LEYENDAS Y OTROS CUENTOS DE
SOTAQUÍ
MILAGROS Y TRAVESURAS DEL NIÑO DIOS DE SOTAQUI
. Son muchas y variadas las versiones de las historias que
cuentan las travesuras y milagros del Niño Dios de Sotaquí,
algunas de ellas sobresalen por su ingenuidad, lo
sobrenatural y otras por el carisma de fe que algunas
personas le han dado y que no aparecen escritas en los
designios de la imagen del infante de nuestro Señor
Jesucristo. A continuación se describen algunas de ellas
1.- Cuentan que hace muchos años, la zona del Limarí fue afecta por una gran sequía
que se prolongo por unos cuantos años, había una gran escasez de alimentos, la tierra
no producía cosecha alguna y la falta de agua era escasa hasta para beber y que en la
imagen divina del Niño Dios se reflejaba una gran tristeza, y dicen que, el tomaba
forma humana y salía a recorrer los campos áridos y secos. Muchos testigos afirman
haberlo visto caminando por algunos lugares y que cuando retornaba a su altar, muchas
veces encontraron sus zapatitos llenos de tierra y sus vestiduras con amores secos y
pegapegas.
En vista de esto, algunos parroquianos incluido el alcalde, solicitaron al cura párroco
hacer una procesión con la imagen del Niño Dios para implorar a Dios por intermedio
de su hijo la lluvia que tanta falta hacia para los campos. El Sr. Cura accedió a dicha
petición y bajaron del altar al Niño Dios y lo pusieron en su anda de fiestas, adornado
con flores hechas de papel y ramas de pino lo llevaron en solemne procesión por las
calles del pueblo y a los pocos días después de haber realizado este desesperado gesto
de fe, comenzó a llover de forma copiosa en los campos de zona.
Y cuentan que fue tan bien venida esta lluvia que hasta el propio Niño Dios salió a
recorrer los campos verdes y en sus zapatitos era muy común ver rastros de barro.
Realmente el 5 de junio de 1925 fue cuando se realizó dicha procesión para
implorar por la lluvia y a modo de anécdota algunos cuentan que fueron tantas las
lluvias que se dejaron caer, que de sequía se paso a grandes estragos y que muchos
solicitaron al cura párroco sacar nuevamente al Niño Dios en procesión para que dejara
de llover.
2.- Se cuenta por ahí, que el Niño Dios suele bajar de su altar para salir a jugar con
algunos niños del pueblo, muchas personas afirman haber jugando con El en su
infancia, pero cuando se acercaba alguna persona mayor este desaparecía por arte de
magia y otro dicen que era muy común que las ropas y zapatitos del Niño Dios se
ensuciaran frecuentemente.
Cabe recordar que según la tradición oral la Sra. Antonia Pizarro, encontró la imagen
cuando unos niños jugaban con esta y según otra de las versiones se dice que esta
piadosa señora, al ver al niño jugando casi desnudo, lo tomo de un brazo y este se
convirtió en estatua.
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Al Niño Dios solía vérsele a menudo jugando en solitario o con otros niños en el
bosque de la "Plazuela" y de las últimas veces que escuche que el Niño Dios se
le habría aparecido a algunos niños fue en la segunda mitad de la década de 1980, el
que según ellos este se les apareció en el templo y jugaba a esconderse entre las
bancas.
3.- Hace muchos años atrás, vivía en Sotaquí un adolescente que era muy piadoso y
que como buen hijo ayudaba en los quehaceres laborales a su padre, quien era un
humilde agricultor y que como este era un hombre de avanzada edad, este joven debía
encargarse de regar los cultivos que tenia su familia en la isla, y como el agua no
siempre pasa por el canal todos los días y muchas veces había que regar de noche, este
niño solía hacer esta labor en completa soledad y oscuridad. Cuando una noche que el
caminaba a hacia río por el callejón de la quebrada se le apareció un niño vestido
completamente blanco y este se ofreció acompañarlo y juntos se fueron al sembradío.
Cuando estaban por terminar su labor apareció un gran pájaro de ojos grandes y rojos
como el fuego al que llaman Piuchen, este se abalanzo ferozmente sobre el joven, al
ver este ataque el niño se interpuso entre ellos con un fuerte resplandor blanco y le
ordenó con gran autoridad que dejara molestar al joven.
El niño muchas veces acompañaba en sus labores al joven, especialmente de
noche y cuando terminaban su labor el niño lo acompaña hasta frente de la iglesia,
donde se despedían como muy buenos amigos.(1)
EL LADRON DE TEMPLO
Cuando corrían los años treinta del siglo XX, una penosa noticia se hizo escuchar en el
pueblo de Sotaquí, habían robado el mundo de oro de la mano y el corazón de plata del
cuello del Niño Dios, los que fueron obsequiados por doña María Toro viuda de Tapia
en gratitud por un favor concedido (ver Primeros testimonios de prodigios del Niño
Dios de Sotaquí).
Dicha noticia alarmo mucho a la comunidad sotaquina, pero las investigaciones no
dieron fruto y nunca se pudo atrapar al que realizo dicho sacrilegio, pero el ladrón no
contaba con la astucia de un señor muy corredor que solía saber todo lo que
sucedía en pueblo. Un día este señor hablo con el cura párroco porque tenía más de
algunas sospechas de quien era el ladrón y solicitó a que lo dejaran poner un pequeño
cartel en la entrada del templo, para así identificar y descubrir al autor del robo, no dio
nombre alguno, porque le faltaban pruebas, pero pensó que con este escrito el ladrón
sería desenmascarado.
Así fue como este señor con la autorización del cura párroco, puso un letrero en la
entrada del templo el que decía; "Piadoso hombre de malas costumbres, ruega al Niño
Dios que encuentres trabajo en las cumbres."
El hábil investigador creía que el ladrón era un hombre que había llegado del norte y
cuyo oficio era el de minero y que por falta de trabajo se habría asentado en Sotaquí,
además, era un hombre que desde su llegada acostumbrara visitar todos los días el
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templo, especialmente cuando no había mucha gente en su interior.
Tal parece que este señor se sintió muy afectado por lo que decía el cartel, así que un
día, de la noche a la mañana desapareció de Sotaquí sin previo aviso y sin dejar rastro
alguno. Fue así como este ladrón solo se acuso de su fechoría y la policía comenzó su
búsqueda, pero gamas se le pudo encontrar en lugar alguno.(1)
EL TESORO DE GUAYACAN (La otra versión)
Según cuentan algunas personas antiguas de Sotaquí,
que parte del tesoro
de Guayacán se encuentra escondido, en las
inmediaciones de Sotaquí, entre los cerros que rodean a
este pueblo hacia el sector de Quebrada Seca.
Se cree que Sir Francis Dreake, quien comandaba a los
corsarios ingleses que le arrebatan los tesoros a la
corona española y que acostumbraban a saquear, y
atacar los puerto de las costas del océano Pacífico, no
escondieron sus tesoros en la bahía de Guayacán en
Coquimbo, por motivos obvios y estratégicos, y que
estos huyeron con el botín divido en dos partes; una
parte la ocultaron al interior del valle de Elqui y la otra
en el valle de Limarí, en el sector de Sotaquí.
Muchos sotaquinos dedicaron gran parte de su tiempo a investigar y buscar este tesoro,
uno de ellos fue don Manuel Tapia y don Ramón Ortiz, quienes más de alguna vez me
contaron que habían encontrado en la cumbre del cerro El Indio hacia el lado sur-este
de Quebrada Seca una vieja puerta de hierro enclavada en la tierra y con gruesos
candados y que por falta de personal y herramientas no pudieron abrir, postergando
esta labor para otro ocasión, pero nunca más pudieron encontrar esta puerta. (1)
EL SONIDO DE LAS CAMPANAS
Cuando se produce el levantamiento de la escuadra
naval chilena, suceso que dio origen a la revolución de
1891, el país era afectado por violentos hechos de
sangre y violencia interna. Las partes en conflicto
buscaban y enrolaban por la fuerza a hombres para ir a
luchar, por ser esta una guerra civil, muchos hombre y
en especial jóvenes se ocultaban para que no ser
enrolados en cualquiera de las dos fracciones
antagonistas.
Pero como los destacamentos que se encargaban de
reclutar a los hombres, llegaban sin previo aviso al
pueblo, se creó un sistema de alarma, el que consistía
en tocar las campanas de las haciendas, las que
llamaban a la jornada laboral a los peones, dando aviso
oportuno para que los hombres sanos y aptos para
luchar se escondieran, muchos de estos se ocultaban en
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el entretecho y campanario de la iglesia antigua,
la que se ubicaba en el sector del Paltal.(1)
LA LLORONA
Muchos personas sotaquinas aseguran de
la existencia de La Llorona, de ella se
dice que es un alma en pena, que cada
cierto tiempo camina por las calles y
sobrevuela por el pueblo Sotaquí.
En la mitología chilena y Latinoamérica
existen variadas versiones de esta leyenda,
dependiendo de la zona geográfica y sus
creencias populares.
Versión Generalizada: Se cuenta que la
llorona es un espíritu de una mujer que
tenía 3 hijos y que estaba muy enamorada
de un galán de alta alcurnia.
Por cierto tiempo mantuvieron su relación en forma muy oculta, ya que para este
hombre no era muy favorables que los demás supieran que tenía una mujer con 3 hijos
con no eran de Él.
La mujer solo quería desposarse con este galán, pero existía el inconveniente de sus 3
hijos, pero los prejuicios sociales se lo impedían, entonces esta mujer en arrebato de ira
y de locura, comete infanticidio, dando muerte a sus 3 hijos, para así poder casarse con
su enamorado.
El enamorado horrorizado por este acto, la dejó y la denuncio a la policía, ella en vista
de que su acto no trago ninguna consecuencia para poder casarse con este hombre, y
con la mente mas despejada se dio cuenta del horrible crimen que había cometido y se
quito la vida.
Es por eso que el alma de esta mujer divaga por los campos y las ciudades llorando de
arrepentimiento por el horrible crimen que cometió con sus 3 hijos.
Versión Sotaquina: Cuenta la leyenda que la Llorona, es el espíritu de una mujer que
se suicido después que su enamorado la dejo esperando a los pies del altar por otra
mujer, pero antes prometió vengarse con todos aquellos hombres infieles que
escucharan su desgarrador llanto.
El espíritu de La Llorona comienza su deambular desde la población CORVI, en donde
antiguamente se encontraba ubicado el antiguo cementerio, su llanto se puede
escuchar a nivel de suelo el que luego comienza a elevarse por el aire en busca de
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aquellos varones que han sido infieles a sus esposas o novias, los que debido al gran
temor que sienten dejan este mundo de un gran infarto al corazón.(1)
LA CUCA-MULA
La leyenda de la Cuca-Mula, cuenta que es un espíritu
que toma la forma de una mula que vuela, relincha y tira
monedas de plata y si alguna persona recoge una de estas
monedas esta condenada a que se lleve su alma al más
allá. Este espíritu hace sus apariciones por lo general en
Semana Santa o para el día de San Bartolomé en el mes
de agosto.
Generalmente, la Cuca-Mula se les presenta a aquellas
personas que deambulan a altas horas de la noche y
madrugada, cuyas almas están llena de envidia, egoísmo
y ambición.
Se dice, que en Sotaquí vivió una dama muy orgullosa y
beata; un noche se levanto de su cama para ir al baño y
cuando había hecho sus necesidades biológicas al volver
a la casa, escucho relinchar un mular y por un angosto
sendero del huerto, escucho caer monedas y a las luz de
vela comenzó a recogerlas una a una y a medida que
hacia esto la mujer fue desapareciendo poco a poco
debido a la gran ambición que tenía en su corazón.(1)
LA GUAGUA QUE LLORA EN LA PLAZA
En el sector de la plaza de Sotaquí, de vez en
cuando en las noches se escucha el conmovedor
llanto de un lactante. Se cree que es el espíritu de un
angelito que ya hace enterrado sin cristiana
sepultura en este sector. Se dice, que esta guagua
pudo ser hijo de gitanos, que en tiempos pasados
acostumbraban a levantar su campamento en este
sector pueblo.
Este espíritu suele penarle a las parejas de
enamorados que se juntan a altas horas de la
madrugada en el sector de la plaza, y también suele
dar sus buenos sustos a aquellos borrachitos que
deben pasar obligatoriamente por este sector al
dirigirse a sus hogares, muchos de ellos a pesar de
llevar algunas copas de más, suelen llegar sin
borrachera a sus casa, pero con el corazón en la
mano.(1)
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LOS DIABLOS DE ORO DEL MRS. HORSBY
Cuenta la gente del pueblo que en la calle
Francisco Bilbao, vivió un extranjero
llamado Alfred Horsby, en la actual
propiedad de la familia Díaz Cortés, este
gringo vivía en un hermoso chalet, era una
persona muy introvertida, y pocas
personas del pueblo tenían algún grado de
amistad o conversación con él.
De él se cuenta que había hecho pacto con el demonio y que vez en cuando solía
visitarlo. Muchas personas atestiguan que vieron entrar a su casa a un hombre alto,
vestido de negro y desconocido, además, se dice que poseía dos estatuillas de oro con
la imagen del maligno de aproximadamente unos 60 cm.
La muerte de Mr. Horsby fue muy extraña, se dice que una de las pocas amistades que
tenía era el funcionario del registro civil de aquel tiempo, el que se percató de que algo
raro pasaba en la casa del Mr. y luego de varios días fue encontrado muerto en su
cama.
Al no tener familiares o descendientes, el fisco remato esta propiedad, la que se
adjudicó otro extranjero de apellido Sharper.
Después de un tiempo, en la década los años 60, Mr. Sharper fue visitado por una
sobrina llamada Yuvitsa, la que falleció poco antes de viajar a Antofagasta para
contraer matrimonio; este hecho sucedió en un gran incendio en una noche de lluvia y
relámpagos.
Testigos cuentan que no pudieron sacarla con vida, porque, se escuchan voces que
confundían a las personas que ayudaban a apagar el incendio e intentaban salvarla,
algunos de los que estuvieron allí fueron; Vidal Segovia (Caciano), Carlos López, entre
otros.
Muchas personas dicen haber visto el fantasma de esta joven, cerca de las rejas del
chalet en una actitud de tristeza.
En el lugar de incendio aún quedan los cimientos de la casa y en este lugar se
construyó una hermosa gruta con la imagen de la Virgen de Lourdes.
De los diablos de oro del Mr. Horsby no se supo nada más, quizás el gringo se llevo el
secreto a su tumba, si realmente existieron ¿dónde están?. Si la historia de estas
estatuillas es cierta, yo personalmente tengo mis hipótesis.(1)
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SOTAQUI UN PUEBLO SIN LEY
En el tiempo en que se construyó el canal de regadío Recoleta, Sotaquí era el
asentamiento obligado para los obreros que trabajaban en esta obra (afuerinos o
sureños) y muchos de ellos no eran de los trigos muy limpios.
Los fines de semana cuando correspondía el pago de los trabajadores, Sotaquí se
convertía en un pueblo sin ley al más puro estilo far west, debido a la gran cantidad de
cantinas y prostíbulos que se instalaban para sacarle todo el dinero a estos trabajadores.
Como en Sodoma y Gomorra se producían rencillas y robos, por las borracheras y
apuestas, la gente del pueblo tenía mucho temor a estas personas, por lo cual, se
encerraban muy temprano en sus casas los fines de semana, por la escasa protección
policial que existía.
Los fines de semana muchos de estos trabajadores desaparecían sin dejar rastro alguno,
se cree que eran asaltados y asesinados o a causa de las riñas por apuestas. Sus cuerpos
eran enterrados a la orilla de este canal, donde se acumulaba mucho material árido y
como eran demasiado el número de ellos, nadie se daba cuenta de estas ausencias.
Muchas personas que han caminado en la noche por la berma de este canal cuentan que
es muy común sentir las penaduras de estos desdichados obreros que no han
podido descansar en paz en busca de venganza y de una cristiana sepultura. (1)
EL LAZARETO A LOS PIES DEL CERRO REDONDO
En el siglo XIX y principios del siglo XX, el país fue afectado por
una fuerte epidemia de viruela y tuberculosis, en Sotaquí estas
pestes afectaron a muchas personas, de las cuales, muchas de ellas
fallecieron el lugar de cuarentena llamado Lazareto, el que
se encontraba ubicado a los pies del cerro Redondo, prueba de esto
son las excavaciones y minas aterradas a los pies de este cerro
donde eran sepultados las personas que sucumbían a este
enfermedad.
Las provisiones, medicinas y alimentos eran entregados o dejados
por los familiares de los enfermos a una cierta distancia del
Lazareto para que estos no fueran contagiados.
Una vez que el descubrimiento de la vacuna contra viruela por
parte de Edward Janner y de la penicilina por de Alexander
Fleming, estuvieron al alcance de las personas enfermas, el
Lazareto de Sotaquí fue clausurado, las excavaciones y una mina de
cobre que existía a los pies del cerro Redondo fueron aterrados y
este lugar clausurado.(1)
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EL FANTASMA DE LA LINEA DEL TREN
Por el sector de la línea del tren, entre la quebrada de doña
Rosa y la estación de ferrocarriles, después que pasaba el
tren de la media noche, por un largo tiempo solía verse un
fantasma completamente de blanco, de gran volumen y
estatura, el que caminaba entre los rieles paso a paso por
los durmientes en forma lerda y lenta. Este hecho tuvo muy
preocupado y atemorizado a todo el pueblo y por un largo
tiempo nadie se atrevía a salir de sus casas a altas horas de
madrugada.
Pero el fantasma de la línea, no contaba con la valentía y la
astucia de una vieja mujer de armas tomar, que no creía en
la existencia sobrenatural de estos hechos, la que se
propuso desenmascarar a dicho espectro o a quién
estuviese detrás de todo eso.
Una noche esta vieja mujer, montada a caballo, espero oculta a dicho fantasma y
cuando este apreció caminando por la línea férrea, atrinco a su caballo por delante de
este y de un chicotazo desenmascaró a quien está debajo de un paraguas cubierto por
una sábana blanca.
El fantasma resulto ser una joven de una prestigiosa familia, la que se escapaba por las
noches de su casa para visitar a su enamorado quién era carruncho de
ferrocarriles y que vivía en la casa que esta al costado norte de la estación. La joven al
ser descubierta, le suplico que no le contará nada a sus padres quienes no aprobaban
dicha relación, la vieja mujer comprendió su situación y le prometió no contarle a
nadie la verdad.
La vieja mujer irónicamente comento esto con todo el pueblo, pero nunca, dijo el
verdadero nombre de la joven y ella solo la llamaba la "come riel".(1)
LA LEYENDA DEL CURA SON CABEZA
El cura sin cabeza suele aparecerse a aquellos parroquianos
que en los meses de invierno suelen vagar a altas horas de
madrugada cerca de la plaza del pueblo, este espectro con
sotana, camina por la acera de la casa parroquial, espantando
a aquel que encuentre en su camino..
Una noche en que un joven caminaba por el sector de la plaza, después de haberse
despedido de su amada, cuando encendía un cigarro frente a la puerta de la iglesia se le
apareció el cura sin cabeza, el susto fue tan grande que no se acordó ni siquiera del Ave
María Purísima, lleno de espanto corrió por la calle Francisco Bilbao y entro
rápidamente a una cantina contando lo que le había sucedido y algunos valientes con
un poco de alcohol en sus cuerpos decidieron ir a verificar el suceso y se encontraron
con este fantasmas que luego de dirigirse hacia ellos se convirtió en un enorme perro
negro con largas cadenas el que los persiguió por las calles de pueblo, muchas personas
en sus hogares sintieron este gran alboroto y ruido de cadenas, y por las ventanas
vieron como estos corrían con gran desesperación.(1)
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LA CARROZA FANTASMA
En las noches en que el pueblo se cubre de una neblina tenebrosa,
es común escuchar el ruido de una carroza tirada por unos
diabólicos corceles, que quiebran las piedras con sus pesadas
herraduras, la que comienza su rodar desde el sector de la hacienda
y llega hasta el sector de la plaza bajando por la calle que está en
el frente de la iglesia hasta llegar a la vieja higuera del canal.
Algunos antiguos vecinos del sector, contaban que era un ruido
espeluznante que les ponía la carne de gallina, muchos dicen haber
abierto más de alguna vez sus ventanas para ver que producía tanto
alboroto, pero jamás lograron ver nada, solo podían escuchar los
relinchen de los caballos y el ruido de las pesadas ruedas de
fierro.(1)
EL DIABLO VIAJA EN TREN
En la estación de Sotaquí, cerca de la media noche bajo del
tren de pasajeros, un hombre muy extraño, vestía
completamente de negro, sus zapatos eran de charol negro,
muy bien cebados y puntiagudos. Bajó las escalaras de la
estación de trenes y se dirigió a una casa donde velaban a
un tal mañungo, el que había fallecido a causa de beber
tanto alcohol.
Estando en el domicilio del difunto saludo a la familia y se
sentó en la cabecera del ataúd desplazando hacia un lado el
crucifijo que habitualmente se instala en este mismo lugar.
Cuando las personas que acompañaban al difunto
comenzaron a rezar el rosario, los interrumpió diciéndoles
que no era necesario hacer tantos rezos y les pidió a los
dolientes que le trajeran un brasero con brazas, para
abrigarse los pies.
La gente comenzó a sentir mucho miedo de este desconocido cuando metió sus pies
con zapatos y todo a las brazas del fuego, así fue como algunas personas comenzaron a
murmurar que este era el mismo demonio. El terror y miedo que se sentía en el velorio
hizo que una de las personas fuera a llamar como a las tres de la mañana al cura
párroco.
Cuando el sacerdote entró en la habitación del velorio, este hombre se levanto muy
molesto dando vuelta el brasero y digo en voz alta que no era necesaria la presencia del
cura y cuando este comenzó los rezos el extraño salió muy enfurecido al patio de la
casa.
Todos los presentes lo vieron salir hacia el patio donde comenzó a fumar un cigarrillo,
pero nunca más lo vieron entrar a la casa, fue así como el diablo no salió por la puerta
que daba hacia la calle y se fue a tomar el tren de las cuatro de madrugada, donde,
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dicen algunos haberlo visto por última vez.
Otros dicen que, el demonio se llevo el cuerpo del difunto, porque que cuando lo
fueron a sepultar el ataúd no pesaba casi nada y comenzó a correr el rumor en todo el
pueblo que el finado mañungo habría hecho pacto con el maligno.(1)
LOS CABALLOS NEGROS DE LA ESTACION
Cuenta las personas de mayoría de edad sotaquinas, que hace cuatro décadas atrás era
muy común ser testigos de unas apariciones espectrales muy escalofriantes para
aquellos o aquellas personas que más o menos a la hora nona caminaban por la calle
Manuel Antonio Matta o pololeaban en inmediaciones de la estación de trenes. Estás
personas coinciden en los hechos de haber visto bajar por las escalaras la estación un
par de caballos de color negro azabache, sudorosos y con un fuerte olor a azufre que
los montaban dos pequeños jinetes de negro.
Estos bajan rápidamente corriendo por las escaleras, haciendo sonar sus pesadas
herraduras y sacando chispas en el cemento y las piedras, como si levitaran en el aire,
pero muy cerca del suelo. Llegaban hasta la calle Matta y girando sin parar hacia la
derecha, y en la esquina de la calle Prat y Matta se perdían en un túnel de neblina o
humo negro y en su centro un color rojo neón, como si fuera un pasillo al inframundo,
pero luego reaparecían casi en forma instantánea en la salida del este túnel en el sector
de la vara en donde se hacían las carreras a la chilena. (1)
EL FANTASMA DE LA QUEBRADA PIZARRO
Esta vieja historia data de aquellos años en que se estaba
construyendo la vía férrea hacia San Marcos, muchos de los
trabajadores que laboraban en estas faenas tenían su
campamento en el sector de Santa Berta, lo que hoy en día es
la población de El Guindo Alto.
Por las noches muchos de estos obreros y los habitantes de
El Guindo Bajo, debían caminar por el camino viejo, para
llegar al pueblo en busca de alguna cantina abierta en busca
de entretención y de un buen trago, en este trayecto por el
sector de la Quebrada Pizarro solía aparecérseles un horrible
espanto, el que los abrazaba o se montaba en los caballos
detrás del jinete.(1)
Corrió tanto el comentario por el pueblo, hasta que llegó a oídos de don Segundo
Cortés, quien tenía fama de espanta fantasmas y escéptico a la vez. De tanto que miedo
que este fantasma producía por este sector, decididamente una noche, monto su caballo
y se enfilo hacia El Guindo, cuando pasa la quebrada de detrás de una pircas salta
sobre él un bulto blanco y con unos reflejos muy rápidos le pego un rebencazo con su
chicote, el bulto cayó al suelo a unos metros más atrás, don Segundo se bajo de su
caballo par a ver qué diablos era este espanto y se encontró con la sorpresa que dentro
unos arrapos blancos solo habían los huesos de un esqueleto.
Don Segundo envolvió los huesos en la túnica y a la mañana siguiente los llevo al
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cementerio para darles cristiana sepultura.
Así fue como sucedió esta historia, nunca más volvió a aparecer el espanto y don
Segundo acrecentó su fama de valiente espanta fantasmas.(1)
LA CALAVERA
Esta es una historia verdadera, la que le sucedió a
mi abuelo don Ramón Ortiz, bastante extraña y
enigmática, y se las voy a narrar a continuación;
En Sotaquí cerca de la quebrada Pizarro, vivía una
prima de mi abuelo, de nombre Magdalena, era una
mujer de pocas palabras, un poco terca y de una
mirada muy profunda, pero a pesar de su carácter
pesado era una muy buena persona.
son muchos los testigos que cuenta que Ella, como
muchas otras personas antiguas tenía como costumbre
conservar una calavera humana, con la convicción de
que al poseerla le traería buena suerte y vida longeva,
algo parecido a la posesión de la Virgen de
Montserrat. Pero como todos nacemos y tarde o
temprano debemos morir, a mi pariente le llegó la hora
de enfrentar el paso por purgatorio.
Cuando Ella falleció, mi abuelo, como único pariente se hizo cargo de los funerales y
ordenó a las personas que la vistieron y la pusieron en el ataúd, que también echaran la
calavera que ella tenía guardada en un baúl.
Cuando llegó la hora de llevarla a la Iglesia para celebrar el réquiem por su alma, el
cortejo fúnebre salió de su casa encabezado por mi abuelo y cuando este se aprestaba a
doblar en la esquina de la calle Manuel Antonio Matta y Brasil, frente a la subida del
cementerio, inexplicablemente mi abuelo tomo la decisión de no llevar el cuerpo a la
Iglesia, muchas personas entre ellas mi abuela, le preguntaban el porqué de su decisión,
sin explicación y con una actitud extraña mi abuelo ordeno ciegamente llevarla
directamente al cementerio.
Así fue como mi abuelo sepulto a su prima, pero el Padre José Stegmeier, al notar en
retrasó del cortejo fúnebre envío a una persona para que averigua que sucedía, al
volver, esta persona le comento lo sucedido y fue a casa de mis tías abuelas a conversar
con mi abuelo que era su compadre, pero mi abuelo cayó en un profundo estado de
amnesia y agotamiento, y no respondió ninguna pregunta al Padre José.
Visto esto, el Padre José, mi abuela y otros parientes fueron al cementerio para oficiar
un responso por el descanso eterno del alma de mi pariente.
Esta historia me la conto una tía abuela y un día en que estábamos haciendo onces
comidas con mi abuelo, me atreví a preguntarle si la historia era cierta, el me dijo; “Si
es verdad, pero no te puedo dar una explicación lógica, es los más extraño que me ha
sucedido en la vida, no se, si prima tenía pacto con el diablo, yo no creo mucho en
esas cosas, pero menos mal que mi compadre el curita subió al cementerio a rezarle a
la pobre, después de que harto me regaño, me hizo confesar y hasta me hizo
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comulgar”.
Hay historias que son de antología, dignas de destacar y esta que les he narrado creo
que es una de ellas, porque los hechos muestran por si solo que hay situaciones que
por más que busquemos una explicación lógica, científica o paranormal nunca
sabremos el porqué suceden, tal como lo experimento mi abuelo.
LA CUEVA DE LA BRUJA EN LA ESTACION
Hasta hace unas tres décadas atrás, cuando aún
pasaban trenes por Sotaquí, se rumoreaba que en la
estación dentro de una cueva enclavada en la barranca
que hay a la derecha de la segunda línea trenes,
habitaba una vieja bruja que solía espantar a los niños
y hechizar a las parejas de enamorados que acudían
por las tardes y las noches a pololear por este lugar.
Se cuenta que esta bruja asustaba a los niños que
seguían a las parejas, con el fin de espiarlas de alguna
manera y que Ella hacía todo tipos de espantos para
correrlos, crujiendo los durmientes y rieles, caían por
la barranca piedras y los viejos eucaliptos con el viento
hacían un ruido espantoso.
A las parejas de enamorados las cubría con un manto
de neblina para que los niños no las vieran, pero el
hechizo tenía sus consecuencias, porque al pasar el
tiempo estos debían casarse por las tres leyes, en
primer lugar por la ley de bruja, la del civil y la iglesia.
EL LOCO DEL BURRO (La otra historia de José Tomás Urmeneta)
A la edad de 25 años José Tomas Urmeneta García-Abello, se estableció en la
localidad de Sotaquí como administrador del fundo de su cuñado Mariano Ariztía,
desde este lugar este hombre aventurero comenzó a gestionar la empresa que lo llevaría
a convertirse en uno de los ricos más grandes de Chile y Latinoamérica, en un principio
para Urmeneta los años fueron muy buenos, pero luego vinieron los años de las vacas
flacas y comenzó a buscar el yacimiento de oro que lo llevaría a la fama. Primero
empezó su trabajo solo acompañado por su fiel burro, el que lo llevaba por cerros y
quebradas, su sueño no era compartido por los demás habitantes de la zona, que creían
que por el sector de Sotaquí hubiese un gramo del mineral dorado, Urmeneta solía salir
muy de madrugada con su burro cargo de palas, picotas y otros utensilios, muchos se
burlaban de Él y creían que estaba completamente loco, es por eso, que con ironía le
decían El Loco del Burro, lo cual, le molestaba y dolía demasiado, jamás respondió las
burlas y comentarios mal intencionados, en silencio busco y busco hasta que por fin su
búsqueda comenzó a dar resultados y luego de esto algunos pequeños pirquineros se
fueron sumando a su empresa hasta que de tanto buscar después de 18 años descubrió
el yacimiento de cobre, oro y plata en el cerro Tamaya en la pertenencia La Mollaca.
Una vez que el Loco del Burro descubriera el mineral de Tamaya, la gente comenzó a
inventar otras historias, tales como, pactos con el diablo, etc. pero Urmeneta siguió
trabajando arduamente, cuando se fundo la villa de Ovalle ocupo algunos cargos
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públicos, pero tenía un resentimiento con los habitantes de la zona, por como lo
habrían tratado, es por esto que no dejó muchas cosas materiales para Ovalle y sus
alrededores y el único legado quizás es la pileta de hierro que se encuentra en la plaza
de armas de Ovalle. Pero Urmeneta si bien es cierto, no fue un gran benefactor
para la zona de Ovalle, excepto por los puestos de trabajo que creó en el mineral de
Tamaya y la fundición en Tongoy, en Santiago por ejemplo, fue quien entrego el
capital necesario para la construcción del paseo del cerro Santa Lucia y otras obras de
gran envergadura.(1)
GLOSARIO
Isla: Sectores del rió donde se producen claros entre la vegetación, y que los
agricultores aprovechan la limpieza del terreno para cultivar o también lugares altos del
rió que no se inundan por las bajadas de rió y quebradas en años lluviosos.
Corredor: Familiar y metafóricamente, el chismoso que lleva y trae cuentos cuentos de
una parte a otra.
Carruncho: Trabajador ferroviario encargo de hacer los cambios de rieles o líneas en
las estaciones de trenes.
Plazuela: Antiguo nombre del huerto San Gabriel del potrero El Sauce, ubicado en el
sector posterior del templo que llega hasta la quebrada.
Lazareto: Lugar donde hasta a mediados del XX, se dejaban en cuarentena a los
enfermos contagiados y terminales de algunas enfermedades peligrosas, tales como,
lepra, viruela y tuberculosis, en donde muy pocos solían sobrevivir y los que lo
lograban eran mirados como resucitados al igual que Lázaro.
Cementerio: El antiguo cementerio de Sotaquí, se encontraba ubicado en el potrero
donde actualmente se ubica la población CORVI, en sector de la plazoleta. En este
sector se han encontrado muchas osamentas humanas y muchos creen que este era un
cementerio indígena, lo cual, no es correcto.
Iglesia: La antigua Iglesia se encontraba ubicada en el sector del Palta (ver mapa del
pueblo de indios de San Agustín de Sotaquí).
Penadura: F. coloq. Chile. Presencia de espíritus en pena.
Bibliografía 1.- Alex Ortiz Núñez, Investigaciones Orales.
2.- José Gabriel Gaona Núñez, diseño gráfico.
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