La Montaña, 30 de marzo de 2015
Tres hermanos
Estaban tres hermanos alrededor de su madre, los tres hermanos los
conocéis todos, el mayor es el Sol sí habéis oído bien, el sol que cada día
amanece para acariciarnos, la Luna que cada noche viene a ponernos nuestra
mantita para descansar, y el Viento que trae noticias, semillas y acaricia a las
hojas de los árboles.
Hoy era un día muy especial, su
madre la Estrella les dijo hay un gran
festival y estáis invitados mis hijos, ir
divertiros y comer de los grandes
manjares y de todo lo bueno que tendréis.
Los tres hijos llegaron a esa gran fiesta,
era una maravilla ver tantos colores,
pasteles chocolates, algo increíble,
también había salado, todo lo que podréis imaginaros. Al verlos el Sol dijo” esta
es la fiesta más grande de mi vida” empezó a comer a probar todo, estaba feliz
de poder probar tantas cosas buenas. La luna también exclamó “¿Cómo podré
hacer para probarlo todo? Cada manjar es más rico que el otro, ¡que delicia!” y
empezó a comer. El viento “creo que me faltará tiempo”, le dijo a sus hermanos,
“no sé si empiezo por lo dulce, por lo salado, por lo caliente, por lo frío, todo es
buenísimo y sabroso y se pusieron a comer. La luna les dijo “hermanos nuestra
madre no ha podido venir, ¿qué les parece si le llevamos algo? El sol dijo “por
favor no me molestes pues estoy comiendo y saboreando no tengo tiempo para
guardar ni siquiera para llevar a mí madre” y continuo saboreando esos pasteles
de chocolate.
El viento le dijo su hermano a la
luna “mira hermano que te parece si
llevamos a nuestra madre cada uno de estos
manjares, estará contenta” ¡Ni hablar, ¿no
vez que estoy comiendo? ¿Por qué vienes a
molestarme? ¡Déjame en paz que aún no he
terminado!” La luna viendo a sus hermanos que no comprendían que el
compartir era una manera de amar era una manera de mostrar a su madre que
estaban agradecidos, ella se quedó para que pudiesen venir.
Discretamente fue cogiendo dulces, croquetas postres, fruta y lleno una
bolsita, cuando fue el momento de despedirse, dieron las gracias al lugar y se
fueron. Al llegar a casa la madre los recibió con sus brazos abiertos, “hijos míos
la habéis pasado bien?” “!sí mamá ya no podemos más, hemos comido
maravillosamente bien, unos manjares tan exquisitos que jamás en la vida
podremos verlos!” “que bien hijos
míos, ¿y qué me habéis traído, habéis
pensado en mííí? El sol le dijo, “no
mamá, ni te hemos traído ni pensamos
en ti” el viento dijo “huuuy no, había
tantas cosas que ni siquiera pude
pensar en ti” ¿y tú luna? Sí mamá, he
comido como mis hermanos he
disfrutado como ellos, pero te he traído
fruta, dulces y otras cosas también muy
buenas.
La madre estaba contenta por qué sus hijos habían disfrutado de la fiesta,
pero muy triste y rabiosa de su comportamiento, pues no fue así como les
enseñó, ni como les explicó, que se mueven los elementos en el Universo y en la
tierra igual que los humanos, si recibís tenéis que dar, si tenéis, tenéis que
compartir de nada sirve olvidaros y guardarlo todo para vosotros. Al sol le dijo
hijo mío, a partir de ahora tendrás tanto fuego que saldrán rayos y los humanos
sólo al mirarte querrán cobijarse y esconderse en sus casas o ponerse debajo de
un árbol o de un tejado porque quemaras, a ti viento cuando soplas fuerte, será
como relámpagos y truenos y destrozaras todo a tu pasaje, a ti luna te daré el
misterio, cada vez que vayas cambiando en menguante, en luna llena, darás
fuerza a la Tierra, moverás los mares, puntualizaras los meses de nacimiento de
los hombres, la naturaleza, las flores y los árboles y huertos y jardines contarán
las lunas para nacer, en el misterio también está lo que se esconde y te permitirá
esconder el dolor de los hombres y permitirles que puedan ver al día siguiente la
Luz.
Mis semillas, mis amadas estrellas, desde que nacemos, en ese instante
ya venimos bendecidos, somos ese Átomo de Luz, ese Átomo Divino que tantas
veces repite Servidora y repetirá, ayudemos siempre a que crezca esa Luz, a que
podamos con una chispita poderla dar y transmitir que con vuestras manos y 5
minutos podáis aliviar un dolor, podéis dar una caricia, con vuestros brazos
abrazar a esas personas que tanto lo necesitan, dar un beso siempre te llena de
amor de felicidad.
Ayer fui a ver la película Cenicienta, ¿Cuántas veces la he visto desde
pequeña? Y siempre salgo feliz y siempre salgo maravillada porque me recuerda
que la base de la felicidad es la generosidad y el valor; mantener siempre ese
valor, es no tener miedo, es afrontar el día al día y la generosidad es el compartir
es recibir y dar, cuándo mis estrellas me dicen ” ¡Jaaardinera para mí la
Enseñanza es mi viiiida!” Que feliz soy por qué sé que habéis comprendido que
si es vuestra vida, es compartir con todos aquellos que lo necesitan, con todos
aquellos que no han abierto los ojos y que necesitan una caricia, un rayito de luz,
una sonrisa ¡ánimo mis estrellas, valor mis semillas! podréis vencerlo todo día a
día y lo venceréis! En el cuento de la Cenicienta hablan también de la magia, no
podemos vivir sin ella, ¿pero sabéis a que magia me refiero? ¡Al Hadaaa
Madriiiiinaaaa!, esas hadas madrinas que con la varita mágica nos conceden
tooodo, ¡si creeís! Servidora cada día tiene una ilusión y es esa ilusión que me
hace avanzar, sin ella no podría saltar de la cama, necesito saber que cumpliré
este día con mi meta, ¡mi magia! tomarme un café, café solo, café negro,
buuuenííísimo! Durante todo el día, os contemplo y os miro.
Todos los enamorados el día de San Valentín dicen “Hooy te quieeero,
Servidora os dice semillas yo los amo, pero no hoy, toooooodaaaaa la viiiiida y
continuaré amandoós más allá, por qué sois únicos, por ese compartir, con
aquellos que están esperando que les deis la mano, si muchos humanos no
comprenden lo que hacéis vosotros sí que estáis conscientes, trabajáis para el
Universo y vuestra recompensa es dar fuerza a vuestra fe y vuestro amor es la
voluntad !!! y vuestra voluntad es el valor!!! Y con todo mi valor os digo
“adelante semillas os quiero”
Estoy grabando este mensaje enfrente de
la Montaña, bajo el sonido de las campanas de
las vaquitas, todo el prado está lleno de vacas y
esas campanas que llevan nos acarician los
oídos, siempre junto al prado y los árboles
¡ Feliiiz dííía mis semillas!!!!
Con todo mi amor
La Jardinera
Top Related