Investigación & Desarrollo
ISSN: 0121-3261
Universidad del Norte
Colombia
Amar Amar, José Juan
La región Caribe y la hipótesis del retraso cultural
Investigación & Desarrollo, vol. 11, núm. 1, julio, 2003, pp. 2-25
Universidad del Norte
Barranquilla, Colombia
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=26811101
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la región caribe y lahipótesis del retraso cultural*
José Juan Amar Amar
jo s é ju a n am a r am a rP s i c ó lo g o , U n i v e r s i d a d d e C h i l e .S o c i ó lo g o . P h . D . c o n g r a d o m ayo r e nP s i c o lo g í a S o c i a l , C o l u m b i a Pa c i f i cU n i v e r s i t y . D o c t o r i n P h i lo s o p h y i nC o u n s e l i n g P s y c h o lo g y , U n i v e r s i d a d d eN e w p o r t . A c t u a l D e c a n o d e l a D i v i s i ó nd e H u m a n i d a d e s y C i e n c i a s S o c i a l e s d el a U n i v e r s i d a d d e l N o r t e y D i r e c t o rd e l C e n t r o d e I n v e s t i g a c i o n e s e nD e s a r r o l lo H u m a n o d e l a m i s m au n i v e r s i d a d .( e - m a i l : jamar@ uninorte.edu.co)
* Artículo derivado del proyecto: «Análisis de la región Caribe y la hipótesis del retra-so cultural». Centro de Investigaciones en Desarrollo Humano, CIDHUM, Universi-dad del Norte. Dirección de Investigaciones y Proyectos, DIP/UN.
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r e s u m e n
Este artículo es parte de un estudio que analiza la región Caribe a partirde la hipótesis de William Ogburn sobre el «retraso cultural».
En él se describen las nuevas realidades y conceptos de región, el papelde la virtualidad en el desarrollo regional y el rol que juega el conocimientoen el futuro de la región Caribe.
Posteriormente, basado en una taxonomía sociológica, el autor sustentael conflicto de la sociedad del Caribe, generado por los procesos de moderni-zación y la persistencia en el mantenimiento de formas y esquemas mentalespropios de la sociedad tradicional, y se destaca el déficit significativo en lainversión en desarrollo humano.
pal abras c l ave : Retraso cultural, desarrollo regional, desarrollo humano.
a b s t r a c t
This article makes part of a study that analyses the Caribbean region fromthe hypothesis by Willian Ogburn about cultural underdevelopment. It describesthe new realities and conceptions of region, the role of virtuality in the regionaldevelopment and the role of knowledge in the future of the Caribbean region.Later, based on a sociological taxonomy, the author analyses the conflict ofCaribbean society arising from the processes of modernization and the persistenceof maintaining mental forms and schemata belonging to traditional society,and the significant deficit in the investment in human development is highlighted.
k e y w o r d s : Human development, cultural underdevelopment, traditional so-ciety, modernization.
f e c h a d e r e c e p c i ó n : septiembre de 2002
Agradecimientos. El autor agradece al Instituto de Desarrollo Local y Regional de la Universi-dad de La Frontera (Chile) que le proporcionó la base bibliográfica para la realización de esteestudio y su publicación.
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Uno de los enfoques teóricos más interesantes para explicar par-cialmente las contradicciones y desajustes de nuestras sociedades
ante los cambios generados por la globalización es la hipótesis deWilliam Ogburn (1922, citado por Amitai y Eva Etzioni, 1998) sobreel retraso cultural.
La hipótesis de Ogburn sostiene que los diferentes elementos dela cultura moderna no cambian al mismo ritmo: unos lo hacen másrápidamente que otros; en todo hecho social hay una correlación einterdependencia de las partes, un cambio rápido en un aspecto de lacultura exige otros cambios en las diversas partes correlacionadas dedicha cultura. Ogburn pone como ejemplo la industria y la educación,que están correlacionadas; de ahí que un cambio en la industria obliguea reajustar el sistema educativo. Industria y educación son dos variables,y si el cambio de la industria ocurre primero y le sigue el reajuste en laeducación, hay que llamar a la industria la variable independiente y ala educación la variable dependiente.
Según Ogburn, cuando cambia una parte de la cultura por algúndescubrimiento o invento y ocasiona cambios en alguna otra partedependiente de ella, con frecuencia hay un retraso en los cambios oca-sionados en la parte dependiente de la cultura.
La magnitud del retraso variará de acuerdo con la naturaleza delelemento cultural, y puede presentarse un desajuste durante varios años.Mientras más rápido se hagan los reajustes culturales más eficientementefuncionará una sociedad.
El primer enunciado simple de esta hipótesis, según el autor, esque gran parte de nuestra vida en sociedad está constituida por elemen-tos materiales (casas, fábricas, máquinas, materias primas, productosmanufacturados, productos comestibles, objetos materiales, etc.), y porotro lado tenemos los elementos inmateriales de la cultura, quecomprenden un número muy grande de procesos (normas, costumbres,sistemas de creencias, representaciones, imaginarios, y especialmenteen la actualidad, conocimientos). Y en la interacción entre lo materialy lo inmaterial ocurre la conducta de adaptación.
Para fines de análisis se puede llamar conductas adaptativas cuan-do los cambios materiales son apropiados rápidamente por los cambiosinmateriales, ya que con frecuencia ocurren primero los cambios mate-riales; y cuando estas condiciones materiales de vida son integradas
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por los miembros de la cultura se denomina cultura adaptativa. Estapor lo común nunca se ajusta por completo a las nuevas condicionesmateriales modificadas y el riesgo es enorme para una sociedad cuandoocurren grandes cambios materiales mientras los individuos siguenaferrados a las viejas culturas adaptativas.
El autor pone un ejemplo de Estados Unidos, donde los bosqueseran sumamente abundantes para las necesidades de la pequeñapoblación. Había abundancia de madera, fácilmente accesible para com-bustible, para construir y para las manufacturas. Los estadounidensesfueron aumentando la población, lo cual trajo como consecuencia unaverdadera devastación de sus bosques, debido a que quemaban losárboles para sembrar. También la industria manufacturera creció yaumentó la necesidad de talar bosques. Según el autor, sólo cuando eldaño estaba hecho ciertos intelectuales empezaron a comprender lareal dimensión de éste, y resulta casi imposible restaurar lo que se hizopor falta de conocimiento.
Según Manfred Max Neff, los estadounidenses tienen muy claroel concepto de desarrollo sustentable. Aunque se han negado a firmaracuerdos internacionales como el Protocolo de Tokio y la Cumbre parala Tierra, realizada en Johannesburgo (Cumbre Mundial sobre DesarrolloSostenible) han hecho de su país una verdadera reserva natural. Prefierenpagar más de 80 mil millones de dólares anualmente a Canadá porcompra de energía eléctrica para mantener sus recursos casi intactos.Según Max Neff, antes de 50 años las naciones verdaderamente ricasserán aquellas que hayan conservado sus recursos naturales, especial-mente el agua, por lo que es probable que Estados Unidos siga siendola nación más poderosa durante todo el siglo XXI.
Quizás un ejemplo muy claro que muestra la confiabilidad de lahipótesis de Ogburn es la relación en Colombia entre el crecimientode la educación superior y el crecimiento de la economía. En 1994 enColombia el sistema universitario cobijaba aproximadamente a 500.000educandos. Con el desarrollo de la educación privada, en el año 1999había 877.944 estudiantes, y hoy suman 934.085. Aunque todavía elporcentaje de universitarios en el país es muy bajo, el estancamientodel aparato económico y social es incapaz de abrir espacios a los pro-fesionales que egresan, se observa un dramático desajuste cultural, esdecir, nuestros jóvenes más educados están sufriendo una exclusión
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social dramática, demoran años en encontrar un empleo o tienen unomuy mal remunerado, y miles deben migrar a otras naciones en buscade una oportunidad.
Hemos querido poner estos dos ejemplos simples para que ellector pueda tener una mejor comprensión de la apretada presentaciónde la hipótesis del atraso cultural sostenida por Ogburn, para pasarahora a exponer una explicación más compleja sobre la región Caribe,con el ánimo de ejercitar la reflexión teórica a partir de un punto deanálisis que puede romper el paradigma con que tradicionalmente seha estudiado este problema.
nuevas realidades y nuevos conceptos de región
Para poder sustentar nuestra tesis sobre el atraso cultural de la regiónCaribe debemos necesariamente hacer una breve descripción de los nue-vos elementos culturales que están influyendo en la sociedad. De hecho,Wong-González (1999) sostiene que «las grandes transformacioneseconómicas, sociales, tecnológicas y culturales observadas durante lasúltimas tres décadas, consideradas por algunos como los cambios para-digmáticos, han sido calificadas de una diversidad de formas, y desdediferentes perspectivas: ‘Post-moderna’, ‘post-fordista’, ‘post-industrial’,‘post-capitalista’ y ‘era de la información’. Un elemento común a todaslas perspectivas es el reconocimiento a la importancia de la revolucióntecnológica e informacional para el proceso de transformación societal.Desde un punto de vista más crítico, se ha sugerido que las comunica-ciones y los medios de información globales son, en cierto sentido, lapunta de lanza del capitalismo global, coincidiendo con la idea de quela ‘información’ ha reemplazado a la manufactura como el fundamentode la economía (McChesney et al., 1998). De acuerdo con esta visión,en esta etapa del desarrollo capitalista, los sistemas de comunicación(tecnologías satelital y digital, comunicación e información) están direc-tamente intrincados al proceso de globalización, debido al creciente ymás importante papel que están jugando en las economías, así comolos propios mercados se están globalizando rápidamente».
Esta nueva realidad económica ha trascendido a las esferaspolíticas, sociales y culturales que los ha llevado de una concepción deeconomía mundial a la de economía global.
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De acuerdo con Castells (1995, citado por Wong-González,1999), «la diferencia entre la concepción de economía mundial y la deeconomía global es la capacidad de esta última de funcionar como unaunidad en tiempo real a escala planetaria, caracterizándose por ‘su inter-dependencia, su asimetría, su regionalización, la creciente diversificacióndentro de cada región, su inclusividad selectiva, su segmentación exclu-soria y, como resultado de todos estos rasgos, una geometría extraor-dinariamente variable que tiende a disolver la geografía económicahistórica’ (Ibíd.: 106). En este redimensionamiento de las fronteras dela globalización, ésta ha sido concebida también como un ‘proceso quecrea vínculos y espacios sociales transnacionales, revaloriza culturaslocales y trae a un primer plano terceras culturas’» (Beck, 1988, citadopor Wong-González, 1999:30; Wong-González, 1999:5).
«Desde las perspectivas funcional y espacial, entre las caracte-rísticas y consecuencias más relevantes del proceso de globalizaciónque han sido señaladas están las siguientes (Amin y Thrift, 1994, citadopor Wong-González, 1999): i) la creciente centralización de la estructurafinanciera; ii) la creciente importancia de la ‘estructura del conoci-miento’ o ‘sistemas de habilidades técnicas’; iii) la transnacionalizaciónde la tecnología, aunada a la gran rapidez con que se presenta la redun-dancia de ciertos segmentos tecnológicos; iv) el surgimiento de oligopo-lios globales; v) la emergencia de una diplomacia económica trans-nacional y la globalización del poder estatal, paralelos a la globalizaciónde la producción, el conocimiento, y las finanzas; vi) el surgimiento deflujos culturales globales y símbolos, significados e identidades ‘deste-rritorializadas’, relacionados a la comunicación global y la migracióninternacional; y vii) la emergencia de nuevas geografías globales, comoresultado de los procesos mencionados» (Wong-González, 1999:5).
La enorme trascendencia y repercusiones que el proceso deglobalización está teniendo en la economía expresan visiones contra-puestas, especialmente sobre sus impactos y repercusiones. Mientraslos optimistas confían en que este mundo sin fronteras se convertirá enun paraiso, donde necesariamente el beneficio del crecimiento econó-mico producto del conocimiento llegará en algún momento a beneficiara todos los habitantes del planeta, otros enfatizan el carácter negativo ydesigual de este post-capitalismo que ha beneficiado a un pequeñoconjunto de estados-naciones y empresas transnacionales, lo cual ha
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aumentando considerablemente la pobreza y ha ocasionado una pro-funda destrucción en el tejido social y el debilitamiento de la mayoríade los estados nacionales. Sin embargo, en opinión de algunos intelec-tuales recién estamos en el inicio de una nueva civilización que hastaahora ha tenido unas características altamente contradictorias y hastaparadójicas, por lo que todavía no es posible generalizar sus efectos, yaque la globalización hasta ahora «al mismo tiempo homogeniza y hete-rogeniza, totaliza y fragmenta, integra y margina, articula y disgrega,potencia y merma, complejiza y simplifica, es oportunidad y amenaza,descentraliza territorialmente y centraliza funcionalmente, entre otraspeculiaridades» (Wong-González, 1999:6).
Por esto, cualquier análisis serio sobre región debe tener comopunto de partida el funcionamiento de esta fuerza globalizadora.
desarrollo regional y virtualidad
Sin duda, el impacto más significativo en el concepto de región en laglobalización lo está produciendo la virtualidad, aunque no todos losprocesos económicos o sectores productivos se han virtualizado. Unade las características de la economía actual es su desterritorialización,impulsada principalmente por sectores de punta en finanzas, comunica-ciones, turismo y servicios corporativos especializados. Lévy (1999,citado por Wong-González, 1999) sostiene «que parece existir consensoen cuanto a considerar al sector financiero –y la consecuente primacíade la economía monetaria– como una de las actividades más representa-tivas de la virtualización».
Este planteamiento es reforzado por Saskia Sassen (1996, citadopor Wong-González, 1999) «en el sentido de que este proceso de virtua-lización, en el que un número cada vez mayor de actividades económicasse está llevando a cabo en el espacio electrónico, está conduciendo auna crisis de control que rebasa las capacidades tanto del aparato regu-lador del Estado como de las instituciones del sector privado: el espacioelectrónico sobrepasa cualquier jurisdicción territorial existente».
Sassen argumenta que la cuestión del control no se refiere a laextensión de la economía más allá del territorio del Estado, sino a ladigitalización a través de los mercados electrónicos y los movimientosde cuantiosas sumas de dinero como las que manejan los mercados
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financieros, debido a la velocidad de las transacciones que han hechoposible las nuevas tecnologías. Como ejemplo cita los mercados dedivisas, que alcanzan sumas de un trillón de dólares diarios y que dejana los bancos centrales sin capacidad para influir en las tasas de cambioque esperarían manejar (Ibíd.: 21). De hecho, el dinero se parece cadadía más a la información, y ésta al dinero: «ambos se están reduciendo(y están siendo transferidos) a meros impulsos electrónicos» (Lévy, 1999:142-143), y mientras más se profundiza la fusión de las telecomunica-ciones y las finanzas, la importancia del mundo virtual aumenta conside-rablemente.
Quienes vivimos en regiones donde la virtualidad nos pareceajena no alcanzamos a darnos cuenta de su importancia. RecientementeMicrosoft se consolidó como la corporación más importante del mundoen términos de capitalización bursátil al lograr un valor histórico de500 mil millones de dólares, y se estima que su valor es superior al delos cinco principales bancos de Estados Unidos en conjunto (Hoefle,citado por Wong-González, 1999). También en términos de valor bur-sátil, American Online es una de las empresas más grandes de los Es-tados Unidos, y supera a las transnacionales Ford y General Motors juntas(Ibíd.).1 En América Latina (Pérez Vences, citado por Wong-González,1999), hacia el cierre de 1999, el comercio electrónico realizó tran-sacciones por 57 mil millones de dólares» (Wong-González, 1999:9).
Desde la distancia, la virtualización nos parece un mundo deficción, no sólo influye en la economía, en el mundo laboral, sino prác-ticamente en todos los elementos materiales e inmateriales de la cultura:el aumento de la productividad, la capacitación en el trabajo, elmejoramiento del diseño de producción y su capacidad de funcionarde forma interactiva está generando un cambio en los estilos de vidaque rompen con todas las formas tradicionales. Son interesantes, porejemplo, los trabajos de algunas empresas automotrices que se estánesforzando por virtualizar su manufactura de automóviles mediante lapuesta en práctica de sistemas que producirán autos sobre pedido en
1 Aun cifras un poco más conservadoras denotan el dinamismo de esta actividad. Por ejemplo,otras fuentes indican que actualmente la economía de Internet vale alrededor de 300 billonesde dólares, comparada con los 350 billones de la industria automotriz o los 270 billones dela industria de la telecomunicación (González, 1999).
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sólo 72 horas. También el hecho de la moneda virtual recientementeaparecida en el mercado llamada «beenz». Mediante este sistema, elnavegante entra en su tienda y comercia su uso sin cheques o tarjetasde crédito. El canal Excite, con tres millones de visitantes mensuales,fue la primera empresa que aceptó este dinero virtual. Para qué hablarde la «Universidad virtual», que es un esquema que utiliza las nuevastecnologías de las comunicaciones y redes electrónicas (enlaces víasatélite, Internet, multimedia, correo electrónico y videoconferencias),y que está produciendo la más profunda transformación en la educaciónsuperior. El Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey(ITESM) llega –mediante este mundo virtual– a Canadá, Estados Unidos,México, Honduras, Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Perú yVenezuela, y vincula a profesores y alumnos de pregrado y postgrado através de avanzadas redes de comunicación satelital. Cómo no señalarel mundo del entretenimiento. Un médico amigo de Barranquillamediante la virtualidad participa en un torneo mundial de dominódonde hay 36 mil participantes de los cinco continentes; noche a nochejuega dominó con coreanos, japoneses, norteamericanos, chilenos, espa-ñoles, etcétera.
En síntesis, «el fenómeno de la virtualidad está reconfigurandoun gran número de procesos económicos, sociales y culturales. Esto esparticularmente evidente al revisar las transformaciones en las nocionestradicionales de tiempo y espacio» (Wong-González, 1999:12).
Al respecto Ulrich Beck (1988) sostiene «que la globalizaciónha derrumbado una de las premisas fundamentales de la primera mo-dernidad, la idea de vivir y actuar en los espacios cerrados y recíproca-mente delimitados de los estados nacionales y de sus respectivas socieda-des nacionales; por ello la globalización estremece la imagen de espaciohomogéneo, cerrado, estanco y nacional-estatal».
«La virtualización de la economía ha propiciado implicacionesaltamente relevantes y transformadoras sobre la categoría espacio-terri-torio». Lo anterior ha suscitado la discusión en torno a las tendenciasrecientes en este campo. Este es el caso, en particular, sobre los procesosde desterritorialización-deslocalización y/o la reterritorialización-relocalizaciónde los fenómenos y actividades.
Lévy (1999), por ejemplo, sostiene que cuando una colectividad,un acto o una información se virtualizan, se desterritorializan, por lo
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cual ocurre una especie de desconexión del espacio físico o geográfico yde la temporalidad del calendario ordinario. Considera a la desterri-torialización como uno de los caminos regios de la virtualización. Refi-riéndose a la economía contemporánea, este autor apunta que ésta esuna economía de la desterritorialización o de la virtualización. Productode estos procesos mutantes –sugiere Jacques Attali–, al mismo tiempoel hombre se convertirá en portador de objetos nómadas y él mismo ennómada-objeto (Wong-González, 1999:13).
Pero, como ya lo señalamos, una de las características de laglobalización es su contradicción y perplejidad. Así como la virtua-lidad genera una tendencia de desterritorialización, simultáneamentese genera una tendencia de reterritorialización. Como ha manifestadoOctavio Ianni (1997:140), «el mundo se transforma en territorio detodo mundo. Todo se desterritorializa y reterritorializa».
Para Wong-González (1999:15), «Una de las expresiones delproceso de re-territorialización, manifestada como una de las grandesparadojas del mundo contemporáneo, es el redimensionamiento y larevalorización de la escala local-regional con la globalización, conside-ración que ha sido abordada desde distintas perspectivas. Peter Drucker(1994), en sus trabajos sobre la sociedad post-capitalista y del conoci-miento, sostiene que la globalización ha inducido la vuelta al tribalismo,en el sentido de la reivindicación de los niveles locales. Por su parte,John Naisbitt (1994) argumenta que mientras más grande y más inte-grada es la economía mundial, más importantes y fuertes son los actorespequeños. Relacionando esta tendencia con los avances tecnológicos,este autor argumenta que el e-mail genera localismos, al señalar que “laelectrónica nos convierte más tribales (locales) al mismo tiempo quenos globaliza” (Ibíd.: 20). Con el énfasis de la importancia de lo localen un mundo crecientemente global, y usando como ejemplo a la culturajaponesa, Naisbitt plantea que la mantra de la nueva era ‘pensarglobalmente, actuar localmente’, se ha invertido, pasando a ser ahora‘pensar localmente, actuar globalmente’».
Podríamos concluir diciendo, respecto a la globalización y la virtua-lización, como lo ha señalado Octavio Ianni (1997:141), «en el ámbito dela postmodernidad, se disuelven los espacios y los tiempos heredados de laIlustración, sedimentados en la geografía y en la historia [...] se multi-plican los espacios y los tiempos imaginarios, virtuales, simulacros».
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La globalización y virtualización económica, política, social ycultural ha abierto una enorme brecha entre los países más industriali-zados y modernos y el resto del mundo: En Estados Unidos, el 50% delos hogares disponen de conexión a Internet; en Europa, el mismo indi-cador llega al 23%, y en América Latina sólo a un 3%. En esta últimase destaca Chile en el primer lugar de conexión de la región con un10.1%, paralelamente su economía es una de las más sanas de Latino-américa, con un crecimiento superior cuatro veces al promedio de ésta.En Colombia, según el Dane, sólo hay 962.253 usuarios de Internet.
desarrollo regional, conocimiento y sistema productivo
Ciencia y Tecnología son conceptos claves cuando se habla de desarrolloregional. Representan el elemento central cuando una región piensaen su desarrollo económico. Según Helmsing (1999, citado por Boisier,2001), «dado el rápido cambio económico y tecnológico, las empresasnecesitan desarrollar una capacidad dinámica para renovar, aumentar oadaptar sus habilidades con objeto de mantener el rendimiento econó-mico. La innovación y el aprendizaje son centrales y envuelven la combi-nación de diversos conocimientos tecnológicos, organizacionales y demercado. Según Lawson y Lorenz (1999, citados por Boisier, 2001),tres cuestiones básicas en el aprendizaje organizacional son: a) el apren-dizaje depende de compartir conocimiento; b) el nuevo conocimientodepende de la combinación de diversos conocimientos; c) existe inerciaorganizacional. Camagni, por su lado, argumenta que la incertidumbreyace en el corazón del problema de la innovación».
Boisier (2000) advierte a los países, regiones, ciudades y organi-zaciones que por ley se debe ser competitivo o desaparecer, y perderpara las entidades territoriales, como lo prueba la historia, es igual amorir. Las ventajas competitivas son los verdaderos motores del desa-rrollo y no las ventajas comparativas basadas en la explotación de re-cursos naturales, como se pensaba tradicionalmente. Los buenos nego-cios, anota Rosales (1991, citado por Boisier, 2001), se construyen apartir del conocimiento y de la innovación, y este conocimiento sefundamenta en la actividad científica, tecnológica, al servicio de loque Porter denomina el núcleo duro de la competitividad: La produc-tividad.
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La literatura anglosajona ha acuñado el concepto de learning region(región que aprende, región erudita, región informada), y destaca queen la sociedad del conocimiento se requiere un nuevo tipo de región.Richard Florida (1995: 257-536, citado por Boisier, 2001), sostiene:«La nueva era del capitalismo requiere una nueva clase de región [...]Las regiones deben adoptar los principios de la creación de conocimientoy del aprendizaje continuo; deben ser de hecho ‘learning regions’».
Según Boisier (2001), para construir estas regiones que aprenden,la escasa investigación que se ha realizado en América Latina ha señaladolas siguientes conclusiones: «a) la importancia de las redes locales defirmas e industrias y su impacto en la innovación regional; b) el papelde los gobiernos locales y de las organizaciones cuasi-gubernamentales(tales como consorcios de investigación mixtos, públicos y privados)como condición necesaria para llevar a cabo una innovación continuade producto; c) las learning regions requieren de un conjunto deinfraestructuras que puedan facilitar el flujo de conocimiento, ideas yaprendizaje. Sin embargo, facilidades físicas tales como “parques cien-tíficos” e “incubadoras universitarias” per se no conducirán a un desa-rrollo tecnológicamente basado, como tampoco lo harán los inductorestradicionales a la inversión industrial, tales como suelo gratis, desarrollode parques industriales o franquicias tributarias. Los especialistas pare-cen concordar en que para atraer inversión al desarrollo tecnológicoavanzado, la “infraestructura blanda”, básicamente del tipo institu-tional building, es más importante que la “infraestructura pesada” ofísica».
región inteligente
Otro concepto que está ganando adeptos entre los interesados en eltema regional, desde la perspectiva de la economía, es el de RegiónInteligente. Según Boisier (2001:31), «Una organización que aprendees una organización experta en crear, adquirir y transmitir conocimiento,y en modificar su conducta para adaptarse a esa nuevas ideas yconocimiento». Y agrega que una organización que aprende es expertaen cinco actividades principales: en resolución sistemática de conflictos,experimentación de nuevos enfoques, aprovechamiento de su propiaexperiencia y pasado para aprender, aprender de las experiencias y
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prácticas más apropiadas de otras organizaciones, y en transmitir rápiday eficazmente el conocimiento a todo lo largo de la organización2.
A partir de estos elementos se puede tener un cuerpo cognitivoque permita hacer una reflexión alternativa del proceso de desarrollode la región Caribe, y definir conceptualmente la región «como unconjunto de partes coordinadas y en interacción para alcanzar un conjun-to de objetivos o también como un grupo de partes u objetos que inte-ractúan y que forman un todo o que se encuentran bajo la influencia defuerzas en alguna relación definida» (Johansen, 1997:54, citado porBoisier, 2001).
A partir de esta definición, Boisier (2001: 62-63) plantea que elanálisis del desarrollo regional está compuesto por tres nuevos esce-narios:
«a.El escenario contextual, que se construye permanentemente apartir de la intersección de dos importantes procesos contemporá-neos, económico uno, apertura externa, y político otro, aperturainterna. A su vez, la apertura comercial externa de países y regioneses empujada por la multidimensional globalización, expresiónconcreta, funcional y geográfica del nuevo capitalismotecnológico, en tanto que la apertura interna de países y regioneses empujada por la descentralización. Cabe notar que hay una fuerteretroalimentación entre ambas formas de apertura, ya que no esposible ser competitivo con estructuras decisionales centralizadas.
b. El segundo escenario, denominado escenario estratégico, estásiendo construido también mediante dos procesos: nuevasmodalidades de configuración territorial, que generan una geografíapolítica con componentes virtuales dictada por la lógica delsistema más que por el voluntarismo del Estado, y nuevas moda-lidades de gestión territorial, que introducen en el plano de lagestión de los gobiernos locales criterios políticos para modificar
2 Imposible ocultar un sentimiento de frustración personal al recordar cuántas veces esteautor ha tratado infructuosamente de llevar al terreno de la gestión regional, en particularen algunos gobiernos regionales, estas ideas. Sólo queda el consuelo del concepto de «fracasofructífero» frente a «éxitos efímeros».
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las situaciones de dominación / dependencia y criterios empre-sariales (principalmente la planificación estratégica) paraaumentar la eficiencia del gobierno.
c. Y por último el escenario político, construido a partir del procesode modernización del Estado, entendida ésta desde el particularángulo de su capacidad (hoy inexistente en América Latina) dehacer conducción territorial tanto como conducción política y apartir de la necesidad de reinventar los gobiernos territorialespara que puedan asumir sus nuevas funciones como conductor(político) y animador (social)».
el caribe colombiano y el desarrollo regional
Esta breve mirada conceptual sobre el tema de desarrollo regional tuvocomo finalidad demostrar que ya la continuidad geográfica, histórica ycultural no es la única manera de analizar la región, ni tampoco laúnica forma de organización de las actividades económicas y de la vidasociocultural. Hoy, la electrónica, la informática, las redes y espaciosde flujos son nuevos elementos vitales para pensar la región desde unaperspectiva más técnica, espacial y flexible.
Al respecto Boisier (1993, citado por Wong-González, 1999)destaca la obsolescencia de algunos conceptos ligados a la definiciónpráctica de regiones y regionalización: distancia, fricción del espacio ycontigüidad. Por otro lado, este autor señala tres requisitos indispen-sables de toda región «moderna» (¿o «post-moderna»?): la flexibilidad,la elasticidad y la colapsibilidad. El propósito de poseer estas caracterís-ticas es contrarrestar la estructura rígida tradicional de las regiones. Laprimera se refiere a aspectos normativos que permiten la asociaciónterritorial a partir de la voluntad política de las partes, y las dos últimas,a sus condiciones estructurales, que permiten a las regiones adaptarseal entorno, ya sea absorbiendo elementos exógenos o adecuando sutamaño a las condiciones del medio.
Desde hace más de 20 años los intelectuales del Caribe colom-biano han pretendido reivindicar el desarrollo de su región. Pero si serevisa la literatura pertinente, puede observarse que los ensayos publi-cados, la realización de importantes eventos de reflexión, los seminarios
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de académicos, los encuentros políticos no han generado un conocimien-to acerca de la causalidad de los procesos de cambio social en el territorio,y también han sido muy pobres respecto a crear procedimientos quepermitan que la propia comunidad territorial sea el agente endógenodel cambio con capacidad para generar propuestas coherentes con elmundo actual y ser capaz de llevarlas a cabo. Haciendo nuestras laspalabras de Boisier, no hemos sido capaces de crear un sujeto colectivoregional.
En primer lugar, la mirada a la región Caribe no ha podido superarlas visiones generales de ciertas personalidades históricas de AméricaLatina, que cada década ponen de moda ciertos conceptos, como loseñala el cuadro 1:
CUADRO 1
conceptos claves en las políticas regionales por períodos históricosen américa latina
1950/60Infraestructura como condición del crecimiento económico regional
1960/70Atracción de actividades externas, polos de desarrollo, base exportadora
1970/80Desarrollo endógeno, PyMES, competencias (habilidades y atribuciones)
locales
1980/90Innovación, difusión de tecnología, medios innovadores
1990/2000Conocimiento, factores intangibles, aprendizaje colectivo
2000/2010Capital relacional, interconexión, cultura local, e-trabajo
Fuente: CAMAGNI, R., Rationale, principles and issues for development policies in an era ofglobalisation and localization: spatial perspectives. Paper presented at the Seminar on «Spatialdevelopment policies and territorial governance in an era of globalisation and localization»,París, OECD, april, 2000.
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En segundo lugar, dos líneas han prevalecido en el discursoregional: a) Centrarse en el estudio de los orígenes de la cultura caribey los procesos de identidad, que indudablemente es muy necesario paraenfrentar el presente y visualizar el futuro; sin embargo, genera unefecto perverso cuando sólo sirve para recrear un conocimiento y perpe-tuar una visión de la región, como dice Posada, que se resume en unprovincialismo romántico que muchas veces sólo ha servido para man-tener algunos privilegios; y b) una gran cantidad de estudios de diag-nóstico de diversos sectores de la vida de la región que indican perma-nentemente nuestro atraso, no sólo en comparación con lo global sinoincluso en el ámbito del Estado-Nación.
Aunque el centralismo es una realidad en Colombia, como tam-bién los problemas de violencia política, narcotráfico y otros elemen-tos de la vida social, éstos no son suficientes para explicar lo que nosocurre como región.
Lo que se pretende intentar con este trabajo es demostrar que,partiendo de los principios de la Hipótesis del Atraso Cultural deOgburn, la causa más importante del retraso de la Costa Caribe sedebe a que –a pesar de las grandes transformaciones en el mundo– noha podido superar su condición de sociedad tradicional, y aunque existencomponentes materiales propios de la modernización y la globalización,los elementos inmateriales de su cultura persisten en mantener modelosadaptativos tradicionales, lo cual genera un desajuste que indudable-mente genera un atraso cultural.
Todo esto nos lleva a concluir que cualquier examen que hagamosregión implica romper con los modelos mentales de tipo estrictamentegeográfico y aceptar que la globalización nos exige la suficiente ima-ginación, lo cual incluye la integración económica de grandes zonas decomercio mundial, el surgimiento de regiones económicas transnacio-nales y las nuevas relaciones que se generan entre la dimensión geográficay la virtualidad.
Para fundamentar esta hipótesis utilizaremos una taxonomíasociológica, aunque ésta no es tan precisa como en Psicología y Medi-cina, y a riesgo de caer en una extrema simplificación. Gino Germani(1969, citado por Padua, 1979) ha descrito los tipos de sociedades quese producen al considerar tres principios básicos de la estructura social:
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1) El tipo de acción social; 2) La actitud hacia el cambio, y 3) El gradode especialización de las instituciones.
El cuadro 2 (ver página 22) sistematiza una tipología entre so-ciedad tradicional y moderna que nos puede ser útil para justificarconceptualmente la hipótesis del Atraso Cultural de la región Caribe,donde, aunque conviven muchos rasgos de modernización y elementosmateriales de la cultura global, culturalmente hay una fuerza muygrande que pretende mantener formas inmateriales de una cultura tra-dicional. De acuerdo con Ogburn, cuando los cambios no son producidosy asumidos por una cultura, llegan y nos arrasan; es decir, en lugar designificar progreso general, contribuyen a profundizar nuestro atraso.
Si se evalúa cada sector de esta taxonomía de los problemas queaquejan la región Caribe, se advierte que éstos no sólo tienen que vercon la autonomía y eficiencia de los gobiernos regionales, ni con latransferencia de recursos a las regiones y municipios o con la creaciónde incentivos atractivos para el crecimiento de la región, ni con ellogro de ventajas comparativas para la inversión. Es importante sumarotros elementos del sistema que resultan más estructurales, y que si lacosta Caribe colombiana no los supera, difícilmente podremos aspirara un destino mejor. Aunque los argumentos económicos son necesariospara entender el porqué de nuestro atraso, la óptica económica no puedeser la única con que se analice este problema, porque, como se puedeobservar en la taxonomía sociológica presentada, junto a lo económicoy político existen elementos sociológicos, culturales, ambientales ypsicológicos que no sólo nos sirven de fundamento para explicar quénos pasa sino también para diseñar políticas públicas.
El programa «Colombia Compite» distingue ocho sectores clavespara que el país mejore su competitividad: trabajo, transporte, telecomu-nicaciones, internacionalización, capital humano, ciencia y tecnología,energía y gas, finanzas y gerencia. Sin embargo, estos sectores sonprácticamente imposibles de mejorar en la región Caribe mientras nohaya una inversión significativa en desarrollo humano.
inversión en el desarrollo humano de la región caribe
La deuda social más grande de la región ha sido la falta de voluntad delsubsistema político para desarrollar políticas sociales dirigidas a mejorar
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aspectos estructurales de la vida social en que están inmersos los habi-tantes del Caribe. La condición de pobreza y miseria en que viven másdel 50% de la población del Caribe, el alto desempleo, el no reconoci-miento de los derechos humanos fundamentales para una existenciadigna atentan contra toda posibilidad de un ajuste cultural.
Con excepción de Barranquilla, tenemos las tasas más altas demortalidad de menores de cinco años. Según estudios del Centro deInvestigaciones en Desarrollo Humano de la Universidad del Norte–CIDHUM– la desnutrición, la deshidratación producida por la diarreaaguda y las enfermedades infecciosas evitables con inmunizacionesoportunas son las causas principales de la mortalidad en la poblacióninfantil de la región.
En otro estudio realizado por el CIDHUM (1999) se encontró queen los departamentos del Magdalena, Sucre, Cesar y Guajira el 27% delos niños presenta daños estructurales en su capacidad cerebral decarácter irreversible por causas asociadas a la malnutrición. Por esto,cuando hablamos de competitividad y sociedad del conocimiento, para3 de cada 10 niños de la Costa carece de sentido, ya que la mayoría deellos cuando sean adultos no tendrán capacidad ni siquiera de producirpara su propio sostenimiento.
Si no logramos asegurar la posibilidad de que nuestros habitanteslogren el desarrollo de su potencial, difícilmente podremos aspirar acambios en nuestra condición de atraso.
Las situaciones de pobreza en que se debaten amplios sectores dela población obliga a una reflexión más profunda sobre este dramáticoproblema. Aunque la pobreza no es un problema exclusivo de loshabitantes de la región Caribe, no podemos hacer ningún análisis serioque no considere que es el principal asunto que debemos superar. Dehecho, en esta sociedad altamente competitiva, la región no tiene opciónposible cuando más de la mitad de sus habitantes ni siquiera tienenuna nutrición adecuada.
La magnitud real y localización de los grupos sociales económi-camente más desfavorecidos del Caribe colombiano han sido estudiadosampliamente, pero las políticas sociales para cambiar esta situaciónbrillan por su ausencia.
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Pero no sólo nutrición y salud muestran indicadores graves dedeterioro de de los habitantes de la región Caribe. También tenemos laeducación de peor calidad del país. El Observatorio de la Calidad de laEducación del Instituto de Estudios Superiores en Educación de laUniversidad del Norte entregó un análisis de los indicadores de cober-tura, calidad e inversión (1995 – 2000) que muestra claramente quecuando en el mundo se habla de Sociedad del Conocimiento, el 33% de losniños del Caribe entre 3 y 17 años se encuentra por fuera del sistemaeducativo, y la educación secundaria sólo cubre al 51% de los jóvenesentre 12 y 17 años. Igualmente, cuando se analizan factores de calidaddel sistema como los resultados de las pruebas TIMSS en matemáticas delos grados 7° y 8°, se comprueba que Colombia obtuvo el penúltimolugar en rendimiento entre 42 países, y la costa Caribe presentó elrendimiento más bajo a nivel nacional.
A pesar del conflicto armado y la violencia política y social, quehan producido una destrucción masiva, la región Caribe tiene la obli-gación de analizar no sólo su crecimiento sino también implementarun ajuste social que implique significativas inversiones en desarrollohumano dirigidas especialmente a los más vulnerables: los niños y losjóvenes.
La equidad y la justicia dependen de muchos factores, pero enúltima instancia de los gobiernos. Estos son los que en definitiva per-miten o prohíben y son los que pueden generar las oportunidades quehasta ahora han sido negadas a una amplia franja de personas ubicadasen el rango de pobreza.
Si no se invierte en desarrollo humano, difícilmente podemossalir de nuestra condición de atraso cultural, como precisa Ogburn.
¿Cómo intentar la construcción de una región moderna que nole tema a la globalización cuando la mayoría de nuestra población estásometida a condiciones de vida de miseria, educándose en escuelas inade-cuadas, creciendo en viviendas precarias ubicadas en el seno de comuni-dades deprivadas, criándose en hogares que carecen de modelos paternosde éxito y realización, aprendiendo que son pocos los niveles adecuadosa los que pueden aspirar con razonables posibilidades de éxito, dondecualquier intento por mejorar choca con el muro de la pobreza? Así enmuchas ciudades de América Latina encontramos varios niños, jóvenesy adultos en la puerta de un cajero automático, ajenos totalmente a
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este símbolo material de la globalización, solicitando una limosna comoúnica alternativa para su sobrevivencia. Este es un ejemplo del desajustecultural del que nos habla Ogburn, pues muestra que los elementosmateriales de la cultura se van incorporando a la sociedad, mientrasque los elementos inmateriales permanecen distantes de la mayoría desus habitantes.
Es muy probable que si no se crea una amplia cadena regional desolidaridad y compromiso por el bien común, que supere las condicionesinfrahumanas en que vive más de la mitad de la población, nuestrosproblemas seguirán creciendo. Estas personas no pueden esperar unnuevo siglo para tener un mejor destino. Este problema requiere unasolución urgente.
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