La concepción de Leibniz de que todo se pliega, se despliega y se repliega nos
permitirá reflexionar acerca de algunos elementos del espacio geográfico ante
el cual se levanta, como absoluta diferencia, el alma humana, entendida como
una “mónada” sin puertas ni ventanas, que debe esforzarse para obtener sus
percepciones más logradas de un oscuro fondo con el cual convive y mora; las
restricciones en la captación de la realidad originan un “dispositivo alma”
“plegado o con pliegues oscuros”.