LITERATURA II
EL RENACIMIENTO
INTEGRANTES: -Alcántar Jaime Saudy Janeth (Garcilaso de la Vega, Información)
-López Espinoza Yadira Ivonne (Gutierre de Cetina, Creatividad)
-Lucero Castro Guadalupe Arais (Hernando de Acuña, Ortografía)
-Britania Azucena Robles Vázquez (Fray Luis de León, Edición)
El Renacimiento (XV-XVI), iniciadaen Italia y propagada después portoda Europa, se caracteriza por elauge de las artes y la importanciacentral que toma el hombre.
Son siempre obras de granriqueza en las que la novela seconvierte en el género máscultivado, apareciendo también lalírica y el teatro.
La divina comedia de Dante o ElDecamerón de Bocaccio sonbuenos ejemplos de esteperiodo, en el que hay quedestacar la invención de laimprenta en el siglo XV, que traecon ella una democratización de laliteratura acercándola por fin alpueblo.
RENACIMIENTO
Los historiadores más importantes del renacimiento y el siglo de oro
español son Diego Hurtado de Mendoza y el jesuita Juan de Mariana.
-Hernando de Acuña -Fray Luis de León
-Gutierre de Cetina -Garcilaso de la Vega
GUTIERRE DE CETINA
Cetina, Gutierre de
(1514/17-1557), poeta
español, nacido en Sevilla.
Llevó una vida errante
como soldado y poeta.
Hay datos de su estancia
en Castilla, sobre todo en la
corte de Valladolid, y
también de su paso por
Italia y de un viaje a México
en 1933, país en el que
moriría, aunque los datos
sobre su vida son
inseguros.
Destacan en especial sus
sonetos, siempre muy bien
cuidados y dentro de una poética
al estilo de Petrarca.
Es muy famoso el madrigal suyo
que comienza “Ojos
claros, serenos”, con matices
realistas, y otras canciones y
epístolas de contenido amoroso
alejado del platonismo, pues
celebra, en lugar de a la mujer
ideal, a varias mujeres de carne y
hueso.
En sus epístolas a Diego
Hurtado de Mendoza, escritas
con un aliento clásico, incide en
aspectos morales aunque no
exentos de ironía.
POEMAS
NO MIRÉIS MÁS
No miréis más, señora,
con tan grande atención esa figura,
no os mate vuestra propia hermosura.
Huid, dama, la prueba
de lo que puede en vos la beldad
vuestra.
Y no haga la muestra
venganza de mi mal piadosa y nueva.
El triste caso os mueva
del mozo convertido entre las flores
en flor, muerto de amor de sus
amores.
OJOS CLAROS Y SERENOS
Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué, si me miráis, miráis
airados?
Si cuanto más piadosos,
más bellos parecéis a aquél que os
mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos
hermosos.
¡Ay, tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al
menos.
HERNANDO DE ACUÑA
Poeta español, nacido en Valladolid en 1518, y muerto en Granada en
1580.
Como traductor nos dejó obras clásicas de los grandes escritores latinos e
italianos, como las Heroidas, de Ovidio, Orlando el enamorado y el
Caballero libertado, de Oliver Marche, en donde se nota la influencia de
Virgilio e incluso, de su amigo Garcilaso de la Vega.
Se incorporó al ejército imperial durante las campañas de Italia.
Intervino en las acciones decisivas contra la liga de Smalkalda.
Entre sus propias obras se destacan:
-La Fábula de Narciso la Contienda de Ayax y Telamonio y Ulises.
Pero es más conocido por sus admirables sonetos, sus églogas y
elegías, algunas de ellas dedicadas al Emperador Carlos V.
Pero Carlos no sólo lo estimaba como hombre de armas, y
conocía y apreciaba en tan alto grado sus virtudes literarias que le
pidió colaboración y encargó la traducción en verso castellano de
Le Chevalier Délivéré, de Olivier de la Marche
YA SE ACERCA
Ya se, señor, o ya es llegada
la edad gloacercariosa en que promete el cielo
una grey y un pastor solo en el suelo,
por suerte a vuestros tiempos reservada.
Ya tan alto principio, en tal jornada,
os muestra el fin de nuestro santo celo
y anuncia al mundo, para más consuelo,
un Monarca, un Imperio y una Espada.
Ya el orbe de la tierra siente en parte
y espera en todo vuestra monarquía,
conquistada por vos en justa guerra.
Que a quien ha dado Cristo su estandarte,
dará el segundo más dichoso día
en que, vencido el mar, venza la tierra.
POEMAS
VIVIR, SEÑORA, QUIEN OS VIO, SIN VEROS
Vivir, señora, quien os vio, sin veros,
no es por virtud ni fuerza de la vida,
que, en partiendo de vos, fuera perdida,
si el dejaros de ver fuese perderos;
mas de tanto valor es el quereros,
que, teniéndonos el alma en sí esculpida,
de su vista y memoria, que no olvida,
ninguna novedad basta a moveros.
Así, aunque lejos de vuestra presencia,
vos sola me estaréis siempre presente
y no me faltaréis hora ninguna,
sin que puedan tenerme un punto ausente
el áspero desdén, la cruda ausencia,
nueva llaga de amor, tiempo o fortuna.
FRAY LUIS DE LEÓN
Luis de León, Fray (1527-1591), poeta y místico español de
notable importancia en la literatura española del
renacimiento, nacido en Belmonte (Cuenca).
Fue monje y más tarde vicario-general y provincial de la orden de
los agustinos. Además de profesor de teología y filosofía en la
Universidad de Salamanca.
Fue un prestigioso hebraísta y traductor. Tradujo el Antiguo
Testamento, así como textos clásicos griegos y romanos y obras
de escritores italianos contemporáneos.
Fue encarcelado por la Inquisición durante cuatro años a causa de
sus disputas teológicas con los líderes de la orden de los
dominicos (Orden de predicadores).
Sólo se conservan 23 de sus poemas. Su obra lírica no fue
publicada hasta 1631 y se encargó de hacerlo Francisco de
Quevedo con el fin de mostrar lo que era el estilo de los primeros y
grandes poetas renacentistas.
Entre sus obras en prosa destacan: De los nombres de Cristo
(1583) y La perfecta casada (1583), una obra dentro de las
características de la época en la que cuenta las virtudes que deben
acompañar a la mujer.
AMOR CASI DE UN VUELO
Amor casi de un vuelo me ha
encumbrado
adonde no llegó ni el pensamiento;
mas toda esta grandeza de contento
me turba, y entristece este cuidado,
que temo que no venga derrocado
al suelo por faltarle fundamento;
que lo que en breve sube en alto
asiento,
suele desfallecer apresurado.
mas luego me consuela y asegura
el ver que soy, señora ilustre, obra
de vuestra sola gracia, y que en vos
fío:
porque conservaréis vuestra hechura,
mis faltas supliréis con vuestra sobra,
y vuestro bien hará durable el mío.
A FRANCISCO SALINAS
El aire se serena y viste de hermosura y luz no usada,
Salinas, cuando suena la música extremada,
por vuestra sabia mano gobernada.
A cuyo son divino el alma, que en olvido está sumida,
torna a cobrar el tino y memoria perdida
de su origen primera esclarecida.
Y como se conoce, en suerte y pensamientos se mejora;
el oro desconoce, que el vulgo vil adora,
la belleza caduca, engañadora.
Traspasa el aire todo hasta llegar a la más alta esfera,
y oye allí otro modo de no perecedera
música, que es la fuente y la primera.
Ve cómo el gran maestro, acuesta inmensa cítara aplicado,
con movimiento diestro produce el son sagrado,
con que este eterno templo es sustentado.
Y como está compuesta de números concordes, luego envía
consonante respuesta; y entrambas a porfía
se mezcla una dulcísima armonía.
Aquí la alma navega por un mar de dulzura, y finalmente
en él ansío se anega que ningún accidente
extraño y peregrino oye o siente.
¡Oh, desmayo dichoso! ¡Oh, muerte que das vida! ¡Oh, dulce
olvido! ¡Durase en tu reposo,
sin ser restituido jamás a acueste bajo y vil sentido!
A este bien os llamo, gloria del apolíneo sacro coro,
amigos a quien amo sobre todo tesoro;
que todo lo visible es triste lloro.
¡Oh, suene de contino, Salinas, vuestro son en mis oídos,
por quien al bien divino despiertan los sentidos
quedando a lo demás amortecidos!
GARCILASO DE LA VEGA
Garcilaso de la Vega (c. 1501-1536), nació en Toledo, fue un poeta renacentista
español y uno de los mejores poetas líricos de la literatura española.
Muy joven entra al servicio de Carlos I y empieza a cosechar honores.
Entre 1520 y 1523 es nombrado contino, es decir, miembro de la
Corte, Caballero de Santiago y armado caballero. Lucha en la guerra de las
Comunidades al lado del Emperador contra los comuneros, contra los turcos y
contra los franceses.
En 1526 se traslada la corte a Granada y allí conoce al embajador
italiano, Andrea Navagero, el cual le incita a que escriba sonetos.
Francia invade Saboya y el Emperador declara la guerra: en la campaña de
Provenza, Garcilaso de la Vega es herido por una piedra al intentar escalar una
fortaleza, unos días después, el 13 o 14 de septiembre de 1536, morirá en Niza.
SONETO XV
Si quejas y lamentos pueden tanto,
que enfrenaron el curso de los ríos,
y en los diversos montes y sombríos
los árboles movieron con su canto;
si convirtieron a escuchar su llanto
los fieros tigres, y peñascos fríos;
si, en fin, con menos casos que los
míos
bajaron a los reinos del espanto,
¿por qué no ablandará mi trabajosa
vida, en miseria y lágrimas pasada,
un corazón conmigo endurecido?
Con más piedad debería ser
escuchada
la voz del que se llora por perdido
que la del que perdió y llora otra cosa.
SONETO XII
Si para refrenar este deseo
loco, imposible, vano, temeroso,
y guarecer de un mal tan peligroso,
que es darme a entender yo lo que no
creo.
No me aprovecha verme cual me veo,
o muy aventurado o muy medroso,
en tanta confusión que nunca oso
fiar el mal de mí que lo poseo,
¿qué me ha de aprovechar ver la
pintura
de aquél que con las alas derretidas
cayendo, fama y nombre al mar ha
dado,
y la del que su fuego y su locura
llora entre aquellas plantas conocidas
apenas en el agua resfriado?
WEBLOGRAFÍA:
http://espaciolibros.com/movimientos-literarios/
http://www.espanolsinfronteras.com/PoetasyObras/Poesias-01-
LaAcunaHernando.htm
http://www.poemas-del-alma.com/hernando-de-acuna-ya-se-
acerca.htm
http://www.poesi.as/FrayLuisdeLeon.htm
http://sapiens.ya.com/auladelengua/poesiasigloxvi.htm
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