mismo tiempo contando de él. Me dijo que
era arquitecto y que en su tiempo libre jugaba al tenis. Este día ha
venido a jugar en las canchas que habían en el parque. Así fue mi
conocimiento a este hombre que desde aquel momento empezaba
a ser mi amigo. Durante mi estancia nos encontramos varias veces,
pasábamos el tiempo charlando y, gracias al arquitecto, pude conocer
algo más de la historia y la reconstrucción de los monumentos y
edificios, de su arquitectura e incluso de las divertidas historias de
las crónicas sobre la capital española.
Y poco a poco perdía mi timidez y me animaba a hablar, sentía más
confianza y no tenía vergüenza inicial a cometer errores.
Se aproximaba el fin de semana y mi amigo me ofreció viajar al País
Vasco.
¿Podría yo soñar algo parecido? ¡No sólo iba a descubrir Madrid sino
que esta vez iba a tener la oportunidad de conocer otra parte de
España!
- ¡Qué fantástico! - aceptó su proposición sin dudar.
188
Y ese viernes por la tarde nos pusimos a viajar al norte. La autovía
pasaba por paisajes amarillos y quemados hasta que no cruzamos
las montañas. Desde aquí podíamos contemplar las vistas más
pintorescas de la zona con bosques de roble, iglesias y casas aisladas
en estrechos valles.
Nuestro destinto era el pueblo costero de Mundaka. Pero antes de
llegar, mi amigo me regalaba otra sorpresa: paramos en Bilbao.
Bilbao es una ciudad hermosa con un río que corre por el centro de la
población. Al salir del coche, un fresco acarició mi piel. Era un fresco
verde, como el verde de los bosques que nos acompañaban durante
el viaje. Por el contrario del calor y el color amarillo de Madrid y del
centro de España en verano, el norte huele a verde y al mar.
De repente, mi atención fue atraída por el edificio junto al río, parece
a un barco de forma inusual. Un barco que no era barco, un edificio
que no parecía un edificio. Mi amigo el arquitecto vino a ayudarme
y explicó:
- Es el museo Guggenheim. Luego veremos cómo está hecho y
las planchas metálicas que lo cubren como si fueran las escamas de
un armadillo.
El edificio era espectacular. Y añadiendo originalidad a ese entorno,
una araña gigante hecha de hierro parece caminar entre el museo y
el río. Y, me imprecionó un perro gigante, de piel de flores, que estaba
al otro lado del museo. Los turistas no dejaban de hacer fotos para
tener el recuerdo de algo inolvidable.
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Después de nuestra parada en Bilbao, llegamos a nuestro destino
ya de noche. Teníamos hambre. Buscamos un lugar para cenar y
encontramos un bar junto a la bahía. La voz del mar acariciaba nuestro
oido. De repente, hemos oido que alguien, en la penumbra, se puso
a llorar. Era un niño que estaba pescando y que por su descuido dejó
caer al agua el cubo con los peces. Todos sus trofeos habían perdido.
El chico no pudo ocultar la frustración.
Habíamos llenado de sentimentos al muchacho nos retiramos al
hotel. El día paso intenso.Nos encontrábamos cansados del viaje y
nuestra intención era salir al día siguiente temprano para recorrer los
alrededores y descubrir la costa.
Al día siguiente, la luz de la mañana nos regaló una pintura preciosa.
Mundaka estaba bañada por un mar azul, con una playa de arena color
naranja. Los jóvenes ya estaban a la búsqueda de la ola. Supimos que
Mundaka es un lugar muy famoso debido a su “ola izquierda” y esta
considerada como mejor ola de Europa para la práctica del deporte
de las tablas. ¡Nunca hubiera pensado que un pueblo tan pequeño
tiene tanta importancia!
No pude resistir el placer de nadar en el mar esa mañana.¡Qué
vitalidad me había dado el agua! La tarde de ese día pasamos en un
pueblo cercano. No recuerdo su nombre pero recuerdo su encanto.
Estaba la fiesta y los ciudadanos celebraban en la plaza un concurso
de bailes regionales. Los chicos y chicas de veinte años bailaban junto
a elementos mucho mayores que intentaban exhibir un estilo de baile
frío y distante. Los jóvenes iban vestidos con trajes tradicionales.La
gente en la plaza recibía a los grupos de baile con aplausos y gritos.
Los días siguientes al de nuestra llegada a Mundaka, los pasamos
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visitando los alrededores. Pueblos como Lekeito, Elantxobe, Bermeo,
me dieron la oportunidad de disfrutarme de sus pescados, de sus
aguas, de sus paisajes, de su encanto.
Por desgracia, llegado el tiempo del regreso, de nuevo llegamos a
Madrid.Mis vacaciones estaban a punto de acabar. El corazón había
llenado de impresiones. Con maleta de millon de recuerdos y poco
de jamón regresé a Moscú.
¡Cuántas sorpresas agradables e inesperadas me pasaron en este
viaje a España!
Ya en Moscú, sentía una gran alegría de lo que había descubierto y
conocido, pero al mismo tiempo sentía la nostalgia de la despedida
de España.
Finalmente, este viaje me ha dado un nuevo impulso para seguir
estudiando la lengua y la cultura española.
191
Artavesaba el parque por la senda de arena hacia la pista de tenis. El
vientecillo fresco de la mañana acariciaba agradablemente su cara y
le hacía cosquillas en su cuello. Los tempranos rayos solares apenas
traspasabanla espesa copa de los árboles. El parque casi no tenía
visitantes, y esta calma temporal, con el timido trino de los pájaros,
calmaba sus nervios, últimamente muy alterados.
Cada día tenía que trabajar hasta altas horas para acabar a tiempo el
proyecto del edificio en la plaza de España. Desde la infancia soñaba
con construir nuevas ciudades.
Pero ahora tenía casi cuarenta años, era el arquitecto, el proprietario
de la gran oficina de diseños y proyectos. Pero todavía no había
construido la ciudad de sus sueños ni había creado su familia. Trabajo,
pista de tennis, viaje a casa, trabajo… Los días pasaban como los
Tres meses de verano
María Serova
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fotogramas de una película ya vista, rápida e irrevocablemente.
Cerca de la pista, en el banco, había una chica. Pero no era su
compañera Arantxa.
Como siempre, llega tarde – pensó mirando su reloj.
La chica al verlo se levantó rápidamente y salió a su encuentro.
Algo caliente se desbordó en su pecho, y él se quedó inmóvil, sin
respiración.
La chica era muy alta, esbelta. Vestía una minifalda blanca y una blusa
del mismo color que subrayaba ventajosamente el bronceado de sus
manos hermosas y su delgado cuello largo.
Sostenía la raqueta en las manos.
El reflejo del sol jugó con los cabellos dorados de la chica y transformó
su figura en una visión asombrosa, que desaparecería en el caso de
que él frunciera las cejas. Pero su aterciopelada voz le devolvió de
nuevo a la realidad.
-¡ Hola! me llamo María, - se presentó con una sonrisa.
- José Miguel, - respondió manteniendo la respiración.
Los grandes ojos azules de María desprendían una luz extraordinaria,
y él creyó ahogarse en este abismo azul. Su sonrisa infantilmente
traviesa, su mirada exaltadamente radiante, su garbosa figura, todo
en ella, mostraba su juventud floreciente.
Cansada de esperar a su compañero, la chica le invitó a jugar un
193
partido. Él aceptó con mucho agrado, tanto , que no se percató de
la llegada de Arantxa, ni de su marcha diciendo adiós con la mano y
desapareciendo entre el verdor del parque.
Tras el partido pasaron el día juntos. Y el siguiente, y el siguiente…
Y así los tres meses de verano. María haciendo muchas fotografías,
conversando con gente, que ya los tomaba por esposos, lo que
complacía enormemente a José Miguel. María dedicó los tres meses
de verano a escribir un libro sobre España, sus ciudades y pequeños
lugares, sus personas abiertas y hospitalarias, sus alegrías y sus
desgracias, sobre las tristes canciones españolas, que rompen los
corazones por el dolor, y los bailes ardientes, que hacen perderse en
la danza, olvidándose de todo en el mundo.
Viajaron por muchos restaurantes y pequeñas bodegas, probando los
platos y los vinos mas típicos de la geografía española.
Con el mismo entusiasmo con el que pescaban en el mar acompañando
a los habitantes del lugar en Sagunto, ascendían por los caminos
montañosos en el monasterio Monserrat.
Él se asombraba a menudo, como ella, que había nacido en la nevada
y lejana Rusia, tenía tal afición y amor por España.
María le dijo que en la Sociedad de los periodistas habitualmente le
preguntan por esto y ella siempre responde que en la vida pasada,
probablemente, vivió en España. ¡Pero lo más interesante, añadía
sonriendo, me creen!
Los padres de José Miguel recibieron con alegría a María, y ella
absolutamente sin tensión, se ha insertado en toda la atmósfera
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familiar, como si siempre, toda la vida hubiera estado aquí, con ellos,
en esta casa en Úbeda escondida entre los olivares infinitos. Tal vez
una familia sea eso: algo que pasa un ratito juntos - digamos ¿veinte
años? Su sonrisa gustaba a José Miguel. Cuando sonreía, sobre sus
mejillas tenía unos pequeños hoyuelos apenas visibles, y él, él … los
besaba …
Él recibió su primera carta, dos segundos después de que María
aterrizara en Moscú.
«… Mi, te echo de menos ya … te quiero …»
Y en la respuesta, las teclas de su ordenador, ahogándose de la
agitación junto a él, respondían:
«… te amo, María … mucho... te amo …»
Uno y otro, se escribían cartas cada media hora. Parecía, que no
podían ni suspirar ni dar un paso sin hablar uno con otro.
«… Mi, de nuevo hoy ni has comido ni has cenado… bocadillos
y tostadas estropearán tu estómago … quisiera poder cocinar una
fabada como la que prepara tu madre, pero no puedo comprar aquí
chorizo ni morcilla ..»
«… pequeño Juanma todo el tiempo me pregunta cuando
volverás … He comenzado el proyecto de mi ciudad … haré allí nuestra
casa …»
«… trabajas mucho … eso no es bueno… estas dañando tu
corazón … cuídate … dónde estará? Me gustaría que estuviera en la
calle…»
195
«… no puedo encontrar aquel jersey que me regalaste …»
«… lo habrás olvidado de nuevo sobre la mesita de salón …
tienes que abrigarte mejor …»
«… hoy te he comprado flores …»
«… ¿desde luego son las rosas rojas a Marta? … de nuevo a
Marta!? Tengo celos, no vayas más a esta tienda …»
«… está lloviendo … frío otoñal … recuerdas cómo íbamos
descalzos por los charcos, y como tu sobrino corría a nuestro
encuentro con el paraguas … he escrito sobre ello en el libro …»
«… no vayas bajo la lluvia, en seguida te resfrías, ¿has
olvidado?.»
«… por la mañana he acabado de escribir el libro sobre España...
El jueves lo presen toen la prensa … lo he titulado TRES MESES DE
VERANO …»
«… ¡estás loca! ¡Tantas noches sin dormir! … espero tu libro…
te quiero …
¡Duerme un poquito por favor!»
«… está nevando… la nieve blanca y pura … me voy por la tarde
a la casa editora … Hoy es la presentación de mi libro… miles de
besos. Siempre contigo…»
Era su última carta.
196
Pero él esperó, continuó escribiendo, preguntando, indignándose
con su silencio y al momento haciendo de nuevo una declaración
amorosa. Continuaba escribiendo.
María yacía inmóvil en la cama del hospital. Tenía puesto un
cuentagotas. La operación tuvo éxito, pero no sentía sus pies. Los
médicos se asombraban de cómo podía sobrevivir a un accidente tan
terrible. Había sido un milagro.
Esta noche su habitación y el pasillo están tenuemente iluminados
por las luces de la calle. Los habitantes de hospital duermen. De
repente, alguien en la penumbra ha comenzado a llorar.
El llanto es desgarrador, agudo, terrible. El lamento ha tocado
su corazón, lo ha hecho encogerse, y se ha asustado de repente.
María se siente muy afligida con sus nuevas circunstancias, siente
toda la gravedad de la posición, el desconsuelo de la situación y ha
comenzado a llorar …Como vivirá, cómo … y él … su Mi, para qué la
necesita así …
José Miguel no sabe qué pasa, por qué ella calla, no sabe qué hacer.
Su teléfono no responde, no tiene su dirección, no hay más cartas …
Delira, trabaja automáticamente, come, se sienta en el coche y se
pierde en el flujo de coches multicolor, sin haber encontrado las
respuestas a ninguna de sus preguntas… los amigos y los parientes ya
empiezan a temer en serio por su salud.
Y de repente recibe un e-mail! ¡La carta de María!
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Sus manos tiemblan. El corazón le golpea locamente! ¡Al fin! ¡Ha
escrito!!! ¡Ha escrito!!!
Él abre e-mail y
«… Hola: estoy bien. Comienzo a crear mi vida sin ti, perdona.
No quiero que sientas cólera. Quiero que encuentres tu destino
verdadero, la chica que te conviene….soy muy feliz, te escribiré
después, más tarde …»
De repente todo se detiene para José Miguel.Sus ojos se oscurecen.
Deambula por el largo pasillo de la oficina, tropezando con los
empleados que lo miran asombrados. Él lee y relee tratando de
encontrar entre las líneas algo nuevo. Una hora más tarde escribe:
«No. No te creo».
Él vaga perdido por Moscú que se encuentra cubierta de nieve,
arropado en la bufanda en busca de la Sociedad de los periodistas…
Ahora él sabe todo. Todo lo que María no se había atrevido a decirle,
pero lo más importante es que sabe que está viva y que le quiere …
Los moscovitas caminan con prisa, agitados con los paquetes, las
cajas, las tartas.¡ Ya se acerca el Año Nuevo! En las plazas hay unos
altos abetos adornados con luces que se reflejan la nieve e iluminan
toda la calle. La nieve cae sobre sus negros cabellos rizados, sus
mejillas ardientes de la excitación, sus pestañas. Le ciega los ojos y
se derrite instantáneamente, cayendo en forma de pequeñas gotitas
saladas por su cara.
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María se encontraba junto a la ventana situada en la terraza de la casa
de campo de sus padres, con los pies cubiertos por la manta caliente.
Hoy por primera vez ha podido caminar algunos metros por la
habitación y subir algunos escalones de la escalera. Los copos de
nieve le parecían suaves y ligeros, como siempre allí. El invierno en las
montañas de España …Ella ha abierto otra vez su portátil y de nuevo,
lo ha cerrado. No ha oído cómo ha comenzado a ladrar el perro,
como han llamado a la puerta, como alguien ha entrado a la terraza
…De repente ha sentido el tacto tierno de las manos conocidas a sus
ojos, sin comprender hasta el fin, si es realidad o todo pasa en su
imaginación y en los sueños infinitos.
- Mi … Mi … - ha susurrado María, y ha puesto sus manos
encima de las de José Miguel.
- ¿Te vienes conmigo a construir una nueva ciudad? No puedo
escoger el lugar para nuestra casa … Él ha empezado a besar sus ojos,
sus manos, sus mejillas …
- Sí … sí … sí … me voy …
Se han abrazado y miraban uno a otro en los ojos, sin pestañar.
- Me había olvidado… necesito su autógrafo, señorita … dijo él
sacando de su mochila el libro Tres meses de verano con su fotografía
sobre la cubierta en aquel parque. Aquel parque que ha unido sus
destinos.
199
Hacía un tiempo típico para el otoño: hacía húmedo, debido a que
lluvía mucho, y hacía bastante frio a causa del viento norte, que llegó
anoche. Un chico salió de un café y, levantando el cuello, se marchó
rápidamente. Dentro del café se quedó una chica, que parecía muy
triste: su cabeza estaba inclinada hacía la mesa y unas lágrimas caían
a su taza de café. Al pagar la cuenta ella salió a la calle y apenas
abotanandose se dirigió hacia el parque. Las piernas la llevaban por
unos cenderos al lado de unos robles antiguos y ramosos. Su cara
estaba mojada de lágrimas y su cabeza - de lluvia, pero a la chica le
daba igual y ella segía caminando, preguntando a sí misma: «¿Qué
voy a hacer ahora? ¡Si no tengo el futuro, no hay sentido de la vida!
¡Más vale morir que sufrir! ¡No puedo sentir este dolor, que me está
haciendo pedazos!».
Predestinación
Daria Prokhorova
200
Segía caminando la chica se dio cuenta de que se encontró en una
parada de autobuses, directamente enfrente de un autobús viejo,
que abrió las puertas delante de ella. Debido a que no tenía ninguna
idea a donde ir, la chica decidió subirse al autobús y sacó el monedero
de su bolso para comprar el billete. Pero cuando el conductor dio un
vistazo a ella, le dejó pasar sin pagar, por tener muy mal aspecto:
estaba mojada hasta los huesos y unos hilos de agua corrían de su
pelo enmarañado pareciendose las lágrimas que caían gota a gota de
sus ojos zarcos. La chica pasó hasta el fin del salón y se sentó al lado de
la ventana. Al pegar la frente al cristal, cerró los ojos y sigió llorando y
pensando en la muerte, que pudiera calmar sus sufrimientos.
Repentinamente alguien le tocó por la mano. Stella abrió los ojos
y vío a un chico, que era hermosísimo como si fuera un ángel. Era
rubio y teniá ojos azules, que le miraba a ella con tal bondad, que
solamente una madre pudiera sentir a su niño. Llevaba unos vaqueros
azules y una camiseta blanca.
«¡Hola, guapa! ¿Qué tal? Me parece que estás muy triste,
¿no?», - pronunció el chico.
Unos segundos Stella quedó silenciosa y solamente miró a sus ojos
expresivos y bondadosos. Pero al fin y al cabo exclamó llorando: «¡Si ,
me he desesperado y no sé que hacer! Me parece que ahora entiendo
la gente que se suicidó a causa de amor no correspondido».
«Te entiendo, cariña, - suavemente dijo el joven, - una vez
sentía lo mismo. Me traicionaron cruelmente y estuve a punto de
abrirme las venas».
201
La chica se deshizo en lágrimas - estaba pensando en lo mismo.
«Pero lo soporté, - continuó él, - cuando subí al autobús y ví
que alguien, en la penumbra, se puso a llorar, me dí cuenta de que
tenía que auydarle. En estos momentos es muy importante que
alguien esté al lado y pueda contarte que no es el fin, que tienes el
futuro magnífico».
«¡Pero nunca podré enamorarme de alguien otra vez ! – gritó
la chica, - ¡no me falta nadie excepto él ! Llevamos 8 años juntos y no
sé que hacer sin este hombre. ¡No tengo el futuro!».
«Créeme, bella, ¡tienes el futuro espléndido ! – sonrió el joven,
- ¡Venga! ¡Vamos ! Te mostraré algo”.
Y, cogiendo Stella por la mano, él bajó del autobús y la pareja se
encontró delante de una casita de color azul celeste. Al entrar la chica
vió una zala donde chicos y chicas de veinte años bailaban junto a
elementos mucho mayores que intentaban exhibir un estilo de baile
frío y distante.
«¿Pero qué es este? ¿Quiénes son estos chicos y estas chicas?
- preguntó Stella sorprendida.
El chico de los ojos azules la cogió a Stella de la cintura y se pusieron
a bailar. «Es una especie del baile para los ex infortunados, - contestó
él, - cada persona de aquí fracasó al menos una vez en su vida, y hay
que decir que fueron unos problemas muy graves. Afortunadamente,
se dieron cuenta de que todo malo que susedió con nosotros – fue
para bien».
202
«Pero no comprendo nada, ¿qué quieres decir con eso?» – le
preguntó Stella sorprendida.
«Mira a este hombre del traje azul, - señaló con una mirada a
uno de los bailarines, - en la infancia Stephan tenía maña para debujar,
en cambio, su padre le aseguraba la carrera de deportista. Y por tanto
el niño pasaba casi todo el tiempo en la pista de tenis. Una vez en un
entrenamiento ordinario, después de lo que le esperaría un partido
importante, ocurrió un accidente. La raqueta de un chico, que estaba
jugando al tenis cerca de él, casualmente se escapó y acertó a darle
a Stephan por la columna vertebral. Después de este acontecimiento
sus piernas quedaron paralizadas. ¡Parecía que nada pudiera ser
peor! Toda la familia estaba destrozada por la pena. Stephan aún
abandonó los estudios para un año, porque no podía ni estudiar, ni
tampoco asimilar algo, ni siquiera ver a alguien a excepción de su
familia. Pero en este preciso momento el chico empezó a dibujar. Y
el dibujo poco a poco le volvió a la vida. Al mirar sus dibujos, los
padres se dieron cuenta de que Stephan era talentoso y dibujaba
muy bien. Por consiguiente después de haber terminado los estudios
en la escuela, el chico ingresó en la Universidad Arquitectónico. Más
tarde, cuando Stephan acabó la carrera, le invitaron a China para
trabajar en un proyecto a causa de que era el mejor estudiante de
su curso. Llevó tres años allí y construyó un palacio grande, que a los
autóctonos les gustó mucho. Y cuando quedó solamente un día hasta
su regreso a casa, el encontró con un curadero viejo. Al mirar a las
piernas paralizadas del arquitecto joven, el curadero le ofreció hacer
una cura de corta duración, para que mejorara la circulación de la
sangre. El chico aceptó este tratamiento, y el curadero le echó en la
camilla. Luego el anciano se puso a clavar unas agujas especiales en el
203
cuerpo del chico y friccionar su columna vertebral de forma original.
Después de acupunctura y masaje el chico se sentó en la camilla
y el curadero le pidió que se imaginara que sus dedos se movían.
Stephan obedeció y empezó a imaginarse. Súbitamente abrió los ojos
y miró asombroso al curadero, que estaba sonriendo. ¡Sus dedos se
pusieron a moverse! Después de aquel prodigio Stephan llevó casi 6
meses en China y poco a poco empezó a andar: al principio andaba
con muletas, después con bastón».
«Y mira a él otra vez, - sigió el chico de los ojos azules sonriendo,
- ahora está bailando. Por lo demás, es un arquitecto famoso y está
feliz en su matrimonio».
Involuntariamente Stella dio suspiros : «¿Es posible que esto sea la
verdad ? »
«¡Si ! ¡Y no sabes cómo ! Hay muchos anécdotas tristes con
un final feliz. – respondió su compañero de baile con una sonrisa, -
pero quiero que tu entiendas – lo que susedió cambiará tu vida para
siempre y la mejorará. Seguro que serás feliz. Tienes que esperar un
poco y lo verás».
La chica se echó a llorar otra vez, pero ahora con una sonrisa: «Te he
entendido… ¡qué bien que hayamos topado! Ahora yo sé que no es el
fin y que tengo toda la vida por delante».
«¡Tienes razón! Y quiero que no lo olvidas nunca. No hay
casualidades en la vida, pero todo lo que ocurre - cambia para bien».
«¡Nunca olvidaré esto!» - murmuró la chica, secandose unas
lágrimas y sonriendo.
204
Pero en aquel momento Stella se dio cuenta de que el chico de los
ojos azules desapareció. Ella estaba sentada en el autobús como
antes, pero su pelo y la gabardina ya se han secado. Por la ventana
vió que los rayos del sol estaban asomandose poco a poco y a lo lejos
se divisaba el arco iris. Stella puso su melena en orden, cabeceó y se
sonrió otra vez: ”Nunca jamás voy a pensar en suicidio o que todo ha
terminado. Sabré que todo lo mejor me espere en el futuro».
205
Me llamo Julio Zafra. Soy arquitecto de Granada. Ahora vivo en Arabia
Saudita porque tengo mi trabajo aquí - proyecto de palacio para un
emir muy rico. El quiere el palacio precioso y fuera de lo común.
Para mí no hay mejor lugar que Alhambra en mi ciudad natal. No hay
ningún otro palacio más grandioso o más precioso que Alhambra. He
visto Alhambra muchos veces y cada vez Alambra alegra mi visto.
Me encanto sonido de agua, árboles de los naranjas, un paisaje con
Sierra Nevada y por supuesto Palacios Nazaríes. ¡Qué vida tuvieron
sultánes y reyes que vivieron aquí!
Bien…tengo una idea preciosa (como siempre). Puedo preparar para
un viaje a Granada, quiero mirar otro vez a mi palacio especial.
En el avión leí un periódico sobre otro lanzamiento de una raqueta
Alhambra
Oksana Konina
206
en América del Norte. ¡Qué barbaridad! Nos no sabemos nuestra
historia pero queremos explorar otros mundos. ¿Por ejemplo, que
se ocurrió con todos los hombres de los Abencerrajes en Alhambra
en siglo XV? ¿Por qué sultán mató ellos? Tenemos muchismo otros
misterios en nuestra historia.
Soy en Alhambra por fin. Palacios Nazaríes son mis favoritos. Aquí, en
la Sala de los Abencerrajes es posible ver manchas de sangre de los
Abencerrajes. Yo recuerdo la historia cuando sultán Muhammad V
qué quiso tener un poder para gobernar el país - mató todos los otros
pretendientes. ¡Qué crueldad!
Me creo que es un tiempo para siesta pequeña. Hay una silla
acolchada aquí, en El Patio de los Leones. Tranquilidad y paz .... y yo
no noté como me dormí.
Me despertó con buen sentimiento. Anocheció. Me estiré y escuché
dos voces - un voz alta y otro voz empañada. Voz alto dijo:
- Ellos llegarán hoy por la tarde. Primero llegarán hermanos
mayores, despues los padres y hermanos menores.
- ¿Verdugo está preparado?
- Si, es nuestro mejor. Esperá en alcoba
¿Qué es esto? ¿Qué pasaran aqui? Tengo que pensar lo más
rápidamente posible. Estoy seguro este lugar es peligro. Hombres
dicen sobre homicidos. No hay ningún duda sobre esto. Pero este
patio es tan abierto, no hay ningún árbole aquí. Aha, Fuente de los
Leones. Corre, Julio, corre. Me oculté entre dos leones. Hm, por qué
207
los leones como los nuevos, sin huellas de restauración. ¿Por qué
ellos son aquí en el patio y no en la Sala de los Leones? Estoy seguro
que despues de restauración ellos estan separado del publico con
cuerdas. Bale, no hay tiempo para pensar, voy a mirar a las asesinos.
Dos hombres haben parado al lado del fuente. Madre mia, ellos
llevan los ropas antiquos como en siglo XV. Posiblemente es rodaje de
una película, pero no hay ningún cámara tomavistas, ni siquiera otros
hombres. ¿Estoy loco o es possible que yo en siglo XV? Los hombres
se marcharon a alcoba del sultán.
¿Qué puedo hacer en este momento? Primero encontrar el ciudad,
¿ y después? Cómo volveré a mi siglo? No quiero quedarse aqui...
No hay tiempo para tener miedo. Recuerdo hay Torre de los Picos y
Puerta del Arrabal cerca de aquí.
Sala de dos Hermanos... música celestial, fragancia de rosas, chicos
y chicas de veinte años bailaban junto a elementos mucho mayores
que intentaban exhibir un estilo de baile frío y distante.
La salida del palacios. Un jardin pequeño. Ah, mira Palacio de Yusuf
III, ¿Es verdad? No hay ningún duda es Palacio y yo Julio Zafra primero
y ultima persona del siglo 21 veo el.
Tengo que descanso un poco en un parque enfrente de Palacio de
Yusuf III. Escucho cerca de mi ... alguien, en la penumbra, se puso a
llorar.
Una chica muy guapa habia llorando en jardin de rosas. Tengo que
pasar sin detenerse, pero la chica probablemente es en desgracia.
Bale, necesito audar.
208
- ¿Qué pasa, señorita? ¿Puedo audar?
- La chica gritó y saltó a un lado.
- No ten miedo, soy tu amigo. ¿Porqué ha llorando?
La chica miraba a mi sin decir nada. Después 5 minutes yo decidió
salir por la puerta.
- ¿Quién es usted? - Dijo ella
- Soy Julio Zafra. Soy arquitecto de Granada. Yo estoy aquí por
equivocación
- Estoy llorando por qué mi padre querrá asesinar toda la
familia des Abencerrajes y yo no hay posibilidad para prevenir eso.
- ¿Por qué el quiere matar?
- Ellos son herederos legal del poder
- ¿Puedo audarte?
- Ustedes tan amable. Si, es possible pero es peligroso.
Podemos advertir a los hombres des Abencerrajes del peligro
- ¿Donde puedo buscar ellos?
- Viven en Guadix, llegarán aquí dentro de tres horas. No hay
mucho tiempo.
- ¿Te piensas ellos creerán mi palabra?
- No, pero aquí está mi pañuelo. Es suficiente
209
- Bale, yo tengo ganas para audarte....
- ¡Mucho gracias caballero sin miedo ni reproche!
- ¿Te sabes como yo puedo salir al camino?
- Si, ve detrás de mi
Nos pasamos Torre de los Picos y Puerta del Arrabal, cerca de Torre
de la Cautiva la princesa abrió una puerta encubierto y en 3 minutes
yo estuve por la cuesta de los chinos. miré por encima del hombro y
corré lo más rápidamente posible a la ciudad.
Encontré hermanos mayores des Abencerrajes después de 2 horas.
Después una media hora mas nosotros galopamos a rienda suelta
desde Granada hasta ciudad natal des Abencerrajes. Allí ellos tuvieron
un consejo de familia y decidieron escapar de sultán. Dijeron que yo
fui sus salvador y preguntaron qué you quise. Pero mi único deseo fue
ir a mi casa….
Por la noche armas de sultán llegaron a Guadix, tuvimos un combate
grande. Yo combatí como otros, requerdé un soldado de sultán con
espada encima de mi cabeza y... nada mas......
Me duele mi cabeza muchisima. Probablemente es un insolación.
Estoy en El Patio de los Leones. ¿De nuevo? Pero paisaje es muy
differente, no hay leones en el cetro del Patio y ..... hay mucho
turistas. ¿siglo 21? ¡Qué feliz! Yo he tenido una pesadilla. Voy a casa
para descansar. Un poco des Abencerrajes por fin - voy a mirar otro
vez a la Sala de los Abencerrajes. Una guía dijo a historia de ellos a
su grupo
210
- ... los Abencerrajes se salvaron y vivieron en otro ciudad toda
sus vida. Ellos nombraron aquel ciudad Zafra en honor de sus Salvador
Julio Zafra. Y tambien los habitantes de Granada se nombraron una
calle en Granada en honor de el.
¿? ........es mi nombre.................
SUPERIOR
(C)
213
Hay que respetar tres restricciones:
1ª restricción
En todos los cuentos aparecen:
un/a arquitecto/a un parque una raqueta
Cada cuento incluye, además dos fragmentos extraídos de obras de autores hispanos:
2ª restricción
El primero es de Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010 y el segundo es de Ana María Matute, Premio Cervantes 2010:
- todo lo que dicen había sido cierto y todavía mucho más, cada día descubro algo nuevo, me quedo mareada y digo qué es esto1
- pero ocurrió que la lectura pareció despertarle a la vida, y renació en él aquel vigor que , a decir verdad, nunca había decaído demasiado2
3ª restricción
El Instituto Cervantes cumple veinte años en 2011 así que el otro fragmento es uno de estos tres:
- ya ves, si a este hombre lo hubiera oído yo a los veinte años, las cosas habrían sido de otro modo3
- algo inconcebible puesto que la concesión del peaje había caducado -después de veinte años- a las cero horas del día anterior 4
- tenía yo veinte años y quemábamos horas averiguando las más elementales posturas de beber leyendo5
1Pantaleón y las visitadoras Mario Vargas Llosa (Alfaguara. Biblioteca Mario Vargas Llosa. Madrid, 2004)2Olvidado Rey Gudú Ana María Matute (Espasa Narrativa. Madrid, 1996)3Don Juan Gonzalo Torrente Ballester (Alianza editorial.Madrid, 1998) 4Atractores extraños Javier Moreno (InÉditor. Col. Imaginatio. Coruña, 2009) 5 El gran momento de Mary Tribune Juan García Hortelano (Cátedra. Madrid, 1990)
214
Nunca había tenido problema de insomnio. El sueño fue siempre
su refugio, una tregua creativa. Se acostaba con dudas, ideas
incompletas, fragmentos de imágenes. Por la mañana se despertaba
con un plan, una solución. Como si fuese conducido por manos
expertas, los detalles se juntaban y un dibujo, un boceto, un proyecto
tomaba forma. Siempre así, desde niño.
Al momento de desayunar, siempre escuchaba el noticiario por la
radio. Un ritual, cada día a las nueve. También reservaba un rato para
leer su página web preferida abierta sobre su mundo de edificios,
ciudades, jardines.
Cuando su pesadilla empezó, Alejandro tenía 34 años. Fue el día que
leyó la noticia1 que iban a construir un hotel con forma de raqueta de
ping pong. Era la obra atrevida de un arquitecto chino.
La Pelota viviente
Paola Bellabona
1 El cuento se ha inspirado libremente en la noticia: “Hotel en la forma de la raqueta de ping-pong” , 24/03/2011, Centro de Información de Internet China (http://spanish.china.org.cn/travel/txt/2011-03/24/content_22210072.htm)
215
Un proyecto desarrollado en una provincia china casi desconocida en
España, en una pequeña ciudad, como dicen ellos, de unos cuantos
millones de personas.
Aquella mañana un clic seco abrió la ventana sobre la noticia. La cara
se acercó a la pantalla, con los ojos desorbitados frente a la raqueta
de cristal. De pronto se le nubló la vista. Se le se cayó el vaso que tenía
en la mano y se hizo añicos. El zumo de naranja se derramó sobre el
entarimado de bambú.
Lo mismo parecía pasar a Alejandro y sus años de estudio en
Valencia, siguiendo los pasos de Calatrava. Años aplicándose para
identificar y desarrollar su estilo, inspirándose a las obras de Wright,
las de Foster. Horas dedicadas a dibujar buscando un compromiso
entre estética moderna y funcionalidad, entre la ambición de dejar
una sigla inconfundible de su creatividad en cualquier rincón del
mundo y la responsabilidad de realizar edificios de bajo impacto
ambiental. Diez años de trabajo mal pagado en estudios famosos con
su espalda doblada sobre proyectos residenciales, esperando tener la
oportunidad de firmar su primera obra.
Él no sabía que existían arquitectos con esta especialización. Mejor
dicho, sabía que existían arquitectos para todo, rascacielos, tiendas,
teatros, hoteles, piscinas y en su Barcelona vivía acostumbrado a
construcciones inusuales. Su curiosidad siempre lo había llevado
a explorar nuevas geometrías en internet o en vivo. Se había
sorprendido con una sonrisa en su cara al mirar la Casa Torcida. No
se había entusiasmado frente al Elefante en Tailandia, un edificio
parecido a una construcción gigante hecha de piezas de Lego blancas.
Lo habían dejado atónito las inversiones futuristas con forma de
216
una palmera de dátil o planisferio de los millonarios de Dubai. Sin
embargo, siempre había sobrevivido, feliz.
Para la raqueta puesta al revés, cabeza en la tierra, no no, no estaba
preparado y Alejandro quedó deshecho con la noticia, como si
hubiera tirado a la basura los últimos diez años. Reuní fuerzas para
que los ojos avanzaran sobre la hoja, línea tras línea, llegando al final
del artículo.
Empujado por la sed de entender, intentó buscar en internet una
entrevista a este quijote de las formas. Una voz pausada describía
el conjunto, explicando que al lado de la Raqueta, iban a levantar
otros edificios con forma de pelotas. Una de fútbol, una de voleibol
y otra más de baloncesto. Todos edificios destinados a actividades
deportivas.
El proyecto futurista agredió su sentido de armonía, su idea de gracia
y el juego de volumen de los cuales él siempre estuvo convencido.
Un escalofrío recorrió su espalda. Una sensación de vértigo raptó su
aliento. Alejandro solo pudo arrastrarse hacia el sofá blanco.
Quizá les pasó lo mismo a los franceses del siglo XIX, cuando
leyeron de la famosa torre de trescientos treinta metros. Quizás
si la estructura de hierro casi inútil, de una forma muy rara, una
publicidad tridimensional para el Expo París decepcionó a los jóvenes
arquitectos si se quedaron como paralizados en sus camas. A lo mejor,
los más listos vieron lejos imaginándola como el símbolo modernista
de la capital francesa. Otros probablemente se preguntaron si no era
mejor cambiar de carrera profesional.
217
El teléfono sonó repetidamente los cinco días siguientes, durante los
cuales Alejandro había dejado abandonado su cuerpo sobre el sofá,
esperando reposar y por fin recuperar el ánimo. Al contrario, cada
vez que intentaba cerrar los ojos, la imagen de la raqueta aparecía en
movimiento, llevándose detrás la pelota vivaz y fiel. Se desvanecían
al abrir los ojos otra vez.
Solo el zumo en el suelo quedaba como testigo de lo que había
pasado hace unos días.
Por fin, estiró su brazo. Con sus dedos aguantó el auricular del
teléfono y vomitó su drama aparente. Al otro lado, Javier, su mentor
desde siempre.
– Ya ves, si a este hombre lo hubiera oído yo a los veinte
años, las cosas habrían sido de otro modo. No me habría paralizado
como tú. No habría pensado dejar arquitectura por economía – le
comentó Javier. –Las noticias viajaban lentamente y las obras tenía
que ir a verlas. El dinero era muy poco y yo tenía que plantear bien
mis vacaciones. Tenía que elegir una ciudad bonita y convencer a mi
novia del momento de que me acompañara en visitas agotadoras a
maravillas arquitectónicas que solo a mí me interesaban.
Alejandro escuchaba inmóvil.
–Nunca permití que las imagines me paralizaran, sino que
alimentaran mi curiosidad, mi creatividad– siguió Javier –Cada visita
resultaba ser un ladrillo con el cual enriquecer el palacio de mi
pasión. Al final –sentenció Javier – tu vida corre arrastrada por tus
sueños, y no hundida por los sueños de otros, aunque puedan entrar
en colisión con los tuyos.
218
– Si no soy capaz de crear nada, pues haré yo la pelota. Sí, una
pelota viviente y me pondré agazapado al lado de esa raqueta, cada
hora a un lado distinto, y …–farfulló Alejandro.
– Ya está – añadió Javier fastidiado –deja esta tontería de la
escultura viviente – y sin escuchar a Alejandro que seguía parloteando
– no pierdas tiempo tirado sobre el sofá. Sal a la calle, mira a los
alrededores. Ve a descubrir como si puede, sin miedo, imaginar y
trasformar una idea en un paisaje. Si alguien ha podido concebir un
parque sobre la colina barcelonesa con arcos y columnas que parecen
el escenario de una fabula y jardines habitados por salamandras
hechas de trocitos coloridos de cerámica –dijo el profesor – tu puedes
imaginar algo más creativo que hacer la pelota viviente en China –y
siguió provocándolo –si estás obsesionado con esta pelotita, invéntate
algo y sorpréndeme –Sin concederle replica concluyó –abre los ojos,
abre los libros de arte que tienes y déjate llevar por tu imaginación.
Otro clic sordo término la llamada, dejando Alejandro anonadado.
De pronto se levantó como llevado por una furia animal. Abrió todos
los libros que descansaban sobre los estantes de la sala de estar. Un
bombardeo de imágenes de palacios, jardines, teatros, muebles….
Abría uno y lo ponía al lado, y un segundo, y otro y otro más, en
una secuencia ritmada. Retomó algunos de ellos y se puso a leer
lentamente los conceptos de las obras que más le gustaban. Después
de horas se sintió abatido por el cansancio, pero ocurrió que la lectura
pareció despertarle a la vida, y renació en él aquel vigor que, a decir
verdad, nunca había decaído demasiado.
219
Ya era de noche. Decidió dirigirse a la cama y intentar conciliar un
sueño reparador capaz de sanar su inquietud.
Se levantó y sin ponerse a escuchar la radio, Alejandro decidió
buscar el correo electrónico del arquitecto chino. Le escribió, sin
miedo, su plan para la pelotita que se había materializado durante
la noche anterior. Buscó el beneplácito para reconvertir la pelota en
un edificio-globo de paneles solares. Un espacio multifuncional que
alojaba sus pasiones: un escenario donde representar obras clásicas
y también improvisaciones modernas, un café-librería donde tomar
té o café mirando maravillosos volúmenes de arte. Los dos rodeados
de un invernadero lleno de orquídeas, porque siempre necesitamos
tener signos de vida.
Hoy día, Alejandro y Yujiang2 son amigos. Trabajan juntos y cada año
se ven en China. Brindan con zumo de naranja en el café-librería “la
Pelota viviente”, ahora famoso por la anécdota que cuentan los dos.
2Se ha decidido no utilizar el nombre verdadero del arquitecto chino, sino seguir en la invención
220
El mozo de café estaba de pie, escoba a mano, siguiendo el vaivén
de la calle Parisina «Rue des Rosiers», en el barrio judío. En la
esquina de la calle François Duval, un joven, probablemente el hijo
del farmacéutico, tañaba la guitara. Algunas monedas echadas por
amables turistas le habían alentado volver el día siguiente por otras
canciones.
A los lejos, un taxi intentó abrirse un paso a través los peatones
marchando en la calle peatonal, abierta a la circulación del transporte
público después la cerrada de las tiendas. Llegando al umbral del
famoso restaurante «Jo Goldenberg», el taxista se paró. Salió primero
del coche, un hombre, unos cuarenta anos de edad, vistiendo un traje
negro con una corbata del mismo color.
El hombre, bien educado, mantenía la puerta abierta para dejar salir
a su hermosa, también vestido con un vestido largo negro. Su airosos
Lenin es solvente
Frederic Wittenberg
221
cabellos cerradas que caían sobre sus hombros eran casi tan bonitos
que la cadena de oro que se deslizaba entra su pecho generoso
parecía ser la continuación de su pelo. Mentar sus delgadas piernas,
sus medias y sus zapatos de tacón golpeando el acera, provocaría un
aceleración cardíaca inútil y peligrosa!
La pareja se sentó a una mesa, reservada en antelación por el
caballero de la dicha; el señor Zlatopolski. Rápidamente, el camarero
dio las cartas; una, es muy conocido, sin presos, por la señora, otra,
para provocar sudores, al señor.
El señor Zlatopolski ordenó una «vodka doble» para su mismo, un
«Campari» para su mujer y pequeños tapas para desengañar el
hambre.
“¡Vaya surte!” dijo el señor Zlatopolski, a eso de las 21 horas,
se tocara música yiddish. Sonriendo, su mujer empezó buscar dentro
de su bolso, sus cerillas y sus cigarrillos, esos que se fuman con una
boquilla para evitar alterar sus dedos.
La ligera algarabía de los comensales animaba el restaurante. Los
vasos ya servidos, el señor probaba su vodka no sin haber portado el
vaso frío a la ventana de su nariz cerrando los ojos, probablemente
teniendo un cualquier sueño. Mientras que el señor bebía su licor,
las labras rojas pulposas de la señora besaron el cristal, lleno con
un zumo multicolor que le gustan ordenar a las mujeres. Bebiendo,
ambos se quedaron silenciosos.
Aunque el señor Zlatopolski era fiel, echar un ojo a la cadera guapa
de la nueva camarera no hubiera podido hacerlo fatal. Mal que bien,
222
este comportamiento hacia sonreír a su mujer. Se recordaba que
veinte cinco años antes, después haber sido diplomado arquitecta,
fue trabajar a un kibutz en Israel, en cual encontró a su futuro marido,
que ya no estaba insensible a los escotes al pasar de las jóvenes
israelitas en el campo de bananas donde trabajaron juntos. «Ya ves, si
a este hombre lo hubiera oído yo, a los veinte años las cosas habrían
sido de otro modo» pensaba ella!
El señor Zlatopolski, Charles de su apellido, acaba terminar sus
estudias de Comercio en una prestigia escuela francesa, y porque
había prometido a su abnegada madre personarse a Israel para hacer
la mili por tres años como todo los Israelís, regresó al país de la leche
y de la miel. Charles, era devenido un Israelí, a los seis anos, siguiendo
a sus padres, una copia de emigrantes Rusa-Polaca. Después de la
mili, Charles había elegido un kibutz cerca del mar y no demasiado
alejado de Tel Aviv para visitar a sus padres y celebrar los fines de
semanas por allí en los bares de la «Ciudad Blanca».
Su desprendimiento por la lengua de Moliere durante sus estudias en
Francia le había acercado de Cécile Sagalak, la única joven francesa
que llegó al kibutz el mes siguiente.
Nada más después del verano, regresaron juntos a Francia y
mantuvieron una relación que fue seguido de un matrimonio religioso
en la sinagoga, exigido por los ambas madres.
Charles, ejecutivo en una empresa internacional se dedicaba ad
asuntos importantes y viajaba regularmente acompañada con una
secretaria lo que provocaba sospechadas y investigaciones regulares
por su mujer de los bolsillos se su mantel.
223
Durante una ausencia de su marido, una vez que Cécile tuvo un
día de descanso, encontró una índole de papel sobre las baldas,
discretamente deslizado entre dos libros, escribiendo en letras
hebraicas. Tontamente, había pensado que debía de ser un documento
enviado por la embajada. Pero hubo algo que la sorprendió. Jamás,
su marido había escondido ningún documento o papeles oficiales en
casa; y por seguro, este papel no debía tener ninguna relación con su
trabajo.“¡A pesar de tener clientes hebraico hablantes!” pensó Cécile
quien, probando leer la carta, consigo entender algunas palabras,
direcciones, hoteles, fechas, lugar de reunión…
-Te apetece algo, mi amor?
La voz de Charles había despertado su esposa de sus pensadas.
-Tenga un «Plato de pescado gefilte” respondió Cécile? ?Y tu
cariño?!Chuletas de cordero lo imagino!
Charles sonriendo, ordenó los platos, y se giró silencioso hacia los
músicos que empezaron tocar canciones tradicionales rusas y yiddish.
Cécile ponía buena cara. Había vuelto a ver las imagines todo la
mañana en las cadenas de informaciones continúas. Los partes,
transmitidos fríamente por los teletipos eran alarmantes. También
los medios de comunicación se apresuraron difundir las fotografías y
las imágenes de la seguridad del hotel.
Entre algunos turistas, saliendo del ascensor en un hotel de Baréin
se divisaba un hombre llevando un bigote, una raqueta, y vestidos
de deportes, regresando a su habitación siguiendo otra «turista».
Se resulto que un hombre, arabo, fue encontrado muerte en su
224
habitación, y las sospechas giraron rápidamente hacia los servicios
secretos Israelitas. En efecto, la víctima, un palestino, se encontraba
en Baréin para comprar armas.
Ningún de esos detalles le había alertado, pero este vientre abultado,
y luego la fotografía del pasaporte difundido por todos los medias
internacionales no daba ninguno dubio, «todo lo que dicen había sido
cierto y todavía mucho mas, cada día descubro algo nuevo, me quedo
mareada y digo qué es esto» pensaba ella.
Y esta vez, no se había equivocada. Asustada, había empezado hacer
la relación con el testigo de su amigo Belga, Laurent, vendedor de
cristales, que había visto a su marido en los barrios de Bruselas
cuando tenía que ser en Pekín. Charles a pesar de todo le había vuelto
un regalo, un camisón con impresos chinease!!!
Charles estaba jugando con la cucharilla, siguiendo el ritmo de la
música. A Cécile, le hacía placer ver a su marido aprovechar de su
pequeño hazaña. Ahora, Charles sabía que Cécile lo sabía y Cécile
sabía que Charles sabia que ella lo sabía. No hay que buscar cinco pies
al gato; por veinte cinco anos Charles consiguió esconder sus lazos
con los servicios secretos Israelíes.
Se pude decir poco con certeza. Se sabe sin embargo que los
atracadores eran profesionales, y que sin dudas, eran experimentos.
“¡Todo se andará!” pensaba Cécile mirando a su marido como si nada.
Por ahora, el violinista se había acercado a Charles y a su belleza y
empezó tocar una melodía suave. La luz de la pantalla dejó aparecer
las caras sonrientes, las miradas satisfechas que traducían una
225
contagiosa sensación de alivio. Y enseguida, ¡la imaginación vuela ya
a otra parte!
Algunos accidentes aéreos a dirección de la República Islámica Irania,
misteriosos secuestros de ingenieros arabos en Bulgaria; Cécile
temblaba pensado en que su cariño haya acertado un tal acto.
Charles escudriño la mirada de su compañera, como si buscara
aprobación.
La braveza de su marido no sorprendió a Cécile, pero los medias
habían manifestado la emulación del lío provocado por el homicidio,
además, Cécile estaba asustada pensado en que el homicidio de la
desgracia victima acarrearía consecuentes y estaría seguramente
vengado un día o otra lo que podría comprometer sus próximas
vacaciones en Marrakech!
Charles susurró algunas bobadas a la ojea de Cécile que hizo lucir
sus bonitos ojos. Ahora las bebidas corrían con fruición y la música
estaba siempre tan melodiosa. Cécile, aún en sus sueños pensaba a
su marido disfrazado de deportista, ¡el que odio el deporte! ¿Quizás
el próximo paso sea fregar?
Charles continuaba aprovechar el vaso frío, cuyo las gotas de aguas
resbalan sobres sus dedos. Su mujer sabía que Charles no tenía nada
que decir al respecto de este viaje poco original. Charles intentaba
distanciarse. A Cécile, no le quitaba que su amor hubiera podido estar
agazapado y este continuaba asustarla.
“Acertaron huirse, tranquilamente, algunos, viajando a dirección de
Australia, otros a España, Francia... ¿Quizás, fueron juntos a tomar
226
unos vinos en el aeropuerto, hicieron algunos comprados en el duty-
free y se despidieron?”
De repente, Cécile le pidió pagar y volver a casa cuanto antes. «Ya va
siendo» contestó Charles, después haberla confesado estar también
cansado. Cécile tomó su monedero, y sacó una polvera. Charles salió
su cartera de su chaqueta, y poniéndose a la camarera, le dio algunos
billetes, y le dijo quedarse con la vuelta. La joven empleada del
restaurante le contesto sonriendo, feliz de las propinas que Charles
acaba dejarla.
Después haber saludado los empleados y el dueño, la copia salió
del restaurante a mano izquierda, dirigiéndose hacia una carretera
bordeando el río Seina, conocido para estar un itinerario de
predilección para los amorosos. Caminando, travesaron un pequeño
parque donde a los niños le gusta disfrutarse jugando con el subibaja
y los columpios.
De pronto, esperando al pasando peatones que el semáforo se cambiase
de verde, Charles, miró a un hombre, marchando rápidamente, los
manos en los bolsillos. El hombre no estaba demasiado grande, y sin
pararse de mirarlo, Charles intentaba reconocer a esta enigmática
persona, la cual estaba viendo el bordillo de la acera.
¡Hombre! ¡Joaquín el Calorro! se exclamó Charles. A Cécile, le
agradaba ver a su marido, conmovido reconocer a un amigo. Charles
estaba a punto atravesar la calle, pero, un todo-terreno se hecho rodar
de modo que Charles no pudo pasar a pesar del cambio de color del
semáforo, favorable a los peatones. «¡Eso no me gusta nada!» pensó
Charles viendo el coche ir más despacio acercándose a Joaquín.
227
Lo que aconteció entonces, recordó a los anos de la ley seca en los
Estadios Unidos… La ventanilla derecha se bajó, un brazo salió del
coche, revólver a mano. El ademan fue preciso, el ruido del despedido
breve y el proyectil salió bien alcanzando a su objetivo.
En cuanto Joaquín cayó a tierra, el coche aceleró y desapareció en los
lejos. Charles y Cécile corrieron hasta Joaquín, probando llamarlo y
controlar que sea todavía en vida.
Joaquín era perito en Inteligencia de señales, es decir que sabia
analizar informaciones, noticias, en lo relativo al terrorismo. Charles
quien tenía un apego fuerte para su amigo, intentó decir algunas
palabras en castellano. Los ojos de Joaquín, llenos de miedo y de
tristeza estaban saludando una última vez a su eternal hermano.
Cécile quiso tomarlo directamente a un hospital para huir el peligroso.
Charles, que tenía hábito de este tipo de situaciones, manifestó un
interés para los documentos encontrado en el bolsillo de Joaquín.
«Todo indica que Joaquín no estaba de vacaciones en París» pensó el.
Charles reparó en un billete, escrito a mano con tinta roja y leyó:
¡Lenin es solvente!
228
- ¡Espartanos! ¿Cual es nuestro oficio?
- ¡¡¡Comer, comer, comer!!!
Alex se dio cuenta de que estaba a punto de ganar la discusión con
Anna. Se conocieron esta mañana en la estación de tren en Ryazan –
una ciudad rusa antigua y desconocida por la mayoría del mundo. La
minoría del mundo que conoce Ryazan es los rusos o los aficionados
de la historia del país.
Alex y Anna se conocieron no solo uno a otro pero también a doce
chicos y chicas de trece y catorce años. Sus empleadores les habían
obligado a organizar una excursión al campo y al museo para los niños.
Alex era periodista en un periódico local y también hacía
traducciones para una empresa de Moscú. Hace dos meses se
El día
Andrey Melnikov
229
había mudado a un piso alquilado y poco a poco entendía qué
talentos de cocinar y de mantener el fuego de hogar tenía su madre.
La verdad es que el fuego de su nuevo hogar estaba a punto de apagar
en cualquier momento por suciedad y porque Alex era incapaz de
cocinar algo más que un huevo escalfado. Pero en este momento no
quería pensar ni de su casa, ni de hogar, ni siquera de fuego.
Alex trataba de calcular el numero del visto por el que se había
enamorado de Anna. Estaba claro que no había sido el primero.
Eligiendo entre el segundo y el tercero Alex se inclinaba al segundo.
Nunca se le daba bien describir la belleza de de las mujeres y por eso
definió Ana como una chica morena, delgada, guapa y con los ojos
magnéticos. Sabía que ella tenía entre 22 y 25 años y trabajaba como
una secretaria.
Después de subir el tren Alex se dio cuenta de que pensar en la mujer
de su vida no era el mejor medio de controlar los jóvenes que querían
causar impresión a las chicas. Al ocupar los sitios tardó dos minutos
para que los chicos encontraron su primera víctima: un abuelo que
estaba sentado por delante y llevaba una gorra muy grande. Alex
pensó que con esta gorra el abuelo habría podido luchar contra Hitler
o, incluso, Napoleon.
Dos chicos más valientes sacaron los bolis modificados y empezaron
a escupir con las trizas de papel masticado a través de los tubos de
los bolis. Evidentamente habían practicado mucho porque todas
las balas acertaron en la gorra. Resultó que el abuelo había perdido
todas las prácticas de las guerras contra Napoleon y Hitler. En lugar
de caerse abajo del banco y sacar una granada de mano él giró la
cabeza y dos balas acertaron en su cara. Y luego los francotiradores
230
de la Guardia Vieja de Napoleon mostraron, como hubiera escrito
Jack London, la superación de juventud sobre vejez: los chicos se
cayeron abajo del banco y se arrastraron hacía la salida del vagón.
Pero cinco segundas más tarde Alex fue la única persona que podía
salvar la juventud de la ira de vejez. Él lo hizo. Mientras explicando
al abuelo lo que podía explicar, Alex pensó que él quería hacer para
Anna lo mismo que los francotiradores ya habían hecho para las
chicas jóvenes. Pero en otra manera. Encontró la manera fácilmente.
- ¡Robin Hood y Wilhelm Tell! ¡Estáis detenido! ¡Seréis
ahorcados por la madrugada! ¡No tenéis ninguna palabra ultima
porque su culpa está evidente! - dijo en la voz alta y miró a Anna de
reojo.
Ella estaba sonriendo. La ola de calor llenó el corazón de Alex, pero se
rompió chocando con la nueva muestra del poder de juventud. Otro
joven, que no quería perder la batalla por la atención de las chicas,
desencadenó la guerra de las vistas contra el perro del abuelo. No se
sabe quien ganó la guerra pero el perro comenzó a ladrar de un modo
atronador y saltó a todo lo largo de trailla.
- Me parece que eres incapaz de controlarlos. - dijo Anna con
una sonrisa por la que Alex completamente perdió la cabeza.
- ¡Solo guillotinas salvarán La República! - el contestó y dio al
domador de perros un golpe ligero con una raqueta. “Donde ella va a
jugar al tenis?” - pensó Alex.
Finalmente el tren llegó al pueblo Konstantinovo donde había nacido
Sergei Yesenin. Los aficionados de la cultura rusa conocen a este
231
poeta del “Siglo de plata” de poesía rusa. Los otros tienen la privilegio
de olvidar su nombre.
La guarnición de los jóvenes fue concentrado cerca de un parque.
Anna dijo que tenían que ir al museo de Yesenin, pero Alex tenía
mucha hambre. Y tenía un plan.
- ¡Otra vez! ¿Cual es nuestro oficio?
- ¡¡¡Comer, comer comer!!!
Alex se dio cuenta de que ganó la discusión con Anna. Saber la
historia de antigüedad es bueno, pero ver las películas de Hollywood
es, incluso, mejor.
Después de comer los bocadillos de casa todos se pusieron de buen
humor y en el museo los chicos estaban tranquilos porque sus
estómagos digerían la comida. Para Anna no había más remedio que
confesar que la idea de comer había sido genial.
Lo único que aniebló la excursión fue revelación del domador de
perros.
-Una amiga de mi madre me dijo que en el pueblo vive una abuela
que de joven fue la amante de Yesenin. - el dijo.
Todos los chicos se pusieron a reírse y la guía se puso roja como si
fuera ella quien había sido amante de Yesenin.
-Nos vamos. - intervinió Anna. El grupo estaba en la ultima
habitación del museo que hace cien años había sido la casa de
Yesenin. La decisión de terminar la excursión parecía a Anna muy
lógico.
232
- Quieres encontrar esta abuela y preguntarle algo sobre
Yesenin? - mientras diciendo esto Alex ya sabía que estaba cometiendo
error.
- Callate. A veces te comportas como un imbécil. ¿A que te
dedicas?
- Soy arquitecto.
- ¿Verdad?
- No. Como soy imbécil, siempre quería decir que soy arquitecto
a un otro imbécil cuando me ingresaran. Ahora te lo digo a ti.
- ¿Te he dicho que te callaras? ¡Pues no! Cuentame algo de la
vida de imbéciles.
Estaban caminando al lugar para tiendas de campaña y Alex
rápidamente gastó la existencia de chistes como “¿Sabes que había
un italiano que nadaba tan bueno que le ofrecieron el trabajo de
policía de tráfico en Venecia?” o “Había un escocés que siempre se
curaba por prontuario de medicina. Y un día murió de una errata”.
Luego empezó a hablar de aventuras y experiencias que había tenido
con su mejor amigo: “Tenía yo veinte años y quemábamos horas
averiguando las más elementales posturas de beber leyendo”. Más
tarde contó la historia triste de desamor de su compañero y de como
él había vencido la depresión: “Pero ocurrió que la lectura pareció
despertarle a la vida, y renació en él aquel vigor que, a decir verdad,
nunca había decaído demasiado”.
233
Al final llegaron al lugar de campamento donde se encontraban el
campo, el bosque y el río. Alex no necesitaba seguir contando tonterías
porque tuvieron que montar tiendas de campaña. Al montarlas los
chicos ya entendieron la diferencia entre los jóvenes imberbes y el
hombre que tenía experiencia, tranquilidad y seguridad de si mismo.
Empezaron a pegar fuego para cocinar y en este momento ocurrió
lo que, como se dice, completamente cambió el cauce de la vida de
los protagonistas. Los chicos se pusieron a jugar a los indianos y los
cowboys. Después de tiroteo, en el que las armas de fuego de los
cowboys ganaron a los arcos y las flechas indianos, las indígenas de
America del Norte utilizaron uno de sus estratagemas favoridas y
incendiaron la pradera.
La velocidad de propagación del fuego mostró que los indianos eran
guerreros expertos. Alex actuó rápido y duro. Formó la linea de los
chicos desde el río hasta el foco del fuego. Él llenaba cubo con agua
y lo pasaba al chico siguiente. En fin de la linea Anna tiraba agua al
fuego. El cubo movía a la velocidad del sonido y el fuego no llegó
al bosque. Tardaron cinco minutos en salvar la naturaleza pero a los
todos los parecieron cinco horas.
Comieron en silencio y los chicos se pusieron a dormir sin las bromas
que son imprescindibles para los jóvenes que duermen juntos en el
campo.
Veinte minutos más tarde Anna y Alex estaban sentando en la orilla
del río.
234
- ¿Estas cansada? ¿Quieres irte a dormir?
- No, no, estoy bien.
- Entonces ven aquí, - dijo Alex abrazándola.
- ¿Pues puedo elegir entre irme a dormir y esto?
- La verdad es que ahora no puedes elegir.
235
Cuando el avión salió de Pekín rumbo a Madrid, Tang Tang no pudo
controlarse y empezó a llorar como una nena. Desde que recibió la
noticia fúnebre de Diego, pasó tres días sin comer ni dormir. El billete
lo sacó a primera hora, pero tuvo que esperar el visado. Ahora, todo
estaba listo, pero, Diego se había ido.
Conoció a Diego hacía un año cuando viajó por primera vez a Madrid
por una beca de seis meses. Estudiaba la literatura española en una
universidad no muy grande, pero, hermosa, con numerosos árboles y
plantas como si fuera un parque. Le gustaba pasear por los caminitos
y sentarse en un banco leyendo ó escuchando los cantos de los
pájaros. Nunca había esperado lo que le pasó con Diego aquella tarde
del sábado.
Diego, ya vengo
Du Jianhua
236
La lluvia cayó tan repentina y fuertemente que la dejó todo mojada.
Corría rápidamente hacia el dormitorio cuando chocó con Diego,
mojado y sentado en una silla de ruedas, tratando de tapar algo con
su impermeable. “Discúlpeme, señorita, ¿le he lastimado?” “No,
no, tranquilo.” “Es que ... temo que mi libro y mi raqueta se mojen.”
Murmuraba él. Ella miró al cielo y se reía, “Ha parado la lluvia gracias
a Dios.” Él también se reía como un chico. “¿Cómo te llamas?”“Tang
Tang, ¿y tú?” “Diego.”
Dos días después, se encontraron nuevamente. “¿Qué estás
leyendo?” preguntó ella. “Don Quijote.” “¿Te gusta la literatura?” le
preguntó con gran sorpresa. “Sí, muchísimo. Cuando estudiaba en la
universidad, tenía yo veinte años y quemábamos horas averiguando
las más elementales posturas de beber leyendo. Mi padre es
arquitecto y quería que yo estudiara la arquitectura, pero, me fascina
la literatura y por fin la elegí.” Tang Tang lo escuchaba silenciosamente
sin querer interrumpirlo. “Pero, en mi vida hay otra cosa que también
me fascina: tenis. Empecé a jugar a los 15 años y participé todos los
años a los campeonatos de la universidad. Pero, faltaban dos meses
para graduarme, tuve un accidente, que me dejó paralizado. No volví
más al campo de tenis, pero, la raqueta siempre está conmigo. ”
Aquella noche, Tang Tang se desveló. Era cierto que a Diego le había
pasado lo más desgraciado en la vida, pero ocurrió que la lectura
pareció despertarle a la vida, y renació en él aquel vigor que, a decir
verdad, nunca había decaído demasiado. Un nuevo Diego, firme,
fuerte e indomable apareció en el fondo de su alma. Se sentía cada
vez más cerca de él.
237
Los seis meses pasaron muy rápido. Tang Tang había terminado sus
estudios y tendría que volver a Pekín. Pero, tenía algo que no pudo
dejar: Diego.
Se encontraron otra vez, quizás la última vez antes de su salida.
Silencio. Ni los cantos de los pájaros. Diego sacó algo de su bolso, “Un
recuerdo para tí.” Tang Tang lo abrió: un ejemplar de“Don Quijote”
y una raqueta. “Diego, no te olvidaré nunca. Algún día volveré y no
me separaré más de tí.” Diciéndolo, Tang Tang no pudo controlarse y
empezó a llorar como la lluvia del día de su primer encuentro.
No recordaba cuántos correos había mandado a Diego después de
su vuelta a Pekín, pero, sí se acordaba de él todos los días y todas las
noches. Había quedado con Diego en que volvería a verle tan pronto
cuando terminara su tesis. Faltaba sólo un mes.
“Diego, ¿por qué no me esperabas?”
“Diego, ¿por qué te fuiste solo?”
“Diego, ya vengo con tu raqueta y tu favorito Don Quijote.”
Diego ...
238
Al Amor que me enseñó a amar.
Capítulo I “Linda”.
Y me volvió a besar, y salimos a dar un paseo debajo de la nieve,
debajo de la nieve de noviembre...
“¡Hola corazón! ¿Cómo estás? Me fui de Rusia pensando en
ti, pasé muy bien la última tarde contigo. ¿Estás por retornar a tu
ciudad? <...>”
¡Que tarde tan linda! (sin saber en aquel día que significaba esa
palabra). Algo llena de pereza, de ese calor suave que da el sol de
julio, llena de tranquilidad y de magia de este parque... Aquella tarde
la quise guardar en mi corazón para toda la vida, la quise olvidar cien
mil veces, quería imaginar que todo sólo fue un hermoso sueño, y
El Arte de Amar
Taísiya A. Shirobókova
239
que no me trajera ilusiones para que pudiera seguir mi camino sin
él, sin su imagen, sin la firma de sus besos en mis labios. Pero... pero
nada pude hacer. Y ahora, ya al pasar unos años, se lo agradezco a mi
Destino por todo lo que haya pasado.
Era entonces una niña, como a él le gustaba llamarme referiéndose a
mi “inmadurez”. Pero los niños son esas personas con las almas puras
que saben enamorarse verdaderamente.
Estábamos tomando este calor suave del sol de la tarde cuando
vi a aquel chico que estaba a la derecha. Tenía yo veinte años y
quemábamos horas averiguando las más elementales posturas de
beber leyendo, quizás, leyendo nuestros pensamientos. Me moví y
dentro de un momento oí su voz por primera vez:
- Hola, ¿italiana?
- No, soy de aqui, de Rusia.
- Y, ¿hablas español?
- Sí, un poco.
- Ah, eso, “un poquito”, - se sonrió.
Llevaba cuatro meses estudiando español y lo seguía aprendiendo
por mi cuenta.
- ¿Cómo te llamas?
- Taia, ¿y tú?
- Pablo.
240
- Encantada.
- Igualmente, mucho gusto.
Enseguida me olvidé de un montón de las palabras aprendidas y le
pregunté:
- ¿Cuál es tu patria? (en vez de preguntarle de dónde era).
Y de nuevo se sonrió suavemente, pero sin reírse de mi.
- Soy de Uruguay, de Montevideo.
- ¡Ah! Vaya, tan lejos, y, ¿qué haces aquí?
- Estoy viajando. Vine para ver la arquitectura rusa, soy
arquitecto.
- Eres muy linda.
- ¿Qué?
- Que eres muy linda.
- ¿Linda?
- Sí. Linda es lo mismo que bonita, hermosa.
- Ah, gracias.
- Es verdad. Y tú, ¿qué haces? ¿de dónde eres?
- Soy de una pequeña región que se encuentra casi en el
centro del país (luego él llamaráa mi pequeña Patria: El corazón de
241
Rusia) , bastante lejos de aquí, se llama Udmurtiya. Soy estudiante de
la facultad de Bellas Artes, seré diseñadora de publicidad.
- Ah, ¡qué casualidad! Somos los dos interesados en el arte.
Hablaba con un acento que me costaba mucho entender, pero tan
suave que enseguida me enamoré de su voz. Y todo empezó así.
Varias veces volví a aquel lugar, a aquel parque, para buscar sus
huellas, para sentir de nuevo aquella sensación que nació en mi
corazón aquel día. Pero ya no estaba. Todo lo mismo, pero lleno del
ruido de las calles, de otra gente, de otro aire. ¡Ay! Como quisiera que
volviese alguna vez para buscarme y para poder vernos aunque fuera
por un solo segundo. Pero el tiempo pasaba y él no aparecía.
Aquel lugar, aquel santo lugar de mi corazón dedicado a aquel hombre
que siempre será guardado por mi alma como una obra del arte llena
de colores de verano, llena del aroma de la tarde, llena de la música
de su voz. No quiero que se cambie. Así lo voy a recordar.
Capítulo II “Inolvidable”.
Me contaba cosas, pero aquella vez entendía muy poco, y, lo que me
sorprendía es que sentía un suave fuego en mi corazón, me gustaba
oír su voz. Paramos en un lugar muy bonito, sobre un puente, y me
dijo: “Que romántica es esta tarde, ¿verdad?”
Me acompañó hasta la residencia de estudiantes y nos dejamos
nuestros contactos. Aquella tarjeta la guardo como un gran tesoro,
es todo lo que me quedó de él. Me escribió su primer apellido, era
Saavedra, y yo pregunté si era uno de los parientes del famoso escritor
y de nuevo se sonrío con su sonrisa soleada.
242
- Bueno, Linda, ya pronto sale mi tren para Moscú, ¿me
acompañas un poco?
- Sí, vamos.
Ya estábamos cerca del parque cuando me tomó de la mano y la
aprietó suavemente, con esa suavidad que hay en la caliente sangre
latina. Ya no me acuerdo que me seguía diciendo, sólo dentro de
un momento sentí su beso que casi me hizo desmayar, tan lindo,
profundo, inolvidable, inmenso, el que me gustaba volver a tener en
mis labios, el que no me cansaba recibir, el que me gustaba tener de
postre, el que para mi era la declaración de su amor, la firma de su
amor, el que después seguiré buscando sin poder encontrarlo en otras
bocas. Con sus besos él me sabía acariciar el alma. Era momento para
sentirme feliz. Y lo era. Y lo soy. Y lo seremos. Aquella misma tarde su
tren salió para Moscú.
Capítulo III “Uruguay”.
Luego volvió a Montevideo para terminar su carrera y al obtener el
diploma volver a Europa. Ahora estaba un poco más lejos y un poco
más cerca. Me acuerdo de sus dibujos de la catedral de San Isaak, los
que él me enseño aquella linda tarde.
Dentro de un tiempo se graduó y volvió a Mallorca. Y se hizo arquitecto.
Bueno, en él mi sueño de ser arquitecta se convirtió en la realidad.
Capítulo IV “Moscú”.
Sí, y ahora yo también estoy aquí, en esta bella ciudad. Estoy paseando
y ya totalmente conjelada, no siento ya ni mis manos, pero que vista
243
se abre, todo está iluminado: la estrella roja sobre la torre Spasskaya,
aquí en La Plaza Roja puedo sentir la grandeza de mi Patria, de mi
gran Rusia.
Hace viento, pero eso no me molesta, aunque ya voy sin rumba, sola,
entre tanta gente, sola…
Y de repente vuelvo a sentir el calor de su mano: grande, fuerte, suave,
la que toma la mía, aquí, en este frío, cuando más lo necesito. Y me
quita el abrigo, miro para atras y veo la columna de Alejandro, ¡Dios
mío!¡Estamos en la Plaza de los Palacios! Sí, sí, aquí, y hace más de
treinta grados de calor. ¡Qué suerte! Vino en aquel momento cuando
más lo necesitaba. Y me ha vuelto a besar, con esta suave humedad
que pertenece solo a él y dijo: hola.
Capítulo V “No sé”.
No sé, ni podré saber si dejé alguna huella en su vida, fuera la firma de
un beso o un recuerdo de un país lejano. Viví tantos momentos con
él, felices y tristes, pero igual llenos de amor. Él me sabía cautivar. Y
yo no me puedo responder porque todo resultó así: éramos siempre
como dos jugadores con raquetas, nos escribíamos y enviábamos los
señales del amor, cada uno con su raqueta que con su red cautivaba
al otro y, como tenía un marco, una cosa la que yo considero que a
veces no nos permite hacer algo, no permitió realizarse en la vida a lo
más lindo que vivía en nosotros.
No sé si algún día volveré a sentir lo mismo por otro hombre. Quizás.
Lo quiero mucho. Y siempre lo seguiré queriendo. Así es el amor, que
sólo pasa una vez por la vida. Los demás son sólo las cosas parecidas,
244
las aventuras que busco, pues, no sé, por varias razones: pasar el
tiempo libre o intentar encontrar un nuevo amor.
Dudo que lo vuelva a ver. Está muy lejos. En unos momentos pienso si
me necesitara a su lado, ya me lo avisaría, mañana mismo yo dejaría
todo aquí e iría a verlo, aunque para una semana, aunque ya casado,
aunque, quizás, ya casada yo.
Su imagen para siempre se grabó en mi pensamiento, en mi corazón,
en mi vida. Si hoy supiera que mañana lo volvería a ver, me sentiría
la más feliz. Y cuando vuelvo a pensar en él, los latidos de mi corazón
me dicen que lo sigo amando. Todo lo que dicen había sido cierto
y todavía mucho más, cada día descubro algo nuevo, me quedo
mareada y digo qué es esto, y me respondo que todo esto es El Arte
de Amar.
“…Te quiero, amor, te mando tres besos, dos para tus mejillas y
uno para tus labios. Cuídate mucho. Mi amor, te acompañaré en toda
la vida. Adiós.”
245
¡No sé que bicho me haya picado para pedir esto!
Soy un tío raro, no me gusta preguntar. Si me pierdo no voy a pedir
ayuda, prefiero comprar una camiseta que tiene un dibujo de mapa.
Si no entiendo lo que me dice “El”, no pido que me lo repita pero
me quedo sin dormir tres noches. En una cena romántica dedico
más tiempo a estudiar la etiqueta de la botella de vino que a contar
cuentos chinos. No he tenido muchas novias.
Pero tengo mucho éxito en mi trabajo. No tengo que hablar. Un curro
totalmente desconocido y oculto. No es ilegal pero no es tampoco
una cosa que se habla abiertamente.
Yo soy un hombre en la sombra. ¡Yo soy el negro de un arquitecto !
Quiere decir que cuando «El», participa en un concurso de arquitectura,
El hilo de la Cometa
Dominique Montagnon
246
yo empiezo antes, buscando ideas y dibujando. Todo lo que se ve,
las entrevistas y las discusiones con la gente lo lleva «El». Por mi
parte yo estudio los lugares : mirando a la gente y leyendo la historia
local. Yo busco un sentido a lo que me pide. Aunque soy tímido puedo
decir que no solamente trato de responder a lo que quiere un cliente,
yo busco también el alma del lugar. Pocos lo saben, «El» tampoco.
El día que me pico el bicho, el día que cambio mi vida, yo estaba
en Beijing. Una ciudad que conozco bastante bien. Como «El», el
arquitecto, tiene una fama mundial, - disculpe no puedo decir su
nombre- yo tengo que viajar mucho. El ha hecho dos gran edificios en
Beijing. Todos con muchos ruidos y controversias.
El nuevo concurso de arquitectura fue para la construcción de un
gran Mall, - esta palabra inglesa me parece perfecta para definir un
centro comercial: un gran Mal de nuestro tiempo- . Este Mall tenia
que estar subterráneo, debajo del segundo anillo para unir por el
Sur el Templo de los Lamas y por el Norte el Parque Ditan. La idea y la
plata venían de un grupo bancario de Hong-Kong. El ayuntamiento de
Beijing podría dar su autorización si el proyecto incluya también las
salidas de metro y un parking gigante para 10.000 coches.
Tengo que hacer lo que me pide. Entonces empezaba el estudio.
La gente del barrio estaba acostumbrada a ver mi cara sin sabor. Yo
pasaba mis días caminando al lado del segundo anillo, paseando en el
parque Ditan, mirando a los elegantes arboles que se destacan sobre
el fondo de las paredes rojas. Normalmente yo estaba afuera toda
la mañana y dedicaba la tarde para hacer dibujos en mi habitación
de hotel con vista fantástica sobre el tercero anillo. Por la mañana
me gustaba ver la gente haciendo ejercicio. Especialmente los chinos
247
que jugaban al bádminton al lado de la puerta Este del Parque Ditan.
Antes de las 9 me gustaba quedarme media hora de pie para seguir
una partida. Después entraba en el parque, esperando encontrar la
idea para salir de manera honorable de un proyecto que quisiera que
escaleras automáticas entran directamente en los templos.
¡No sé que bicho me haya picado este día pero pregunto algo!
“¿Puedo jugar con vosotros?» Pregunto en mi idioma
probablemente para que mi pregunta se pierde.
Pero no es lo que ocurrió. Un chino muy amable me respondo un DUI
muy claro y me dio su raqueta.
-«Deng yi xia».
Claro que tenia que esperar un poquito que se termine la partida.
Había olvidado que una raqueta de bádminton es tan ligera. La
cabeza ovalada de la raqueta me llamaba mucha la atención. ¡Que
forma interesante! ¿Una cara? ¿Un campo? ¿Una ventana? ¿La zona
del proyecto podría ser un gran ovalo? ¿Cada hueco de la red une
división del espacio? Yo me puse a imaginar cada orificio del cordaje
como una tienda llena de vida. Yo tuve de súbito la certitud que esta
raqueta me podría dar la llave para ganar el concurso de arquitectura.
Sin darme cuenta yo seguí mi paseo con la raqueta en frente de
mi, un poco como un navegante y su sextante. Entre en el parque
Ditan, detrás de la red de la raqueta todo parecía muy diferente. ¡Me
emocione, me sentía como un pirata cerca del tesoro! Yo puse la
raqueta mas cerca de mi cara como un espejo. ¡Yo vi mas cosas, pero
no alderredor, yo me vi!
248
Cada cuadro vacío se animo mas, cada uno con su pequeña escena,
yo me vi, en dos en tres, en una linea completa, en una columna
completa En cada cuadro, apareció una escena miniatura muy precisa
de mi vida:
• Yo me vi con “El”, en un café de Paris cerca de la universidad. Tenia yo
veinte años y quemábamos horas averiguando las mas elementales
posturas de beber leyendo.
• Yo me vi mirando a Gabriela riendo con mi mejor amigo en un bar
de Santiago. Todos se reían de mi esa noche.
• Yo me vi peleando con mi hermanos. Ellos me gritaban . “gordo,
tonto, loco, te van a poner los cuernos”. Pero que decir, todo lo que
dicen había sido cierto y todavía mucho mas, cada día descubro algo
nuevo, me quedo mareada y digo que es esto. Si mareada, lo escribo
de propósito porque no sabe bien quien yo estaba.
Y también vi otras escenas que no habían llegadas todavía:
Yo solo mirando una película en un teatro gigante donde estaba “El”
sobre la pantalla.
Yo solo bajando de un bus para ir en una calle oscura y estrecha
Yo solo haciendo un fuego de todos mi dibujos sobre una playa
desconocida
Yo solo comiendo pato laqueado en un restaurante de lujo
Yo solo hablando con mi mismo
Yo solo durmiendo
Yo solo muerto
249
¡No sé que bicho me haya picado...me puso loco ! No fue de
acuerdo con mi futuro. La raqueta tan ligera que tenia en cada de su
hueco el esencial de mi vida me parecía un instrumento del diablo.
Con toda mi fuerza yo tire la raqueta sobre la pared roja del parque.
Ella exploto en un segundo pero el cordaje se desarrollo en un hilo
blanco único como una pelota. Un tío chino le recorrió y le uso para
su cometa de papel. Una cometa roja en forma de mariposa.
Con una ola de viento, el hilo y la cometa se fueron elegantemente
en el cielo.
Me quedo mirando el hilo que cuadraba mi vida
Me quedo aquí con todos los tíos volando cometas
Me quedo sin memoria olvidando todo incluso el arquitecto
Me quedo maravillado; ligero, libre sin pasado sin futuro
Me quedo con los ojos mirando al cielo
Me quedo sin mi papel de doble
Me quedo en silencio
Me quedo sin punto
Me quedo contento
Me quedo nuevo
Me quedo yo
Voy a volar cometas.
250
Érase una vez un chico que nunca tuvo suerte o, como dicen en estos
casos, no nació con estrella sino estrellado. Todos los profesores
en la escuela y después en la universidad le tenían manía, no tenía
amigos porque todo el mundo le consideraba un autentico gafe. La
única cosa que le salía bien era jugar al tenis: ganó una raqueta de
oro como mejor jugador juvenil. En aquella época cada mañana se
levantaba muy temprano y jugaba en un parque al lado de su casa.
Era un parque precioso, con estatuas fantásticas de animales salvajes,
inspirados en los cuentos de hadas.
El chico tenía un sueño: quería ser un arquitecto muy famoso, le
gustaba pensar en cómo sería un mundo ideal, cómo convertir las
cosas cotidianas en obras de arte moderno. También estaba colado
por la chica más guapa de toda la clase, pero ella siempre le daba
calabazas y la última vez que le invitó a una cita, le dio plantón.
Hay que dormir más
Polina Butovskaya
251
Entonces, un día soleado de mayo, cuando iba a regañadientes a la
escuela, se encontró una botella vacía de cristal verde. Era una botella
muy antigua, de los tiempos de Maricastaña, pero muy sospechosa,
algo dentro de sí le decía que tenía que abrirla. Así lo hizo y en ese
mismo momento se sintió una onda sonora y luminosa y se le apareció
un geniecillo, bueno, no exactamente un geniecillo, sino un individuo
de un vistoso color azul, cuadrado como un armario de dos cuerpos y
bíceps de gorila. En otras palabras: un auténtico cachas.
-¿Qué quisiera, mi patrón? Todos sus deseos serán cumplidos
en un santiamén
El chico se cortó un mogollón, todo eso ocurrió tan rápido que no
tuvo tiempo ni de pensar...
“Estaré soñando” pensó el chico. “Bueno, hay que aprovecharse
de la suerte que tienes, estas cosas no pasan todos los días”.
-Pues sinceramente, soy novato en estas cosas de los deseos,
¿sería usted tan amable de explicarme cuáles son los límites de sus
poderes mágicos?
-Puede pedir tres deseos pero la única cosa donde no puedo
ayudar es en los asuntos del corazón, porque esas cosas no se
compran. Y tienes que ofrecerme algo como garantía, la cosa que
aprecias más en tu vida. Pero debe ser una cosa que ganaste con tus
propios esfuerzos.
Y Ferràn- que así se llamaba nuestro protagonista- le dio su raqueta
de oro.
252
Tras pensarlo, decidió cumplir el sueño de toda su vida, convertirse
en el arquitecto más famoso del mundo. Dijo esto y cerró los ojos.
Cuando se despertó, se dio cuenta de que ya era mayor, tenía como
30 años y se encontraba en una casa enorme con puertas de madera
y cristal y ventanas abiertas de par en par.
Salió a la calle y vio una plaza llena de gente gritando su nombre y
celebrando su éxito a bombo y platillo, agitando periódicos en las
manos. Al volver a casa sonó el teléfono
- Hola, soy Beatriz, ¿puedo hablar con Ferràn?
En este momento sintió tal nudo en la garganta, que no le salían las
palabras adecuadas.
-Pues soy yo ¿en qué podría servirle?
-¿No te acuerdas de mi? Soy Beatriz, la chica de tu colegio, la
que siempre te daba largas, me encantaría verte este sábado, ¿te
parece?
“Qué raro: nunca me hacía caso y de repente este cambio tan
súbito de actitud, aquí hay gato encerrado”, pensó nuestro arquitecto.
Claro, estaba enamorado de ella, le volvía loco y esas cosas, pero no
podía dejar de pensar que le deseaba por puro interés. Cuando era
pobre como una rata y estaba sin blanca y sin respeto no quería saber
nada de él y ahora ¿qué? ¿Ya se había convertido en el hombre de su
vida? ¡Menuda chorrada! Pero... por otro lado... Beatriz... ¡Era Beatriz...!
253
Como suele suceder en estos casos, acudió a la cita. Y a aquélla siguió
otra, y otra, y otra... Algo más tarde ella le persuadió para que se
fueran a vivir juntos. Dos meses y unas diez mil broncas más tarde la
cosa había degenerado tanto que la bronca diez mil uno poco podía
ya aportar al mutuo desasosiego.
Al final resultó que el geniecillo de ciento veinte kilos le había hecho
un flaco servicio: acabaron como el rosario de la aurora porque Ferràn
se dio cuenta que la chica estaba con él sólo por su fama y su dinero;
además, se le pegó como una lapa, y cuando se peleaban le llamaba
cada dos por tres y quería que empezaran de cero.
Pero nuestro protagonista se dio cuenta de que antes de pedir algo
tienes que pensar si lo necesitas de verdad, y si no es algo que podrías
conseguir con tu propio trabajo y esfuerzo. Esto le pasó por querer
que alguien cumpliera su deseo sin esfuerzo ninguno por su parte,
por desear algo que hubiera podido conseguir valiéndose de su propia
voluntad y su propio talento. Sólo le consolaba el pensamiento de
que, si bien hay cosas en la vida que no puedes cambiar, en ocasiones
son los eventos del pasado los que pueden alterar nuestro modo de
pensar. En otras palabras, que no hay mal que por bien no venga.
Pasaron cinco años y un día, paseando por el parque cerca de su
primer colegio se encontró con su maestro, que siempre le ponía
malas notas.
-¡Anda! ¡Cuántos años, Ferrán! Has cambiado un montón,
¿sabes? Quería decirte una cosa: pienso que tú eras mi alumno más
listo, creo que tu potencial es enorme, pero deberías leer más.
254
“Ya ves, si a este hombre lo hubiera escuchado yo a los veinte
años, las cosas habrían sido de otro modo”, pensó nuestro chico.
Resultó que su ex-profesor era, en realidad, el mágico maromo azul
disfrazado, que le ofreció volver atrás en el tiempo.
- Si quieres hacerlo, no tienes más que pedirme que te devuelva
lo que en su día ganaste con tu propio talento y que yo he conservado
durante todos estos años. ¿Quieres regresar al punto en que nos
encontramos?, dijo el geniecillo.
Sinceramente, ignoro cuál fue su decisión, pero lo cierto es que
empezó a leer muchos libros, y ocurrió que la lectura pareció
despertarle a la vida, y renació en él aquel vigor que, a decir verdad,
nunca había decaído demasiado.
255
No es posible, dijo Lina, cuando abrió la puerta de su piso.
Los muebles, las fotos habían desaparecido. Quedaban unos cojines
en desorden y una vieja pintura de flores. Durante su ausencia, su
marido se lo había llevado todo.
- Habría podido pensarlo -murmuró. -Ya hacía meses que
discusiones y desacuerdos se venían sucediendo, pero no podía
imaginarme que reaccionaría tan radicalmente. No, nunca hubo
violencia física, ningún golpe, ningún vaso tirado al suelo. Sólo
palabras duras e inclementes de un lado de la mesa al otro, de la
cocina al cuarto de estar.
La circunferencia de la raqueta en la pared marcaba la ausencia del
objeto. Su marido sabía que la hería dolorosamente quitando el
recuerdo du su madre fallecida, que tanto echaba de menos.
¡Descubre!
Bernadette Verbeke
256
Lina encontró dos latas de sardinas. Miraba alrededor. Nada más. Sí
un cacto, del cual no se acordaba cuándo lo había regado por última
vez.
Salió y deambuló por la calle, la mirada perdida. La tristeza y la
incomprensión le impidieron llorar. Ni siquiera niños piando como
gorriones la despertaron de su somnolencia. Faltó poco para que un
coche la atropellara. Este acontecimiento la hizo volver a la realidad.
Cansada, se sentó en un banco del parque urbano en el que había
una fuente, cerezos japoneses y flores primaverales. Una cigüeña
proclamaba a su paso que había llegado el fin del invierno. Unos
niños jugaban al pillapilla, otros al fútbol.
De repente una pelota chocó contra la pierna de Lina. En un reflejo
ella la devolvió. El ánimo por defender el honor de los colores valoró
el acto automático de Lina y la involucró, a pesar suyo, en un grupo.
La vegetación esperaba sol, luz y calor para abandonar su cáscara
invernal.
- Yo también -soñaba Lina-, tengo que salir de mi invierno.
Un bocadillo y una tónica le dieron las fuerzas para regresar al piso.
Sentada en un alfeizar, recordaba la felicidad de su nido familiar, la
alegría de sus compañeras de clase, la libertad como un pez en el agua
en el club de natación. Los recuerdos la acariciaban calurosamente,
procurándole un bienestar que la sorprendía.
- Hace mucho tiempo que no vivía tales emociones, -dijo.
257
Los cojines como simulacro de colchón evitaban el contacto duro
y frío con el suelo. Se adurmeció. Soñaba que alguien la obligaba a
comprar un abrelatas para liberar las sardinas enlatadas. Y así fue:
las sardinas se escaparon y realizaron su vida en el agua.
Al despuntar la aurora Lina se despertó y pensó:
- El sueño es un arquitecto que me estimula a liberarme de
opresiones para crear mi vida y realizar capacidades aún no brotadas.
Partículas de polvo del piso subían y bajaban en el primer rayo de luz.
La iluminación matinal dio más brillo al bodegón floral. El cacto no
había cambiado, por lo menos a simple vista. Le parecía a Lina que
el pescador de la lata de sardinas le hacía un guiño de complicidad.
- Buen día hoy, ¿no? -le contestó instintivamente Lina. El
pescador no replicó.
- No tengo qué desayunar. Tomaré un café abajo en el bar,
-continuó ella.
Dio la vuelta por el parque. El banco del día anterior la esperaba. El
amarillo optimista de los narcisos, las nubes rosadas de los cerezos
japoneses, el verde frágil de los tilos acogían a Lina en una manta
de tallos y ramas. Una brisa suave mecía la cuna vegetal. Lina se dio
cuenta de que recuperaba un poco su ánimo. Canturreó. Su «¡Hola!»
hizo eco al «¡Hola!» de un anciano que se paseaba con su perro. Poco
después se marchó.
Entró en un bar en el que la radio y un canario se disputaban la
supremacía sonora. Lina pidió un refresco. El dueño fregaba los
platitos de tapas. Respondió a un cliente:
258
- ¿Qué dices? ¿Todavía no han encontrado a nadie para adornar
con flores el paso de Jueves Santo? ¡Y queda tan poco tiempo!
Lina lo oyó sin prestar especialmente atención. Salió sin embargo
del bar con un número de móvil y una dirección en un posavasos de
cerveza.
El sábado llegó a la sala de la Hermandad. La banda musical estaba
a punto de tocar una marcha. El dirigente señaló con el dedo a una
señora. Lina se presentó a ella. La señora asintió visiblemente aliviada.
Al día siguiente la señora se congratuló con Lina por sus ideas sobre
el adorno.
- Voy a matricularme en un cursillo de arte floral, - se propuso
firmemente Lina.
En la Academia varias personas ya se conocían entre si y saludaron
brevemente a la “nueva”. El profesor les dió la bienvenida, les explicó
el programa de la tarde y la técnica de la obra por realizar. Lina sentía
que recuperaba vitalidad. Al salir el profesor elogió el talento de la
jóven promesa, pero ella no se atrevió contestar.
Lina colocó con un orgullo prudente su primera creación en un alfeizar
de su piso. Estaba muy a gusto en el curso. Progresó en creatividad y
aumentó en confianza, lo que le permitió en lo sucesivo charlar con
la gente durante la pausa.
Publicidad y fotos decoraban el pasillo de la Academia. En la foto
de la clase del otoño anterior reconoció en la primera fila a Tere,
una antigua compañera de senderismo. Se habían cuidado los pies
259
dolorosos la una de la otra, habían reído y merendado juntas. Tere le
había confiado problemas familiares y la importancia de la naturaleza
para su tranquilidad mental.
Lina se acordó de las conversaciones. Confirmó el papel benéfico del
parque, del arte floral y hasta de la pintura menos mate de su piso. En
este momento, se preguntó qué le habría ocurrido a Tere. Su número
todavía estaba en el móvil de Lina. El contestador automático la invitó
a dejar un mensaje corto. Tere la llamó a su vez:
- ¡Por Dios, Lina! ¿Dónde estás? ¿Qué noticias me das?
¿Cenamos juntas?
Se citaron en el patio de la pizzería de Salvatore. Tere le habló de su
jaqueca, de la reestructuración de su empresa, de la escapada de su
marido.
- Hace un mes -se desahogó Lina- encontré a un conocido de
mis padres. Había conocido a Paco, mi entonces novio, porque ambos
habían vivido en la misma manzana. El señor les había vaticinado a
mis padres arena en la máquina de mi vida si me casaba con aquel
palurdo, como llamaba a Paco. Tenía razón, ocurrió como había
presagiado. Ya ves si a este hombre lo hubiera oído yo a los 20 años,
las cosas habrían sido de otro modo. Me extraño de que mis padres
nunca me hayan narrado el encuentro. Quizás habría escuchado y
reflexionado. Subo poco a poco la cuesta de los problemas. Me siento
ahora más dinámica, pero aún no feliz.
Compartieron el guión de sus vidas en la confianza de una amistad
recobrada. Se despidieron.
260
Lina vio que el espejo de su cuarto de baño reflejaba su sonrisa. Se
quedaba asombrada de los cambios de las últimas semanas, de las
contrariedades, de los encuentros, de su propia identidad renovada.
Apenas logró creer la rápidez de su evolución.
- Los encuentros son espejos que nos enseñan a mirar quiénes
somos -pensó-.Todo lo que dicen había sido cierto y todavía mucho
más, cada día descubro algo nuevo, me quedo mareada y digo qué
es esto.
Lina se fue a la biblioteca por un DVD de arte floral. Se asustó
terriblemente cuando entró en el vestíbulo. Paco estaba consultando
el catálogo informatizado. Él no vio a Lina. Lina sintío rabia por él, le
odiaba por las decepciones. Tenía el estómago revuelto y se escondió
detrás de una estantería. Salió de la biblioteca con las manos vacías.
Pocos días después se fue a comer en un restaurante auto-servicio,
sobrellevando como podía del susto en la biblioteca. Con su bandeja
y su plato del día buscó una mesa libre, para ella sola, en medio de
la muchedumbre ruidosa. Apenas sentada, se quedó paralizada,
fulminada por un rayo. Unas mesas más allá, Paco y Tere comían
juntos, charlando de manera visiblemente amistosa. Lina se exclamó :
- ¡Tere, con quien me sinceré! ¡Tere, la traicionera, la alevosa!
No logro comprender.
Lina no probó ni un bocado de la chuleta y dejó la ensalada de fruta
sin tocarla.
Buscó consuelo en el banco de “su” parque. “Su” naturaleza ya había
sido el amparo, ya la había acogido fielmente en sus brazos.
261
La desconfianza se apoderó de Lina. Se sentía engañada. Le corrían
gruesas lágrimas amargas por las mejillas, que no le permitían ver a
los niños que jugaban como los demás días. Se sentía aplastada por la
brutalidad de la vida. Se dijo :
- No es possible. Mis desgracias desgarran mi corazón. Me
hundo completamente. ¿Cómo arrancar de nuevo ahora? No puedo
confiar en nadie. Los otros me apuñalan el corazón y giran el arma
para causar las mayores lesiones posibles.
Lina no estaba dispuesta a escuchar nada de nadie y no oyó el
«¡Hola!» del anciano que se paseaba con su perro.
Volvió a su piso llorosa y rabiosa. Tuvo ganas tirar sus arreglos florales
por el suelo o a la basura, no importaba donde. Lo maldijo todo. El
pescador de las sardinas trató en vano levantar el ánimo por otro
guiño.
El móvil sonó. Lina lo miró antes de contestar. Era ella, Tere. En un
primer momento, Lina rehusó descolgar. Más tarde lo hizo, con la
firme intención de decirle cuatro verdades, de insultarla, de tratarla
de …, pero Tere no se lo permitió.
- ¡Hola, Lina! -dijo -. Vi a Paco y comimos juntos. Le conté tus
sufrimientos, tus penas, tus esfuerzos por superar a ti misma. Le hablé
de tu valentía y de tus talentos artísticos. Fue como si él descubriera a
una Lina desconocida.
Lina lloró, sentía vergüenza propia y hacia su amiga. Sin embargo, fue
recobrando poco a poco el dominio de sí misma.
262
- Lina, ¿por qué no contestas? Lina, ¿me escuchas? ¿Todavía
estás? -preguntó Tere.
- Si. - susurró Lina con la voz empañada por las lágrimas.
Lina no lo aguantó más. Colgó el móvil. Sollozó. Se sentía ingrata y
desleal.
Por la noche, su móvil sonó. En un SMS de Paco, podía leer: «¿Lina,
podemos vernos?»
263
Se llama Zhang Qiu, nació en el año 1896 en una familia de arquitecto.
En su juventud, China estaba experimentando un gran cambio del
régimen político, de la dinastía Qing a la República de China. Era una
firme opositora del antiguo sistema y participaba arriesgando mucho
su vida en la lucha para derribarlo.
Después de que el partido revolucionario ganara el combate, Zhang
ponía todo su entusiasmo por la fundación del Nuevo Poder. Tomaba
parte fervorosamente en la campaña de la Reforma Agraria la que
se realizó con mucha violencia en la fase inicial del Nuevo Gobierno.
Zhang lo consideraba como un medio imprescindible para derrocar
un poder decadente e implantar la justicia social, por lo tanto, en
vez de expresar su caridad y piedad ante las cosas sangrientas, así lo
describió: “de la crueldad aparente sale la bellleza real”.
Una gran heroína
Jiangen Liu
264
Nunca había sospechado la creencia que se formaba en su juventud
hasta que más tarde cuando élla misma comenzó a experimentar en
carne viva la igual persecución cruel y se dio cuenta de que éllos, como
los jóvenes lleno de pasiones, fueron engañados por los usurpadores
del Poder.
Era una muchacha bonita e inteligente, tenía excelentes talentos en
la Literatura. En 1915 aprobó el examen ocupando el primer puesto
en la provincia en que vivía, y con tal éxito, fue admitida por la
Universidad de Nanjing en que era considerada como una estudiante
extraordinaria, además tenía mucha afición al deporte y siempre
llevaba una raqueta para jugar el tenis en la cancha que se encontraba
en el centro del parque de la universidad, disfrutando de una vida
muy agradable y feliz en aquel tiempo.
El año 1917 fue un viraje brusco de Zhang, se la dejó tirar
inesperadamente hacia un torbellino político, fue condenada, casi
de una noche a la mañana y junto con más de millares de personas,
“enemigos sociales”, y como consecuencia, le privaron de todos
los derechos civiles y empezó a llevar una vida con todo tipo de
penalidades.
¿Qué pasó para élla? Lo sucedió era que en el comienzo de aquel
año, el Gobierno lanzó una llamada a todas las clases sociales
estimulándolas que le plantearan consejos, propuestas o críticas,
con fin de que mejorara su administración del poder ejecutivo. Para
responder a este llamamiento surgió rápidamente en toda la sociedad
una oleada de exponer con libertad las distintas opiniones y se oían
muchos sonidos de crítica a la administración del Estado.
265
En la universidad en que estudiaba Zhang, apareció un ambiente
muy caluroso. Los estudiantes expresaban a su antojo las opiniones,
comentando cuestiones políticas...., Zhang estaba muy conmovida,
jamás había visto semejante escena en su vida. Admiraba a aquellos
compañeros que tenían esos singulares conceptos, aunque no los
aceptaba plenamente. Habló muy poco al principio y sólo escuchaba,
observaba y reflexionaba.
Sin embargo, esa atmósfera animada era tan efímera que no duró
más de un mes y se cambió bruscamente debido a que el poder
autoritario creía que aquellas personas, que se atrevían a criticarle
aguzadamente, eran muy peligrosas y decidió reprimirlas.
El aire social se alteró por momentos, aquella gente, que habían
hecho críticas al gobierno fueron atacados de repente por una fuerza
muy feroz y bien organizada. Zhang no entendía de lo que ocurrió
ni apenas creía sus propios ojos, preguntaba a sus compañeros para
comprobar la noticia, y una le dijo“todo lo que dicen había sido cierto
y todavía mucho más, cada día descubro algo nuevo, me quedo
mareada y digo qué es esto” . Zhang se puso muy enojada cuando la
novedad se había confirmado, impulsando por la justicia decidió salir
para defender a esas personas que élla creía inocentes.
Un día, en un sitio de la universidad, hizo una congregación en que
asediaban a un jóven estudiante. La escena era muy caótica, palabras
incoherentes, gritos a voz en cuello, alusiones personales....., el jóven
atacado era como un pobre cordero aguantando silenciosamente todo
tipo de humillaciones. De súbito, Zhang saltó a la mesa y empezó a
hablar. ¿ qué quiere decir con todo esto? -Interrogó.- ¿es un debate o
es un juicio? y si el juicio, ¡no tiene ningún sentido! ¿A quién juzgáis?
266
¿a este compañero? ¿Acaso no es que aconsejaban a la gente que
expresaran libremente las opiniones? ¿por qué os montáis en cólera
apenas las escucháis? ¿No es que este compañero sólo escribió una
poesía en que clamó por la libertad? ¿vale la pena de que mostráis
esos enojos tan absurdos y exagerados? ¿vale la pena de que le hacéis
un ataque tan cruel y despiadado? En estos días yo no hablo casi
nada, ¿por qué? porque yo sé cláramente que, si salgo a defender
a esos compañeros, me encontraré sin duda, en la misma situación,
entonces estoy muy desconcertada y vacilada......, ¿Quién eres tú? -
una voz interrompió sus palabras, ¿Quién eres tú? - hizo una pregunta
adversa Zhang, ¿tienes derecho de preguntarme con esta forma?
¿eres un policía o un agente secreto? Escucha bien, me llamo Zhang
Qiu, puesto que hoy salgo en público ante vosotros, ¡ya no tengo
miedo por nada, aun cuando el cuchillo se ponga sobre mi cabeza!
La arma blanca del Poder lanzó de inmediato hacia a Zhang, era
víctima de fuertes ofensiones, no le permitían que se defendiera de
nada. Sufrió tanto que se suicidó para protestar de tales actos brutales
y se salvó después. Tras experimentaba innumerables sufrimientos
y reflexionaba profundamente sobre el suceso, sacó en conclusión
de que lo ocurrido no significaba la vileza de algunas personas que
rodeaban a su alrededor, sino la del régimen estatal y una vez tomó
esta conciencia, su crítica comenzó a girar apuntando directatamente
hacia aquel balumbo y lo hacía sin cesar nunca hasta el fin de su vida.
La historia posterior de Zhang era muy larga y trágica,he aquí sólo se
limita a hacer un resumen. Primero, fue expulsada de la universidad
y obligada a hacer trabajos duros y pesados como el castigo, luego,
como era indomable y siempre mantenía la fuerte resistencia contra
267
esas opresiones, la metieron en el cárcel en que padecía todo tipo de
torturas muy espantosas, más tarde, condenada a 20 años de prisión,
y por último, pena de muerte.
Zhang jamás inclinó su noble cabeza ante tales barbaridades y habló
con toda su indignación “¡Los verdaderos culpables son los descarados
gobernadores del régimen totalitario! ¡La Historia declarará mi
inocencia! ¡En el Tribunal de la Justicia seré yo la acusadora!” Después
de 5 años de prisión, Zhang fue fusilada.
¡Qué se aflige de ver a una persona, que ponía sinceramente todo
su esfuerzo y su afán por la construcción de un Nuevo Régimen, fue
asesinada al final por el mismo!
Muchos años después la sentencia injusta se derogó, y Zhang fue
declarada inocente.
La causa real que conducía a Zhang a la muerte, consistió en que
élla había resistido intransigente y decididamente a la violencia,
a la violación de los derechos humanos, y sobre todo, al sistema
autocrático. Pero el motivo inicial, originó de defender a un
compañero de un trato injusto. Entonces, después de mucho tiempo
de su muerte, un periodista entrevistó a varios de sus compañeros de
aquel entonces, preguntándoles “¿qué harías tú si supieras u oyeras
que ese compañero estaba sufriendo de tal injusticia? ” Respondieron
todos que no podrían hacer lo mismo como Zhang, y uno de ellos dijo
“ya ves, si a ese hombre lo hubiera oído yo a los vente años, las cosa
habrían sido de otro modo, como ninguno de nosotros tevo el coraje
para protegerle ante esa situación, habría sufrido mucho más. Zhang
le salvó con el precio de pagar su propia vida”
268
Termino esta historia con el fragmento de un discurso que dio un
compañero de Zhang en la ceremonia de poner sus cenizas de hueso.
“Entre las heroínas muy pocas en la historia moderna de China,
Zhang Qiu tiene un valor super especial. Su concepto, su valentía,
sus miradas penetrantes y perspicaces, son como las espadas muy
afiladas, con que dio fuertes puñaladas hacia la cortina de hierro del
sistema autocrático y de la superstición moderna. La sangre de una
mujer delicada está convirtiéndose en una gran energía para hacer
despertar a un pueblo y a toda la nación. Zhang Qiu, nuestra querida
hermana, en el tiempo de su padecimiento, cualquier malvado y
canalla se atrevía a humillarte y burlarse de ti. Pero hoy, cada persona
de buena corazón, te estima, te respeta y te admira. ¡Eres fuego, eres
espada, eres Prometeo de China, eres una gran heroína, la verdadera
heroína, sin par e inigualada!!”
La vida de Zhang Qiu ya no existe, pero su alma y su espíritu serán
inmortal.
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Faltaba un cuarto por las dos de la tarde cuando me levante de la cama y fui a ducharme. Si no hubiera programado una cita con mi hermana mayor, probablemente ahora todavía estaría en la cama, pero ella es una arquitecta muy ocupada y “Cariño, tenemos que encontrarnos temprano, a las dos de la tarde ¿En tu restaurante favorito? Un beso”, y porque una vez más necesitaba de su ayuda financiera, no me quedaba otra opción.
El agua caliente de la ducha llovió y envolvía mi cuerpo, el cerebro no estaba completamente despierto. Todavía todo estaba en paz. Sin embargo, cuando pasaron dos minutos me di cuenta que no habían toallas limpias.
“David, trae una toalla del armario” grité, y el, con los ojos todavía medios cerrados con hilos del sueño, trajo toalla grande y blanca.
El aire suave
Ram Malis
270
El agua, el agua es vida, el agua que cae sobre mi cuerpo, el agua bendita, el sonido del agua me trae recuerdos de mi familia. Todo lo que dicen había sido cierto y todavía mucho más, cada día descubro algo nuevo, me quedo mareada y digo qué es esto la verdad, y la verdad es que no soy industrioso, sino perezoso. La facultad de arquitectura me puso aturdido. Entonces, soy el único en la familia que no es arquitecto, me dedique al diseño, un punto negro más en mis antecedentes.
La temperatura del agua había bajado por lo cual cerré la llave a regañadientes. ¿Desde cuándo me gustaba el agua caliente para bañare? No recuerdo. En mi juventud siempre sentía frío y estaba enfermo a menudo. Mis padres fueron como los ángeles, ángeles que están en el cielo, y nunca visitaban el tierra del su hijo. Un baño de inmersión en agua caliente era una solución necesaria, o el calor de los brazos de mi hermana mayor. Ella nunca tenía miedo decirme la verdad por más dura que fuera, sino yo sabía que sus brazos siempre estaban dispuestos a proporcionarme toda su ayuda.
Salí del cuarto de baño y comencé buscar ropa apropiada dentro del revoltijo del dormitorio. ¡Qué desorden! En cada rincón habían pilas de camisas, pantalones, libros, pedacitos de hierba, hasta la raqueta de tenis entre todo. ¡Carajo! Por fin, encontré un jeans de color azul oscuro y una camisa blanca. Me miré al espejo y era contento con los buenos resultados de mi actividad en el gimnasio. Me gusta mi cuerpo, y por supuesto la gente era celosa. Tomé las llaves de la moto, el casco y la chaqueta de piel negra y me dirigí a la planta baja. El reloj marcaba las dos y cinco, y como siempre iba a llegar tarde.
271
Subí a la moto y piloté como si no hubieran coches o personas en las calles, cuando de pronto, pero como suele, tuve la sensación de que el aire había cambiado rígido, y no soy yo, estoy un poco más libre y al mismo tiempo oscuro. Era un día luminoso, pero mis pensamientos eran sombríos, ya había pasado el parque camino al restaurante.
Tenía yo veinte años y quemábamos horas averiguando las más elementales posturas de beber leyendo, yo y David. Quería devorar el mundo sin tener consideración de nada ni de nadie, es un rol que va conmigo. El rugido interior fortalecido por el viento que soplaba, y me recordaba con el cuchillo y el tenedor con los que he tragado el mundo: las ropas preciosas, las fiestas opacas que terminaban quien sabe a qué hora, los limites que no tenia… sin embargo sobre todo mi hermana que era como el ojo de la tormenta.
Cuando llegué al restaurante sentí que el viaje duro casi una eternidad, pero el reloj marcaba que solo habían pasado quince minutos. Bajé de la moto, me saqué la chaqueta de piel negra, y de repente el aire estaba en sereno. ¿Porque mis pensamientos volvían a las memorias dañinas? Es un gran misterio.
Entré al restaurante y como era de esperar mi hermana estaba sentada cercano la mesa.
“Que lindos jeans” fueron sus primeras palabras. No había necesidad de hablar de mi retraso habitual, quizás haya sido obligada a cancelar alguna otra cita. La conversación se desarrollo sobre un día cotidiano. Habló de un proyecto que
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la empresa había recibido, un edificio de oficinas, simple pero desafiante, y que el cliente quería algo especial en el diseño. También sobre su hijo mayor que empezó a decir frases completas, y sobre su hija pequeña que aun no caminaba. Me quedé callado. ¿Qué tengo que renovar? Nada sustancial había cambiado desde nuestra última reunión. Ella era el centro de un mundo brillante, y yo un margen oscuro.
Después que terminamos de comer (yo: ensalada jamón pato, pimientos rellenos, y faisán a la salsa de moscatel; Ella: pasta), vino el silencio, que marcó mi turno de hablar, o más bien - mi turno de pedir. Como de costumbre, pero esta vez, al tratar de encontrar las palabras adecuadas, explicaciones y excusas, porque necesito más dinero, mi hermana me preguntó como es mi compañero de apartamento.
Quería decirle que yo no sé nada, quería responder porque de repente se acordó de él, sino las palabras cambiaron a voz baja, pero habían algo claro como el sol – “sabía que David es mi novio”.
La cara de mi hermana se avejentó. Bueno, no movió ningún músculo, solo la sonrisa congelada quedaba, pero mis ojos habían visto dos realidades - la existente y la imaginaria. Las palabras dichas no tenían retorno, el hábito y el espanto dejaron atrás la complicación, y segué la charla sobre el dinero que no alcanza, los gastos de la universidad, el costo del equipamiento del taller y el vivir en el centro de la ciudad…
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Mi hermana pidió la cuenta, y pagó el camarero y yo. Nos despedimos con un beso y un adiós, y nos fuimos cada uno por su camino. Cuando subí a la moto para regresar al apartamento sentí por primera vez que el aire podría ser suave.
Este libro también es de…
… Svetlana Chernova • Alexandra Mansilla • Victor Matkovskiy •
Tamara Tsulaya • Xiang feng Qin • Ying Zeng • Wang Ran • Bhih Jihane •
Margarita Yashkova • Natalia Chekalova • Julia Bessmertnykh • Maria
Nichiporuk • Vladimir Gaynanov • María Schurik • Wang Xueying •
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Huizi • Adna Ofer • Zalit Tzafra • Dalia Marit Koren • Moshe Zamero.
Todos los agradecimientos posibles e imposibles sin orden pero con
gran concierto a…
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Este libro
nació en Bruselas,
Moscú, Pekín, Tel Aviv y
Marrakech en junio
2011
Nº ........ / ........
19216 son los kilómetros que recorrerían Don Quijote y Sancho Panza si decidieran salir a ver mundo y, partiendo de Bruselas llegaran a Marrakech, pasando por Moscú, Pekín y Tel Aviv. Ellos establecerían esta RuTA imaginaria y por eso, para darle vida, los cinco centros han convocado este concurso.
19216 est le nombre de kilomètres que parcourraient Don Quichotte et Sancho Panza, s’ils décidaient de partir voir le monde de Bruxelles à Marrakech en passant par Moscou, Pékin et Tel Aviv. Ils traceraient cette RouTe imaginaire. Aussi, pour lui prêter vie, les cinq centres ont organisé ce concours.
19216: het aantal kilometers dat Don Quijote en Sancho Panza zouden afleggen mochten ze besluiten om vanuit Brussel de wereld te gaan ontdekken en via Moskou, Peking en Tel Aviv tot in Marrakech te reizen. Om deze denkbeeldige rouTE tot leven te brengen hebben de vijf centra deze wedstrijd op het getouw gezet.
19216 километров прошли бы Дон Кихот и Санчо Панса, если бы решили посмотреть мир, отправившись из Брюсселя в Марракеш через Москву, Пекин и Тель-Авив. Они проложили бы вымышленный МАРШРУТ через пять городов, центры Института Сервантеса в которых и проводят этот конкурс.
19216是堂吉诃德和桑丘潘沙当初决定离家出走看世界所需要走过的里程数,他们从布鲁塞尔出发,途经莫斯科、北京和特拉维夫,最终到达马拉喀什。他们开创了这条想象中的路线,为了使其成为现实,这五个学院联合举办此次故事竞赛。
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