LA INTEGRACIÓN SENSORIAL
Material redactado por Adriana Ramírez, Terapeuta Ocupacional (Caracas‐Venezuela)
y editado por Ma. Gabriela Paiva, Terapeuta Ocupacional (Barquisimeto‐Venezuela).
El 28 de octubre de 2013 para el curso Educación Corporal del Programa de Educación
Especial del Instituto Pedagógico de Barquisimeto.
Procesamiento Sensorial es un término utilizado para referirse a la manera en que el
sistema nervioso central recibe y procesa los impulsos sensoriales del ambiente
(información visual, sonidos, olores, temperatura, entre otros), y del propio cuerpo
(posición del cuerpo en el espacio, movimiento, ubicación de los segmentos corporales,
grados de contracción‐elongación articular y muscular, datos procedentes de la piel,
incluyendo las sensaciones viscerales, etc.). Toda esta información se procesa
simultáneamente, segundo a segundo, para transformarla en respuestas motoras, de
lenguaje, del comportamiento y del aprendizaje.
El Desorden en la Integración Sensorial se refiere a una condición que aparece
cuando este proceso no se da forma natural, efectiva, simultánea y automática. Se da una
situación de desorganización en el procesamiento sensorial, observándose en la baja
calidad de las respuestas motoras, de lenguaje, del comportamiento y del aprendizaje. No
todos los niños presentan los mismos síntomas, ni la misma intensidad, ni la misma
frecuencia.
El Desorden en el Procesamiento Sensorial puede entonces afectar:
a) El desempeño del niño en sus tareas cotidianas del hogar: vestirse solo, bañarse,
cepillarse los dientes, usar los cubiertos, etc.
b) En el rendimiento escolar: en el cumplimiento de las actividades dentro del aula, en
la velocidad y calidad de la escritura, en el manejo eficiente de los instrumentos escolares,
en la atención sostenida, memoria y organización dentro de un ambiente de alta carga
sensorial.
c) En la calidad de la motricidad global necesarias para jugar: importante para el uso
del parque, jugar con sus compañeros y hacer amigos.
d) En la autoestima: un adecuado procesamiento sensorial contribuye con un buen
desarrollo de la autoestima y sentimientos de auto eficiencia y éxito. En caso contrario, el
niño puede desarrollar baja autoestima, baja tolerancia a la frustración, ansiedad,
constantes auto descalificaciones, predominando sentimientos de fracaso.
El Procesamiento Sensorial hace énfasis en tres (3) sistemas básicos:
a) Sistema Táctil: Encargado de procesar toda la información que procede de la piel.
Provee las bases para la discriminación táctil que luego se transforma en motricidad fina
(manos eficientes), conciencia corporal (base de la coordinación), influye en las
habilidades oral‐motoras para el lenguaje y la alimentación e impacta en la organización
del comportamiento (rabietas, irritabilidad, intranquilidad o niños muy pasivos).
Se pueden observar signos de híper‐respuesta (sistema exacerbado) o signos de hipo‐
respuesta (sistema poco activo).
Algunos signos de híper‐reactividad táctil son:
‐ Se queja de que la ropa le molesta.
‐ No tolera algunos tipos de prendas o de telas.
‐ Muy sensible al dolor.
‐ Frecuentemente irritable.
‐ Le molesta cepillarse los dientes, cortarse las uñas, cortarse el cabello, lavarse la
cara, etc.
‐ No le gusta que lo besen o abracen (excepto familiares muy cercanos).
‐ Es selectivo con la comida.
Algunos signos de hipo‐reactividad táctil:
‐ Alta tolerancia al dolor.
‐ Muestra golpes que no recuerda como sucedieron.
‐ Muestra torpeza en los movimientos.
‐ Puede mostrar actividad motora de tipo lenta.
‐ Puede mostrarse muy disperso.
‐ Puede ser tosco en la interacción con los demás.
‐ Puede mostrar muchas dificultades en la motricidad fina.
b) Sistema Vestibular: Encargado de registrar y procesar el movimiento (lento, suave,
hacia adelante, hacia atrás, etc.) y la posición del cuerpo en el espacio (vertical, inclinado,
horizontal). Este sistema coordina múltiples funciones: habilidades de coordinación y
equilibrio, coordinación de los movimientos oculares (necesarios para la lectura y la copia
de pizarra), control postural, tonicidad de los grupos musculares del cuello y el tronco
superior), alerta y atención, incluso influye en el lenguaje y la memoria, entre muchas
funciones.
Este sistema también puede mostrar signos de hipo‐reactividad o de híper‐
reactividad.
Algunos signos de hipo‐reactividad Vestibular:
‐ Busca movimientos con mayor intensidad y frecuencia que los otros niños de su
edad.
‐ Le gusta estar cabeza abajo (para ver T.V o en el carro).
‐ Le cuesta permanecer sentado por el mismo tiempo que sus compañeros.
‐ Usa los equipos del parque con mayor intensidad que los otros niños.
‐ Puede mostrar hiperactividad.
Algunos signos de híper‐reactividad Vestibular:
‐ Evita las actividades que impliquen movimiento.
‐ Generalmente se muestra ansioso e inseguro.
‐ Busca apoyo constante del cuerpo en los cuidadores.
‐ Se mueve muy cuidadosamente, lento, estudiando cada movimiento.
‐ No disfrutan situaciones que los niños de su edad si disfrutan: colchones inflables,
parques, correr, brincar, bicicletas, etc.
‐ Puede que acepte solo una modalidad particular de movimiento, por ejemplo, no el
tobogán pero sí columpio bajito, el mismo columpio, no cualquier columpio.
c) Sistema Propioceptivo: Es el sistema que recoge la información procedente de las
articulaciones y los músculos. Comparte funciones con el sistema Táctil y Vestibular, es el
encargado de la eficiencia motriz, velocidad y precisión de las respuestas motoras,
calibración de la fuerza para la motricidad gruesa y fina, seguridad postural, entre otras
funciones.
Algunos signos de fallas de procesamiento Propioceptivo:
‐ Dificultades para graduar la fuerza (o muy débil o muy fuerte).
‐ Mala postura.
‐ Cuerpo desorganizado para correr o caminar.
‐ Se sienta en el piso sobre los talones.
‐ Puede tener fallas de coordinación globales.
‐ Dificultades para el agarre adecuado del lápiz.
‐ Dificultades para la escritura.
‐ Frecuentemente manifiesta frases de auto‐descalificación.
Posibles Causas de las desórdenes de Procesamiento Sensorial:
‐ Complicaciones durante el embarazo: estrés de la madre, exposición al tabaco,
alcohol o drogas, pérdida de líquido amniótico, eclampsia, etc.
‐ Complicaciones durante el parto: prematuridad (entre la 24 y 36 semanas),
prematuridad tardía (entre 34 semanas a 36 semanas), hipoxia, sepsis, partos prologados
(mas de 18 horas), complicaciones médicas que ameriten terapia intensiva neonatal.
‐ Exposición a tóxicos.
‐ Maltrato Infantil y desnutrición.
‐ Deprivación sensorial: pocas oportunidades de juego y de exploración, uso excesivo
de corrales, andaderas, televisión, juego sedentario y poco parque.
‐ Puede existir un componente hereditario, mamá o papá presentaron dificultades
similares.
¿Qué hacer?
Esta condición es muy poco detectada por pediatras o neurólogos, algunos psicólogos
logran identificarla. El Terapeuta Ocupacional es el especialista que evalúa e interviene
este área del desarrollo. La intervención temprana antes de los 7 años, pude hacer que los
síntomas disminuyan a su mínima expresión, disminuyendo el impacto en todas las áreas
del desarrollo. Lo más importante es rescatar y cuidar el autoestima del niño, mas aun si
padece de otra condición asociada (hiperactividad, déficit de atención, problemas de
aprendizaje, problemas del lenguaje, autismo, Dispraxia, etc.).
Pasos a seguir:
1.‐ Contacte un terapeuta ocupacional con formación en integración sensorial. Cada
país posee su asociación con los terapeutas registrados y los centros que poseen el
equipamiento necesario para la intervención.
2.‐ Siempre es necesario la evaluación de rutina por neuropediatría, oftalmología y
psicología. Es necesario descartar que no haya otro elemento que pueda estar explicando
las dificultades de su hijo.
3.‐ Comience a aumentar las experiencias naturales de estimulación sensorial y
motriz. Asista con más frecuencia al parque, salga a caminar, desempolve la bicicleta, suba
la montaña, disminuya progresivamente el sedentarismo de su hijo y de su familia.
4.‐ Consulte con el Terapeuta Ocupacional. Es necesario exponer al niño a más
experiencias de juego sensorio‐motor, pero a la tolerancia del niño, no presione, no lo
estrese, no lo obligue, hágalo muy progresivamente. Respete las señales de evitación y de
rechazo de su hijo, lo que le está diciendo es que tal vez eso que le está pidiendo es muy
difícil para él. Comience con actividades de baja demanda, las que su hijo domine y se
sienta cómodo. Con la ayuda de la intervención de terapia ocupacional, el niño comenzará
a mostrar mayor interés en actividades que antes evitaba.
5.‐Sea un guía paciente, brinde todo el apoyo necesario, pero sobre todo "HAGA USO
DEL DISCURSO POSITIVO". Elimine juicios, palabras negativas, frases peyorativas. Limpie
su vocabulario y rediseñe su actitud aumentando el contacto positivo con su hijo.
Recuerde que lo que está en juego es la auto‐estima de su hijo para el resto de su vida.
Póngase por un momento en sus zapatos.
6.‐ Documéntese y transmítale la información a los maestros de su hijo.
Padres, madres, maestros, especialistas, todo tenemos este tesoro de niño en
nuestras manos. Depende de todos nosotros.
Fuentes consultadas:
Imperatore, E. (2008). Equilibrio Sensorial, Una Guía Sobre Procesamiento Sensorial
para Padres y Profesionales.
Smith, S. (2001). Sensory Integration with Diverse Populations.
Auer, C. (2006). Parenting a Child with Sensory Processing Disorder.
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