La contribución de los Archivos Estatales a la recuperación de los bienes culturales de la fragata Nuestra Señora de las MercedesSeveriano Hernández Vicente. Subdirector General de los Archivos EstatalesTeresa Engenios Martín. Jefa del Servicio de Coordinación Archivística (SGAAEE)
La recuperación del pecio de la fragata Mercedes ha supuesto un hito en la defensa del patrimonio histórico
español. Más allá del valor material de las monedas recuperadas, significa una revalorización de nuestro
patrimonio cultural subacuático y una llamada de atención hacia la necesidad de protegerlo y conservarlo para
disfrute de generaciones futuras. Sin duda alguna, una de las claves del éxito ha sido la colaboración entre las
instituciones.
En lo que atañe a los archivos, la importancia del patrimonio documental español, reconocida
internacionalmente, ha quedado de nuevo sobradamente demostrada. Las pruebas documentales aportadas por
el Ministerio de Cultura de entonces a partir de los documentos conservados en archivos históricos españoles, 431
tanto los que gestiona en la actualidad la Secretaría de Estado de Cultura como los de la Armada, fueron absolutamente determinantes para acreditar la identidad del buque hundido y la inmunidad soberana del Estado español sobre el pecio rescatado frente a los derechos reclamados por la compañía Odyssey Marine Exploration.
Un primer rastreo por diferentes archivos históricos permitió reunir pruebas suficientes para defender los intereses del Estado, pero esto no era más que la punta de un gran iceberg. Posteriormente se ha continuado buceando entre los fondos documentales de los Archivos Estatales para reconstruir el último viaje de la fragata Mercedes, valorar el alcance que el suceso tuvo en la política internacional española de principios del siglo xix y sacar a la luz los dramas familiares y las historias y avatares de algunos de sus protagonistas.
La Subdirección General de los Archivos Estatales consideró que era un tema que merecía un capítulo señalado y abordó el proyecto de recuperar las fuentes documentales conservadas en los Archivos Estatales sobre el tema, digitalizando e incluyendo las descripciones de los documentos dentro del Portal de Archivos Españoles (PARES). Son más de 400 documentos, con cerca de 5000 imágenes digitales, puestos en Internet a disposición de quienes deseen conocerlos. En este proyecto han estado implicados los archiveros del Archivo General de Indias, del Archivo General de Simancas, del Archivo Histórico Nacional, del Archivo General de la Administración y los de la propia Subdirección General de los Archivos Estatales. Todos ellos, así como el resto de técnicos de los archivos que han participado en este proyecto, merecen nuestro agradecimiento público por el trabajo realizado.
Archivo General de Indias. Sevilla
Galerías de la planta superior
432
No se trata ahora de detenernos en los pormenores técnicos, ni tampoco de hacer una relación detallada de los documentos, pero sí resulta obligado hacer un breve repaso de los principales fondos y una aproximación a los documentos más relevantes, algunos de los cuales se pueden disfrutar en la exposición de la que es complemento este catálogo y, el resto, en el sitio web creado a tal efecto o en el Portal de Archivos Españoles (PARES).
Las órdenes de recaudación de caudales y el cargamento de la fragata Mercedes en el Archivo General de Indias
A comienzos del siglo xix España estaba inmersa en la segunda guerra de coalición como aliada de Francia y enfrentada a las potencias europeas que intentaban frenar la política expansionista de Napoleón. Por el Tratado de San Ildefonso1, España había establecido una alianza militar ofensiva y defensiva con la República francesa para actuar de manera conjunta frente a Gran Bretaña. Como consecuencia de las continuas guerras, el tráfico marítimo con los territorios de ultramar había quedado interrumpido y el erario público estaba absolutamente diezmado.
La firma del Tratado de paz de Amiens2 en marzo de 1802 parecía abrir un periodo de paz que permitiría restablecer el comercio con América y reanudar las remesas de caudales, pero la ruptura de este periodo de paz entre Francia y Gran Bretaña no tardaría en llegar, pues en mayo de 1803 estalló de nuevo el conflicto entre ambas potencias. La Corona española intentó mantener una posición neutral frente a Gran Bretaña e incluso firmó, en octubre de 1803, un nuevo convenio con Francia por el que se comprometía a pagar un cuantioso subsidio anual a cambio de anular las obligaciones militares contraídas por el Tratado de San Ildefonso3. Este acuerdo no hizo sino incrementar las necesidades del erario público y la urgencia en recibir los caudales.
En septiembre de 1802 el primer ministro Manuel Godoy exponía al secretario de Estado de Marina la necesidad de
Manuel Godoy, Príncipe de la Paz
Antonio Carnicero Manzio1796-1801Museo Nacional del Romanticismo. Madrid
Tratado de Alianza ofensiva y defensiva entre su Majestad católica y la República Francesa
San Ildefonso, 18 de agosto de 1796Archivo Histórico Nacional. Madrid
433
emplear buques de la Armada Española para enviar azogue y otros efectos de la Real Hacienda a los virreinatos
americanos y traer a su regreso los caudales que estaban allí retenidos. Poco después, el 16 de octubre de 1802,
la Secretaría de Estado y de Despacho de Hacienda trasladaba a los virreyes de Perú, Nueva España y Río de la
Plata la orden de reunir todos los caudales que fuese posible para cubrir las necesidades del erario público. La
maquinaria del Estado se puso en marcha para enviar a Perú tres fragatas de guerra: Asunción, Nuestra Señora
de las Mercedes y Santa Clara.
En esta misión estaban implicadas dos Secretarías de Estado y del Despacho: la de Hacienda, a cargo de Miguel
Cayetano Soler, que tenía encomendada la recaudación de la mayor cantidad de dinero posible para el erario
público, y la Secretaría de Estado de Marina, de la mano de Domingo Pérez de Grandallana, que asumiría la
formación de la escuadra encargada de conducir los caudales hasta Cádiz. Ambos departamentos mantuvieron,
en paralelo, una abundante correspondencia con los virreyes de Perú y Buenos Aires: el marqués de Avilés y el
marqués de Sobremonte. Esta documentación resulta clave para poder reconstruir el viaje y conocer al detalle el
cargamento de las fragatas.
El Archivo General de Indias fue creado en 1781 por una orden de Carlos III para reunir la documentación
relativa a la administración de los territorios ultramarinos. Dentro de las llamadas «Secciones de Gobierno» de las
Audiencias de Lima y Buenos Aires se conserva, entre otras, la correspondencia cruzada entre los secretarios de
Estado y del Despacho de Hacienda y los virreyes de Perú y Buenos Aires.
En ella se encuentran las minutas o borradores de las Reales Órdenes que se mandaban desde la Península y
las contestaciones originales que enviaban los virreyes desde ultramar. Para garantizar que las cartas llegaran a
sus destinatarios, se realizaban varios ejemplares originales, enviados a través de diferentes correos marítimos.
El primer ejemplar que llegaba era el que se utilizaba para la tramitación y el resto de ejemplares se agrupaban
formando un apartado de duplicados, todo ello perfectamente ordenado e indexado de manera que se puede
seguir la secuencia documental con bastante facilidad.
En cuanto a la documentación generada por la Secretaría de Estado y del Despacho de Marina, nunca fue
enviada al Archivo General de Indias y debe localizarse en el Archivo General de la Marina Española Álvaro
de Bazán, creado en 1948 como archivo histórico de la Armada. En este archivo ingresaron, según los datos
contenidos en el Censo-Guía de Archivos de España e Iberoamérica, alrededor de 2800 legajos comprendidos
entre 1604 y 1936, procedentes del Archivo del Departamento Marítimo de Cádiz, que afortunadamente se
salvaron del desgraciado incendio que asoló el archivo gaditano en el año 1976. Esta misma procedencia tienen
los documentos de la Secretaría de Estado de Marina que se encuentran en la Real Academia de la Historia,
formando parte de la colección Juan Pérez de Guzmán y Gayo, algunos de los cuales fueron presentados como
pruebas documentales en el litigio de la fragata Mercedes4.
• Las órdenes de recaudación de caudales a los virreinatos
La primera de las órdenes que dirigió Miguel Cayetano Soler al marqués de Avilés, virrey de Perú, está fechada
el 16 de octubre de 1802 y fue una orden conjunta para los virreinatos de Perú, Buenos Aires y Nueva España5.
En una segunda orden, de 30 de noviembre de ese mismo año, ya se anunciaba la preparación de las fragatas
Asunción, Mercedes y Clara, que se reiteró en otra de 9 de febrero de 1803.
Sin embargo, el 7 de junio de 1803, debido a la nueva declaración de guerra entre Francia y Gran Bretaña, se
detuvo la salida de las naves. Finalmente, el 31 de julio de 1803 se autorizó definitivamente la salida de las
fragatas desde el puerto del Callao hasta Montevideo, para unirse a la división que, al mando del general José 434
Bustamante, debería conducirlas hasta Cádiz6. Estas cuatro órdenes se conservan en el Archivo General de Indias junto con las enviadas a los jueces de arribadas de Cádiz y A Coruña para la preparación de las fragatas7 junto con la orden del secretario de Estado de Marina autorizando la salida de las fragatas hacia Montevideo8.
Por otro lado se encuentran las contestaciones del virrey de Perú al ministro de Hacienda9 y los duplicados de estas cartas10. Las cartas van numeradas y precedidas de un índice y contienen la respuesta del marqués de Avilés a las órdenes anteriormente mencionadas. También incluyen los avisos de la llegada de las fragatas al puerto del Callao el 23 de julio de 1803 y de la partida hacia Montevideo el 3 de abril de 1804.
Simultáneamente, el secretario de Estado de Marina, Domingo Pérez de Grandallana y Sierra, cursaba las órdenes relativas a la dotación y salida de las fragatas y a la formación de la división que estaba al mando del general José Bustamante y Guerra en Montevideo. Del mismo modo el virrey mantenía informado a Grandallana.
También se han conservado otros documentos, como los informes que dirigió el marqués de Sobremonte, virrey del Río de la Plata, a Miguel Cayetano Soler y a Domingo de Grandallana anunciándoles la salida de Montevideo hacia la Península el 27 de junio de 1804. La primera de esas comunicaciones la podemos encontrar en el Archivo General de Indias11 y, la segunda, en la Real Academia de la Historia12. Esta última fue la presentada como prueba en el litigio.
• El cargamento de la fragata Mercedes
El otro asunto fundamental que nos encontramos documentado en el Archivo General de Indias es el referido al cargamento de la fragata Mercedes. El registro de los caudales y de la carga se encuentra en el Libro Manual, en el Libro Mayor de Real Hacienda13 y en las cartas con número 269 a 278 remitidas por el marqués de Avilés a la Secretaría de Estado de Hacienda14. Estos nueve despachos son de especial relevancia porque dan cuenta de manera detallada de la carga que llevaban las fragatas Asunción, Mercedes y Clara a su salida del puerto del Callao.
De especial interés resulta la carta número 276, porque en ella se adjunta el «Estado de caudales, frutos y efectos que bajo de registro conduce la fragata de guerra nombrada Mercedes». Está fechado el 28 de marzo de 1804 y fue un documento fundamental para demostrar que el pecio extraído del fondo del mar por la compañía Odyssey pertenecía a la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, un buque de la Armada española hundido el 5 de octubre de 1804 frente al cabo de Santa María, en el Algarve portugués.
En el Estado de caudales aparecían detalladas las cantidades de plata y oro que llevaba la fragata —tanto en moneda, reales de a ocho, como en pasta de cada metal—, las cantidades pertenecientes al rey y las de los particulares. Recogía, además, otros productos que se habían cargado en la fragata, como barras de estaño y cobre y dos cañones de bronce inútiles, así como otros frutos, tales como cascarilla de Loja (Ecuador), lana de vicuña, un palo de sauce petrificado, cacao o extracto de ratania.
El Estado de Caudales del Archivo General de Indias sirvió de apoyo documental en buena parte de los testimonios aportados en el juicio y especialmente en el de Carmen Marcos, en su día jefe del Departamento de Numismática del Museo Arqueológico Nacional y en la actualidad subdirectora del museo. Teniendo como base este documento, pudo demostrar que las monedas extraídas por Odyssey únicamente podían pertenecer a la fragata Mercedes por su cantidad, las fechas en las que habrían sido emitidas (principalmente entre 1790 y 1800, nunca posteriores a 1804) y haber sido acuñadas en la ceca o fábrica de moneda de Lima. Pero, además, se daba la coincidencia de que otros objetos relacionados en el Estado de caudales se correspondían con las fotografías
435
Partida de registro n.º 4 a nombre de Francisco Romero, de cinco cajones forrados de cuero con 502 libras de extracto de ratania, para entregar a Hipólito Ruiz, primer profesor de la Real Expedición Botánica a Perú
Lima, 13 de marzo de 1804 Archivo General de Indias. Sevilla
436
Estado de los caudales, frutos y efectos que bajo de rexistro conduce la fragata de guerra nombrada Mercedes, su maestre don Vicente Antonio de Murrieta, con destino a Cádiz
Lima, 28 de marzo de 1804 Archivo General de Indias. Sevilla
y vídeos del fondo del mar que habían sido grabados por Odyssey,
principalmente las barras de estaño y cobre y los cañones de bronce
inservibles, identificados como culebrinas. Todas estas pruebas, junto con
la documentación relativa a la fragata Nuestra Señora de las Mercedes
aportada por el Museo Naval, permitieron la recuperación del pecio y su
regreso a España el 25 de febrero de 201215.
Continuando con la documentación del Archivo General de Indias,
debemos reparar en los duplicados de las cartas 269 a 278, relativas a
la carga, pues, dado el enorme volumen que ocupaban los Registros de
la Real Aduana de Lima que acompañaban a dichas cartas, se decidió
archivarlos con los duplicados y no en el expediente principal16.
Cada registro contiene un índice de todos los caudales o frutos
embarcados y un asiento individualizado de las partidas de los particulares
con el correspondiente pago de la tasa de aduana. Las partidas del
registro tienen enorme interés, pues recogen información muy detallada
sobre la carga y el modo de transporte, pero también nos proporciona
datos de las personas que hicieron la entrega en el Callao y los nombres
de quienes debían recibirla en Cádiz.
Podemos mencionar, entre otras, las partidas de cajones de cascarilla de Loja
realizadas a nombre de diferentes oficiales de la Armada; una partida de
extracto de ratania a cargo de don Hipólito Ruiz, jefe de la Real Expedición
Botánica al Perú y Chile17; otra partida de cacao; partidas como las de los
comandantes Tomás de Ugarte y José de Goycoa que incluían cubiertos de
plata labrada18; otras, como la de María Josefa San Javier, que contenía tarros
de conserva, un frasco de agua y pastillas de olor y una petaquita19, e incluso
algunas que relacionan objetos de oro, como un almirez20 o un tejo de oro,
similar a un lingote, a nombre de Lorenzo Robledo21.
Finalmente, hay que hacer mención a otros dos «Estados de caudales,
frutos y efectos» que relacionan la carga de las tres fragatas de guerra
procedentes del Callao —Asunción, Mercedes y Clara—, a las que se
añadió la de la fragata Fama, procedente de Montevideo, y las de otras
seis naves comerciales22. En una nota al pie se indicó que la carga de la
fragata Asunción fue trasladada en Montevideo a la fragata Medea por
imposibilidad de aquella de continuar el viaje.
El hundimiento de la fragata y sus consecuencias a través de
los documentos del Archivo General de Simancas y del Archivo
Histórico Nacional
Tal y como sabemos, en la mañana del 5 de octubre de 1804, cuando la
escuadra española comandada por don José Bustamante y Guerra estaba
próxima al cabo de Santa María, las fragatas Medea, Mercedes, Clara y
Dibujo original de Krameria triandra (ratania)
Expedición Botánica al Virreinato del Perú dirigida por Hipólito RuizReal Jardín Botánico. Madrid
437
Fama fueron alcanzadas por otras cuatro fragatas de la Marina inglesa:
Indefatigable, Lively, Amphion y Medusa. Tras la negativa del general
Bustamante a rendirse y entregar los caudales que llevaban con destino
a Cádiz, se inició el combate y la fragata Mercedes, después de recibir
un impacto de bala de cañón en la santabárbara, saltó por los aires,
perdiéndose en el fondo del mar la nave, los caudales y la vida de doscientas
cuarenta y nueve personas.
Tras el hundimiento, el resto de las fragatas fueron apresadas y
conducidas a los puertos ingleses de Plymouth y Portsmouth. Los oficiales
y la tripulación quedaron retenidos en las naves a causa de la epidemia
declarada a bordo, hasta que finalmente fueron liberados y confiscada la
carga, posteriormente enviada al Banco de Londres.
Los detalles del combate y de la llegada de las naves a los puertos
ingleses, las conversaciones con las autoridades británicas y las
consecuencias inmediatas que tuvo el hundimiento de la fragata se
pueden conocer a través de los documentos que se conservan en el
Archivo General de Simancas y en el Archivo Histórico Nacional. Se trata
fundamentalmente de la documentación que cruzaron el embajador de
España en Inglaterra, José de Anduaga y Garimberti, y el secretario de
Estado y del Despacho, Pedro de Ceballos.
En el Archivo General de Simancas se conserva el fondo documental de
la Embajada de España en Londres de aquel periodo, que
tiene especial interés para conocer el momento de la llegada
de las fragatas a Inglaterra. En el Archivo Histórico Nacional
se encuentran los documentos que llegaron a la Secretaría
de Estado y fueron los utilizados como antecedentes en la
resolución de las reclamaciones de presas de 1804 y 1805,
resueltas a partir del convenio que firmaron España y Gran
Bretaña en 1828, del que hablaremos más adelante.
• Los documentos de la batalla
Dentro de la «Sección Estado» del Archivo General de Simancas se
localizan los documentos que dan testimonio de primera mano del
momento del ataque y el hundimiento de la fragata Mercedes. Estos
testimonios, junto con el Diario de Diego de Alvear23, comandante
de la fragata Medea y segundo jefe de la escuadra, y las memorias del
general Tomás de Iriarte24, son fuentes imprescindibles para conocer con
detalle las circunstancias del combate, el hundimiento de la Mercedes y
el apresamiento del resto de las naves.
Se conservan dos cartas manuscritas de Miguel de Zapiaín, comandante
de la fragata Fama. Una de ellas lleva su firma original y está fechada
Relación de lo acaecido a las cuatro Fragatas de Guerra españolas al mando de D. José Bustamante y Guerra, jefe de escuadra de la Real Armada
Original del relato pormenorizado del ataque realizado por Miguel de Zapiaín, comandante de la fragata Fama18 de octubre de 1804Archivo General de Simancas. Valladolid
a bordo de la fragata británica Lively el 18 de octubre25. La
otra es una minuta que no tiene fecha ni firma26, pero se
corresponde con la conservada en la Real Academia de la
Historia27 fechada en Gosport el día 20 de octubre, uno de
los documentos aportados por el Estado en el litigio.
También se conserva en el Archivo General de
Simancas el memorial realizado por José Bustamante
Guerra, general de la Armada y jefe de la división
de las cuatro fragatas, el día 20 de octubre, un día
después de su llegada al puerto de Plymouth28. El
documento, con una temblorosa firma del general
Bustamante debido a su mal estado de salud, iba
dirigido al embajador de España en Londres,
José de Anduaga y Garimberti y se acompañaba
de un «Estado de los caudales y frutos» que
llevaban las fragatas.
Otro ejemplar del memorial de Bustamante fue remitido al
secretario de Marina, Domingo de Grandallana. Este documento se
conserva en la Real Academia de la Historia29 y fue también presentado
en el litigio. A pesar de estar datados en el mismo día, sabemos que
este último es posterior porque, mientras en el dirigido al embajador
Anduaga dice desconocer cuál ha sido el destino de la fragata Fama,
en este último indica que acaba de conocer por la Gaceta de Londres
que la Fama había sido también apresada y conducida al puerto de
Portsmouth. En cuanto al «Estado de caudales» que acompaña a ambos
documentos, el dirigido a Anduaga va firmado por Diego de Alvear el
destinado a Grandallana por José Bustamante. Ambos son idénticos en
las cantidades que detallan, sin embargo no coinciden exactamente con
el Estado de caudales realizado en la Aduana de Lima en el momento de
la salida, conservado en el Archivo General de Indias30.
Del general José Bustamante también se guardan, entre otros, el
borrador de una carta dirigida al embajador Anduaga instándole a
solicitar de nuevo al ministerio británico el reintegro de las cajas de
soldadas31 y los apuntes, con cinco apartados, mediante los que se
solicitaba el pago de las soldadas32.
• Las reclamaciones de las cajas de soldadas
Buena parte de la documentación que se conserva en estos legajos
tiene que ver con las peticiones y reclamaciones que realizaron los
oficiales y la tripulación, que, en la mayoría de los casos, no concierne
solo a sus salarios, sino también a los bienes personales con los que
regresaban a España. Entre todos ellos, además de la petición del
Memorial del viaje, combate y apresamiento de las cuatro fragatas
ManuscritoJosé Bustamante, general y jefe de la divisiónPlymouth, 20 de octubre de 1804Archivo General de Simancas. Valladolid
439
general Diego de Alvear33, se puede destacar la apelación de Pedro
Masdeu Zini, brigadier que regresaba a España en la fragata Fama tras
embarcar en Manila con toda su familia. Conocemos esta reclamación
a través de la carta que escribió en Portsmouth el 26 de octubre de
180434 y de otra posterior, fechada en Bilbao el 28 de marzo de 180535,
de su hija Francisca Masdeu, quien después de perder a su madre en
el combate del cabo de Santa María y a su padre cuando se dirigían
de regreso a España, solicitó amparo para ella y sus cuatro hermanos
menores de edad.
• La declaración de guerra a Inglaterra
Respecto a las conversaciones mantenidas con las autoridades
británicas en los días siguientes al hundimiento, cabe destacar el
despacho número 145, dirigido por el embajador José de Anduaga a
Pedro Ceballos, secretario de Estado, el 21 de octubre de 1805, en el
que le informa de las conversaciones mantenidas con el ministro de
Estado lord Harrowby y de las gestiones políticas realizadas36. En él
se desgranan los argumentos político-militares dados por el ministro
británico y la argumentación en contra del embajador español. El
informe de Anduaga, custodiado en el Archivo General de Simancas,
es el borrador que quedó en la embajada de España en Londres,
mientras que el original lo encontramos en el Archivo Histórico
Nacional junto con la minuta de la respuesta del secretario de Estado
español37.
También se conservan en el Archivo Histórico Nacional varios ejemplares
de The London Gazette del 23 de octubre de 1804, en el que se inserta el
parte del combate dado por Graham Moore, comandante de las fragatas
inglesas. Y un impreso anónimo que circuló por Londres a poco del
hundimiento de la fragata: «A brieff appel to the honour and conscience
of the Nation, upon the necessity of an inmediate restitution of the
Spanish plate ships», acompañado de la traducción al castellano realizada
por Juan Bautista Arriaza.
Las negociaciones quedaron suspendidas cuando España declaró
oficialmente la guerra a Inglaterra en diciembre de 1804. En el
Archivo Histórico Nacional se conserva un carta de Carlos IV a
Napoleón, fechada el 7 de noviembre de 1804, en la que se refiere
la presión que Inglaterra está ejerciendo sobre las posesiones
españolas y la búsqueda del apoyo francés «en el caso de hacer
la guerra a los ingleses»38. Además se conserva el expediente y
manifiesto original de la declaración de guerra a Inglaterra firmado
por Pedro de Ceballos39, que fue publicado en la Gaceta de Madrid
el 14 de diciembre de 1804.
Partida n.º 48 de la fragata Mercedes, cancelada. En expediente promovido por D. José de Aymerich Cruz Bahamonde, conde de Maule
1862–1867. Archivo General de la Administración. Alcalá de Henares, Madrid
440
El pago de indemnizaciones a los particulares. Los documentos del Archivo General de la Administración y del Archivo Histórico Nacional
La negociación quedó suspendida con la declaración formal de guerra de España contra Inglaterra. Quedaría también pendiente en 1809, cuando ambas potencias llegaron a un primer acuerdo sobre bienes apresados40, y en el convenio de 12 marzo de 1823 que nombraba una comisión mixta para estudiar y determinar las indemnizaciones a los particulares afectados por las capturas de buques posteriores a la paz el 4 de julio de 180841.
441
Finalmente, el 21 de agosto de 1824 se promulgaba una real orden para que los afectados por las «presas inglesas» de 1804 y 1805 pudieran recibir una indemnización. En el Archivo Histórico Nacional se encuentra la orden comunicada por la Secretaría del Despacho de Hacienda a los consulados42. Pocos días después se daba aviso a todos los interesados a través del Correo Mercantil de Cádiz, estableciendo un plazo de dos meses para que los particulares pudieran presentar la debida acreditación ante la Secretaría de Estado.
El acuerdo definitivo entre España y Gran Bretaña se produjo con la firma del convenio del 28 de octubre de 1828, que obligaba al reino de España a pagar novecientas mil libras esterlinas por las reclamaciones inglesas, mientras que Inglaterra estaba obligada a sufragar doscientas mil libras esterlinas por las reclamaciones españolas. El pago del Gobierno británico fue retraído de la cantidad que debía satisfacer España y, por tanto, el erario público español asumió el pago a los damnificados por presas inglesas43.
La resolución de las solicitudes de los particulares se inició en la Secretaría de Estado, aunque posteriormente los expedientes fueron pasados al Ministerio de Hacienda para su liquidación. Las reclamaciones, que habían sido reconocidas como deudas pendientes de liquidación, se convirtieron en deuda consolidada al 5% por la Ley de Arreglo de la Deuda Pública de 1 de agosto de 185144 y, posteriormente, por el Real Decreto de 14 de noviembre de 1852, se transformaron en títulos de deuda diferida al 3%.
Los antecedentes y documentos generados por la negociación del convenio se encuentran entre la documentación transferida recientemente por el Ministerio de Asuntos Exteriores al Archivo Histórico Nacional, mientras que los expedientes de las reclamaciones interpuestas por los consignatarios aparecen en el Archivo General de la Administración, dentro del fondo de la Dirección General de la Deuda Pública y Clases Pasivas, bajo la denominación de «presas inglesas».
Para el control de las reclamaciones se elaboró un registro denominado «Índice de reclamaciones de presas inglesas por orden alfabético de apellido», que incluye el «Índice de los expedientes de reclamaciones de los españoles, por daños sufridos en las presas que hicieron los ingleses en los años 1804 y 1805»45.
Estos expedientes de reclamación y liquidación de deuda son de gran interés, pues fueron absolutamente determinantes y probatorios frente a las reclamaciones interpuestas en el litigio por los actuales herederos. Expedientes como el del conde Maule y sus herederos contienen las partidas de carga originales que presentaran en su día los demandantes y que aparecen con la anotación de «cancelada» en el margen izquierdo46. Estos documentos justificativos, junto con el índice de las reclamaciones, fueron aportados como pruebas documentales para hacer frente a las nuevas demandas presentadas por los actuales herederos al rescatarse el pecio y permitieron demostrar que las indemnizaciones ya habían sido abonadas por el Estado.
El pago de las indemnizaciones se alargó enormemente en el tiempo y algunas se demoraron hasta comienzos del siglo xx. A los hombres de la calle, los españoles del siglo xxi, seguramente les resultará extraño conocer que todos esos «papeles viejos» se conservan y que los legajos que los contienen en distintos archivos públicos se volverían a desempolvar para hacer posible que las monedas de la fragata Mercedes llegaran un día a España.
442
1 Tratado suscrito el 18 de agosto de 1796 en el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso. AHN, Estado, 3370, exp. n.15.2 Tratado definitivo de paz entre S. M. el rey de España, la República francesa y la República bátava, de una parte, y el rey del Reino
Unido de la Gran Bretaña y de Irlanda, de la otra. Amiens, 27 de marzo de 1802. En el archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación: AMAEC_TR_XIX_0006.
3 Convenio entre el rey de España y la República francesa. París, 1803, octubre 19. AHN, Estado, 8461, exp. 2.4 O’Donnell, 2013: 83.5 AGI, Indiferente, 1348, n.º 1.6 AGI, Lima, 648, n.º 73.7 Expedida el 30 de noviembre de 1802. AGI, Lima, 648, n.º 73.8 Fechada el 31 de julio de 1804. AGI, Lima, 648, n.º 73.9 AGI, Lima, 648, n.º 92, 93, 95, 99, 100, 105.
10 AGI, Lima, 727 y 728.11 AGI, Buenos Aires, 134, 1.12 BRAH, Colección JPG, Mss. 11/8305.13 AGI, Lima, 1169A14 AGI, Lima, 1440, n.º 25.15 Campo, 2012: 263-275.16 Registro de la fragata Mercedes: AGI, Lima, 1535, n.º 6; de las fragatas Asunción y Clara, números 5 y 7.17 AGI, Lima, 1535, n.º 6, Partida 4.18 AGI, Lima, 1535, n.º 6, Partidas 1 y 5.19 AGI, Lima, 1535, n.º 6, Partida n.º 6.20 AGI, Lima, 1535, n.º 6, Partida 143.21 AGI, Lima, 1535, n.º 6, Partida 9.22 AGI, Lima, 1440, n.º 30.23 Alvear y Ward, 1891: apéndice 6.24 Iriarte, 1944: 7-21.25 AGS, Est., leg. 8283, n.º 185.26 AGS, Est., leg. 8282, n.º 49.27 BRAH, colección JPG, Ms 11/8305.28 AGS, Est., leg. 8283, n.º 16.29 BRAH, colección JPG, Ms 11/8305.30 AGI, LIMA,1440, n.º 25.31 AGS, Est., leg. 8283, n.º 41.32 AGS, Est., leg. 8283, n.º 36.33 AGS, Est., leg. 8283, n.º 24.34 AGS, Est., leg. 8283, nº162.35 AHN, Estado, 5618.36 AGS, Est., leg. 8283, n.º 38.37 AHN, Estado-Exteriores_TR, 38, exp. 55.38 AHN, Estado, 1626, n.º 39.39 AHN, Estado, 5618.40 AGS, Est., leg. 8277, 170.41 Tratados, convenios: 830.42 AHN, FC, Ministerio de Hacienda, L6226.43 Tratados, convenios: 843.44 Gaceta de Madrid de 4 de agosto de 1851.45 AGA, 12/31256, 01, 09.46 AGA, 11/14328, 01.
443
Top Related