LAS CLASES DE RELIGIÓN VÍA EL MÉTODO TRASCENDENTAL
ROBERTO HERNÁDNEZ HERNÁNDEZ
RESUMEN: Las clases de religión que se imparten normalmente usan métodos que
propician únicamente la repetición de conceptos y no llevan a una vivencia e integración de
la fe en la vida, por ello se propone tener como base al Método trascendental para la
impartición de las clases de religión, ya que este permite a los alumnos vivir su fe de
manera convencida y responsable.
ABSTRAC: Religion classes taught commonly used methods that favor only the repetition
of concepts and not conducive to survival and integration of faith in life, therefore it is
proposed to be based on the transcendental method for the teaching of religion classes
because this allows students to live their faith committed and responsible manner.
PALABRAS CLAVE: Clases de religión, Método trascendental.
KEY WORDS: Classes of religion, transcendental method.
El problema en las clases de religión
Las clases de religión que se imparten en las escuelas católicas son muy importantes ya que
como señala la Carta Vaticana sobre la enseñanza de la religión en la escuela (2009),
favorecen una formación integral de la persona humana, además ayudan a desarrollar
armónicamente las dotes físicas, morales, intelectuales y espirituales. Colaboran en el
desarrollo de la responsabilidad personal y social, así como de las demás virtudes cívicas, y
constituyen pues una relevante contribución al bien común de la sociedad.
Sin embargo, su importancia va decreciendo debido a que la metodología que se utiliza en
la mayoría de las escuelas católicas para impartir las clases de religión es semejante a la
empleada para las otras materias como matemáticas, español y ciencias, cuando por ser una
materia diferente que implica una vivencia personal, debe tener una metodología que
realmente haga al alumno no sólo aprender lo que se le enseña, sino también vivirlo.
Cuando inician las clases de religión, los alumnos manifiestan muchos deseos por estas
clases, señalan que les ayudaran a aclarar muchas dudas que tienen sobre la fe y que les
servirán para su vida también. Sin embargo, al paso del tiempo van perdiendo interés, y
como consecuencia desinterés por el conocimiento de la doctrina de la fe de la Iglesia
católica, indiferencia en las celebraciones litúrgicas, falta de interiorización de los valores
cristianos como el respeto, la honestidad, y la tolerancia. Ahora, esta apatía no es es por la
religión en sí, sin por la forma en que se les imparten las clases, ya que en los retiros
espirituales que son de contenido religioso, se nota gran participación y seriedad en los
mismos, debido a que son más participativos y por lo tanto, les resultan más significativos.
Según José Ezcurdia (2008), el cristianismo ha perdido su capacidad formativa, en la
medida que ha traicionado su misión educativa que, en sentido socrático-platónico,
posibilita en el sujeto un conocimiento de sí y un vínculo con aquellos arquetipos o
estructuras inconscientes que la experiencia muestra que se determinan como principio
constitutivo del carácter y la personalidad. La mayoría de los estudiantes no experimentan
la fe, solo se quedan en el plano del conocimiento, y el objetivo de las clases de religión es
que se viva y sea capaz de crear, transformar.
Por lo tanto, como se señala en el editorial de la Revista Sobre Educación (2008), es
necesario revisar la educación religiosa y plantear una nueva metodología que permitan
seguir educando a los jóvenes a fin de alcanzar una educación integral que les permita
responder a las necesidades del mundo actual. Y con ello, aprovechar la riqueza de la
religión, y pasar de unas clases aburridas a unas clases dinámicas y agradables.
Las metodologías empleadas en la impartición de las clases de religión tienen como base la
imposición o la simulación, y estas son enemigas de la educación, del crecimiento del
sujeto; la invitación a reflexionar y a dialogar crítica y amorosamente, es el mejor y único
aliado de la educación. No es lo mismo vivir la vida sólo en función de leyes externas
generadas por la autoridad, que en función de la ley del espíritu humano que se anida en
nuestra conciencia.
La mayoría de las teorías empleadas para la impartición de las clases de religión tienen su
origen en principios ontológicos o metafísicos abstractos o externos al sujeto, -real,
concreto-, y por ello no ayudan a tener una vivencia de la fe que se enseña, y como
consecuencia la apatía. Por ello, considero que una metodología que puede ayudar a que las
clases de religión cumplan con su misión y permitan al alumno integrar a su vida lo que
aprende, es el Método Trascendental, ya que este permite ayudar al alumno a conocer y
decidir desde su interior, desde sí mismo y no desde alguna idea o concepto abstracto
derivado de una naturaleza humana ideal que en realidad no existe (Rugarcía, 2013).
Considero al igual que Rugarcía Torres (2013), que la clace de la educación, en este caso
religiosa, es la metodología, pero una metodología al interior del educando, del educador,
del sujeto. Y el método para lograrlo y trascender así la crisis de convivencia que nos rodea
por medio de nuestros juicios-desiciones y actos, es el Método Trascendental.
El Método trascendental
Lonergan (1988), señala que todo ser humano posee una consciencia intencional, que se
estructura en base a los distintos niveles de consciencia (sensible, inteligible, racional,
responsable) y que se dinamiza por el deseo o la intención de conocer. Y en base a esto
plantea el Método trascendental, que lo entiende como un esquema de operaciones
recurrentes y relacionadas entre sí que producen resultados acumulativos y progresivos; van
haciendo que el sujeto tenga una comprensión y reflexión cada vez más aguda, profunda,
amplia y pertinente de la realidad, lo cual genera el proceso de desarrollo del sujeto
individual, del grupo y de la sociedad.
Este método que esta conformado por las operaciones de la conciencia intencional humana
es trascendental, en el sentido que es un método que no está limitado por una categoría o
incluido en ninguna categoría más amplia y general, y además es un método a priori porque
todos los seres humanos nacemos con él, un método que nos constituye aun antes de tener
experiencia o conocimiento alguno respecto al mundo (López, 2009). Aunque todos los
seres humanos realizamos estas actividades u operaciones de manera consciente, no todos
ponemos atención explícita a esta dimensión consciente de las operaciones para
descubrirlas, analizarlas y apropiarlas, y por tanto, contribuyan a que nos descubramos no
solamente cómo pensamos o conocemos, sino cómo debemos pensar y conocer, es decir,
descubrir cuál es la manera correcta de seguir nuestro deseo de conocer, para desplegar
todo el potencial de nuestra actividad cognitiva de manera auténticamente humana (López,
2009).
El método trascendental, es un método transcultural y transhistórico común a todos los
seres humanos, que puede utilizarse para discernir en las diversas corrientes científicas,
filosóficas, artísticas y prácticas, entre las distintas propuestas morales, entre las distintas
leyes lógicas o métodos. Por tanto, al ejercitar este método, se logrará una verdadera trans-
formación del conocimiento y se revertirán los procesos de decadencia humana
produciendo condiciones de progreso auténtico.
El Método Trascendental descubre que el ser humano acciona a través de cuatro niveles y
sus respectivas operaciones: empírico (experimentar), intelectual (entender), racional
(juzgar), y responsable (decidir).
En el primer nivel –el empírico- tenemos sensaciones, percibimos, imaginamos, sentimos,
hablamos, nos movemos. La pregunta ¿qué es esto? nos introduce en el segundo nivel.
En el segundo nivel –el intelectual- inquirimos, entendemos, expresamos lo que hemos
entendido, elaboramos las presuposiciones y las implicaciones de nuestra expresión.
Cuando llegamos a entender, somos capaces de expresar en hipótesis, explicaciones y
sistemas esos datos que se nos presentan. La pregunta: esto que entendí ¿es así como lo
entendí? nos conduce al tercer nivel.
En el tercer nivel –el racional- somos empujados a afirmar o negar la realidad que
alcanzamos en el nivel anterior. Realmente ¿eso es así como lo hemos entendido? Hacemos
entonces un juicio sobre la verdad o falsedad de nuestras afirmaciones. La posibilidad de
juzgar depende de que se hayan cumplido todas las condiciones posibles para evaluar la
hipótesis. La pregunta, esto que experimenté, entendí y juzgué ¿es realmente bueno y
valioso? nos confronta con el cuarto nivel.
En el cuarto nivel –el nivel responsable- nos interesamos por nosotros mismos, nuestras
operaciones, nuestras metas y deliberamos sobre las posibles vías de acción, las evaluamos,
decidimos y hacemos nuestras opciones (Lonergan, 1988).
Los cuatro niveles constituyen la estructura dinámica o conciencia intencional que hace al
ser humano capaz de conocimiento y de acción moral. La estructura dinámica no es otra
cosa que la intencionalidad humana: ese tender radical del ser humano a salir de sí, a
conocer la realidad que lo rodea y a actuar en esa realidad. Mejor aún, es un actuar que no
se produce de cualquier manera, sino con referencia a los valores, o sea, es un actuar moral.
En los cuatro niveles de la estructura dinámica o conciencia intencional podemos descubrir
una visión integral de ser humano: los sentimientos que acompañan todo el proceso del
conocimiento, es decir, los tres primeros niveles, se explicitan radicalmente en el cuarto
nivel donde aprehenden los valores. Estos niveles que van de los datos a los resultados
están íntimamente relacionadas entre sí y permiten avanzar hasta alcanzar el mayor
desarrollo (Vélez C., 2000).
Aplicación del Método trascendental en las clases de religión
“Cuando aparece un conejo en un lugar donde hay muchos perros,
todos los perros salen corriendo detrás del conejo,
pero el cansancio hace que muchos desistan.
Sólo llegan hasta el fin los que han visto al conejo con sus propios ojos”.
José Antonio Pagola1
La finalidad de emplear el Método trascendental en las clases de religión consiste en que
los alumnos de manera personal vivan su fe, que lo que profesan no sea fruto de una
tradición, imposición y de lo que otros les digan, sino que sea el resultado de una
1 Citado en Pérez Esclarín, A. (2008). Jesús Maestro y Pedagogo. Aportes para una cultura escolar desde los valores del evangelio.
experiencia personal que les permita ser atentos, inteligentes, razonables, y responsables
para que actuen con plena libertad, convicción y responsabilida su fe.
El método trascendental posee un dinamismo cognitivo de gran importancia, ya que
permite entender los procesos mentales que se pueden activar y orientar en el proceso
enseñanza-aprendizaje de las clases de religión. Este ordena la intervención educativa,
haciendo un proceso de profundización partiendo de la experiencia sensible de lo inmediato
donde las cosas son como las vivimos, evocando experiencias interiores donde la
imaginación tiene un papel importante; preguntándose por la realidad de las cosas, tratando
de comprender la experiencia, y a partir de un primer insight conceptualizar la experiencia;
sin quedarse aquí se pregunta y reflexiona sobre la verdad de las cosas, que en un segundo
insight se puede juzgar sobre el valor de la experiencia, acerca de la bondad de las opciones
y si es necesario hacer conversiones tanto en lo intelectual, lo moral, lo emocional y, en lo
espiritual (Acuña, 2002).
Los sentidos y sentimientos que viven los alumnos al emplear este método, proporcionan
datos perceptibles que despiertan la curiosidad, gatillan múltiples interrogantes, y el
esfuerzo de entender y formular lo comprendido. Luego, dudan de interpretaciones
parciales sometiéndolas a prueba para verificar y fundamentar juicios de hechos y valores.
Finalmente, se encuentran exigidos a decidir y actuar consecuentemente con su
conocimiento de la realidad (Rugarcía, 2007).
Al emplear el Método trascendental, los alumnos van a aprender poniendo en ejercicio las
operaciones intencionales y por lo tanto, el aprendizaje será más completo y significativo.
También propiciará que los alumnos observen, objetiven y se apropien de las operaciones
de su propia conciencia (Lonergan, 1988). Haciendo este ejercicio, se darán cuenta que
pueden verificar empíricamente la existencia de su conciencia sensible, intelectual, racional
y moral.
Los niveles que los alumnos transitarán al emplear el método trascendental serán los
siguientes:
En primer lugar, los alumnos aprenderán de manera sentiente, es decir, aprenderán a partir
de las experiencias sensibles o empíricas, así como también de sus experiencias empíricas
interiores, al traer a la mente datos almacenados en su memoria, al sentir diferentes
emociones o al experimentar sensaciones físicas.
En segundo lugar, los alumnos aprenderán de manera inteligente, es decir, cuando hagan
preguntas a lo que experimentan, cuando intenten relacionar la información que adquieren
con la que ya poseían, cuando traten de encontrar una lógica en los datos que se les
presentan. A partir de las preguntas los alumnos generarán imágenes, y aprenderán al vivir
la experiencia. Aprenderán cuando formulen ideas o conceptos que construyan a partir de
esa experiencia y esa intelección, pues en la misma formulación hay elementos nuevos que
lleva a un mejor aprendizaje de lo entendido (López, 2002). Este acto de intelección
ayudará a los alumnos a concebir un concepto que después puedan formular, y con ello se
ayudará a que los alumnos no se queden únicamente en la memorización.
En tercer lugar, los alumnos aprenderán cuando reflexionen, es decir, cuando busquen
pruebas, ponderen evidencias y lleguen a la afirmación de juicios.. Y las preguntas a partir
de las cuales se reflexiona pueden ser ¿De verdad es así? ¿Entendí correctamente? ¿Esto es
cierto o solamente aparentemente cierto? Al responder estas preguntas tienen como
momento clave otro tipo de acto de intelección o insight: el acto de entender reflexivo o
reflejo.
En cuarto lugar, los alumnos aprenderán cuando decidan resposablemente, y lo harán
cuando descubran que lo aprendido tiene relación con ellos, con su propia búsqueda
existencial, y que tiene aplicación para la vida concreta (López, 2002).
Al realizarse estas operaciones se trabajará en las decisiones interiores de los alumnos, que
son la fuente de las decisiones. El trabajar donde surgen las decisiones permitirá ser más
asertivos y realizar acciones más eficaces, más humanitarias (Rugarcía, 2007).
En este proceso los alumnos tienen un papel insustituible, ellos de manera personal deben
realizar las operaciones, porque nadie puede atender la realidad concreta por alguien más,
ni prestar su inteligencia para entender lo atendido. Los alumnos deben utilizar su razón
para juzgar lo entendido y su inteligencia-razón emocional para decidir (valorar o “juzgar”,
evaluar, elegir, planear). Es un acto propio de frente a la realidad juzgada; después busca
realizar lo decidido a través de las acciones.
El docente también tiene un papel muy importante en este proceso, no puede presionar u
obligar a los alumnos a someterse a sus propias concepciones, principios y creencias. Por el
contrario, facilitará procesos de construcción de conocimientos significativos para la
formación de su conciencia, mediante investigaciones, ejercicios cognitivos, procesos de
discernimiento moral y religioso, afirmando la dignidad de los alumnos, interpelándolos
con la palabra de Dios a fin de que pueden apropiarse de su conciencia, internalizar el
conocimiento participando en su reconstrucción a fin de acercarse a la verdad en relación
dialogal con la Palabra de Dios para poder ejercer con plenitud su libertad responsable en
relación al don de la gracia de Dios.
En este método los alumnos son guiados por una comprensión informada, crítica y valórica
de lo que se hace en una determinada situación. Este movimiento ofrece la posibilidad para
integrar lo aprendido en relación a los significados de la propia vida. Por lo tanto, las
respuestas de los alumnos serán únicas y originales, influidas por las habilidades,
posibilidades y contexto de cada uno. Al pasar por los movimientos anteriores, los alumnos
podrán tomar conciencia de emociones, conocimientos y principios que les puedan servir
para orientar sus decisiones y acciones.
Lo anterior genera las condiciones para que la educación ocurra dentro de una red de
relaciones animadas por la comunicación de sentimientos, conocimientos y significados
culturales, y valores explícitos a nivel de la comunidad educativa. En este contexto se hace
posible generar un proceso comunitario de aprendizaje continuo favorable al desarrollo de
compromisos conscientes, asumidos libre y responsablemente. De las acciones
emprendidas surgen nuevas experiencias, interrogaciones, interpretaciones, problemáticas y
juicios evaluativos que exigen nuevas decisiones y respuestas, reproduciendo así una praxis
recurrente y creciente de concientización y compromiso.
Una clase de religión que tenga como base el método trascendental, educará para la
conversión. Buscará una mediación cognitiva, efectiva y constitutiva del mensaje de Cristo,
que libera, y orienta hacia los valores del Reino de Dios. También comunica para
promover, en los educandos, la auto-apropiación intencional de su conciencia religiosa,
mediante su participación en la reconstrucción del significado del mensaje cristiano, en
relación a los desafíos personales y culturales que enfrentan en el mundo actual.
Conclusión
Vivimos un tiempo de decandencia, crisis, globalización y cambios que nos están llevando
a una posible destrucción de la especie humana. Por tanto, urge un cambio que no sea
superficial o en apariencia, sino un cambio cualitativo y de fondo que oriente a la
humanidad. Y para lograr este cambio, la educación tiene un papel fundamental, de manera
concreta, las clases de religión, ya que poseen una gran riqueza ya que pueden ayudar a
forjar en las personas y en la cultura los valores antropológicos y éticos que son necesarios
para edificar una sociedad solidaria y fraterna. Sin embargo, debido al método que se
emplea para su impartición, se limitan a proporcionar una doctrina pero no se convierte en
el espíritu, en la fuerza, y la alegría que anime la vida del alumno, y por tanto de la
sociedad.
Por tanto, es necesario emplear el método trascendental en las clases, ya que al transitar por
los niveles empírico (experimentar), intelectual (entender), racional (juzgar), y responsable
(decidir), el alumno podrá tomar conciencia de emociones, conocimientos y principios que
les puedan servir para orientar sus decisiones y acciones, las cuales podrán ser conscientes,
libres, responsables y alegres. Y así, el alumno sea el sujeto protagónico de su propia
afectividad, procesos cognitivos, decisiones morales y disposición a la presencia de Dios en
su vida. Y como consecuencia podamos contribuir a la construcción de un mundo más
humano.
REFERENCIAS:
Acuña, L. A. (2002). Condiciones pedagógico-catequéticas para educar en valores
cristianos. Una propuesta de planificación áulica. En:
www.ucc.edu.ar/reduc/acuna
Carta vaticana sobre la enseñanza de la religión en la escuela (2009). De la Congregación
para la Educación Católica a los Presidentes de los Episcopados, Ciudad del Vaticano,
martes 8 de septiembre de 2009.
Ezcurdia, J. (2008). Educación y Religión en el pensamiento de C. G. Jung, Revista de
Investigación Educativa, No. 6, 2008. En:
http://www.educatio.ugto.mx/PDFs/educatio6/educacion_y_religion_CGJung.pdf
Lonergan, B. (1988). Método en Teología. Salamanca: Ediciones Sígueme.
López Calva, M. (2002). Hacía donde va el corazón. El Deseo de conocer y de vivir como
fuente y motor del aprendizaje. En Revista DIDAC. No. 39. Universidad.
López Calva, M. (2009). Educación humanista. Tomo II. México. Gernika.
Pérez Esclarín, A. (2008). Jesús Maestro y Pedagogo. Aportes para una cultura escolar
desde los valores del evangelio. En:
www.cerpe.org.ve/tl_files/.../ Jesus ,%20 maestro %20y%20 pedagogo .doc
Rugarcía Torres, A. (2007). Más allá del aprendizaje y las competencias: hacia el desarrollo
integral. Facultad de Ingeniería - Universidad Rafael Landívar. Boletín Electrónico No. 05.
En: http://www.tec.url.edu.gt/boletin/URL_07_BAS03.pdf
Rugarcía Torres, A. (2013). El desarrollo integral del sujeto vía el método trascendental: La
ética del sujeto auténtico y la humanización-real de la sociocultura. Vol. III. México.
Universidad Iberoamericana Puebla.
Revista Magisterio. No. 30 Edición Diciembre 2007-enero 2008. Cooperativa Editorial
Magisterio, Bogotá, Co. En:
http://www.oei.es/co139.htm
Vélez C., O. C. (2000). Método y teología latinoamerica. Theologica Xaveriana. Sin mes,
415-433. En:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=191018219009
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