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Sr. ArribasDiego Llorente Dominguez
Enrique Rubio RomeroPaye Vargas Soria
Colaboraciones
TABACALERA
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© Los autores.
© Edición: A+ARTE. 2012
© Se permite la reproducción total o parcial de esta publicación sin fines comerciales y citando expresamente a los autores.
Maqueta: Paye Vargas Soria.
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Latidos del olvido es un proyecto artístico, encaminado a “reutilizar” lugares abandonados o deteriororados, a causa del paso del tiempo y el olvido. Cuenta con la colaboración de artistas y pensadores que aportan sus intervenciones y reflexiones intentando rescatar realidades del pasado y del presente. Se trata de intervenciones efímeras de todo tipo (fotografía, pintura mural, escultura, proyecciones…) cuya máxima premisa es el respeto total y absoluto de los espacios y entornos donde son realizadas. Creaciones in situ, realizadas en un lugar, con ese lugar y para ese lugar.
Beats of Oblivion is an artistic project,
aiming at the creative use of abandoned
places. It involves the collaboration of
artists and thinkers, who contribute with
their work, thoughts and ideas, and try to
recover past and present realities.
It implies all types of ephemeral
interventions, whose ultimate premise is
total and absolute respect for the spaces
and environments where they are made.
On-site creations made in one place, with
that place and for that place.
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Los lugares abandonados se recorren en
silencio, como se recorre un cementerio;
imaginando todo aquello que pudo haber
sido y no fue. Lamentando lo inexorable.
Preguntándonos “por qué”.
En un mundo agobiado por la
idea de la eficiencia, la productividad, la
ganancia, la utilidad y el beneficio, estos
espacios son un sinsentido. Una patada
al hígado. Directa, certera. Despabilante.
Movilizadora. Desechos que nos
despiertan a una realidad alternativa
que, aunque queramos esconderla, nos
acompaña siempre.
Son habitáculos de una libertad
muy particular. Ajenos a todo control, y
al margen de las leyes, parecen querer
resistir todo intento de sometimiento
humano. Espacios de anarquía que sólo
se apartan del caos por intervención de
la imaginación de quienes deambulan o
intervienen en ellos. Únicamente de ese
modo, los ambientes adquieren el sentido
y la función original que tuvieron cuando
estaban poblados y la vida ordenada
despejaba los peligros inherentes que le
atribuimos a los “desperdicios”.
Deserted places are visited quietly, the
same as you visit a cemetery; imagining
everything they could have been and
they were not. Regreting inexorable.
Wondering why.
In a world overwhelmed with
the idea of efficiency, productivity, profit,
utility and the benefit, these spaces were
meaningless. A kick in your liver. Straight,
accurate. A kick that bucks you up. A kick
that mobilizes. Waste products that wake
us up into an alternative reality which
always goes along with us even if we want
to hide it.
They are living spaces with a very
special freedom. Beyond any control,
beyond the laws; they seem to want to
resist any attempt of human subjugation.
Spaces of anarchy that only the imagina-
tion of those who wander around or take
part in them move away from the chaos.
Only that way, the atmospheres reach
their original sense and function from
the times when they were inhabited and
the tidy life cleared the inherent hazards
attributed to “waste products”.
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Sr. Arribas
UCES DEL PASADO
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“Lights from the past I”, March 2012
Soldier, father, prisoner of war, deserter, slave, fugitive, thief on
the great routes...decided to regain freedom. According to S
“Luces del pasado I” , Marzo 2012
Soldado, padre, prisionero de guerra, desertor, esclavo, fugitivo,
ladrón en las grandes rutas… decidido a recuperar la libertad.
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“LIGHTS FROM THE PAST”
There you find yourself alone in an abandoned place, the fears prevail and the senses become more acute, which allows you to notice insignificant details in other situations. Silence and relation established by the light connect these places, where the light gets great expressive force because it is uncontaminated. Certain places attract your attention by the uncontrolled light change around the surfaces, and as the bodies appear or disappear according to the incidence of the light impact they leave an ephemeral trace, whose presence lasts just one instant. Based on a reflection about the way of how to transfer those feelings, I developed the project: “light from the past” with the intention to create a work able to transmit the ephemeral force of the light on the surfaces. Thus, I search for generating of anatomic shapes on transparent acetates, which serve as an emissary that, although figurative, became evocative abstraction from the past. These emissaries are artificially illuminated in order to generate changing shapes that cannot be captured in a physical medium and can be observed just for a short time.
“LUCES DEL PASADO”
Cuando te encuentras solo en un lugar abandonado el miedo se va apoderando y los sentidos se agudizan, esto te permite observar detalles insignificantes en otras situaciones. Lo que une a estos lugares es el silencio y la relación que se establece con la luz, donde ésta cobra una gran fuerza expresiva al no estar contami-nada de otros estímulos exteriores. En pocos lugares te sientes atraído por el cambio incontrolado que produce la luz sobre las superficies y cómo los cuerpos aparecen y se desvanecen en función de la incidencia de la luz, dejando así una huella efímera cuya presencia dura tan solo un instante. A partir de una reflexión sobre la manera de transmitir estas sensaciones, desarrollé el proyecto “Luces del pasado” con la intención de crear una obra capaz de transmitir la fuerza efímera de la luz sobre las superficies. Así, busco generar formas anatómicas creadas sobre acetatos transparentes que me sirven como emisarios que, si bien son figura-tivos, resultan abstracciones evocadoras de tiempos pasados. Estos emisarios son iluminados artificialmente para generar formas cambiantes que no pueden ser plasmadas en un soporte físico y sólo pueden observarse durante breves instantes.
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“Lights from the past II”,
March 2012
He persuaded sixty partners
to challenge the death in order
to regain freedom before being
forced to serve.
“Luces del pasado II”,
Marzo 2012
Persuadió a setenta compañeros
para retar a la muerte con el fin
de recuperar la libertad antes de
verse obligados a servir.
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“INNER STATE”
When I first entered, the silence, light and a feeling of restless silence caught up with me. This attraction was broken by the voices in the street, which constantly situated me in a certain time and space. A weak light that was falling through the window bars illuminated the brick vaults gnawed by time, and conditioned my necessarily to my work. The initial situation that caught up with me had to be respected and valued as such. Inevitably, the work was already conditioned! And, had to be merged with that feeling. The project “shadow of time” continues to preserve the influence of the shadows. Passing gently through the surfaces, leaving no trace on the matter, these images escape unnoticed in a continual change. The accurate representation of inner state has led this project and in order to preserve it, I have subtly deformed the human anatomy. I have looked for anatomical shape develop-ments in the space, as if the work was growing up on itself locking up the empty space. The inner emptiness, which evolves as deals the work of the open volume in the interior of the piece, producing
continual shapes in the space.
“ESTADO INTERIOR”
Cuando entré por primera vez quedé
atrapado por el silencio, la luz y la
sensación de intranquilidad que transmitía.
Esa atracción fue rota por las voces de
la calle, que constantemente te situaban
en tiempo y espacio. La escasa luz que
entraba entre las rejas de la ventana
iluminando las bóvedas de ladrillo roído
por el tiempo, condicionó obligatoria-
mente el trabajo.
La situación de partida que
me envolvió tenía que ser respetada y
valorada como tal. La obra inevitable-
mente ¡ya está condicionada! y debe de
fundirse con la sensación.
El proyecto “La sombra del
tiempo” tiene aquí su continuidad al
mantener la influencia de las sombras.
Recorren delicadamente las superficies
abandonadas, sin dejar huella sobre la
materia, son imágenes que pasan inadver-
tidas en un continuo cambio.
La representación fidedigna
del estado interior ha marcado este
proyecto y para conseguirlo he distor-
sionado sutilmente la anatomía humana.
He buscado un desarrollo de las superfi-
cies anatómicas en el espacio, como si la
obra creciera sobre sí misma encerrando
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los espacios vacíos. El vacío interior que
nos rodea marca el trabajo del volumen
abierto en el interior de la obra, que
produce formas de continuidad en el
espacio.
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“The shadow of the time
XII”, March 2012
Incapable of place limits to his
frantic instincts. Nothing was
respected by his brutal fury and
his accumulated wickedness
because of a life dedicated to
serving.
“La sombra del tiempo
XII”, Marzo 2012
Incapaz de poner límites a sus
instintos desenfrenados. Nada era
respetado por la rabia
bárbara y la maldad acumulada
por una vida dedicada a servir.
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Diego Llorente Dominguez
EOMETRÍAG
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“Coordinate Axis”
“Eje de coordenadas”
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”Limit”
“Límite”
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“GEOMETRíA”
Leyes, fronteras, derechos, deberes...
Valores que asumimos y que aunque
cambian a diario entendemos como
verdades intemporales, bordes infran-
queables de una estructura que determina
nuestras vidas. Bordes definidos y condi-
cionados en su tiempo y su contexto.
Una geometría difícil de entender,
ya que entender la geometría, supone
entender la abstracción, supone asumir
que sus elementos deben perder todo
significado material, por tanto las condi-
ciones que delimitan su espacio, o la
materialización de la lógica humana debe
ser a su vez coherente con la esencia de
la naturaleza, de lo que nos rodea.
El análisis geométrico se basa en
que todo esta compuesto de puntos,
rectas y curvas; tanto lo tangible como lo
intangible, por tanto la naturaleza y sus
procesos pueden ser interpretados mate-
máticamente por medio de ecuaciones y
gráficos que las contengan. El orden de
la geometría analítica, supone que a cada
punto en el plano le corresponde un par
ordenado de números, y que a cada par
ordenado de números le corresponde
un punto en el plano. De este modo
una recta se puede entender como un
conjunto infinito de puntos alineados
en una dirección y todas, sin excepción,
quedan incluidas en la ecuación: Ax + By
+ C = 0. Definir una sola recta, supone
haber definido un eje de coordenadas
y el resto de puntos y rectas. Un modo
de entender la realidad que determina
distintas funciones, distintas definiciones
para una misma idea.
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Therefore, a line can be understood
as an infinite set of points facing the
same direction, all of these lines without
exception, will be given in the form: Ax +
By + C = 0. To define a single line means
having already defined the coordinate axes
and the rest of points and lines. It is a way
to understand the reality, which defines
different notions, different functions of the
same concept.
“GEOMETRY “
Laws, borders, rights, duties... values we
assume and even though they are changing
daily, we follow them like timeless rights,
impassable borders of a structure, which
define our lifes. Defined and conditioned
borders in its time and its context.
Geometry is difficult to understand,
because understanding geometry means
understanding the abstraction, accepting
that its elements must lose all matter
(material) meaning-therefore the conditions,
which define its space or the materialization
of human logic, are also necessary to be
consistent with the essence of nature, with
all that surrounds us.
The geometrical analysis is based
on the fact that everything is composed
of points, straight and curve lines; both
tangible and intangible. Thus, nature and
its systems can be interpreted mathe-
matically through equations and graphics
containing them.
According to Analytical Geometry,
each ordered pair corresponds to a point
in the coordinate plane, and each point in
the coordinate plane corresponds to an
ordered pair.
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”Order”
“Orden”
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”Straight line”
“Recta”
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Enrique Rubio Romero
NTERMINABLEI
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“ENDLESS”
Endless, like the aisles that the core of this
building traverses. Endless, like the long
working days in it. Endless, like the hours
of conversation side by side. Endless, like
the complicities, like the real friendship.
Endless, like the rolls of paper used to
manufacture cigarettes at some stage.
Endless, like the building itself.
Quiet, like all the places that time
scorns. Quiet, like the firmest revolutions.
Appealing, like everything forbidden that
is seen as possible.
Tidy, inside the chaos in which
unconsciously it has been imbued. Chaos
that gives it the life supplied by the
beating restlessness of people without
any space.
The public space widely desired
after losing its administrative interest,
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widely desired from the moment it is
placed at the disposal of those who want
to use it.
Engine of the activities that
emerge to occupy it. Shelter of those who
desire any kind of special freedom and
who don’t know that inside urban jails
this is just a myth: big, spacious, infinite...
but a myth.
Vulnerable, like everything that is
done without being the owner of its own
means; poor like the provisional.
Alternative, if this word has any
meaning when it is used to call what is
common in other places.
Broken, like everything that is not
free from human action.
Endless, like the search for the
most basic needs.
This space is an infinite succession
of aisles, rooms and courtyards; it is easy
to get lost in it. But, when you understand
its logic it is just a matter of following a
basic pattern, everything is predictable.
That is how my work is developed:
in a logical predictable labyrinth where
everything has its own benchmarks and
following them you reach the goal...
It consists of recreating the space
with the same materials; the rolls of
smoking paper are the intestines inside
the intestines that are the basements of
this building.
It is white, pure...like the
cigarettes resulting from it. It finally
becomes smoke and ashes, the creation
for the destruction.
In the particular case of this work
-carried on throughout a weekend- a
fact that increased the own ephemeral
meaning of the work itself took place:
during the night, some security guards
partially destroyed it becoming –this
way- unconsciously part of it; with their
action they stated the human action in
everything that they ignore and that,
without knowing how to face it up, takes
its own decisions –wrong or correct- but
self-governing.
Smoking paper and wood
were part of this ephemeral work that
was located in the basements of the
‘Tabacalera of Lavapiés’, it was part of it
for a moment, it reflected what –from
my point of view- was its idiosyncrasy
and wore off. But it left me an indelible
memory; a memory which I hope those
who see this work can recover for a
moment.
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urbanas esta no es más que un mito,
grande, espacioso, infinito... pero un mito.
Vulnerable, como todo lo que se
hace sin ser dueño de sus propios medios,
precario como lo provisional.
Alternativo, si es que esta palabra
tiene algún significado cuando es usada
para llamar a lo que es corriente en otros
lugares.
Roto, como todo lo que no está
libre de la acción humana.
Interminable como la búsqueda
de las necesidades más básicas.
Este espacio es una sucesión casi
infinita de pasillos estancias y patios, en él
perderse es fácil. Pero cuando entiendes
su lógica no es más que seguir un patrón
básico, todo es previsible.
De este modo se desarrolla mi
obra es un laberinto lógico, previsible,
todo tiene unos puntos de referencia, y
siguiéndolos se llega...
Es el recrear el espacio con sus
mismos materiales, los rollos de papel de
fumar son el intestino dentro del intestino
que son los sótanos de este edificio.
Es blanco, impoluto, como los
cigarrillos que salían de el. Para después
convertirse en solo humo y ceniza, la
creación para la destrucción.
“INTERMINABLE”
Interminable, como los pasillos que
recorren las entrañas de este edificio. In-
terminable como las jornadas de trabajo
en él. Interminable, como las horas de
conversación codo con codo. Intermi-
nable como las complicidades, como las
amistades de veras. Interminable, como
los rollos de papel con los que en su última
época fabricaban los cigarrillos. Intermi-
nable como este edificio en sí mismo.
Callado, como todos los lugares
despreciados por el tiempo. Silencioso,
como las más firmes revoluciones.
Atrayente como todo lo prohibido que
se ve posible.
Ordenado, dentro del caos en el
que sin ser consciente se ha imbuido. Caos
que le da la vida insuflada por la inquietud
latente de las personas sin espacio.
El espacio público codiciado en el
momento que deja de tener interés ad-
ministrativo, codiciado desde el momento
que se pone a disposición de quien lo
use.
Motor de las actividades que
surgen para ocuparlo. Abrigo de aquellos
que anhelan algún tipo de libertad espacial
y no saben que dentro de las cárceles
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tarse a algo toma sus decisiones, erróneas
o correctas, pero autónomas.
Papel de fumar y madera formaron
esta obra efímera que se ubicó en los
sótanos de la Tabacalera de Lavapiés,
formó parte de ella por unos instantes,
reflejó lo que a mi modo de ver fue su
idiosincrasia y desapareció. Pero dejó una
huella en mi, una huella que espero que
quienes vean esta obra puedan rescatar
por unos momentos.
En el caso de esta obra que se
desarrolló a lo largo de un fin de semana
tuvo lugar un hecho que reforzó el
propio sentido efímero de la misma.
Pues durante la noche los guardias de
seguridad del edificio la destruyeron par-
cialmente, convirtiéndose de manera in-
consciente en parte de la misma , con su
acción pusieron de manifiesto la acción
del ser humano en todo aquello que
desconocen, y no sabiendo como enfren-
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“Endless”
Endless, like ourselves earch.
“Interminable”
Interminable, como la búsqueda
de uno mismo.
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Broken, like everything that is not
free from human action.
Roto, como todo lo que no está
libre de la acción humana.
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A BELLEZA DE LA DECADENCIA
Paye Vargas Soria
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Abandoned places are the favourable,
fertile field for the metaphors and
adjectives.
Nothing is completely permanent
and clean. Things wear off by themselves,
they grow old. They get dirty, wear out
and disappear. Some of them are a bit
late in disappearing, some are later; but
everything is a matter of time. Death is
always at the end of the way. Maybe this is
the reason why abandoned places –when
they materialize the impermanence of
all that we are brought up to admire
according to our culture - impact us so
much and why so many people reject
them.
We disguise, hide and make up
decadence. We loathe degradation and we
try to avoid it. Thousands of products are
sold every day in order to fight against it.
We do not want to get old. We grow old
anxiously. The emotional side dominates
the reason and so the monsters appear.
And ... are there any other places apart
from an abandoned place where fears can
grow more freely? These fears announce
the irremediable future. Dampness, paint
peeling off the walls, chinks on the wall,
the floor that is all come up and broken
glasses are excellent metaphors that we
cannot evade and which fascinate me.
We set the tone of seeing the
world by setting up dichotomies. Dualism
is not only between body and soul but
also among the rest of the things: useful
or useless, increasing or declining, pure
or impure, inhabited or uninhabited,
occupied or abandoned. One thing
always excludes the other, generally with
a negative connotation. That’s the way
western culture is. We find it difficult to
harmonize what seems irreconcilable as
eastern people do, being this clearer in
the symbol of Ying-Yang.
We are divided. We are extremely
analytic. It is not strange that abandoned
places hold these negative aspects in
contrast to positive ones that are always
associated with inhabited and lively
places.
There are some abandoned places
that refer us to a way of seeing the word
which could be describe as ‘Buddhist’.
The lack of permanence in things,
desire debacle and the lesson of letting
everything to go away (or to stay behind)
are probably the most profound philoso-
phical lessons that can be found in those
places.
For us, abandoned places are
nice places; rich in shapes, freedom and
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are unique and quite often they cannot
be reproduced.
Questions, doubts, hypothesis and
mystery, inquiries and assumptions come
up...we have got some replies ahead of us...
a decadent sense of continuity. It is an
accurate inspiration for avant-garde
works of art; waste products can turn
into the raw material for contemporary
works of art provided that shapes and
outlines which produce the degradation
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Pautamos la manera de ver el
mundo marcando dicotomías. El dualismo
no sólo se da entre el cuerpo y el alma,
sino también en el resto de las cosas:
útil o inútil, creciente o decadente, puro
o impuro, habilitado o deshabilitado,
ocupado o abandonado. Una cosa siempre
excluye a la otra que, por lo general,
tiene una connotación negativa. Así es la
cultura occidental. Nos resulta muy difícil
conciliar lo que parece irreconciliable
como lo hacen los orientales, quedando
esto más que claro en el símbolo del
Yin y el Yang. Estamos partidos. Somos
por demás analíticos. No es extraño que
los sitios abandonados concentren esos
aspectos negativos en contraste con los
positivos, siempre asociados a los sitios
poblados y vivos.
Hay lugares abandonados que
nos remiten a un modo de ver el mundo
que podríamos calificar de “budista”. La
impermanencia de las cosas, la debacle
del deseo y la lección de saber dejar que
todo se vaya (o quede atrás) son, quizá,
las lecciones filosóficas más profundas
que se puedan encontrar en esos sitios.
Para nosotros, los lugares aban-
donados son sitios agradables; ricos en
formas, libertad y un decadente sentido
de la continuidad. Inspiración muy propia
Los lugares abandonados son el campo
propicio, fértil, de las metáforas y
adjetivos.
Nada es por completo permanente
y limpio. Por sí solas las cosas se deterioran,
envejecen. Se ensucian, desgastan y
desaparecen. Algunas tardan poco, otras
un poco más; pero todo es cuestión de
tiempo. Al final del camino siempre está
la muerte. Quizás sea por eso que los
lugares abandonados, al materializar la
impermanencia de todo aquello que
culturalmente estamos educados para
admirar, nos impacten tanto y sean tantas
las personas que los rechazan.
Enmascaramos, ocultamos y
maquillamos la decadencia. Detestamos
la degradación y tratamos de evitarla.
Miles de productos se venden a diario
con el único fin de luchar contra ella. No
queremos hacernos viejos. Envejecemos
con angustia. Lo emocional domina a la
razón y es así como nacen los monstruos.
¿Y en qué otro sitio que no sea en un
lugar abandonado crecen con mayor
libertad esos miedos? Ellos nos anuncian
el porvenir irremediable. La humedad, el
desconche de la pintura, las rajas en la
pared, los suelos levantados y cristales
rotos son excelentes metáforas que no
podemos eludir y me fascinan.
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Las preguntas aparecen, las dudas,
las hipótesis y el misterio, las indaga-
ciones, las suposiciones... las respuestas
nos esperan..
para las artes de vanguardia, los desechos
pueden convertirse en la materia prima
del obras de arte contemporáneo, dado
que los contornos y formas que produce
la degradación son únicos y muchas veces
no reproducibles.
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LA L
UZ R
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BRAS.
LIGHT TEARS D
ARKNESS WHITH IS WO
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49
DARKNESS TE
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50
olaboraciones
51
Iván del Arco SantiagoUlises Faragüit
V. H. Gª. BreaEva Lavilla Rey
Cris Martín “La Princesa Inca”
olaboracionesC
52
“Hasta encontramos difícil ser seres humanos,
hombres auténticos, de nuestra propia carne y
hueso; nos avergonzamos de ello, creemos que
es ignominioso, e intentamos convertirnos en una
especie nunca vista de hombres generalizados.
Hemos nacido muertos y, durante largo tiempo,
no hemos sido engendrados por padres vivos,
cosa que nos agrada cada vez más. Le estamos
tomando el gusto. Pronto inventaremos la manera
de nacer de una idea. Pero con eso basta; no
quiero escribir más desde el subsuelo”.
F.M.Dostoyevski “Memorias del subsuelo”
El hombre del subsuelo
Os habla el hombre sin poderes, el hombre
del subsuelo. La vida más vulgar adquiere
en la penumbra algo de sugerente misterio
pero no os dejéis engañar porque aquí no
hay ningún secreto que desentrañar, los
velos de Isis han caído hace tiempo. Aquí,
en el subsuelo, los hombres sin poderes
nos movemos torpemente en la oscuridad,
tropezamos a menudo y nos palpamos
con ansiedad para certificar que no nos
ha sido arrebatada una porción de carne
cenicienta. Somos hombres vulgares
Nítida balancea tus dientes en el preci-
picio,
todo mutó hacia una forma que desco-
noces y ahí sigues,
desequilibrista muda,
extraña de ti misma.
Cris Martín “La Princesa Inca”
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El hombre del subsuelo teme
la luz como el leproso apartado largos
años del resto de los vivos y no perdona
a quién enfoca con su luminaria su
maltrecho cuerpo: es la vergüenza por la
fealdad pero también una coartada para
negar su imagen ignominiosa, para obviar
su responsabilidad en esa degradación
consentida. Por eso ansiamos el olvido,
habitamos un espacio que es tránsito
hacia la muerte como la cripta de una
iglesia. Pero éste no es un lugar santo, en
nuestra gruta no nacen ideas eternas y
bellas porque somos radicalmente (hasta
la misma raíz) feos.
“…Pero con eso basta; no quiero escribir más
desde el subsuelo”.
Eva Lavilla Rey
porque hace tiempo apostamos nuestros
poderes y perdimos. Seres hechos de sus-
ceptibilidades, carentes de la fe creadora
y de amor.
Algunas veces los estrangulados
rayos de luz que entran por el tragaluz
atraviesan nuestros cuerpos agujereados;
sentimos, entonces, un dolor impropio
porque no nos toca, tan solo roza
nuestro vacío. Ya no podemos sentirlo
del todo, nos quedan jirones alrededor
de esos huecos que parecen agujeros
microcósmicos. Nos duele la conciencia
como duele un miembro amputado,
entonces nos ovillamos y nos sorprende
recordar brevemente que fuimos otros:
seres plenos, a los que los rayos de luz
no podían atravesar como espadas incle-
mentes. Éramos otros, seres reflectantes,
formas superiores de vida no avergonza-
da. Esta constatación nos aturde un breve
lapso de tiempo hasta que nos olvidamos
de nuevo, nuestra memoria es como la de
los peces, corta y acuática. Después de un
episodio de este tipo en la boca sentimos
el sabor de la ceniza y del esparto que
finalmente termina por desaparecer.
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primigenia dispuesta en el suelo como un
tesoro peligroso y mortífero, como una
nueva caja de Pandora…
Después, el verdadero hallazgo fue la
escritura menor. Los signos, como si de
catacumbas profanas se tratara, aparecie-
ron en las paredes para hablarnos de vidas
menores como la nuestra, con desprecio
y olvido de faraones. En los muros se
revelaron interrogaciones procedentes
del pasado, preguntas que nos interpe-
laban con insistencia. Empezamos a leer
con los dedos en los muros como cuando
éramos niños y recorríamos las paredes
con un dedo rezagado y moroso, como
ciegos que sienten en el relieve de la
palabra un relato nuevo y emocionante.
Entonces pudimos oír la voz de aquellas
mujeres que habían liado cigarros como
las diosas menores lían las hebras de la
vida para ajustarlas a discursos blancos y
uniformes, que se consumen en el mismo
momento de ser leídos.
Mujeres que construían frágiles arquitec-
turas de papel, juegos de la imaginación
que trazan itinerarios y vidas paralelas.
La palabra incandescente
La luz derramada sobre nuestra frente
nos quemó para siempre dejándonos una
marca indeleble, fue entonces cuando un
ángel compasivo nos trajo la palabra para
evitar que el destello nos dejara ciegos.
Y con ella construimos un fuerte donde
resguardarnos y un puente para alcanzar
a los demás. Y si antes nos abrasó la piel
la luz inclemente, ahora es el fulgor de la
palabra el que abre un tajo en nuestras
entrañas como una navaja afilada.
La palabra incandescente fue abandonada
como un artefacto peligroso en medio
de las tinieblas y no tuvimos más opción
que abrazarla. Y al abrir el ingenio su
contenido rebotó en las paredes como
un eco. Las palabras nos persiguieron
como estorninos inquietos, afiladas como
fotones en guerra, las letras se acabal-
garon en partículas fluorescentes y re-
verberaciones de prosodias abrasadoras
quedaron suspendidas del techo como
banderines de cumpleaños. Así per-
manecimos, subyugados por la palabra
55
Todas aparentemente iguales, todas
idénticas como cigarros. Las vidas de
“la multitud en la historia”, todas apa-
rentemente monótonas. Y, sin embargo,
la incandescente luz que irradia cada
una de ellas semeja a la de un cigarro
encendido en la oscuridad. Todas únicas.
Lo sabemos con certeza porque nosotros
somos masa, muchedumbre, turba, plebe,
chusma… somos legión. Y cada uno de
nosotros conocemos, aunque a veces lo
olvidemos, que somos un milagro del azar
y la biología; y, en fin, que somos parte del
misterio.
Eva Lavilla Rey
Glosario improvisado
• Ritual de exorcismo:
Acto formalizado en el que se produce la
expulsión (véase la voz “expulsión”) por
el imperio de la fe, de la fuerza maligna
que se ha apoderado de un cuerpo. Existe
un conocimiento específico para lograr
el objetivo de sacar el ente demoniaco
del cuerpo. Uno o varios miembros de la
comunidad son portadores de ese cono-
cimiento lo que les autoriza a usarlo de
forma exclusiva.
• Ritual del desalojo:
Acto formalizado por el que se produce la
expulsión de los elementos o individuos
que se consideran nocivos para el cuerpo
social, sea porque han ocupado un edificio
sin consentimiento, porque no son
capaces de pagar las letras de la hipoteca
bancaria o porque intervienen artística-
mente de forma clandestina. Las fuerzas
de orden público tienen el monopolio
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La Abeja Reina
A mi abuela Paz
Olor a muerte,
olor a vida.
Vida que no es vida,
vida, que es intriga.
La abeja Reina se muere
sobre césped de lana fina.
Y en un aliento de vida,
mi abeja reina respira.
Iván del Arco Santiago
de la violencia y son los únicos autoriza-
dos por las leyes de la comunidad para
proceder a la expulsión.
• Expulsión:
Situación que todos los seres humanos
hemos sufrido alguna vez, desde el
momento en que dejamos de ser seres
celestiales a la derecha de Dios y nos
convertimos en carne que ocupa un
espacio. Expulsados del paraíso por
pecadores, de sus países por conflictos
bélicos, expulsados de clase por hablar
con el compañero, del país por inmigran-
tes, expulsados de la comunidad religiosa
por la orientación sexual, desalojados de
los subsuelos por antipatías insolidarias.
Sacados a la fuerza del lugar de creación,
lastimados por la muerte de la confianza
y la fe en el hombre.
Eva Lavilla Rey
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Esencia
A mi padre
Un momento, aliento,
una vida, sosiego,
un instante, tormento,
un hecho, eternidad,
un juicio, fuego,
de Helios, gloria,
de hoguera, Hades,
un momento para siempre,
una vida, de repente.
Iván del Arco Santiago
La ironía del espacio
Es irónico como aquel espacio que sirvió
para la confección de cigarrillos, cuyo fin
es ser quemados, destruidos, ahora es
soporte de una obra efímera, evanescen-
te, como el humo de aquellos pitillos en
la comisura de los labios de Humphry
Bogart. Es curioso como se llegan a asociar
las ideas y nos transportan a recuerdos
de otro tiempo. Y es ahí, en el recuerdo
evocador que produce la vieja fábrica
transformada en centro de encuentro y
actividad artística, lo que la convierte en
lugar de excepción para el trabajo de este
póker de artistas que en cada interven-
ción nos regalan un poco más de ellos,
de sus apreciaciones, de sus sentimientos,
miedos e inquietudes.
Cuando uno entra en tabacalera una
miscelánea de imágenes se nos presentan,
pero si se prosigue, y se tiene la posibili-
dad de descender al sótano, inaccesible al
público, simula ser un descenso órfico a
un mundo de silencio y soledad. La nada
emerge según avanzamos por sus pasillos
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donde el concepto metafórico se muestra
para recrear juegos irónicos.
El gran espacio otochentesco
mantiene una estructura fabril ordenada
que en su múltiple fragmentación se
convierte en laberíntica. Una gran
paradoja, como la que nos presenta Kike
en su tiralíneas donde el papel de fumar
rodea los robustos pilares que sostienen
las estancias en las que otrora esos blancos
rollos se almacenaban. De nuevo la ironía
se nos hace presente. La ductilidad del
papel contrasta con los recios pilares que
separan los vacuos espacios de la basta
construcción, a la vez que el blanco en
perfectas líneas rectas, que se entrecru-
zan ordenadamente, parecen separar
la luz de las tinieblas. Dos laberintos
se nos presentan: el del propio espacio
mediante esos juegos provocados por la
luz que penetra por las ventanas altas que
comunican con la calle, y el que Kike nos
ha dibujado con los rollos del albo papel
de fumar.
Y para terminar, de repente, entre
la oscuridad que tenuemente se disipa con
los esporádicos rayos que iluminan los
y galerías abovedadas con los muros
pardos que invitan a la meditación sobre
su pasado, un canto a la melancolía que se
refuerza aún más en las nuevas sombras
de Javier cuya plástica se esconde en los
colores terrosos de la pared que parece
metamorfosearse en expresivos hombres,
como su deconstrucción humana que se
yergue en medio de la nada y de la luz
que la matiza. Y es que la luz es personaje
de excepción en este coctel de formas
que conjugan nuestros alquimistas de la
ocupación.
Luz que recrea teatrales contralu-
ces que enfatizan la fuerza de este lugar
que ofrece una unidad escenográfica,
acogedor leit motive de este proyecto
de Latidos del olvido. Luz que con sus
cambios hace palpitar al propio espacio y
al paseante que siente el eco de sus pasos
al tiempo que intuye sonidos del pasado. La
luz limita sin límites, recorta los espacios
con sus contrastes, de la misma forma
que Diego en sus imágenes busca las
fronteras del espacio en las matemáticas
y la función, la geometría y la producción,
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sótanos, una luz autónoma proyecta las
ideas que Paye nos acostumbra a regalar y
que nos invitan a pensar en sus sentimien-
tos e inquietudes. Palabras que se funden
al abrigo de la luz, como aquella luz de
los iluminados, de los consecuentes, que
emerge de un cubo solitario en medio de
la yerma sala, es metáfora de la soledad
del pensamiento. El espacio muta hacia
lo trascendental, en un trayecto entre la
melancolía del pasado y del presente, ma-
terializada en la evanescencia de la obra.
Ecos del ayer conviven con palabras del
presente, proyecciones de un futuro.
De nuevo la luz, la nada y los recios
muros aparecen en la praxis creativa, im-
provisando una esfera metafísica en la
que convergen diversas concepciones
existenciales, que a su vez conforman la
unidad entre estas cuatro manifestacio-
nes artísticas, a las que el resto de cola-
boradores tan solo queremos poner un
acento testamentario.
Iván del Arco Santiago
Sucesión
No puedo dejar de mirar esas paredes,
esa sucesión de ladrillos, ese mar de
arcilla cocida, de polvo, de pintura y
suciedad. No consigo apartar los ojos el
océano congelado de sus muros. Ese mar
de vida. Sí, de vida, porque en definitiva no
es más que eso. Vivir es caos, desorden,
es encontrar cosas fuera de lugar, desear
que todo fuera de otra manera, es
lucha y tensión. Las casas llenas de vida
son hogares, y los hogares viven con el
desorden. Mi propia vida es desorden;
no respiro como debo, no ingiero como
debo, no amo como debo, no deseo
como debo. Se me escapan los deseos
por entre los dientes, y la vida es encajar
esa miríada de piezas. Vivir es la tensión
que me empuja a encontrar el sistema del
desorden, la búsqueda de esa homeos-
tasis. Es intentar algo, un no sé qué, tal
vez crear aventuras en ese caos…pero
la vida es también vaciedad. Es triste, y
cuesta trabajo vivir. Triste en sí misma,
es una pared que se ha de escalar, aga-
rrándote a cualquier saliente, buscando
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huyo de ese espacio de abandono. Al
contrario, me llama, y yo voy hacia él. Me
maravillo al considerar que un espacio
como este, que era manantial de riqueza
para algunos, fuente de lujo para pocos
y medio de vida para muchos, es ahora
el santuario de la pobreza. Un santuario
en el que solo se puede venerar la deses-
peración. Los pobres escalan sus muros,
penetran por sus vanos. Los pobres ante
el poderío del abandono, en una corte de
milagros miserables.
Ulises Faragüit
pretextos para seguir escalando, y, sin
embargo, puede ser también bella, si
la lleno de belleza. Llenar mi existencia
de belleza, de experiencias sobrecoge-
doras, de sensaciones y momentos que
alumbran experiencias. Llenar el espacio
de mi existencia, el intervalo entre cada
uno de mis latidos.
No puedo dejar de observar
cómo la luz se derrama por los muros, esa
luz creadora, que hace aparecer las cosas
en el espacio. La luz que no existe si no
existen las cosas, las cosas existen porque
yo existo. Esto me lleva a encontrarme
con más mundos, con todos los universos
posibles, porque quiero existir, quiero
existir mucho, hacerme presente es todas
las dimensiones posibles, ser pleno. Pasear
por las playas de los trópicos, sentir el
zumbido del viento en mis oídos. Las
playas tropicales acariciando las plantas de
mis pies. Esas playas comienzan a existir
en el momento que las considero.
Cada paso, por lento y silencioso
que pretende que sea, es un crepitar
continuo, una hoguera de frío, de separación,
de desamparo. No, no tengo miedo, no
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Las ruinas de lo que nunca fue
Mientras fuera la verdad del calendario
se imponía y afirmaba que habían trans-
currido años, yo supe el tiempo detenido;
mientras la verdad del suelo que pisaba
anunciaba un espacio posible, yo supe de
su engaño...Todo comenzó el día en que
el lugar en el que quise levantarme y le-
vantarle, como quien vislumbró el águila y
el nopal, me susurró desde la lejanía "no
estoy" y advertí que no estaba sino sobre
las ruinas de lo que nunca fue; que no es-
taba sino donde una vez noté sucederse
días de estreno; días siempre nuevos, úni-
cos, sustentados en la esperanza; días en
los que, ilusionada como estaba, el tiempo
discurría amablemente sobre mí y yo lo
estiraba, antojándoseme eternas sus po-
sibilidades, y las de él, y las mías, y aun las
de un nosotros y fui dulcemente incons-
ciente de toda finitud, de toda derrota...
Pero desde la epifanía de la certeza de la
extinción de aquel lugar, me sé, sin haber-
me mudado, nuevamente en otro mundo;
me sé, pese a la apariencia, en un tiempo
agotado. Así, el espacio en que una vez
renací, y asimismo el otro y el mundo re-
nacieron, me anunció todas las muertes.
Otra vez habría de reinventarme. Ahora
de nuevo soy Mercurio: proyecto, posibili-
dad, potencia... Y mientras fuera la verdad
del calendario se sigue imponiendo, me
digo: "se me agota el tiempo; se consu-
me el tiempo; el tiempo del ser que tengo
detenido".
V. H. Gª. Brea
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